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UNIDAD I

Crédito: concepto
La palabra crédito proviene del latín credititus, que significa "cosa confiada". Así "crédito" en su
origen significa entre otras cosas, confiar o tener confianza.
Es una operación financiera donde una persona presta una cantidad determinada de dinero a
otra persona llamada "deudor", en la cual, este último se compromete a devolver la cantidad
solicitada en el tiempo o plazo definido según las condiciones establecidas para dicho préstamo
más los intereses devengados, seguros y costos asociados si los hubiera.
El crédito y la circulación
Transmisión del título de crédito.
En general todos los derechos son objeto de transmisión ya sea por mortis causa o por acto
entre vivos, existen diferentes formas de transmitir: como por ejemplo la transmisión hereditaria,
el caso de la fusión de las sociedades, la donación, la cesión de créditos y el endoso.
Cada título tiene su ley de circulación que regula su trasmisión, lo más importante de este acto
es contar con el documento material que respalda el derecho a transmitir.
Vivante: resaltaba la trascendencia económica de la circulación de los títulos de crédito, cuando
señalaba que el sistema jurídico, que regula la circulación de los títulos de crédito con
simplicidad y con seguridad, favorece “potentemente” la formación del ahorro y su útil empleo en
el comercio, en la industria y en las obras públicas, porque provee al inversor que acumuló un
capital con su ahorro, un título que da un beneficio que se puede transformar prontamente en
efectivo con la venta y con la prenda. Para agregar que una segura y fácil circulación de los
títulos de crédito favorece tanto a la empresa pública y privada que necesitan de capitales,
porque atenúa la medida de los intereses que deben proveer al ahorrista.
La circulación de los valores (sean valores cartulares o no cartulares) como el desplazamiento
de los derechos representados, de un patrimonio a otro, está en su naturaleza. En tal sentido
Messineo decía: el titulo de crédito está, por su naturaleza destinado a la circulación, esto es, al
desplazamiento de poseedor a poseedor.
Los valores esenciales protegidos por la circulación de los valores son: certeza, seguridad y
celeridad.
En derecho cambiario los títulos se trasmiten mediante: el ENDOSO (ver Unidad 3) y la CESION
DE CREDITOS .

Cesión de creditos
Articulo 1434 código civil de Vélez: “Habrá cesión de créditos cuando una de las partes se
obligue a trasferir a la otra parte el derecho que le compete contra su deudor entregándole el
documento si existiese”.
El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación regula en el Libro Tercero "Derechos
Personales", dentro del Título IV "Contratos en Particular", en el Capítulo 26 la cesión de
derechos. Según el art. 1614 del CCYCN hay contrato de cesión cuando una de las partes
transfiere a la otra un derecho. Se aplican a la cesión de derechos las reglas de la compraventa,
de la permuta o de la donación, según que la misma se haya realizado mediando la
contraprestación de un precio en dinero, de la transmisión de la propiedad de un bien, o sin
contraprestación, respectivamente.
Ahora bien, cuando la cesión es en garantía, el art. 1615 del citado CCyCN dispone claramente
que las normas de la prenda de créditos se aplican a las relaciones entre cedente y cesionario,
remitiendo así a los arts. 2232 y siguientes del mismo cuerpo legal.
Articulo 1614. Definición.” Hay contrato de cesión cuando una de las partes transfiere a la otra un
derecho. Se aplican a la cesión de derechos las reglas de la compraventa, de la permuta o de la
donación, según que se haya realizado con la contraprestación de un precio en dinero, de la
transmisión de la propiedad de un bien, o sin contraprestación, respectivamente, en tanto no
estén modificadas por las de este Capítulo.”
Articulo 1615. Cesión en garantía. “Si la cesión es en garantía, las normas de la prenda de
créditos se aplican a las relaciones entre cedente y cesionario.”
Articulo 2232. Créditos instrumentados.” La prenda de créditos es la que se constituye sobre
cualquier crédito instrumentado que puede ser cedido. La prenda se constituye aunque el
derecho no se encuentre incorporado a dicho instrumento y aunque éste no sea necesario para
el ejercicio de los derechos vinculados con el crédito prendado. Se aplican supletoriamente las
reglas sobre prenda de cosas.”

