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Evolución social económica del hombre

El hombre para subsistir y realizarse


necesita determinados bienes materiales.
La realidad nos muestra que estos bienes
son limitados, mientras que las
necesidades son ilimitadas. De ahí surge la
actividad económica, que procura y
distribuye esos bienes materiales. El
hombre tiene además inclinaciones y aspiraciones trascendentes, como la religión,
el arte, la ciencia y la cultura; toca también a la actividad económica atender a
ellas y satisfacerlas en la medida que los bienes materiales ayuden a conquistar
esos bienes espirituales. La actividad económica no debe ser un fin en sí misma
sino uno de los medios por los que el hombre logre realizarse en sus necesidades,
en sus deberes y en sus aspiraciones.

La necesidad es la carencia de un bien de la


que el hombre es consciente. Las
necesidades humanas se clasifican en:

• Necesidades materiales, que pueden ser


satisfechas con bienes materiales, como el
alimento, la vivienda, el vestido, etc.

• Necesidades espirituales, como la


necesidad de afecto, de comunicación con sus semejantes, de libertad, de
comprensión, etc.

BIENES ECONÓMICOS

Recibe el nombre de bien todo aquello


que ayuda al hombre a lograr su plena
realización personal o que sirve para
satisfacer sus necesidades. Lo mismo
que ellas, los bienes pueden ser
espirituales (como la fe en Dios, la
voluntad, el entendimiento) y
materiales. La religión, el arte y la
ciencia son bienes destinados a satisfacer las necesidades espirituales .

Entre los bienes materiales existen:

• Los bienes materiales no económicos, que por su abundancia no dan lugar a la


actividad económica, tal es el agua de los mares, el aire que respiramos, las
arenas del desierto. Entre estos bienes pueden incluirse la salud y la resistencia
física de cada persona.

• Los bienes materiales económicos, que son los que existen en cantidad inferior a
la requerida por las necesidades, y por lo tanto dan lugar a las actividades
económicas.

Clasificación de los bienes económicos

Los bienes económicos pueden clasificarse en:

• Bienes de consumo o directos, que son los destinados a satisfacer una


necesidad inmediata, como los alimentos, los combustibles, el vestido.

• Bienes instrumentales, de producción o indirectos. Son los medios que se utilizan


para producir otros bienes económicos, tales como las materias primas, las
maquinarias agrícolas e industriales, también los combustibles y los medios de
transporte.

• Bienes durables, que pueden usarse un tiempo más o menos largo sin
destruirse, como los edificios, los muebles, los libros, las tierras cultivables; todos
requieren, sin embargo, un mantenimiento adecuado.

• Bienes no durables o fungibles, que se destruyen o consumen con el uso, como


les alimentos, los combustibles, el papel, etc.

ALIMENTACIÓN

Aristóteles define la vida como un proceso


de nutrición. Efectivamente, todo ser
viviente recibe en forma continua
sustancias que se incorporan y se
eliminan del organismo haciendo posible
las transformaciones químicas y ia
producción de energía que caracterizan la
vida. El hombre, como todos los seres vivientes, toma de la naturaleza los
elementos que necesita para ese proceso: aire, agua, sales y sustancias
orgánicas, vegetales y animales, que integran su alimentación.

La alimentación debe ser:

suficiente en cantidad, de acuerdo con la edad, condiciones de trabajo, desarrollo


físico;
• completa, por la variedad de los productos que la componen (frutas, carne,
verduras, leche);

• equilibrada, por la proporción de los elementos que la componen (grasas,


proteínas, hidratos de carbono, etcétera):

• adecuada también al individuo (su talla, su peso, su edad, sus ocupaciones, el


clima, etc.).

La alimentación y la salud: Hipócrates (s. V a. C), llamado «padre de la nedicina»,


dijo «que su alimento sea su medi-:amento». Desde entonces y hasta ahora,
grabas a los renovados esfuerzos de la ciencia, se lan descubierto hechos que
demuestran que se puede conservar y recuperar ia salud por nedio de una
conveniente alimentación. os conocimientos adquiridos y aplicados constituyen la
dietoterapia.

Numerosos hechos animaron la investigación; entre ellos hay que recordar el


trágico destino de las expediciones de navegantes que veían asoladas sus
tripulaciones por el escorbuto. Esta enfermedad, debida a la carencia de ácido
ascórbico o vitamina C, que faltaba en la dieta de a bordo, fue superada con la
incorporación de alimentos frescos (frutas y verduras especialmente). El
raquitismo causa estragos en poblaciones cuya alimentación es pobre en
vitaminas A y D, contenidas especialmente en ciertas grasas de pescado: la
carencia de proteínas aflige a las poblaciones que no disponen de una adecuada
dieta de carne o de ciertos vegetales que las contienen.

El problema del hambre: El problema del hambre es un azote que aflige a la


humanidad, y que pese a los esfuerzos realizados no ha sido posible eliminar
completamente. Las últimas estadísticas indican que un 60% de la población
mundial está mal alimentada. En nuestros tiempos el hambre tiene una estrecha
relación con problemas de adelanto y cultura de los pueblos.

En dicho informe de hace varios años ya se expresaba: «Aproximadamente hay


430 millones de personas en el mundo que sufren seria desnutrición; pero sólo se
requerirá de un 2% en la producción anual de cereales (25 millones de toneladas)
para ayudarlos eficazmente. Lo decisivo es que ese incremento se dirija realmente
hacia las personas que lo necesiten.

