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1. Análisis histórico. El análisis histórico-literario es hoy día el usual entre los exegetas y
estudiosos de la Biblia. Este análisis se ocupa de cuestiones como autor, posibles
lectores, fecha de composición, escenario, propósito del autor, y diferentes influencias
culturales y sociológicas. Cuando un principiante se introduce en el análisis histórico no
debe enredarse con todos los detalles. Hay bastante información relevante para la
interpretación para el entorno religioso y cultural de cada pasaje.
Estudios básicos del Nuevo Testamento, como el de Thomas D. Lea y David Alan Black
The New Testament: Its Background and Message, son un buen punto para comenzar
este tipo de análisis.
En español existe un libro ya antiguo, en tres volúmenes muy interesante para
comprender el mundo del Nuevo Testamento, como el J. Leipoldt-W. Grundmann, El
mundo del Nuevo Testamento, 3 volúmenes, Cristiandad, Madrid, 1980
aproximadamente.
2. Análisis literario. Hay que prestar atención al contexto del texto en sí y al del entorno. El
escenario original del pasaje es fundamental para una correcta interpretación de un
texto bíblico. Un ejemplo de su importancia puede verse en los comentarios sobre la
Última Cena que explican cómo se celebraba en el primer siglo. La comprensión del
escenario enriquece nuestra manera de entender lo que está ocurriendo, por ejemplo,
en Marcos 16, Mateo 26, Lucas 22 y Juan 13–17.
El contexto inmediato del texto en sí se refiere a los versículos/párrafos que preceden y
siguen al texto que se está estudiando. El contexto general se refiere a los párrafos,
capítulos e incluso al libro entero en el que está insertado o al Nuevo Testamento al
completo, o si se trata de un pasaje del Antiguo Testamento a veces a la Biblia hebrea
completa.
Al estudiar Mateo 13, por ejemplo, es imposible pasar por alto lo que ocurre en Mateo
12. Mateo 13: 1- 3 dice: “Ese mismo día salió Jesús . . . . Y les habló muchas cosas en
parábolas.” ¿Qué pasó el día en que Jesús comenzó a hablar casi exclusivamente en
parábolas? En Mat. 12:23-24 vemos que los fariseos atribuyeron las obras de Jesús a
Satanás, y no al Espíritu Santo. Investigar esto es parte de mirar el contexto inmediato.
Puede resultar útil trabajar con el contexto inmediato anotando observaciones simples
del texto. Preste atención a cada detalle. Obtener una visión general del Evangelio según
San Mateo en su conjunto es parte del contexto general. Sería conveniente ser capaz de
resumir cada capítulo en una frase que lleve hasta el pasaje que está enseñando. Esto no
solo ayudará a entender el pasaje en cuestión, sino que ayudará a comunicar el pasaje a
su audiencia después cuando lo enseñe. También puede encontrarlo útil para observar
los diferentes esquemas de pensamiento de un libro bíblico. Preste atención a que el
texto que se está estudiando se encuentra en ese esquema. “Innumerables personas han
aprendido de memoria los versículos de las Escrituras sin darse cuenta de que los
versículos son solamente componentes de un contexto más amplio”, dice David Alan
Black.
3. Análisis textual. El lema de este análisis es el siguiente: “No existe un tipo de texto en el
Nuevo Testamento totalmente fidedigno. La crítica textual requiere en cada caso la
evaluación de todas los testimonios externos e internos.
Si usted toma diversas versiones del Nuevo Testamento y lee Mt 5,22, “Pues yo os digo:
Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que
llame a su hermano “imbécil”, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame “renegado”,
será reo de la gehenna de fuego” observará que en alguna se lee “Pues yo os digo: Todo
aquel que se encolerice contra su hermano sin razón…”. Ese “sin razón” corresponde al
vocablo griego εἰκῇ en el posible texto original. ¿Por qué aparece en algunas versiones y
en otras no?
Con el fin de determinar la lectura original que salió de la pluma del autor evangélico,
tendrá que considerar tanto los testimonios externos del texto como el análisis interno
del texto mismo. Son 8 preguntas que necesitan la atención: 1. ¿Qué lectura está
atestiguada por los manuscritos más antiguos? 2. ¿Qué lectura se apoya en manuscritos
que representan un mayor número áreas geográficas amplias de la cristiandad? 3. ¿Qué
lectura es apoyada por el mayor número de tipos de texto? 4. ¿Qué lectura es la lectura
más breve? 5. ¿Cuál es la lectura más difícil? 6. ¿Qué lectura está de acuerdo con el estilo
y el vocabulario del autor? 7. ¿Qué lectura se ajusta mejor al contexto y / o la teología
del autor? 8. ¿Qué lectura está menos de acuerdo con los pasajes paralelos en el caso de
los evangelios?
Al responder a cada una de estas preguntas, el estudioso estará en condiciones de llegar
a una conclusión bien formada. Es necesario estar dispuesto a hacer el trabajo duro de
tomar decisiones de crítica textual en vez de decir: “Tal autor de tal dijo esto y tal autor
dijo lo otro...”
En este paso hay que tener en cuenta lo siguiente: hay cuatro zonas cristinas en el ámbito
global del Imperio romano:
a. El texto occidental que se extendió por Italia y Sicilia, sur de las Galias y quizás
Hispania.
b. El texto bizantino que corresponde a las iglesias del Mediterráneo oriental de
Grecia, sobre todo.
c. El texto Cesariense (al menos en los evangelios) cuyo centro es Cesarea
Marítima, Antioquia y Siria en general.
d. El texto alejandrino, cuyo centro estaba en Alejandría de Egipto. Cada zona tiene
sus manuscritos importantes que se hallan en las listas de manuscritos del Nuevo
Testamento. Si una lectura tiene el apoyo de manuscritos de más de una zona
tendrá más probabilidades de ser auténtica.