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Titulos valores: concepto Ha dado Vivante una definición de título valor que, por su precisión y
sobriedad, se ha convertido en el tradicional e imprescindible punto de partida conceptual para el
estudio de la materia: “título de crédito es el documento necesario para ejercer el derecho literal y
autónomo en él expresado”.
En general, documento es una cosa que reproduce o recepta un hecho o acto con relevancia
jurídica. El documento como tal es el producto de una operación denominada “documentación”,
que consiste en la reproducción o recepción del hecho o acto jurídico mediante su
materialización.
Restringiendo su ámbito a lo que aquí interesa, y como primera aproximación, hay que señalar
que se trata de la inserción de un derecho en una cosa mueble, normalmente un papel, es decir,
la documentación de un derecho.
El creador del título incorpora al documento una declaración de voluntad, incondicionada e
irrevocable, de carácter constitutivo y con alcance patrimonial, mediante la cual se coloca en una
posición de obligado cambiario ante quien resulte portador legítimo del documento.
El derecho y el título están funcionalmente ligados: la comunidad de destino entre el título (cosa -
corporal-) y el derecho (bien -incorporal-) es normalmente inescindible.

Distintas denominaciones
La expresión "títulos valores” no es la única denominación de la materia, ya que, para referirse a
la misma cuestión, la doctrina también alude a títulos de crédito y a títulos circulatorios.
Todas estas denominaciones presentan sus ventajas e inconvenientes:
a) La denominación de títulos valores permite la inclusión de documentos que, aunque
representan valores, no reúnen los requisitos generales propios de la disciplina que comprende
la materia y, por ende, no le pueden ser aplicadas sus normas;
b) el nombre de títulos de crédito deja fuera de su órbita los títulos valores que, aunque
regulados por las normas específicas de la materia, no son representativos de créditos, como,
por ejemplo, la acción de una sociedad anónima, y
c) la denominación de títulos circulatorios tampoco está exenta de críticas aunque es la más
adecuada, pues hace referencia al fenómeno de la circulación como elemento sustentador de
sus caracteres, denominador común de todos los instrumentos regidos por nuestra materia.
Perfeccionamiento del acto cambiario
Se suscita la problemática referente al momento en que se perfecciona el acto cambiario,
subyacen inquietudes que apuntan a solucionar problemas prácticos, se trata de dar seguridad y
agilidad a la circulación cambiaria. ¿Cuándo nace el derecho a cobrar?
Merecen citarse dos grandes corrientes al respecto:
a) La doctrina de la creación, defendida por Ascarelli y Ferrara, sostiene que la
obligación cambiaria surge con la firma del documento prescindiendo de que la letra
salga o no del ámbito del librador.
b) La teoría de la emisión, sostenida -entre otros- por Rocco, dice que la obligación
cambiaría no surge con la sola redacción y firma del documento, pues se requiere,
además del libramiento, la entrega a un tercero, en cuyo momento nace la obligación
cambiaría.

A Escuti le parece más acertada la teoría de la creación, porque explica


satisfactoriamente el hecho de que haya obligación a cargo del creador del título cuando
éste ha llegado a poder de terceros sin la concurrencia o al menos con prescindencia de
la voluntad del librador (titulo robado o perdido). De tal modo se protege al tráfico y a los
terceros que si reciben el título robado podrán reclamarle al librador el cumplimiento de su
obligación cartular; el creador del título, luego desposeído, podrá interponer defensas
personales a quien le robó el título, e incluso podrá hacerlo frente a los terceros
portadores cuando no sean de buena fe (mediante la exceptio doli); su defensa no pasa
por el momento del nacimiento de la obligación cambiaría, sino por las excepciones
personales.

Clasificación
Se han formulado diversas clasificaciones de los títulos de crédito:
a) AL PORTADOR, A LA ORDEN Y NOMINATIVOS
Según los requisitos necesarios para su circulación, se clasifican los títulos valores en:

