Вы находитесь на странице: 1из 1

La relación distintiva hombre-naturaleza, industria-naturaleza, sociedad-naturaleza, condiciona en

la sociedad la distinción de esferas relativamente autónomas que serán llamadas por Marx
“producción”, “distribución”, “consumo”. Sin embargo, ese nivel de distinciones en general,
considerada en su estructura formal desarrollada, presupone (como lo habría mostrado el mismo
Marx) no solamente el capital y la división del trabajo, sino que la falsa conciencia que el ser
capitalista tiene necesariamente de sí y de los elementos fijados en un proceso de conjunto. (AO,
9)

Ahora, esto no quiere decir que las formas de producción social no impliquen una “parada
improductiva inengendrada, un elemento de anti-producción acoplado con el proceso, un cuerpo
lleno determinado como socius” (AO, 16). Y como dicen Deleuze y Guattari, ese cuerpo puede ser
el de la tierra, el despótico o bien el del capital. Esas son las determinaciones sociales que puede
adquirir el cuerpo sin órganos. Y es en ese sentido que “el capital es el cuerpo sin órganos del
capitalista, o más bien del ser capitalista” (AO, 16). El capital carga la máquina de fabricar una
plusvalía relativa, al mismo tiempo que se encarna en ella como capital fijo. Y sobre el capital se
enganchan las máquinas y los agentes de producción, hasta el punto que su funcionamiento
mismo es milagroseado por él: todo parece (objetivamente) producido por el capital en tanto que
casi-causa (AO, 17). Aquí, como habría dicho Marx, en el comienzo, los capitalistas tendrían que
haber tenido necesariamente conciencia de la oposición entre trabajo y capital, así como del uso
del capital como medio para arrebatar sobretrabajo. Pero rápidamente se instala ese “mundo
perverso embrujado” al mismo tiempo que el capital juega el rol de superficie de registro que se
vuelca sobre toda la producción, siendo el “derecho del registro” el de otorgar la plusvalía o
“realizarla”.

“Con el desarrollo de la plusvalía relativa en el modo de producción específicamente


capitalista, mientras que los poderes productivos del trabajo social son desarrollados,
estos poderes productivos y las interrelaciones sociales del trabajo en el proceso laboral
directo parecen ser transferidos desde el trabajo al capital. El capital entonces se vuelve
un ser bastante místico, puesto que todas las fuerzas sociales productivas del trabajo
parecen deberse más a él que al trabajo en sí mismo, y parecen salir del vientre del mismo
capital” (Marx, 1894/2010, p. 597).

Y lo que aquí es específicamente capitalista es el rol del dinero y el uso del capital como cuerpo
lleno para formar la superficie de inscripción o de registro.

Вам также может понравиться