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Revista de Geografía Norte Grande, 62: 11-28 (2015)


Artículos

El territorio relevado,
el territorio disputado. Apuntes sobre la
implementación de Ley nacional 26.160
en Río Negro, Argentina1

Lorena Cañuqueo2

RESUMEN
En noviembre de 2006, el Congreso Nacional argentino sancionó la Ley de Emer-
gencia de la Propiedad Comunitaria Indígena N° 26.160. Además de declarar la
emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmen-
te ocupan las comunidades indígenas del país, la ley prevé la realización de un
relevamiento técnico jurídico y catastral de las ocupaciones “tradicionales, públi-
cas y actuales”. Desde los inicios de la implementación del Programa, se eviden-
ció la polisemia de significados y sentidos que la idea de “territorio” presupone
para los actores que intervienen en el proceso de relevamiento, tanto funcionarios
como técnicos y comunidades indígenas. Este artículo analiza de qué forma la im-
plementación de la Ley N° 26.160 puso en relación nociones de territorio y prác-
ticas de territorialidad a partir de la actualización de memorias sobre el espacio
realizadas por miembros de comunidades mapuche en conjunción con nociones
provenientes de otras agencias no indígenas.
Palabras clave: Mapuche, Norpatagonia, Argentina, relevamiento territorial

ABSTRACT
In November 2006, the National Congress of Argentina enacted the Emergency
Law of Indigenous Community Property, No. 26.160. The Law declared an emer-
gency concerning the different forms of possession and ownership of lands tradi-
tionally occupied by indigenous communities in the country. At the same time, the
Law proposes the implementation of a legal and technical land registry survey of
the “traditional, public and current occupations”. From the moment of implemen-
tation of the Law, there has been evidence as to the multitude of definintions and
meanings that the idea of “territory” has for the actors -official agents, technicians
and indigenous communities- involved in the survey process. In this paper we an-
alyze how the implementation of Law No. 26.160 has provoked a modernization
in the notion of territory and territoriality based on an update in spatial memories
held by members of the mapuche community that are at the same time entangled
with those perceptions produced by non-indigenous agencies.
Key words: Mapuche, Northern Patagonia, Argentina, territorial survey

1 Esta investigación cuenta con el apoyo del Consejo


Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas 2 Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y
(CONICET). Artículo recibido el 12 de mayo de Procesos de Cambio (IIDyPCa), CONICET-Universi-
2015, aceptado el 17 de agosto de 2015 y corregido dad Nacional de Río Negro (Argentina).
el 11 de septiembre de 2015. E-mail: kaniukeupu@gmail.com
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El Programa Nacional de Relevamiento nico designado para la tarea de relevamiento,


Territorial de Comunidades Indígenas fue como desde las comunidades. Estas últimas
diseñado a partir de la sanción de la Ley formularon quejas a sus representantes por la
26.160 en el año 2006 en Argentina. Tiene forma de producción de los datos y apunta-
como objetivo realizar la demarcación de los ban, principalmente, a la elaboración de las
territorios de las comunidades “para generar cartografías. Entre otras cosas, se criticaba que
las condiciones tendientes a la instrumen- los mapas no incluyeran el despojo histórico,
tación del reconocimiento de la posesión redujeran considerablemente lo que era rei-
y propiedad comunitaria” (INAI, s/f: 5). El vindicado como territorio “tradicional” o no
Programa comprende más de treinta pueblos reflejaran la conflictividad en la ocupación.
indígenas en todo el país. Para implemen-
tarlo dentro de sus jurisdicciones, cada uno Tomando en cuenta estas demandas, al-
de los estados provinciales debe adherir a gunos representantes mapuche propusieron
la Ley Nacional. En ese marco, la provincia evaluar la implementación del Programa
patagónica de Río Negro se sumó a la imple- mediante talleres que se realizaron entre los
mentación de la Ley 26.160 en el año 2007 y años 2011 y 2012. De estos talleres partici-
designó al Consejo de Desarrollo de Comuni- paron técnicos, representantes gubernamen-
dades Indígenas (Co.De.C.I.) como organismo tales, miembros de comunidades, activistas
ejecutor3. y profesionales indígenas y no indígenas.
La evaluación se enfocó en todas las etapas
En la provincia de Río Negro, la presencia del Programa e incluyó un interés especial
más numerosa es la del Pueblo Mapuche que por la revisión de los conceptos utilizados
abarca a un gran número de comunidades, para acordar sus usos operativos. Entre otras
organizaciones y familias en todo el territorio cosas, ese debate implicó revisar las propias
provincial. Para implementar el Programa de nociones metaculturales sobre identidad, per-
Relevamiento se elaboró un listado de más tenencia y territorio que fueron discutidas por
de cien comunidades, al que se sumaron los las organizaciones mapuches en Argentina
pobladores indígenas denominados “disper- durante la década de 1990.
sos”. Transcurridos los dos primeros años
del Programa, se evidenciaron como proble- Este trabajo retoma algunos de los debates
máticas ciertas nociones que repercutieron surgidos en esos talleres. La pregunta que
directamente en la implementación de los lo guía es ¿qué nociones de territorio, ocu-
relevamientos, tales como territorio, ocupa- pación y uso se (re)definen entre miembros
ción tradicional, actual y pública, lof, lofche de comunidades mapuche en el marco de la
y comunidad4. La necesidad de abordar estas aplicación de políticas estatales de releva-
nociones surgió tanto de parte del equipo téc- miento territorial? Para contextualizar estos
debates se comenzará por dar cuenta de las
formas de ocupación espacial habilitados
3
para los indígenas entre fines de siglo XIX y
Organismo de cogestión estatal e indígena que
durante el siglo XX que se tornan relevantes
aplica la Ley provincial Integral del Indígena
N° 2287. Surge como resultado del proceso de en el presente. Particularmente, se analiza-
movilización mapuche de fines de la década rá cómo el “desierto”, en tanto dispositivo,
de 1980 y tiene competencia en la aplicación sirvió para crear un imaginario sobre una
de políticas públicas destinadas a la población extensión de tierras sin colonizar y para refor-
indígena que vive en la provincia de Río Negro.
4 Lof y lofche son nociones que refieren a zar los principios de la matriz Estado-nación-
la organización social mapuche y suelen ser territorio que tuvo como imperativo la con-
traducidas al castellano como “comunidad”, quista de los territorios indígenas (Navarro
aunque su sentido entre los mapuche es polisémico. Floria, 2007; Briones & Delrío, 2009; Delrío
Ambas vinculan articulación y agenciamiento
y Pérez, 2011).
de grupos mapuche (familias, linajes,
comunidades ceremoniales, etc.) con procesos de
territorialización. Al este del Territorio Mapuche
(en Puelmapu), esta definición fue debatida
durante la década de 1990 por la Coordinación
Tayiñ Kiñegetuam (1995), transformándose en
una categoría analítica. El objetivo que guió ese cuenta, al mismo tiempo, de la especificidad de la
debate fue cuestionar la idea de “tribu” dando organización social mapuche.
EL TERRITORIO RELEVADO , EL TERRITORIO DISPUTADO . A PUNTES SOBRE LA 13
IMPLEMENTACIÓN DE LEY NACIONAL 26.160 EN RÍO NEGRO, ARGENTINA

