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Bertonatti, C. 2019. Interpretación no personalizada del patrimonio.

Criterios básicos para elaborar paneles, carteles, 1


murales, folletos y senderos autoguiados.

Interpretación no personalizada
del patrimonio
Criterios básicos para elaborar paneles,
carteles, murales, folletos y senderos
autoguiados
Por Claudio Bertonatti (*)

Examinar la interpretación desde un enfoque turístico implica no sólo considerar su definición y


aplicar los principios de Tilden. Es importante generar placer y satisfacción al visitante durante su
encuentro con los bienes que conforman el patrimonio natural y cultural. Esa satisfacción tiene que
incluir desafíos, descubrimientos, emociones y la sensación final de que “valió la pena” haber
viajado o tomado contacto con una pieza de comunicación.

Cuando el visitante arriba a un lugar el guía de turismo puede ejercer la interpretación del
patrimonio. Para ello, deberá actuar como anfitrión, “dueño de casa” y embajador de su país,
provincia o lugar que representa. Lógicamente, todo esto es muy diferente cuando el guía o
intérprete no está presente. Y es allí cuando deberá recurrir al diseño y montaje de “piezas de
comunicación” de la interpretación no personalizada. En este sentido, el éxito de su apuesta
dependerá del conocimiento de las técnicas interpretativas, la información reunida, y el talento
personal para que el turismo sirva como un mecanismo de conservación del patrimonio, de un
proceso educativo y generador de sentido de pertenencia y conciencia por su cuidado. Desde luego,
los conocimientos brindados desde esta materia y este apunte no convertirán a un estudiante en un
intérprete, pero le permitirá conocer la disciplina y ejercerla en la medida que alimente esta
capacitación introductoria. “Ninguna técnica se aprende si no se practica” suele decir el intérprete
Sergio Fernández. Por consiguiente, este es el principio de esa práctica, que no desconoce la
“prueba y error”. Entonces, me permito invitarlo, al menos, a practicar, ensayar y probar estas
técnicas dentro del turismo. Si después de cursada y aprobada esta materia cree que la interpretación
le puede resultar útil y adecuada a su personalidad y desempeño profesional, tendrá los recursos
suficientes para practicarla y convertirse en un intérprete. Si fuera así, nada me dará mayor
satisfacción.

* Naturalista, museólogo y docente del posgrado de la Cátedra UNESCO sobre Patrimonio y Turismo
Sostenible. Correo electrónico: claudiobertonatti@yahoo.com
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murales, folletos y senderos autoguiados.

Contenidos:
1. ¿Nos interesa dejar un mensaje al turista?
2. La interpretación no personalizada
3. Criterios básicos para elaborar folletos interpretativos
4. Criterios básicos para elaborar carteles, paneles y murales interpretativos
5. Criterios básicos para elaborar senderos interpretativos autoguiados
6. Los centros de visitantes y de interpretación
7. Planificación interpretativa
8. Bibliografía

1. ¿Nos interesa dejar un mensaje al turista?


Seguramente, cada uno de nosotros ha sido y es turista en forma muy frecuente. Es más, a veces, lo
somos sin darnos cuenta. Por ejemplo, cuando llega el fin de semana y decimos ¿vamos a pasear a
tal lado? En esas oportunidades es donde tiene lugar “el encuentro turístico”, entre el turista y el
recurso turístico, es decir, un sitio que conserva bienes de nuestro patrimonio natural y/o cultural.
Una pregunta clave es si ese encuentro es “a solas” o mediando la participación de un guía de
turismo o piezas de comunicación no personalizadas (como un cartel, un folleto, un sendero
autoguiado o un centro de interpretación).

Creo que todos conocemos las dos situaciones polarizadas. La primera consiste en llegar al sitio de
nuestro interés y encontrarlo “abandonado”: nadie nos recibe, hay poca o nula información
disponible (a lo sumo, un par de carteles), no se ofrece el servicio de guías, ni vemos infraestructura
para atender al visitante. Esto sucede con muchos sitios históricos, donde suele haber apenas un
cartel de Vialidad Nacional, pintado de azul con letras blancas y montado al costado de una ruta,
donde tiempo atrás aconteció un hecho importante de nuestro pasado.

Dejando de lado, situaciones intermedias (que las hay y muchas), la segunda opción se da a la
inversa: se arriba a un lugar que cuenta con el servicio de guías y la oferta de folletos, carteles e
infraestructura para informar e interpretar el patrimonio al turista.

Pero es a este punto donde quería llegar: sabemos que informar no siempre apunta a formar.
Entonces, ¿en una u otra situación, se desea dejar un mensaje al visitante? Pensemos que en las dos
situaciones (el sitio abandonado y el sitio “activo”) lo dejan, ya sea tácita o explícitamente, porque
cada vez que visitamos un lugar turístico sacamos nuestras propias conclusiones. Éstas, quedan
reflejadas cuando alguien nos pregunta qué nos pareció y respondemos: “no hay nada para ver”,
“no vale la pena”, “es interesante”, “es lindo”, “me emocionó”, “hay que ir con más tiempo”, etc..
Ahora bien, tengo una pregunta para usted y me interesa que se la responda: ¿cree que ese mensaje
ha sido planificado por quienes administran o hacen uso de los sitios turísticos?

Acompañaré su percepción con la mía (que puede o no coincidir). Opino que no suele planificarse
un mensaje. Y lo pienso cuando visito sitios “emblemáticos”, como el Museo Histórico Nacional, el
Zoológico o el Jardín Botánico de Buenos Aires, la Plaza de Mayo, las Ruinas Jesuíticas de San
Ignacio, el Parque Nacional Iguazú, la Quebrada de Humahuaca, el Tren de las Nubes en Salta, La
Cueva de las Manos o “La Trochita” en la Patagonia. Me planteo lo siguiente. No conozco esos
sitios. Los visito. Los recorro. Observo y percibo. Me marcho de allí y reflexiono: ¿comprendí para
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“qué sirve” o por qué es importante conservarlo? ¿Alguien o algo me lo explicó claramente? Ignoro
su experiencia, pero –para no desmoralizarlo- por ahora, prefiero dejarle un poco de mi silencio,
para compartirlo con el suyo, mientras hace memoria sobre su experiencia con sitios equivalentes
de su conocimiento.

Sucede que a la gran mayoría de los sitios turísticos les hace falta una “puesta en valor”, es decir,
una jerarquización explícita de su importancia, a través de diversas herramientas de comunicación.
Porque esa importancia no siempre es obvia y su valoración debe ir acompañada por un mensaje,
que menos obvio resulta todavía. Pareciera no tenerse presente que el patrimonio suele estar
amenazado y que el turismo se centra en lo mejor conservado. Por consiguiente, el turista suele
desconocer el privilegio de estar en uno de esos lugares que representan la naturaleza y/o la cultura
de un lugar. Es decir, un ámbito geográfico que condensa la identidad. En un mundo –con
globalizado- que arrasa y homogeniza paisajes y culturas, la defensa de la identidad está
íntimamente asociada a la conservación del patrimonio. En la Argentina, por ejemplo, cuando se
desmonta un bosque de quebrachos del Gran Chaco, no sólo desaparecen osos hormigueros,
tortugas terrestres y pecaríes. Su reemplazo, por monocultivos de soja (como es la “moda” actual)
desencadena la desaparición de ese paisaje y de las tradiciones asociadas con él. Es que será muy
difícil creer en mitos y leyendas del quebrachal, que ahora deben “hospedarse” en un cultivo. Y las
nuevas generaciones que suceden a los grandes exponentes del folklore, ¿con qué elementos del
paisaje se van a inspirar para componer una chacarera, una zamba, una poesía o una artesanía? ¿En
los brotes de soja? No crea, lector, que soy un fundamentalista ambiental que defiende la
salvaguarda de todo lo natural. Arrasar con lo que queda de nuestro patrimonio de horizonte a
horizonte, de alambrado a alambrado eso sí es producto de un fundamentalismo que exhibe un
mandado muy claro: “nada hay más importante que hacer dinero”. Es que para muchos (sobre
todo, los que viven alejados de las áreas naturales), la palabra “patrimonio” sólo es sinónimo de una
cuenta bancaria. Pero, ¿qué tiene que ver este comentario puntual con los mensajes, la
interpretación y el turismo? El contexto, es mi respuesta. Considero fundamental comprender desde
qué lugar y en qué marco –ambiental, económico y social- un intérprete va a diseñar y transmitir un
mensaje a una persona que está de paso, como un turista, sin mucho tiempo y predisposición
incierta para conocer el “patrimonio real” (tangible e intangible), amenazado por las aspiraciones de
alcanzar el otro “patrimonio”.
Tengamos presente la definición de interpretación
Por todo eso, al principio, se mencionó que Es un proceso de comunicación, diseñado para revelar
todos solemos ser turistas, pero quienes significados y relaciones de nuestra herencia cultural y
suelen recibirnos no siempre lo tienen en natural, para que el público (o visitante) tenga experiencias
de primera mano, con objetos, artefactos, paisajes o sitios.
cuenta cuando se comunican con nosotros. Además, es fundamental para planificar el manejo de un sitio
No son pocas las ocasiones que llego a un turístico.
sitio y me pongo en el lugar del turista que
bien podría plantearse: “¿qué tiene que ver esto conmigo?” o “¿por qué me tiene que importar que
se gaste dinero público o mi dinero para proteger este edificio histórico, ese conjunto de pinturas
rupestres o aquel parque nacional?” ¿Alguien se lo explicó alguna vez? Dudo una vez más en la
existencia de un mensaje, pero no dudo que quienes tienen la responsabilidad primaria de darlo son
aquellos que viven del turismo, quienes lo promueven y lo llevan a la práctica. Entonces, me haré
más preguntas para entender qué está pasando:

- ¿Se forma a los operadores y guías de turismo para que sean comunicadores responsables?
- ¿Se tiene en cuenta la participación de la comunidad local para que participe de los procesos de
comunicación dirigidos a los turistas? ¿Y en los que tienen que ver con la conservación de su
patrimonio?
- ¿Cuántos guías de turismo conocen y aplican la interpretación?
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- ¿Late en el corazón de los administradores públicos el desvelo de dejar mensajes sobre el valor y la
necesidad de conservar nuestro patrimonio?
- ¿Para qué se promueve el turismo?, ¿sólo para captar divisas o “hacer negocio”?
- ¿Quién está pensando en mejorar el cuidado del recurso turístico?
- ¿Qué empresa de turismo “devuelve” algo al sitio que sustenta su actividad?, ¿o cree que con pagar
sus impuestos está bien saldada su deuda?, ¿alguna va más allá de sus obligaciones?
- En definitiva, ¿de quién son estos lugares?, ¿de quién es el parque nacional, el museo municipal o la
casa histórica?, ¿no son públicos?, ¿no son de todos?, ¿cuántos lo asumimos así?

Lógicamente, esto
implica realizar una Seis principios para tener presente
transformación en la Recordemos que la interpretación se basa en los “principios de Tilden”:
forma tradicional de
1. Cualquier interpretación que no se relacione con la personalidad o la experiencia del
trabajar con los visitante será estéril.
turistas, porque 2. La información como tal no es interpretación. La interpretación es una revelación basada
hasta ahora la en la información, pero ambas son cosas totalmente diferentes. Sin embargo toda
apuesta parece interpretación incluye información.
centrarse en dar 3. La interpretación es un arte que combina otras artes, ya sean científicas, históricas o
arquitectónicas. Cualquier arte se puede enseñar hasta cierto punto.
información. En que 4. El objetivo fundamental de la interpretación no es sólo la instrucción sino la provocación.
el guía, por ejemplo, 5. La interpretación debe tratar de presentar todo un conjunto y no una de sus partes y debe
haga una exposición dirigir su mensaje a la totalidad de la persona y no una de sus facetas.
literal sobre un 6. La interpretación que se hace para los niños (digamos hasta la edad de doce años) no debe
ser sólo una presentación simplificada de la que se prepara para los adultos sino que
tema, como si diera debería seguir un enfoque fundamentalmente diferente. Si se quiere lograr un mejor
“una clase especial”. objetivo se requerirá de un proyecto aparte.
Eso no está mal,
pero no alcanza y no Atención: hay 9 principios más que suman 15 en total (incluyendo estos originales), pero
siempre es deseable. empecemos por fijar o naturalizar estos.
Hay que poner foco en otro punto. En motivar al visitante, como se propone desde la interpretación.
No es tan importante contarle “todo lo que se sabe”, sino transmitirle la pasión y la experiencia
directa a través de un contacto “de primera mano” con los seres, bienes o lugares que provocaron su
viaje. Si logramos motivarlo, el mismo turista se ocupará de buscar más información, de comprarse
un libro, de iniciar una búsqueda en internet o de regresar por más. En definitiva, se pretende que el
turista sea el protagonista del viaje, no un espectador.

Necesitamos un turismo ambiental y culturalmente responsable, con un sólido compromiso para


cuidar los sitios naturales y culturales. Porque son los que sostienen las actividades recreativas de
unos y laborales de otros. Porque constituyen nuestro patrimonio común, porque son los bienes que
nos identifican y los que debemos heredar a los que nos sucedan.

Pero el mensaje que nuestro patrimonio necesita y debe ser conservado debe ser transmitido en cada
uno de los sitios donde llega un turista. Podrá ser a través de un folleto, de un cartel, de una visita
guiada o autoguiada, o de un centro de interpretación, pero tiene que ser a través de algo. Desde
luego, esto no rivaliza con el ánimo de lucro de los operadores turísticos. Todo lo contrario: cuanto
más se invierta en comunicar el valor y la importancia de conocer de los sitios del patrimonio
turístico, mayor será la afluencia de visitantes. Mayor será el trabajo y el ingreso de ganancias. Y
mayor debe ser la reinversión para cuidar ese patrimonio. Sólo así se puede construir una alianza
sólida que permita desarrollar un turismo ambientalmente sustentable, socialmente equitativo y
económicamente viable.
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2. La interpretación no personalizada

La interpretación no personalizada, en general, ofrece ventajas y desventajas, como éstas:

Ventajas Desventajas
- Marca presencia institucional - No se puede intercambiar información. En
- Puede releerse consecuencia, el visitante no puede preguntar
- No requiere de personal permanente - No hay enriquecimiento del guía y no permite
- Se puede volcar información difícil de interpretar, conocer la opinión de la gente
por ejemplo, a través de un mapa o de una - Puede resultar fría y lejana
infografía - En muchas personas genera sentimiento de
- Se pueden ofrecer en distintos idiomas al mismo abandono o de escaso interés por el visitante
tiempo - Ofrece más oportunidades para que el visitante se
- El costo suele ser menor que el que implica hacer descontrole (no respete señales o circuitos)
las mismas actividades de un modo personalizado - No permite el intercambio de experiencias grupales
- Permite al visitante estar sólo y que ponga énfasis - Es más difícil adaptar la información a cada público
en sus propios temas de interés - Según el tema, puede depender de actualizaciones
- Cada visitante puede ir a su propio “ritmo” - Generan contaminación visual o alteran el paisaje
- Es más masivo - A la mayoría de la gente no le gusta leer
- En un tiempo breve se puede dejar un mensaje - El autoguiado no se puede hacer sin un folleto
interesante, que no ofrece variaciones y ayuda al - No se puede sacar provecho de los recursos
guía a reforzar conceptos con imágenes u otras ocasionales o temporales (el avistaje de un ave, una
apoyaturas situación particular del paisaje, etc.)

Es importante no perder de vista que existen públicos interesados o informados sobre los tópicos
sobre los cuales comunicaremos y otros que no lo están.