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 Al portador: En el título al portador para estar legitimado para el ejercicio de los
derechos cartulares basta la posesión del documento. Su transferencia requiere
su sola entrega.
 Título a la orden: es el originariamente emitido a favor de determinada persona y
pagadero a ella misma o a quien tenga su posesión y aparezca como endosatario,
esto es, como beneficiario de un endoso que se manifiesta mediante la firma del
endosante puesta al dorso del documento.
 El Título nominativo puede ser endosable o no endosable- para la transferencia
del primero se requiere, además del traspaso de la posesión, el endoso y su
anotación en un registro destinado a tales fines. El título nominativo no endosable
sólo puede ser transferido mediante la cesión de créditos.
b) CAUSALES Y ABSTRACTOS
La causa es la “relación jurídica fundamental, originaria, subyacente que determina a las
partes a que la objetivicen en el documento, determinando su libramiento o su circulación”
(Quintana Ferreyra).
La distinción entre títulos causales y abstractos depende de la vinculación existente entre
el título mismo y el negocio fundamental que le ha dado origen.
Los títulos causales están signados por el negocio fundamental que llevó a emitirlos, son
aquellos en los cuales la causa de su creación tiene relevancia jurídica. En ellos, la
relación causal es oponible a todos los portadores, dado que subsiste vinculada al
documento durante toda la vida del título. Estos títulos están subordinados a la causa que
les dio origen. Ej: acciones, debentures, títulos públicos, carta de porte.

Los títulos abstractos funcionan desvinculados del negocio originario. La abstracción es


un concepto jurídico por el cual la ley se limita a prescindir de la causa del título con miras
a lograr una mayor celeridad y seguridad en la circulación; consiste en la desvinculación
del documento respecto de la relación causal. Con ello se facilita y asegura la adquisición
y transmisión del documento abstracto -y del derecho a él incorporado-, con el fin de
evitar que su causa entorpezca el ejercicio de los derechos emergentes del título. Cuando
el título es abstracto, al portador no se le pueden oponer defensas emergentes de la
causa del documento, carece de importancia que la relación cartular no tenga ninguna
causa justificada: ésta hasta puede no existir, también es indiferente que la causa esté
mencionada o no en el texto del documento; aun expresándola, la abstracción predomina
sobre la literalidad frente al tercero. Ej: letra de cambio.

c) FORMALES E INFORMALES
Según el conjunto de solemnidades exigidas por la ley para la validez de la declaración
contenida en el documento, se califica a los títulos de Crédito en formales y no formales.
El título valor es formal cuando la ley exige para su existencia como tal el cumplimiento de
determinados recaudos formales (escritura, denominación, menciones textuales,
suscripción autógrafa, etcétera).
Los títulos no formales no requieren el cumplimiento de solemnidades taxativamente
preestablecidas.

d) COMPLETOS E INCOMPLETOS
La clasificación tiene en cuenta la circunstancia de que el título deba ser autosuficiente o
no, es decir, si el documento debe contener o no en sí mismo todos los elementos
necesarios para la plena configuración como tal y, por ende, para que de él emerjan los
efectos cartulares típicos previstos por la ley.
Título completo es el que debe contener todos los elementos necesarios para su
conformación cambiaria, debe contener en su tenor literal, todos los elementos que
configuran los derechos y obligaciones de los sujetos cambiarios.
Título incompleto es aquel que por sí solo no es suficiente para determinar la directa e
integral configuración de los derechos y obligaciones de los sujetos intervinientes, esto
sólo se obtiene en otros documentos a los que remite el propio título, es decir que el título
incompleto en su literalidad debe enviar a los elementos documentales extracartulares
que configuran en su totalidad los derechos y obligaciones de los sujetos involucrados.

Legislación cambiaria (antecedentes históricos)


