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Capitulo 2

El niño y sus padres

La constitución del sujeto y


la organización del yo
En la clase dell4 de diciembre de 1977, Lacan pregunta: ¿la cadena
nconciente se detiene en la relación con los padres? ¿Es, sí o no, fun-
dada la relación del niño con los padres? 1
Anticipo que la combinatoria de letra e identificación opera entre
In lengua materna y el surgimiento del sujeto.
Es posible formular que el niño extrae del magma del lenguaje arti-
;ulado en la lengua, los significantes y la letra, ese es el efecto deno-
minado "transmisión". La experiencia clínica me permite decir que los
obstáculos que aparecen en la transmisión constituyen los avatares
de la neurosis y el camino de los padecimientos graves. Cruces y con-
1ingencias hacen a esta diversidad que en ocasiones se presenta en la
niñez y otras en la adolescencia, ante el despertar de lo real del sexo,
del goce sexual y del encuentro con el partenaire. En la psicosis, esta-
lla, despuntando inexorable.
Entre hijos y padres, las identificaciones montan los tiempos ins-
tituyentes del sujeto para hacer eslabón y diferencia en la cadena de
las generaciones. A lo largo de su enseñanza, Lacan intentó desus-
tancializar y desimaginarizar las figuras parentales, esforzándose por
transmitir lugares y funciones antes que personajes, por eso me llamó
la atención ver que hacia el final de su seminario volvía a los padres y
los resituaba.

1. Desarrollo esta idea, para nada transparente desde el punto de vl ~ t• • c:oru;optual, en


varios capítulos del presente libro.
36 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 37

En la clase antes señalada redimensiona a los padres en términos La tercera identificación, denominada por Freud identificación
de operaciones: padre y madre, según la inspiración freudiana, son secundaria, es propia del tiempo edípico y su eficacia. Lacan la llama
fuente de identificaciones y constituyen los parientes próximos que identificación al deseo o identificación histérica. Esta operación se
transmiten la lengua que paras ita y que por la letra hace del sujeto un halla en la base de la formación primera del fa ntasma en la medida
parletre. que el sujeto se identifica al objeto de la demanda del Otro, el objeto a
Lo singular se constituye a nivel de las marcas materiales de la que se especifica en alguna de las variantes de los objetos pulsionales:
letra, de ese germen que opera en la combinatoria significante y en oral, anal, invocante y escópico. Su puesta en juego conll eva la oclu-
lo fantasmático del sujeto -en el tratamiento de algunos niños nos sión de la falta en el Otro, sirviéndose del objeto de la pulsión.
encontramos frente a los primeros juegos de la letra y el significante. Por mi parte considero que la serie de las identifi caciones, en la
De las tres identificaciones propuestas por Freud, la primera incor- medida que implican un orden, arrastran la il~sión de una sucesión
poración, pasaje de exo a en do, marca a fuego, por sí o por no, la ads- temporal. Primera, segunda, tercera implican que son subsidiarias
cripción al lenguaje y la continuidad de la cadena generacional y de entre sí, no podemos situar la identificación especular, que propicia la
la cultura2 • Lacan la denomina, con Freud, identificación primaria, instauración de la imagen, el trazo y el yo, sin que la primera, concer-
muesca de origen que dará lugar a nuevas eficacias en la constitu- niente a la entrada en el lenguaje, esté presente. Sin embargo, a la luz
ción del sujeto dividido por el lenguaje, el que despunta aun cuando de las últimas enseñanzas de Lacan sobre el anudamiento borromeo,
el objeto no está situado como tal. debemos rever la cuestión de la estructura y la temporalidad. Las tres
La segunda, al rasgo, es el trazo distintivo del sujeto y Lacan la llama identificaciones primeras surgen del empalme de las tres dimensio -
identificación al rasgo unario. Se trata de una operación simbólica que nes del sujeto, RSI, e instituyen al sujeto. Pero si esta instauración es
indica la extracción de un trazo que portará la vía significante. Madre y un acto del decir, sin secuencia temporal, acto que se evidencia en el
padre, para la ocasión, son parte de un menú del que se sirve el niño. análisis en transferencia, no podemos plantear que hay diagnóstico
En la identificación no hay elección ni voluntad, no es posible de la estructura del sujeto por fuera del campo analítico, tampoco con
prever esta operación. Si las dos mencionadas son necesarias para la niños ni con púberes. Por este motivo es importante distinguir la pre-
emergencia del sujeto, su instauración es contingente, concierne a una gunta por la estructura del sujeto de los diagnósticos psiquiátricos y
apuesta, a un riesgo, a un accidente que acaece o no. El producto de la neurológicos generalizados, hoy tan en boga, ya que estos obedecen
identificación es de naturaleza inconsciente. El sujeto, en especial el a sumatorias de signos y otras coordenadas que nada tienen que ver
niño, no reconoce su procedencia ni el amasijo del que se hace la pasta con el sujeto y la cura que el psicoanálisis nos propone.
de la lengua en el cuerpo que habla, antes bien, lo padece y se sirve del
significante en la identificación segunda. Si esta es exitosa, lo es a costa
del amor al padre que proviene de la primera identificación.
La identificación segunda o simbólica es viril, al padre y 1o a la La significación del gesto en el rostro de la madre
madre. El ejemplo clásico surge del caso Dora, la paciente de Freud
que tosía porque su padre también tosía. Ella no elige ese rasgo, es Propongo reflexionar sobre la lógica del surgimiento del sentido,
una contingencia signada por la identificación al padre que opera y entendido como la articulación entre el registro de lo imaginario y lo
que tiene efectos indudables en la posición de la hija3 • simbólico.
1\ partir de la incidencia del gesto de la madre en el espejo, ese
LJ UC Winnicott planteó como precursor del espejo, considero que este
1 nns tltuye una de las fuentes del sentido y que encuentra su raíz en el
2. Lacan trabaja ese pasaje de exterior a interior en el primer retornamiento del toro
que por efecto de un corte permite que el afuera y el adentro sean producto de una Otro primo rdial.
reversión. El rus tro y el gesto de la madre son instauradores de sentido y cola-
3. En ocasiones los padres solicitan al analista que su hij•J se identifique segtín un Íml. l ll en la transm isión de la lengua. El gesto no es del orden de lo
modelo femenino o masculino, y la verdad, por los motivos mencionados, os <-¡ uu
poco podem os hacer para satisfacer esta dem anda.
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t"il llll 'lln a les. !'ero más allá de este debate, resulta de enorme in te-
prcvcrbal4 , es disc ursivo, participa del lenguaje y pot tu lu1-1 t•cus d" In
pulsional materno. El gesto del otro constituye ese momento puntual ' ... , qu t• este precursor de la imagen tenga un lugar preliminar en la
en el que el niño, estando frente el espejo, gira su cabeza buscando el dll l're ncia entre el yo y el no-yo e incida en el punto del corte entre el
asentimiento del Otro. Lacan nos dice que el asentimiento es lo sim- I· IIJeto, el objeto y el Otro.
bólico a la segunda potencia. Los principales cambios que trae aparejados la separación con la
El sentido entre imaginario y simbólico no solo se enlaza gracias a lo 111adre subrayan que el niño advierte en su alrededor que ella ocupa
especular, sino también a eso que la madre refleja en el rostro. Siguiendo otro lugar, que hay un cambio en la mamá. Pero ¿qué ve un bebé
a Lacan, el gesto es del orden del verbo y articula el símbolo que al niño ·uando mira a la mamá?
le permitirá discriminar que lo que ve en el rostro de la madre y en su El bebé mira a su alrededor, es posible que se encuentre ante el
gesto ya no es él, por ende, lo que ha visto tendrá consecuencias. pecho o el biberón y no lo mire específicamente, sin embargo puede
En esta operatoria se pone en juego el fantasma materno como la darse cuenta de un rasgo característico al mirar a la mamá. ¿Qué ve?
constelación pulsional de la madre para con ese hijo, estableciendo Para responder a esta pregunta, Winnicott recoge qlgunos relatos de las
una relación fundamental con el goce de ella y modelando la vida pul- experiencias con pacientes adultos que pudieron recordar y recons-
sional del niño. truir en análisis los primeros fenómenos y verbalízaciones. De un
En uno de sus textos5 , Winnicott cita a Lacan y dice: "En el desarrollo modo magistral nos dice:"[ ... ] sugiero que por lo general se ve a sí
emocional individual el precursor del espejo es el rostro de la madre. mismo, en otras palabras, la madre lo mira y lo que ella parece se rela-
Me referiré al aspecto normal de esto, así como a su psicopatología. No ciona con lo que ve en él. La mira, se ve en ella porque lo que en ella
cabe duda de que el trabajo de Jacques Lacan, Le stade du miro ir (1949), aparece se relaciona con lo que él es".
influyó sobre mí. Lacan se refiere al uso del espejo en el desarrollo del En esa doble faz del mirar, que siendo recíproca no es simétrica, él
yo de cada individuo[ ...]. La afirmación desnuda es la siguiente: en la mira y se ve en ella. Uno podría decir que ya estamos en el espejo,
las primeras etapas del desarrollo emocional del niño desempeña un pero agrega:"[ .. .] y eso es lo que él piensa que es él" 7 •
papel vital en el ambiente que en verdad aún no ha sido separado del Para una madre, no siempre es sencillo mirar cómodamente a su
niño por este. Poco a poco se produce la separación del no-yo y el yo, y bebé. Ello implica un esfuerzo y una ruptura del principio de placer,
el ritmo varía según el niño y el ambiente. Los principales cambios se un desafío a la homeostasís que produce cierta incomodidad para la
producen en la separación de la madre como rasgo ambiental percibida mamá. Ella refleja su propio estado de ánimo o, lo que es peor aun, su
de manera objetiva. Sí no hay una persona que sea la madre, la tarea de angustia, sus desvelos, la rigidez de sus propias defensas. En ese caso,
desarrollo del niño resulta infinitamente complicada'' 6 • Para Winicott, ¿qué ve el bebé? "Se ve en el estado de ánimo de su mamá[ ... ]. Toma
el niño siempre responde a las ofertas ambientales y ya desde los pri- el gesto ambiental".
meros meses de vida, el mundo circundante desempeña un papel pri- El gesto no es igual a la operatoria especular sino que es un trazo que
mordial. Sin embargo, muchos bebés tienen una larga experiencia de Lacan denomina significante y que adviene por vía identificatoría.
no recibir de vuelta lo que miran, por ende manifestarán serios déficits, Winnicott se anima a decir lo que piensan los bebés, sin duda parte
ya que no podrán aunar una imagen de sí mismos y del semejante, tal del axioma kleiniano que plantea que desde los primeros minutos de
como acontece en el denominado trastorno de Asperger. vida hay fantasmagorías y percepciones formando parte de la men ta-
Una vez más podemos preguntarnos por la paradoja entre las inci- lidad del bebé8 • Entonces, sí hay pensamiento, también hay mentali-
dencias del Unwelty la estructura, entre el ambiente y las invariantes dad, motivo por el cual le es posible situar estos precursores idcicos
anteriores lógicamente a la formación de la imagen especular.

4. Jacques Lacan: Discurso de clausura de las jornadas sobre psicosis infantil, Ed. Nueva
Visión, Buenos Aires, 1971.
7. Para Winnicott hay pensamientos y fantasías desde muy temprn nn c<l nd, lo c ual es
5. Se trata de El papel del espejo de la madre y la familia en el desarrollo del niño, publi-
cado en 1967. discutible desde la perspectiva lacaniana.
8. Lacan nos enseñó que la mentalidad es imaginaria y de su cnlncc co n o l nf~:cto surge
6. Donald Winnicot: "El papel de espejo de la madre y la familia en el desarrollo del
niño", en Realidad y juego, Granica Editor, Buenos Aires, 1972, p. 147. la sentimenta!idad.
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Para Winn ico tt, el bebé ve en la cara tic la rnam :'i el e~ Indo de (l llirllo d, •l .tull~>lu,
Hlno at ravesadas por la tristeza. A través de los rastros que
de ella, el cual puede ser duradero -puede estar atravesando una crisis qttt·duron en las hijas, Winnicott investiga esa pincelada de la depre-
puerperal o una problemática singular que la abate y la deprime. Esos s ión, de la tristeza materna, y para clarificar su elaboración, busca en
rasgos depresivos que ve en el rostro de aquella produce en el bebé el pintor expresionista Francis Bacon rostros angustiados, depresivos,
una operación similar a la que tiene lugar en el espejo 9 -que Lacan aterrorizados, oscuros, retorcidos -incluso en sus autorretratos.
grafica en el esquema óptico-, cuando el niño vuelve su mirada hacia Contemplar un cuadro de Bacon es estar ante penas y desgarros
la madre para autentificar el gesto -es en el gesto de asentimiento del que podrían ser nuestros temores a la soledad, el fracaso, la humilla-
Otro que el niño legitima la experiencia. Es decir que recién allí mira ción, la vejez, la muerte y las ansiedades ante el peligro de una catás-
el rostro, él es eso y siente eso. trofe. La preferencia de Bacon por el barnizado de sus cuadros puede
Pero para los bebés que no reciben de vuelta lo que miran y no se deberse, según Winnicott, al"( ... ) hecho de que el espejo aparta en
ven a sí mismos, las consecuencias recaen, por ejemplo, en su capa- cierto modo la dureza de su ambiente y lo protege. He observado sus
cidad de juego -la cual se atrofia-, en su futura capacidad creadora. trabajos, en especial los de tono azul oscuro, se benefician cuando
Ellos buscarán que de una u otra manera el Otro les devuelva algo. "Es permiten que el espectador, nosotros, veamos en el cuadro, como si
posible que lo logren con otros métodos, en verdad, una madre cuyo fuera un espejo, nuestro propio rostro angustiado".
rostro se encuentra inmóvil puede responder de algún otro modo". Algo parecido nos sucede frente a la obra de Lucian Freud -nieto de
Cuando el rostro de la mamá no es un espejo se produce una dife- Sigmund Freud-, uno de los grandes pintores del siglo XX y comienzos
rencia entre lo que el bebé ve en ese rostro y el de él, en un momento del XXI, que se retrató a sí mismo en el espejo y expresó la descompo-
preciso se produce un clivaje entre lo que ve en la cara de la mamá y su sición de la mirada: buscó su rasgo, su gesto y lo que se ve de su gesto
cara, él ya no es -segundo momento- esa cara, no es eso que ve en la en su rostro, que a su vez es el rostro del Otro y de los otros.
mamá, sino que puede ser visto de otro modo. Según Winnicott: "( ... ) Madres tristes, madres depresivas -podría decirse con Winnicott-
el bebé aprende muy pronto a hacer un 'pronóstico': ahora puedo nos traen a la consulta niños que tienen cambios de humor o pesa-
olvidar el talante de mi mamá y ser espontáneo, pero en cualquier dillas en las que no se encuentran deseables sino que se ven como
momento su expresión quedará inmóvil o su estado de ánimo predo- partes caídas del Otro y en el Otro.
minará y tendré que retirar mis necesidades personales porque de lo El trastorno de Asperger, por ejemplo, circunscribe los padeci-
contrario mi persona podría sufrir una injuria". mientos que surgen por ciertos déficits en la constitución de la imagen
Podemos suponer que entre la cara de la mamá y el modo en que el especular. Entre el trazo y la imagen se cuela algo del orden del afecto,
bebé puede identificarse en esa cara, el movimiento de retorno de su del lazo sentimental entre la madre y el hijo, pero en el denominado
cabeza hacia él mismo instituye un primer clivaje en la constitución síndrome de Asperger, este lazo no se produce convenientemente. Por
del yo, y que la madre como otro le permite comenzar a diferenciar ende, son niños con un claro predominio de lo simbólico, pero sin
que lo que ve en ella ya no es él-lo que él ve tiene efectos, incuso a afecto; hay presencia del Otro, pero no mirada corporizante que lo
nivel de las operaciones de constitución de la subjetividad, ya que la habite. Es por esta razón que cuando la mirada no se enlaza al afecto
experiencia no es la misma si la mamá está enojada, angustiada, inhi- -enlace que Winnicott denomina holding- en la operación especu-
bida, deprimida o rechaza al bebé, aunque lo cuide. lar, el niño presenta una imagen rígida, triste, aplanada y una mirada
El autor toma de su experiencia clínica los casos de algunas muje- espectral que se vuelve más notoria en el lazo social. Esos niños no
res que tuvieron severos trastornos depresivos, con quienes trabajó construyen una empatía con el semejante, aunque haya proliferación
intensamente sus primeros años de vida. Ellas le contaban que si bien simbólica.
habían sido cuidadas por su mamá o alguna nodriza, estas eran tristes Debido a que en el rostro de la madre está el precursor del espejo y el
y con falta de ánimo positivo - no aparecen descriptas como las mamás espejo mismo, esta experiencia puede posibilitar que se instaure el cuerpo
y el lazo con el semejante por la vía de la pregnancia fálica. El cuerpo dPI
infans está investido por el falo, de modo propiciatorio o no, pero 110 pot
~J. En él, la mirada del Otro constituye el espejo, el objeto (el cuerpo) es el florero y el esto se encuentra necesariamente en una posición psicóticn.
I'Amillete real.
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El denominado trastorno bipolar, cuya extensión actual al campo del Otro. Cositas, pedacitos, hilachas que crean esta zona de frontera
de la infancia y la adolescencia no solo es innecesaria sino que entre el niño y el Otro.
atenta contra los niños y jóvenes, describe estados de ánimo, donde Algunas de las consecuencias, tanto del gesto primigenio como del
predominan los cambios de humor, que nada tienen que ver con la espacio transicional, reflejan el tiempo primordial de la constitución
subjetividad y promueve el tratamiento médico y farmacológico. Mi del yo y del otro, la instauración de la imagen especular y sus efectos.
desacuerdo con esta postura se asienta en el hecho de que cuando un De esos instantes primordiales y constitutivos, dice que son resultan-
niño presenta cambios bruscos en su estado de ánimo (irritabilidad, tes de esa"( ... ] zona intermedia de la experiencia entre el pulgar y el
llantos, euforia, dificultad de separación y tristeza) sitúa con crudeza juguete, entre el erotismo oral y una verdadera relación objeta!, entre
que hay una alteración y una dificultad de enlace con el otro materno, una actividad creadora primaria y la puesta en el afuera de lo que se
pero no el inicio de una locura maníaco-depresiva. ha incorporado [él lo llamaba yo-no yo] . También esta zona de expe-
En su Relato de mi análisis con Winnicott 10, Margaret Little des- riencia intermedia entre el uno y el otro concierne a una zona entre el
cribe los estados que transitó, ella pasaba de la explosión agresiva a parloteo automático del bebé y la manera en que un niño comienza a
momentos de manía y luego a una depresión profunda. Deduzco que balbucear con algún sonido que lo caracteriza" 11 •
debe haber sido una paciente muy difícil para Winnicott, sin embargo El fenómeno transicional concierne tanto a la mirada como a los
el analista condujo la cura hasta sus últimas consecuencias. En ese sonidos, a lo escópico y a lo invocante -la identificación especular
testimonio de su análisis cuenta que las situaciones anímicas que también es una identificación sonora, el espejo es fónico y visuaP 2 •
padeció se produjeron a raíz del carácter irascible y del rechazo de su Refiere al uso que se hace de un objeto que no forma parte del cuerpo
del niño, aunque él no lo reconoce del todo como perteneciente a la
madre para con ella.
Freud planteó que las primeras impresiones de la vida y del vínculo realidad exterior -es tanto exterior como interior-, entre él y la mamá.
con los padres quedan bajo la amnesia infantil. Algo resta de lo que fue Ese dedo, su dedo, no es su dedo, ni es el del muñeco, el dedo, así
reprimido por el sujeto en estas primeras experiencias, de entre ellas, como la hilacha, demarca esa zona entre lo objetivo y lo subjetivo.
conjeturo que la mirada primaria de la madre resta bajo la barra de la Cito a Winnicott: " [... ] el pulgar se mete en la boca mientras los otros
dedos acarician el rostro y el dedo se separa''.
.represión.
En muchas ocasiones exploramos cómo fue el primer año de vida El fenómeno transicional no es sin mentalidad, sin imaginario. En
y cómo fue la posición subjetiva de cada uno de los padres, pero el la clausura de las jornadas sobre la psicosis (1968), Lacan nos dice que
carácter enunciativo de ellos guarda más de un recuerdo encubridor, el objeto y el espacio transicional no son para el niño, sino para la
pues nos transmiten la historia desde su subjetividad. No obstante les madre, para que ella pueda partir y dejarlo partir. A la vez, el objeto
proponemos a ambos, en especial a la madre, que persistan en la bús- transicional se abandona, cae por desuso, mas esta caída no implica
queda de algunos de sus recuerdos sobre los objetos que los acompa- un duelo para el niño sino que simplemente pierde significación.
ñaron, a ellos y al niño, y tratamos de deducir su carácter transicional
o no -es que no todo objeto lo es. ·
Winnicott propone zonas intermedias, tanto para el espacio como
para el objeto. En estas zonas sensibles para la madre y el hijo que El deseo de la madre y la ficción del origen
denomina transicionales, se destaca el despunte, lo inaugural del
objeto imaginario que colabora para mediar entre el adentro y el Los tratamientos llevados a cabo con niños que presentan proble-
afuera. Asimismo marca la cercanía y la distancia con el cuerpo de máticas graves requieren y nos demandan una tarea conjunta con los
la madre. El objeto transicional contribuye al surgimiento del simbo- uifios y sus padres, con cada uno de ellos. Por efecto del trabajo que
lismo como producto del clivaje de la primera separación del cuerpo
J. l . lhllutld Wiunkoll: "Objetos transicionales y fenómenos transicionales", en Reali-
1O. Margaret Little: Relato de mi análisis con Winnicott, Lugar Editorial, flutmo ~ /\t. 1\ ., lml y }llr'H"· C:rnnlcn 1\ditor, flucnos Aires, 1972.
L' 1 <tt.>.tll d"ll"lllllll\ ni fou~nwno lmnsklonnl ron 111 r~rmlno "trnnsirlvlsmo".
¡g95.
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mantuve con algunas madres de niños en análisis pude advertir que Mateo, la imagen entre el sonido y la palabra
algo se reorganizaba entre ellas y su hijo. Vislumbré que a medida
que las palabras cobraban un nuevo lugar, también se hacía un lugar La imagen del cuerpo concierne a una virtualidad, es el reflejo de
para el niño, tanto discursivo como imaginario y real, lugar del que una superficie en la que toma asiento la impronta del cuerpo. Ella no
hasta ese entonces el niño carecía. Desinvestido de miradas, de pala- es la consistencia del mismo, sino solo su reflejo imaginario. La con-
bras y de demandas, él no encontraba un alojamiento en el Otro. sistencia del cuerpo se organiza por la vía del falo que da cuerpo a lo
Estos lugares inéditos para el niño implicaron un trabajo de rear- imaginario.
ticulación entre el abanico pulsional, el falo y el objeto a en la madre, En los primeros tiempos de la enseñanza de Lacan, la determi-
favoreciendo la constitución del fantasma materno, ese enclave de nación del sistema nervioso central y la prematuración del infans lo
goce que a su vez es fuente de la pulsión y orilla a partir de la cual esta condujeron a reflexionar sobre la instauración de lo imaginario como
hace su recorrido alrededor del objeto a. Esta operación da cuenta de lugar princeps del yo y el narcisismo. El cachorro humano nace a la
la investidura del cuerpo del hijo situado en calidad de objeto. vida prematuro. El reflejo de la imagen proviene de la mirada del Otro
Es menester aclarar que en situaciones extremas no hay falta que presta su ojo, pero el falo también aporta sentido, significación,
registrable en la articulación pulsional materna, el autoerotismo y el deseo del Otro materno. La imagen es previa a la articulación en.
gobierna la escena entre el niño y la madre. En esta fuente se nutren la que el niño se nombra a sí mismo, nene o nena, con su nombre en
las problemáticas más graves de la infancia. Pero no se trata de la tercera persona, tal como los otros lo llaman. Incluso le permite pro-
psicosis de la madre, no siempre las dificultades obedecen a dicha nunciar el pronombre personal.
presentación de la estructura materna, sino que se trata de la posi- Esa última opción comporta un límite en el yo, decir yo en lugar
ción psicótica y/o de locura de una madre para con ese hijo en un del nombre implica un reconocimiento del otro como diferente. Si
momento determinado de los primeros meses de vida, cuando la surge el yp como una sustitución a través de la cual el niño se nombra
carencia de recursos maternos recaen en el niño produciendo efec- de diferente modo que como lo nombran, en tercera persona, es que
tos registrables. Esta incidencia, cuya raíz es pulsional, puede pre- apareció el uso del pronombre, el cual implica un segundo momento
sentarse contingentemente. respecto del nombrarse en tercera persona. El yo también subraya la
En los casos más propicios se historizan y se significan como episo- distancia con el pronombre de la segunda persona. Decir yo implica
dios traumáticos que se enlazan a diferentes motivos históricos, fami- una abstracción y una sustantivación de quien fue mirado por el Otro,
liares, incluso de índole social, acaecidos alrededor de ese tiempo de sustrae y menciona al mismo tiempo el nombre propio. Por otra parte,
la vida del niño y de sus parientes. Freud nos enseñó que no se trata de el tú del yo concierne al entre dos, y en esta plataforma se monta la
un suceso traumático sino de la elaboración que puede pesar sobre él, agresividad en sus primeras manifestaciones.
que lo importante es lo que se edifica y se articula con lo real, que en El estadio del espejo requiere que medie la identificación primera,
ocasiones implica un forzamiento de la historia, los padres o alguno la entrada en el lenguaje. En El yo y el ello leemos que la primera iden-
de ellos le suele adosar un sentido a lo que carece de él. Es decir, no es tificación es con el padre -aunque Freud asimile primero con primor-
la situación la que hace a la dificultad sino cómo esta se monta, aun la d ial, es evidente que para él se trata de una identificación con pun-
más extrema de las eveatualidades recibe el peso del significante y se tos de indiferenciación sexual. Lo mítico de la primera identificación
encabalga o no discursivamente. hace que esta comporte una ficción del origen -lo interesante es que
La lengua hace cuerpo, sustancia gozante; el cuerpo no es solo la de es te mito primordial surgen subsidiariamente otras operaciones, a
Gestalt, la interposición imaginaria, la imagen, pero tampoco es sin tHl b cr, la constitución del yo, el narcisismo y la identificación al trazo.
ella. El cuerpo goza, pero lo hace del goce de la palabra, subjetivado La e ntrada en el campo del lenguaje no es privativa de los huma-
por la vía del fantasma, de la pulsión y de la lalengua. Esta se inven ta II O~l, losan imales domésticos también ingresan al campo del lenguaje
también gracias al significante, cuyos ecos provienen de nucs l ro:-; tf ,, nu nmo, po r eso cumplen sus órdenes. "En los animales, quienes
parientes próximos. •• n llt· ll t' lt de ser sin o el ser nombrados aun cuando se impongan de lo
lf'il l, luty l11s ll nto, es dec ir el s~• be r que implica su supervivencia. [... ].
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Quedan los animales carentes de hombre [que no son humanos], algunos sonidos. Incipientemente se convierte en algo repetitivo que
por ello llamados domésticos y que por esta razón recorren los sis- puedo llamar juego.
mos, por lo demás bastantes breves, del inconsciente" 13 • Me pareció oportuno que a partir de su interés por las piernas de
Domesticados ("domésticos", d'homme, del hombre), los anima- la mamá, alguna voz y sonido se sumasen para que el cuerpo cobrara
les responden al nombre y a la lengua de su amo, pero no más. Ese vida. Invité a la mamá a que modulase algunas palabras mientras
es todo el alcance que produce su entrada en el lenguaje, en el tajo Mateo zigzagueaba a su alrededor. Ella, en lugar de hablar intentaba
abierto por el lenguaje. cantar, ponía alguna melodía a un tarareo, vocalizaba, tal vez de modo
La primera entrada en el baño del lenguaje es imprescindible para un poco desafinado, pero eficaz a la luz del reconocimiento entre
la operación que se constituye en el estadio del espejo y que diferen- madre e hijo.
cia de modo absoluto al niño del cachorro, esa que conjuga la identifi- Debo aclarar que en el espacio del consultorio, al modo de un espa-
cación al trazo, como trazo distintivo, con la imagen del cuerpo. cio moebiano, la sala de espera se continuaba con el consultorio pro-
Pero este inicio per se no comporta aún la combinatoria de las piamente dicho. Mateo comenzó a reconocer el espacio donde había
palabras ni tampoco instituye la metáfora. La risa que sanciona que juguetes y en el que solamente había sillones y muebles. Llevaba de
el gato hace guau y el perro miau, tal como expresa Roman Jakobson, la mano a su mamá hasta donde estaba la caja de cositas-juguetes y
es el indicador de mayor relevancia del símbolo y la sustitución. Pero allí reiniciaba con algo de interés su movimiento alrededor del cuerpo
el gato no ríe si el perro hace miau, salvo en los dibujos animados, ella, acompañado de algunos cantos.
donde gatos y perros no solo son domésticos sino también subroga- Poco a poco, Mateo comenzó a responder cuando escuchaba su
dos humanos. nombre, a abrir y cerrar los ojos al escuchar la voz de su mamá.
Ahora bien, es de esperar que la operatoria fundante del sujeto le ¿Qué sucedió? Lo sonoro le permitió despertar. Mateo estaba en el
permita al niño avanzar más allá de los pliegues de lo doméstico. lenguaje, pero carecía de cuerpo, por ende, de nombre.
Un niño de dos años llamado Mateo, a quien le diagnostican TGD Si como dice Lacan, el juego del fort-da sitúa el surgimiento del
(Trastorno Generalizado del Desarrollo), comienza su primer trata- símbolo, no del síntoma, Mateo comienza a responder cuando escu-
miento dentro del marco cognitivo-conductual propuesto por los cha el canto de su mamá, durante el juego de aparición y desaparición
profesionales de la institución a la que acuden sus padres cuando de entre sus piernas.
advierten, a los dieciséis meses, que él no responde, no los mira, sino El padre interviene enseñándole el nombre de las frutas; cuando le
que por el contrario, evita todo contacto, tanto con las palabras como señala un kiwi o una manzana, Mateo repite el nombre. Al mostrarle los
también con la mirada y los gestos. lápices de colores, le pide que le entregue el del color del kiwi y Mateo
De las entrevistas con los padres surge que el niño fue un bebé nor- señala el lápiz verde. Luego le habla de la manzana, le muestra un color
mal, pero luego de un episodio febril, a causa del cual padece una rojo y le pide que encuentre el lápiz rojo como la manzana; más tarde
convulsión, Mateo detiene el contacto con los otros y los aprendizajes enlaz<¡l el amarillo con el limón. Sin duda, para el niño este es un juego
sociales esperables para su edad. con una serie de pasos que implican el reconocimiento de la palabra,
Los padres, no muy conformes con el tratamiento cognitivista, la forma, el color y la voz del padre. El juego se vuelve una respuesta en
deciden consultar con un psicoanalista. Luego de varias entrevistas la que conjuga la identificación al trazo y la identificación especular; el
con ellos inicio un tiempo de encuentros con el niño. A poco de iniciar niño lee, intenta hablar, aun cuando todavía esquiva la mirada.
estas sesiones, Mateo parece despertar. Comienza a interesarse por Mateo seriaba uno a uno los elementos y sus colores. Usaba un
las pequeñas cositas del consultorio, a repetir fonemas y a realizar una número limitado de vocablos con los que producía un efecto meto-
especie de fort-da corporal, sin sonido, basado en un movimiento de llfmico: "Verde, rojo, amarillo, verde, rojo, amarillo". En el uno a uno,
entrada y salida de entre las piernas de la mamá, al que luego le agrega 1mzo a trazo, se produce una discontinuidad que enlaza un vacío pro-
elucido por efecto de la identificación primaria.
omicnza a vocalizar un "Run, ra ... ", parece que por momentos
13. Jacques Lacan: "Televisión", en Psicoanálisis. Radiofonía & televisión, Ed. Ana· '.11dn, y n mover la cabeza intentando expresar la negación. Dice
grama, 1993, pp. 86-87.
Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 49
48

"mmm", se dirige al analista repitiendo sonidos e incluyendo al otro teoría, el cuerpo toma cuerpo y culmina con la proposición del falo
en su mirada. que otorga consistencia.
Lacan dice que estos niños son verbosos, que están en el verbo, Desde el ángulo simbólico, el sujeto emerge como la raíz cuadrada
pero que nosotros no los entendemos. Cuando Mateo hace "gugu- de menos uno (..j-1). Ese -1 es el sujeto que como uno se resta al campo
gugugugu", yo escucho algo entre dos palabras, y cuando descubre del Otro. La sustracción representa que hay un significante menos en
un perrito en la caja de juegos mi escucha le permite transformar el el campo del Otro, que al mismo tiempo es constitutivo del sujeto, y
"gugugu" en "guaguau". Meses más tarde responde a mi pregunta: uno en más en el campo subjetivo. De este modo, el campo del Otro
"¿Quién vino?". "El nene". Según mi criterio, en ese momento del tra- pasa a ser el universo del discurso, pero un universo barrado con un
tamiento se construyó la eficacia especular. uno en menos.
¿Qué es el estadio del espejo? Es ese instante en que el niño reco- Lacan trabaja la conocida paradoja de Bertrand Russell: ¿existe
noce su propia imagen, pero no solo eso. Sin limitarse a situar mera- un catálogo que contenga el universo de los catálogos? De existir ese
mente un fenómeno primigenio, este también ilustra sobre el carácter catálogo que incluye a todos los catálogos, ¿se contiene a sí mismo? Si
conflictivo de la relación dual. "Todo lo que el niño capta al quedar se contiene a sí mismo, ¿hay alguno que contenga a todos? Entonces,
cautivo de su propia imagen es precisamente la distancia que hay entre ya no es el que se contiene a sí mismo.
14
sus.tensiones internas [... ]y la identificación con dicha imagen" • Si hubiera un catálogo que contuviese el conjunto de todos los
El estadio del espejo articula lo imaginario y lo simbólico y en tiem- catálogos, podríamos decir que hay Otro del Otro. Pero lo que Lacan
pos de su surgimiento pone en marcha la función de i'(a). Para que demuestra es que no hay Otro del Otro sino un Otro del sujeto, un
una mirada se refleje y haga aparecer una imagen es menester que Otro del lenguaje. Si en el campo del Otro hay un uno en menos, el
una mamá o un subrogado libidinice fálicamente el cuerpo del niño. sujeto, es indemostrable que haya Otro del Otro.
Mas en la imagen de su cuerpo el sujeto halla el paradigma de todas El neurótico horada el campo del Otro en la medida en que el campo
las formas de la semejanza que va a aplicar sobre el mundo. No sin del Otro es el goce. Desde el ángulo simbólico, el sujeto horada ese
cierta hostilidad, aunque en su encuentro resultara jubilosa, se vuelve campo con cada significante. Tomemos solamente un significante como
un potencial de enfrentamiento, siempre posible, con un par, es decir marca de esa oscura autoridad-potencia15 del trazo unario que"[ ... ] por
que promueve el origen de la agresividad. colmar la marca invisible que el sujeto recibe del significante, enajena a
Esta imagen, yo ideal, es la que se fija en el punto en que el sujeto ese sujeto en la identificación primera que forma el ideal del yo" 16 •
se detiene como Ideal del yo. Desde ese momento el yo, con su juego Podemos decir que la madre es la lengua, postulado radicalmente
de prestancia, se convierte en función de dominio; la rivalidad está diferente al de los posfreudianos, quienes situaron la materialidad de
constituida. la madre como causa y subjetivación, es decir, como una sustancia-
En el camino de la subjetivación, donde el papel del significante es lización del Otro. Por el contrario, desde los inicios de su enseñanza,
insoslayable, este proceso imaginario enlaza la imagen especular, i(a), Lacan prefiere dar un lugar y una función operacional al Otro primor-
con la constitución del yo. Mediante la primera identificación, el soma dial -para la ocasión, la madre-, al que se le sustrae un significante,
se agujerea y adviene cuerpo humano, cuerpo que resiste el trazo que sustracción que deja un resto que él denomina objeto a, objeto resto
escucha o que se lee para advenir como ideal del Otro. Entre la imagen que deviene causa del deseo.
y el trazo, i'(a), el objeto se reviste como resto. "¿Quién vino?". El kiwi
de la mamá.
En el primer tiempo de la enseñanza de Lacan, el cuerpo es ima- 15. Pa ra el sujeto no es fácilmente perceptible que el sentido que siempre brota a rau-
d n i(;!S por la imagen y que representa la potencia del Otro, retorna desde lo real por
gen y superficie, aún no está conceptualizado como consistencia y m udio de la repetición significante y que esta repetición tiene en su base una exclu-
sustancia gozante. Solo a partir de la introducción del objeto a en la >lÍr' n rndi cal, pues como bien dice Daniel Paola, el sentido toma su asiento en una
fn ¡d u¡¡ió n (ver Daniel Pao!a: Inconsciente, sentido y forclusión, Letra Viva Editorial,
ll H,. •toH AireN, 2011 ) .
14. Jacques Lacan: El Seminario, Libro IV: La relación de objeto, Ed . Paidós, Hnrr r•lnun, 1h J,u '!"'"' l.orn n; "S 11bvcrs ión de l sujeto y dial écti ca del d eseo en el inconsciente freu-
dhllll•", 1'11/•\l'lllo~ "·Siglo XX I ccli rmcs, Btt enos Aires, 2005, p . 787 .
1994, p . 17.
50 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 51

El objeto a es un operador lógico, por ende no tiene especularidad, El chorlito y el cocodrilo. Deseo y goce
no se refleja en el espejo, razón por la cual, al no estar orientado, no
presenta ni izquierda ni derecha. Es el testimonio de la sustracción Me pinto
de un significante que se simboliza como falta, como castración en de rojo estreno
el Otro. mi piquito reluciente
Durante la niñez se da esa particular situación en la cual, lo que siendo chorlito
queda por fuera del campo del Otro se reintroduce como objeto a o te limpio
la mugre verde
como significante. Una u otra opción: objeto o significante 17 • De ahí
diente de cocodrilo
que un niño se inscriba como 1/ a-Lacan emplea esta grafía para situar la muerte no me llama,
no solo al niño como objeto del Otro sino para indicar que el término por pequeña
sujeto también le cabe a un niño en determinadas posiciones. soy imprescindible18 •
En el seminario sobre la angustia, donde Lacan ubica al objeto a
como resto de la operación, se encuentra una formulación que dice La siguiente historia me fue relatada, no conozco su origen. Conje-
que si este objeto surge entre la mirada y lo real produce el fenómeno turo que es verdadera.
de lo siniestro descripto por Freud -que es el que incide en la emer- Se dice que el primer cocodrilo que existió, el Sarcosuchus impera-
gencia de ciertas problemáticas graves en la niñez. El objeto a es causa tor, vivió hace unos ciento diez millones de años.
en la medida en que como resto deviene motor del deseo, constituido Más allá de su longevidad, el hábito de realizar la voltereta de la
a partir del vacío instituyente que promovió ese resto, caída del corte muerte cuando hinca sus dientes sobre la presa 19 tiene la siguiente
producido en la identificación primaria. explicación: gira varias veces con ella dentro de sus fauces para des-
Mateo consiguió efectuar algunas de estas operaciones en el garrarla -es que cuando muerde, el cocodrilo no corta como el tibu-
tiempo del análisis; también pudo despertar algo que estaba incor- rón, sino que debe desgarrar la carne para su ingestión20 • Las víctimas
porado para reingresar a través de lo sonoro la voz de la madre, faci- que pudieron salvarse, aunque con graves mordeduras, corren más
litadora de la constitución del cuerpo. Alrededor de una danza casi riesgo de muerte por infección que por la mordedura en sí. La boca
ritual, cercando el cuerpo de aquella, Mateo pudo oír un sonido que del cocodrilo es una fiesta de bacterias y parásitos. Pero él cuenta con
lo significó. el chorlito, un ave que le ayuda a quitar los restos de comida que le
Entre la imagen y el sonido, en el movimiento se instaló un grito, quedan entre los dientes21 •
gugugugu ... , que se convirtió en tarareo gracias a la voz materna, no Eliano, citado por Plutarco, comenta que el cocodrilo tiene dos
sin el padre, en el espacio que el analista les ofertó. modos de quitarse las sanguijuelas: exponiéndose al sol para que
mueran o sirviéndose del chorlito, que si- es prudente no cae en las
fauces del reptil y come sus gusanos y sanguijuelas.

