Вы находитесь на странице: 1из 16

Arbitraje

Concepto. El arbitraje como alternativa


Se toma como base la bibliografía del profesor Roque Caivano.

Todos los seres humanos vivimos en sociedad o en comunidad y, con el fin


de lograr una armoniosa convivencia, existen normas que regulan el
comportamiento de todos y cada uno de los que se encuentran en ella, es
natural de las personas, se vive en permanente conflicto, donde algunos
objetivos de los miembros de dicha relación son incompatibles.

Como consecuencia de eso, el Estado de derecho no desterrar a los


conflictos, sino que prevé determinados procedimientos para lograr su
resolución. No todo conflicto se encuentra comprendido dentro de las
normas del sistema, ya que muchos de ellos se generan por conductas que
no se encuentran prohibidas por la ley y, en virtud del principio de clausura,
todo lo que no está jurídicamente prohibido se encuentra jurídicamente
permitido. A ese tipo especial de conflicto, conocido como “conflicto
permitido versus permitido”, el sistema tradicional de resolución de
conflictos, esto es, el sistema jurídico, no lo resuelve.

Por otro lado, y como consecuencia de aspectos formativos y culturales, los


profesionales vinculados a la rama del derecho consideran, generalmente,
que si existe un conflicto, debe ser resuelto por el sistema judicial y, en
consecuencia, son miles las causas que a diario se inician en los juzgados.

La jurisdicción es la actividad por la que se procura restablecer un orden


jurídico vulnerado por las acciones de los seres humanos contrarias a las
que la norma postula y se expresa por intermedio de las sentencias, que es
la decisión que toma el juez en cada caso en concreto. Sus características
principales son las de ser vinculante y obligatoria.

Ahora bien, en todo este contexto, surgen los métodos alternativos de


resolución de disputas (RAD) y, entre ellos, el arbitraje.

Estas herramientas son muy útiles para tratar conflictos que se generan por
la conducta indebida de una de las partes, siempre que se trate de
cuestiones disponibles por las partes y también para aquellas situaciones
de conflictos permitidos versus permitidos.

Si bien es cierto que la solución de los conflictos interesa a toda la


sociedad, en la mayoría de los casos solo afecta el interés de las partes
involucradas y, por lo tanto, pueden ser resueltos por otras vías, como es el
arbitraje, sin necesidad de poner en funcionamiento toda la maquinaria
judicial.

En este contexto:
El arbitraje puede ser una de las fórmulas a través de las
cuales se asegure a los ciudadanos el acceso a una justicia
eficiente, administrada por las propias partes dentro de su
esfera de libertad, y en el marco de sus derechos
disponibles. (Caivano, 2008, p. 25).
Concepto
Se podrían mencionar muchos autores más, pero, a los efectos de dar una
definición más amplia, tomando en cuenta las características principales
del arbitraje y tratando de buscar una síntesis de diversos conceptos, es
posible definir el arbitraje de la siguiente manera:
El arbitraje es un procedimiento por el cual se somete una
controversia, por acuerdo de las partes o por imperio de la
ley, a un árbitro o a un tribunal de varios árbitros que dicta
una decisión (LAUDO) sobre dicha controversia que es
obligatoria para las partes. Al escoger el arbitraje, las partes
optan por un procedimiento privado de solución de
controversias en lugar de acudir ante los tribunales.
(Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, s. f.,
https://goo.gl/D412Ln).
Por su parte, el Código Civil y Comercial de la Nación en su artículo 1649
nos da la siguiente definición:
Hay contrato de arbitraje cuando las partes deciden someter
a la decisión de uno o más árbitros todas o algunas de las
controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas
respecto de una determinada relación jurídica, contractual o
no contractual, de derecho privado en la que no se
encuentre comprometido el orden público.2
Si se toma en cuenta la clasificación de los métodos de resolución de
conflictos que se expuso en la primera lectura -siguiendo como criterio, por
un lado, a quienes tomaban la decisión final y, por otro, cuál es la actitud
de las partes en el proceso-, se puede afirmar lo siguiente:

2 Art.1649, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación. Recuperado de https://goo.gl/qBs4p5
Figura 1: Arbitraje

Fuente: elaboración propia.