Entre las directivas del Concilio Vaticano II se destaca el llamado a los gobiernos y
a los particulares en el sentido de que según sus propias posibilidades presten su
ayuda tanto a los individuos como a los pueblos que padecen hambre para palear
ese flagelo y para que ellos mismos puedan producir lo que necesitan para
alimentarse.
La vivienda, desde los más remotos tiempos, fue el lugar en el que el hombre
buscó refugio en procura de descanso y de protección contra la intemperie. Fue
siempre el lugar del encuentro familiar, la sede de su hogar; allí encuentra reposo
para su fatiga, consuelo para sus penas, la alegría que le proporcionan las cosas
más queridas.

A través de la historia y de las costumbres y necesidades de los pueblos ha


adquirido diversas formas, desde los refugios naturales en las rocas (cuevas), las
viviendas lacustres del neolítico, los sampanes chinos, los toldos de los Indios
americanos, los iglús de los esquimales hasta las modernas construcciones,
verdaderos monumentos de cemento, de las ciudades populosas de nuestra
época. En todos los tiempos y lugares la vivienda cumpie una función social y,
especialmente en nuestros días, debe ser considerada para el hombre como un
derecho.

El PROBLEMA DE LA VIVIENDA

El problema de la vivienda se ve agravado


en nuestros días por el desequilibrio que
producen las grandes industrias y el
comercio al atraer hacia los centros urbanos
a la mayor parte de la población. Ese
fenómeno ha provocado el desarrollo de
monstruosos centros poblados, en los que
los habitantes se «refugian» en edificios de
muchos pisos, donde se pierde la noción de la existencia del cielo, del sol y del
verdor de las plantas.

SOLUCIONES PARA EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA

Las soluciones que actualmente se buscan para el


problema de la vivienda se orientan hacia la
necesidad de:

• Descongestionar las zonas administrativas y


comerciales, llevando las correspondientes oficinas a
barrios situados en la periferia de las ciudades.

• Erradicar las industrias de los centros urbanos,


estableciendo normas acerca de a qué distancia
mínima de ellos pueden instalarse.

• Fomentar el establecimiento de familias e individuos en las zonas rurales,


creando para ello condiciones adecuadas de confort.
• Desarrollar una política crediticia accesible, que haga posible la adquisición de la
vivienda propia.

• Alentar la inversión de capitales para la construcción de viviendas para alquilar.

La vivienda contribuye a ia dignificación del hombre y al mantenimiento de la salud


física y moral de la población. Por lo tanto la primera acción del estado es la de
auspiciar, estimular y proteger la construcción de viviendas dignas para toda la
población del país.

EL VESTIDO

El vestido cumple en el hombre una doble f unción de


protección y de adorno. En algunos casos representa los
atributos de un cargo o una jerarquía.

El vestido en la realidad actual: El uso de una vestimenta


adecuada y suficiente debe ser contemplado desde el
punto de vista de las necesidades reales del ser humano.
La simplificación de las costumbres y la incorporación de
nuevos materiales (fibras sintéticas) ha ampliado el
campo de posibilidades a fin de abaratar y hacer
accesible los elementos del vestido a la mayor parte de
las personas.

PROGRESOS, A TRAVÉS DE LA HISTORIA, EN LA OBTENCIÓN DE BIENES


MATERIALES

En todos los tiempos a través de la historia, el hombre ha procurado la obtención


de bienes materiales destinados a satisfacer sus necesidades inmediatas. Se ha
valido para ello de sus dones (voluntad, entendimiento) y consciente o
inconscientemente lo ha hecho para lograr el perfeccionamiento que lo coloca por
sobre todos los demás seres creados.

Las primeras actividades económicas del hombre fueron:

• La recolección de frutos tal cual los ofrece la naturaleza.

• La caza, actividad casi exclusivamente reservada al varón; fomentaba el valor y


daba prestigio. Estuvo muchas veces ligada a la magia y a prácticas religiosas.

• La pesca, a la que se unía el ingenio para dominar otro elemento: el agua.

• El apacentamiento de rebaños, a los que el hombre consiguió domesticar.


• La práctica primitiva de la agricultura,
que arraigó al hombre a la tierra.

El cultivo de la tierra

El cultivo de la tierra arraigó ai hombre a


un territorio y trajo consecuencias
trascendentales:

• Lo convirtió de depredador en productor.

• Pudo alimentar a los animales


domesticados.

• Se consolidó la idea de comunidad, de familia, de autoridad.

Importancia y aprovechamiento del agua: Un tema de tanta actualidad como el


aprovechamiento del agua como técnica para asegurar la posibilidad de las
siembras, el éxito de las cosechas y la supervivencia de los animales, fue
preocupación constante del hombre desde los albores de la civilización.

Las llamadas civilizaciones agrícolas, asentadas junto a los grandes ríos (asirios y
caldeos en la Mesopotamia, egipcios junto al Nilo, chinos entre los ríos Amarillo y
Azul, hindúes junto al Ganges), aguzaron su ingenio para disponer del agua de
acuerdo con sus necesidades. Fueron notables las obras de ingeniería que
realizaron para su mejor aprovechamiento:

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