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DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL

DE JESUCRISTO
En la presentación que Pablo hace de sí mismo como apóstol en 1 Cor, se sitúa en
la línea de los apóstoles testigos de la resurrección de Jesucristo.
Y después de todos, como a uno que nace antes de tiempo, también se me
apareció a mí. Porque yo soy el menor de los apóstoles, indigno de ser
llamado apóstol, por haber perseguido a la iglesia de Dios (1 Cor 15,8-9)

En esta declaración se advierte la tensión entre su conciencia de ser “apóstol”,


plenamente legitimado por haber visto al Señor resucitado, y el recuerdo de su pasado
como perseguidor de la “Iglesia de Dios”. Esta breve autoconfesión de Pablo plantea
algunos interrogantes sobre su pasado como perseguidor de la iglesia llamado a ser apóstol
de Cristo:
1. ¿En qué sentido ha “perseguido a la Iglesia de Dios”? ¿Qué papel ha
desempeñado en esta acción persecutoria? ¿Cuáles han sido los motivos que le
han llevado a esta actividad persecutoria?
2. ¿Qué hay que entender por “Iglesia de Dios”? ¿Se refiere a todas las
comunidades cristianas de la primera generación, o sólo a las de origen hebreo
instaladas en Jerusalén?
3. ¿Cómo valorar este testimonio directo de Pablo en relación con las otras
informaciones proporcionadas por su epistolario y por la segunda fuente
paulina, los Hechos de los apóstoles?

¿En qué consistió la persecución de Pablo a


la Iglesia?

EN LAS CARTAS AUTÉNTICAS DE PABLO


Analizaremos fundamentalmente tres textos de las cartas consideradas auténticas:
Ga 1,13.22-23; Flp 3,6 y 1 Cor 15,9-10. En ellos Pablo, al evocar su pasado como
perseguidor, usa:
1. Una terminología fija: los verbos διώκειν (perseguir) y πορθέιν(aniquilar), y el
objeto de su persecución: la “iglesia de Dios”, o simplemente “la iglesia”.
2. Un esquema estereotipado: Pablo resalta el contraste entre su actuación
como perseguidor de la Iglesia de Dios y la actuación de Dios, que lo llama por
su gracia a ser proclamador del evangelio de Jesucristo.
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

GÁLATAS 1,13
Habéis oído, sin duda, hablar de mi antigua conducta en el judaísmo: con
qué furia perseguía yo a la Iglesia de Dios intentando destrozarla. Incluso
aventajaba dentro del judaísmo a muchos compatriotas de mi edad como
fanático partidario de las tradiciones de mis antepasados (Ga 1,13).

Pablo se refiere a noticias ya conocidas por los gálatas. En el primer capítulo de la