Teniendo en cuenta estos dos aspectos, se puede visualizar que, en el


marco de los métodos alternativos, el arbitraje es el más parecido por sus
características similares a las del litigio y, en consecuencia, marca sus
diferencias con otros métodos como la conciliación o la mediación.
Método heterocompositivo
Se afirma que es un método heterocompositivo en virtud de que la
decisión final no surge de las partes, sino de un tercero, a saber, el árbitro.
Algunos autores lo caracterizan como adjudicativo, es decir que la
resolución es producto de la “adjudicación” que efectúa el tercero neutral
que interviene con ese propósito en el conflicto o disputa.
La diferencia, entonces, con la mediación radica en que el tercero neutral
no auxilia ni colabora con las partes para que estas arriben a un acuerdo
que resuelva el conflicto, sino que, por el contrario, impone una decisión a
través de su pronunciamiento.
En el caso del arbitraje voluntario, la decisión final surge de un tercero
neutral, pero, con el fin de llegar al arbitraje, es necesario que exista un
acuerdo entre las partes para resolver los conflictos por esta vía,
renunciando a la instancia judicial. Es por esta cuestión que parte de la
doctrina sostiene que este método, si bien es heterocompositivo, requiere
de un principio de autocomposición, fundamentalmente cuando las partes
voluntariamente aceptan resolver sus controversias y diferendos por esta
vía.
Pero lo que no tiene discusión alguna es la heterocomposición en la
decisión final, que acerca el arbitraje al litigio, más que a la mediación o a la
conciliación.

Esa resolución que adopta el árbitro se denomina laudo y tiene las


características propias de una sentencia.

Método adversarial
Esta clasificación se relaciona con la actitud que las partes adoptan en el
desarrollo de este método.
Las partes no llevan adelante conductas de cooperación o colaboración
para encontrar juntas la solución al problema, fundamentalmente porque
no son ellas la que van a tomar esa decisión, sino un tercero neutral, al que
aquellas tendrán que convencer de que su planteo es el más adecuado; por
lo tanto, la posición de las partes en este proceso es de adversarios,
enfrentados entre ellos, y donde buscan imponer sus posiciones.

En ese aspecto, se aproxima más al litigio que a los métodos alternativos


como la mediación o la conciliación. Su estructura es básicamente la de un
juicio y “el rol del árbitro es similar al de un juez: las partes le presentan un
caso, prueban los hechos y sobre esa base decide la controversia”
(Fundación Pública Andaluza "Centro para la Mediación y Arbitraje de
Andalucía", s. f., https://goo.gl/jCPof7). Incluso ese pronunciamiento, en
determinados casos, puede ser recurrido ante otra instancia.

El arbitraje es un método alternativo de resolución de conflictos y mantiene


con el juicio una diferencia sustancial: la decisión final no emana de los
jueces del Estado, sino de particulares libremente elegidos por las partes,
con un procedimiento flexible y con las menos interferencias formales
posibles.
Características del arbitraje
Justamente por ser un método de resolución alternativa de conflictos,
presenta las características propias de estos, a saber:
Celeridad
El arbitraje, plantea una notable ventaja en relación con el litigio, ya que
sus procedimientos son mucho más breves en el tiempo, es decir que
acarrean una notable disminución de los tiempos, lo que disminuye el
enfrentamiento aun entre partes y, a su vez, dota de mayor certidumbre al
sistema.
El artículo 630 el Código de Procedimiento Civil y Comercial de la provincia
de Córdoba establece:
Contenido. Plazo
Los árbitros pronunciarán su fallo sobre todos los puntos
sometidos a su decisión y dentro del plazo señalado en el
compromiso, con las prórrogas que se les hubieren
acordado.
Cuando no hubiere plazo estipulado, la sentencia deberá
dictarse dentro de los cinco meses.3

Es decir que las partes tienen la facultad de establecer un plazo para el


dictado del laudo por parte de los árbitros, pero, ante el silencio de las
partes, nunca el plazo podrá ser mayor a 5 meses.

Sencillez
Si bien se ha dicho anteriormente que es el método más parecido al litigio
judicial, el proceso no cuenta con las solemnidades que se encuentran en
un juicio. En este caso las partes podrán elegir a los árbitros y convenir las
normas de fondo y de forma aplicables al caso planteado.

3Art.
630, Ley N.° 8465 (17 de octubre de 2012). Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de
Córdoba. Legislatura de la Provincia de Córdoba. Recuperado de https://goo.gl/smPbai
Es la autonomía de las partes uno de los aspectos centrales de estos
métodos, particularmente del arbitraje, y son ellos los que tienen la
posibilidad de definir la forma de resolver el conflicto, los plazos, las
cuestiones que someten a revisión, quiénes serán los árbitros encargados
de resolver la disputa, cómo será el procedimiento para designarlo, de qué
características será el arbitraje que utilizarán, entre otros.
Economía
El valor económico debe ser evaluado desde dos ópticas en esta
herramienta; sin duda, por un lado, el menor costo que significa en relación
con los recursos económicos que debemos erogar al presentar una
demanda judicial.

Desde este aspecto, y si estos métodos fueran promocionados y difundidos


con mayor ímpetu, de manera que la sociedad y, particularmente, los
sectores más desfavorecidos tengan conocimiento de la existencia de estas
herramientas, como así también de los lugares donde poder asesorarse y
solicitar los servicios de un mediador, o de una instancia de arbitraje,
seguramente cumplirían un rol trascendental en garantizar la posibilidad de
resolver controversias que, de otra manera, quedarían inconclusas y
podrían generar futuros actos de violencia.

