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Lloret de Mar, 16 de Octubre del 2.002.

(c) 2.002

Versión 1.0 - Windows 95 / 98 / ME / 2000 / XP - 01 de Mayo del 2.002.

INTRODUCCIÓN

Tomamos el papel de Kate Walker, una abogada que trabaja para el bufete de
Marson y Lormont en New York. Seguimos viviendo en casa de nuestra madre y
tenemos un novio de nombre Dan que no nos acaba de hacer el peso. Nuestra
amiga en la oficina es Olivia, a la que le contamos todas nuestras preocupaciones.
Entre estas tres personas y nuestro jefe tendremos muchas conversaciones por
nuestro móvil. Nuestro jefe directo, el Sr. Edouard Marson, nos encarga ir a la
localidad de Valadilène, en los alpes franceses, para conseguir la firma de venta de
la fábrica Voralberg de su propietaria y directora, la Sra. Anna Voralberg, que ya
está de acuerdo.

Es un asunto delicado y que debe hacerse a la mayor brevedad posible puesto que
tenemos un cliente, la Universal Toy´s Company, que está muy interesada en
comprar la fábrica y son ellos los que nos han solicitado que tramitemos todo el
papeleo. Evidentemente esto reportará muchos beneficios para nuestro bufete. Y en
un miércoles, 17 de Abril del 2.002, llegamos a Valadilène, la ex-capital mundial del
juguete autómata.
EL PUEBLO DE VALADILÈNE, ALPES FRANCESES

*** EL ALBERGUE.

Lo primero que presenciamos al llegar a éste bello paraje es un entierro. Toda una
comitiva de autómatas que llevan el coche fúnebre con el ataúd hasta su última
morada. Aparecemos en el albergue del pueblo. Al fondo de donde estamos, de la
estantería, cogemos un folleto del pueblo. Si ahora apretamos el botón derecho del
ratón descubriremos que pasamos al inventario y que además de tener nuestro
teléfono móvil activado, también tenemos un bloc de notas que usaremos para
hacer las preguntas y una sección aparte donde guardaremos todos los documentos
y papeles y que podremos repasar y releer todas las veces que queramos.
Evidentemente, el folleto ("desplegable promocional") lo leemos todo antes de
guardarlo, cosa que deberemos hacer siempre con todos los documentos de
lectura.

Examinamos el mostrador de la recepción y cogemos una llave con la que damos


cuerda al muñeco que toca el timbre. (Hay que probarlo varias veces por la
dificultad de acertar el lugar y usarlo en la parte superior de su espalda).
Apretamos el botón rojo y aparece el recepcionista con el que hablamos sobre
"Kate" y nos da habitación número 6, en el piso superior. Antes de subir vamos a la
izquierda y al fondo hablamos con Momo, que nos deja ver su dibujo. Regresamos
a la entrada e intentamos coger nuestra maleta pero pesa mucho. Volvemos a
hablar con el recepcionista sobre "Ayuda" y éste hecha a Momo. Una vez en nuestra
habitación leemos el fax de la mesa del fondo y anotamos el número 12458902 que
es el de nuestro jefe.

Marcamos el número en nuestro


teléfono móvil y le damos al "send"
(enviar). Hablamos con el Sr. Marson y
le explicamos como está todo: el
entierro que vimos era en el Anna
Voralberg y ahora debemos averiguar
si tiene algún heredero. Bajamos a la
recepción y hablamos con el
recepcionista de todo. Nos dará un fax
que leemos y guardamos. Volvemos
junto a la mesa donde estaba Momo y
la examinamos. Miramos el dibujos
escrito sobre ella y cogemos las dos
ruedas dentadas. Del suelo, a la derecha de la chimenea cogemos dos ruedas más.
Salimos de la posada. Una vez en la calle vamos adelante y luego todo a la
izquierda. Calle abajo e izquierda. Hablamos con el panadero. Seguimos a la
izquierda dos veces y cogemos el periódico de encima de un banco, que leemos
antes de guardarlo.

*** LA NOTARÍA.

Aquí mismo subimos las escaleras de la casa central y quedamos frente a un


autómata. Pulsamos la palanca de su pecho y ponemos el Fax 2 en su mano.
Movemos la palanca de la derecha y ya podemos entrar en la Notaría. Vamos
adelante hacia abajo a la derecha y entramos por la puerta al despacho del notario.
Hablamos con él y nos sentamos en la silla izquierda. Le hablamos de todo y nos
informa sobre la existencia de un heredero, el hermano de Anna, Hans, que aún
puede estar vivo en algún lugar de Siberia. Nos da el documento en el que pone
todo esto. (Le debemos hablar hasta que diga que quiere descansar. En las
conversaciones se habla de todo con la gente usando las palabras de arriba a
abajo, por este orden). Salimos del despacho, vamos hasta la puerta de salida y, de
la percha de su derecha, cogemos una llave telescópica. Salimos de aquí.

*** EL CEMENTERIO.

En la calle seguimos todo a la derecha hasta no poder avanzar más y entramos por
la reja del fondo al cementerio. (Antes de pasar el puente Dan, nuestro novio, nos
llama). Una vez dentro nos llama nuestro jefe. Frente a las escaleras vamos a la
derecha y vemos un ascensor. Examinamos el panel de la derecha y colocamos las
cuatro ruedas dentadas según el dibujo que hemos visto grabado en la mesa. De
todas formas hay dos posibles maneras de colocarlas y la segunda también
funciona perfectamente. Podemos colocar la segunda rueda dentada más pequeña
a la izquierda, la segunda más grande en la posición superior de la derecha, la
mayor en la posición central de la derecha y la más pequeña en la posición inferior
de la derecha, o hacer un cambio y poner la mayor en la posición superior de la
derecha, la segunda más grande debajo y las otras dos en el mismo lugar que
antes.

Le damos a la palanca de al lado y subimos al campanario de la Iglesia.


Examinamos el autómata gigante, por detrás suyo, y vemos que le falta algo para
que funcione. Volvemos a bajar y vamos al fondo por la derecha para entrar por la
nueva puerta a la sacristía. Examinamos el crucifijo detrás del altar, lo movemos y
cogemos la llave que hay escondida en el agujero posterior. Examinamos la
cómoda a la izquierda del altar y usamos la llave en su cerradura (arriba a la
derecha). Del primer cajón cogemos una tarjeta perforada roja, del segundo una
malva, del cuarto una verde y del quinto una azul. (Numeración según abrimos los
cajones de arriba a abajo). Del tercer cajón, moviendo primero la manivela de la
derecha, que revela un doble fondo, cogemos una "llave Voralberg" y un
documento que nos explica la muerte fingida de Hans.

Salimos y volvemos a entrar en el ascensor. En el campanario volvemos a examinar


el autómata y colocamos en su espalda la tarjeta perforada de color malva.
Bajamos y vamos siempre a la izquierda hasta llegar al panteón. Colocamos la
"llave Voralberg" en el sombrero de la estatua y entramos. Al fondo de todo
abrimos el nicho de Hans y vemos que no hay ningún cuerpo. De todas formas
cogemos un "cilindro Valadilène" y un trozo de periódico de la "Gacete" del pueblo.
Salimos del cementerio.

*** LA FÁBRICA.

Volvemos al pueblo y pasado el puente hablamos con un lugareño. Seguimos a


la izquierda y pasado nuestro albergue miramos la puerta de la derecha de la
pantalla donde vemos a un autómata en la puerta. Le damos cuerda moviendo la
llave que tiene, usamos la llave telescópica en el autómata superior y tiramos de la
palanca. Vamos todo al fondo y cogemos el camino de la izquierda. Atravesamos el
túnel (pasarela) y entramos en el edificio de la fábrica. Subimos las escaleras de la
izquierda y entramos por la primera puerta a la derecha al despacho de Anna.
Examinamos la mesa despacho de donde leemos una carta y los planos de una
locomotora. Examinamos el mueble central del despacho y movemos el segundo
libro de la derecha. La parte inferior se mueve y oímos una melodía, así como
conseguimos un "cilindro Valadilène".

Ponemos el "cilindro Valadilène" en la caja de música y miramos la animación. Una


vez acabada cogemos la base superior de la caja de música con los dos muñecos de
Hans y Anna y salimos del despacho y de la fábrica. Otra vez en el cruce de la
fuente vamos ahora por el camino superior izquierdo. Una vez en el edificio de las
vigas le damos a la palanca central, regresamos a la fábrica y vamos dos veces a la
izquierda. Nos llama nuestra madre y al acabar usamos el robot carretilla.
Entramos por la puerta de detrás, bajamos el autómata central colgado usando la
polea de detrás y hablamos con él. Es Óscar (modelo XZ2000), el conductor de la
locomotora, pero está inacabado. Le hablamos de todo y nos da una tarjeta
perforada.

Vamos todo a la derecha y cuando vemos la cadena de montaje vamos todo al


fondo y hacia arriba. Entramos por la puerta, pasamos al otro lado del mecanismo y
tiramos de la cadena y luego de la palanca de la izquierda. Salimos y volvemos a
subir las escaleras al despacho y luego las siguientes de la izquierda. Una vez
frente a la consola usamos la tarjeta de Óscar en la ranura. Luego apretamos el
mando izquierdo hasta conseguir el color amarillo. Pulsamos la primera palanca
inferior de la derecha y, por último, el mando derecho. Bajamos y frente a la
cadena de producción vamos a la derecha y al final recogemos los pies.
Regresamos junto a Óscar y le ponemos los pies. Salimos de la fábrica. En el cruce
de la fuente vamos por el camino de abajo de la derecha y seguimos frente a la
escalinata. Aquí vamos al fondo y siempre a la derecha hasta quedar frente a un
laberinto de hierba. Entramos en él y hablamos con la jardinera en funciones.
Entramos por la puerta de la izquierda, adelante y por la primera puerta ya abierta.
Examinamos la fuente y cogemos la "llave Voralberg". Salimos del laberinto y
quedamos frente a un autómata escalera. Usamos la llave en él y subimos por la
escalera para entrar en un ático (buhardilla). Vamos a la derecha y examinamos el
pupitre de donde cogemos un frasco de tinta y el diario de Anna, que leemos.