carta a los Gálatas, donde plantea la defensa de su apostolado, Pablo les recuerda su
pasado. Él ya había informado anteriormente a los gálatas sobre esta parte oscura de su
pasado: “habéis oído mi comportamiento anterior (η̉κούσατε γὰρ τὴν ε̉µὴν α̉ναστροφήν
ποτε)” (Ga 1,13a). Esta expresión indica que ellos ya le habían oído hablar, aunque hubiera
sido difusamente, sobre estas cosas. Probablemente Pablo informó de su pasado en el
judaísmo, de su actividad como perseguidor y de su vocación a todas las comunidades
que había fundado; así debemos entender las declaraciones de 1 Cor 15,8-11 y Flp 3,6.
Ahora puede resumir esos relatos con palabras breves y concisas, evitando descender a
detalles conocidos por los destinatarios, pero a los que nosotros, a falta de más
información, no tenemos acceso.
1. Usa un vocabulario propio de la persecución. La prueba que Pablo da de su
compromiso con lo que él llama ̉Ιουδαϊσµός, y sobre todo de su “celo” en el
mantenimiento de las tradiciones de sus antepasados, son sus palabras: “con
qué crueldad perseguía y trataba de aniquilar a la Iglesia de Dios (καθ ̉
‛υπερβολὴν ε̉δίωκων τὴν ε̉κκλησίαν του̃ θεου̃ καὶ ε̉πόρθουν α̉υτήν). Pablo hace
uso de los dos verbos usados en su correspondencia para referirse a su pasado
como perseguidor: διώκειν (en imperfecto, ε̉δίωκων “perseguía”, que indica
una acción continada y repetida) y πορθέιν (también en imperfecto ε̉πόρθουν,
con sentido “conativo”, y por tanto debe traducirse por “intentaba destruir o
aniquilar”).
2. Pablo parece jugar un papel dirigente en el judaísmo de su tiempo. No dice
si esta actividad la realizaba solo o con algún grupo. Sí deja claro que para
entonces no era un “estudiante”, un “talmid”, sino que era un “aventajado”
(προέκοπτον), y es posible que tuviera ya cierta autoridad1.
3. Acentúa el contraste entre su pasado perseguidor y su llamada por Dios.
Es dentro de este marco del judaísmo, dentro del cual él persigue la nueva fe,
donde se manifiesta la gratuidad de la acción de Dios.
GÁLATAS 1,22-23
Por entonces las iglesias cristianas de Judea no me conocían personalmente;
únicamente oían decir que “quien antes nos perseguía ahora anuncia la fe
que antes quería destruir (Ga 1,22-23)
Pablo integra otra noticia de su pasado perseguidor al final de su reconstrucción del
primer periodo de su actividad como misionero evangelizador de los paganos. Pablo alude
a la opinión que las iglesias cristianas de Judea tienen sobre él. De esta breve noticia
destacamos:
1. Usa los mismos términos que en el fragmento anterior para describir su
actuación contra los cristianos: los verbos διώκειν y πορθέιν.

1
M. HENGEL (Il Paolo precristiano, 159), supone que entonces “ejercía una función de maestro en una (o
más de una) sinagoga de lengua griega en Jerusalén”.
2
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

2. Designa el destinatario de su persecución: las mismas iglesias de Judea


reconocen que, aunque en ese momento no lo conocen personalmente (han
pasado tres años), ellas fueron el objeto de su actividad persecutoria (“nuestro
anterior perseguidor, ‛ο διώκων ‛ηµα̃ς).

FILIPENSES 3,6
Fui circuncidado a los ocho días de nacer, soy del linaje de Israel, de la tribu
de Benjamín, hebreo por los cuatro costados, fariseo en cuanto al modo de
entender la ley, ardiente perseguidor de la Iglesia, e irreprochable en lo que
se refiere al cumplimiento de la ley (Flp 3,5-6)

Este es el pasaje autobiográfico de Pablo más preciso acerca de su pasado hebreo.


La enumeración de los datos étnicos, culturales y religiosos que pueden contar en un
hipotético enfrentamiento con sus adversarios, que alardean de ser judíos “de pura cepa”,
concluye con la siguiente declaración: “fui ardiente perseguidor de la Iglesia” (κατὰ
ζη̃λος διώκων τὴν ε̉κκλησίαν).
En esta declaración Pablo afirma:
1. Usa el verbo διώκειν.
2. Se nota el esquema del contraste entre la condición anterior de Pablo como
judío celoso y observante, que pretende conseguir la justicia por medio del
cumplimiento de la ley (“irreprochable en cuanto a la justicia que hay en la
ley”), y su nueva relación con Dios por medio del conocimiento de Jesucristo.
A la justicia “que viene de la ley”, Pablo contrapone “la justicia de Dios, que
se funda en la fe” (Flp 3,9).
3. Alude al motivo de su actividad persecutoria: actuó movido por el “celo”:
κατὰ ζη̃λος.
4. El objeto de su actividad persecutoria es “la Iglesia”, sin más
especificaciones.

