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Cambios del accionar político tras el advenimiento de la postmodernidad

La inquietud sobre el accionar político del individuo de hoy surge a partir de la contemplación de los
cambios significativos que se han producido en las sociedades actuales con el advenimiento del la
globalización.
 
Luego de tener contacto con ideas que dan cuenta de que el proyecto de modernidad, que a todo le
establecía un orden y un proceso, comenzó a perder vigencia, he querido observar cómo el individuo ha
sido orientado hacia una nueva racionalidad impulsada desde la globalización y el capitalismo. Todo con el
propósito de analizar cómo ha sido afectado el accionar y la participación  política del sujeto en la
actualidad, es decir, en el marco del mundo globalizado y el nuevo modelo de sociedad.
 
Teniendo en cuenta que la integración mundial y las redes de mercado a nivel global han influido
directamente en la constitución de la sociedad actual, este escrito plantea una observación sobre el ámbito
político de una sociedad que se concibe integrada dentro de un mundo que se muestra unificado bajo el
manto de la globalización.
 
A la hora de mirar el accionar político del modelo de sociedad vigente, (más individuo que sociedad), se
puede observar que el individuo como sujeto político ha perdido importancia en cuanto a su acción
participativa se refiere. Es decir, la inclusión y toma de partido se da más por la auto inclusión en las
dinámicas de la sociedad de mercado, donde el sujeto importa en la medida que pueda producir y
consumir, más que por lo que pueda proponer. De esta manera, toma fuerza la afirmación del sociólogo
alemán Beck Ulrich, al señalar que la política en las sociedades modernas se limita al espacio del Estado.
 
(…) Las sociedades modernas (…) son no políticas, toda vez que el quehacer político se desplaza hacia – y
sólo hacia – el espacio del Estado”[1]. En este planteamiento, Ulrich da cuenta de cómo la individualidad en
la que se encuentra inmerso el ciudadano de las sociedades surgidas a partir de la globalización, ha dejado
como encargo el accionar político al ejercicio del poder.
 
El poco interés en la participación política ha dado como resultado sociedades ahistóricas, acríticas y
apolíticas, lo cual hace imposible crear cultura política y consolidar procesos democráticos reales.
 
Otra figura recurrente en el marco del ejercicio de la política y del poder propiamente dicho, es, según
Renán Vega Cantor y Mario Peña Aguilar, “el populismos”[2]. Los autores tratan de ubicar este fenómeno
más claramente en la vida política de los países latinoamericanos, donde advierten una sensación de
caudillismo que se limita a entregar el poder sin tomar más acción y sin pretender participación mayor.
Pero sin duda uno de los cambios fundamentales producidos en el accionar político con el advenimiento de
la globalización o segunda modernidad, según la denomina Ulrich, es la transnacionalización de la política y
del Estado, donde el mercado comienza a imponer ámbitos políticos y los hace girar alrededor suyo. Es la
época de la “soberanía dividida y maniatada”, es la “democracia cosmopolita” que se apoya en los
derechos fundamentales transnacionalmente válidos.
 
Tal transnacionalización y democracia cosmopolita a la que hace referencia el sociólogo alemán, es
explicada como el paso de la época de la política internacional, que era dominada por los estados
nacionales. “(…) ahora ha empezado una época de política post-internacional en la que los actores
nacionales y estatales deben compartir escenario y poder global con organizaciones internacionales, así
como con empresas transnacionales y movimientos sociales y políticos también transnacionales”[3], es
decir, una sociedad mundial sin Estado, no sin la figura  del estatal propiamente dicha, sino que el ámbito
supra-estatal se ha impuesto en el marco de las ideas globalizantes.
 
Estos cambios políticos ya habían sido anunciados por Friedrich Nietzsche al referirse a esta época. “Ya han
pasado los tiempos de la pequeña política  (…) el siglo próximo va a inaugurar la pugna por el dominio de la
tierra, el imperativo de la gran política”[4].  
 
Entonces, la democracia cosmopolita ha puesto a los Estados Nacionales de la modernidad, -que eran el
centro del accionar político- en problemas para consolidarse políticamente y compromete su capacidad
para asegurar “el bien común y el carácter civil de la sociedad”, lo que crea una competencia entre las
instituciones estatales y las transnacionales, “politización mediante la despolitización de los Estados”[5].
 
