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ANTICOOPERACIÓN
INTERFERENCIAS GLOBALES
NORTE-SUR
LOS PROBLEMAS DEL SUR NO SE RESUELVEN
CON MÁS AYUDA INTERNACIONAL
Icaria Antrazyt
RELACIONES NORTE-SUR
Introducción 11
I. Actualizando las relaciones internacionales: ¿relaciones o
interferencias? 15
II. Cooperación y anticooperación 35
III. Geopolítica Norte-Sur 59
IV. Mecanismos de anticooperación 81
V. Anticooperación tecno-productiva 85
VI. Anticooperación financiera 103
VII. Anticooperación comercial 121
VIII. Anticooperación ambiental y deuda ecológica 153
IX. Anticooperación diplomática 177
X. Anticooperación militar 189
XI. Anticooperación simbólica 209
XII. Anticooperación migratoria 233
XIII. Anticooperación «solidaria» 247
Con unos años de globalización ya sobre nuestras espaldas, salta a la vista que
nuestras capacidades para comprenderla van por lo general con cierto retraso.
El proceso es tan acelerado, tan cambiante, que se adelanta a su comprensión.
Nuestros abuelos pueden certificarlo. Ese retraso puede ser letal.
¿Letal para quién? Por lo menos para gran parte de las personas que
habitamos este planeta, en especial los habitantes del llamado Sur Global,
y por supuesto, para las otras especies vivas, los demás tripulantes de una
nave azul y con forma de naranja llamada Tierra. Entretanto, mientras no
entendamos exactamente por qué suceden tantas miserias y efectos «colate-
rales» en la globalización, podemos estar seguros que no seremos capaces de
solucionarlos.
A lo largo de los últimos 60 años, teóricos del desarrollo y de la globaliza-
ción han señalado que las causas de la pobreza, la guerra o la mala gestión de
los recursos naturales del Tercer Mundo están en el propio Sur, siendo pues
de su responsabilidad. Otros afirman que, por el contrario, estas causas son
exógenas y tienen un origen histórico en la colonización y en las condiciones
impuestas actualmente por el sistema internacional y, en particular, por el
Norte. Unos terceros afirman que tienen raíces transnacionales que implican
tanto a las élites del Sur como al conjunto del Norte.
La meta de este libro es lograr visualizar cuánto del empobrecimiento
de las sociedades periféricas deriva de la actuación y voluntad de grupos
de interés específicos del Norte Global; incluso de actitudes presentes en
nuestras «sociedades de consumo». Cuánta de la degradación ambiental,
o cuántos de los conflictos bélicos violentos en tantos lugares remotos del
mundo, se hallan vinculados con nuestra forma de vivir en el Norte por
efecto de la propia globalización. En definitiva, cuánto y cómo interferimos
desde el Norte en lo que debería ser el ejercicio de autodeterminación de los
pueblos del Sur, y cuánto hay de destructivo y puede atribuirse a «nuestra»
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1. Cooperar: Obrar conjuntamente con otro y otros para un mismo fin. Anticooperar:
Obrar para un fin propio con afectación a un tercero.
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Sistemas semipermeables
En primer lugar, es cierto que la vida y el día a día de una comunidad de perso-
nas, sea cual fuere su naturaleza, dependen de cuestiones propias como son su
capacidad organizativa, sus recursos disponibles, su tamaño, su creatividad. Sin
embargo, y de modo creciente, el destino de una comunidad depende además
del exterior. Efectivamente, se encuentre donde se encuentre, lo quiera o no lo
quiera, estará sometida a las decisiones y circunstancias de actores externos. Tan-
to más cuanto más avanzado se encuentre el proceso de globalización. Vivimos
en sistemas semipermeables,5 y no en alejadas islas como pudo suceder en otros
tiempos. Permeables a un gran número de fenómenos vectoriales, especialmente
aquellos caracterizados por ser intensivos en capital (como las transacciones
financieras o de mercancías); a las ofensivas militares, o los fenómenos difícil-
mente controlables (como las emisiones de CO2). En cambio, impermeables a
otros, en especial a la circulación de personas de países pobres sin recursos. Los
poros selectivos de las fronteras de los estados hacen que seamos más interde-
pendientes. Aunque interdependencia para nada signifique simetría.
Esta evidencia nos permite poner en tela de juicio las interpretaciones
que atribuyen el «subdesarrollo» exclusivamente y a toda hora a factores
internos, en alusión a que los países del Sur adolecen de una pésima gestión
local de los recursos, de un nivel bajo de creatividad, de un nulo emprendi-
miento, o incluso, de una escasa cultura de trabajo, de unas altas temperaturas
20
El Iraq interferido
La deuda histórica
Aunque en distintos momentos de la historia, la permeabilidad de las fron-
teras a la que nos referimos y la naturaleza de los fenómenos internacionales
han variado ostensiblemente, el factor histórico es crucial para comprender
las desigualdades entre sociedades. En realidad, ninguna ex colonia africa-
na, asiática o latinoamericana puede explicar su presente sin reiterar que
su historia ha estado torpedeada por largos años de invasiones, exterminio,
expolio, trata de esclavos, racismo... fueran españolas, francesas, británicas,
holandesas, etc. Se ha venido generando una deuda histórica que el orden
internacional actual no reconoce.7
Visto desde la otra cara de la moneda, la industrialización y prosperidad
económicas en las sociedades centrales, se deben no sólo a sus propias habi-
lidades y circunstancias, sino a la sobreexplotación humana y física de África,
Asia y Latinoamérica o de las clases obreras locales. Será entonces necesario
repensar el desarrollo del Centro también en base a la explotación histórica
de la Periferia, tal y como proponen los estructuralistas.
6. Proponemos al lector y lectora que haga su propia encuesta en una muestra cercana
de población.
7. Para visibilizarlo, algunos movimientos africanos han propuesto el concepto de «Deu-
da Histórica». Véase African Reparations Movement [http://the.arc.co.uk/arm/] o Llistar
(2001).
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El retrete y el periódico
Un amigo mío de cuyo nombre no quiero ahora acordarme me dijo uno de
los días que suele aposentarse en mi morada, en su buen catalán:
Actualmente, cuando yo me siento en tu taza del váter y leo el periódico,
ya estoy haciendo relaciones internacionales.
No cabe duda de su gran erudición. Estaría pensando —supongo— en
las conexiones ecológicas de mi retrete con las aguas internacionales del
Mediterráneo, cuna de los más antiguos desagravios Norte-Sur; y del vínculo
entre cualquier sección del periódico, desde la economía hasta los deportes,
pasando por «nacionales», con lo que ocurre en el extranjero, y la influencia
que ello tiene sobre la vida de mi amigo.
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Vulnerabilidad en la globalización
Críticas desde escuelas diversas al enfoque neoliberal añaden que la globa-
lización basada en el proceso paralelo y complementario de liberalización y
mercantilización ha aumentado la vulnerabilidad de los más pobres a fac-
tores externos. La vulnerabilidad al precio de los alimentos o de la energía
son ejemplos de ello. Las economías periféricas han acentuado su carácter
exocentrado, es decir, orientado hacia fuera (economías que tienden a la
exportación y atracción de inversión extranjera, etc.).
A la luz de ello, hay que tener en cuenta la evolución de la vulnerabilidad
y de los cambios en la dependencia respecto a estadios anteriores de la historia,
tanto de los países como de las poblaciones más desfavorecidas. Los patrones
de producción, consumo, propiedad y comercio, se han reestructurado no
sólo en términos internacionales sino sobre todo al interior de los estados.
En esta nueva gobernanza global, el enfoque de la «soberanía» (alimentaria,
energética, sanitaria, comercial, ambiental, etc.), que no el de «seguridad»
(alimentaria, energética, sanitaria, comercial, ambiental...), parece ser el más
adecuado para reducir la vulnerabilidad de los pueblos. Esta visión, que está
desarrollándose desde movimientos sociales como la Vía Campesina, rompe
con la idea de que la noción de soberanía se deba referir sólo al ámbito del
Estado-nación.
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9. En realidad, las interacciones a las que nos referimos se comportan cual vectores que
nacen de quien emite la interferencia y se aplican sobre quien la sufre. Por ejemplo, un vector
que nazca de mi taza de café matutina (a un euro en la cafetería de la Universitat Politècnica
de Catalunya en Terrassa) y apunte a la falta de dinero del jornalero cafetalero nicaragüense
para pagar la escuela de su hija.
10. Véase http://www.airportwatch.org.uk/.
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Ejemplos de interferencias
Ejemplos Víctima/objeto
Interferencia Generador de la interferencia de la interferencia
en el Norte en el Sur
Desaparición de la isla de bajo el Clase industrial (capitalista) y Habitantes de algunas islas del
mar. Calentamiento global. consumidora mundial. Pacífico Sur, como las Islas Kiri-
bati (105.000 personas).
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Tipología de interferencias
Entre las infinitas interferencias posibles, resulta útil distinguirlas según su
intencionalidad, escala e impacto real. Se trata de una distinción que puede ser
útil tanto para clasificarlas como para evaluar la responsabilidad extraterritorial
que lleva asociada una determinada política tomada en un país del Norte.
Interferencias y responsabilidad
Tomemos para empezar aquellas actuaciones que tengan un coste para alguien
de un tercer país. Evaluemos las distintas responsabilidades. Imaginemos
que alguien aprieta el botón de un misil que despega desde una base militar.
Preguntémonos entonces sobre la intencionalidad y la responsabilidad. En
términos generales, deberíamos distinguir entre: 1) (involuntarias) aquellas
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11. Tal y como se señaló anteriormente, es necesario introducir un matiz, puesto que
algunas relaciones, aunque son claramente causa-efecto, se producen en una globalización con
un fuerte componente caótico.
12. Jurídicamente corresponde a la noción de «dolo». Es decir, con conocimiento de
causa.
13. Utilizamos aquí el término «colateral» en lugar de «involuntario» por entender que se
trata de efectos derivados no deseados pero aceptados por quienes toman las decisiones.
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Interferencias y escala
Ahora bien, queremos hacer una distinción relativa a la escala y al espacio.
Ya en lo «internacional» y por lo que a la escala se refiere, debemos observar
que existen interacciones que pueden operar intra o interescalarmente, así
sea global, regional, estatal, local y hasta «glocalmente».16
14. Véase la película La pesadilla de Darwin, 2005. Dir.: Hubert Sauper [www.darwins
nightmare.com].
15. Algo que sí solemos hacer bien los físicos, es separar lo que es cierto de lo que es
incierto, lo que se puede calcular de lo que no. ¿Estoy en lo cierto?
16. Por glocalización se entiende el fenómeno que condiciona la lógica local por la lógica
global, o viceversa (Hannerz, 1996) y ( Martín-Barbero, 1999). Se desprende de la también
llamada «conectividad escalar» por la que un mismo actor puede actuar en distintas escalas
a la vez.
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Interferencias e impacto
La última distinción entre interferencias transnacionales es aquella que se
centra en los impactos. Impactos «positivos» o «negativos» sobre la población
interferida según las consideraciones que haremos en el próximo capítulo.
Así es, determinadas acciones, decisiones o comportamientos en una parte
del mundo pueden tener efectos en otras partes del mundo que puedan ser
percibidas como inconvenientes. Otras, al contrario, pueden ser bienvenidas.
Incluso puede suceder que ni una cosa ni la otra.
Un ejemplo de interferencias presumiblemente positivas son las tecno-
logías de bajo coste producidas en las sociedades con alto poder adquisitivo
que una vez rentabilizadas, incluso superadas, son luego diseminadas hacia
usuarios periféricos. Caso de algunos fármacos genéricos, o del desarrollo
del internet, la telefonía celular, etc. Se trataría de aquellas relaciones entre
emisor e interferido que pueden ser concebidas como win-win (en la que
ambos ganan).18
18. Con matices, por supuesto. En el caso de los países con minas de tantalita y colom-
bita, base del coltan, la proliferación de los dispositivos electrónicos móviles en el mundo no
ha hecho más que traerles violencia e ingobernabilidad bajo la conocida «maldición de los
recursos naturales».