Audiencias cautivas y no cautivas: características

Audiencias cautivas Audiencias no cautivas o libres


Compromiso fijo de tiempo Sin compromiso de tiempo
Aceptarán un ambiente académico formal Esperan un ambiente más informal y distendido. Una
atmósfera no académica
Pueden ser recompensados por calificaciones, Las motivaciones son: interés, diversión,
diplomas, certificados, trabajos, ascensos, etc.. entretenimiento, pasar el tiempo
Los ambientes más comunes son aulas, cursos de Los ambientes más comunes son: museos, programas
capacitación, etc.. de extensión barriales, parques nacionales, la
televisión, la radio, los diarios u otros medios masivos

Algunos medios no personalizados o autoguiados pueden ser los siguientes o sus


combinaciones:

 Publicaciones:
- Folletos
- Guías de campo
- Mapas
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- Infografías

 Presentaciones audiovisuales:
- Audio transportable (“walkman” o “discman”)
- Unidades estacionadas de audio-mensajes (postes de escucha)
- Monitores estacionados de proyección (por computadoras o videos)
- Películas, diapositivas u otras presentaciones audiovisuales (como las de
“power point”)
- Videos interactivos

 Carteles, paneles, murales y exhibiciones:


- Carteles para senderos autoguiados
- Centros de interpretación
- Diapositivas interactivas
- Dioramas y maquetas
- Exhibiciones itinerantes

Aunque veremos criterios básicos para elaborar folletos, carteles, paneles, murales, senderos y
centros de interpretación, es fundamental que se priorice la realización de una planificación
previa. Esto evitará que se encare la realización y financiación de medios de un modo compulsivo o
respondiendo a “pulsos de entusiasmo”. Si se redacta un plan interpretativo, considerando las
necesidades existentes, seguramente se podrán satisfacer en etapas y con mayor eficiencia, evitando
superposición de esfuerzos. Desafortunadamente, es muy común hacer folletos por un lado, carteles
por otro, audiovisuales y senderos autoguiados inconexos entre sí. Si se desarrolla un plan pensando
en objetivos y públicos será más fácil complementar los medios para obtener logros.

3. Criterios básicos para elaborar folletos interpretativos


Los folletos son generalmente ensayos donde se presentan argumentos. Constituyen el instrumento
mediante el cual explicamos los fundamentos que sustentan la presentación de un sitio, un bien, un
viaje, un hecho y sus valores.

1. Leído en poco tiempo: idealmente, un folleto interpretativo debería ser leído en menos de
10 minutos. A lo sumo, 15. Folletos de otro tipo pueden demandar más tiempo de lectura.
2. Una unidad con pocas partes: un folleto no es un libro (ni un “librito”). Por lo tanto puede
tener distintas y pocas secciones o partes, pero no una compendio de capítulos, con textos
extensos. Promueve la agitación intelectual y sensorial. Permite definir un tópico y
desarrollar algunas ideas motivadoras. Por supuesto, con un mensaje. Después de todo, se
buscará provocar, gestar una decisión o un cambio de actitud.
3. Pequeño y cómodo para ser transportado y leído: a mayor dificultad, menor impacto de
comunicación. Considerar que esta pieza tiene valor como souvenir o recuerdo, lo que no
sucede –desde luego- con un cartel o un mural. Por lo tanto, debe ser atractivo y seductor,
para estimular que sea tomado y llevado.
4. Antes de empezar a hacerlo, responder preguntas básicas: el proceso de realización
implica comprender por qué se escoge –como soporte- un folleto, quién lo escribirá,
ilustrará y diseñará; dónde será impreso y distribuido; y ¿cuál es el costo final?
Paralelamente, podemos preguntarnos, ¿quién leerá el folleto? Sabemos que tiene que
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apuntar a un público muy específico. Trabajar en equipo resuelve muchos problemas.


Piense con qué bibliografía cuenta y a quien puede consultar.
5. Objetivo claro: habrá que definirlo, pero siempre puede estimular actitudes
ambientalmente positivas por parte de los visitantes, usando los principios de la
interpretación ambiental para elaborar su mensaje.
6. Título breve y concreto: con pocas palabras, que lo tornen fácil de recordar. El título
principal puede ser “de fantasía”, pero –en tal caso- sugiero acompañarlo por un subtítulo
realista.
7. Texto valioso: con “foco” en un tópico y un tema (con mensaje). Evitar la dispersión y la
inconexión de textos entre sí o con las imágenes. Recordar que existe un público específico
y que no existe un “público en general”. El estilo guardará coherencia con ese público,
balanceando aspectos positivos y negativos (hay que evitar estilos “apocalípticos” o que
prohíben todo). Destacar el valor ecológico, histórico, arqueológico, paleontológico o
cultural del área de acción. Debe contener un mensaje de conservación ineludible y hasta
puede enunciar pautas prácticas que permitan al turista manejarse correctamente, evitando
impactos ambientales o culturales negativos. Haga todo lo posible por facilitar la lectura.
Use un español llano y corrija hasta el cansancio. El trabajo de redacción concluye cuando
uno se cansa de corregirlo (y después de hacerlo, al menos, en tres oportunidades). Escriba
con oraciones temáticas y cortas de no más de 20 palabras. Exprese las ideas más
importantes y no se detenga a ampliar cuestiones accesorias o anecdóticas intrascendentes.
Piense en qué aspectos le impactaron más cuando tomó contacto con el tema y déle vuelo
literario. Emplee las palabras más breves que pueda encontrar. Trate de usar verbos activos.
Use un tamaño de letra no muy pequeño, que pueda leer, por ejemplo, una persona mayor.
Piense que el destinatario deber poder leerlo mientras viaja o espera (y no siempre en un
cómodo sillón). Deje espacios en blanco y no se sienta tentado a ocupar todo con textos.
Deje un espacio cómodo entre las líneas. A veces, conviene usar márgenes derechos sin
justificar. Deje abundante espacio alrededor de los encabezados. Incluya información vital
para la acción. ¿Qué hace el lector después de leer el folleto?
8. Imágenes y diseño esclarecedor: pueden elegir fotos o dibujos, ya sea en color o en blanco
y negro. “Por razones presupuestarias”, se sugiere seleccionar imágenes en blanco y negro,
con buen contraste y que “resistan” (sin empaste) su publicación, duplicación o
fotocopiado. Si las imágenes no son propias, citar al autor con un tipo de letra mínimo y
que no entorpezca la visión. Se puede hacer uso de mapas y/o gráficos, cuando sean útiles y
pertinentes. Tener presente –al momento de diseñar- la regla del tercio, en lo que hace al
manejo o cobertura de superficie diseñada: 1/3 de texto, 1/3 de imágenes y 1/3 de espacio
en blanco.
9. Fomato coherente: idealmente, de una hoja, con o sin plegado (si se opta por éste, es libre
la elección del número de pliegues: podría ser díptico, tríptico, etc.). Sea como fuere, debe
tener un formato apropiado para su uso.
10. Portada impactante: debe llevar el logo y los datos de la institución que lo realiza o lanza,
siendo coherente con otras piezas de comunicación ya realizadas por la misma. Por
ejemplo: si ya existen folletos impresos por esa institución, es importante respetar el estilo,
para que no parezca realizado por otra organización. Si la portada no atrae, estamos
perdidos. Debe “invitar” a ser leído.
11. Recordar los créditos: sin caer en un exceso de protagonismo, aclarar los nombres de los
autores del folleto, en su reverso. Allí hay que aclarar la autoría de la Idea: ...; Textos: ...;
Imágenes: ...; Diseño: ... Incluya la dirección y el número telefónico de su organización.
También podrá, agregar datos para hallar más información (puede ser un sitio en internet o
bibliografía especializada).
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12. Buscar y agradecer a los auspiciantes: en caso de haberlos, no hay que olvidar nunca
colocar su nombre y logo (si lo tuviera). Se estila ubicar estos datos o imágenes en el
reverso del folleto.
13. Distribución efectiva: habrá que contar con una cantidad de ejemplares acorde con el
número de destinatarios. En el caso de viajes turísticos, se propone entregarlo durante el
inicio del mismo. Esto permitiría que los pasajeros se introduzcan en el tema, repasen
diversos aspectos importantes, y generen expectativa. En contrapartida, el guía podrá
evaluar los resultados del folleto (hecho difícil si lo entrega cuando el viaje concluye), ya
sea a través de una encuesta (u otra técnica cuando concluya el viaje) o constatando el
cumplimiento de las pautas dadas a los turistas por el folleto.