Si ya he mencionado la transnacionalización de la política y del Estado, como un cambio fundamental del
accionar político en el marco de la globalización o postmodernidad, no se puede dejar de lado otra
transformación igual de importante, o mejor mencionarla con nombre propio. El fin del Estado Nacional y
de la democracia en su más amplio sentido de diversidad, lo que algunos coinciden en señalar como el “la
muerte de la política”.
 
La política en un Estado descompuesto tiende a desaparecer. Se halla reducida a la defensa de los
“Derechos Humanos”, que son una reivindicación de la diferencia entre individuo más que de la comunidad
de las personas. Del actor político se pasó al espectador político. Hay mayor interés en la vida privada del
político que en sus políticas, que, por lo demás, brillan por su ausencia en las campañas. Además, de la
preocupación por la política de la sociedad o de la comunidad se dio el salto a la preocupación por lo que
Bauman llama “las políticas de vida”, es decir, las formas individuales de llevar la vida frente al consumo,
frente al endeudamiento, frente a cómo lucir, cómo aparecer, porque -como se ha visto- la estética ha
desbancado a la ética y a la política[6]
 
De esta manera, con la muerte de la política y el fin del Estado Nacional y de la democracia, anunciada por
sociólogos como Jean-Marie Guéhenno, la política nacional-estatal se queda sin cimientos y se produce una
reorganización del espacio político.
 
Marta Harnecker, socióloga chilena, sostiene que para que la acción política sea “eficaz” frente a los
desafíos que enfrenta con el advenimiento de nuevas sociedades desde finales del siglo XX y en el siglo XXI,
se necesitan instancias capaces de orientar y unificar los múltiples esfuerzos que espontáneamente surgen
como forma de resistencia y de promover otros[7].
 
La autora retoma la tesis de algunos movimientos de izquierda que proponen “emprender urgentemente
esta tarea” y ensayar nuevas formas organizativas que se ajusten a los nuevos tiempos. Tales nuevas
organizaciones políticas deberían articular prácticas de emancipación y crear proyectos políticos
incluyentes, que revivan la participación de la sociedad moderna en el accionar político.
 
En este sentido, Ulrich Beck, señala que los grandes grupos de perdedores del proceso globalizador carecen
de percepción política y han llegado a desconfiar de los planteamientos políticos de la derecha y de la
izquierda, puesto que en medio de la sensación de individualidad propia de la globalización, desconfían de
ambos bandos para no comprometer su futuro económico[8], ya que en ninguno de los lados se sientes
incluidos. Es por eso que Harnecker propone que en los nuevos planteamientos políticos de la izquierda en
América Latina, se debe recoger ideas del más diverso orden e incluir a sectores marginados políticamente
en el ejercicio del poder.

 Fuente: http://yovamo.over-blog.es/article-34417081.html

Conclusiones
El nuevo modelo de sociedad implantado por la dinámica de la globalización, es una sociedad que refleja su accionar político desde
las tendencias que han marcado la generalización no sólo política, sino cultural, económica y social. Es decir, la forma como
participamos en el proceso globalizador, se ve reflejada en esa apatía política, que no es más que esa falta de acciones reflexivas
sobre el mismo sistema.
Así pues, la individualidad en la que estamos inmersos por razones de consumo o de producción -ambas controladas por la
dinámica del capital global que marca las tendencia que se asimilan sin importar hacia dónde van y sin cuestionarlas- es el inicio de
una apatía sobre lo histórico, que impide tener referentes de los sucesos y anima a la instantaneidad.
Ahora, la supra-estatalidad generalizada, las limitaciones del poder local y el cambio del papel del Estado, desembocan en un
ambiente de bloqueo de conciencias que produce apatía política y en nuevas formas de la política estatal y transnacional. Un nuevo
dominio político que no está al interior de los Estados, que a veces es imperceptible, pero que influye directamente en la política
nacional.
De esta manera, entre las muchas transformaciones políticas traídas por la globalización y la postmodernidad, bien puede
destacarse la aparición de sociedades que ya no participa en las decisiones que antes partían de lo más pequeño del Estado. Las
decisiones ahora se toman de modo lineal y los intereses comunes dejaron de tener un lugar natural.
¿Es buena para el medio natural la globalización económica?
La idea básica de la globalización es, desde un punto de vista conceptual, bastante sencilla. Así, la
globalización puede definirse como un proceso económico consistente en una creciente integración de los
diferentes mercados nacionales de productos y factores en un único mercado mundial. Obviamente, este
tipo de definición implica un proceso a muy largo plazo del que en los últimos años (podría decirse las dos
últimas décadas) se han dado pasos importantes.

