La Docena Dorada

Irving Chernev
Partida Nº 6 aplastado después de 7.¢e2 ¤xc1+ 8.¦xc1
Nimzowitsch rara vez realizaba ataques a6 9.d4! cxd4 10.£xd4 £xd4 11.¤xd4 e6
al flanco de rey. A este le da su toque perso- 12.¤a4! ¤d7 13.¦hd1 b5 14.¤xe6! fxe6
nal con movimientos de problema que me- 15.¥xe6 bxa4 16.¦xc8+ ¦xc8 17.¥xd7+
recen signos de exclamación. ¢d8 18.¥g4+ ¥d6 (esperando 19.¦xd6+
Tomemos como ejemplo su decimoc- ¢c7) 19.¥xc8, y el Blanco tiene el juego ga-
tavo movimiento 18.¤h1!, que evocó este nado.
comentario de Le Jardin des Echecs: “Este 7.O-O ¤8c6
golpe sin precedentes, tan perfectamente 8.d3 ¤d4
“nimzovichien”, es uno de los más misterio- 9.¤xd4 cxd4
sos que hemos visto en el ajedrez. ¿Qué otro 10.¤e2 a6
maestro habría podido darse cuenta de que 11.¤g3 ¥d6
este es el golpe más ofensivo en esta posi- 12.f4 O-O
ción? ¡Es surrealismo!” 13.£f3 ¢h8
14.¥d2 f5
Blancas: A. Nimzowitsch 15.¦ae1 ¤c6
Negras: A. Rubinstein 16.¦e2 £c7
Apertura Inglesa
Dresden, 1926

1.c4 c5
2.¤f3 ¤f6
3.¤c3 d5
4.cxd5 ¤xd5
5.e4 ...
A Nimzowitsch no le importa atrasar
el avance del peón dama a cambio de otras
ventajas.
5. ... ¤b4
6.¥c4! ...
Incluso en esta etapa temprana de la
apertura se puede caer fácilmente en una Nimzowitsch ofrece buenos consejos
trampa por la plausible 6.d4, después de en este punto. Dice: “En posiciones apreta-
lo cual 6. ... cxd4 7.¤xd4 £xd4 8.£xd4 das nunca se debe regalar la más leve posi-
¤c2+6, y las negras ganan una pieza. bilidad de un futuro movimiento”. Al jugar
6... e6 16. ... £c7 se regala la posibilidad de jugar
Tres años después de este juego, Rubins- ...£f6 después de 17.exf5 exf5. El movi-
tein intentó 6...¤d3+ contra Takacs y fue miento correcto era por lo tanto 16...¥d7,

-15-
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y si entonces 17.exf5 exf5 18.¦fe1 sigue 18.
... £f6, y las negras están mucho mejor que
con el movimiento realizado.
17.exf5 exf5
18.¤h1!! ¥d7
¡Maravilloso! ¡Un movimiento de pura
genialidad! El caballo se retira a la esquina y ganan rápidamente después de 34.£e5+.
dando el primer paso en su largo viaje hacia
g5, desde donde puede tomar parte en el
fuerte ataque.
19.¤f2 ¦ae8
20.¦fe1 ¦xe2
21.¦xe2 ¤d8
Si 21...¦e8 22.£d5 ¤e7 23.£f7, y el
negro está un poco atado.
22.¤h3 ¥c6
“Aquí”, dice Nimzowitsch, 22...¦e8 lle-
varía a una combinación llena de bromas,
por ejemplo, 23.£h5 ¦xe2 24.¤g5 h6
25.£g6 hxg5 26.£h5 mate.”
23.£h5 g6
24.£h4 ¢g7
25.£f2! ...
El primer intento se frustró, Nim-
zowitsch ataca ahora al peón aislado, y obli-
ga así a su oponente a reagrupar sus fuerzas.
25. ... ¥c5
Si 25...£b6 26.b4 seguido de 27.¥c3
sería decisivo.
26.b4! ¥b6
27.£h4! ...
El tema de volver como un problema.
La dama regresa con una poderosa amenaza
28.¦e7+ ganando la dama.
27. ... ¦e8
28.¦e5! ...
Siguiendo los consejos recomendados
en “Mi sistema”: un post avance constituye
la base para nuevos ataques.
28. ... ¤f7
Por supuesto que no se puede ju-
gar 28...¦xe5 29.fxe5 £xe5, después de
30.£h6+ seguido de mate.
Tampoco es bueno 28...h6, segui-
ría 29.g4 fxg4 30.f5 £xe5 31.f6+ £xf6
-16-
32.£xh6 mate.
29.¥xf7 £xf7
Si las negras intentan simplificar la po-
sición con más intercambios por medio de
29...¦xe5 30.fxe5 £xf7, las Blancas conti-
núan con 31.¤g5 £g8 32.e6 ¥d5 33.£f4
30.¤g5 £g8
31.¦xe8 ¥xe8
32.£e1! ...
¡Otra vuelta atrás de la Dama!
A pesar de las pocas piezas
en el tablero, Nimzowitsch logra
conjurar un ataque de acoplamiento.
Su amenaza ahora es 33.£e5+ ¢f8 (si
33.£e5+ ¢h6 34.¤e6, gana) 34.£f6+ ¥f7
35.b5 (el alfil se prepara para dar un jaque
mortal) ¥c5 36.¤e6+ ¢e8 37.£d8 mate.
32. ... ¥c6
Si las negras juegan 32...¢f8, sigue:
33.£e5 ¥d8 (o 33...£xa2 34.£f6+ ¥f7
35.¤xf7 £xd2 36.¤e5+y mate en dos)
34.¤e6+ ¢e7 35.£c5+ ¢d7 36.¤f8+, y
deben renunciar a su dama.
33.£e7+ ¢h8
Si 33...¢h6 34.¤e6 gana rápidamente.
34.b5! ...
¡Ataque repentino! El blanco ofrece un
peón en el flanco de dama para lograr un
mate en el flanco de rey.
34. ... £g7
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El negro cede a la desesperación y co-
mete hara-kiri. La alternativa 34...axb5
conduce a una victoria forzada para el Blan-
co, de la siguiente manera: 35.¤e6 h5 (aire,
aire!) 36.£f6+ ¢h7 37.¤g5+ ¢h6 38.¥b4
(Ahora vemos cómo el sacrificio del peón
despejó el camino para el alfil) y la amenaza
de 39.¥f8+ obliga a las negras a renunciar a
su dama.
35.£xg7+ ¢xg7
36.bxc6 bxc6
37.¤f3 c5
38.¤e5 ¥c7
39.¤c4 ¢f7
40.g3 ¥d8
41.¥a5 ¥e7
42.¥c7 ¢e6
43.¤b6 h6
44.h4 g5
45.h5 g4
46.¥e5
1-0
Uno de mis juegos de ataque más ele-
gantes: Nimzowitsch.

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