Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Marta Negrin
Fruto de su tesis de doctorado, el libro de Gustavo Bombini inaugura un recorrido que supera
fronteras y prejuicios en torno a las tensiones entre literatura y educación, una relación
frecuentemente atravesada por la supremacía de lo teórico sobre lo práctico, del conocimiento
universitario entendido como superior respecto de otros modos de producir y transmitir
conocimiento y que ha considerado lo literario-escolar como una suerte de subproducto cultural
intrascendente en su dimensión de problematicidad teórica y crítica, insignificante desde el punto
de vista ideológico y ligado a un cierto conservadurismo reproductivista encarnado en los muros
de la escuela, "impregnados siempre de un tufillo a acto escolar, efeméride y símbolo patrio".
Como tantas otras investigaciones, también esta nace de una ausencia: la de trabajos académicos
que hayan abordado a la disciplina escolar "literatura" como objeto de una historización y a la
propia enseñanza literaria como una práctica que suscita nuevas preguntas para la investigación.
Bombini construye su tesis a partir de una variedad y exhaustividad de fuentes escasamente
consultadas, quizás por haber sido consideradas irrelevantes, o por encontrarse dispersas en
relación con los circuitos más habituales. Desde planes de estudio, programas de la asignatura
"literatura", libros de texto, antologías, libros para el docente, hasta papeles autobiográficos,
notas personales de profesores y testimonios de estudiantes permiten asomarse a la lógica más
íntima del trabajo escolar sobre literatura, dado que, señala el autor, "la reconstrucción de una
trayectoria docente no se agota en la lectura de documentos editados; las huellas de la historia de
una práctica se han de rastrear en documentos más informales, en testimonios orales, en
fragmentos de información no oficial donde se podrá establecer el relato de los avatares de
cotidianeidad..."
El primer capítulo reseña los orígenes del sistema de enseñanza secundaria en la Argentina,
momento en que se inician una serie de líneas de discusión acerca de la disciplina escolar ocupada
de la literatura que atravesarán las sucesivas reformas educativas y cambios de planes de
estudios: diferentes concepciones sobre la especificidad del objeto, sobre un canon escolar
posible, sobre los saberes establecidos para ser enseñados y los métodos de enseñanza.
El problema del conocimiento escolar sobre la literatura y las tensiones en sus procesos de
modernización es el tema del segundo capítulo. Aquí las discusiones en torno a la organización de
la asignatura "literatura" se inscriben en el contexto más amplio del campo de la enseñanza y
también en el ámbito de los debates político-literarios de la época, entre ellos la preocupación por
la lengua y más específicamente por el "idioma nacional" argentino, inquietud que, especialmente
en el caso de la enseñanza, se liga con el interés por la lengua literaria. En la contraposición entre
el lenguaje diario de las clases populares que moran en el Río de la Plata, esa "lengüita argentina"
en palabras de Calixto Oyuela y la "lengua noble" usada por la gente culta, adoptada por los
poderes públicos y que debería convertirse en la "lengua común", la escuela se define por su
misión reparadora. La disputa entre enciclopedismo historicista versus contacto directo con los
textos, la aparición de las tareas de escritura en el aula como una alternativa para el comentario
de textos, la ligazón posible entre literatura y vida, son otras de las cuestiones que se examinan en
este capítulo.
El tercer capítulo está destinado a explorar los instrumentos utilizados en la enseñanza: manuales,
colecciones escolares y antologías y a poner en evidencia hasta qué punto la presencia de estos
materiales curriculares suscita tensiones y conflictos. Las críticas provenientes de la teoría literaria
-y aquí Bombini retoma algunos de los trabajos ya clásicos presentados en el Coloquio de Cerisy-la-
Salle en 1969, en el que Roland Barthes y Pierre Kuentz se ocupan de la lógica de los manuales de
literatura- se suman a las críticas que surgen del propio campo de la práctica y revelan que las
relaciones entre la producción editorial, los estudios literarios y la institución escolar no son
siempre pacíficas.
El capítulo cuatro da inicio a la segunda parte del libro, dedicada a los sujetos y las prácticas. Se
recogen las discusiones en torno a la profesionalización de los profesores, el tipo de formación
adecuada y las instituciones más idóneas para llevarla a cabo. Privilegiar la formación específica en
los contenidos del área o privilegiar la formación técnico-pedagógica parecen ser los dos polos
excluyentes de una prolongada disputa, en el campo de las políticas educativas, por definir el
modelo hegemónico de docente secundario. Como una inflexión particular del tema, la formación
de profesores para la enseñanza literaria ofrece su propia versión de este debate. Las trayectorias
de profesores en Letras de diversas procedencias, de prolíficas actuaciones y de desempeños
variados, demuestran la relativa incidencia que tienen las previsiones tomadas por las
instituciones de formación para orientar el desempeño profesional posterior de sus graduados y
nos advierten sobre los riesgos de rápidas generalizaciones cuando de analizar el campo social se
trata.
recibido: 26/03/06
aceptado para su publicación: 15/04/06
Departamento de Humanidades
República Argentina