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Contribuyendo a la paz estable

Estudiantes:

Rosa Alexandra Camacho

Michell Tatiana Lagos

Mónica Julieth Medina Barrera

Corporación Universitaria Iberoamericana

Facultad de ciencias humanas y sociales

Programa de Psicología

2019
Contribuyendo a la paz estable

Estudiantes:

Rosa Alexandra Camacho

Michell Tatiana Lagos

Mónica Julieth Medina Barrera

Docente:

María Leal

Corporación Universitaria Iberoamericana

Facultad de ciencias humanas y sociales

Determinantes socioculturales del comportamiento

Programa de Psicología

2019
Introducción

Un proceso de paz, es contribuir unidos a una paz estable y firme, es un esfuerzo para lograr

un acuerdo que ponga fin a la violencia, así como para implementarlo, mediante negociaciones

que pueden requerir la mediación de terceros. Con esta definición inicial quiero destacar la idea

de que un “proceso” no es momento puntual, sino un conjunto de fases o etapas alargadas en el

tiempo, en las que intervienen todos los actores afectados, en un esfuerzo colectivo para en un

momento determinado alcanzar acuerdos que permitirán acabar con la situación anterior,

dominada por la violencia y el enfrentamiento armado, para dar paso mediante el diálogo y el

consenso a pactos o acuerdos que pongan fin a la violencia física, y mediante la implementación

de los acuerdos, iniciar una nueva etapa de progreso y desarrollo que permita superar igualmente

las violencias estructurales que propiciaron el surgimiento del conflicto.

Un “proceso de paz”, por tanto, incluye obviamente la fase de negociación y de mediación,

pero la trasciende completamente, al referirse también, y de manera esencial, al cumplimiento

de lo acordado. De ahí que el proceso de paz vaya más allá del acuerdo o pacto de paz, que siendo

éste un momento cumbre y sin duda el más visible, no es más que el punto de partida de unas

etapas decisivas en las que se verá si realmente el cese de la violencia es capaz de generar una

nueva situación de paz positiva, entendida como de prosperidad, armonía, desarrollo humano,

crecimiento personal y justicia social, entre otros aspectos. En este sentido, hay “procesos” que

han logrado materializarse y otros que se han quedado con las intenciones y se han malogrado

por el camino, justamente porque no han sido capaces de implementar lo acordado, generando

una enorme frustración por el incumplimiento de las expectativas creadas. En estos casos,
además, y Centroamérica es testigo de ello, es frecuente constatar el surgimiento de nuevas

violencias comunes, ya desvinculadas a la violencia política del pasado, que pueden producir un

número de víctimas igual o superior a las que tuvo el país en cuestión durante la etapa de

confrontación armada.

Iniciar y desarrollar un proceso de paz es, pues, una auténtica aventura, un reto mayúsculo

lleno de incertidumbres, obstáculos y posibilidades. Hay quien lo ha comparado con la primera

escalada a una montaña, pero sin mapas de relieve, con lo que ello supone de misterio y de riesgo,

al tener que enfrentar cuestas no previstas, desniveles frecuentes y cimas aparentemente

inalcanzables. Si en el proceso de paz hay una mediación y un buen acompañamiento social, en

el símil significaría que contamos con un guía que nos ayuda a organizar la estrategia de escalada

y con personas que nos acompañan en la ascensión, lo que nos hará más llevadera la cuesta y nos

posibilitará llegar a la cumbre en compañía, para disfrutar del logro, y lo que es también de vital

importancia, regresar al punto de partida con seguridad.


Rutas del conflicto

El conflicto armado interno ha sido la mayor fuente de violaciones a los derechos humanos y

al Derecho Internacional Humanitario durante las últimas cinco décadas de historia colombiana.

Con la fase pública del proceso de conversaciones entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de

las FARC-EP en noviembre de 2012, comenzó un descenso general en las victimizaciones

ocurridas en ese contexto. De las más de 260.000 víctimas en el año 2013, se pasaron a unas

37.000 registradas hasta el primero de noviembre de 2016.

El diálogo contribuyó a salvar vidas y a aplacar la espiral de dolor que ha envuelto a

Colombia por décadas. Por eso, el Estado colombiano está convencido que la mejor manera para

garantizar los derechos de los ciudadanos es asegurar una paz estable y duradera.