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Durante la Edad Media la limitación del curso de la moneda a territorios de extensión reducida y
la escasez e inseguridad en las comunicaciones, hicieron frecuente, para efectuar pagos en
lugares alejados y, en general, para tener en ellos sumas disponibles, la costumbre de valerse de
un cambista, quien, contra entrega de una suma de dinero, se obligaba a hacerla pagar por un
tercero en otra plaza, a la persona que se le designaba.
En una palabra, los mercaderes que viajaban por las distintas ciudades del medioevo, Italia,
Francia y Alemania, para ejercer el comercio de bienes necesitaban disponer de dinero en las
diversas Ferias de Flandes, Niza, Milán, etc. A tal fin depositaban en el cambista “la suma de
dinero”, contrato de cambio y recibían simplemente la “letra” para el representante del mercader
que la libraba o suscribía a su favor.
A tal fin, el cambista expedía a quien le entregaba la suma una orden escrita para aquél que
debía efectuar el pago: “literae cambiariae”, es decir, la carta que daba cuenta de la obligación
de pago.
La operación implicaba que quien emitía el título u orden escrita era el librador, en una primera
época el cambista, quien la recibía era tomador o depositante o un tercero beneficiario, y
además, estaba aquél que debía efectuar el pago por el librador conocido como girado.
Ahora bien, este último, para quedar obligado frente al tomador, debía aceptar el título mediante
acto expreso asentando así su voluntad de abonar la promesa de pago del librador.
En consecuencia, la letra de cambio contenía ciertos datos imprescindibles y formales, como la
fecha de emisión, la suma o promesa incondicional que se debía pagar, el nombre de quien
debía realizar el pago, el lugar de realización y, además, debía mencionar que el emitente había
recibido el valor correspondiente
Con el correr del tiempo aquella unidad entre el contrato de cambio y la emisión de la letra se
independiza y el derecho incorporado logra autonomía mediante la independencia del documento
El cambista, al completar el instrumento confesorio notarial, entregaba al tomador o expedía
directamente a la persona encargada del pago una carta que debía contener el nombre del
representante del tomador y servía para legitimarlo en el pedido de pago de la suma prometida.
A estas circunstancias se le sumó la introducción de “la cláusula a la orden” que permitió al
tomador de la letra transmitir los derechos y deberes inherentes a ella en lo que, posteriormente,
se denominó “endoso”.
SISTEMA FRANCÉS.
La Ordenanza Francesa de 1673, que luego se concretó en el Código de Comercio de 1808,
regula la letra de cambio como un título causal y relacionada consecuentemente al contrato de
cambio que implica la provisión de fondos que formaliza el librador ante el girado.
SISTEMA GERMÁNICO
El ordenamiento cambiario germano de 1848, compuesto de 100 artículos, rompió con el Código
de Comercio Francés, desvinculando la letra de cambio de la relación jurídica antecedente.
La doctrina alemana, a partir de la obra de Einert, reconoce en los títulos de crédito el papel
moneda de los comerciantes, de manera tal que consagra la letra como un título literal,
autónomo, formal y abstracto. Este Sistema es el receptado por las convenciones de Ginebra y
por nuestro país con algunas modificaciones.
SISTEMA INGLÉS o ANGLOSAJÓN.
Constituye un sistema diverso que reúne a las legislaciones Inglesas y de Estados Unidos;
presenta perfiles originales al alejarse de toda abstracción y que se caracteriza por ser poco
formalista atendiendo a situaciones particulares y concretas, es decir que la regulación descripta
tiene mayor liberalidad y requisitos formales más simples que nuestra legislación.
Al delinear las características de la regulación sajona se pone de relieve que la letra no es un
título abstracto sino que acredita la existencia de un convenio.
La dispersión de la normativa anglosajona condujo a que la American Bar Association dictase
una legislación que sistematice este tipo de documentos negociables, adoptándose en 1967 el
Uniform Comercial Code que incluye la letra de cambio, el pagaré y el cheque.
Convención de Ginebra de 1930
Las necesidades del comercio internacional propulsaron el anhelo de establecer un sistema
cambiario uniforme.
Los intentos de unificación internacional se pusieron de manifiesto en 1863, en una reunión
realizada en Gante. Diez años después se redactaron veintisiete reglas, que son conocidas como
"Reglas de Bremen”, que fijaron las bases de la unificación cambiaría. Sobre la base de aquellas
reglas, se aprobó el primer proyecto de ley uniforme.

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En la Conferencia de La Haya de 1910, se redactaron el Anteproyecto de una convención sobre
la unificación del derecho relativo a la letra de cambio y de los pagarés a la orden” y el
“Anteproyecto de una ley uniforme sobre la letra de camino y el pagaré”. En la Segunda
Conferencia de La Haya (1912), donde se trabajó tomando como base los resultados de la
primera conferencia y las observaciones que sus anteproyectos habían suscitado, se dio un paso
decisivo hacia la unificación.
En 1930 se convocó a una conferencia en Ginebra, la que ha convertido en un eslabón decisivo
para la unificación cambiaría; en ella, el sistema germano se expande notablemente, y lo hace a
tal punto que se convierte en el arquetipo del derecho continental europeo y de Latinoamérica.
Como resultado de sus importantes y decisivas deliberaciones, en la reunión de Ginebra se
aprobaron;
1) Una Convención que contenía la ley uniforme de letra de cambio y pagaré y las reservas
de los Estados.
2) Una Convención destinada a regular ciertos conflictos de leyes en materia de letras de
cambio y pagarés.
3) Una Convención relativa al derecho de timbre en materia de letras de cambio y pagarés.

