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La Semana Santa

El jueves, el viernes y el sábado santos, o triduo pascual, simbolizan el cambio del


mundo viejo al nuevo, son los días de renovación a través de la búsqueda y muerte de
Jesús. Estos días son de liturgias especiales y no se ofrecen misas personales de ningún
tipo.

En estos días se recuerda la última cena de Jesús, con sus 12 discípulos; la traición
de Judas, que entregó a Jesucristo para que fuera sentenciado y condenado a muerte; el
vía crucis y la crucifixión.

La vía cruces es el camino de la cruz, el recorrido que hace Jesús coronado de


espinas, cargando el travesaño donde será clavado, hacia la cima del monte del Calvario.
En ese recorrido Jesús recibe los azotes e insultos de la guardia romana, cae exhausto en
tres ocasiones y vive además el inmenso dolor de su madre, María, y de María Magdalena.

Las catorce estaciones de la vía cruces simbolizan para los cristianos el camino de
dolor que lleva a la resurrección del espíritu. El viernes santo a las tres de la tarde se
cumple el episodio más triste de la Semana Santa; la muerte de Cristo. El sábado de gloria
se celebra la vuelta del espíritu de Cristo al reino de Dios. En nuestro país, los fieles
acostumbran arrojarse agua. El domingo de resurrección se alcanza el momento de mayor
júbilo en este calendario: Jesucristo vuelve desde la muerte.

Aparece más tarde en distintas ciudades, ante algunos de sus seguidores, a quienes
pide que prosigan con la realización y difusión de su mensaje. Así concluye la Semana
Santa. Esta fiesta que simboliza la renovación de la humanidad misma, está regida por el
calendario litúrgico de la iglesia católica, por lo que sus fechas son movibles, varían en
sus inicios entre finales del mes de marzo y principios del mes de abril de cada año. Una
de las festividades típicas es la que se efectúa el Viernes Santo en la ciudad de San Luis
Potosí, conocida como la Procesión del Silencio, en la que el pueblo sale a la calle a
presenciar el desfile de encapuchados, diferentes cofradías de hombres y mujeres y la
exposición de grandes imágenes que muestran las etapas del sufrimiento de Jesucristo y
la Virgen María su crucifixión y muerte. Es célebre la procesión de Taxco, Guerrero, en
la que participan muchos paisanos lacerándose, en penitencia por los pecados cometidos
y en busca de recibir la gracia de Cristo que rememoran.

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 Domingo de ramos

En la Semana Santa se celebran los misterios de salvación realizados por Cristo en


los últimos días desde su entrada mesiánica en la ciudad de Jerusalén. La semana santa
comienza con el domingo de Ramos de la Pasión Señor, que une el triunfo de Cristo -
aclamador como Mesías por los habitantes de Jerusalén y hoy en el rito de la procesión
de las palmas por los cristianos- y el anuncio de la pasión con la proclamación de la
narración evangélica en la Misa. Los ramos no son algo así como un talismán, ni un
simple objeto bendito, sino el signo de la participación gozosa en el rito procesional,
expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, Mesías y Señor, que va hacia la muerte para la
salvación de todos los hombres. Por eso, este domingo tiene un doble carácter, de gloria
y de sufrimiento, que es lo propio del Misterio Pascual.

Los días que van hasta el jueves santo pertenecen al tiempo cuaresmal, pero están
caracterizados por los últimos acontecimientos de la vida del Señor, con exclusión de
otras celebraciones.

En la mañana del Jueves Santo (o en otro día cercano), el obispo celebra, junto con su
presbiterio, la Misa Crismal o de los Santos Oleos, en la que se bendicen los óleos que se
usarán para la celebración de los sacramentos.

 Jueves Santo

El Jueves Santo abre el Triduo pascual con la Eucaristía vespertina porque así como
la Cena del Señor marcó el inicio de la pasión mientras Jesús se encamina a la donación
de su vida en sacrificio expiatorio para la salvación del mundo, establece su mediación
objetiva en el rito convival de la nueva alianza, y releva su inmensa caridad, que es la
base de su pasión y de su muerte. La Eucaristía, símbolo y fuente de caridad, sugiere una
respuesta de amor agradecido mediante la adoración del Santísimo Sacramento hasta la
medianoche, cuando comienza la memoria de la pasión y de la muerte.

