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El maltrato infantil es un problema de salud pública que afecta a todos los países del mundo,
según cifras de UNICEF (2017a), alrededor de 300 millones de niños de 2 a 4 años son
víctimas de algún tipo de disciplina violenta por parte de sus cuidadores (3 de cada 4) en todo
refieren que el castigo físico es necesario para criar o educar adecuadamente a los niños. De
tiene en la vida de los niños es preocupante, no solo por las afectaciones inmediatas, si no
por las secuelas que quedaran a lo largo de su vida. De esta manera, el maltrato infantil tiene
consecuencias en todos los ámbitos de la vida de los menores, algunas de ellas asociadas a
(Pinheiro, 2016; UNICEF, 2014; Ministerio de sanidad política social e igualdad, 2011).
Pero, ¿cómo los profesionales del área social y sanitaria podemos hacer frente a los retos en
términos de intervención y prevención que trae consigo este fenómeno?, ¿Y como podemos
aportar a la disminución del mismo?. Para resolver estas preguntas, es de gran relevancia que
que existen una combinación de factores que actúan en diferentes niveles, favoreciendo la
posibilidad de que la violencia se de, se repita o cese (Pinheiro, 2016). Por lo tanto, los
factores de riesgo que sustentan la violencia infantil van desde aspectos familiares y
los agresores. Así mismo, factores biológicos y psicológicos, asociados a los rasgos de
sido victima de maltrato infantil (WHO, 2017; Pinheiro, 2016; Martínez y Yoshikawa, 2014,
Ministerio de sanidad política social e igualdad, 2011). Así mismo, otros factores de riesgo
son un factor a tener en cuenta, ya que estos niños y niñas se encuentran en diferentes niveles
de riesgo en relación con diferentes tipos de violencia (WHO, 2017; Pinheiro, 2016;
Así mismo, es relevante abordar los factores protectores que evitan el surgimiento de
dinámicas violentas hacía los niños y niñas, entendiendo que, en la intervención, son estos
los insumos con los que contamos para prevenir o detener el maltrato. Por lo tanto, es
que incluyan habilidades, conductas y competencias son necesarias para el bienestar (Oliva,
2017). Por lo tanto, nuestra tarea profesional debe estar orientada a la potenciación de
padres e hijos; asimismo, reconocer que un buen estado de salud física y mental, una alta
autoestima, y un nivel intelectual alto pueden evitar que adultos adopten conductas violentas
hacía los niños. Igualmente, desde el ámbito social, contar con redes de apoyo adecuadas y
salud pública, debe tener un respaldo institucional importante, en primer lugar promoviendo
fenómeno a través de acciones investigativas que visibilicen las consecuencias que esta
acompañamiento para los afectados. Como profesionales, es crucial revisar los compromisos
actuación, de manera que podamos coordinar una intervención acorde a los esfuerzos
públicos.
De igual forma, desde el enfoque del desarrollo positivo, es necesario darle un lugar
como lo menciona Pinheiro (2016), con suficiente compromiso e inversión, los enfoques de
infantil y junto a este, la reducción de otras formas de violencia en la sociedad, así como las
consecuencias sociales y de salud a largo plazo. Sin embargo, no hay que olvidar que el
maltrato funciona en muchas ocasiones como un circulo, ya que muchos niños maltratados
a las victimas de maltrato infantil, además de estar orientado a la recuperación del bienestar
dinámicas violentas. Sumado a esto, el trabajo del psicólogo debe continuar con la
Yoshikawa, 2014). Por lo tanto, es importante tener en cuenta la vulnerabilidad que tienen
las niñas y distintos grupos poblacionales, de manera que podamos orientar nuestra
es relevante fomentar la creación de espacios de participación para los niños, iniciando desde
su familia, de manera que su voz también tenga peso en los procesos de prevención e
intervención.
Por consiguiente, los esfuerzos por prevenir e intervenir en la violencia contra los niños y
violencia, el entorno y los autores, ya que en cualquier caso, la prioridad debe ser siempre el
Referencias
Oliva, A,. Antolín-Suárez, L., Povedano, A., Suárez, C., del Moral, G., Rodríguez-Meirinhos,
A., Capecci., V. y Musitu, G. (2017). Bienestar y desarrollo positivo adolescente desde
una perspectiva de género: Un estudio cualitativo. Recuperado de Bienestar y
desarrollo positivo adolescente desde una perspectiva de
...adolescenciayjuventud.org/generico/descargar_doc.php?Id=126891&Id2=1
Pinheiro, P. S. (2016). Informe Mundial Sobre la Violencia contra los niños y niñas.