Asimismo, se describirán los fundamen- al analizar los procedimientos de construc-


tos del Programa de relevamiento territorial ción de las regiones en Argentina, apunta
para luego abordar algunas de las categorías que el fundamento de una regionalización
que se problematizaron en los talleres. De es la “conceptualización del objeto” que, en
esta forma, se espera poder dar cuenta del el marco de la generación de configuracio-
proceso de disputa de concepciones de terri- nes territoriales estatales, terminan creando
torialidad que se ponen en juego a partir del divisiones que operan como “dispositivos de
relevamiento territorial de comunidades indí- diferenciación geográfica” (Quintero, 2002:
genas en una provincia caracterizada por una 4). Puntualmente, el reforzamiento de la Pa-
particular dinámica regional: la zonificación. tagonia como región estableció como hito de
En tanto proceso de dominio político-eco- avance de la civilización –respecto del centro
nómico y de apropiación simbólico-cultural bonaerense– las márgenes de los ríos Negro
del espacio (Sack, 1986; Haesbaert, 2007), y Neuquén. Esa delimitación estuvo imple-
la zonificación es la forma privilegiada en mentada en varios niveles que comprendie-
que opera la territorialización en Río Negro. ron dispositivos de control y demarcación
Como veremos, las zonas señalan una prác- que avanzaron sobre un territorio presumido
tica de control que organiza conceptual, pro- como nacional. Asimismo, sirvieron para la
gramática e ideológicamente a la provincia. creación de un imaginario que subdivide y
Al mismo tiempo, el resultado de esas ope- diferencia un territorio en base a “atributos
raciones territorializadoras y estratificadoras naturales”.
(Grossberg, 1992) condicionan la manera en
que se distribuyen los actores y restringe las Desde mediados del siglo XVI se venían
movilidades, indicándoles por dónde circular. estableciendo una serie de pactos, acuerdos y
convenios entre representantes de la Corona
La “Campaña del Desierto”: española, primero, y en tiempos republica-
nos, después, con distintos grupos y represen-
estructuración de fronteras y tantes indígenas (Briones y Carrasco, 2000).
regiones en Norpatagonia Se reforzaba así una idea de frontera que
partía de una clara demarcación con el “otro”
Las avanzadas militares de ocupación de indígena con un estatus legal que reconocía,
los territorios indígenas realizadas entre 1878 a su vez, jurisdicciones territoriales diferen-
y 1885 son unificadas bajo la denominación ciadas entre sí. Aun cuando esa relación se
de “Campaña del Desierto”. Tanto estas ope- basara en el intercambio, en alianzas y nego-
raciones militares como las posteriores, repre- ciaciones, la demarcación de los límites fron-
sentan un quiebre en las pautas de autonomía terizos no estuvo exenta de conflictos. Esos
y en las formas tradicionales de organización mismos conflictos servirían como fundamento
sociopolítica para los pueblos indígenas. Al para que, en el marco de la consolidación del
mismo tiempo, inaugura en el seno de la es- Estado moderno argentino, las elites constru-
tructura de la matriz Estado-nación-territorio yeran la idea de que esas otras poblaciones
argentino una forma de territorializar que como sus territorios fueran pasibles de ser
tienen efectos en el presente y definen límites sometidos a una jurisdicción nacional (Be-
en dos sentidos: tanto “hacia afuera”, respec- chis, 1992). Hacia mediados de siglo XIX la
to a otras naciones, como “hacia adentro” de política hegemónica estatal, guiada por los
la nación, configurando fronteras internas y principios de la denominada “Generación del
produciendo regiones en el marco de un pro- 80”, viró hacia erradicar toda red de circula-
grama geopolítico (Benedetti, 2009). ción indígena por el espacio para asegurar la
expansión estatal. Esta necesidad concentró
Ya desde los inicios de la planifi cación los esfuerzos de intelectuales, estadistas, fun-
del avance militar sobre una difusa región de- cionarios y agentes privados que fueron orga-
nominada Patagonia, la preocupación por de- nizando y diferenciando actores y fijando una
marcar los límites, las fronteras y la ubicación simbolización particular sobre ese espacio a
de la población indígena ha sido parte de las colonizar.
agendas gubernamentales. Con mayor o me-
nor énfasis, esa preocupación se ha manteni- La imagen más potente utilizada para
do a lo largo del siglo XX. Silvina Quintero, marcar diferencias internas y fronteras en los
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tiempos previos a las campañas militares fue elites locales, agencias privadas y grupos
la del “desierto” –erigido como periférico en indígenas disputaron lineamientos y estrate-
relación a un autoproclamado centro civili- gias. Por esa razón, los mecanismos de radi-
zado establecido en Buenos Aires–, esto es, cación de los indígenas no deben rastrearse
como un vacío que era necesario explorar, solamente en las leyes destinadas a ellos, sino
conocer y colonizar (Zusman y Minvielle, también en aquellas que regularon la colo-
1995). Esa imagen fue clave para definir los nización de las tierras incorporadas (Delrío,
tropos de “civilización y progreso” en oposi- 2005: 121). Entre esas leyes se cuentan las
ción a la “barbarie”. Fue bajo esta lógica que de inmigración y colonización, de venta de
se organizó la incorporación y el sometimien- tierras fiscales, de concesión para la ganade-
to indígena al orden nacional por medio de la ría y de premios militares que subdividirán
violencia y la ocupación militar del territorio y ordenarán un espacio conquistado aunque
a fines del siglo XIX. inacabadamente conocido (Briones y Delrío
2002: 53). Asimismo, establecerá jerarquías
La persecución de las comunidades in- en el tipo de colonización “deseable”, distin-
dígenas, los destierros, el confinamiento en guiendo entre argentinos sin tierra, extranje-
campos de concentración a lo largo del río ros prontos a ciudadanizarse, compradores
Negro (Delrío, 2005; Pérez, 2014) o en la potenciales y, finalmente, indígenas. El ideal
isla Martín García (Nagy y Papazian, 2009), a concretar será la generación de un modelo
los posteriores desmembramientos familiares, de producción capitalista de matriz agrícola y
los traslados masivos a pie y la disposición ganadera propiciada por colonos. Sin embar-
arbitraria de personas como mano de obra go, ese cuerpo legal pensado desde el centro
esclava de familias aristocráticas bonaerenses del poder bonaerense no será siempre cohe-
e incipientes centros económicos (Mases, rente y generará contradicciones al interior
2002), así como la reclusión de familias en de los territorios nacionales creados en la Pa-
museos e iglesias respondieron a una misma tagonia5, reflejada en las miles de hectáreas
lógica de disciplinamiento social. La antropó- que serán abandonadas y en la formación de
loga Diana Lenton resalta que estas prácticas latifundios.
no solo fueron dirigidas a los indígenas, sino
que también implicó una manifestación del Entre las formas de radicación que afec-
biopoder en la sociedad en general (Lenton, taron a la población indígena, podemos
2005). Las características de su aplicación mencionar las leyes especiales dirigidas a
encuadra en la fi gura del delito de genoci- establecer grupos indígenas reagrupados en
dio que, al presente, sigue siendo negado torno a “caciques”. El reagrupamiento de
como evento fundante de la matriz estatal familias con diferentes trayectorias en torno
argentina (RIG, 2010). En tanto dispositivo, a figuras reconocibles para el Estado –el “ca-
el “desierto” tuvo un impacto profundo en cique”– fue una estrategia que resultó exitosa
la organización del espacio, así como en la para la agencia indígena en un contexto de
implementación de prácticas de ciudadanía violencia. Pese a la gran vulnerabilidad que
diferenciadas. De variadas formas, ese dispo- implicaba el apresamiento en los campos de
sitivo y sus efectos continúan ejerciendo un concentración, fue allí donde algunos líderes
poder ordenador en el presente. reconocidos por el Estado pudieron negociar
algunas entregas de tierra. No obstante, la
La radicación de los pueblos indígenas conformación de los grupos y el destino en
en Norpatagonia el que fueron reubicados estaba determinado
por las autoridades argentinas. Es por ello
Una vez que las tierras indígenas fueran
incorporadas a la jurisdicción del territorio
nacional se inicia un proceso de disputa en 5 En 1884 se sanciona la Ley Nacional 1.532 que
pos de definir las pautas de control del es- organiza y divide la anterior “Gobernación de Pata-
pacio. De acuerdo con el historiador Walter gonia” en seis Territorios Nacionales dependientes
Delrío, tanto la distribución, como el acceso del Poder Ejecutivo Nacional. Así, se crean los
Territorios Nacionales de La Pampa, Neuquén, Río
al principal recurso provisto por las campa- Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego que
ñas militares –la tierra–, fueron definiéndose se convertirán en Estados Provinciales recién en la
en una arena donde autoridades estatales, década de 1950.
EL TERRITORIO RELEVADO , EL TERRITORIO DISPUTADO . A PUNTES SOBRE LA 15
IMPLEMENTACIÓN DE LEY NACIONAL 26.160 EN RÍO NEGRO, ARGENTINA

