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la forma masculina del determinante ante sustantivo femfnino o el nacimiento del artículo como nueva clase de determinante),
que comienza por /a/ tónica, inicialmente limitada al artículo pero las categorías primarias y secundarias siguen siendo las mis­
el (en realidad femenino, como veremos) y extendida después a mas.
un - algún y en los últimos años, a pesar de su incorrección, a los Es posible afirmar, por tanto, que el romance castellano pre­
demostrativos; los fenómenos de leísmo, laísmo y loísmo; el com­ senta continuidad respecto al latín en cuanto al tipo de lengua,
plejo sistema de fórmulas de tratamiento, cuya geografía del tú pero con unas transformaciones suficientemente importantes
frel)te al vos o la supervivencia de vosotros frente a ustedes vienen como para que pueda hablase de dos lenguas distintas y no de dos
gestándose desde finales de la Edad Media. estadios de una misma lengua. Y es que la estructura gramatical es
el núcleo más propio y caracterizador de una lengua, por lo que
las divergencias morfosintácticas que separan al castellano del la­
4.1. EL CAMBIO MORFOLÓGICO Y EL CAMBIO SINTÁCTICO tín son más trascendentales que los cambios fonéticos operados
o los préstamos al castellano tomados de otras lenguas distintas a
Desde la perspectiva histórica, los límites entre la morfología la latina (Cano Aguilar 1988: 113). Por el contrario, los cambios
gramaticales producidos entre el castellano de los orígenes y el
(estudio de la forma y la función de las palabras) y la sintaxis (es­
español actual, tanto de España como de América, son de natura­
t)¿ldio de las combinaciones de palabras y las relaciones que entre
leza más superficial y, en consecuencia, podemos seguir hablando
ellas se estable�en) · son difíciles de trazar, pues lo que en un mo­ de ,la unidad del idioma español.
mento puede ser expresado mediante mecanismos morfológicos, A pesar de la estrecha interrelación de morfología y sintaxis y
deS.pués puede manifestarse mediante procedimientos sintácticos. de la conveniencia de estudiarlas conjuntamente, son dos niveles
El camino inverso, aunque posible, es menos frecuente, ya que lo de análisis diferenciados, en los que las transformaciones suceden
habÍtual es, el paso de una lengua sintética (abundancia de morfe­ de manera distinta y por la intervención de factores diferentes.
mas ligados) a otra analítica (predominio de palabras invariables El cambio morfológico suele ser el resultado de los cambios
y de elementos de relación). fonético-fonológicos vistos en capítulos anteriores y de la analo­
Así ocurrió con el castellano respecto al latín. Por ejemplo, el gía, que explica la mayor parte de los casos de incumplimiento de
latín contaba con un sistema de seis casos, morfemas desinencia­ las leyes fonéticas. Esto es así porque las categorías gramaticales
les que expresaban la función que el sustantivo realizaba dentro no son sino series o paradigmas con unas determinadas caracte-\.
de la oración. Este sistema casual, que ya hacía un uso frecuente rísticas formales, funcionales y semánticas, por lo que se espera
de preposiciones con el acusativo y el ablativo para concretar su que todas las palabras pertenecientes a cada categoría se ajusten
valor, desapareció en romance a favor de una única forma para el a dichos rasgos. En consecuencia, cuando la forma de una pala­
sustantivo, cuya función sintáctica se indicaba exclusivamente me­ bra hace que resulte anómala dentro de su clase, es probable que
diante preposiciones. La clara tendencia del castellano a lo ana­ actúen sobre ella los mecanismos de la analogía para lograr que
lítico se aprecia asi_mismo en la creación en el paradigma verbal encaje mejor. Las probabilidades del ajuste analógico son mayores
de formas compuestas, en la construcción pasiva o en el amplio cu_anto más concreto o reglado es el paradigma, como es el caso
desarrollo de perífrasis verbales. del verbal,_en el que es muy frecuente que las inconsecuencias en
Aun así, estos cambi_os no son tan radicales como podría supo­ la t::volución fonética obedezcan a la intención de los hablantes de
nerse, pues se trata de sustituciones de unos recursos por otros, mantener la similitud entre las formas, similitud que los cambios
sin que la información gr<!matical se vea mermada. Sí ha habido_ fonéticos regulares podrían desdibujar. Con frecuencia, incluso,
réducciones y ampliaciones dentro de una categoría (por ejem­ se crean nuevas unidades sobre modelos preexistentes, como ten­
plo, la desaparición del género neutro en sustantivos y adjetivos dremos 09asión de ver a lo largo de los dos capítulos dedicados
a la morfosintaxis. Esta aplicación o extensión excesiva de una
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regla es, asimismo, el mecanismo más habitual tanto ~n los niños final, que hará que en muchos casos confluya el acusativo singular
que están aprendiendo a hablar, como en los aprendices de una con el nominativo o el ablativo; la desaparición de la cantidad vo-
lengua extranjera. ·· · cálica (que, por ejemplo, en la 1ª declinación permitía diferenciar
En cuanto a la sintaxis diacrónica, su estudio está.menos de- el ablativo, en -A, del nominativo y vocativo, en -A); y la confusión
sarrollado que el d~ la morfología y_el de la ~o~~tica) La gra~á- en posición final entre vocales velares (u, O) y entre palatales (1,
tica tradicional apenas ha dado cabida al anahsis de la oracion E). Por otra parte, la 4ª declinación contaba con pocos sustantivos
compuesta, y mucho menos al del te_x~o,si bien e_n las últimas y sus terminaciones del masculino y el neutro eran muy seme-
décadas el avance en los modelos teoncos gramaticales y en el jan tes a las de los masculinos de la 2ª, lo que favoreció su asimi-
análisis textual y discursivo está aplicándose también_a los estudio~ lación a ésta. De la misma manera, eran pocos los sustantivos de
de sincronías pretéritas. Otra disciplina lingüísti~ reciente que e~ta la 5ª declinación, y muchos cambiaron su vocal temática E por A,
contribuyendo conside _rablemente a la renovacion de los estu~10_s pasando a formar parte de la 1ª declinación (por ejemplo, DIE >
de sintaxis histórica es la pragmática. El resultado es que en los ulu- *DIA >día).
mos años asistimos a la producción de una ingente bibliografia que, Para muchos estudiosos, los cambios fonológicos señalados
no obstante, no agota el objeto de estudio 1• condujeron a la máxima indistinción casual y a la necesidad de
anteponer preposiciones para marcar la función de la palabra.