El importante y eficaz esfuerzo unificador manifestado en Ginebra ha sufrido embates debidos a:


1) las reservas formuladas al momento de su firma, y
2) las consecuencias de las interpretaciones divergentes de la doctrina y la jurisprudencia de los
países que acogieron el régimen ginebrino.
Tal pretensión unificadora, tan sensata, presenta en realidad un planteamiento un tanto utópico
del problema. En efecto, si es muy difícil, aun dentro del mismo país y aplicando el mismo
derecho, que la doctrina y los jueces tengan una visión completamente coincidente de los
diversos problemas, esas dificultades aumentan en progresión geométrica cuando se trata de
ordenamientos distintos, aun cuando contengan similares textos legislativos, que deben ser
interpretados y aplicados por hombres pertenecientes a países y realidades diversas, aunque
presenten gran afinidad cultural y procedan de un tronco común.

Derecho cambiario argentinoNuestro Código de Comercio de 1862 siguió la ordenanza


alemana de 1848, y prácticamente no fue reformado en 1889. No traía una sistematización
general de los títulos valores; los legisló en particular.
En el año 1963 se introdujeron modificaciones al Código de Comercio argentino.
La norma que regula la materia es el decr. ley 5965/63 que modificó el régimen jurídico de la
letra de cambio y el pagaré, contemplado por el Código de Comercio y que actualmente se rige
por el sistema estatuido en el decreto ley.
El decr. ley 5965/63 constituye la adopción, sin mayores variantes, del Proyecto Y ADAROLA , que
se redactó teniendo en cuenta, muy especialmente, la Ley Uniforme de Ginebra.
A su vez, el cheque, reglado originariamente en el Decreto Ley 4776/63, fue modificado por la ley
24.452.

Caracteres
 NECESIDAD: la “necesidad” de “poseer” el documento, como condición del ejercicio de
los derechos cartulares. Para adquirir la titularidad de los derechos creditorios se necesita
de la posesión del documento donde ellos constan; para ejercer tales derechos es
menester exhibir el documento, presentarlo; y, finalmente, para transmitir esos derechos
es necesario entregar físicamente el documento al nuevo adquiriente.
El nacimiento del derecho puede o no ir ligado a la creación del título, pero el ejercicio del
derecho va indisolublemente unido a la posesión del título y ello es consecuencia de que
en los títulos valores el derecho y el título están ligados en una conexión especial, distinta
de la propia de los demás documentos.
La posesión del documento sirve a la protección de la seguridad del tráfico y aumenta la
circulabilidad del derecho documentado, puesto que facilita al acreedor el ejercicio de su
derecho, al deudor la determinación del acreedor y al tercero adquiriente el examen de si
su contraparte es el dueño del derecho de crédito.
 LITERALIDAD: la literalidad se refiere a l texto del título valor y significa que la naturaleza,
calidad y contenido del derecho incorporado se delimitan exclusivamente por lo que se
menciona en el documento.