que aquellos que recibieron tierras –lo que en el modo de ocupación espacial de los in-
constituyó casi un privilegio– fueron loca- dígenas8.
lizados en zonas que representaban escaso
interés productivo (Salomon Tarquini, 2010). Mediante la Ley 1.501 también se ad-
judicó tierras a inversores que debían cum-
Como parte de la política de anexión de plimentar ciertos requisitos, tales como la
los territorios indígenas, podemos citar la Ley radicación, el cultivo y la introducción de
1.532 –sancionada en 1884–que subdividió mejoras. Sin embargo, fueron cuantiosos los
a la Patagonia en Territorios Nacionales de- que faltaron a ese compromiso y, aun así,
pendientes del Estado nacional. Entre otras lograron excepciones por normas posteriores.
cosas, establecía que cada Gobernador de Este tipo de entregas originarían concentra-
Territorio debía procurar establecer “las tribus ciones de tierras, como las puestas en mano
indígenas que morasen en el territorio de la de la Compañía Argentina de Tierras del Sud,
gobernación”, para lo que se crearían “misio- de capitales ingleses9. Serían numerosos los
nes”, previa autorización del Poder Ejecutivo indígenas que se incorporarán a las estancias
Nacional (Art. 11). Así, se establecía que la de esta Compañía como peones rurales.
política a seguir con los indígenas era “fijar”
como forma de “civilizar”6. Paralelamente, otros grupos indígenas fue-
ron atomizados por el Estado y no hubo para
Dentro del Territorio Nacional de Río Ne- ellos asignación de tierras ni reconocimientos
gro, y en el marco de esta ley, algunos indí- en términos colectivos. Como resultado, sus
genas consiguieron concesiones individuales, miembros debieron tramitar individualmente
mientras que otros gestionaron tierras para la la tenencia buscando ser reconocidos como
radicación de grupos indígenas. Este tipo de ocupantes individuales de las devenidas
entregas hechas a un “cacique” y su “tribu” “tierras fi scales”–invisibilizando sus formas
convivió con otras formas de radicación en colectivas de organización–. Muchos de ellos
colonias agrícolas pensadas originalmente no pudieron cumplimentar con los requisitos
para radicar argentinos sin tierra y extranjeros impuestos por el Estado y se vieron, nue-
prontos a ciudadanizarse. Esas colonias ve- vamente, expulsados de sus tierras. Fueron
nían siendo promovidas por la Ley 1.501 de estos colectivos de menor visibilidad social
1884, que establecía la creación de lotes de quienes se encontraban en una situación de
625 hectáreas. Desde el Estado Nacional se alta vulnerabilidad, pues el reconocimiento a
preveía que estas colonias fueran ampliadas, su ocupación estaba condicionado a criterios
para lo cual se pusieron en resguardo fraccio- racistas. Pese a la evidente fragmentación
nes de tierras en “reserva”. Sin embargo, esa social, los colectivos indígenas continuaron
política quedaría sin efecto y comenzaría un siendo útiles como imagen de la antítesis del
proceso de solicitud individual que fraccio- progreso y construidos eventualmente como
naría a las colonias (Delrío et al., 2014). Esas un peligro inminente para la seguridad de la
tempranas ambigüedades en la legislación, nación y el desarrollo capitalista, fundamen-
sumadas a las que sobrevinieron en la etapa
de provincialización 7, generaron conflictos

der Ejecutivo Nacional y del Senado de la Nación.


La provincialización de Río Negro data de 1955.
8 Para el caso mapuche, la división entre dos Estados
6 El régimen de “misiones” se sostendrá en el tiempo nacionales –Chile y Argentina– y, por lo menos, cin-
como solución para grupos indígenas vistos como co provincias –Buenos Aires, La Pampa, Neuquén,
altamente “alterizados”, es decir, ubicados en el ex- Río Negro y Chubut– ha complejizado aún más los
tremo opuesto de la “civilización”. Pese a que esta- tipos de ocupación dado que cada estado provincial
ban contempladas en la Ley 1.532, las misiones no ha configurado formas propias de delimitar los espa-
fueron aplicadas a los grupos mapuche. Estos serían cios y sus usos.
radicados a través de leyes especiales o a partir de 9 Esta Compañía determinará la organización espacial
ser incluidos en otras legislaciones que regían para de la región. Por ejemplo, varios puntos del trazado
el resto de la población no indígena. ferroviario se diseñaron en torno a estancias gana-
7 Conforme se fue gestando la tarea de una estructura deras propiedad de la Compañía para asegurar el
federal organizada en estados provinciales, los terri- traslado de productos hacia los puertos del Atlán-
torios nacionales fueron “provincializados”, lo que tico, en detrimento de las salidas hacia el Pacífico
significaba la independencia administrativa del Po- (Delrío et al., 2014).
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tado en una supuesta inhabilidad productiva paisaje y clima similar al de su país na-
(Radovich y Balazote, 1995). Esa construc- tal. Obviamente, en todos los casos, la
ción que predominó entre funcionarios esta- presencia española e italiana también es
tales y se extendió como sentido común en importante. En resumen, Río Negro puede
el resto de la población, sirvió como refuerzo decir que, a pesar de su reducida pobla-
de un ideal de nación y de una matriz de ción, posee una variada gama de razas y
distribución espacial que confinó a las pobla- nacionalidades que conviven en armonía”
ciones sobrevivientes a las tierras de mayor (A.I.G.C.R.N., 1994:11, subrayado pro-
marginalidad productiva. De hecho, estos pio).
mismos argumentos serían retomados durante
el siglo XX para justificar desalojos y persecu- Por lo menos hasta la década de 1970,
ciones. esa zonificación se basaba en la idea de que
las divisiones eran producto de elementos
Las “zonas” y los “dispersos” en las naturales, como el clima y la vegetación,
formas de territorialización en Río Negro que condicionan y determinan causalmente
las relaciones sociales, económicas y polí-
La provincia de Río Negro está definida ticas e imprimen subjetividades específi cas
por una regionalización intraprovincial defi- a cada zona (AAVV, 1974). La confluencia
nida por una lógica de subdivisión en zonas. de perspectivas naturalistas, deterministas y
Es a partir de esa lógica que, de oeste a este, fenomenológicas presenta a las zonas como
la provincia se divide y planifica en cuatro albergando “naturalmente” y en “armonía”
zonas: Andina al oeste, Sur o Línea Sur –de- a poblaciones diversas que en apariencia no
nominada así por el trazado del ferrocarril del tienen ningún contacto –ni conflicto– entre sí.
sur que atraviesa transversalmente la provin- En la misma lógica, la acción de “recluirse”
cia–, Valle –subdividida en Alto Valle, Valle aparece como una decisión adoptada por las
Medio y Valle Inferior– y Atlántica en el ex- poblaciones indígenas, desconociendo así el
tremo este del territorio provincial (ver Figura complejo proceso de territorialización pro-
N° 1). En base a estas zonas se organiza y se vocado por la incorporación violenta de sus
programan gran parte de las políticas estata- territorios.
les. Pero también, forman parte de un sentido
compartido entre los habitantes rionegrinos Esta misma lógica establece que es a
de diferenciar la provincia. Ese sentido fue la Línea Sur donde se apuntan los mayores
moldeado desde los inicios de la provinciali- esfuerzos de intervención estatal, cuya po-
zación rionegrina y sigue siendo reproducido blación se encontraría en un nivel “inferior”
por diferentes organismos. Por ejemplo, un de desarrollo respecto de las otras zonas. Jus-
informe difundido por el Área de Información tamente, es en esa zona donde las políticas
General de la Casa de Río Negro en Buenos oficiales han fijado a los indígenas (Cuadro
Aires dice que: N° 1). Dentro de esta zona la ganadería in-
tensiva, que constituye el motor económi-
“Con la conquista del desierto, la pobla- co de la región, es naturalizada como una
ción indígena se recluye en reserva en la práctica tradicional indígena pese a que su
zona centro-sur, fundamentalmente. Así implementación está ligada al modelo ex-
la zona del Valle recibe una afluencia de portador propulsado por grandes compañías
españoles e italianos a partir de 1915. ganaderas. De esta manera, al deshistorizar
Obviamente, el fenómeno migratorio en procesos, estos discursos fijan movilidades
esta zona incluye ingleses, yugoslavos, en un doble sentido: esencializando atributos
checoslovacos, rusos, etc. Este fenómeno culturales, económicos y políticos y determi-
también se repite en el Valle Inferior (zona nando un espacio unívoco para los indígenas.
de Viedma). En la zona Centro-Sur apare- La articulación entre subdesarrollo econó-
ce la mayor concentración de habitantes mico y alterización acaban naturalizando un
con ascendencia árabe de la provincia. En supuesto “atraso” de la población indígena.
cambio, en la Zona Andina este fenómeno Así, la zonificación opera performativamente,
se da con población de origen alemán, guiando la acción de actores e instituciones y
suizo, austríacos, etc., que buscaron en espacializando subjetividades.
la zona de los lagos y los bosques un
EL TERRITORIO RELEVADO , EL TERRITORIO DISPUTADO . A PUNTES SOBRE LA 17
IMPLEMENTACIÓN DE LEY NACIONAL 26.160 EN RÍO NEGRO, ARGENTINA

Figura N° 1
Territorio de la provincia de Río Negro y subdivisión regional por zonas e identificación de
comunidades indígenas relevadas por el Programa de Relevamiento Territorial

Fuente: Elaboración propia en base a datos extraídos de la página oficial del Gobierno de
Río Negro y datos proporcionados por el INAI.

