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Bullying: El problema se origina en

casa
La falta de normas en casa y la excesiva tolerancia de los padres de conductas
inadecuadas en el niño y en el adolescente, también contribuyen al origen del
bullying.

Existen recuerdos que algunos niños y adolescentes quisieran olvidar para siempre,
pero es imposible. Y es que, el daño causado en ellos, los ha marcado tanto, a tal
punto, de no solo dejar heridas físicas, sino sobre todo heridas en el alma.

El bullying es la práctica de intimidación más severa en los niños y adolescentes,


que incita problemas emocionales en las víctimas y, en casos extremos, pueden
traer desenlaces fatales.

Cada día se incrementan más casos de bullying en las escuelas, dejando padres
preocupados y menores con graves traumas, que con el tiempo, se convierte en
depresión y pueden llegar hasta el suicidio. Pero, ¿cómo y dónde se origina este
problema?

“El hecho de que un niño acose y agreda a otros implica muchos factores de
por medio, pero el principal es el hogar. Si en la casa existe un ambiente hostil,
no hay reglas definidas ni respeto y tanto padres como hijos se agreden física y
psicológicamente, los niños crecen comprendiendo a la violencia como algo común
en sus vidas”, , Nancy Sánchez, psicóloga del Centro de Atención Integral para
Adolescentes y Jóvenes (SISOL Jóvenes).

El agresor, antes de causar violencia a los demás, ha sido violentado por su propia
familia, según indicó la especialista.

“El niño que agrede a sus compañeros ha sido agredido antes en casa. La
ausencia de los padres, el descontrol y los castigos físicos son parte del ciclo
de violencia por la que pasa el escolar y todo este maltrato familiar lo proyecta
en las relaciones con sus amigos. Si en el hogar nadie lo escucha, el agresor
busca llenar esa carencia ¿cómo? obligando a sus compañeros a estar bajo su
dominio y si no lo hace, reproduce el maltrato, que alguna vez recibió”.

La falta de normas en casa y la excesiva tolerancia de los padres de conductas


inadecuadas en el niño y en el adolescente, también contribuyen al origen del
bullying. Estas dos características dejan al menor que haga lo que quiera, en el
momento que quiera, sin ningún límite.

PROBLEMAS EN EL AULA:

En el colegio el bullying se presenta como un desequilibrio de poder entre algunos


niños y adolescentes que son más populares, más fuertes o tienen mayor
reconocimiento entre sus amigos, a diferencia de otros que son tímidos, débiles y
poco sociables.

“El agresor siempre busca al más frágil, al enfermizo, al cohibido porque


puede ejercer total dominancia sobre él y eso alimenta su ego. Sentirse
“respetado” y temido en el colegio lo lleva a creer que por fin es importante”,
dijo.

Para la especialista en niños y adolescentes, la falta de sensibilidad es la


característica más importante que define al agresor.

“El escolar que humilla y golpea a un compañero goza con su sufrimiento y, por lo
general, no tiene sentimiento de culpa de sus actos, porque quiere que los demás
sufran cómo él alguna vez sufrió. Va formando una personalidad psicopática
(trastorno antisocial)”, indicó.

SIGNOS DE BULLYING:

Cuando un menor de edad es víctima de bullying, hay una serie de signos a los
cuales los padres de familia deben estar alertas:

• No quiere ir al colegio: Inventa excusas y hasta se hace pasar por enfermo


para evitar las agresiones de sus compañeros.

• Pierde sus útiles: Los libros, cuadernos o mochilas que utiliza el escolar,
aparecen de un momento a otro, rotos o repentinamente se pierden.

• Pérdida de peso: El niño / adolescente ya no quiere comer, pierde el apetito y


hasta sus platos favoritos los rechaza porque no tiene ánimo.

• Insomnio: Al menor le es difícil conciliar el sueño o solo duerme algunas horas.


Puede llegar a tener pesadillas. Está nervioso.

