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INTRODUCCION

I. ESCISION
1. CONCEPTO
La escisión ha sido definida como aquella operación mediante la que se
divide total o parcialmente el patrimonio de una empresa ya sea nuevas o
preexistentes, sin que proceda liquidación, la parte resultante a otras tantas
empresas preexistentes o que se crean con este objeto. Esto es, la dispersión
total o parcial del patrimonio social de la sociedad escindida y su consecutiva
entrega a otras sociedades (sociedades beneficiarias) para que éstas
entreguen a cambio de la aportación un número determinado de acciones. A
la sociedad original se le llama escindente y a las sociedades tras la
operación se les llama escindidas.
2. CARACTERISTICAS
La escisión tiene las siguientes características básicas:
 Ocurre cuando una sociedad divide sus activos, pasivos y capital
social en dos o más partes que se aportan a otras sociedades
(escindidas).
 Los socios de la sociedad original, lo son también de las sociedades
tras la operación. En la operación se les entregan acciones de las
sociedades beneficiarias a cambio de las acciones de la sociedad
escindente.
 La sociedad original puede o no desaparecer.
 La sociedad original generalmente cambia de nombre o
denominación.
 Las sociedades escindidas pueden ser nuevas o bien ya existían.
3. CLASES
3.1. ESCISIÓN-CONSTITUCIÓN
Una sociedad sin disolverse, destina parte de su patrimonio para
constituir una o varias sociedades nuevas.
3.2. ESCISIÓN-DICISIÓN
Una sociedad se disuelve sin liquidarse, para constituir con la totalidad
de su patrimonio nuevas sociedades.
3.3. ESCISIÓN POR CONCENTRACIÓN
Una sociedad sin disolverse, destina parte de su patrimonio para
fusionarse con sociedades existentes o para participa con ellas en la
creación de una nueva sociedad.
4. OBJETIVO
 Separar grupos de socios con intereses opuestos.
 Dividir empresas familiares.
 Diversificar mercados.
 Enfrentar la competencia evitando el aumento desmesurado de la
estructura de la empresa.
II. FASE PREPARATORIA
En esta fase, los administradores de la sociedad, por iniciativa propia o por acuerdo
de la Junta general, estudian la conveniencia de la escisión y entablan las
negociaciones oportunas con los administradores de otras sociedades a fin de llegar
a un acuerdo sobre las condiciones de la operación. La ley exige la constancia de
estas actuaciones a través de los siguientes documentos:
2.1. PROYECTO DE ESCISIÓN:
El proyecto de escisión debe ser común a todas las sociedades participantes
en la operación y estar aprobado por sus correspondientes órganos de
administración. Entre sus contenidos deben incluirse además de las
menciones exigidas para el proyecto de fusión, las siguientes:
La designación de los elementos del patrimonio de la sociedad
escindida que se van a transmitir y su reparto en caso de que haya más de
una sociedad beneficiaria. En los casos de escisión total si un elemento del
activo no se ha atribuido a ninguna sociedad beneficiaría en el proyecto y no
resulta posible decidir sobre el reparto, se distribuirá entre todas las
sociedades beneficiarías de manera proporcional al activo atribuido a cada
una de ellas. Cuando idéntica indeterminación se plantee, no respecto de un
elemento del activo, sino del pasivo (una deuda), responderán solidariamente
de él todas las sociedades beneficiarías.
El reparto entre los socios de la sociedad escindida de las acciones o
participaciones que les correspondan en el capital de las sociedades
beneficiarias, así como el criterio en que se funda ese reparto (mención que
sólo procede en los casos de escisión total o parcial, ya que en la segregación
es la sociedad segregada la única destinataria). De ser varias las sociedades
beneficiarías, a los socios de la sociedad escindida les corresponderán
acciones o participaciones en todas las sociedades beneficiarías, y sólo
mediante consentimiento individual de los afectados podrá alterarse esta
regla para atribuirles acciones o participaciones de una sola de ellas. Esta