Cuadro N° 1
Listado de reservas indígenas en la provincia de Río Negro

Reservas sin reconocimiento de leyes provinciales Total de hectáreas entregadas


Anecón Grande 17.000
Nahuelpan 1.162
Atraico 11.135
Total de hectáreas 29.297
Reservas con reconocimiento de leyes provinciales con
Total de hectáreas entregadas
Escrituras de Usufructo Gratuito y Vitalicio / Año
Yuquiche / 1973 8.350
Cañumil /1987 23.454
Total de hectáreas 31.804
Reservas con reconocimiento de leyes provinciales Sin
Total de hectáreas entregadas
Escrituras de Usufructo Gratuito y Vitalicio / Año
Ancalao / 1971 28.383
Lipetrén /1971 157.150
Nazario Chico / 1971 29.400
Chaiful / 1972 20.000
Pilquiniyeu del Limay / 1972 y 1987 110.600
Cerro Bandera / 1973 3.500
Total de hectáreas 349.033
Total de hectáreas en reserva indígena en Río Negro 410.134

Fuente: Elaboración propia en base a datos contenidos en UNC-APDH (1996) y Dirección General de Tierras
de Río Negro (2000).
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Las once “reservas indígenas” que existen 1990 en Argentina, que tuvo a la “cultura”
en Río Negro se ubican en la Línea Sur. Si como tópico de los planteamientos políticos.
tenemos en cuenta que la superficie total de Como resultado de esa disputa, el discurso
la provincia es de 203.013 km2, las tierras en mapuche que ha tenido más difusión en
“reserva” suman un 2,02% del total 10. Solo los últimos años es aquel promovido por la
en dos de ellas se entregaron las escrituras de Coordinación de Organizaciones Mapuche
“Usufructo Gratuito y Vitalicio” que las leyes Tayiñ Kiñegetuam –Para volver a ser uno– que
de creación de reserva establecieron. Seis de define al Lof como la forma de organización
ellas no cuentan con la entrega de esas escri- comunitaria mapuche “tradicional”. Según
turas y otras tres reservas no fueron reconoci- esa definición, el Lof es “punto de origen e
das por leyes provinciales. A eso se suma la identidad de cada persona” (TKG, 1995: 4)
reducción territorial por la entrega de títulos donde conviven las familias. Cada Lof ocu-
a terceros no indígenas sobre esas reservas o pa una “unidad territorial” (TKG, 1995: 4)
la afectación para proyectos económicos11. espacializado en el Wallmapu, “ancestral
territorio” y origen de la “identidad colectiva
El ordenamiento espacial rionegrino es mapuce [sic.]” (TKG, 1995: 4).
apropiado por distintos sectores en la pro-
vincia que replican isomórficamente la dis- Además de los antecedentes menciona-
tribución de los tipos de intervención por dos, se suman categorías contenidas en la
zonas (Cañuqueo et al., 2005). De hecho, las Ley Nacional N° 23.302, la Ley Provincial N°
organizaciones indígenas se identifican y se 2.287, el Convenio 169 de la Organización
estructuran en comunidades agrupadas por Internacional del Trabajo y el Artículo 42
zonas con características diferenciadas entre de la Constitución Provincial rionegrina. El
sí. Desde la perspectiva compartida por la Co.De.C.I. define a la comunidad mapuche
gran mayoría de los indígenas que participan como los “conjuntos de familias que se re-
del ámbito de la Coordinadora del Parlamen- conozcan” como tal y que deben “descender
to del Pueblo Mapuche12, es en la Línea Sur de pueblos originarios” que “habitaban el
donde vive la población indígena organiza- territorio de la Provincia de Río Negro en la
da en “comunidades”. Sugerentemente, ese época de la conquista o colonización” (Co.
carácter estaría dado por el reconocimiento De.C.I., 2006: 1). De esta manera, las comu-
estatal que fijó poblaciones en torno a la idea nidades indígenas comparten “pautas cultu-
de “caciques” junto a sus “tribus” para otor- rales”–como el idioma–, viven en un “hábitat
gar reconocimientos. común” y tienen “autoridades designadas”
(Co.De.C.I., 2006: 2-3). En Río Negro esa or-
La noción de “comunidad” en Río Negro ganización “propia” tiene su contrapuesto en
es un proceso de articulación intertextual los mapuches “dispersos”.
emergente de la demanda de derechos del
movimiento mapuche durante la década de La categoría de “disperso” fue incluida
por primera vez en la Ley Integral del Indíge-
na N° 2287 en 1988. Se refiere a la forma de
nucleamiento de las comunidades y al tipo
10 Cabe destacar que la información generada por el de asentamiento en la que viven sus miem-
estado rionegrino sobre la población indígena no bros caracterizados como “asentamientos nu-
está unificada y está desactualizada.
11 Por ejemplo, 10.000 ha de la reserva Indígena de
cleados o dispersos” (Art. 3). Su génesis está
Pilquiniyeu del Limay fueron afectadas en el año enmarcada en un proceso de disputa entre el
1990 por la construcción de la represa hidroeléc- Consejo Asesor Indígena y el gobierno pro-
trica Piedra del Águila, propiedad de la empresa vincial en la década de 1980. La inclusión de
Hidroeléctrica Norpatagónica S.A. (HIDRONOR).
las comunidades “dispersas” apuntaba a visi-
Por una ley posterior, y fruto de la movilización
indígena y de diferentes sectores, se logró expropiar bilizar a la población que no había logrado
una superficie de 60.000 ha a la Estancia María So- ser reconocida por decretos de reserva para
fía S.A. ser “concentrada”, es decir, a la gran mayoría
12 La Coordinadora del Parlamento del Pueblo (Cañuqueo, 2015).
Mapuche fue creada en 1997 y reúne a
comunidades, organizaciones y Centros Mapuche
de distintas localidades y parajes de la provincia de Si bien nace como fruto de la demanda
Río Negro. indígena, en la actualidad la noción de “dis-
EL TERRITORIO RELEVADO , EL TERRITORIO DISPUTADO . A PUNTES SOBRE LA 19
IMPLEMENTACIÓN DE LEY NACIONAL 26.160 EN RÍO NEGRO, ARGENTINA

