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OTRA PRIMERA «MODERNIDAD TEMPRANA».

LA CRISTIANDAD LUSITANA ANTE LA ALTERIDAD DEL


ESCLAVO AFRICANO

Se centra en un tema que distingue a Portugal de España. Es preciso recordar que Grecia y Roma
fueron civilizaciones esclavistas de una crueldad sin igual, ocultada sólo por una interpretación
distorsionada bajo el manto filosófico occidental del «humanismo helénico»

Gines de Sepulveda expreso en un libro que el indio americano era “esclavo por naturaleza” • La
Modernidad aplicó posteriormente esta argumentación a los africanos de las costas occidentales
del continente bantú.

La decadencia de las rutas que atravesaban el Sahara desde Nigeria hacia el Mediterráneo o hacia
Egipto permitió el desarrollo creciente de la venta de campesinos africanos de las comunidades
con menos organización guerrera. Las élites de los antiguos reinos musulmanes se transformaron
en cazadores de los campesinos de otras etnias, que eran vendidos a los europeos a cambio de
armas y de metales preciosos

Nacía así la esclavitud de los indefensos campesinos bantúes, de religiones africanas en su


mayoría, gracias a la complicidad de grupos de mercaderes africanos, frecuentemente
musulmanes, con los europe9s.

Los campesinos bantúes eran llevados como esclavos hacia el Mediterráneo musulmán o por el
desierto hasta Egipto

En efecto, Génova, que había sido como Venecia provincia bizantina, tenía una cierta supremacía
en el Mediterráneo occidental desembarcó así en las islas Canarias en el siglo XIV. Pero su
situación geopolítica mediterránea y el ser sólo una ciudad portuaria no le favorecían en la
pretensión de llevar a cabo una política atlántica. Por ello debió aliarse con Portugal para
comenzar el lento reconocimiento del Atlántico.

los historiadores de la filosofía moderna tienen una ceguera completa en cuanto a la importancia
de estos eventos, en apariencia totalmente anecdóticos, y por ello ignoran la importancia de
Portugal

Hemos visto que en el siglo XIV la potencia naviero-comercial de Génova ya había pactado con
Portugal el dominio del Atlántico africano520• En efecto, el «proyecto portugués», como era
obvio, según la concepción milenaria aceptada entre las culturas del Mediterráneo de la existencia
exclusiva de «tres continentes», consistía en costear hacia el sur Africa hasta descubrir, para los
eur9peos, el siempre buscado camino hacia el Oriente

En 1441 una expedición enviada al Africa occidental captura a algunos africanos por los que se
pide rescate. En 1444 son 235 cautivos, blancos bereberes y negros bantúes, los primeros esclavos
vendidos en ~ortugal en cuanto tales.

La trata de esclavos estaba bien establecida en Africa desde el siglo IX d.C. para surtir de
trabajadores a las minas de oro del Sudán. Los portugueses crearon las feitorias, donde
compraban los cautivos para ser vendidos en las islas atlántico-orientales.
Bien pronto, agotado el hallazgo del oro, desde 1519 en forma creciente y sistemática se
institucionalizó la esclavitud para la producción de azúcar523, que comenzó igualmente a
explotarse en el Caribe.

Primera crítica filosófica contra la legitimidad de la esclavitud moderna: Bartolomé de Las Casas

Desde un punto de vista filosófico, fue global la aceptación de la esclavitud en el pensar


musulmán, bizantino y europeo, como efecto de guerra justa, como rescate de las pérdidas por un
ataque injusto o simplemente por naturaleza. Para los cristianos, de todas maneras, aunque la
esclavitud no pudo darse antes de la «falta originaria»525, no era reprobable como institución
positiva cuando se daban las causas de su legitimidad

, Bartolomé de Las Casas, fue un autor tenido como pro esclavista y es raro que el mismo haya sido
el primero en criticar la institución de la esclavitud.

lentamente comenzó a descubrir el problema del esclavo africano con igual claridad con la que
había tratado el del indio. De vuelta a España, en el momento en que iniciaba el exilio de su
obispado de Chiapas (1547), quiso detenerse intencionadamente en Lisboa algún tiempo para
estudiar la cuestión de la esclavitud

Casas decía “«Es sacrificar al hijo en presencia de su padre el robar a los pobres para ofrecer
sacrificio. El pan es vida del pobre, el que lo roba es homicida. Mata a su prójimo quien le quita su
medio de vida, quien no paga el justo salario derrama sangre»

Las Casas describe a lo largo de largas páginas los dolores, injusticias y torturas que sufren los
africanos apresados

Pero, además, Bartolomé no consideraba sólo a los portugueses causa de injusticia, sino
mayormente a los españoles

en 1681 Francisco José de Jaca566 redacta una Resolución sobre la libertad de los negros en
donde realiza un tímido ataque a la institución de la esclavitud misma.