norma tiene su razón de ser en aquellos casos en que la escisión está
motivada por la voluntad de ciertos socios de no seguir en la misma sociedad
unos con otros.
El proyecto de escisión debe depositarse en el Registro Mercantil
correspondiente al domicilio de cada una de las sociedades que intervienen
en la fusión, para su publicación en el BORME. Transcurridos seis meses
desde la fecha de su aprobación sin acuerdo de las Juntas de socios de todas
las sociedades que participen en la escisión, no será vinculante para las
sociedades que lo hayan aprobado.
2.2. INFORME DE LOS ADMINISTRADORES Y DE EXPERTOS
INDEPENDIENTES:
Los administradores de las sociedades participantes en la escisión habrán de
elaborar un informe explicando los aspectos jurídicos y económicos del
proyecto de escisión en los mismos términos que se exigen para el proyecto
de fusión y, especialmente, indicando que se han emitido los informes sobre
aportaciones no dinerarias previstos para el caso de que las sociedades
beneficiarías de la escisión sean anónimas o comanditarias por acciones, así
como el Registro Mercantil en que vayan a estar depositados dichos
informes. Los administradores deberán asimismo informar a su Junta general
sobre cualquier modificación importante que se produzca en su activo o
pasivo desde la fecha de la elaboración del proyecto de escisión y hasta la
fecha de la junta general que decida sobre la escisión.
Cuando participen en la escisión sociedades anónimas o comanditarias por
acciones, el proyecto de escisión habrá de someterse al informe de expertos
independientes designados por el Registrador Mercantil, debiendo
comprender el informe, además, la valoración del patrimonio no dinerario que
se transmita a cada sociedad.
Al igual que en la fusión, se prevé la posibilidad de acordar que se nombren
uno o varios expertos para la elaboración de un único informe o, incluso, de
prescindir del informe si así lo acuerda la totalidad de los socios de cada una
de las sociedades involucradas.
El informe de los expertos habrán de manifestar, en todo caso, si está
justificado o no el tipo de canje de las acciones o participaciones en la
sociedad que se escinde; los métodos o criterios empleados y la adecuación
de los mismos; y, que el patrimonio aportado por la sociedad que se escinde
es igual, por lo menos, al capital de la sociedad beneficiaria de nueva
creación o al aumento del capital en la sociedad beneficiaria. Para la
elaboración de dicho informe los expertos (cuya responsabilidad se equipará
a la de los auditores de cuentas de la sociedad) podrán recabar toda la
información que estimen conveniente.
2.3. BALANCE DE FUSIÓN:
Las Juntas generales de las sociedades que intervienen en la escisión deben
aprobar un balance cerrado con posterioridad al primer día del tercer mes
precedente a la fecha del proyecto de escisión, aunque podrá servir como
balance de escisión el último balance anual aprobado, siempre que se haya
cerrado dentro de los seis meses anteriores a la fecha del proyecto de fusión.
En ambos casos podrán modificarse sus valoraciones en atención a
variaciones importantes del valor razonable en el activo o en el pasivo que
no aparezcan en los asientos contables, pero tanto el balance como sus
modificaciones deberán ser auditados en caso de que la sociedad esté
obligada a auditar sus cuentas.
El balance de escisión puede ser objeto de impugnación sin que se suspenda
la ejecución de la escisión. Además, permite que cuando un socio se
considere perjudicado por la relación de canje, se someta al Registrador
mercantil la designación de un experto independiente que fije la cuantía de
la indemnización compensatoria, siempre que así se hubiera previsto en los
estatutos o por las juntas que acuerden la escisión (lo cual carece de utilidad
práctica). En tales casos, la solicitud al Registrador habrá de efectuarse en el
plazo de un mes a contar desde la fecha de la publicación del acuerdo de
escisión en el BORME.