persión” interpela a la pertenencia de un El Programa Nacional de Relevamiento


individuo y no a la característica del asen- Territorial de Comunidades Indígenas
tamiento de una comunidad, como lo plan-
teaba la Ley N° 2.287. Concretamente, se El Programa de Relevamiento Territorial
refiere a pobladores mapuche que no inte- funda la necesidad de relevar y demarcar
gran ninguna comunidad reconocida legal- los territorios de las comunidades indígenas
mente por el Estado. Para las organizaciones como paso previo a la “instrumentación del
mapuche la ausencia de reconocimiento reconocimiento de la posesión y propiedad
equivaldría a la falta de organización co- comunitaria” (INAI, s/f: 5). La Ley 26.160
munitaria y, casi por decantación, generaría establece que las comunidades indígenas a
una “pérdida” de la “riqueza cultural” (Co. relevar deben sostener una ocupación “actual,
De.C.I., 2006: 2). El hecho de no haber ob- tradicional y pública” (en adelante, OATP) que
tenido un reconocimiento estatal en térmi- debe ser fehacientemente acreditada (Art. 2°).
nos de colectivo indígena, aunque lo hayan
gestionado en diferentes formas y épocas, Por “actual” se entiende la ocupación
coloca a muchas comunidades en una po- “definida al momento de la sanción de la Ley
sición desigual frente al Estado y ante otras N° 26.160 [año 2006], quedando excluido
comunidades reconocidas legalmente. Para de esta clasificación todo espacio que corres-
las organizaciones mapuche, la zonificación ponda a recuperaciones o incorporaciones
y un tipo de “comunidad” distingue subje- realizadas con posterioridad a dicha sanción”
tividades y formas de participación política (INAI, 2011: 7) 13. Los territorios ocupados
que instituye, por ejemplo, representantes con posterioridad a 2006 son relevados como
indígenas por zona. de “Ocupación Tradicional y Pública”, pero
no “actual” (OTP). Pueden ser relevados
Ley Nacional 26.160: su como OATP los territorios que hubieran sido
despojados durante la vigencia de la ley,
implementación en la siempre que el hecho haya sido documenta-
provincia de Río Negro do. Si el despojo no puede ser demostrado,
entonces se releva la ocupación como “Terri-
Según su decreto reglamentario, la Ley torio Comunitario en Conflicto”. Si el despojo
Nacional de Emergencia de la Propiedad data de antes de 2006, se elabora una “Carto-
Comunitaria Indígena N° 26.160 vino a sal- grafía de la Memoria”.
dar los compromisos asumidos tanto a nivel
internacional como nacional. Basándose en En el manual del Programa el “territorio
esos compromisos, los objetivos principales tradicional” es definido como “espacios ha-
son: bitados por pueblos indígenas” y delimitados
por “hitos geográficos reconocidos social-
1. “declarar la emergencia en materia de mente por una o más agrupaciones de una
posesión y propiedad de las tierras que misma etnia o de otra distinta”. Esos territo-
tradicionalmente ocupan las comunidades rios tradicionales tienen una “jurisdicción”
indígenas originarias del país” (Art. 1°) que es “gobernada por un representante de
2. “realizar el relevamiento técnico-jurídico- la comunidad, regida por normas y leyes
catastral de la situación dominial de las propias”. En tanto, el espacio se organiza “en
tierras ocupadas por las comunidades in- base a las relaciones de parentesco”, donde
dígenas” (Art. 3°). los linajes determinan los usos mediante la
“tradición y la herencia” (INAI, s/f: 26).
En función de ejecutar el relevamiento, el
Instituto Nacional de Asuntos Indígenas –or-
ganismo responsable de la ejecución de la
Ley– diseñó un Programa Nacional de Rele-
vamiento Territorial de Comunidades Indíge- 13 La imposición de un límite temporal es criticada por
nas, cuyos lineamientos se difunden a través sectores vinculados a la defensa de Derechos Indí-
genas, pues se entiende que contradice el reconoci-
de un manual.
miento realizado a “las tierras que tradicionalmente
ocupan” las comunidades contenido en el Artículo
75, inciso 17, de la Constitución Nacional.
20 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

Finalmente, la condición “pública” de la tos y objetos con “atributos” que puedan ser
ocupación remite a que debe ser conocida espacialmente localizados para elaborar un
por terceros distintos a los miembros de la croquis. Esos datos orientan el levantamiento
comunidad relevada. de puntos con el Sistema de Posicionamiento
Global (GPS, por sus siglas en inglés) que
El relevamiento de la OATP de las comu- luego serán incorporados a las cartografías. A
nidades indígenas de la Argentina implica la su vez, estas serán incorporadas al Sistema de
toma de datos por parte de un Equipo Técni- Información Geográfica de las Comunidades
co Operativo (en adelante, ETO) que se cons- Indígenas que almacenará la información de
tituye en cada provincia y está integrada por: las ocupaciones ejercidas por los indígenas
de todo el país. También es en esta etapa de
a) representantes indígenas en el Consejo de trabajo donde el Área Social recopila infor-
Participación Indígena (CPI) y los designa- mación para la elaboración del Informe His-
dos dentro de cada provincia; tórico Antropológico (ver más abajo) y realiza
b) agrimensores y/o geógrafos que confor- el cuestionario sociocomunitario de comuni-
man el Área de Georreferenciamiento; dades indígenas (CueSCI).
c) antropólogos y trabajadores sociales que
integran el Área Social; El trabajo en gabinete consiste en la
d) abogados encargados del Área Legal y, confección de la “cartografía del Territorio
finalmente, Comunitario, con todos los usos del suelo
e) administrativos y contadores encargados relevados” (INAI, s/f: 49). Todos los tipos
de la administración de los fondos. de cartografías especificados anteriormen-
te (OATP, OTP, “Territorio en Conflicto” y
El ETO es una instancia técnico-política “Cartografía de la Memoria”) deben ser ela-
encargada de relevar información acerca de boradas como resultado de las entrevistas
los antecedentes de ocupación y del uso que realizadas en terreno y del informe jurídico
las comunidades indígenas dan a su territo- que realizan abogados a partir del estudio de
rio, así como datos sobre su estructura so- títulos y otros documentos de reparticiones
cial. El objetivo del ETO es llegar a elaborar estatales. Eventualmente, se pueden adjuntar
lo que se denomina “carpeta técnica” que otras cartografías que evidencien datos de
contiene el relevamiento técnico, jurídico y ocupación superpuestas con otras entidades
catastral del territorio de cada comunidad. públicas. Por ejemplo, aquellas comunidades
Es en base a esa carpeta que el INAI elabora que ocupan áreas protegidas bajo el ejido de
el dictamen final que define el estatus de estados municipales o provinciales o en juris-
la ocupación de los territorios indígenas. El dicción de Parques Nacionales. Cada carpeta
punto de partida es que “cada pueblo tie- técnica es acompañada por un Informe Histó-
ne un control y apropiación particular del rico Antropológico que “no es una pericia” ni
espacio”, siendo “los procesos sociales im- una “investigación en términos académicos”,
perantes en cada pueblo” los que definen la aunque emplea “métodos y técnicas de inves-
“organización espacial y las formas de apro- tigación” (INAI, s/f: 53) y que sirve para una
piación del territorio” (INAI, s/f: 19). Su tra- eventual instancia judicial posterior. Este in-
bajo se divide en dos momentos: uno que se forme debe dar cuenta de la relación material
denomina “en terreno”, en el que la informa- y simbólica que las comunidades mantienen
ción es recopilada junto a las comunidades, con los territorios de OATP, concentrándose
y otro que es llamado “en gabinete”, que en el “uso y posesión del territorio” (INAI, s/f:
consiste en la elaboración de los informes y 51 y 52) y en sus condiciones históricas de
de las cartografías. ocupación.

En terreno, el Área de Georreferencia- La implementación en la provincia de Río


miento redacta un texto que denomina “Na- Negro
rrativa” en el que se enumeran, sin detallar,
los usos económicos, sociales y culturales del En 2007, la provincia de Río Negro adhi-
territorio a partir de los datos proporcionados rió a la Ley Nacional 26.160 y hasta 2012 el
por los miembros de la comunidad. Se apunta ETO provincial fue coordinado por represen-
a que esos usos permitan identificar circui- tantes y contó con asistentes técnicos mapu-
EL TERRITORIO RELEVADO , EL TERRITORIO DISPUTADO . A PUNTES SOBRE LA 21
IMPLEMENTACIÓN DE LEY NACIONAL 26.160 EN RÍO NEGRO, ARGENTINA