Desde que el Presidente Juan Manuel Santos inició su gobierno en 2010, emprendió políticas

y programas que permitieron identificar las vulneraciones a los derechos humanos, abordar los

factores de riesgo que las posibilitan y potenciar las capacidades institucionales que contribuyen

tanto a prevenir dichas violaciones de derechos como a restablecerlos cuando ya han ocurrido.

Conscientes de que tales vulneraciones también se dan en entornos familiares, escolares,

comunitarios y laborales, alejados del conflicto armado, se evidenció la importancia de una

política integral que abordase integralmente los retos en materia de derechos humanos. El

presente capítulo se referirá, por tanto, a la Estrategia Nacional para la Garantía de los Derechos.
Humanos 2014-2034, el Sistema Nacional de Derechos Humanos, cómo estos se relacionan con

el actual proceso de construcción de paz y la necesidad de fomentar una cultura de derechos

humanos para lograr los cambios que nos conduzcan a una sociedad más incluyente, democrática,

equitativa, reconciliada y en paz.

Recuperado de: https://premioggm.org/premio-gabo/edicion/2016/trabajos/innovacion/rutas-

del-conflicto-yo-sobrevivi/
Los 3 nudos de la guerra Colombiana

Recuperado de: https://caracol.com.co/radio/2017/07/23/nacional/1500819404_717291.html

María Emma Wills es asesora de la Dirección General del Centro Nacional de Memoria
Histórica y es la única mujer integrante de la comisión del conflicto y sus víctimas. Es quien
tiene la tarea de contar como empezó el conflicto armado Colombiano y sus consecuencias.

Recuperado de: https://lasillavacia.com/users/mariawills


 Licenciada en la Universidad de los Andes en políticas.

 Master en ciencia política de la Universidad Montreal.

 Doctora en filosofía.

María Emma Wills Obregón, haciendo una estudio sobe la realidad del conflicto en

Colombia identifica tres nudos responsables de no poder resolver los problemas sociales del país,

y al contrario profundizaron las grades divisiones de poder, política y fuerza popular que dieron

origen a una serie de movimientos sociales, civiles y armados que llevaron a nuestra patria a

vivir un largo conflicto que amenazan con no permitir el desarrollo del Colombia.

Estos nudos giran en torno a

1) La falta de representación del campesinado en las decisiones políticas,

2) La polarización de la sociedad ocasionada por una institucionalidad débil, fracturada y sin

credibilidad

3) La gran brecha ente el centro y las regiones, en conde el centralismos lleva a desconocer a las

regiones y prácticamente tomar decisiones pensadas en el centro del país dejando marginadas y

en situación de abandono y pobreza a las regiones.

Si queremos consolidar una paz estable y duradera, es muy importante desatar los tres nudos

planteados en el párrafo anterior de tal forma que se aseguren unas relaciones de la sociedad con

el estado y las instituciones en las que haya confianza y sobre todo garantías para la protección

de los derechos, y seguridad del trabajo en favor de garantizar una mejor condiciones de vida de

la población; en los siguientes reglones se hará una serie de propuestas a partir de cada uno de
los tres nudos, y desde la mirada social de la psicología para superar el conflicto y tener garantías

de paz.

Una de las principales causas del conflicto tiene que ver con el abandono del campo y la falta

de espacios para escuchar a los campesinos o para que puedan ser voceros de su propia realidad,

en este sentido, se podría dar mayor fuerza a las juntas de acción comunal para que puedan

participar en la priorización de proyectos, su ejecución y vigilancia.

Las juntas de acción comunal son organizaciones de base que han sido relegadas a un plano

muy insignificante, por tanto se requiere hacer una transformación de las mismas, ofrecer

espacios de formación y definir un marco legal para que sean tenidas en cuanta de forma

obligatoria en la ejecutoria de panes y programas. Los planes de desarrollo municipal, deben ser

diseñados a partir de ejercicios preliminares realizados al interior de las Juntas comunales. En

este aspecto la psicología social comunitaria puede dar herramientas valiosas.

Para lograr la conformación de juntas que estén integradas por personas que hayan logrado

desarrollar comportamientos favorables al desarrollo local.