Ventajas y desventajas de los folletos y otras publicaciones

Ventajas Desventajas
- Tamaño reducido - Pueden convertirse en basura
- Movilidad - Si la lectura no es breve, puede desalentar
- Adaptable al ritmo o interés del visitante - Requiere de actualizaciones
- Valor como recuerdo o souvenir - Tiene un sobreuso y algunos visitantes lo rechazan
- Puede tener valor económico - La comunicación va en un solo sentido
- Económicos si se producen masivamente - Algunos conceptos son difíciles de expresar
- Pueden ofrecer distintos niveles de información resumidamente
- Disponibles en todo momento - No responden a las dudas del visitante
- De aspecto, diseño e impresión variables
- Fáciles de corregir o actualizar
- Adaptables a diferentes audiencias e idiomas
- Perdurabilidad de la información
- Pueden llevar el mensaje fuera del área
- Permite ahorrar tiempo y personal

4. Criterios básicos para elaborar carteles, paneles y murales


interpretativos
Existen tres tipos de apoyaturas clásicas para expresar piezas de interpretación no personalizadas.
Tanto carteles, paneles y murales interpretativos comparten una suma de textos e ilustraciones que –
en su conjunto- comunican un mensaje, ponen en valor y contribuyen a conservar el patrimonio.
Normalmente, generan una circulación paralela a su plano expresivo. Sin embargo, carteles, paneles
y murales mantienen diferencias de acuerdo al tipo de soporte o anclaje en el escenario (natural o
artificial):

- Cartelería: suele ser pesado o bien fijo a un lugar. A diferencia del panel, no suele ser liviano ni
plano y siempre requiere de un soporte que permita su emplazamiento. Los carteles y paneles
pueden ser indicativos, normativos, interpretativos e informativos.
- Panel: es una apoyatura plana, de construcción liviana. La construcción de los paneles supone la
utilización de materiales livianos (maderas, cartones, metales), que permitan un armado rápido y
fácil, con diferentes combinaciones que simplifiquen el montaje, incrementen las posibilidades
expresivas y sean almacenados con sencillez cuando no se usan.
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- Mural: es un tipo de apoyatura plana, de características similares a las del panel, pero adosada a
una pared o muro (de ahí, el nombre).

Tanto los carteles, como los paneles y murales invitan a llamar la atención para explorar o descubrir
un tópico. Permite crear suspenso acerca de lo que van a experimentar y a la vez informar con datos
significativos o reveladores. Si están bien logrados, popularizan ideas y movilizan cambios de
actitudes. Con ellos, se busca que las personas hagan o crean algo.

La intención de estos lineamientos es que el guía de turismo pueda aportar ideas para orientar la
producción de estos materiales en el marco de la interpretación ambiental. Es que en la enorme
mayoría de los casos que conocemos, los carteles, paneles y murales que vemos en las visitas a
reservas naturales, museos, jardines botánicos, zoológicos y sitios históricos son meras síntesis de
información. Si bien el conocimiento de estas pautas no convierte -ni habilita- al guía como un
especialista en interpretación no personalizada, le permite cooperar constructivamente en el proceso
de diseño de estas apoyaturas tan necesarias para captar la atención del visitante. Pensemos que, en
muchos casos, esa pieza de comunicación será el único medio que podrá revelarle el significado y la
relación que existe entre él y el bien (de su patrimonio natural o cultural) con el que se ha
encontrado.

En cualquiera de los casos, es necesario cumplir con los siguientes criterios, conceptos o técnicas
básicas, para asegurarse que las piezas de comunicación sean interpretativas. Esta es una síntesis,
que puede ser ampliada consultando la bibliografía y los especialistas o personas con experiencia en
el diseño y montaje de estas apoyaturas, que –a decir verdad- en la Argentina, son escasos.

1. Conocer personalmente: el ámbito donde se emplazará el material y –si lo hay- el bien


natural o cultural, con el que estuviera asociado. Esto último, sumado a la información leída
permitirá “disparar ideas” e identificar la mejor perspectiva para apreciarlo.
2. Determinar: el objetivo del material, el público al que estará dirigido, su necesidad o bien
si es la apoyatura ideal para cubrir la necesidad de comunicación. Dicho en otras palabras:
¿para qué?, ¿para quién?, ¿por qué? Por otra parte, habrá que tener en claro si será una
pieza única o una serie de piezas. En este último caso, debe haber una conexión temática y
conceptual entre una y otra, con guión e hilo conductor, evaluando el tiempo total que
demandará la recorrida o contemplar la exhibición. Debe evitarse que el o los materiales
superpongan esfuerzos con otros recursos interpretativos (como folletos). Más bien, que los
complemente.
3. Preparar un boceto: con ilustraciones y textos. Varias versiones sobre la misma idea
permitirán lograr un producto final más acabado.
4. Título: imaginativo, creativo, original y de unas pocas palabras (no más de siete, en lo
posible). El título deber transmitir claramente un mensaje. Caso contrario difícilmente sea
interpretativo. ¿Recuerda la definición de “interpretación ambiental”?
5. Textos:
a) se sugiere, en total, de 15 a 20 palabras. En casos excepcionales, se puede aceptar
un máximo de 50, pero dividiendo el cuerpo de texto en bloques de no más de 20
palabras cada uno.
b) redactar oraciones atractivas, breves y claras (la regla del ABC). En lo posible de
una línea. Cuanto menos texto, más posibilidades de lectura. Pensemos que este
tipo de materiales es leído mientras el visitante camina y no es usual que se detenga
demasiado para leer (menos, cuando visita un lugar con fines recreativos; ¡para leer
se queda en su casa!).
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c) recurrir a verbos activos, adjetivos poderosos y sustantivos coloridos. Evitar


tecnicismos o palabras de uso poco frecuente. Si una palabra se presta a confusión
o es de difícil comprensión, evitarla.
d) recordar los principios de Tilden al momento de redactar los textos. Preguntarse
para ello, ¿con qué principios se están cumpliendo al contemplar el primer
borrador?
e) corregir el texto y verificar que no haya errores ortográficos: causan pésimas
impresiones. Una pieza se concluye cuando nos cansamos de corregirlo y
perfeccionarlo.
6. Diseño gráfico y ayudas visuales: conviene usar ilustraciones, fotos, mapas, infografías,
viñetas, íconos, objetos o todo aporte que resulte atractivo y esclarecedor. En cualquier
caso, se debe cuidar el manejo del color (buscando coherencia cromática a lo largo de una
serie de carteles, por ejemplo), tamaño y relación entre imágenes, textos y espacios en
blanco (recordar la regla del tercio: suele resultar acertado 1/3 del espacio ocupado por
textos, otro tanto por ilustraciones y el resto, en blanco). La tipografía debe ser,
fundamentalmente, clara y de fácil lectura. También pueden manejarse diferentes niveles de
importancia del texto, a través del tamaño del tipo.
7. Soporte: debe tener el menor impacto ambiental, bajo costo de mantenimiento y la mayor
durabilidad posible. Su forma comunica. Usualmente estamos acostumbrados a ver carteles
con figuras geométricas (cuadrados, triangulares, rectangulares o cilíndricos). ¿Por qué?
Porque estamos acostumbrados, porque es más fácil y, a veces, más barato. Pero no tiene el
mismo impacto un cartel con esas formas convencionales que con otros cuya silueta sugiera
el tópico o contenido sobre el cual versa. Un cartel sobre el mate, por ejemplo, atraerá más
si tiene la forma de una calabaza con bombilla que otro que lo ilustre con un formato
cuadrado. Su ubicación deberá evitar que contamine visualmente el paisaje o entorno como
criterio rector. Si es un cartel al aire libre, debería ser realizado con materiales del lugar o
bien que imiten la textura, color, forma y apariencia de su entorno. Así, por ejemplo, si hay
que ubicarlo en un bosque, convendrá hacerlo de madera rústica o de un material sintético
que recree ramas o troncos curvilíneos. En cambio, si será emplazado sobre una sierra o
ladera montañosa, con piedras o materiales sintéticos que simulen una de forma irregular).
En su emplazamiento hay que considerar que reciba adecuada iluminación, que la altura e
inclinación sea cómoda para el público específico al que está dirigido. Evitando
improvisaciones, se debe determinar cuándo y quién los transportará y colocará. Algunos
sitios tradicionales para colocar los carteles son: paradas de autobuses, salas de reunión,
bordes de rutas o autopistas, senderos, sitios históricos o de interés turístico, centros de
interpretación, complejos hoteleros, museos, zoológicos, jardines botánicos, áreas naturales
protegidas, parques, plazas, estaciones ferroviarias, etc. La idea es que desde lejos pasen
desapercibidos (para evitar contaminación visual) y que de cerca resulten evidentes y
atractivos.
8. Presupuesto: evaluar los costos de producción, de los materiales, de traslado, de montaje,
de mantenimiento, de inauguración o presentación en sociedad (si fuera necesario). No
pueden obviarse las hipótesis de vandalismo, destrucción o “envejecimiento”. Por lo tanto,
convendrá pensar en producir piezas de comunicación fáciles de reponer, evitando las
“obras de arte” únicas o que impliquen un alto costo o esfuerzo de realización. Pensemos,
además, que si son objeto de hechos vandálicos recurrentes (grafitis, roturas, incendios,
etc.) no habrá mucho entusiasmo volver a hacer una gran inversión. En conclusión:
deberían ser fáciles de reponer y al menor costo posible.
9. Evaluación: ¿cómo sabemos que lo producido fue bien pensado, diseñado, montado y
usado?; ¿qué impacto tuvo en el público?; ¿para qué sirvió? Estas y otras preguntas deben
tener una respuesta clara y objetiva. Para ello, es necesario realizar una evaluación, que
podrá basarse en encuestas, entrevistas u otras técnicas. Pero la evaluación no sólo apunta a
Bertonatti, C. 2019. Interpretación no personalizada del patrimonio. Criterios básicos para elaborar paneles, carteles, 11
murales, folletos y senderos autoguiados.

