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La Educacion De Los Maestro Y La

Enseñanza Democratica
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Enviado por elizayjosesito • 12 de Junio de 2012 • 2.133 Palabras (9 Páginas) • 2.282
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LA EDUCACION DE LOS MAESTROS Y LA ENSEÑANZA DEMOCRATICA.

De Henry A. Giroux

En 1980, un maestro de nueva Inglaterra llamado Horace Willard


argumentaba de manera convincente que, a diferencia de lo que ocurría con los
miembros de otras profesiones, los maestros llevaban una vida rutina mecánica
una maquinaria de supervisión, organización, clasificación, otorgamiento de
calificación de porcentajes, uniformidad, promociones, pruebas y exámenes.

W. Holmes, decano de la nueva Gradúate School of Harvard, se hacía eco


de esos sentimientos en la crítica que enderezaba contra la Educación de
Maestros, de 1930. El estudio se había omitido apoyar a los maestros como
pensadores críticos independientes. En épocas distintas, estos dos notables
críticos de la educación norteamericana reconocieron que cualquier intento
viable de reforma educativa tenía que encarar la cuestión de la educación. Pero
lo más importante era su convicción en el sentido de que los maestros debían
funcionar profesionalmente como intelectuales, y que la educación debía estar
inextricablemente vinculada con la transformación critica del escenario escolar
y, por extensión, del escenario social más amplio. La idea de que los programas
para educación deben centrar sus objetivos académicos y morales en la
educación a los maestros como intelectuales críticos, a la vez que fomenten los
intereses democráticos, ha influido invariablemente en los debates sobre las
diversas “crisis” de la educación en el transcurso de los últimos 50 años. Los
maestros que asumen el papel de intelectuales transformadores, tratan a los
alumnos como agentes críticos, cuestionan la forma en que se producen y
distribuye el conocimiento, utilizan el dialogo y hacen al conocimiento
significativo, crítico y, a la postre, emancipa torio. Como John Dewey y George
Counts, este silencio no solo sugiere que algunos de los actuales reformadores
están padeciendo una amnesia histórica y política, sino que también apuntan
hacia los intereses ideológicos que subyacen a sus propuestas.
Lamentablemente, tales intereses nos dicen menos acerca de la enseñanza que
respecto a la naturaleza de la crisis real que encara esta nación -una crisis que,
en mi opinión, no solo trae malos augurios para el futuro de la educación
norteamericana. Tradición democrática que actualmente se haya retirada. Solo
después de que hayamos comenzado a resolver algunas de estas cuestiones
necesariamente previas, relacionadas con los fines, podremos concentrarnos en
la resolución de cuestiones más instrumentales que tienen que ver con la
consecución efecto va de nuestras metas. Creo también que los reconocimientos
del fracaso, en cuanto vincular los propósitos de la enseñanza pública con los
imperativos de la forma económica y social, nos ofrece un punto de partida para
examinar el cambio ideológico de la educación.

LA REFORMA EDUCATIVA Y EL ALEJAMIENTO CON RESPECTO A LA


DEMOCRACIA.

La reforma educativa que ha propuesto la reciente coalición de


conservadores y liberales, a quienes de manera conveniente se ha puesto la
etiqueta de nuevos conservadores, se sustentan en un discurso que edifica, que a
la vez mistifica, tales propuestas. Capitalizando la menguante confianza del
público en general, así como de un creciente número de maestros, en la eficacia
de las escuelas públicas, los nuevos conservadores defienden la reforma
educativa echándoles la culpa a las escuelas de toda una serie de crisis que
incluyen cualquier aspecto. El fomento de una población crítica y
comprometida, capaz de estimular los procesos de transformación política y
cultural así como de refinar y extender el funcionamiento de la democracia
política…. Todo parece indicar que los reformadores se imaginan a las escuelas
como instrumentos económicos, en vez de políticos. Como si ya estuvieran
cansados de la democracia política, los norteamericanos, por vez primera en
ciento cincuenta años de historia, parecen estar dispuestos a efectuar una
cirugía ideológica en sus escuelas públicas los arquitectos de la reforma que se
está llevando a cabo han tenido el mérito de abandonar la retórica de la escuela
como un vehículo para el mejoramiento personal. En los informes actuales
sobre los programas derivados de esa reforma, ya casi ni se pretende que el
mejoramiento personal y la movilidad social sean preocupaciones importantes
del sistema escolar reconstituido.

