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Freud va a plantar como punto fuerte, que la etiología de las psiconeurosis descansa sólo en
fuerzas pulsiones de carácter sexual, más específicamente, en la represión de las pulsiones
sexuales. Esta es la única fuente energética constante de la neurosis.
Los síntomas son el sustituto de una serie de procesos anímicos investidos de afecto, deseos y
aspiraciones, a los que en virtud del proceso psíquico de la represión, se les ha denegado el acceso
el acceso a la consciencia.
Entonces, los síntomas son satisfacciones sustitutivas (sexuales), por ello, el síntoma es la
práctica sexual del enfermo; el mismo da cuenta de la represión de las pulsiones sexuales.
Pulsión sexual > represión > síntoma (satisfacción sustitutiva / da cuenta de la práctica
sexual del enfermo)
Freud, va a definir primero a las pulsiones. Define a una pulsión como la agencia representante
psíquica de una fuente de estímulos intrasomática en continuo fluir. Y lo que diferencia a una
pulsión de otra, son sus fuentes y sus metas.
Toda pulsión parte de un órgano de un cuerpo que brinda excitaciones, específicamente sexuales,
este órgano se llama zona erógena, y cumplen un rol similar a la zona genital. Por ejemplo: en el
placer de ver y exhibirse, el ojo corresponde a la zona erógena; en el caso del dolor y la crueldad,
es la piel la que adopta este papel
CAP 2. La sexualidad infantil
Cosas claves: el descuido de lo infantil, la amnesia infantil.
Freud comienza hablando del “descuido de lo infantil”, diciendo que la opinión popular suele
desestimar la sexualidad infantil, alegando que ella falta en la infancia y sólo despierta en la
pubertad.
Luego, habla de un periodo al que llama “amnesia infantil”, es una amnesia que cubre los
primeros años de la infantil (años en los cuales sólo tenemos unos jirones incomprensibles de
memoria, se da hasta el cuarto o quinto año), pero ¿por qué ocurre esto? No es una desaparición
real de los recueros, sino que es una amnesia semejante a la que presentan los neuróticos, lo cual
es producto de la represión. Su fin es ocultarle los comienzos de su propia vida sexual.
Cabe aclarar, que sin amnesia infantil en la infancia, no habría amnesia histérica en la adultez.
El neonato trae consigo gérmenes de mociones sexuales que siguen desarrollándose durante
cierto lapso, pero que después sufren una sofocación. Durante este periodo de latencia, se van
construyendo diques que más tarde se exteriorizarán como inhibiciones (el asco, la vergüenza y la
moral).
Freud llama sublimación a la desviación de las fuerzas pulsional sexuales de sus metas y su
orientación hacia metas nuevas. Esto se da debido a que las mociones sexuales en estos años
están diferidas (lo cual, constituye el carácter principal del período de latencia).
Como característica, el chupeteo es auto-erótico debido a que no está dirigida a otra persona, se
satisface en el cuerpo propio. No conoce objeto sexual, puede usar el seno materno, un dedo, el
chupete, un osito de peluche, etc.
Se dice que el hacer sexual se apuntala en una de las funciones que sirven a la conservación de la
vida (la nutrición) y luego se independiza de ella (optando por otro objeto que le sea más cómo y
más accesible, como su propio dedo), la necesidad de repetir la satisfacción sexual se divorcia
entonces de la necesidad de buscar alimento. No responde a la satisfacción de necesidad, sino al
placer y esta satisfacción no es por cancelación de un estímulo, sino por la aplicación de otro
estímulo.
Entonces, se puede concluir en síntesis en que el chupeteo nace apuntalándose en una de las
funciones corporales más importantes para la vida, todavía no conoce objeto un objeto sexual,
pues es auto-erótica, y su meta sexual se encuentra bajo el imperio de una zona erógena.
Cosas claves: característica de las zonas erógenas, meta sexual de la pulsión infantil.
Como característica, las zonas erógenas son un sector de piel o mucosa en el que estimulaciones
de cierta clase provocan una sensación placentera (una sensación placentera en la que está
presente el factor sexual), algunas zonas están predestinadas como la boca por ejemplo, pero
cualquier otro sector puede prestar los servicios de una zona erógena.
