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La Terapia Gestalt es a una forma de psicoterapia que se deriva de la escuela de

pensamiento Gestalt. Fue desarrollado a finales de 1940 por Fritz Perls y se guía por el
principio de la teoría relacional que cada individuo es un todo (mente, cuerpo y alma).

El enfoque se centra en gran medida de la auto-conciencia y el “aquí y ahora” (lo que está
sucediendo). En la Terapia Gestalt, la conciencia de uno mismo es la clave para el
crecimiento personal y el desarrollo del potencial completo. El enfoque reconoce que a
veces esta conciencia de uno mismo puede ser bloqueada por los patrones de pensamiento y
comportamientos negativos que pueden hacer que la persona se sienta insatisfecha y
descontenta.

Es el objetivo de un terapeuta Gestalt es promover una conciencia de sí mismo que no juzga


y que permite a los clientes desarrollar una perspectiva única en la vida. Al ayudar a un
individuo a ser más consciente de lo que piensa, siente y actúa en el momento presente, la
Terapia Gestalt da una idea de las formas en que él o ella puede aliviar sus problemas
actuales y la angustia con el fin de aspirar a su máximo potencial.

Los conceptos clave de la Terapia Gestalt

La Terapia Gestalt trabaja a través de la interconexión de los conceptos clave. Estos ofrecen
información sobre los procesos que intervienen en las sesiones de terapia entre el terapeuta
y el cliente.

Centrada en la conciencia de la persona conciencia y en el momento presente, logrando


separar del futuro y el pasado. El proceso sigue la experiencia de una persona de una
manera que no implique la búsqueda de lo inconsciente, centrándose con lo que está
presente y consciente.

Respeto – los clientes se tratan con un respeto profundo por un terapeuta Gestalt.
Proporciona un equilibrio entre el apoyo y el desafío, clave para ayudar a los participantes a
sentirse cómodos para reconocer sus resistencias y poder abrirse.

Énfasis en la experiencia – El enfoque gestáltico se centra en la experiencia en términos de


emociones, percepciones, comportamientos, sensaciones corporales, ideas y recuerdos de
un individuo. Un terapeuta anima al cliente a “experimentar” de todas estas maneras,
vívidamente en el aquí y ahora.

Experimento creativo y descubrimiento – Hay una metodología experimental utilizada por


los terapeutas para probar la experiencia de sus clientes. Estos incluyen técnicas muy
creativas y flexibles para ayudarlos a abrirse y reconocer los sentimientos ocultos.

La responsabilidad social – El enfoque gestáltico reconoce que los seres humanos tienen
una responsabilidad social para uno mismo y para los demás. Exige respeto para todas las
personas y reconoce que cada uno es diferente. En última instancia se anima a las personas
a adoptar un enfoque igualitario a la vida social.

Relación – las relaciones se consideran un punto central en la experiencia humana y la


terapia Gestalt considera como individuos y como un “todo”, se busca lograr una buena
relación con ellos y con los que están a su alrededor. La relación interpersonal entre el
individuo y el terapeuta se desarrolla y se nutre en las sesiones, y es un proceso de
orientación fundamental en la terapia.

¿Cómo funciona la Terapia Gestalt?

Fundamentalmente, la Terapia Gestalt trabaja para enseñar a los clientes a definir lo que
realmente está siendo experimentado, en lugar de lo que es meramente una interpretación
de los acontecimientos. Aquellos que se beneficien de la Terapia Gestalt, emprenderán una
exploración sobre todos sus pensamientos, sentimientos, conductas, creencias y valores
para fomentar el conocimiento de cómo interpretan y responden a eventos en su ambiente.
Esto les da la oportunidad de identificar opciones, patrones de comportamiento y los
obstáculos que están afectando su salud y bienestar, y que les impiden alcanzar su pleno
potencial.

En el desarrollo de este proceso terapéutico se suelen incluir una serie de técnicas


expresivas y creativas experimentos, desarrollados en colaboración entre el terapeuta y el
cliente. Estos serán apropiados para el cliente y sus problemas específicos. A continuación
se presentan algunos de los métodos más comunes que se utilizan:

Juego de rol: El juego de roles puede ayudar a las personas a experimentar diferentes
sensaciones y emociones y comprender mejor cómo se presentan y de este modo
organizarse.

La técnica de ‘silla vacía’: La técnica de la silla abierta implica dos sillas y juego de roles, y
puede dar lugar a escenas emocionales. El cliente se sienta frente a una silla vacía y debe
imaginar a alguien (por lo general a sí mismo / a sí misma o partes de él o ella) en ella. A
continuación, se comunican con este ser imaginario, haciendo preguntas y
comprometiéndose con lo que representan. A continuación, se deben cambiar las sillas en
donde se sientan físicamente. La conversación continúa, pero el cliente invierte los papeles.
Esta técnica tiene como objetivo permitir a los participantes localicen un sentimiento
específico o una parte de su personalidad que tenían ‘repudiado’ o trataben de ignorar. Esto
les ayuda a aceptar y reconocer las polaridades que existen en los conflictos en todo el
mundo.

Diálogo: Un terapeuta Gestalt necesitará que el cliente participe en un diálogo significativo


y auténtico con el fin de orientarlos en una particular forma de comportarse o pensar. Esto
puede ir más allá de la simple discusión de formas creativas más de expresión como la
danza, el canto o la risa.

Discusión de los sueños: Los sueños juegan un papel importante en la Terapia Gestalt, ya
que pueden ayudar a las personas a entender los aspectos espontáneos de sí mismos.

Atención al lenguaje corporal: A lo largo de la terapia, un terapeuta Gestalt se concentrará


en el lenguaje corporal, que se considera un indicador sutil de emociones intensas. Cuando
se dio cuenta de lenguaje corporal específica, el terapeuta puede pedir al cliente que
exagere estos movimientos o comportamientos. Esto se utiliza para intensificar la emoción
unida al comportamiento y poner de relieve un significado interno. Por ejemplo, un cliente
puede estar mostrando signos de puños apretados o fruncir el ceño, a la que el terapeuta
puede pedir algo a lo largo de las líneas de: “¿Qué estás diciendo con este movimiento”

¿Quién puede beneficiarse?