Para otros, los sincretismos desinenciales que se daban ya en el
4.2. EL SUSTANTIVO latín clásico favorecieron el progresivo empleo de preposiciones,
lo que hizo que las terminaciones se convirtieran en redundantes
4.2.1. El casoy el número y no se resistieran a los cambios fonológicos. En cualquier caso,
lo cierto es que el sistema casual fue finalmente sustituido por un
En latín, el sustantivo estaba formado por un lexema, que lle- sistema de preposiciones.
vaba implícita la información sobre el género, más un_ ~o~fe~a En cuanto a la forma que se tomó como base para la evolución
gramatical que informaba sobre el caso-est? es, la func1on s11?tac- de las palabras en su paso al romance, tradicionalmente se ha afir-
tica- y el "número. Estos mo~femas g~am~ucales eran las desinen- mado que fue el acusativo, lo cual es razonable desde el punto de
cias, que se agrupaban. en cn1;co declznacz_ones,cada_ una f~rmad~ vista fonético para la inmensa mayoría de las palabras del castella-
por seis casos: nominativo (sujeto), vocativo, acus_at1vo(~bJet? d~- no, pero puede no serlo tanto desde la perspectiva sintáctica, pues
recto), genitivo (complemento del nombre), dativo (objeto mdi- no se justifica bien que se elija el objeto directo para desempe-
recto) y ablativo (complemento circunst~ncial), a los que corres- ñar todas las funciones. Hay investigadores que defienden la exis-
pondían terminaciones di~tintas par~ el ~mgular y p~r~ e\ plural. tencia en latín vulgar de un sistema bicasual, con diferenciación
No obstante, varias de estas termmaciones comcidian , no ha- numérica, formado por un caso recto o nominativo, reservado
biendo más de ocho sufijos diferentes en cada declinación. Así, para la función de sujeto, y un caso oblicuo, que, ayudado por las
en muchas ocasiones la forma de la palabra no era suficiente para preposiciones, servía para todas las funciones restantes. Estos dos
conocer el caso y el número del sustantivo, sincretismo que fue casos acabaron por confluir en una única forma por efecto de la
mucho mayor como efecto de los cambios fonéti_co-~onológicos oivelación analógica, con lo que la oposición se redujo en la Ro-
que se sucedieron en el latín tardío y vulgar: la perdida de la -M manía occidental al singular frente al plural3. De lo que no cabe
duda es de que la -s característica del plural tiene su origen en la
1 La obra dirigida por Company (2006), Sintaxis histárica de la lengua española, constituye

el primer estudio completo y sistemático sobre esta materia ; hasta el momento han apare- terminación propia de los acusativos plurales de la 1ª, 2ª y 4ª decli-
cido los dos primeros volúmenes. nación, morfema que también sería el adoptado para el plural del
2 Así, en la 1•declinación-A (ROSA)servía tanto para el nominativo singular como para caso oblicuo y de la mayoría de las formas del caso recto.
el vocativo singular; -AE (ROSAE)era la forma _del genitivo singular, el dativo singular, el
3 Para un resumen completo de esta cuestión, v. Penny (1993: 116-118, 2002: 117-119).
nominativo plural y el vocativo plural. .
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A pesar de esta pérdida del sis.tema casual latino, son varios los tivos de parentesco socRus > lat. vulgar socRA > suegra y NURUS >
restos que se conservan en espaqol. Del nominativo proceden va- lat. vulgar NORA > nuera". Es excepción el femenino mano< MANUS
rios nombres propios, comó Carlos< CAROLUS, Dios< DEUS,jesús < (fem.), que se ha mantenido sin alteración de género ni termina-
IHESüs o Marcos< MARCUS. El genitivo se conserva en la forma de ción 6. Por su parte, los masculinos latinos en -A vacilaron durante
los nombres de los'días de fa semana: (DIES) MARTIS 'día de Marte' toda la Edad Media entre el masculino y el femenino, aunque
> martes, (DIES) JOVIS 'día de Júpiter'> jueves, (DIES) VENERIS 'día con preferencia clara por el femenino. No obstante, finalmente se
de Venus' > viernes (lunes< LüNAE y miércoles< MERCURII añaden la impuso el género etimológico, como se aprecia, por ejemplo, en
-s por analogía con los anteriores). Finalmente, algunos ablativos los actuales masculinos en -a procedentes de los neutros griegos
dieron lugar a adverbios: como HAC HORA 'en esta hora' > agora> ( clima, tema, planeta, profeta). Es excepción DlES > lat. vulgar *DIA >
ahora, Hóc ANNO .' en este año' > ogaño > hogaño, Loco 'en el momen- día, considerado siempre masculino.