El interés por fomentar los procesos de globalización es bastante evidente. Así, la globalización conlleva la
eliminación de barreras al comercio (esto es, "desarmes arancelarios"), así como la reducción de los costes
asociados al comercio internacional, entre otras razones, por la sustitución de divisas locales por divisas
mas globales. Estos incrementos de los volúmenes de comercio internacional resultarán, al menos en
principio, muy ventajosos para el conjunto de la economía mundial y estas ventajas las disfrutarían tanto
los países desarrollados como los países en vías de desarrollo.

En definitiva, todos los países potenciarían al máximo sus ventajas "absolutas" y "comparativas" tal como
nos enseñaron Adam Smith y David Ricardo en los Siglos XVIII y XIX, respectivamente. En los últimos veinte
años la globalización o mundialización de la economía ha experimentado avances importantísimos. Estos
avances, se han traducido en fortísimos incrementos de los volúmenes de transacciones realizados entre
diferentes países.

Hasta aquí las ventajas teóricas de la globalización. En lo que queda del artículo, analizaré los problemas
asociados a los procesos de globalización. En primer lugar, el proceso de globalización puede conducir y de
hecho parece que está conduciendo a un fuerte incremento de los niveles de consumo, lo que algunos
autores han definido como hiperconsumo. Este hiperconsumo en sí mismo no es malo, pero puede
requerir del medio natural unas exigencias que tal vez superen la capacidad del mismo.
Muchas multinacionales deslocalizan sus plantas de fabricación y trasladan parte de la contaminación de
los países ricos a los países pobres.

Por otra parte, globalizar mercados implica globalizar las fuerzas que determinan la oferta y la demanda de
dichos mercados. Y ese tipo de globalización, en general no se está produciendo. Así, todos sabemos que
los costes de producción determinan la oferta y que dichos costes de producción distan mucho de
experimentar un proceso de globalización. Lo mismo podemos decir de los costes ambientales o de los
costes fiscales.

Y aquí llegamos a lo que, bajo mi punto de vista, es el nudo gordiano del problema. Igual que en el
organismo humano existe un colesterol bueno y un colesterol malo, en la economía internacional existe
una globalización buena y una globalización mala. La buena implica procesos lentos y complicados, que
requieren, entre otras cosas, una armonización de las políticas laborales, fiscales y ambientales a nivel
mundial. Este tipo de globalización, muy lejos de lo que se ha hecho en las dos últimas décadas, pienso que
mejoraría considerablemente el bienestar colectivo, reduciría las desigualdades entre países ricos y pobres
todo ello en un contexto de equilibrio con el medio natural.

La globalización mala es rápida y sencilla de realizar y no demanda ningún tipo de homogeneización. Este
tipo, que me temo es la que se viene haciendo no mejorar el bienestar colectivo, ahonda las diferencias
entre países ricos y pobres y deteriora considerablemente el medio natural. En efecto, a través de la
globalización mala se traslada el capital y la tecnología desde países con políticas laborales, fiscales y
ambientales rigurosas a países muy laxos en esos temas. De esa manera aumenta aún más el poder de los
estados ya poderosos y los beneficios de muchas empresas multinacionales, que entre otras cosas
deslocalizan sus plantas de fabricación y trasladan parte de la contaminación de los países ricos a los países
pobres.
Para aclarar las ideas anteriores voy a recurrir a un ejemplo sencillo, pero a la vez realista. Una empresa
multinacional tiene parte de sus plantas localizadas en un país industrializado con una legislación exigente
en temas ambientales, así como unos sindicatos fuertes. Así, en ese país se gravan determinadas emisiones
de CO2 con el objeto de poder cumplir con el Protocolo de Kioto. Pues bien, a la empresa multinacional le
interesa financieramente ir trasladando sus plantas industriales (capital y tecnología) a un país que como
China, por ser una economía emergente, se encuentra fuera de los compromisos de Kioto y las
reivindicaciones salariales son muy escasas. A través de este sencillo mecanismo de deslocalización, se
exporta contaminación a China y la multinacional en cuestión al reducir sus costes incrementa
considerablemente sus beneficios.