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Referencias:
BROWN, C. y AINLEY, K. (2005), Understanding International Relations (3a
edición revisada). Hampshire: Palgrave MacMillan.
WALLERSTEIN, I. (2007), Análisis de Sistema-Mundo. Madrid: Siglo XXI.
VERGER, A. y LLISTAR, D. (2005), «La jerarquía global-local en el sistema de
estratificación mundial. Nuevas estrategias ante nuevos escenarios». Re-
vista de Ciencias Sociales Gizarte Zientzien Aldizkaria, 1, pp. 129-146.
HERNÁNDEZ ZUBIZARRETA, J. (2008). El derecho comercial global frente al
derecho internacional de los derechos humanos. [Disponible en: http://www.
enlazandoalternativas.org/spip.php?article243, visitado el 23/3/2009].
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Y definieron el desarrollo...
El concepto de «desarrollo» no empieza a utilizarse hasta después de la Se-
gunda Guerra Mundial. La descolonización e independencia de los países
del Tercer Mundo condujo a un cuestionamiento sobre el origen de las des-
igualdades entre países. Los primeros estudios sobre desarrollo, en los años
cincuenta, proceden de la llamada «Teoría económica del desarrollo». El
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Desarrollo realista-neoliberal
Se desprende de las concepciones realista y neoliberal del mundo, a las que
nos referimos en el capítulo I. Inspirada en un inicio en el pensamiento de
economistas clásicos (Smith, Ricardo...), esta noción de desarrollo evolu-
ciona desde los años cincuenta hasta la actualidad hacia enfoques menos
sistémicos y más simples, basados en el individuo, y susceptibles de ser
modelizados.
Sociólogos y politólogos estadounidenses son influidos por la economía
neoclásica y desarrollan la Teoría de la Modernización durante los inicios de la
Guerra Fría (Rostow, 1960). La política exterior de Estados Unidos, embebida
de esta teoría, incorpora políticas de desarrollo a su accionar tradicionalmente
militarista. Su objetivo principal consiste en frenar el avance del comunismo.
Se parte de la idea según la cual los países del Sur, para superar sus problemas
de subdesarrollo, deben recorrer un mismo proceso evolutivo, similar al que
han recorrido Europa y Estados Unidos. Deben abandonar su fase de socieda-
des tradicionales para llegar, cruzando diversas etapas, a la fase de sociedades
de consumo masivo. El lema de los modernizadores reza que «el crecimiento
económico es bueno para los pobres». En caso que los países no fueran ca-
paces de conseguirlo por sí solos, deberían acudir a la ayuda exterior, fuera
en forma de dinero, tecnología o experiencia. En consecuencia, esta teoría
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Corriente culturalista1
Esta corriente enfatiza la importancia del factor cultural en el origen de las
desigualdades. Los culturalistas como Weber (2002) señalan que «el subdesa-
rrollo es un estado mental», o que el protestantismo religioso es más dado al
espíritu emprendedor capitalista. Señalan la misma virtud para otras culturas
religiosas como el confucionismo, el judaísmo, el calvinismo, el puritanismo,
etc. Elementos culturales como la tendencia a la promiscuidad, a lo espiritual
y a lo mágico en lugar de a lo científico, el fatalismo presente en algunas
religiones, la falta de valor por el esfuerzo, la cultura del ocio, etc. explican,
según esta perspectiva, las desigualdades Norte-Sur. Por lo que la solución
es «modernizar el carácter de las personas» (Inkeles y Smith, 1974), es decir,
lograr que las personas desarrollen el sentido de la eficacia personal, que se
informen de fuentes diversas, estén abiertos a nuevas ideas, se esfuercen, etc.
Algo trascendental —señalan— en las personas que serán llamadas a ocupar
38
Institucionalismo
Toma cierta centralidad durante los años noventa de la mano de las políticas
de «good governance» (buen gobierno) del Banco Mundial. El institucionalis-
mo afirma que la inestabilidad de los países periféricos se debe a su posición
en el sistema internacional, pero en gran parte también a la debilidad de
sus estructuras institucionales internas. Las instituciones (partidos políticos,
parlamentos, tribunales, ministerios, reguladores de la competencia, bancos
estatales, contralorías, municipalidades...) y la estructura en que se disponen,
son clave para el desarrollo, afirman. Por esa misma razón, el factor cultural,
vuelve a ser clave si se asume que tanto valores, nivel formativo, ideologías,
etc., configuran la dinámica de las instituciones (Myrdal, 1972).
Desarrollo estructuralista
Ya hemos presentado la corriente de pensamiento estructuralista en el capítulo
dedicado a las «viejas» relaciones internacionales. El enfoque estructuralista
se centra (ahora sí) en los factores exteriores (exógenos) a los países del Sur
que condicionan su subdesarrollo. En particular, se refiere a los que proceden
del comercio internacional, del sistema financiero internacional y del sistema
productivo internacional en su conjunto, pero también de relaciones políticas
como, por ejemplo, la alianza tácita del capital internacionalizado de los países
del Norte con las élites de los países del Sur, o de relaciones de dominación
diversas. Bajo la influencia de este planteamiento, inspirado en el análisis
marxista, se erigen una serie de teorías y esquemas (los más importantes los
describiremos a continuación). Dicho de otro modo, los estructuralistas tratan
de enfocar las interferencias transnacionales de tipo negativo que reciben los
países del Sur, dadas por la posición del Sur y de los distintos grupos de poder
en la estructura del sistema mundial.
A inicios de los años cincuenta, este pensamiento toma vigor de la mano
del llamado «pensamiento CEPALiano» y de su precursores, entre los cuales
destacamos al argentino Raúl Prebisch, que se refiere a la dualidad Centro-
39
La teoría de la dependencia
Se trata de una crítica demoledora a la teoría de la modernización. Postula que
las economías de determinados países están condicionadas por el desarrollo
y la expansión de otras economías, a las que están sometidas bajo la presión
de distintos mecanismos e interferencias internacionales ligadas a la historia
del capitalismo. Unas economías y otras son interdependientes. Así pues, el
subdesarrollo no es una fase previa del desarrollo, sino el producto histórico
del colonialismo y del imperialismo (Baran, 1957). Desarrollo y subdesa-
rrollo son dos caras de una misma moneda, ligadas a un mismo proceso: la
acumulación de capital a escala global.
Como la captura del excedente de las colonias favoreció la acumulación
originaria de capital de las metrópolis (interfiriendo el desarrollo natural de
las colonias), entonces se concluye que el subdesarrollo es el producto histó-
rico del desarrollo de los países imperialistas. El problema no es la ausencia
de capital en el Sur, sino que sistemáticamente éste sea transferido al Norte
gracias a la colaboración de las élites del Sur. En este sentido, si el problema es
la estructura mundial establecida por la expansión del capitalismo, la solución
es abolir el mercado capitalista mundial.
Fue en la comunidad académica latinoamericana, entre los años cincuenta
y setenta, donde más aceptación tuvo dicha teoría.3 A partir de ese momento
nacen tres corrientes dependentistas distintas (Bustelo, 1999), entre las que
destacan: 1) la propuesta de desconexión (Amin, 1988) por la que conviene
desarrollar ante todo el comercio y las relaciones Sur-Sur en general, por lo
2. Entre 1950 y 1963 Prebisch fue secretario ejecutivo de la Comisión Económica de las
Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL). Se trata del organismo dependiente
de la ONU responsable de promover el desarrollo económico y social de la región. Su actividad
se concentra en el campo de la investigación económica.
3. Véase por ejemplo, Prebisch (1949), o en tono más divulgativo, Galeano (1971). A parte
de Prebisch y Baran, ambos precursores de la teoría, algunos de los autores más relevantes son
Fernando Henrique Cardoso, Theotonio Dos Santos, Andre Gunder Frank, Celso Furtado,
Ruy Mauro Marini y Enzo Faletto.
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Soberanía alimentaria
Concepto introducido y promovido por Vía Campesina desde los años no-
venta. Una de sus definiciones es:
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Categorías de desarrollo
La preocupación última de este libro es el pescador tanzano, el minero boli-
viano, el campesino bangladeshí, el inmigrante marroquí o el indígena wayú.
Lo cual nos conduce a considerar al director o el accionista de Pescanova, al
secretario de Estado de Comercio español, al latifundista guatemalteco, al
funcionario egipcio del Banco Mundial o al consumidor compulsivo japonés.
Todos ellos pueden coincidir en distintas estructuras sociales, económicas,
políticas e incluso culturales. ¿Qué sujeto de estudio resulta más oportuno
para nuestro objetivo de entender mejor las interferencias transnacionales y
las desigualdades que producen?
Depende. En ocasiones nos referiremos a individuos, en otras, a co-
munidades de vida, a veces a grupos de interés y otras veces a categorías
socioeconómicas cuyas realidades son parecidas en muchos países (categorías
multinacionales) y que incluso se alían (categorías transnacionales), y dejare-
mos en un segundo plano las fronteras. Asimismo, haremos referencia a los
estados y a sus sociedades (dando relevancia a las fronteras y a la capacidad
política, militar y redistributiva del Estado).
El mapa de las teorías del desarrollo nos provee de una cierta variedad
de categorías para referirse a lo que en el sistema mundial es deseable o in-
deseable. Cada clasificación enfatiza una característica sobre otras, fruto de
la aproximación metodológica y sobre todo ideológica. Algo que las torna
imprecisas y a su vez complementarias entre sí. Dado que repetidamente
utilizaremos categorías de desarrollo, conviene señalar qué matices incorpora
cada una.
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Países con bajo desarrollo Según Índice de Desarrollo Teoría de las necesidades
humano Humano (ingresos, esperanza básicas. Naciones Unidas.
de vida, alfabetización).
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Buen vivir/desarrollo endógeno Cada pueblo debe definir su «buen vivir» y ponerlo en
marcha. Conviene reducir las interferencias transnacio-
nales (incluida la ayuda internacional) mediante políti-
cas de soberanía local. Parte del enfoque poscolonial,
aunque asume que determinadas ayudas pueden ser
útiles.
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10. Los preceptos del Consenso de Washington son una síntesis del programa neoliberal.
Entre éstos podemos destacar que «el Estado debe ser un mero facilitador de los negocios del
sector privado (estabilidad), un regulador ocasional de los excesos del mercado (programa de
alivio de la pobreza y protección del medio ambiente) y un garante de la paz social (gober-
nanza). Además, se supone que la internacionalización de las economías y la atracción de la
inversión extranjera permitirá un «derrame» de la riqueza hacia las clases menos favorecidas»
(Llistar, 2003: 12).
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La anticooperación prevalece
La ayuda internacional como un silbido en un concierto de trash
Algunas organizaciones dedicadas al desarrollo han superado el asistencialis-
mo, sustituyendo parte de su actividad como canalizadores de dinero y per-
sonal técnico por actuaciones de sensibilización, denuncia y presión política
hacia algunas causas estructurales del «subdesarrollo» del Sur. Algunas agencias
de financiación han empezado a entender tímidamente que tales actuaciones
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Referencias:
BUSTELO, P. (1999). Teorías contemporáneas del desarrollo económico. Madrid:
Síntesis.
ESCOBAR, A. (1998). La invención del Tercer Mundo: construcción y decons-
trucción del Desarrollo. Barcelona: Norma.
ESCOBAR, A. (2004). «Beyond the Third World: Imperial globality, global
coloniality, and anti-globalization social movements». Third World Quar-
terly, 25. [http://abahlali.org/files/AEscobar2004.pdf ].
PRESTON, P.W. (1996). Development Theory: An Introduction to the Analysis
of Complex Change. Oxford: Blackwell Publishers Ltd.
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IED
INVERSIÓN Cambio climático
EXTRANJERA DIRECTA y conservación
Energía
Materiales
Agua
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Miedo a la debilidad
No es lo mismo una huelga de vendedores de alfombras que una de médicos
o de transporte público. La afectación puede ser muy distinta. Un país, una
región, una ciudad, una empresa incluso una persona, tienen en común que
son sistemas dependientes de ciertos insumos: vulnerables ante éstos. Las
personas también lo son ante ciertas necesidades básicas como los alimentos.