to' > esp. med. y el. luego 'inr1ediatamente'. En cuanto a los n~.útros, pronto se repartieron entre los dos
géneros predominantes, y así, los de la 2ª y 4ª declinación, que
tenían el tema en -u-, se asimilaron con gran facilidad a los mascu-
4.2.2. El género linos. En plural, la -A característica del nominativo y el acusativo
de los neutros se eliminó a favor del analógico -os, y los casos que
El género en latín podía ser masculino, femenino o neutro, sobrevivieron (alguno aún con sentido colectivo) pasaron a consi-
reducido en castellano a los dos primeros tras un proceso por el derarse femeninos singulares:
cual los sustantivos neutros se distribuyeron entre los otros dos ARMA> arma
géneros. FOLIA> hoja
Esta pérdida se debió a la propia ausencia de desinencias es- LIGNA > leña
pecíficas para cada uno de los tres géneros, que conllevaba la fal- OPERA> obra
ta de particularidad o especificidad formal de los mismos. Aun OVA> hueva
así, algunas declinaciones mostraban mayoría de sustantivos de PIGNORA > prenda
un determinado género, por lo que se acabó estableciendo una VOTA> boda
asociación entre el género preponderante y la desinencia: ése fue Bastante más caótica es la situación de los sustantivos termi-
el caso de los nombres de la 1ª declinación, que presentaban -A nados en -e o en consonante en español y procedentes de las de-
en el nominativo y que solían ser femeninos, mientras que los clinaciones 3ª y 5ª, pues fueron muy numerosas las vacilaciones
de la 2ª y 4ª declinación, que hacían el nominativo en -us, eran entre femenino y masculino, y los neutros se decantaron por uno
mayoritariamente masculinos, por lo que -A se asoció al género u otro género sin una distribución clara. Varios sustantivos que en
femenino y -u (> -o) al masculino. Además, los adjetivos de tres la actualidad son masculinos fueron preferentemente femeninos
terminaciones hacían el masculino en -us, el femenino en -A y en la Edad Media, como lo habían sido en latín ( amor, árbol, ho-
el neutro en -UM, lo que contribuyó a afianzar esa relación entre nor, origen, valle). Hoy en día siguen siendo ambiguos en cuanto
desinencia y género. . al género, con un reparto entre el masculino y el femenino que
Los pocos femeninos en -us se interpretaron como masculi-
nos, como es el caso de varios nombres de árboles (PINUS > pino,
ULMUS > olmo) 4 o cambiaron su terminación, como en los sustan-
5
4
El diptongo se explica por analogía con suegra.
Es muy frecuente recurrir a la distinción de género para diferenciar el árbol del fruto,
6
adjudicando el femenino al nombre del fruto y el masculino al del árbol (cereza/ cerezo, También los catalanismos nao< NAVE y seo< SEDE, así como otros femeninos actuales
ciruela / ciruelo, manzana / manzano, pera / peral, nuez / nogal); lo contrario sucede con higo en -o resultantes del acortamiento de la palabra, como moto( cicleta) o foto(grafía), o de la
(fruto) / higuera (árbol).' metonimia: ( chica) modelo.
1 -
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depende de diversos factores en cada caso 7, los sustantivos arte", Esta tendencia se manifiesta con gran fuerza en el español ac-
azúcaf!, marº, calor-1 y color 2 • . •· • •, • tual y se ve favorecida por la reciente incorporación de la mujer a
Esta confusión con el masculmo se extend10 ensegmda a los ámbitos laborales antes reservados a los hombres:
neutros de la 3ª declinación, confluyendo todos en la oposición -o
jefe> jefa
para el singular y -o5para el plural. No obstante, algunos de estos JUez > jueza
neutros, que hacían el singular en -us, se_conservaron en castella-
no medieval con la forma en -os para el smgular, pero pronto esta No obstante, es frecuente que, junto a estos femeninos, la
terminación se interpretó como plural, lo que provocó la crea- forma en -e o en consonante siga aceptándose como común en
ción regresiva de singulares: cuanto al género ( el / la jefe o el / l,ajuez), y no todos los femeni-
PECTU S > pechos (sing.) > pecho
nos analógicos en -a poseen el mismo grado de aceptación (por
TEMPUS > tiempos (sing.) > tierry,po ejemplo, *profesj_onala,*i ndustrial,a, etc.). Se mantienen comunes
CORPUS> cuerpos(sing.) > cuerpo . en cuanto al género sustantivos-muchos de ellos inicialmente ad-
OPUS> huebos (sing.) 'necesidad' (hoy desaparecido) jetivos- tan frecuentes como el/ la estudiante, el/ l,apaciente, el/ la
Es muy antigua la tendencia a crear femeninos en -a en l~s cliente (aunque está muy extendido el también admitido la clien-
sustantivos referidos a persona que son comunes en cuanto ~l ge- ta) , el/ la conserje, etc .
neró , esto es, que presentan idéntica forma para el masculmo y Más éxito han tenido los desdoblamientos en -o/ -a del tipo
el femenino. Esta indiferenciación ocurre siempre que la palabra abogado / abogada, arquitecto / arquitecta, si bien en algunos convi-
acaba en -e o en consonante, lo que se evita sustituyendo la -e por ven las dos soluciones: médico/ médica y el médico / la médico.
-a , 6, mucho más frecuentemente, añadiendo -a tras la consonan-
te final , sin excepción tras -or.
4.3. EL ADJETIVO
infante> infanta (originariamente adjetivo)
señor > señora
pastor> pastora El adjetivo concordaba con el sustantivo en género, número
- -, P-a-ra-todas las cuestiones sobre el género en el español actual, v. Gómez Torrego (2002)
y caso, y su historia es pareja a la del sustantivo. Existían dos cla-
y Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2005) • ses predominantes: los que poseían tres terminaciones de género,
s Hoy ¡0 normal es emplearlo en masculino en si~gular, y en femenin o en pl~ral _(las normalmente -us para el masculino, -A para el femenino y -UM
art es), si bien se mantiene el femenin o lati no en el smgular cuand o se refiereª!. conJun- para el neutro ;BoNUS, BONA, BONUM), coincidiendo así con los
to de norma s y principios para h ace r bien algo ' , como en arte amatona, arte poetica o ar te
decurativa.