En conclusión, la pregunta clave tal vez no sea ¿globalizar o no globalizar?, sino ¿qué tipo de globalización
necesita la sociedad? Si seguimos por el camino emprendido me temo que la frase universal de Giuseppe
Tomasi di Lampedusa en su novela "El Gatopardo": Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo
cambie, mantiene toda su vigencia y la reflexión del aristócrata siciliano sigue representado un hondo
pensamiento sobre la condición humana. En efecto, es necesario cambiar todo el orden económico mundial
para que los países ricos y poderosos sigan siendo ricos y poderosos.

Fuente: http://www.soitu.es/soitu/2008/07/31/medioambiente/1217512788_744859.html

POR UNA GLOBALIZACIÓN SOCIAL QUE TENGA COMO EJE EL EMPLEO


/noticias.info/ UGT y CCOO consideran que es posible una globalización alternativa y diferente a la que
impera. Una globalización que, lejos de la tiranía de los mercados y de los buenos resultados contables de
las multinacionales, se base en el bienestar social y el respeto a los derechos humanos. Esta globalización
debe tener como eje el empleo. Se trata de evitar que impere el reinado de la economía sobre el individuo.

“La globalización y el empleo”, será una de las muchas reflexiones que se harán en el marco del Diálogo
“Las Culturas del Trabajo”, organizado por el Forum Barcelona, del 28 de junio al 1 de julio, y en el que
participarán los Secretarios Generales de ambos sindicatos. El impacto de la globalización en el empleo, a
escala mundial, es una de las materias que se analizarán en el Diálogo “Las Culturas del Trabajo”, uno de los
grandes debates del Forum Barcelona 2004.

La globalización, o creciente interrelación entre las economías y las sociedades, camina por un sendero
equivocado: impera la ley del más fuerte, la conquista de los mercados en busca del mayor beneficio, sin
ningún tipo de responsabilidad, las reglas desiguales de comercio internacional, la imposición de criterios
estrictamente financieros a los países con dificultades económicas para financiar su desarrollo económico.
Es el reinado de la economía sobre cualquier otra prioridad humana, el reinado de los resultados contables
de las multinacionales a costa de los derechos sociales y las seguridades conseguidas después de muchos
años de reivindicaciones y luchas por un mundo más justo.

La actual globalización no ha favorecido el mayor crecimiento de los países poco desarrollados, ni un mejor
bienestar para las poblaciones de todo el mundo, sino que ha agudizado los desequilibrios mundiales y las
desigualdades dentro de los países. La falta de trabajo y la precariedad ha condenado a millones de
trabajadores a situaciones de pobreza, en algunos casos extrema, como ocurre en los países del tercer
mundo. Así, la miseria y las situaciones de indignidad humana derivan en conflictos y en guerras, principales
causas de los crecientes movimientos migratorios de la población, que buscan zonas más estables donde
labrarse un futuro pero que, a la vez, si no están regulados adecuadamente, pueden provocar nuevas
tensiones en las zonas de acogida.

Por todo ello, es preciso combatir los efectos nocivos de la globalización fortaleciendo la conciencia y
solidaridad mundial y el movimiento sindical internacional se revela como un elemento idóneo para ello.
Hay que combatir la marginalidad de los más débiles, el yugo económico de los países en vías de desarrollo,
que los trabajos poco rentables y de bajos salarios se desplacen a estos países. Hay que evitar la
degradación laboral y humana. Es necesaria, además, una nueva regulación, a escala mundial, que supedite
la economía a las necesidades de los ciudadanos, que vele por los derechos humanos y sociales como
condición imprescindible para el desarrollo económico y social sostenible y que fomente el respeto entre
las diferentes culturas. Sólo así se logrará un mundo más justo.
PRD expulsa a senador por Zacatecas
CIUDAD DE MÉXICO (25/NOV/2010).- La dirigencia nacional del PRD notificó este jueves a su bancada en
el Senado que expulsó al senador Tomás Torres Mercado, por supuestamente hacer campaña en contra
del partido en Zacatecas.