Vamos al otro lado y hacia la parte superior y encendemos la bombilla. Aparece


Momo que nos pide que le dibujemos un mamut. Hablamos con él de todo y nos da
papel y lápiz. Regresamos a la zona donde encendimos la bombilla y usamos el
papel y lápiz en la madera donde está dibujado un mamut y así lo calcamos. Le
damos el dibujo a Momo. Salimos de aquí y de todo el complejo de la fábrica
siguiendo siempre a Momo. (Aunque lo perdamos nos esperará). Otra vez en el
pueblo seguimos detrás de Momo y lo atravesamos siempre yendo a la izquierda.
Entramos por la verja, pasamos el puente y subimos las dos escalinatas.

*** EL BOSQUE.

Seguimos siempre a la derecha y hacia


arriba hasta llegar a una barca. Derecha
y aquí Momo nos espera, con lo que le
hablamos de todo. Subimos las
siguientes escalinatas e intentamos
mover la presa. Pedimos "Ayuda" a
Momo pero la madera se rompe. La
cogemos ("palanca rota"). Retrocedemos
hasta la barca y usamos la palanca rota
para coger el remo. Volvemos a hablar
con Momo y le pedimos otra vez
"Ayuda". Retrocedemos hasta la barca y
Momo nos consigue el remo. Por tercera
vez pedimos "Ayuda" a Momo y así nos abre la presa. Retrocedemos dos pantallas
y seguimos el camino hacia arriba. Atravesamos el río, ahora seco, y vamos al
fondo, entrando en una cueva. Seguimos a la izquierda y cogemos el muñeco del
mamut del suelo. Regresamos al pueblo y al atravesar el riachuelo seco nos llama
Olivia.

*** LA FÁBRICA.

Volvemos a entrar en la fábrica. En el cruce de la fuente cogemos el camino


superior de la derecha para llegar a una estación de tren. Una vez dentro vamos
todo al fondo, subimos a la locomotora y pasamos la puerta. Aquí hablamos con
Óscar que nos pide un billete. Salimos de la locomotora y vamos a la taquilla donde
hablamos con el taquillero (que es Óscar de nuevo). Nos da un billete para...
"irnos" y una autorización notarial.

*** LA NOTARIA.

Regresamos a la notaria, a la antesala del despacho del notario. Examinamos lo


que parecen dos muñecos encima de la mesa. Abrimos el sombrero del muñeco y
ponemos aquí nuestra tinta. Colocamos la autorización de la salida del tren sobre la
carpeta y apretamos el botón rojo. Cogemos la autorización y regresamos al anden
del tren.
*** LA FÁBRICA.

Subimos al tren y le damos la autorización y el billete a Óscar, pero aún no hemos


cumplido con los requisitos de salida del tren. Vamos adelante y al fondo. Sobre la
especie de pedestal colocamos la parte superior de la caja de música (las figuras de
Anna y Hans). En el pie de la derecha ponemos el mamut. Examinamos la
estantería del fondo a la izquierda y colocamos el "cilindro Valadilène" arriba a la
derecha. Salimos del vagón y ahora bajamos por las escaleras de la derecha.
Vamos hacia abajo de la pantalla, giramos la manivela, tiramos de la palanca y
volvemos a girar la manivela. Volvemos a entrar en el tren y le damos el billete a
Óscar. El tren, por fin, se pone en marcha y no parará hasta la siguiente estación.

LA CIUDAD UNIVERSITARIA DE BARROCKSTADT

*** LA ESTACIÓN.

Al pararse el tren vamos hasta Óscar que nos habla y luego le hablamos nosotros
de todo. Salimos, bajamos por la izquierda y vamos todo a la izquierda (subimos y
bajamos más escaleras) hasta el encargado (el jefe de estación) con el que
hablamos. Aquí, en el suelo, también cogemos un gancho. Regresamos al tren y
seguimos por el otro lado hasta el final donde vemos otra máquina de dar cuerda al
tren. Volvemos al vagón, junto a Óscar y le hablamos para saber que los rectores
de la Universidad quieren vernos. Volvemos a salir y vamos hasta la intersección de
las cuatro escaleras cogiendo la de la derecha y saliendo de la estación.

*** LA UNIVERSIDAD.

Todo a la derecha entramos en la


Universidad, pero antes hablamos con
el tipo de la puerta. Una vez dentro
vamos a la derecha, izquierda dos
veces y entramos por la puerta
frontal, donde están los rectores, con
los que hablamos de todo. Salimos de
la Universidad y nos llama el Sr.
Marson. Una vez fuera, bajamos las
escalinatas.

*** EL MUELLE.

Vamos hacia abajo de la pantalla y bajamos las nuevas escalinatas llegando a un


pequeño embarcadero. Hablamos con el matrimonio marinero. Nos ayudarán a
cambio de 100 $.

*** LA UNIVERSIDAD.

Regresamos junto a los rectores a los que hablamos para pedirles dinero. Nos lo
darán si reparamos el kiosco. Salimos de aquí y vamos al otro lado del pasillo
donde hablamos con el paleontólogo, Cornelius Pons. Con esto podemos entrar en
su laboratorio. Examinamos el armario superior izquierdo y cogemos un "cilindro
Barrockstadt". Vamos al fondo de la pantalla y de la punta de la primera mesa
cogemos las "pinzas de la probeta". Salimos y vamos otra vez al otro lado de la
Universidad, entrando en la puerta anterior al aula de los rectores y que es la
biblioteca. Sobre la primera mesa cogemos el libro de Amerzone, que leemos.
Salimos por la otra escalera y damos la vuelta (o sencillamente vamos a la
derecha) hasta ver una escalera. Subimos por ella y cogemos el libro que está boca
abajo, un diccionario de plantas y champiñones que leemos. Salimos de la
Universidad.

*** LA ESTACIÓN.

Vamos hasta el jefe de estación y le hablamos de "Sauvignon". A la salida de la


estación le volvemos a hablar de lo mismo.

*** LA UNIVERSIDAD.

Hablamos con los rectores de "Sauvignon" y luego de lo mismo con Pons. De nuevo
hablamos con los rectores de la misma palabra.

*** LA ESTACIÓN.

Volvemos a hablar con el jefe de estación, que sigue en la entrada, de la


misma palabra y así nos abre la puerta del jardín. Vamos siempre a la
izquierda y llegamos al jardín. Entramos en él y vamos al fondo hasta los árboles.
De los matorrales centrales cogemos las "bayas de Sauvignon". Volvemos al tren,
pasamos al otro lado y subimos por la escalera que vemos, después de darles las
bayas a los pájaros. Arriba del todo usamos las pinzas en los huevos para coger el
anaranjado ("huevo de cuclillo"). Bajamos y regresamos a la salida y antes de salir
el jefe de estación nos da una botella de vino.

*** PLAZA DE LA UNIVERSIDAD.

En la gran plaza frente a la Universidad vamos hasta la puerta del kiosco y luego
nos colocamos frente a la tercera puerta por la izquierda. Usamos el huevo en el
brazo de la balanza y movemos la rueda. Entramos y bajamos la escalera y, aquí
abajo, movemos la palanca.

*** LA UNIVERSIDAD.

Entramos en la Universidad y vamos a ver a los rectores. Les hablamos de dinero y


nos lo dan.

*** EL MUELLE.

Vamos al ver al barquero y le damos los 100$. El hombre nos tira la llave de la
esclusa que cogemos del suelo.

*** LA ESTACIÓN.

Vamos recto entrando en la estación cuando nos llama nuestra madre. Seguimos
siempre rectos y llegamos a una consola de mando. Leemos los carteles y luego la
examinamos. Ponemos la llave en la ranura sola. Salimos de la pantalla de la
consola y llamamos al 27666742 que hemos visto en el cartel de la derecha.
Seguimos sus instrucciones: #42*. Como que no hay ningún técnico disponible
entramos en la consola y apretamos la teclas #42* y el agua baja.

*** EL MUELLE.

Vamos a hablar con el barquero sobre "esclusas".


*** LA ESTACIÓN.

Regresamos a la consola y tecleamos: #41*. Regresamos al tren pero seguimos


hacia abajo hasta la barcaza. Hablamos con el barquero de "Ayuda" y nos tira una
cadena. En su extremo ponemos el gancho y así lo sujetamos al tren. Vamos
adelante y siempre a la izquierda y llegamos al tren. Pons nos llama diciendo que
ya empieza su seminario.

*** LA UNIVERSIDAD.

Regresamos a la Universidad y entramos en el laboratorio de Pons donde, al fondo


del todo, cogemos una botella de "polvo de Yangala-Cola". Regresamos al hall, nos
acercamos al mamut central y desde aquí subimos las escaleras traseras. Vamos al
fondo y aparecemos en la aula del seminario de Pons. Después de su charla
regresamos a su laboratorio, vamos hacia él y cogemos los documentos de encima
de su mesa, que leemos ("clase de paleontología"). Del mismo sitio también
cogemos el muñeco mamut. Le hablamos de todo y nos vamos. (Aquí no hace falta
hablarle si queréis porque no dice nada nuevo).

*** LA ESTACIÓN.

Regresamos al tren y subimos para bajar por el otro lado. Movemos la rueda y
la palanca. Nos llama Dan. Entramos en el tren, ponemos le mamut en su
lugar y el "cilindro Barrockstadt" en la caja de música (parte inferior del pedestal).
Después de las explicaciones colocamos el otro cilindro y así ya tenemos tres
guardados en el armario del fondo a la izquierda. Hablamos con Óscar y el tren se
pone en marcha, pero al cabo de poco se detiene.

*** LA TAQUILLA.

Salimos del tren y vamos hacia la taquilla, donde está Óscar. (La taquilla está
bajando por el lado derecho del tren). Le hablamos y resulta que nos hace falta una
autorización de paso para salir por la muralla (un visado). Le hablamos de todo.
Pasamos por detrás de la taquilla y entramos por la puerta del fondo de la muralla.
Subimos las escaleras metálicas. En el tejado nos llama nuestra colega del trabajo.
Pasamos el camino entre las murallas y entramos en la oficina del Capitán
Malatesta. Le hablamos de todo lo posible. Miramos por el telescopio y lo
enfocamos dándole dos veces al botón rojo de la derecha.