• Bajan sus calificaciones: No presta atención en las clases, no hace las tareas,
ni trabajos en grupo. Pierde el interés por aprender.

• Se vuelve antisocial: No quiere salir con sus amigos ni con la familia. No habla
mucho.
RECOMENDACIONES:

Lo importante para proteger a los niños es poder enfrentar la situación sin afectar
más su integridad.

“Como primer paso es recomendable averiguar en el colegio con los profesores.


Esto además les sirve a ellos para estar atentos a cualquier situación que pueda
desembocar en maltrato”, explica la experta.

Después, para hablar con los niños afectados, lo mejor es tomar una perspectiva y
enfrentar el problema de manera frontal.

“Una buena estrategia es contarles una historia desde uno mismo, contarle
que pasó por una situación similar, y preguntarles si conocen a alguien que
haya pasado por algo parecido. De esta forma, los niños estarán más relajados
para conversar abiertamente el tema. Lo contrario sucede si los padres son muy
directos y los interrogan, pues esto sólo los inhibe”, recomienda la psicóloga.

Para detener el maltrato, es necesario revelar la situación a las autoridades del


colegio, partiendo desde el profesor hasta directores. Son ellos los que deben
tomar acciones para romper los ciclos de maltrato.

Las cicatrices que deja el "bullying"


entre hermanos
SaludBBC Mundo

 8 septiembre 2014
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Derechos de autor de la imagenTHINKSTOCKImage captionLa mayoría de los niños dijeron que el
bullying empezó cuando tenían 8 años.

Ser intimidado regularmente por un hermano podría poner a los niños en riesgo de
depresión cuando son mayores, según un estudio dirigido por la Universidad de Oxford en
Reino Unido.

Investigadores de las Universidades de Oxford, Warwick y Bristol y el University College de


Londres enviaron cuestionarios a miles de familias con niños menores de 12 años entre 2003 y
2004. Seis años más tarde contactaron de nuevo con ellos para evaluar su salud mental.

Si los niños tenían hermanos se les preguntó si eran intimidados por estos. En concreto, el
cuestionario decía: "Esto significa que cuando un hermano o una hermana intenta enfadarte
diciendo cosas desagradables e hirientes, o completamente te ignora de su grupo de amigos, te
golpea, da patadas, empujones, dice mentiras sobre o inventa falsos rumores acerca de ti".

Investigaciones anteriores han sugerido que las víctimas de acoso escolar entre iguales pueden ser
más susceptibles a la depresión, la ansiedad y las autolesiones.

Este estudio es el primero en examinar si la intimidación por parte de hermanos o hermanas en la


infancia provocan los mismos problemas psiquiátricos en la edad adulta temprana.

Al conocerse los resultados, una organización caritativa dijo que los padres deben hacer frente a la
rivalidad entre hermanos antes de que aumente.

"Dos veces más probable"

La mayoría de los 7.000 niños consultados dijeron que no habían experimentado intimidación. De
éstos, a los 18 años, 6,4% tenían síntomas de depresión, del 9,3% experimentaban ansiedad y el
7,6% se había autolesionado en el año anterior.
Derechos de autor de la
imagenTHINKSTOCKImage captionEn promedio, las víctimas dijeron que la intimidación entre
hermanos había comenzado a la edad de ocho años

El estudio halló que los 786 niños que dijeron que habían sido intimidados por un hermano varias
veces por semana eran dos veces más propensos a tener depresión, autolesionarse y sufrir
ansiedad.

En este grupo, la depresión se manifestó en un 12,3%, las autolesiones en un 14%, y el 16% de


ellos informó de ansiedad.

Las niñas fueron ligeramente más propensas a ser víctimas de "bullying" entre hermanos que los
niños, especialmente en las familias donde había tres o más hijos.

Los hermanos mayores resultaron a menudo ser los responsables.

En promedio, las víctimas dijeron que la intimidación entre hermanos había comenzado a la edad
de ocho años, según el estudio.