La otra lectura que se debe hacer desde lo económico se relaciona


directamente con el menor tiempo de duración, lo que necesariamente
reduce los costos que reviste un proceso prolongado en el tiempo, además
de la incertidumbre y las angustias que esto conlleva.

Flexibilidad
Una característica esencial del arbitraje y presenta una diferencia sustancial
con respecto al proceso judicial. Este es un proceso rígido, cuyos pasos y
plazos son inflexibles, mientras que el arbitraje es un proceso
absolutamente informal que, al ser definido por las partes, les permite
dotarlo de una total flexibilidad para acomodarlo a sus necesidades y
adecuarlo en virtud de la complejidad del caso a tratar.
Voluntariedad
Una de las principales ventajas del arbitraje, las partes son absolutamente
libres, por regla general, para adoptar el arbitraje como método para la
resolución de conflictos. De igual modo, esa voluntariedad se ve plasmada
al tener la posibilidad de decidir todo lo relativo al proceso y los árbitros
intervinientes, salvo que también, en ejercicio de esa voluntad, decidan
someter la disputa a un arbitraje institucional, pero donde las reglas están
predeterminadas y las partes las aceptan.
Confidencialidad
Una de las ventajas más importantes en todas las técnicas RAD. Todo lo que
se dice o se conoce en el proceso del arbitraje se encuentra tutelado por la
confidencialidad, lo que marca una diferencia sustancial muy importante
con el juicio.
Ventajas del arbitraje
Se pueden citar:
 especialización en el tema a decidir;
 economía de recursos humanos;
 mayor participación de las partes en el proceso;
 la posibilidad de crear un arbitraje a la medida del caso y de elegir a la
persona o personas que consideren idóneas para resolverlo;
 inmediatez entre las partes y la persona del árbitro.
Si se tienen en cuenta las características desarrolladas previamente, más las
ventajas enumeradas, se podrá observar que la ayuda o contribución que el
arbitraje puede generar al sistema judicial es muy valiosa,
fundamentalmente a partir de contribuir efectivamente en la
descongestión de los juzgados, y evitar que terminen en un tribunal,
además del menor costo y tiempo que implica esa decisión.
No es la única herramienta válida que puede contribuir a esta situación.
Tampoco se trata de una solución mágica a todos los problemas, pero es un
elemento que, conjugado con otros métodos, puede contribuir a generar
un sistema efectivo de resolución de disputas.

Considerar al arbitraje como un elemento alternativo al litigio no


presupone su reemplazo o su privatización como algunos críticos han
esbozado; muy por el contrario, el arbitraje y todos los métodos de
resolución alternativos de conflictos deben funcionar como instancias
complementarias del poder judicial y, en definitiva, que sirvan como filtros
de aquellas controversias que pueden ser resueltas de otra manera.

No olvidemos que los árbitros ejercen jurisdicción, pero nunca pueden


reemplazar a un juez en la utilización de la coacción o fuerza para hacer
cumplir con un laudo. Por tal motivo, el poder de imperio siempre será de
los jueces y, aun en el supuesto de haber sometido una causa a arbitraje y
teniendo un laudo con fuerza ejecutiva, solamente podrá ser ejecutado por
disposición de un juzgado.
Es notable cómo las empresas particularmente comienzan a demostrar un
interés por el arbitraje a partir del excesivo costo del proceso judicial. De
igual manera, muchos conflictos que afectan a consumidores comienzan a
resolverse por esta vía.
Ha crecido considerablemente la incorporación de cláusulas arbitrales en
los contratos y se incrementa en la medida en que se visualiza que este
método es una herramienta idónea para lograr reducciones en los costos
para la resolución de conflictos.
A partir de esta situación es que se han creados numerosos tribunales
arbitrales que buscan dar respuesta a estas demandas, pero aún se
mantiene a un nivel empresarial. Todavía no se visualiza una proyección a
nivel ciudadano común, donde este pueda recurrir a la vía del árbitro para
resolver situaciones cotidianas de convivencia vecinal o de conflictos
laborales, familiares, etcétera.

Si bien existe un Sistema Nacional de Arbitraje, reglamentado por Decreto


276/98, se torna indispensable contar con una ley nacional que establezca
los criterios uniformes para todo el país y que se convierta en una
herramienta promocionada y difundida en la sociedad, que transmita
confianza.

Además, no debemos olvidar que en el MERCOSUR (Mercado Común del


Sur) el arbitraje es una herramienta imprescindible, tanto para la resolución
de conflictos entre Estados (Tratado de Asunción), como para los que
afectan intereses entre particulares.

Por todo ello es que se considera indispensable contar con un marco


normativo ajustado a los tiempos actuales, que contemple el arbitraje
como un elemento de fondo y no solo como una herramienta
procedimental, como ocurre hoy.