18. Marianela Riera: Al borde de la noche, Ediciones Botella al Mar, Buenos Aires, 2009,
p. 41.
19. Se sabe que entre hipopótamos y cocodrilos hay un gran respeto, que en general
suelen esquivar sus encuentros, pero que de haberlos, el vencedor sería el hipopó-
tamo, por tener mayor resistencia debajo del agua.
-·o. Al atrapar a uno de estos especímenes para su estudio, lo fundamental es controlar
su estrés, pues la acumulación de ácido láctico en sus músculos los vuelve rápidos,
y taparles los ojos para tranquilizarlos.
-· t . El chorlito egipcio es tin ave zancuda que vive en África subsahariana tropical y que
Ílllllbió n I'Ccibc el nombre de "pájaro de cocodrilo", por la relación simbiótica que
H~ t tt LI••cn u Jn t-1.
17. Su coalescencia es del orden de la estructura del fantusmn,
::>2 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 53

Esta breve introducción respecto del vínculo entre uno y el otro despunte subjetivo mediante el análisis, como en el caso de Mateo,
nos ilustra sobre un dúo complementario: el cocodrilo necesita del nos enfrenta con uno de los mayores desafíos de nuestra práctica.
chorlito y el chorlito, del cocodrilo. La breve historia relatada también muestra que entre el niño y la
La idea, a la vez, me evoca la metáfora de Lacan sobre la boca del madre hay una interdependencia que puede generar una repetición
-cocodrilo. Él dice: "El papel de la madre es el deseo de la madre. [... ] compulsiva de esa boca que quiere tragar y del pequeño que limpia
Siempre produce estragos" 22 • Conjeturo, no es más que una hipótesis, esos dientes. Es en esa repetición que puede generarse un:a diferencia
que Lacan pudo haber conocido la historia que recién conté, que el por medio del juego. Puede jugar a limpiar, a volar, a mirar.
niño-chorlito se ajusta y adapta al diente del cocodrilo-madre, y entre Del lado del niño, el juego se revela como la operación necesaria
ellos dos se forja el borde oral, abriéndose paso desde el goce. aportada por el significante y la función fálica, asiento del fantasma
El cocodrilo tiene en su boca al chorlito y puede engullirlo23 , muerte en calidad de respuesta a la castración del Otro. El falo, encargado de
segura para el pajarito. Sin embargo, ese goce mortal se mitiga por la la función de castración, indica que el sujeto no dispone de todos los
función vital que el pequeño cumple. El goce materno, agrega Lacan, se significantes sino de algunos. La notación de esta disponibilidad, que
detiene por efecto del palo-falo que lo atraviesa. También puede suce- al mismo tiempo designa la ligazón con la represión primordial, se
der que el chorlito ni siquiera esté en la boca del cocodrilo, en cuyo escribe V x <I> x.
caso no se registran ni el deseo de la madre ni la pulsión de muerte. El niño responde con el significante ala castración del Otro y lo lúdico
En el primer caso, el pequeño chorlito juega; en el segundo, entre se vuelve oportunidad para poner de manifiesto los efectos subjetivos.
madre e hijo se produce algo más primitivo y real, la pulsión no enlaza Estas operaciones son la base de las fantasmatizaciones lúdicas.
la cara muerte sino que insta a la vida en una eternización de la misma. La falta no es nombrable más que fantasmáticamente, sosteniendo
Aunque imposible, este último caso sirve para mostrar un cuerpo el deseo como deseo del Otro. Si el sujeto adviene neurótico, será a
viviente que está tomado sin metáfora ninguna, la libra de carne vive costa de una pérdida, un resto no simbolizable ni especularizable.
o muere sin que llegue a tener valor de intercambio. Algunos juegos infantiles pueden responder a esta lógica, son sexua-
En cambio, el Nombre del Padre separa, desgaja una frontera entre les sin que el acto sexual esté comprometido. Lacan dice: "Observen
uno y otro, apuesta a propiciar alguna discontinuidad en el tejido que en el juego está la realidad reducida a su forma de deyecto, del
existencial tomando el relevo del palo que atraviesa las fauces del sexo en su forma insexuada. El otro beneficio del juego es que la rela-
cocodrilo. ción de verdad está allí, en razón misma de la supresión de ese polo de
La escena dual que ilustra la historia del chorlito y el cocodrilo realidad como imposible -la relación de verdad está suprimida. Uno
muestra la impronta oral. El niño-chorlito debe ocupar una posición puede preguntarse en todos sentidos lo que hay allí de verdad, de la
amorosa y pulsional para con la madre-cocodrilo y esta tiene que per- ciencia antes que se afirmara. Uno puede preguntarse lo que es del
mitir, cosa que no ocurre sin dificultades, la presencia de un tercero. inconsciente antes que yo lo interprete. Pero lo propio del juego es
La oralidad encuentra su tope en el recorrido mismo de la pulsión, no que antes que se juegue, nadie sabe lo que va a salir de él" 25 •
se trata de engullir el objeto sino de recorrerlo. En el apólogo aparece Allí está la relación del juego con el fantasma. El niño puede hacer
la importancia de la función X, función fálica que actúa en la tríada nlgo p ara que el Otro lo reconozca como sujeto; si no alcanza con su
madre-hijo-falo 24 • juego cotidiano lo intentará, sin saberlo, por la vía del padecimiento.
Esa situación elementalmente edípica no es verificable en las pro- L.acan prosigue:"[ ... ] el juego es un fantasma tornado inofensivo y
blemáticas muy graves de la infancia, donde predomina el fracaso o nservado en su estructura" 26 , aunque no por eso deja de tener enor-
de esa escena en que la demanda está presente. Poner en marcha el II ICS consecuencias.
Ese fantasma que siendo sexual no convoca al acto sexual nos
22. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XVII: El reverso del psicoanálisis, Ed. Paidós, i 111 1 nd u ce en Jo que implica el juego en el análisis, un juego que en su
Buenos Aires, 1992, p. 118.
23. De hecho, es lo que hace con las crías que no rompieron el cascarón. Seminario, Libro XII: Problemas cruciales para. el psicoanálisis,
-"• lill't¡ ll t'rl l.nt:nn: /:'/
24. No hay chance de reducir el cocodrilo, el chorlito, el falo y el padre a empir lrt dii'lt• d"l 1H tl n n myn eh: 19()5 , in édito.
a lguna. 'tt ¡¡,¡¡/,•¡¡¡
54 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 55

Des~ad'e
accionar mantiene una regla. La dificultad que se presenta es que el Nombre del Padre
analista tendrá que saber tanto de su posición como de la operación = Nombffi del Padffi ( F:o )
de la cura y de lo singular de ese niño. Des~adre Significado al sujeto
El analista conduce la cura entre el cocodrilo, el chorlito y el Nom-
bre del Padre, enhebrando eficazmente la instauración del sujeto y en A partir de la metáfora, Lacan escribe diferentes fórmulas sobre la
consecuencia aportando una modificación en relación con el Otro. fobia de Juanito en el seminario de 1956 -toma como base una pro-
El acto del analista permite y da paso para que la lengua materna porción algebraica que en este caso se expresa mediante una ecua-
devenga lengua encarnada, lalangue, imaginariamente simbólica. ción. Al avanzar desde la metáfora hacia el significante del Nombre
Mediante los maternas de los cuatro discursos presentes en el del Padre, en oportunidad del seminario de 1970 resitúa el deseo de
seminario sobre el reverso del psicoanálisis, Lacan busca alcanzar la madre sin recurrir al materna sino a una imagen, denotando que es
una expresión lo más rigurosa posible para abordar lo real. Asimismo imposible que lo imaginario no esté presente cada vez que se pone en
vuelve a utilizar los grupos algebraicos desarrollados por el matemá- juego la palabra.
tico Felix .Klein, que le vienen de perlas para escribir cuatro elementos Dice, entonces, que el deseo de la madre produce estragos. ¿Y qué
que en la medida en que giran, permiten escribir cada discurso dife- varió entre la formulación de la metáfora y la del estrago? En lugar de
renciado del otro 27 • apuntar exclusivamente al deseo de la madre, Lacan enraíza el estrago
El materna carece de bilingüismo, no padece la elongación propia en el goce. Ubica al falo no solo como significante de la diferencia y el
de la lengua, por eso es legible mas allá de la lengua hablada, de cada deseo sino como causa del goce y marca del padre. Madre e hijo son
idioma. Sin más, es una fórmula que excluye lo imaginario. necesariamente cuatro: madre, padre, hijo y falo.
De vuelta una vez más sobre el Edipo, el mito y el Nombre del Al situar a la madre como cocodrilo estragante, una madre en la
Padre, a esta altura de su enseñanza encarrila estos términos y con- que anida el goce, Lacan nos da el motivo por el que cuestiona a los
ceptos hacia lo real del goce. Dice, entonces, que madre y padre son posfreudianos, y no solo a ellos, que tienen en cuenta exclusivamente
funciones en la estructura. No interesan tanto sus características pun- el deseo de la madre. Nos dice: "Esto es capital. El deseo de la madre
tuales sino las funciones que ejercen en virtud del lugar y el entra- no es algo que pueda soportarse tal cual, que pueda resultarles indi-
mado significante y pulsional. No hay padre que pueda simbolizar y ferente. Siempre produce estragos. Es estar dentro de la boca de un
encarnarse a la vez. Por eso, en la brecha entre la encarnadura y lo cocodrilo, eso es la madre. No se sabe qué mosca puede llegar a picarle
simbólico, Lacan escribe el Nombre del Padre, resituándolo en el pri- de repente y va y cierra la boca. Eso es el deseo de la madre.
mer tramo de sus enseñanzas en la metáfora paterna. Entonces, traté de explicar que había algo tranquilizador. [... ] Hay
En esa formulación, el deseo de la madre queda bajo la impronta un palo, de piedra por supuesto, que está ahí, en potencia, en la boca,
del Nombre del Padre, que lo deja bajo la barra de la represión y otorga y eso la contiene, la traba. Es lo que se llama el falo. Es el palo que te
n la variable X -el lugar del sujeto- un nuevo significado. Ninguno de protege si, de repente, eso se cierra.
stos términos corresponde a la empiria, aunque lo formulado en la [... ] para que comprendieran [... ] hablé de la metáfora paterna.
metáfora paterna conlleve un plus de raigambre imaginaria. Al sus- Del complejo de Edipo no hablé nunca más que de esta forma. Esto
titu ir el deseo enigmático de la madre por un significante, el padre debería ser algo sugerente, ¿no? Dije que se trataba de la metáfora pa-
produce un cambio en el deseo de la madre e introduce en este un loma, mientras que sin embargo no es así como Freud nos presenta
más allá del hijo. I n ~ cosas. Sobre todo porque se empeña en que eso tiene que haber
ocurrido de forma efectiva, esa condenada historia del asesinato del
padre de la horda. [... ]
Prcud se empeña en que eso fue real" 28 •

27. Cada uno sostiene, a la vez, la potencialidad de lo s im bó li co. :11 hH'fiiiHtl Lnmn: Op, rlt,, pp. 118-119.
56 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 57

En el mito de la horda primitiva, el goce es absoluto y es del padre. porque ella, la madre, no solo goza de los hijos, sino que reclama un
El acceso a todas las mujeres, el sexo y el goce estaban reservados a él. más allá del falo. Propongo que una mujer no es toda madre, sino qu e
En el seminario de los cuatro discursos, Lacan revisa el mito a la luz puntúa el no todo goce fálico, hace lugar al goce femenino y, por end e,
de lo real y la pregunta por el padre asesinado. Edipo se acuesta con cesa de situarse como cocodrilo y puede ceder al chorlito.
Yocasta porque resuelve el enigma. Sin embargo, en términos freudia-
nos subsiste la equivalencia entre el padre muerto y el goce.
Si damos un salto en la obra de Lacan, desde el mencionado semi-
nario hasta el Seminario XXII: RSI, nos encontramos con que el padre El no todo de la madre
real es un efecto de lenguaje, por ende no es un modelo a seguir ni un
modelo de excepción. El lugar del padre se complejiza, padre es el que La criatura no ha elegido su origen.
nombra y también lo que el analizante debe recorrer en lo concer-
niente al goce y a la versión del goce del padre. Nombrada esta última William Shakespeare
como pere-version, Lacan juega con la homofonía producida entre
perversión y la versión del padre. La etimología de la palabra infans remite a sin habla, pero no a
Servirse del padre permite poner una traba al goce de la madre, sin lenguaje. El niño surge del campo real del lenguaje y adquiere la
nombrar las cosas por su nombre. El niño se sirve del padre, de su palabra.
nombre, pero aún no responde con una versión del padre, motivo por En los últimos tiempos de su enseñanza, Lacan nos aporta nuevas
el cual el Nombre del Padre anuda la estructura permitiendo que se precisiones acerca de lo real. Desde ellas sitúo lo real del lenguaje, o
responda al goce con el síntoma. Genera saber, unbewusst, pero no magma de goce, que está destinado a la pérdida. El sujeto se exilia del
saber hacer ahí. Otro real en proporción directa a su emergencia entre las cadencias,
Lacan dice que: "Un padre no tiene derecho al respeto, sino al amor, gritos y susurros de la lengua materna. Se exilia del goce primordial por
más que si el dicho, el dicho amor, el dicho respeto está [... ] pere- efecto de su entrada en una lengua. Forastero del lenguaje, el parletre,
versement orientado, es decir hace de una mujer objeto a minúscula hablanteser, conjuga su destino por la vía de la palabra al mismo tiempo
causa su deseo. Pero lo que esta una mujer con minúscula a-coge de que deja un real imposible de penetrar. El sujeto se exilia de la lengua
ello, si puedo expresarme así, no tiene nada que ver en la cuestión" 29 • materna en la medida en que construye y constituye su lalangue.
Esta frase se entiende desde la perspectiva de que el goce difiere en Aprendemos a hablar una lengua entre otras articulando el símbolo
la posición masculina y femenina, por lo cual no hay escritura lógica y la imagen con lo imposible de subsumir en ellos. Lo simbólico no
que interrelacione los goces. Para un hombre, una mujer es su sín- recubre totalmente lo real, pese a lo cual surgen efectos de lo simbólico
toma en la medida en que no hay escritura de la relación sexual, lo en lo real, por ejemplo el síntoma, que hace gala del goce fálico.
que hace factible el enlace amoroso y sexual con el objeto. El síntoma porta y se especifica en el goce que enlaza el incons-
Él requiere de ese goce del objeto y ella, una mujer,"[ ... ] se ocupa ciente a la pulsión, instilando la letra del enjambre de significantes. No
de otros objetos a minúsculas, que son los hijos, junto a los cuales obstante, la pulsión no requiere del síntoma, puede hacer su camino
el padre sin embargo interviene excepcionalmente en el buen caso 'ntre los laberintos del goce.
-para mantener en la represión[ ... ] en el justo me-dios, si me permi- La pulsión como tal despunta en la infancia. Freud inaugura
ten la versión (version) que le es propia de su perversión, única garan- es te concepto con la idea de que la sexualidad infantil se monta en
tía de su función de padre (pere)" 30 • dicha constitución. En sus recorridos, lo pulsional delinea bordes en
Estas ideas resultan imprescindibles para situar un padre para una r\1 r ucrpo, mapeando superficies y contornos erógenos, otorgando
madre. Si ella está en relación con la causa del sujeto masculino es 1 IW t po al cuerpo, superficie consistente donde al modo de un muro

' ' 1' 1Ht l' d o Ct-icribir la letra y el objeto a.

IH ohjl'lo a co mporta un vacío necesario para que quien se dice


29. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXII: RSI, clase del21 de ene ro de J 975, in údil u , ll!ltdt i• pll Pd n ha bilitar un a vía para articularla demanda, presionando
30. Tbfclem.
58 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 59

y escribiendo el cuerpo del hijo no solo con los cuidados necesarios El grafo del deseo puede servir de guía para comprender el com-
sino también con su voz, con palabras moduladas en cierta cadencia, plejo proceso por el que el Otro toma la vía invocante para pulsar la
con ecos de lo imaginario de su propia historia y los efectos del Nom- respuesta del sujeto. La demanda del Otro tiene esta función, presio-
bre del Padre que transmite en dichas pulsaciones. Es por la falta que nar por vía del Drang pulsional para poner en causa desean te lo oral,
habita en la madre que el Nombre del Padre se articula, ecuación que lo anal, lo escópico y lo invocante como respuesta del sujeto.
si se verifica, indica que ella no funciona locamente en relación con
su hijo.
En su carta a Jenny Aubry3 1, en respuesta a una pregunta que ella
le formulara, Lacan plantea que: "La articulación se reduce en mucho
cuando el síntoma que llega a dominar compete a la subjetividad de
la madre. Esta vez, el niño está involucrado directamente como corre-
lativo de un fantasma" 32 •
Es llamativo que a la configuración del objeto del fantasma que
corresponde a la subjetividad de la madre no lo haya llamado fan-
tasma materno. Puedo afirmar que pese a su difusión, Lacan no habla
de tal fantasma ni en esta carta ni a lo largo de su obra. Entiendo que
la síntesis "fantasma materno" deviene de la clínica con niños, cuando
advertimos que el hijo está situado en calidad y en el lugar del objeto
en y para la madre. Desde mi práctica y en la transmisión de la clínica,
decidí denominar "fantasma materno" a la constelación articulada
entre la pulsión y el falo que cada madre transmite, desde su particu- .S
lar posición fantasmática, a cada uno de sus hijos.
La diferencia entre el fantasma materno y el que se construye en
transferencia en la posición del neurótico, en cuyo entramado anclan
los goces, los padecimientos y los síntomas del sujeto, está claramente A la demanda del a en el grafo le corresponde un cortocircuito del
especificada en la obra de Lacan. De hecho, el seminario sobre la lógica A del S(A). La relación con el Otro en la dialéctica del deseo del sujeto
del fantasma comienza diciendo que el niño depende del imaginario es una preocupación central para Lacan en los primeros años de su
de la madre, no dice del sujeto madre, en análisis. Este enganche ima- enseñanza, le permite articular el surgimiento del sujeto como res-
ginario entre el hijo y la madre tiene consecuencias en la subjetividad; puesta al Otro. La demanda aparece del lado del Otro como pulsación
no es un producto de la transferencia analítica, pero reconoce, al igual que atraviesa lct línea de la enunciación y da paso al inconsciente, que
que ella, un enlace afectivo entre ambos. resulta de ese pasaje. "Pues el psicoanálisis implica por supuesto lo
En la medida en que se sitúa como Otro primordial, la madre tam- real del cuerpo y de lo imaginario de su esquema mental. Pero para
bién está barrada por la castración -de no operar la castración, el reconocer el alcance en la perspectiva que se autoriza en él por el
pronóstico del niño será poco propicio. Asimismo, este lugar del Otro desarrollo, hay que darse cuenta primero de que las integraciones más
concierne a lo simbólico y a las operaciones simbólico-imaginarias de o menos parcelarias que parecen constituir su ordenación, funcionan
las que se deducen funciones. allf ante todo como los elementos de una heráldica, de un blasón del
uerpo. Como se confirma por el uso que se hace de ellas para leer los
31. Esta carta, más conocida como Dos notas sobre el niño, data de octubre de 1969.
dibujos infantiles" 33 •
Fue publicada por primera vez por la Dra. Jenny Aubry y editada en espafiol por
Jacques-Alain Miller.
32. Jacques Lacan: "Dos notas sobre el nifio", en Intervenciones y textos 2, Rd. M u m m 1 1 ) n e t¡Ut ltl Lm:¡tn: "Snbvorsión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freu-
tial, 1988, p . 55. tl hmo ", <'11 h\ n /ltH .~. Sl¡(lo XX I editores. Buen os Aires, 2005, p. 783.
60 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 61
·~-------------------------------------------

En el plano de lo simbólico y del deseo, el Otro como lugar ocupa Padre, lo mismo que madre, es una función en la estructura que
un a posición clave, incluso antes de advenir a la existencia, y puede marca con el significante la diferencia y sostiene en una mujer su sín-
llegar a situarse como amo absoluto. Pero no se trata de reducir la toma, causa de goce. El padre es transmisor de la ley en la cual él tam-
díada madre-hijo a una comunicación bien lograda, sino que el men- bién está inscripto. Cuando sostiene una distancia simbólica con su
saje en este entre-dos requiere un código para constituirse, por eso hijo, el juego se mantiene en el orden lúdico, pero si dicha distancia
el Otro se vuelve la residencia del significante, partícula, vocablo que se excede, el marco lúdico se disgrega y da lugar a la agresividad y a
propongo considerar como letra sónica y fónica (fonema y sonido). la hostilidad, las que hacen caer o diluir el juego, convirtiéndolo en
La transmisión de la lengua materna se apoya en el sonido, peró la pasaje al acto.
palabra no comienza sino con el paso de una ficción organizada por
el falo como causa de goce y de deseo.
Lo que el psicoanálisis demuestra es que esta organización es
contingente, está sometida en su apropiación a los accidentes de la El fantasma materno
historia del sujeto, al traumatismo y al acontecimiento como contin-
gencia. Para que tengan efectos cada una de las variables de la lengua, Tal como ya dije, Lacan no menciona explícitamente el fantasma
del sonido, aun del amor y el espanto, es menester que el código esté materno en ninguna ocasión. No obstante, en Dos notas sobre el niño35
incompleto. Ese elemento faltante en lo simbólico es el significante en se encuentra una premisa que permite formular una conjunción entre
menos que el sujeto representa del campo del Otro, la falta que habita fantasma y posición materna.
al sujeto también se sitúa en la madre y no es ajena a la Spaltung, divi- La pregunta que Aubry le hace a Lacan y este contesta por medio
sión del sujeto por el lenguaje. de la carta, refiere a la operación de alienación en el fantasma. Si la
La letra hace peripecias en el significante, pero falta en la cadena, y madre toma como objeto al hijo, el niño queda expuesto a sus captu-
como en el juego del scrabble, es por su ausencia que se soportan y se ras de goce, encapsulado en una dualidad imaginaria y en un goce real
sostienen los movimientos desde el inicio hasta el final de la partida. que ignoran, omiten o rechazan - eventual o definitivamente- el no m-
Esa ausencia real está modulada por el falo. bre y la función del padre. Está claro que ese lugar de objeto correla-
Una madre corporiza y sonoriza la lengua en la medida en que tivo de su fantasma, como dice Lacan, puede aplastar la emergencia
desea algo más allá de su hijo y del falo. Un goce, que Lacan denomina subjetiva del niño. El deseo es aquí un deseo anónimo.
11 femenino, señala ese más allá del falo, el no todo goce fálico que en los Estos son los casos más refractarios a nuestras intervenciones y la
maternas de la sexuación se escribe con la siguiente grafía: V x <P x. vulnerabilidad queda de manifiesto en las psicosis o en los padeci-
En la pareja parental, la madre y el padre participan de funciones mientos psicosomáticos.
1
estructurales diferentes y producen efectos de diversa índole según las La clínica con niños me demostró que el concepto de fantasma
contingencias del acto en el que están incluidos, dejando una estela materno puede extenderse a casi todas las presentaciones de la infan-
de eficacias indelebles en el por-venir de los hijos. Lo esperable es que cia en la medida en que el fantasma materno es una relación necesa-
entre un hijo y sus padres se delimite una frontera para que cada cuerpo ria entre madre e hijo, así como también una posición que en la gran
sea un cuerpo atravesado por el goce, el significante y la pulsión. mayoría de los casos es del orden de lo instituyente. Entiendo que esta
¿Pero qué es un Padre? En los años sesenta, anticipándose al horizonte posición materna instituyente se transforma por efecto de las opera-
que hoy es moneda corriente, Lacan dice: será por " [... ] fuerza de la cos- iones de la sexualidad infantil.
tumbre, de inseminar artificialmente a las mujeres en sedición fálica con
el esperma de un gran hombre, para que saquemos de nosotros mismos
sobre la función paternal un veredicto" 34 • Que el padre esté presente para i 11, E~ tus notas de Lacan recorren el espine! de la práctica analítica con n iños desde
sacar un veredicto sobre su posición, esto no es sin consecuencias. f'l rn iAmo año de su publicación. Es un texto muy citado y objeto de investigación
•:n 'l iiS d lre rr nrcs tradu cciones y presentaciones (ver el dossier de investigación y
rn mp nr.u·lo u cll'l elt ndo l i'XIo de Sa ndra Contreras y Graciela Morelli, ficha de circu-
3~ . 1/J fdl' lll , p. 792.
lurlrin hll••rnH clt• hr HI•IIA) .
62 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 63

El fantasma materno es un enclave y una posición estructural y incestuoso se transforma gracias a la actuación del Nombre del Padre
estructurante, no hay chance de surgimiento del niño como sujeto y la represión engendra el síntoma.
sin ese paso por una posición que lo toma como objeto fantasmá- Al conjugarse lo pulsional con la represión se producen cambios
tico. Como ya dije, se trata de la constelación pulsional de cada madre en los destinos de la pulsión, tal como lo dice Freud, que modifican la
para con cada uno de sus hijos, donde el niño ocupa el objeto a que posición del sujeto. Pero esta modificación es a posteriori de la puesta
concierne al fantasma, objeto que se especifica en las especies de los en marcha de la pulsión, que demarca bordes y orificios en un cuerpo
objetos pulsionales. con los significantes de la demanda del Otro. "Es preciso que haya
En el Seminario XN: La lógica del fantasma, Lacan dice que el algo en el significante que resuene.
objeto "a resulta de una operación de estructura lógica efectuada no Resulta sorprendente que esto no se les haya presentado de nin-
in vivo, no sobre lo viviente mismo[ ... ]. Pero, en fin, constata que en gún modo a los filósofos ingleses. Los llamo así porque no son psicoa-
esta entidad tan poco aprehendida del cuerpo, hay alguna cosa que se nalistas. Creen con una convicción inquebrantable que la palabra no
presta a esta operación de estructura lógica que nos queda por deter- tiene efecto. Se equivocan. Piensan que hay pulsiones, y eso cuando
minar. Es el seno, el escíbalo, la mirada, la voz, estas piezas separables, tienen la amabilidad de no traducir Trieb por instinto. No piensan que
sin embargo, profundamente religadas al cuerpo, he aquí de lo que se las pulsiones son el eco en el cuerpo del hecho de que hay un decir.
trata el objeto a" 36 • Para que resuene este decir, para que consuene [... ] es preciso que
El niño pende como objeto del imaginario de la madre y en lo el cuerpo sea sensible a ello. Es que el cuerpo tiene algunos orificios,
real, como la cara pulsional del objeto, pudiendo primar alguna de entre los cuales el más importante es la oreja, porque no puede tapo-
las especies de la pulsión. Esto debe suceder con cada hijo particular, narse, clausurarse, cerrarse. Por esta vía responde en el cuerpo lo que
mas no es válido para el conjunto de la progenie de una madre. Es he llamado la voz" 37 •
decir, el objeto a se especifica en relación con un hijo en determinado Letras sonoras, letras tangible en el eco de un decir que resuena en
momento y según las condiciones subjetivas de la madre y el padre. el cuerpo, marcan el sendero de la voz, ese pilar que desde el susurro
Es así que en ocasiones, la constelación pulsional está sindicada por al grito regula el amor entre el goce y el deseo. Tanto en el amparo
la obturación de la falta y el hijo es el objeto que funciona como tapón como en la atención, especialmente con los objetos voz y mirada, se
-es en estas circunstancias que el niño es el objeto correlativo del inviste sonora y fálicamente al niño.
objeto del fantasma de la madre. El fantasma materno es esa deriva pulsional de la madre que bor-
El niño puede estar en las mieles o entre los desechos del Otro dea y hace mella en el hijo, un enclave de goce que por la vía de la
materno, o por el contrario, puede migrar de ese lugar gracias a la castración puede convertirse en deseo si el falo se articula con la posi-
mediación paterna, es decir, a la castración, que es tanto del Otro ción de objeto en el niño, camino necesario para la transformación
como del niño -el Otro, como afirma Lacan, también es un sujeto. del goce.
Este estado del sujeto es el que se denomina "síntoma de la verdad de Ahora bien, en el consultorio a veces se constata que la falta está
la pareja parental", formulación que al mismo tiempo plantea la reso- excluida, no tiene lugar. Cuando esto es así, la diferencia en las conse-
lución entre la constelación pulsional materna y el Nombre del Padre. cuencias va desde el polo de la forclusión del Nombre del Padre hasta
Esta articulación es la que preserva al hijo de la voracidad del deseo el de la forclusión parcial del sentido. Los problemas que pueden pre-
de la madre y pone a trabajar al significante, que al insistir en su trazo sentarse pueden tener su raíz en la posición de una madre respecto
evidencia que hay algo que no entra en la cadena, algo real, imposible, del Nombre del Padre; en el acceso a la palabra parasitaria en que se
que no cesa de no escribirse. escribe el goce fálico; o en un rechazo del sentido, sin remisión fálica,
La experiencia analítica atestigua que la función de la castración que puede dar lugar a una simbolización sin imagen, tal como sucede
tiene un papel crucial en la regulación del deseo, el amor y el goce. Lo ' 11 algunos trastornos graves.

36. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XIV: La lógica del fantasma, clase del 16 dLI hll't¡llt'~ l.fll' llu : J-i! Sf•minnrin, Ubro XXIII: El sinthome, Ed. Paidós, Buenos Aires,
noviembre de 1966, inédito. .'llOil. p 111
Niños y púberes. La dirección de la cura 65
64 Liliana Donzis
a del lado de la madre. Los efectos de esta combinatoria pueden ser
Las presunciones de psicosis en la niñez o los autismos testimonian una alteración en la constitución del espacio transicional, en la insta-
sobre esta última opción, pues en sus distintos modos de aparición y lación del campo de la ilusión winnicottianos y concomitantemente,
despliegue nos muestran estas difíciles y dramáticas circunstancias. déficits en la constitución del objeto imaginario y atipias en la forma-
Distinto es el caso cuando el objeto a que representa el cuerpo del hijo ción del yo 39 • Asimismo, en afecciones como el trastorno de Asperger,
para la madre, se articula con el falo imaginario (-cp) sin que medie la alteraciones en el desarrollo de la afectividad y el lazo social, pero no
función simbólica del falo. En este caso, el hijo es el a como resto en en la producción simbólica40 •
el que no hace mella la mortificación que produce el significante, por (Dicho sea de paso, las diferencias recién mencionadas son estruc-
eso a veces no ingresa como ramillete deseante en el reflejo especular. turales y merecen tratarse y estudiarse en sus distinciones, ya que de
El calce entre registros se produce, pero la clínica nos ofrece la oca- las mismas pueden surgir elementos de importancia para, la dirección
sión de comprobar la continuidad de lo real en lo imaginario, dicho de la cura. No obstante, las estandarizaciones diagnósticas como el
de otro modo, el nudo borromeo no se comprueba. DSM, en sus distintas versiones, incluyen un conjunto de problemá-
"Pienso que ahí reconocen la figura, si a pesar de todo la dibujé ticas sin diferenciar matices en los trastornos generalizados del desa-
bien, la figura en la que de un solo trazo he figurado el engendra- rrollo, confundiendo forma y fondo, estructura y apariencia.)
miento de lo real y que ese real se prolonga, en suma, por lo imagina- Caso contrario a los antes mencionados, si el fantasma materno,
rio, porque es de eso de lo que se trata, sin que se sepa bien dónde se como constelación pulsional, produce una articulación del falo con el
detienen lo real y lo imaginario" 38 • objeto a, con el vacío estructural que este conlleva, el hijo, el cuerpo
del niño ocupa provisoriamente el lugar de causa del deseo materno.
Figura 1 Figura 2 Aquí el objeto está enlazado al Nombre del Padre e instaura, al mismo
tiempo, una frontera entre el niño y el Otro materno. Esta operación
\I "-., 1 IR nos da la pista de que existe una distancia entre la demanda materna

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y el cuerpo del hijo, pues los significantes parentales inciden a través
de la demanda haciendo bordes, escribiendo eróticamente las líneas
de fuga por donde el hijo inscribirá su propia lengua encarnada, pre-

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figurando que en el entre-dos hay un tres. En las Dos notas ... , Lacan
dice que en esa posición, el niño " [... ] puede representar la verdad de
la pareja familiar. Este es el caso más complejo, pero también el más
abierto a nuestras intervenciones" 41 •
En este último, el síntoma gobierna la regulación del goce fálico, del
Mi hipótesis es que el anudamiento de lo real en continuidad con goce fuera del cuerpo, y se despliega en la coalescencia entre la hiancia
lo imaginario tiene la apariencia de dos cuerdas, cuando en realidad del inconsciente y la sexualidad. El lapsus, el síntoma y el olvido escri-
se trata de una sola. Esta presentación se da en ciertas afecciones nar- ben la frontera entre uno y otro para que cada cuerpo sea un cuerpo
cisísticas y en algunos niños que presentan dificultades en el lazo con encorpsado por el significante y la pulsión. Con Lacan decimos que
los otros. Si bien es una combinación poco eficaz para que el signifi-
cante haga cuerpo en el niño, es diferente a la que se da en las presun-
ciones de psicosis. De hecho, las presentaciones clínicas más favora- 'lO. Esta insuficiencia entre el falo imaginario y el objeto a también se verifica en los
bles o apenas más favorables son aquellas en las que se verifica una cnsos de descriptos por Margaret Mahler como simbiosis en la infancia.
articulación insuficiente, o apenas insinuada, entre el falo y el objeto ·10. Invito al lector a seguir esta propuesta en el capítulo IV del presente libro, el cual
••:H:t dedicado a reflexionar ,s obre los padecimientos que surgen por una insuficien-
t h• t!ll ol cnmpo del sentido.
·11 hH: qur·~ l.acnn: "Dos notas sobre el niño", en Intervenciones y textos 2, Ed. Manan-
38. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXN: L'insu que sait de l'une-bé1me .l'rlifl'
lhll , l'lllli, p .[, [, ,
mourre, clase del8 de febrero de 1977, inédito.
66 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 67

este es uno de los modos en que la resolución de la constelación pul- Lo importante es que el objeto a surja para cada quien con una
sional materna, conjugada con el Nombre del Padre, tuvo eficacia. No posición en relación con su fantasma, en una determinada relación
obstante, se redimensionará en el fantasma mediante fantasías orales,
~
con el goce, según se sitúe la función fálica. Cuestión muy precisa
anales, invocantes y escópicas, variantes del menú del que se sirve el cuando de padres se trata.
neurótico. Pareja de padres, fantasmas individuales y parentales cobijaran al
La preservación de la función de la falta por obra de la eficacia de hijo en su advenimiento al mundo, quien estará in-mundo por efecto
las funciones parentales, permite que lo imaginario de la demanda se de la transmisión de la castración en cada una de las chances singula-
enlace al sentido otorgando consistencia al cuerpo. res que contingentemente le toquen.
En los tiempos instituyentes del sujeto se delinean bordes y deri- Aclaro que cuando menciono la pareja parental no contemplo
vas de goce en el a-muro significante inventado por Lacan que alude ningún factor ideológico, cultural, ni religioso acerca de su conforma-
al amor y al muro, al objeto a. El amor se escribe en una superficie ción. Recibí en la consulta niños cuyos padres eran del mismo sexo
consistente, la piel, el cuerpo, con los vacíos que produce el objeto a y y sin embargo, la parentalidad, en su estricto sentido operatorio, no
sus especies. El cuerpo deviene sensible a los ecos de la pulsión. Pero evidenciaba dificultades. La pareja parental es, a ini criterio, la opera-
cuando los bordes reales del contorno del cuerpo no se instituyen, el toria de transmisión de la lengua, en consecuencia, hombres y muje-
niño los busca, a veces frenéticamente, a los golpes, chocando con res, padres y madres están en condiciones de transmitir la lengua y
algo que limite el movimiento, algo que oficie y se convierta en con- los obstáculos que impone el malestar, real, de la cultura. Ahora bien,
torno, la piel externa de la que parece carecer su cuerpo. madre y padre son funciones estructurales que se desarrollan y mode-
La clínica que toma en cuenta estas vertientes de la pulsión, las lan contingentemente, ocupan un lugar con consecuencias indelebles
ineficacias en su montaje, pone a cielo abierto las vicisitudes de la en el por-venir de los hijos.
organización sexual que nos advierte de los obstáculos en la transmi- Padres y madres heterosexuales, homosexuales, casados, solteros,
sión de la castración. Las dificultades se evidencian entre el niño y sus en concubinato - diferencia que cada tiempo cultural subraya- por-
pares, entre el sujeto, el Otro y los otros. tan y dejan efectos singulares en los hijos y en sus historias, por eso
Pongo a consideración la siguiente afirmación: la hiperactividad y es importante señalar que no se trata de subrayar el modo de elec-
las impulsiones en los niños son una manifestación clínica de la pul- ción de pareja de los padres sino cómo estos encarnan las funciones
sión, un modo problemático en que se estabiliza la pulsión cuando las parentales.
identificaciones trastabillan por ineficacia de la demanda materna, Mi experiencia con hijos de parejas heterosexuales me permite afir-
que en su primer recorrido, a veces mítico, no oficia a partir de la mar que los primeros no dejan de presentar síntomas y problemáticas
causa de deseo sino de las dificultades concernientes a la escritura neuróticas o psicóticas por provenir de tal conformación familiar. Lo
del a-muro 42 • que sí queda pendiente es la apreciación de los efectos clínicos que
La poesía de Tudal que Lacan menciona en diferentes momen- aparecen en las nuevas formas de matrimonio y neoparentalidades.
tos de su obra dice que entre el hombre y la mujer hay un mundo, Las palabras de los padres impactan y sus ecos dejan huellas tanto
un muro, un a-mur, objeto a, amor y muro. Entre un hombre y una en la repetición como en la creación. Pero el niño no es una repetición
mujer, entre deux-d'eux, entre dos y entre ellos, puede constituirse la a secas de los impactos del Otro del lenguaje, no es hablado por el
pareja parental. Entre ellos dos, deux-d'eux, hay un mundo y un muro, Otro, sino que constituye su alfabeto vivo a partir del Otro 44 •
ninguna complementariedad43 •

42. Esta propuesta está desarrollada en el capítulo III de este mismo libro.
43. En este terreno Lacan demostró una enorme libertad que nos permite seguir
reflexionando sobre la parentalidad. Entre-dos y entre-ellos puede concebirse tanto 1111 Ln hipP rnctlvidncl, In desatención y algunos fenómenos psicosomáticos ponen en
el m atrimonio tradicional y sus hijos como las neoparentalidades. t•vidl·.lll'in tnnt o los rxrrsos co mo el desengarce entre el cuerpo y la palabra.
68 Liliana Donzis
Niños y púberes. La dirección de la cura 69
El niño es todo movimiento. El movimiento casi una suerte de evidencia por el absurdo, _es algo en lo que tenemos
es la ley de la niñez que detenernos, recordando lo que ya les indiqué como siendo la pro-
piedad más radical-si se puede decir- del significante" 46 •
Los significantes de la madre destruían la incidencia de la prohi-
Con esta frase: "El niño es todo movimiento. El movimiento es la
bición paterna. Este hijo era quien le ofrecía a la pareja parental la
ley de la pjñez",una madre justificaba los desórdenes y la hiperactivi-
escena de la destrucción del vínculo matrimonial, que se mantenía
dad que :¡nanifestaba su hijo, a quien sus compañeros no dudaban en meramente por razones religiosas e ideológicas.
designar como el destructor. A cada paso rompía y golpeaba lo que se
La consulta, que se realiza por insistencia de la escuela, dio la oca-
le presentaba en el camino. sión para desplegar sus infortunios personales.
La frase materna lo apaciguaba, de algún modo le resultaba propi-
El niño era curioso e inteligente, le gustaban las actividades plás-
ciatoria, pues con ella se remendaba y se retejía la morbilidad que el
ticas, pero no lograba desarrollarlas. La hiperactividad gobernaba la
exceso p\llsional provocaba. La demanda de amor de esta madre no escena.
enlazaba. significantes al cuerpo de su hijo, sino que lo enganchaba a
Si la ley representada y transmitida por los nombres del padre se
los suyos y lo alienaba ubicándolo junto a ella en la contienda familiar
instaura en la niñez generando el campo propicio para el juego, la lec-
y las desavenencias matrimoniales. El pequeño destructor se encon-
toescritura y el vínculo con el semejante, no es de la misma estofa ni
traba imposibilitado para tramitar el amor materno a través del Nom-
produce los mismos efectos la ley del niño apoyada en el todo movi-
bre del Padre, dificultad que se retroalimentaba e impedía que la ley miento, ley que deja en suspenso la diferencia y el no-todo.
simbólica produjera alguna eficacia.
La función del padre y la función fálica que de él se deduce, ponen
En todos los aspectos de su vida cotidiana, el niño dejaba en evi-
en movimiento el enigma de la sexualidad, pero no la ley del todo
dencia que por efecto de esta fractura en la transmisión del Nombre
movimiento. "Padre" para un niño es la fuente de un enigma -no se
del Padre se ponían en jaque los soportes simbólicos necesarios para
trata de psicologizarlo ni de sustancializarlo en sus prohibiciones-,
desplegar cualquier actividad lúdica con sus semejantes.
pues la función de prohibición que vehicula da al deseo su forma
La fórmula materna afirmaba y negaba al mismo tiempo cuestio-
enigmática, algo de lo que el sujeto se encuentra separado -la nega-
nes ligadas a la ley, introducía una norma con la que frenaba cual-
ción produce eficacia gramatical y eficacia en la lógica del deseo.
quier interdicción e intervención paterna. La frase pertenecía a su
En el caso del destructor, el padre no dudaba en prohibirle que
acervo cultural, se encontraba en un texto de la educadora italiana
destruyera todo lo que estaba a su paso, pero la madre abortaba cual-
María Montessori45 y con ella legitimaba la descarga pulsional de la
quier intervención paterna. El niño ni siquiera podía obedecer, para
que surgían el apremio y el automatismo como fruto de la falla de la no hacer mayores estropicios.
metáfora. Esta y otras máximas parecidas que surgían del fondo de
"Eso con lo que el niño se las tenía que ver, era con lo prohibido
sus teoríqs dejaban al niño a su merced, no lo aplacaban ni le propo-
(inter-dit), con lo dicho que no. Todo el proceso de la educación, algu-
nían un j,uego. Las mismas también eran dirigidas a su marido, que
nos principios de censura, van a formar ese dicho que no, puesto que
restaba impotente y sin respuesta, mudo o crispado, frente a la cultura
se trata de operaciones con el significante indecible; y eso supone que
educadora de su esposa.
JI sujeto percibe que el dicho que no, si es dicho, es dicho, e incluso si
La madre no descalificaba al padre como tal, eso no estaba dicho,
no es ejecutado, queda dicho. De ahí, el hecho de que no decir es dis-
"[ .. .] precisamente diciendo que no se dice, se dice, cosa que parece
linlo que obedecer para no hacer; dicho de otro modo, la verdad del
t!Psco es, por sí misma, una ofensa a la autoridad de la ley4 7."
45. María Montessori (Italia, 1870- Países Bajos, 1952), fue una educadora, científica, Para el nlño, estaba dicho que "sí" al movimiento, también estaba
médica, psiquiatra, filósofa. Devota católica, aunque feminista y humanista itali a na. dicho q ue "no". ·
Creó métodos de enseñanza para niños con dificultades mentales. Advirtió que los
niños necesitan objetos para tocar y manipular en el prcceso educativo y tcmp6 u-
tico, sief\do esencial a su método la actividad física. Cues ti on es que en s qt lw upu nu 41l !>1• ~l't"" L11c11u : NI Sl'minorio, Libro VI: El deseo y su interpretación, clase del 10 de
Llldt~utht" d11 l9Gfl, ln~cll t o .
se tomaban en cuenta.
'l 1 1/J/tl"lll, o ln HM .¡.,¡ 1d11 rlll'f.,mhrf' dn l!l GU.
70 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 71

La negación, tanto desde la puntuación lógica como desde su inci- La cupla pulsión-inhibición habilita, en su doble movimiento,
dencia edípica, puede ser forclusiva o discordancial. Mientras que nuevos destinos a lo pulsional y permite soportar las múltiples vici-
la primera niega el conjunto de las proposiciones en su totalidad, la situdes del fantasma, a condición de que la negación discordancia!
segunda niega una parte del conjunto -todo, pero no todo; es todo, haga su obra. No hay relación sexual es un modo escritural en el que
pero no eso. se asienta la diferencia sexual.
Este último tipo es el que toma Lacan para escribir y articular los Entonces, la madre no es toda ni puede aportar todos los signifi-
maternas de la sexuación. Con ella sitúa la negación de la proposición cantes. El falo es el encargado de la función de castración y nos indica
universal afirmativa, V x <1> x, que podemos leer como: para todo ser que el sujeto no dispone de todos los significantes, solo de algunos.
hablante hay función fálica, castración. Pero al modificar el cuantifi- La notación de esta disponibilidad, que al mismo tiempo designa la
cador de la proposición introduce una formulación que niega el uni- ligazón con la represión primordial, se escribe V x <1> x.
versal afirmativo, dice que el todo puede negarse y escribe: no -toda El infans arriba al mundo para habitar el lenguaje. Este real, magma
función fálica, no-toda fálica. Dicho de otro modo, el goce puede ser de goce, está destinado a la pérdida. El sujeto se exilia del lenguaje en
otro goce que el goce fálico, siendo que este último queda adscripto la medida en que surge la lengua que lo parasita y que no es idéntica
para una madre como goce del cuerpo falicizado del hijo. Es así que el a la lengua materna. Pero por efecto de su entrada en una lengua, por
cuerpo del hijo es eventualmente el representante fálico. constituir su alfabeto, lalangue, también se exilia del goce primordial.
El no-todo afecta a la fórmula y a la posición materna. Si una "El hecho de que un niño diga quizá, todavía no, antes de que sea
madre también se sitúa como mujer, es decir, en función fálica y como capaz de construir verdaderamente una frase, prueba que hay algo en
no-toda fálica, esta condición recae sobre el hijo y propicia la instau- él, una criba que se atraviesa, a través de la cual el agua del lenguaje
ración de las formaciones del inconsciente (el chiste, el síntoma, los llega a dejar algo tras su paso, algunos detritos con los que jugará" 48 •
sueños, el olvido). La falta no es nombrable más que fantasmáticamente, sosteniendo
La función de la negación que opera en el discurso corresponde a el deseo como deseo del Otro. El niño adviene neurótico a costa de
la negación discordancia!, la cual permite que el sujeto, niño y niña, una pérdida, un resto no simbolizable ni especularizable.
tenga en cuenta que no existe el universo de discurso, que no se trata En la clínica comprobamos que el pasaje por la castración no es sin
del todo, pues en él hay una falta, que está involucrada en el no-todo el pasaje por la castración del Otro, digamos, la madre. Pero cuando la
de la escritura de quien se dice mujer. Es por la vía del significante madre es toda fálica, la pulsión gobierna eróticamente el movimiento
como el sujeto se sexúa. e impide el surgimiento de lo lúdico y la concatenación del deseo.
El fantasma como respuesta a la castración del Otro opera en la Las primeras entrevistas lúdicas con el destructor ponían de mani-
figura materna transmitiendo el enigma de la sexualidad y el goce, fiesto su agresividad y su dificultad para detener su impulsividad.
al mismo tiempo que indica su anudamiento a la represión primaria Efectivamente, rompía y desarmaba todo aquello que tuviese delante.
y al deseo, efecto de la operación de castración. Asimismo, remite al En el trabajo con él y sus padres se fueron hilando otros juegos en
p adre, cuya función conlleva la castración y el falo simbólico. los que la pulsión encontró el camino de la sublimación, aunque los
Para el niño de la fórmula: "La niñez es todo movimiento. El movi- m omentos de tensión, dominados por su insistente deseo de romper,
miento es la ley de la niñez", la negación discordancia! no se enraíza. siguieron existiendo.
El no-todo queda suprimido por la madre, para quien el niño está en Romper o no romper, destruir o no destruir, eran alternativas que
acuerdo con la función fálica. Todo falo, todo movimiento. sonaban reiteradamente en las sesiones. Luego de varias intervencio-
Freud supo transmitirnos la importancia de la Verneinung, la nes, sus dibujos le mostraron que también podía realizar cosas juntas.
negación, de hecho planteó tres formulaciones de la misma: la que Fue entonces que comenzó a construir edificios, casas y chalets, un
opera en la Verdriingung-represión-, la que lo hace en la Verleugnung mundo de pequeños ladrillos donde había diferencias.
-renegación-, y la tercera, en la Verwerfung -rechazo. El punto es que
sin el apoyo escritural de la negación no se produce el correlato entre
pulsión e inhibición. 111 !11• •1'11''' I H<'ttn · "Cn11fPron cia en Ginebra sobre el síntom a", enlntervencionesy texto
•, 1\ !.ttl''"'' ''l. ll!i•' ' iliiiAirt•s, lfl flfl , p. 129.
72 Liliana Donzis

Insistía en restaurar casas antiguas, tuve que surtir la caja de jue-


gos con elementos destinados para tal fin. Descubrí un arquitecto
delicado y dedicado a construir canales para los ríos y hogares para
Capítulo 3
varones desvalidos; también obras de arte amasadas con plastilina y
masa. Las vicisitudes pulsionales fueron encontrando cauces para sus
transformaciones. · Clínica de la pulsión en la niñez
Mientras tanto, en las entrevistas con los padres -sin la presencia
del niño- se pudo lograr, con mucha dificultad, que la madre diese un
lugar diferente a la palabra del padre, quien al legitimar su posición
brindó al niño otro lugar y permitió que se restaurara una disconti-
nuidad en el movimiento pulsional.
El tiempo de análisis con él fue breve, pero también muy intenso.
Pulsión y goce 1
La palabra del hombre
Se ha convertido en floración parásita.
Hay que cavar detrás de la escritura,
Hasta encontrar la otra, la cegada.
Roberto Juarroz: Poesía vertical

¿Es posible sostener un psicoanálisis en la infancia, cuando en las


operaciones instituyentes se conjuga el enlace entre cuerpo, pulsión
y lengua, unas incipientes articulaciones de lo inconsciente con la
sexualidad, es decir, de lo pulsional, sus trayectos y fijaciones?
Aun cuando nuestra praxis se edifique en el andamiaje de los tiem-
pos de la constitución de la neurosis infantil, el trabajo con los niños
nos cuestiona y puede que nos parezca un análisis atípico, respecto
del análisis del neurótico.
El lugar del Otro toma consistencia discursiva y transferencia} en
los padres. La experiencia en el trabajo con los niños revela que la in-
fancia no solo cursa entre cuidados parentales, sino también bajo el
imperio de las pasiones en las que un cuerpo, el del niño, hace desper-
tar en los adultos los goces más aberrantes.
La escritura de la estructura y su relación con la temporalidad es
uno de los temas que me interesa interrogar porque he advertido que