Los senadores Antonio Mejía Haro y Claudia Corichi, hija de la ex gobernadora de Zacatecas, Amalia García,
lo acusan de ser el responsable de la derrota del PRD en Zacatecas, pues en las pasadas elecciones ganó el
priísta Miguel Alonso Reyes.

El senador Torres Mercado ofrecerá en unos minutos una rueda de prensa para aclarar cuál es su estatus, y
está en espera de que su partido le entregue el resolutivo de la decisión.

A sólo unas horas de que el gobierno actual de Zacatecas denunciara públicamente corrupción y desvío de
recursos públicos del gobierno perredista de Amalia García en la entidad, el partido decidió dar de baja a
Tomás Torres a petición de la hija de la ex gobernadora, Claudia Corichi.

Torres Mercado es considerado uno de los principales operadores de reformas del PRD en materia de
seguridad, pues ha trabajado junto con el priísta Jesús Murillo y el panista Alejandro González Alcocer.
Actualmente, revisa Mando Único, fuero militar, Justicia para adolescentes, robo de hidrocarburo y lavado
de dinero.

Fuente:http://www.informador.com.mx/mexico/2010/251648/6/prd-expulsa-a-senador-por-zacatecas.htm

¿Cuál es la realidad?: El sistema de partidos: estado de la cuestión


Los partidos políticos ocupan todo el espectro político en el panorama social actual. Esto puede parecer una
obviedad, ya que puede que lo primero que piense la gente es que ¿acaso no son los partidos políticos la
máxima expresión de la representación democrática que conocemos, al ser los receptores de nuestra mejor
herramienta como ciudadanos: el voto?. Todo parece indicar que es así, pero ello no significa que no
existan otras formas de verlo, ni mucho menos que sea la mejor…El papel del ciudadano

Si los partidos políticos, o en su defecto, sus dirigentes bien sea a nivel municipal, autonómico, nacional o
estatal, toman todas las decisiones ¿que papel le queda al ciudadano?

Los partidos

La casta política tiene como unidad fundamental el partido. El «átomo político» es el partido. O más bien la
«célula» del sistema partidocrático, y como célula, ha de alimentarse. La financiación de una campaña
electoral podría ser el motivo para que gente, ciudadanos de ideologías afines, se organizaran
conjuntamente en forma de partidos para economizar y optimizar gastos. En lugar de esto, en España la
financiación de los partidos corre a cargo del Estado. Un Estado al que accederán los propios partidos que
son financiados. Partidos que utilizarán esa financiación para, por supuesto, seguir en el poder, y tener, si
es posible, más financiación, para seguir aún más en el puesto. Y así sucesivamente. El partido se convierte
así, en una forma de acaparar poder, no de representación.

El partido es la razón fundamental, el objetivo político, y al mismo tiempo la fuente de todas las decisiones.
El objetivo de sus miembros o afiliados no es la representación democrática. Primero está el servir al
partido. Y el partido tiene como objetivo la supremacía política, de forma similar a como una empresa
cualquiera tiene un objetivo similar, en el ámbito económico(2)

Comparación entre un mercado económico y el político


Continuando con el símil mercantil, para una mejor ilustración de la ineficacia del actual sistema, se va a
comparar el funcionamiento del mercado (económico) con el político. En un sistema de mercado libre o
parcialmente intervenido, las empresas siguen como objetivo la satisfacción del consumidor (las tácticas
manipuladoras existentes en la propaganda, comunes también en el terreno político, se van a dejar a un
lado por ahora). Para ello, el consumidor o ciudadano tiene todo un abanico de posibilidades y productos a
elegir, así como donde y cuando realizar su compra. Si desea hacerlo.

Si este panorama fuera tal y como funciona el actual sistema representativo político en España, la situación
quedaría como sigue: el ciudadano o consumidor, no podría realizar sus compras cuando quisiera, solo cada
cierto tiempo establecido. Mientras tanto, la oferta no estaría en función de atender a las necesidades, sino
que toda ella estaría limitada a la decisión de una casta dirigente (de forma similar a lo que ocurría en la
URSS en todos los ámbitos). Pero no acaba aquí el panorama desolador. El consumidor no solo estaría
limitado a comprar los productos disponibles, sino que debería comprarlos en bloques, es decir, como si al
entrar a los supermercados no se pudiera acceder a la totalidad de los productos, sino que se tuviera que
elegir entre unas listas cerradas y bloqueadas de productos, en las que se supone hay un surtido de todo lo
que necesitamos, con ligeras diferencias entre ellos, pero que muy rara vez podrían ser de gusto de los
consumidores al no cubrir todos los posibles gustos y preferencias de estos, teniéndose que conformar con
la lista menos mala.