Las ciudades dependen asimismo del campo. Las empresas de los servicios
de otras empresas, de las materias primas, de su imagen o de sus clientes. Es
evidente que algunos insumos son además, claramente imprescindibles.
Ciertos autores sugieren que los estados siempre han sido interdepen-
dientes unos de otros. Afirman que hay dos características distintas a tener en
cuenta: la sensibilidad y la vulnerabilidad, que tanto la sensibilidad como la
vulnerabilidad de los estados a determinadas interferencias exteriores varían
según determinadas circunstancias.3 Por ejemplo, a principios de los setenta
los países industrializados eran muy sensibles a la subida del precio del pe-
tróleo, sin embargo, su vulnerabilidad era diversa. Europa y Japón fueron
mucho más afectados económicamente que EEUU.
La detección de vulnerabilidades hace que los países desarrollen cier-
tas fortalezas en algunos ámbitos para compensar la debilidad en otros.4
Un ejemplo histórico es la Crisis Smithsoniana5 de 1971 provocada por la
decisión estadounidense de romper la paridad dólar-oro establecida por
la comunidad internacional en Bretton Woods en 1944. En aquel momento,
EEUU amenaza a Alemania y Japón con retirar sus fuerzas de sus territorios
además de imponer restricciones a sus importaciones (EEUU no era ni sensible
ni vulnerable en esos dos aspectos), si no aceptaban la rotura unilateral de
la paridad. Por otra parte, EEUU sí han sido tradicionalmente vulnerable en
lo financiero.
Así pues, los estados buscan su estabilidad a través de la reducción de
incertidumbres. Por lo tanto, tratan de identificar con precisión sus vulnera-
bilidades respecto a factores externos para minimizarlas. Muchas veces desde
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Fuente: CASIFOP-Oilwatch.
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Sur y Norte
P= 0,0
C= 9,8
Ex URSS
P= 11,5
Mediterráneo
C= 6,0 SIMBOLOGÍA
Asiático Producción
P= 6,1 Consumo
Petróleo mayor de 14.600.000 e.b.p.
C= 3,6
Petróleo menor a 7.790.000 e.b.p.
1 = 1.912.433.650 e.b.p.
India, Pakistán y
África 2 = 1.483.166.869 e.b.p.
Bangladesh P= 10,6 3 = 1.461.638.650 e.b.p.
4 = 1.004.877.030 e.b.p.
P= 1,0 Medio Oriente C= 3,9 5 = 905.145.050 e.b.p.
C= 2,5 P= 31,8
C= 7,3
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Vasectomías y minerales
70
71
72
Rusia
Paladio 45%
China
EEUU Tierras raras 95%
Molibdeno 34% Antimonio 87%
Volframio 84%
Brasil
Nibio - Columbio 90%
Australia
Tantalio 60%
Chile Sudáfrica Titanio 42%
Litio 60% Rodio 79%
Platino 77%
Vanadio 45%
Cromo 41%
Fuente: Elaboración ODG a partir de World Mining Data (2008) y USGS (2008).
73
18. Anglicismo que se refiere a mercancía o bien de consumo, es decir, desde materias
primas hasta productos agrícolas, pesca, etc.
19. Término introducido por Robert Costanza y colaboradores con el fin de hacerlo
entendible a los economistas (1997).
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Capacidad de 1 planeta
Así pues, la única solución que los pensadores del capitalismo han sa-
bido encontrar para remendar la problemática ambiental del planeta, es la
siguiente: puesto que buena parte de esos «recursos ambientales» beneficiosos
no pueden moverse de lugar (excepto el aire de la atmósfera o en menor
medida el agua de los océanos), lo único que sí se puede es pensarlos como
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23. El ejército recibe órdenes de la compañía: «Los trabajos y cualquier otra actividad
que el contratista (el ejército) ejecute en el Área de Operaciones cumplirá… con cualquier
instrucción que por escrito sea dada por la Compañía (…) La Compañía tratará con las comu-
nidades indígenas en el Área de Operaciones y dará las directrices de conducta que el contratista
debe observar en referencia a estas comunidades indígenas. En tal contexto, la Compañía será
responsable por las relaciones con las comunidades indígenas y el Contratista deberá cumplir
con las políticas y directrices dictadas por la compañía». Contrato de Seguridad Militar para el
Bloque 16, Ecuador, firmado el 1 de octubre de 2003 [Véase: http://www.accionecologica.org/
webae/images/2005/petroleo/documentos/03-Atlas-BLOQUE%2016-Repsol-Ypf.pdf ].
78
Referencias
Le Monde Diplomatique (2006), El Atlas (edición española), Madrid, Edi-
ciones Cybermonde.
BARREDA, A. (2004a),. Atlas Mundial del Petróleo. Oilwatch
[www.oilwatch.org].
BARREDA, A. (2005a), «Análisis geopolítico del contexto regional», en
Geopolítica de los recursos naturales y acuerdos comerciales en Sudamérica,
La Paz, Fobomade.
Transnational Institute: [www.tni.org].
Foreign Policy in Focus: [www.fpif.org]; Third World Network:
[www.twnside.org.sg]; Focus on the Global South: [www.focusweb.org];
Worldwatch Institute: [http://www.worldwatch.org/]; Rebelión:
[www.rebelion.org].
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Industria Fuga de
cerebros Emisión gases
cultural efect. invernadero
Régimen
Universidades propiedad Ocupación
y Think Tanks intelectual de tierras
Políticas
de control
Esfera securitario
simbólica Control
remesas Esfera Guerra
Esfera
tecno militar y
Mass
productiva securitaria
media
Venta de
armas
ONG e iglesias
Fondos inv.
especulativos
IED Agricultura
Esfera
Esfera comercial
Esfera
solidaria financiera
Dumping
agrícola
Bienes industriales
Apoyo a la
Organismos
internacionalización
internacionales
Arquitectura
Esfera
institucional
diplomática
internacional Derecho
comercial
global
Esferas - Ámbitos
Rectángulos - Mecanismos
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El Autómata Global
De acuerdo con Andrés Barreda, a pesar de que los flujos de inversión
de capital industrial se remonten al siglo XIX, del mismo modo que los
flujos comerciales capitalistas tienen cerca de 500 años, el actual proceso
de globalización comprende un carácter novedoso. Éste se ubica en los
flujos productivos del nuevo capital industrial. Se trata de flujos vincu-
lados con la capacidad de las industrias para moverse por toda la super-
ficie planetaria, junto con la capacidad de las industrias de producir de
manera coordinada en diferentes regiones del mundo, como fábricas que
adquieren un carácter global. Un ejemplo de ello radica en la industria
automotriz, que en realidad es pionera en ese sentido. Dicha industria
logró que sus diferentes fábricas emplazadas en diferentes lugares del
planeta funcionaran en «un solo tiempo unitario», como si se trataran de
talleres de una sola fábrica. La integración industrial lograda de esa manera
constituye un modus operandi que se extendió a la microelectrónica, a la
industria textil y posteriormente a un número cada vez mayor de ramas
en la división del trabajo.
En ese sentido, el actual proceso de producción fue conformando una
jerarquización vertical. Así, Barreda destaca que unas decenas de ciudades
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Identificando mecanismos
La anticooperación tecno-productiva, por tener que ver con la base material
del sistema mundial, se convierte en el andamio desde donde se levantan las
demás anticooperaciones. El modo en que las redes y corredores productivos
globales y la tecnología se expanden hacia fronteras cada vez más remotas,
tiene directa relación con las motivaciones metabólicas expuestas en el capí-
tulo sobre geopolítica NS. Pero especialmente con la lógica de crecimiento (o
expansión) del capitalismo. Como ya hemos dicho, la lógica de crecimiento
del capital aplicable a cualquier economía capitalista (sea la de una empresa
privada, un estado o empresa pública, un grupo de interés o un individuo),
conduce a la búsqueda de mayor productividad (por la vía de la reducción
de costes, por la vía de tecnologías más rentables, por la vía de mayor con-
centración de capital financiero), al tiempo que conduce al incentivo de más
consumo y a la búsqueda de nuevos consumidores.5
Todo ello se traducirá en un sistema que buscará (y luchará por) —cada
vez— mayores cantidades de materiales, energía, capital financiero, tecno-
logía y externalización de costes. Si el capital y la tecnologías de punta se
encuentran concentrados en el Norte, ese Norte entenderá al Sur como un
reservorio de nuevos y baratos materiales, energía, mano de obra... que ya
no encuentra en el propio Norte. Ello explica la proyección e implantación
de redes a escala mundial, con el fin de abastecerse de estos tres elementos
esenciales se encuentren donde se encuentren. El Norte Global (élites in-
cluidas) presionará con cualquier instrumento a su disposición para que se
implanten esas redes globales sea a través de la inversión extranjera directa,
sea dando/tomando préstamos, con campañas de publicidad pro desarrollo
o por la fuerza.
A nuestro parecer, los fenómenos globales que mejor describen la
anticooperación tecno-productiva son: la subordinación de la soberanía
local a la inversión extranjera; la subordinación de las redes mundiales a
las necesidades de abastecimiento vinculadas al consum(ism)o y producti-
vismo del Norte Global; y, finalmente, la subordinación del conocimiento
5. Robert Solow ha sido uno de los economistas clásicos pioneros en analizar la produc-
tividad. Véase su obra en http://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Solow.
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400.000
AOD
350.000 Inversión extranjera directa
300.000
millones de dólares
250.000
200.000
150.000
100.000
50.000
0
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
Fuente: Elaboración ODG a partir de Global Development Finance (2008), Banco Mundial.
96
8. Véase www.quiendebeaquien.org
9. Véase www.tppcolombia.info.
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98
11. El BEI dispone anualmente de una cartera de portafolio de unos 50.000 millones de
euros. En América Latina por ejemplo, «El BEI dirige sus esfuerzos a promover la Inversión
Extranjera Europea en proyectos de interés mútuo en América Latina y el Caribe a la vez que
proyectos de infraestructura de integración regional» (BEI, 2004).
99
12. El Departamento para el Medio Ambiente, la Alimentación y los Asuntos Rurales del
Reino Unido (DEFRA por sus siglas en inglés) afirma que la distancia recorrida por los alimentos
creció un 15% entre 1992 y 2002 (DEFRA, 2005).
13. Se trata de un concepto interesante que aún no tiene traducción al castellano: el Food
Miles. Véase www.localfooddirectory.ca.
14. Declaraciones de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid
(100.742,91 euros anuales más gastos de representación y coche oficial) en Drake (2006,
479).
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1. Esta es la versión que dan habitualmente tanto gobiernos como empresas e instituciones
financieras internacionales (IFIs).
2. El panorama general de los países empobrecidos es el siguiente: las clases altas pagan
apenas impuestos por ser de los mismos círculos familiares que las élites gobernantes, o por
fugar capitales al exterior; las clases pobres mayoritarias, tampoco suelen pagar más impuestos
que los indirectos (IVA) puesto que suelen operar en la economía informal y sus rentas son
demasiado bajas; los que cargan con el coste del Estado son sobre todo las clases medias, muy
castigadas en estos países, especialmente tras sufrir años de programas neoliberales, además de
ser paulatinamente más minoritarias.
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1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982
8.147 8.919 10.433 13.956 17.419 20.255 23.188 29.584 42.812 57.437 70.943 80.006 88.570
6.713 7.284 8.844 8.703 11.180 13.254 13.248 14.956 19.148 21.841 26.195 24.604 27.037
121% 122% 118% 160% 156% 153% 175% 198% 224% 263% 271% 325% 328%
1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
82.210 92.136 101.009 104.724 108.009 126.732 121.721 125.875 125.828 132.409 139.884 156.879 190.360
26.770 28.130 28.755 35.836 40.606 47.063 45.735 54.264 58.301 62.358 56.148 58.820 58.780
307% 328% 351% 292% 266% 269% 266% 232% 216% 212% 249% 267% 324%
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
232.197 259.603 260.838 310.911 330.495 336.168 336.884 370.941 398.033 442.028 516.323 485.574
55.591 48.465 52.087 53.233 53.749 52.423 58.297 69.065 79.432 107.078 104.369 103.487 119.759
418% 536% 501% 584% 615% 641% 578% 537% 501% 413% 495% 469% 0%
6,15
Servicio de la deuda
Ayuda Oficial al Desarrollo
Datos en millones de dólares
Referencias:
Comité para la anulación de la Deuda del Tercer Mundo: www.cadtm.org.