1 V,j ,,¡,,ll!\I'IH h<~tntlll dt •l tex to publicado con el título "La infancia. Pulsión y goce",
flll f ruH/vtiiPI Slwn um/ /.'¡,., r/ N" 211, Ed. de la Escuela Freudiana de Buenos Aires,
Jl\i"IIII ~Ail"•· -'1111',
74 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 75

de acuerdo con la noción y la concepción de la temporalidad que nos su inconsciente, se une al cuerpo. Esa deriva de goce, con su insisten-
formulemos vamos a abordar de uno u otro modo nuestro enfoque cia de que la satisfacción se efectúe mediante el rodeo del objeto, se
sobre la infancia2 • articula con un cuerpo, no sin los oficios prestados por el Otro que ·
La niñez demarca una secuencia lógica en la estructuración de la en la reiteración de la demanda bordea, hace límite y contorno de lo
neurosis, tiempo cuyos ritmos laten al compás del movimiento pul- que será en un niño su camino de ser sexuado, tal como lo menciona
sional. Freud: "He ahí la pulsión".
En la infancia, las zonas erógenas son las fuentes en las que los fo- La lengua colorea de sexualidad el cuerpo, dibujando en la inti-
nemas se sexualizan. Los juegos y los sueños de los niños (Freud dixit) midad de los goces la lógica que el psicoanálisis denomina "destinos
vehiculizan palabras y nombres que se pueblan de satisfacciones gra- pulsionales", aquellos que trazan el destino de ser sexuado. Por efecto
cias a la deriva de goce que la pulsión imprime. de esta sustracción cesa de no escribirse lo que en la contingencia de
En 1905, en Tres ensayos de teoría sexual, Freud dice que la pulsión la sexualidad demarca las condiciones de goce.
se produce en la niñez; con ella sitúa e instala un límite entre lo psí- En el seminario de 1964, Lacan anuncia que la sexualidad se esfuerza
quico y lo somático. Parafraseándolo podemos decir que la pulsión por entrar en el campo del amor, que incauta una por una las pulsiones
demarca una articulación entre el sujeto y la sexualidad. parciales que son requeridas en el campo de la sexualidad. Así, median-
Cuando Lacan se refiere al fantasma materno señala la diversidad te un atajo que pone en juego el campo del lenguaje en el que se forja la
pulsional en la que abreva la demanda materna que realiza orificios y demanda de amor, establece una relación entre pulsión y amor.
mapea zonas erógenas en el cuerpo del infans. Es así que de una ma-
dre surge, deseo mediante, una historia singular, para con cada uno
de sus hijos, que se enlaza a lo más íntimo de sus recorridos pulsiona-
les y al mismo tiempo articula la estructura subjetiva del niño. Amor y goce. Eros y Tánatos
En el seminario sobre la lógica del fantasma, Lacan plantea que
el niño pende del imaginario de la madre por efecto de la operación El cuerpo del niño, si se me permite una metáfora, es tiempo de
fundante de alineación, unión en la que es necesaria una separación, transformación de goce en el que se enclava la intrincación pulsional
un clivaje entre uno y otro, que él formula con la escritura: Uno menos -que comienza su itinerario de lazo y letra-, el amor y la muerte. Este
a, 1-a3 • enlace no es sin la versión del padre.
En los tiempos de la niñez, por efecto de la división del sujeto que Algunas experiencias de curas llevadas a cabo con niños me permi-
realiza el lenguaje -operación originaria-, el objeto a cae del campo ten avizorar que el enlace entre amor, deseo y goce es precario en la
del Otro y da la chance de su enlace y su inserción en el cuerpo a través infancia, aun cuando ya se encuentre enlazada la arquitectura del nudo
de los recorridos pulsionales. El a comporta el enlace y la inserción de borromeo (real, simbólico e imaginario). El niño ensaya sobre el amor.
la pulsión con la sustancia gozan te, operación en la que el significante Agape, Philo y Eros son tres nombres del amor en griego. El pri-
se inserta en el cuerpo y es causa del goce fálico. Este acto instituyente mero remite al amor cristiano, teocéntrico 5; el segundo, al amor in-
produce una escansión temporal en la vida del sujeto, momento lógi- telectual; el último, que comprende la falta, al amor concerniente al
co que instala un antes y un después. uerpo sexual y al fracaso del inconsciente.
La cuerda imaginaria se enlaza a lo real pulsional que se umbilica A los bordes del cuerpo afectados por la pulsión, Freud los nombró
cerrando el orificio de lo simbólico4 y constituyendo una de las vías en "eró gen os". Para él, Eros, uno de los nombres del amor, es pulsión de vida.
la que lo visto y lo oído primitivo, eso que hace que cada quien tenga I.acan escribe vida en la cuerda de lo real y escribe muerte en la cuerda de
lo l; imbólico - es menester aclarar que muerte en lo simbólico atañe a la
2. Ver el capítulo VI de este mismo libro. sr•gur1da mu erte, la que vivifica al sujeto por obra del significante.
3. Conceptualización desarrollada en el apartado "Mateo, la imagen entre el sonido y la
palabra", capítulo JI de este mismo libro.
4. Jacques Lacan: "Respuesta de Jacques Lacan a una pregunta de Mnrccl Hillt•t'", ,." '• lr;idnJ P V• · ~ ll /'/ Jllllfillll > / •'"'' 11 '1'~ y rlt•sr•llltu ·r·.< tlel goce, Ed. Pa idós, Bue nos Ai rés,
Suplemento de las notas No 1, Escuela Fre udinn n de Buenos Ait'l'S, 1~lll!l. _1 1111 1
Niños y púberes. La dirección de la cura 77
(j Liliana Donzis
En su artículo de 1925, La negación, menciona que la incorpora-
El cineasta, autor y director Woody Allen, en una conferencia de ción está al servicio de la vida y que lo expulsado es aquello ajeno al
prensa que ofreció en el auditorio Kaufmann de Nueva York, comentó: yo, afirmación que es subsidiaria del juicio de atribución. Negar una
"Mi madre decía que fui un niño dulce durante los primeros cuatro atribución requiere de otra función: el juicio de existencia, que indica
años de mi vida. Luego me amargué. No hubo un momento traumá- que la cosa puede o no existir. Esta elucubración freudian a dejó con-
tico. Fue un misterio. Solo puedo atribuirlo a la conciencia de la mor- secuencias en las diferentes hipótesis sobre el tiempo de la pulsión en
talidad". la niñez, sobre su relación con el inconsciente y la sexualidad, y nos
La muerte, real de la vida, miSterio del tiempo y del cuerpo, marca dejó a los analistas que nos interesamos por el sujeto en la infancia
a fuego por la vía de lo simbólico y lo imaginario su enigma en el amor, varios interrogantes.
el deseo y el goce. Sexo y muerte son la cuña en la palabra que descu- En dicho artículo precisa un momento mítico de afirmación y ex-
brimos en cada análisis, en cada rincón de la combinatoria de la letra. pulsión originarias, Bejahung y Ausstossung, operaciones que no son
Amor y muerte se presentifican y "opacifican" en las dos caras de la observables, sino que conocemos por sus efectos, y que acarrean en la
pulsión; se enredan, o lo que es peor. .. se desenlazan. constitución de la estructura la posibilidad de la neurosis. Anteceden-
El acto instituyente del sujeto en la niñez marca a cara o cruz los te necesario que sitúa el juicio de existencia y el juicio de atribución,
itinerarios, los caminos del amor y del saber, la articulación entre in- ambos como requisitos para la escritura de la negación, para que la
consciente y sexualidad. función de la negación se produzca.
La afirmación primordial, condición de la negación, instala una
atribución que deja como consecuencia que dicha atribución puede
existir o no. Afirmar o negar requieren de una partícula gramatical que
Pulsión, inhibición, negación interviene en la lengua. El inconsciente, dice Freud, no conoce la ne-
gación ni la contradicción, es decir que la negación es un elemento de
El aforismo lacaniano no hay relación sexual indica que la sexuali- la lengua, no del inconsciente, ya que en este no hay representación
dad no es ajena a la castración, que la letra se encadena al fantasma de la negación ni de la contradicción. La negación, entonces, concier-
a través de la pulsión, camino en el que se articulan sus trayectos y ne a una partícula gramatical que como efecto de la lengua incide en
rodeos por las especificaciones del objeto. la enunciación. Según Freud, este es el antecedente lógico de la re-
En el Seminario XXV.· El momento de concluir, Lacan ubica tres presión y/o surge en el retorno de lo reprimido para negar lo afirma-
cuplas que escribe en el nudo borromeo: real-fantasma; principio de do, vale decir que es del orden de la sustitución, la que concierne a la
placer-inconsciente; pulsión-inhibición. La dupla, cupla, que mar- operación de la metáfora, cuyo éxito, aunque no haya representación
ca la polarización pulsión-inhibición supone un movimiento entre lograda porque esta siempre es fallida, radica en producir un retorno
ambos, entre goce y nominación imaginaria, que a mi entender da la sustitutivo -tal como lo vemos aparecer en el síntoma, el sueño, el lap-
chance de que la inhibición opere, entre las vicisitudes de la deriva de sus y el chiste.
goce, como freno o suspensión del trayecto de la pulsión. Esto quiere En los tiempos que anteceden a la operación de la represión, el
decir qw3la inhibición ir:.tenta detener el empuje constante de la pul- niño usa la partícula de la negación discursiva como intento de tacha-
sión, que haya una detención asentada en el yo y en la consistencia dura -Lacan dice que esta es una represión débil. La negación en sen-
del cuerpo. tido estricto es, en la niñez, un preludio a la operación de represión,
La inhibición no es sin die Verneinung, la negación que hace juego que tiene dos alcances: uno en el terreno de la lógica y de la gramática,
en la pulsión -tal como ya fue especificado6 , Freud sitúa a la negación otro en el terreno edípico. Pero el adulto también apela a ella: "Soné
como efecto del juicio de atribución y de existencia. cu n una señora - le dice a su analista- que no es mi madre". El no es
l!ll madre es lo que Freud indica como negación de la existencia de lo
L(lll' .(_·xJs tc.
6. Ver apartado "El niño es todo movimiento. El movimiento es la ley ele 1:1 n iilp7.", 11 11 .,¡
capítulo II de este mismo libro.
78 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 79

La negación discordancia! introduce una muesca, una diferencia: la diferencia. Jorge Fukelman dijo, en más de una oportunidad, que
todo, pero no eso 7 • el juego vela la verdad. Por mi parte prefiero decir que enlaza lo real;
Los niños conquistan la negación de la existencia primero en for- revela la verdad y empalma lo real.
ma práctica. René Spitz sitúa el "no" como un "no" práctico que le per- El sujeto, que surge entre significantes, se sitúa como tal en el pro-
mite al niño tanto comprender como obedecer órdenes. Lacan dice nombre y el sentido, entre el yo y el no-yo. (¿Qué quiere decir el "no"
que obedecer una orden simple es aplicar una obediencia para no ha- del yo? ¿Acaso es la negación del yo?). La función del juego entre yo y
cer, es decir que no implica aceptar lo que el otro dice, se trata de algo no-yo es restaurar los déficits, lo astillado que pudiera haberse produ-
meramente práctico que regula la acción. Hacer o no hacer, accionar cido en la constitución de la imagen especular y en lo no especulariza-
o no accionar, obedecer la orden de la negación implica que la misma ble, lo que no entra en el espejo, pero constituye la reserva libidinal, tal
ya está articulada y que el niño puede, a su tiempo, descontarse de la como Lacan designa a la castración imaginaria. "En cuanto empieza a
cadena como un uno. hablar, el rasgo unario entra en juego. El hecho de poder decir 1 y 1 y
La negación pasa de un uso práctico a un plano discursivo, del "no" a 1 más, y 1 más, constituye la identificación primaria. Siempre se tiene
un "no" discursivo, al dicho que "no". Asimismo, se articula con el dique que partir de un l. [ ... ] es a partir de ahí que se inscribe la posibilidad
que Freud enuncia con respecto a la pulsión, que comienza su itinera- del reconocimiento en cuanto tal de la unidad llamada i(a).
rio por un estímulo sensorial-la fuente-, rodea un objeto contingente Ese i(a) está dado en la experiencia especular, pero, tal como les he
y encuentra la satisfacción en la.reinserción en el cuerpo. Para realizar dicho, esta es autentificada por el Otro y como tal. [... ) en el plano de
este trayecto es menester que el yo esté organizado, de modo tal que i'(a), que es la imagen virtual de una imagen real, no aparece nada. He
pueda inhibir o modificar a través de un nuevo recorrido a la pulsión. escrito arriba (-q¡), porque tendremos que llevarlo hasta ahí la próxima
En estos movimientos, el cambio de fines y de trayecto permite que las vez. Este menos-phi no es más visible, más sensible, más presentifi-
derivas de goce se transformen y alimenten nuevas acciones, entre ellas cable allí que aquí, bajo i(a), porque no ha entrado en lo imaginario" 8 •
el juego y el dibujo, así como ciertas formas del transitivismo. Eso que no entra en lo imaginario, lo irrepresentable, toca una ausen-
En el juego, como ya dije en varias oportunidades, se crean esce- cia reeditada a nivel de la significación fálica.
nas, formas imaginarias y simbólicas que proponen un trabajo con En ocasiones el juego es una metáfora y en otras, un eficaz lengua-
la ausencia y a esta como contorno de simbolismos. La creación de je-herramienta que delinea el objeto a, las pequeñas cositas del juego,
escenas lúdicas provee argumentaciones que le permiten al niño es- con la pregnancia del falo. A veces sigue la línea del desplazamiento
tablecer enlaces entre la imagen y el trazo, argumentaciones que en el entre representaciones; a veces, el de las sustituciones que represen-
análisis se sostienen gracias a las briznas del fantasma. tan al sujeto para otro significante, donde las palabras, paro les y mots,
En lo lúdico se articula la negación, hay algo que no está y que debe materializan un efecto sustitutivo. Las dificultades en su instalación y
ser representado por otra cosa, el objeto y los significantes. En la distan- formación nos advierten de las problemáticas atinentes a la constitu-
cia que producto de una ausencia se extiende entre el espejo y lo refle- ción subjetiva. La ausencia del juego, las interrupciones o los acciden-
jado surgen los significantes, que pueden ser representados por otros tes que aparecen en él son el material en el que leemos la emergencia
significantes, deslizamiento entre significantes que advierte de un va- o el empantanamiento del sujeto en la infancia.
cío imposible de llenar por completo. Dicho de otro modo, en el Otro Lo lúdico tiene su raíz ey el movimiento pulsional, del que toma su
hay un hueco que sitúa una falta que se va contorneando y limitando carga, no es sin el resorte que la pulsión le imprime, y aporta algunos
por el carril del significante, en el que la pulsión hace su recorrido. hilvanes a lo que será el fantasma 9• Cuando las pulsiones se enlazan 10
En el transcurso de un análisis hay cambios en los juegos, aun
cuando el niño siempre juegue a lo mismo, porque la repetición hace
O. Jncques Lacan: El Seminario, Libro X La angustia, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2006,
p . 51.
7. ¿De qué modo Lacan introduce esta cuestión respecto del goce en los maternas de la fl. Vf'r cl a partado "El niño está hecho para tejer y jugar su nudo", en el capítulo 1 de
sexuación? En la proposición que sitúa que hay un no-todo goce fálico. No es solo ••HJu miM mo li bro.
una función en el discurso, sino que es también una función lógica qu e se '"l lcul" 1O Jln• ud rt .. nrHII inó perversión polimorfa infantil al tiempo en el que las pulsiones
con las categorías modales. loduv ln no'''' ••11 1 11 1\Ilii ll n enl nzad ns.
80 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 81

bajo el imperio del Nombre del Padre y de la articulación falo-castra-


ción las producciones del niño adquieren una eficacia metafórica y la
Diagnósticos: hiperactividad y déficit de atención
negación resulta afectada en su existencia misma, ya que pasa del uso
meramente práctico a ser una negación gramatical y discursiva. Variados padecimientos por los que se consulta a un analista tie-
René Spitz estableció una relación entre el"no" y el"sí" 11 , siendo la nen su enclave en el montaje pulsional, en el automatismo como re-
primera forma de la negación, la negatividad semántica e ideacional, verberancia corporal que no encuentra un modo de escribir las fun-
no conceptual; ella es el germen de lo conceptual y antecedente del ciones de negación y de inhibición. De un modo u otro, la pulsión no
"sí". Lo cito: "El uso volitivo del contenido ideacional de la negación encuentra una escena, ni siquiera la escena lúdica más primitiva que
en el gesto semántico 'No' es sin duda alguna el logro intelectual más haga de detención al Drang, a su fuerza constante, que se resuelve
espectacular de la infancia [... ) Es probablemente la primera conquis- como compulsión y tendencia a la descarga. En estas dificultades se
ta del símbolo verbal y del gesto de un concepto abstracto[ ... ) es el in- puede contar el golpe, enumerarlo en su repetición, pero el niño no
dicador visible de que el niño ha logrado la abstracción de la negativa puede recorrer el camino de la palabra ni el del juego.
y el rehusamiento [... ).El concepto 'No' no existe en el inconsciente. Padecimientos corporales, hiperactividad, desorden de atención,
La negativa es una creación del Yo y es puesta al servicio de la función clasificados y medicalizados por la psiquiatría imperante como ADH-
del juicio del Yo". Y prosigue diciendo que el gesto "no" aparece como ADD, tienen su raíz en el déficit del montaje de la pulsión.
remanente de la situación anaclítica, en palabras de Freud, como el Cuando la vacilación del Otro de la demanda no permite resolver
made in Germany, el certificado de origen. la tensión en un montaje de escena, la hiperactividad como tendencia
El"no", según Spitz, contribuye a enriquecer las respuestas del niño a la descarga es la prima de placer que el niño encuentra en el desor-
tanto a nivel práctico como conceptual; posibilita obedecer órdenes y den motor. Por esa vacilación del Otro, el niño cae de la red signifi-
da origen a la ideación. cante, la lengua materna no hace cuerpo y no favorece la posibilidad
Para Freud, los efectos fundan tes de la negación conciernen a la lec- de la espera, Ja necesaria estructura de demora, resolviéndose por el
tura de lo inscripto. Por su parte, Lacan subraya en ella lo interdit, la contrario en sufrimiento. La tendencia imperiosa de la pulsión a la
prohibición y el dicho que no 12 • El dicho que no es para el niño la lectura descarga se hace sufrimiento, apremio que no halla la demora que el
que opera sobre la traza de la pulsión, que interrumpe el itinerario del fantasma aporta, aporte que en la niñez a veces queda subsumido a
Drang pulsional, lo suspende y eventualmente lo obliga a hacer otro los engarces pulsionales de la fantasmática materna. El colapso del
recorrido -esta es la articulación pulsión-inhibición que ya mencioné. fantasma no depende de que la madre sea psicótica o neurótica, aun-
En 1956, en el Seminario VI: El deseo y su interpretación, Lacan afir- que no es sin consecuencias en uno u otro caso, sino de lo precario de
ma que la obediencia de no hacer equivale a la orden del superyó y sus enlaces que no pueden aportar ese mínimo necesario de imagen,
se diferencia del dicho que no, interdit, entredicho, pues este último, i'(a), que auspicie una estructura de demora en el niño 14 •
en tanto negación discordancial, permite al sujeto descontarse de la La constelación pulsional del Otro materno deja diferentes trazas
cadena, es un decir de lectura y escritura concerniente al sujeto y no en el hijo si lo toma como objeto de goce, por el lado de la significa-
al Otro parental 13 • ción fálica o ambas a la vez 15 . En el primer caso, la hiperactividad y la
Todas estas distinciones, que serán articuladas en lo que sigue, re- desatención en el aprendizaje son las respuestas pulsionales que no
sultan de gran importancia en la clínica analítica de los padecimien- hallan la necesaria estructura de demora en la articulación negación-
tos psicosomáticos. inhibición. Los niños que no encuentran anclaje en el deseo parental,
deambulan en el lenguaje. Gobernados por lo intemporal de la deriva
de goce, manifiestan una continuidad sin discontinuidad, sin la efica-
11. René Spitz: No y sí. Sobre la génesis de la comunicación humana, Ed. Paidós, Buenos ia del significante que aporta la función de la palabra enlazada a la
Aires, 1966, p. 123.
12. Jacques Lacan: El Seminario, Libro VI: El deseo y su interpretación, clase del JO do
diciembre de 1958, inédito. 111 /\ Lplun tna r la rul;•ció n entre repe tición y pulsión, Lacan toma el término souffrance,
13. Silvia Amigo: Paradojas clínicas de la vida y la muerte, Horno Sapi ons l ~di d unn , . , ' 1"" ,, , 1! IHtr, lll tln l ll' una do hl v <lco pció n: sufri r y esperar.
Rosario, 2003. 1'• I •II•JII"~ ' '" •111 111 111/1,•, rli'i Jllfmrmof i~ta, duHo cl('l :l df' marzo dP 1')72, inédito.
82 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 83

pulsión. Se trata de situaciones en las que no se alcanza a formular un El axioma del fantasma, sujeto dividido en disyunción -conjun-
límite a la errancia de la pulsión, el juego y el dibujo no se constituyen ción con el objeto- opera tanto en la cura como en la posición sexual,
sino muy precariamente. permite la relación del parletre con el goce en la niñez, y su puesta a
La pulsión es el antecedente lógico de lo fantasmático, de esa zona punto en un psicoanálisis no se homologa con la del neurótico pos-
que Lacan denominó de pantalla y de orilla a la deriva de goce -que puberal.
atañe al juego y ál dibujo- 16 , que si no se teje en la lalangue, no se or- Para los niños, el registro de la función sexuada se vincula con el
ganiza su montura de significante e imagen. falo como lugar princeps de la diferencia. Sin embargo, Lacan dice que
Desde el ángulo de la significación fálica, el juego hace consistencia la sexuación requiere de otra dimensión, ya que si para los partenaires
y el dibujo se presenta como la chance de desplegar nuevos recursos. hay apoyatura en la función fálica, el obstáculo entre ambos polos es
El juego como escena y montaje da color y textura a la pulsión, como el goce. Para los niños, la posición de "para todos hay función fálica"
si se tratase de la edición cinematográfica, demorando la descarga del conlleva la castración, pero no necesariamente la negación del todo,
Drang por la vía sustitutiva, que a su vez requiere de lo dicho que no, es decir que como argumento, la función fálica domina respecto de la
es decir, de la escritura lógica de la negación. escritura del no toda es. La existencia y consistencia de la madre fun-
ciona como obstáculo en la escritura de la contingencia.
Los niños juegan con la sexualidad de diversos modos, pero si se
rompe la coordenada lúdica se produce un pasaje a lo real del goce
Nota sobre el fantasma sexual y del otro sexo, tal como aparece en el pasaje al acto o en el
abuso sexual al que pueden quedar expuestos -advertimos que esta
En los últimos tiempos he observado que los analistas que traba- entrada en la sexualidad es una anticipación en la que el niño queda
jan con niños dan gran relevancia al juego. Aclaro que este no es un fuera de juego y bien sabemos que le será difícil procesar. Sin embar-
ideal del análisis con niños, sino una opción privilegiada que nos ofre- go, el fantaseo de las escenas de seducción y su puesta en un escena
ce los recursos del lenguaje y un intento de respuesta del lado del niño lúdica son aconteceres propios de la investigación sexual infantil que
frente a los requerimientos pulsionales. aportan consistencia imaginaria al axioma.
En el tiempo de la infancia, la pulsión, el cuerpo y el lenguaje de- Los juegos de seducción y de índole erótico entre pares tienen
marcan una zona de juego que no es ajena a las consecuencias de la eficacia en la sexualidad y en la declaración de sexo, pero cuando la
constitución del yo y sus efectos de unificación imaginaria del cuerpo. sexualidad pasa a ser un ejercicio con alguien que no es un par, las
Las imágenes auspician el lazo con los otros. consecuencias tienen otro tenor.
El juego se emplaza y toman lugar retazos de lalangue, que como
imaginerías eróticas y erógenas se soportan en la función fálica y pre-
ludian la configuración de la condición de goce en la neurosis.
·En la infancia no siempre contamos con el ve/ unifican te que apor- Clínica de la pulsión
ta la estructura del fantasma y nutre la transferencia mientras presta
el cobijo del amor y el deseo en su particular envoltura del objeto. Los A menudo los niños se nos parecen[... ].
niños cuentan con los itinerarios de la pulsión parcial, riberas de goce A los que por su bien hay que domesticar[. .. ].
con las que podemos intentar operar pero que no implican la defini- Niño, que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca.
tiva condición de goce que hace que cada quien se escriba hombre o
mujer. Joan Manuel Serrat

El s ufrimi ento surge y reverbera tanto en la palabra como en el


16. El jugar y el dibujar del niño en análisis, que con Lacan definimos fantasma inof( •n-
ctl('rpo. El rl' IJe rtorio de afecciones, padecimientos y síntomas que
sivo, es una pantalla frente a lo real, ruta de exilio necesaria y propicia pnrn lrt llorn
ción parásita del lenguaje. Jllt'rw nt :ul lo tl ninm; es amplio, variado y complejo. Su abanico va
84 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 85

desde el autismo a la fobia, sin descontar las afecciones psicosomá- o actúan como si tuvieran un motor; hablan en exceso. He aquí la ca-
ticas, las enfermedades autoinmunes, el llamado ADD y la hiperacti- racterización del trastorno de hiperactividad en la infancia según el
vidad, entre las variadas nomenclaturas en uso. DSM IV
En más de una ocasión me pregunté a qué responde cada uno de La nomenclatura de estas problemáticas clínicas por las que tan-
estos padecimientos, si están determinados por distinciones en lo to me pregunté y que la neuropediatría denomina "disfunción cere-
instituyente de la estructura y por diferencias en el anudamiento de bral mínima", "hiperkinesia", etcétera, se basa exclusivamente en lo
las tres dimensiones del lenguaje. fenoménico, motivo por el cual omite y olvida la singularidad de cada
El empalme en acto de las tres dimensiones del lenguaje (RSI) nos niño -tanto la de aquellos que presentan dificultades para mantener
permite pensar la emergencia del síntoma como efecto de lo simbó- la atención como la de quienes manifiestan un exceso en la ejecución
lico en lo real, al mismo tiempo que resulta el punto culminante del motriz. Tal como ya dije, la neuropediatría plantea que son afecciones
proceso identificatorio. En el síntoma subyace la eficacia de la pro- incurables que responden positivamente a la medicación 17 •
ducción de las identificaciones inaugurales: la primaria, a lo real; la se- Pero si el fin no justifica los medios, ¿cuál es la pertinencia de la
gunda, a lo simbólico; y subsidiariamente a estas dos, la identificación medicación en la infancia? ¿Su prescripción es de rigor? ¿No será que
especular que compone en la estructura la organización de la imagen, se la emplea para tranquilizar a padres y maestros? O lo que es peor,
la constitución del ideal y del yo. A partir de este primer entramado se para cumplir con estándares y protocolos auspiciados por la industria
asienta la tercera identificación, propia del fantasma o histérica, que farmacéutica.
hace a la asunción neta del significante del Nombre del Padre. Si el ADD/H triunfa, si el trastorno como denominador común
En cierto tiempo lógico de este complejo proceso se advierte, en - esa bolsa de gatos en la que no se diferencian las singularidades, tal
el tropiezo en lo que se dice, la plenitud del goce fálico, indicándonos co~o aparece en el DSM N- se sigue imponiendo sin que podamos
que en el síntoma opera de modo prevalente la articulación incons- interrogar con qué pasta se amasan cada una de las dificultades en
ciente y sexualidad. Por el contrario, en las manifestaciones en las que cada niño singular, en cada constelación familiar y pulsional, lejos de
prevalece el exceso de respuesta motriz, el golpe y la agresividad, no encontrar una ganancia en ese camuflaje contemporáneo, los niños
hay producción del síntoma, sino que estas problemáticas ponen so- perderán inexorablemente, por no tener lugar una verdadera trans-
bre el tapete las dificultades en la instauración del yo, la imagen y la formación en la economía de goces.
articulación de la pulsión con el lenguaje; muestran una falla a nivel Hace tiempo dije que: "Esta estandarización comporta per se cierto
del cuerpo, particularmente en lo concerniente a sus bordes, su su- grado de iatrogenia y va en detrimento de lo singular de cada niño
perficie y sus contornos. ¿Los golpes son acaso una forma de poner y de cada hijo en relación con sus padres. Pero no solo destaco esta
un límite en el cuerpo? ¿Son un modo de buscar una piel de la que se arista sino también el hecho más que comprobado que por los carriles
carece simbólica e imaginariamente? de la medicalización -las más de las veces innecesaria- un niño pierde
La hiperactividad, motivo frecuente de consulta, es, a mi criterio, o al menos sofoca la chance de viabilizar entre cuerpo y lenguaje las
una manifestación de las dificultades en el montaje de la pulsión que vicisitudes de su organización pulsional, es decir, sexual" 18 .
provoca que el niño no pueda coordinar las excitaciones motrices Los niños inquietos; los que se mueven constantemente y a veces
en su conjunto. La pulsión hace su trayecto, pero algo le impide la no pueden permanecer sentados; los que tiran los objetos por el aire,
reinserción en el cuerpo que produce su satisfacción y que se regis -
tra como fin. En este derrotero, la fuerza de la pulsión inerva el soma
como descarga motriz. 17. Cuando la m edicación no es necesaria, lejos de transformar el padecimiento dej a
A menudo, mueven en exceso los pies, las manos o se remueven en alnií'io a m erced de una interrupción de su proceso de subjetivación -la que mayor-
su asiento; abandonan su lugar en la clase o en otros sitios en los que me nte se presc ribe es el metilfenidato, conocido comercialmente como Ritalina;
tam bi én la ato moxetin a, que si bien se ha retirado del mercado en Estados Unidos
se espera que permanezcan sentados; corren o saltan excesivamen t por prod ucir efectos colaterales adversos tales como la depresión o el pasaje al acto,
en situaciones en que es inapropiado hacerlo; tienen dificultades parn collt lllllil ·dí • I H i nn !lmini ~ t ra d a en al gunos países.
jugar o para dedicarse tranquilamente a actividades de ocio; marchn n 111 1.1 11 111111 111111. ¡,, " !'111 VP I ~lló n poli morfa infantil ", en !mago Agenda, diciembre de
'l llll
Jltj
Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 87

pegan, insultan, patalean y evidencian conductas erráticas, descon- yo y los efectos de unificación imaginaria auspician la aparición del
troladas e impredecibles que dificultan la vida familiar, social y esco- semejante y el inicio del lazo con los otros.
lar, pueden encontrar otro remedio. Mi experiencia me indica que la A su vez, estas operaciones no son sin el falo, que otorga cuerpo a
palabra tiene efectos en los niños y sus familias. lo imaginario y en su enlace con el significante da las chances de que
Estar en Babia, en la luna de Valencia, quedar tildado, distraído, in- el decir encuentre ecos en el cuerpo. "( ... ]las pulsiones son el eco en
quieto; corporizarse en los super héroes de los dibujos animados japo- el cuerpo del hecho de que hay un decir.
neses; tirarse al piso o contra el piso y golpearse contra la pared en bus- Para que resuene este decir, para que consuene, [... ]es preciso que
ca de un límite que en lo concreto sea intraspasable, todo eso supone el cuerpo sea sensible a ello" 20 •
dificultades que merecen nuestra atención por los riesgos que conlle- Mi idea es que aunque dichas operaciones también existen en los
van, pero no nos autorizan a diagnosticar una patología irreversible. niños hiperactivos y en los que no pueden sostener su atención, no
Por mi experiencia, el trabajo psicoanalítico con estos niños y sus advertimos de manera neta la función de la discontinuidad que apor-
padres es harto difícil, de alta complejidad, pero al mismo tiempo es ta el significante ni la eficacia y efectos de las operaciones fundantes
el indicado y el que menor violencia acarrea en los niños. enmarcadas en el Nombre del Padre. Lo que vemos aparecer, enton-
La hiperactividad es, según mi hipótesis, una manifestación clí- ces, es un fracaso o fallo en las mismas.
nica de la pulsión -que no es presubjetiva y requiere del suelo fértil En algunos niños, los más permeables a nuestro trabajo, el desor-
abonado por las identificaciones en tiempos instituyentes-, una mo- den motriz se produce como una vía de escape de la simbolización
dalidad problemática en el montaje de la pulsión concomitante con que no culmina de enlazarse al síntoma y al goce fálico. En calidad de
los movimientos identificatorios instituyentes. Y la cura psicoanalítica objeto, no de causa de goce y deseo, el cuerpo del niño opera como
en niños que presentan un exceso de la función motriz nos muestra un tapón y no como un producto de la identificación al deseo por
que hay que tener en cuenta dos vectores: el que concierne al pasaje efecto de la castración del Otro. En otros casos, la manifestación pul-
del autoerotismo al montaje de la pulsión, y el que desde este pasaje sional desarraigada del cuerpo y de lo simbólico queda inmersa en
remite a la configuración de una escena 19 • La dificultad puede situarse la hostilidad, en la agresión, y se hace patente como desorganiza-
en cualquiera de los dos movimientos o en ambos. Ahora bien, tan- ción e hiperexcitación motriz. En este caso el cuerpo funciona como
to en los casos más viables a nuestra intervención como en aquellos inervación somática, sin que la palabra corte, sin que la medida y la
en que aparece una mayor dificultad clínica, el montaje pulsional re- distancia se encarnen, haciendo que las acciones del niño se vean
quiere de una superficie corporal que sea permeable a la escritura que gobernadas por la continuidad propia del proceso primario. Vida de
los circuitos pulsionales producen. Dicho de otro modo, es menester lo real pulsional desintrincada de la mortificación que produce la
que la imagen del cuerpo adquiera consistencia. eficacia del significante, sus cortocircuitos alimentan la pulsión que
Para que dicha consistencia se enlace a lo simbólico son impres- desorganiza sufrientemente al cuerpo. El trabajo pulsional pone de
cindibles las operaciones fundamentales a través de las cuales el mag- manifiesto, así, el automatismo y la compulsión desnuda de escenas
ma del lenguaje se enhebra, gracias a la lengua materna, en las derivas y argumentaciones. Por el contrario, si se modula con el significante y
de goce de la pulsión. En su reiteración, la demanda materna orilla ;! objeto, emerge una ganancia de goce, plus de gozar, y el juego reina
los bordes del cuerpo constituyendo las zonas erógenas y los bordes ·amo producto de la reiteración del trayecto pulsional.
en fuentes, de las que emanan los estímulos. Esos bordes precisan del El automatismo se diferencia claramente de la angustia ante la es-
narcisismo, que no es sin la imagen proveniente de lo especular y del pera del corte propiciatorio que sentía Juanito. En la angustia hay una
significante -ambos colaboran con la unificación imaginaria de la su- l~s pcra que desespera, pero que al mismo tiempo tiene vocación de
perficie erógena del cuerpo. Las consecuencias de la constitución del sfnloma. Para el niño hiperactivo, en cambio, no hay chances de que
l' produzca una demora para la descarga. La angustia, en ocasiones
19. Considero que la escena lúdica no es solamente la organización de un juego, siuu
que corresponde a la organización misma del juego. Hay escenas privilegind ns qu n
pospuberalmente ingresarán como argumento y fijación de la pulsión en In n11 11 Ul •o IIILL!lli JN l.nrnn: W Seminario, Libro XXIII: El sinthome, Ed. Paidós, Buenos Aires,
tura del fantasma. ;UUI, , p 111
IJIJ Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 89

mortal, lo conduce a padecer movimientos incesantes de urr cuerpo · Escrituras producidas por los ecos y las reverberancias de la sono-
angustiado en el que no hace mella la discontinuidad que provee el ridad de la lengua materna que deja huellas en un número limitado de
significante ni actúa la negación como operación simbólica de la es- bocas del cuerpo, asiento de las zonas erógenas; lengua sonora, visual,
critura del "no" y de la interdicción. acariciadora o indiferente, empasta y amasa el cuerpo del infans con lo
En el seminario de 1964, Lacan nos ofrece una idea exacta de los germinal de la pulsión; escrituras que producen ritmos, entonaciones,
acontecimientos en los que el acto que el sujeto debe suscribir está to- sonidos y miradas que colaboran en la unificación de la imagen y el
mado por la motricidad en su aspecto más activo, por la ausencia mo- dominio del cuerpo en movimiento.
mentánea de bordes corporales. El niño está dominado por un automa- Pero cuando lo oído primitivo no pasa a una imagen que lo sopor-
tismo y la repetición no conlleva el retorno del trazo, sino que manifiesta te, genera autopercepciones de fragmentación en el niño. Este recha-
el rechazo de algo que hace reventar la masa corporal contra lo que fuera zo de la lengua y de la imagen, que se verifica en las patologías muy
-la pared, el otro, el suelo. En estas circunstancias, la hiancia que com- graves de la niñez, provoca que las pulsiones, límite entre lo psíquico
promete a los parletres entre cuero y carne, entre palabra y pulsión, no y lo somático, no sitúen la frontera necesaria y subjetiva entre el niño
desgrana el saber que circula entre los significantes que representan al y el Otro parental.
sujeto sino que el niño emerge en los golpes del golpe a golpe. La experiencia clínica me permite colegir que en la hiperactividad
"Cuando un cuerpo se estrella contra el suelo, su masa no es la cau- prevalece un resto que excede al trazo unario, al trazo distintivo del
sa de lo que recibe de rechazo de su fuerza viva, su masa está integra- sujeto, y que deja como consecuencia un fracaso en el circuito pulsio-
da en esa fuerza que vuelve a él para disolver su coherencia por un nal, especialmente en los contornos de las fuentes que constituyen las
efecto de rechazo o de retorno" 21 • zonas erógenas. En ese fallo, la imagen del cuerpo unificado se esfu-
Los bordes corporales se liquidan y disuelven en la medida en que ma y en su lugar restan pedazos de real como islas sin borde. El desva-
se produce un fallo en la función sostenedora de la imagen especular necimiento de la pulsión a nivel de la zona erógena o el desenlace de
y según el grado de este fallo, la organización del montaje de la pul- las caras muerte-vida inciden para que la fuerza de la pulsión devenga
sión se diluye tanto a nivel de la fuente como a nivel del objeto de la compulsión, agresión o excitación motriz.
pulsión. En las situaciones más difíciles y menos propicias a la cons- En esos casos, el objeto a reina, pero es la cara real del objeto, la no
titución de la neurosis, la dificultad que pulsa la excitación motriz ca- especificada en alguno de los objetos de la pulsión, la que no entra a
rece de uno de los nombres del padre. Lo simbólico del padre cede su tallar como especie del a. El objeto resta, no adviene causa de deseo,
lugar a la emergencia de"( ... ] un resto no simbolizable del padre que y la imagen no logra captar la ausencia del objeto real. Esta ausencia
no fue capturado por la inmersión en el lenguaje que la identificación del objeto real que Lacan introduce como ramillete de flores, se pier-
primaria conlleva'' 22 • de a favor de la imagen virtual, de ahí que la ausencia de la ausencia
Cuando opera el falo imaginario, la castración imaginaria modula también impida el mantenimiento de la unificación imaginaria del
lo no representable de la imagen -puedo conjeturar que esta modu- cuerpo.
lación, imprescindible para el enlace entre cuerpo, sexo y lenguaje, Ahora bien, que el último recurso ante la carencia de una frontera
debe su eficacia a la identificación primera que viabilizó el pasaje de entre el niño y el Otro sea que el cuerpo se estrelle contra el suelo o la
exo a endo, de lo exterior a lo interior, generando un primer vacío que pared nos permite verificar que la fragmentación obedece al desen-
se incorpora como tal y que será la condición necesaria para que el lnce de las caras de la pulsión o al desenlace entre imagen y trazo. En
cuerpo se vuelva consistente y resistente a la sucesión del trazo que la cualq uiera de los dos casos, el cuerpo del otro, el otro cuerpo, no hace
segunda identificación inaugura23 • de lfmite al del niño, por eso el rechazo participa de una negación for-
clusiva del Nombre del Padre.
A d ifere ncia de esto, cuando el Drangpulsional se independiza en
21. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XI: Los cuatro conceptos fundam en tales clel¡Jsl
coanálisis, Barral editores, Barcelona, 1977, p. 34. ··• ' trayecto del objeto y la deriva pulsional no ancla en su retorno al
22. Silvia Amigo: Clínicas del cuerpo, Horno Sapiens Ediciones, Rosa ri o, 2007. t tu •t p( 1, r~t zón por la cual no hay satisfacción registrable ni espejismo
23. La cuestión del incorporal y su relación con la identificació n primaria ~•· ~' l l<' tl ílll l lit qu(' pt ove:1 el obje to de la pulsión, reaparecen en lo real los efectos
en Clínica de la identificación, de Clara Cruglak, y en Clf11ims r/1'1 l'l!f' I /H! , ttt ' Sllvln
Ami go, ambos de Horno Sapicns Edicio nes.
Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 91
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dramáticos del golpe vacío de sentido, no atravesado por el significan- las palabras en vez de inquietar la motricidad. La verdad del sujeto, en
te. Ese enclave de goce se manifiesta a nivel del cuerpo, en una suerte definitiva, no tiene "remedio".
de desengarce provisorio entre la imagen y el trazo, y las mortifica-
ciones del y en el cuerpo, en las que incide el superyó de los padres o
de alguno de ellos, terminan promoviendo un escape a la mortifica-
ción que produce el significante. En estas condiciones surge la salida La verdad no tiene remedio
a la motricidad, sin que medie la actividad lúdica, gráfica o verbal.
Este tipo de hiperactividad revela el desorden motor que abreva en "Cuando intentamos recordar lo que en nuestra primera infancia
las fuentes pulsionales y que se manifiesta como una forma del au- nos sucedió, nos exponemos muchas veces a confundir lo que otras
toerotismo de las pulsiones parciales independientes y heterogéneas personas nos han dicho con lo que debemos realmente a nuestra ex-
en niños que en otros momentos también pueden jugar, conversar, periencia y a nuestras observaciones personales. Goethe hace esta
relatar, escribir, etcétera. Es decir, en ocasiones juegan y en otras el consideración en una de las primeras páginas de su biografía, cuya re-
juego no se produce. dacción comenzó a los sesenta años. A la frase copiada preceden tan
Además de este, debo decir que he hallado otra modalidad de au- solo algunas noticias sobre su nacimiento, acaecido 'el28 de agosto de
tomatismo concerniente al desgarro de algún haz de catectización del 1749, a mediodía, en el momento mismo en que el reloj daba las doce'.
par pulsión-inhibición, situación en la que se presentifica la imposi- La constelación de los astros le era favorable y fue quizá la causa de
bilidad de la demora. La pulsión está en souffrance, como sufrimiento su conservación, pues vino al mundo 'como muerto', y solo con gran
-la expresión en souffrance designa, al mismo tiempo, esperar y sufrir. trabajo se consiguió que viera la luz. A estas observaciones sigue una
La descarga sufre la espera o desespera, ya que en lugar de esperar breve descripción de la casa y de la habitación en que los niños -su
su sustitución o transformación, el niño se siente compelido a una hermana y él- gustaban más de estar. Pero luego solo relata Goethe,
exigencia de inmediatez en la satisfacción -los diversos ataques pul- realmente, un único suceso que puede ser situado en su 'primera in-
sionales pueden ir desde el vómito incoercible del bulímico hasta las fancia' (¿antes de los cuatro años?), del cual parece haber conservado
formas menos elaboradas de la agresión. un recuerdo personal" 24 •
El análisis muestra los senderos para delimitar la frontera entre el En su texto "Un recuerdo infantil de Goethe en 'Poesía y verdad"',
niño y sus padres en la delgada escritura que se dibuja en los con- Freud nos presenta un problema que si bien no corresponde puntual-
tornos del cuerpo como límite entre el sujeto y el Otro -esta frontera mente a un hiperactivo severo, aporta algunas luces sobre el tema.
es el contorno que ofrece la pulsión como escritura del cuerpo y sus Johann Wolfgang von Goethe fue uno de los dos únicos sobrevi-
singulares características en cada sujeto- y su eficacia, la del análi- vientes entre varios hermanos que murieron en los primeros años de
sis, se produce en un trabajo de borde y de argumento. Entre cuerpo, vida. El niño Goethe estaba en tiempo de elaborar el odio y la culpa
imagen y palabra, el recorrido pulsional brinda otra satisfacción. En fratricida que le despertaba la muerte de sus hermanos, cuando tuvo
la medida en que se produce la intrincación pulsional, se asienta lo lugar el siguiente episodio.
que es del orden de una exigencia estructural y estructurante cuyo De todas las travesuras que los padres del célebre escritor conta-
correlato es la emergencia del goce fálico que por el buen sesgo se ban del niño, él recuerda solo una. En cierta ocasión habían compra-
resuelve en síntoma o se enhebra con escenas lúdicas, favoreciendo do en el mercado unos cacharros para la cocina y otros idénticos en
la generación de un compás de espera entre excitación y satisfacción. miniatura para que jugaran los niños. Una aburrida tarde, tiró uno a
Es así que la escena verbal, lúdica o gráfica, aun las producciones más la calle. Una familia vecina, los 0., que observaban lo mucho que lo
primitivas, permiten resolver el Drangpulsional y que este no deven- regocijaba esa situación, gritaron: ¡Más! El pequeño fue hasta la coci-
ga compulsión. na y pa ra divertir a sus vecinos, comenzó a tirar uno a uno sus trastos
La verdad concierne a lo real y en el discurso se encarrila como ar-
gumento en lo simbólico y como superficie en lo imaginario. Instauro
la estructura de ficción necesaria para que la existencia cob re vifl n {1 11 / 1 Sl¡.¡utllnd lltt1 ud · "llt t rnc: uordo infantil de Goeth e en 'Poesía y verdad"', en Ob ras
1 tJifíl'/"l•t l. 1 d lliltllttl • 11 Nunvn, Mn rl rlcl. l!l6fl. to mo 11, p . 11 29.
92 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 93