Entonces, la meta sexual puede entenderse de esta forma: sustituir la sensación de estímulo
sobre la zona erógena por aquel otro estímulo externo que la cancela al provocar la sensación
de satisfacción.
Cosas claves: activación de la zona anal, activación de las zonas genitales, segunda fase de la
masturbación infantil, pulsiones parciales, el niño como perverso polimorfo.
Entonces, esto representa el primer “regalo” por medio del cual el niño puede expresar su
obediencia con el medio circundante, exteriorizándolo y su desafío, rehusándolo.
Por otro lado, la zona genital recibe su activación mediante lavados y frotaciones del cuidado
corporal. Hay en sí, 3 fases de masturbación infantil.
La primera, corresponde al período de la lactancia, la segunda al breve florecimiento de la práctica
sexual hacia el cuarto año de vida (estas 2, caen bajo amnesia infantil) y la tercera es el onanismo
de la pubertad, siendo la esta última la única que se tiene en cuenta.
La crueldad también juega un papel, hacia los animales y los compañeros de juegos.
Se dice que el niño es un “perverso polimorfo” porque practica todas las transgresiones posibles,
usa todo para ganar placer. Bajo la influencia de la seducción el niño puede convertirse en un
perverso polimorfo y practicar todas las transgresiones posibles, las que no tropiezan con
resistencias porque aun no se han erigido la formación de diques anímicos contra los excesos
sexuales: vergüenza, asco y moral.
Cosas claves: Pulsión de saber, enigma de la Esfinge, complejo de castración y envidia del pene,
teoría de la cloaca
Entre los 3 y los 5 años, aparece la “pulsión de saber”, que recae sobre los problemas sexuales. Por
ello, elabora teorías
El enigma de la Esfinge: aparece la preocupación ¿de dónde vienen los niños? El motor de la
búsqueda es la investigación, los fines prácticos, además, el niño no posee conocimiento de la
diferencia de los sexos y supone que todos tienen un genital como el suyo.
Teoría de la cloaca: El niño piensa que son concebidos por la boca y paridos por el ano. Anuda algo
del orden de la satisfacción pulsional del comer con la satisfacción pulsional de la zona erógena
anal. Esta teoría va de la mano de que no existe diferencia entre hombres y mujeres (es solidaria
con la ausencia de los sexos)
Complejo de castración y envidia del pene: la primera teoría del niño es que todos los seres
humanos poseen un genital idéntico (masculino), aunque luego se le opone la contradicción de la
realidad.
En el caso de la mujer, la misma, al ver el genital del varón; cae presa de la envidia del pene,
deseando ser un varón.
Teorías del nacimiento: El niño recuerda que aún no ha contestado su pregunta ¿de dónde vienen
los niños? E idea la teoría de que los niños se conciben por haber comido algo determinado y se
los da a luz por el intestino (igual que a la materia fecal)
Concepción sádica del comercio sexual: Si a esa edad los niños son espectadores del comercio
sexual entre adultos (ya que el pequeño no comprende nada de lo sexual), concibe al acto sexual
como una especie de maltrato en el sentido sádico; debido a que se ignora el papel del semen
fecundante y de la abertura sexual femenina.
La primera etapa es una etapa pre-genital, en la cual las zonas genitales todavía no han alcanzado
su papel hegemónico. Todavía no hay diferenciación de opuestos o de sexos.
Ambivalencia: esta forma de organización sexual puede conservarse a lo largo de toda la vida y
atraer hacia si buena parte de la práctica sexual. Predomina el sadismo y la zona anal en papel de
cloaca. Los pares de opuestos pulsionales están plasmados en un grado aprox. igual.
Para completar el cuadro de la vida sexual infantil Freud agrega que en la niñez ya se elige el
objeto como la que se supone se realiza característicamente en la pubertad, siendo este el
máximo acercamiento posible durante la infancia a la conformación definitiva de la vida sexual
luego de la pubertad.