sustantivos de la 1ª y 2ª declinación; y los que tenían una forma
9 Normalmente , los hablantes per cib~n esta palabra com o probl~m ~tica, pue s no ex i~te acabada en consonante para el masculino y el femenino, y otra en
un claro reparto dialectal ni sociolingü_ístico, y en sintagmas mu y stmil~res las ten.denc1as -E para el neutro (DU LC IS, DULCE), al igual que muchos sustantivos
son opuestas, pues parece qu e se prefiere el azúcar mor~: pero el az1:'car blanquilla, est~
segundo con el artículo el, arcaísmo debido a 1~ con~e1:v:ac1on_de la an?gua_ forma femem- de la 3ª declinación. Cuando los sustantivos neutros se redistribu-
na ante vocal (hoy sólo mantenida an te / a-/ romea m1oal). Sm espec1ficauvo o en plural, yeron entre el masculino y el femenino, la forma del neutro de los
suele u sarse como masculino. adjetivos también desapareció, quedando adjetivos con variación -
10 En plural siempre es masculin o, y en singular, aunque generalm en te masculino, es
femenino para la gente de mar, como pescadores y marmeros, lo que ha hec ho que de-
o/-a (bueno/ buena) e invariables en -e o consonante ( dulce, veloz).
te rminados sintagmas o expresion es estén fosilizados en esta forma: alta mar, mar gruesa, Por otra parte, la tendencia de los sustantivos de género co-
hacerse a la mar, además de la mar de 'm uch os'. mún a crear femeninos en -a se aprecia también en los adjetivos,
11 Aunque la Real Academia Española aconseja evitar su empleo como femen~no por ser
aunque en la Edad Media se empleaba la forma en consonante
vulgar , se sigue utilizando en ampli as zonas d1alectales, sobre todo en Andaluc1a.
12 AJ igual que en el ,caso anterior, la Rea:I Academia Española re chaza su uso e n feme-
también para el femenino (por ejemplo, espadas tajadores en el
Poema de Mio Cid).
nino.
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EVOLUCIÓN E HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA
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Formas tónicas Formas átonas
En cuanto a los grados del adjetiyo, el sistema sintético del
latín clásico, que empleaba desinencias para construir el compa- Sujeto Tras preposición Objeto directo Objeto indirecto
rativo (DULCIOR 'más dulce') y él superlativo (DULCISSIMUS 'muy EGO> yo MIHI > mí ME>me ME>me
TÜ > tú TIBI >ti TE >te TE >te
dulce', 'el más dulce'), cedió ante el sistema analítico del latín
ILLE > él ILLE > él ILLUM > lo rLLI > le
tardío: · ILLA > ella ILLA > ella ILLAM> la ILLI > le
ILLUD > ello ILLUD > ello ILLUD > lo ILLI > le
MACIS o PLÜS DULCIS 'más dulce'
NOS> nos(otros) NOS> nos(otros) NOS> nos NOS> nos
MAXIME DULCIS 'el más dulce' vos> vos(otros) vos> vos(otros) vos> (v)os vos > (v)os
MULTUM DULCIS 'muy dulce' ILL0S > ellos ILL0S > ellos ILLOS> los ILLIS > le s
Las formas sintéticas latinas se conservan en comparativos ILLAS> ellas ILLAS> ellas ILLAS > las ILLIS > le s
SIBI > SÍ SE> se SE> se
hoy considerados irregulares y que se mantienen por ser de uso /

muy frecuente: mejor,peor,mayor,menor. Otros c~mpar~tivos en_-ior,


como superior,inferior,exterioro interior, son cultismos mtroduodos
4. 4.1. Observacionessobrelasformas tónicas
en el Renacimiento, al igual que los superlativos óptimo, pésimo,
máximo y mínimo, y que los superlativos en -ísimo, si bien esta última
Las formas actuales de 1ª y 2ª persona del plural son el re-
terminación es en la actualidad de uso absolutamente común.
sultado de la adición de otros, combinación que no se consolida
co1:10.forma normal del pronombre hasta el siglo xv1. Con an-
tenondad se empleaba, escrito en dos palabras, para resaltar un
4.4. Los PRONOMBRES PERSONALES
grup? determinado ~entro de un grupo mayor, y parece ser que
el laun vulgar ya hacia uso de esta forma enfática (NOS ALTEROS,
Los pronombres personales tenían también marca de género,
VOS AL TEROS) .
número y caso, pero , a diferencia de sustantivos y adjetivos , han
Esta gramaticalización de nosotros y vosotros ha de estudiarse
mantenido ciertas diferencias casuales y el género neutro en el
dentro de las transformaciones en el sistema de fórmulas de tra-
singular. tamiento (v. Penny 2002: 137-139). En latín no existían formas
En latín sólo existían pronombres personales de 1ª y 2ª perso-
na, empleándose para la 3ª alguno de los demostrativos, en_tre los especí?<:=ª~de respeto,_ empleándose Tú (singular) y vos (plural)
que se impuso ILLE 'aquel'. El siguiente cuadro recoge el sistema para din?1rse a cu~lqmer persona, pero en época tardía empezó a
usarse vos como smgular de respeto. En el castellano medieval se
de pronombres tónicos y átonos del castellano, con indicación de
mantuvo y ace~tuó la distinción entre el tratamiento deferencial y
los étimos correspondientes: el no deferencial, reservándose tú para las relaciones familiares y
de confianza, y vos para el plural y para el singular de cortesía. No
obstante, vos fue haciéndose más y más frecuente para el singular,
hasta el P1:1n_tode que dejó de sentirse como fórmula de respeto,
lo que obhgo a los hablantes a crear nuevas formas de tratamiento
que hicieran más evidente el valor deferencia!, siendo la principal
vu estra(s) merced(es) > vuesa(s) merced(es).Este cambio empujó, a su
vez, al ab~nd?:1º de vos como forma no deferencial de plural y a
la consohdac10n de vosotrospara esta función, contagiado a la 1ª
persona, nosotros.