Eurodad: www.eurodad.org.
Observatorio de la Deuda en la Globalización: www.odg.cat.
Observatorio Internacional de la Deuda: www.oid-ido.org.
105
3. Datos a 31/12/2007.
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107
4. Por ejemplo, se estima que dos terceras partes de las mayores 500 empresas argentinas
están controladas desde el exterior (datos referentes al período 2003-2005, véase la Página del
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Argentina, http://www.indec.mecon.ar).
5. Cita atribuida al ex presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt en referencia
al dictador nicaragüense Anastasio Somoza García.
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6. Los bancos acusados pertenecen a seis países occidentales: Suiza, Alemania, Países
Bajos, Francia, Gran Bretaña y EEUU. Los más conocidos son: Barclays National Bank Ltd.,
Citigroup Corporation, Commerzbank, Credit Suisse Group, Deutsche Bank AG, Dresdner
Bank AG, J.P. Morgan Chase,UBS AG [véase: http://www.khulumani.net].
7. Ejemplo extraído de ODG (2004a, 2004b).
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10. La estimación del valor de los depósitos de residentes del Sur a los bancos europeos,
estadounidenses o japoneses, se puede obtener de la base estadística del www.bis.org (Banco
Internacional de Pagos). Se obtiene de las partidas catalogadas como deudas de los propios
bancos respecto a países del Sur (Toussaint 2003).
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11. Véase por ejemplo el funcionamiento de cualquier Agencia de Crédito para la Ex-
portación en www.ecawatch.org.
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14. La libre flotación de las divisas se refiere a que el tipo de cambio flote libremente en
el mercado e implica que el gobierno se abstiene de determinarlo, de tal manera que el precio
de las divisas se fija por la interacción entre la oferta y la demanda.
116
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15. Aunque en la jerga economicista castellana también son llamados con eufemismos
como «fondos alternativos» o «fondos de cobertura».
16. El apalancamiento de una operación financiera es la relación entre capital propio
y crédito invertido en esta operación. Cuanto menor apalancamiento, mayor riesgo, pero
también mayor rentabilidad financiera.
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Referencias
Fernández Durán, R. (2003), Capitalismo financiero global y guerra per-
manente: El dólar, Wall Street y la guerra contra Iraq. Barcelona: Virus
Editorial.
Gowan, P. (2000), La apuesta por la globalización. Madrid: Akal.
Sitios de internet: www.eurodad.org; www.banktrack.org; www.gatswatch.org;
http://casinocrash.org/.
119
Para la Organización Mundial del Comercio (OMC), entidad que rige a nivel
mundial las normas del comercio entre países y que tiene por objetivo la
liberalización del comercio, asegura que esta última es indispensable para
el desarrollo económico y el bienestar (OMC, 2007; 10). De hecho, la libe-
ralización constituye uno de los pilares del actual proceso de globalización.
Sin embargo, ¿cómo explicar que, mientras deberíamos constatar de día en
día sus crecientes beneficios, nos encontremos en 2008 con 1.000 millones
de personas que sufren hambre? Tal como se desarrollará en este capítulo,
existen mecanismos de anticooperación que tienen precisamente lugar en la
esfera comercial.
En comunidades remotas, la primera conexión con el mundo globa-
lizado se suele producir a través del comercio. Se trata de pequeñas canti-
dades de productos que se venden a través de uno o varios intermediarios
que los harán llegar a consumidores de países lejanos. En muchos otros
grupos humanos ya conectados al mercado internacional, la globalización
del comercio no parece haber mejorado sus condiciones de vida, incluso
ha introducido complicaciones añadidas muy complejas. Estas conexiones
del pequeño productor con el mundo globalizado son relativamente fáciles
de rastrear siguiendo al dinero, a lo largo de la llamada commodity chain
(cadena que sigue una mercancía desde que se produce hasta que se consume
y se abandonan sus residuos, «desde la cuna a la tumba»). Los supuestos
121
122
Kadami, Uganda.
Testimonio de un campesino algodonero (2008)1
Hemos estado plantando algodón durante 10 años, y hoy día nos en-
contramos con importantes problemas en nuestra comunidad: el algodón
requiere demasiada tierra y con el crecimiento de la población actual esto
es un problema, es demasiado laborioso, los precios de los pesticidas son
excesivos, la maquinaria también, en ocasiones las semillas que nos venden
no germinan y cada vez necesitamos más fertilizantes y pesticidas porque la
fertilidad no deja de disminuir y hemos de enfrentarnos a más pestes. Final-
mente es bastante usual que no obtengamos los precios que los promotores
nos prometen, actualmente el precio es demasiado bajo (no más de 300-400
shílling por kg —aprox. 0,12-0,16 euros/kg). El algodón te lleva hoy en día al
hambre, por eso cada vez quedan menos agricultores de algodón en nuestra
comunidad.
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Fuente: FAO.
125
La gran distribución
126
Aquellos que quieren usar esta oportunidad para decir que el mundo debe-
ría volverse aislacionista están condenando a aquellos que son pobres a la
pobreza y nosotros no lo aceptaremos.
G.W.Bush (BBC Mundo, 19/7/2001 a propósito de la Cumbre del G8 en Génova).
3. Por instrumento nos referimos a aquello de lo que un grupo de interés puede servirse
para conseguir un objetivo, nos referimos a una política, norma o institución determinada.
Mecanismo en cambio, se refiere a la suma de aquellos procesos cuya principal característica es
la producción regular de cierto comportamiento. Un comportamiento regular en el seno de un
determinado sistema, en nuestro caso, en el seno del sistema mundial. Es decir, un mecanismo
es algo ligado a una relación de causa-efecto a nivel transnacional que conecta a dos o más
realidades sociales, que puede implicar uno o varios procesos, y que pueden ser utilizados por
un grupo de interés o no. Un mecanismo suele ser algo más complejo que un instrumento
(Véase http://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Bunge).
127
Dios mercado
4. La expresión más conocida de esta doctrina, en términos de lo que deberán hacer los
países pobres para dirigirse hacia la posición de los desarrollados, es el denominado «Consenso
de Washington» redactado por John Williamson en 1990, académico que justamente trabajaba
para uno de estos think tanks neoliberales de la capital norteamericana.
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129
100 450
TLC regionales notificados
90 400
TLC regionales iniciados
80 350
Nº TLC acumulados
TLC regionales notificados (acumulado)
70 300
TLC regionales activos (acumulado)
60 250
50
200
Nº TLC
40
30 150
20 100
10 50
0
1949
1951
1953
1955
1957
1959
1961
1963
1965
1967
1969
1971
1973
1975
1977
1979
1981
1983
1985
1987
1989
1991
1993
1995
1997
1999
2001
2003
2005
2007
Fuente: Elaboración ODG a partir de Organización Mundial del Comercio (OMC).
130
Pascal Lamy afirma en la web de la OMC: «Durante estos grandes eventos las
contradicciones salen muy claramente a la superficie: mientras algunos gritan
afuera «que se hunda la OMC», otros, especialmente los países más pobres,
están haciendo todo lo que está a su alcance para adherirse a ella.» En rea-
lidad, muchos de los negociadores de delegaciones del Sur forman parte de
los grandes propietarios a quienes sí les suele interesar abrir los mercados del
Norte. ¿Será por eso que intentan todo lo que está a su alcance?
Fuente: http://www.wto.org/spanish/thewto_s/dg_s/pl_visitors_s/min05_blog_s.htm
En las interferencias negativas que causan los TLC en el Sur existe una
corresponsabilidad de los gobiernos y transnacionales del Norte y de las
élites del Sur.
En segundo lugar, existen otros objetivos ocultos que responden a algo
parecido a un «cambio de cromos», en el que un país firma un TLC con otro a
cambio de concesión geopolítica de distinto orden. Es el caso de Taiwán, que
necesita ser reconocida como país de pleno derecho ante el pleito histórico con la
República Popular China. A cambio de recibir dicho reconocimiento por parte de
131
SPAGHETTI BOWL
132
9. The spaghetti bowl es otro neologismo planteado por Bhagwati (1995) y extendido por
instituciones financieras como el BID al querer referirse al complejo sistema de tratados bi o
plurilaterales entre países a propósito del comercio.
133
Referencias
BALANYA, B., et al. Corporate Europe Observatory (2002). Europa SA. La
influencia de las transnacionales en la construcción de la Unión Europea.
Barcelona: Icaria.
JAWARA, F., y KWA, A. (2004), Behind the scenes at the WTO: the real world of
international trade negotiations. Lessons of Cancun. Londres-Nueva York:
Zed Books.
Teiltembaum, A. (2004), El ALCA está entre nosotros: Los tratados bilaterales
de libre comercio. En http://www.bilaterals.org/article.php3?id_arti-
cle=553.
www.bilaterals.org.
134
135
136
137
12. Unos 50.000 millones de euros en los últimos años, según datos del Presupuesto
General de la Unión Europea. Comisión Europea. Cifra que sin embargo está disminuyendo
paulatinamente.
138
139
Referencias
Campaña «No te comas el mundo»: www.notecomaselmundo.org
GRAIN: www.grain.org
MONTAGUT, X. y DOGLIOTTI, F. (2006), Alimentos globalizados. Barcelona:
Icaria.
Vía Campesina: www.viacampesina.org
Comercio de servicios
¿Qué quiere decir comerciar con servicios? Antes se pensaba que los servicios
eran difícilmente comerciables en la órbita internacional puesto que no eran
como las mercancías que se transportaban fácilmente. ¿Cuántos peluqueros
cruzarían la frontera de su país para cortarle el pelo a un extranjero? ¿Cuántas
doctoras curarían enfermos por internet? No obstante, la importancia relativa
del sector servicios en la economía mundial ha aumentado de forma espec-
tacular y el comercio también. Las cifras oficiales lo confirman: los servicios
representan el 60% de la producción mundial, ocupan al 30% de la población
mundial y representan el 20% del comercio internacional. La tendencia ante
la tecnificación de las sociedades es a la terciarización.
El abanico de los servicios que se negocian en el comercio internacional
de servicios es tan basto que reúne desde servicios estratégicos como los
relacionados con la energía, las comunicaciones o las finanzas, hasta «ser-
vicios» ecosistémicos como la pesca. No obstante la OMC distingue cuatro
modalidades distintas de comercio de servicios. Dados los dos protagonistas
de una operación comercial ordinaria, el que presta el servicio (prestamista)
y el que lo consume (usuario o consumidor), las distintas modalidades se
refieren a quién se desplaza: si el prestamista, si el usuario, o si ninguno
de los dos.13
13. Existe una serie de listas de clasificación que se pueden utilizar para negociar servicios.
Sin embargo, la más común es la desarrollada por la OMC en el documento GATS w/120, la
que establece 155 subsectores de servicios en 12 amplias categorías sectoriales. Las categorías
incluidas en esta lista se basan en una versión agregada de la Clasificación Central de Produc-
tos de las Naciones Unidas (CPC). La lista se encuentra en la página web de la OMC (http:
//www.wto.org), bajo «Temas Comerciales – Servicios.»
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141
14. Véase en particular la firma de nuevos tratados bilaterales desde Estados Unidos con
diferentes países de América Latina (www.bilaterals.org).
142
143
Referencias
KELSEY, J. (2008), Serving Whose Interests?: The Political Economy of Trade in
Services Agreements. Londres/Nueva York: Routledge-Cavendish.
VANDER STICHELE, M. (2005), Cuestiones críticas en la Industria Financiera:
informe sobre el sector financiero. Amsterdam: SOMO.