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La literalidad significa que el deudor de la prestación consignada en el documento no puede
negarse a su cumplimiento, alegando o aduciendo razones o defensas que no surjan del tenor
escrito en el propio título. A su vez, la obligación cambiaria no puede surgir más que del propio
tenor documental, por lo cual no es posible exigírsele otra cosa que la que surge de él.
 AUTONOMÍA: autonomía significa que cada adquisición del título y, en consecuencia,
del derecho a él incorporado, es ajena a las relaciones personales que ligaban al anterior
poseedor con el deudor.
El principio de la autonomía está manifiesto en el art 18 del decr. Ley 5965/63 que
establece:
Articulo 18: “Las personas contra quienes se promueva acción en virtud de la letra
de cambio no pueden oponer al portador las excepciones fundadas en sus
relaciones personales con el librador o con los tenedores anteriores, a menos que el
portador al adquirir la letra hubiese procedido a sabiendas en perjuicio del deudor
demandado.”
La norma es aplicable tanto a la letra (art.18) como al pagaré (art. 103)
La legislación cambiaria recepta el principio de la Independencia de las obligaciones
cambiarias que, en general es englobado como demostrativo de la autonomía. Así
el art 7 Decr. Ley 5965/63 establece que:
Articulo 7: “Si la letra de cambio llevase firmas de personas incapaces de obligarse
cambiariamente, firmas falsas o de personas imaginarias o firmas que por cualquier otra
razón no obligan a las personas que han firmado la letra o con el nombre de las cuales ha
sido firmada, las obligaciones de los otros suscriptores siguen siendo, sin embargo,
válidas.”
La excepción al principio de autonomía está relacionada exclusivamente con las
formas. Defensas personales contra quién ejecuta el titulo.
 ABSTRACCIÓN: Consiste en la desvinculación del documento respecto de la relación
causal: carece de importancia que exista o no causa en orden a las relaciones
cambiarias, o que dicha causa sea o no mencionada en el texto del documento cartular.
(VER PTO 2, Clasificación Causales y Abstractos, pág 5)

 SOLIDARIDAD: Todos los que intervienen en la circulación de los títulos cambiarios


quedan solidariamente obligados respecto del portador. En los títulos de crédito, los
obligados se van convirtiendo en tales en forma sucesiva y pese a que cada uno de los
firmantes promete la misma cosa (el pago de la prestación contenida en el título), cada
cual (librador, endosante, avalista, etc.) lo hace por causa diferente (compraventa,
préstamo, etcétera).
Los adquirentes del título posteriores al librador por la sola circunstancia de la adquisición
del documento conforme a la ley de circulación “adquieren” el carácter de acreedores
cambiarios, pero cuando transfieren el título como endosantes se incorporan como
deudores cartulares y se convierten en responsables frente a quienes les suceden en la
cadena de suscriptores; de tal modo, cada firmante es acreedor del anterior y garante del
siguiente. A medida que circula el título se van agregando deudores solidarios que se van
incorporando como obligados en forma sucesiva y en el orden que van firmando.
El portador, es decir, quien se halla legitimado por la posesión del documento en función
de su ley de circulación, tiene amplia libertad para escoger el deudor o deudores
cambiarios y no está obligado a seguir un orden ni a ir contra los obligados más próximos.
El portador del título puede reclamar el pago de la totalidad de la deuda cartular a todos
los obligados cambiarios simultánea o sucesivamente o a uno solo de ellos, según su
libre elección.
Todos los obligados cartulares responden solidariamente frente al portador legitimado
(art. 51, decr. ley 5965/63).
Solamente el cumplimiento de la prestación (pago) por parte del principal obligado
extingue la totalidad de las obligaciones cartulares.
El art. 51 declara que todos los firmantes del título son obligados solidarios.
Articulo 51: “Todos los que firman una letra de cambio, sea como libradores, aceptantes,
endosantes o avalistas, quedan solidariamente obligados hacia el portador. El portador
tiene derecho de accionar contra todas esas personas, individual o colectivamente, sin
estar obligado a observar el orden en que las obligaciones han sido contraídas. El mismo
derecho corresponde a cualquier firmante que hubiese pagado la letra. La acción
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promovida contra uno de los obligados no impide accionar contra los otros, aun cuando
fuesen posteriores a aquel contra el cual se ha procedido primero.”
ANÁLISIS DE CASOS. JURISPRUDENCIA.
 FALLO: “Krshichanowsky, Miguel v. Weliki, Daniel c/ Nac. Com. en pleno,
22/09/1981”
1) A- ¿Qué requisito faltaba al título?
B-¿Qué establece el decreto respecto
 FALLO: “NN c /XX Ejecutivo”
1) ¿Qué se resolvió en la sentencia?
2) ¿Qué excepción interpuso en la demanda?
3) Requisito que le faltaba al título.
4) Si el requisito faltante era esencial
5) ¿Qué se estableció en la sentencia respecto al requisito faltante?
 FALLO: “Banco Río de la Plata c/Inzaurralde, Ernesto y otra”
1) ¿Qué relación tiene con alguna de las características que tienen con los títulos
valores (abstracción, etc)

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