En última instancia, la Terapia Gestalt se utiliza para ayudar a los individuos a obtener una
mejor comprensión de cómo se conectan a sus necesidades físicas y emocionales. Con ella
aprenderán que ser conscientes de su yo interno, lo cual es clave para entender por qué
reaccionan y se comportan de cierta manera. Este viaje de auto-descubrimiento hace el
enfoque beneficioso para que las personas sean más conscientes de sus emociones y les
resulte más fácil procesar por qué se sienten y actúan de la manera que lo hacen. También
puede proporcionar apoyo y un espacio seguro para las personas que pasan por momentos
de dificultad personal.

La Terapia Gestalt se considera particularmente valiosa para ayudar a tratar una amplia
gama de problemas psicológicos. Se ha demostrado que es eficaz para la gestión de la
tensión, la ansiedad, la adicción, el estrés postraumático, depresión y otros problemas
psicológicos que pueden impedir que las personas que viven la vida al máximo. En general,
las personas que participan en la Terapia Gestalt tienden a sentirse más seguras de sí
mismas, tranquilas y en paz consigo mismas.

La Psicología Existencial: un enfoque filosófico

Es un enfoque terapéutico más filosófico que técnico, que fundamenta su perspectiva en las
filosofías fenomenológico-existenciales. Centrándose en la condición humana en su
conjunto, la Terapia Existencial aplaude las capacidades humanas y anima a los individuos
a asumir la responsabilidad por sus éxitos.

Mediante el diálogo, identifica nuestros prejuicios y maneras de proceder en la vida. Tiene


una disposición abierta hacia la situación particular del paciente y su forma de experimentar
la vida. Se centra en los conflictos que surgen al enfrentarnos a un mundo que,
paradójicamente, amenaza la manera particular en que nos hemos explicado nuestra propia
existencia.

Las dificultades emocionales y psicológicas son vistas como un conflicto interno causado
por la confrontación del individuo con lo determinado por la propia existencia. En lugar de
ahondar en el pasado, el enfoque existencial se centra en el aquí y ahora, la exploración de
la condición humana en su conjunto y lo que significa para un individuo.

Historia de la Teoría Existencial

Las raíces de la Psicoterapia Existencial se encuentra en la filosofía de principios del siglo


XIX, con los filósofos cuyo trabajo se centraba en la existencia humana. Los filósofos más
comúnmente asociados con la Terapia Existencial son Søren Kierkegaard y Friedrich
Nietzsche. Estos dos pensadores entraron en conflicto con respecto a las ideologías
predominantes de su tiempo, por lo que se comprometieron con la exploración de la
realidad y la forma en que se experimenta.

La teoría de Kierkegaard sobre el descontento humano sólo puede superarse a través de la


sabiduría interna, mientras que Nietzsche introdujo la idea del libre albedrío y la
responsabilidad personal. En el 1900 filósofos como Sartre y Heidegger habían comenzado
a explorar el papel de la interpretación e investigación tenido en el proceso de curación.

Durante las próximas décadas otros contemporáneos comenzaron a reconocer la


importancia de ‘experimentar’ en términos de lograr el bienestar psicológico.

Las Teorías del Enfoque Existencial

Un elemento clave de la Orientación Existencial es que no pone énfasis en los eventos del
pasado, como algunos otros tipos de terapia. El enfoque toma en cuenta el pasado, a través
de la retrospección para comprender las implicaciones de los acontecimientos pasados. Pero
en lugar de culpar a los acontecimientos del pasado, la orientación existencial los utiliza
como visión, convirtiéndose en una herramienta para promover la libertad y la asertividad.
Llegando a la conclusión de que no se definen por su historia y que no está destinado a
tener un cierto futuro es a menudo un gran avance que ofrece la liberación durante este tipo
de terapia.

Los practicantes de la Terapia Existencial dicen que su papel es ayudar a facilitar el propio
encuentro de un individuo con él mismo para trabajar junto a medida que explora los
valores, suposiciones e ideales. Un terapeuta existencial buscará evitar imponer sus propios
juicios y en lugar de ayudar a elucidar la persona y trabajar sobre su propia perspectiva.
El terapeuta debe entrar en sesiones con una mente abierta y estar dispuesto a cuestionar
sus propios prejuicios y suposiciones. Debe realizar un ejercicio de ingenuidad casi
deliberado en la relación terapéutica, el objetivo del terapeuta es entender los supuestos del
propio cliente con una claridad que el individuo puede no ser capaz de tener sobre sí
mismo.

Una creencia central de la orientación existencial es que, a pesar de que los seres humanos
son esencialmente únicos en el mundo, anhelan estar conectados con otros congéneres. Esta
creencia puede ayudar a explicar por qué aparecen ciertos problemas y también ayuda a la
persona a entender por qué se siente como lo hace a veces.

Otra teoría interesante es que el conflicto interno se deriva de la confrontación del


individuo con los principios de la existencia. Estos datos fueron observados por el
psicoterapeuta Irvin D. Yalom, e incluyen:

la inevitabilidad de la muerte

la libertad y su consiguiente responsabilidad

el aislamiento existencial

el sin sentido de la existencia

Estas cuatro preocupaciones primordiales son las piedras angulares de la Psicoterapia


Existencial y componen el marco en el que el terapeuta identifica el problema del
individuo. Una vez que el tema ha sido conceptualizado por el terapeuta, un método de
tratamiento puede ser desarrollado.

Principios básicos del existencialismo

El ser humano es electivo, por ende, capaz de elegir su propio destino;

El ser humano es libre para establecer sus propias metas de vida; y

El ser humano es responsable de sus propias elecciones.

Los Cuatro Reinos

Dentro de la Psicoerapia Existencial hay una descripción de cuatro diferentes niveles de


experiencia y la existencia con la que las personas se enfrentan inevitablemente. Estos a
menudo pueden ayudar a las personas a entender el contexto de sus preocupaciones. Se cree
que la orientación de una persona hacia el mundo y los cuatro reinos define su realidad.
Hay varios nombres para los cuatro reinos dentro de la terapia existencial, sin embargo, los
siguientes son quizás los más conocidos:
El mundo físico

Este mundo o reino se centra en torno a lo físico. Es el mundo que compartimos con los
animales, el mundo de las necesidades corporales. Es el mundo que almacena el deseo, el
alivio, el sueño / vigilia ciclos y la naturaleza. Nacimiento, muerte y sentimientos físicos /
síntomas son también parte de este reino.

El mundo social

En el mundo social se encuentra todo lo relacionado con las relaciones. La cultura, la


sociedad y el lenguaje están aquí, así como el trabajo, las actitudes hacia la autoridad, la
comunidad y la familia. Las emociones, las amistades y las relaciones románticas son
también parte del mundo social.

