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CRISTIANO
La auténtica vida cristiana empieza cuando a través de una sencilla oración o
diálogo con Jesús le invitamos a que entre en nuestra vida y sea nuestro Señor,
dueño y salvador, pero antes de expresar la oración, en la mayoría de los casos,
alguien nos mencionó uno o más versículos de la Palabra de Dios, es decir, primero
Dios me habla por su Palabra y yo le contesto por medio de la oración.
Creo personalmente que la razón por la cual muchos cristianos no oran o les parece
muy aburrido es porque no saben que decirle a Dios o como alabarle, adorarle y
pedirle y esto nos lo enseña su Palabra. Por la anterior razón, si quisiéramos colocar
en orden los fundamentos para el crecimiento del cristiano, deberíamos colocar en
primer lugar la Biblia: oyéndola, leyéndola, estudiándola, meditándola y
memorizándola.
¿Por qué la Palabra de Dios es fundamental para el cristiano?
Fundamento significa: Principio y cimiento en que estriba y sobre el que se apoya
un edificio u otra cosa. Raíz, principio y origen en que estriba y tiene su mayor
fuerza algo no material. (DLE).
La Biblia es fundamental para nosotros porque:
Jesús nos dio ejemplo al hacer de la Palabra de Dios el fundamento de su vida
humana:
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se
conviertan en pan.
El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios.
Mateo 4: 1-4 (RVR1960)
Si leemos con atención el texto anterior, podemos aprender que Jesús nos da un
ejemplo en este pasaje, Satanás pretendía que Jesús actuara independiente de
Dios y que le obedeciera a él, pero Jesús lo rechazó contestando con la Palabra de
Dios registrada en el Antiguo Testamento afirmando “escrito está “.
2. Es nuestro alimento espiritual como cristianos, así como la comida es el
alimento físico de nuestro cuerpo:
“desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por
ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor” 1
Pedro 2:2-3 (RVR1960)
3. Jesús nos lo enseñó: Él habló de fundamentos o bases al finalizar el sermón
del monte:
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre
prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella
casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre
insensato, que edificó su casa sobre la arena;
y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra
aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Mateo 7: 24 – 29 (RVR1960)
Cuando Jesús habla de edificar está hablando de bases, él dice “el que me oye
estas palabras”, refiriéndose a las enseñanzas que acababa de predicar a la
multitud en el monte, de la misma forma hoy tenemos la posibilidad de oír la voz de
Dios a través de la lectura de la Biblia – la Palabra de Dios – en múltiples medios y
con guías de lectura como la que te proponemos en nuestra guía de lectura bíblica
diaria, la pregunta es: ¿la lees, la estudias, la memorizas, ¿la practicas? Si quieres
tener una vida cristiana bien construida, con buenas bases, que no se derrumbe
ante las dificultades, debes estudiar la Palabra de Dios y ponerla en práctica.
Beneficios de la Palabra de Dios para nuestra vida
Hace crecer nuestra fe: (Romanos 10: 17). Podemos orar mucho pidiendo más fe,
pero la fe vendrá solamente invirtiendo tiempo en el conocimiento de Dios y de su
Palabra a través de sus enseñanzas, promesas y mandamientos.
Nos convence de pecado como lo hace el Espíritu Santo (hebreos 4: 12-13).
Nos ayuda a mantenernos alejados del pecado. (Salmo 119: 9, 11).
Nos da una norma por la cual podemos guiar nuestra vida, la misma Biblia nos
resume para qué es útil:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad
y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos
equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar
a su pueblo para que haga toda buena obra”. 2 Timoteo 3: 16-17 (NTV).
Pensamientos famosos sobre la Biblia:
“Es imposible gobernar el mundo con justicia sin Dios y sin la Biblia”—George
Washington.
“Yo estoy completamente consagrado a leer la Biblia. Tomemos de este libro todo
lo que podamos comprender con nuestra razón y tomemos el resto por fe y
ciertamente moriremos como personas mejores”—Abraham Lincoln.
“Considero día perdido aquel en que no haya dedicado tiempo suficiente a la
Palabra de Dios” – George Müller.
Aplicación
Tomemos la Biblia como nuestro “Manual de Vida”.
¿Qué nos puedes contar acerca de tu experiencia con la Palabra de Dios? Déjanos
tus comentarios.