Fuente:http://enlacedigital.com.ar/i/%C2%BFcual-es-la-realidad-el-sistema-de-partidos-estado-de-la-
cuestion

Piden organizaciones sociales rescate de jóvenes en Ciudad Juárez


México.- Organizaciones sociales del Distrito Federal y del estado de Chihuahua advirtieron la necesidad de
generar programas sociales, así como de rescate de jóvenes en Ciudad Juárez, que son quienes se han visto
más en riesgo frente al crimen organizado.

En conferencia de prensa, los representantes de al menos 15 organizaciones resaltaron que la juventud al


no encontrar oportunidades de estudio y de empleo son estigmatizados.

En su intervención, Nashiely Ramírez, de la organización Ririki Intervención Social, afirmó que a los jóvenes
se les orilla a pertenecer a los grupos del crimen organizado.

Destacó que ante el clima de violencia y de lucha entre las bandas criminales, y la falta de apoyo de las
instituciones oficiales, la juventud piensa que no tienen otra opción que sumarse a los grupos criminales
para armarse y defender su vida.

También dijo que prácticamente en todas las ciudades fronterizas del norte del país se vive 'una catástrofe
humana', pues las autoridades no atienden los llamados de auxilio de la gente y sólo acuden hasta que los
hechos ya ocurrieron.

Las organizaciones sociales sumaron sus voces luego de que este fin de semana grupos armados se
asesinaron en una fiesta en Ciudad Juárez a 14 jóvenes y a otros 13 en un Centro de Rehabilitación de
adictos, en Tijuana.

La presidenta de la Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (Incide Social), Clara Jusidman, expuso que se
requiere la conformación de un cuerpo de profesionales que brinden ayuda a las víctimas de delitos,
porque el gobierno no da una suficiente respuesta a esta situación de violencia.

Los representantes de organizaciones como Cauce Ciudadano; Red de Cultura de Paz; Infancia Común; El
Barzón; Instituto de Acción Ciudadana para la Justicia y la Democracia, entre otras, subrayaron la necesidad
de que la Organización de las Naciones Unidas envíe una Misión de observación, así como la UNICEF, entre
otras.

Pidieron a organismos internacionales su presencia en Ciudad Juárez y en otras ciudades fronterizas, a fin
de que conozcan la realidad de la violencia, que mina la actividad económica y social.

Señalaron que hasta ahora son 139 los menores de edad que han muerto a manos de los criminales, por
estar en el fuego cruzado o por ataques directos, en la actual administración sólo en Ciudad Juárez.

Explicaron que a escala nacional se podría pensar que son unos mil 200 los menores fallecidos en la lucha
contra el narcotráfico, situación que debe frenarse, pues los jóvenes y niños, son quienes resultan más
vulnerables ante esta situación de violencia.

Fuente:
http://www.terra.com.mx/noticias/articulo/983025/Piden+organizaciones+sociales+rescate+de+jovenes+e
n+Ciudad+Juarez.htm

Siete ONG del ámbito político son financiadas por USAID


La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) brinda
fondos para el trabajo de siete organizaciones no gubernamentales (ONG) dedicadas a labores en el ámbito
político, apoyo a la democracia y la justicia, según informes de la entidad estadounidense publicados en su
página en internet www.bolivia.usaid.gov.

Estas ONG, que trabajan con la agencia norteamericana en desarrollo político democrático son: Chemonics
International, Ciudadanía, National Democratic Institute (NDI), International Republican Institute (IRI),
Compañeros de las Américas, Pan American Development Foundation y Checchi and Company Consulting.