Más que burlas

La autora principal del estudio, Lucy Bowes, del departamento de política social e intervención en
la Universidad de Oxford, dijo que aunque no podían decir que la intimidación fue lo que causó la
depresión, el resultado fue significativo.
Los padres que están preocupados por este tema deben hablar con sus hijos tan
pronto como sea posible antes de que el problema se intensifiqueEmma Jane Cross,
Beatbullying

"Tenemos que cambiar nuestro enfoque sobre esto. Si esta situación se produjera en un entorno
escolar, habría repercusiones", dice.

"Se puede estar causando daño a largo plazo. Tenemos que investigar más, pero también
necesitamos padres que escuchen a sus hijos", añadió.

Y agregó: "No estamos hablando de la clase de bromas que a menudo se da en las familias, sino
incidentes que ocurren varias veces por semana, en los que las víctimas son ignoradas por sus
hermanos o hermanas, o son objeto de violencia verbal o física".

Emma Jane Cross, de la organización caritativa para la prevención de la intimidación, Beatbullying,


dijo: "Ser acosado de niño puede tener un efecto devastador que dura toda la vida. Los padres que
están preocupados por este tema deben hablar con sus hijos tan pronto como sea posible antes de
que el problema se intensifique".
"Es importante hacer frente a los problemas subyacentes detrás del "bullying" más frecuente en
lugar de descartarla como rivalidad normal entre hermanos".

El agresor o acosador

El perfil tipo del agresor o acosador responde a las siguientes características:

 Personalidad irritable y agresiva.


 Bajo autocontrol.
 Ausencia de empatía.
 Tendencia a las conductas violentas y amenazantes.
 Impulsivo.
 Su rendimiento académico suele ser bajo. En ocasiones es algo mayor que el resto
de la clase por haber repetido uno o varios cursos.
 Su comportamiento en el aula se caracteriza por las salidas de tono, las bromas
fuera de lugar e incluso actitudes desafiantes frente a profesores y compañeros.
 Es posible que pertenezca a una familia desestructurada, con antecedentes de
violencia doméstica.
 Físicamente fuerte.
 Asume el rol de líder ante un grupo de alumnos de características psicológicas
parecidas o que buscan reconocimiento e integración en el grupo.

La víctima

Aunque algunos estudios identifican una serie de características psicológicas o de


actitud y comportamiento comunes en las víctimas de bullying, lo cierto es que
constituyen un grupo tan variado y heterogéneoque por desgracia cualquier
alumno puede convertirse en blanco de las burlas de un grupo de agresores,
muchas veces sin otro motivo que el puro azar. No obstante, existen
algunos factores que multiplican las posibilidades de sufrir acoso:

 Sufrir alguna discapacidad física o psíquica.


 Tener algún tipo de trastorno del aprendizaje, especialmente los problemas
relacionados con el lenguaje oral porque son muy evidentes y fácil objeto de burlas.
 Haber padecido acoso escolar con anterioridad.
 Pertenecer a un grupo étnico, religioso, cultural o de orientación sexual minoritario.

Un vez ha comenzado el acoso, tener una personalidad introvertida o


reservada o una mala comunicación con padres o profesores dificulta que los
chicos denuncien las situaciones a tiempo, con el consiguiente peligro de que el
acoso vaya más, agravándose sus consecuencias y complicando su resolución.
Los observadores

Probablemente es el grupo con un perfil menos definido. Se trata del grupo de


compañeros que colaboran con el acoso y en gran medida lo hacen posible por no
denunciarlo a padres o profesores. Su actitud puede ser de colaboración, jaleando
las acciones e incluso grabándolas con las cámaras de los móviles. Pero incluso si
se limitan a no hacer nada, su actitud pasiva refuerza la conducta de los
agresores, pues no deja de ser una forma de aprobación. En ocasiones, actúan de
esta forma por miedo a convertirse en las próximas víctimas si salen en su
defensa o lo ponen en conocimiento de algún adulto, o bien porque creen que
tomando esta actitud les será más fácil integrarse con el resto de la clase.

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