¿Conoces a alguien que necesita o le interesa saber más sobre la Palabra de Dios?
compártele este artículo.
Que Dios te bendiga y puedas conocerle más a través de Su Palabra y poner en
práctica sus enseñanzas en tu diario vivir.
4 MOTIVOS POR LOS QUE PIERDES LA PASIÓN (Y CÓMO RECUPERARLA)
¿Qué tan sano estás espiritualmente?
Hoy en día vemos ondas muy raras de gente que dice que no necesita de una iglesia
para tener una relación con Dios. Son los mismos que afirman que todos ahí son
unos “hipócritas”. Pero si vemos en la Palabra de Dios, se nos enseña que hay un
propósito eterno para cada uno de nosotros tanto en los individual como en grupo.
¡Somos un cuerpo en Cristo! No vamos a una iglesia solamente para recibir la
Palabra de Dios, sino para aprender juntos que somos parte de la obra de Dios y de
esa manera servir y glorificar Su nombre con amor y pasión.
Lo importante en una iglesia no es el crecimiento en número, sino el crecimiento
espiritual saludable. Hay iglesias en las que hacen lo que sea por atraer gente sin
hacer énfasis en el crecimiento espiritual; ese es un extremo demasiado peligroso.
Hay otros que dicen que solamente son “los mismos veinte de siempre” pero “bien
cristianos”. Ahí está el otro extremo. Creo que una iglesia espiritualmente sana,
también crecerá en cantidad y calidad de vida espiritual.
Aquello que es sano crece naturalmente. Si estamos sanos espiritualmente y
estamos siendo nutridos, por consecuencia vamos a crecer como personas, como
cristianos y como iglesia. La pregunta es: ¿Qué tan sano estás espiritualmente?
¿Estás igual o mejor que hace un año? Si te estás nutriendo espiritualmente,
crecerás; de lo contrario vendrá la enfermedad y muerte espiritual.
También lee: 4 Puntos para Estar Siempre Alegre
Ardiendo en Pasión
Hicieron una encuesta a personas que antes iban a una iglesia y que después
dejaron de asistir. Entre las preguntas que les realizaron se encontraba: “¿Qué sería
necesario que sucediera para que volvieras a la iglesia donde asistías? Algunas de
las respuestas fueron sorprendentes: “Volvería a la iglesia si viera pasión en la vida
de sus miembros y de sus líderes”. La gente en la iglesia necesita ver fuego y
pasión. A nadie le gustaría ir a una iglesia donde el pastor y los líderes de alabanza
están todos agüitados y cabizbajos.
Los partidos de fútbol están llenos de pasión. Cuando la gente platica de algo con
pasión, se contagia. Cuando te hablan de una increíble fiesta que hubo o de un
restaurante buenísimo, quieres saber más. ¿Qué es la pasión? Es una intensa
convicción que motiva a una acción. Una iglesia sana es una iglesia que tiene pasión
por Dios. ¿Hay pasión en tu vida el día de hoy? Si tú tienes pasión por algo, amas
hacerlo. Si quieres ser bueno para algo, tienes que hacerlo con pasión.
“ENTONCES SUS DISCÍPULOS RECORDARON LA PROFECÍA DE LAS
ESCRITURAS QUE DICE: EL CELO POR LA CASA DE DIOS ME CONSUMIRÁ.”
JUAN 2:17 NTV
Cuando Jesús se airó ante los comerciantes en el templo, los discípulos recordaron
que era la pasión y el celo suyos los que lo movían a establecer una acción que les
hiciera ver el verdadero motivo por el que se había fundado el templo. Jesús tenía
un celo y una pasión por la casa de Dios.
Cuando tu mamá tiene pasión por la limpieza, ¡ni los zapatos te deja subir sobre la
mesa! “¡Ahí comemos!”, te dice ella. Surge el celo de la limpieza por la casa. Cuando
tu jugador favorito falla el penal, el celo de tu equipo te consume. Cuando le mandas
un mensaje a la chava que te gusta y no te contesta, el celo de Whatsapp te
consume.