Volvemos a hablar con Malatesta de "Misión". Examinamos la mesa. En el primera


copa usamos la botella de polvos y luego la de vino. Al salir de ésta pantalla le
damos el vino drogado y después de hablar nos da el "documento aduanero".
Regresamos junto a Óscar y le damos el visado. Él nos da un billete. Entramos en
el tren y partimos después de darle el billete a Óscar, que ya nos espera dentro

LA VIEJA FUNDICIÓN COMUNISTA DE KOMKOLZGRAD

*** LA ESTACIÓN.

Salimos del tren por la derecha y vamos hacia el gigante del fondo cuando nos
llama Óscar y nos habla: se ha acabado la cuerda del tren. Le hablamos de
todo y seguimos hasta la estatua gigante. Subimos por la escalerilla de su pie
entrando en el camarote de control. Examinamos el armario superior y cogemos un
"cilindro Komkolzgrad", un plano del robot ("plano de Hans") y una manivela.
Examinamos la consola y usamos la manivela en la ranura pulsando hacia arriba
dos veces con lo cual el robot gigante llega hasta la locomotora. Pulsamos el botón
rojo y así damos cuerda a la locomotora. Pulsamos la palanca dos veces hacia atrás
para que el robot retroceda a su posición inicial.

Volvemos junto a Óscar que ahora está dentro del tren, en nuestro dormitorio, y lo
encontramos atado y sin manos. ¡Se las han robado!. Lo desatamos y le hablamos.
Cogemos las tenazas del suelo ("tijeras para metal), pasamos a la habitación
anterior y usamos el nuevo cilindro en el poste central de la caja de música para
averiguar más cosas. Regresamos al camarote del gigante metálico y tiramos una
vez la palanca hacia adelante. Salimos fuera y saltamos a la plataforma de
enfrente.

*** LA FUNDICIÓN.

Miramos por la ventana y usamos las tenazas en la plancha con lo que la cortamos
y podemos entrar por el agujero. pasamos al otro lado del almacén y cogemos una
"bujía autómata" del centro de la estantería. Miramos por la ventana del fondo.
Salimos por donde hemos entrado.

*** LA ESTACIÓN.

Saltamos al gigante y lo hacemos retroceder una vez desde la consola. Bajamos.


Vamos al otro lado de la estación y movemos la palanca. Entramos en el
montacargas y bajamos a la mina.

*** LA MINA.

Dan nos llama pero no le escuchamos muy bien porque hay muchas interferencias.
Examinamos el generador, usamos la bujía en la parte superior y le damos a la
palanca de delante: ya tenemos luz. Al otro extremo del túnel entramos en otro
ascensor y subimos un piso para volver a la fundición.

*** LA FUNDICIÓN.

Derecha y subimos la escalera. Examinamos el robot del órgano y vemos que tiene
las manos de Óscar. Cogemos el destornillador. Volvemos junto la ascensor y
examinamos la compuerta de la izquierda, que está cerrada. Usamos la consola de
la izquierda de la compuerta y la abrimos para así tener un acceso directo que nos
lleve a la estación. Seguimos adelante y luego todo a la izquierda. Aquí hay una
placa en medio de unos tubos (tres) cogidos, y aquí usamos el destornillador,
mirando la placa y sacando los cuatro tornillos que la sujetan. Subimos arriba, ya
que es una escalera, y entramos por la puerta de la izquierda al cubil del ladrón de
manos.

Le hablamos de todo. es Sergueï Borodine, el director de la ciudad industrial.


Helena Romanski es su ídolo y nos devolverá las manos de Óscar cuando se la
traigamos, esté donde esté. Salimos, bajamos las escaleras y entramos en el
ascensor del fondo que acaba de bajar. Al fondo examinamos el cajón y leemos un
diario de Helena y una carta a Helena, guardándolo todo. Usamos nuestro móvil.
Con las flechas buscamos el número de nuestra madre y con el "send" la llamamos.
Averiguamos que Helena estaba hace tiempo el Aralbad, una estación termal, a la
que fue hace quince años. Vamos a ver a Sergueï (al subir la escalera nos llama
Dan) y le hablamos sobre "Aralbad" y sobre la "Misión". Salimos y entramos por la
puerta del otro lado, que es un monorraíl que nos lleva a una base militar.

*** EL COSMÓDROMO.
Al empezar a andar por la pasarela nos llama Olivia. Vamos pasarela al fondo y
luego a la izquierda para subir las escaleras del fondo. Frente a la nave vamos a la
derecha y luego entramos en la cápsula del centro. Hablamos con Boris Charow de
todo. Es el astronauta encargado y responsable del lugar, piloto de pruebas del
ejercito rojo. Cogemos la botella de vodka del suelo y seguimos a Boris para ver
como se cae debido a su borrachera. Volvemos a entrar en "sus aposentos", parte
inferior. Cogemos de la alacena de la pared una "llave grúa" y una "carta oficial"
que leemos antes de guardarla. Volvemos junto a Boris, bajando por el otro lado, y
movemos la rueda de su lado.

Nos acercamos a la consola de la grúa que hay sobre Boris, ponemos la llave
es su sitio y pulsamos la palanca horizontal a la derecha y la vertical de más a
la izquierda hacia arriba. Ahora tiramos de la palanca con una flecha hacia la
izquierda (la de arriba) y un chorro de agua despierta a Boris. Vamos hasta él para
hablarle. Derecha y entramos en la bóveda de la lanzadera. Vamos por la izquierda
y al fondo subimos las escaleras y entramos en su sala de control. Examinamos el
panel del monitor y cogemos la "llave Voralberg". Quitamos la placa metálica de la
derecha y unimos los dos cables sueltos con solo cliquear sobre ellos. Ponemos la
llave en su lugar y apretamos la palanca O/I poniéndola en I. Así el monitor se
pone verde.

Apretamos los cuatro botones y no podemos ya hacer nada más. Cogemos el


"analizador de sangre" y salimos. Volvemos a entrar en la bóveda de lanzamiento
pero ahora vamos por la derecha y luego subimos las escaleras del fondo.
Examinamos la base del zeppelín y volvemos junto a Boris para hablarle del
"Dirigible" con lo que nos da la llave de la cabina. Volvemos junto al zeppelín,
usamos la llave en la puerta y entramos. Tiramos de la palanca pero no funciona.
Volvemos a hablar con Boris que ahora está en la parte izquierda de la bóveda de
lanzamiento. Le hablamos y nos propone un trato. Usamos el analizador de sangre
en él. Subimos a la sala de control y entramos en la consola de mando. Ponemos el
analizador de sangre en su lugar y apretamos el botón de la jeringuilla. Sale el
mensaje: "sangre con demasiado alcohol".

Usamos otra vez el analizador y así ponemos nuestra sangre. Le damos otra vez al
botón y se pone naranja. Luego debemos apretar los otros tres botones de
izquierda a derecha y la cápsula despega. Antes de irse Boris intenta decirnos el
secreto del dirigible pero... ¡no nos enteramos!. Al salir de la bóveda de
lanzamiento, justo en su puerta y del suelo, cogemos una manivela. Retrocedemos
hasta el gran cohete y subimos por la escalerilla posterior. Aquí está el águila real
Soyutz y más adelante una especie de gran altavoz. Usamos la manivela en el
altavoz y lo hacemos sonar para que Soyutz nos despeje la zona de otras aves.
Regresamos al dirigible y movemos la palanca.

LA ESTACIÓN TERMAL DE ARALBAD

*** EL HOTEL KRONSKY.

Bajamos del dirigible, vamos adelante y nos llama nuestro jefe. Entramos por la
puerta de la izquierda al hotel. Hablamos de todo con el recepcionista, Félix
Smetana. (Por la televisión dan un partido de la copa de Europa: TSK de Moscú 5,
Real Madrid 0...). Abrimos las cortinas al lado de la recepción y vamos hacia abajo
de la pantalla. Abrimos la puerta del fondo, que es un armario trastero y cogemos
el detergente del centro. Salimos fuera, usamos el detergente en la fuente y
volvemos a entrar en el hotel. Vamos a la recepción y usamos el timbre. El
recepcionista sale fuera al ver lo que le pasa a la fuente. Pasamos detrás de la
recepción, miramos el libro de entradas y descubrimos que Helena está en la
habitación 1270. Cogemos el folleto de hoteles (las dos cosas debemos leerlas) y
pulsamos el botón rojo. Salimos de la recepción y entramos por la puerta enrejada
al lado del cuarto de limpieza.

*** EL BALNEARIO.

Al otro lado de la gran piscina (yendo por la derecha) recogemos una "copa de
cristal". Retrocedemos y vamos a la izquierda entrando en el comedor.
Examinamos la consola de la derecha y tecleamos el número 1270. Le damos a la
palanca pero no funciona. Vamos más adelante y hablamos con James, al autómata
enfermero. Retrocedemos hasta la piscina y entramos por la puerta ahora abierta
de la derecha, que es el vestuario. Del suelo cogemos una tarjeta de acceso con el
número 0968 (en nuestro inventario es el "código provisional"). Retrocedemos
hasta el comedor y volvemos a la pequeña consola. Ahora tecleamos el número
0968 y movemos la palanca. Salimos al jardín cogiendo antes una mascarilla que
nos ponemos.

*** LA PLAYA.

Vamos pasarela al fondo hasta el templete y llegamos junto a Helena. Le


hablamos y nos pide que llamemos a su criado. Aparecerá Félix que nos quiere
echar pero Helena intercede por nosotros. Salimos del templete y tocamos la
campana verde de la izquierda. Luego la cogemos y regresamos al inicio de la
pasarela. Colocamos la campana verde en el poste de la izquierda, igual que estaba
en el fondo, y tiramos de la cadena.

*** EL BALNEARIO.

Entramos en el comedor, después de sacarnos la máscara, y vamos a hablar con


James para decirle que su ama le necesita. Una vez James se va nos llama nuestra
madre. Esperamos y aparece Helena con el robot. La hablamos de todo y accede a
venir con nosotros si le preparamos un cocktail. Examinamos de nuevo el folleto del
hotel Edenor y anotamos el número 46433643. Llamamos a éste número con el
móvil y anotamos los ingredientes del cocktail "Blue Helena": vodka, blue curaçao,
miel, zumo de limón y hielo.