VERGER, A. (2009), State Actors and Preferences in Education in the Context
of GATS. En A. Jakobi, K. Martens, K. Wolf, Education in Political Science:
Discovering a neglected field. Londres: Routledge
www.gatswatch.org
144
En el mundo:
• Más de 40 millones de personas viven con VIH/SIDA, y el 95% de ellas
en países del Sur.
• Cada año se contagian 5 millones de personas más, y se mueren 3
millones a causa de esta enfermedad.
145
146
147
148
Patentes registradas
157496 EEUU
125880 Japón
41585 Alemania
36404 Francia
34956 Corea del Sur
33756 Reino Unido
19652 Italia
17592 Rusia
17052 Holanda
15809 Estado español
149
350.000 AOD
300.000
Balanza Comercial
250.000
millones de dólares
200.000
150.000
100.000
50.000
0
–50.000
–100.000
–150.000
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
150
151
153
154
La economía ecológica2
La economía ecológica, disciplina nacida en los años ochenta, estudia la
irremediable confrontación entre la expansión económica y la conservación
del medio ambiente. Es un campo de conocimiento transdisciplinario que
ve la economía como un subsistema de un ecosistema físico global y finito.
155
3. Los Pasivos Ambientales son los impactos ambientales que un proyecto o actividad
genera frente a terceros. Su condición de pasivos está relacionada con la pérdida del estado
previo (un activo ambiental).
4. Véanse autores como Odum, Opschoor, Rees o Martínez Alier al respecto. La huella
ecológica de una persona puede leerse como la suma de cuatro contribuciones: 1) La tierra
necesaria para su alimentación (la de un carnívoro es muy superior a la de un vegetariano,
incluso si está de régimen); 2) La tierra de bosques o plantaciones para producir madera (papel,
muebles,..); 3) La tierra edificada o asfaltada que les corresponde; y 4) La tierra equivalente a la
biomasa necesaria para generar la energía que consume (en el caso de combustibles de orígen
biológico), la tierra desalojada para producir otro tipo de energías, más la tierra necesaria para
que su vegetación absorva el dióxido de carbono generado.
5. Capacidad de un área específica biológicamente productiva de generar un abastecimiento
regular de recursos renovables y de absorber los desechos resultantes de su consumo.
156
EEUU y Canadá
Hectáreas globales por persona en 2003
Europa de CEE
Europa fuera de CEE
Oriente Medio y Asia Central
América Latina y Caribe
Asia-Pacífico
África
Biocapacidad disponible
por región
Población (millones)
La deuda ecológica
Los impactos que tienen el consumo y las importaciones de crudo no son
nada evidentes para sus consumidores, debido a los miles de kilómetros que
suelen separar a los pozos de las gasolineras. Producción y consumo, fábrica,
campo y tienda, se han ido alejando física y paulatinamente de la mano de
la globalización. Este fenómeno vinculado a la distancia tiene graves im-
plicaciones, entre ellas, la dificultad en quienes originan el problema de ser
conscientes.
Para visualizar este fenómeno, se ha construido un concepto, bien útil
que recoge los mecanismos presentes y pasados de anticooperación ambiental.
Se trata de la denominada «deuda ecológica». La deuda ecológica es la deuda
157
158
Referencias
MARTÍNEZ-ALIER, J. (2006), El ecologismo de los pobres. Barcelona: Icaria.
MCNEILL, J.R. (2003), Algo Nuevo Bajo el Sol. Historia Mediambiental de
Mundo en el Siglo XX. Madrid: Alianza Ed.
NAREDO, J. (2007), Raíces económicas del deterioro ecológico y social: más allá
de los dogmas. Madrid: Siglo XXI de España.
ORTEGA, M. (coord.), ODG (2006), La deuda ecológica española: impactos
sociales y ambientales de la economía española en el exterior. Sevilla: Muñoz
Moya Editores Extremeños.
159
160
161
Referencias
Campaña «No te Comas el Mundo»: www.notecomaselmundo.org.
Worldwatch Institute (2004), L’estat del món 2004. Barcelona: Centre
UNESCO de Catalunya.
162
8. Hornborg (1998) alude a los precios de mercado como mecanismo principal mediante
el cual los centros del sistema mundial —el Norte Global— extraen energía de, y exportan
entropía hacia, sus periferias —el Sur Global.
163
164
165
Referencias:
Revista Ecología Política [www.ecologiapolitica.info].
www.ecologistasenaccion.org; www.odg.cat; www.omal.info.
11. Véase también: ICTSD. Linking Trade, Climate Change and Energy (www.ictsd.org).
166
167
DESLOCALIZ
EPIDEMIAS
168
Referencias
STERN, N. (2006), Stern Review Report on the Economics of Climate Change.
Londres: HM Treasury.
ICSTD (2006), Linking Trade, Climate Change and Energy. Ginebra: ICSTD
[http://ictsd.net/i/publications/10492].
LOHMANN, L. (2006), Carbon Trading: A Critical Conversation on Climate
Change, Privatisation and Power. Londres: Dag Hammarskjold Founda-
tion, Durban Group for Climate Justice y The Corner House.
www.ipcc.ch, www.unfccc.int.
Carbon Trade Watch del Transnational Institute: www.carbontradewatch.org
Exportación de residuos
«Creo que la lógica de almacenar los residuos tóxicos en las áreas más pobres
es impecable, y hace falta que lo afrontemos».
Larry Summers (1991, cuando era economista jefe y vicepresidente del
Banco Mundial, más tarde sería el secretario del tesoro de los EEUU, luego
presidió la Universidad de Harvard, y hoy es el jefe de los asesores económicos
de la administración Obama).
169
Es conocido el ejemplo del barco carguero Khian Sea que, en 1986, zarpó al
mar en busca de un lugar donde poder abandonar 14.000 toneladas de ceniza
de plomo y cadmio. Estuvo cerca de 2 años en alta mar, durante los cuales
cambió dos veces de nombre y expulsó 4.000 toneladas de ceniza tóxica en
una playa de Haití, y las restantes 10.000 toneladas en algún lado entre el
canal de Suez y Singapur (Welsh Brown Chasek y Downie, 2006).
14. Véase por ejemplo, www.junkscience.com y las afirmaciones del «científico merce-
nario» Steven Milloy.
15. Al 1988 el Movimiento de los No Alineados exigía a los estados industrializados que
prohibieran la exportación de residuos en los países en desarrollo.
170
16. Un informe de Greenpeace con gran trascendencia internacional fue The International
Trade in Wastes: A Greenpeace inventory, 5th ed. (Washington DC, 1990), o The International
Trade in Wastes: Database of Known Hazardous Waste Exports from OECD to Non-OECD Countries:
1989-1994. En este último se demuestra como buena parte de los barcos que oficialmente
transportaban sustancias tóxicas calificables de «reciclables», o tan sólo abandonaban las sus-
tancias sin que finalmente fuesen recicladas, o bien los residuos tóxicos que cargaban no eran
reciclables. De la misma manera, informes como The exporting harm: The High-Tech Trashing of
Asia (BAN & Silicon Valley Toxics Coalition, 2002) tuvieron fuerte repercusión sobre las decisiones
del Gobierno chino en poner fin a las importaciones de los e-residuos de EUA.
171
Los «e-excrementos» van en aumento. Entre los residuos tóxicos que exporta
el Norte destacan cada vez más los derivados del enorme contingente de
ordenadores, pantallas de televisión, teléfonos celulares y resto de material
electrónico que al llegar al final de su vida útil se convierten en un problema.
En 2002, el número total de ordenadores personales en el mundo era de
500 millones. En EEUU, cuna del hiperconsumo, se les da una vida de entre
3-4 años. Hagan cuentas.
Pero, ¿qué hay de tóxico en un ordenador? Los tubos catódicos de los
monitores clásicos —por ejemplo— esconden un «regalo tóxico» de entre
2-4kg de plomo, además de fósforo, bario y cromo hexavalente, todos ellos
metales tóxicos. En otros componentes se encuentra cadmio, mercurio, berilio,
etc. Se estima que cada europeo produce por término medio anual unos 14kg
de «e-excrementos» que han de ir a parar a alguna parte. En EEUU las cifras
son todavía más altas: unos 100 millones de unidades (ordenadores o TV)
quedan anualmente obsoletas, y la cifra se estima que suba a los 400 millones
durante esta década. ¿A dónde van a parar todos estos e-excrementos? ¿Qué
pasa en el otro lado del mundo?
Dos investigaciones hechas en China y en Nigeria17 confirmaban la otra
cara de la moneda. Se trata de casos que se repiten en la India, Pakistán,
Malasia, Filipinas, Vietnam, Europa del Este y el resto de África. En Nigeria,
en el puerto de Lagos, cada mes llegan en barco unos 500 contenedores
procedentes de Norteamérica y Europa, cada uno de los cuales transporta
unos 800 ordenadores obsoletos y otros artefactos electrónicos.
Pese a que a veces se utiliza el argumento de «ordenadores de segunda
mano» que ayudarán a superar la brecha digital entre países ricos y países
pobres, la verdad es que hay motivos para creer que prevalezca la necesidad
de sacarse los e-excrementos tóxicos de encima, a través de una solución lo
más barata y rápida posible. Entre los motivos no sólo destaca el peso del
17. Puckett y Smith (2002) analizan el caso del puerto de Tzou y Puckett (2005) aquel del
puerto de Lagos. Ambos estudios han sido realizados por el Basel Action Network (BAN).
172
Referencias
Greenpeace: www.greenpeace.org.
The Basel Action Network: www.ban.org.
173
19. Extraído del apartado sobre deuda ecológica de ODG, www.odg.cat (1/4/07).
174
INVERSIÓN
EXTRANJERA PASIVOS
N AMBIENTALES
LUCRO N Y SOCIALES
(rendimiento S
capital)
RESIDUOS
PRODUCCIÓN (N+S)
N
EROSIÓN REC
GENÉTICOS Y
IMPORTACIONES
BIOPIRATERÍA
para el
CONSUMO N EXPORTACIONES
N para el
S ABSORCIÓN
REC.
NATURALES
del S
EMISIÓN
de GASES
N
175
177
178
179
180
181
21. Sólo consideramos aquí las funciones relacionadas con las desigualdades Norte-Sur.
182
Agencias del Se distribuyen los temas y tienen una Sedes repartidas por capitales
sistema de la orientación progresista generalmente como Roma, París, Addis
ONU concentrada en el desarrollo humano y Abebba, Nueva York...
(PNUD, FAO, las necesidades humanas, además del
OMS, UNCTAD, crecimiento económico. Sus informes y
UNICEF...) bases de datos son útiles en el campo
del estado del mundo a nivel social y
ambiental.
183
Fuente: www.odg.cat.
184
185
22. Aunque hoy después de la nueva gran crisis financiera global originada en el shadow
banking del sector bancario anglosajón (así como del fracaso de sus prescripciones), la institución
se encuentra de nuevo en uno de sus momentos más bajos de su historia.
23. Compañías estatales de petróleo, de electricidad, de telecomunicaciones, de agua, de
correo, etc. Pero también tierras estatales, yacimientos minerales, bosques... todo lo susceptible
de ser privatizado.
186
Referencias
Foreign Policy: www.fp-es.org
Diplomacy Monitor: http://diplomacymonitor.com
ORTEGA, M. (2007), ¿Debe el Estado ayudar a las transnacionales españolas?
Impactos ambientales y sociales del apoyo público a la internacionalización.
Sevilla: Muñoz Moya Editores Extremeños.
TOUSSAINT, E. (2006), Banco Mundial. El golpe de estado permanente. Bar-
celona: El Viejo Topo.
187
189
Países como Perú, Brasil, India... ¿Cuál era su situación hace 500 años?
¿Quién era rico entonces y quién lo es ahora? se trata de restituir lo que
ha sido expoliado durante más de 500 años. Se trata de decirles nosotros
somos los acreedores, ustedes son los deudores. Vinod Raina. Jubileo Sur
(Morsolín, 2005)
Hoy día, puede que las formas y los mensajes hayan cambiado y, con
ellos, los mecanismos, pero la esencia sigue siendo la misma.