III. FASE DECISORIA


Una vez concluida la fase de preparación, es necesario que la escisión sea
acordada válidamente por las Juntas de socios de cada una de las sociedades que
participan en la operación. Ello exige el cumplimiento de los siguientes trámites:
3.1. CONVOCATORIA DE LA JUNTA E INFORMACIÓN:
La convocatoria de la Junta debe publicarse con, al menos, un mes de
antelación a su celebración, siendo requisito previo el depósito del proyecto
de escisión en el Registro Mercantil, salvo que se trate de aprobación en junta
universal.
La convocatoria de las Juntas generales deberá contener las menciones
mínimas del proyecto de escisión y señalar el derecho que asiste a los socios,
obligacionistas y titulares de derechos especiales de examinar en el domicilio
social o exigir su envío gratuito por cualquier medio admitido en derecho, los
siguientes documentos: el proyecto de escisión; los informes de los
administradores de cada una de las sociedades sobre el proyecto; el o los
informes de los expertos independientes sobre el proyecto, cuando sean
legalmente necesarios; las cuentas anuales y los informes de gestión de los
tres últimos ejercicios de las sociedades que participan en la escisión, con el
informe de los auditores, si ello fuera preceptivo; el balance de escisión
cuando sea distinto del último balance anual, acompañado, en su caso, del
informe de auditoría; los estatutos sociales vigentes; el proyecto de escritura
de constitución de nueva sociedad o el texto íntegro de los estatutos de la
sociedad beneficiaria, incluyendo las modificaciones que hayan de
introducirse; la identidad de los administradores de las sociedades que
participan, así como la de aquéllos que vayan a ser propuestos tras la
operación.
3.2. ADOPCIÓN Y PUBLICIDAD DEL ACUERDO:
Los acuerdos de escisión de las Juntas de las sociedades participantes en la
operación deben ajustándose estrictamente al proyecto de escisión y
adoptarse de conformidad con los requisitos legales propios de su forma
social. Cualquier modificación del proyecto supone el rechazo de la
operación. Además, la validez del acuerdo de escisión exige que las acciones
o aportaciones de los socios a la sociedad que se escinde estén totalmente
desembolsadas.
Si la sociedad beneficiaria es colectiva o comanditaria, el acuerdo de escisión
requerirá el consentimiento de todos los socios que pasen a responder
ilimitadamente de las deudas sociales. Idéntico consentimiento individual se
exigirá de los titulares de derechos especiales distintos de las acciones o
participaciones cuando la sociedad escindida se extinga y no disfruten en la
sociedad beneficiaria de derechos equivalentes.
Cuando la sociedad escindida o las beneficiarias sean anónimas o
comanditarias por acciones y el acuerdo de fusión hubiera sido adoptado por
unanimidad de los socios en junta universal, no serán aplicables las normas
relativas al proyecto de escisión, al balance de escisión, a la convocatoria de
la junta e información, ni las relativas a la adopción del acuerdo de escisión.
En todo caso, el acuerdo de escisión debe publicarse en el BORME y en uno
de los diarios de gran circulación en las provincias en las que cada una de
las sociedades tenga su domicilio. En el anuncio se hará constar el derecho
que asiste a los socios y acreedores de obtener el texto íntegro del acuerdo
adoptado y del balance de la escisión. La ley exime de su necesidad cuando
el acuerdo de escisión se comunique individualmente por escrito a todos los
socios y terceros interesados.
3.3. TUTELA DE LOS ACREEDORES:
Los acreedores de la sociedad que se escinde o de las beneficiarias, cuyo
crédito haya nacido antes de la fecha de publicación del proyecto de fusión y
no se encuentren adecuadamente garantizados, podrán oponerse a la
operación durante el plazo de un mes a contar desde la fecha del último
anuncio del acuerdo de fusión o desde la fecha del envío de la comunicación
por escrito al último de los acreedores y socios, en caso de haber optado por
este procedimiento. La ley extiende este derecho de oposición a los
obligacionistas de la SA, siempre que la escisión no hubiere sido aprobada
por la asamblea de obligacionistas.
Formulada la oposición, la escisión no podrá llevarse a efecto hasta que la
sociedad no preste garantía a satisfacción del acreedor o le notifique a éste
la prestación de fianza solidaria a favor de la sociedad por una entidad de
crédito.
Como medida de tutela de los acreedores particular de la escisión, la LMESM
establece que del cumplimiento de las obligaciones transmitidas (que
correspondiesen a la sociedad escindida y que sean asumidas por una
sociedad beneficiaría) responden subsidiariamente (es decir, en defecto de
cumplimiento de la obligación por la sociedad beneficiaría que asumió la
obligación) y solidariamente las restantes sociedades beneficiarías hasta
cierto límite (concretamente, hasta el importe del activo neto atribuido en la
escisión a cada una de ellas), y también, si subsiste, la propia sociedad
escindida por la totalidad de la obligación.

IV. EJECUCIÓN DE LA ESCISIÓN DE UNA SOCIEDAD


La escisión ha sido definida como aquella operación mediante la que se divide total
o parcialmente el patrimonio de una empresa para transmitir, sin que proceda
liquidación, la parte resultante a otras tantas empresas preexistentes o que se crean
con este objeto. Esto es, la dispersión total o parcial del patrimonio social de la
sociedad escindida y su consecutiva entrega a otras sociedades (sociedades
beneficiarias) para que éstas entreguen a cambio de la aportación un número
determinado de acciones.
La escisión de una sociedad se puede realizar de estas formas:
1. Escisión total. Se entiende por escisión total la extinción de una sociedad,
con todo su patrimonio en dos o más partes, se transmite en bloque por
sucesión universal a una sociedad de nueva creación o es absorbida por una
sociedad ya existente.