Ahora mismo ya estamos en el bar o sea que abrimos el armario inferior y cogemos
el medio limón y la miel cristalizada. Salimos por la izquierda, piscina a la derecha,
izquierda y hablamos con los dos tipos que están tomando un baño, aunque no nos
hacen caso. Examinamos el baño de detrás, movemos la rueda y ponemos el frasco
de miel para hacerla líquida (es una especie de "baño maría"). Regresamos al bar,
examinamos el papel que hay entre las botellas de la parte superior del bar para
ver como funcionan las tuberías. Ponemos la botella de vodka arriba a la derecha,
el limón a la izquierda y la miel a la derecha del todo. (Las tres cosas entre las
botellas, parte superior).

Ahora hacemos lo siguiente: Pulsamos el botón I/O para que la máquina se ponga
en marcha, pulsamos la segunda tecla de la izquierda para echar el vodka,
movemos la palanca hacia la clave de Sol (estaba en Fa),pulsamos la tercera tecla
de la izquierda para echar el blue curaçao, pulsamos el botón del limón (de
izquierda a derecha el cuarto), el de la miel (el quinto) y el del hielo (segundo) y
finalmente pulsamos el botón de más a la derecha para agitarlo todo. Helena se lo
bebe y le encanta, recuperando su voz aunque a ella no le guste. Le hablamos y
colocamos la copa en la esquina de la entrada del mostrador. Volemos a hablarle y
rompe la copa con uno de sus gargaritos. Con esto la convencemos y quiere venir
con nosotros.
*** EL HOTEL KRONSKY.

Regresamos al zeppelín y, una vez dentro, nos llama Olivia. Llega Helena y
despegamos.

EN KOMKOLZGRAD (y II)

*** LA FUNDICIÓN.

Pasamos directamente aquí y


asistimos al concierto de Helena
que acaba apresada en una
jaula de metal. Vamos hacia la
jaula y Helena nos habla.
Examinamos la puerta y el
candado y lo abrimos con las
tenazas. Examinamos el robot
del órgano y usamos el
destornillador en sus manos
para recuperarlas.
Retrocedemos dos veces pero al
intentar entrar en el ascensor
se cierra después de Helena con
unas rejas de metal. El director
nos habla. Decimos a Helena
que se vaya al tren y nosotros
ya buscaremos otra salida por donde sea. Por el ascensor superior bajamos a la
mina.

*** LA MINA.

Al andar un poco hacia adelante oímos una explosión a nuestras espaldas y


retrocedemos para ver que todo a volado. Volvemos dos veces adelante y a nuestra
derecha vemos una "entrada de ventilación". Al final llegamos al ascensor con la
palanca y al bajar vemos que tiene una bomba. Salimos corriendo antes de que
estalle. Otra vez frente a la "entrada de ventilación" nos metemos por él, que ahora
ya está abierta, y salimos a la estación.

*** LA ESTACIÓN.

Entramos en el tren y hablamos con Helena. Volvemos a salir, vamos a la


locomotora y hablamos con Óscar. Volvemos a entrar en el tren y vemos como el
gigante nos impide el paso. Nos llama Dan. Volvemos a salir del tren. Vamos a la
derecha y al fondo. Examinamos las cajas y de dentro de la mayor cogemos la
dinamita. Vamos todo al otro lado, hasta la pierna del gigante, y aquí colocamos la
dinamita. Regresamos al tren.

EN ARALBAD (y II)

*** LA ESTACIÓN.

Salimos del tren. Vamos todo al fondo y movemos la rueda y luego la palanca.
Hablamos con Óscar de todo pero a la segunda frase aparece Félix, el recepcionista,
que nos habla. Acabamos de hablar con Óscar y entramos en el hotel.
*** EL HOTEL KRONSKY.

Vamos a la recepción, llamamos al timbre, hablamos con Félix y examinamos el


paquete que está en la punta izquierda del mostrador. De dentro cogemos un
juguete de un "mamut autómata". Nos llama el Sr. Marson. Félix recoge otra
llamada y nos habla.

*** EL BALNEARIO.

Vamos junto a Helena en el bar-restaurante y le hablamos.

*** LA PLAYA.

Salimos al pasillo del templete y aquí vemos una figura. (Esta vez no hace falta
ponerse la máscara). Hablamos con el personaje que resulta ser Hans y nos firma
el contrato. Nos llama nuestro jefe y nos felicita al ponerle al día de todos nuestros
adelantos. A partir de aquí, que ya ha terminado la aventura, tomamos la decisión
más grande de nuestra vida y es mejor que la veáis por vosotros mismo.

(C) "Las Aventuras de D@®Do" (LLFB) - 2.002


1. Vadalidene

Bueno, allí estaba yo, perdida en un pueblo de la Francia profunda, lloviendo a cántaros y sin
mas información que la necesaria para conseguir el contrato de compra de una peculiar fábrica
de autómatas y la dirección de un hotel, el cual no fue difícil de encontrar, teniendo en cuenta
que solo hay uno y que el pueblo esta compuesto por la friolera cantidad de una calle. Después
de un buen paseo y observar un curioso cortejo fúnebre llegué a mi destino.

Se trataba de un hotelito bastante apañado, limpio y creo que con cuarto de baño, pero en
ningún momento tuve necesidad de ir, por lo que, ni idea de si esa misteriosa puerta de mi
habitación era un baño o el cuarto donde el dueño daba rienda suelta a sus fantasías. El caso
es que cuando llegue no había nadie en la recepción, tan solo un chico bastante reacio a hablar
y que no me dio muchas pistas, la verdad. Miré el mostrador de recepción y vi un peculiar
llamador, use la llave que había junto a él para darle cuerda y hacer que funcionara, al
momento el conserje apareció y pude pedirle mi habitación, esa que no sé si tenia baño. Tras
una breve conversación con el conserje recogí mi maleta y fui a mi habitación, dejé mi
equipaje y recogí el correo (eso es eficacia, no he llegado y ya tengo correo), en fin, tras leerlo
decido llamar a la oficina con el móvil, hablé con mi jefe y me comento que me mandaría un
fax de presentación para el notario local, encargado de llevar los asuntos de la compra por
parte de los actuales dueños de la fábrica.

Hablé con el simpático conserje y le pedí el fax, se ausentó un momento y me lo dio. Traté de ir
al notario pero una misteriosa fuerza me retuvo en el hotel hasta que cogí un panfleto turístico
de la zona, quizá me dijera donde encontrar un buen bar para olvidar mis penas, después
hablé con momo de nuevo y con el conserje, tras la conversación el chico se fue muy airado,
dejando caer en su salida cuatro engranajes, dos en el suelo y otros dos sobre la mesa.

Al coger los engranajes de la mesa pude observar un dibujo sobre ella, y como soy muy
meticulosa copié el diseño en papel, no fuese que después me fuera a encontrar con un
mecanismo de un ascensor que funcionase justito con ese esquema (cosas más raras se han
visto en la vida, ¿no?)

La extraña fuerza que me retenía en el hotel dejó de actuar, por lo que pude salir del mismo y
dirigirme a la notaría. Antes de entrar en la notaría recogí un periódico que había en un banco,
hablaba de la muerte de la dueña de la fábrica, igual aquello complicaba un poco la misión,
pero ¿qué podría complicarse tras la muerte de la única dueña de la fábrica?. Llegué a la
puerta de la notaría, traté de entrar pero no podía abrir la puerta, era extraño, las diez de la
mañana, lunes y ¿un notario no tiene la puerta abierta?, activé mi sentido arácnido y pensé
que igual el autómata de metal de metro y medio sujeto a la pared era algún tipo de sistema
de vigilancia o portero o algo así, el caso es que se me ocurrió poner el segundo fax en la mano
del autómata y empujar la palanca, dicho y hecho, la puerta se abrió y pude hablar con el
notario.

La verdad es que hasta el momento todo iba bien, la vieja que poseía la fábrica había estirado
la pata, siendo la única heredera lo único que restaba por hacer era firmar todo el papeleo y la
empresa a la que representaba sería la nueva dueña del tinglado. Pero, ¡ja!, la vida te da
sorpresas y menuda la que me dio. Resulta que la dueña de todo esto tenía un hermano al que
todos daban por muerto y que, vaya coincidencia, no lo estaba y que, por lo tanto, era el
dueño y señor de todo y que, por lo tanto, yo tendría que buscar al tipo este y hacerle firmar y
que, por lo tanto, todo se había ido al cuerno y que, por lo tanto, ya estaba cansada de decir
por lo tanto...

Dejé al notario en su despacho y me fui hacia la iglesia, pero cerciorándome de coger la llave
extensible que había junto al perchero en la salida. No tengo muy claro la razón de haber ido a
la iglesia, supongo que por el cortejo fúnebre que vi al llegar al pueblo, posiblemente fuese el
funeral de la anteriormente conocida como dueña de la fábrica (creo que le gustaba prince).
Mientras llegaba a la iglesia tuve dos llamadas de teléfono, una de ellas de mi amado jefe y
otro de mi querido y fiel novio, con el cual tuve una conversación un tanto rara, él quería que
fuese con él a una cena (en norte América) y yo tenía que quedarme a encontrar a Hans (en
Europa).

En la zona que comprendía la iglesia pude encontrar el cementerio con el panteón de los
Volaberg, que por si no lo sabes, es el nombre de la familia que creó la fábrica de autómatas.
También encontré un ascensor con un extraño mecanismo al que le faltaban cuatro
engranajes, no podía creerlo, que suerte, justamente yo tenia cuatro engranajes que
encajaban a la perfección y gracias al esquema que me había copiado pude colocar cada pieza
en su sitio. Me subí al ascensor y descubrí el peculiar campanario: Un autómata con una
hendidura en la espalda en la que parecía encajar algo que en ese momento no tenía. Bajé de
nuevo por el ascensor y fui a la parte trasera de la iglesia, donde encontré la entrada a la
sacristía.