 Viernes santo

El Viernes Santo es el día de pasión y muerte del Señor y del ayuno pascual como
signo exterior de nuestra participación en su sacrificio. Este día no hay celebración

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eucarística, pero tenemos la acción litúrgica después de mediodía para conmemorar
la pasión y la muerte de Cristo. Cristo nos aparece como el Siervo de Dios anunciado
por los profetas, el Cordero que se sacrifica por la salvación de todos. La cruz es el
elemento que domina toda la celebración iluminada por la luz de la resurrección, nos
aparece como trono de gloria e instrumento de victoria; por esto es presentada a la
adoración de los fieles. El Viernes Santo no es día de llanto ni de luto, sino de amorosa
y gozosa contemplación del sacrificio redentor del que brotó la salvación. Cristo no
es un vencido sino un vencedor, un sacerdote que consuma su ofrenda, que libera y
reconcilia, por eso nuestra alegría.

 Sábado santo

El Sábado Santo es el día de la sepultura de Jesús y de su descenso al lugar de los


muertos, es decir, de su extremo abajamiento para liberar a los que moraban en el reino
de la muerte.
Este es el día de espera litúrgica por excelencia, de espera silenciosa junto al sepulcro: el
altar está desnudo, las luces apagadas; pero se respira un ambiente de fervorosa espera,
llena de paz y cargada de esperanza.

Vigilia pascual Esta Vigilia es la más grande y santísima noche del año, la celebración
antigua, más importante y más rica de contenido. No se vela porque Cristo resucitó en la
noche o para esperar la resurrección, sino para expresar que vivimos en espera, en la
vigilancia y en la esperanza de la venida del Señor, del cumplimiento del nuevo y
definitivo paso con él. En el centro de los ritos iniciales se encuentra el cirio, símbolo de
Cristo resucitado; a su luz se escucha luego la lectura de la Palabra de Dios en la que se
evoca la historia de la salvación desde la creación hasta la resurrección y exaltación de
Cristo; sigue la primera participación en la Pascua por medio de la recepción del Bautismo
o de la renovación de los compromisos bautismales con la profesión de fe; y por último
la Eucaristía, banquete de la nueva alianza, en que Cristo, Cordero pascual que se ha
hecho nuestro alimento, destruye la muerte nos da nueva vida.

Semana Santa en Paraguay


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La religiosidad popular es un conjunto de expresiones culturales, de origen
familiar, o de grupos sociales que fueron transmitidas de generación en generación y hoy
día aún siguen vigentes. Estas experiencias podemos contar a las nuevas generaciones.

Este es el caso de los cánticos de los “estacioneros” que se caracterizan por un


cierto sentido catequístico; pasión y muerte de Cristo, también didáctico, narrativo y a
veces dialogado, donde no utilizan instrumentos musicales, sino son frases rítmicas casi
incompleta. Los estacioneros cantan a dos voces y por momentos tienen la voz un poco
afinada. Cuando cantan a dúo los versos son breves y cuando el coro acompaña se
prolongan los cánticos, porque sus versos son más largos. En Paraguay la Semana Santa
está cargada de profunda significación religiosa. La iglesia y parroquias católicas se
llenan de fieles, y hay mucho respeto hacia estos actos de religiosidad en el interior del
país e inclusive en Asunción y sus alrededores.

Así aparecen los estacioneros que recorren las calles con una cruz, faroles y sus
cánticos lastimeros, que van narrando las diferentes etapas dolorosas de Jesús. La gente
que asiste a las iglesias participa con mucha devoción e inclusive están dispuestas a
escuchar, se vuelven más tolerantes, todos quieren ser buenos y bondadosos.

Los Miércoles Santo en el interior del país, también en Asunción: las familias se
reúnen en una casa donde está el tatakua y todos participan en la tarea de preparar: los
alimentos tradicionales las mujeres, y los hombres a hacer leña, prender el fuego y
controlar que el tatakua esté a punto para la cocción de los alimentos, ante la mirada de
los niños que también participan con mucho entusiasmo en las tareas asignadas. La chipa
es señal de amistad y de compartir con el semejante.