El mundo personal

El mundo personal se ocupa de los problemas de uno mismo. Esto incluye la intimidad (con
uno mismo y otros), la identidad, las características personales y el sentido general del yo.
Las fortalezas y debilidades personales también son importantes, así como la cuestión de
ser auténtico.

El mundo de las ideas

El último reino se considera nuestro mundo “ideal”. Se incluyen la religión, los valores, las
creencias y la transformación. Esta es la dimensión en la que damos sentido a nuestra vida
y es considerado el reino de la trascendencia.

¿Cómo podría ayudar orientación existencial?

Uno de los objetivos principales de la Terapia Existencial es ayudar a las personas se


enfrentan a las ansiedades de la vida de frente y abrazar la libertad de elección que los seres
humanos tienen, teniendo la plena responsabilidad de estas opciones cuando lo hagan. Los
terapeutas existenciales tratan de ayudar a las personas a vivir más auténticamente y ser
menos interesados o superficiales. También animan a los clientes a tomar posesión de sus
vidas, para encontrar significado y vivir plenamente en el presente.

Los individuos que están interesados en el auto examen y que ven sus preocupaciones como
las cuestiones de la vida en lugar de los síntomas de una enfermedad psiquiátrica, tienen
más probabilidades de beneficiarse de este enfoque para el asesoramiento. La Terapia
Existencial es también muy adecuada para aquellos que se enfrentan problemas de la
existencia, por ejemplo, aquellos con una enfermedad terminal, aquellos que piensan en el
suicidio, o incluso aquellos que pasan por una transición en su vida.

En qué consiste la Terapia Centrada en el Cliente


La Terapia Centrada en el Cliente es un enfoque humanista que se ocupa de las formas en
que las personas se perciben a sí mismas conscientemente en lugar de cómo un terapeuta
puede interpretar sus pensamientos o ideas inconscientes.

Creada en 1950 por el psicólogo estadounidense, Carl Rogers (1902 – 1987), el enfoque
centrado en la persona, en última instancia afirma que los seres humanos que tienen una
tendencia innata a desarrollarse hacia su máximo potencial. Sin embargo, esta capacidad
puede ser bloqueada o distorsionada por nuestras experiencias de vida, en particular las que
afectan a nuestro sentido de valor.

El psicoterapeuta en este enfoque funciona para entender la experiencia de un individuo


desde su punto de vista. El terapeuta tiene que valorar positivamente el cliente como
persona en todos los aspectos de su humanidad mostrándose abierto y genuino. Esto es vital
para ayudar a un individuo a que se sienta aceptado y entender mejor sus propios
sentimientos, esencialmente para ayudarles a volver a conectar con sus valores internos y el
sentido de la propia valía. Esta reconexión con sus recursos internos les permite encontrar
su propio camino para seguir adelante.

El propósito de la Terapia Centrada en el Cliente

El propósito central de este enfoque es facilitar la tendencia hacia la auto-realización del


cliente, la auto-realización es la creencia de que todos los seres humanos persiguen lo que
es mejor para ellos. Este tipo de terapia facilita el crecimiento personal y las relaciones de
un individuo, por lo que les permite explorar y utilizar sus propias fortalezas y la identidad
personal. Un terapeuta centrado en la persona va a ayudar a este proceso y proporcionar un
apoyo vital.

Según Rogers, hay seis condiciones necesarias para que un cambio real. Estas son:

El contacto psicológico entre el cliente y el terapeuta.

El cliente sufre un trastorno emocional, pues se encuentra en un estado de incongruencia.

El terapeuta es auténtico y consciente de sus propios sentimientos (congruencia).

El terapeuta tiene la consideración positiva incondicional hacia el cliente.

El terapeuta tiene la comprensión empática del cliente y su marco interno de referencia, y


sabe comunicar esta experiencia con el cliente.

El cliente reconoce que el terapeuta tiene la consideración positiva e incondicional hacia él


y una comprensión de sus dificultades.

De estos, los tres siguientes son conocidos como las condiciones principales o núcleos:
La congruencia – el terapeuta debe ser completamente genuino.

Consideración positiva incondicional – el terapeuta no debe ser crítico frente a la


valoración del cliente.

Empatía – el terapeuta debe esforzarse por comprender la experiencia del cliente.

Una variedad de factores pueden afectar la capacidad de un individuo para florecer,


incluyendo baja autoestima, falta de confianza en sí mismo y falta de apertura a nuevas
experiencias. El enfoque centrado en la persona reconoce que las relaciones de entorno
social y personales de un individuo puede tener un gran impacto en él, por lo que la terapia
se ofrece en un entorno neutro y confortable, donde el cliente puede sentirse a gusto,
auténtico y abierto a aprender sobre sí mismo. De esta manera, el enfoque ofrece a los
individuos la oportunidad de contrarrestar las experiencias anteriores que afectaron las
condiciones de la pena (las circunstancias en que nos aprueba o desaprueba de nosotros
mismos).

Otros cambios relacionados que pueden ser cultivados de esta terapia incluyen:

Acercar posiciones entre lo que idealiza el cliente y la realidad de un individuo.

Una mejor comprensión de sí mismo y la conciencia.

Disminución de la actitud defensiva, la inseguridad y la culpa.

Una mayor capacidad de confiar en uno mismo.

Relaciones más sanas.

Mejora de la auto-expresión.

En general, un sano sentido del cambio.

La teoría detrás de la Terapia Centrada en el Cliente

En la mayoría de enfoques psicoterapéuticos, el terapeuta y sus observaciones se


consideran ‘expertos’. El enfoque centrado en el cliente se aleja de esta idea y en su lugar
confía en que los seres humanos tienen una tendencia innata a encontrar el cumplimiento de
sus propias potencialidades personales. Al facilitar esto, un terapeuta centrado en la persona
ayuda al cliente a reconocer su propia capacidad de auto-sanación y crecimiento personal.

Otro factor clave en esta teoría es la noción de auto-concepto. El autoconcepto se refiere al


conjunto organizado y coherente de creencias y percepciones que un individuo tiene acerca
de sí mismo. Estos forman un componente central de la experiencia total de una persona e
influyen en su percepción del mundo. Esta terapia de asesoramiento centrada en la persona
de reconoce que el autoconcepto de un individuo puede llegar a ser desplazada si se
esfuerzan demasiado o es muy difícil de encajar y ser aceptado por los que les rodean.

Debido a que los seres humanos desean generalmente la consideración positiva de los
demás, a menudo les es más fácil personas intentar encajar a toda costa. Intentar ser
cualquier otra cosa, o diferentes, los pondría en riesgo de perder la consideración positiva
de los demás.