En segundo lugar se necesita hacer una reingeniería social a las instituciones del estado para

garantizar que sean espacios de atención al ciudadano, pero sobre todo que sean dinámicas, que

logren resolver las necesidades de las comunidades, y acompañen efectivamente procesos de

planeación y transformación. Se podría plantear un sistema de evaluación de la gestión con

participación efectiva de la comunidad, a partir de unos indicadores concretos, Los planes de

acción de las instituciones deben ser públicos, los funcionarios deben ser escogidos por méritos.
Finalmente se debe dar impulso a las regiones, descentralizando la administración de lo

público, pero que esa descentralización se haga con recursos. Podría pensarse en un sistema federal

en donde el recaudo de los impuestos sea regional y de allí se garantice el funcionamiento del

estado central. Para que haya garantías de transparencia, se puede dejar en manos del estado central

la vigilancia del manejo de los recursos y en las regiones la ejecución de los proyectos de inversión.

Los 3 nudos de la guerra

Los nudos en este contexto, son las relaciones e interacciones que se enredan entre los actores.

Los tres nudos que se desencadenan y alimentan la guerra son:

 El sistema político que no ha logrado representar los reclamos de la población

Colombiana en su totalidad.

 Las instituciones que aun luchan por alcanzar imparcialidad frente a los distintos actores

en conflicto y que todavía tienen problemas adaptándose al sistema legal y judicial del

país.

 Alude a las fracturas entre la esfera y la agenda política del nivel nacional, y las delos

niveles regionales y locales.

Estos nudos articulan y se refuerzan, construyendo una guerra con pasado pero sin futuro, es

decir, una guerra constante.


Origen de la guerra

PRIMER PERIODO

 Siglo XIX.

 Creación de los partidos antes que se consolidara un estado.

 Ideales comunistas provenientes de Rusia.

 Colombia tiene partidos políticos antes de tener una noción y tradición de estos mismos.

 No existe concepto de Estado.

 Guerras civiles, desatando una problemática bipartidista.

 Enemistades absolutas enmarcadas en un Estado fracturado y débil.

SEGUNDO PERIODO

 1920

 Se inician transformaciones sociales y económicas, que sumadas a un Estado fracturado

desembocan el periodo nominado como la violencia.

 Se estrechan los nudos de guerra.

CONSECUENCIAS

 Ni a la gente le interesa la política, ni a la política le importa el pueblo con sentido

político.

 El frente nacional fue incapaz de crear una visión de potencial nacional que permitiera

remediar los problemas ocasionados por la guerra bipartidista.

 El narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal fueron factores que nutrieron a la guerrilla

e impidieron el desarrollo del país.


Daño generado a la sociedad civil

 Más de 220.000 víctimas.

 Más de 5 millones 700.000 desplazados.

 Más de 1.700 mujeres víctimas de abuso sexual.

 Más de 25.000 desaparecidos.

Se desata una secuela de confrontaciones armadas y un manejo violento del conflicto

Colombiano.
Conclusiones

El conflicto empieza con una guerra política, disfrazada como una guerra social y poco a poco

se involucra más a la sociedad gracias a los ideales políticos. El conflicto armado contiene raíces

políticas y se podría decir que la base de la violencia está en la naturaleza política.

No se trata esta vez de adentrarse en los orígenes de la violencia en Colombia, al menos la de

los últimos doscientos años durante los cuales se gestó la República, ni de bucear en la semilla

de los movimientos guerrilleros, que ya incursionaban como tal desde la misma campaña de

independencia de la corona española.

No se analizarán en detalle todas las conflagraciones que abrieron el Siglo XIX con la guerra

mencionada, siendo caracterizado por distintas confrontaciones civiles, muchas de ellas con

tintes religiosos, para cerrarse con la Guerra de los Mil días con la que además se inauguró el

Siglo XX, en el que a su vez se produjeron como nunca enfrentamientos partidistas azuzados

muchas veces desde los mismos púlpitos, hasta derivar en la Violencia recrudecida a partir de

1948, incrementada hacia los años 60 con la aparición de todos los grupos guerrilleros de los que

actualmente se tiene noticia.


Bibliografía

http://www.derechoshumanos.gov.co/observatorio/publicaciones/Documents/2016/170315-

Informe.pdf

https://prezi.com/oflgyyeplajb/los-3-nudos-de-la-guerra-colombiana/

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