En la sacristía había un par de muebles, una mesa y una cruz que llamó mi atención, la moví y
encontré una llave, la cual abría el mueble que había a su derecha, recogí una colección de
tarjetas perforadas y clasificadas por colores y, además, en uno de los cajones observe algo
extraño, parecía tener un doble fondo
Observe un poco más de cerca y llegué a la conclusión de empujar la palanca que había en el
lateral derecho del mueble, al hacerlo el doble fondo se abrió y pude recoger una llave de
autómata y una carta. Dicha carta relataba lo que le sucedió al sacerdote de la parroquia, de
cómo tuvo que participar en una pantomima orquestada por el cabeza de familia de los
Volaberg, el cual se había montado un teatro de mucho cuidado, haciendo creer a todo el
pueblo que su hijo Hans había muerto en un accidente, cuando en realidad le había dado un
venazo a lo Rainman bastante fuerte.

Fui de nuevo al campanario y probé todas las tarjetas perforadas en el autómata hasta que
una de ellas hizo que la figura sobre el panteón Volaberg se moviera y dejase a la vista el
mecanismo de la llave para autómatas que tenía en el bolsillo. Así que hacia allí fui, usé la llave
en el mecanismo dentro del sombrero y pude entrar dentro, abrí la tumba de Hans y recogí un
recorte de periódico y un extraño cilindro metálico. Una vez hecho esto me fui de allí, y
mientras deambulaba por la calle del pueblo vi la entrada a la fábrica, recordé que tenía la
llave para poder acceder al interior y eso hice, coloqué la llave en las manos del autómata
superior, di cuerda al autómata inferior y tire de la palanca (y luego la gente se queja de las
puertas blindadas).

Cogí el camino superior izquierda, allí empujé una palanca que activó un brazo mecánico que
se llevó un contenedor metálico dentro de un edificio. Después regresé al cruce de caminos y
fui por el camino inferior izquierdo, entré en la cadena de montaje y subí las escaleras
metálicas.

Entré en un gran despacho, supongo que del jefe, y examiné la mesa, en ella encontré un
montón de facturas, esta familia tenía mas deudas que Lola Flores, y el esquema de un tren
mecánico. Observé el aparador que había a la derecha, moví un libro que me llamó la atención,
lo cual hizo que un extraño artilugio se pusiera en marcha, una especie de reproductor de
audio (como el winamp pero con engranajes y figuras encima), la pena es que el cilindro
musical estaba roto, lo quité y se me ocurrió poner el que había encontrado en la tumba de
Hans. La cosa funcionó, porque el aparato comenzó a relatar la historia de cómo Hans había
pasado de ser un chiquillo normal a un aprendiz de autista bastante aceptable. Tras la
reproducción recogí el cilindro y las figurillas que tenía encima el winamp con estilo.

Salí del despacho, vi una consola de control al lado a la que no hice mucho caso de momento.
Fui de nuevo al cruce de caminos y esta vez tomé el camino inferior derecho, que me llevo a lo
que parecía ser la casa donde vivía la familia Volaberg en sus buenos tiempos. Como la entrada
principal parecía cerrada fui a la parte de atrás, observe una extraña escalera, pero me hacía
falta una llave de autómata y como la anterior ya la había usado pues tenía que encontrar otra
y procurar que no se desmaterializará como la anterior. Seguí andando a la derecha, hablé con
la jardinera y me interné en el laberinto, que no era tal porque estaba cerrado y solo se podía
acceder a un par de sitios, en uno de ellos había una pequeña fuente con una llave de
autómata dentro, que casualidad.

Al usar la llave en la escalera está se activó y subió hasta el tejado, cosa que yo aproveché y
pude entrar dentro de la casa, aunque poca cosa pude ver, solo tenía acceso a un desván sin
otra entrada que la ventana, así que igual la familia Volaberg era en realidad un clan de
saltimbanquis con estilo capaces de saltar de ventana en ventana hasta llegar al desván, eso o
al diseñador del juego se le olvidó dibujar la puerta.

En el desván encontré un pupitre del que pude coger tinta y el diario de Anna (la
anteriormente conocida como dueña de la fábrica), me leí el diario, lo cual recuerdo que me
tomó bastante tiempo, ya que el diario comprendía varios años de la vida de Anna, gracias a
dios no eran todos los días del año, al principio era casi a diario y después de mes en mes y al
final de año en año y tiro por que me toca. Fui a la parte derecha del desván y encendí una
bombilla, momento en el cual Momo apareció por la ventana y me asustó, ¿cuánto tiempo
llevaría ahí? ¿me habría visto mientras me...? En fin, el caso es que hablé con él y me pidió que
le dibujara un mamut, dándome papel y lápiz para ello.

Me dirigí de nuevo al extremo derecho del desván y usé el papel y el lápiz que me dio con un
grabado que había en una de las vigas de la pared, después le di el papel a Momo y este me
dijo que le siguiera. Así lo hice y me llevó a los bosques privados de la familia Volaberg, una vez
allí hablé con Momo de todo, menos de sexo porque se le veía muy joven y con ganas de pillar,
así que no era plan de ponerle contento. Tras la conversación fui a la derecha, traté de abrir la
presa de madera. No pude abrirla, así que le pedí ayuda al memo de Momo, este no hizo mas
que poner peor las cosas, rompió el bastidor de madera que permitía abrir la presa y se fue.
Era evidente que la presa no se podía abrir sin un nuevo bastidor, así que tomé el antiguo del
suelo, me lo guardé y me fui a dar una vuelta por el bosque a ver si encontraba algo que me
sirviera. En uno de los parajes de la zona encontré una barca abandonada, estaba costrosa y
mohosa, pero tenía un remo de madera que parecía bastante resistente. Usé el bastidor de
madera con el remo para acercarlo a la orilla, estaba tan asqueroso y yo me acababa de hacer
las uñas que pedí ayuda de nuevo a Momo, este recogió el remo, le pedí por última vez ayuda
con la presa, metió el remo hasta el fondo y con maestría hizo que la presa se abriera y soltara
todo el líquido (que mal suena esta frase).

Con la apertura de la presa pude atravesar el antiguo cauce del río, encontré la cueva descrita
en el relato del cilindro metálico y dentro estaba la figura del mamut y el domador encima. Al
salir de la cueva tuve otra llamada, no recuerdo de quien pero seguro que fue molesta...

Me fui a la cadena de montaje, por la parte superior derecha estaba el despacho de Hans,
aunque mas que despacho parecía la sala de recreo de la familia Manson. Allí encontré un
extraño artilugio, similar a una rueda de hámster pero de metal y dos metros de altura. En fin,
que como me estaba acostumbrando a eso de meterle mano a las palancas pues hice eso
exactamente, tiré de la cadena (uf, que gusto) y después tiré de la palanca, de inmediato una
especie de hámster se movió, un engranaje encajó en su sitio y la noria exterior comenzó a
moverse.

Regresé a la entrada de la cadena de montaje y desde ahí me dirigí a la izquierda, pasé por
debajo de una columnata metálica y encontré una estancia con un autómata elevador, empujé
la palanca que había a su lado y al momento el elevador cogió el contenedor de metal que
antes estaba junto al brazo mecánico, se lo llevó y lo colocó en algún lugar de la cadena de
montaje. En ese momento mi madre me llamó por teléfono, a darme la brasa sobre no sé que
novio que se había echado, que era cantante de opera o algo así, total que le aguanté el rollo y
colgué en cuanto pude. Tras la llamada transpuse la puerta había al lado, en la parte de arriba.
Allí encontré un autómata a medio construir, fui por detrás del mismo y empuje una palanca
había, eso activo las poleas que hicieron que el autómata bajara a nivel del suelo, ya que antes
estaba elevado sobre mi cabeza.

Me puse frente al autómata y le hablé, me comentó que se llamaba oscar, que su misión era
conducir el tren y que por alguna razón aun no habían terminado de construirle, le faltaban las
piernas. También me dijo que si le conseguía unas piernas podría realizar sus funciones con
normalidad y que para poder conseguir sus piernas necesitaría una tarjeta perforada que me
dio.

Con la tarjeta en mis manos me fui a la consola de control que antes no presté demasiada
atención, usé la tarjeta perforada en la consola, empujé la palanca izquierda hasta que un
color dorado se puso en el visor, activé todos los interruptores de la derecha y empujé la
palanca de la derecha. Como si de magia se tratara todos los autómatas de la cadena de
montaje comenzaron a moverse y a crear unas piernas, madera, calcetines, botas, todo lo
necesario para que Oscar estuviese hecho un pincel. Recogí las botas y se las di a Oscar, se las
puso y se fue, supongo que a la estación, que por cierto, ni idea de donde estaba.

Regresé al cruce de caminos y tome el superior derecho, llegué a la estación y entré en el tren,
antes de hablar con Oscar recorrí los vagones, eran preciosos y muy acogedores, en uno de
ellos encontré mi equipaje, es curioso, no recuerdo que los de samsonite me comentaran la
capacidad de tele transporte de sus maletas, y solo me costaron 120 dólares. Uno de los
vagones contenida una estancia muy peculiar, con expositores y un pedestal. Sin saber muy
bien la razón, coloqué los cilindros metálicos en la estantería superior, las figuritas del
reproductor en el pedestal central y el mamut encima de una mesita, a la derecha del
pedestal.

Hecho esto hablé con Oscar, que me dijo que necesitaba un billete para poder irnos. Salí del
tren, fui a la taquilla y me encontré a Oscar dentro, tras una conversación digna de los límites
de la realidad cogí el billete y un papel de autorización de salida. Este papel debía estar sellado
por la autoridad competente y como la única autoridad que conocía en este maldito pueblo
era el notario, hacia allí fui.

El notario no quería ser molestado, así que me las ingenié para conseguir el sello de
aprobación. Usé la tinta del desván con un extraño aparato que había sobre la mesa de la
notaria, después coloqué la autorización sobre la mesa y pulsé el botón rojo del aparato, de
inmediato el trasto ese bajo unos brazos y me plantó el sello necesario. Volví al tren y le di el
billete y la autorización a Oscar, ya podíamos irnos. Pero nooo, el autómata tenia que
jorobarlo todo, no sabía poner en marcha el tren, desde luego, hay que jod... En fin, salí de
nuevo del tren, por el andén contrario al de la taquilla. Al final del mismo encontré un aparato
(otro mas, este pueblo esta lleno de resortes), empujé la palanca, giré la manivela y empujé de
nuevo la palanca. Esto activó una serie de mecanismos que dieron cuerda al tren, ¡toma ya! Un
tren a cuerda y yo con estos pelos. Entré de nuevo al tren y al fin pudimos irnos.