Durante 40 años —desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la
caída del muro de Berlín—, la dinámica militar se caracterizó por las tensiones
entre los bloques comunista y capitalista, al mismo tiempo que la mayoría de
las colonias asiáticas y buena parte de las africanas se independizaban. Más
adelante, en los años noventa y la primera mitad de la presente década, el
panorama militar mundial se convertía en un paisaje unipolar. La razón de
ser de los conflictos era ya menos la ideología, y más el control de los recursos
naturales, aunque se mantuviera el patrón común: querer concentrar el poder.
Se rebajaba la tensión mundial y, con ella, el gasto en defensa. Todo ello tuvo
como consecuencia en el Norte excedentes en los ejércitos, tanto de arsenal
como de personal (sobre todo, comandos). A raíz de esto, el armamento
sobrante se recolocó a terceros países, principalmente en el Sur; armamento
de segunda mano a muy «buen precio».
Muchos cuadros militares fundaron nuevas empresas transnacionales
de seguridad y defensa. Empresas como Blackwater USA o Sandline que, en
términos generales, ofrecían tres tipos de servicios a los gobiernos y corpo-
raciones generales: soporte logístico y seguridad, estrategia y entrenamiento
militar, y combate directo.
Las tesis neoliberales aplicadas al ejército y al excedente de militares y
arsenal conducían a una paulatina privatización de algunas funciones de los
ejércitos. A un ritmo similar al de las empresas de mercenarios, las mafias,
grupos insurgentes —incluyendo redes fundamentalistas como Al Qaeda— y
los señores de la guerra, se internacionalizaban.
Obviamente, los gobiernos del Sur también utilizan todos estos meca-
nismos, en la medida de sus capacidades. Sin embargo, la distancia entre las
190
500.000
EUA
400.000
millones de dólares
300.000
200.000
Rusia
100.000
1. El gasto militar oficial de EEUU fue en 2007 de 547.000 millones de dólares (un 45%
del gasto militar mundial), según el SIPRI Yearbook 2008. Se estima que el gasto real es muy
superior a la cifra oficial ofrecida por su gobierno.
191
Señores de la guerra
192
193
Tras un leve descenso del gasto militar una vez concluida la Guerra Fría (los
llamados «dividendos de la paz»), el gasto ha aumentado en todo el mundo
desde 1999 y a un ritmo constante. El gasto militar en 2006 se aproximaba
a los 1,06 billones de dólares estadounidenses. El mismo año, la ayuda de los
países de la OCDE a los pobres había disminuido nuevamente hasta 104.000
millones de dólares EEUU, a pesar de las inyecciones de «ayuda militar hu-
manitaria» en las guerras de Iraq y Afganistán. En definitiva, el presupuesto
mundial militar es diez veces más importante que aquel de la ayuda huma-
nitaria y al desarrollo.
194
Intervención-agresión militar
Consideramos agresiones NS los bombardeos tácticos, la infiltración de
los servicios de inteligencia, las invasiones, las ocupaciones, el apoyo a
golpes de Estado, las guerras abiertas y las de baja intensidad, la oferta de
entrenamiento para la contrainsurgencia, y un largo etcétera. Los estrategas
militares no siempre permiten que estas agresiones sean publicitadas. Por
ello, el estudio de la anticooperación militar deberá incluir tanto las agre-
siones más visibles (como las ocupaciones de Vietnam, Afganistán o Iraq I
y II), como las cometidas encubiertas por medio del suministro de armas
y créditos, de entrenamiento de milicias o de financiación de empresas de
mercenarios, por ejemplo.
Como ya se ha podido observar en la guerra de Iraq, la anticooperación
militar se globaliza y, a su vez, la resistencia. Así, es visible el incremen-
to de efectivos multinacionales de procedencia distinta, tanto por parte
de los ocupantes como de la insurgencia. Además, la guerra se privatiza
sutilmente. En Iraq, se estima que durante el 2007 luchaban entre 20 y
170.000 mercenarios de empresas contratadas por la coalición ocupante:
los famosos «subcontratistas extranjeros» (Pereyra, 2007). Con el objetivo
de ilustrar este mecanismo, nos centramos en las formas de agresión NS
más significativas, aunque no únicas: los golpes de Estado, la guerra de
195
1) Golpes de Estado
Una de las vías predilectas de los países del Norte para intervenir indirecta-
mente en el Sur ha sido el impulso y apoyo a los golpes de Estado. En otras
palabras, la creación de regímenes autoritarios encabezados por gobiernos
militares títere a las órdenes de Washington, Bruselas, París o Londres. En
los años sesenta-setenta, América Latina fue el escenario de un número im-
portante de golpes. Fueron impulsados desde Estados Unidos, en aplicación
de la conocida «Doctrina Monroe» y con el afán de controlar la totalidad del
continente. En un contexto de Guerra Fría, se trataba de arrancar de raíz a
las dinámicas sociales de la izquierda latinoamericana, ante el temor de que
simpatizaran con la Unión Soviética.
En África también abundan los ejemplos de golpes militares planificados
desde el exterior, esta vez a cargo esencialmente de los gobiernos europeos. En
el interior de país, la pugna entre las distintas facciones siempre se ha visto
determinada por el «apoyo invisible» de las antiguas metrópolis europeas y de
EEUU. Por ejemplo, podemos citar el apoyo de EEUU y Francia a los dos golpes
de Estado en Zaire, realizados por Mobutu Sese Seko, así como el apoyo que
su gobierno recibió por medio de créditos del FMI posteriormente. En Asia,
dictadores como Suharto en Indonesia o Marcos en Filipinas, contaron con
el visto bueno (incluido apoyo financiero que luego se convertiría en deuda
odiosa) de los países del Norte.
Resulta oportuno hacerse la pregunta de cuántos golpes de Estado hu-
bieran triunfado sin contar con el apoyo activo de las potencias del Norte.
¿Habrían triunfado Abacha en Nigeria, Amin en Uganda, Fujimori en
Perú, Stroessner en Paraguay, Somoza en Nicaragua, Mengisthu en Etiopía,
Duvalier en Haití, Banzer en Bolívia, Videla en Argentina, Habyariama en
Ruanda, o el régimen del apartheid en Sudáfrica? ¿Permanecerían en el poder
los actuales regímenes petroleros árabes prooccidentales como Arabia Saudí,
Argelia, Qatar, Egipto, etc., tan lejos de ser democráticos, sin el apoyo de
EEUU y Europa? Una respuesta rigurosa merece una tesis doctoral caso por
caso, aunque podemos pensar que gobiernos como el de la familia real sau-
dita, el militar argeliano, o el egipcio de Mubarak con mucha probabilidad
hoy por hoy no existiría.
196
2. «Uno de los aspectos que más expectación ha generado sobre Executive Outcomes,
y que resulta aplicable a otras compañías, fue el hecho de que habitualmente cambiase sus
servicios por participaciones en las riquezas minerales o concesiones de petróleo, como en
Angola. De este modo, queda reflejada la íntima intención entre CMP y las corporaciones
mineras y petrolíferas.» T .Font (2006).
197
198
199
200
8. En: Benin, Botsuana, Etiopía, Ghana, Kenia, Malaui, Malí, Mozambique y Senegal. Más
información: Strategy Page www.strategypage.com/htmw/htun/articles/20051110.aspx.
9. Siglas de International military education and training programme.
201
Disuasión estratégica
O haces lo que quiero, o haré yo algo que tú no quieres.
202
203
Comercio de armas
La venta de armas, cada vez más mortíferas, no deja de ser otro mecanismo de
anticooperación para la población civil. Cada año, las armas convencionales matan
a más de 300.000 víctimas y muchas más son heridas, abusadas o desplazadas,
perdiéndolo todo como resultado de la violencia armada.12 A nivel macro, la
anticooperación que representa la compraventa de armas se manifiesta en el Sur
bajo cuatro aspectos negativos. Primero, porque el gasto militar es económica-
mente ineficiente y genera endeudamiento público e inflación, repercutiendo en
los sistemas productivos sociales. Segundo, porque no atiende a las necesidades
básicas de las poblaciones locales. Tercero, porque, como lo señala P. Ortega,
suele generar una escalada regional de armamento (2006). Y cuarto, porque en
ocasiones el armamento cae en manos de civiles o actores no gubernamentales.
11.Según el Quadrennial Defense Review 2006, las bases se concentrarían en la larga guerra
planteada al terrorismo y a otras amenazas parecidas. La misión táctica es poder operar a todo
el mundo y derrotar rápidamente a dos adversarios en ambas campañas militares distintas.
12. Véase:Campaña Armas Sin Control (www.controlarms.org) y Oxfam Internacional
(2006).
204
13. En 1986 varios miembros de la administración Reagan ayudaron a vender armas ile-
galmente a Irán, enemigo entonces de EEUU y, con el dinero, financiar las Contras, la guerrilla
contrarrevolucionaria que atacaría al gobierno Sandinista de Nicaragua.
14. En 2003, 85 de las 100 transnacionales armamentísticas más grandes del mundo,
como Boeing, Lockheed Martin o Mercedes Benz, eran de capital de países ricos (Oxfam
Internacional 2006).
205
15. Los 5 principales exportadores tradicionales de armas —EEUU, Rusia, Francia, Ale-
mania y el Reino Unido— copaban en 2005 el 82% de las exportaciones de armas mundial.
Una especie de OPEP de las armas (fuente: ibíd).
16. Según P. Ortega, la mayoría de países no industrializados que reciben AOD española
representan un alto porcentaje del total de ventas de armas españolas, hasta llegar en el año
2002 hasta el 93,5%; lo cual nos lleva a considerar que quizás no es tan casual la coincidencia
entre AOD y ventas de armas (2006).
206
Referencias
AZZELLINI, D. (2005), El negocio de la guerra. Bilbao: Txalaparta.
Centre d’Estudis per la Pau JM.Delàs: www.centredelas.org.
Escola de Cultura de Pau: www.pangea.org/unescopau
RAICH, J. (2004), El espejismo humanitario. Madrid: Debate.
SIPRI: www.sipri.org.
The International Crisis Group: www.crisisgroup.org.
207
209
210
1. Véanse por ejemplo, Altbach, Luckes, Cox, Halliday o los clásicos como Gramsci.
2. En los espacios cotidianos se forman lo que J.González llamaba «redes ideológicas»,
auténticas cajas de resonancia ideológica formadas por grupos como la familia, el pueblo, el
barrio, el grupo de la parroquia, el taller, etc. (1987).
211
212
213
5. NewYork Times (19/2/2002) A nation challenged: hearts and minds; Pentagon readies
efforts to sway sentiment abroad.
214
6. Véase también: Granville Williams de Campaign for Press and Broadcasting Freedom
(UK) www.mediachannel.org.
215
El Informe McBride
El peligro de que los estados soberanos perdieran el control político del influjo
comunicativo e informativo ya ha sido ampliamente tratado por la comuni-
dad internacional durante distintos momentos. Especialmente durante los
setenta y ochenta ante la intuición de que la revolución digital ahondaría las
ya enormes asimetrías de poder entre distintas partes del mundo. Destacó
en 1980 la presentación y aprobación en el seno de la UNESCO del conocido
como Informe McBride. En el documento se radiografiaban problemas del
régimen comunicativo mundial y sus causas, para luego establecer los princi-
pios y actuaciones en los que debería basarse un Nuevo Orden Mundial de la
Información y Comunicación (NOMIC). Éste se fundamentaría en la eliminación
de los desequilibrios mundiales, el control del monopolio en el campo de la
216
La industria cultural
Uno de los principales focos emisores de la industria cultural del Norte Global
probablemente sea Hollywood. El bombardeo mediático del «American way
of life» a través de la televisión y el cine no sólo consigue transculturalizar
a la población televidente (una gran mayoría de la clase dirigente y de los
habitantes urbanos de los países empobrecidos), sino que también invita a
creer que reproduciendo el modus operandi que muestra Hollywood con su
narrativa, se llegará al «desarrollo humano» de Beverly Hills. Queda entonces
legitimado políticamente que los dirigentes utilicen formas de administrar
la política aprendidas de Estados Unidos o Europa, donde aparentemente
se sabe vivir mejor.7 La emigración es en parte consecuencia del imaginario
ficticio diseñado desde ese Hollywood difuso.