2. Escisión parcial. La división de del patrimonio en dos bloques patrimoniales


pero sigue existiendo la sociedad incidida.

3. Segregación. En este modo se divide los bloques patrimoniales y la


beneficiaria recibe las acciones, bienes o acciones pero directamente, dando
entender que no recibe a los antiguos socios.

Entonces dicho esto la ejecución o formalización se deben tomar unos pasos


anteriores para realizar.

 Acuerdo de escisión. Ello es determinante para que la decisión de llevar


adelante un procedimiento de escisión deba ser adoptada en el seno de las
sociedades intervinientes, con arreglo a los requisitos que la Ley establece
para la modificación del pacto social y Además, el interés personal de los
socios podría no coincidir con la situación de la sociedad después de la
escisión. De allí que en la Ley se prevé el derecho de separación de los
socios de la escindida, con la única limitación de que los socios que se
separen también responderán personalmente por las obligaciones sociales
contraídas antes de la escisión.

 Proyecto de escisión. En cuanto al contenido del proyecto de escisión, se


ha previsto con detalle los puntos sobre los cuales las sociedades
intervinientes deberán pronunciarse para llevar a cabo el procedimiento.

Contenido del proyecto de escisión:


a) La denominación, domicilio, capital y los datos de inscripción en el
Registro de las sociedades participantes;
b) La forma propuesta para la escisión y la función de cada sociedad
participante;
c) La explicación del proyecto de escisión, sus principales aspectos
jurídicos y económicos, los criterios de valorización empleados y la
determinación de la relación de canje entre las respectivas acciones o
participaciones de las sociedades que participan en la escisión;
d) La relación de los elementos del activo y del pasivo, en su caso, que
correspondan a cada uno de los bloques patrimoniales resultantes de
la escisión;
e) La relación del reparto, entre los accionistas o socios de la sociedad
escindida, de las acciones o participaciones a ser emitidas por las
sociedades beneficiarias;
f) Las compensaciones complementarias, si las hubiese;
g) El capital social y las acciones o participaciones por emitirse por las
nueva sociedades, en su caso, o la variación del monto del capital de
la sociedad o sociedades beneficiarias, silo hubiere;
h) El procedimiento para el canje de títulos, en su caso;

 Aprobación del proyecto de escisión. La convocatoria tiene por finalidad


no solamente cumplir con una formalidad para la reorganización de la
sociedad, sino también permitir que los terceros interesados en la
composición de las sociedades intervinientes tengan oportunidad de apreciar
si la proyectada escisión afectará de alguna manera sus intereses. De las
cuales se debe llamar esta convocatoria con anticipación de 10 días antes
de la fecha de la celebración o la junta.

Requisitos para la convocatoria:

1. El proyecto de escisión.
2. Estados financieros auditados del último ejercicio de las sociedades
participantes. Aquellas que se hubiesen constituido en el mismo
ejercicio en que se acuerda la escisión, presentan un balance auditado
cerrado al último día del mes previo al de aprobación del proyecto;

3. El proyecto de modificación del pacto social y estatuto de la sociedad


escindida; el proyecto de pacto social y estatuto de la nueva sociedad
beneficiaria; o, si se trata de escisión por absorción, las modificaciones
que se introduzcan en los de las sociedades beneficiarias de los
bloques patrimoniales.

4. La relación de los principales socios, de los directores y de los


administradores de las sociedades participantes.

 Entrada en vigencia de la escisión. El proyecto de escisión aprobado por


las juntas o asambleas entrará en vigencia en la fecha establecida, momento
a partir del cual se producirá la transmisión de los bloques patrimoniales a
favor de las escisionarias. desde ese momento las escisionarias asumen la
titularidad de las operaciones, derechos y obligaciones integrantes del bloque
patrimonial que adquieren, cesando la titularidad con respecto a ellos de la o
las sociedades escindidas.

 Balances de escisión. En la Ley se ha previsto que las sociedades


intervinientes preparen el balance de escisión al día anterior al fijado como
fecha de vigencia de la escisión. Tratándose de sociedades que serán
constituidas como consecuencia de la escisión, la obligación se cumplirá con
la elaboración del balance de apertura del día fijado para la entrada en
vigencia de la escisión. Los balances deberán mantenerse a disposición de
estas personas por un plazo no menor de sesenta días contados luego de
transcurrido el plazo para su preparación, es decir, dentro de treinta días,
contados a partir de la fecha de entrada en vigencia de la escisión.