2. Barrockstatd

Todo iba a la perfección, las pistas indicaban que al cadáver andante de Hans estaba en Siberia
y hacia allí iba. Los paisajes eran preciosos, el clima iba empeorando pero nada exagerado, en
fin, que ahora nada podía salir mal... Tengo que aprender a no decir mas eso de nada puede ir
mal, cada vez que lo digo algo se rompe y esta no iba a ser una situación distinta. Sin aviso
previo el tren se detuvo y Oscar me dijo que el tren se había parado, vaya novedad macho, y
que parecía se había quedado sin cuerda. ¡Sin cuerda!, claro, es lo que pasa cuando dejan a
Rainman hacer trenes, en vez de usar electricidad, diesel o vapor, nooo, tiene que usar cuerda.

Le dije a Oscar que le diera cuerda al asunto y que siguiéramos adelante, pero nones, el tío no
se movía de ahí, el habiente era muy húmedo y podía oxidar sus juntas, y yo sin enterarme que
el tren poseía un microclima capaz de evitar la humedad exterior. Este Oscar cada día se
parecía mas a C3PO. Total, que salí del tren por la parte derecha, no sin antes coger la figura
del mamut del expositor. Encontré una escalerilla que no pude subir debido a unos pájaros con
muy mala leche, así que me dirigí a la derecha, dejando el puente a un lado y encontré un
camino que serpenteaba hasta una muerta enorme y cerrada, tomé nota mental de su
existencia y me fui al otro andén, hacia la derecha hasta que me encontré con un hombre que
resulto ser el jefe de estación. Hablé con el de todo, de nuevo sexo no, aquí todo el mundo
está más salido que el pico de una mesa. Tras la charla recogí del suelo un objeto de metal, un
gancho y me lo guardé. Yo no suelo hacer esto, pero desde que esta locura comenzó tengo una
especie de manía de coger todo lo que encuentro, aunque no sepa su utilidad, yo lo cojo. Volví
sobre mis pasos, superé el tren bastante hasta que encontré lo que parecía otra máquina para
dar cuerda al tren

Crucé el puente sobre el río y fui a la izquierda, encontré una consola de control con un
teléfono escrito sobre ella. Llamé por teléfono al centro de control y me enteré de los códigos
necesarios para controlar las esclusas del río, nunca se sabe cuando vas a necesitar algo
así. Salí de la estación y me fui a la derecha, bajé por unas escaleras y encontré a un simpático
marinero y su mujer, al principio pensé que me tomaban el pelo pero al final resultó que
simplemente no sabía hablar o bien se le había perdido la dentadura y no era capaz de
articular una sola vocal como dios manda. Les pedí ayuda para mover el tren hasta la máquina
de dar cuerda, tras un pequeño regateo de precio llegamos a un acuerdo, por cien pavos me
echaría una mano.

Regresé a la explanada junto a la salida de la estación y fui a la derecha, subí unas escaleras
flanqueadas por majestuosas estatuas de mamut, que trompas tan enormes, creo que el
artista tenía algún tipo de trauma fálico. Las escaleras daban a una plaza muy mona, con un
curioso quiosco musical que en ese momento no estaba en funcionamiento, me jugaba algo
que el futuro de mi viaje pendería de hacer funcionar ese quiosco, para que luego digan que el
sexto sentido femenino no existe. Me acerqué a echar un vistazo al artilugio pero lo único que
encontré fue una extraña puerta, la cual parecía estar atascada o estropeada, en cualquier
caso me fijé que tenia una especie de balanza y en uno de sus lados tenía algo similar a un
huevo.

Tras mi pequeña incursión en el quiosco entré en la universidad. Nada mas entrar me encontré
con una gran sala presidida por un gigantesco esqueleto de mamut, que obsesión tienen por
aquí con estos bichos.

A la izquierda encontré una biblioteca en la que cogí un libro sobre Amerzone y del que pude
extraer la información necesaria sobre esos pájaros tan majos que me había encontrado en la
estación y que, por raro que parezca, su comida predilecta era una clase de viñedo salvaje que
curiosamente se cultivaba en los jardines de esta universidad. Un examen mas detallado de las
estanterías de la biblioteca me llevaron a subirme por una escalerilla de madera y coger un
libro que aun hoy no tengo muy claro que era, estaba en francés y yo no tengo ni pajolera idea
de hablarlo y, mucho menos, de leerlo. Así que o me apuntaba a un curso CEAC o le echaba la
culpa a algún traductor que pasó por alto la traducción de ese libro. Gracias a dios todo
funcionó correctamente porque por el mero hecho de coger el libro y pasar las páginas se
activaron en mi mente las preguntas y diálogos necesarios.

Salí de la biblioteca y me dirigí a la izquierda, entré por la única puerta que quedaba y encontré
a los rectores de la universidad. Que tipos tan peculiares y pedantes, encaramados en su altar
de conocimientos y yo ahí, en una especie de reclinatorio que me dejaba dos metros por
debajo de ellos. El caso es que hablé con ellos de todo, Hans, los viñedos salvajes y del dinero
que me habían pedido el matrimonio del barco. De la conversación con ellos obtuve bastante
información y la propuesta de darme el dinero si les arreglaba el quiosco musical... no, si ya lo
decía yo, la intuición femenina, que no existe, que va.

Salí del despacho de los rectores y anduve hacia la derecha, dejé de lado el mamut gigante y
continué a la derecha, hasta que encontré un hombrecillo que parecía muy concentrado en el
estudio de unos fósiles expuestos en la galería central de la universidad
Hablé con el todo lo que pude, incluso de los viñedos salvajes, después de Hans y otros temas.
Este tipo parecía muy interesado en los relatos de Hans sobre la misteriosa figura del mamut
con el domador encima así que le hice el favor y se la presté. Al momento el profesor pareció
resucitar de entusiasmo, me comentó que iba a preparar una charla sobre el tema lo antes
posible y que me llamaría. Acto seguido se fue a su laboratorio, le seguí y pude encontrar otro
cilindro metálico en la estantería que había a la izquierda. Después fui al fondo del laboratorio
y cogí unas pinzas y una botella de yanga cola de la última mesa de la derecha.

De nuevo le pregunté al profesor por el sauviñón, la viña salvaje y me mandó a hablar con los
rectores, cosa que hice y ellos me mandaron a hablar con el jefe de estación. Tras intentar por
dos veces hablar con el jefe de estación, seguirle hasta el puente y amenazarle sutilmente
pude conseguir que me abriera la puerta del jardín, que por cierto era aquella puerta al final
del camino sinuoso, junto al puente.

En el jardín pude coger unas pocas uvas, las guardé y más tarde se las di a los pájaros. Con la
escalerilla metálica despejada de esas arpías emplumadas pude subir hasta la plataforma
aérea, allí encontré un nido del que cogí, gracias a las pinzas del laboratorio, un huevo. Con el
huevo en mi bolsillo fui al quiosco de música, por el camino me crucé con el jefe de estación
que me ofreció una tregua y una botella de vino como señal de paz, la acepte y se lo agradecí.
Una vez en el quiosco puse el huevo en esa especie de balanza y accioné la manivela, la puerta
se abrió, descendí por la escalera interior y empujé la palanca que había a la derecha.

Al momento todo se puso a funcionar, el quiosco volvía a funcionar correctamente y de forma


armoniosa.

Con la sensación del deber cumplido fui a ver a los rectores, les pedí el dinero y ellos,
amablemente, me lo entregaron sin mayores problemas. Ahora ya podía pagar al matrimonio
del barco así que hacia allí fui, les di el dinero y les pedí a cambio la ayuda que me
prometieron, ellos me dieron la llave del control de esclusas y me emplazaron a avisarles
cuando pudieran mover el barco por entre las mismas.

Dirigí mis pasos al control de esclusas, usé la llave para activar la consola. Echando mano de los
códigos que antes había conseguido llamando por teléfono pude abrir las esclusas, primero
42*, avisé al matrimonio para que moviera el barco y después el 41*, con esto había
conseguido que el barco pudiera pasar, ya estaban listos para remolcar el tren. Hablé con ellos
para que me dieran algo con lo que enganchar el tren y así comenzar el traslado. Me dieron
una cadena a la que yo le puse el gancho que había encontrado en la rivera del río, junto al jefe
de estación y así pudieron remolcar el tren hasta su sitio. Cuando estaba a punto de entrar en
el tren recibí la llamada del profesor para que atendiera a su charla, cosa que hice con mucho
gusto. Tras la soporífera clase fui a su laboratorio donde recogí los documentos relativos a la
clase y la figura del mamut.
Bueno, ya estaba en el tren, había colocado la figura del mamut y el nuevo cilindro en su sitio,
había dado cuerda al tren del mismo modo que en la estación de Vadalidene y Oscar no había
puesto mas pegas, así que todo estaba correcto y en su sitio, adelante, hacia Siberia.

Ahora si que nada podía salir mal... el caso es que si pudo, nada mas comenzar a moverse nos
encontramos con unas murallas enormes que impedían el paso. Me bajé del tren por la parte
derecha, encontré una taquilla en la que estaba C3PO dando por saco, que si el billete, la
autorización, la próxima vez le va a hacer los pies su santa madre. Al bajarme del tren tuve una
llamada de Dan, mi novio, la cual termino bastante mal, no entendía las razones de mi
tardanza y yo no tenia muchas ganas de discutir y, además, me colgó el teléfono... ya volvería a
llamar.

No recordaba haber visto mucha autoridad oficial en la universidad, excepto los decanos, pero
eran un tanto ridículos y casi seguro que no podían echarme una mano. Así que rodeé la
taquilla y encontré una puerta, entré y subí unas escaleras metálicas que llevaban a la parte
superior de las murallas. Una vez arriba fui a la derecha, abrí una puerta y dentro encontré lo
que parecía ser un militar de vigilancia. Hablé con el y me contó una sarta de tonterías
increíbles, que si había no se que soldado bolchevique vigilándoles y amenizándoles desde
hace no se cuanto tiempo e incluso me invitó a mirar por el catalejo para que lo viera yo
misma.