saber si el resultado fue el deseado, sino a repararlo si no lo fue. Permite replantear,


reelaborar o modificar los aspectos que no resultaron eficientes para comunicar el mensaje.

Ventajas y desventajas de los carteles, paneles, murales y exhibiciones

Ventajas Desventajas
- Relativamente baratos (según el material utilizado) - No estimulan todos los sentidos
- Ahorran personal - La comunicación va en un solo sentido
- Adaptable al ritmo del visitante - Necesitan mantenimiento
- Disponibles permanentemente - No tienen valor de recuerdo o souvenir
- Atraen la atención del público - Requieren tiempo y dinero para actualizarse
- Pueden llegar a ser transportables - Susceptibles de vandalismo
- No responden dudas
- Pueden llegar a ser agresivos con el entornos y
competir con el recurso o con el intérprete
- No pueden ser usados por mucha gente al mismo
tiempo

5. Criterios básicos para elaborar senderos interpretativos autoguiados


Las excursiones autoguiadas pueden desarrollarse en parques, bosques, zoológicos, botánicos,
edificios, museos, granjas, sitios históricos, viveros, barcos o cualquier otro ambiente. Lo
importante es relacionar el objetivo con el mensaje que se quiere transmitir. La mayoría de las
visitas autoguiadas son secuenciales y orientan al visitante a través de una serie de paradas
interpretativas, en un orden preconcebido y planificado, al igual que una visita guiada.

Un sendero o visita autoguiada debe ser:

1. Interpretativa, es decir, entretenida, con información significativa y pertinente, organizadas


en torno a un tema central con cinco o menos ideas principales.
2. Efectiva, cautivante, emocionante y motivante. La mejor evaluación para ello es la
observación de la respuesta de la audiencia.
3. Tienen una introducción, un cuerpo y una conclusión que tenga por objetivo motivar. Por
supuesto: hay un mensaje

¿Dónde?

1. aprovechando un sendero ya existente. Recordemos los versos de Yupanqui: “Si hay leña
caída en el monte, yo no voy a voltear un árbol”. Debe ser de bajo impacto ambiental y alto
impacto interpretativo.
2. sobre un lugar con “potencial interpretativo”, es decir, con rasgos, ambientes o recursos que –
interpretados- son importantes para la gente
3. en un lugar accesible, transitable, bien delimitado, señalizado y con posibilidades de control y
seguridad. En lo posible, también para discapacitados

¿Cómo?
Bertonatti, C. 2019. Interpretación no personalizada del patrimonio. Criterios básicos para elaborar paneles, carteles, 12
murales, folletos y senderos autoguiados.

1. Lo primero: cada caso es un caso.


2. Longitud que no supere 1,6 km (1600 m). La mayoría de los expertos recomiendan 800 m.
Evitar la fatiga del visitante
3. Tiempo de recorrida: aproximadamente 30 minutos (no más de 45)
4. ¿cuántas paradas? Según los autores, se sugieren de 15 a 18 para un sendero de 800 m.
Otros, de 20 a 30 y algunos sólo 12. Conviene inclinarse por el número más bajo. Más de 20
paradas obliga a detenerse al menos cada 40 metros y –si hay poco espacio entre una y otra
parada- resulta inconveniente. Incluso, 15 paradas para una audiencia no cautiva puede ser
agobiante. Un sendero guiado (no autoguiado) tiene de 6 a 15 paradas.
5. ¿dónde ubicar las paradas? Asociada al bien o recurso de valor interpretativo. La mayoría
de los especialistas sugieren concentrar la mayoría de las paradas en la primera mitad del
sendero, porque –al principio- la gente está ansiosa por ver lo que tiene y su curiosidad es
mayor y su atención dura más. Más tarde, pueden estar cansados y su atención disminuye.
6. Tipos de trazas: hay 3 clásicas: a) circular, b) en forma de 8 y c) lineal. Sea como fuere, hay
que agregar “misterio”, ocultando los atractivos de la siguiente parada.
7. Mantener curvas graduales (que no sean pronunciadas), porque la gente querrá “acortar
camino”. Se pueden perder y deteriorar el sitio, abriendo senderos “clandestinos”.
8. Si el terreno tiene pendientes, prever un surco de desagote, transversal al sendero y apoyado
con piedras o madera, para evitar que se forme un charco o barrero y se desdibuje el sendero
9. Tener en cuenta los deseos y las necesidades de la gente.
10. ¿Qué información se vuelca en cada parada? Cada una debe tener un “título-tema”. Los
títulos que comunican el tema del cuerpo de texto son mejores que los que enuncian sólo el
tópico.
11. Cada parada: enfoca (la atención del visitante), explica (lo que es significativo o importante
de observar en detalle) y enlaza (la explicación con la excursión)
12. Las referencias para la autoguiada pueden ser mediante una serie de carteles, un folleto o
audio. Estos deberán tener menos de 50 palabras, oraciones cortas (de menos de 20 palabras),
con verbos simples y, en lo posible, activos. Usa ayudas visuales para clarificar y estimula la
participación de la audiencia.

6. Los centros de visitantes y de interpretación

Un centro de visitantes es un lugar donde se recibe información del sitio por personal calificado,
pudiendo estar incluido dentro de un centro de interpretación, pero no viceversa.

Un centro de interpretación es un espacio diseñado (normalmente al inicio del recorrido) que


actúan como síntesis de los bienes culturales o naturales que se preservan en un determinado sitio
(Parques Nacionales, Reservas, Museos de Sitio, Zoológicos, etc.). En los centros de interpretación
los visitantes tienen oportunidad de recibir información y vivencias con relación a los bienes del
lugar (cuáles son las especies más comunes, que relación mantienen en su vida silvestre o como se
presume que estaban construidos varios edificios hoy en ruinas) utilizando elementos del entorno
convenientemente ambientados o formas creadas para ejemplificarlos de manera similar a las
apoyaturas de los museos. Dentro de los centros de interpretación puede instrumentarse un servicio
nuevo que brinde información personalizada, al que se conoce normalmente como Centro de
Visitantes y que trabaja de manera similar a como lo hace en los museos el área de servicio.
Bertonatti, C. 2019. Interpretación no personalizada del patrimonio. Criterios básicos para elaborar paneles, carteles, 13
murales, folletos y senderos autoguiados.