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Las nuevas formas de cortesía sufrieron un proceso de acor- cia de objeto indirecto + objeto directo. También se produjo una
tamiento fónico que desembocó en los actuales usted - ustedes. La distinción entre la norma septentrional y la meridional, pues esta
forma del plural, al igual que le había oc11rrido .ª vos siglos ant:s, última se mantuvo respetuosa con el sistema funcional heredado
acabó ocupando también el área no deferenoal en Andaluoa, del latín.
Canarias y América, eliminando a voso_tros.En cuanto a la co~pe- El español del centro y norte peninsular es la única variedad
tencia entre tú y vos como formas de smgular para el tr~ta?1i_ento lingüística romance que confunde los casos acusativo y dativo en el
familiar, se simplificó en la mayor parte del mundo hisp~mco a pronombre átono de 3ª persona y que, presentando marcas idénti-
favor de una u otra: en España y en las regiones de Amenca que cas para el objeto indirecto y el objeto directo preposicional, más
mantenían una mayor comunicación administrativa y cultural con ha generalizado este último. Tradicionalmente se ha dicho que el
ella (México, Bolivia y Perú) se impuso tú, en el resto de Ce_ntro- leísmo, primero y más importante de los fenómenos de confusión
américa y el cono sur (Argentina, Uruguay, Paraguay) gano v?s, casual, en.sus orígenes no era sino una manifestación de la tenden-
mientras que en otros países, como Chile, Ecu~d~.ff '?.,C<?lombia, cia de la lengua a distinguir las categorías de persona y cosa (o al
pervivieron ambas formas, con un reparto sooolmgmstico com- menos, tanimado) y t determinado; fin al que obecede también la
plejo (v. también 14.3.4.2). . extensión de la preposición a ante objeto directo de persona. Pero
Aparte de las fórmulas de tratamiento, hay que d~stacar la _es- esta tendencia era opuesta a otra: la marca de género en el pro-
pecial naturaleza de las formas tónicas conmigo, contigo y consigo. ?ombre clítico, fuerza que, en el caso del loísmo y el laísmo, logra
En latín la preposición cuM 'con' aparecía_ enclítica al pr?nom- imponerse sobre la distinción entre persona y cosa. Teorías más re-
bre: MECUM, TECUM, secuM, lo cual supoma una anomaha con cientes apuestan por que el origen del leísmo está en la carencia de
respecto a la normal anteposición de tod~s las preposiciones. Esto pronombres de acusativo en la modalidad románica hablada por
hizo que en latín vulgar cuM se antepusiera al pr~nombre, per? vascófonos, y a la pertinencia de la distinción entre nombres conta-
sin suprimir la enclítica, originán~ose las secu~noas que con~ti- bles o discontinuos (como niño o árbol) y no contables o continuos
tuyen el étimo de ~as formas_ espanolas: ~ul'; MECUM > co(n)m~g~, (como agua o vino), lo que hizo que se reservara lo para el acusativo
cuM TECUM > contigo, CUM SECUM > consigq . En plural, _los clasi- de nombre continuo y que se empleara /,epara el contable masculi-
cos NOBlSCUM, vOBlSCUM fueron reemplazados en el latm vulgar no (Fernández Ordóñez, 1994 y 2001).
por NOSCUM, voscuM, que con la preposición antepuesta dieron Desde la Edad Media, el leísmo es mucho más frecuente referi-
como resultado las formas connusco y convusco, que en el siglo xv do a persona que a cosa, y más en singular que en plural (téngase
se abandonan a favor de con nos(otros)y con vos(otros). en cuenta que el plural implica necesariamente que el sustantivo no
es ni neutro ni continuo). El leísmo se entiende, así, como un inten-
to de establecer un paradigma /,e, la, lo para masculino, feme_nino y
4.4.2. Observacionessobre las f?rmas átonas neutro, respectivamente, paradigma paralelo al de los pronombres
personales él, ella, elloy al de los demostrativos este, esta, esto;ese, esa,
La pérdida de la consonant: ~nidal_en vos~ os comenzó cuan- eso;aquel, aquella, aquello.La forma /,ecorrespondería, de este modo,
do el pronombre aparecía enchtico al imperativo, y, tras un lar~o al objeto directo masculino singular tanto de persona como de cosa,
periodo de competencia, en el siglo XVI se impuso os en cualqmer reservándose lo para el neutro; no extraña, pues, la coincidencia del
contexto. Pero más interesantes son los fenómenos que afectan a máximo desarrollo del leísmo referido a cosa con el auge del leísmo
la 3ª persona: el leísmo (empleo de le ~n fu?ci?n de objeto _direc- personal a comienzos de la segunda mitad del siglo xm. Esta lucha
to), laísmo (extensión de la para el objeto mdirecto fememno) y por diferenciar las categorías de masculino y neutro explicaría, a su
loísmo ( lo como objeto indirecto masculino), así como la secuen- vez, la mayor incidencia del leísmo en singular que en plural, ya que
en plural no existe el neutro. Ya en el siglo XIV el laísmo reforzará la
/i/ se explica por analogía con las formas pronominales
13 El cierre de E e11- tras pre- oposición de géneros en detrimento de la casual.
posición mí, ti, sí.
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Hoy en día, a pesar de que lo normativo sea el sistema casual de emplearse como artículo. Este prefijo se usó también con estey ese,
lepara objeto indirecto y w,la para objeto directo, lo cier~o es_q~e si- por lo que estas f<~rmasalternaron hasta el Siglo de Oro con aqueste
guen en pugna diferentes sistemas, resulta~o de tende?_cia~ d1~t11:tas y aquese,que termmaron por desaparecer.