 Formalización de la escisión. Conforme al principio general de publicidad


mercantil, cada uno de los acuerdos de escisión deberá ser publicados con
cinco días de intervalo entre cada publicación. A partir de la fecha de
publicación del último aviso podrá ejercerse el derecho de separación de los
socios. La escisión debe ser formalizada mediante escritura pública. Ésta se
otorgará únicamente después de vencido el plazo de treinta días contado
desde la fecha de publicación del último aviso indicado en el párrafo
precedente, salvo que hubiera existido oposición.
Lo que debe considerarse
 Los acuerdos de las juntas de las sociedades intervinientes que aprobaron la
escisión.
 los requisitos legales del contrato social y constitución de las nuevas
sociedades creadas como consecuencia de la escisión, si sea el caso de
incorporación.
 Las modificaciones del contrato social de las sociedades intervinientes.
cuanto a sus estatutos y capital social
 La escritura pública deberá consignarse, asimismo, la fecha de entrada en
vigencia de la escisión y se acompañará la constancia de haber cumplido con
las publicaciones que dan cuenta del inicio del procedimiento de escisión. Así
mismo debe señalar La modalidad de escisión; esto es, si es total (con la
consiguiente extinción de la sociedad) o parcial. La forma de ejecución de la
escisión por absorción o por constitución de una nueva sociedad beneficiaria.

 Escritura pública de escisión.

1. Los acuerdos de las juntas generales o asambleas de las sociedades


participantes.
2. Los requisitos legales del contrato social y estatuto de las nuevas
sociedades, en su caso; Las modificaciones del contrato social, del
estatuto y del capital social de las sociedades participantes en la
escisión.
3. La fecha de entrada en vigencia de la escisión.
4. La constancia de haber cumplido con los requisitos prescritos en el
artículo 380.
5. Los demás pactos que las sociedades participantes estimen
pertinente.
VI. EL DERECHO DE OPOSICIÓN DE LOS ACREEDORES SOCIALES Y LA
IMPUGNACIÓN
Una sociedad se escinde parcialmente traspasando un conjunto de activos a una
sociedad limitada de nueva creación y acordando reducir su capital (porque las
participaciones de la sociedad beneficiaria de la escisión no se entregan a la
escindida – sería una segregación – sino a los socios de la escindida).
Un acreedor de la escindida – un banco – se opone. Los administradores de la
escindida, no obstante, siguen adelante con la escisión, hacen constar la oposición
del acreedor, pero añaden que el crédito está suficientemente garantizado.
El registrador deniega la inscripción de la escritura de escisión en el Registro
Mercantil porque, a su juicio:
• No es bastante con que se haya acordado reducir el capital de la escindida,
sino que se ha de acreditar el cumplimiento de los requisitos de validez de la
reducción de capital voluntaria (publicación de la reducción y derecho de oposición
de los acreedores a la reducción).

• Además, según el registrador nos dice que no basta con que los
administradores digan que el crédito del acreedor que se ha opuesto a la escisión
está suficientemente garantizado.