UN DIOS APASIONADO
“NO SEAN NUNCA PEREZOSOS, MÁS BIEN TRABAJEN CON ESMERO Y
SIRVAN AL SEÑOR CON ENTUSIASMO”. ROMANOS 12:11
No veo a Dios en ninguna parte dándonos un ejemplo de trabajo sin pasión. Vemos
un Dios de fuego, de entrega y de entusiasmo. No veo a un Cristo diciendo: “Bueno,
pues, ahí voy a morir en la cruz”. ¡Sudó sangre! La creación nos habla de un Dios
de detalles increíbles que transmiten Su pasión. Cada elaborado diseño en las aves,
en las montañas y en un sin fin de ejemplo de la creación nos hablan de un Dios
apasionado que los creó.
PASIONES EQUIVOCADAS
“ERA TAN FANÁTICO QUE PERSEGUÍA CON CRUELDAD A LA IGLESIA, Y EN
CUANTO A LA JUSTICIA, OBEDECÍA LA LEY AL PIE DE LA LETRA”. FILIPENSES
3:6
Pablo, antes de venir a Cristo, ya era apasionado, pero tenía una pasión errada. Sin
embargo, Dios utilizó esa misma pasión y la redirigió para glorificarse. ¿Cómo
hacemos nosotros las cosas? ¿Cómo asistes a tu iglesia? ¿Cómo sirves en tu
congregación? Eso se demuestra en los pequeños detalles: en la asistencia, en la
puntualidad, en la actitud. No asistimos a una reunión para ser servidos o para
“sentir bonito”. La prioridad debe ser siempre Jesús, escuchar Su Palabra y darle
alabanza porque en realidad todo se trata de Él.
Algunos se apasionan con su trabajo, algunos se apasionan con aparatos
electrónicos, otros con autos o con equipo deportivos. Muchas cosas pueden
apasionarnos, pero debemos cambiar nuestras prioridades y enfocar nuestra pasión
a lo que verdaderamente importa. Si le pudieras dar un regalo a la obra de Dios en
la tierra antes de partir, ¿qué entregarías? Yo entregaría mi pasión. ¡Quiero servir
al Señor con todas mis ganas y con todas mis fuerzas!
¿Por qué perdemos la pasión?
1. PERMITIMOS QUE ALGO QUE ES VALIOSO SE VUELVA COMÚN Y
ORDINARIO.
¿Ha caído en el error de ver una reunión de alabanza como algo ordinario? Algo
que va a mantener tu pasión es ver las cosas de Dios con el valor que en realidad
tienen. Tenemos que recordar que lo que hacemos es para Dios y, por lo tanto, lo
vamos hacer dispuestos y preparados para poner toda la atención necesaria. Si tú
empiezas a ver las cosas como “equis”, pronto terminarás por enfriarte y decir que
“ya no sientes nada”. Eso no es problema de la reunión o de la gente que asiste, es
un problema de actitud. Vemos lo mismo en las relaciones personales y familiares.
Nuestra visión de los padres cambia con el tiempo. Los niños ven a sus papás como
un Superman, pero, conforme pasan los años, se empiezan a dar cuenta de que
sus papás no son perfectos. Todo eso, aunado a los problemas emocionales y
hormonales de la adolescencia, termina por desembocar en algún grado de
desprecio hacia los padres. Pero la Biblia nunca baja su estándar: “Honra a tu padre
y a tu madre” (Éxodo 20:12). La pasión se acaba porque no se valoran las cosas.
El primer día de trabajo en cualquier lugar es fantástico. El metro cuadrado de
escritorio que te asignan como área de trabajo, en donde no caben más de dos post-
it, te parece una oficina presidencial. Unos meses después estarás planeando cómo
prender fuego al edificio entero. Nada cambió, solo la actitud de uno.
2. NUESTRA NECESIDAD DE APROBACIÓN
Debes estar consciente de que el ser una persona apasionada ocasionará que
algunos te rechacen. Cuando eres cristiano, estás llamado a agradar a Dios, ¡no a
las personas! No todos los que van a la iglesia son verdaderos cristianos. Debes de
tener cuidado porque la mediocridad de algunos te puede arrastrar. Frases como:
“¿Para qué vas otra vez a la iglesia?” o “¡Ya fue mucha oración!” pueden menguar
tu pasión.
3. LA APATÍA
Como decía el “profeta” José: “El amor acaba”. Tal vez eras de los que se
apasionaban cuando anunciaban un retiro espiritual en tu iglesia. Dabas vueltas a
la manzana con gritos de emoción, pero ahora ya no te causan absolutamente nada.