El cambio ideológico que caracterizo el actual periodo de reforma es


evidente también en las formas que hoy se definen la preparación de los
maestros y la pedagogía del aula. En vez de enfrentar estas cuestiones, muchas
de las reformas que tiene el lugar en el plano estatal aun consolidan más las
estructuras administrativas impiden que los maestros, colectiva y creativamente
den forma a las condiciones bajo las que laboran dentro de este paradigma, el
desarrollo de los planes de estudio se deja en manos, cada vez más
frecuentemente, de expertos en administración o simplemente se adoptan los
que proponen las casas editoriales, sin que allá ninguna aportación o muy
pocas, por parte de los maestros que se esperen que vallan a poner en práctica
los nuevos programas. El hecho de que cada vez se desplace más a los maestros
en la tarea de la elaboración y análisis de los planes de estudios guarda relación
con las formas en que se emplea la racionalidad tecnocrática para redefinir la
labor de los maestros. Como se ha mencionado, los intereses económicos que
informan a las nuevas propuestas conservadoras se basa en un punto de vista de
la moralidad y política que queda legitimado mediante un llamamiento a la
unidad y la tradición nacionales dentro de este discurso, la democracia pierde su
carácter dinámica y queda reducida a un conjunto de principios y disipaciones
institucionales heredados que les enseñan a los alumnos la manera de adaptarse
en vez de cuestionar los preceptos básicos de la sociedad. En efecto, el cambio
ideológico de que aquí se trata apunta hacia una definición restringida de la
enseñanza, una definición que despoja casi completamente a la educación
pública de una visión democrática en la que se preste consideración seria a la
ciudadanía y a la política de posibilidad.

EDUCACIÓN PARA MAESTROS: DEMOCRACIA Y EL IMPERATIVO DE LA


REFORMA SOCIAL.

Si se requiere que los programas de educación para maestros proporcionen


la base de la lucha y la renovación democrática de nuestras escuelas, habrá que
redefinir la relación que tales programas guardan actualmente con dichas
instituciones. Lo que esto efectivamente significa que la relación de los
programas de educación pública, debería surgirse por consideraciones políticas
y morales. También se trata de desarrollar una explicación razonada mediante
la cual se puedan definir los programas de educación para maestros de una
manera que haga explicito el punto de vista particular de relación existente
entre las escuelas públicas y el orden social.

LAS ESCUELAS PÚBLICAS COMO ESFERAS PÚBLICAS DEMOCRÁTICAS.

La forma en que los educadores debieran considerar el propósito de la


enseñanza publica, esto significa considerar a las escuelas públicas como sitios
democráticos dedicados a la adquisición individual y social de facultades
críticas. Contrariamente al punto de vista de que las escuelas son extensiones
del lugar de trabajo o de las instituciones de avanzada que libra la batalla
empresarial por la conquista de los mercados internacionales, las escuelas,
consideradas como escuelas públicas democráticas, centran sus actividades en
la indagación critica y el dialogo significativo.

EL PRECISO REPENSAR LA NATURALEZA DE LA EDUCACIÓN PARA


MAESTROS.

Por consiguiente, la propuesta de mantener las escuelas de educación


descansa en cierto número de consideraciones. La naturaleza de la enseñanza
pública exige que a los aspirantes a maestros se les inicie un concepto de teoría y
de práctica que se forje fuera de los límites disciplinarios que caracterizan
primordialmente a los programas de grado de las artes. También requiere que
los estudiantes sepan lo que van a enseñar, también necesitan ser capaces de
teorizar en un lenguaje que incluya las disciplinas tradicionales, pero que va
mucho más allá de los límites de estas. Cuando en los programas debate la vida
del aula, esto se presenta fundamentalmente como un conjunto unidimensional
de reglas y practicas regulatorias, y no como un terreno cultural donde chocan
una gran variedad de intereses y prácticas.

LA EDUCACIÓN PARA MAESTROS COMO POLÍTA CULTURAL.