che. Siguiendo la lógica de la zonificación, El debate de los conceptos: la


la Coordinadora del Pueblo Mapuche de Río “dispersión” y la “concentración”
Negro designó a sus técnicos diferenciándo-
los por zonas (valle, atlántica, sur y andina). Si bien, como vimos antes, la Ley 26.160
Esas mismas divisiones fueron utilizadas para estipula que el relevamiento se efectúe sobre
distribuir las 126 comunidades y pobladores las tierras de OATP, cada provincia impregna
dispersos a relevar. su particularidad de acuerdo a las trayectorias
de relación entre agencias indígenas, privadas
En virtud de la constitución del ETO, la y estatales. Río Negro es la única provincia
provincia de Río Negro es una de las que donde se contempla relevar, además de co-
posee una mayor y más activa participación munidades, a “pobladores dispersos”. Esa di-
de miembros indígenas, lo que permite una ferenciación abre una primera gran esquema-
“negociación de estos agentes con el Estado tización que se plasma en las concepciones
nacional y provincial para reformular y rede- sobre el territorio. Tanto por su indefinición,
finir cuestiones básicas planteadas en el ma- como por su numerosa presencia, el listado
nual de relevamiento” (Guiñazú, 2012: 6)14. de “pobladores dispersos” se presenta como
Esa negociación se comenzó a evidenciar en el punto más controversial dentro del Progra-
marzo de 2012, cuando la coordinación del ma de relevamiento. A su vez, problematiza
ETO convocó al taller que trataría exclusiva- tanto la concepción de comunidad, como la
mente la revisión de los conceptos utilizados de OATP que maneja el Programa.
en la Ley 26.160. La dinámica estuvo defini-
da por la preocupación sobre la definición de Según el uso extendido dentro de las or-
las nociones de lof, lofche, comunidad, terri- ganizaciones mapuche, las comunidades –en
torio, ocupación tradicional, actual, pública y los términos vistos en el primer apartado–,
poblador disperso. Bajo la denominación de ocupan un territorio unificado y contiguo. A
“Taller-encuentro de pensamiento y cosmovi- diferencia de ellas, los “pobladores disper-
sión mapuche” se convocaron a comunidades sos” tendrían un territorio fragmentado e irre-
y organizaciones de la provincia. gular que se correspondería directamente con
“pérdida” de la cultura mapuche. A partir de
El taller fue organizado en dos grupos: la reflexión crítica de esos supuestos, uno de
uno con hablantes del mapuzungun [idioma los principales objetivos de la representación
mapuche] y otro conformado por miembros mapuche involucrada en el Programa fue
del ETO provincial, comunidades e inte- cuestionar la idea de “pérdida cultural” y de
grantes de la Coordinadora. El supuesto que “falta de organización” y dar cuenta que las
motivó a convocar a un grupo de personas trayectorias no estaban escindidas ni de las
hablantes del idioma mapuche fue que a experiencias colectivas ni del espacio.
través del idioma se podrían definir concep-
ciones tradicionales mapuche sobre modos Indagando, por un lado, en la organiza-
de ocupar el espacio y la organización comu- ción “tradicional” mapuche, se comenzó a
nitaria (como lof o lofche). Sin embargo, más complejizar el presente de las comunidades.
que concentrarse en definiciones, la reflexión Los mismos participantes del taller pusieron
derivó en las trayectorias colectivas en rela- en relieve que, con posterioridad a las cam-
ción al espacio, vinculándolo con los despla- pañas militares, las personas se agruparon
zamientos propios y los transmitidos por las en un margen estrecho de posibilidades con
anteriores generaciones. el fin de ser identificados por el Estado y así
sobrevivir. De ellas, solo algunas obtuvieron
reconocimientos como grupo. Asimismo, se
dio cuenta de la existencia de comunidades
ceremoniales que se organizan en torno a
los kamarikun [ceremonia anual mapuche] y
que no necesariamente viven en un mismo
14
espacio. Por otro lado, hay comunidades de
Actualmente, en Río Negro, el Programa de Rele-
vamiento se encuentra suspendido, dado que el “reciente conformación” o, dicho de otra
convenio firmado concluyó en 2012. La firma de un manera, que han podido ser reconocidas en
nuevo convenio está pendiente de aprobación. tiempos contemporáneos y que no mucho
22 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

tiempo atrás eran interpeladas como “po- como el “curso de agua”, la “zona de resi-
bladores dispersos”. Mientras que para te- dencia”, el “camino”, la “zona de cultivos”
rratenientes y corporaciones mediáticas esas o el “lugar de culto”, cuya identificación se
comunidades son “advenedizas” 15, para los establece mediante una serie de preguntas
activistas mapuche esas articulaciones son (por ejemplo, ¿cuál es el nombre originario y
posibles por un proceso de reorganización en castellano?, ¿cuáles son las características
que revierte paulatinamente la fragmentación principales?, y ¿cuáles son los usos que le
social producida por la violencia. da la comunidad?). Los usos previstos en el
manual contemplan la movilidad en relación
Los planteos dieron cuenta que la revisión a la subsistencia y a ciertos diacríticos. En
de las nociones de “concentrado” y “disper- los talleres, esas nociones se consideraron en
so” implica, fundamentalmente, la historiza- relación a la modificación de pautas que die-
ción de los derroteros que siguieron a la fina- ron origen a otras configuraciones espaciales,
lización de las campañas militares. Asimismo, modificando usos:
fue posible introducir en las discusiones las
distintas concepciones de “organización so- “[…] mire lo que era mi abuela, llegó, pasó
cial”, así como de “usos tradicionales” que por Anükon,16 toda esa parte se recorrió.
el Programa de relevamiento se propone Antiguamente, los mapuches no tenían pa-
mapear. radero fijo. Eso siempre me voy a acordar,
yo lo alcancé a ver eso también, lo alcancé
Definiendo los usos: entre la fijación y el a vivir porque mi padre y mi madre tam-
movimiento bién… feymu ka amupey ka mapu chulen-
geyaway tati, pifiñ amutuay tati tiew ta tri-
La aparente diferencia entre “comuni- pay tati [iban a otra parte a andar cazando
dades” que parecieran hacer un uso “tra- guanacos, dijo, volvemos allá donde salen]
dicional” de las que deben esforzarse en […]. Pero cuando llegaron los blancos se
demostrar su pertenencia indígena mapuche, cortó todo, no hubo más salida, porque an-
también incide en la idea de usos. El énfasis tes los animales se volvían solos al rodeo,
que se le da en el manual del Programa de no precisaba ir a buscarlos y no había cam-
Relevamiento apunta a definir el uso “en po alambrado, había mojone [sic]. Cada
función de la economía de subsistencia que lindero sabía cuál era el lugar de ellos. Los
practican las comunidades” (INAI, s/f: 45). peñi [referencia de un hombre a otro] se
Entre esos usos se contemplan el cultivo y decían: ‘te encargo el animal, si pasa para
la cría de ganado, pero también se incluyen allá córremelo pa’ acá’. Por eso digo, qué
los lugares de culto. El ETO releva los usos lindo sería estar en esa vida” (T.E., taller
en la etapa de construcción de la narrativa, con hablantes, 2012. Traducción: Pablo Ca-
donde ciertos “objetos” son identificados por ñumil).
sus “atributos” en tanto sitios productivos,
religiosos o de residencia. Así, en el manual, Los itinerarios por diferentes lugares a
se ejemplifican algunos de esos objetos, partir de prácticas como la caza, convivían
con sitios de fijación –como la residencia o
el pastoreo– que estaban igualmente deli-
mitados y que eran compartidos y regulados
15
juntos a otros mapuche. La práctica de la
Durante 2009 el diario Río Negro, uno de los princi-
pales referentes de la prensa escrita de la Patagonia, movilidad permanente se trunca en décadas
incorporó a su agenda informativa los reclamos de recientes con la política de la fijación que es
las sociedades rurales que representan a estancieros implementada en el norte patagónico desde
ganaderos. Las publicaciones apuntaban a denun-
ciar lo que consideraban como “usurpaciones” de
tierras por parte de comunidades mapuche. Recien-
temente, el mismo medio publicó un dossier cuya
operación mediática consiste en reafirmar la idea de 16 Se refiere a un fütake pillañ wingkul [gran cerro ce-
“extranjería” mapuche, justificando así la posición remonial] que da origen a la comunidad Füta Ane-
que considera ilegítima e ilegal la demanda territo- kon y a un pichike pillañ wingkul [cerro ceremonial
rial indígena (ver http://www.rionegro.com.ar/diario/ de menor envergadura]. Ambos dan nombre a dos
investigaciones-de-rio-negro-5650698-9701-nota_ parajes, Anecón Grande y Anecón Chico, ubicados
multifoto.aspx). en el sudoeste de la provincia.
EL TERRITORIO RELEVADO , EL TERRITORIO DISPUTADO . A PUNTES SOBRE LA 23
IMPLEMENTACIÓN DE LEY NACIONAL 26.160 EN RÍO NEGRO, ARGENTINA