Jueves Santo: A la mañana se prepara un “karu guasu” al mediodía donde la familia


comparte un gran almuerzo y la carne es la favorita; porque el Viernes Santo es un día de
abstinencia y ayuno, no se come carne roja según la tradición. A la tardecita los
pobladores van a la iglesia a celebrar el acto religioso del lavatorio de los pies y luego la
adoración al Santísimo.

Viernes Santo: Las plantas recogidas antes del sol son bendecidas según la tradición. No
se puede correr, tirar piedras, gritar, hacer fuego (solo lo necesario) porque la gente de
antes decía si se corre, se pisa fuerte, se grita o se tira o le pegan a alguien, lo hacen a
Jesús. Es un día cuando uno visita a sus parientes o vecinos a quienes se invita con chipa
o sopa paraguaya, como signo de projimidad.

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Después del mediodía, la gente va a la Iglesia a participar de los actos religiosos,
donde escuchan el sermón de las Siete Palabras. El calvario está preparado con una cruz
grande donde será crucificado Jesús. Este lugar está adornado con laureles y hojas de caña
dulce o pintó. Y aquí nuevamente aparecen los estacioneros, van cantando y relatando la
vida y pasión de Jesús, los versos tienen 24 estrofas y cada una de ellas va describiendo
lo que acontece en esos momentos en qué los sentimientos de los presentes afloran. A las
3 de la tarde muere Jesús en la cruz.

Tupãitü: significa el beso a Jesús, se conoce como Adoración de la cruz. La feligresía


participa.

Sábado Santo: hay aún un sentido de respeto, es aún un día de ayuno y abstinencia en
algunos lugares.

Domingo de Pascua: Al amanecer se realiza el acto de “Tupãsÿ Ñuguaitî (El encuentro


de Jesús con su Madre) es muy emotivo este encuentro de la madre con su hijo resucitado.
Después de participar de la Misa de resurrección, los hijos ponen “sea” (piden la
bendición) a sus padres y padrinos, y estos le dan una palmada en la nalga en señal que
se portaron mal durante la cuaresma y en un sentido de perdón; luego dan la bendición y
el abrazo. el ahijado de bautismo y de confirmación lleva un regalo a sus padrinos,
consistente en sopa paraguaya y pollo asado o el ryguasu ka’ê (en el interior del país).

Muchos recuerdan son nostalgia esa palmada y aún se observa hoy día cuando los
niños corren y se dan palmadas diciendo “pascua” y corren.

Colombia:

La mayor celebración se da en la ciudad colombiana Popayán, (occidente) allí se


recrea la muerte de Jesús que es representada a través de un esqueleto de origen Alemán
del siglo XVIII junto a ángeles cargan martillos y cinceles.

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Estas procesiones fueron inscritas en la lista representativa del Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en septiembre de 2009.

Filipinas:

Quizás la celebración más polémica es la que se celebra en Filipinas. Allí muchas


personas recrean el mismo dolor que dicen sufrió Jesús. En la localidad de San Pedro de
Cutud, 10 personas son crucificadas (clavos en los manos incluidos) y otras tantas pasean
por la ciudad dándose latigazos hasta sangrar. Es quizá en este país donde las
representaciones de la Semana Santa son en carne viva y recrean el "verdadero" dolor de
Jesús.

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Un actor vestido de demonio participa en una Varios niños juegan junto a las tres cruces que se utilizarán
ceremonia conocida como 'Los Talciguines', en la recreación de la crucifixión de Jesucristo, en la
como parte de las actividades religiosas para localidad de San Pedro Cutud, San Fernando, al norte de
marcar el inicio de la Semana Santa en
Manila (Filipinas).
Texistepeque.

Unos penitentes llevan a sus espaldas manojos Cristianos durante la misa del Domingo de Ramos
de cactus espinosos durante una procesión de en la Catedral de la Cueva, en las colinas de
Jueves Santo en Taxco (México). Mokattam con vistas a El Cairo, Egipto.

Niños filipinos con cruces de madera, mientras un hombre


Samaritanos participan en la tradicional ceremonia de sacrificio
pinta con spray. Su pueblo se prepara para los rituales en
de la Pascua, durante la cual sacrifican ovejas y cabras, en el
la provincia de Pampanga, en el norte de Filipinas, el 10
monte Gerizim, cerca de la ciudad de Nablus.
de abril de 2017.

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