Luego sobreviene la etapa fálica en la que hay una unificación de las pulsiones bajo el primado de
los órganos genitales, pero con el detalle de que el niño/niña no conoce más que un solo genital.
La oposición de los sexos equivale a la oposición genital masculino-castrado.
Cosas claves: cómo nace la excitación sexual, además de excitación mecánica, actividad muscular,
procesos afectivos, trabajo intelectual; diversas constituciones sexuales y vías de la influencia
recíproca.
También, incluye las excitaciones producidas por sacudimientos mecánicos del cuerpo (todo lo
que actúa sobre músculos, aparato articular; como ser hamacado, ser arrojado por el aire, jugar,
etc.) Así entonces también la actividad muscular como juegos violentos o riñas con los
compañeros de juegos, en las cuales se produce esfuerzo muscular.
Los procesos afectivos más intensos como las excitaciones terroríficas, la angustia frente a un
examen también son manifestaciones sexuales.
También lo es el trabajo intelectual (concentración de la atención, un esfuerzo mental, etc.)
Cabe destacar que hay diversas constituciones sexuales, o sea que estas fuentes brindan su
aporte en todos los individuos pero que lo hacen con distinta intensidad; o sea que cada una de las
fuentes de excitación sexual contribuye también a diferenciar las diversas constituciones sexuales.
Al hablar de las vías de la influencia recíproca, Freud hace referencia a que todas las vías de
conexión que llegan hasta la sexualidad desde otras funciones tienen que poderse transitar
también en la dirección inversa (los labios cumplen dos funciones: satisfacción sexual y nutrición.
Se ve perturbada la nutrición cuando son perturbadas las funciones erógenas de la misma)
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Con respecto al objeto sexual del período de lactancia, cuando la primera satisfacción sexual
todavía está conectada con la nutrición, la pulsión sexual tenía un objeto fuera del cuerpo propio:
el pecho materno. Después, la pulsión sexual pasa a ser autoerótica y sólo luego de superado el
periodo de latencia se restablece la relación originaria.
A lo largo de todo el periodo de latencia, el niño aprende a amar a otras personas. El trato del niño
con la persona que lo cuida es para él una fuente continua de excitación y de satisfacción sexual a
partir de las zonas erógenas. Esa persona (por lo general, la madre) dirige sobre el niño
sentimientos que brotan de su vida sexual, lo acaricia, lo besa y lo mece, y claramente lo toma
como sustituto de un objeto sexual de pleno derecho.
La angustia infantil es debido a que su apego por las personas que los cuida es de naturaleza de
amor sexual; o sea, no es más que la expresión de su añoranza de la persona amada, por ello
responden a todo extraño con angustia.
La barrera del incesto es causa de una exigencia cultural y barrera moral de la sociedad; debido a
que lo más inmediato que tiene el niño sería escoger como objetos sexuales justamente a las
personas a quienes desde su infancia temprana ama (el varón hacia la madre y la niña hacia el
padre)
Aunque aún luego de haber superado la etapa de la barrera incestuosa, nadie se sustrae por
completo de su influencia; hay efectos posteriores de la elección infantil de objeto.
El varón persigue, ante todo, la imagen mnémica de la madre y armoniza plenamente con ello.
Dada la importancia de los vínculos infantiles con los padres para la posterior elección del objeto
sexual, es fácil comprender que cualquier perturbación de ellos haga madurar las más serias
consecuencias para la vida sexual adulta.
Pero, luego del trato continuo con el propio sexo y apasionadas amistades con niños del mismo
sexo, ¿cómo se realiza la prevención de la inversión?; la misma se realiza debido a que en el caso
del varón, cabe suponer que el recuerdo infantil de la ternura de la madre y otras personas del
sexo femenino de quienes dependía cuando niño, contribuye enérgicamente a la dirigir su elección
hacia la mujer; además del temprano amedrentamiento y la actitud de competencia con el padre.
El resultado, es un vínculo hostil con su mismo sexo, que influye decisivamente para que la
elección de objeto se haga en el sentido considerado “normal”.