DÍA CERO.

Cindy Pérez García

Curso:
Universidad de Cartagena
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A diario vemos en los medios noticias poco alentadoras para la humanidad. Eventos como

los son los desastres naturales, eventos provocados por el hombre como la tala

indiscriminada de la selva amazónica; la aparición de nuevos brotes que ponen en riesgo

nuestra supervivencia, brotes que no distinguen en: sexo, edad, estrato; son nuestros día a

día. Cada día el panorama para el hombre se ve más y más sombrío aquí en la tierra, y gran

parte de ese panorama sombrío es por culpa del hombre, y esa hambre por obtener todo nos

estar acortando nuestros días en la tierra, y parecer ser que esto continuará.

Y lo digo porque, sin importar el costo de imperar sobre los demás, el hombre está

poniendo en riesgo la vida del hombre, un ejemplo de esto son las antenas telefónicas

implantadas por las empresas móvil, que sí, no se puede no obviar que esta nos ha facilitado

la manera en cómo nos comunicamos, se está pasando por alto al gran daño irreversible que

ocasionan estas en los seres humanos que viven cerca de ellas.

Un reporte arrojado recientemente por el Journals internacionales dice que “La radiación de

RF de suficiente intensidad calienta los tejidos, pero la energía es insuficiente para causar

ionización; los efectos “térmicos” son perjudiciales para el normal funcionamiento de las

estructuras biológicas, pero se requieren dosis o niveles de exposición muy elevadas

(mayores a 2 millones de watts por metro cuadrado), por esta razón la comunidad científica

estaba convencida que la radiación utilizada en los sistemas de comunicación era segura

para los seres vivos y por ende para la salud humana. Sin embargo, a medida que aumentó
el desarrollo de los sistemas de comunicación inalámbricos, los teléfonos móviles y la

cantidad de antenas instaladas entre las viviendas, se empezaron a multiplicar en todo el

mundo los reclamos de los residentes en las cercanías de las antenas refiriendo distinto

tipos de síntomas y enfermedades que ellos vinculaban a la presencia de las antenas. En los

últimos años también se han multiplicado la publicación en revistas científicas médicas de

investigaciones epidemiológicas y en modelos experimentales de laboratorio que

demuestran que la RRF a niveles “no térmicos” afecta la salud. Estos niveles de exposición

no térmica han resultado en efectos biológicos en humanos, animales y células, incluyendo

un mayor riesgo de cáncer”1. En otras palabras, las personas que viven cerca de antenas

telefónicas tienen no solo tiene una mayor posibilidad de sufrir trastornos del sueño,

dolores de cabeza, mareos, irritabilidad, dificultades de concentración e hipertensión, sino

que también posiblemente todo esto se traduzca en un cáncer debido a las radiaciones que

emiten las antenas.

Otra problemática que va en aumento, y el hombre contribuye a su aumento y deterioro es a

la contaminación de las fuentes de agua. El nivel de contaminación de las aguas de nuestro

planeta, en especial las fuentes de agua dulce son tan dramáticas, que los elementos tóxicos

han llegado a las capas freáticas más profundas. Esto implica que los vertidos (legales e

ilegales) industriales, los restos de pesticidas y hasta los desechos cloacales, penetran en la

tierra y también envenenan el agua de abajo hacia arriba durante décadas2.

1
Hardell L, Carlberg M, Hedendahl LK. Radiofrequency radiation from nearby base stations gives high levels
in an apartment in Stockholm, Sweden: A case report. Oncol Lett. 2018;15(5):7871-7883.
2
El Espectador
Tal es el crecimiento de esta problemática que ciudades como CAIRO están a prontas de

quedar sin el suministro de agua, esto debido a la mala administración y los altos niveles

nivel de contaminación que sufren el rio NILO, la fuente principal de abastecimiento de la

capital. Un informe sobre Desarrollo Mundial del Agua de la ONU alerta que ese país está

por debajo del umbral de pobreza de agua, la escasez es de 1.000 metros cúbicos y avanza

hacia una escasez absoluta, de 500 metros cúbicos de agua.

Está realidad viéndola desde Colombia parece que no nos afectará, nos parece imposible

llegar hasta ese punto de desabastecimiento siendo unos de los países más ricos en

hidrografía, pero estamos muy equivocados, con el ritmo que vamos puede que entre unos

30 a 50 años nos quedemos sin el vital suministro. La ciudad de RIOHACHA no es ciega

de este problema, ellos sabes que es vivir sin el vital suministro. Aquí en Cartagena, la mala

administración que se padece en ciudades como el CAIRO Y RIOHACHA no nos están

dejando sin agua, pero sí una contaminación que se viene dando aproximadamente desde

1844, donde después de que Colombia fue declarada una república comienzan la inversión

en el cuerpo de agua Dique, los efectos de estas obras de ingeniería, han sido catastróficos.

El transporte de sedimentos ha aumentado, y los efectos en la bahía de Cartagena y

Barbacoas, situadas frente a las Islas del Rosario, se convirtieron en una tragedia ambiental,

agravada por la erosión de la cuenca del río Magdalena entre 1975 y 20123, de no realizarse

un dragado en el canal el mismísimo Río Madalena se encargaría de cerrar el canal lo cual

sería la solución si no fueras que miles de personas se verían afectada por este hecho.

A la conclusión con llegó después de abordar estas dos problemáticas que parecen que son

totalmente opuestas, realmente no es así. Ambas comprarte algo, y ese algo es la mano

3
El Espectador
invisible del hombre involucrado negativamente, en otras palabras, el hombre es el

principio y fin de sus problemas, de seguir así y no buscar una pronta solución los humanos

tenemos los días contados en la tierra.