Esto significa llevar a la practica una forma alternativa de educación


docente en la que se conceptualice que la enseñanza tiene lugar dentro de una
arena política cultural donde se producen y median activamente formas de
experiencia y de subjetividad del estudiante. El imperativo de este plan de
estudios es el de crear condiciones para que el alumno sepa adquirir por su
cuenta facultades criticas y logre constituirse en un sujeto político moral activo.

EL PODER

En este caso lo principal es ayudar a que los maestros distingan entre el


poder y conocimiento. Dentro del plan de estudios dominante los conocimientos
a menudo se separan de una manera técnica; es decir, se los considera, como
algo que es preciso dominar el dominio es al conocimiento no a las personas.

EL LENGUAJE.

Interviene activamente en las relaciones de poder que, por lo general, dan


apoyo a la cultura dominante. Un punto de vista alternativo para el estudio de
mismo es aquel que reconoce la importancia del concepto de Antonio Gramsci
en el sentido que todas las lenguas contienen los principios de una concepción
del mundo.

LA HISTORIA.

Es una forma crítica de abordar por lo cual se intentaría hacerles entender


a los estudiantes para maestros la manera en que se forman las tradiciones
culturales; también habría la idea de arrojar luz sobre los diversos modos en que
se han construido y entendido los planes de estudio y los textos basados en la
disciplina, a lo largo de distintos periodos históricos. El importante
eslabonamiento entre la cultura y la historia se puede establecer recalcando que
la lectura ocurre dentro de la historia, y el punto de integración es siempre el
lector.

LA CULTURA.

El concepto, por variado que pueda ser, resulta esencial para cualquier
plan de estudio. La cultura como un conjunto de prácticas e ideologías en los
diferentes grupos se unen para dar su apoyo para dar sentido al mundo. El
estudio de las culturas, aquello que se llega a conocer como los estudios
culturales; debe ser detallado como las formaciones de clase, género y tiempo.
Un programa de estudios culturales, también podría convertirse en el lugar para
iniciar nuevas relaciones entre la escuela pública y comunidad en general.

HACIA UNA PEDAGOGÍA CRÍTICA PARA EL AULA.

Deseo subrayar aquí que las escuelas púbicas dan forma a las actitudes que
los futuros maestros llevan sus experiencias clínicas y dichas actitudes. La
primacía de la experiencia del estudiante. Como construcción historia y practica
vivida que produce legitima dentro de formas sociales particulares, la
experiencia estudiantil se convierte en objeto de indagación, y no es algo dado,
no problemático. La historiedad del conocimiento, la experiencia ofrece la base
para ayudar a los alumnos a desarrollar respeto por su propia experiencia, a
manera de que pueda legitimar y hacer suyo su propio lenguaje e historia. En
parte, esto sugiere que los maestros deberán aprender a crear una continuidad
afirmativa y critica entre la manera en que los estudiantes ven el mundo y
aquellas formas de análisis que proporcionan la base tanto para analizar como
para enriquecer tales perspectivas.

LA VOZ DEL ESTUDIANTE Y LA ESFERA PÚBLICA.

Se halla relacionada con los medios discursivos con los cuales maestros y
alumnos tratan de hacerse oír y definirse como autores de sus mundos. Azar la
voz significa, para citar, volver a relatar una historia con las palabras propias de
manera más específica, la palabra voz se refiere a los principios del dialogo,
según se anuncian y se representan dentro de escenarios sociales particulares.
Es un desafortunado altruismo el decir que cuando las comunidades son
ignoradas por parte de los maestros los alumnos se ven atrapados en
instituciones que no solo les niega una voz, sino que también los privan de una
comprensión relacional o contextual del modo en que los conocimientos que
adquiere en el aula se pueden emplear para influir en la esfera pública y
transformarla.

De manera similar, la educación pública debe realizar la labor de educar a


los ciudadanos a manera de que corran riesgos de que pugnen por el cambio
social e institucional ni que luchen en favor de la democracia y en contra de la
opresión, tanto dentro como fuera de las escuelas la adquisición de facultades
criticas pedagógicas va necesariamente acompañada de la transformación social
y política.

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