¡Ten cuidado! Esa es, sin lugar a dudas, una señal de apatía.
4. LAS PERSONAS
Si te juntas con gente que no está apasionada por las cosas de Dios, ¡se te va a
pegar! Si tiro un pedazo de leña sobre el piso de concreto, se apagará. Hay que
aventarlo sobre las brasas juntos a otros leños encendidos para que continúe
ardiendo.
¿Qué sucede cuando perdemos la pasión?
“PERO TENGO UNA QUEJA EN TU CONTRA. ¡NO ME AMAS A MÍ NI SE AMAN
ENTRE USTEDES COMO AL PRINCIPIO!” APOCALIPSIS 2:4
¿Se puede servir sin pasión? Desafortunadamente, sí. Tú puedes estar en tu iglesia
participando en mil ministerios, pero, si no tienes pasión y amor por las cosas de
Dios, de nada sirve. Pablo decía, “Si pudiera hablar todos los idiomas del mundo y
de los ángeles, pero no amara a los demás, yo solo sería un metal ruidoso o un
címbalo que resuena” (1 Corintios 13:1). Las mujeres saben muy bien cuando un
hombre las ama de verdad. ¿O no? Cuando un hombre les dice que las ama, saben
por el tono de voz si lo dicen en serio o no.
Si tú estás sentado en una iglesia, pero tu corazón no está ahí, de nada sirve. A la
iglesia no se va “a cumplir”. Si no vas con amor y pasión, no eres más que un “metal
ruidoso”, como un platillo de batería sin ritmo. Si vas servir en un ministerio o si hay
un estudio bíblico en tu casa, ¡prepáralo bien y hazlo con amor!
11. ¿Por qué no hay mejor labor en la vida que la de promover los intereses del
Reino de Dios?
11 El Reino de Dios es el único gobierno capaz de resolver definitivamente todos
los problemas. Por ello, no hay mejor labor en la vida que la de promover los
intereses del Reino (Juan 4:34). Al hacerlo, cultivamos una hermosa relación con
nuestro Padre celestial y tenemos el placer de trabajar lado a lado con millones de
hermanos espirituales, los cuales tienen el mismo propósito en la vida que nosotros.
15. ¿Qué buenos resultados obtuvo cierta familia al ‘no usar el mundo a plenitud’?
15 Pablo anima a “los que hacen uso del mundo” a “que no lo [usen] a plenitud” (1
Corintios 7:31). Keith y Bonnie siguieron ese consejo. Él explica: “Me hice testigo de
Jehová cuando estaba terminando mis estudios de odontología. Tenía la posibilidad
de obtener elevados ingresos si atendía a muchos pacientes, pero como eso
reduciría mi tiempo para las actividades espirituales, opté por atender a una
cantidad limitada de personas. Eso me permitió dedicar más tiempo al bienestar
espiritual y emocional de mi esposa y de las cinco hijas que llegamos a tener.
Aunque raras veces nos sobraba el dinero, aprendimos a ahorrar, y nunca nos faltó
lo necesario. Éramos una familia unida, cariñosa y llena de alegría. Con el paso de
los años, todos emprendimos el ministerio de tiempo completo. Nuestras hijas ya se
han casado (tres de ellas incluso tienen hijos), y sus familias también son felices
gracias a que siempre ponen el propósito de Jehová en primer lugar en su vida”.
Siempre demos prioridad al propósito de Dios
16, 17. ¿Qué ejemplos de personas con talento presenta la Biblia, pero ¿qué fue lo
más sobresaliente de su vida?
16 En la Biblia encontramos ejemplos de quienes amoldaron su vida al propósito de
Dios, y de quienes no lo hicieron. Tales ejemplos son útiles para personas de todas
las edades, culturas y circunstancias (Romanos 15:4; 1 Corintios 10:6, 11). Nemrod
edificó grandes ciudades, pero estaba en oposición a Jehová (Génesis 10:8-12). No
obstante, hubo muchos otros que sí vivieron en conformidad con el propósito de
Dios. Por ejemplo, Moisés no permitió que su posición como miembro de la nobleza
egipcia fuera lo primordial en su vida. Al contrario, él consideraba las
responsabilidades que Dios le había asignado “como riqueza más grande que los
tesoros de Egipto” (Hebreos 11:26). El médico Lucas probablemente ayudó a Pablo
y a otras personas a combatir sus problemas de salud, pero la labor más importante
de su vida fue la de evangelizador y escritor bíblico. A Pablo no se le recuerda como
experto en la Ley, sino como misionero, “apóstol a las naciones” (Romanos 11:13).