• Eso lo debe decir el propio acreedor o la sociedad viene obligada a dar un


aval bancario.
En relación con la cuestión de si la sociedad que se escinde debe cumplir, además,
con los requisitos de la reducción de capital voluntaria porque la escisión va
acompañada de una reducción del capital de la escindida, la Dirección General de
Registros y del Notariado dice:
• Que las normas sobre la reducción de capital quedan “absorbidas” por las
normas sobre la escisión, de manera que no hay que duplicar la protección de los
acreedores, protección que es idéntica en la escisión y en la reducción de capital
voluntaria (derecho de oposición de los acreedores)
Ciertamente, es comúnmente admitido que la reducción del capital social de la
sociedad escindida no es imprescindible si el traspaso se realiza con cargo a
reservas. Pero ello no implica que la reducción del capital, como elemento si no
esencial sí al menos natural de la escisión parcial, tenga en el negocio de
modificación estructural la suficiente sustantividad propia que haga necesario el
adicional cumplimiento de los requisitos establecidos por la Ley de Sociedades de
Capital Social para la reducción de la cifra del capital social como modificación
estatutaria autónoma.
Se debe entender que esa reducción del capital social que se inserta como medio
o instrumento natural en el fenómeno más amplio de la modificación estructural, con
unos requisitos específicos atendiendo a la finalidad de ésta y a los intereses
afectados, debe regirse por estos requisitos si no se quiere desvirtuar el régimen
propio de la escisión. Con la publicidad prevenida en este régimen en garantía de
los derechos de socios y terceros deben entenderse satisfechos los intereses de los
mismos respecto de esa natural reducción del capital social. La misma conclusión
debe predicarse respecto de los requisitos del derecho de oposición de acreedores.
Por otra parte, debe tenerse en cuenta que el derecho de oposición de los
acreedores en supuestos de reducción de capital social con restitución de
aportaciones no tiene el mismo sentido que en los casos de escisión parcial, toda
vez que en éstos la sociedad escindida y las beneficiarias responderán
solidariamente de las obligaciones que habiendo sido objeto del traspaso vía
sucesión universal inherente a la escisión sean incumplidas.
6.1. Los acuerdos que dan origen al derecho de separación deben generar derecho
de oposición de los acreedores
El derecho de separación genera que la sociedad esté obligada a pagar
determinado precio a los accionistas que lo ejercen con el consecuente detrimento
patrimonial que ello trae para esta. Si además se tiene en cuenta que normalmente
el ejercicio del derecho de separación derivará también en una reducción de capital
social por devolución de aportes, lo lógico sería suponer que, conforme al
procedimiento general establecido por la LGS para los casos de reducción de
capital, los acreedores tendrán derecho de oposición.
Pero la LGS no establece nada al respecto. Ante esta situación, una primera
interpretación nos podría llevar a concluir que no es necesario que este derecho sea
pactado, puesto que conforme a las reglas generales que regulan el derecho de
oposición de acreedores, en todo caso de reducción de capital social, este derecho
está garantizado.
En efecto, el artículo 200 de la LGS establece determinados plazos máximos para
que la sociedad efectúe el pago a los accionistas que ejercieron tal derecho. En
forma concreta la ley establece que “la sociedad debe efectuar el reembolso del
valor de las acciones en un plazo que no excederá de dos meses contados a partir
de la fecha del ejercicio del derecho de separación”. Complementariamente, el
artículo 64 del Reglamento del Registro de Sociedades -aprobado por Resolución
200-2001-SUNARP/SN- estipula que “la inscripción de la modificación del estatuto
no está sujeta a que se inscriba, previa o conjuntamente, la reducción de capital
social si este hubiera sido disminuido como consecuencia del ejercicio del derecho
de separación”, para agregar a continuación que “cuando se solicite la inscripción
de la reducción de capital, el registrador constatará el cumplimiento de los requisitos
establecidos por los artículos 71 y 72 de este Reglamento”.
El problema con esta regulación es que, si bien se reconoce un derecho de
oposición de acreedores en caso que el derecho de separación derive en una
reducción de capital, este derecho podría generarse un poco tarde, es decir, luego
de que la sociedad en cumplimiento de los plazos estipulados por el artículo 200 de
la LGS ya efectuó, por mandato expreso de la propia ley, el reembolso
correspondiente a los accionistas.
En otras palabras, los acreedores tendrían el derecho a oponerse a la realización
de un acto formal -la reducción de capital- cuando el acto real que podría poner en
riesgo el cobro de su crédito -el reembolso del precio por ejercicio del derecho de
separación al momento que ya se consumó.
El derecho de oposición de acreedores en los casos en que el acuerdo que da
origen al ejercicio del derecho de separación al mismo tiempo concede a los
acreedores el derecho de oposición Sin perjuicio de lo señalado en el acápite