de loza; no paró hasta acabar con ellos, para sumar goce y excitación la pulsión, en el que se constituyen las tempranas fijaciones, derivas y
ante cada "¡más!" 25 • No conforme con esto, siguió rompiendo la vajilla circuitos de goce. Para la constitución de este montaje se requiere del
familiar. asentamiento del yo y de la instancia del padre.
Freud dice que ese recuerdo formaba parte de la historia familiar Llevando el recuerdo antes narrado al extremo de una broma, me
de un niño travieso que no convocaba a otras reflexiones. Pero en su pregunto cuál hubiese sido el destino y qué hubiese ocurrido en la sub-
teoría del inconsciente, los recuerdos y aconteceres de la infancia no jetividad de Goethe si sus padres hubiesen consultado a un profesional
son indiferentes ni insignificantes. Este recuerdo de Goethe, junto a psi que prescribiera algunos miligramos diarios de Ritalina para calmar
los aportados por otros pacientes de Freud, delinea la aparición de los las eventuales compulsiones de un niño de cuatro o cinco años. Conje-
celos que sienten los niños por sus hermanos, quienes en ocasiones, turo que tal vez Goethe no hubiera tenido la posibilidad de transformar
lúdicamente los tiran por la ventana, "fuera de casa", para "que se los los destinos pulsionales en la exquisita sublimación del escrito.
vuelvan a llevar". Aunque su ejemplo lúdico no se corresponde puntualmente con
El grano de verdad que Freud recoge en estos hechos de la infan- el de un hiperactivo severo, aporta al legado freudiano respecto del
cia no solo apunta al episodio sintomático, sino a que ellos forjan la trabajo que requiere el infantil sujeto para transformar los fines de
escena que unos años más tarde aparece en Pegan a un niño: "El niño la pulsión y de la producción del objeto. Estas operaciones psíquicas
[... ) sabe muy bien que hace algo rnalo, por lo cual le regañaran los son ineludibles y deben ser efectuadas en la niñez, aun bajo las condi-
mayores, y si este conocimiento no basta para retenerle, es que aspi- ciones de la vida contemporánea, en las que no hay sitio para correr,
ra a satisfacer un resentimiento contra sus padres: quiere mostrarse lanzar y expandir los movimientos del cuerpo.
malo" 26 • Mediante el juego el niño anuda, procura subjetivar y tramitar los
El ejemplo ilumina una serie de problemáticas, entre las cuales goces más propiciatorios y más mortíferos, los trabajos de duelo no
menciono la de los niños inquietos, los que se mueven constante- consumados por los padres y otros padecimientos que conllevan hos-
mente, los que no cesan en su actiVidad, aunque bien saben que sus tilidad y sufrimiento.
padres se van a enojar, los que no se rinden ante la evidencia del des- Siguiendo el hilo de la interpretación freudiana, el juego de tirar
trozo de juguetes y otros objetos. Niños que corren de aquí para allí, compulsivamente los objetos fue el intento de Goethe de jugar con los
que no pueden cumplir con las consignas de los padres o maestros, otros, de tirar, arrojar a cada uno de los otros por la ventana.
niños que como el pequeño Goethe parecen solicitar "¡más, más!". Sexo y muerte, dos enigmas del sujeto que conllevan la intrinca-
En el artículo citado, el niño malo busca la mirada del otro, su aten- ción pulsional, requieren del marco que la ventana provee, marco que
ción, pero "insabidamente" sabe que el desorden motriz es la vía de contornea un vacío, que es un límite a la acción.
escape de una simbolización que no culmina de enlazarse al goce fá-
lico. En esta situación, el niño, en el lugar de la causa de deseo fálico,
lo satura con la compulsión a la descarga e irremediablemente padece
encadenado al Otro. Hiperactividad. Sin demora ni espera
Es importante señalar que en la fase de "perversión polimorfa in-
fantil" se descubre la relación que hay entre el trabajo pulsional -su O. tiene cinco años. Pega, patalea, escupe y patea; a veces presenta
fijación y la satisfacción- y la aparición de ciertas problemáticas en erupciones cutáneas. En el jardín de infantes está tenso, golpea a sus
la niñez, entre las cuales menciono los llamados trastornos en el sos- compañeros. No se queda quieto ni un minuto, va de aquí para allí y
tenimiento de la atención e hiperactividad. Para Freud, la perversión molesta a medio mundo, motivo por el cual no lo invitan a ningún
polimorfa infantil concierne a un tiempo estructural y transitorio en el cumpleaños. Lo que inquieta no es su movimiento incesante sino su
cual, a partir de las excitaciones pulsionales se inscribe el montaje de nspecto tenso y las agresiones para con los otros, que son constantes
y habituales.
25. Goethe dice: "[ ... ] yo me sentía extremadamente gozoso de procura rl es aq ur l r.s un nii'lo l1 :1mativamente bello, admirado e idealizado por sus
placer". JHtdt•·~l, JH'H I l'lutndn com ienzan los problemas, algo del ideal se les
6. Sigmund Freud: Op. cit., p. ll3l.
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quiebra a ambos. O. les provoca un dolor inmenso y les resulta incom- pero no lo logra. El golpe parece independizarse, se le dispara auto-
prensible que no sea la perfección ambicionada; que se destaque por máticamente sin que medie su voluntad, y él se da cuenta de esto.
lo peor les resulta intolerable e intramitable. Entiendo que la transformación que O. requiere no pasa por el periplo
¡Oh! pasa a ser 0., denigrado por el padre, quien subrepticiamen- castigo-premio-límite, ya que estos castigos solo consiguen enfurecer
te lo va abandonado poco a poco - al final del tiempo de análisis de aún más al yo, sino que el límite es el cuerpo del otro. Los bordes im-
O. se pudo trabajar con aquello doloroso que le resultó haber sido precisos de su cuerpo golpean a otros cuerpos para registrar períme-
abandonado por su propio padre. Aunque se había propuesto plan- tros, contornos.
tarse de otro modo ante su hijo, no pudo. A veces lloraba frente a Las pulsiones hacen orificios en el cuerpo, le dan un contorno y un
la desobediencia del niño, otras desbordaba en palabras crueles y espesor. El falo da cuerpo a la imagen, esta última es insuficiente para
escenas violentas 27 • absorber el Drangpulsional. Pero O. es solamente una imagen bonita,
En una oportunidad, O. rompe una cortina que adornaba el balcón pura mirada sin consistencia fálica. Sus desbordes no piden severidad
de su casa y la prende fuego, suceso que multiplica la violencia entre ni lágrimas de un padre.
el padre y el hijo. Decidí que era menester mantener entrevistas con el A pesar de que los padres no estaban muy conformes con las inci-
niño y el padre en conjunto. En una ocasión, O.le explica al padre que dencias analíticas logradas y reclamaban mayor severidad, el análisis
él no tiene la intención de pegar, de quemar, romper o agredir, que eso de O. continuó un tiempo más.
le sale, lo mismo que el fuego que sale de la boca del dragón, y que no Las incipientes escenificaciones de sus juegos repetitivos le per-
lo puede controlar. mitían articular inconsciente y sexualidad, pulsión y lenguaje, pero
Luego del primer año de juego, si puede llamarse así, O. está más algo volvía a fracasar al significar fálicamente el campo lúdico. Es que
calmo. Sin embargo, hay algo que no termina de acotarse. Comienzan el apoyo en el fantasma materno no le aportaba a O. suficiente con-
a invitarlo a jugar a las casas de algunos compañeritos, pero en el club sistencia para su juego. En el intento de armar un campo lúdico, la
al que concurren no se integra, no toleran que tire a la zanja a otros conjunción entre la imagen y el significante se quebraba repitiendo
nenes o que reviente a pelotazos las flores de la plaza. escenas que se congelaban en un interminable fracaso. El falo como
En sesión, prefiere jugar con personajes de TV y de películas. Es soporte faltaba a la cita lúdica.
el hombre de fuego, de hielo, los Powers Rangers. Se disfraza envol- Entre lo especular y la caída del ideal parental, la imagen especular
viéndose con trapos, telas y papeles, pero no dibuja. Solo quiere jugar en la que sostiene su narcisismo presenta una fisura, esa punta que
tan incesantemente como cuando golpea. Juega hasta el cansancio, se O. intenta absorber sin éxito en el juego. O. busca, pero no encuentra
entroniza como el winner, el gran ganador de toda batalla. Los almo- en la red significante el soporte fálico que le dé sentido y argumento
hadones cruzan el aire de la sala. En su juego él es el gladiador - no le de letra a lo imaginario. Su imagen bella y demoníaca asusta a padres,
interesa ningún otro juego- y me somete a perder frente a su fuerza niños y maestros.
descomunal. Pero ese juego es repetitivo, se trata siempre de la misma Como a veces le agrega a su disfraz un moño en su cuello, en una
escena y llega fatalmente al mismo resultado. La creación queda del sesión dije: "Llegó el del moñito", que se oye como "el demoñito". Esta
lado del cambio de personajes, pero la escena es la misma, se trata de intervención que leyó la imagen mientras la enlazaba al trazo, abrió
una pelea sin fin . Tomando el juego como cauce y causa, algo de la es- un nuevo sentido, produjo un pas de sens en su doble vertiente: paso
cena primaria parece dibujarse en el intento de articular inconsciente de sentido y sinsentido. O. cayó en la cuenta de que su imagen trans-
y sexualidad. mitía algo a la mirada del otro, y que era vista como tal. En sesión se
Los padres intentan ponerle un límite a sus desbordes. Premios y produjo un asentimiento a su imagen y a diferencia de lo que sucedía
castigos pueblan la casa. O. llora, promete portarse bien, nunca mal, on sus padres, que solo esperaban al lindo, al ideal, incluso al que
representaba la muerte y el abandono del padre, surgió un "demoñi-
27. Por otra parte, la madre vacila en el saber, no es de las que saben todo o nada. Ell11 to", un significante que representaba al sujeto para otro significante.
duda todo el tiempo y su angustia frente a los automatismos de O. es muy inl v ii NI • 1': 1 jucr,o produjo un sujeto entre cosa y cosa, entre palabra y palabra,
-automatismos que abrevaban en la excitación que ofrece lo pulsiunnl y t¡lll ' li> t' IIIH' hnnwn y c·nsn <'n palabras.
relanzan en su gatillar.
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A partir del "demoñito", O. solicita que le invente máquinas para significante sin poder hacer del sufrimiento una espera. La tendencia
no golpear, quiere una pausa. El término souffrance -que como ya dije a la descarga de la pulsión es el sufrimiento, el apremio que no halla la
es sufrir, pero también esperar- se resitúa: ni O. ni los padres pueden demora que el fantasma aporta, aporte que en la niñez a veces queda
esperar. subsumido en lo fantasmático del Otro materno.
Un día invité al niño a jugar al capitán Piluso y Coquito28 • La clásica Si el fantasma materno colapsa, aun cuando la madre presente
gomera del personaje televisivo se convirtió repentinamente en un re- una estructura neurótica, la transmisión del falo fracasa o resulta in-
vólver que no podía dejar de percutir y lanzar tiros. Revólver, armas de suficiente para soportar el cuerpo del niño y la demora que el fan-
fuego, ametralladoras automáticas, armas que requieren de un sujeto tasma aporta en calidad de argumento imaginario naufraga, viéndose
que dispare, que lance el percutor y vuelva a lanzarlo. Pero resultó que afectadas las chances lúdicas con las que contará el niño.
la escopeta de dos caños recortados disparaba sola, se independizaba El fantasma materno brinda una arista para reflexionar sobre el
de quien la portaba. Por arte de magia se transformó en una pisto- andamiaje en el que advienen las desatenciones y la hiperactividad.
la automática Colt 45, luego en una Browning de nueve milímetros Una vez más, el montaje pulsional, en este caso del lado parental, sir-
sin silenciador que se disparaba automáticamente sola, sin pausa, sin ve para aclarar las dificultades en el aprendizaje y las distracciones.
respiro. Jugaba con la pistola, se disparaba sin sujeto. Sin anclaje en el Otro, muchos niños que no tienen las caracterís-
En ese tiempo inventó, o al menos intentó inventar con su analista ticas de los autistas deambulan en el lenguaje, gobernados por los
un revólver de parar. Entonces cobraron existencia dos versiones de la rodeos de lo intemporal del proceso primario, muestran una con-
Browning: la automática-sin-parar y la que podía detenerse, reingre- tinuidad sin discontinuidad, sin el corte propio de la función de la
sar como corte en la fuerza pulsional. Entre ambas había una discon- palabra enlazada a la pulsión. En estas situaciones, el "no" de la ne-
tinuidad, una diferencia, y algo nuevo en la detención del tiro. gación no alcanza a escribir un límite en la errancia de la pulsión y
Un nuevo sentido, un nuevo cuerpo se iba armando para O. El "de- el lenguaje.
moñito" fue la intervención del analista a través del significante "mo- Las diversas circunstancias del movimiento de encaje de la pul-
ñito", que se conjugaba con su traje, y de la introducción del capitán sión que Freud denominó "perversión polimorfa infantil" -tiempo
Piluso y la gomera. Luego, el juego del revólver-de-parar fue permi- de la niñez en el que el priman las más diversas posiciones: sádicas,
tiendo que se articulara el significante entre el yo no pienso-yo no soy, masoquistas, voyeristas y exhibicionistas- indican que todo está a la
entre el ello y el efecto de lo inconsciente. vista. Los juegos infantiles se alimentan de lo oral, lo escópico, lo anal
y lo invocante, produciendo un enlace de la excitación con la explica-
ción del mundo, especialmente del mundo sexual. A ese enlace entre
pulsión, cuerpo y lenguaje Freud lo denominó "investigación sexual
La hiperactividad, una conjetura problemática infantil", marco en que la reverberancia del cuerpo toma consistencia,
también a nivel del discurso, como cuerpo de la letra, en la medida en
del fantasma materno que la ley del deseo se conjuga con el significante y ancla en el cuerpo
falicizado 29 •
En los niños pequeños, la vacilación del Otro de la demanda im- Las dificultades y tropiezos de este tiempo instituyente nos permi-
pide resolver la tensión pulsional en un montaje de escena y una de ten reflexionar sobre lo que suelo nombrar como aún no neurosis.
sus consecuencias es la tendencia a la descarga pulsional. Por medio Para 0., el abrochamiento entre imagen y trazo en el campo del
de ella, el niño no pierde goce, no gasta goce, sino que obtiene place r sentido se vio afectado. El tiempo era un flujo continuo, por eso no
en el desorden motor. En esta vacilación del Otro, el niño cae de la red reconocía la posibilidad de la espera como resultado de la disconti-
nuidad de la repetición. No había ni tiempo ni demora posible en la
28 El niño no conocía a estos viejos personajes televisivos. Resultaban interesante para la ocnsiou
precisamente porque eran de otra época, no podían comprarse en la juguetería, era n so lo 111111 :w. Dns tm;o lu instituyente de la perversión polimorfa y la identificación al trazo que
ginables y narrables. La serie El capitán Pi/uso se televisaba en tiempos en que los pndu·M di' 0 1d , t HI ,,¡ h•nHtllli•· a la ¡misión, de manera que el trazo quede alineado a la imagen
. eran nitios. p 111VI'Il !Ptll!l dn Hl¡tl!•llu q1.1 u fu e pi'O piciatorio y fundan te de la eficacia del yo .
98 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 99

satisfacción de la demanda. La exigencia pulsional no contaba en el ligados a la significación fálica, Bedeutung, aunque conjeturo que ese
uno a uno del golpe sino que lo llevaba a golpearse una y otra vez. tiempo de análisis fue su preludio.
Los padres de O. buscaban en la intervención analítica alguna re- Cuando lo pulsional se desintrinca, cuando un haz pulsional se au-
ferencia sobre el origen del problema, al modo del traumatismo, pero tonomiza, este puede fijarse como un rasgo proveniente de la identi-
esto no era para nada evidente. Hubo que rastrillar mucho en la his- ficación que hace a la formación del carácter, o bien cuando el objeto
toria familiar del padre para que este pudiese incluir la muerte de su se estaña en una fijación de goce, impide que la perversión infantil se
propio padre, abuelo del niño, en el análisis. transforme por efecto del Nombre del Padre. La imagen de O. estaba
La repetición del golpear estaba del lado del automaton, la di- congelada, endurecida, a pesar del envoltorio del disfraz con el que
ferencia oxigenante de lo nuevo no surgía con facilidad. El signifi- intentaba procurarse otras texturas, que en este niño se asemejaban
cante el "demoñito" fue la brecha para lo nuevo. Para la madre no más a una coraza que ponía de manifiesto el impasse del falo sin el
era factible cuestionar su posición, por lo vulnerable de su posición cual no podía conjugar el verbo con el acto, entre cuerpo y palabra.
subjetiva. "Yo no sé qué pasa, ni qué le pasa. Me va a volver loca",
era su frase habitual. El niño caía de la red significante por su va-
cilación, no tenía anclaje en la madre ni en el padre. O. sufría y no
lograba transformar el sufrimiento en demora o espera, por ende la ¿Qué-ma?30 ¿Qué querés, mamá? 31
coacción, Zwang pulsional, la Wiederholungszwang, compulsión a
la repetición, gobernaba la escena del juego, en el que el pasaje a la Miguel tiene ya seis años y solo habla con su madre; no se relacio-
acción se volvía apremiante. na con sus pares, no tiene amigos en el colegio. Cuando algún adulto
Sin discontinuidad no hay ni día ni noche, ni dormir ni despertar. se le acerca, lo insulta. En urético al momento de la consulta, padeció
O. jugaba indefinidamente con la acción como reverberancia de la convulsiones de origen comicial entre los dos y tres años.
carga pulsional sin poder resolver la tensión y sin llegar a resolución En la díada aparentemente amorosa con su mamá, las cosas tam-
alguna. poco andan bien. Se pelean, discuten, es desobediente. La madre teme
El juego del gatillo automático y la máquina de parar fue del orden que Miguel se convierta en un delincuente, en un joven inadaptado.
de la tyche, del encuentro, donde lo pulsional se volvió lúdico y surgió Al poco tiempo de iniciar su análisis, el niño fabrica en sesión hi-
una verdad consistente en la inclusión de la diversidad más radical, los con masa, largos hilos que ubica en el espacio entre la habitación
que conlleva la repetición en sí misma. donde lo atiendo y la sala de espera donde lo aguarda su mamá. Estos
Tal como Lacan afirma en el seminario de 1964, el juego comporta hilos comunicadores, según su expresión, cumplen la función de en-
una hiancia, una discontinuidad que llama el foso , al que se le une el redarse con su madre, atándose a ella. Tiempo más tarde, estos hilos
carretel, objeto. Cuando el Otro materno no puede significar esa hen- se transforman en tubos intestinales, tripas que ata y enrolla a los mu-
didura, en el foso no hay borde, tampoco hay angustia ante el precipi- ñecos que están en el consultorio.
cio, por eso el niño no puede más que gritar, saltar, correr o caminar En una oportunidad, pocas sesiones después, trae fósforos que or-
de un lado al otro. dena uno aliado del otro; entre ellos hay contigüidad y también dis-
Los padres de O. -lo mismo el pequeño- no podían metaforizar la tancia. Juega con los fósforos como si fueran palotes, los unos de una
muerte como discontinuidad; eran vivientes decepcionados porque serie, y luego raspa la cerilla en la caja para que enciendan fuego. Poco
su niño no alcanzaba el ideal propuesto de belleza ígnea y al mismo a poco enciende papeles, muñecos, y dice que es la quema. "Quema'',
tiempo frisada. De fuego y de hielo, como los personajes, lo arrastra- del verbo quemar, alude a incendio, pero en el conurbano bonaerense
ban desde la red significante al automaton.
Desde otra arista considero que la perversión polimorfa in fa ntil :JO. Parte de este texto fue presentando en las jornadas Un siglo de sexualidad: a cien
indica que la pulsión aún no se ha organizado en relación con el falo rt f! os de la publicación de "Tres ensayos de teoría sexual", de Sigmund Freud, México,
y el Nombre del Padre. O. nadaba en el "no pienso" de la pulsión si n ~'• ' brcro de 2005.
articularse con el significante, por lo que no llegaba a produ cir ju e¡:wl '11 . 'l'u vf\ t•l fl l~ ' Hllo ele conversar sobre un fragmento del análisis de Miguel con Fran<;oise
1l~t lt u , t'tl IH vl•ll ln que nos realizara en 1987.
100 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 101

la palabra "quema" designa el basurero donde se incineran los desper-


dicios municipales. Línea de Banda de Moebius
falsa intersección
Este juego con el fuego que Miguel denomina quema abre a una

~
intervención del analista: "¿Qué-ma? ¿Qué querés, mamá?".
Miguel transforma su posición, comienza a hablar en sesión de sus
cuestiones cotidianas, relata sueños y también dibuja.
"¿Qué quiere mamá?". Esa pregunta que lo impacta y que por me-
dio del significante apunta al deseo del Otro, a lo simbólico, genera
una distancia separadora entre él y su madre. Su juego con fuego tam-
+

o
bién ilumina el juego con la orina. Agua para apagar el fuego, que cese
el fuego de los palotes incendiados. "Quema; ¿qué-ma?; ¿qué más?".
En la escena de los hilos comunicadores, el Otro materno no está
excluido, tiene plena consistencia. Pero el juego que enciende lo pul- Hormiga
sional da la chance de enlazar lo real, lo imaginario y lo simbólico. Se Disco
abre una distancia con el Otro que propicia la vía que va de un Otro al
otro, del Otro que Lacan llamó primordial -en este caso, la madre- a
un otro. De la madre a los otros, sus pares, Miguel intenta establecer Al hacer serie, el juego despunta alguna significación, permite leer
algún nuevo lazo con otros niños. de otro modo la continuidad y el englobamiento entre madre e hijo
El primer tiempo del análisis lo podemos escribir con el algoritmo -que pone de manifiesto el cross-cap-, y produce cortes que separan
que usó Lacan en el seminario sobre la relación de objeto, de 1956, objeto de sujeto, es decir, aquello que el fantasma engloba, el juego lo
donde escribe la díada inclusiva A/ a: el niño que en calidad de objeto redistribuye en acto. En el juego el niño inviste un personaje, lo hace
está adherido al cuerpo y a las palabras de la madre. Miguel sostenía imagen de un deseo, construye un argumento con los retazos del Otro;
el lugar de objeto a del fantasma materno. trauma y argumento se velan, se revelan y se entretejen.
El juego de la quema nos permite articular el significante, par orde- Miguel me cuenta, mientras me muestra unas cicatrices en su
nado S1-S 2, operación simbólica de separación que pone en evidencia cuello y su hombro, que cuando era muy pequeño, su madre le tiró
un corte. Si esta operación no se produce, el infans queda sometido accidentalmente un recipiente con aceite hirviendo. En este acciden-
al capricho pulsional de la madre, queda a merced de la demanda del te con efectos traumáticos, lo imposible encuentra azarosamente lo
Otro, sin poder interrogarlo, permanece en la burbuja materna más contingente y algo cesa de no escribirse dejando una cicatriz.
allá de lo que el tiempo instituyente exige. Freud planteó que la pulsión es una de las formas de la memo-
Como objeto de un fantasma, el niño puede ser engullido por el ria y no es ajena a la formación del carácter. En Moisés y la religión
goce o puede soportar el deseo. Sea como sea, se sitúa en calidad de monoteísta habla sobre las dos caras del trauma, una positiva y otra
objeto de la burbuja -Lacan toma algunos soportes escriturales para negativa. La positiva, que concierne a la repetición, a la traza en la
iluminar la clínica, entre ellos, emplea la superficie topológica del que se aloja una representación e inscribe la serie de huellas, deja un
cross-cap32 para escribir el fantasma. En esta superficie, tanto el sujeto rastro inalterable por haber sido olvidados su origen histórico y su
como el objeto están en su interioridad y en su exterioridad. verdadera base. La cara negativa del trauma implica, por el contrario,
la ausencia del trazo, no hay repetición del trazo sino un real que no
cesa de no inscribirse. Entre ambos, el lenguaje hace su obra en la
/alengua, lo imposible no cesa de no escribirse, pero a la vez, un he-
32. El cross-cap es una superficie unilátera compuesta por una banda de moebius y un
disco. Esta hipótesis sobre el cross-cap en la transferencin con niños y padres In hw
cho historizable, aunque olvidado, irrumpe por su fuerza excesiva y
desarrollada en los siguientes trabajos: En honor a Emsi Alberstadt Freud, pros"" d is ntptiva en las conexiones asociativas propias de la lengua. Miguel
tado en las jornadas de la EFBA, 2008 y en Interpretación y acto, prcsc nlatlt• "" lnn iwds tn ltkli c:-~ m ente con un padecimiento, la quema, que conllevaba
jornadas de la EFBA, 2010. ,.,, •. lttP¡wl ki6 n el despe rta r de la verdad del trauma.
l02
Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 103

En el transcurso de las sesiones comienza a guardar restos, reta- El niño produce significantes en la escena lúdica. Miguel juega con
zos y desperdicios de objetos; también excrementos, secreciones de los comunicadores, primero con el "iqué-ma?", después produciendo
su nariz y saliva en cajas de cartón y plásticos destinados a ese fin. En significantes que sitúan un sujeto. Los objetos-basura también ubi-
principio, con la basura y los excrementos intenta asustar a los brujos; can al sujeto que surge como engañador y engañado, magia que enla-
luego se transforman en excrementos mágicos; más tarde, los restos za el objeto al significante y hace aparecer un sujeto barrado. Miguel,
guardados se convierten en magos que engañan a los padres. condenado a la quema, al fuego, juega antes de poder producir un
Con los restos del objeto, restos de las especies del objeto a que relato del accidente y de la orina como resto de fuego. Es en la escena
usa para camuflarse, también engaña. Engaño necesario para que el del análisis donde organiza el juego en el que despunta el sujeto, aun
objeto a especificado, en este caso el objeto anal, esté disponible para en la adversidad de su vida cotidiana, donde puede hacer algo con el
el sujeto, para que la pulsión pueda hacer su tour alrededor de él. El abandono de su padre y con la alineación al síntoma y al fantasma de
excremento-resto, situado en la escena del análisis, también se fue di- la madre.
versificando, ahora eran restos que identificaban al analista, a quien El análisis en los niños apuesta a que el sujeto advenga, apuesta a
consideraba una mierda, una basura, además de una tonta. · la parición del parlétre con un cuerpo sexuado, en la medida en que
En el engaño, ese punto de avanzada, el objeto es útil en la medi- está trabajado por la pulsión. La cura analítica nos enseña cada vez, y
da en que como en los cuentos infantiles, es un objeto mágico. Por en cada caso singular, que las pulsiones, límite entre lo psíquico y lo
ejemplo, en la versión de Perrault de Caperucita Roja, engañar al Otro somático, son también un borde subjetivamente. Hacen al borde eró-
acarrea el riesgo de encontrar en el camino al lobo. Pero gracias a esa geno, a una frontera de goce entre dos cuerpos, produciendo así un
feroz oralidad, aparece un padre en la función del guardián que con- cuerpo para cada uno. Dicho de otro modo, el tour pulsionallimita el
cluye con su apelación a la obediencia como efecto de la instauración cuerpo del niño y hace diferencia con el cuerpo de la madre. El Otro, a
del superyó. través del fantasma materno, cincela en el cuerpo del niño los bordes
En otro conocido cuento, Hansel y Gretel son abandonados por erógenos y sus circuitos pulsionales, delineando lo lúdico entre otras
los padres, quienes no pueden darles sustento y contención. El alo- actividades.
jamiento en la casa de la bruja es el ardid que enmascara lo oral. Con Una vez que la pregunta de Miguel por el deseo del Otro se for-
los restos-migas de pan que los hermanitos dejan en el camino para mula, se produce una articulación con el Nombre del Padre. Que-
señalizar su retorno, no solo engañan a la mismísima bruja que los mar, orinar, escupir, armar un kit con los objetos pulsionales, espar-
quiere devorar, sino también a sus padres, porque siguiendo las mi- cir restos, retomarlos, triturados en función de lo traumático, todo
guitas pueden reencontrarlos. eso implica hacer algo con la lengua materna en honor a la ley del
Para un niño no es lo mismo perderse para el Otro, aunque sea a lenguaje.
costa de un engaño, que ser abandonado por el Otro, dejarlo librado a De la acción al juego, del lenguaje al trauma y su entrada en dis-
su suerte. Las consecuencias y los efectos son diferentes en uno y otro curso, tal fue la ruta que siguió la cura de Miguel en sus años de in-
caso. Jugar al "puedes perderme" es del orden de lo necesario, hace a fancia.
la separación como operación simbólica -correlato de la alienación-, El analista que juega con un niño no compromete su cuerpo,
pero no es del mismo orden, antes bien, es un riesgo, que un niño aunque juegue, porque suspende su goce, y si bien ofrece su pre-
quede expuesto al abandono y al desalojo de las vestiduras amorosas sencia, su corporalidad puede ocupar el lugar de semblante del ob-
y simbólicas. Dejarlo a merced del destino también significa m arcar jeto que la pulsión precisa. El sujeto supuesto en la transferencia
su cuerpo por el peor sesgo. con niños es el sujeto supuesto saber jugar 3 • El cuerpo y la palabra
Hansel y Gretel es un excelente ejemplo del valor que tiene el sig- se visten de brujo, de basurero, de basura, de tonta. Y como el azar
nificante, ya que las miguitas de pan adquieren el valor de trazo; con hizo que se encontrara con esta analista, la tonta le interpretó que
ellas dejan marca, hacen una serie que será útil a la h ora de busc;¡ r
el camino de regreso. Tienen valor porque el sujeto em erge e n i fC' los
signifi cantes. 11 l llln11H Jln111 1-i' "Tit'lll JW de transferen cia", enjugar, dibujar, escribir: Psicoanálisis
'tl!lltlllPI I IIIIII•• '>~t p i • • IH' 1\dkio ll eS, Rosnrio, 1998.
104 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 105

era la analista que le había tocado en suerte. Su asombro y su risa Pasión por el cuerpo niño 35
abrieron a un nuevo tiempo del análisis que transcurrió hasta su
final posible. I hada new tricycle, red and yellow
Que la sexualidad es instituyente de la subjetividad, hoy no sor- With a bell...
prende a nadie, pero en tiempos de Freud, tal aseveración provocó Do you think they have destroyed my tricycle too?
una renovación de las ideas y una subversión en la concepción del
niño. La sexualidad infantil y sus operaciones, entonces, son un modo Nedim, cinco años, refugiado de Sarajevo 36
de definir los tiempos instituyentes del sujeto. La infancia es un tiem-
po de escritura de la estructura34 • La clínica con niños nos presenta variados problemas, entre ellos,
En la clínica no tenemos acceso a lo real de la operatoria sino a la violencia intrafamiliar, la agresividad y los diversos modos de goce
través de aquello que el anudamiento produce y de sus efectos. El que operan tanto en el niño como en quienes deben protegerlo y cui-
analista presta presencia al semblante desde el vacío que el objeto darlo. En ocasiones, cuando la transferencia presta cobijo, la hostili-
a comporta, es decir que su posición se sostiene en un vacío y en dad puede empalmarse con la palabra. Pero en otras circunstancias,
un trabajo, en la medida que en el jugar está vaciado de su propia la agresividad y el odio llegan a dominar la vida cotidiana.
infancia. En sus tesis del año 1948, Lacan se pregunta por la agresividad y
El análisis del analista es el pivote del deseo del analista, función subraya la intención humana en la que el encono es subjetivo, así sur-
del análisis sin la cual no es posible jugar con un niño. El analista ge de la función que el estadio del espejo proporciona, y la agresividad
desacierta la orientación de la cura si inadvertidamente incluye sus correlativa a la oposición entre la unidad corporal y la fragmentación.
teorías sexuales infantiles. El campo pulsional en el que se sustenta Entre el yo y el tú, la disputa puede ser transitiva: no soy yo quien pega
la ficción que lo lúdico organiza, requiere a un analista que entre ba- sino el otro, mi rival, mi igual.
suras, restos y brujas no devenga sexuado. En más de una oportunidad, Lacan comenta el apólogo de San Agus-
Los niños suelen hacer preguntas sobre el sexo y la muerte que re- tín en sus Confesiones: "Vi con mis propios ojos y conocí bien a un pe-
claman presencia y respuestas. Pero las respuestas no requieren un queñuelo presa de los celos. No hablaba todavía y ya contemplaba, todo
saber sobre la infancia, por el contrario, para ocupar el lugar al que la pálido y con una mirada envenenada, a su hermano de leche" 37 • He aquí
transferencia invita, quien se dice analista debe haber pasado por una al infans, para quien la palabra aún no está articulada en la lengua, fren-
pérdida, por el duelo de sus fuegos y sus juegos de infancia. te a la situación en la que la contemplación del otro provoca reacciones
emocionales que reactivan y ponen en marcha de un modo primordial
el encono, base de lo imaginario para Lacan, en donde sitúa"[ ... ]lasco-
ordenadas psíquicas y somáticas de la agresividad original" 38 •
Según Lacan, la agresividad es una tensión correlativa de la estruc-
tura narcisística en el devenir del sujeto que reaparece en otros mo-
mentos de la vida. Ahora bien, cuando ella se articula con la función
pacificadora del Nombre del Padre, se normativiza, se cincela y aco-
moda en la civilización.

:Ei . liste texto es una reelaboración de otros dos aparecidos con el mismo título "Hosti-
lidad e n la vida cotidiana", en Psicoanálisis y el hospital No 25, y con algunas modi-
ti ca<:iuncs en Diagramas de psicodrama y grupos. Cuadernos de Bitácora, Ed. de las
M1tdnls du Plaza de Mayo, 2005.
34. En la conferencia del 27 de febrero de. l977, conocida como Palabras sobre la "''
111 lc.h "'"" ur pence Im ages ofwar by children offormer Yugoslavia (Unicef) .
teria, Lacan dice: "Lo esencial de lo que ha dicho Freud es que hay la mrls gtmtd"
1/ )tll que· •• 1,llt'llll : "La ngresividad en psicoanálisis", en Escritos 1, Siglo XXI editores,
relación entre el uso de las palabras[ .. . ] y la sexualidad que rein a e n cstn ~' H pntlc • , lu
l li i<Hitl ~ Alli "l, :'OO!i, p . 107.
sexualidad está enteramente capturada e n esas palabras 1. . . 1" . 111 J/,¡,ln¡¡
106 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 107

La agresividad se cuela necesariamente en el análisis, y junto al cuerda imaginaria ligada al orden del cuerpo; ex-sistencia, a lo real;
odio desenlazado, se convierte en una de las fuentes de la transferen- agujero, a lo simbólico. En el enlace de las tres cuerdas, en el lugar
cia negativa y de la reacción terapéutica negativa. triple del nudo borromeo, escribe el objeto a41 • Por otra parte, en la
En el análisis con niños, la tensión agresiva se manifiesta con los inmixión entre la consistencia imaginaria y lo real sitúa el goce del
niños, con los padres o entre niños y padres, y COIIJ.O no siempre pue- Otro, goce que puede tomar al cuerpo en la angustia o como enclave
de ser trabajada, en muchas ocasiones se vuelve el pantano en el que de las pasiones desenlazadas y de la agresividad. Lacan dice que es el
el analista hunde los pies. goce que hace falta que no, un goce inexistente, pero que tiene efectos
De diferente estofa que el odio, la crueldad y el sadismo, la agre- en la neurosis y que puede dar existencia a las alucinaciones en las
sividad se monta en la tensión yo -otro y encuentra su fundamento psicosis.
estructural en la identificación del estadio del espejo39 • El sadismo, Abro un paréntesis para recordar las últimas formulaciones de
en cambio, se asienta en la pulsión anal en calidad de fuente en la Lacan acerca del inconsciente como discordante con el cuerpo. In-
que, según Freud, enraíza la aprehensión como pulsión de dominio consciente y cuerpo no se recubren íntegramente, pues el objeto y
-la crueldad y el sadismo son fruto del erotismo anal. Sin embargo, la el cuerpo operan como cierre, también como obstáculo y frontera a
apreciación freudiana es insuficiente ya que el goce se instila más allá la metonimia que el inconsciente produce en su decir. Dicho de otra
del placer que pueden aportar lo especular, lo tanático y lo pulsional. modo, no hay cópula posible entre el Uno del significante y el objeto
La cultura de todos los tiempos, no solo la contemporánea, refleja a." [... ] es decir que no hay jamás ninguna razón para que ei recubri-
en la vida cotidiana la tensión agresiva y el odio como pasión del ser miento del Uno por el otro se termine [aun cuando] su diferencia sea
entre padres e hijos, incluso a través de las vicisitudes ambientales tan pequeña como podamos figurarla, sí hay incluso un límite, pero
en las que el niño se desarrolla, a tal punto que su cuerpo pasa a ser en el interior de este límite jamás habrá conjunción alguna del uno
el receptáculo directo del odio y la hostilidad -se lo somete a vejacio- menos a. El uno del sentido no se confunde con el uno del significan-
nes físicas y psíquicas, a torturas tales como el hambre, la inquina y te. El uno del sentido es el ser, el ser especificado por el inconsciente
el abuso. en tanto que existe, por lo menos al cuerpo[ ... ] ex-siste en la discordia
Lacan formula el pathema40 como efecto del lenguaje cuyo nódulo [... ] el inconsciente es discordante al cuerpo" 42 • Ahora bien, del enlace
es la pasión por el cuerpo. Esta referencia se suma, aunque es de otro borromeo surgen eficacias entre el Uno del significante y el objeto.
orden, a las pasiones del ser, que en los primeros tiempos de su ense- Por la vía de la pulsión, el objeto a contornea pedazos del cuerpo,
ñanza son la tríada: amor, odio e ignorancia. ligándolo a sus orificios. Su manifestación en la cuerda imaginaria es
Si la pasión por el cuerpo es un hecho de estructura, el pathema el objeto de la demanda de amor, mientras que en su límite simbólico
como solución problemática nos dice que no hay razón pura cuando el objeto a se presta como cuerpo de letra, camino por el que hace
del cuerpo se trata, sino que el pathos es un factor intrínseco al cuerpo peripecias en y con el significante.
y a las razones prácticas. Como factor concomitante al parletre, este El número de oro, que Lacan introduce para tratar de escribir un
también señala una geografía posible para el goce y sus excesos. El imposible, plantea que no hay modo de extinguir la diferencia entre
cuerpo resulta un lugar problemático porque es la sede en la que se goces heterogéneos, entre el uno y el Otro. Tampoco es viable la escri-
registran los goces. tura de la proporción sexual. No hay cópula entre el Uno y el a, fór-
La pasión por el cuerpo como consistencia surge a partir del en- mula que le sirve para volver a decir que esta abstracción radical es
lace de las tres dimensiones, RSI -Lacan denomina consistencia a la notable mediante una escritura matemática: l-a, Uno menos a.
Esta formulación basada en el número de oro no es ajena a las
operaciones que constituyen el fantasma, incluso la proporción áurea
39. En cuanto a la agresividad que se produce en la masa, en la multitud humana, esta
concierne a la unidad que se produce en la multitud de yoes que se identifican a un
trazo, generalmente guiados por amor al Ideal del yo. La multitud toma dellfdcr u u ~l. Jncques La can: "La tercera", en Intervenciones y textos 2, Ediciones Manantial, Bue-
trazo, un rasgo identificatorio que hace a la masa, por ejemplo el bigoti to de l Fililrl'l', 11 0 ~ A Ir¡· ~ . 19BU, P-
90.
un elemento que congrega a la comunidad a través de un a referencia amom~ n . ·1;' I HtlJlll '~ Ln en n: Jnequcs l.ncn n: eL Seminario, Ubro XX ff: RST, clase del 21 de cnt"rn
40. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXII: RSJ, clase d el 2 1 ele enero ciP 107S, lnl'llllo ll•• 1'1 /r;, inf'diltl
Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 109
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angelical e inocente fue, desde los albores de la historia, un sitio de
resulta viable para escribir el enganche del niño a lo imaginario de la
hostilidad, de odio, y el cuerpo el lugar de despliegue del erotismo.
madre 43 • A guisa de ejemplo, durante el siglo XII en Francia era costumbre el
Si una madre desea poseer completamente el cuerpo del niño, esta
infanticidio femenino después del cuarto nacimiento, no solo no era
posesión es imposible en lo real, hay una distancia entre el goce y el
posible mantener tantas bocas improductivas sino que esta modali-
cuerpo, pero aun así, sus efectos pueden ser devastadores. Las con-
dad fue usada para limitar la futura natalidad. En la Edad Moderna,
secuencias del odio, el goce del cuerpo del niño, sea este amoroso u
mientras se conquistaba América, en Europa los hijos eran abando-
hostil, inciden en proporción a la fuerza de uno o de otro, y la cara de
nados o vendidos como trabajadores o esclavos 45 • La Revolución In-
la agresividad, de la hostilidad y el odio, muestran la pasión que se liga
dustrial arrojó niños asalariados bajo una extrema dureza laboral y en
al cuerpo del niño en tanto pathema del falo en lo real.
condiciones de explotación extrema.
En el fantasma materno 4 4, el niño presta su cuerpo como soporte
del objeto a de la madre. El sujeto por advenir, el que se soporta en
esta unión por la alienación fundan te, requiere de un corte. Es menes-
ter que opere una sustracción para que el niño se desprenda del Otro,
operación que Lacan escribe con la fórmula: Uno menos a. El cuerpo niño
La clínica psicoanalítica, en particular con los niños, nos muestra
que estas operaciones necesarias no siempre se producen o no son La cultura, cuya raíz etimológica remite a caldo, caldo de lengua-
del todo eficaces cuando el goce se apodera del campo de la subjeti- je, sitúa al Otro como lugar del lenguaje, de la demanda y fuente de
vidad y el cuerpo del niño queda tomado como rehén, como objeto transmisión de la lengua. Además de esto, en los primeros tiempos de
real de un goce que no involucra suficientemente el goce fálico. Este su enseñanza Lacan sostiene que el Otro es el lugar de la ley, lugar que
último libidiniza el cuerpo y sus orificios, permite que la pulsión rea- deviene tesoro del significante.
lice su tour articulando propiciatoriamente amor, deseo y goce, vía Ahora bien, el andamiaje en el que adviene el sujeto queda mar-
por la cual inconsciente y sexualidad anudan el cuerpo a la letra. Por cado por fijaciones -Fixierung- que provienen de los recorridos pul-
el contrario, cuando el niño es un objeto de goce a secas, se goza de su sionales, trayectos y fijezas pulsionales que responden a lo que quizá
cuerpo como puro objeto y se ve impedido de dar respuestas subjeti- fueron fijaciones del Otro encarnado en los padres.
vas. Esta situación no evidencia la sustracción lógica 1-a que reclama Que el niño sea objeto de maniobras amorosas, eróticas u hostiles
el significante para vivificar un cuerpo. no es sin consecuencias para él. Atravesado por las marcas que el Otro
Anonadado en el Otro y por el Otro, por la hostilidad de la vida co- le inflige y que escriben consistentemente su cuerpo, se van demar-
tidiana, el niño queda a merced de las turbulencias del lenguaje, de las cando zonas erógenas que sensibles al lenguaje dicen y dirán de las
diferentes degradaciones del silencio, de la inhibición de la palabra y fijaciones pulsionales46 •
del odio, no puede sustraerse a la muerte. Ese es el caldo propicio para En la niñez se dibuja y contornea el cuerpo, esa superficie apro-
las vejaciones que la cultura le impone, pudiendo quedar a disposi- piada para la identificación especular, el que adquiere consistencia
ción de las pasiones que su cuerpo despierta. en la medida en que el falo da cuerpo a lo imaginario. Su superficie
En mi prát::tka he podido observar esa pasión por el cuerpo que es el lugar privilegiado donde se asientan las fuentes de la excitación
lo convierte en un cuerpo de padecimientos y sufrimientos, tomado y donde se despliegan los itinerarios de la pulsión y sus derivas de
desde el odio como pasión del ser. goce.
Violencia, maltrato, grandes golpizas; abusos sexuales, prostitu- El cuerpo del infans se presta como objeto de pasiones, manipula-
ción infantil, niños dealers, son algunos de los nombres del malestar ciones y maniobras amorosas u hostiles, de odio o ultraje, artimañas
en la infancia. El mundo infantil que los románticos catalogaron d
tl !i. I-1 6cl o r Bas ile: Historia de la psicología y la psiquiatría infantoj uvenil, 2003.
!111, Jncqu es 1,ncn n : "La s ignifi cación del falo", en Escritos 2, Siglo XXI editores, Buenos
43. Ve r el Seminario XIV: La lógica del fantasma . AIIIIM, :'OO'i
~~. 1/J(d em .
110 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 111

perversas de una erótica que se infiltra en la cultura, que engulle el Desde otro ángulo, el brillo fálico del cuerpo niño invita a la mi-
cuerpo del niño o lo transforma en mercancía. rada, los cuerpos niños se consumen públicamente en producciones
El cuerpo de los niños, los niños como cuerpo, adquieren un valor publicitarias. Venden y se venden. A causa de la impronta fálica que
fálico y gracias a ese valor se convierten en objetos de intercambio. En reciben del Otro se transforman en ese resto que es causa de diferen-
algunas posiciones paternas perversas, el cuerpo del niño como falo tes apetitos sexuales y en consecuencia, resultan ángeles y portadores
pasa a lo real por medio de diversas acciones en las que interviene una de deseos. El mercado se encarga de ponerles precio a los cuerpos vic-
voluntad de goce muy diferente a la condición fantasmática de goce timizados en alguna forma de explotación. ·
del neurótico.
La violencia intrafamiliar, el abuso sexual y psicológico sosteni-
do a lo largo del tiempo, pueden estar al servicio de goces perversos.
La voluntad de goce concierne a la ejecución fija de una maniobra Indiferencia, abandono, silencio
que se realiza en el cuerpo de otro y que degrada su condición de
sujeto, es extraña y diferente a la condición que denota una posibi- Con Freud aprendimos que de las raíces de la infancia pende la
lidad. Voluntad que preside la puesta en acto del perverso, que en posición del adulto. La condición de prematuración expone al infans
su accionar sobre el cuerpo del niño lo degrada a la pura condición a una dependencia estructural y estructurante del Otro, condición
de objeto. humana que nos hace sensibles a los ecos del decir de los padres, de
Cuando el niño es solamente un cuerpo sometido a una voluntad quienes transmiten la lengua y son soporte de diferentes identifica-
de goce, se pierde y a veces se arrasa su subjetividad. ciones.
La transmisión de la lengua que nos parasita fabrica los eslabones
del pasaje generacional y lleva el germen de lo traumático, que es en
sí un hecho de lenguaje. El trauma puede o no entrar en el discurso,
Perversión y pedofilia alternativas que Freud llamó trauma positivo o negativo, cuyos efec-
tos difieren.
La pedofilia es el ejemplo paradigmático que el campo de las po- Es por fuerza de la repetición del trazo que el significante penetra
siciones perversas nos ofrece para repensar el lugar emblemático que en el molino de las palabras, pasa al discurso y le evita al sujeto en-
toma el cuerpo de los niños. El pedófilo necesita un cuerpo sin tiem- frentarse con lo"( ... ] que el hombre es por naturaleza, a saber, una
po, siempre niño, ese es su objeto. Ama y goza del tiempo niño, de bestia feroz" 47 •
un cuerpo que debe ser invariablemente infantil, sin importar de qué Los excesos amorosos u hostiles inciden a la hora de los padeci-
niño se trate. mientos, que en el mejor de los casos se inscriben discursivamente.
Cuerpo sin tiempo implica que la castración no tiene efecto. El ins- Entre padres e hijos a veces observamos la instilación de odios, inclu-
tante, el paso del tiempo, es el marcador a través del cual se produce la so generacionales, que pasan si solución de continuidad a la genera-
diferencia entre el antes y el después, discontinuidad en la que cons- ción siguiente y muerden la estructura del infans. Otras veces, mal-
tatamos la eficacia de la castración. Pero para el pedófilo no hay corte tratos de diverso índole pero sin ejercicio de la violencia directa, pues
temporal, la imagen del impúber le aporta satisfacción sexual. esta es encubierta y silenciada.
La renegación de la castración opera a la hora de gozar de un cuer- El odio es de lo real, reniega de la diferencia y en ocasiones funcio-
po. Eclipsando la chance del niño como sujeto deseante, ya que en el na como la injuria: ataca al cuerpo y lo esclaviza a un goce que hace
acto del perverso no importa el nacimiento del deseo del partenaire, falta qu e no. Uno de los nombres de este odio es "crueldad". Fernando
este se convierte en víctima del goce real del otro. Su cuerpo qu eda
capturado, no sin seducciones, bajo el dominio sexual del adulto, ex-
cluyéndose cualquier posibilidad de salir del circuito al que Jo so m ele
4/ , Jru' qucs l.ncon: [][Sem inario, Libro V: Las formaciones del inconsciente, Ed. Paidós,
el pedófilo. lhtmtnn i\ltPR, 1989, p. :w.
ll 2 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 113

Ulloa48 plantea que se trata de un odio primordial que no se amarra a El odio es arrasador. A veces los hijos son el lugar de una exhibición
lo simbólico y que no hace par con la ternura que humaniza. Acuerdo obscena del poder y el dominio, de la afirmación yoica que manifiesta
con su lectura, más aún, pienso que la niñez se amasa entre odios y que no se pudo destituir al otro de la pareja conyugal. Lo que era com-
ternuras que deben enhebrarse al discurso, de lo contrario se produ- partido, quien era un lugar común en el lenguaje cotidiano, se torna
cen inhibiciones y angustias. en espacio de un goce devastador.
Quienes trabajamos con niños sabemos que muchas de las difi- Pero nuestra cultura conoce otras degradaciones: el robo de bebés
cultades por las que los padres consultan se tejen con los hilos del y el tráfico de niños son solo dos botones de muestra de la barbarie
odio y la hostilidad entre ellos y para con el niño. Odio como pasión humana, a la que también puede sumarse la apropiación de bebés
del ser, hostilidad como contracara del amor, cubren silenciosamente nacidos en cautiverio, la desaparición forzada de sus madres y padres
las sintomatologías más variadas. Los padecimientos en la infancia y la negación del legítimo derecho a la identidad y al conocimiento de
están poblados de abandonos y desalojos que tienen lugar por efecto la propia historia 49 •
del desenlace del amor y el deseo, dejando al niño a merced de goces Hostilidades de la vida cotidiana nutren al niño con la derrota del
mortíferos. lazo social. La derrota de la palabra y el pasaje a la brutalidad del odio
En ciertas circunstancias nos encontramos frente a las emergen- sindican al niño como el objeto de una reivindicación gobernada por
cias que se presentan en las guardias pediátricas, emergencias que la pasión y que al mismo tiempo lo ignora como sujeto.
surgen como correlato de algunas escenas de la vida conyugal o fa- El psicoanálisis señala otro camino, tanto en la doctrina como en
. miliar, donde sin más trámite subjetivo que el pasaje al acto, el goce el campo de la transferencia, donde se destaca el valor y la chance del
pasa al cuerpo del niño desatando una dramática que ataca sin pasar enlace estructural de la palabra al cuerpo, eficacia del inconsciente
por el discurso. Escenas que terminan por convocar al orden judicial, que ilumina la libertad del sujeto.
hostilidades lacerantes que despojan al niño del necesario y mínimo
sentido que aporta el juego. Nada para dibujar ni decir de lo incon-
mensurable de ciertos goces que empujan al niño a pasajes al acto,
intoxicaciones y accidentes. Urgencias cotidianas que aparecen como
efecto del desalojo en el Otro.
No es nueva la pregunta por la posición del niño, no solo como
objeto de un fantasma, sino como objeto bien real en la contienda
por los objetos frente a la separación de bienes matrimoniales. En el
"esto es mío, esto es tuyo", los niños ocupan el lugar de los objetos de
la pulsión. Son escupibles, mordibles, desechables, excrementos con
valor de cambio. ¿Pero de quién son los niños en estos casos?
Sobre los hijos del divorcio se ha escrito y debatido en abundan-
cia. Aunque no voy a detenerme en ello, deseo mencionar que el odio
pone a cielo abierto que el niño representa el producto sin sujeto de
la cópula sexual de los padres y que la disputa concierne a mantener
un dominio sobre el goce, que por otra parte es en sí imposible. En
esas circunstancias, bien cotidianas, ellos representan un goce que no 49. Me refiero particularmente a los niños nacidos en los campos de concentración
termina de caer y en el que no entra su subjetividad, en el odio entre que hubo en la Argentina entre 1976 y 1983, instaurados por el gobierno militar que
actuó en esos años. Los niños fueron arrancados de su madre y de sus padres en
los padres se intenta abolir al niño como sujeto. 1 momento de nacer. Dados en adopción de modo ilegal o directamente apropia-
do ~ por los captores de sus padres. Es de destacar que los autores del plan sistemá-
tico do desaparición de personas y sustracción de los menores fueron procesados
48. Fernando Ulloa: Presentación sobre la sublimación, trabajo presentado 1111 lrt y 11111t:itu ~ d11 111los condenados. Ver la resolución judicial sobre este tema del 5 de
Reunión Lacanoamericana de Tucumán, 2003. j11lltt dn ;>Ot :!.
Capítulo 4
El campo del sentido y sus problemas 1

A propósito del trastorno de Asperger


A partir de algunos análisis que conduje con niños denominados
''Asperger", me propuse estudiar e investigar, desde la perspectiva que
el psicoanálisis nos ofrece, las presentaciones de los trastornos o sín-
dromes que la psiquiatría denominó con aquel nombre. Mi intención
es esclarecer tanto el diagnóstico como el tratamiento de estas dificul-
tades que considero como vicisitudes en el campo del sentido. Dicho
de otro modo, en la articulación de los registros del lenguaje, RSI, he
situado la dificultad más severa en la inmixión entre lo imaginario y lo
simbólico, que Lacan denominó inliibición.