Un segundo elemento surge del fenómeno de las telenovelas. Historias
de amor y poder que muestran una clase alta local totalmente americanizada
7. Como establecía Lukes (1974): «La élite parece haber poseído la más indispensable de
las características de un grupo dominante: el sentimiento, compartido no sólo por ella, sino
por la plebe, de que su pretensión de gobernar era legítima».
217
Presupuesto
País
Total publicidad en TV per cápita
(millones de dólares) (millones de dólares) (dólares)
EEUU 231.448 52.821 812
Japón 37.037 15.711 290
Alemania 17.221 4.153 208
Reino Unido 15.418 4.737 259
Francia 9.123 2.833 154
China 7.489 3.349 6
Italia 7.071 3.783 122
Estado español 5.128 2.137 127
Fuente: Grupo de Midia de São Paulo
218
Educación y neocolonialismo
El problema de la dominación de lo que aquí denominamos «simbólico»
tiene una fuerte raíz histórica. La dependencia educativa se inicia durante
los años de subyugación colonial cuando se imponen en las sociedades
colonizadas los modelos de los colonizadores. Una vez impuestos tales
modelos, la educación en las colonias era controlada externamente por «la
madre patria» colonial. La metrópoli decidía los contenidos y objetivos
curriculares, los libros de texto que serían empleados en sus colonias, y éstos
eran cuidadosamente seleccionados y diseñados con el objetivo de reforzar
los intereses de los colonizadores. Incluso en países como la Namibia del
Apartheid, los pocos profesores de secundaria eran todos blancos, a menu-
do militares, descendientes de europeos (Nyambe y Griffiths, 1998). Por
añadidura, la metrópoli no consideraba la necesidad de que sus colonias
tuvieran un sistema educativo propio ni ningún tipo de independencia
intelectual, ni tan siquiera que pudieran reconocer su propio hilo histórico.
Algunas potencias coloniales sí consideraron la necesidad de formar un
ejército de burócratas de bajo nivel para que administraran en eslabones
poco atractivos para los colonizadores. Sin lugar a dudas, la dependencia
educativa del Sur fue impuesta por el Norte.
En ese sentido, un gran número de sistemas educativos en los países del
Sur han sido piezas clave de los mecanismos de anticooperación simbólica me-
diante los cuales se ha resignificado la historia y colonizado el imaginario.
Pasada la etapa colonial los sistemas educativos en los países del Sur
no sólo no permanecieron sino que incluso acentuaron la dependencia del
modelo intelectual occidental. En África, por ejemplo, pese a la relación
de amor-odio con Europa, todavía hoy son profundamente dependientes
intelectualmente tanto de su antigua metrópoli como del resto de países in-
219
220
221
222
Universidades en pirámide
Otro de los mecanismos que más incidencia tienen en el ámbito de la do-
minación simbólica del Sur son las universidades, los institutos de investi-
gación y todos aquellos centros dedicados a crear «evidencias» y «razones»,
y a la formación de gestores «de verdades», sean estas verdades científicas,
tecnológicas, sociales, artísticas, económicas o políticas. Instituciones que
si bien comparten lo expuesto en el apartado sobre la educación, presentan
características añadidas, como por ejemplo el estrecho vínculo entre la uni-
versidad y el poder local.
Las universidades de gran prestigio, estadounidenses, británicas, france-
sas, alemanas… han sabido atraer a la clase dirigente de los países periféricos
para sumergirlos en las doctrinas preferidas por Washington y los centros
metropolitanos del Norte. Así hiciera también el bloque soviético durante
los años de la Guerra Fría con los países de su arco de influencia, y antes, las
potencias coloniales, como cuando el elitista sistema británico fuera impuesto
en la India bajo la llamada estrategia del down-ward filtration (filtración hacia
abajo). Estas élites, convencidas de que aquello era lo mejor porque era «lo
científico», «lo moderno», las aplicaron de manera dogmática. Incluso cuando
el contexto latinoamericano, asiático, africano o europeo haya pedido a gritos
otro tipo de políticas.
Fijémonos en la influencia de las universidades estadounidenses en
América Latina, por ejemplo, durante los últimos cuarenta años. Los
ascensos al poder de los economistas ortodoxos en Latinoamérica fueron
223
224
Los países del Norte producen la mayoría de los bienes intelectuales. Y como
ejemplificamos a continuación también interfieren en la producción del Sur.
Un gran número de revistas académicas que se publican específicamente en
los países del Sur reciben la «ayuda» de los países poderosos. Son el tipo de
revistas a las que tiene acceso la comunidad académica de las universidades
de la Periferia. Durante muchos años el estadounidense Congress for Cultural
Freedom (CCF) patrocinó un gran número de influyentes revistas académicas en
países de África anglófona, Latinoamérica, India, Filipinas, incluso Japón. Estas
revistas a pesar de su apariencia científica y neutral, reflejaban claramente
las orientaciones político-ideológicas de sus financiadores. Entre ellos y en
distintos momentos, la CIA o la Ford Foundation a través de del CCF (Lasch,
1969). La comunidad académica del Sur veía así torcido su debate sobre su
propio desarrollo según la ley de la gravedad impuesta por el dinero y el
monopolio intelectual de Occidente.
12. Invitamos al lector y lectora a comprobar tal supuesto revisando las líneas prioritarias
de los principales programas de cooperación inter-universitaria financiados por las principa-
les agencias de cooperación oficiales. Por ejemplo, el Programa Intercampus de la AECID
española.
225
La ciencia basura
226
13. Fragmento de un artículo que se integra en una trilogía sobre ciencia basura (Llistar;
2007a, 2007b, 2007c).
227
Iglesias (y ONG)
Con los invasores llegó la Iglesia, la cual se convirtió en un pilar funda-
mental, para el sometimiento de nuestros pueblos originarios. El sistema
opresor con su ideología y su práctica destructora nos arrebató nuestra
tierra, pero no pudo arrebatarnos nuestra mente y nuestro espíritu.15
228
229
Referencias:
ALTBACH, P.G. (1971), Education and Neocolonialism: A Note - Compara-
tive. Education Review – JSTOR (todas sus publicaciones en www.bc.edu/
bc_org/avp/soe/cihe/pga/index.html).
— (1987), The Knowledge Context: Comparative Perspectives on the Distri-
bution of Knowledge. Albany: State University of New York Press.
COCKETT, R. (1994), Thinking the Unthinkable: Think-Tanks and the Econo-
mic Counter-Revolution, 1931- 1983. Londres: Richard HarperCollins.
17. Dos de los tres objetivos principales de la misión de los Peace Corps son la promoción
de una mejor comprensión y aceptación de la cultura norteamericana y de Estados Unidos.
Puede leerse en: (http://www.peacecorps.gov/index.cfm?shell=learn.whatispc.mission, visitado
en 12/3/2009).
230
231
233
Controles migratorios
Mientras los países del Norte defienden el liberalismo económico en los países
del Sur, levantan membranas cada vez más impenetrables a los ciudadanos
de esos mismos países bajo una suerte de antiliberalismo humano. Abrir las
fronteras les supondría disminuir una parte importante de los privilegios de
sus ciudadanos, basados en un sistema que expele los pasivos socioambien-
tales hacia el Sur. Los habitantes de los países periféricos perciben, gracias
al poder suave que emana de las sociedades occidentales (véase el Capítulo
sobre anticooperación simbólica), la posibilidad de mejorar sus condiciones
de vida al migrar hacia el Norte. Incluso cuando esa percepción está distor-
sionada por los mass media y el boca-oreja de los que ya emigraron, el abismo
económico entre Norte y Sur resulta tan exagerado, que no deja lugar a dudas
sobre la conveniencia de intentar el viaje. Los más emprendedores y a la vez
más desesperados, inician largos y muy arduos periplos para llegar al «mejor
fuera». El hambre junto a los deseos de apaciguarla garantizan una migración
en proporción directa a la profundidad del foso entre países enriquecidos y
empobrecidos.
La relación de renta per cápita entre la zona euro y el África Subsaharia-
na era de 7,8 en 1975 y en 2004 de 15,2. La distancia de Estados Unidos
respecto a México es sólo de 1 a 4. Pero la española con la marroquí es de 1
a 6, con Senegal de 1 a 15 y con Malí de 1 a 26.1
234
235
236
94-
Hombres: 54,06% Mujeres: 45,94%
90-94
85-89 2.307.517 1.960.999
80-84
75-79
70-74
65-69
60-64
55-59
edad
50-54
45-49
40-44
34-39
30-34
25-29
20-24
15-19
10-14
5-9
0-4
400.000 300.000 200.000 100.000 0 100.000 200.000 300.000 400.000
número
237
238
239
8.000
7.000
Estimación APDHA
6.000
Datos verificados
nº víctimas
5.000
4.000
3.000
2.000
1.000
0
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
Fuente: Elaboración ODG a partir de Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDH).
240
Fuga de cerebros
El último que salga... ¡que apague la luz! (Dicho popular colombiano)
1. Intermón Oxfam hace una dura crítica al Plan África y reclama que la cooperación
se desvincule de intereses políticos y económicos en la presentación de su informe anual «La
Realidad de la Ayuda 2006-2007». Nota de prensa (14/12/2006).
11. Véase algunos ejemplos en www.odg.cat.
241
Si ves una mujer morir de un parto porque no tienes con qué hacer una
cesárea, no vuelves a trabajar. [...] Si África continúa desangrándose de
personal, no sólo no conseguiremos los Objetivos del Milenio, sino que
nuestros sistemas de salud se paralizarán. (Eric Buch, consejero para
asuntos de Salud del NEPAD)13
12. «África exporta 23.000 profesionales sanitarios cada año a los países ricos». El País
(29/01/07)
13.Ibíd.
14. La OMS ha iniciado una campaña llamada «Trata, Educa y Retén»: especializar al
personal en tratamiento del sida, y reforzar los sistemas de salud mediante la ayuda a 60 países
a diseñar estrategias para retener a los trabajadores y hacer la inmigración menos tentadora.
242
FUGA DE CEREBROS
Porcentaje de población «fugada» hacia países OCDE,
según nivel educativo (año 2000)
243
250.000
200.000
millones de dólares
150.000
100.000
50.000
0 AOD
1970
1972
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1976
1978
1980
1982
1984
1986
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1996
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2000
2002
2004
2006
2008
Remesas
Fuente: Elaboración ODG a partir de Global Development Finance 2008. World Bank.
15. Una estimación reciente de la División de Población de las Naciones Unidas para
el 2005 situa el número actual de emigrantes en 190 millones de personas, dos tercios (120
millones) de los cuales emigraron al Norte.
16. Según www.remesas.org, la mayoría de remesas son «remesas informales». Un concepto
que el BM y el FMI definen como no contabilizadas para la estadística oficial. A escala global,
estas instituciones calculan que las remesas informales podrían estimarse entre el 35-75% de
la cifra oficial de remesas al Sur.
244
Remesas
Receptor % del PIB
El Salvador 18,0
Haití 23,2
Filipinas 13,0
Uganda 7,9
Jordania 20,1
Kirguistán 16,8
Marruecos 8,3
Nicaragua 12,2
Egipto 4,8
Honduras 25,4
India 2,8
Elaboración propia a partir de Unctad Handbook of Statistics 2008
[http://stats.unctad.org/Handbook/].
Por otro lado, los países receptores se pueden ver desbordados si algu-
no de los países de tránsito o emisores de emigración, no cooperan con el
Norte, dejando salir a los inmigrantes o no aceptando la repatriación de los
detenidos. En definitiva, las políticas de inmigración se convierten en una
nueva arma geopolítica. Pese a ello, canalizar oportunamente las remesas
podría contribuir de manera positiva en las economías periféricas. ¿Dónde
van a parar en realidad?