anterior, un caso que merece especial atención es el de un acuerdo que al mismo
tiempo genera derecho de separación a favor de los accionistas y derecho de
oposición para los acreedores.
Nos referimos a los casos de fusión y escisión de sociedades, en estos dos casos,
por mandato de los artículos 359 y 383 de la LGS se genera también derecho de
oposición para los acreedores de las sociedades intervinientes. La cuestión que
surge y en la práctica hemos podido comprobar que surge también para los
registradores públicos es si de acuerdos de este tipo se deriva un doble derecho de
oposición para los acreedores de la sociedad.
Por un lado a la fusión o escisión en sí, y, por otro, a la reducción de capital que
pueda producirse como consecuencia del ejercicio del derecho de separación.
VI. LA TUTELA DE LOS SOCIOS, ACREEDORES Y TRABAJADORES
7.1. LA TUTELA DEL SOCIO
La necesidad de protección del socio surge desde el momento en que “la
realización de la escisión es susceptible de afectar en mayor o menor medida
el status jurídico y económico que el socio tenía en la sociedad con anterioridad
a la fecha de efectividad de la escisión”, puesto que la operación conlleva para
el socio la asunción de distintos riesgos, entre los que enumera, los riesgos de
integrarse en una o varias estructuras distintas de la que tenía la sociedad
escindida o la posible infravaloración del patrimonio escindido, que incidiría
directamente en la ecuación de canje.
Por todo lo anterior, considera el autor que el instrumento esencial que sirve
como protección al socio es la información, por lo que ésta debe ser veraz,
suficiente y comprensible. Por todo ello la ley contempla la publicidad previa,
ahora incluso mediante la web de las sociedades que participan en la escisión,
de toda la información contenida en el proyecto de escisión, así como la
obligación de los administradores de informar en el caso de modificaciones
significativas del patrimonio de alguna de las participantes en el mencionado
proceso entre la fecha de publicidad y la realización de la junta de socios.
También debemos recordar que previamente a la convocatoria de la junta, se
debe insertar en la web, con posibilidad de descarga, o poner a disposición de
los socios, acreedores y trabajadores si la sociedad no tuviera página web.
Por otro lado, y dado que no está contemplado el derecho de separación del
socio en el caso de escisión, según Yanes Yanes (2009) salvo alguna
excepción, otro mecanismo de tutela del socio que contempla la ley es el
principio de continuidad de la participación. Este principio viene recogido
expresamente para la escisión total cuando en su definición se indica que los
socios recibirán “un número de acciones, participaciones o cuotas de las
sociedades beneficiarias proporcional a su respectiva participación” y para el
caso de escisión parcial “recibiendo los socios un número de acciones,
participaciones o cuotas sociales de las sociedades beneficiarias proporcional
a su respectiva participación a la sociedad que se escinde”, pasando, en ambos
casos de ser socios de la sociedad escindida a socios en la o las beneficiarias
de la escisión. Este principio se hace efectivo con la aplicación de la
proporcionalidad, que debe mantenerse entre las participaciones en la
escindida y en la o las beneficiarias.
En principio, a la hora del reparto de las acciones se debe mantener una
proporcionalidad tanto cuantitativa como cualitativa, si bien la norma permite el
incumplimiento de la cualitativa cuando, existiendo varias beneficiarias en los
casos de escisión total o parcial – como ya analizamos en el punto 12 del
proyecto de escisión- los socios afectados dan su consentimiento individual,
siendo este consentimiento el que desempeña el mecanismo de tutela para el
socio.
7.2. LA TUTELA DE LOS ACREEDORES
Según Quijano González y Esteban Ramos (2009, págs. 565 y ss.) la tutela de
los acreedores viene asegurada por dos vías distintas. Por un lado, como
consecuencia de la regulación de la responsabilidad solidaria de todas las
sociedades que participan en la operación de escisión, y por otro, mediante
instrumentos que proceden de la fusión como son, entre otros que enumeran,
el derecho de información, el de oposición y la impugnación.
El primer instrumento de tutela nombrado, la responsabilidad solidaria de todas
las sociedades que participan en la escisión, viene regulado, exclusivamente
para esta figura y no por remisión a las normas de fusión, en el que se expone
que si una sociedad beneficiaria no cumple con las obligaciones asumidas, las
demás beneficiarias, y la escindida –sólo en el caso de escisión parcial
responderán de forma solidaria, pero hasta el límite del activo neto atribuido a
cada una de ellas. También, se recoge esta obligación solidaria por parte de las
beneficiarias, para el caso de escisión total, donde algún activo no haya sido
atribuido en el proyecto de escisión, como ya vimos cuando estudiamos el
contenido del proyecto.
El segundo grupo de instrumentos considerados por los autores nombrados
anteriormente, está compuesto por varios instrumentos. Así, respecto del
derecho de información que tienen los acreedores podemos remitirnos a lo