Lógicamente, el diseño y montaje de un centro de visitantes y -más aún- uno de interpretación


merecen un tratado especial, dado que excede las intenciones de este apunte. La complejidad es
mayor, dado que no sólo se deben pensar y elaborar cada una de las apoyaturas, sino que,
previamente, hay que redactar un guión sobre el cual se apoyarán esos recursos interpretativos. El
resultado será que cada panel, cartel, gigantografía, vitrina o mural estarán al servicio de ese guión,
para que el visitante pueda “interpretar” el patrimonio, a través de experiencias directas, de primera
mano, originales e interactivas.

Funciones que pueden brindan los centros de visitantes o de interpretación

Función Ejemplo de aplicación


Dar la bienvenida - Exhibir un rótulo de bienvenida
- Permitir que el visitante se sienta esperado al llegar al lugar
- Permitir que la gente se conozca entre sí
- Música de fondo puede ayudar a distender y a estimular la interacción
- Exhibir el nombre del intérprete para que puedan reconocerlo
Orientar al - Permitir que el visitante pueda conocer lo que puede hacer y ver en el lugar
visitante - Tener mapas o folletos disponibles, para mostrar o entregar
- Exhibir un mapa para mostrar donde está el visitante en ese momento, en lo posible,
con distancias a sitios referenciales
Sensibilizar a los - Ofrecer o exhibir información que explique la importancia del sitio o las razones de
visitantes sobre los su protección
valores del lugar a - Comentar los beneficios del lugar para la gente y como deben comportarse los
través de un guión visitantes para evitar daños
Atender las - Contestar las preguntas
necesidades del - Explicar qué servicios se brindan y dónde
visitante - Puede ser útil tener un cuaderno de notas con datos, direcciones, teléfonos, etc. para
facilitarle al visitante
Interpretar el lugar - Tener folletos, exhibiciones, fotografías, objetos, etc.
- Percibir los intereses que tienen los visitantes para dar información asociada a ellos

Desafíos para crear un centro de interpretación

1. En la mayoría de los casos, los centros de interpretación (y los de visitantes) no surgen a


partir de una planificación interpretativa. Y si no surgen de una planificación, no se tiene una
visión organizada sobre el futuro. Por el contrario, su montaje responde al oportunismo, que puede
ser turístico (para atraer más turistas), financiero (se dispone de fondos para ello), económico (es
buen negocio) u otros, como el manejo o descongestión de la capacidad de carga.
El desafío: aprovechar todas esas y otras oportunidades, pero planificando. Con esto, casi seguro, se
resuelve el dilema y se potencian las ganancias económicas, culturales y de conservación del
patrimonio.

2. Cuando se decide la construcción de un centro interpretativo casi nunca se piensa en su uso,


desgaste, reposición de materiales por vandalismo o accidentes. Tampoco, para sostener
personal estable que asegure su funcionamiento y mantenimiento. Se genera infraestructura con
muchas apoyaturas y se corre el riesgo que –con el paso del tiempo- que lógicamente se vayan
deteriorando sin que se haya pensado en los recursos para sostener su excelencia.
El desafío: elegir los materiales más resistentes al vandalismo, al uso y otros factores de deterioro al
momento de montar el centro. Planificar y presupuestar los costos de mantenimiento. Plantear a los
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murales, folletos y senderos autoguiados.

promotores de estas iniciativas si son necesarias o convenientes, si están justificadas o planificadas;


cómo, quién y cuándo se realizará todo y con qué presupuesto se mantendrá todo lo que se haga.

3. Para la mayoría de las autoridades y de los empresarios del turismo los centros de
interpretación sólo “sirven” para constituirse en nuevos atractivos turísticos y no en soportes
al servicio de la conservación del patrimonio natural y cultural desde la comunicación.
El desafío: no perder de vista que los centros interpretativos tienen su razón de ser en la
conservación del patrimonio y no en el negocio turístico, más allá que puedan hacerse ambas cosas
a la vez.

4. Si el centro de interpretación no está planificado o bien pensado puede fagocitar o


“devorar” al patrimonio sobre el cual versa. Deberá luchar contra su ego.
El desafío: tener en claro que un centro intepretativo sirve para poner en valor al patrimonio y no a
sí mismo. Por lo tanto, su infraestructura debe enmascararse en el paisaje, pasando desapercibida o
bien integrándose en estilo arquitectónico y natural coherentes con su entorno. “Si así no lo
hiciera... ¡Dios y la Patria se lo demanden!” (parafraseando el juramento de las máximas
autoridades de la Nación). Sin dudas, sería un error. Nunca debe competir con el bien al que dedica
su tópico y tema porque si el centro se convierte en el principal atractivo se perderá interés en
conservar el patrimonio.

5. Un centro interpretativo debe articularse con otros recursos o medios de la interpretación


(personalizados y no personalizados).
El desafío: al momento de planificar, pensar en los objetivos que se pretenden alcanzar y los medios
interpretativos más convenientes para alcanzarlos (folletos, audiovisuales, visitas guiadas, paneles,
murales, carteles, senderos autoguiados, etc.).

7. Llamar las cosas por su nombre. No es lo mismo un centro de visitantes que un centro de
interpretación. Tampoco es un museo (y a diferencia de este no requiere de piezas originales).
El desafío: tener presente que un centro de interpretación “hace” interpretación, cumple con sus
principios, aplica sus cualidades y estrategias. ¿Cómo saber qué tipo de centro es uno? Muy fácil:
¿cumple o no con esos principios, cualidades y estrategias? Es muy excepcional hallar centros
“polivalentes”, aunque un centro de interpretación pueda servir como un centro de visitantes (y no,
viceversa).

7. Planificación interpretativa
Por Víctor Fratto

Siendo la interpretación una de las herramientas de comunicación más efectivas que existe, cada día
es utilizada por más personas que trabajan en relación al patrimonio cultural y natural de un sitio.
No es de uso exclusivo de agentes de conservación, ya que como herramienta está al alcance de
guías, informantes turísticos, extensionistas de ONG’s e instituciones gubernamentales relacionadas
o no con la conservación del patrimonio como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(INTA), por ejemplo.

El intérprete utiliza esta disciplina para comunicar algo en forma oral o a través de un folleto, un
cartel o una exhibición. Pero aún cuando el mensaje y el medio empleado para transmitirlo estén
cuidadosamente diseñados y en presencia de ellos uno puede ver la intervención del intérprete, se
puede percibir si existió o no la intervención de un “intérprete planificador”.
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murales, folletos y senderos autoguiados.

Cuando no existe una planificación de los medios interpretativos la efectividad de la disciplina se


diluye en la falta de relación entre los medios utilizados y la ausencia de un mensaje corporativo
claro. Además de desaprovechar las posibilidades de la interpretación como instrumento de gestión
del patrimonio.

El proceso de panificación

Cuando nos referimos a planificación interpretativa no pensemos sólo en un área protegida. Las
posibilidades hoy se extienden al agroturismo, programa turístico, actividades de extensión o
educación en diversas instituciones.

Si bien el proceso de planificación interpretativa debe estar coordinado por un “intérprete


planificador”, no es una tarea que pueda desarrollar una sola persona, por lo que una de las
condiciones necesarias para este proceso es disponer de un equipo interdisciplinario de
planificación. Quienes integren esta unidad no necesariamente deben saber de interpretación. Uno
de los aportes más significativos que realizarán los miembros de este equipo serán sus
conocimientos acerca de los recursos y su punto de vista sobre la utilización de los mismos
(turismo, educación, investigación, etc.).

El equipo

Uno tiende a pensar que cuantas más personas opinen sobre la planificación más enriquecedora
será, pero la realidad es que más de seis o siete personas sólo harán que la tarea sea lenta y
cansadora para los miembros del equipo, quienes deberán congregarse cada vez que haya una
reunión de trabajo. Ya reunir a cinco personas que trabajan en un mismo lugar es complicado,
mucho más si estas no comparten habitualmente un sitio común.

¿Quiénes integran el equipo de planificación? Como es obvio no podemos planificar sobre un


conjunto de recursos sobre los que no tenemos conocimiento alguno, esto ya nos indica que
tendremos que convocar a algún o algunos técnicos vinculados al patrimonio.