que se entremezclan y en las que a·veces pnma la func1on smtactica;
otras, el género; otras, el carácter animado o inanimado del referen-
te; otras, la naturaleza contable o no contable del sustantivo ...; con 4.5.2. El artículo
un reparto geográfico y sociolingüístico muy complejo (para una
descripción completa, v. los trabajos de Fernández Ordóñez). El latín clásico carecía de artículos, pero en el latín vulgar el
En cuanto a la sucesión de un pronombre de objeto indirecto dem~s~rativo latino de 3ª persona (ILLE, ILLA, ILLUD) comenzó a
+ objeto directo, ambos de 3ª persona "{ILLl+ ILLUM,ILLAM,ILLUD, adqum~ ~ste valo~. El carácter proclítico y átono del demostrativo
ILL0S,ILLAS),el resultado de la evolución fonética fue gelo(s),gela(s), ~~ ~urrc1on de articulo provocó, unas veces, la pérdida de la vocal
con consonante prepalatal sonora / 3/ (ILLl ILLUM> /e ljélo / > / m1c1al,y otras , de la vocal final, con la consiguiente simplificación
3élo / ), solución a la que se asimiló la secuencia con pronombre de -ll- en -l-.
dativo plural ILLiS.El cambio a se lo(s), se la(s), motivado por el en- Se ha discutido si el étimo de la forma masculina el es el nomi-
sordecimiento de la sibilante ... / f / y su posterior confusión con la nativo IL~E o el acusativo _ILLUM.Al parecer, en castellano primitivo
alveolar / s/, tuvo lugar a lo largo del siglo xv1. fueron ciertos los dos ongenes, pues existió una distinción casual,
con l~s formas ele, el procedentes del nominativo para la función
de Sujeto, y lo, ewcomo formas oblicuas, distinción que desapareció
4.5. Lo s DEMOSTRATIVOS
Y EL ARTÍCULO muy pronto, no superando la primera mitad del siglo xm .
El demostrativo femenino ILLAevolucionó de dos maneras dife-
4.5.1. Los demostrativos rentes , perdiendo la vocal final (la) ante sustantivo que comenzaba
por conson _ante, y la_~ocal inicial (el) ante nombre que empezaba
Los demostrativos españoles (este, ese, aquel) conforman un siste- por vocal, sm excepnon ante ar tónic a o átona y en alternancia con
ma ternario surgido de la reorganización del latino, que en la época la an_telas demás_vocales ~ el ~glesia- la iglesia,el era - la era). A lo largo
clásica estaba constituido por tres grados , según expresaran cerca- del ~1glox~n se tiende a hm1tar el empleo de el a su anteposición a
nía a la 1ª, 2ª o 3ª persona (me, ISTE,ILLE),y que en la fase interme- rt-, siendo ~nconstan_te ante e- y excepcional ante cualquier otra vo-
dia del latín tardío contó sólo con dos deícticos tras la desaparición cal. A partir ?~
;11ed1ad<?s?el si~lo xv la forma el se va restringiendo
de HIC y el traslado del demostrativo de 2ª persona ISTE > este al as~ ~tepos1non a a- tornea o atona, y la definitiva limitación ante
puesto de la 1ª. El de 2ª persona, ese,procede de IPSE, pronombre a,- tornea no se da hasta el siglo xvn ( el alma, el agua) 14•
enfático que en latín acompañaba a nombres o pronombres perso- En cuanto a la presencia o ausencia del artículo u otros determi-
nales (por ejemplo, EGOIPSE'yo mismo, yo en persona'). Este valor nante~, el castellano medi eval admitía el empleo del sustantivo sin
identificador se mantiene en castellano medieval junto a la función actualizador en una proporción muy superior a la actual. Posibilita-
anafórica de referencia a algo nombrado anteriormente, por lo que ban este fenóme~o diversos factores, como la complementación del
seguirá equivaliendo a 'el mismo' o 'ese mismo'; de hecho, eseno se n_~mbre por un smtagma preposicional , el ser término de preposi-
consolidará como demostrativo hasta finales del siglo xv. En cuanto non, el aparecer en plural, la función de objeto directo y, por enci-
al demostrativo de 3ª persona, aquel, deriva del reforzamiento de ma de todos ellos, el hecho de que el sustantivo hiciera referencia a
ILLEmediante la anteposición de la partícula deíctica *Accu (Accu 14

ILLE> aquel), lo que se debió a los varios valores del demostrativo Hoy está to talment e exten did o el em pleo , in co rr ec to, de lo s dem ostr ativos mascu li-
nos ante a- tón_ica, y así ~e dice este agua, aquel arm a. En los último s años tambi é n se observa
latino ILLE,que funcionaba como pronombre y había empezado a la concord anci a del _adJet1vo con el artículo, co nsid erad o m asculino: *el agua recogido, *el
(/,fJna utilizado en el crimen, p ero las aguas recogidas y las armas ut ilizadas.
94 EVOLUCIÓN E HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA MORFOSINTAXIS (I)
95

entes no individualizados, como los sustantivos genéricos, colectivos


T~T?_?iénes e1:_el siglo xm ~uando empieza a ser posible la an-
o de materia. tepos1cion del_ ~ti culo al posesivo ( el mio fijo). En sus comienzos,
esta construcoon daba un mayor realce expresivo a la relación en-
4.6. Los POSESIVOS l:e po~eedor y poseído, pero acabó siendo equivalente a la forma

sm articulo, por lo que, tras décadas de coexistencia, desapareció
(Company 2006).