Naciones Unidas. Secretaria General para el estudio de la violencia contra los niños.
Ginebra. Recuperado de
http://www.observatoriodelainfancia.mscbs.gob.es/productos/pdf/informeMundialSo
breViolencia.pdf
UNICEF. (2017a). Una situación habitual, violencia en las vidas de los niños y los
adolescentes, datos fundamentales. Nueva York: UNICEF. Recuperado de
https://www.unicef.org/publications/files/Violence_in_the_lives_of_children_Key_fi
ndings_Sp.pdf
UNICEF. (2014). Eliminar la violencia contra los niños y niñas: seis estrategias para la
acción. New York:UNICEF. Recuperado de
https://www.unicef.org/spanish/publications/files/UNICEF_Ending_Violence_Spanis
h_WEB_240215.pdf
La carga alostática: Para poder entender lo que es la carga alostática es importante retomar
la teoría del síndrome del estrés general, descrita por el Hans Selye en 1936. Aquí, el describe
que hay 3 etapas en las reacciones ante el estrés en los seres humanos: la primera es una
“señal de alarma” que pone en alerta al organismo sobre una fuente de estrés, seguida de esto
aparece la segunda etapa de resistencia, donde se produce un proceso adaptativo que requiere
el cuerpo se prepara para recuperar la energía invertida en la etapa anterior (Lemos, 2015;
Pilnik, 2010). De esta manera aparece la alostasis, esta función indispensable para la
estresantes), estos procesos alostáticos permiten que se generé una respuesta al estrés
demandas que genera un desgaste crónico que impide la adaptación, lo cual produce una
2013; Pilnik, 2010). De esta manera, es importante tener en cuenta que todas las personas a
lo largo de su vida van acumulando carga alostática, sin embargo la acumulación de la misma
está determinada por eventos importantes en su vida, el medio ambiente y los antecedentes
de traumas y/o abusos (Pilnik, 2010). Esta carga alostática generada por la exposición crónica
maduran completamente al nacer y van cambiando durante la infancia, los sucesos estresantes
vividos en la niñez podrían generar cambios biológicos significativos en los niños, cambiar
adultez, pueden dar lugar a respuestas fisiológicas que prevalecen mucho tiempo después de
que la amenaza inicial desaparezca, lo que se vuelve perjudicial (es decir, carga y sobrecarga
alostáticas). Por lo tanto, la carga alostática tendría un rol mediador significativo asociado a
salud de los niños y niñas, ya que es la génesis de algunas diferentes patologías (Pilnik, 2010).
Relación de la carga alostática con el maltrato infantil : Al pensar en el peso de la carga
alostática que puede llegar a dar el maltrato a un niño veo una maleta inmensa cargadas por
el niño, casi aplastado, limitado, con dificultad para moverse, para mirar al frente, para vivir.
psicológica y neurológica para adaptarse a este tipo de experiencias, lo que implica cargas
alostáticas superiores a las requeridas en su etapa de desarrollo que podrían llegar a ser
inútiles para el individuo cuando se situé en un entorno más favorable. Por lo tanto, el
concepto de carga alostática parece ser el modelo más apropiado para comprender los
infantil (Danese & McEwen, 2012) . Es muy interesante poder analizar toda la información
acerca de la carga alostática, ya que permite entender las relaciones significativas entre
adecuado desarrollo físico y psicológico, ya que aquellos que están expuestos a estímulos
contrarios, invariablemente tendrán que activar este mecanismo de protección de manera más
Por consiguiente, es urgente y necesario dar prioridad a los procesos de prevención del
en el amor y el cuidado, lejos de dinámicas violentas, con pautas adecuadas, representa uno
de los factores protectores más importantes para tener una vida saludable, además de traer
grandes beneficios a nivel social, como la disminución en los gastos de tratamientos de
Referencias
Danese, A., & McEwen, B. (2012). Adverse childhood experiences, allostasis, allostatic
load, and age-related disease. Physiology & Behavior, 106. 29–39.
Lemos, M. (2015). La teoría de la alóstasis como mecanismo explicativo entre los apegos
inseguros y la vulnerabilidad a enfermedades crónicas. Anal. Psicol, 31(2). Recuperado
de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-97282015000200008
Pilnik, S. (2010). El concepto de alostasis: un paso más allá del estrés y la homeostasis.
Rev. Hosp. Ital. B.Aires, 30(1). Recuperado de
https://www.hospitalitaliano.org.ar/multimedia/archivos/noticias_attachs/47/document
os/6974_7-12-articulo-pilnik.pdf