245
Referencias
APDHA. Informe sobre Derechos Humanos en la Frontera Sur [www.apdha.org].
DOCQUIER, F. y MARFOUK, A. (2004), Measuring the international mobility
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UNCTAD (2007). Knowledge, Technological Learning and Innovation for De-
velopment [www.unctad.org/en/docs/ldc2007_en.pdf ].
246
247
120
60
AOD Multilateral
40 Proyectos de desarrollo
bilateral, programas y
cooperación técnica
20
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
Fuente: Elaboración ODG a partir de OECD (2008) Aid targets slipping out of rearc? (www.oecd.org/dac/stat)
248
249
1. Ese 31% corresponde a unos 46.000 millones de dólares, según datos del Informe
de la Realidad de la Ayuda, calculados a partir de OCDE Stat on line, datos CAD. [http://
realityofaid.org/downloads/RoAReports2008_02_Chap5_World_Aid_Trends_and_OECD_
reports.pdf ].
250
0,80%
% de PIB
0,40%
0,20%
0,00%
1960
1962
1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
Fuente: Elaboración ODG a partir de IDA-WB (2007) Aid architecture: an overview of the main trend in
official development assistance flow.
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253
¿Por qué a los estados de Norte le gusta ayudar? ¿A qué se refieren los
estados ricos cuando hablan de «cooperación»?2
Como aseguran los realistas como Morgenthau, los estados se comportan
entre sí como sujetos egoístas que compiten en busca de mayor poder, por su
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259
7. En el caso específico del Estado español, la irrupción del movimiento 0’7, célebre por
las masivas acampadas durante el invierno de 1994, logró que las distintas administraciones
españolas se pusieran al día e implicaran sus presupuestos públicos en la solidaridad inter-
nacional. Fue más cantidad que calidad, pero en definitiva el proceso de presión tuvo gran
incidencia en las políticas públicas españolas.
260
261
35.000
262
Pero, ¿era eso necesario? ¿Por qué cooperar puede ser funcional para
ganar dinero?
Como hemos señalado toda ayuda, si se visibiliza lo suficiente, es una
fuente inagotable de legitimación social. Las empresas la utilizan para legiti-
marse tanto hacia fuera (hacia la sociedad donde opera) como hacia adentro
(sus empleados). El mundo empresarial ha sido acusado históricamente de ser
corresponsable de muchos de los grandes problemas globales y de la violación
sistemática de los derechos humanos en los países empobrecidos. Por lo que
se aconseja a menudo desde distintas instancias que sea sujeto de mayores
regulaciones tanto intraestatales como extraterritoriales. El empresariado se
ha defendido afirmando que el sector privado y el mercado son tanto fuentes
de riqueza y desarrollo, como la solución a esos mismos problemas. Lo ha
hecho con agresivas campañas de relaciones públicas que incluyen no sólo
publicidad en los medios de comunicación, sino la financiación de institutos
de investigación y cátedras empresa, congresos de académicos y empresarios,
el patrocinio de artes y deportes, etc., y todo un repertorio de operaciones
donde los programas de filantropía actúan como botón de muestra de ese
compromiso moral con el entorno.
De modo que los resultados de tales prácticas de semejante solidario
resultan al fin y al cabo rentables. Detallémoslas a continuación:
263
264
Trabajar con ciertas ONG era imprescindible para entrar en algunos mercados
de Latinoamérica.
A.A.Pinillos, director de Reputación, Marca, RSC y Medio ambiente de Telefónica.
(Foreign Policy en español, n.25, febrero de 2008).
265
La ayuda cooptada
En suma, el poder legitimador que detentan la ayuda y la cooperación al
desarrollo en general amenaza constantemente la autenticidad del sistema
internacional de ayuda. En especial, porque una parte importante de sus
agentes clave son justamente los mismos promotores del capitalismo a escala
global y se rigen por razones geoestratégicas y por la necesidad de crecer. Las
distintas lógicas de los actores que hoy conforman una cadena de la ayuda
(ONG, organismos internacionales, estados y empresas), no obstante, nos
permitirán anticipar la constante cooptación del sistema de ayuda que éstos,
en muy distinta medida y con fines diversos, intentarán lograr. Por lo que
debemos responder con un constante ejercicio de discriminación activa sobre
qué operaciones pueden ser consideradas auténticas ayudas al buen vivir, y
bajo cuáles no se esconde más que una anticooperación solidaria.
Referencias
Informes sobre la Realidad de la Ayuda [http://realityofaid.org].
GÓMEZ GIL, C. (2004), Las ONG en la Globalización. Barcelona: Icaria.
KLEIN, N. (2007), La doctrina de Shock. El auge del capitalismo del desastre.
Barcelona: Paidós.
11. En el Reino Unido existe la iniciativa «1% Club», formado por empresas que ceden
el 1% de sus beneficios a la filantropía. Fuente: www.businessfightspoverty.org
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Exportaciones
Importaciones
4,500,0%
4.000,0%
3.500,0%
% respecto a la AOD
3.000,0%
2.500,0%
2.000,0%
Servicio de
1.500,0% Inversión Extranjera la deuda Balanza
Directa Remesas comercial
1.000,0% Ayuda Oficial al Desarrollo
500,0%
0,0%
¿Cooperación o anticooperación?
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Teoria de la anticooperación.indd
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Balanza comercial (Export - Import) Pago total del servicio de la deuda
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El balance neto del comercio internacional ha sido favorable al Norte
hasta el año 2000 aproximadamente, cuando sufre una inflexión debido al
encarecimiento del petróleo y las materias primas en general, pero también a
las exportaciones chinas e indias. No obstante, se trata de un flujo que puede
beneficiar a los exportadores que suelen ser transnacionales, grandes propie-
tarios, incluso señores de la guerra, más que a los pequeños productores, por
lo que confirmaría las limitaciones del actual modelo de análisis basado en
lo estados. De todos los flujos, el más importante a nivel monetario según
muestran las estadísticas, es el del servicio de la deuda externa, que ha ido
creciendo cual bola de nieve, superando con creces la suma de los demás
flujos aparentemente favorables para el Sur.
Al gráfico, deberían añadírsele otros flujos monetarios muy importantes
para entender la anticooperación en su totalidad. La fuga de capitales, del
que existen sólo algunas estimaciones regionales. Una de ellas señala que
en África Subsahariana durante el período 1970-1996, por cada dólar que
entraba a cuenta de la deuda externa, 0,8 dólares se fugaban hacia cuentas
secretas en bancos del Norte (Ndikumana y Boyce, 2002) en un término
promedio de un año.
Además, debería considerarse la suma de las repatriaciones de capital
por parte de los inversores extranjeros del Norte (dividendos, royalties...); la
evasión fiscal por ingeniería financiera internacional (precios de transferencia,
paraísos fiscales, etc.) o por regulaciones inexistentes (zonas francas, tratos de
favor, etc.); incluso podrían añadirse algunas valorizaciones de aspectos como
el coste de formación y de oportunidad por fuga de cerebros hacia los países
enriquecidos, las reparaciones por la guerra o el pago de la deuda ecológica
cuyas únicas estimaciones dan cifras muy superiores a las de la deuda externa,
aunque en sentido contrario.
En definitiva, los flujos atribuibles a mecanismos de anticooperación
prevalecen sobre la ayuda internacional y, de manera general y a falta de
estadísticas o cálculos plausibles de aspectos no considerados actualmente
por el mercado, esta realidad deja intuir que el balance neto es favorable a
los países del Norte.
274
275
etc. en distintos foros, que convergen sobre esos objetivos pero que se ex-
presan de muy diversa forma en América Latina. Por ejemplo, mediante los
«Acuerdos de Asociación», que son acuerdos que se componen de tres patas
de una misma mesa: un tratado de libre comercio, un apartado de medidas
de diálogo político y otro de cooperación al desarrollo; pero en las que tanto
el diálogo político como la cooperación al desarrollo están subordinadas al
libre comercio. Es decir, la mesa se aguanta sobre una sola pata: la comercial.
Si esa pata se corta, la mesa se cae. En América Latina, en contraste con sus
pares estadounidenses, algunos actores saludan la ayuda «desinteresada» y el
carácter dialogante de la Comisión Europea. Sin embargo, forman parte de
un mismo «paquete» que en global puede ser extremadamente desfavorable
a los intereses de los latinoamericanos y caribeños, como ya hemos expuesto
en el capítulo sobre anticooperación comercial.
Desde el punto de vista de la UE, los resultados que consigue en América
Latina dependen de la capacidad europea de desplegar distintos frentes de
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3. En los últimos años se ha disparado la caza de hipopótamo para obtener marfil de sus
colmillos una vez ha disminuido la población de elefantes y ha aumentado el control sobre su
caza. El Hexaprotodon liberiensis y el Hippopotamus amphibius se encuentran tipificados en
el Apéndice II de CITES (Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas
de Fauna y Flora Silvestre).
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Cambiar de paradigma
Las conclusiones expuestas pueden inducirnos a creer que es necesario
un cambio de paradigma. Muchos de los viejos fundamentos que se uti-
lizan hoy para comprender el mundo están en crisis. Conviene resituarse.
Proponemos a continuación las bases de un paradigma que nos permita
aprehender las relaciones Norte-Sur de una forma más acorde con las cir-
cunstancias actuales.
285
Romper con la dicotomía geográfica. Norte Global vs. Sur Global. Dicho
lo anterior, la importancia de las fronteras que separan los estados entre sí,
tenderá a disminuir en detrimento de nuevos tipos de fronteras. De manera
que también el Norte y Sur, el Primer y Tercer Mundo, muy claros en el
mapamundi se diluirán progresivamente hacia un Norte y Sur «Globales»
dispersos geográficamente. Países con «Nortes» y «Sures» en sus interiores,
centros y periferias, como claramente puede verse paseando por México,
China, Sudáfrica o Estados Unidos. Pero también bastas regiones donde
predomine el «Sur», como África, y otros donde predomine el «Norte»,
como Europa.
Todo ello es consecuencia de una lucha de intereses a nivel global (más
compleja que aquella vigente en una sola sociedad). En esa lucha se enfrentan
grupos sociales que no se construyen de acuerdo con una pertenencia geo-
gráfica determinada (país del Sur o del Norte), sino de acuerdo con intereses
económicos y políticos. Por ende, un análisis que distingue únicamente a
países del Sur o del Norte no refleja el terreno de confrontación de esos grupos.
En cambio, son de mayor utilidad las nociones de Norte Global (agrupando
a una clase mundial de propietarios y consumidores) que mantiene relaciones
de asimetría desde el punto de vista económico, político, social, ambiental y
cultural con un Sur Global (agrupando, en todos los países del mundo a los
empobrecidos y marginados del sistema).
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Formación Prensa
Sensibilización
S
Investigación Lobby
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VIII)
Construir «conceptos puente» (deuda ecológica, soberanía
alimentaria, alimentos quilométricos, anticooperación…)
Uno de los mensajes recurrentes de la teoría de la anticooperación es el peli-
gro de fragmentar los análisis cuando se pretende solucionar los problemas.
Cuando se trocean los análisis también se recortan las soluciones, hecho que
no conviene ante la complejidad de los problemas ni la totalidad de los fac-
tores. Por ello, construir conceptos que muestren los enlaces entre problemas
aparentemente separados ayuda tanto a construir una visión y un abordaje
más sistémicos, así como a vincular movimientos sociales y organizaciones
que muchas veces se mueven en departamentos estancos. La deuda ecológica
ha sido capaz de vincular el expolio de los recursos naturales del Sur, con la
deuda externa, para terminar exigiendo la anulación inmediata de esta última
por reducción al absurdo. Además ha unido el discurso de los movimientos
de solidaridad internacional con los movimientos ecologistas. El ejercicio de
generar continuamente conceptos-puente se hace necesario. Conceptos que
vistan una nueva narrativa una vez y otra para entender el mundo, para luego
permitirnos conducirlo a un régimen global más justo.
297
298
ABRAMOVICI, P. (2004), «United States: the new scramble for Africa. Pre-
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