Con el tiempo, la identidad de una persona, sus juicios personales, significados y


experiencias, puede llegar a ser desplazados por los ideales de los demás. Es por esta razón
que el asesoramiento centrado en la persona tiene como objetivo ayudar a las personas a
autorrealizarse y lograr un verdadero crecimiento personal. Esto se cultiva a través de la
provisión de un ambiente de apoyo donde los clientes pueden fortalecer y ampliar su propia
identidad y comienzan a separarse de sus nociones desarrolladas de cómo deben ser.

¿Quién puede beneficiarse?

En general, el asesoramiento centrado en el cliente puede ayudar a las personas de todas las
edades con una serie de cuestiones personales. Para muchas personas es un tipo atractivo de
la terapia, ya que les permite mantener el control sobre el contenido y el ritmo de las
sesiones, y no tienen que preocuparse de que su terapeuta les esté evaluando o juzgando de
ninguna manera. El estilo no directivo de la orientación centrada en el cliente se cree que es
de mayor beneficio para las personas que tienen un fuerte deseo de explorar ellos mismos y
sus sentimientos, y para aquellos que quieren hacer frente a los hábitos psicológicos
específicos o patrones de pensamiento.

Este enfoque se ha encontrado particularmente útil para ayudar a las personas a superar
problemas específicos, tales como depresión, ansiedad, trastornos de la personalidad,
trastornos de la alimentación y de la adicción al alcohol. Estos problemas pueden tener un
impacto significativo en la autoestima, la autonomía y la conciencia de sí mismo, pero la
Terapia Centrada en el Cliente puede ayudar a los individuos para volver a conectar con su
ser interior con el fin de superar cualquier limitación.

Por otra parte, a pesar de que el asesoramiento centrado en el cliente fue desarrollado
originalmente como un acercamiento a la psicoterapia, a menudo se transfiere a otras áreas
donde las personas están en relaciones, incluyendo la enseñanza, cuidado de niños y
cuidado del paciente para nombrar unos pocos. Hoy en día muchas personas que no están
practicando terapias utilizan este enfoque para ayudar a guiar a través del trabajo y las
relaciones del día a día.

Las necesidades humanas y la terapia Centrada en el Cliente


El enfoque Centrado en las Necesidades Humanas es un tipo de psicoterapia que se basa en
la premisa de que los seres humanos tienen un conjunto de “necesidades básicas” innatas y
si estas necesidades no son satisfechas, la angustia psicológica puede aparecer. Los médicos
creen que estas necesidades se han perfeccionado a lo largo de miles de años y hemos
construido los recursos para ayudar a cumplir con dichas necesidades.

Cuando estos recursos no funcionan y uno o más de nuestras necesidades no se cumplen,


entonces podemos sufrir psicológicamente. Al ayudar a los individuos establecen cuáles de
estas necesidades no se están cumpliendo, los practicantes de la Terapia Centrada en el
Cliente pueden pasar a diseñar estrategias maneras de satisfacer estas necesidades.

Las ideas detrás de este enfoque han ido evolucionando de forma lenta pero progresiva
dentro de la psicoterapia desde hace siglos, sin embargo, la adaptación en un tipo de terapia
fue introducida en 2003 por Joe Griffin y Ivan Tyrell. En esta página vamos a ver lo que los
cómo funciona la Terapia de las Necesidades Humanas y la teoría asociada de soñar.

¿Cuáles son las necesidades humanas?

Cuando hablamos de necesidades humanas estamos hablando lo que necesita un ser


humano de forma innata para su bienestar físico y mental. Se cree que este conocimiento de
lo que necesitamos se ha programado en nosotros a través de nuestros genes, y que nuestras
necesidades han evolucionado y adaptado de acuerdo a la vida moderna.

Hay dos grandes tipos de necesidades: las físicas y las emocionales.

Las necesidades físicas

Nuestras necesidades físicas son relativamente simples; como seres vivos que somos
necesitamos aire para respirar, agua para beber, comida para comer, dormir suficiente y
protección contra los elementos. Sin ellos, no podríamos sobrevivir por mucho tiempo.
Además de estas necesidades esenciales, otros requisitos físicos incluyen la necesidad de
ejercitar nuestros músculos y estimular nuestros sentidos. También buscamos
instintivamente a cabo un hogar donde podamos crecer, reproducirnos y criar a nuestros
hijos. Todo esto puede sonar muy primario, pero estos son los deseos y necesidades que
hemos heredado de los primeros hombres.

Las necesidades emocionales

Nuestras necesidades emocionales son algo más complicadas y se han adaptado a como
hemos evolucionado. En la raíz de estas necesidades se encuentra el deseo de conectarnos
con el mundo exterior y buscar nuestra realización. Cuando no se cumplen estos deseos,
podemos sufrir angustia emocional en diversas formas, lo que lleva a la enfermedad mental.
Las necesidades emocionales descritas dentro de la Terapia de las Necesidades Humanas
son las siguientes:

Seguridad – La necesidad de encontrar territorio seguro y un entorno en el que nos


podamos desarrollar plenamente.

Atención – La necesidad de dar y recibir atención.

Sentido de autonomía y control – Sentir que podemos hacer cosas por nosotros mismos y
tener un sentido de la responsabilidad.

Intimidad emocional – Sabiendo que al menos una persona que acepta en su totalidad.

Sentirnos parte de una comunidad – Saber que somos parte de algo más grande.

Privacidad – Tener la oportunidad de reflexionar y consolidar experiencias propias por


nosotros mismos.

Sentido de pertenencia dentro de los grupos sociales – Saber que somos valorados dentro de
un entorno social.

Sentido de la competencia y el rendimiento – Saber que somos competentes y tenemos


éxito en algo.

Significado y propósito – Un sentimiento que viene coherente sobre lo que hacemos y lo


que pensamos.

Ambos conjuntos de necesidades pueden tener un efecto sobre el uno sobre el otro, por lo
que todos deben ser considerados dentro de la Terapia de las Necesidades Humanas.
Además de estas necesidades, los psicoterapeutas de esta corriente afirman que tenemos los
sistemas de guía dentro de nosotros mismos que nos ayudan a satisfacer estas necesidades,
estos son llamados nuestros recursos.

Estos recursos incluyen:

La capacidad para desarrollar la memoria a largo plazo, que nos permitirá aumentar nuestro
conocimiento y aprender cosas nuevas.