Eso genera que, al ser un aspecto procesal, se lo trate como tal en los
códigos procesales, tanto de la nación como los provinciales, con las
consecuencias e inconvenientes que eso genera.
Ley Modelo de la UNCITRAL. Aspectos fundamentales
La Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil Internacional (CNUDMI - UNCITRAL [por su
denominación en inglés]) es un órgano subsidiario de la
Asamblea General. Prepara textos legislativos
internacionales para ayudar a los Estados a modernizar el
Derecho Mercantil y textos no legislativos para facilitar las
negociaciones entre las partes en operaciones comerciales.
(Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil
Internacional [CNUDMI], s. f., https://goo.gl/YN3JCj).

La CNUDMI aprobó el 11 de diciembre de 1985 la Ley


Modelo para el arbitraje comercial internacional. Dicha ley
está formulada para ayudar a reformar y modernizar sus
leyes sobre el procedimiento arbitral con el fin de que
tengan en cuenta los rasgos peculiares y las necesidades del
arbitraje comercial internacional. Regula todas las etapas
del procedimiento arbitral, desde el acuerdo de arbitraje,
pasando por la composición y competencia del tribunal
arbitral y el alcance de la intervención del tribunal, hasta el
reconocimiento y la ejecución del laudo arbitral. Refleja un
consenso mundial sobre los aspectos más importantes de la
práctica del arbitraje internacional aceptados por Estados de
todas las regiones y los diferentes ordenamientos jurídicos o
sistemas económicos del mundo. (Comisión de las Naciones
Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
http://www.uncitral.org/uncitral/es/uncitral_texts/arbitrati
on/1985Model_arbitration.html)
“Refleja un consenso mundial sobre los aspectos más importantes de la
práctica del arbitraje internacional aceptados por Estados de todas las
regiones y los diferentes ordenamientos jurídicos o sistemas económicos
del mundo” (CNUDMI, s. f., https://goo.gl/YN3JCj).
Esta Ley Modelo como su nombre lo indica es una “sugerencia para que los
estados incorporen sus principios en sus legislaciones y así poder unificar
criterios sobre los arbitrajes que se llevan a cabo. Esto es de suma
importancia si tenemos en cuenta la implicancia que tiene el arbitraje
internacional en cuestiones comerciales. Los estados no están obligados a
su aceptación o aprobación.
La versión aprobada en 1985 registra como antecedente inmediato la
Convención sobre el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias
Arbitrales Extranjeras (Convención de Nueva York 1958), denominada
comúnmente como la “Convención de Nueva York”.
De la nota explicativa de la secretaría de la CNUDMI acerca de la Ley
Modelo sobre Arbitraje Comercial Internacional de 1985, en su versión
enmendada en 2006 surgen algunas consideraciones que deben ser
remarcadas para comprender el significado real de esta sugerencia.
En dicha nota se destaca que:
la Asamblea General, en su resolución 40/72, de 11 de
diciembre de l985, recomendó “que todos los Estados
examinen debidamente la Ley Modelo sobre Arbitraje
Comercial Internacional, teniendo en cuenta la conveniencia
de la uniformidad del derecho procesal arbitral y las
necesidades específicas de la práctica del arbitraje comercial
internacional.4
En 7 julio de 2006, en su período número 39 de sesiones, la CNUDMI
enmendó la Ley Modelo. La Asamblea General, en su resolución 61/33, de
4 de diciembre de 2006, recomendó
Que todos los Estados adopten una posición favorable a la
incorporación al derecho interno de los artículos revisados
de la Ley Modelo, o de la Ley Modelo revisada de la
Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil

4Segunda parte, Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional. (1985). Naciones
Unidas. Recuperado de https://goo.gl/8z2Sv4
Internacional sobre Arbitraje Comercial Internacional,
cuando aprueben o revisen sus leyes.5
Desde su aprobación por la CNUDMI en 1985 y sus enmiendas de 2006, “la
Ley Modelo se ha convertido en la pauta legislativa internacional aceptada
de toda ley moderna de arbitraje, y un número significativo de países han
promulgado leyes en la materia tomándola como base” (Meruane Osorio,
2017, https://goo.gl/mE7UX5). Argentina no posee al día de hoy una ley
nacional de arbitraje; por ello, la sugerencia de esta ley modelo es una
propuesta interesante para seguir al momento de adecuar el ordenamiento
interno de país a las demandas actuales del comercio internacional.