Lamentablemente ,después de veinte años aún no se entiende razonablemente bien qué es interpretación, así que
cualquier acción comunicativa vistosa que se relacione con el patrimonio viene siendo considerada como interpretativa
Alberto de Armas Tenerife Boletín AIP 2

Pero antes de convocar a un especialista de cada disciplina involucrada debemos tener en cuenta de
qué información disponemos previamente. Esto evitará tener un número demasiado elevado de
participantes. No puede faltar en el equipo alguna autoridad de la institución o propietario del
predio, en el caso del turismo rural. En el caso de éstos últimos no es necesario que participen de
todas las reuniones, en especial las puramente técnicas, pero sí en las primeras y las finales. Suele
suceder cuando trabajamos para un organismo estatal, que por razones de protocolo se quiera dar
participación a otras reparticiones, razón por la cual, generalmente, la primera reunión resulta
multitudinaria.

El inventario

Así como el comerciante toma nota de la mercadería con la que cuenta, nosotros también debemos
saber con qué contamos y para ello tendremos que comenzar con un inventario que incluye tres
componentes: la audiencia, los recursos y los servicios actuales. La audiencia que debemos
considerar es la que actualmente visita el sitio o participa de la actividad, como así también a la
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murales, folletos y senderos autoguiados.

audiencia potencial. Esta última puede ser aquella a la que estamos apuntando nuestros esfuerzos o
producto o, para emprendimientos nuevos, aquella que habitualmente vista lugares cercanos o
similares. El conocimiento de la audiencia nos permitirá adecuar las actividades que planifiquemos
a sus intereses y necesidades. La información la podemos obtener de estadísticas realizadas por
otras instituciones o realizar las propias. Nos interesará información como: procedencia del
visitante, niveles de educación, edades, tamaño del grupo, ocupación, qué motiva su vista, etc.

Para hacer un inventario de los recursos es imprescindible tener en cuenta la información existente
y no salir al campo a censar elementos del patrimonio que fueron registrados previamente. ¿Qué
inventariamos? Todo aquello que pueda ser de interés para el visitante o que nos sea útil a nosotros
para transmitir un mensaje. Atención: no todo lo que registremos necesariamente será visitado; en
esto consiste la planificación, en exponer un recurso siempre y cuando podamos responder a las
preguntas: ¿Por qué? ¿Para quién? ¿Cómo lo preservaremos?

Los servicios actuales son aquellas actividades existentes que se ofrecen a los visitantes, estas
pueden ser interpretativas o no. Al terminar la planificación es posible que algunas actividades se
modifiquen, adecuen o descarten.

Planteo de objetivos

La efectividad de los medios interpretativos disminuye cuando estos no fueron planificados en base
a objetivos previamente planteados, éstos le dan fuerza al proyecto y son las columnas sobre las que
se montará la planificación. Si las bases son débiles el trabajo posterior también lo será

Dichos objetivos pueden estar establecidos en diferentes niveles dependiendo de la organización del
sitio. Así, una administradora estatal de áreas protegidas tendrá mayor cantidad de niveles que un
campo que se quiere iniciar en el agroturismo. El más alto lo conforman las metas a nivel de una
ley, un plan rector, un estatuto, etc.

Generalmente ya se encuentran determinados con anterioridad a nuestra participación y sobre ellos


no podemos ejercer modificación alguna. Un segundo nivel puede estar conformado por los
lineamientos específicos o plan de manejo del área o dependencia en que se va a trabajar. El tercer
nivel comprende los objetivos específicos que queremos cumplir a través de la planificación.

Determinación de los medios

Si el punto anterior responde a la pregunta ¿qué queremos?, la determinación de los medios


responde a ¿cómo lo hacemos?

Un método ágil y efectivo de llevar adelante esta etapa del proceso es diseñar una matriz o cuadro
en la que consideremos en un eje Y los objetivos específicos y en un eje X los posibles medios,
existentes y/o nuevos. Para comprender mejor este punto se presentará una porción de la matriz
elaborada par un campo de producción forestal en la Patagonia.

Actividades Autoguiadas Actividades Guiadas Disponibilidad de


información
Senderos Exhibiciones Gráfica
A

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S
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P
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murales, folletos y senderos autoguiados.

Centro Las

Aserradero
Productivo

Institució-
Senderos
Gamelas
Cipreses

Folleto

Folleto
Centro
Obje-

nal
tivos
A1 x x x x x
A2 X x x
A3 x x x x x
B1 x x

Los objetivos están representados por una letra y un número. La letra corresponde al área temática y
el número al objetivo específico. Para el ejemplo: “A” pertenece a los temas relacionados con el uso
de la madera y “1” es el objetivo que enuncia “la importancia de la madera en la economía
cordillerana”. Las “x” señalan con qué medio atenderemos a ese objetivo.

De acuerdo a las metas de la organización y al público al que se desee llegar se deberán elaborar
cuadros para un público general, para personas con capacidades restringidas, para extranjeros o para
la comunidad local.

Necesidades para la ejecución de los trabajos

Una vez prescriptos los medios tendremos que considerar los elementos necesarios para llevar a
cabo lo planificado. En este punto de la planificación es importante la presencia de alguna persona
de la organización con poder de decisión en temas administrativos o financieros. Su participación
nos va a ahorrar tiempo y dinero ya que sabrá qué elementos ya se encuentran en el lugar, cuáles se
pueden canjear y cuáles hay que comprar. Qué mano de obra hay que contratar y qué trabajos
pueden ser realizados por el personal interno. De este modo nos evitaremos tener que pedir y/o
elaborar presupuestos innecesarios.

-En cuanto a los medios interpretativos, la realidad es que, hoy por hoy, la implementación de programas y equipos para
la Interpretación del Patrimonio se realiza de forma poco profesional, recurriéndose por lo general a la visión de que
“mejor que haya algo, aunque no sea adecuado, a que no haya nada”. Francisco J. Guerra (“Nutri”) (Coordinador del
Grupo de Trabajo de Interpretación) Boletín AIP 2

Con respecto a carteles y exhibiciones que utilicen infografías o gigantografías se pueden pedir
presupuestos en base a superficies totales de material, sin necesidad de tener definidos o terminados
los diseños. Esto acelera la preparación del presupuesto, lo cual es siempre muy importante para
quienes tendrán que costear el trabajo.

Desarrollo del plan de trabajo

Este es el momento en que el intérprete pone todo su arte, pasión y conocimientos al servicio del
diseño. Note el lector los diferentes pasos previos que seguimos para llegar recién ahora a establecer
cómo vamos a diseñar los medios (folleto, sendero, centro de visitantes, etc.), cuando generalmente
estos medios se diseñan sin una planificación previa. Más aún, hasta no llegar a la determinación de
los medios no sabíamos ni siquiera si haríamos un sendero, dos o ninguno. ¿Cuántos medios se
elaboran sin una planificación interpretativa?

Lo más usual es que transcurra un tiempo entre las etapas de diseño y planificación, propiamente
dicha, y la ejecución de la obras. Y es común pensar que con la presentación del proyecto el trabajo
del planificador culmina. Esto también va acompañado por una cuestión de costos, sobre todo
cuando el responsable de la planificación debe trasladarse desde otras ciudades o provincias. No
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murales, folletos y senderos autoguiados.

obstante es muy importante la presencia del planificador en la etapa de ejecución de las obras y la
siguiente. Es el intérprete el que determinará si las obras se están ejecutando de acuerdo a los
lineamientos establecidos por la disciplina. Con su experiencia podrá determinar cuando un trabajo
se deteriorará rápidamente con el uso o las condiciones naturales, o si su emplazamiento significará
algún riesgo para los visitantes, de modo tal que las medidas correctivas puedan tomarse antes de la
culminación de las tareas.

Evaluación del plan

La etapa más olvidada, sobre todo cuando se trata de emprendimientos agroturísticos. El propietario
del predio incursiona en la actividad turística, generalmente, con la intención de aumentar la escasa
rentabilidad del campo y está más deseoso de ingresar dinero a su patrimonio que de invertirlo. Al
poco tiempo comprueba que cuando las actividades que ofrece tienen la fuerza de una planificación,
realmente funcionan, son efectivas y son rentables. Pero un año más tarde se olvida de aquella etapa
de evaluación. Sin embargo este punto es tan importante como los anteriores.