La capacidad de conectar con los demás mediante la construcción de una buena relación y
empatía.

La capacidad de imaginar, que nos ayuda a tomar nuestra atención de nuestras emociones y
resolver problemas de manera creativa.

La capacidad de pensar racionalmente, analizar y planificar.

La capacidad de ser objetivo.


La capacidad de soñar, metafóricamente, para proponernos metas y logros sobre sobre
nuestras expectativas.

Cuando estos recursos no funcionan correctamente, nos puede causar angustia emocional.
La Terapia de las Necesidades Humanas busca establecer si existe o no es un problema con
los recursos así como solucionarlo.

¿Cómo funciona la Terapia de las Necesidades Humanas?

El enfoque de las Necesidades Humanas se centra en el presente y mira a soluciones


prácticas a los problemas emocionales. A través de la discusión y diversas técnicas
utilizadas por el terapeuta, la Terapia tiene como objetivo establecer qué necesidad o
necesidades no se están cumpliendo, por qué no se están cumpliendo y cómo esto se puede
cambiar.

El terapeuta debe adaptar las soluciones para cada individuo en función de sus experiencias
y preocupaciones personales. Se cree que es útil para una variedad de diferentes temas,
incluyendo la ansiedad, la depresión, manejo de la ira, la adicción y dificultades de
relación.

La teoría de la expectativa de cumplimiento de los sueños

El objetivo de nuestros sueños es un tema muy debatido en el mundo de la psicología, y por


supuesto forma parte del enfoque Centrada en el Cliente, Joe Griffin ha esbozado una teoría
en este sentido. Esta teoría, conocida como la teoría del cumplimiento de las expectativas
de los sueños, sugiere que el propósito de nuestros sueños es que nos permita llevar a cabo
las expectativas emocionales insatisfechas.

La teoría de los sueños sugiere que nuestros sueños son representaciones metafóricas de
impulsos no cumplidos. Hay tres puntos clave dentro de la teoría:

Los sueños son traducciones metafóricas de las expectativas que tenemos cuando estamos
despiertos.

Cualquier expectativa causada por la activación emocional sobre la que no se actúa, se


transforma en sueños.

Soñar funciona para desactivar la excitación emocional, completando el patrón expectativa


metafórica.

Dentro la Terapia de las Necesidades Humanas, su terapeuta puede preguntarle acerca de


sus sueños, pues las metáforas a menudo tienen valor terapéutico. A través de sus sueños, su
terapeuta puede ser capaz de ayudarle a entender lo que es preocupante emocionalmente
con más detalle.
Qué es la Logotarapia

La Logoterapia es un término derivado de “logos”, una palabra griega que se traduce como
“significado”, y la terapia, que se define como el tratamiento de una afección, enfermedad o
desajuste. Desarrollada por Viktor Frankl, la teoría se basa en la creencia de que la
naturaleza humana está motivada por la búsqueda de un propósito de vida. Así pues, la
Logoterapia es la búsqueda de ese sentido de la vida de uno mismo. La Teoría de Frankl
estaba muy influenciada por sus experiencias personales de sufrimiento y pérdidas en los
campos de concentración nazis.

Orígenes de la Logoterapia

Victor Frankl nació en Viena en 1905. Se formó como psiquiatra y neurólogo, trabajando
desde el marco de la Terapia Existencial. Durante la Segunda Guerra Mundial, Frankl pasó
tres años en diversos campos de concentración nazis, una experiencia que influyó en su
trabajo y el desarrollo de la Logoterapia. Frankl observó que aquellos que fueron capaces
de sobrevivir a la experiencia suele conocer algún significado en ella, como una tarea que
tenían que cumplir. Para Frankl, personalmente, su deseo de volver a escribir un manuscrito
que había sido confiscado a su llegada a Auschwitz fue un factor motivador. Después de
que se liberaron los campos, Frankl reanudó su trabajo como un neurólogo y psiquiatra. En
1946, publicó “El hombre en busca de sentido”, describiendo sus experiencias en los
campos de concentración, así como los principios y técnicas de la Logoterapia básicos.

Componentes de la Filosofía de Frankliana

Se basa en tres supuestos filosóficos que son fundamentales para su desarrollo:

La libertad de la voluntad: que explica que todo hombre es capaz de tomar sus propias
decisiones, por lo que es libre de escoger su propio destino y no convertirse en una
marioneta a merced del mismo, o del inconsciente colectivo.

La voluntad de sentido: expresa la preocupación de Frankl ante los métodos psicológicos


enfocados en la percepción del “componente exterior”, desvirtuando la idea de que el ser
humano es único ante el reino vegetal y animal.

El sentido de la vida: que para la Logoterapia es un factor incondicional que no se pierde


bajo ninguna circunstancia, pero puede escaparse de la comprensión humana. La
Logoterapia es una percepción positiva del mundo.

Encontrar el significado de la vida con Logoterapia

La Logoterapia se basa en la premisa de que los seres humanos se ven obligados a


encontrar un sentido de significado y propósito en la vida. Según Frankl, sentido de la vida
puede ser descubierto en tres formas diferentes:
Mediante la creación de una obra o llevar a cabo alguna tarea

Al experimentando algo totalmente o con alguien y el amor

Por la actitud que se adopta hacia el sufrimiento inevitable

Frankl cree que el sufrimiento es parte de la vida y la libertad del hombre es su capacidad
de elegir cómo responder a cualquier conjunto de circunstancias dadas, incluso las más
dolorosas. Además, las personas pueden encontrar un sentido a sus vidas mediante la
identificación de las únicas funciones que sólo ellos pueden cumplir. Por ejemplo, cuando
un hombre consultó con Frankl debido a una grave depresión tras la muerte de su esposa,
Frankl le pidió que considerara lo que habría ocurrido si hubiera muerto primero y su
esposa se había visto obligado a llorar su muerte. El hombre fue capaz de reconocer que su
propio sufrimiento salvó a su esposa de tener esa experiencia, que sirvió como un factor
curativo y ayudó a aliviar su depresión.

Técnicas de Logoterapia

Las tres técnicas principales de la logoterapia son:

La de-reflexión: La de-reflexión se utiliza cuando una persona está demasiado absorta en sí


misma, en un tema o consecución de un objetivo. Mediante la reorientación de la atención,
o de-reflexión de la atención, la persona puede llegar a pensar en los demás antes que a sí
misma.