Antecedentes de la Ley Modelo


La Ley Modelo en cuestión fue elaborada atento a las importantes
diferencias existentes entre las diversas leyes nacionales de arbitraje.
Además de esta disparidad de criterios, se comprobó que las leyes
nacionales solían ser particularmente inadecuadas para regular los casos
internacionales de comercio.
La fundamentación de la ley modelo destaca que “las formas de
insuficiencia que se observan en leyes nacionales anticuadas comprenden
disposiciones que equiparan el proceso arbitral a los litigios ante los
tribunales estatales y normas de carácter fragmentario que no regulan
todas las cuestiones de derecho sustantivo”. 6
Este es el caso de nuestro país donde encontramos que las regulaciones
normativas referidas al arbitraje se encuentran consagradas en el Código
de Procedimientos Civil y Comercial de la Nación y en algunos artículos
puntuales del Código Civil.
Pero, al tratar este método como un procedimiento especial y en virtud de
que las provincias se reservaron el derecho de dictar los marcos

5
Segunda parte, Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional (1985). Naciones
Unidas. Recuperado de https://goo.gl/8z2Sv4
6Segunda parte, Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional (1985). Naciones
Unidas. Recuperado de https://goo.gl/8z2Sv4
normativos procesales, cada una de estas tiene receptados en sus códigos
procesales civiles y comerciales las disposiciones referidas al arbitraje.
Igualmente, debe observarse, en este sentido, que los legisladores
provinciales no se preocuparon en profundizar estos procesos, sino que
simplemente copiaron, casi de forma textual, lo dispuesto por el código
nacional.
Caracteres fundamentales de esta Ley Modelo
Se aplica solamente para someter a arbitraje controversias de origen
comercial internacional: contiene un repertorio de normas básicas que, de
por sí, perfectamente podrían regular casos de arbitraje de otra índole. De
esta manera, los Estados pueden considerar la posibilidad de hacer
extensivo el ámbito de aplicación de la Ley Modelo a las controversias que
se pudieran suscitar en el plano interno.
Al adoptar este sistema, se desplaza la jurisdicción judicial, salvo expresa
disposición de la ley. Quedan reservadas al poder judicial las medidas
previsionales que son de su exclusiva aplicación: en este sentido, existe
una tendencia a limitar la intervención judicial en el arbitraje comercial
internacional. Esa tendencia se justifica porque las partes en un acuerdo de
arbitraje adoptan deliberadamente la decisión de excluir la competencia
judicial y prefieren la conveniencia práctica y la irrevocabilidad del proceso
arbitral.

En relación con las medidas que quedan reservadas al poder judicial, la


nota explicativa de la secretaría de la CNUDMI las divide en dos grupos. Por
un lado, las cuestiones relacionadas con el nombramiento, la recusación y
la terminación del mandato de un árbitro (artículos 11, 13 y 14), la
competencia del tribunal arbitral (artículo 16) y la nulidad del laudo arbitral
(artículo 34).

Por otro lado, se encuentran cuestiones como la asistencia de los tribunales


estatales para la práctica de pruebas (artículo 27), el reconocimiento del
acuerdo de arbitraje, incluida su compatibilidad con las medidas cautelares
ordenadas por un tribunal estatal (artículos 8 y 9), las medidas cautelares
dictadas por el tribunal estatal (artículo 17, inciso J) y el reconocimiento y
ejecución de medidas cautelares (artículos 17, inciso H, y 17, inciso I) y de
laudos (artículos 35 y 36).
Por lo demás, el modelo en cuestión es taxativo al expresar que “en los
asuntos que se rijan por la presente ley, no intervendrá ningún tribunal”
(Consejo Permanente de la OEA, Organización de los Estados Americanos,
Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos, 23 de abril de 2010,
https://goo.gl/CKR189).

El acuerdo arbitral puede adoptar la forma de cláusula compromisoria en


un contrato o en un documento independiente. No hace distinción entre
la cláusula compromisoria y el compromiso arbitral: en relación con este
aspecto, la original redacción de la Ley Modelo aprobada en 1985
establecía la necesidad de que el acuerdo se expresara por escrito, por lo
que sigue, en este sentido, lo consagrado por la Convención de Nueva York.
En la enmienda de 2006 y con el objetivo de ajustar mejor su contenido a
las prácticas contractuales internacionales, se revisó esta disposición.
Según surge de la nota explicativa:
La Comisión aprobó dos opciones, que reflejan dos formas
distintas de abordar la cuestión de la definición y forma del
acuerdo. La primera opción mantiene la estructura detallada
del texto original de 1985. En ella se confirma la validez y
eficacia de un compromiso por el que las partes deciden
someter a arbitraje una controversia existente (“compromiso
arbitral”) o futura (“cláusula compromisoria”). (Feldstein de
Cárdenas, Medina, Rodríguez, y Scotti, 2008,
https://goo.gl/Md41X2).
Siguiendo a la Convención de Nueva York se exige que el
acuerdo de arbitraje conste por escrito, pero se amplía el
sentido tradicional de ese concepto al equiparar la forma
escrita con todo otro medio “que deje constancia de su
contenido en cualquier forma”. El acuerdo de arbitraje podrá
concertarse en cualquier forma (incluso verbalmente), a
condición de que se deje constancia de su contenido. La
importancia de esa disposición radica en que ya no se exige
la firma de las partes ni un intercambio de
comunicaciones entre ellas. Se ha modernizado el
enunciado al utilizar vocabulario alusivo a la utilización del
comercio electrónico, que se ha inspirado en la Ley Modelo
de la CNUDMI sobre Comercio Electrónico de 1996 y la
Convención de las Naciones Unidas sobre la Utilización de
las Comunicaciones Electrónicas en los Contratos
Internacionales de 2005. (Rodríguez González, 2011,
https://goo.gl/Yu9GCZ).
En relación con la segunda opción se exime al acuerdo de ajustarse a
cualquier requisito de forma, dándole absoluta libertad a la partes para
definirlo.
El número de árbitros puede determinarse con libertad. A falta de
acuerdo, serán tres: el artículo 10 de la Ley Modelo consagra, con el
mismo criterio que aplica a otras etapas del proceso, la absoluta libertad de
las partes para acordar, en este supuesto, la cantidad de árbitros que
intervendrán en el procedimiento.