Antes de aplicar diseños en interpretación, el intérprete debe conocer las técnicas básicas de comunicación. Una
interpretación de calidad se fundamenta en las habilidades y los conocimientos del intérprete, atributos que se deben
poder desarrollar de forma continua. Interpretación para el siglo XXI”. Beck y Cable

El propósito de esta fase es evaluar si los medios prescriptos cumplen los objetivos planteados. La
evaluación puede hacerse a través de encuestas o entrevistas a los destinatarios. Generalmente los
visitantes creen que el libro o buzón de sugerencias es una simple formalidad que nadie lee, y no es
así, o por lo menos no debería serlo. Estos mensajes escritos nos pueden guiar el rumbo a seguir,
nos dicen en qué hemos acertado y en qué nos equivocamos. El visitante puede no saber de
interpretación o diseño de un folleto, pero el efecto que ese folleto surta en quien lo lee puede ser
una causa suficientemente fuerte como para replantear el medio que utilizamos.

Una vez evaluado el plan será necesario revisarlo y hacerle las modificaciones que sean necesarias.

Conclusión: Al planificar se obtienen múltiples beneficios:

1. El mensaje y la imagen institucional están presentes en todos los medios empleados


(folletos, sendero, centros de visitantes, etc.)
2. Los mensajes y la información se transmitirán en forma más efectiva.
3. No se implementan medios que no serán utilizados posteriormente, concentrando los
esfuerzos hacia las necesidades de los visitantes.
4. Disminuye el costo de mantenimiento de los medios ya que su construcción se desarrollará
en base a una audiencia conocida.
5. Los medios que empleemos tendrán una base sólida que fundamente su existencia.
6. Se reducen los riesgos de sufrir accidentes ya que las actividades se ajustarán a las
características de los visitantes.

Dependiendo de la actividad específica que realicemos como intérpretes estaremos en mayor o


menor relación directa con los visitantes. Los planificadores no debemos olvidar nunca que
trabajamos para los recursos y la gente, y somos simplemente un nexo entre estos dos.

Bibliografía específica

- Beck, Larry y Cable, Ted (1998) “Interpretation for the 21st Century – Fifteen Guiding Principles for Interpreting
Nature and Culture” . Sagamore Publishing, Champaign, Il. U
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- Dawson, Leslie Y. Cómo Interpretar Recursos Naturales e Históricos SA- Centroamérica (CATIE, Costa Rica). Edita:
WWF Programa para América Latina y El
Caribe WWF Centroamérica Apdo. 70 – 7170 CATIE Turrialba Costa Rica Correo E:
- Regnier, Katheen; Michael Gross; y Ron Zimmerman. 1992. The Interpreter's Guidebook: Techniques for Programs and
Presentations. Interpreter's Handbook Series. UW-SP Foundation Press, Inc.; University of Wisconsin.

8. Bibliografía general:
- Alderson, W.T. & S. Payne Low. 1976. Interpretation of Historic Sites. American Association for State
and Local History, Nashville, TN.
- Ander-Egg, E. & M.J.Aguilar. 1988. "Cómo aprender a hablar en público". Editorial Humanitas.
Buenos Aires.
- Beck, L. & T. Cable. 1997. Interpretation for the 21st Century: Fifteen Guiding Principles. Sagamore
Publishing, Champaign, IL.
- Falcone, T.de; Falcone, A. & S. Aguado. 1996. Un taller de interpretación ambiental temática. Dos
días de trabajo. Inf.inéd.
- Fernández, S.. 1999. Apuntes de interpretación ambiental: 60-76. Curso de Interpretación Ambiental.
Parque Provincial Ernesto Tornquist, Min.Asuntos Agr. Prov. De Buenos Aires.
- Fernández Balboa, C. & C. Diéguez. 1998. Manual de interpretación ambiental. Proyecto “Curso de
capacitación para educadores ambientales”. Fundación Vida Silvestre Argentina, Buenos Aires
- Fernández, L.A..& I.García Fernández. 1999. Diseño de exposiciones. Concepto, instalación y
montaje. Ed.Alianza, Madrid. 267 págs.
- Ham, S.. 1992. "Interpretación Ambiental". North American Press. Estados Unidos, Golden, CO.
- Knudsen, D.; Beck, L. & T. 1995. Cable Interpretation of Cultural and Natural Resources.. Published
by Venture Publishing, State College, PA.
- Hopkins, B. s/f. Wayside Exhibit Guidelines. The ABCs of Planning, Design, and Fabrication.
National Scenic and National Historic Trails. National Park Service.
- Lewis, W. 1993. Interpreting for Park Visitors. Eastern Acorn Press, Conshoshocken, PA 19428.
- Mills, E.. 1920. Adventures of a Nature Guide and Essays in Interpretation. New Past Press,
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- Morales Miranda, J. 1992. "Manual para la Interpretación Ambiental en Áreas Silvestres Protegidas".
FAO / PNUMA. Chile.
- National Park Service. 1993. "Manual para la capacitación del personal de áreas protegidas". Estados
Unidos.
- Soler, P. 1990. "La Investigación motivacional en márketing y publicidad". Ediciones Deusto S.A.
Bilbao.
- Spangle, P. & A.Putney. 1974. "Planificación de Programas Interpretativos, guía para la preparación
de programas interpretativos para parques nacionales". Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación, Of. Reg. para América Latina.
- Tilden, F. 1957. Interpreting Our Heritage. The University of North Carolina Press, Chapel Hill, NC.
- Touyre, P.. 1988. "Guía para observar la naturaleza". Ediciones Martínez Roca, S.A. Barcelona.
- Trapp, S.;Gross, M. & R. Zimmerman. 1994. Signs, trails, and wayside exhibits. Connecting People
and Places. Interpreter’s Handbook Series. UW-SP Foundation Press, Inc., Univ. of Wisconsin.
- Veverka, J. A.. 1998. Interpretative Master Planning: 162 págs. Acorn Naturalist, California
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murales, folletos y senderos autoguiados.

Bibliografía para descargar gratuitamente:

- Libro "La interpretación del patrimonio en la Argentina" (Fernández Balboa 2007): http://bit.ly/2FZP4y2
- Libro "El guiado turístico interpretativo" (Laprovitta 2012): http://bit.ly/1VKjm9g
- Artículo “Cautiva a tus visitantes: Pautas para lograr la excelencia en interpretación del patrimonio”
(Interpret Europe 2016): https://bit.ly/2mtBjkF
- Artículo "La interpretación del patrimonio, una herramienta para el profesional del turismo" (Mendoza
Ontiveros et al. 2011): https://bit.ly/1L1dqmI
- Libro sobre "La interpretación del patrimonio natural y cultural: una visión intercultural y participativa"
(Moreira-Wachtel & Tréllez Solís 2013): https://bit.ly/2GqHaiw
- Libro "La interpretación del patrimonio cultural, guía para profesionales de turismo" (González & Lezcano
2014): https://bit.ly/2kXEznH
- Artículo “Interpretación del patrimonio en la presentación de la Ciudad al público local y visitante" (Martín
2014): https://bit.ly/2kxK5gQ
- Libro "Interpreting our heritage" (Tilden 1977): https://bit.ly/2LOoh9L
- Manual “Interpretation handbook and standard: DistiIling the essence” (Colquhoun 2005):
https://bit.ly/2m5Cjee
- Manual Hicira sobre "Centros de Interpretación del Patrimonio" (Barcelona, 2005): https://bit.ly/2kIIvc5
- Artículo sobre "Los centros de interpretación como herramientas de conservación y de desarrollo"
(Bertonatti 2010): http://bit.ly/1BZ3k0x
- Documento “Interpretative planning” (NAI 2009): https://bit.ly/2kLs6DM
- Libro “Handles: a compendium of interpretive techniques to help visitors grasp resource meanings”
(Scherbaum 2006): https://bit.ly/2m6HLgU
- Más bibliografía en: https://www.miteco.gob.es/images/es/guia-lecturas-interpretacion_tcm30-165492.pdf

En Facebook también se puede descargar bibliografía desde:

- https://www.facebook.com/pg/naturalycultural/photos/?tab=album&album_id=92705
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