La intención paradójica: la intención paradójica implica solicitar lo que más se teme. Para
las personas que sufren de ansiedad o fobias, el miedo puede paralizarlas. Sin embargo,
utilizando el sentido del humor, pueden llegar a desear lo que más temen, eliminando así el
temor de su intención y el alivio de los síntomas de ansiedad asociados a ella.

Diálogo socrático: el diálogo socrático es una técnica en la que se utilizan las palabras de la
propia persona como un método de auto-descubrimiento. Al escuchar atentamente lo que
dice la persona, el terapeuta puede señalar patrones específicos de palabras, o soluciones de
la palabra al cliente, y dejar que el cliente vea un nuevo significado en ellas. Este proceso
permite que una persona se dé cuenta de que la respuesta está dentro de ella y está a la
espera de ser descubierta.

Problemas del tratamiento con Logoterapia

La Logoterapia se basa en la creencia de que muchas enfermedades o problemas de salud


mental son en realidad debido a la angustia existencial. A través de su obra, Frankl encontró
que la gente luchaba con sentimientos de falta de sentido, una situación que se refirió como
el vacío existencial. La Logoterapia se puede utilizar para tratar una amplia gama de temas
que son de naturaleza existencial. Más específicamente, la logoterapia se ha encontrado
eficaz en el tratamiento de abuso de sustancias, el estrés postraumático, depresión y
ansiedad.

Origen de la Terapia Experiencial

Estos modelos agrupan una serie de enfoques:

De evolución diferenciada, aunque paralela.

Que se influyen mutuamente, pero

cada enfoque salvaguarda muy claramente su identidad y diferenciación respecto a los


otros,

su desarrollo es más técnico -Buscamos claramente respuestas prácticas de intervención-


que teórico -no les interesa elaborar una megateoria psicológica sobre el funcionamiento
humano.

Los modelos experienciales surgieron de la necesidad de construir una psicología a partir


del estudio del trabajo con la persona sana, y no desde las personas con neurosis graves o
psicosis.

Los modelos experienciales proponen dejar de pensar en términos de enfermedad, tanto si


está presente como futura, para pasar a concebir la vida en términos de una actualización o
realización de potenciales biopsicosociales.

Así, la actitud humanista concibe al hombre como capaz de una conducta equilibrada de
una manera espontánea que lo lleva hacia la plenitud, el desarrollo, la libertad, la
independencia y la plena realización.

De hecho, esta actitud surgió en los años sesenta como oposición ante tres elementos:

La corriente dominante de la sociedad industrial estadounidense y el tipo específico de


pensamiento que produce, que impone al hombre metas y fines ajenos a sus intereses
naturales.

La actitud evaluadora y diagnóstica de la psicología clásica, y su uso para el control social.

El pesimismo freudiano y el frío objetivismo del conductismo. Su enfoque fue como un


antídoto a las corrientes psicológicos de la época, los cuales percibían el hombre de una
manera pesimista y mecánica.
Como antecedentes del movimiento humanista y, por tanto, también de las terapias
experienciales encontramos los siguientes:

La psiquiatría fenomenológica de Jaspers, que intentó de empatizar con las experiencias


subjetivas de los enfermos mentales por medio de una descripción minuciosa de sus
cuadros psicopatológicos.

El análisis existencial de Binswanger, que abordó el análisis de la psicopatología bajo la


óptica que era una desviación del hecho de estar en el mundo , es decir, de la manera en que
nos posicionamos ante la responsabilidad de existir y ser libres.

La logoterapia de Frankl, cuya posición propugna que la tarea del terapeuta es ayudar al
paciente a encontrar significado a su vida.

Aunque en la actualidad es calificado por muchos de ingenuo, en su momento el


movimiento humanista permitió agrupar en torno a sus ideas un grupo de pensadores
considerable, que dieron soporte ideológico a los movimientos sociales de los años sesenta
y setenta en Estados Unidos, para extenderse posteriormente por toda la civilización
occidental.

Características de las terapias experienciales

Los modelos experienciales dan una visión del hombre como ser único y diferente, dotado
de un proyecto y en busca de significados que den cierta trascendencia en su vida.

Dentro del movimiento humanista hay un enfoque importante, es el análisis transaccional


de E. Berna, que tuvo un gran desarrollo y muchas aplicaciones los años setenta y ochenta
con el análisis del guión de vida, de juegos y de transacciones.

Este enfoque consta de cinco niveles de análisis:

El análisis estructural, que se basa en la conceptualización de los tres estados del yo (padre,
adulto, niño), intenta que el cliente detecte sus estados del yo predominante y la dinámica
interna entre sí.

El análisis de transacciones, que se ocupa del estudio de la comunicación y el intercambio


de mensajes desde el estado del yo de un sujeto a otro, lo que permite entender ciertos tipos
de fracasos comunicacionales.

El análisis de juegos, que comprende el estudio de las transacciones ocultas destinadas a


manipular a los demás.

El análisis de guiones, que pretende el estudio de las pautas de comportamiento más


arraigadas, relacionadas con una especie de programación paterna que se da en la infancia.
El análisis de desarrollo (similar al psicoanalítico), que se centra en la identificación de los
mensajes programadores paternos.

Podemos destacar como enfoques más significativos de los modelos experienciales los
siguientes:

La psicoterapia centrada en el cliente, de Carl Rogers.

La psicoterapia gestáltica, de Fritz Perls.

El psicodrama, de Moreno.

Las terapias corporales y energéticas.

La gran importancia que dan a la emoción como elemento esencial para trabajar
terapéuticamente es una de las características que definen los modelos experienciales. De
hecho utilizan muchos recursos técnicos para evocarla, ya que consideran que sólo hay un
cambio estable y duradero en el funcionamiento de una persona si la intervención
(cognitiva, conductual o emocional) activa de alguna manera esquemas emocionales. Para
ello, en la situación de laboratorio que es la terapia de experimentos
perceptivoexperienciales crean, ponen en marcha la emoción y ayudan a reestructurar
comportamentalmente, cognitivamente, emocionalmente y relacionalmente la vivencia de
las experiencias, lo que da más flexibilidad y libertad en la persona.

Trayectoria histórica de las terapias experienciales

Durante la década que va del final de los ochenta al final de los noventa, el enfoque
experiencial quedó un poco de lado, mientras que el componente cognitivo experimentó
una gran expansión. Pero rescatado desde una posición más sistematizada (Greenberg, Rice
y Elliot, 1993), vuelve a tomar relevancia en el espacio terapéutico, sobre todo integra
aspectos cognitivos y constructivistas y da una relevancia principal al tema de la emoción
como instrumento potenciador del cambio.