sectores estatales y privados y destinada, es- “[…] el lof tampoco define el lugar, por-
pecialmente, hacia una porción de la pobla- que la gente se va moviendo. Ahora no
ción que englobaba a indígenas, campesinos tienen veranada e invernada, pero hay
pobres e inmigrantes chilenos (desvalorizados casos que sí […]. La gente se movía y mi
por su condición de inmigrantes no desea- abuelo era así también. Y eso no es más
bles). Esas políticas apuntaron a desterrar o menos dañino que quedarse siempre
a pobladores indígenas e implementar una en el mismo lugar. Los trayectos hacia las
forma diferente de ocupación de la tierra a salinas, por ejemplo, eso se cuenta mucho
través del terror y la violencia. Para eso se en nuestra comunidad. Los lugares donde
diseñó la creación de cuerpos policiales co- están las pinturas rupestres. Los más jó-
nocidos como “La Fronteriza” que registran venes te dicen ‘eso es un palenque’ y los
antecedentes particularmente violentos en la viejos te dicen ‘no, ese era un lugar estra-
zona del noroeste rionegrino (Suárez, 2003; tégico de escondite’, donde hay chenque
Pérez, 2014). [cementerio]. De un día para otro empe-
zamos a ver las cosas [que] andá a saber
“El paradero lo tenían, pero ellos iban re- de cuánto tiempo están ahí” (B.A., taller
corriendo donde era mejor. Pero lo que lo sobre conceptos, 2011).
jodió [sic.] en 1931 que vino “La Fronte-
riza”, puso límite, no lo dejó volver [sic.], Las persecuciones militares de la “Con-
al contrario, nos quitó campo. Todos tie- quista del Desierto” convirtieron a ciertos
nen cría de animales y ahí fue donde se lugares en escondites que siguen teniendo
establecieron, sino seguían” (E.C., taller capacidad performativa en el presente, tanto
con hablantes, marzo de 2012). a partir de su actualización como “sitio de
memoria” como para la definición de los lu-
El recuerdo sobre la modificación de las gares comunitarios. A su vez, estos sitios terri-
pautas mapuche de ocupación y uso del es- torializan pertenencias a partir de trayectorias
pacio está contenido en los relatos que esta- sociales que se configuran en, y por, determi-
blecen una continuidad entre el “límite” y el nados espacios y objetos contenidos dentro
“alambre”. de ellos. Desde la perspectiva del Programa,
resulta difícil mapear los usos que se les dan
“Yo recuerdo que en 1900 y tanto, no ha- a los palenques como escondite, y que con-
bía alambre por ninguna parte, pero había figuran los sentidos sobre el espacio y los te-
gente… y el gobierno entregaba poste, rritorializa a partir de otorgarle historicidad a
alambre para que alambren y después las diferentes prácticas. Los cuestionamientos
venían los representante, director, repre- al tipo de relevamiento propuesto por el Pro-
sentante [sic.] del gobierno y se lo ven- grama hicieron énfasis en aquellos tipos de
dían. Hacían pelear a la gente. Mi padre uso que, aun siendo actuales, no habían sido
no dejó alambrar a ninguno de su gente y contemplados por los técnicos del releva-
no alambraron. Después atropellaron los miento por no corresponderse exclusivamen-
blancos” (D.C., taller con hablantes, mar- te dentro de una economía de subsistencia.
zo de 2012). Uno de los técnicos no indígenas del ETO
exponía respecto al “uso tradicional”:
Aunque la movilidad es parte constitutiva
de la historia mapuche, y también fue una “¿Qué características tiene eso para las
de las consecuencias de la invasión militar comunidades mapuches? Hay casos en
a los territorios indígenas, en el Programa de los que se plantea que no se hace uso
relevamiento tanto técnicos como referentes tradicional de acuerdo a lo que otros di-
indígenas venían contemplando solo los re- cen que debe ser el uso tradicional, por
corridos entre sitios productivos. Sin embar- ejemplo, si no hay cultivos o animales…
go, en el intento por cerrar en una definición ¿Cómo definirlo para el pueblo mapu-
términos como lof, territorio tradicional, ocu- che, si no se lo usa como uno esperaría?”
pación tradicional, entre otros, emergieron (S.G., taller sobre conceptos, 2011).
tantas definiciones como trayectorias colecti-
vas distintas se registran en la memoria social Si tomamos en cuenta la distinción que
mapuche. plantea Santos (1994) entre verticalidades y
24 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

horizontalidades, la forma en que se expresan cuenta de la ocupación de cada comunidad.


los tipos de uso desde la perspectiva mapuche El objetivo final es que el Estado, a través del
estaría conformando un territorio híbrido for- INAI, cuente con una base de datos acerca de
mado por redes y no es solo un territorio con- la situación y ubicación de la ocupación te-
tinuo. Gran parte de las redes territoriales ma- rritorial de los indígenas relevados en el país
puche fueron eliminadas como producto de para la aplicación de diferentes políticas.
la entrega de tierras a terceros. Sin embargo,
algunas redes territoriales mapuche permane- En la definición de territorios tradicio-
cieron vigentes y disputando la lógica de ocu- nales (ver apartado anterior) la noción de
pación de la propiedad privada. Aunque se “hitos geográficos” no está caracterizada,
compruebe el uso itinerante de ciertos lugares aunque se estima que estarían identificados
que atraviesan lógicas impuestas, esas redes en diferentes tipos de objetos cuyos atributos
constituyen un desafío a la hora de trazar ma- están definidos por el uso. La enumeración
pas. Si el ejercicio de poder se basa también de aquellos elementos que identificarían un
en circular y comunicar a través de redes (Ra- territorio tradicional indígena parte de la
ffestin, 1993), restringir o eliminar esas redes necesidad de delimitación que expresaría
es también parte de esa construcción. un tipo de jurisdicción indígena ordenada
por normas y leyes propias. Esta jurisdicción
Ocupación actual, tradicional y pública: gobernada por un cacique o “representante”
de la comunidad está directamente vinculada
el conflicto territorial en los mapas
a la noción de “tribu”, que sigue siendo el
modo de organización por excelencia con el
El debate en los talleres también versó
cual el Estado ha homogeneizado –y estigma-
en torno a las formas en que, desde las ins-
tizado– a los diferentes tipos de organización
tituciones estatales, se concibe la ocupación
indígena. A eso se sigue que las “tribus” están
tradicional indígena. Según los lineamientos
concentradas, próximas y ocupando un terri-
detallados en el manual del Programa de
torio contiguo.
Relevamiento, “los aspectos que definen a
los Pueblos Indígenas” se encuentran estricta- Respecto de la relación entre jurisdicción
mente demarcados dentro de “deslindes, lími- y formas de ocupación, transmisión y uso
tes y fronteras territoriales”. Esos límites son de la tierra, el manual del Programa pun-
útiles tanto “para distinguirse de otros, como tualiza que, al aplicarse desde el Estado una
para organizar y ordenar el uso, posesión, política de propiedad sobre los territorios,
aprovechamiento y/o usufructo de los espa- “se reconocía lo efectivamente ocupado, es
cios dentro de un territorio” (INAI, s/f: 27). decir, el lugar de las viviendas y zonas de
Esta definición, nos permite pensar en dos as- producción, pero no así sus jurisdicciones
pectos. Por un lado, el uso como perspectiva comunales” que, al haber sido asignadas en
para definir límites y caracterizaciones hacia propiedad privada, no aseguraron “la per-
“adentro” y, por otro, el aspecto cartográfico manencia del uso extensivo sobre extensas
como dispositivo de territorialización dentro praderas”, obligando a las comunidades “a
de las cartografías hegemónicas provinciales reducir drásticamente sus tierras y a un uso
y nacionales. Ambos aspectos están íntima- del suelo de subsistencia precaria” (INAI, s/f:
mente relacionados a la política estatal de 25). El mismo manual advierte que la “ocu-
fijación. pación se manifiesta de manera diferente y
no siempre es evidente por el modo cultural
Una de las formas de construir, canalizar de producción”, agregando que “los signos
y disputar poder en el proceso de territoria- de la posesión […] están marcados de forma
lización son las cartografías. Por medio de indeleble en la memoria histórica de los pue-
ellas, circulan determinados tipos de informa- blos indígenas”, siendo ella “indisociable de
ción con mayor o menor grado de legitimidad la geografía” y “principal señal de posesión
en la arena donde se disputan signos y signi- tradicional actual” (INAI, s/f: 24). También
ficados proyectados sobre un espacio. En el recalca que, si bien “las tierras en manos
caso que analizamos, los productos más im- indígenas se consideran como territorios ét-
portantes del relevamiento son los diferentes nicos, sobre la base que ellas son propiedad
tipos de cartografías que se elaboran para dar constituida […], no se consideran las tierras
EL TERRITORIO RELEVADO , EL TERRITORIO DISPUTADO . A PUNTES SOBRE LA 25
IMPLEMENTACIÓN DE LEY NACIONAL 26.160 EN RÍO NEGRO, ARGENTINA

aledañas en posesión de terceros […] que alambre, se dio por sentado y lo establecía la
les fueron enajenadas por variados métodos” misma propiedad privada que cuestionaban
(INAI, s/f: 25). los integrantes de la comunidad.