En latín los posesivos, que eran siempre tónicos, tenían idéntica
forma tanto cuando funcionaban como a,djetivos, acompañando a . .Otra ;structura mur habitual en la Edad Media es la del pose-
un sustantivo, como cuando eran pronombres, y así siguió siendo en sivo de 3- person~ segmdo_ del poseedor, expresado éste mediante
el castellano de la primera mitad del sigl_Qxm. Además, con valor un complemento mtrod~~1do P?r 1~ preposición de (sus parientes de
adjetivo mantenían la distinción de ~énero masculino y femenino: la mug~) :. Esta construcc~on se Justifica fácilmente si pensamos en
la ~iguedad\Ie~ posesivo su(s), que a sus valores de posesivo re-
MEU > mio MEA> mia flexivo y no reflexivo (heredero del EIUS latino) sumó a finales de
TUU > to TUA > tua/tu la Edad ~edia la referencia a la 2ª persona, como posesivo de la
suu > so SUA > sua/ su deferenc1al vuestra(s) _merced(es). Este uso sigue siendo frecuente hoy
NOSTRU > nuestro NOSTRA > nuestra
VOSTRU > vuestro VOSTRA > vuestra
en z_o~asdel sur penmsulai:- y Canarias 16, así como en el español de
~enea, en el que el posesivo suele ser sustituido por el artículo: su
Las formas to, sa15 para el masculino pervivieron durante todo hl)Ode usted > el hijo de usted.
el siglo xm, aunque cada vez eran más abundantes las muestras de
confusión con las formas en -u. El triunfo de tu, su, tanto para el fe-
menino como para el masculino, pudo estar motivado por el deseo 4.7. Los INDEFINIDOS
de borrar una distinción genérica no basada en la tradicional oposi-
ción -o/-a, unificación que hacía más homogéneo el paradigma de Los indefini_~os constit~yen una categoría heterogénea de uni-
los posesivos, dado que las formas tónicas o pospuestas al sustantivo dade_s con fu~~1on su~taI?tlva y/o adjetiva, que tienen como rasgo
presentan en su base tu- y su- ( tuyo-a, suyo-a) (Méndez García de Pa- comun la noc1on semantica de 'falta de identificación O referencia
redes 1988). concreta', y engloba nociones como cantidad y distribución. Sí se
Poco a poco, los adjetivos posesivos antepuestos al sustantivo se puede hablar de referencia concreta en el caso de los indefinidos
hicieron átonos, lo que provocó la apócope de la vocal final ( con que e~pr~san cantidad extrema: todo -a -{)S -as, nada, nadie, ninguno
excepción, claro está, de la 1ª y 2ª persona del plural, nuestro, vuestro, -a - nzngun.
que hubieran dejado en posición final un grupo consonántico ja-
más documentado), con lo que las formas se redujeron a tres: mi(s), Un(o)
tu(s), su(s).
Paralelamente, los posesivos que funcionaban como pronombres -~ª naturale~a gramatical de este elemento ha sido motivo de dis-
o como adjetivos pospuestos al sustantivo siguieron siendo tónicos y, cus1on, pues mientras unos lo consideran cuantificador indefinido
en el caso de la 2ª y 3ª persona, desarrollaron una-~ antihiática por otros lo creen artículo. En un plano sincrónico, existen bastantes di~
analogía con el relativo posesivo cuyo(s)/-a(s): tuyo(s)/-a(s), suyo(s)/- ficultades para ho~olog~ l~s ~omportamientos de un y e~ aunque
a(s). En cuanto a la 1ª persona, para mantener el esquema bisílabo y desde 1:ºª perspec~':ª d1acromca se aprecia que estamos ante una
acentual de las demás personas, trasladó el acento a la vocal cerrada: categona en formac1on, en camino hacia su gramaticalización como
mio(s) > mío(s). artículo indefinido.
15
También exis4eron tuo, suo por analogía con los femeninos correspondientes, pero 16
Y,.hasta no _hace mu_c~o tiempo , en toda la Península era frecuente añadir de usted
no sobrepasaron k>s primeros años del siglo XIII . para eVJtar la posible amb1guedad: su hijo (de él)/ su hijo de usted.
96 EVOLUCIÓN E HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA MORFOSINTAXIS (1) 97

En latín ONUS, -A, -UM era numeral, originariamente con el sen- entre otro y otri. De manera paralela, (REM) NATA(M) 'cosa nacida'
tido de 'único', y en el presente sigue manteniendo los valores nu- dio lugar a nada, que asumió el valor del latín NIHIL.
merales junto con el de indefinido, este último aún no muy desa- Respecto al uso y la cronología de nadi, es un indefinido muy
rrollado en la Edad Media, tomo lo prueba, que apenas se utilizara poco frecuente en toda la documentación medieval, que prefería
el plural unos, -as. Para expresar contraposición,de elementos, lo ninguno 'nadie', 'ninguno' < NEC ONUS, cuya evolución fonética se
normal en el castellano medieval era anteponer cilartículo al indefi- explica por analogía con el adverbio negativo nin.
nido: de la una parte ... de la otra. En función sustantiva, ninguno -a concuerda en género con el
Uno concuerda en género y número con su referente o con el referente, y como adjetivo, el masculino antepuesto al sustantivo se
sustantivo al que acompaña, y en función adj_etiva,el masculino sin- apocopa en ningún.
gular se apocopa en un. -
Cualquig( a), quienqui ~
Otro
Formado mediante el relativo cual< QUALIS más el presente de
subjuntivo del verbo querer, cualquiera aún no estaba lexicalizado en
Proveniente en su forma de ALTER, -A, -UM 'el otro, el contrario', la Edad Media, y el sustantivo se intercalaba entre el relativo y el
asume también el valor de ALIUS 'otro'. Antepuesto a expresiones verbo (qual cosa quiera). También se empleaba el futuro de subjunti-
temporales, en el castellano medieval significaba 'siguiente': otro día vo: qualquisiere. Hoy en día, la forma apocopada cualquier se emplea,
'al día siguiente'. La forma medieval otri 'otra persona', más propia siempre 1 que precede al nombre, con sustantivos de persona o de
del navarro-aragonés, se debió a analogía con el relativo qui. cosa tanto masculinos como femeninos, pero en función pronomi-
Concuerda en género y número con su referente o, en función nal cualquiera se refiere a persona, y sólo puede tener como referen-
adjetiva, con el sustantivo al que precede. te una cosa si aparece de manera explícita o implícita un comple-
mento partitivo (cualquiera de los libros). Por su parte, quienquiera (en
Alguien, alguno -a -os -as, algo lo antiguo también quienquier) es siempre pronombre, y su plural es
quienesquiera.