USAID, en 2007, destinó 89,1 millones de dólares para las tareas de cooperación en Bolivia. Sólo el año
pasado la entidad estadounidense gastó 27 millones de dólares para el apoyo a 41 proyectos, entre los
realizados por organismos vinculados al ámbito político y los de otras 52 ONG, dedicados a proyectos en
salud, medio ambiente y desarrollo económico. El resto de la ayuda estadounidense, unos 62,1 millones, se
dispuso para el área de seguridad y lucha contra el narcotráfico.

La agencia norteamericana tiene 41 proyectos en el país, que abarcan las áreas de democracia, crecimiento
económico, medio ambiente, salud, desarrollo integral y seguridad alimentaria. En estos proyectos trabajan
59 organismos, entre nacionales e internacionales.

La administración del presidente Evo Morales denunció la labor de esta agencia de cooperación en Bolivia,
en particular su relación con organizaciones que realizan tareas en asuntos políticos internos, acusándola
de estar promoviendo la inestabilidad política y del Gobierno nacional.

La Prensa solicitó la explicación oficial de USAID, de la Embajada de Estados Unidos en Bolivia y de las ONG
que trabajan con estas instancias estadounidenses. Sin embargo, en cuatro días de insistencia no obtuvo
resultados.
En general, los proyectos de la agencia estadounidense en el área de democracia y procesos electorales
trabajaron en la promoción de la participación de la ciudadanía en los procesos electorales desde 2005
hasta 2006.

Incluso, el programa de Apoyo a Procesos Electorales abrirá una segunda fase en los próximos meses,
cuando se efectúen los referendos nacionales por la nueva Constitución Política del Estado (CPE) y las
consultas por los estatutos autonómicos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando.

Fuente: http://boliviademocratica.net/prensa.php?idArticle=136496

Derechos Humanos
Los Derechos Humanos, aunque se declaren universales, no son operativos ni sirven para mucho si no se
concretan en el ámbito de la vida de todos los hombres, en la vida de los individuos y de los pueblos del
mundo. Tienen que encarnarse en la realidad de la vida diaria, en el plano económico y en los ámbitos
sociopolíticos. Si la política tiene una relación con la economía, o viceversa, es indudable que la política
puede ser un cauce de defensa de los Derechos Humanos. Es muy importante que los Derechos Humanos
se encarnen, se concreten y tomen vida en el ámbito económico, ya que hay tantas personas cuyos
derechos son conculcados por razones económicas, que la injusticia económica se convierte en una de las
principales causas de la eliminación de estos derechos en grandes masas de población. Pero no sólo lo
económico cuenta en la defensa estos derechos. Hay que analizar otros ámbitos sociopolíticos.

Hay que analizar, por tanto, si las diferentes políticas tienen relación con la tortura en sus diferentes
modalidades, sea tortura a base de corrientes eléctricas, uso de porras, lesiones, cicatrices, mutilaciones o
la tortura psicológica. Hay que pensar si la política tiene que ver con la pena de muerte -muchas veces
practicada después de eliminar la dignidad de la persona-, con las guerras desiguales e injustas que más
bien son masacres, con los interrogatorios que llevan al hombre al límite de su equilibrio mental, las
detenciones y encarcelamientos indignos e inhumanos, los tétricos corredores de la muerte, los juicios sin
garantías, los abusos físicos y psicológicos, las ejecuciones… Si la política tiene que ver algo con todo esto,
merece la pena hablar de Fe y Derechos Humanos en esta serie de La Fe y la Política.

Muchos ven la defensa de los Derechos Humanos algo que corresponde a las vías políticas o diplomáticas,
ven la defensa de estos derechos como algo que pertenece a las relaciones políticas internacionales. Sin
embargo, los Derechos Humanos no han sido algo otorgado por el poder político y no nacen de la
actividad política, sino que son algo que dimana del hecho de ser persona. Los cristianos diríamos que los
Derechos Humanos nacen del hecho de que el hombre es un ser creado a imagen y semejanza de su
Creador, de Dios mismo.

Por tanto, aquí nos encontramos, una vez más, con una interrelación entre la defensa de la projimidad que
nace del ámbito de una fe comprometida y que actúa a través del amor, y los ámbitos políticos desde
donde se pueden ejercer influencias internacionales para la salvaguarda de los Derechos Humanos y la
eliminación de las torturas tanto físicas como psicológicas. Los Derechos Humanos no son ajenos ni a los
políticos ni a los cristianos.

