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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior


Universidad Santa María
Semestre 2 Turno: Noche
Profesor: Daniela Brigatti

PODER CIUDADANO Y PODER JUDICIAL

Alumno: Guitian Otisbeth


C.I 20803120

Caracas, 12 de diciembre de 2019


INTRODUCCION

La justicia es un derecho humano fundamental que el Estado como garante del


poder de imperio que le ha sido conferido por los administrados, está en el deber de
impartir. Por ello, cada nación desde la óptica del hecho social que le da origen a sus
instituciones ha interpretado de distinta forma lo que debe entenderse por la justicia y la
manera como la misma debe ser administrada.

En Venezuela, la justicia se concibe como el principio supremo ante el cual están


supeditados todos los procesos judiciales, no en vano el ordenamiento jurídico refiere a
grosso modo que el proceso constituye el instrumento fundamental para la realización de
tan magna garantía. Así las cosas, estando la mayoría de la población de la República
Bolivariana de Venezuela en los estratos económicos más vulnerables, es de esperarse que
el legislador asuma una actitud tendente a asegurar una reducción progresiva de los
importes económicos que los justiciables deben soportar para acceder al sistema formal de
administración de justicia. En ese sentido resulta imprescindible efectuar un análisis sobre
todos los preceptos que se funden junto a la gratuidad para la efectiva prestación del bien
jurídico perseguido por el Poder Judicial de la República Bolivariana de Venezuela que no
es otro que la justicia.

El estado venezolano cuenta con órganos, con personas que lo dirigen y gestionan.
Esto es lo que constituye en sentido lato, el Poder Público, entendido como el ejercicio de
la autoridad por medio de unos hombres para regular la conducta de otros hombres,
inspirándose en determinada filosofía que enhebra su propia legitimidad.

El tema del Poder Público constituye una especie de aventura del hombre en
sociedad. Esa aventura se vincula con hechos, con actividades e interpretaciones, las cuales
no han dejado de provocar derramamientos de sangre a lo largo de nuestra evolución
histórica. Debe también señalarse que el Poder Público es indispensable, no sólo para el
grupo social en sí, sino también para cada uno de sus miembros considerados
particularmente.
PODER CIUDADANO

En Venezuela, el Poder Ciudadano nace por la necesidad de que existiera un órgano


autónomo e independiente que realce los principios de nacionalismo y que, además,
protegiera e hiciera valer los derechos y garantías de todos los ciudadanos venezolanos
dado que al pasar del tiempo se hace inevitable un margen de vulnerabilidad de esos
privilegios, que aunque corresponden intrínsecamente al ser humano desde su concepción,
los cambios drásticos en la vida política, social, económica y cultural del país conduce en
muchos casos a una trasgresión que necesita ser prevenida y regulada para conservar el
bienestar del individuo y así de la nación.

Es por ello que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela


promulgada en el año 1.999 lo agrega junto al Poder Electoral para crear instituciones que
tengan funciones y competencias específicas tanto en materia ciudadana como electoral por
la sencilla razón de que los tres primeros poderes que ya estaban consagrados (Poder
Legislativo, Ejecutivo y Judicial) no abastecían dentro de sus competencias lo relacionado a
la conciencia nacional que era lo propuesto por el mayor ideal del Libertador Simón
Bolívar, quien en vida lucho por implantar estos poderes que a su parecer iban destinados a:
velar por la formación de ciudadanos a fin de que pudiera purificarse "lo que se haya
corrompido en la República; que acuse la ingratitud, la frialdad, del amor a la patria, el
ocio, la negligencia de los ciudadanos" (Exposición de motivos de la CRBV).

Los primeros cimientos del Poder Ciudadano fueron expuestos por Bolívar en su
Proyecto de Constitución presentado al Congreso de Angostura el 15 de Febrero de 1.819 y
tenían sus principales fundamentos en la formación virtuosa del ciudadano como base de la
moralidad republicana; y es que estos valores promulgados por el Libertador venían
fundados en el ideal de grandes pensadores (Rousseau) que le antecedieron, por los cuales
se aferró en su estudio para determinar que la tradición de la virtud cívica solo se mantenía
con la creación de instituciones políticas.

Naturaleza constitucional: El Poder ciudadano en Venezuela tiene consonancia con


la naturaleza pública, primero por constituir una ejemplarizante rama del Poder Público
Nacional y segundo porque sus funcionarios integrantes son elegidos por el máximo órgano
de representación nacional como lo es la Asamblea Nacional el cual realiza un proceso
público y transparente donde se pondera la calidad intelectual y moral de los candidatos
postulados libremente por la sociedad.

Misión: El Poder Ciudadano conjuga tres órdenes de misiones que le son


fundamentales: la primera, lo constituye como guardián de la ética pública; la segunda,
como guardián de la legalidad; y la tercera, como medio educador. En los dos primeros
órdenes, la CRBV prescribe precisas obligaciones de colaboración de la Administración
Pública (tanto la nacional, como la estadal y la municipal), para el mejor cumplimiento de
sus atribuciones. El texto constitucional prevé el procedimiento correspondiente para el
ejercicio de tan delicada función.