El latín ALIQUEM dio alguién por analogía con quien, más tarde
acentuado alguien por influencia de algo. Alguién no se documenta Todo -a -os -as
hasta el siglo xv , momento en que reemplazó a alguno 'alguien', 'al~
guno' < ALIQUIS ONUS. El neutro algo proviene del neutro ALIQUOD. Hereda los valores de TóTUS 'entero, completo' y de OMNIS
Alguno concuerda con el referente o con el sustantivo en género 'cada'. Concuerda en género y número con el sustantivo o el refe-
y número , y el masculino singular se apocopa en algún cuando fun- rente, pero en función adjetiva, el sustantivo debe ir precedido del
ciona como adjetivo y se antepone al sustantivo. artículo ( toda la comida, todos los días).

Nadie, ninguno-a, nada Ál

La forma nadi, que añadió la actual -e final -probablemente por Aunque ya era una forma anticuada en el siglo xv1, conviene co-
influencia de quien- no antes del siglo xv, sustituyó al latín NE.MO y nocer este indefinido de uso muy frecuente en el castellano medie-
val. Procede del neutro ALID < ALIUD 'otro, distinto', y como neutro
procede, para unos, del nominativo plural (HOMINES) NATI, mien-
solía ir precedido del artículo lo con el significado de 'lo demás': todo
tras que para otros proviene de ( omne) nado< (HOMINEM) NATUM,
lo ál 'todo lo demás'. También se empleaba en función sustantiva
cuya -o se trocó en -i por influencia de qui, como también ocurrió con el sentido de 'otra cosa': ál non vala 'otra cosa no valga ' .
.'
98 EVOLUCIÓN
E HISTORIA
DELALENGUA
ESPAÑOLA MORFOSINTAXIS
(I)
99
4.8. Los RELATIVOS
E INTERROGATIVOS EJERCICIOS

En latín, interrogativos y relativos coincidían en su forma a ex- l. Ponga tres ejem pi~~ que justifiquen la afirmación de que el es año!
cepción del nominativo singular, lo que explica que pronto se fu- es una lengua anahtica frente al carácter sintético del latín. p
sionaran; además, ya en latín la forma del masculii;io absorbió a la
del femenino, con lo que la oposición de género qµedó reducida a 2. ¿Cómo se explica el c_ambio experiment ado desde el latín clásico
masculino-femenino / neutro. SOCRUS, NURUS al espanol suegra, nuera? ·
En el romance se conservaron el nominativo singular QUI> qui,
quí, el acusativo singular QUEM> quien, quién y el nominativo-acu- 3. ¿Cuál era :l género de los sustantivos arte y mar en latín? •Cómo so
en el espanol actual estándar? e: n
sativo neutro QUID> que, qué. En el castellano mé'dieval, qui se uti-
lizaba mayoritariamente con referente personal y sin antecedente
4. Diga 9ué pronombres personales se empleaban como formas de
expreso, en función de sujeto o tras preposición, y que se usaba con tratamiento erre! castellano medieval para los siguientes casos:
antecedente de cosa o persona y con cualquier función sintáctica.
De este modo, la oposición latina de género masculino-femenino / a. 2ª persona del singul ar, deferencia!:
neutro a que quedó reducido el sistema de relativos e inten;ogativos b. 2: persona d el singular, no deferencia]:
se reinterpretó en términos de + personal / - personal, categorías c. 2~ persona del plural, deferencia] o no deferencia!:
representadas, respectivamente, por qui y que. Este qui desapareció d. 2- persona del plural , deferencia! <\no deferencia}, enfático:
en el siglo XIV,tras una larga coexistencia con quien, empleado sólo
con referente personal, masculino o femenino, singular o plural, y 5. ~xplique brevemente el uso de las for~as singulares de tratamiento
tu, vos y usted en todo el ámbito hispánico.
en los mismos contextos que qui. El plural analógico quienes no se
documenta hasta el siglo XVIy no se generaliza hasta el siglo xvm.
6. Si e~ el uso lati?-o de los pronombres átonos de 3ª persona, y en el
El interrogativo latino QUÁLIS,que preguntab<)-por la cualidad o espanol normativo actual, lo que prima es la función sintáctica del
el modo, da lugar al interrogativo cuál y los relativos cual (medieval) p~onombr':, ¿a qué intención responden los fenómenos del leísmo
y el cual. Cual relativo se empleaba en función adjetiva como equiva- la1smo y lo1smo? '
lente a el+ sustantivo + que ( coja cual bestiaquisiere= coja la bestiaque . ,'

quisiere),de la misma forma que cuál interrogativo podía preceder 7.fEI artículo en el agua, ¿es masculino o femenino? ¿Hasta qué siglo
a un sustantivo con idéntico valor que qué+ sustantivo (¿ cuál bestia? ~e. normal ~sar el ante sustantivo que comenzara por / a/ tanto
tornea como atona? '
= ¿qué bestia?).Hoy en día, aunque el español estándar rechaza este
empleo adjetivo de cuál (el relativo cual n.o existe si no es precedido
8. En el siglo XIII, ¿cuál era el género de los posesivos to so~ ·Ye! de
de artículo), lo cierto es que se sigue dando en el español de España tu, su? ' · e:
y, sobre todo, de América.
Otros interrogativos y relativos son los adjetivos cuyo(s), -a(s) < !l. ¿Cuál es el sentido originario de uno?
cürns 'de quienes', hoy sentido como culto, y cuanto(s), -a(s)< QUAN-
TUS,-A, -UM,que diferencia masculino, femenino y neutro, y que en 1O. En la literatura de los Siglos de Oro aún podemos lee f
•C , , r rases como
la actualidad también se considera de carácter culto. Adverbios inte- e: uyo es este sombrero? ¿Como deberíamos decirlo ahora?
rrogativos o relativos son onde< UNDE,posteriormente dondeal ante-
ponérsele la preposición de,cuando < QUAND0y corrw< QUóMODó.

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