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LA CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

GÉRARD FOUREZ
Capítulo 2 – Resumen critico

El método critico lo entiendo como una descripción rápida sin fundamentos a la acción de
cierto sujeto, objeto o ser viviente con el entorno que lo rodea. Sin embargo, el meto
dialéctico que puede mostrar un esquema de lo que ya se conoce, nos presenta una forma de
afirmar una situación es decir en qué manera se presenta la realidad, aunque después se
presenta una idea contraria de la disque realidad presentada y esto se debe que ya se
conocieron otros puntos diferentes, pero finalmente vuelve a surgir una nueva realidad
consiguiente a la que se ha hecho. Aunque no es una visión absoluta de las cosas, solo es
una de las nuevas formas de ver tras un proceso. El método que aquí se presenta se
caracteriza por la sustitución de representaciones teóricas que no cesan.
Una descripción clásica del método científico fue de la observación fiel de la realidad
seguidamente de ciertas leyes de la observación ya que se someten a comprobaciones
experimentales. La observación científica nos habla de cómo la mayoría de las personas
tiene observación espontanea es por eso que la observación siempre debe ser fiel a la
realidad. Un ejemplo podría ser de la figura de “HANSON” de como el sujeto depende del
contexto para su observación en pocas palabras la forma en que nuestro entorno nos
condiciona, influye de modo manifiesto en nuestro modo de “mirar”. Aquí habría que
hablar sobre la posibilidad psicológica para los humanos. Una observación es una
interpretación es integrar a visión en la representación teórica que nos hacemos en la
realidad. Las relaciones de observación pueden variar de significado el contexto teórico en
que se las situé. Una observación sería una forma de ver el mundo, integrando la nivoso
teórica antigua y aceptada. Por lo tanto, no observamos, sino que estructuramos lo que
queremos observar, utilizando lo que nos parece útil. En la medida que vemos los hechos
nos damos cuenta de que ese modelo va unido a lo que nos interesa en ese momento.
Una definición generalmente es la relectura de cierto número de elementos del mundo
atravesó de una teoría; por tanto, es una interpretación. Ahora lo que, en un discurso, es
objeto de definición será en otro, objeto de una proposición teoría que ha demostrado un
análisis histórico como estos conceptos no podían entenderse fuera de una elaboración
teórica. Las definiciones y los procesos teóricos producen el efecto de darnos “objetos
estandarizados”. La similitud nunca viene dada: se impone a nuestra estructuración teórica
porque la encontramos práctica.
El problema de esta manera de ver es que parte de una definición espontanea de la
objetividad que sería “absoluta”, es decir, sin relación alguna con otra cosa. Dicho con otras
palabras, hablar de “objetos” es establecer una relación de equivalencia entre una manera
de establecer una relación de equivalencia entre una manera de establecer acuerdos para
hablar del mundo.
No puedo describir el mundo según mi subjetividad; tengo que integrarme en algo más
amplio, es decir, una visión organizada admitida comunitariamente. La objetividad de las
ciencias de la naturaleza y de las ciencias sociales no se basan en el espíritu de diferencia
que se pueden encontrar en los hombres de ciencia, sino, sencillamente, en el carácter
público y competitivo que la empresa científica.
También podríamos hablar de la noción de un “sujeto científico”, entendiendo por tal el
conjunto de actividades estructurantes unidad a una aproximación científica determinada
sobre el mundo, para producir el “objeto científico” que hay que estudiar. Se puede decir
que hay un “sujeto científico” particular para cada disciplina, unido a lo que llamaremos el
“paradigma” o la “matriz disciplinaría” de la misma; estudiaremos más a fondo en que
consiste ese “sujeto” cuando abordemos esos conceptos. Ahora señalaremos simplemente
que el conjunto de reglas estructurales da a la disciplina sus objetos. Está claro que ese
concepto de “sujeto científico” no remite a uno o varios individuos, sino a una forma
socialmente establecida de estructurar el mundo.
Las cosas no pueden simplemente separar de las interacciones sociales y del mismo modo,
las interacciones sociales no se pueden separar de las cosas. Así se enmascara el carácter
construido y social de toda observación. Para muchos observar es simplemente situarse
pasivamente frente al mundo tal y como es. Nos negamos que al observar es integrar al
mundo en los proyectos que tenemos. Al ocultarlo de este modo, nos ofrecemos la imagen
de una objetividad absoluta, independiente de todo proyecto humano. Creemos fácilmente
que nuestra observación científica del mundo no lo estaban. Hacer un juicio semejante solo
es posible a condición de ocultar la particularidad de nuestra visión de nuestra sociedad y
de nuestra situación.
El sentimiento de realidad es subjetivo y afectivo y hace que tengamos confianza en el
mundo tal y como lo vemos. En conclusión, en nuestra sociedad, al contrario que en la edad
media en la que la religión era la que tenía esa función, las ciencias parecen tener el papel
de mito fundamental, es decir, que nos dirigimos a ellas para encontrar lo que no sería la
última realidad. Los análisis que acabamos de hacer nos conducen a reconocer que lo que
observamos es siempre un mundo ya estructurado por nuestro modo de verlo y de
organizarlo. En ese sentid, podemos decir que, en ciencia, solo podemos hablar de “objetos
fenomenales” (es decir, los objetos tal como aparecen, vistos por el sujeto transcendental o
el sujeto científico). Todas las observaciones científicas se sitúan entorno a esa visión
estructurada, lo que habría una última instancia de nuestras observaciones de nuestro
alcance. Las observaciones científicas no se preocupan por la “realidad ultima” del mundo
observado; se contentan con el fundo fenomenal tal u como aparece, tal y como nosotros lo
organizamos. Este es el sentido de la famosa expresión atribuida a Newton: “Hypotheses
non fingo” (Hipótesis no fingidas).

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