Avanza en el sentido de que si las partes nada dicen, el número será de


tres. Luego profundiza el procedimiento para su nombramiento, su posible
excusación o recusación, nacionalidad, la sustitución ante la posible
ausencia de uno de ellos, nombramiento de un árbitro sustituto, etcétera.
Las partes tienen libertad para establecer el procedimiento y convenir las
normas que se aplicarán: les reconoce a las partes amplia libertad para
definir todo el procedimiento, incluso las normas que deberán aplicar los
árbitros para dilucidar la cuestión expuesta.

Ese reconocimiento se encuentra consagrado en el artículo 19, por el que


se le otorga a las partes la libertad para convenir el procedimiento que ha
de seguir el tribunal arbitral en sus actuaciones. Además, faculta al tribunal
arbitral para que, a falta de acuerdo entre las partes, dirija el arbitraje del
modo que considere apropiado. La autonomía de las partes para
determinar las normas de procedimiento reviste especial importancia en
los casos internacionales, pues permite a las partes seleccionar o adaptar
las normas según sus deseos y necesidades concretos, sin verse
obstaculizadas por los conceptos tradicionales. (Santos Vijande 2011)
El tribunal tiene facultades para lo siguiente:
1) decidir si se realizarán audiencias para la presentación de pruebas o
alegatos finales;
2) nombrar peritos;
3) requerir el auxilio del tribunal judicial estatal;
4) dictar medidas cautelares.
La potestad que se le asigna al tribunal incluye el poder de decisión para
determinar si las pruebas aportadas a la causa son admisibles y/o
pertinentes y determinar su valor.

Le concede amplia facultades al tribunal arbitral para que pueda disponer


de diversas medidas que contribuyan a garantizar el proceso de la mejor
manera posible, sin necesidad de convertirlo en algo rígido y engorroso.

A partir de la enmienda del año 2006, el tribunal también está facultado


para dictar medidas cautelares, estableciendo expresamente en el artículo
17 que “Salvo acuerdo en contrario de las partes el tribunal arbitral podrá,
a instancia de una de ellas, otorgar medidas cautelares”7.

En el segundo inciso del mismo artículo, define:

Por medida cautelar se entenderá toda medida temporal, otorgada en forma


o no de laudo, por la que, en cualquier momento previo a la emisión del
laudo por el que se dirima definitivamente la controversia, el tribunal arbitral
ordene a una de las partes que:
a) mantenga o restablezca el status quo en espera de
que se dirima la controversia;
b) adopte medidas para impedir algún daño actual o
inminente o el menoscabo del procedimiento arbitral, o que se
abstenga de llevar a cabo ciertos actos que probablemente
ocasionarían dicho daño o menoscabo al procedimiento arbitral;
c) proporcione algún medio para preservar bienes que
permitan ejecutar todo laudo subsiguiente; o
d) preserve elementos de prueba que pudieran ser
relevantes y pertinentes para resolver la controversia.8
7Art. 16, Cap. 4, sección 1,Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional (1985).
Naciones Unidas. Recuperado de https://goo.gl/8z2Sv4
8Art. 16,Cap. 4, sección 1,Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional (1985).