1 V" t i'l .tp nrrnclo "El no rodo de la m adre", en el capítulo II de este mismo libro.
ll6 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura ll7

Un obstáculo clínico me condujo a preguntarme por la entidad e ignorancia de la palabra "vagina'', sin implicar desconocimiento
psiquiátrica recién mencionada, cuyo común denominador es la difi- alguno acerca de la vagina y la sexualidad de hombres y mujeres.
cultad que se centra en el lazo social, la falta de empatía, la cual puede Sus exploraciones lo llevaban a imaginar aventuras infinitas y de
ir acompañada o no de dificultades motoras y simbólicas. difícil resolución, ninguna de las fuerzas ganaba, por ende, sesión tras
En estas problemáticas no siempre es posible situar formaciones sesión, lo que gobernaba era la reiteración de lo mismo, aunque n o de
del inconsciente, particularmente el síntoma, por dos motivos: 1) por- la misma manera.
que se trata de niños pequeños, en quienes por razones de estructura A su vez, en la contienda entre los padres primaban los gritos y
no es factible que la operación de la castración y la represión con- las injurias de la madre hacia el padre y su nueva pareja. Para ella era
comitantes al Nombre del Padre cuenten con la eficacia esperada; 2) difícil escuchar y confiar en todo aquel que suponía no acordaba con
porque la angustia tampoco se presenta en estas problemáticas. su posición en la querella familiar. Un día que Germán se atrevió a
Entonces, ¿desde qué ángulo situamos estas dificultades dentro contradecirla, su respuesta no se hizo esperar y amenazó al niño de
del campo del psicoanálisis? ¿Las mismas son permeables a la inter- diversos modos.
vención analítica y transferencia!? Las alteraciones de Germán se multiplicaban ante las escenas inju-
Un niño a quien atendí hace un tiempo me generó estos y otros riosas de su madre, quien a su vez comenzó a buscar tratamientos
interrogantes. alternativos al psicoanalítico, ya que así evitaba su implicación en la
Germán presentaba una inhibición en el aprendizaje y en el esta- problemática y en el trato que le dispensaba. Con el argumento de
blecimiento de lazos sociales. Era apocado, a veces silencioso, pero que el niño había presentado un episodio comicial, recurrió a un
muy cordial, y tenía un enorme deseo de participar en actividades centro de atención especializado en neurología. Luego de un estudio
junto con otros niños. Concurría a una escuela de jornada completa encefalográfico y algunas pruebas psicológicas, le diagnostican tras-
en la que se estudiaban los contenidos programáticos tanto en cas- torno de Asperger.
tellano como en inglés. Frente a tan altas exigencias a las que estaba Germán no presentaba los signos de dicha entidad psiquiátrica.
sometido, su rendimiento escolar era pobre, lo que redundaba en una Sin embargo, dado lo impreciso del cuadro y la difícil situación fami-
difícil integración escolar y social. liar, prosperó el sometimiento al protocolo de tratamiento para el
Sus padres estaban divorciados y mantenían una dura batalla en trastorno de Asperger que indicaron en aquel centro.
todos los terrenos: económico, social, afectivo y judicial. Los desacuer- Al padre le resultó muy difícil aceptar tanto el diagnóstico como los
dos respecto de la educación de los hijos también eran significativos. padecimientos de su hijo, e innecesaria la medicación.
Al niño le resultaba muy difícil hablar de sus cuestiones con la Según mi criterio, el niño era reservado con sus sentimientos por
madre, quien lo sometía a severos castigos y le impedía encontrarse temor, pero también por amor a sus padres. Pagaba con silencio el
con el padre, quien por su parte era poco comunicativo y reservado. precio de la batalla entre los adultos. En estos casos más que frecuen-
A Germán le gustaba jugar con soldados, ilustrar guerras y batallas. tes, pero no por ello deseables, los niños se vuelven objeto de la pasión
Sus juegos evidenciaban cierta creatividad, aunque tenían un carácter y corporizan la contienda. Son tratados según el goce que aún habita
repetitivo. A los siete años, momento de la consulta, estaba muy inte- en el entre-dos de los padres, ocupando con su cuerpo y su padeci-
resado en investigar las diferencias anatómicas entre niñas y varones. miento el lugar de la cópula amorosa u odiosa entre los progenitores.
Buscaba en diccionarios, también bajo de los vestidos de las muñe- Aquí es menester diferenciar dos posiciones: la del niño que
cas, quién tenía y quién no tenía pechos y pene. inviste el objeto de modo transitorio en la fantasmática parental, la
El falo imaginario, reserva libidinal, estaba en juego. En sus guerras cual es estructural y estructurante, y la del niño como objeto que
y batallas con soldados y con extraterrestres, las diferencias surgían tap ona, la cual no tiene en cuenta su subjetividad2 • En una presen-
a través de las confrontaciones bélicas y deportivas. En una sesión, tación judicial, por ejemplo, no solo no se contempla su intimidad
mientras jugaba al "poliladron" -policía y ladrón-, señala el pene de
un muñeco y dice que él sabe que las nenas no tienen pene sino vc~ji/1(1
"
-por vagina. Este equívoco queda aparentemente situado como c rru1 :1 y ,,r ;•,1 npmtnrln "Indiferencia, abandono, silencio", en el capítulo III de este mismo
llh l fl
1111 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 119

y su subjetividad sino que se lo cuenta en términos de beneficios o La clínica con niños nos pone ante situaciones como esta3 , y aun-
pérdidas para alguno de los padres. Obviamente, cuando un niño, un que no podemos anticipar cuándo se verán los efectos del análisis en
hijo, ocupa el lugar de objeto en la disputa y en la hostilidad matrimo- la vida cotidiana, la experiencia nos indica que los habrá, pero estos
nial, su porvenir está comprometido, lo mismo que la subjetividad y no son predecibles sino posibles y contingentes.
la patología de los padres. Si bien muchos niños padecen dificultades en el lazo social, no
Estas situaciones representan un enorme desafío en la transferen- por ello están aislados. Aquellos que exhiben una producción escolar
cia y generalmente comportan un tiempo de trabajo muy intenso con buena o muy buena, pero no pueden expresar sus afectos, se presen -
cada uno de los padres. Despejar alguno de esos puntos de goce le da tan torpes motrizmente e inhibidos y tienen altas posibilidades de ser
al niño la chance de despegar de ese lugar. rotulados bajo el nombre de trastorno de Asperger y tratados con psi-
En el análisis con niños, los obstáculos en la transferencia pueden cofármacos, a la par de las recetas conductistas y cognitivistas, para
surgir de los diferentes polos de la misma, pues el análisis moviliza que automaticen su pensamiento y su conducta. Es decir, bajo un pre-
a los padres y las pasiones que albergan. Pasiones del ser, como las texto terapéutico se busca domesticar como a los animales.
denominó Lacan, el odio y la indiferencia tienen papeles preponde- Estamos advertidos de que en la gran mayoría de los casos, los
rantes en la emergencia de la diversidad de los goces. El pasaje al acto, niños no padecen tales enfermedades y que ni los fármacos ni la
con los riesgos que acarrea, a veces se vuelve una alternativa para el automatización conductual son necesarios. La llamada clínica de la
niño identificado con el objeto a, reducido a un desecho, estragado o evidencia deja demasiados blancos en una verdadera investigación
lesionado en lo real del cuerpo. sobre los fundamentos de la subjetividad y arrastra hacia un futuro
El análisis de Germán debió atravesar los pasajes al acto del niño siempre incierto la demostración de sus bases 4 •
y de los padres, también las amenazas maternas y las dificultades del Según el cuarto Manual Diagnóstico de Salud Mental de la Asocia-
padre para situarse de otro modo. No obstante, lo lúdico iba ganando ción de Psiquiatría Americana, el DSM IV; en el trastorno de Asperger
la batalla, lo simbólico prosperaba y el marco del análisis prestó su hay una alteración cualitativa de la interacción social, manifestada al
ayuda para sostener al sujeto. Entre la diferencia fálica y el significante menos por dos de los siguientes ítems:
de la diferencia, Germán pudo seguir investigando la vajilla-vagina, su
ignorancia se volvió fecunda y estableció diferencias de importancia. l. Importante alteración del uso de múltiples comportamientos
Las tradiciones ideológicas de la familia paterna y el prestigio pro- no verbales tales como: contacto ocular, expresión facial, pos-
fesional que su padre había alcanzado eran índices de un poderío que turas corporales y gestos reguladores de la interacción social.
Germán admiraba y temía. De él esperaba palabras, juegos, historias, 2. Incapacidad para desarrollar relaciones con pares apropiadas
pero sobre todo, que acotara las impulsiones de la madre. En los inci- al nivel del desarrollo del sujeto.
pientes diálogos que comenzaron a entablar, el niño le pedía que le 3. Ausencia de la tendencia espontánea a compartir intereses y
transmitiera alguno de sus hobbies, se interesaba por ellos. objetivos con otras personas.
Su caso resulta un paradigma de estos tiempos, donde los niños 4. Ausencia de reciprocidad social.
son diagnosticados de modo serial, cumpliendo con protocolos y test
en los que se diluye lo singular. Obviamente, Germán no padecía el Respecto de los comportamientos, el manual indica que tanto los
mencionado trastorno, y a pesar de que estuvo en tratamiento neuro- intereses como las actividades son restrictivos, repetitivos y estereotipa-
lógico y psiquiátrico durante un tiempo breve, fue él quien insistió y dos, manifestados al menos por una de las siguientes características:
pidió a sus padres continuar con el análisis, con su espacio de juego
y dibujo. Su voz se hizo escuchar y los padres declinaron la oferta psi-
3. La lectura del malestar actual en la cultura nos concierne como psicoanalistas, lo
quiátrica. Esta situación denotó el avance del niño, y aunque las inhi- mismo que la reflexión en torno a Jos estigmas y abusos de Jos diagnósticos, pronós-
biciones continuaban, pudo comenzar a hablar con ellos en pos de ticos y tratamientos en la infancia.
sus intereses. El fútbol, las batallas y la investig<~ción sexual seguía n 11. l.a alta pro bnbilidncl de que Jos profesionales intervinientes sostengan que un tras-
siendo prioritarios. turn o tnl q , l p11d 1•t 1' do por vida influye negativamente tanto en el entorno familiar
l!J I UU l'll f'l t•~ l u i;IJ y H(ll il tl .
120 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 121

l. Que los patrones antes mencionados sean anormales por su Según el detalle psiquiátrico, las personas con Asperger no
intensidad o por su objetivo. poseen habilidades sociales, se puede decir que tienen una ceguera
2. Que el niño mantenga una adhesión aparentemente inflexible emocional. A veces no reconocen una sonrisa y es posible que la pro-
a rutinas, rituales no funcionales. pia sea solo una mueca sin gracia; son incapaces -se agrega- de leer
3. Que presente manierismos motores estereotipados y repetitivos. entrelíneas.
4. Preocupación insistente por partes de objetos.

Según consta en el mismo, el trastorno genera un deterioro clínica-


mente importante en lo social, laboral y escolar. De las tablas emplea- Una propuesta psicoanalítica
das para tipificar el trastorno de Asperger surge que basta con la sola
presencia de algunos de los ítems antes mencionados para realizar el ¿Por qué será que se considera al Asperger una entidad específica
diagnóstico. Es por demás curioso que con la suma de algunas de estas cuando muchos de sus índices pueden presentarse en diversos cua-
conductas se pueda dar un pronóstico, en general de difícil resolución dros? He comprobado clínicamente que no todos los niños que llegan
y que impedirá al niño contar con un alcance social de relevancia. con este diagnóstico presentan los signos fenoménicos antes mencio-
Tanto los manuales psiquiátricos como las comunicaciones de los nados, ni la gravedad y permanencia de las dificultades.
médicos neurólogos plantean que se trata de un trastorno neuromen- La acotada viñeta que antes ofrecí es un claro ejemplo del uso
tal que forma parte del espectro de trastornos autísticos 5 • indebido de los diagnósticos fenoménicos. Aunque Germán presen-
¿Qué dicen los manuales de diagnóstico? Que los neurotípicos tie- taba alguno de los ítems descriptos, tanto el análisis como el a poste-
nen un sofisticado y amplio sentido del reconocimiento de los estados riori del mismo demostraron que no se trataba de un Asperger.
emocionales. La mayoría de las personas son capaces de reconocer Entonces, ¿cómo situar estos sufrimientos? ¿La pregunta por la
información sobre sus estados cognitivos y emocionales, también los estructura aporta algo de relevancia?
de las otras personas, basándose en pistas originadas en el entorno Si bien el interrogante es específicamente por el trastorno de
y en el lenguaje corporal. Es decir que los neurotípit?os pueden tener Asperger, me permito ubicarlo dentro de las diversas presentaciones
información de sí mismos y del semejante, entran en el código del en la infancia en las que se observan dificultades en la instauración
lenguaje expresivo. del yo, en la imagen, problemas que atañen al cuerpo y comprometen
Una corriente de la neurología sostiene que el cerebro de los niños el lazo social, el aprendizaje inicial de la lectoescritura, la producción
Asperger está afectado, por eso solo puede concentrarse en algunos simbólica, y también en aquellas en las que se infiere que la inmixión
temas específicos o manifiestan una preocupación absorbente por un de lo imaginario y lo simbólico no se enlaza convenientemente. Dicho
solo tema, por ejemplo, los mapas del mundo, las reglas matemáticas. de otro modo, me interesa conceptualizar las dificultades vinculadas
En su dedicación exclusiva a temas intelectuales no entra a tallar el con la ausencia de empatía que pueden o no estar acompañadas de
afecto. una producción simbólica en la niñez.
El denominado Asperger parece tener un inicio posterior al Lo primero que el analista debe hacer cuando recibe una consulta
autismo, o por lo menos es reconocido tiempo después. El retraso y la de este tipo es prescindir del nombre y del rótulo generalizador con el
torpeza motora pueden observarse durante el período preescolar y las que se ha designado al niño. Luego, la pregunta por la estructura, neu-
deficiencias en la interacción social, en el contexto de la vida escolar. rótica o psicótica, aporta elementos para discernir las diversidades
Según plantean algunas corrientes, este sigue un curso continuo y en subjetivas. Como el psicoanálisis no ofrece protocolos de tratamiento,
la mayor parte de los casos se prolonga durante toda la vida. subraya el uno por uno de cada niño y de cada historia singular.
Dicho esto, algunas preguntas más: ¿será posible relacionar la falta
'•. l.a expresión trastorno de Asperger fue usada por primera vez en 1981 por Loma de empatía con la falta o ausencia de angustia? ¿No será que la emer-
Wing, quien en una noticia periodística bautizó con el nombre del pediatra aus-
lrfaco Hans Asperger ese conjunto impreciso de signos. Su aparición en el DSM IV
ncncia de angustia es la que se desplaza y opera en otro registro como
tJStá fechada en 1994. lnh ihic:ión?
122 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura
123
Mientras la primera nos conduce al campo de la forclusión del significación. No obstante, la incidencia producida por el Nombre del
Nombre del Padre, a la continuación de lo real en lo imaginario, la Padre se comprueba en la multiplicidad de recursos simbólicos y en
segunda nos señala el empalme entre lo real y lo imaginario, la la ausencia de manifestaciones que serían sucedáneas de los fenóme-
inmixión en la que escribimos la angustia y en la que lo imaginario nos elementales.
pone cuerpo, pero también podemos indicar que puede operar una Conjeturo que las dificultades surgen de un déficit en la identifica-
inhibición, un freno motor enraizado en la instancia del yo, es decir, ción especular que aunque puede estar consagrada en la estructura,
entre imaginario y simbólico. Según la acertada expresión freudiana, mantiene un desgarro, una fisura o desenlaces con lo simbólico en el
7
la inhibición obtura el surgimiento de la angustia. plano del espejo • Lo que digo es que en ciertas condiciones de estruc-
Una marcada inhibición puede acarrear dificultades en el estable- tura no se produce el reflejo emanado por el investimento fálico del
cimiento de relaciones con otros y torpezas motrices. En este caso es Otro, que hace de la mirada la imagen que puntúa el ideal. Puede que
posible conjeturar que el campo del sentido, esa inmixión de lo ima- estos niños se vean en la mirada del Otro materno, pero el reflejo que
ginario y lo simbólico, no solo se encuentra afectado por la inhibición, este les devuelve carece de afecto o del rastro del significante, que-
sino que el sentido es el campo en el que la inhibición se materializa6 • dando impedido o detenido el eslabonamiento entre lo imaginario y
La clínica con niños también nos informa de los padecimientos lo simbólico 8 •
producidos por dislocación del enlace imaginario-simbólico, por una En su producción lúdica, gráfica y verbal advertimos que el objeto
falta de empalme que genera una contigüidad entre los registros y imaginario está constituido en la estructura y consagrada la identifi-
hace que el trazo de la identificación simbólica y la identificación a la cación al trazo, lo que no se ve es la elasticidad que provee el signifi-
imagen en el espejo no se verifiquen. Si bien aquí el sentido está afec- cante en su juntura con la imagen. ¿Será que en la mirada materna
tado, estas consideraciones no son condiciones suficientes ni eficien- hubo un gesto, un elemento de fijeza que no permitió poner en juego
tes para diagnosticar a un niño dentro del espectro autista o bajo el la imagen, el i'(a), con el significante?
rótulo de los llamados trastornos generalizados del desarrollo (TGD). Lacan arroja luz sobre estos problemas instituyentes al distinguir
en la imagen real la posibilidad de su reconocimiento a través de la
imagen virtual sucedánea, efecto a su vez de la real que resta fuera de
escena. En uno de sus primeros escritos, El estadio del espejo como
La identificación especular formador de la función del yo [je] tal como se nos revela en la expe-
riencia psicoanalítica9, texto que conserva un enorme interés clínico,
En el Seminario III: Las psicosis, Lacan formula la necesariedad reflexiona sobre la incidencia del Otro en esta instancia.
del Nombre del Padre para producir la metaforización y sustitución Al inaugurar la distinción entre la función del yo-moi y el yo-je
significante. Dice que Schreber responde con una serie de alteracio- como artículo gramatical, precisa que hay un momento en que el niño
nes corporales, incluso delirios, porque carece de ese abrochamiento. se reconoce como tal en la imagen especular. " [... ] Freud liga el yo con
Para que haya símbolo es menester que haya un operador estructural una doble referencia, una al cuerpo propio, es el narcisismo, la otra a
y lógico, el Nombre del Padre, que permita la concatenación lingüís- la complejidad de los tres órdenes de identificación.
tica, que otorgue flexibilidad al discurso, que posibilite que las pala- El estadio del espejo da la regla de la repartición entre lo imagi-
bras se asocien en la diversidad de significaciones imaginarias. nario y lo simbólico en ese momento de captura por una inercia
Mientras que la forclusión del Nombre del Padre produce dislo-
ques, desarticulaciones en el tejido simbólico que dejan como saldo
. En su libro Clínicas del cuerpo, Silvia Amigo denomina "astilladura" a estas proble-
una relación con el discurso diferente a la que hay en la neurosis, máticas en la constitución de la imagen especular.
lo que prevalece en estos niños es un disloque en el sentido y la ll. Vor "La significación del gesto en el rostro de la madre", en el capítulo II de este
onJ., mo libro.
' 1. 'J'u obu jp prese ntado po r Lacan en el XVI Congreso Internacional de Psicoanálisis de
6. De mi interlocución con Daniel Paola a propósito de su libro lnconsácntt·, ·''t•flt ltlo y l.ll lleh, donde re to m o lo formul ado hasta entonces en el texto La familia y en sus
forclusión. lwJIH liu htfl lH. tf:W tllvldud .
124 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 125

histórica [... ]" 10 • Lo notable es que ya en los inicios mismos de su cuestión del sentido de la belleza como formativa y como erógena" 14 •
enseñanza nos indique que la hiancia que hay entre lo imaginario y lo Asimismo, la imagen estructurante que se asume jubilosamente forma
simbólico es inaugural e instituyente, lo mismo la coalescencia entre la matriz simbólica en la que el yo precipita.
ambos, y que esa hiancia se produce en el p'teciso acto en el que se La unificación no es sino el reflejo y la virtualidad de una Gestalt
instaura el yo: "Lo que se manipula en el triunfo del hecho de asu- que alienada en esa imagen le permite proferir al infans tanto el pro-
mir la imagen del cuerpo en el espejo, es ese objeto evanescente entre nombre personal como el adjetivo pronominal.
todos por no aparecer sino al margen: el intercambio de las miradas, Algunas precisiones más. Entre lo imaginario y lo especular hay
manifiesto en el hecho de que el niño se vuelva a aquel que de alguna una congruencia que no es identitaria, congruencia entre imagen y
manera le asiste, aunque solo fuese por asistir a su juego" 11 • cuerpo, entre lo virtual y la consistencia. Lo imaginario no se reduce
Por efecto de la prematuración neurofisiológica del infans se torna a la fragilidad de la imagen, la imago del cuerpo es una configuración
necesaria una operación de índole subjetiva que produzca una uni- virtua}, una Gestalt, una superficie que nada indica de su eventual
ficación virtual ante lo parcelario e incoordinado del autoerotismo. andamiaje con el significante ni equivale a lo real del cuerpo.
Respecto de esta operación, nuevo acto psíquico según Freud, Lacan Por conducir a las identificaciones secundarias, esa forma inaugu-
dice: "Este acto, en efecto, lejos de agotarse, como en el mono, en el ral debería designarse yo ideal. "Pero el punto importante es que esta
control una vez adquirido, de la inanidad de la imagen, rebota ense- forma sitúa la instancia del yo, aun desde antes de su determinación
guida en el niño en una serie de gestos en los que experimenta lúdica- social, en una línea de ficción, irreductible para siempre por el indi-
mente la relación de los movimientos asumidos de la imagen con su viduo solo" 15 •
medio ambiente reflejado, y de ese complejo virtual a la realidad que Algunas veces, el yo como instancia que colabora en la articula-
reproduce, o sea con su propio cuerpo y con las personas, incluso con ción de la creación y la ficción, tal como la propone Lacan, presenta
los objetos, que se encuentran junto a él" 12 • fallas eventuales o lo que es peor, no llega a instaurarse. Si la identifi-
Lo preciso es que este texto, aunque tiene cierto tufillo genetista, cación fracasa, el niño no puede pronunciar su nombre ni situarse en
encuentra el trazo estructural del acto inaugural, acto que pone en la cadena generacional; establecer lo simbólico resulta harto difícil si
marcha la reproducción virtual de una superficie plana de la imagen. este se instituye en déficitl 6 •
El cuerpo es imagen y por su eficacia anima lo circundante. Ahora bien, si se trata de problemáticas que tienen su raíz en la
El estadio del espejo no es otra cosa que una identificación, en el formación del yo, núcleo de lo imaginario, podemos volver a pregun-
sentido que el análisis da a este término, una" [... ] transformación pro- tarnos por la incidencia del Nombre del Padre en dicha instancia.
ducida en el sujeto cuando asume una imagen, cuya predestinación a Aunque en la mayoría de los casos constatamos que el Nombre del
este efecto de fase está suficientemente indicada por el uso [... ]"13 • Padre talla en el sujeto, no hay modo de alcanzar esta afirmación sino
El valor estructurante e instituyente de este acto radica, según por los efectos en el niño.
Lacan, en que el mismo instaura una fase - destaco la distinción entre iEs posible plantear una articulación entre la instauración de la
el valor de lo instituyente que se deduce de esta identificación inaugu- imagen especular, formadora del yo, y el objeto imaginario sin intro-
ral, con la serie de vicisitudes que se producen alrededor de la instau- ducir el Nombre del Padre y la novedad estructural y clínica que el
ración, de la imagen de sí y del semejante. "Hechos que se inscriben en objeto a comporta? En la medida en que Lacan extiende la idea de
un orden de identificación homeomórfica que quedaría envuelto en la que el niño, objeto de la mirada del Otro primordial, ocupa el lugar de
objeto a de la madre, el esquema del espejo se modifica hasta llegar
al presentado en el seminario sobre la angustia. Ese invento, el objeto
10. Jacques Lacan: "De nuestros antecedentes", en Escritos 1, Siglo XXI editores, Bue- z que palpita en su obra desde el seminario sobre la identificación,
nos Aires, 2005, p . 63.
11. Ibídem, p. 64.
12. Jacques Lacan: "El estadio del espejo como formador de la función del yo liel tal 1~ . l bfdem, p. 89.
como se nos revela en la experiencia psicoanalítica", en Escritos 1, Siglo XXI ediiOreA, 1r; , liJfdem, p. 07.
Buenos Aires, 2005, p. 86. 111, l)p qd <' nl¡:uw11l " '"' 111·1 ~e co ncibo t ¡tw I'S t n ~ rl' ~ ultnn C'n porologfns nnrci sfs li caA,
13. Ibíde m, p. 87. ~: t ' lll ' tll lt ill'lll<'ll' il\t'~
126 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 127

concurre como falta en lo imaginario, a nivel de la imagen, como en relación a esto que más tarde se llamará el pudor, pero de lo que
punto inaccesible al ojo, objeto evanescente que ilumina el cuerpo. quizá sería excesivo situarlo en la etapa llamada del espejo.
Por la vía del investimiento pulsional, el niño se sitúa en la econo- El falo es lo real en tanto se lo elide" 19.
mía de la demanda, el deseo y el goce, y en los recorridos pulsionales Pero hay algo de lo real que ex-siste al falo, el goce. El falo dador de
el cuerpo se vuelve eró geno. cuerpo a lo imaginario, por una parte produce sentido y por la otra,
Al ocupar ese lugar del objeto faltante, el niño puede ser amado, significación. En el primer caso nombra, pero no da nombre; en el
aunque él no lo quiera, puede ser deseado, aunque no lo sepa. El segundo porta el significante de la diferencia. En el trabajo con niños
amor y el deseo se tejen con las hebras de lo imaginario y lo simbó- que presentan una ausencia de empatía, pero que aprenden y memo-
lico, hebras que el infans requiere que se anuden para que el falo, ese rizan sin afecto ninguno, pude colegir que el falo no entra en la cuenta
soporte del sujeto, instituya y funde el cuerpo erógeno, caso contra- de esos aprendizajes.
rio17 el sujeto queda deambulando sin la función del sentido, función Las afecciones de la más temprana infancia pueden tener su origen
que lo preserva del goce mortífero o indiferente que puede sobrevenir en un déficit instituyente de la identificación primaria, considerada por
en alguno o en ambos padres. Lacan como una primera torsión entre lo exo y lo endo en la inmersión
Me permito dar un salto lógico en la obra de Lacan para aclarar el en el lenguaje, que resulta mucho más grave dentro del espectro autista.
valor del efecto de sentido en la estructura. Si bien las problemáticas que tienen su asiento en la instauración
Las tres dimensiones del lenguaje se escriben en el nudo borro- del yo y de la imagen son las más frecuentes, es necesario diferen-
meo y en sus inmixiones Lacan indica que goces, síntoma y cuerpo ciarlas de aquellas que muestran el fracaso o la falla entre el falo y el
guardan una lógica dimensional. Entre imaginario y real ubica el goce cuerpo. En estas últimas hay imagen, pero no consistencia; el objeto
del Otro; entre imaginario y simbólico, el sentido; entre simbólico y imaginario se verifica en la tensión especular, pero lo que no hay es
real, el goce fálico. Estas inmixiones revelan las modulaciones de la otro con otro cuerpo (estos son los niños que reciben el diagnóstico
estructura. de síndrome de Asperger) .
Lo real no concierne en absoluto al sentido, por el contrario, el sen- Las problemáticas en la constitución del yo generan inhibicio-
tido nombra algo. Lo real del falo es imposible, no obstante el falo da nes, frenos y bloqueos concomitantemente con estereotipias en los
cuerpo a lo imaginario produciendo los incidentes peculiares de la movimientos corporales. Tanto la imagen como la consistencia de la
consistencia. superficie del cuerpo se ven afectadas. Me inclino a pensar que las
Con esta aproximación a la consistencia del cuerpo vuelvo al esta- dificultades más graves se deben a la forclusión del Nombre del Padre,
dio del espejo 18. Lacan y la escucha atenta de la clínica nos enseñan mientras que las afecciones más leves o circunstanciales son causa-
que imagen y consistencia se articulan con lo simbólico en el sentido. das por una forclusión parcial del sentido 20 •
La niña o el varón, cualquiera de ellos, capta allí un gesto, algo que En los padecimientos que varan en el enlace imaginario-simbólico,
tiene un valor preciso en el ser hablante, no en los animales que nacen imagen-significante, si el paso que debe procurar el sentido no está, la
maduros, en los que falta esa alegría del estadio del espejo: "[ ... ] lo identificación especular es recusada y la transmisión del falo no tiene
que he llamado júbilo, annque miren en el espejo su imagen reflejada lugar. Cualquiera sea la problemática narcisística o de la consistencia
no son capaces de rec0nocerse, al menos eso parece. En cambio, el imaginaria, siempre deja como efecto una dificultad en el trato con el
parletre se reconoce entre otros jubilosamente [... ]. otro y en la discursividad.
Y eso me pareció sensible como correlato, si puedo decir, de esa
prematuración. Hay ahí algo cuyo lazo es de alguna manera primordial
19. )acques Lacan: El Seminario, Libro XXII: RSI, clase del ll de marzo de 1975,
ln 6dito.
17. Algunos niños acceden a un simbólico sin matices e integran una imagen si n caw;a :•o. Me baso en esta idea para situar una diferencia entre Germán ylos niños que tienen
vital. l" l'~t·ntncion cs psicóticas. En estos últimos, contamos con suficientes elementos
18. Es llamativo que Lacan dejase de lado el estadio del espejo en la últim a e ta pa dv Hll 1 lin lt·o ~ qu e so tnaniti estan tempranamente y que obedecen a la entrada en ellen-
enseñanza y volviese a él con una breve referencia en el Seminttrio XXI V: I."iiiS/1 , , ¡.¡t iBft ' 11 pntllt du In id un l·ifi cación primaria, tiempo en el que el Nombre del Padre no
que entiendo intentaba reposiciona r la cuesti ó n d el falo en l;t cx puri <' tKio .,,.,,,.,,.til •n ltl .'tll llli ltt \tl ht <'li llll t.: ll-lnt.
128 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 129

Winnicott aclara que en estos casos surgieron detenciones y difi- corporal, ni el falo da cuerpo, aunque el Nombre del Padre repercuta.
cultades tanto en el denominado holding, apego materno, como en el De ahí que la prodUcción metafórica resulta pobre.
establecimiento del espacio, el objeto y los fenómenos transicionales. Tal como comenté al inicio de este capítulo, la psiquiatría y los estu-
dios de las neurociencias nos informan que estos niños no pueden o
no saben leer entrelíneas. ¿Pero qué quiere decir "leer entrelíneas"?
Leer entrelíneas implica que hay un sentido figurado que deviene de
A propósito de la voz y lo sonoro un proceso de metaforización que para Roman Jakobson se vislumbra
cuando el niño reconoce el equívoco, cuando el gato hace "guau" y el
Lo ya dicho vuelve a suscitar otra pregunta: las afecciones graves perro hace "miau". Ese no es un error, sino una sustitución equiva-
que pueden padecer los niños ¿se deben a una inhibición en el des- lente a la de "gato por liebre".
pliegue imaginario de la sentimentalidad o se trata de una psicosis? La sustitución de una palabra por otra y el surgimiento de la risa
A propósito del desarrollo imaginario de los sentimientos, de la frente al eventual error nos informan que la metáfora está en juego.
sentimentalidad, que no es sin la melodía y la poética2 1, Lacan dice: Pero cuando la metáfora no funciona, los niños no alcanzan a leer
"[ ... ] en lo que está del lado de la fonación quizá, del lado de lo que entrelíneas, no hay posibilidad de que surja la risa como respuesta,
es igualmente algo que se merece vivir en la melodía. En la melodía, la sonrisa se vuelve mueca, un gesto endurecido, el contacto ocular se
¿y por qué? Quizá justamente a 'c ausa de ese algo que tiene efectos, a hace áspero, y no se entiende el lenguaje del otro25 •
pesar de todo, sobre la madre, a través de la melodía [... ].Entonces,
algo pasa a través de la melodía, quizá no solamente la sentimentali-
dad [... ]pero puede ser justamente que en este arte de la voz, en este
arte de la fonación, ha pasado suficientemente de él para el hijo" 22 • A propósito de lo simbólico, el significante
A través de la voz de la madre, de su fonación, algo pasa, y ahí
arraiga la voz del padre, sonando en la melodía y en los acordes y la letra
maternales. En los niños que presentan dificultades a nivel del sen-
tido, la forclusión no es del Nombre del Padre sino a nivel del acorde En muchas ocasiones, la actividad lúdica es la encargada de efec-
materno expresado y experimentado en el espejo, que también es tuar en el análisis los enlaces estructurales, también la que nos posi-
espejo sonoro 23 y melodioso. bilita realizar un diagnóstico en transferencia. Para el psicoanálisis,
Como la función de los padres es transmitir la lengua, la madre es cada juego difiere de otro, pues conciernen a la singularidad de cada
quien da sentido, significación al llanto y a los gorjeos del hijo, nom- niño.
brando como juegos los ejercicios motores, sonoros y semánticos del Aun en las generalizaciones nosográficas, neurosis y psicosis, la
niño. Entonces, la certeza sobre lo que se fabrica tiene algo que ver singularidad de cada sujeto es atípica para el psicoanalista. Aun en el
con el espejo, con los efectos de espejo que habría que enumerar, disorder de conducta nos interesa el despliegue de lo particular.
también con los efectos de voz del significante 24 • ¿Quién viene ahí?, le pregunto a un niño que responde: "El Cuco,
En niños que padecen importantes inhibiciones o que manifies- pero no me asusto porque estoy jugando". Si en lugar de no asustarse
tan fallas en la metaforización, la significación y el sentido están obs- porque está jugando el chico se desmaya, el cuerpo se des-malla (le
truidos porque la voz y la melodía maternas están diseminadas y no falta la malla), lo que debiera consistir deviene ausencia de sostén y el
alcanzan a configurar la superficie formal para la Gestalt de la imagen sujeto se diluye. El sujeto puede jugar porque hay un significante que
se encarna en el cuerpo, cosa que no sucede en la psicosis, donde el
21. Ver el caso de Mateo en el capítulo III del presente libro.
22. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXIII: El sinthome, clase del20 de enero de 1976,
inédito.
23. Agradezco esta idea del espejo sonoro a Mara Borgatello de Muso lino. "!>. Si n etll bHr¡:n, n pesar de esa rigidez, lo simbólico se pone en juego a través del cau-
24. Jacques Lacan: Op. cit. dnl d t· cuu"' h u lo ul uN po r el que el niño se interesa. En esto se los diferencia de otros
" " l!1d11• d11 dr ~ tll l l<' X Ii\ u .
130
Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 131

significante como tal no opera y el cuerpo se desamarra de él. difícil de conocer, y yo tenía que ubicarla, y lo mismo a la inversa. Por
Con un niño en el que no se presume un cuadro psicótico o una ejemplo, yo preguntaba por el Pasaje Russel y él contestaba sin hesitar:
desorganización yoica podemos jugar y preguntarle "¿quién viene "Entre Julián Álvarez y Araoz, a una cuadra de la avenida Córdoba" . ¿Y
ahí?", y él podrá responder, por ejemplo: "El Cuco. ¡Oh, qué susto, viene el Pasaje Bollini? Obviamente que lo ubicaba con toda rapidez. Gra-
el cuco caminando!". O con una pregunta: "¿Cómo te llamás, Cuco?", cias a este juego conocí la calle redonda llamada Berlín, situada en
y el Cuco a su vez puede contestar: "Me llamo Cuco Clark Kent" (ese Parque Chas; la cortada Luján, cerca del Riachuelo, y otras tantas que
Cuco es Superman).
nunca había visitado. Tampoco Axellas conocía, simplemente estu-
Si un niño juega escenificando diferentes ficciones es porque la diaba la guía de calles, miraba sus nombres desde el colectivo, etcé-
lengua se incorporó y corporizó, prestando el apoyo necesario para tera. Lo llamativo de este juego es que ninguno de los dos perdía o
crear y recrear el mundo. Construir ficciones en las que la pregnancia ganaba, no se trataba inicialmente de jugar a la justa del saber, sino
del sentido y las significaciones abundan pone de relieve la cópula de que era una repetición de la guía. Siempre desafectivizado, me ponía
lo imaginario y lo simbólico, donde lo real orienta. en conocimiento de su conocimiento.
Lacan dice que la identificación a lo simbólico es a un único trazo, Luego pasamos al juego de preguntas y respuestas, poniendo de
que el trazo escribe y en su combinatoria puede construir una estruc- relieve la presencia y la ausencia, la falta y el equívoco. En la primera
tura de ficción. Pero sin el trazo no hay marca del significante ni signi- etapa de trabajo, las calles y las ciudades eran la materia repetitiva que
ficación del falo, por ende faltan las chances para jugar. se desarrollaba sin emoción, mostrando sin error alguno el catálogo
Axel, a quien atendí cuando aún no estaba en boga la nomencla- de las mismas. Puedo conjeturar que Axel esperaba escribir el catá-
tura del DSM, llamaba la atención de padres y maestros por la acti- logo de todos los catálogos.
vidad que mantenía con insistencia casi estereotipada. Con sumo Jugaba sin el otro, sin esperar su respuesta, hasta que la presencia
cuidado escribía nombres de ciudades, a veces en un mapa, a veces del analista situó una diferencia. Lo que era un camino unidireccio-
simplemente en una hoja de papel. Era un gran conocedor de las ciu- nal entre la ciudad escrita en un cuaderno y los nombres de las calles
dades del mundo, las anotaba una por una en sus cuadernos. Pero dio lugar a la inclusión del otro, a partir de lo cual comenzó un ida
solo se interesaba por el nombre y su ubicación geográfica, no tomaba y vuelta con las palabras y un juego con el conocimiento. Si bien la
ningún otro dato para su investigación. Hacía varios años que venía dimensión del Otro y del semejante estaban presentes, el significante
escribiendo esas palabras. También tenía cuadernos para anotar los no alcanzaba a enlazarse al cuerpo y por ende no facilitaba la inclusión
nombres de los jugadores de fútbol. Anotaba, clasificaba, seriaba. del otro 26 •
No había entusiasmo, ni color, ni textura significativa en esas ano- Axel pudo conquistar en el análisis, gracias a la confianza trans-
taciones, solo repetición casi automática. Hasta el inicio de su análisis ferencia! que sus padres aportaron, los enlaces entre imagen, cuerpo
no podía encontrar nada nuevo, alguna diferencia en cada vuelta de y significante que le permitieron despejar la cuestión del nombre. Él
lo mismo.
nombraba el nombre propio como nombre común, sin poder enlazar
En los primeros tiempos dirigí la escucha hacia esas mínimas dife- el patronímico. Todas las calles, pero ningún nombre nominante.
rencias. La ciudad Córdoba de Argentina no es la misma Córdoba de A medida que la imagen se fue conectando con la sentimentalidad,
Andalucía, en España. El jugador de fútbol apellidado Córdoba no pudo ir situando en un mapa sus accidentes geográficos y el nombre
era una ciudad. Jugando o intentando jugar con las palabras, fuimos del padre llegó a la escena del análisis a través del equipo de fútbol
cambiando las taxonomías. Los homónimos, parónimos, antónimos y que tanto apreciaba, circunstancia que hasta ese momento estaba
sinónimos eran los juguetes sin cuerpo que jugaban en el tablero que fuera de juego.
los cuadernos ofrecían.
Tiempo más tarde me propuso jugar con los nombres de las calles
de Buenos Aires -Axel conocía todos sus nombres y en qué barrio se "6. El caso Axel fue comentado por mis colegas Aída Dinerstein, Guillermina Díaz y
emplazaban. Su conocimiento era apabullante. El juego consistfa en Ma ra Musolino en el V Congreso de Convergencia de Porto Alegre de 2012. Agra-
que él nombraba una calle, no debía ser de tránsito corriente sino bi ('ll d• •Zcu sus vnliosos aportes.
132 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 133