En definitiva…

Los modelos experienciales dan mucho valor a la experiencia y todo lo que la acompaña,
percepción, sensación, emoción, cognición y conducta, y conceden a diferencia de otros
modelos que tienen más en cuenta los pensamientos y la conducta, la misma importancia a
todos estos elementos.

Las terapias experienciales son modalidades de intervención que pretenden potenciar en las
personas la capacidad de decidir libre y responsablemente quiénes son y cómo se
posicionan ante la realidad, sin que el pasado, el futuro, las normas o las expectativas
interfieran en la decisión
En qué consiste la Terapia Breve Centrada en Soluciones

La Terapia Centrada Breve Centrada en Soluciones, también conocida como Terapia Breve,
es un acercamiento a la psicoterapia basada en la creación de la solución en lugar de
intentar profundizar en los problemas. A pesar de que reconoce los problemas actuales y las
causas que los generaron, en su mayor parte explora los recursos actuales de un individuo y
sus esperanzas futuras, lo que les ayuda a mirar hacia adelante y utilizar sus propias
fortalezas para alcanzar sus objetivos.

Como su nombre indica, la Terapia Breve Centrada en la Solución se considera un enfoque


limitado en el tiempo, sin embargo, a la técnica se incorporan a menudo en otros tipos de
terapia a largo plazo y los efectos pueden ser de más larga duración. Este enfoque fue
desarrollado en Estados Unidos en la década de 1980 por el matrimonio formado por Steve
de Shazer y Insoo Kim Berg, junto con su equipo en el Centro Familiar Breve. Juntos
fundaron la terapia bajo las siguientes suposiciones.

Estos son:

El cambio es constante y seguro.

Lo que es cambiante es posible.

Los clientes deben querer cambiar.

Los clientes son los expertos y resumen de sus propios objetivos.

Los clientes disponen de recursos y sus propias fortalezas para resolver y superar sus
problemas.

La terapia es a corto plazo.

Se centran en el futuro, la historia no es esencial.

Estos conceptos son componentes fundamentales en la formación de la solución centrada en


este enfoque.

¿Cómo funciona la Terapia Breve centrada en Soluciones?

En lugar de insistir en las deficiencias y limitaciones de un individuo, Shazer y Berg se


centran en soluciones de terapia, que se concentran solamente en los puntos fuertes y las
posibilidades de una persona para ayudarles a moverse hacia adelante. Actúa ayudando a
superar los problemas sin abordar directamente el mismo, se fomenta el cambio para ayudar
a los individuos a desarrollar un conjunto de objetivos claros, concisos y realistas. El papel
del terapeuta se centra en soluciones para ayudar a generar e implementar estas soluciones a
través de una serie de discusiones.
En estas discusiones, el terapeuta ayudará a las personas a imaginar una imagen clara y
detallada de cómo ven su futuro y cómo las cosas serán mejor una vez que se realicen los
cambios. También se les animan a explorar las experiencias y los tiempos pasados cuando
eran más felices y como se ven a sí mismos en su visión de futuro. Estos procesos tienen
como objetivo evocar un sentido de esperanza y elaborar una solución futura que parezca
posible.

Se trata esencialmente de la visión de futuro que impulsa el proceso de la terapia hacia


adelante, asegurando que es directa y, como resultado, breve. Los terapeutas pueden utilizar
esta solución futura para dar forma a las técnicas y preguntas que formarán discusiones.
Estos tienen como objetivo ayudar al individuo a alcanzar su potencial y encontrar el valor
para seguir adelante.

Técnicas de Terapia Breve Centrada en Soluciones

La solución centrada en este enfoque implica una variedad de técnicas utilizadas por un
terapeuta para aclarar soluciones y ayudar a la persona que busca ayuda para encontrar
maneras de alcanzarlos. Se trata generalmente de una serie de preguntas a la medida de la
persona y sus circunstancias específicas. A continuación se muestra un modelo básico de
técnicas de preguntas comunes implicadas en la terapia centrada en soluciones:

La pregunta del milagro: Un elemento clave dentro de este cuestionamiento es la “pregunta


del milagro”, una pregunta que anima a la gente a dejar de pensar en por qué no pueden
lograr algo y en lugar de imaginar cómo podrían ser sus vidas si se ha producido un
milagro. Esto les ayuda a ver la vida de manera muy diferente y desvía la atención de la
causa de sus problemas. Se hace hincapié en momentos en que sus problemas son
inexistentes. En última instancia, la pregunta del milagro permite al individuo a imaginar
una solución. Se espera que sus respuestas para describir esta solución en términos de
comportamiento detallados, y esto puede tener implicaciones de gran alcance sobre su
necesidad de hacer algo diferente. Se cree que esto allana el camino a pasos pequeños y
realistas que les ayudará a formar una forma totalmente diferente de vivir. Algunas personas
pueden incluso comenzar a poner en práctica algunos de los cambios de comportamiento
que han representado.

Preguntas de excepción: Las preguntas de excepción permiten que las personas se


identifican con momentos en que las cosas pueden haber sido diferentes para ellos – los
períodos en sus vidas que son contraproducentes para el problema que se enfrentan
actualmente. Al explorar cómo sucedieron estas excepciones, y poner de relieve los puntos
fuertes y los recursos utilizados por el individuo para alcanzarlos, un terapeuta puede darles
la posibilidad de encontrar una solución.
Ejemplos de preguntas de excepción a un terapeuta puede hacer incluyen:

“Háblame acerca de los tiempos en que se sintió más feliz”.

“¿Qué había en aquel tiempo, que lo hizo mejor?”

“¿Puede pensar en momentos en que el problema no estaba presente en su vida?”

Durante este proceso, el terapeuta es probable que ofrezca un montón de elogios para
animar a las personas a proyectar sus excepciones en el futuro y se sienten más confiados
en el uso de sus fortalezas y recursos para lograr su nueva visión.

Escalado preguntas: Después de la pregunta del milagro y las de excepción, normalmente


se formularán las preguntas de escala para invitar a los participantes a percibir su problema
en términos de dificultad. Esto tiende a implicar el uso de una escala de 1 a 10, en la que
cada número representa una calificación del problema (1 que es el peor de los casos una
situación y 10 es la mejor).

Identificando dónde se encuentra problema de un individuo se puede determinar dónde


reside en su modo de pensar, un terapeuta puede explorar cómo las cosas tendrían que ser
para que se sientan que se han cumplido los objetivos de la terapia. Desde aquí se pueden
establecer objetivos específicos y determinar los resultados preferidos. Las preguntas de
escala también pueden resultar útiles para el seguimiento del progreso.