Por tanto, es cierto que desde la actividad política se pueden poner medios y ejercer influencias para que
estos Derechos Humanos se cumplan. Pero no es la política la única instancia que debe defender estos
derechos, aunque ella sea la que tenga las mayores posibilidades de influencias y de medios, sino que la
defensa de estos derechos corresponde también al cristianismo, al concepto de projimidad que también en
este área nos presenta un prójimo colectivo despojado de sus derechos, que se acerca al concepto de
projimidad política de la que hemos hablado.

Una vez más, la política y la fe en acción se encuentran en lo que debe ser la defensa de esta parcela de
los Derechos Humanos. Si nuestra coherencia con la fe y la espiritualidad cristiana nos dice que debemos
de defender esos derecho que dimanan del hecho de ser el hombre una criatura creada a imagen y
semejanza de Dios, se ve también la posibilidad de poder usar vías políticas para la defensa de estos
intereses. Y, aunque alguien diga que él defiende los Derechos Humanos desde su compromiso de fe y que
no quiere saber nada de la política, en el fondo su compromiso es también político aunque lo haga fuera de
la disciplina de los partidos.

Fuente: http://www.protestantedigital.com/new/deparenpar.php?1346

Fe y Derechos Humanos
Al ver como la fe, que actúa por el amor, y la política pueden coincidir en tantas cosas importantes para
la defensa del Evangelio y la vivencia de la espiritualidad cristiana, los cristianos nos damos cuenta de
que no hemos de dar la espalda a la realidad política y que, en muchos casos, querámoslo o no, las vías
políticas pueden ser un instrumento por el que deban circular los valores del Reino dignificando a las
personas y redimiendo al mundo de los demonios de las violencias que cometen unos hombres contra
otros.
Es la dimensión pública de la fe en defensa del prójimo, es la projimidad política, es la dimensión
sociopolítica de la fe, una fe encarnada en la realidad histórica. Si los cristianos quieren ejercer su deber de
projimidad ante un prójimo que se nos configura como colectivo y público, si queremos influir en derechos
de alimentación, vivienda, eliminación de las violencias y torturas, dedicar los fondos suficientes para
programas de integración de los excluidos del sistema, influir en la estructuración de la educación y el ocio
para que se elimine la marginación de tantos niños y jóvenes, si queremos que las personas ejerzan su
libertad -pensemos en que las leyes del mercado son demasiado duras y dejan tiradas a demasiadas
personas, y en que los mecanismos de producción están controlados y los pobres carecen de libertad de
consumo-, si queremos que esta libertad se ejerza sin que llegue a ser también algo formal que no se
concreta en la realidad de muchas personas, debemos de ejercer la dimensión sociopolítica de la fe, la
projimidad política. No hemos de rechazar el que cristianos se comprometan en el uso de las vías políticas,
como una posibilidad más, para conseguir cumplir sus deberes de projimidad. Desde estas perspectivas es
imposible dar la espalda a la realidad sociopolítica dentro de la cual también debemos de ser sal y luz.

Sería una irresponsabilidad que la sociedad laica y de espaldas a los valores del Reino fuera la única que
reaccionara ante la violación de los Derechos Humanos, elevando su voz a favor de las víctimas de este
mundo, mientras que los cristianos permanecen callados ante el grito del prójimo sufriente. La voz
profética de denuncia se habría callado y, al igual que los Derechos Humanos se pueden considerar, en
muchos ámbitos, unos derechos formales que no se encarnan en la realidad, la vivencia de la espiritualidad
cristiana se quedaría también en el plano de la realidad meramente formal, no comprometida ni encarnada
en el mundo. Sería la vivencia de la fe pasiva o muerta.

Es verdad que Dios puede levantar voces de defensa de los Derechos Humanos entre políticos o
humanistas no creyentes, es verdad que Dios puede hacer que, si los cristianos callan, sea la sociedad
laica y atea la que defienda los derechos de los sufrientes del mundo. Dios ya dio a entender que si la voz
de los cristianos se callara, pudieran ser las piedras las que tuvieran que hablar, pero algún día Dios
demandaría responsabilidad a los llamados cristianos, cristianos formales, que nunca se han comprometido
con el prójimo en la defensa de los Derechos Humanos, en la defensa de la projimidad que nos enseñó
Jesús.

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