Su padre vivió en prisión durante los años setenta y su madre copulaban en el campo del sentido, los hilos de la trama estaban cris-
emigró a otro país, con otras calles y ciudades. Si bien Axel nació talizados y la significación fálica no lograba volverse eficaz.
años más tarde, recibió los impactos del Otro como una memoria sin Entonces, ¿de qué están hechas estas dificultades? El psicoanálisis
decodificar y sin que se pudiese leer. El dolor pasado y las durezas nos enseña que la relación con el semejante es una condición de cada
de aquellos tiempos no pudieron ser reintegrados al niño como his- uno de los seres hablantes, parletres.
toria, eran huellas congeladas, signos sin referenciar que opacaron De algún modo, estamos interesados en el otro, en los otros, y es en
su nacimiento. la producción de la identificación imaginaria en la que se instituye la
Dos cuestiones facilitaron la cura de Axel: en un momento más primera forma, la Gestalt del cuerpo y del semejante.
avanzado de su análisis pudo advertir que el nombre no siempre es Para que la identificación al trazo se conjugue con lo especular, el
un nombre común sino que hay especificidades entre el nombre pro- niño debe incluirse en el magma del lenguaje, en lo real del lenguaje,
pio, el patronímico y el nombre común, distinciones que solo tienen que se convierte en lengua articulada cuando una marca lo pone en
lugar si el Nombre del Padre talla en la estructura. De hecho, tratar al movimiento.
patronímico como un nombre común conllevó que este se convirtiese Es por la vía de la lengua del Otro, la lengua materna, que el niño
en signo. La segunda cuestión fue que mientras hubo un solo jugador, encuentra el significante. La identificación al trazo permite que un
no había juego ni azar. La inclusión del otro permitió que hubiera tres: significante se inscriba en concatenación con otro y se produzca una
el sujeto, el otro y las reglas de juego; la competencia y la rivalidad serie. Este movimiento de instauración por la lengua y de la lengua es
requieren de tres lugares, no basta con dos, y la medida fálica es uno a causa del lenguaje, así como también su constitución originaria es
de los nombres del número tres. producto de una operación que concierne a la identificación simbó-
lica. A ese primer trazo, Lacan lo denomina S1, que al encadenarse a
otro, S2 , constituye una operación del orden de lo necesario para que
haya serie.
La dirección de la cura El trazo unario es neutro, pero en su articulación esculpe en el
afecto y la sentimentalidad -las articulaciones son funciones opera-
En los niños pequeños, la sonrisa es una mímesis que comienza cionales. Por un lado, la imagen especular brinda sentido y por otro, el
como un proceso autorregulatorio, como un reflejo. Un bebé de pocos falo ofrece la función en la que la imagen misma se constituye como
meses sonríe, pero esa sonrisa no es ninguna respuesta al Otro. Hay consistencia, dando cuerpo a lo imaginario.
un momento en que la sonrisa es solo reflejo, luego una mímica, una El significante aislado de toda cualidad es el punto de umbilica-
mímesis, una reproducción, un gesto imitativo; sin que haya idea de ción de la represión primaria y corresponde a la letra que es orilla
"estoy sonriendo", una mueca despierta. Pero cuando de la mímica entre saber y goce. Pero el significante se encadena en la medida en
se pasa al gesto, esta se encarna en el movimiento del cuerpo. Si ini- que lo simbólico, lo imaginario y lo real hacen cadena-la cadena es la
cialmente fue un movimiento muscular prácticamente automático, metáfora. Dicho de otro modo, el significante obra con el sentido aun
ahora pasa a constituir una respuesta al otro en calidad de sonrisa, en el sinsentido y juega con el pas de sens, paso de sentido.
gesto, provocación y juego. Cuando la palabra parasitaria hace su obra, el sentido florece; no hay
Desde sus primeras e incipientes manifestaciones, el parletre pone otro modo de conjugar el dicho en el decir más que a través del cuerpo,
al descubierto que su producción es muy prolífica, pero como el infans en el que consiste el acto. Para el hablante ser, parletre, el sonido deviene
no puede realizar sustituciones simbólicas ligadas a imágenes, suple cuerpo y hace al cuerpo sonoro, que también es imagen sonora.
la Realitiit psíquica con el juego. Tal como ya dije, la actividad con las Entonces, si esos dos movimientos se producen en acto -entrada
pequeñas cositas, die Dinge, facilita el armado de la escena. Pero algu- en el lenguaje y entrada del significante-, se abre la posibilidad de que
nos niños no pueden efectuar asociaciones imaginativas y tramas psí- s urj a la se rie y subsidiariamente, la reflexión de la mirada en el espejo
quicas en calidad de juegos. En ese punto se encontraba Axel al inicio tpte pmvoc:1 el júbilo de un encuentro imaginario en la mirada del
del análisis, lo simbólico y lo imaginario estaban presentes, pero no Ut 111 t ••ll 'd lln yP illí' de la primer forma del cuerpo.
134 Niños y púberes. La dirección de la cura 135
Liliana Donzis

Cuando un niño no presenta empatía con otros ni tiene casi nin- La dirección de la cura siempre es en dirección al sujeto, por eso la
gún interés por el semejante, podemos suponer que el surgimiento de operatoria de enlace de los registros dejó como saldo en ambos casos
las emociones, los sentimientos y el afecto está detenido por dificul- la constitución de la neurosis infantil.
tades en el enlace entre cuerpo, letra y significante. ¿Puede un análisis sumar, corregir o suplir en una segunda vuelta
Los niños nos enseñan clínicamente, casi en tiempo real, el ras- esas primeras puntadas? ¿Puede remediar lo no realizado? ¿El analista
guí'ío, la marca invisible, pero eficaz, que hace diferencia en la consti- tiene que promover la angustia que descoloque la mirada endurecida
tución del sujeto; también, que el desencuentro imaginario con el Otro de la madre para que ella se confronte con el torbellino que produce
primordial en los tiempos fundan tes ocasiona desajustes mayúsculos. la palabra? ¿Nuestras intervenciones deben conmover al Otro en los
La nií'íez pone de relieve el valor del tiempo del acto que instituye al tres registros para que el niño no se atasque ante la inhibición y el
sujeto, acto que determina un antes y el después, que da cuenta en automatismo pulsional? ¿El analista puede brindar un pase de sentido
lo real de que algo cesa de no inscribirse, operación que lógicamente y nuevas significaciones para que lo imaginario consista?
concierne a la contingencia y permite que algo surja como marca, Un niño se enfrenta con un evento muy peculiar. Desde muy joven,
como trazo que instituye un uno inaugural. aunque a una edad imprecisa, está enganchado a lo que Lacan llama,
El trazo unario inscribe un antes y un a posteriori de ese acto, desde el principio de su enseñanza, lo imaginario de la demanda y
necesario pero contingente, motivo por el cual la anterioridad se lee el desfiladero del deseo. Para obtener una satisfacción cualquiera
en el después. depende del Otro, pero puede que el Otro no responda a las deman-
La entrada en el lenguaje hace al trauma y al sujeto que resta exi- das. Si lo hace, es porque lo ama, es decir que para el niño esto vale
liado, irremediablemente, del Otro. A su vez, por la vía del lenguaje como signo de amor27 •
los traumatismos escriben, contingentemente, los argumentos de ese ¿El niño puede hacer algo para que el Otro lo reconozca como
exilio hechos de hilachas, de puntas de real expandidas en las letras de sujeto? He ahí el valor del análisis.
la inhibición, el síntoma y la angustia.
Como ya dije, a veces los nií'íos exhiben dificultades atinentes a
las primeras operaciones constitutivas, a la instauración de cada una
de las identificaciones -la identificación a lo real, al trazo; la que ins- Locuras infantiles, TGD y autismo
taura el yo; y la identificación al deseo, histérica-, a la función del falo,
que sitúa la combinatoria del significante y el objeto a empalmando la "¿Qué es el comienzo de una psicosis? ¿Acaso una psicosis tiene
palabra parasitaria del síntoma y el sentido, excluyendo la ex -sistencia prehistoria, como una neurosis? No digo que responderemos esta
de lo real. Estos ejes permiten distinguir las problemáticas que afin- pregunta, pero al menos lo haremos 28 ."
can en la entrada en el lenguaje -no tan frecuentes-, las narcisísticas y Este interrogante, formulado por Lacan el 11 de enero de 1956,
las que tropiezan en la instauración de la identificación a lo simbólico habla de un compromiso que aún mantenemos vigente, dar cuenta
y a lo imaginario, la que supone como dadas las dos anteriores y que de la estructura del sujeto. Pero Freud nos enseñó que debemos ser
la fuente de lo pulsional se encarriló en imágenes y significantes que prudentes a la hora de definir de modo taxativo las estructuras clíni-
montan escenas lúdicas. cas en la nií'íez.
Como expuse en el caso de Germán y de Axel, la intervención Para las psicologías, la evolución sucesiva marca el ritmo del cre-
del analista apunta a tocar lo real relanzando el enlace imaginario- cimiento o madurez del infans hacia la adultez. Esta noción está
simbólico, a dar cuerpo a la pulsión al bordear mediante la actividad presente en psicólogos de la talla de Gesell o de Jean Piaget, quien
lúdica el agujero simbólico, paso con el que se produce el restable -
cimiento de la imagen. En ambos análisis, la función de los nombres 27. Pero el Otro es un sujeto como tal y el sujeto llamado niño debe instaurarse como
del padre operó consagrando la estructura y otorgando flexibilidad suj eto entre significantes y asimismo con un cuerpo --sustancia gozante -,razón por
al discurso para que las palabras se asociasen en la diversidad de In qu o establece una relación diferente con el Otro primordial.
St' nt idos. ?!l . llll qu cs La can: El Seminario, Libro III: Las psicosis, Ed. Paidós, Barcelona, 1984,
1' 1.' 11
136 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 137

transforma la noción de sucesión propia de la maduración neurofi- niño en su discurso: qué dicen acerca del embarazo, si el niño fue
siológica a partir del concepto de estructura, de fases y estadios cuyas deseado, buscado, si aceptaron su condición sexual; los detalles de
estructuras ya contienen el germen de su transformación posterior la historia familiar de los progenitores, del embarazo, el nacimiento
por efecto del rebasamiento de las mismas. Ambas concepciones y el porqué de su nombre; también los fallecimientos, las mudanzas,
gravitaron en los llamados cuadros psicopatológicos de la niñez29 • los duelos y cambios de trabajo son de gran importancia a la hora
Las versiones psiquiátricas más actualizadas, pero no por esto mejo- de reflexionar sobre el infans; cómo y de qué manera nos hablan de
res, como el DSM, esquematizan trastornos mediante la sumatoria un hijo nos indica la cercanía, el rechazo o la indiferencia familiar;
de signos, evidencias no comprobadas ni comprobables en la ciencia qué lugar de objeto representa el niño para la madre y el padre y
misma que pregona, y contemplan el factor desarrollo tanto para lo cómo fueron los cuidados en los primeros meses de vida, todo esto
integrativo como para lo desintegrativo. nos puede dar la pauta de si estamos ante una carencia de identifi-
Con la subversión de la noción de temporalidad, Freud propone cación primaria o bien ante la ausencia o déficit en la formación del
una temporalidad del inconsciente que deviene contraria al tiempo yo - concerniente a la formación de la imagen y la relación con el
cronológico, una temporalidad no cognitiva en la que el después redi- semejante.
mensiona la anterioridad. Merced al nachtriiglich freudiano, que sig- El autismo ve ro que Héctor Yankelevich menciona y trabaja magis-
nifica a posteriori, una escena, una situación o una frase se resignifica tralmente en sus textos, no fueron consultas frecuentes en mi prác-
más tarde, a partir de un segundo acontecimiento, lo mismo vale para tica. En cambio, trabajé intensamente con niños que presentaban
la escritura de la estructura del sujeto, pues es en el segundo tiempo patologías provocadas por déficits narcisísticos e inconvenientes en
de las operaciones que se juega la confrontación con lo real del sexo y la identificación que es asiento del yo.
neurosis, perversión o psicosis se declaran constituidas. Dicho de otro Cuando Winnicott plantea la constitución del espacio y el objeto
modo, a partir de la metamorfosis de la pubertad -con el renovado transicionales 30 , ilustra de un modo ejemplar las condiciones en estado
intento de hallazgo del objeto, sumado a las condiciones en las se naciente de la instalación del yo y dice que se trata del momento en
configuró el Edipo en la infancia- esta nueva etapa se resitúa y define el que el niño puede partir y volver al lugar donde se encuentra su
la estructura. madre, ir y venir que constata la entrada en el lenguaje y la distinción
La semiología y la clínica psiquiátrica señalan que la esquizofrenia entre yo-no yo. El espacio de ilusión que se desprende de esa opera-
simple, las parafrenias, surgen netamente en la adolescencia -tam- toria genera nuevos dominios para el niño pequeño. La función de la
bién que las paranoias aparecen en la edad adulta-, razón por la cual madre apenas buena3 1 es la que permite la instalación propiciatoria
no es posible hacer un diagnóstico definitivo en la infancia, ya que del niño en el mundo representacional y en lo lúdico.
aun los padecimientos más graves como las presentaciones autistas, De las minuciosas observaciones de René Spitz se destaca la impor-
simbióticas y confusionales o las presunciones de psicosis pueden ser tancia del contacto y el afecto en los primeros meses de vida; si estos
tratadas adecuadamente y no desembocar necesariamente en una son escasos o están ausentes, la situación subjetiva del niño puede ser
psicosis en la edad adulta. gravísima y a veces irreversible -este es el caso del hospitalismo y el
Cuando el infante evidencia en forma sostenida: carencias intelec- marasmo 32 •
tuales, ausencia de lenguaje, pérdida de la focalización de la mirada,
no reconocimiento del otro, falta de lenguaje comprensivo -entiendo
por lenguaje comprensivo aquellas señales claras de entendimiento,
por ejemplo, que el niño indique con el dedo o con la mirada lo que 30. La existencia del espacio transicional es uno de los vectores del diagnóstico dife-
comprendió-, es menester explorar muy detalladamente su historia rencial . En las entrevistas con el niño y con cada uno de sus padres se intentará
reco nstruir, en caso de que se haya desvanecido, la relación vincular.
para establecer un diagnóstico diferencial. Es imprescindible reali - :J 1.. Le debo a Héctor Yankelevich esta apreciación y distinción entre lo suficientemente
zar suficientes entrevistas con los padres para evaluar el lugar del b uena y lo apenas buena de la madre a la que alude Winnicott.
:e!. l.a clfn ica nos enseña que la organización familiar y afectiva varía entre los mismos
hij<>·• d., un 1nnlr imonio y que las coordenadas familiares, afectivas y ambientales pue-
?~1 . VPr los mn nunles de psiqui atría infa ntil de Leo Ka nn er o clP Aj u1 iagut'll a, d<~n 1"'11"1 dP ll lllnlllPs to los pu ntos en que lo imaginario y lo simbólico tropi ezan .
Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 139
138

Con estas mínimas consideraciones me interesa debatir, una vez Emiliano 36 tiene cuatro años cuando sus padres consultan por
más, sobre las llamadas psicosis en la infancia33 -dejo de lado la cues- recomendación de la maestra del jardín al que concurre. Su padre no
tión del autismo, que merece un renglón aparte. En el seminario de coincide con la demanda escolar, por el contrario, no encuentra per-
1975, Lacan recuerda que el nudo borromeo se soporta en la metáfora turbado al niño ni percibe nada preocupante en el ámbito familiar. En
y que la Verwerfung, la forclusión del Nombre del Padre, hace a las principio van a ver a un neurólogo, quien descarta una enfermedad
psicosis ya que indica el rechazo de una inscripción primordial. orgánica y les recomienda que visiten a un analista.
Nadie deviene psicótico porque el padre es débil o déspota, alco- El niño no cumple con las consignas, es raro, hiperactivo; corre
hólico o ausente; tampoco a causa de una madre posesiva, "simbioti- incesantemente, salta de un lugar a otro, se rehúsa a comer y grita
zante" o indiferente. Esto quiere decir que el trauma a nivel imagina- sin motivos aparentes; no juega con otros niños, prefiere estar solo. A
rio no conduce al desencadenamiento. Lo que Lacan pone una y otra la madre le resulta muy difícil salir a la calle con él, pues Emiliano la
vez a cielo abierto en las psicosis es que el significante no representa a desobedece, se tira al piso, patalea, grita. Al cuadro se le suman pro-
blemas de dicción que impiden entenderlo cuando habla. Sus dos
ningún sujeto para otro significante34 •
La coagulación delirante que aparece en las psicosis dice de lo real hermanas mayores son quienes ofician de traductoras ante la madre,
que no cesa de no inscribirse en voces que se estrellan, en insinuacio- quien no entiende las frases mal pronunciadas de su hijo.
nes o injurias, en imágenes reales que se modulan en alucinaciones, A diferencia de las dos, que no presentaron dificultades en su
en certezas incomprobables. A diferencia del neurótico, para quien el crianza y escolaridad, Emiliano se demora en caminar, sentarse y
significante fálico inscribe la malla del deseo en un marco que sigue el comer solo. Tiene cuatro años y aún no controla esfínteres en forma
camino de la demanda y articula la interdicción del incesto, el psicó- permanente, y si encuentra la ocasión, juega con sus excrementos.
tico se ve embestido y a veces arrasado por el goce del Otro, quedando La madre dice: "Yo buscaba nenas, pero me di cuenta de que era un
varón cuando comenzaron a regalarme ropa celeste para el bebé. El
fu"e ra de discurso, del lazo social.
Aunque en la infancia pueden o no manifestarse perturbaciones, primer nombre, J., lo puso el padre -es el mismo que el del abuelo, el
que pueden observarse o pasar desapercibidas en la clínica, es en el tío y el padre. Emiliano lo elegí yo. Las hermanas se llaman Emilia R. y
tiempo de confrontación de la estructura con las variantes de lo real María Emilia; el nene Emilia-no". El padre manifiesta: "Creo que el pri-
que podemos pensar el desencadenamiento de las psicosis. Entonces, mer año de vida fue un poco difícil. Fallecieron los dos abuelos, tanto
desde la perspectiva de la lógica de las operaciones constitutivas, es mi padre como el de mi esposa. Mi padre fue su padrino de bautismo.
frente a la presentación psicótica juvenil, no antes, que es viable plan- A los siete días de este evento, falleció. Tenía cáncer óseo. De todos
tear, en futuro anterior: habrá habido psicosis, leída en el a posteriori, modos, alcanzó a estar en la iglesia para el bautismo".
aunque en la infancia aparecieran, o no, perturbaciones clínicamente Emiliano concurre a tratamiento por un lapso de dos años. El
mismo gira alrededor de los dibujos que hace, su producción gráfica
observables.
En ocasiones, una pregunta justa realizada en el espacio adecuado es intensa e interesante. Dibuja jugando. Inicialmente, solo deja correr
el lápiz por la hoja, lo desliza metonímicamente -metonimia gráfica,
abre interrogantes que creíamos sellados35 •
si se me permite acuñar esta conjunción-, pero cuando llega al borde
de la hoja, se detiene. Estos grafismos comienzan a significarse en un
momento del tratamiento. Sobre ellos dice: "Avión, un nene se callaba,
33. Aclaro que no enfoco el problema desde el ángulo nosológico ni terminológico,
una avioneta". En su vida cotidiana empiezan a aparecer modificacio-
aunque se sabe que hay categorizaciones que se visten de psicoanalíticas. nes; la relación con sus padres y sus compañeros se vuelve más esta-
34. Cuando la forclusión recae en el sentido impide la posible plasticidad neurótica ble y controla esfínteres más regularmente.
entre imaginario y simbólico, tal como mencioné en los casos de falta de empatía y
presencia de estereotipias.
35. Durante una charla que se dio dentro del espacio de un seminario, un colega
comentó sobre la alucinación visual que tuvo un niño en cierto momen to de su t rn - .W. Eli·¡¡r t• l twutl"" Eudliano porque guarda cierta homofonía con el nombre del
tamiento. Dicha alucinación, qu e se sum aba a un a serie do perturba cio nes qun pn•- ¡u u lt•tt t•• V1"'''1'''' '"'''t •uís ti ene la partícula no, que resultó ser un elemento de in te-
St'lltflhn, nw c-ondujo n ¡w n ~ur 4t1<' Sl' tmtolm de una psicoqis. '''~ t'llt<l dí" 111011 "" h• llttldl'l' .
140 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura
141

En un segundo momento, las líneas de sus dibujos se cierran, las función del i'(a) se cristaliza en el objeto en la fobia y el niño llega
formas se redondean y aparecen soles, ballenas y nenes transforma- a temerles a los tigres de papel, según aprecia Lacan en sus últimos
dos en imágenes. Comienza a hacer "dibujos" similares a los que rea- planteas sobre la fobia.
lizan los niños pequeños y a encontrar contingentemente el nombre Para Emiliano, en cambio, el viejo del cuadro es bien real, no de
que cree adecuado para la cosa representada. El encuentro con lo que papel, pero ni siquiera le provoca miedo, sino una extraña impresión
por la vía del dibujo cesa permite adjuntar un nombre. A partir de ese que no llega a convertirse en siniestra ya que en lo siniestro hay un
enlace nombre-cosa, el dibujo va adquiriendo el valor de relato, puede perceptum que cambia de categoría y torna extraño lo familiar.
argumentar e inventar historias breves. Lo percibido, aunque el dibujo fuese siniestro, se mantendría en
De una de las paredes del salón donde habitualmente recibo a su condición de dibujo, conservaría sus contornos, pero en este caso
Emiliano cuelga una reproducción de la pintura San José carpintero, cobra vida de lo real, toma cuerpo Wirklichkeit, pues no hay borradura
de George de la Tour, que muestra a un anciano con una fragua y a de huella; el sentido queda abolido y predomina lo descompuesto en
su lado, a un niño o niña que tiene una vela en su mano. La vela ilu- lugar de lo unificado del cuadro.
mina como un gran foco de luz las dos cabezas y las manos de ambos, El ojo exterior a la escena del cuadro no depone su mirada. Un
particularmente la del niño/niña. Creo que esa iluminación es lo más cuadro que mira es pesadillesco, pero a diferencia de la pesadilla, no
característico y bello de la obra. despierta sino que hace cerrar los ojos. La necesaria pantalla que se
Emiliano empieza a mirar con insistencia el cuadro, a dirigir su alza entre ojo y mirada no funcionó para Emiliano, algo de la unidad
mirada al anciano. Mientras lo contempla mueve sus manos y le imaginaria constitutiva fracasó.
habla, como si los personajes de la pintura cobraran vida. El viejo, Ahora bien, esta pintura que mira, que se descompone y se mueve,
conjeturo, sale de los límites del papel impreso y el cuadro, que hasta ¿es del orden de una alucinación? Dicho en términos del Proyecto .. .
ese momento guardaba una unidad pictórica, se desarticula. Esta freudiano, ¿se trata de lo primario en tanto identidad de percepción
situación genera, tanto en el niño como en el analista, angustia. o es identidad de pensamiento, cuyas representaciones se descom-
La constitución de lo imaginario está ligada al estadio del espejo ponen? Otra pregunta más: aún en el caso de haberse tratado de una
como momento que funda la imagen unificada, lo virtual, y la pantalla alucinación visual, ¿alcanza para dar un diagnóstico de psicosis?
que se instaura entre el ojo, el mirar y lo mirado. Dicha pantalla permite
que en la refracción especular el ojo quede elidido, transformando el
órgano de la visión en invisible para la mirada. Gracias al mecanismo
que se describe en el esquema óptico, el armado del cuerpo se pro- ¿Locuras o psicosis?
duce de acuerdo con el cristal con que el Otro lo mira y lo viste. Merced
al ideal en juego, también constituido por esta operatoria, el mundo
Pensar a las psicosis como un modo de presentación de la estruc-
cobra nuevas dimensiones para el niño, matiz de unidad que brinda
tura y no solo desde la semiología psiquiátrica nos invita a cuestionar
una primera aproximación a la Realitiit, a la realidad psíquica. el uso del término psicosis en la niñez.
Lo virtual de la imagen, que guarda el color de la consistencia ima-
Es válido diferenciar en la teoría como en la clínica el territorio de
ginaria, le da al niño la chance de transitar en la vida cotidiana, de
las psicosis de las alteraciones graves que pueden presentar los niños.
efectuar trayectorias espaciales, y de sostener la ilusión que produce
Locuras y psicosis no siempre coinciden, ni siquiera la locura ante-
una imagen en la pantalla, del televisor o del cine, sin asombrarse por cede necesariamente a la psicosis.
la aparición del león, que reconoce que no es de carne y hueso, y sin
Denominé locuras infantiles a los cuadros en los aparecen severas
que deba buscarlo detrás de la pantalla.
desorganizaciones yoicas, en los que la imagen especular está tras-
La unidad virtual de la imagen permite poner en movimiento lo
tocada, y a los que presentan una excitación psicomotriz derivada,
estático del dibujo que se anima, y aunque los niños creen qu e los
según Jo verifiqué en la clínica, de un exceso de erotización que la
dibujos animados son algo natural, suponen que se trata de un nrt i
madre o ~> ubro¡pcto ejercen sobre el niño. Enredado en los goces de
ficio técnico. Pero cuando lo simbólico se satura de imngin¡u io, 111 nt 111, "1 01 m gozn d" f':-iC cuerpo.
142 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 143

Poco conocemos de la niñez de Schreber, si sus modalidades de Acudir al auxilio del psicoanálisis puede significar para la familia
juego o de dibujo pudieron considerarse locas. Pero en la literatura una dolorosa expectación o no, puede que prime la indiferencia y solo
analítica abundan las presentaciones de casos de niños que habiendo lo hagan por recomendación de terceros.
manifestado episodios de graves desórdenes, hallaron una impor- En algunos tratamientos de niños que llegan con tales padeci-
tante mejoría en el pasaje por un tratamiento -el caso Sammy, de mientos verificamos, al cabo de un tiempo de trabajo con el analista,
Joyce McDougall, o el caso Martín, de Sami Alí, entre muchos. que las posibilidades lúdicas y1o gráficas se ofrecen en su dimensión
Si bien desde la perspectiva de Melanie Klein y sus seguidores apa- del lenguaje, en la encarnación de una lengua, indicando que las
recen, desde los primeros días de vida del bebé, ansiedades psicóticas identificaciones primeras e instituyentes están constituidas, aun en
que van acompañadas por fantasías de destrucción y desintegración el desorden en que la locura compromete la vida cotidiana del niño.
arrasadora, dicha concepción de las psicosis no coincide con lo que Pero en los casos en que el fracaso de dicha operatoria conduce a
Freud plantea sobre el tema. Para Klein, la no elaboración de estas la forclusión, el análisis no obra para realizar la operación -a veces
ansiedades psicóticas en la posición depresiva -referida a la totaliza- resulta muy difícil discernir la inscripción de su escritura-, sino que
ción del objeto por la vía de la reparación- determina problemáticas la labor transferencia!, si se sostiene, lo cual ya es muy propiciatorio,
de intensa gravedad, a las que desde la óptica clínica también deno- pone el foco en la estabilización del niño, remendando, cosiendo y
mina psicosis. No obstante, no encontré en los textos de Klein comen- bordando sobre una estructura no castrable, cuya topología, al modo
tarios sobre niños que evidenciaran delirios o alucinaciones. del nudo trébol, no permite cortes ni agujereamientos innovadores.
La aparición de fenómenos elementales es infrecuente -no así en Las mejorías que puedan alcanzarse no garantizan que en tiempo
niños con autismo primario o secundario, mas no son de fácil comu- juvenil lo real juegue su carta y haga decir "habrá habido psicosis",
nicación- y los manierismos, las estereotipias, la ausencia de recipro- ese indecidible en la infancia.
cidad social y las alteraciones de las verbalizaciones no constituyen
indicadores de la estructura. Entonces, aunque el apelativo de psico-
sis a partir de lo fenoménico sea de uso frecuente, no siempre es del
orden de lo necesario y no siempre indica la estructura de la que se Pablo, ¿un niño autista?
trata.
El empantanamiento en las operaciones simbólicas que vehicu- Hace algún tiempo recibí una consulta por un niño de dos años
lan el Nombre del Padre y las alteraciones producto de una refracción que presentaba rasgos autistas, carencia de mirada dirigida a los otros,
especular insuficiente, como unificación de la imagen, acarrean frag- canturreas, babeas y falta de lenguaje oral y comprensivo; podía pasar
mentaciones del cuerpo que anclan en miradas que no miraron, en largas horas sin mirar ni jugar. Los padres cuentan que advierten esta
perspectivas rotas del suelo fantasmal del Otro materno. Imágenes situación desde hace unos seis meses, pero que antes decía algunas
que no se enlazan a otras dejan lo real del cuerpo al desnudo de la palabras o emitía algunos fonemas.
necesaria falicización materna y dan por resultado niños-cuerpos que Pablo fue un bebé muy bueno, tranquilo, sin enfermedades. Tiene
en vez de avanzar en los requerimientos subjetivos son requeridos una hermana mayor que jamás presentó problemas. Sus padres ale-
como objetos gozados por el Otro, para quienes el bagaje de palabras, gan que por cuestiones laborales no pudieron ocuparse de él sino que
posibilidades lúdicas, gráficas y de atención perceptiva están fuerte- lo hacía el personal doméstico.
mente entorpecidas. En estos niños, la lengua de sus parientes próxi- Luego de varios intentos de terapias cognitivo-comportamenta-
mos no parece haberlos tocado ni siquiera con gritos o insultos. les, a los pocos meses de iniciado el tratamiento psicoanalítico pudo
Niños que ni siquiera son designados como "el nene", para quie- comenzar a articular algunas palabras. Ni cortar, ni desprender, ni
nes la angustia se presenta sin el cobijo de un abrazo y muerde lo real separar, la intervención del analista consistió en incluirlo en el Otro.
sin que la consistencia imaginaria haga al buen enlace, nos interpelan P;t hlo canturreaba como lo hace el autista, ¿estaba fuera dellen-
en la clínica. Niños que exhiben una fragilidad de lo simbólico qu e ftU !l j cí' ll 11 llll:l eiiiH' vis l:t observé que su mamá cantaba sin cesar y sin
impide el asomo del goce fálico. lllll.íllo, •, fll dillgil '"' lttrlodfa al niño, cantaba "por recomendación
144 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 145

profesional". Mientras, el niño comenzaba a jugar con las manos de y para intentar salir del Otro materno, para pasar de la simbiosis a la
ella, pasándolas entre las suyas y haciendo un círculo, gesto que se separación38 , aunque en el momento de las entrevistas diagnósticas
repite una y otra vez. ¿Jugaba un incipiente fort-da? la constitución subjetiva de Pablo aún estuviera en ciernes. Tal vez
En la medida en que elfort-da representa la presencia o la ausen- habrá sido un niño con rasgos autistas, pero el autismo no se consti-
cia maternal no implica la articulación exhaustiva del significante, tuyó definitivamente.
pero ese juego engendraba lo que aún no estaba a partir de una dis- Si bien al comienzo no había vínculo alguno, estimulé aquel pri-
continuidad. mer enlace con su madre. La incité para que le hablara, le cantara,
Más tarde golpea una madera sobre la mesa, genera sonidos frente etcétera, y procuré que él estableciera nuevas conexiones con ella y
a Jos cuales digo: "Rataplán, rataplán". ella con él. Intervine en la escenificación de un lugar para Pablo en su
En el encuentro siguiente dice "plata, plata", y la madre comenta madre, operación que tuvo que recrearse con ella. Recién tiempo más
que Pablo se dio cuenta de que ella había estado en el cajero para reti- tarde pudo empezar a generar algún vínculo con su padre a través de
rar plata para pagar la sesión. Está completamente convencida de que sus primeros grafismos y luego, también con su hermana.
el niño dice eso. Vuelve a hacer sonidos golpeando con un bloque de
madera en la mesa. Yo le hablo, me dirijo a él imitando su gesto de gol-
pear la mesa, y vuelvo a decirle "rataplán, rataplán" -sonido del batir
de un tambor.
Advierto que aquella fue la primera vez que la madre le otorgó algún
sentido a Pablo, sentido que pudo ser el correcto o no. No sabemos
qué quiso decir él, ni siquiera si quiso decir algo, solo fue un fonema,
pero ese otorgamiento de sentido y significación permitió que Pablo y
ella comenzaran a mirarse fugazmente a los ojos.
"Plata, oh, ah" son solo fonemas, algo que aún no tiene sentido.
El sentido viene del Otro, que se constituye al mismo tiempo que el
niño, y por efecto de las discontinuidades de los sonidos, Pablo sale
del silencio y el aislamiento. No se trata del corte sino del primer apa-
reamiento con una madre. No más, pero tampoco menos. ¿Es ese un
acto analítico?
El autista es un parlanchín, un verboso, dijo Lacan en Ginebra, el
problema es que tenemos dificultades para escucharlo. Los autistas se
escuchan a ellos mismos. Para que un sonido o un conjunto de soni-
dos puedan adquirir el lugar del significante se requiere una especie
de sensibilidad. "El hecho de que un niño diga quizá, todavía no, antes
de que sea capaz de construir verdaderamente una frase, prueba que
hay algo en él, una criba que se atraviesa, a través de la cual el agua
del lenguaje llega a dejar algo tras su paso, algunos detritos con los
que jugará" 37 •
Es posible que "plata" haya sido un fonema o una soldadura propia
de la holofrase. De todos modos fue el puntapié inicial para aparearse

37. Jacques Lacan: "Confe renci a en Ginebra sobre el sfntoma", en l nu•rul'nciom·s y fl' \ 'lli, All(•nnrión y separación son las operaciones que según Lacan constituyen al sujeto
tos 2, Ed . Manantia l, 11ucnos Airrs, l !lflfl, p . 129. 1'11 ••·lindo nucirn rc.
Capítulo 5
Cuerpo. Síntoma. Goces

Escrituras del síntoma 1


Le symbolique, l'imaginaire et le réel, c'est ['enancé
de ce qui opere effectivement dans votre paro/e quand
vous vous situez du discours analytique,
quand analyste vous l'étes.
Jacques lacan: La tercera

La niñez es un andamiaje sobre el que adviene un sujeto y el


momento de producción del deseo y de los enclave de goces. Letras
de la infancia surgen del territorio del Otro primordial, transmitidas
en melodías, gritos y susurros, amores y rechazos. ¿Decir "niñez" es lo
mismo que decir "tiempos instituyentes"?
Como ya expuse largamente, el acto inaugural que pone en mar-
cha al parlétre en sus tres dimensiones (RSI), no equivale al origen del
sujeto, pues es mítico. No obstante, el acto de anudamiento de los
registros que constatamos en la transferencia muestra la articulación
de la pulsión con el cuerpo y el lenguaje, vía que asimismo instituye
el síntoma y los goces. Sin esta operatoria no hay constitución sub-
jetiva, la cual no implica necesariamente una estructura sin falla ni
una neurosis perfecta, según afirma Lacan. Por el contrario, la falta y
la castración, cuya escritura es V x <I> x, ofician poniendo en marcha el
síntoma, que nos hace saber sobre lo que no anda2 •

1. Parte de este texto fue publicado en idioma francés en Analyse freudienne presse No
lll: Cou.l·fm c!ionlrleconstruction du symptóme, Ed. Éres, Paris, 2011 .
.. . PI np.il aw p•¡fqu iro produce gastos y genera un Lustgewinn, un a ganancia de placer.
l 48 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 149

Para Freud, la libido tiene su referencia en el cuerpo, el queman- Para Freud, el síntoma es efecto de la represión y un retorno de lo
tiene una estrecha relación con el concepto de pulsión -este remite reprimido. Es decir, hay una sustitución y un efecto metafórico.
a zonas particulares del cuerpo, las zonas erógenas, donde algo se Los niños llegan para quedarse en el lenguaje y terminan siendo
pierde: el objeto oral, en el destete, mientras que el objeto anal se aves de paso, forasteros de la palabra que conjuran y a la que se enca-
pierde por naturaleza. Así, la operación falo-castración se sostiene en denan; el sujeto se exilia de la lengua materna para construir su lalan-
su nexo con el cuerpo. gue y para hablar, hecho que deja trazas, que deja el síntoma, un goce
En los primeros tiempos de la enseñanza de Lacan, es el signifi- que enlaza el cuerpo con la pulsión.
cante el que mortifica el cuerpo, vía por la cual es simbolizado, pero La pulsión se produce en la niñez e inaugura, como dice Freud,
con la introducción del objeto a se esclarece la dimensión del cuerpo la sexualidad infantil. En tiempos instituyentes, lo pulsional delinea
pulsional sujeto a la demanda del Otro 3, que al mismo tiempo deja un bordes en el cuerpo y derivas de goce, arma un muro consistente, se
resto no articulable con el significante4 • escribe en el muro, a-muro, por la vía del objeto a. El cuerpo deviene
Entonces, si el significante mortifica el cuerpo y produce el plus- sensible a los ecos de la pulsión6 • Pero cuando los bordes reales del
de-gozar, el significante incide sobre el goce del cuerpo. contorno del cuerpo no se instituyen se busca, a veces de manera fre-
El síntoma, por su parte, está en relación con la verdad. i Y qué nética, imparable, que los golpes, los choques, lo tracen, generen la
lugar ocupa el síntoma en las teorizaciones de Lacan? El mismo en piel externa de la que parece carecer el cuerpo. La pulsión, por tanto,
el que Freud inscribe la pulsión y el goce fálico, la articulación entre hace frontera entre el niño y el Otro, hace que el cuerpo no solo sea el
inconsciente y sexualidad, es decir que conecta inconsciente y cuerpo deseo de la madre 7 •
-de ahí que la fórmula del síntoma sea, al final de la enseñanza de El niño aprende a hablar una lengua entre otras articulando el
Lacan, del orden de lo real. símbolo y la imagen con lo imposible de subsumir en ellos, lo real.
Para Freud, el tiempo lógico en el que el cuerpo se instala como Aunque lo simbólico no recubre totalmente lo real, surge un efecto
eró geno y el tiempo de la perversión infantil, coinciden y bordean la de lo simbólico en lo real, un enlace en el que el síntoma hace gala
angustia. de un goce que le es propio, el goce fálico. Es decir, el síntoma porta
La pulsión es la única fuerza constante de los síntomas y modula y se especifica en el goce que enlaza el inconsciente con la pulsión,
una enigmática forma de satisfacción. "( ...]las pulsiones son el eco en requiere de esta última para instilar la letra, pero la pulsión no precisa
el cuerpo del hecho de que hay un decir. del síntoma, sino que puede hacer su camino entre los laberintos del
Para que resuene este decir, para que consuene [... ],es preciso que goce, entre espejos y torbellinos.
el cuerpo sea sensible a ello" 5 • Esto quiere decir que el niño tiene que Si cada quien está determinado por su inconsciente y por la manera
vérselas, de entrada, con el lenguaje y sus ecos. Subido a esa hamaca de gozar de él, el síntoma no es el síntoma social, como lo planteo
de lenguaje que lo recibe y lo aprisiona, es, o no, un significante en el Marx, sino uno particular que concierne al goce del inconsciente.
discurso parental. El síntoma del neurótico se revela como una forma de satisfac-
Cuando conseguimos descomponer un síntoma, liberarlo de ción sexual, como un goce inherente al cuerpo que difiere, en el nudo
cierta trama pulsional, esta no subsiste aislada sino que rápidamente borromeo, de la angustia y de la inhibición. En él, la palabra perma-
se inserta en una nuevo enlace. El síntoma invoca al inconsciente en nece amordazada, en estado latente, mientras que en el acto fallido,
su totalidad, surge del fondo enigmático de los goces, de la deriva pul- cuando la palabra tropieza, confiesa una verdad.
sional en la que la negación se articula en el montaje de la pulsión. El síntoma es una función, f(x). iQué es esta X? "Es lo que del
inconsciente puede traducirse por una letra en tanto que solamente
3. Lacan dice que el niño registra como victorias y derrotas lo que recibe del Otro, en
particular la educación de sus esfínteres, gozando, así, de una sexualización imagi-
naria de sus orificios. 6. El cuerpo es una superficie consistente, un muro donde se puede escribir la letra y
4. En Radiofonía, Lacan dice que el cuerpo es el corpse, el cadáver -el cadáver es una el objeto a.
manera de representar la anulación de la libido y del goce. . Es por la falta que habita en la madre que se articula el nombre del padre. Si esta
5. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXIII: El sinthome, Ed. Paidós, Bue nos i\ irnH, 200!!, \'r unció n se verifica también indica que ella no funcionará locamente en relación
p. 18. 11 111 :H l hijo,
150 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 151

en la letra la identidad de sí a sí está aislada de toda cualidad [... ). Pero


lo extraño es que es en eso que el síntoma opera salvajemente" 8 .
El significante se modula en el síntoma, pero es en el campo de la
transferencia donde se articula en lo que se dice y en lo que se oye,
pasaje que revela un goce tejido en la textura que el objeto a presenta
en cada ocasión, vía regia por la que el sujeto testimonia que es en
el derrotero del síntoma que se sitúa el discurso que hace gala en la
escena del análisis, también en algunos niños.
El Nombre del Padre divide símbolo de síntoma, y aunque el sín-
toma arraiga en lo simbólico, es un efecto de lo simbólico en lo real
que muestra que el padre no faltó a la cita, eficacia de la pere-version
del padre que nombra.
Lacan no duda en retornar a Freud para subrayar las dificultades
en la transmisión de la castración de madres y padres a hijos e hijas.
Servirse del padre, de los nombres del padre RSI como función en la El amor no solo concierne a la homeostasis que Freud sitúa del
estructura, forja el síntoma, pero en la niñez aún no es posible pres- lado del yo, de las pulsiones de conservación, ni se reduce a lo ima-
cindir de él, caso que difiere del análisis en el adulto, en el que se apre- ginario de la demanda de amor, ya que la demanda misma es el des-
cia la chance de prescindir del padre a condición de haberse servido filadero por el que el significante y el lenguaje engendran un sujeto
del mismo. Por esta última razón, la apuesta final del análisis gira en enlazado a su deseo, en la vía de la letra singularizada en lalangue
torno a que hombres y mujeres puedan sinthomatizar de otro modo -sonido y sentido.
la versión del padre, la pe re- version, el goce del padre, sinthomatiza- El goce, mejor dicho la economía de los goces, se teje en la sustan-
ción que requiere un arduo trabajo analítico. cia gozante tanto con el goce fálico, ese goce que hace falta, como con
La eficacia del psicoanálisis en la infancia apunta al sujeto y la cura el goce que hace falta que no, según la acertada formulación de Lacarr
en ocasiones consiste en la puesta a punto del síntoma en transferen- en el Seminario XX: Aun.
cia, en encarrilar el padecimiento y volverlo síntoma; en otras situa- Si localizamos ese goce que hace falta que no en la inmixión en la
ciones menos afortunadas, en construir sentido para que eventual- que Lacan escribe el goce del Otro, entre imaginario y real, podemos
mente el sujeto se aloje en el lenguaje. decir que en la clínica psicoanalítica con niños ese goce del Otro está
supeditado al Otro primordial.
Desde una mínima expresión lógica de la estructura, el niño se
sitúa como sujeto y también como objeto, el cuerpo del niño resta
Amor, deseo y goce como objeto de un goce, apresado en la demanda del Otro o como
respuesta a la verdad del síntoma parental -en este último caso res-
Amor, deseo y goce son tres que no se igualan a los de Freud -inhi- ponde al goce fálico y en calidad de objeto del fantasma materno, al
bición, síntoma y angustia- ni a los otros tres de Lacan -RSI-, sin goce del Otro 9 •
embargo guardan una estrecha relación con ellos tanto en lo teórico La ruta edípica es inexorable y la novela familiar es ineludible para
como en la clínica. En la enseñanza de Lacan, amor, deseo y goce se el anudamiento de la estructura, para que el nudo se teja bien y el amor,
localizan en los enlaces y desenlaces del nudo y se corresponden con el deseo y el goce aniden en lo real, lo simbólico y lo imaginario.
las regiones RSI. Los padres de C. consultan porque su hija, la menor de dos her-
manas, tiene tics. Parpadea muy a menudo, frunce o se rasca la nariz,

8. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXII: RSJ, clase del2 l de enero de 197;>, looí1LII Iu. 'l, l ,n<:l lll d h::n q1W ws tQs so n los casos menos permeables a nuestras intervenciones.
152 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 153

además de unos movimientos aparentemente involuntarios a la altura Fabián, historia de un amor


del abdomen. El padre tiene tics desde su más temprana infancia, por
ende se siente implicado en la transmisión -genética- de los mismos.
Una médica neuróloga le diagnóstico síndrome de Tourette. Fabián tiene ocho años cuando 'sus padres consultan a causa de su
La madre hipotetiza que los tics de C. surgen a partir de un acci- rebeldía, de las agresiones físicas y verbales para con su madre y los
dente. Caminando por la calle, la madre se cae y se desmaya, y C. se objetos de la casa: rompe vidrios, mesas, puertas, cortinas y ventanas.
asusta mucho al quedar sola, sin nadie que la mire. También golpea, rompe, escupe o le da patadas a los maquillajes de
En la primera entrevista con C., me dice que ella viene porque su madre. Estas reacciones generalmente aparecen frente a determi-
nadas situaciones:
tiene un problema. Le pregunto cuál es ese problema y dice: "Tengo
un problema de amor. No sé si Diego gusta de mí". En los siguientes
encuentros narra con lujo de detalles sus investigaciones para averi- a) Cuando la madre prende el calefón.
guar si Diego la mira o no, si ella puede seducirlo. Se pregunta si es b) Cuando la madre habla por teléfono.
prudente invitarlo a jugar a su casa. e) Cuando Fabián debe cumplir con sus obligaciones escolares.
Un día recibe una carta en la que él le declara que gusta de ella.
Durante algún tiempo juega con el no-vio - aclaro que hasta aquí no A la lista se suman la falta de rendimiento en la escuela, dificulta-
hay rastros ni evidencias de tics o de movimientos automáticos. des de integración con sus pares y falta de independencia. Sus padres
Algo de la mirada ligada al cuerpo y al tourpulsional está en la base lo describen como muy nervioso, inquieto y travieso, características
de su pregunta por el amor, un amor que permite enlazar el recorrido que según dicen, presenta desde sus primeros tiempos de vida.
pulsional a un relato y a una escena. C. convoca al otro por la vía esó- Inhibiciones y angustias pueblan la vida de Fabián. Sus explosio-
pica para articular imágenes en escenas, imágenes de un cuerpo enla- nes y estallidos, lejos de calmar su angustia la incrementan.
zado al deseo del Otro que viabiliza que lo simbólico se sitúe en la ruta En los primeros encuentros con él, camina de un lado al otro del
del deseo. consultorio -lo recuerdo moviéndose incesantemente, con las manos
El anudamiento amor, deseo y goce genera interrogantes en la cruzadas en la espalda, la cabeza gacha, como cavilando, y sin decir
niñez que están en relación con el lugar de los padres; también en la palabra. Advierto que contornea las paredes y le propongo jugar a
salida y resolución de la clave edípica, cuando el Nombre del Padre caminar por las paredes. Su risa inmediata lo alivia. Me contesta que
incide en el enlace borro meo de la estructura del parletre. eso es imposible, pero que se pone tan nervioso que el caminar lo
El tratamiento de un niño me permitirá ilustrar cómo el amor, el tranquiliza.
deseo y el goce se despliegan en la cura con eficacia borromea, incluso Tiempo más tarde, la actividad o hiperactividad encuentra un
cómo esta eficacia, que estaba desenlazada a causa del desenlace pul- límite en la hoja de papel. Dibuja monigotes, cucarachas y hormi-
sional, surge en el juego mismo, particularmente en un tiempo del gas; también, moscas y mosquitos. Son puntos y más puntos sobre la
análisis en el que se presentaron las vicisitudes edípicas. hoja 10 • Le digo que son una familia de insectos y acota que son insec-
Este niño transitó del apego insidioso y gozoso con la madre al des- tos africanos que revientan a la gente cuando la pican. Le pido que
pegue de lo incestuoso por efecto de la incidencia del padre. individualice a los insectos, él les pone nombres y los insulta. Se pro-
¿Qué del amor narcisista? ¿Qué del goce del Otro debe despejarse pone dibujar al padre de los mosquitos y las moscas, pero luego se
en el camino hacia una versión del padre? ¿Qué del goce puede escri- niega a hacerlo aduciendo que no sabe dibujar a su papá. Dice: "Si lo
birse en clave fálica? dibujo, me va a salir mal". La angustia no tarda en aparecer, aunque
advierte que no se trata de su papá sino del padre de los dibujos.
A pesar de esa primera negativa, lo intenta y termina dibujando
una figura femenina: "En vez de mi papá, dibujé a mi mamá".