¿Quién puede beneficiarse?

La Terapia Centrada en Soluciones ha tenido mucho éxito en cuestiones de ayuda a una


amplia gama de personas, incluyendo a parejas, familias y niños. Se cree que funciona de
manera muy eficaz para aquellos que están dispuestos a aceptar el cambio y tener una
mentalidad orientada hacia un objetivo, ya que estas personas a menudo son más sensibles
a las técnicas de terapia.

Debido a la naturaleza breve del enfoque, centrado en soluciones, la terapia puede ser
particularmente beneficiosa para aquellos que llevan estilos de vida acelerados y modernos.
En promedio, alrededor de cinco sesiones de terapia centrada en soluciones son necesarias
y éstas suelen durar alrededor de 45 minutos cada una. La terapia rara vez se extiende más
allá de ocho sesiones, sin embargo más sesiones y otras técnicas integradas se pueden
introducir, si es necesario, en algunos casos se requiere una sola sesión.

La versatilidad del enfoque se extiende a la variedad de temas que puede ayudar. Estos
incluyen las dificultades de comunicación, estrés y ansiedad, abuso de drogas y alcohol,
problemas de conducta, trastornos de la alimentación y las dificultades de relación para
nombrar unos pocos. Al igual que con todas las formas de terapia, al ayudar a las personas a
progresar más allá de sus problemas, esta terapia puede dar lugar a grandes cambios en la
vida, por ejemplo el comienzo de una nueva relación o el final de una vieja.

La Psicoterapia Breve Estratégica o Terapia Breve Estratégica es un modelo de


intervención terapéutica centrada principalmente en soluciones, que deja de lado o no
ahonda en el origen del malestar psicológico ni en su causa. Ha sido desarrollada por
Giorgio Nardone e incluye los modelos teóricos de Paul Watzlawick de la escuela de Palo
Alto de San Francisco (EEUU).

Las bases del enfoque estratégico se pueden resumir en:

Los problemas psicológicos son el resultado del sistema de percepción de la realidad del
individuo.

Para resolver un problema sólo hay que entender cómo funciona y se mantiene en el
presente, sin necesidad de buscar la causa en el pasado.

Los intentos arbitrarios de solución puestos en práctica por el paciente o sus familiares, son
por lo general los que mantienen el problema o generan nuevos problemas.

¿En qué consiste la terapia Breve Estratégica?

La Terapia Breve Estratégica es una manera creativa y original de enfocar la formación y


solución de problemas humanos en una consulta psicológica

Los intentos arbitrarios de solución puestos en práctica por el paciente o sus familiares, son
por lo general los que mantienen el problema o generan nuevos problemas. Se trata de una
intervención terapéutica breve (entendiendo por breve menos de 20 sesiones) que se ocupa,
por una parte, en eliminar los síntomas o el comportamiento disfuncional por el cual la
persona ha recurrido a terapia, y por otra parte, en producir un cambio de las modalidades
según las cuales la persona construye su propia realidad personal e interpersonal.

Por consecuencia, la Terapia Breve Estratégica representa una intervención radical y


duradera y no una terapia superficial y meramente sintomática. Diferentemente de las
tradicionales teorías psicológicas y psiquiátricas, un terapeuta estratégico no utiliza ninguna
teoría sobre la “naturaleza humana” y, por tanto, mucho menos definiciones relativas a la
“normalidad” o “patología” psíquica. Este enfoque se interesa principalmente por la
“funcionalidad” o “disfuncionalidad” del comportamiento de las personas y de su modo de
relacionarse con su propia realidad.
Cuando nos encontramos frente a una dificultad – sea personal, relacional o profesional – la
primera cosa que intentamos hacer para resolverla es utilizar una estrategia que nos parece
productiva, tal vez porque ha funcionado en el pasado para una situación similar. Si la
estrategia elegida funciona la dificultad se resuelve en tiempo breve, pero a veces sucede
que nuestra estrategia no funciona como esperaríamos y que esto nos lleva a intensificar
nuestros esfuerzos en esa dirección, desde que la solución pensada nos parezca aún la más
lógica, obvia, o la única posible. Pero cuanto más aplicamos esta estrategia más la
dificultad inicial parece no sólo irresoluble sino incluso se complica, transformándose en un
verdadero problema estructurado.

En estos casos son los mismos esfuerzos que la persona ejerce en dirección del cambio que
mantienen la situación inmutable, es decir: las “soluciones intentadas” probadas por el
sujeto y por las personas de su entorno para intentar resolver el problema terminan por
alimentarlo y determinar así su persistencia. Estos intentos de solución son reconocidos a
menudo por la propia persona como no funcionales pero, a pesar de eso, ella no consigue
hacer de otra forma, desarrollando así una arraigada confianza en la posibilidad de un
cambio de la propia situación problemática.

Desde un punto de vista estratégico, por tanto, para cambiar una situación problemática no
es necesario desvelar las causas originarias (aspecto sobre el cual, por otro lado, no
tendríamos ninguna posibilidad de intervención), pero trabajar sobre cómo esto se mantiene
en el presente, gracias a la repetición de la “solución intentada” adoptada. Por este motivo,
el terapeuta estratégico se enfoca, desde el inicio de la terapia, sobre la ruptura de este
círculo vicioso que se llegó a establecer entre las soluciones intentadas y la persistencia del
problema, trabajando sobre el presente más que sobre el pasado, sobre cómo funciona el
problema más que sobre el “porqué” existe, sobre la búsqueda de las soluciones más que de
las causas.

El objetivo último de la intervención terapéutica se transforma así en el desplazamiento del


punto de observación del sujeto de su posición originaria rígida y disfuncional (que se
manifiesta a través de las soluciones intentadas) hacia una perspectiva más elástica y
funcional, con mayores posibilidades de elección. De este modo la persona adquiere la
posibilidad de afrontar el problema sin rigidez y sin estereotipos, disfrutando de la ventaja
de haber desarrollado diversas estrategias de resolución.

Para alcanzar este objetivo de la forma más eficaz y rápida posible, la intervención
estratégica es de tipo activo y prescriptivo y debe producir resultados ya desde la primera
sesión. Si esto no ocurre, el terapeuta está en condiciones de modificar su propia estrategia
con base a las respuestas del cliente, hasta encontrar la estrategia idónea para guiar a la
persona al cambio definitivo de su propia situación problemática..

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