Esa es justamente la cuestión que se pre- Frente a la necesidad planteada por las or-
senta como central y la más problemática ganizaciones mapuche y los técnicos del ETO
para los actores involucrados en el Programa de cartografi ar de manera diferente, se co-
–tanto técnicos, como indígenas–. Uno de menzó a discutir la hegemonía de un tipo de
los cuestionamientos surgidos en los talleres jurisdicción. En algunos casos, territorios re-
fue que la concepción de OATP establecida levados como “Territorio en conflicto” cuan-
por el Programa situaba objetos con atributos do en realidad correspondía a territorios de
dentro de una cartografía previamente traza- OATP. El problema de concepciones residía
da –por ejemplo, los mapas catastrales–. Tal en torno a cuán “demostrables” resultaban
delimitación impedía cuestionar la idea de los despojos. Muchas veces no había docu-
“límite” y “borde”. Al avance del latifundio mentos judiciales o de reparticiones estatales
sobre dominios territoriales indígenas se han que verificaran la ocupación con anterioridad
incorporado, recientemente, inversiones que a 2006. Sin embargo, la práctica, el uso y el
implican nuevos conflictos por la determina- testimonio de los miembros de las comunida-
ción de los límites de la ocupación indígena des avalaban la permanencia en el lugar. La
(entre ellos, proyectos petroleros, gasoductos divergencia planteada por algunos técnicos
y corredores bioceánicos). La pelea por de- en torno a qué evidencias posibles “mapear”
limitar la jurisdicción indígena se presenta coloca nuevamente la pregunta por el poder
como una de las más fuertes disputas. territorializador del Estado que establece qué
delimitar y para quiénes.
Para demarcar los límites y las fronteras
de los territorios tradicionales, se conside-
ran dos aspectos: uno “político-territorial” Palabras finales
y otro del “espacio cultural”. Para definir
esos límites se utilizan los datos del Informe Este trabajo partió de preguntarse sobre
Histórico Antropológico y la Narrativa de la qué nociones de territorio, ocupación y uso
comunidad. También el Informe Jurídico se del espacio redefinen los mapuche en la
orienta hacia el objetivo de “deslindar y re- provincia de Río Negro en el marco de la
delimitar el territorio político jurisdiccional” aplicación de la Ley 26.160. A partir de ese
(INAI, s/f: 27). El segundo aspecto, el del interrogante, fue necesario historizar sobre
espacio cultural, se basa también en estos el proceso de reconocimientos estatales a la
informes, pero no solo contempla la ocupa- ocupación indígena que hubo entre fines de
ción actual y pública de la comunidad, sino siglo XIX y durante el siglo XX. Asimismo,
que toda aquella extensión territorial que la dimos cuenta del proceso particular de terri-
comunidad no detenta. Sin embargo, al mo- torialización rionegrina y que se expresa en
mento de historizar la ocupación tradicional torno a la categoría de zona o zona-región.
de las comunidades, indígenas y técnicos Ambos procesos inciden en la distribución de
continuaban manteniendo como premisa los modos de ocupar el espacio y los lugares
que lo único objetivable son ciertas prácticas sociales entre los mapuche en Río Negro. De
económicas (estableciendo lugares fijos de esa distribución dan cuenta categorías como
pastoreo). Asimismo, dentro de las prácticas la de “poblador disperso” que se presenta
“culturales” se contaban solo aquellas que como problemática, tanto para los técnicos
implicaban mayor extrañamiento para la del ETO como para las organizaciones mapu-
vista de los técnicos, como las ceremonias che. La necesidad de definir categorías, viró
religiosas y los cementerios. Algunas comu- la mirada de técnicos y de activistas mapuche
nidades identificaron sitios y objetos que eran hacia la diversidad de colectivos atomizados
igualmente significativos (como el palenque por políticas de entrega de tierras que de-
que vimos anteriormente), pero que por en- terminó movilidades y concepciones de co-
contrarse dentro de otra “jurisdicción” –la de munidad. Así, se problematizó la noción de
un tercero privado– no fue relevada dentro de “territorio tradicional” en base a los modos
los objetos a mapear. El límite, en ese caso el de ocupar el espacio.
26 REVISTA DE GEOGRAFÍA NORTE GRANDE

También expusimos de qué manera las plimiento del derecho de consulta previa,
cartografías evidencian los “desajustes” en- libre e informada de los indígenas al que está
tre lo que el Estado ha reconocido y los ti- obligado el Estado argentino. Según esos sec-
pos de uso evidenciado por el relevamiento tores, ante la falta de concreción del proceso
técnico que da cuenta cómo el tránsito en- de consulta del anteproyecto, el derecho de
tre lugares configuran otras territorialidades. propiedad comunitaria indígena no ha podi-
La idea de fijación entra en conflicto con do ser incluido dentro del Código reformado
prácticas de movilidad y desplazamiento. La como un derecho real autónomo –con sus
identificación de lugares conectados a partir propios articulados que lo harían directa-
de recorridos y tránsitos, de concepciones mente aplicable–, sino que está supeditado a
particulares acerca de esos objetos (como la sanción de una ley especial que lo carac-
los palenques) y de modalidades de fijación terice, configure y regule.
(residencia, sitios ceremoniales, cemente-
rios) son parte de la disputa por conseguir Atento a esa regulación, la controversia
que se plasmen en los mapas los modos tra- mayor gira en torno a la homologación de la
dicionales mapuche de usar y ocupar el te- noción de “propiedad” y “posesión” del dere-
rritorio. Si bien la intención de los técnicos cho privado a las formas de ocupar los territo-
en el Programa es contemplar múltiples es- rios indígenas. En el derecho civil ordinario,
calas, la idea de cartografiar territorios-red las posesiones pueden ser legítimas o no,
como OATP irrumpe en la espacialización pero siempre que el estado reconozca “pro-
basada en la concentración y la fijación que piedad” estaría salvaguardando un derecho
distribuye y estructura movilidades. El mo- sobre un bien delimitado del cual el propieta-
vimiento, redefinido en las discusiones, se rio (persona física o jurídica) puede disponer,
presentaría así como instrumento analítico usar y controlar. El cuerpo legislativo indíge-
y marco de interpretación que tensiona los na entiende que la “posesión” otorga de por
límites jurisdiccionales que se buscan car- sí el derecho a la “propiedad”, por lo tanto,
tografiar. no habría que legislar una ley que jerarquice
tipos de posesión y otra que garantice propie-
A modo de epílogo, es necesario mencio- dad. Y dado que el derecho a la “propiedad”
nar que al finalizar este trabajo se produjo la no solo atañe a la producción, la preocupa-
sanción del nuevo Código Civil y Comercial ción gira en torno a que se omitan redes de
argentino 17, cuya reforma incorporó un ar- movilidad, territorios-red y formas de ocupa-
tículo que reconoce la propiedad comuni- ción compartidas imponiendo, nuevamente,
taria indígena 18. Dado que el Programa de una configuración unívoca de territorio sobre
Relevamiento Territorial se plantea como la las territorializaciones indígenas. Es decir,
antesala de la titularización de las tierras oculte las formas de producción del espacio
indígenas, esta reforma actualiza el debate que el mismo Programa de relevamiento puso
en torno a los reconocimientos territoriales. en evidencia a partir de la reflexión de los
Numerosos sectores –tanto los vinculados términos de su aplicación.
a la defensa de derechos indígenas como a
los derechos civiles y constitucionales– han Es un hecho que estas demandas converti-
reprochado que no se hizo efectivo el cum- das en políticas públicas vienen, por primera
vez, a reparar sociedades sometidas por el
Estado argentino. También es cierto que las
contradicciones que surgen son insoslaya-
17 El texto del Nuevo Código Civil y Comercial argenti- bles, puesto que tensionan la génesis misma
no entró en vigencia el 1 de agosto de 2015.
18
de producción de la matriz Estado-nación-
El artículo se incluye en el Capítulo IV sobre “Dere-
chos y bienes” y dice: Derechos de las comunidades territorio y de subjetividades. En ese sentido,
indígenas. Las comunidades indígenas reconocidas el debate sobre los reconocimientos de los
tienen derecho a la posesión y propiedad comunita- territorios indígenas involucra al conjunto de
ria de las tierras que tradicionalmente ocupan y de la sociedad.
aquellas otras aptas y suficientes para el desarrollo
humano según lo establezca la ley, de conformidad
con lo dispuesto por el artículo 75 inciso 17 de la
Constitución Nacional (Artículo 18).
EL TERRITORIO RELEVADO , EL TERRITORIO DISPUTADO . A PUNTES SOBRE LA 27
IMPLEMENTACIÓN DE LEY NACIONAL 26.160 EN RÍO NEGRO, ARGENTINA

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