Composición: El Poder Ciudadano es una rama del Poder Público, y por ende es
independiente y goza de total autonomía funcional, financiera y administrativa. Está
compuesto por el Consejo Moral Republicano que a su vez está integrado por el Defensor
del Pueblo, el Fiscal General y el Contralor General de la República. Los órganos que
ejercen el Poder Ciudadano son la Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público y la
Contraloría General de la República a cargo de los funcionarios ya nombrados
respectivamente (Art. 273 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela). Es
de destacar que cada uno de estos órganos constitucionales por si solos no forman el Poder
Ciudadano. Cada uno de ellos, individualmente considerado, tiene su propia especificidad,
estructura organizacional y su ámbito de competencia; una vez unidos, como Consejo
Moral Republicano, integran el Poder Ciudadano.

PODER JUDICIAL

El Poder Judicial es uno de los tres poderes del Estado Moderno en la división
recomendada por Montesquieu (1689-1755) en su doctrina de la separación de los poderes.
Otra visión es que, para diferentes particularidades de cada caso, existen diferentes
tribunales, todos ellos reflejan, según la constitución del país, la sentencia según el caso.

En un Estado de Derecho, todos están igualmente sometidos a la fuerza de la ley. El


Estado analiza y juzga todos los casos llevados a su apreciación, aplicando de la mejor
manera posible la norma a través del Poder Judicial. Funciones del Poder Judicial: La
primera función del Poder Judicial es resguardar la Constitución. Es decir, no permitir que
ninguna otra ley, o el propio ejercicio del Poder Legislativo contradigan los principios
constitucionales. Además, tiene la función de ejercer jurisdicción, donde jurisdicción
significa la aplicación de la ley al caso concreto.

La Función Judicial incide en la práctica de una actividad específica del Estado. En


ese caso, de yuxtaponer la ley a casos concretos, de carácter litigioso y controvertido,
mediante las estructuras de la interpretación. Así, una tercera función legislativa sería
aquella dirigida a la resolución de conflictos entre los ciudadanos debido al
aprovechamiento de la ley. Este cargo surge cuando el Estado ayuda y castiga a los
transgresores de las leyes creadas por este.

Cabe recordar que el aparato judicial está constituido por jueces y tribunales. La
función es interpretar y aplicar la ley en los desacuerdos surgidos entre los ciudadanos o
entre los ciudadanos y el Estado. Cabe destacar, que no toda acción jurisdiccional del
Estado está a cargo del Poder Judicial. El Poder Ejecutivo también cumple
responsabilidades jurisdiccionales en procesos administrativos. En muchos Estados, el
Poder Legislativo desempeña la función de procesar y juzgar al Presidente de la República
y Ministros de Estado.

Por último, el Poder Judicial debe juzgar, en base a los principios legales, de qué
forma un determinado asunto o problema debe ser resuelto, en las manos de los ministros
(los cuales forman la clase de los magistrados), jueces, fiscales y abogados el poder judicial
garantizará que los asuntos de la vida cotidiana sean resueltas por la Ley.

El Tribunal Supremo de Justicia está conformado por seis salas, cada una de ellas
conformada por 5 magistrados, con la excepción de la Sala Constitucional, que se encuentra
conformada por 7 magistrados. Las salas son: Sala de Casación Civil, Sala de Casación
Penal, Sala de Casación Social, Sala Político-Administrativa, Sala Electoral y Sala
Constitucional. Cuando se reúnen los 32 magistrados, se conforma la Sala Plena.
CONCLUSION

Esta tarea de relevancia que el estado democrático le atribuye al poder judicial


implica el cumplimiento de una serie de obligaciones inexcusables por parte de los hombres
que desempeñan funciones en tribunales, juzgados, y en la administración de justicia en
general, tales como: conocer en detalle los casos que llegan a su competencia y decidir
sobre los mismos de manera fundada y siempre en concordancia con el derecho, y en el
momento que corresponde, porque la justicia tardía no será justicia.

No se trata de un órgano autárquico (es decir, que depende solo de sí mismo) sino
que forma parte de la concepción del estado, teniendo además sus límites y obligaciones,
aplicándose a un territorio que puede tener alcance nacional, como también solo aplicarse a
una ciudad determinada, lo que es conocido como jurisdicción, pero siempre dependiendo
cada una de las leyes y decisiones tomadas de lo que es la Constitución Nacional. La
gratuidad de la justicia es el Derecho Humano que se ha instaurado a favor de aquellas
personas que no pueden asumir el pago de los gastos que les ocasionan el acceso a un
juzgado; y consiste en la facultad de poder actuar como demandante o demandado en un
proceso jurisdiccional sin sufragar los impuestos, tasas, honorarios, derechos judiciales ni
gastos de publicaciones oficiales que se exijan para ello.

La gratuidad de la justicia se fundamenta básicamente en los derechos a la igualdad y a la


tutela judicial efectiva.

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