la vida de la comunidad cristiana primitiva y de la misma
sociedad.
III. 2. El núcleo central de la parábola que hemos escuchado,
insiste en la búsqueda de la perseverancia de la justicia. Esto es
lo que los pobres deben de hacer; perseverar en la acción y en la
oración buscando la justicia ¿la negara Dios? Pues no; el
proyecto de Dios es el reino de la justicia, la insistencia de Jesús
en el evangelio es que todo hombre busque la justicia.
El fundamento de la oración de petición está en que Dios quiere
darnos lo que necesitamos. Por una parte, está el poder de Dios
ante el cual nos presentamos desvalidos, como esa viuda de la
parábola. De parte nuestra el fundamento de nuestra oración es
nuestra propia fe, necesitamos de la fe para saber esperar que nos
sea concebido lo que pedimos en la oración, Dios es un juez
bondadoso que toma parte del pobre, del huérfano de la viuda,
por ello la balanza de la justicia se inclina a la naturaleza humana
por ello debemos de “orar sin desfallecer” para obtener esta
gracia de la fe que necesitamos que es fundamento de la
humildad de corazón.
Que María virgen nos ayude con su intercesión para lograr
alcanzar la fe, ser constantes en la oración, y acrecentar el ser
agradecidos puesto la oración nos lleva a realizar una acción de
gracias confiado en gracia depositada en nuestro corazón. Así
sea. Amen
DOMINGO 20 DE OCTUBRE DE 2019
29no. DOMINGO DEL T.O
Queridos hermanos, estamos hoy celebrando el vigésimo
noveno domingo del tiempo ordinario, nos faltan cuatro
domingos para finalizar el año litúrgico, por lo que las lecturas
nos dispondrán en estos domingos al encuentro con el Señor
desde la cotidianidad de la vida, el domingo anterior la
insistencia de las lecturas era ser “agradecido con el Señor” hoy
las lecturas invitan a establecer un elemento que no podemos
olvidar “oración” la acción de gracias y la oración, son dones
presente en la vida cotidiana del cristiano. La Palabra de Dios
para este domingo se centra pues, en un reclamo por la
perseverancia en la oración. La oración es el primer fruto
emanado de la fe.
1ra. Lectura Ex. 17, 8-13
I.1 Como si se tratara de una consecuencia de la nueva vida que
adquiere el pueblo después de beber del agua de la roca, nos
encontramos con esta victoria sobre los amalecitas. Se trata de
una tribu vecina de Judá que vivía en el Negueb, al sur de Israel,
y que controlaba las rutas de las caravanas entre Egipto y Arabia.
Aunque se subraya su valor guerrero, esta victoria se logra en
realidad gracias a que Moisés sostiene en alto el mismo bastón
con el que ya ha obrado otros prodigios; es otra forma de decir
que la mano de Dios ayuda a vencer a los enemigos. Todo el
relato refleja el recuerdo del antiguo odio de los israelitas hacia
los amalecitas, cuyo origen y motivo se desconocen. Ese odio
hace que se llegue a proyectar como voluntad divina la
desaparición total de aquella tribu.
I.2. Nuestra visión, pues, de estos acontecimientos no debe ser
fundamentalista, como puede dar a entender el texto de la
Escritura. Lo que se quiere resaltar es que los objetivos del
pueblo de la Alianza no se consiguen con la fuerza, las armas y
la guerra. Aquí sí que deberíamos escuchar la Escritura con
reverencia. A veces la victoria y la salida de lo imposible
dependen de valores de confianza en el bien y en Dios. Es verdad
que se trata de un texto a purificar en lo que se refiere a la unión
entre religión y guerra; pero también es verdad que es una
tradición en la que se pone de manifiesto que, si el pueblo no
hubiera contado con Dios, en su paso por el desierto, nunca
habría llegado a la tierra prometida. En este caso el gran ejemplo
oración e puesta en Moisés, fijándonos en el episodio de su vida
que hemos escuchado recuerda el poder de la oración hecha con
perseverancia de la cual se obtienen frutos sin medida, todo
depende de la apertura que se le dé al mismo Señor,
2da. Lectura 2 Tim. 3, 14; 4, 2.
II.1. Pablo escribió a Timoteo y explicó que la apostasía y la
maldad serían comunes tanto en su época como en los últimos
días. Enseñó a Timoteo que debía permanecer fiel a las verdades
que ya había aprendido. Pablo enseñó en cuanto al propósito de
las Escrituras. Al terminar de su carta, Pablo alentó a Timoteo a
cumplir su ministerio diligentemente.
Este es un texto bien explícito que muestra una de las
afirmaciones más importantes en lo que se refiere a la Sagrada
Escritura. Es un texto clásico que siempre se ha tenido en cuenta
para hablar de la "inspiración divina" de la Biblia, Sagrada
Escrituras. La Sagrada Escritura constituye un solo deposito
sagrado de la palabra de Dios, que ha sido confiado a la Iglesia
y fiel a este depósito todo el pueblo de Dios unido a sus pastores
en la doctrina de los apóstoles, es siempre perseverante en la
fracción del pan y en la oración (DV 10), la inspiración de Dios
se hace en la vida y en la historia de los hombres o de las
comunidades y ellos las plasman en su texto.
II.2. Esas experiencias de inspiración divina se han vivido en la
historia del pueblo de Israel y de las comunidades cristianas
primitivas. El autor de la carta a Timoteo, exhorta para que al
leer las Escrituras se vea en ellas la mano de Dios con objeto de
exhortar, educar y conducir a la salvación que nos ha
manifestado Jesucristo. Esta exhortación de la epístola de hoy es
una llamada para que todos los predicadores, catequistas y
educadores cristianos tengan como base de su acción y oración
en el compromiso del cristiano con la Sagrada Escritura.
3ra lectura San Lucas 18, 1 – 8
III. 1. El evangelio de este domingo presenta una parábola que
tiene dos aspectos acumulados; originalmente llama la atención
sobre el juez y lo contrapone a Dios, si un juez injusto atiende,
con mucha más razón lo hará Dios.
En el marco actual, pasa a ser una lección sobre la perseverancia
y la oración y recuerda de cerca lo que dijo Jesús en Lc. 11, 5 –
12; donde llama la atención a sus discípulos a orar con
perseverancia y a su vez orar con confianza. En el Antiguo
Testamento, las historias entre jueces y viudas, especialmente en
los planteamientos de los profetas, se multiplican
incesantemente. Son bien conocidos los jueces injustos y las
viudas desvalidas (Am. 5,7.10-13; Is. 1,23; 5,7-23; Jer. 5,28; Is.
1,17; Jer. 22,3). El mismo Lucas es el evangelista que más se ha
permitido hablar de mujeres viudas en su evangelio (Lc 2,36-
38;4,25-26;7,11-17;20,47; 21,1-4). En lo que se refiere a la
parábola que nos propone, no hay por qué pensar que se tratara
de una viuda anciana. Eran muchas las que se quedaban solas en
edad muy joven. Su futuro, pues, lo debían resolver luchando. Si
a ello añadimos que la mujer no tenía posibilidades en aquella
sociedad judía, entenderemos mejor los propósitos de Lucas, que
es el evangelista que mejor ha plasmado el papel de la mujer en