La esclavitud en la interpretación burguesa liberal: John Locke

¿Cómo se las arregla Locke para poder justificar la esclavitud? Su argumentación parte de la
exigencia de la conservación de la vida propia y de los demás573 en el «estado de naturaleza», de
donde se deduce que no puede negarse el derecho de castigar a los que no cumplen con la ley
natural, y por ello _«tiene cualquiera el derecho de castigar a los transgresores de esa ley,
defiende de ese modo a los inocentes poniendo un obstáculo a los culpables

La respuesta de Locke, suponiendo que estamos en el estado de naturaleza, pareciera simple y


evidente: «cualquier hombre tiene el derecho de castigar al que lo ha ofendido»5

Para Locke, por el contrario, el estado de naturaleza no es de guerra; se entra en el estado de


guerra cuando hay alguien que se opone a la ley natural o nos odia sin motivo justo: Se puede
destruir a un hombre [ ... ] que ha manifestado odio contra nosotros57 9, por la misma razón que
podemos matar a un lobo o a un león
Como la esclavitud se establece en una relación externa entre naciones, no hay autoridad
supranacional política para dilucidar el conflicto, sino que sólo impera el estado de naturaleza

En la ética levinasiana -y en mi Ética de la Liberación- el Otro nunca puede perder sus derechos, su
dignidad, y jamás podrá ser objeto, como Locke pretende, de un «poder despótico», tal como él lo
define. Esto es lo que piensa el autor

Es decir que si una comunidad juzga a un africano de haber negado la ley natural, entonces
inmediatamente este africano pierde todo derecho, esto es lo que propone Locke, cosa que el
autor no apoya…….

La esclavitud es un hecho injustificable para la moral, pero se puede probar su legitimidad dentro
de otra lógica, la del estado de guerra, «lógica totalitaria,, de la Modernidad cuyo silogismo
resumido es aproximadamente el siguiente:

 En primer lugar, en el estado de naturaleza todos son iguales y libres.


 En segundo lugar, si alguien deja de cumplir la ley natural se transforma en un «fuera de la
ley», en el «enemigo» que puede ser muerto.
 En tercer lugar, el juez con autoridad sólo existe en el estado civil o político. En la relación
entre las naciones no hay juez ni autoridad.
 En cuarto lugar, cuando una nación cualquiera juzga que otra la ha agredido, o la ha
tratado con injusticia, o la odia (causa indicada explícitamente por Locke), determina que
dicha nación es agresora, y por ello juzga ser la enemiga de la nación, fuera de la ley y del
derecho, y contra ella puede ejercerse una guerra justa.
 En quinto lugar, el vencedor (evidentemente el más fuerte o el mejor armado), en razón
del derecho que otorga la victoria misma, puede entonces esclavizar al vencido, porque
estando fuera de la ley y del derecho se tiene sobre él poder despótico, como poder justo
y legítimo

esta argumentación produce una completa inversión de lo que acontece en la realidad,


porque el «inocente» campesino africano ha sido investido de la función de ser un
violento agresor (inversión de los hechos empíricos). Segundo, porque el «juez» (en el
momento cuarto de la argumentación), aunque no tiene autoridad o poder político por no
estar ambos en condiciones de ser miembros de un inexistente Estado mundial, siendo
que se encuentra en estado de guerra, tiene legítimamente poder despótico sobre el
vencido.

LA SEGUNDA «MODERNIDAD TEMPRANA». LAS CRISTIANDADES DEL NORTE DE EUROPA (1630-


1789)

Diferenciamos tres Modernidades (la temprana, la madura y la tardía). En la primera de ellas (la
temprana) nos situamos ahora en un segundo momento. La Modernidad posthispánica604,
alejada del Mediterráneo, con fuerte influencia del feudalismo tardío

Estamos así en presencia de una segunda Modernidad temprana que se apoya en el manejo de un
nuevo discurso para fundamentar la legitimidad del naciente Estado moderno
La monarquía absoluta. Jean Bodin

Nos explica que «la República es gobierno justo de muchas comunidades, de lo que les es común,
con poder soberano»609• «República» es aquí idéntico a comunidad política -no a un tipo de
gobierno

Su visión es clásica, por ello piensa que está constituida por familias61º; de la misma manera que
piensa que en su origen «la razón y la luz natural nos conducen a la conclusión de creer que la
fuerza y violencia son la fuente y origen de la República»

El «ciudadano» deja de ser un sujeto sin ley y constituye una comunidad de aquellos que por razón
natural o naturalizados, o como esclavos emancipados, «son gobernados por el poder soberano,
Se entiende entonces que el ciudadano es el que recibe «protección» del «Príncipe o de la señoría
soberana

Para que haya soberanía debe haber «poder absoluto, Bodin repite una y otra vez que el único
soberano es el Príncipe. Porque «el monarca está separado del pueblo»620, en la República hay
dos partes: «de un lado, el que tiene la soberanía, y del otro el pueblo»

Para Bodin era un Estado aristocrático, ya que la última instancia es el «Consejo Mayor». Por el
contrario, «el Estado de Francia era simple y puramente monárquico»

El nuevo paradigma del discurso de fundamentación de la política: Thomas Hobbes

Era necesario para los conservadores, que se oponían a los reformadores radicales y sectas
milenaristas en la guerra civil, apoyar decididamente al régimen monárquico contra los partidos
«parlamentaristas». Thomas Hobbes era uno de ellos, Mezclaban un «humanismo cívico» con
cierta dosis de calvinismo individualista, junto a la creencia de que Inglaterra era la Nueva Nación
elegida por Dios

un pensador que tendrá gran influencia sobre Hobbes, Locke y muchos de sus contemporáneos,
En efecto, la filosofía política inglesa lo tendrá siempre presente de alguna manera.

John Knox, fundador del presbiterianismo, aceptaba sólo las Escrituras como única fuente de
argumentación política o jurídica. La Iglesia era por tanto la guardiana de la palabra divina y
consiguientemente estaba sobre el Estado.

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