Naciones Unidas. Recuperado de https://goo.gl/8z2Sv4

Contempla el procedimiento para reconocimiento y ejecución


de laudos
Un laudo arbitral, cualquiera que sea el país en que se haya dictado, será
reconocido como vinculante y, tras la presentación de una petición por
escrito al tribunal competente, será ejecutado en conformidad con las
disposiciones de este artículo 35 y del artículo 36 de dicha Ley Modelo9.
En sus normas sobre el pronunciamiento del laudo (artículos 29 a 31), la
Ley Modelo establece al respecto que todo laudo o decisión de otra índole
se adoptará por mayoría de votos de todos los árbitros, salvo las cuestiones
de procedimiento, sobre las que excepcionalmente podrá decidir el árbitro
presidente sin necesidad del resto de los votantes.
El laudo arbitral debe dictarse por escrito con indicación de su fecha. Debe
también ser motivado, a menos que las partes hayan convenido en otra
cosa o que se trate de un laudo pronunciado en los “términos convenidos”
por las partes [es decir, de un laudo que haga constar la transacción a la
que hayan llegado estas]. (Guzmán Galindo, s. f., https://goo.gl/RMQKpy).
En relación con la impugnación del laudo, es uno de los temas que más
inconvenientes genera por la diferencia de leyes entre el ordenamiento
jurídico de un país y otro. Por eso, la Ley Modelo pretende suplir esta
fuerte controversia y, por lo mismo, procura lograr una armonización de la
legislación de arbitraje internacional.
Para ello, enuncia motivos uniformes de impugnación de laudo y plazos
bien delimitados para ejercitar el recurso.
Reconoce un solo tipo de recurso, con exclusión de cualquier otro previsto
en una ley procesal del Estado del que se trate.
En ese sentido, el artículo 34 expresa:

9 Art.
35 y 36 Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional (1985). Naciones
Unidas. Recuperado de https://goo.gl/8z2Sv4
Artículo 34. La petición de nulidad como único recurso contra un laudo arbitral
1) Contra un laudo arbitral sólo podrá recurrirse ante un
tribunal mediante una petición de nulidad conforme a los párrafos 2)
y 3) del presente artículo.
2) El laudo arbitral sólo podrá ser anulado por el
tribunal indicado en el artículo 6 cuando:
a) La parte que interpone la petición pruebe:
1) Que una de las partes en el acuerdo de arbitraje al
que se refiere el artículo 7 estaba afectada por alguna
incapacidad, o que dicho acuerdo no es válido en virtud de la
ley a que las partes lo han sometido, o si nada se hubiera
indicado a este respecto, en virtud de la ley de este Estado; o
2) que no ha sido debidamente notificada de la
designación de un árbitro o de las actuaciones arbitrales o no
ha podido, por cualquier otra razón, hacer valer sus derechos;
o
3) que el laudo se refiere a una controversia no prevista
en el acuerdo de arbitraje o contiene decisiones que exceden
los términos del acuerdo de arbitraje; no obstante, si las
disposiciones del laudo que se refieren a las cuestiones
sometidas al arbitraje pueden separarse de las que no lo están,
sólo se podrán anular estas últimas; o
4) que la composición del tribunal arbitral o el
procedimiento arbitral no se han ajustado al acuerdo entre las
partes, salvo que dicho acuerdo estuviera en conflicto con una
disposición de esta Ley de la que las partes no pudieran
apartarse o, a falta de dicho acuerdo, que no se han ajustado a
esta Ley; o
b) El tribunal compruebe:
1) Que, según la ley de este Estado, el objeto de la
controversia no es susceptible de arbitraje; o
2) que el laudo es contrario al orden público de este
Estado.10
El plazo que se prevé para su formulación es de tres meses contados desde
la fecha de recepción del laudo. Incluso este puede ser otorgado por
tribunal con efecto suspensivo.
Según Caivano (2010), hay tres aspectos centrales que son méritos
indiscutibles de la ley, además del hecho de ser resultado del consenso
general de la comunidad jurídica internacional:
 Legitimidad de origen: dado que no puede negarse la autoridad que
implica la Comisión sobre el Derecho Mercantil Internacional de la ONU.
 Legitimidad de contenido: porque proporciona soluciones técnicas
adecuadas a los problemas más críticos del arbitraje.
 Buena política legislativa: porque mantiene un adecuado balance
general entre la autonomía de las partes y la intervención judicial.
También consideramos apropiado destacar la excelente labor realizada
en materia de principios que rige el proceso arbitral y que es claramente
un logro que debería ser incluido en la normativa nacional.
Por otro lado, las definiciones consagradas en el artículo 2 de la Ley
Modelo son un ejemplo a seguir para una propuesta seria en materia de
arbitraje.
Principios de la Ley CNUDMI
Más allá de las diferentes opiniones que la doctrina ha manifestado sobre
los principios que infunden a la ley de UNCITRAL, consideramos importante
destacar aquellos que brevemente han sintetizado Feldstein de Cárdenas y
Leonardi de Herbón (2008) y que exponemos a continuación:
A. Autonomía de la voluntad: las partes gozan de amplias libertades que
les permiten convenir las normas sustantivas y adjetivas que aplicarán, los
árbitros que resolverán la controversia y hasta la renuncia de recurrir el
laudo.