10, El juego de caminar por las paredes ahora aparece como puntitos entre cuatro
llm•ns y Llll es pttd o vo cfo.
Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 155
154

La madre de Fabián es hija natural, no conoció a su padre bioló- Una sesión con Fabián
gico. Su madre se casó cuando ella tenía tres años y fue reconocida
como hija legítima por su padrastro. El padre de Fabián emigró junto Juega con animales y los ubica en el contorno de su casa. Mien-
con su familia a la edad de ocho años. Presenta una ligera tartamudez tras maneja los juguetes sitúa el comedor, el living, el lavadero ... Un
a causa de un accidente que tuvo antes de llegar a Argentina. mosquito se choca con un moscardón y le dice: ¡¿No ves que estoy
Se conocieron en un viaje en colectivo y se casaron dos años des- haciendo los deberes, estoy tratando de ir a Italia en barco?! Estuve
pués. En ese momento él no le dio su verdadero nombre, sino uno estudiando el mapa y vos me chocás. Otro animal le dice: ¡Es mentira!
inventado, que es con el que en la actualidad lo sigue llamando su ¡Mentira! Vamos, decí la verdad, no hiciste nada, ¡te la pasaste volando!
esposa. El nombre inventado se tornó legítimo. ¡Mirá, moscardón, cómo te mienten! Yo digo la verdad porque estuve
Antes del nacimiento de Fabián hubo dos abortos, que según relata toda la tarde encima de él y él, nada.
la pareja fueron naturales. Después de su nacimiento, cuatro embara- El moscardón no contesta. El animal sigue: Me dan ganas de
matarlo. Es inútil este -por el moscardón-, no sabe hacer nada, lo
zos frustrados.
La entrevista con los padres que ahora paso a relatar tiene lugar tengo que hacer todo yo ... y además, ¡voy a poner las cosas claras!
ocho meses después de iniciada la consulta. -dice que va a mandar a matar a todos, grita a los demás y se pone
M: Fabián sigue malo, nunca me hace caso. Con todos los proble- nervioso.
mas que trae ya no lo aguanto más. ¡Me va a sacar canas verdes! Se la El mosquito vuela y hace ruidos: Yyyyyyyyyyyuuuu.
pasa mirando la te! e en vez de hacer los deberes. Yo lo mando y no me El oso hormiguero me va a comer... Tengo que esconderme, me
hace caso. Le digo: "Fabián, quedate cerca y hacé la tarea en vez de asusta, no me voy a dejar reventar por él. .. Tengo que defenderme.
perder el tiempo". Me hace la contra. Después basta que yo me ponga Se acerca a otro y le dice: Llamá al guardián, mientras se entabla
a hablar por teléfono para que no lo aguante, aunque ahora en eso una batalla a muerte entre el oso hormiguero y el mosquito. Hay toda
está más tranquilo. ¡Pero con el calefón se sigue poniendo nervioso! clase de sonidos.
¿Sabe qué me dice? Que se pone así porque el calefón lo excita y le El mosquito dice: Estoy en la boca del oso hormiguero ... Me quiero
hace quemar y calentar los pies. ¿Eso se lo enseña usted? escapar, pero hay olor, es caliente ... horrible .. . ¡voy a explotar! ¡Guar-
¡Me dan ganas de matarlo! ¡Lo estrangularía! dián!
El padre, al escuchar el énfasis que pone la mujer, trata de decir algo. En medio de gritos, choques y batallas entre moscas y mosqui-
P: Y.. . yo le digo que Fabián es un poco rebelde ... tos, no se diferencia quién es quién. El guardián, un muñeco tipo
M: Este -por el padre- no dice nada porque es sordo -aludiendo a soldado, se acerca. El mosquito lo interpela sollozando: Al mosquito
una supuesta sordera orgánica del marido causada por el accidente. lo pueden reventar. Si vos ves que uno más grande se quiere comer a
Nunca dice nada. ¡Yo quisiera que le dé con el cinto o que lo mate de uno más chico, vos que sos hombre, tenés que separarlos. Esa es tu
obligación.
una vez!
P: Yo llego después del trabajo y ella me llena la cabeza. Me dice Agrego que a veces los grandes también se aturden con los gritos.
lo que el chico hizo a la mañana, pero resulta que ahora son las ocho Él me contesta: Mi papá no. Cuando hablo clarito, a veces me entiende
de la noche y me parece que no tiene sentido gritarle por lo que hizo y me saca a pasear.
temprano. Si igual, él ya se lo olvidó . Otra sesión.
M: La misma cantilena de siempre ... él llega, y lo que es hablarle a Fabián dibuja a la madre tirando todo al piso y gritando. En mi casa
su mamá - refiriéndose a que el padre, lo primero que hace al llegar a hay muchos ruidos ... mi mamá no para ... grita ... y siempre quiere
su casa es hablarle por teléfono a su mamá. que yo haga lo que a ella se le canta. No le doy el gusto en nada porque
Se ve que la madre protesta contra su hijo y su marido, ese es su sino me entierra con ella.
goce. El padre es convocado y descalificado. Ni excluido ni segregado, Empecé fútbol, mi papá me compró la camiseta de Racing... Mi
rnumá es de San Lorenzo, y bueno, que se la banque si pierde con Boca.
sin fuerza para intervenir. '
Niños y púberes. La dirección de la cura 157
Liliana Donzis
156
conjugará en lo real las imaginerías sexuales infantiles, motivo por el
El llamado amor materno que no ancla en lo simbólico resulta cual hay un salto lógico y una diferencia en relación con el goce entre
mortífero, es el goce que hace falta que no. la niña y la mujer.
Cuando Fabián comienza a jugar al fútbol se atemoriza, le cuesta La metamorfosis de la pubertad es el puente que permite un pasaje
salir de su casa. Un tiempo más tarde, estos temores y angustias a la y una transformación de goce. Un síntoma de la infancia puede no
oscuridad van organizando una crisis fóbica. Teme a las palomas, pero permanecer en otro tiempo, por ejemplo, no es posible deducir de
ya no estalla ante el ruido del calefón. La falta se juega a otro nivel. una inhibición escolar una futura frigidez.
Es su modo de velar el goce al descubierto que dejaba su madre, los No hay proporción entre niña y mujer; sí hay una correlación entre
estallidos de Fabián ceden. Juega más con sus compañeros. El orden hija y madre. Si el goce es de lo real en su enlace con lo simbólico,
fálico lo espera. No hace los deberes, pero juega. Se sirve del padre, de una mujer y una madre gozan del síntoma, del falo, del hablar. Pero
su camiseta de Racing, que a veces también gana. el goce femenino " [... ]la hace no toda, la mujer tiene un goce adicio-
nal, suplementario respecto a lo que designa como goce la función
fálica" 11 • Ese goce no es sin el vacío que comporta el significante del
Otro barrado.
Hija/madre. Niña/mujer El cuerpo de la madre, sus vacíos, sus goces, sus sufrimientos y
fantasmas pueden acompañar a la hija por decenios, pero no por eso
Una niña entre otras, tiempo estructural surge una mujer. Entre madre e hija hay goces parasitarios y en ocasio-
nes mortíferos. Para pasar a otro goce que el masoquista, una fémina
El juego es lo que permite hablar de niñez debe dejar de gozar como gozaba ella, desprenderse del cuerpo de la
y puede definirse como una barrera con relación madre, de su voz, de su mirada, de sus recetas de vida y de muerte.
al goce, a lo real de la diferencia sexual. Vaciar a la madre de sentido, de recuerdos y nostalgias, hacer el duelo
Jorge Fukelman por esa falta. Esta tarea requiere del análisis y aun así, no es sencilla.

Las niñas suelen jugar a la casita, a las visitas. Eventualmente, al


matrimonio y al divorcio. Padres y madres ocupan un lugar de pre-
ferencia en el juego; está degradado ser la chiquita, el bebé o la tía, La latencia como paso estructuran te
y aunque esta última tenga algún privilegio, su lugar es siempre de
menor jerarquía. ¿Qué permite que una hija pase al lugar de niña, que Cuando la hija encuentra en su paso el Nombre del Padre que
pueda contarse como una entre otras, y no solo sea la hija-nena de porta un efecto separador y logra salir del primer enlace con la madre,
gracias a otro movimiento producido por la confrontación del ideal
mamá? con el cuerpo de los pares, ella se transforma en una niña entre otras.
Freud se pregunto qué quiere una mujer. Una de sus respuestas fue
que hay deseo de hijo, que la maternidad ocupa un lugar especial. La Este último movimiento es crucial, pues es a partir de los lazos con sus
hija debe salir del triángulo armado por el primer enlace afectivo sur- pares que la niña resitúa su imagen. En la latencia, la imagen especu-
gido del masoquismo primario, salida que se da gracias al falo como lar se pone a prueba a través de otros cuerpos, semejantes con quie-
operador edípico, para pasar de hija a madre. El hijo se vuelve, casi nes comenzar a distinguirse. Si una hija puede dar este salto, gracias al
sin solución de continuidad, el nuevo portador del falo imaginario, Nombre del Padre, cambia su posición exclusiva de hija y se posiciona
reserva libidinal que rescata a la hija, ahora madre, de la falta conju- como una niña entre otras niñas.
Del vínculo incestuoso al lazo social, al grupo de pares, que no es
gada por la envidia al pene.
Pero hija y madre no se homologan a niña y mujer. La respuesla ., in padre, sitúo un pasaje de la lengua materna a lalangue, el cual es
freudiana no es suficiente.
Entre niñas y mujeres hay discontinuidad. Una niña aün no SP ha 11 . J.tequns l.ncnn: Bl Seminario, Libro XX: Aun, Ed. Paidós, Barcelona, 1981, p. 89.
confrontado con lo real del sexo, del otro sexo, solo pospubC'r;tiuH'IIIt•
158 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 159

decisivo pues la transmisión del linaje materno se transforma mediante Aunque en cada versión Caperucita transita diferentes posiciones
el proceso inconsciente haciendo surgir una nueva intimidad y un lugar con respecto a la madre, lo esencial es que hay un camino que la con-
subjetivo diferente. Pasar de hija a niña requiere del juego, de la puesta duce hacia la madre de la madre y por procuración, la hija repara a
en marcha de una diferencia lúdica con la madre, de jugar lo real para su propia madre; la abuela, madre de la madre, es a quien hay que
enlazar lo simbólico y el cuerpo, la imagen y el trazo. cuidar. La orden a cumplir, tal como dice Freud, proviene de la madre
en calidad de goce incestuoso. En la versión de los hermanos Grimm,
es la presencia del padre la que salvaguarda el cuerpo de la hija de las
A
fauces del lobo, un padre guardián que corta, extrae y salva a la niña
De una hija que quiere ser mujer ultrajada.
Como corolario de la intervención paterna, la niña promete obe-
Los cuentos infantiles son un modo de transmitir la lengua materna. diencia: en primera instancia, cumplir con la demanda materna, y en
Cuentos tantas veces repetidos portan una verdad sobre los mitos fami- segunda instancia, con la prohibición redoblada del padre.
liares y sobre la cultura. Caperucita Roja es uno de mis preferidos. Según Freud, la sexualidad femenina requiere dos pasos: el amor
Había una vez una niña, a quien su madre le confeccionó una cape- por la madre y la salida, que es una operación racionaJ1 3, por el padre.
ruza roja 12 , que debía llevarle pastelitos a su abuela, que vivía del otro Si la sujeción a la orden materna, superyó maternal arcaico, no se
lado del bosque. Su madre le aconsejó no distraerse por el camino y cumple, la niña queda expuesta, como Caperucita, a una sexualidad
tomar la ruta más corta porque el lobo, que generalmente maltrataba anticipada y transgresora, cuyo desenlace se produce por la vía del
a las niñitas, merodeaba por la más larga. Caperucita desobedeció y actingouto del pasaje al acto 14 • Pero la orden materna porta una con-
entró a la boca del lobo. dición de goce que traza uno de los caminos posibles para la sexuali-
El relato presenta variaciones según la versión. Egberto de Lieja dad. Entre abuelas, madres e hijas, la pregunta de la niña se dirige al
escribe en 1023 un cuento sobre una niña vestida de rojo que se deseo del Otro, invoca a la madre 15 •
ve rodeada de lobos, sobrevive tras ser tragada viva. La versión de La clínica muestra que el superyó femenino no es más frágil que
Perrault, de 1697, tiene como novedad la desobediencia de la niña y el masculino; por el contrario, gracias a su amor por la madre, la hija
la llegada del lobo a la casa de la abuela, a quien engaña para meterse es proclive a estrangular su deseo en aras del goce materno -diver-
desnudo en su cama y esperar la llegada de la niña para comérsela. O sas posiciones fantasmáticas que revelan enlaces y desenlaces entre
sea, este lobo no se disfraza de abuela. Este autor culmina el cuento madres e hijas que pueden ser desgarradores, abusivos e intensos, lo
con un poema en el que proclama la conocida inferencia moral que atestiguan. Pero en el mejor de los casos, la niña no solo está enla-
aconseja a las niñas no desobedecer a su madre ni dejarse seducir por zada al Otro como lugar donde la verdad balbucea, sino que gracias al
un lobo-hombre desconocido. pasaje del significante del Nombre del Padre, la función fálica puede
Los hermanos Grimm dan otra versión. Luego del encuentro con el encontrar otro goce, no todo goce fálico.
lobo, este se anticipa a la niña, llega a la casa de la abuela, se la come La orden de goce que Freud nombra superyó maternal arcaico es,
y se disfraza con sus ropas. Cuando ella llega, mantienen el conocido en la última opción, condición de goce, y queda velada, amortiguada,
diálogo: "Abuelita, qué brazos más largos; qué orejas más grandes; qué legitimada en la ley del deseo por la falta en el Otro. El apartamiento
nariz más larga", y el lobo responde de acuerdo con una lógica ligada de la madre-abuela no es sin duelo, duelo por la caída del objeto, por
a lo pulsional -lo escópico, lo invocante, la oralidad devoradora- y se aquello que representó en el campo del Otro.
come a la niña. No obstante, ocurre algo fortuito. El guardián del bos-
que llega a la casa y advierte lo sucedido. Atrapa al lobo, le hace un tajo
13. Sigmund Freud: "La sexualidad femenina", en Obras Completas, Ed. Biblioteca
en el abdomen y saca con vida a la abuela y a la niña. Nu eva, Madrid, 1968, tomo 11.
14 . Utr pr·ojui cio muy extendido hace responsable del riesgo a la niña Caperucita, por
tr dr· ri uundl " " t:i t~ , 111ns no ni lobo atacante.
¡•, h r Mil rtl11 • ltn lr•whr IH m11jPr hny que tener en cuenta el estrago que puede provocar
12. Es por usar esta vestimenta que la llamaban Caperucita Roja. !<1 \'u t. lu 111\ ' llt <lltl n III HIPIJl ll 1¡111' SI' lir,n al !(OC!' ,
160 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 161

La salida por la vía del acting o del pasaje al acto acarrea la bús- Mujer y hetera no son sinónimos, en ocasiones se aúnan y en otras
queda de partenaires lobos como impasse que fija la dependencia se desjuntan. Estamos advertidos del malentendido sexual; con cada
materna. En cambio, si se produce la necesaria tramitación simbó- amor, con cada partenaire, el malentendido sexual se reaviva y a veces
lica, pero resta la versión del padre seductor -escena que Freud supo pareciera que la relación existe gracias al acto de amor y la poesía.
desentrañar en el caso Catalina-, la emergencia de síntomas, angustia Mil amores, millecento, más de uno, uno por uno, un único amor,
e inhibiciones en tiempos pospuberales no tarda en llegar. variantes que en cada experiencia escriben un nuevo lazo amoroso.
El amor al padre deja una cicatriz, la identificación histérica con su Y porque los hombres no son todos iguales, en esa no igualdad y no
cuota de deseo insatisfecho. Si un análisis progresa, la fémina anuda equivalencia, el goce femenino echa raíces en un vacío de saber.
una versión del goce del padre, pere-version, y tiene mejores chances Para concluir. El hetera, V x <1> x, impide y hace obstáculo a una
de enlazar el amor, el deseo y el goce al partenaire -en muchas oca- escritura equivalente entre madre y mujer, las que se escriben de dife-
siones esta posibilidad se conquista en un análisis. En este caso, el rente manera en los maternas de Lacan.
hombre no es ni el fantasma del padre seductor ni el del padre pro- La castración y la lógica de la falta nos permiten situar que para
tector del segundo tiempo del superyó de la niña, tampoco lobos que el psicoanálisis, las derivas del goce no son ajenas a las especies del
la acorralan. objeto a. Si la castración en la mujer es quod ad matrem, si ella no
Si existe una mujer es porque una niña pudo jugar el juego de queda engullida por el estrago materno, puede acceder a un goce otro
las niñas. Si una niña puede jugar con el grupo de pares es porque y a otro goce que el de la maternidad.
el Nombre del Padre operó. El grupo de amigas, que no necesaria- Si la hija, objeto, también es niña en la infancia, es decir, una entre
mente constituye un sustituto materno, aportara el socorro en caso de otras en el lazo social, puede reconocer, en el acceso fálico, que la
extrema dificultad. Las pares, las amigas, muchas veces son el consejo madre no toda es, que para ella también hay un más allá 17 • La mujer
asesor sobre cuestiones amorosas, siempre dispuesto a ayudar en las no es toda madre, el goce para una mujer está más allá de la madre y
horas difíciles o desventuradas y en situaciones de urgencia, las que próximo a la falta del Otro.
ponen en marcha el comité de crisis 16 • Para terminar con el malentendido de las mujeres ... El goce fálico
Si para Caperucita el hábito y la investidura se vuelven desecho, no las acerca a los hombres, más bien las aleja, porque este goce es
objeto resto pero también causa, es porque operó el necesario aguje- obstáculo a los que la aparean al sexuado de la otra especie.
reamiento simbólico que abre el camino del síntoma, en el que ancla Para prevenir el malentendido ... Eso no quiere decir que ellas no
el goce fálico, y que genera un más allá de la madre, con otra econo- puedan tener, con uno solo, al cual eligieron, la verdadera satisfacción
mía de goce. Así es como se trama la ventura del almor, alma-amor, fálica. Satisfacción que se sitúa en su vientre, pero como respondiendo
con un partenaire, un hombre que no se confunde con un padre ideal a la palabra del hombre. "Es preciso para eso que ella caiga bien. Que
ni con Dios. caiga sobre el hombre que le habla según su fantasma fundamental,
Una mujer desea un partenaire que también esté signado por la el de ella.
castración. Amar es posible en el almor si se da lo que no se tiene a De eso saca, como efecto, amor a veces, deseo siempre.
alguien que no es. La relación se trama mediante el semblante y la Eso no sucede tan a menudo. Y cuando sucede, no hay relación, en
fémina se deja tomar como objeto que pone en causa el heteras. tanto escrito, que sea avalado en lo real" 18 •
Lacan formula que no hay escritura lógica de la relación sexual e La falta hace su juego en el acto sexual, acto que es no ajeno a la
introduce la pregunta por la economía de goces: no hay la mujer sino magia y sus misterios, a las contingencias del amor.
barrada y una por una. El falo es propiamente el goce sexual en tanto
está coordinado y es solidario del semblante.

17. El análisis con niños revela que el niño padece lo reprimido de los padres y lo sexual
de los padres, por ende el fantasma de estos incide en la sexualidad de aquel.
16. Agradezco esta valiosa observación sobre el consejo asesor y el comité de crisis al !U. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXVII: Disolución, clase delll de marzo de 1980,
Dr. José Manuel Ugarte. inédito.
Capitulo 6
Algo sobre la estructura

El estructuralismo en Lacan
Mis nudos me sirven como lo que he encontrado
de más cercano a la categoría de estructura[. .. ]
Todo lo que sabemos es que el hombre tiene
una estructura, pero esta estructura no nos es fácil decirla 1•

A fines de dilucidar la noción de estructura en psicoanálisis, me


sirvo, en el breve recorrido que a continuación paso a hacer, de las
propuestas de Lacan y de las nociones de la corriente estructuralista.
En el texto Subversión del sujeto ... , Lacan dice que se trata de plan-
tear la estructura del sujeto en psicoanálisis y agrega que a la carencia
de teorías se le suma -creo que en esto aún podemos estar de acuerdo-
un número de abusos en su transmisión. Por eso, es menester formu-
lar las condiciones de mínima para que la estructura pueda concernir
a nuestra práctica.
¿Qué es el estructuralismo? ¿Es una ciencia? Esta fue la orientación
que tomaron algunos de los exponentes de la corriente estructura-
lista, entre los cuales podemos destacar a Claude Lévi-Strauss, Jean
Piaget, Hans Kelsen, entre otros de la misma importancia teórica. El
estructuralismo tuvo su momento de mayor trabajo y difusión en los
años posteriores a la culminación de la Segunda Guerra Mundial y se
desarrolló principalmente en Europa, sobre todo en Francia.
Grandes intelectuales franceses se dedicaron a pensar la estructura,
concepto que tiene sus raíces en dos grupos: el Círculo Lingüístico de

l . )acqu es Lacan: El Seminario, Libro XXIV: L'insu que sait de l'une-bevue s 'ai/e i'1
11/DI!/Te , clase del26 de febrero de 1977, inédito.
Niños y púberes. La dirección de la cura 165
164 Liliana Donzis
El estructuralismo floreciente del año 1951 agrupa a las ciencias
Praga -conocido como el Círculo de Praga-, que fue el que aportó del signo, de los sistemas del signo, de hecho, Roman Jakobson plan-
el término por primera vez en 1929, y el Grupo de los Formalistas teó la estructura como el sistema de fonemas y signos.
Rusos, quienes no usaron el término estructura sino el de sistema. La En Función y campo de la palabra ... , texto de 1953, como veinte
investigación y publicación de los trabajos de ambos grupos -tanto años más tarde, en el Seminario XXII: RSI y al final del Seminario XXN:
sus aportes sobre lingüística como sobre fonología- se interrumpió L'insu ... , plantea que la estructura no es un modelo ni una Gestalt,
con el advenimiento de la Revolución Rusa de 1917 y el comienzo como proponían los estructuralistas. Discute con ellos esta idea y en
de la Segunda Guerra, aunque forjaron el nacimiento de la corriente su obra persigue otra estructura que concierna a lo real, aunque en
estructuralista2 • ·
1953 aún era imposible formularlo así.
Tanto en la obra de Lacan como en la corriente estructuralista, no La estructura, en principio, es un vacío de significación y de conte-
es posible hallar una definición única del término estructura, antes nidos, lo que permite que sea lo suficientemente flexible y útil para las
bien, hay diversas conceptualizaciones e intentos de iluminar la más diversas disciplinas. No hay una estructura sino sus evidencias y
estructura del sujeto y su encarnación subjetiva. manifestaciones alrededor de tres o cuatro elementos y sus leyes. Es, si
Sin que podamos aportar una definición unívoca para el psicoa- puedo decirlo así, una sintaxis con reglas de escritura. Pero la semán-
nálisis, podemos decir, junto a Fran<;oise Wahl -filósofo analizante de tica, que a veces se puede entender como significado, como sentido, y
Lacan- , que la estructura presenta un carácter de sistema, este atañe a otras como interpretación, no concierne a la estructura, sino que esta
todo conjunto en el cual ninguno dt¡ los elementos puede ser modificado comporta fundamentalmente una sintaxis.
sin provocar una modificación en todos los demás. Como instrumento Lacan parte de los desarrollos del estructuralismo de los años 50,
propone la construcción de modelos y como ley de inteligibilidad, los generando cambios muy importantes. Para él, cualquiera de las varían-
grupos de transformación, los cuales constituyen las leyes internas que tes del modelo corresponde al registro de lo imaginario, sin embargo,
gobiernan la equivalencia entre modelos y presiden sus encajamientos mantiene en la estructura de la que nos habla las leyes internas de
-estas leyes son tomadas de los grupos de transformación algebraicos. transformación, el rastro simbólico permanece y se consagra en el
El grupo con el que estamos más familiarizados es el grupo de Klein, materna, entendido como la formulación más simple de la estructura.
pero sus raíces se hallan en los grupos que propuso Riemann. Es decir, apela -lo más que puede- a la matematización, avanzando
Los grupos de transformación y el medio grupo de Klein 3 que Lacan desde el lenguaje hasta la simplicidad de la letra.
trabaja en los seminarios sobre la lógica del fantasma y el acto analí- Moustafa Safouan dice que la estructura en psicoanálisis implica
tico, también son considerados de un modo muy diferente por Jean el ordenamiento del deseo en la medida en que constit uye un efecto
Piaget, quien pretende demostrar la reversibilidad y las operaciones de la relación del ser humano no con lo social sino con el lenguaje,
en las que basa algunos de sus postulados. Mediante la elaboración de específicamente con los efectos del lenguaje sobre la estructuración
conceptos teóricos que se sostienen en la estructura entendida como de la subjetividad. Me permito tomar esta idea que postuló h ace bas-
un sistema de autorregulación y transformación, crea las bases de su tante tiempo porque pone el acento en otro de los problemas que nos
epistemología en el terreno del constructivismo genético. Se sirve de conciernen: si la estructura no es un modelo, si la estructura es un
términos operacionales para el desarrollo de la inteligencia y la adqui- sistema, si la estructura concierne exclusivamente a ciertas leyes de
sición en la niñez de las operaciones formales, a partir de la práctica. transformación muy particulares, mi pregunta, concordante con la
Cada uno de los tiempos operacionales: práctico, intuitivo, concreto y de Safouan, es: ¿hay subjetivación de la estructura? Este punto no les
formal, asienta sus leyes en los grupos algebraicos. preocupaba demasiado a los lingüistas o a los matemáticos, a ellos les
preocupa el objeto de su investigación, fonológico, jurídico, antropo-
2. Algo que llamó mi atención fue que la primera versión de los Escritos de Lacan en
lógico, mas no el sujeto que habla. Y ahí me parece que está el salto
español llevara por título Lectura estructuralista deFreud. que da el psicoanálisis, la estructura tiene otro lugar. Lacan no fue
3. En un texto presentado en el-coloquio Lacan, los lógicos, bs matemáticos y los ciell • tan estructuralista cuando dijo que el inconsciente está estructurado
tíficos realizo un recorrido donde establezco una relaciór. entre los grupos de Kluln como un lenguaje, no dijo que es el lenguaje sino "como un lenguaje",
("Lacan, su lógica y sus maternas. El grupo de I<lein", en Lacan, los lógicos, los mntr•
máticos y los científicos. Ed. de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, 2009) .
166 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 167

interesándose por el sujeto del inconsciente. Podemos preguntarnos cualquiera". Para Lacan, la estructura cualquiera es la emergen-
si el sujeto sabe lo que produce al hablar. cia del sujeto. Por esa razón define al significante como lo que se
En la obra de Freud encontramos afirmaciones sobre la estructura de recorta del lenguaje, un significante representa a un sujeto para otro
la neurosis que, obviamente, no corresponden con las que da la corriente significante, y siempre abriga la posibilidad de recurrir a la lógica-
estructuralista. Él subraya su pretensión de dar cuenta de la estructura matemática para situarlo. Sin contenido alguno preestablecido, es el
interna de la neurosis. Entiendo que la estructura freudiana no es la que índice de la supositio del sujeto, la emergencia del sujeto.
antes mencioné, la que tiene por nódulo un sistema de leyes, etcétera. Cuando en Función y campo de la palabra .. . procura formalizar lo
Sin embargo, Freud busca las leyes que rigen la adquisición, determina- que se puede inscribir del elemento fonemática, le atribuye su raíz a
ción y constitución de la neurosis, cómo se encarna la neurosis -sabe- Saussure, quien por otra parte jamás usó el término estructura sino
mos que toma el término estructura de la biología y la ingeniería, que la sistema, el cual tiene un orden propio, "sistema convencional de sig-
formula como una construcción en términos biológicos. nos". Lacan diferencia el signo del significante y el significado, el refe-
En los comienzos de su enseñanza, Lacan nos enseñanza que el rente y lo referido, e invierte la relación saussureana para subrayar el
inconsciente está estructurado como un lenguaje. ¿Qué quiere decir, valor del significante como elemento relacional del lenguaje -de ahí
en ese momento, "estructurado"? ¿Qué quiere decir "como un len- su fórmula "el inconsciente está articulado como un lenguaje"- que
guaje"? ¿Qué es el lenguaje en ese tiempo? Porque en su recorrido, al permite fundar la suposición de sujeto.
final de su obra - particularmente en los últimos seminarios, y muy Lacan determina la lógica del significante tomando la teoría del
especialmente en el Seminario XXIV: L'insu .. .-ya no se pregunta por elemento cualquiera de la estructura cualquiera. Por ejemplo, en su
el lenguaje, sino por !alengua. respuesta a Daniel Lagache observa que la estructura se distancia
El inconsciente estructurado como un lenguaje responde a las de la noción de modelo propia de los estructuralistas, mientras que
leyes que importa de la lingüística, que siguen el orden del referente y anuncia que su gran apuesta va a ser literalizarla. Primero literaliza la
lo referido, y el significante, esa partícula fonemática que se diferencia estructura tomando la letra matemática y luego resitúa la letra como
del signo -entendido como algo para alguien- adquiere la importan- litoral entre saber y goce, letra entre real y simbólico, orilla entre lo
cia de dar lugar al sujeto -el significante se articula al deseo por medio que escucha tras lo que se dice.
de la demanda, se asocia por metonimia y metáfora, y da lugar a la Si bien este punto merece un despliegue mayor, que dejo para otra
emergencia del sujeto. oportunidad, me permito dar un salto temporal en la obra de Lacan
La letra es, en la primera etapa de la enseñanza de La can, el soporte para decir que a partir de la dimensión de lo real, la idea de estruc-
material del significante, confundiéndose con la letra alfabética. Ella tura se modifica. Desde I.:étourdit, la diferencia con la lingüística se
se va vaciando de su materialidad para constituir el germen de la letra hace explícita. Lacan dice:"[ ... ] así la referencia por la que yo sitúo lo
de la lalangue. Siguiendo la versión que ofrece en 1977, lalangue es eso inconsciente es justamente aquello que a la lingüística no le importa
que nos transmiten los parientes próximos en la cadena de las genera- y se le escapa". De aquí a la lingüistería hay solo un paso. Lingüistería,
ciones. El lenguaje es un real que se encarna en una lengua entre otras no lingüística, estructura matemática sin modelo que hace uso de for-
y es moterialista-mot, está constituida por vocablos. mulaciones matemáticas para escribirla: el materna.
Lo real como goce está anudado, ex-siste, consiste, y también es La dimensión de invención teórica que los maternas aportan,
registrable como goce fálico. Es a partir del goce que Lacan nos invita tiene un alcance de absoluta importancia en el recorrido de Lacan y
a resituar la estructura en relación con la !alengua, y no solo con un en el proyecto de incluir el psicoanálisis entre las ciencias. Con el
sistema vinculado a la lingüística estructural. materna, por ejemplo, sostiene los discursos, pero a la vez, al exten-
Jean-Claude Milner4 dice: "El programa estructural de Lacan der el concepto de materna procura formalizar el fantasma. La lógica
implicó enumerar las propiedades no cualesquiera de una estructura de la sexuación se asienta en los maternas de quien se dice hombre
y quien se dice mujer, la sexuación se escribe en términos de cuan-
tificadores y en términos de la lógica modal-existe x y su negación,
4. Jean-Claude Milner: El periplo estructural. Figuras y paradigma, Amorrortu editores, :1s f co mo los modos necesario, contingente, posible e imposible.
Buenos Aires, 2003.
168 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 169

Con estas formulaciones intenta aprehender la estructura mientras a la ex-sistencia, la consistencia y el agujero. Asimismo, la dicotomía
expone puntos de enlace y de quiebre y la distancia entre el psicoa- soma-germen es una dualidad entre lo animado y lo inanimado que
nálisis y la ciencia -articulación a la que nunca renunció-, señalando puede considerarse superada por el empalme de lo real.
diferentes usos de la letra. Preocupado por la lógica del significante, En la clase del 26 de febrero de 1977, Lacan dice: "Mis nudos me
por la estructura en términos de l'a lógica simbólica, parece decir, al sirven como lo que yo he encontrado de más cercano a la categoría
m enos en ese tiempo, que la interposición imaginaria es un obstáculo de estructura" -el anudamiento concierne a las leyes de escritura, al
para la formalización del psicoanálisis. andamiaje de tres dimensiones.
La letra de los maternas que escriben los cuatro discursos es uno ¿Pero la estructura se subjetiva? ¿Es esta una pregunta que inexo-
de los puntos de máximo alcance que nos dejó Lacan para trans- rablemente afecta a nuestra práctica? La respuesta es afirmativa si
mitir de modo no imaginario y no bilingüe -pues no tienen traduc- entendemos que la estructura se manifiesta en transferencia en el
ción, son fórmulas matemáticas- la demostración de lo real -esta parletre, camino en el que el síntoma y la posición fantasmática nos
recorre los seminarios que van desde el Seminario XVII: L'envers de permiten puntualizar la cura. La estructura en psicoanálisis se mani-
la psychanalyse hasta el Seminario XVIII: D'un discours que ne serait · fiesta en la cura, se despliega en el decir.
pas du semblant. En ese verdadero work in progress, Lacan vuelve En el Seminario XXIV: L'insu ... , Lacan nos formula una pregunta
a discutir la generalización del materna como instrumento para la directamente vinculada con la práctica, nos interroga por la subjeti-
transmisión del psicoanálisis; el amor, el cuerpo, la pulsión, el goce y vación de la lengua materna y por la transmisión de la lengua en un
la poiesis del inconsciente como interpretación son los nuevos discu- sujeto. Si bien esta se historiza en el decir, el sujeto recibe una len-
tidores del materna -la poiesis del inconsciente no se reduce a lo real gua entre otras a partir de la lengua de los padres. ¿Es o no fundada
sino que surge de un real anudado, permitiendo diferenciar la letra la relación del niño con los padres? ¿Es o no fundada la relación de
como soporte material del significante de la letra en su costado real, los padres? La respuesta que da Lacan concierne a las identificacio-
en relación con el goce. nes constitutivas del sujeto, las que a su vez son la pasta en la que la
Lacan vuelve elástica la estructura matemática, formulada como estructura habita el lenguaje.
emergencia del sujeto en el lenguaje y subordinada al significante, al Hago aquí un subrayado: el cuerpo que goza, sustancia gozan te, es
preferir subrayar la letra y el goce, vía por la que produce una torsión tórico, histórico, histérico y depende de los padres:"[ ... ] en el estado
en su enseñanza y un pasaje en y desde la primacía de lo simbólico al actual de las cosas, ustedes, todos y cada uno, son tan inconsisten-
anudamiento de las tres dimensiones -ninguna de las cuerdas tiene tes como vuestros padres. Pero es justamente por el hecho de estar
prioridad por sobre la otra-, haciendo virar también la cuestión del enteramente suspendidos a ellos que ustedes están en el presente
goce. estado" 5 • Esta idea, extraída de la clase delll de marzo de 1975, anti-
El significante no es solo causa de significado, sino causa de goce cipa el parasitarismo de la lengua, el cuerpo goza del goce de la pala-
en la lengua tejida por los significantes en la singularidad de lalangue. bra parasitaria, esa que nos transmiten nuestros parientes próximos a
Vuelvo a reiterar el cambio, el giro que da Lacan al intentar formalizar través de las partículas del lenguaje, susurros, gritos y gestos -sustan-
otra escritura del sujeto. Sin suspender lo simbólico y lo real, del cual cialización del lugar del Otro, de la dimensión del Otro, en el cuerpo
el materna era su expresión más fulgurante, en la nueva perspectiva de los padres.
del nudo borromeo nos advierte que la sustancia gozante, el cuerpo, La castración opera en la transmisión. Sujeto, Otro, objeto y falo,
la consistencia, vertebra y enlaza, y lo que era el reducto de la imagen, elementos mínimos de la estructura, toman posición respecto del goce
del narcisismo, adquiere otra dimensión en lo imaginario anudado. que se instila en lalangue y en lo real del lenguaje, que está enmara-
El nudo borromeo trae aire fresco y nuevos interrogantes en el ñado en !alengua, que no es ajena a lo real de la cadena de las genera-
histórico debate sobre la dicotomía mente-cuerpo al situar lo real, lo ciones y al inconsciente fundado en un particular modo del goce.
simbólico y lo imaginario, tres cuerdas que anudadas pueden asimi-
larse a: mente, simbólico-imaginario; cuerpo, real-imaginario. Nin-
guna de las tres tiene privilegios, por el contrario, cada una concierne 5. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXII: RSJ, clase del ll de febrero d e 1~l 7G,
inédito.
170 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 171