Pobre hombre, al mirar por el catalejo y regularlo para que se viera, lo que parecía un soldado
a caballo no era mas que un tronco de árbol seco. Para convencerlo de que yo tenía razón y el
no tuve que llenar dos copas de vino y drogar una de ellas con la yanga cola, tras la ingestión
de brebaje le dije que mirara por el catalejo. No podía creer lo que veía, toda su vida dedicada
a vigilar un tronco seco, se disculpo conmigo y me dio los papales necesarios para pasar la
muralla.

Le di los documentos a Oscar y el viaje continuó... hasta que nos quedamos de nuevo sin
cuerda.

3. Komkolzgrad

Este tren tenía la peculiar manía de pararse en los parajes mas extraños, antes la universidad
esa llena de locos y ahora estaba atascada en alguna fábrica olvidada de la mano de dios en
medio de Rusia, al menos eso parecía, porque ese gigante de hierro en la vía con la hoz y el
martillo no parecía un votante de Clinton precisamente.

Me apeé del tren y me dirigí al gigante de hierro (espero que no tenga copyright) y subí a el
por la escalerilla. Dentro cogí otro cilindro metálico, y ya iban tres, un esquema que
representaba el gigante donde estaba cayendo al suelo y una especie de palanca o llave.
Coloque la palanca en los controles a mi derecha y la empujé una vez, al momento el gigante
se desplazó, salí del trasto enorme y pude saltar a una plataforma a varios metros de altura,
había un agujero por el que pude ver una estancia con cacharros y una estantería. Subí de
nuevo al gigante y empujé una vez mas el gigante, este se colocó sobre el tren, se me ocurrió
que ya que no había visto ningún mecanismo de dar cuerda al tren en el andén igual el gigante
era el mecanismo, un poco ostentoso, desde luego, pero como los rusos lo hacen todo a lo
bestia pues... dicho y hecho, de una de las piernas del gigante salió el mecanismo necesario
para el tren y le dio cuerda. Situé de nuevo el gigante en su posición inicial y me bajé de el.

Cuando volvía al tren observe como un extraño personaje salía a hurtadillas del tren con algo
en sus manos y se metía en la estructura junto al andén. No pide seguirle pues la puerta se
cerró tras el, así que fui al tren y ver que había robado. Al llegar me encontré un panorama
bastante desolador, Oscar estaba amordazado y le faltaban las manos, aquel tipo le había
robado las manos a mi autómata... dios, a donde va ir a parar este mundo.

Tras quitarle la mordaza a Oscar recogí del suelo unas tenazas para metal, seguramente me
serían útiles, aunque fuese para cortarle algo al tipo que me había robado.

Me bajé del tren y busqué una forma de llegar al interior de la estructura. Junto al tren
encontré la entrada a unas minas, usé el ascensor que había y bajé, justo en ese momento me
llamó de nuevo mi novio, creo que trataba de pedirme perdón o algo así, aunque había tantas
interferencias que no pude entender lo que me decía. Allí abajo estaba todo bastante oscuro,
aun así me las arreglé para distinguir un generador y darme cuenta de que algo le faltaba para
poder funcionar correctamente. Salí de la mina y me subí de nuevo al gigante y lo coloqué
junto a la plataforma elevada, me bajé en ella y usé las tenazas en el agujero.

Tras hacer el agujero mas grande pude entrar y en la estantería de la derecha pude coger una
bujía, aunque mas bien parecía una bailarina hawaiana. Con la bujía en mis manos me dirigí de
nuevo a la mina, allí la coloqué en el generado y empuje la palanca. Menudo cambio, ahora se
podía ver perfectamente. Recorrí la galería en línea recta, subí en un ascensor al final de la
misma y llegué a una gran estancia llena de tubos, plataformas, escaleras puertas enormes e
incluso un órgano... desde luego aquello era realmente surrealista. Me acerque al órgano y
cogí un destornillador que había junto al organista. Después fui a una escalerilla con un cartel
atornillado a el, use el destornillador en cada uno de los cuatro tornillos que sujetaban la señal
y subí por la escalerilla.

Al final de la escalera había una puerta a mi izquierda y la entrada al monorraíl, opté por abrir
la puerta y dentro encontré al capataz de la fábrica.

Hablé con el sobre mi misión y el me soltó una perorata de no se que artista de opera de hace
no se cuantos años que le encantaba y que había robado las manos de mi autómata para
ponerlas en el organista que había visto abajo. Le pedí que me las devolviera y el me dijo que
lo haría si conseguía que la antigua gloria de la opera, Helena Romanski, visitaba la fábrica y
cantaba acompañada por el súper órgano que había fabricado. Acepté y le pedí información de
donde encontrar a Helena y por supuesto no tenía ni idea, pero me dio paso a una especie de
habitación con recuerdos de la diva que el se había montado en medio de todo ese tinglado.

Fui a ver dicha habitación y, madre mía, parecía una especie de museo de cera mezclado con
paranoias de fanático, desde luego ese tipo no era trigo limpio. Pero, fuera como fuese,
necesitaba ayudar a ese loco para poder continuar con mi viaje y llegar a mi destino. Llamé a
mi madre ya que recordé que ahora estaba saliendo con un cantante de opera famosillo, ella le
preguntó por la tal Helena y me relató como tras una larga carrera la señora se había retirado
a un remanso de paz en Aralbad. Fui a hablar con el capataz que me dijo que debería ir a la
zona de lanzamientos espaciales, desde allí había alguna forma de llegar a Aralbad.

Salí del despacho del capataz y llamé al monorraíl.

4. Zona de lanzamiento

El monorraíl me dejo en medio de la nada, bueno, en realidad había muchas cosas pero
estaban bastante abandonadas y las instalaciones denotaban mucha dejadez en su
mantenimiento. Recibí una llamada de mi novio o de la zorra de mi amiga, no me acuerdo
bien, pero el caso es que comenzaba a sospechar que esos dos se estaban pegando el lote a
base de bien.

Llegados a este punto me di cuenta que debía seguir cada paso en esta zona al pie de la letra y
en el mismo orden porque corría el peligro de quedarme atascada, tenía la sensación de que
algún programador se había dejado algún lazo por atar que hacía que cierto astronauta
desapareciera sin dejar rastro, imposibilitando la finalización de mi misión.

Deambulé por la zona hasta encontrar una cápsula espacial con un astronauta borracho
dentro. Hablé con el lo que pude y le dejé dormirla. Recogí una botella de vodka del suelo y
una llave y una carta de un estante en la pared. Salí de la cápsula y pude ver al cosmonauta
desmoronarse en el interior de un contenedor, realmente sabía lo que necesitaba el tipo, pero
decidí ignorarlo por el momento y dirigir mis pasos a la derecha, donde encontré una gran
explanada. A la izquierda estaba la sala de control de lanzamientos y la derecha un dirigible.

En la sala de control observé la consola a la izquierda, conecté los cables sueltos, empujé la
palanca de la derecha y recogí el aparato para muestras de sangre. Regresé donde estaba el
astronauta borracho, giré la llave de paso que había a su izquierda, activé la consola con la
llave de la cápsula y situé al astronauta justo debajo de la salida de agua, esto lo conseguí
empujando la palanca derecha a la izquierda, la izquierda arriba y la central arriba.

Un gran chorro de agua despertó al tipo, hablé con el sobre el dirigible y me dio una llave con
la que pude abrirlo, dentro pulsé una palanca y no ocurrió nada, regresé a la zona de
lanzamiento, junto a la sala de control, allí encontré al cosmonauta bastante mas sereno, hablé
con el y me dijo que su sueño era poder volar por el espacio y que si cumplía su sueño el me
daría la forma de arreglar el lío del dirigible. Dicho y hecho, le pedí una muestra de sangre y fui
a la sala de control, di cuerda a la máquina, pulsé el interruptor de la derecha, puse la muestra
en su sitio y comencé a presionar en orden los botones.

Todo iba bien hasta ahora, pero cuando llego el turno de validar la muestra de sangre se
fastidió todo, debería haberme percatado que el ruso este tendría mas alcohol en sangre que
Enrique San Francisco, así que opte por poner mi dedo en el agujero de muestras y donar mi
sangre por un buen propósito. Continué con la secuencia y todo comenzó a moverse, el
cosmonauta subió a la cápsula y justo antes de irse, en medio de la confusión me tiró una
manivela, creo que incluso me dijo para que servia, pero el ruido y las interferencias eran tales
que no pude entender nada.

Salí de la sala de control y recogí una manivela del suelo, eso era lo que me había lanzado el
cosmonauta, y recordé que había visto un sitio donde podría encajar a la perfección. Fui a la
izquierda de la cápsula varada en el suelo, donde antes estaba el ruso borracho, allí había un
gran cohete, lo rodeé por la izquierda y subí por unas escalerillas hasta una plataforma con un
gran altavoz y un enorme pájaro, un halcón creo, a su lado. Usé la manivela en el altavoz y la
giré con todas mis fuerzas, de inmediato aquello empezó a sonar como un sonido estridente,
el cual puso al halcón en marcha, este atacó sin piedad al montón de pájaros que había
alrededor del dirigible, dejándome a mi vía libre para usar el aparato.

Con el dirigible libre de estorbos pude empujar la palanca de dentro y ponerlo en


funcionamiento, por fin iba a poder llegar a Aralbad, encontrar a Helena, llevarla a la fábrica y
continuar mi misión.

5. Aralbad

Salí del dirigible y me dirigí a un hotel que había al lado, teniendo en cuenta que era la única
construcción de la zona junto con la estación de tren, seguramente encontraría a Helena
dentro.

Mi primer problema era un estirado conserje que no estaba por colaborar, así que tuve que
encargarme de el. Fui a la izquierda donde encontré un armario de mantenimiento, dentro
cogí una botella de detergente verde, salí del hotel y usé el detergente en la fuente de la
entrada. Entré de nuevo al hotel, descorrí las cortinas de la entrada y usé el llamador para
hablar con el conserje, el tipo se dio cuenta del lío en la fuente y se fue pitando a limpiar el
desastre que le había preparado. En ese momento aproveché para colarme tras el mostrador,
miré el registro de invitados y vi como figuraba Helena Romanski, su identificador era 1270,
también cogí un panfleto de la cadena de hoteles y pulsé un botón rojo que abrió una reja
junto al armario de mantenimiento.