dicho en el apartado anterior para el caso del derecho de información que tienen
los socios. En cuanto al derecho de oposición y de impugnación, podemos
remitirnos a lo analizado en apartados anteriores.
7.3. LA TUTELA DE LOS TRABAJADORES
De la misma manera que el instrumento fundamental de tutela para los
accionistas y para los acreedores, la información se constituye como una de las
garantías fundamentales de los derechos de los trabajadores. Como ya hemos
visto, éstos tienen los mismo derechos que los socios, los obligacionistas y los
titulares de cualquier derecho especial, para, en caso de que la sociedad no
tenga página web donde insertar toda la documentación necesaria previa a la
convocatoria de la junta, los representantes de los trabajadores puedan solicitar
la revisión de la documentación en la sede social de la sociedad escindida o
solicitar el envío de un ejemplar de toda la documentación.
Pero además, el Estatuto de los Trabajadores (en adelante, ET), en su art. 44
prevé la posibilidad de que se inicie un periodo de consultas con los
representantes legales de los trabajadores de las sociedades escindidas y
beneficiarias, para informarles sobre las medidas laborales y sus
consecuencias, con la suficiente antelación a la realización de la operación de
escisión. En este periodo de consultas “las partes deben negociar de buena fe,
con vistas a la consecución de un acuerdo”.
En el momento de publicarse la convocatoria de las juntas que deben aprobar
la operación, debe informarse a los representantes de los trabajadores de todas
las sociedades participantes en el proceso de escisión de los siguientes
extremos.
a. Fecha prevista de la transmisión;
b. Motivos de la transmisión;
c. Consecuencias jurídicas, económicas y sociales, para los trabajadores, de la
transmisión, y
d. Medidas previstas respecto de los trabajadores.”
Clasifican la escisión en función de sus efectos sobre las relaciones laborales.
Así consideran dos posibles supuestos:
- Supuestos de escisión con efectos sucesorios
- Supuesto de escisión con efectos modificativos, suspensivos o extintivos
En el primer grupo de supuestos encuadran todas aquellas decisiones
empresariales de escisión total, parcial o segregación en las que junto con la
transmisión de los activos y pasivos afectos a la actividad escindida, se
transmiten los trabajadores adscritos a ella. Estos casos son los tratados y
regulados en el art. 44 del ET antes mencionados.
Este art. 44 enuncia lo siguiente:
1. El cambio de titularidad de una empresa, de un centro de trabajo o de una unidad
productiva autónoma no extinguirá por sí mismo la relación laboral, quedando el
nuevo empresario subrogado en los derechos y obligaciones laborales y de
Seguridad Social del anterior, incluyendo los compromisos de pensiones, en los
términos previstos en su normativa específica, y, en general, cuantas
obligaciones en materia de protección social complementaria hubiere adquirido
el cedente.
2. A los efectos de lo previsto en el presente artículo, se considerará que existe
sucesión de empresa cuando la transmisión afecte a una entidad económica que
mantenga su identidad, entendida como un conjunto de medios organizados a fin
de llevar a cabo una actividad económica, esencial o accesoria.”
Además, las relaciones laborales nacidas con anterioridad a la cesión, obligan al
cedente y al cesionario a responder de las obligaciones surgidas por aquéllas de
forma solidaria por un periodo de tiempo de tres años.
Los autores anteriores entienden que el hecho de remarcar como exigencia que
la unidad económica que se transmita sea capaz de producir bienes o servicios,
tiene por finalidad garantizar que no se utilice la escisión como medio jurídico
para transmitir empresas inoperantes que permitan, con posterioridad, tomar
otras decisiones empresariales como el despido, basándose en la mencionada
inoperancia. Por ello, consideran “trascendental el cumplimiento del deber de
comunicar a los representantes de los trabajadores cualquier proceso de escisión
empresarial”.
El segundo grupo de supuestos engloba los casos en los que la escisión
provoque la modificación, suspensión o extinción de las relaciones laborales.
Estos casos vienen regulados en los arts. 39 a 41 del ET para la modificación,
art. 47 para la suspensión y arts. 49 a 52 para la extinción.
Del Rey y Luque (óp. cit., pág. 488-490) consideran que para las situaciones en
las que se produce cualquiera de los casos anteriores citados, la decisión de
escisión debe estar justificada y ser suficiente, no bastando con la existencia de
una causa económica como la racionalización, sino que además debe ser
“necesaria, útil y adecuada” lo que se consigue equilibrando la necesidad de
realizar la operación con los perjuicios que causa.
Por último, recordar que uno de los puntos obligatorios del proyecto de escisión,
es hacer constar las posibles incidencias sobre el empleo que pueda tener la
operación de escisión.
 MAR BUSTILLO: La subsanación de acuerdos sociales por la Junta General de
la Sociedad Anónima, Aranzadi Editorial, Elcano (Navarra), 1999.
 JESÚS ALFARO AGUILA-REAL:OPOSICION DE UN ACREEDOR A LA
ESCISION, 2015.

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