Despejar la distancia que hay entre el estructuralismo y la posición postular lo imaginario sin los otros dos, en la consistencia del cuerpo
de Lacan permite pensar a la estructura como escritura de la estruc- no podemos eludir que lo real también está anudado. De no ser así,
tura del sujeto anudado en las tres dimensiones, no sin el Nombre del ¿cómo situamos la angustia?
Padre que nombra y el goce que se encarna en /alengua. La estructura A pesar de que Lacan va transformando la noción de estructura
no califica las estructuras freudianas, sino que escribe en nudos, cade- a lo largo de su enseñanza, la lógica del significante no se desvanece
nas y trenzas una" [... ] geometría verdadera que tiene cuerpo [... ]. al articular el goce. Entre la semántica y la sintaxis, dos caras de la
He aquí un toro agujereado [esta es la estructura]" 6 • " [ ..• ] todo misma moneda, Lacan no menciona ni a la semántica ni el contenido,
lo que sabemos del hombre es que tiene una estructura. Pero esta pero hablamos con palabras con las que construimos argumentos. El
estructura, no nos es fácil decirla. El psicoanálisis ha emitido sobre sujeto se noveliza y se historiza en algún momento del análisis, razón
este tema algunos vagidos, a saber, que el hombre se inclina hacia por la cual siempre aparece como sentido y como significación, atra-
su placer [... ] trata de sufrir lo menos posible" 7 -aquí tenemos el fan- vesando el decir y lo dicho.
tasma en su vertiente imaginaria. La estructura que lalangue comporta emerge tanto por el carril del
En la clase del26 de marzo de 1977, dice: "[ ... ] no conozco de más sentido como de la significación, del argumento y sus efectos imagi-
que una serie de lenguas encarnadas. El lenguaje, uno se esfuerza por narios, y en su articulación con la pulsión. ·
alcanzarlo en la escritura. [... ]. Desde la lingüística podría decirse que la significación y la semán-
Lo que en todo caso yo enuncio, de un significante es algo diferente tica se encuentran en aquellos lugares donde Lacan escribe "sentido".
de la memoria [la invención no tiene ningún sentido, es lo real]"8 • Pero En el fantasma, el sentido se articula en él en los tiempos gramaticales
la enfermedad mental nos despierta, ya que el inconsciente -agrega-, del trabajo de la pulsión: pasivo, reflexivo y pasivo, reflexivo y activo,
ese que está estructurado como un lenguaje, siempre duerme ... en el y sus enlaces con el objeto y el Otro. El empalme en lo real del sentido
fantasma. de las palabras resuena en el cuerpo. Lo real se imaginariza y lo imagi-
El goce es la castración; la estructura no es una forma, una Gestalt, nario se hace real en el cuerpo.
un modelo. Entre forma y estructura, entre semántica y sintaxis, si Es cierto que se abusó del término estructura. Freud pensó la
ponemos la estructura del lado del modelo, la forma, la Gestalt, nos estructura interna de la neurosis y Lacan habló de las estructuras clí-
inclinamos hacia la psicología. nicas freudianas. A propósito de estas últimas, las que Lacan retoma
Si la escritura es solo sintaxis, ¿cómo planteamos la subjetivación al final del Seminario XIV· La lógica del fantasma y formula el deseo
que el fantasma aporta como juego entre la pulsión, el objeto y lacas- insatisfecho, imposible y precavido en la histeria, la neurosis obsesiva
tración del Otro? Lacan dice que el nudo es lo real, no es un modelo 9 ; y la fobia, ¿es posible mantener la tripartición en el nudo?
solo en la transferencia podemos situar la estructura. A Lacan le
incomodaba la interposición imaginaria, pero sin imaginario no es
posible psicoanalizar. El modelo tiene, lo mismo que la sugestión, un
borde imaginario que anuda como sentido y sin el cual no hay ope- Estructura y tiempo
ración transferencia!. Esto quiere decir que en la operatoria de un
análisis no podemos apuntar siempre a la angustia, es indispensable
El psicoanálisis retoma y hace suya la pregunta por el tiempo. El
e inevitable pasar por el sentido. El sentido, entre imaginario y sim-
tiempo no es solo el laberinto infinito de las generaciones sucesivas,
bólico, siempre permanece y el nudo borromeo indica que no hay
pues este no escapa al derrotero de la articulación entre inconsciente
modo de penetrar lo real fuera de la estructura RSI. Pero no es posible
y sexualidad que marca en la transferencia el tiempo del sujeto en
análisis.
6. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXIV: L'insu que sait de l'une-bevue s"aile a Tiempos de análisis, tiempos secuenciales de la apertura y cierre
mourre clase dell5 de marzo de 1977, inédito. del inconsciente, en cuya pulsación se contornea el objeto por medio
7. Ibídem, clase dell7 de mayo de 1977.
O.lbídem.
del acto analítico. La escansión, el silencio, el corte, son algunos de
H. Jn <=qU<lS l.it<:a n: F:/ SPminario, Libro XXJT: RS!, clase del J S de abril de 1~ 7 :., ln~dllo los instrumentos de una medición que nada tiene en común con
172 Liliana Donzis
Niños y púberes. La dirección de la cura 173
la relojería tradicional, sino que al enlazarse el saber textual, saber
inconsciente, hace al acto analítico. años más tarde, en el seminario de 1968, implica el "cesa de no escri-
Freud se formuló la pregunta por el tiempo y realizó una torsión en birse". El acto demarca un antes y un después del sujeto al instituir al
el saber de su época al postular que el inconsciente se sitúa fuera del sujeto mismo, pero también es la vía que Lacan traza para hablar de
tiempo cronológico, del tiempo como sucesión. En la atemporalidad la posición del analista en la transferencia, dialectizando en la serie
del inconsciente, lo reprimido es inalterable al paso del tiempo. La significante la escansión para relanzar al sujeto en su interrogación.
escena analítica es el paradigma de esta lógica, pues la retroacción De acuerdo con este planteo, la estructura borromea no se monta
ilumina la anterioridad. Para Freud, en el camino de la formación de secuencialmente sino que concierne a un acto del decir y no obedece a
síntomas, en la neurosis, la segunda escena resignifica la primera, a una construcción diacrónica, como plantearon algunos estructuralis-
posteriori se redimensiona el primer tiempo, ese del cual se predica: tas que incidieron notablemente en el desarrollo de la psicología, por
"Habrá sido". En la correspondencia entre pasado y porvenir, el ordep ejemplo, Piaget. Para el psicoanálisis, el tiempo no transcurre por fuera
va del porvenir al pasado. Así, el retorno de lo reprimido no viene del de la práctica analítica, no es una linealidad demarcada por la suce-
pasado sino del porvenir 10 • sión de instantes que en su detención sitúan su fugacidad. Lo temporal
En Lo inconsciente, Freud dice: "Los procesos del sistema Inc. se que se despliega en transferencia requiere del tempo inconsciente.
hallan jUera del tiempo; esto es, no aparecen ordenados cronológica- Si para Aristóteles el tiempo no es el movimiento sino la medida,
mente, no sufren modificacióp ninguna por el transcurso del tiempo y para Freud, el punto numérico es lo intemporal del inconsciente y
carecen de toda relación con él. También la relación temporal se halla aquello que hace de cruce, deteniendo y marcando el instante, es el
ligada a la labor del sistema Ce." 11 • trauma. La sucesión de la que el sujeto no puede escapar, el antes, el
El proceso primario se nos muestra bajo las condiciones del ahora y el después, surge del golpe del significante, del trauma y del
fenómeno onírico y de las neurosis cuando los procesos del sistema acto que hace corte. Ahora bien, entre los cortes que pueden produ-
inconsciente producen transferencias de carga al sistema precon- cirse en el flujo -no queda otra opción que decir el flujo temporal-, en
ciente, lo cual en muchas ocasiones determina una regresión a una el entre-dos, hay un intervalo que por mínimo que sea es productor
fase anterior. Esta regresión es tópica, mientras que los efectos subje- de efectos. Lo traumático implica un corte, una discontinuidad, y tal
tivos del tiempo se ligan al sistema percepción-conciencia. como dice Freud, suscita la elaboración.
Si bien Freud deja del lado de la conciencia la sucesión temporal, La pregunta por el origen, desde qué punto se cuenta, es uno de
acentúa la regresión como factor de peso en el camino regrediente, los interrogantes con que nos enfrenta el tema de la temporalidad. El
J
desde lo preconciente a la fase anterior inconsciente, punto que origen no equivale al inicio de una serie. El interés de Freud por esta
marca el antes y el después, es decir, la síncopa temporal. pregunta puede leerse, por ejemplo, en Tótem y tabú, y sus respuestas
En los albores de su enseñanza, Lacan dice: "Solo podemos salir nos acercan a diversos mitos, desde el de la incorporación y la expul-
[del laberinto del tiempo] reconociendo que el elemento-tiempo es sión que conlleva la dupla placer-displacer hasta el de la horda primi-
una dimensión constitutiva del orden de la palabra. tiva y el asesinato del padre -ideas que si bien no tratan de explicar
[... ] El sentido último de la palapra del sujeto frente al analista, es los mismo problemas permiten pensar la entrada en el concierto del
su relación exist~ncial ante el objeto de su deseo" 12 • mundo, el lenguaje y la marca de la cultura. No obstante, es la repre -
Por una parte, sitúa la temporalidad en relación con la subjetividad sión originaria como marca de la puesta a punto de su metapsicolo-
como efecto fantasmático, y por otra, anuncia el acto analítico, en el gía, la que mejor responde, la que aparece como origen de una pro-
que centra las dos acepciones de la transferencia freudiana, acto que ducción que muestra sus efectos de modo incesante e indestructible.
La repetición y la detención generada por la inhibición, el síntoma
y la angustia, instan a situar el instante de un intervalo. En ese tiempo
10. Jacques Lacan: El Seminario, Libro 1: Los escritos técnicos de Freud, Ed. Paidós, Bue-
nos Aires, 2004, p . 237. sin relojes que Freud define para el psicoanálisis, salvo que se trate del
ll. Sigmund Freud: "Lo inconsciente", en Obras Completas, Ed. Biblioteca Nueva, reloj siniestro en el que lo familiar se torna traumático y desconocido,
Madrid, 1967, pp. 1060-1061. el tiempo es una de las formas de subjetivación posibles. Elliempo l 'IJ
12. Ibídem, p. 353. real, tan real como el magma del lenguaje.
Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 175
174
Mientras que los pedagogos o los psicólogos qu e trabajan con
Entonces, ¿existe un origen del sujeto? ¿O más bien se trata del niños tratan de caracterizar períodos, etapas, sucesiones, el psicoa-
saber como la entrada en el discurso del que el sujeto es a la vez efecto nálisis presenta razones que son de estructura: la función paterna, el
y producto? deseo de la madre, las identificaciones, el objeto a, vectores que entre
La entrada del significante en lo real es la operación con la que otros nos permiten indagar en la inhibición, el síntoma y la angustia;
Lacan designa al rasgo unario. ¿Pero es una marca temporal? Este lo simbólico, lo imaginario y lo real.
inobservable clínico ¿es el inicio, el acto inaugural? En el seminario Aun cuando un sujeto habite el lenguaje en sus tres cuerdas, la
sobre la identificación, Lacan responde que es la entrada de ese algo estructura no es legible como tal, y aunque alguien pueda suponer
que hace trazo y borramiento, demarcando la delicada trama en la que una persona es neurótica o psicótica, no tiene manera de demos-
que se umbilica la represión primaria, orilla de lo real y lo simbóli~o. trarlo, salvo en la transferencia. Si tomamos el planteo de Lacan sobre
No obstante, el sentido nos conduce a temporalizar las experien- Joyce, el propio Lacan afirma no haber dicho nunca que Joyce fuera
cias y la niñez es un lugar princeps para poner de relieve cada una de psicótico, pero tampoco lo contrario, es que el interés por Joyce radica
las inauguraciones de la vida y de la muerte. En la niñez ya se advierte en mostrar el valor de la pere-version en relación con el goce, el ego y
quién se fundará en el discurso y quién quedará por fuera, quién podrá el sinthome.
contarse en la cadena de las generaciones y en la historia familiar y De las discusiones mantenidas en otras disciplinas, el psicoa-
social, marcada por acontecimientos que pueden y merecen fecharse. nálisis importa algunas reflexiones sobre la temporalidad, la cons-
La niñez da la chance de producir cortes y escansiones que sitúen dis- trucción de la historia y las múltiples vertientes de lo evolutivo. Por
cursivamente discontinuidades. ejemplo, Piaget, de quien ya hablé, demuestra que la adquisición
El inicio de la dentición, el comienzo del lenguaje articulado, los del conocimiento es una construcción estructural que procede por
primeros pasos, las adquisiciones propias de la motricidad fina, el efecto de sucesivas operaciones de índole lógica, no cronológica,
garabato como precursor del dibujo figurativo, etcétera, constitu- pero fundadas en el genetismo de los primeros reflejos del bebé.
yen marcas que pueden devenir signos de lo que, antes o después, Entiende la construcción del pensamiento por la vía de la adapta-
es esperable culturalmente. Pero hay marcas que provienen del acto ción, que surge como resultado de la asimilación y la acomodación,
simbólico y que no se circunscribe a lo etáreo, por ejemplo, tomar los que permite un progreso en la medida en que en cada tramo se pro-
primeros sacramentos en la fe cristiana o hacer la lectura de la Torah ducen nuevas adquisiciones que se fundan en las anteriores. De una
especificada por el Bar Mitzva en la cultura judía. a otra se avanza por rebasamiento de la adaptación conseguida en
Cruces y cicatrices temporalizan la subjetividad, pero ninguna de la fase anterior.
ellas es el origen originario sino un acto en el que la historia se detiene Como postula un origen neurobiológico y una base que se sostiene
y se relanza alimentando el sentido y excluyendo radicalmente lo real. en los primeros reflejos automáticos del bebé, el período sensorio-
Lo real precisamente se caracteriza por situar la ex-sistencia, ese fuera motriz puede no iniciarse si la base neuroanatómica presenta dificul-
de sitio, y por excluir el sentido. tades o déficits insuperables. Es decir que el primer paso se asienta
La niñez es el intervalo por antonomasia en el que hay disconti- en la base neurológica, pero los siguientes ya no son de adaptación
nuidad y reanudamiento por efecto del trauma, de la contingencia y biológica sino de adquisiciones psicológicas.
del acto que impone cortes, detenciones y relanzamientos. Ciertos Pero el constructivismo estructural no es de la misma estofa que
acontecimientos delimitan discontinuidades que numeramos con el psicoanálisis, para el cual la eficacia de la entrada en el campo
elementos simbólicos, que adquieren una textura significativa que da del lenguaje se da aun en condiciones neuroanatómicas adversas.
cuerpo imaginario al acto en el que se engendró ese fragmento tem- El trabajo con niños con diferentes capacidades atestigua que es en
poral proliferante de sentido. El aprendizaje de una lengua, el ingreso los avances simbólicos donde el niño se detiene o se muestra insufi-
a la escuela, el inicio sexual, por ejemplo, inauguran series que se tem - ciente; solo muy excepcionalmente un niño queda fuera del campo
poralizan. Tal vez este sea el motivo que hace que la cuestión temporal del lenguaje.
se vuelva insoslayable con los niños.
176 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 177

La noción de temporalidad de la psicología evolutiva de Gesell, de contingencia del encuentro, pero en la medida en que la fuerza cons-
la epistemología de Piaget y de las corrientes conductistas o neocon- tante de la pulsión insiste en su vuelta, relanza una nueva búsqueda.
ductistas, también difiere 13 . De ahí que en la cadencia rítmica de la pulsión y en su repetición,
Tiempo y temporalidad mantienen, según Freud, una lógica suce- esta sitúa temporalidad es, un antes y un después. En la repetición, el
siva y enmarcan la causa y los efectos en los que retroactivamente después puede transformarse en antes. Ritmos y pulsaciones que nos
leemos la huella inconsciente. La idea de la segunda escena en la for- ofrecen el soporte imaginario del tiempo en el cuerpo.
mación de los síntomas y la del primer y el segundo despertar sexual, Entonces, la noción de temporalidad, si dejamos de lado la crono-
resultan paradigmáticas. logía, puede quedar ligada a los aspectos fantasmáticos, imaginarios,
Cuando Lacan retoma el problema del tiempo no solo vuelve sobre reales, y simbólicos, que otorgan, gracias a la pulsión y la repetición, la
la lógica anteponiéndola a la cronología, sino que desde sus primeras hora y la semántica, el sentido secuencial regido por la articulación de
enseñanzas traza una tripartición lógica: tiempo de mirar, tiempo de la repetición. Es decir, la repetición en su relación con la pulsión, con
comprender y de concluir, camino progresivo que puede detenerse. la gramática pulsional, da soporte y sostén argumentativo, aporta un
Sus aportes sobre el tema son zigzagueantes. Luego del sofisma argumento fantasmático al trabajo pulsional.
avanza hacia la pulsación de la repetición como tiempo de la pulsión La pulsión es el borde que denota la temporalidad y permite
y de la sexualidad. En la clase del29 de noviembre de 1964, dice: "Para reflexionar sobre el desarrollo.
comprender lo que ocurre con el tiempo lógico, hay que partir de que "La angustia de castración es como un hilo que perfora todas las
al principio la batería significante está dada. Sobre esta base hay que etapas del desarrollo. Orienta las relaciones que son anteriores a su
introducir dos términos, que necesita, como veremos, la función de la aparición propiamente dicha -destete, disciplina anal, etcétera. Cris-
repetición -Willkür, el azar, y Zufall, lo arbitrario. taliza cada uno de esos momentos en una dialéctica que tiene como
Es de este modo que Freud considera, para la interpretación de los centro un mal encuentro. Si los estadios son consistentes es en fun-
sueños, la importancia que pueden tener el azar de la transcripción y ción de su posible registro en términos de malos encuentros" 16 • El mal
lo arbitrario de los cotejos -¿por qué relacionar esto con aquello más encuentro central está a nivel de lo sexual, lo cual no quiere decir que
bien que con aquello otro? No hay duda que Freud nos lleva así al meo- los estadios tomen un tinte sexual que se difunde a partir de la angus-
llo de la cuestión que plantea el moderno desarrollo de las ciencias, en tia de castración, al contrario, se habla de trauma y de escena primaria
tanto que demuestran lo que podemos fundamentar en el azar" 14 • porque esta empatía no se produce.
Aquí se advierte dónde aparece el orden del inconsciente. ¿Pero a La cita que extraigo de la clase del12 de febrero de 1964 nos da la
qué lo refiere Freud? A la función de la repetición, que queda elabo- posibilidad de rever la noción de la temporalidad en relación con la
rada en un segundo tiempo. Prosigue: "[... ] la función-tiempo es aquí castración, hilo que en su detención escribe el antes de un después,
de orden lógico y [está] ligada a una puesta en forma del significante pero también, que no hay tiempo sin la intervención de las compleji-
de lo real. La no -conmutatividad [... ] es una categoría que no perte- dades de la sexualidad.
nece más que al registro del significante" 15 • En otro momento de su enseñanza, Lacan subraya el acto como
Los trayectos pulsionales en el rehallazgo del objeto modulan una tiempo instituyente del sujeto en un análisis y dice que este concierne
temporalidad entre el estímulo, al que podemos llamar "el antes", y la inexorablemente al decir como tal. El acto del decir señala una noción
temporal que escande entre el antes y el después ese algo, etwas, que
13. Si bien el psicoanálisis se distancia de enfocar su campo en el aprendizaje, es inte- cesa de no escribirse o que cesa de escribirse, e implica una lógica en
resante leer a Piaget y a Vigotsky, quienes además influyeron en nuestro medio y en la que el después sitúa la anterioridad.
la formación del psicoanalista que trabaja con niños. El último desarrolla la idea de En las diferentes lógicas que Lacan trabaja -el enlace borromeo, el
un genetismo influido por los procesos culturales. Su psicología, lo mismo que la
de Piaget, se centra en los factores que intervienen en ella producción del conoci-
trabajo pulsional, el argumento fantasmático, el trauma y la escena pri-
miento y del aprendizaje. maria- señala que el engranaje temporal sitúa la repetición y el acto.
14. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XI: Los cuatro conceptos fundamentals del psi-
coanálisis, Barra! editores, Barcelona, 1977, p. 51.
l5 . lbídem. lll, /J¡frfrm. p. 74.
178 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 179

La clínica con niños nos obliga a reconocer que en los niños se des- estructura y el tiempo, la estructura y la niñez, son de nuestro interés
piertan, para el asombro de los adultos, las articulaciones lenguajeras porque nos permiten despejar algunos de los problemas que también
y los efectos que producen la lengua materna y la entrada de los ava- afectan a la dirección de la cura.
tares de la sexualidad aparecen por vez primera. Dicho sea de paso, El niño modela y organiza en tiempos melodiosos de la voz y de la
estos avatares no son equivalentes sino más bien contarios a los esta- mirada, con la insistencia pulsional que el Otro imprime, el espacio
dios libidinales que postulara KarlAbraham. La sexualidad es contin- subjetivo como domicilio de los tiempos instituyentes. El tiempo es el
gente, disruptiva y azarosa ... de un pasaje sellado por los gajes del padre, un pasaporte que habilita
¿Cuál es la relación entre lo traumático y la estructura? ¿Qué vínculo un pasaje transformador de la estructura, generando un destino para
hay entre los efectos del anudamiento y la actividac;i lúdica? ¿Y entre el niño.
las identificaciones, logradas o no, que nos brindan una versión de la Los tiempos del sujeto no se miden con un cronómetro ni su espa-
estructura? cio es el euclidiano, aunque pueda medirse en él. El espacio-tiempo
El tiempo es un real que intentamos conceptualizar a través de lo que Lacan rediseña mediante la espacialidad topológica recrea la
simbólico y en su representación imaginaria. Su noción es solidaria niñez en el acto instituyente del empalme RSI.
del tiempo que le lleva al sujeto constituir las operaciones de la sexua- El cesa de no escribirse sella un antes y un después para el sujeto.
lidad infantil, premisa que nos pone sobre la pista del accionar de la El corte que introduce la Verneinung, la negación, permite situar la
tyche y del auto matan, producir la pulsión y el objeto. El tiempo de la discontinuidad. Propongo no homologar la escritura borromea del
estructura se instituye en el decir que se teje con las vestimentas que sujeto con la construcción y la lógica del fantasma, aunque RSI ya
provee el fantasma. estén presentes en ella.
Juanita, una nena de tres años, me ilustra con bastante claridad la La niñez es una de las formas del tiempo. El niño entra en el mundo
relación imaginaria y espacial que hay entre tiempo y estructura. y palidece por efecto del lenguaje y la función de la palabra que viene
En la primera entrevista le pregunto cuántos años tiene y ella, mien- del Otro, palabra de la que debe apropiarse para que esta haga la dife-
tras trata de garabatear algo en una hoja de papel, responde: "Tres". Des- rencia. Iniciación que no es ajena a la operación de castración que
conozco los motivos que me llevaron a hacerle la segunda pregunta: "¿Y abre al parlétre el trabajo de proliferación del significante.
cuándo cumplís los cuatro?". Juanita contesta: "Cuando sea grande". La infancia es un tiempo en el que lahistoria se escribe en tér-
La lucidez de su respuesta evidencia que la subjetivación puede minos de estructura del sujeto. Parafraseando a Borges, cuando esta
implicar tiempos en relación con lo real del sexo. no encuentra escritura en la subjetividad, el niño vivirá tiempos difí-
Cuando Freud esclarece el primer y el segundo despertar sexual, ciles, que no son los del malestar -real- de la cultura, sino los de la
vinculados a la efectuación del objeto en relación con la pulsión, sitúa inscripción y las consecuencias que acarrea. En estas condiciones, el
los tiempos de la constitución del fantasma y su enlace con la posi- niño puede quedar deambulando en la búsqueda del cuerpo del Otro,
ción sexual definitiva, las vicisitudes del sujeto en correspondencia intentando reintegrarse en el Otro que le brindó alguna letra.
con el goce y lo real del sexo. A través de la oposición chico-grande, La niñez es tiempo, tiempo de empalme RSI y tiempo de produc-
Juanita vincula una fecha determinada -la que consta en su partida de ción de la pulsión en su enlace con una escena apenas sugerida por
nacimiento- con el día de su cumpleaños, modo en que se ubica en la contingencia del objeto, que modela la actividad lúdica y gráfica de
el espacio y establece una medida, junto con el tamaño. En el futuro los niños.
será grande, grande según una medida afectada por el falo. Cuando La niñez es una edad de la vida caracterizada por la entrada en
cumpla años, crecerá y ocupará más espacio, según reza su decir. el discurso, es decir, en el saber del inconsciente. Por ende, la con-
Las reflexiones y debates con otros campos del conocimiento -la cepción de la temporalidad es solidaria e influye, de modo explícito o
psicología 17 , la filosofía, etcétera- sobre la estructura y la historia, la implícito, en la dirección de la cura.

17. La enseñanza lacaniana se distingue y toma distancia de las psicologías y de las teo-
rías del aprendizaje, incluso de aquellas que con cierta raigambre psicoanalítica tra- distinción radica en la estructura enlazada borromeanamente, la cual no es sin el
tan de ubicar el tiempo de las cosas y las operaciones. Debemos advertir que la m ayor analista qu e form a parte del concepto de inconsciente, al menos en la ne urosis.
180 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 181

Tiempos instituyentes De los diversos aportes destaco el que nos llega desde las ciencias
jurídicas 18 • El término "instituyente" fue acuñado por el eminente
Los psicoanalistas le otorgamos un valor de verdad, casi axio- jurista francés Maurice Hauriou 19 , quien fundó las bases del derecho
mático, a la expresión "tiempos instituyentes". Se usa como una público francés y revolucionó la filosofía del derecho. Contemporá-
llave maestra que abre muchas puertas, que explica una variedad neo de Freud, aportó al debate entre el derecho objetivo y el subjetivo
de hechos, sin que se justifique o se demuestre lógicamente. Para y terciando entre las ideas de Rousseau y Hegel propuso la fundación
algunos lectores de Lacan fue moneda corriente para mencionar los del Estado no como un producto contractual ni sobrenatural sino
orígenes, lo primordial, lo fundante. ¿Pero qué se dice con tiempos instituido por un acto que no siempre es racional ni conciente, un
instituyentes? acto que "supone el reconocimiento de la instancia inconsciente de
Freud reconoce que la niñez es un tiempo instituyente, un la institución" 20 • No hay institución tangible o intangible que pueda
momento lógico en la estructura de las neurosis, un tiempo de pro- consagrarse sin un acto inaugural.
ducción y articulación de la pulsión y fijación del objeto. En 1905, dice Hauriou sostiene que lo instituyente es ajeno a la producción social,
claramente que la pulsión se produce en la niñez. es de un orden no conciente. Esta noción no solo impacta en la filosofía
¿La pregunta por la estructura en la infancia puede responderse del derecho sino que también inspira a algunos pensadores franceses,
a través de las operaciones que instituyen al sujeto? ¿La chance del incluso a la corriente estructuralista de la que formaron parte Claude
análisis con niños arraiga en la producción y fijación de la pulsión? Lévi-Strauss, Louis Hjelmslev, y por qué no, Lacan y Barthes.
Estas preguntas intentan proporcionar sentido a lo real, aunque el Una definición aceptada plantea que lo instituyente cumple un
psicoanálisis como práctica de lo real excluye el sentido que paradóji- papel preponderante en la estructura en la medida que es un factor
camente requiere para avanzar. fundante al que no es posible acceder, salvo por los efectos que sus-
Freud no simplificó estos derroteros. La articulación Edipo-falo- cita, pasibles de leerse en lo instituido.
castración no es lineal, basta con recurrir a sus escritos para leer en La problemática que acarrea lo instituyente reconoce en cada dis-
sintonía fina las peripecias que debe hacer el infans para acceder a la ciplina su particularidad. El sujeto jurídico y el sujeto del psicoanálisis
posición del púber. Según mi criterio, los tiempos primordiales guar- difieren. Aunque las leyes que emanan del orden jurídico no son las
dan relación con las operaciones que instituyen al sujeto: la serie de del inconsciente, mencionar el valor que tiene lo instituyente en el
las identificaciones, la producción del objeto en relación con la pul- derecho nos permite señalar las diferencias.
sión y la transmisión de la castración y de los nombres del padre. El psicoanálisis se pregunta por lo primordial, por el origen, por
En La negación, Freud tematiza lo primordial, un inobservable la génesis del sujeto y por aquello que lo pone en marcha, es decir, lo
clínico de orden mítico que concierne a las operaciones de incorpo- instituyente del significante. Las respuestas no son sencillas ni linea-
ración y expulsión que dan inicio al juicio de atribución y al de exis- les. No es posible situar el punto cero originario. La filogénesis y la
tencia, sin indicar cuándo estas operaciones arman una bisagra en el ortogénesis freudianas están del lado de lo mítico y las operaciones de
lenguaje que instituye las coordenadas necesarias para que el cacho- la sexualidad infantil establecen que lo real antecede a lo simbólico,
rro humano devenga parletre. afirmación que la lectura de Lacan demuestra falaz.
Lo instituyente apunta a la entrada del significante en lo real, mor- En la enseñanza de Freud es posible caracterizar la temporali-
diendo entre cuero y carne, mortificando al sujeto con la otra muerte, dad según un ordenamiento de las vicisitudes del Edipo. El primer
no la biológica sino aquella que trae vida a la vida a través del orden
simbólico, haciendo del discurso un lazo social.
18. La cronología y la lógica también encuentran su razón en las ciencias jurídicas. El
Ahora bien, reconsiderar el término instituyente, que no es pri- derecho positivo circunscribe edades para que el sujeto jurídico cuente con deter-
vativo del psicoanálisis, supone tener en cuenta otras perspectivas y minados atributos legales: la posibilidad de contraer matrimonio, de tener visados,
otras disciplinas que reflexionan sobre la puesta en marcha inaugural, de firmar contratos, etcétera.
no ligada al tiempo cronológico sino a la fundación como acto, como 19. Geo rges Renard, discípulo de Hauriou, influyó notablemente en lo que Félix Guattari
algo fundacional. y Hen e Lourau , entre otros, denominaran "análisis institucional ".
:w. H•·r1<~ 1,ou ra u: El análisis institucional, Amorrortu editor es, B11 anos Airos. ?.007.
Niños y púberes. La dirección de la cura 183
182 Liliana Donzis

despertar sexual destaca la relación del objeto fundacional con la una lógica operacional que sigue un orden enhebrado por la eficacia
madre, el movimiento demarcado por las zonas erógenas y por el del trazo unario en su enlace con la imagen especular y con los avan-
objeto de la pulsión, atravesado por la función operacional del falo, ces de la coordinación visomotora que permite utilizar las coordena-
la castración y el Edipo, que da cuerpo y más tarde porta el argu- das espaciales.
mento del fantasma. El segundo despertar sexual sobreviene por Los juegos de los niños pequeños difieren de los juegos de aquellos
efecto de la renovación que la pulsión comporta en la pubertad y otros en quienes la metáfora paterna ya operó. No es lo mismo enci-
sitúa el anclaje definitivo del objeto y sus correlatos en la respuesta mar juguetes que construir una torre.
del sujeto a lo real del sexo, sentando las bases de la asunción de Cuando Juanita dice que tiene tres años y que va a cumplir cuatro
la posición masculina y femenina. La instauración fantasmática se cuando sea grande, afirma que el tiempo es grande o pequeño, que
produce en la adolescencia. hay un antes de .. . y un a posteriori como efecto. Ella está habitada
Desde los primeros tiempos de su seminario, Lacan indica que se por los tres registros, centrada en los garabatos que dibuja y a los que
trata de una lógica temporal antes que de una cronología, sea esta psi- intenta ponerles un nombre. Con Freud podemos decir que Juanita
cogenética o evolutiva. Si los tiempos lógicos se articulan en mirar, está estructurada como un chiste, pero un chiste ingenuo, ella aún
comprender y concluir es porque no se trata de que el individuo sea no está advertida del goce sexual del partenaire, aunque su juego está
una unidad, no hay unidad sino que el sujeto en psicoanálisis siempre afectado por la medida fálica.
implica una estructura en la que hay división. Es a causa del lenguaje El sujeto advierte el paso del tiempo, elemento subjetivo que
que el inconsciente surge como desgarro que se evidencia en el sín- tiene cadencias singulares para cada quien. La Erlebnis del tiempo
toma, desgarro del trauma que como escritura de lo real se liga a la está demarcada por las pulsaciones imaginarias en las que el antes,
temporalidad. el ahora y el después se reconocen por la diferencia que resulta de la
Freud plantea que el complejo de Edipo es una encrucijada, un efi- discontinuidad y la combinación entre ellos. No existe el antes sin el
caz acto instituyente que acarrea la prohibición del incesto e indica después que lo lee y define. Es desde el a posteriori que ubicamos el
que la represión marca un antes al que se accede por los efectos pos- instante anterior, aunque este ya esté perdido. Las cadencias y regula-
teriores. Las operaciones de la sexualidad infantil, la resignificación, ciones temporales requieren de un sujeto que esté en condiciones de
así lo demuestran. La brillante introducción de la segunda escena que leer algo en dichas pulsaciones.
resignificaque hace algo con la primera, tiempo freudiano, efecto del El infans, el bebé, organiza junto y a través del Otro la alternancia
apres-coup, hace del pasado una anterioridad lógica que le permite y la discontinuidad en medio ..La lengua materna y los cuidados que
diferenciar la repetición del recuerdo. aquel requiere -la alimentación, el tiempo de sueño y los hábitos de
¿Qué hace Freud con las dos escenas? Construye tejido psíquico, higiene- marcan los cortes y quiebres que hacen diferencias en lo real.
realidad psíquica. Para el psicoanálisis el trauma no es el suceso sino su La sucesión y la sincronía son ajenas a lo real, es a través de las caden-
inscripción, al menos su intento; no es el shock postraumático, como cias, de las modulaciones del Otro y de los otros que el bebé adquiere
dicen los conductistas o los cognitivistas, sino lo que se edifica sobre la posibilidad de esperar, de encontrar demoras frente a sus exigen-
el desgarro real, en el exceso. Lo importante es lo que se teje y se dice cias, y es por vía de la pulsión que aquellos se convierten en fuente
sobre el trauma, que en definitiva concierne a la entrada del lenguaje. de actividades erógenas y marcan a fuego las huellas que construirán,
En sus últimos seminarios, Lacan plantea que el sujeto es en acto, entre significación y sentido, la medida de las fracciones temporales.
la estructura se escribe en el acto del decir, o sea, sitúa un tiempo que Esas discontinuidades organizadas por los otros de los primeros cui-
no es propiedad de lo infantil o de lo adulto, es poco probable que dados, madre, padre o sus subrogados, son la base operatoria para
en la niñez haya anudamiento borromeo y que en la adultez haya un una lógica que no solo sea autoerótica.
nudo que articule las tres dimensiones de otro modo. La escritura, Los parientes próximos, como dice Lacan, transmiten una lengua
sintaxis, es escritura de un sujeto; aparece en el decir y es en el decir. entre otras y brindan las primeras orientaciones temporales ligadas a
Las identificaciones engendran efectos que dan lugar a las siguien- las operaciones de las identificaciones instituyentes. Sin el empalme
tes según una lógica temporal. La actividad lúdica también supone itnagirw rio-simbólico, lo real es un continuo que no tiene se ntid o
184 Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 185

alguno, un imposible lógico para el parletre. Pero la temporalidad En el Seminario XIX: ... Ou pire, el amor aparece definido a partir
aportada por la discontinuidad en los empalmes de las cuerdas borro- del objeto a: "Te mando que rechaces lo que te ofrezco[ ... ] porque no
meas, RSI, posibilita que el sujeto pueda situar el antes en el después. es eso" 2 1• Esta idea permite renovar la articulación RSI haciendo pasar
A la vez que el nudo borromeo pretende aparear tres en uno, los tres el amor por el agujero y lo real, no solo por el narcisismo.
siguen siendo al menos tres, heterogéneos y discontinuos. Lacan se dedica a transformar lo narcisístico-fusional en el amor
Para Freud, el inconsciente no reconoce la categoría temporal de que se escritura en el cuerpo y que también está afectado por la cas-
la conciencia, el inconsciente es real, el lapsus es fugaz e instantáneo. tración. El sujeto se constituye, inexorablemente, en un empalme con
Con Lacan aprendimos que el inconsciente, la unaequivocacion, l'un lo real, lo simbólico e imaginario.
bevue emerge en acto generando una brecha que se impone como ins- La teoría analítica y la práctica, siempre se dijo, no pueden diso-
tituyente al escandir lo real y configura una temporalidad subjetiva. ciarse una de la otra, y aunque la experiencia se conciba en una deter-
,1 Ahora bien, es con el ropaje que presta el fantasma que lo temporal minada dirección, no es posible prever sus resultados.
se afinca en escenas. Tiempo del amor y tiempo de revancha; tiempo La niñez es el tiempo del cuerpo en el que se evidencia la estruc-
de orar, de esperar, de matar, de construir ... tura RSI y sus enclaves de goce. Dicho de otro modo, la estructura RSI
El sujeto goza de y en su fantasma. A través suyo se conjugan las está en el efecto del decir. No se hace ni se teje secuencialmente en
series temporales, es en lo fantasmático que las escansiones delimi- los tiempos de la infancia sino por un acto de enlace, no de sucesión,
tadas por efecto de la repetición, las discontinuidades aportadas por sea esta diacrónica o sincrónica22 • Son sus efectos los que pueden
la letra y los significantes, se subjetivizan. Es decir que a su modo, el evidenciarse a lo largo de una secuencia. "La noción de inconsciente
fantasma es un ordenador temporal, razón por la cual la Erlebnis del se soporta de esto, que ese nudo, no solamente uno lo encuentra ya
tiempo se teje como Realitaatpsíquica. Tiempos en el tiempo de cada hecho, sino que uno se encuentra hecho en un otro acento del tér-
sujeto. mino: sano está hecho, uno está hecho por ese acto X por el cual el
¿Antes, durante, después de qué? Del acto en el que el lapsus sitúa nudo ya está hecho" 23 •
un uno. Del golpe, el golpe a golpe, el conteo del golpe del uno con- Los tiempos también son modales, están sostenidos en los modos
table que construye la serie, que marca una temporalidad. Del golpe de la lógica aristotélica que se escriben en lo necesario, lo posible, lo
que como nos enseñó Freud en Pegan a un niño, es atribuido al padre contingente y lo imposible. Pueden leerse entre el antes y el después,
que goza y al que se ama. Es así que fantasmáticamente se mixtura lo correspondiendo, según la lógica de modos, al cesar o no cesar, lo que
más radical y excluido del yo, el amor al padre. no cesa de escribirse, lo que cesa de no escribirse, lo que no cesa de
Por el lado de la madre, golpe a golpe, uno a uno, es también una no escribirse y lo que cesa de escribirse -estas escrituras son las que
serie discreta compatible con los primeros cuidados en los que se van circunscriben las operaciones constitutivas del sujeto en la niñez.
mechando pulsión, goce y deseo en el cuerpo erógeno del parletre; En la apertura del Seminario XXI: Les non-dupes errent, Lacan dice:
inconsciente y fantasma. "El pasado creí que había pasado".
El tiempo cronológico no es sino un efecto imaginario de la lógica ¿El pasado es una creencia, un suceso cuya raíz es imaginaria? ¿El
que gobierna las modulaciones entre el niño, los otros, el objeto y el tiempo es solo el suceso del decir y el escribir? ¿Qué lleva a Lacan a
falo, surgiendo de estos lugares efectos que se conjugan con la castra- hablar sobre la temporalidad en un seminario en el que introduce el
ción. El tiempo se palpa, se toca, se consume, se pierde. Los tiempos nudo borroneo? ¿Por qué habla del niño, que en sí mismo evoca la tem-
gramaticales de la pulsión -activo, reflexivo y pasivo-, que son uno de poralidad, si hubiese podido decir "el sujeto", "el neurótico", etcétera?
los vectores de la temporalidad, pueden verificarse y manifestarse en
relación con la posición sexual, la castración y la investidura de objeto.
21. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XIX: ... O peor, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2012,
El sujeto surge entre la letra, el cuerpo y los significantes; no es p. 80.
sin el Otro del lenguaje y sin el objeto a que como causa eslabona los . La pregunta por la diacronía ylasiri.cronía de la estructura que importamos de la !in·
nombres del padre. El inconsciente es a-temporal, eso nos enseñó KfHntlcuno su siltín en In estructura borro mea (Liliana Donzis: "Final del juogo, in ldo
Freud, y tiene su matriz en el objeto a. !'11 rl ll lliln", l' ll}llgar. rlllmíar, I'Sfl'íbir, !lomo Su picn s edi ciones, H tl ~ Hri u, 1~1 !)11) .
' 1 hu ' 11' "~ 1•H 1111 f l/ .'ir•n lfnrll fll, 1,1/Ho XXII · 1/81, c l n ~e d PI 1!' dt' nbrll dt1 1Ll / '• , l ~t ntl l l n
186
Liliana Donzis Niños y púberes. La dirección de la cura 187

Retoma los redondeles de cuerda -que ya había mencionado en El viaje no supone ninguna ruta predeterminada por el desarrollo
dos de sus seminarios anteriores, Seminario XIX: ...Ou pire y Semi- ni está enteramente gobernado por los padres; la contingencia pro-
nario XX: Encare-, para poner en cuestión el espacio y el tiempo. Las duce un cesar de no escribirse.
cuerdas de hilo, las hilachas RSI, introducen un nuevo more geomé- "La idea de génesis, de desarrollo, como se dice, de algo que sería
trico, un nuevo punto de vista tanto en la geometría euclidiana como no sé qué norma, gracias a la cual un ser que no se especifica sino
en la noción del tiempo freudiano. pór ser hablante, en todo lo que tiene que ver con sus afectos estaría
Ya desde las primeras líneas de este escrito sugerí que no hay psi- gobernado, justamente, por no sé qué, que cualquiera sea incapaz de
cogénesis sino operaciones asentadas en las identificaciones y en definir, que se llama el desarrollo. Y para lo cual, queriendo reducir
la transmisión del Nombre del Padre. Lacan vuelve sobre esto en el el análisis al desarrollo, se falta, se comete el error completo, el error
Seminario XXI: Les non-dupes errent y habla del deseo de la madre, radical en cuanto a lo que tiene que ver con el hecho de que yo descu-
del Nombre del Padre, de la red estructural que transmiten los padres bro el inconsciente. Si Freud nos dice allí algo es, sin ambigüedad en
y de la incidencia de los abuelos en la transmisión. Insiste en que el el último parágrafo de la Traumdeutung. ¿Und der Wert des Traumes
Nombre del Padre lo transmite la madre: "Basta que ella diga no para für die Kenntnis der Zukunft? Freud dice que el deseo es indestructible
introducir la negación y el no m, nombre". desde el principio al fin 25 . "
El desafío de la herejía, RSI, heresie, también sacude las teorizacio- Nacimiento, estructura, muerte; ni desarrollo ni secuencia de
nes freudianas. El nudo borromeo habilita un pasaje a otro espacio, tiempos que estén al inicio o mitad de la partida.
uno en el que el andar marca un itinerario. El viaje del viajero, Viator, Es difícil no hacer de la vida una vida en cuerpo, encorp, a partir de
es el movimiento que se asocia al cuerpo como espacio del tiempo. las identificaciones que lo caractericen. Es difícil no hablar del resto
Entre la vida y la muerte, Lacan escribe la estructura y dice que la cuando el cuerpo ya no tiene vida, un desecho que en vida cobró vida
vida no es el viaje a secas, errer, andar, itinerare. gracias a la palabra y al goce 26 •
Nos dice que hay tres dimensiones del espacio habitado por el par- El tiempo de la vida y en la vida concierne a lo imaginario que toma
letre -parler, etre, lettre, hablar, ser, letra. El parletre habita el espa- cuerpo. El goce del cuerpo anima, hace bien, como el trabajo que el
cio de tres dit-mansiones, de tres dicho- mansiones cuyos puntos se goce introduce en el cuerpo, cuyo sentido imaginario se abre en !alen-
determinan por el enlace, el calce, el empalme de los tres redondeles gua y se denomina sentimiento. Sentido, sentimiento que no es sexual
de hilo. No es en absoluto como las coordenadas cartesianas que pre- sino que sustituye a lo sexual que falta, !alengua es respecto del goce
sentó en un cuadro de triple entrada en el seminario del 54-55. Él dice: fálico una brizna de goce.
"[ ... ]no es porque hay tres, no se vayan a equivocar. Las coordenadas RSI es la escritura de la estructura, el nudo que se hace bien en
cartesianas corresponden a la vieja geometría. Es porque ... se trata de acto, no en tiempo. No es de lo real sino en lo real de la transferencia.
un espacio, el mío, tal como lo defino por esas tres dimensiones, se El niño en análisis pone a prueba el tejido del nudo, su estructura, y
trata de un espacio cuyos puntos se determinan de muy otra manera". el analista puede ser testigo de alguna puntada. Esta es una hipótesis
"Hace falta tres de ellos [... ] para determinar un punto. [Hace falta que vale la pena seguir reinterrogando en la experiencia clínica.
pensar esta geometría] operar con el espacio, con el espacio que La estructura del parletre es, desde el principio al fin, lo que está
habitamos realmente ... si el inconsciente existe. [El espacio que nos soportado por el cuerpo y por las letras. La estructura es un acto, el
importa es el del parletre, es el RSI] "24 • sujeto es en acto. La frase de Lacan "el niño está hecho para tejer su
Agrega que para todo lo que tiene que ver con la vida y con la muerte nudo", no concierne al tiempo, el niño es fruto de una contingencia
hay una imaginación que no pueden soportar aquellos que, de la que inicia una escritura con sonido e imagen. El parletre es el nudo
estructura, se quieren no incautos, non dupes, aquellos que "creen que tejido en acto, nudo no observable más que en los efectos y en acon-
su vida no es más que un viaje, esto es del orden de lo imaginario". tecimientos posteriores que nos permiten pensar que algo se escribió

5. lúlrlem.
24. Jacques Lacan: El Seminario, Libro XXI: XXI: Les non-dupes en·ent, clase del 13 do '\G. 1\n In lenr:un inr,lenn hr1y dos palabra ~: liody, pllrn ol cu('rpn ro n vkln, y cot P·" ' ptu ,¡
noviembre de 1973, inédito. ••l t'llthlví'·l
188 Liliana Donzis

en la superficie del cuerpo y en la lengua. RSI, goces, cuerpo y síntoma


se enlazan en acto. Índice
Según mi criterio, la niñez es el tiempo del acto en el que no se
prescinde del padre. En trasferencia, el niño pone de relieve que la
[alengua se articula con el discurso creando retoños mientras pro-
duce diferencias, líneas de fuga y novaciones. -
Los lazos de vida y muerte con padres y hermanos se enredan en
nuestras palabras y en nuestros actos. En muchas ocasiones, son los
ingredientes de la pasta con la que se amasan los análisis y con la que
opera el sujeto para producir diferencias en sus historias de familia.
El niño no prescinde del padre, este es necesario, es Jo que teje
e hila. El niño está hecho para tejer su nudo y el padre no es ajeno
al inconsciente, al lapsus. En el viaje de la vida es Viator, viajero del Agradecimientos ............................... .... ...................................... .... .... ... 9
inconsciente que primero aprehende el nudo y luego el mundo.
Prólogo ........... ....................................................................................... ll

Capítulo l. Nuevos aportes sobre el juego


El juego del analista. Una introducción ............................................. 13
El niño está hecho para tejer y jugar su nudo .................................... 16
Leer y escribir .........................................................................-.............. 23
Clínica del dibujo ................................................................................. 25
Transferencia en juego ............................. ............................................ 27

Capítulo 2. El niño y sus padres


La constitución del sujeto y la organización del yo ........................... 35
La significación del gesto en el rostro de la madre ............................ 37
El deseo de la madre y la ficción del origen ....................................... 43
Mateo, la imagen entre el sonido y la palabra ................................... 45
El chorlito y el cocodrilo. Deseo y goce .............................................. 51
El no todo de la madre ......................................................................... 57
El fantasma materno ............................................................................ 61
El niño es todo movimiento. El movimiento es la ley de la niñez .... 68

Capítulo 3. Clínica de la pulsión en la niñez


Pulsión y goce ....................................................................................... 73 1
1
Amor y goce. Eros y Tánatos ................................................................ 75 .fl
'1
Pulsión, inhibición, negación .............................................................. 76
Diagnósticos: hiperactividad y déficit de atención ......... .................. 81
Nota sobre el fantasma ........................................................................ 82
Clínica de la pulsión ........................................................ ..................... 83
La verdad no tie ne remedio.- .. ............. .... .. .. . ~JI
llipcrac lividad . Si n dcmorn ni cspcrn .................................... .. l)'l
190 Liliana Donzis

La hiperactividad, una conjetura problemática


del fantasma materno 96
¿Qué-ma? ¿Qué querés, mamá? ............................ ............................... 99
Pasión por el cuerpo niño .............................................. ........... .- ........ 105
El cuerpo niño ..................................................................................... 109
Pervensión y pedofilia ............................................. ........................ ... 110
Indiferencia, abandono, silencio -- ___________ ....................... ...... 111

Capítulo 4. El campo del sentido y sus problemas


A propósito del trastorno de Asperger. ............... ......................... ..... 115
Una propueta psicoanalítica ............................................................. 121
La identificación especular ................................................................ 122
A propósito de la voz y lo sonoro ...................................................... 128
A propósito de lo simbólico, el significante y la letra ...................... 129
La dirección de la cura ....................................................................... 132
Locuras infantiles, TGD y autismo .................................................... l35
¿Locuras o psicosis? ............................................................................ 141
Pablo, ¿un niño autista? ---- ----- ----·············· ········· 143

Capítulo 5. Cuerpo. Síntoma. Goces


Escrituras del síntoma ...... ............... ................................................... 147
Amor, deseo y goce ............................................................................. 150
Fabián, historia de un amor ............................................................. 153
Hija/madre. Niña/mujer. Una niña entre otras,
tiempo estructural .............................................................................. 156
La latencia como paso estructurante ......... ........................... ..... ....... 157
De una hija que quiere ser mujer ...................................................... 158

Capítulo 6. Algo sobre la estructura


El estructuralismo en Lacan ............................................ .................. 163
Estructura ytiempo .. ................ ......................................... ................. 171
Tiempos ins"dtuyentes ...... ................................................ .................. 180
El malestar en la cultura actual no es ajeno a las preguntas que se for-
mulan en la consulta clínica. ¿Pero cómo trabaja un psicoanalista
ante los denominados problemas de atención, aprendizaje, hiperac-
tividad, autismo, Asperger y sus variantes? Ante la inhibición, ¿el sín-
toma y la angustia cuando de niños y púberes se trata?
No solo es menester esclarecer las dificultades que comportan las eti-
quetas diagnósticas en la vida de un niño, que a su vez taponan la
resolución del padecimiento, sino que además se constata que los
diagnósticos centrados en la sumatoria de signos no t ienen en cuen-
ta la singularidad del niño y su familia, quedando expuestos a la so-
bremedicación, no siempre necesaria, que al mismo tiempo sofoca la
chance de viabilizar, entre cuerpo y lenguaje, las vicisitudes de la or-
ganización pulsional, situación que va en detrimento de una verda-
dera y posible transformación del sufrimiento que está en juego.
A lo largo de estas páginas, el lector va a encontrar, desde la perspec-
tiva psicoanalítica, un desarrollo acerca de la hiperactividad como
respuesta y manifestación clínica de la pulsión; un abordaje sobre el
denominado trastorno de Asperger, desentrañado desde el campo
de la inhibición y el sentido y, asimismo, de otros padecimientos de la
infancia que conciernen a déficit en la constitución de la imagen y la
consistencia del cuerpo.
En el abanico que se abre entre síntoma, cuerpo y goces, el libro
. avanza desde el fantasma materno y sus consecuencias en la clínica
con pacientes graves, a aquellos en los que reina la respuesta del su-
jeto. Pone a cielo abierto los hechos de lenguaje, el juego y el dibujo
como soportes materiales de las asociaciones del niño.
El niño está hecho para tejer su nudo y el analista tiene la ocasión de
dar testimonio de un paso, pasaje, de saber en lo real.

ISBN 978-950-892-435-3

l. Lugar
~Editorial 9 789508 9243 53

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