Tras la reja encontré la zona de balneario, una gran piscina flanqueada por dos galerías, una
acristalada donde había un bar muy curioso y el criado autómata de Helena y otra con una
piscina de agua caliente, que por cierto pude activar gracias a una llave de paso que había a su
izquierda. Por la galería derecha también pude encontrar el vestuario en cuyo suelo había una
tarjeta de seguridad con un código temporal que quizá me sirviera, el 0968. Hablé con el criado
de Helena pero no estaba por la labor de soltar prenda, así que lo dejé tranquilo y me dirigí a la
derecha, había una puerta de reja cerrada y lo que parecía un panel de control numérico.

Opté por usar primero el código de Helena pero no dio resultado, asó que usé el de la tarjeta
temporal y ¡bingo! La puerta se abrió ante mi.

Transpuse la puerta, cogí una máscara de gas que había a la derecha y me la puse, salí al
exterior, recorrí el muelle hasta el final y hablé con Helena, le conté todo lo relativo a mi
misión y ella amablemente me pidió que llamará a su criado, justo cuando iba a hacerlo el
conserje del hotel apareció para echarme, pero gracias al cielo Helena puso las cosas y al tipo
en su sitio y pude quedarme sin mayores problemas.

De camino a llamar al criado de Helena recogí una campana que había a la izquierda de donde
la mujer estaba sentada y la puse en un sitio similar al original pero mucho mas cerca de la
entrada de los muelles, luego supe que al tocar la campana cerca de la entrada de los muelles
el criado pudo saber que Helena quería que fuese. Fui a hablar con el autómata y le ofrecí mi
máscara para que saliera, si ya se, es una autómata pero este Hans debía ser fan de la guerra
de las galaxias porque de momento sus autómatas parecían vástagos de C3PO. El criado fue a
por Helena y la sentó en el bar, hablé con ella y me dijo que necesitaba recuperar su voz para
poder ayudarme, esto fue previa conversación sobre Hans, en fin que también me dijo que una
vez en Paris un camarero le dio no se que brebaje que la hizo recuperar su voz. Usé el panfleto
de los hoteles para ver que había un teléfono apuntado, llamé a el y un camarero me dio la
receta del 'Blue Helena': Una medida de vodka, una de 'Blue Curaçao', una de miel, una
medida de limón y, finalmente, una medida de hielo.

Eché un vistazo al bar, que era una extraña máquina mezcla de surtidor y piano.

Bajo la barra encontré un bote de miel congelado y limón. Tenía de todo menos la miel líquida,
pero en ese momento recordé la bañera de agua caliente, hacia ella fui y puse la miel dentro
que se derritió rápidamente. De vuelta al bar pasé por el final de la zona de baños, donde
había un carrito con un montón de copas de cristal, cogí una de ellas.

De vuelta en el bar coloqué las cosas en su sitio, la botella de vodka del cosmonauta, el bote de
miel y el limón. Finalmente iba a poder poner en práctica mis dotes de barman. Pulsé el botón
I/O, después la segunda tecla del piano, una extraña nota fue emitida, después pulse la
palanquita de la derecha, presioné entonces la tercera tecla del piano, el botón de miel (con
un panal dibujado en el), el del limón, el del hielo y, finalmente, el botón con un autómata
dibujado sobre el. De la parte trasera del bar salió un gracioso muñeco con la copa que
acababa de prepararle a Helena, ella se la bebió con ganas y comenzó a cantar, estaba casi
recuperada pero aun no se lo llegaba a creer, no importaba lo que le dijera que no entraba en
razón. No sabía que hacer, pensé y pensé hasta que recordé la copa de cristal que tenía
guardada, la puse sobre el extremo derecho de la barra y hablé con Helena, ella cantó y la copa
estalló en mil pedazos justo cuando la mujer llegaba a la nota aguda, aquello fue prueba
suficiente de su recuperación. Pidió a su criado que la llevase a vestirse de gala y a mi que
fuese a preparar el dirigible para el viaje, eso hice y justo cuando entré en el recibí una llamada
de mi queridísima amiga, estaba muy alterada y entre sollozos me confesó que se había
beneficiado a mi novio, seguro que el tío se opuso. Tras la triste noticia Helena llegó y
emprendimos el viaje a la fábrica.
6. Komkolzgrad (otra vez)

Una vez en la fábrica el recital comenzó, Helena estaba impresionante, la acústica era
magnífica y el órgano funcionó a la perfección, todo iba a pedir de boca y de nuevo pensé que
nada podía salir mal, estaba a punto de finalizar mi viaje, podría llegar a Siberia, hablar con
Hans y regresar a la comodidad de mi hogar, pero, de nuevo, me equivoqué... Tendría que
haberlo previsto, ese loco no se iba a conformar con que llevase a la pobre señora hasta esa
fábrica de los demonios, no, el pervertido había preparado su propio espectáculo y nadie
estaba invitado a el. Mientras Helena actuaba una enorme jaula se desplomó sobre ella
atrapándola, fui hasta ella y usé las tenazas para cortar el candado, tras dejar a Helena salir usé
el destornillador para recuperar las manos del organista, estábamos a punto de irnos cuando
una reja separo a Helena de mi, le di las manos a Helena y le pedí que se las pusiera a Oscar,
acto seguido e ignorando las tonterías del capataz me introduje en el ascensor de la mina,
recorrí la galería principal hasta el otro ascensor, lo llamé con la palanca y cuando iba a
montarme me di cuenta de que ese maldito loco había puesto una bomba dentro, corrí todo lo
que pude y por poco no lo cuento. Me refugié como pude y regresé a la zona del ascensor,
todo estaba destrozado y seguro que por ahí no iba a poder salir, pero fíjate, por cosas del azar
la explosión había abierto una reja que bloqueaba una salida de ventilación, me arrastré por
ella y pude salir al andén junto al tren.

Hablé con Oscar para que pusiera el tren en marcha, me subí y justo cuando nos íbamos el
gigante de hierro se puso en movimiento y nos bloqueó la salida, era evidente que ese cabrón
no nos iba dejar irnos tan fácilmente.

Salí de nuevo del tren, fui a la parte trasera y cogí un montón de dinamita que había en una
caja, recordé en esquema que había encontrado dentro del gigante, de cómo representaba al
gigante volando por los aires al hacer explotar algo en su talón de Aquiles, y eso fue lo que
hice, puse la carga en su talón y salí pitando de allí, de camino al vago le grité a Oscar que
moviera el culo y nos largásemos de allí.

7. Aralbad (otra vez)

De vuelta en Aralbad todo estaba tranquilo, el cambio de estación era ahora mas visible, había
nieve acumulada en el andén y barandillas. La verdad es que después de todo el lío de la
fábrica esto era tranquilizador, incluso Oscar se animó a salir del tren, fui a hablar con el y, de
camino, di cuerda al tren con el procedimiento habitual.
Cuando nos disponíamos a salir hacia nuestro destino final el conserje del hotel apareció con
un mensaje, alguien había dejado un paquete a mi nombre. ¿Un paquete? ¿a mi nombre?,
nadie sabía que estaba allí, ni mi jefe, ni mi novio y mucho menos mi amiga, quizás mi madre.
De camino al hotel recibí una llamada de mi jefe, estaba bastante enfadado y decepcionado,
como si yo quisiera estar embarcada en esa aventura. Fui a la recepción y vi el paquete, dentro
había un autómata con forma de mamut , aquello no podía ser otra cosa que un paquete del
mismísimo Hans Voralberg, dios santo, sería cierto, ¿estaba allí?

Justo cuando iba a preguntar al conserje este recibió una llamada de Helena, me pedía que
fuese a hablar con ella, tras la conversación y la despedida fui a los muelles como me indicó, en
un banco pude ver a un hombre mayor y enjuto, hablé con el y resulto ser Hans, al fin lo había
encontrado, le dije que su hermana había fallecido y que ahora tendría que firmar el traspaso
de propiedad de la fábrica de autómatas, si es que aun quería hacerlo. Aquel hombre era un
misterio en si mismo, ahí estaba, sentado, sin decir mucho y firmando casi a ciegas un
documento que le quitaba todo lo que el había sido, yo casi intentaba que no lo firmara pero
no había nada que hacer, lo firmó como si se fiara de lo que yo le dijera sobre el asunto.

Ya tenía en mis manos el documento firmado, solo me restaba irme... una llamada de mi jefe
rompió el incómodo silencio que se produjo tras la firma, estaba pletórico, me ofreció otro
gran caso, uno de los que me harían sin duda ser socio del bufete, tan solo tenía que tomar un
avión de vuelta a Nueva York y presentarlo los documentos al día siguiente... Miré a Hans
Voralberg a la cara, aquel hombre destilaba algo que no sabía que era, algo que me atraía de
una forma que ni siquiera ahora tengo palabras para describir. Sin embargo debía irme, tomar
el avión y continuar con mi vida, mi trabajo, mi familia.

Antes de irme Hans me miró con aquella misteriosa mirada y me dijo << Entonces ¿coges el
avión o vienes al tren, a Siberia?>>, no le contesté, me giré y fui hacia el avión, caminé por el
muelle hasta llegar a un hidroavión que allí había. Abrí la puerta y di un último vistazo al
muelle, Hans ya no estaba allí, fue entonces cuando comprendí que yo no quería continuar con
mi monótona vida de abogada, no quería continuar junto a mi novio, mi amiga ya no era tal y
mi madre, bueno, si, a mi madre si la echaría de menos pero esta era una opción en la vida, un
tren que solo pasa una vez, nunca mejor dicho, así que me aleje del avión a la carrera, recorrí
el hotel como pude, tropecé con mesas y sillas, me resbalé un par de veces pero finalmente
pude alcanzar al tren.

Por una vez en la vida estaba haciendo lo que el corazón me pedía, seguir la aventura y llegar a
Siberia...
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Valadilene Barrockstad

Komkolzgrad Arabald

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