17 David fue comandante militar, músico y compositor, pero lo más notable es que
fue “un hombre agradable [al] corazón [de Jehová]” (1 Samuel 13:14). A Daniel no
lo conocemos por su trabajo como funcionario del gobierno babilonio, sino por su
servicio leal como profeta de Jehová. Ester, más que por ser reina de Persia,
sobresale por su fe y valor. Pedro, Andrés, Santiago y Juan fueron hábiles
pescadores, pero los recordamos más como apóstoles de Jesús. Y el mejor ejemplo
de todos es el propio Jesús, quien para nosotros no es “el carpintero”, sino “el Cristo”
(Marcos 6:3; Mateo 16:16). Todos estos siervos de Dios tenían bien claro que su
vida no debía girar en torno a sus talentos, sus bienes o su posición social, sino en
torno a su servicio a Dios. Sabían que el propósito más noble y más gratificante que
existe es el de ser siervos de Dios.
18. ¿Cómo decidió utilizar su vida cierto cristiano, y a qué conclusión llegó?
18 Seung Jin, mencionado al principio, también llegó a reconocer que tenía que dar
prioridad a su servicio a Dios. Él explica: “Decidí que, en lugar de usar todas mis
energías en la medicina, el arte o el magisterio, debía usarlas tal como se espera
de un siervo dedicado de Jehová. Ahora estoy sirviendo en un lugar donde hay
mucha necesidad de maestros de la Biblia, y ayudo a las personas a tomar el camino
que lleva a la vida eterna. Solía pensar que el servicio de tiempo completo no
supondría ningún reto para mí. Sin embargo, mi vida ahora presenta más retos que
nunca: a diario trato de mejorar mi personalidad y mis aptitudes para enseñar a
personas de otras culturas. He llegado a la conclusión de que la única manera de
que nuestra vida tenga sentido es haciendo que el propósito de Jehová sea también
nuestro propósito”.
Ver cómo Dios habita en su pueblo no es una tarea fácil, pero sí es posible.
Debemos entrar en el estudio con una perspectiva escatológica sobre las promesas
dadas en el Antiguo Testamento y su cumplimiento en la persona de Cristo.
Usualmente la pregunta que surge en este tema es, Si los santos del Antiguo Pacto
no disfrutaban de la presencia de Dios en ellos sino solo con ellos, ¿cómo eran
salvos?
Misma regeneración por medio de los pactos
¿Qué es la regeneración? Jim Hamilton dice, “La regeneración es la obra de Dios
de otorgar a seres humanos la habilidad para escuchar, entender, creer, obedecer,
entrar en el reino”. Así, la regeneración es la obra de Dios, por medio del Espíritu
Santo, para darle un nuevo corazón a su pueblo. En el Antiguo Pacto y el Nuevo
vemos que Dios obró la misma regeneración. Vemos esta promesa en lugares como
Deuteronomio 30:6; Jeremías 24:7, 29:10-14, 31:31-34, 32:36-41; y Ezequiel 36:26-
27.
La promesa de la circuncisión del corazón es algo que disfrutamos en un espectro
más amplio en el Nuevo Pacto. En el Antiguo Pacto Dios le dio al remanente un
corazón para amarlo y amar su Palabra. En el Antiguo Pacto vemos las promesas
de la circuncisión aplicadas solo en el remanente, pero en el Nuevo Pacto son
aplicadas a todo miembro de la Iglesia de Cristo. La circuncisión del corazón es lo
que permite a una persona amar y atesorar a Dios sobre todas las cosas, a ejercer
fe en lo que Dios ha hecho a nuestro favor en su Hijo; todo esto es aplicado a
nuestros corazones por medio del Espíritu Santo.
Esta transformación ocurre en un instante, y continúa con la obra de santificación
por medio de la gracia y la fe en Dios (Hechos 7:51; Romanos 2:22-29; Efesios 1:13;
Colosenses 2:11).
