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1ra. Lectura: 1 Samuel 3, 1-10 y 19-20) Algo en lo que debemos ejercitarnos continuamente,
sobre todo nosotros que nos ha tocado vivir esta generación, que podríamos llamar "del
ruido", es en escuchar al Señor. Este pasaje que relata la vocación o llamado del Profeta
Samuel, nos dice que, "en la noche, cuando la lámpara del Señor todavía no se había
apagado", Dios llamó a su profeta.
Estos términos "noche" y "lámpara del Señor" en el lenguaje bíblico nos hablan del
silencio y de la intimidad con Dios, más que de elementos físicos. Es decir, Samuel
estaba atento, y aunque cree que es Elí quien le llama, su corazón está a la escucha. El
sacerdote, viendo la disposición del joven, lo instruye sobre cómo escuchar y cómo
responder a Dios.
SACERDOTE: Animados por la fuerza del Espíritu Santo, dirijamos nuestras súplicas y
necesidades a Dios, nuestro Padre, por medio de su Hijo y por intercesión de María. A cada
petición diremos: ¡Escúchanos, Padre!
1. Por la Iglesia, que peregrina por este mundo en el transcurso de los siglos
hasta el gran día de Jesucristo: para que realice fielmente su misión. Roguemos al
Señor.
2. Por las vocaciones; para que el año que comenzamos, traiga al mundo
entero, y especialmente a nuestra diócesis, numerosas vocaciones. Roguemos al
Señor.
3. Por todas las naciones del mundo: para que, superando la guerra y toda clase
de violencia, pongan sus riquezas en común, al servicio de la gran familia humana,
trabajando siempre por la paz. Roguemos al Señor.
4. Por los que comienzan el año nuevo marcados por la tristeza, la soledad, la
enfermedad, la angustia; para que encuentren ayuda en Dios y en los que les
rodean. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros, por nuestras familias y por todo nuestro pueblo; para que el
año que comienza sea para todos UN año de bienes y de gracia. Roguemos al
Señor.
SACERDOTE: Escucha, Padre, nuestra oración, y haznos fieles a tu Palabra como lo fue
María. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
PRESENTACION DE OFRENDA
PAN Y VINO: El pan y el vino, son fruto de la tierra y del trabajo de los hombres, que también
nosotros aprendamos a trabajar y a ser responsables en nuestras tareas, estudiando lo mejor
posible.
LIBRO: Te ofrecemos, Señor, este libro porque queremos ofrecerte nuestro esfuerzo por estudiar,
por prepararnos bien para hacer un mundo mejor donde no haya hambre ni guerras
ORACIO FINAL