4. Análisis del vocabulario del texto en cuestión. ¿Qué significan las palabras en el pasaje
que se está estudiando? Este paso se interesa por el significado exacto de las palabras
en el texto presente. Diferentes libros le ayudaran en este paso. El más común de estos
son léxicos (e.g., G. Abbott-Smith’s A Manual Greek-English Lexicon of the New
Testament). En español:
Compendio del Diccionario Teológico del Nuevo Testamento (traducido al español por
C. A. Vargas y el equipo de la Comunidad Kairos de Buenos Aires; 10 vols.; Grand Rapids,
MI: Libros Desafío, 2002)
Ángel A. García Santos, Diccionario del griego bíblico (Nuevo Testamento y los Setenta)
Estella Verbo Divino, 2009.
Juan Mateos- J. Peláez -Grupo Gasco, Diccionario griego español del Nuevo Testamento
(fascículos 1-4), Córdoba el Almendro, 2014.
Los diversos softwares bíblicos pueden ser extremadamente útiles para determinar
rápidamente dónde se usan las palabras en otros lugares. Después de identificar el
significado básico de una palabra, identificar dónde se utiliza esa palabra en el Nuevo
Testamento o en el mismo libro /carta que se está estudiando es muy útil. El contexto
de una palabra es el mejor indicio para la interpretación. Después de esto, averiguar
cómo se utiliza la palabra fuera de este campo (e.j., el Nuevo Testamento en su
conjunto, la LXX, otra literatura del primer siglo, etc.).
Por ejemplo, en Juan 17:17 Jesús dice: “Santifícalos en la verdad. Tu palabra es verdad”.
¿Qué significa la frase preposicional “en la verdad” (ἐν τῇ ἀληθείᾳ)? ¿Es la verdad del
Padre algo que se supone que debemos estar “dentro de ella” como cuando estamos
“dentro de” un coche o “en” una casa? La mayoría de la gente piensa en una posición
espacial cuando escucha la palabra “en.” Y la frase “en la verdad” en realidad no dice
mucho por sí misma. ¿Cómo entenderlo y explicarlo? Uno de los problemas es que la
traducción “en” es sólo una de las maneras en las que podemos entender la palabra
griega ἐν. ¿Qué es lo que realmente Jesús le está pidiendo a Dios Padre que haga por
nosotros en cuanto a su verdad? Una traducción mejor podría ser “Santifícalos por tu
verdad,” o, “Santifícalos con tu verdad”, expresiones en las que su verdad es el
instrumento mediante el cual se lleva a cabo este proceso. En otras palabras, como
creyentes, los lectores están expuestos a la verdad de Dios, y ella nos hace santos. ¿Cuál
es su verdad? Jesús dice: “Tu palabra es la verdad.” El verdadero crecimiento cristiano,
por tanto, depende de los creyentes que van a su Palabra, que la estudian con precisión
o escuchando diligentemente, y aplicándolo en sus vidas.
6. Análisis de la estructura del texto que se estudia. Es muy útil para comenzar hacer un
diagrama del pasaje. Y hay diversas maneras de hacer un análisis estructural. Algunos
de los métodos que están ahí a la selección son bastante complicados. El objetivo en
cómo se aprende a realizar el diagramar un pasaje. La clave está en adoptar el mejor
enfoque que garantice 1) Beneficio del procedimiento y 2) la utilización en múltiples
casos según el texto. El propósito es crear un esquema visual que ayude a entender la
estructura del pasaje y el flujo del centro de interés del autor y su argumentación.
Señalamos ahora algunos pasos básicos que pueden seguirse:
a. Identificar el verbo principal del pasaje.
b. Coloca el verbo principal en la línea principal de su análisis. Exprese claramente
el sujeto del verbo principal, y el complemento directo del verbo, si está
presente.
c. Coloque todas las frases que modifican la oración principal debajo de ella.
Utilice el sangrado para mostrar las palabras que modifican la oración principal.
Por ejemplo, si hay una oración de participio que está modificando al verbo,
sitúela debajo del verbo. Si hay tres frases preposicionales, colóquelas también
debajo del verbo al que modifiquen.
d. Proceda igualmente con todas las palabras hasta llegar al siguiente verbo finito
(es decir, un verbo en modo subjuntivo, optativo, o modo imperativo
indicativo).
e. Repita los pasos tantas veces cuantas sean necesarias
7. El análisis retórico
Todos los tipos de comunicación, escritos y verbales, emplean recursos
retóricos. Estas técnicas literarias fueron utilizadas en el Nuevo Testamento con
el fin de atraer las mentes y las emociones de los lectores. Las técnicas retóricas
ayudan también al público a recordar el contenido de lo escrito, especialmente
en un momento en el que el “libro” tal como lo conocemos ahora aún no se
había todavía desarrollado.
10. Realizar un esquema de cómo puede explicar este pasaje a sus oyentes o lectores
Tomemos como ejemplo la idea de “Vivir por la causa del evangelio (Fil. 3:17-21). El
esquema podría ser:
a. Una vida vivida por el evangelio sigue ejemplos piadosos (Fil. 3:17)
b. No se puede imitar una vida no vivida por el evangelio (Fil. 3:18-19)
c. Una vida vivida por el evangelio espera el regreso de Jesucristo (Fil. 3:20- 21).
Etc.
La exégesis no termina hasta que el profesor o el disertador haya presentado la palabra
de Dios y la comunique fielmente.