También vemos la obra del Espíritu Santo en la regeneración en Juan 3:5-8; y Tito
3:3-7. Debido a esto, podemos concluir que la regeneración es la misma por medio
de los pactos: En el Antiguo Pacto, vemos al remanente ser salvo por el Espíritu
Santo, mientras ellos ponen su fe en la obra venidera de Dios por medio de su Hijo
(hebreos 11). Sin embargo, a continuación, veremos que, a pesar de que la
presencia de Dios es la misma —porque Él no cambia—, el lugar en el que su
presencia habita ha cambiado.
Diferente morada por medio de los pactos
En el Antiguo Testamento vemos que existe una morada temporal de Dios en el
templo físico (Éxodo 40:34; 2 Crónicas 7:1-2). También vemos cómo la presencia
de Dios deja el templo por causa del pecado del pueblo (Ezequiel 8-11).
¿Cómo puede ser que el Espíritu Santo no habita en los santos del Antiguo Pacto?
Hamilton me ha ayudado mucho a entender la gran verdad de la residencia del
Espíritu en la Iglesia. Él dice, “En el Antiguo Pacto, Dios permaneció fiel a su pueblo,
acompañándolos en una columna de fuego y de nube, y después habitando en
medio de ellos en el tabernáculo y en el templo. En el Nuevo Pacto, el único templo
es la comunidad de creyentes, y Dios habita no solo en la comunidad corporativa,
sino también en cada miembro individual”.
Hamilton explica la venida del Espíritu sobre o con algunos líderes políticos,
“apoderaba al juez para un trabajo en particular, marcando como alguien distinto”.
Así que el Espíritu daba discernimiento a líderes políticos para guiar al pueblo de
Dios.
La presencia permanente de Dios en su Pueblo
Cuando leemos la promesa de la circuncisión en Ezequiel 36:25-26,
inmediatamente nos damos cuenta que Dios promete su presencia en su pueblo,
“Pondré dentro de ustedes mi espíritu y haré que anden en mis estatutos, y que
cumplan cuidadosamente mis ordenanzas” (v. 27).
Esta promesa escatológica de la residencia del Espíritu en el pueblo de Dios está
conectada a la promesa del Nuevo Pacto que Cristo compraría con su sacrificio en
la cruz. Por ejemplo, vemos en Isaías 11:2; 42:1; 61:1; Lucas 4:18-19; y Juan 1:14
que Jesús estaba lleno del Espíritu de Dios. De esta manera cumple la profecías
que el Mesías estaría lleno de la presencia de Dios por medio del Espíritu Santo,
siendo el nuevo templo.
La conexión entre la gloria de Dios llenando el templo y la gloria de Dios mostrada
en el Hijo nos muestra que Jesús es el verdadero templo, en donde la presencia de
Dios habita continuamente. Pero ¿cómo se conecta la morada de la presencia de
Dios en Cristo por medio de su Espíritu con su Iglesia?
En Juan 2:19-22; 7:39; 14:15-17; y 16:17 vemos con más claridad lo nuevo del
Espíritu Santo en el Nuevo Pacto. En Juan 14:17 nos damos cuenta que el Espíritu
no solo estaría presente de la misma manera que en el Antiguo Pacto (“con” el
pueblo de Dios), sino también de una manera completamente nueva: El Espíritu “en”
o “dentro” del pueblo de Dios como una congregación corporativa, pero también en
cada persona de forma individual.
La Iglesia como el templo de Dios tiene poder para ser testigo del evangelio glorioso
de Dios en Cristo y por medio del Espíritu (Joel 2:28-32; Hechos 2:17-24; 1 Corintios
2:12; 6:19-20). La Iglesia es el templo del Espíritu de Dios y como el templo
anticipamos la nueva creación, la cual tomará forma de un templo, (Apocalipsis 21-
22).
El templo del Espíritu
Desde el Antiguo Pacto, el deseo de Dios de estar con su pueblo permanece. Sin
embargo, la promesa de que Dios habitaría en su pueblo es una bendición
escatológica que los creyentes en el Antiguo Pacto no disfrutaban. Los creyentes
del Nuevo Pacto vivimos y disfrutamos esta bendición de la presencia de Dios en
nosotros, ya que Cristo es el templo y nos ha unido a Él.