10Art.
34, Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional (1985). Naciones
Unidas. Recuperado de https://goo.gl/8z2Sv4
B. Rechazo al arbitraje deslocalizado o transnacional: porque siempre
remiten a la legislación y jurisdicción interna de manera supletoria. Esto
pone claramente de manifiesto el carácter complementario del arbitraje
para con el sistema judicial.
Consideramos importante destacar que estos principios demuestran la
utilidad y posibilidad de aplicación de la ley en los otros países, donde hay
marcos regulatorios arbitrales vigentes.

Ventajas diferenciadoras y aplicables en la legislación interna


La Comisión sobre el Derecho Mercantil Internacional al redactar la ley
tenía un objetivo muy claro: poder dar solución a los problemas derivados
de la multiplicidad de leyes en relación con materia arbitrable, el
procedimiento en cuanto a los árbitros, recursos, etcétera. A lo largo de los
años, se ha podido verificar que se ha cumplido en gran medida porque se
ha alcanzado una mayor uniformidad en los regímenes que se refieren a
cuestiones de comercio internacional.

Referencias
Caivano, R. (2008). Arbitraje. Buenos Aires, AR: Ad-Hoc.
Caivano R. (2010). La obsolescencia de la legislación argentina sobre arbitraje es
cada vez más evidente. Revista Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires,
Nº 70.
Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
(CNUDMI). (s. f.). Ley modelo de la CNUDMI sobre arbitraje comercial
internacional, 1985, con enmiendas adoptadas en 2006.Recuperado
dehttp://www.uncitral.org/uncitral/es/uncitral_texts/arbitration/1985Model_arbi
tration.html
Convención sobre el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias Arbitrales
Extranjeras, Nueva York, 1958 "Convención de Nueva York".
Consejo Permanente de la OEA, Organización de los Estados Americanos,
Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos. (23 de abril de 2010). Comentarios y
guía de implementación para la Ley Modelo Interamericana sobre acceso a la
información. Recuperado de http://www.oas.org/es/sla/ddi/docs/AG-
RES_2841_XL-O-10_esp.pdf
Feldstein de Cárdenas, S., y Leonardi de Herbón, H. (2008). El arbitraje. Buenos
Aires, AR: Abeledo-Perrot.
Feldstein de Cárdenas, S. L., Medina, F. A., Rodríguez, M. S., y Scotti, L. B. (2008).
Contratación electrónica internacional. Una mirada desde el derecho internacional
privado. Recuperado de http://www.eumed.net/libros-
gratis/2008c/435/LEY%20MODELO%20UNCITRAL%20SOBRE%20ARBITRAJE%20CO
MERCIAL%20INTERNACIONAL%20tendencias.htm
Fundación Pública Andaluza "Centro para la Mediación y Arbitraje de
Andalucía". (s. f.). Arbitraje. Recuperado de
http://www.fundacionmediara.es/index.php/arbitraje
Guzmán Galindo, J. C. (s. f.). La falta de motivación del laudo como causal de
anulación en la ley de arbitraje peruana. Recuperado de
file:///C:/Users/User/Desktop/9385-37159-1-PB.pdf
Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional. (1985).
Naciones Unidas. Recuperado de
http://www.uncitral.org/pdf/spanish/texts/arbitration/ml-arb/07-
87001_Ebook.pdf
Ley N.° 8465. (17 de octubre de 2012). Código Procesal Civil y Comercial de la
Provincia de Córdoba. Legislatura de la Provincia de Córdoba. Recuperado de
http://web2.cba.gov.ar/web/leyes.nsf/v/LEY_8465

Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/texact.htm

Meruane Osorio, D. S. (2017). La extensión del acuerdo arbitral a partes no


signatarias en el arbitraje comercial internacional [Tesis de grado]. Universidad de
Chile. Recuperada de http://docplayer.es/72102797-Universidad-de-chile-
facultad-de-derecho-departamento-de-derecho-internacional.html

Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. (s. f.). ¿Qué es el arbitraje?


Recuperado de http://www.wipo.int/amc/es/arbitration/what-is-arb.html

Rodríguez González, C. (2011). La mediación en Jalisco conforme a la reforma


procesal constitucional penal [Tesis de posgrado]. Universidad Autónoma de
Nueva León. Recuperada de http://docplayer.es/7286079-Universidad-autonoma-
de-nuevo-leon.html

Santos Vijande (2011). Revista Internacional de Estudios del derecho procesal y


Arbitraje. http://www.riedpa.com

Sistema nacional de arbitraje de consumo. (7 de febrero de 2000). [Artículo sin


datos de autor]. Recuperado de http://www.diariojudicial.com/nota/36918

Tepfer, V. M. (s. f.). Una puesta al día en la legislación sobre arbitraje en la


Argentina. Recuperado de
http://www.derecho.uba.ar/publicaciones/lye/revistas/84/08-winitzky-tepfer.pdf

Ley Nº 26.994. (7 de octubre de 2014) Código Civil y Comercial de la República


Argentina. Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina. Recuperado de:
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/texact.htm

Вам также может понравиться