CORINTIOS 15,9
Porque yo os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo
murió por nuestros pecados según las Escrituras; que fue sepultado y
resucitó al tercer día según las Escrituras; que se apareció a Pedro y luego a
los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los
que la mayor parte viven todavía, si bien algunos han muerto. Luego se
apareció a Santiago, y más tarde a todos los apóstoles. Y después de todos se
me apareció a mí, como si de un hijo nacido a destiempo se tratara. Yo, que
soy el menor de los apóstoles, indigno de llamarme apóstol por haber
perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la
gracia de Dios no ha sido estéril en mí. Al contrario, he trabajado más que
todos los demás; bueno, no yo, sino la gracia de Dios conmigo (1 Cor 15,3-
10)

En este texto:
1. Aparece el vocabulario de la persecución, el verbo διώκειν (v. 9, en aoristo,
ε̉δίωξα)

3
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

2. Aparece el esquema de contraste, esta vez entre la condición anterior de Pablo


como “perseguidor” y la acción gratuita de Dios que lo ha constituido
“apóstol”2.
3. Indica el objeto de su actividad persecutoria: la “Iglesia de Dios”.

EN LAS CARTAS PASTORALES


En la tradición paulina posterior, el esquema de la antítesis entre las dos fases de la
vida de Pablo se convierte en un “topos” que sirve como ejemplo de la acción
misericordiosa de Dios a favor de los pecadores.
Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, que me ha fortalecido, porque me
ha juzgado digno de confianza al encomendarme el ministerio. A mí, que
primero fui blasfemo, perseguidor y violento, y que hallé misericordia,
porque lo hacía por ignorancia estando fuera de la fe. Pero la gracia de
nuestro Señor se ha desbordado con la fe y el amor que me a dado Cristo
Jesús.
Es segura esta doctrina y debe aceptarse sin reservas: Cristo vino al mundo
para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Precisamente
por eso Dios me ha tratado con misericordia, y Jesucristo ha mostrado en
mí, el primero, toda su generosidad, de modo que yo sirviera de ejemplo a
los que habían de creer en él para obtener la vida eterna (1 Tm 1,12-16)

Para resaltar la iniciativa gratuita y misericordiosa de Dios por medio de Jesucristo,


se encadenan tres vocablos: “a mí, que primero fui blasfemo (βλάσφηµον), perseguidor
(διώκτην) y violento (‛υβριστήν)” (1 Tm 1,13). El centro lo ocupa el término único en todo
el NT “perseguidor” (διώκτην); y los otros dos (“blasfemo” y “violento”) precisan su
significado en clave ético – religiosa.
Otro texto en el que se aprecia la progresiva idealización de la figura de Pablo es 2
Tm 3,10-12. Pablo pasa de ser perseguidor a ser perseguido. Y también en esto es
prototipo de los cristianos.
Tú, en cambio, has seguido atentamente mis enseñanzas, mi conducta, mis
planes, mi fe, mi paciencia, mi amor, mi constancia, mis persecuciones y
pruebas, como las que tuve que soportar en Antioquía, en Iconio, en Listra.
¡Cuántas persecuciones he sufrido, y de todas me ha librado el Señor! Todos
los que quieren llevar una vida digna de Jesucristo, sufrirán persecuciones
(2 Tm 3,10-12).

En esta imagen ideal de Pablo como el apóstol que afronta con fuerza y
perseverancia las dificultades está presente el mismo esquema hagiográfico que aparece
en el retrato presentado por Lucas en los Hechos de los apóstoles.

2
Según M. HENGEL (Il Paolo precristiano, 158), se debe interpretar en este sentido la autodefinición “como a
un hijo que nace a destiempo”, έ̉κτρωµα, de 1 Cor 15,8. Pablo caracterizaría con esta drástica expresión
su fase precristiana de perseguidor.
4
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

EN LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES


VISIÓN LUCANA DEL PERSEGUIDOR SAULO
En el relato lucano, el joven Saulo pasa en pocos días de ser un simple guardián de
los mantos de los que lapidan a Esteban (cf. He 7,58), a ser el protagonista de la
persecución violenta desencadenada contra la Iglesia de Jerusalén (cf. He 8,3). Primero
dice que “Saulo aprobaba este asesinato” (He 7,60). Luego habla en términos generales
de la violenta persecución que se desencadenó contra la iglesia de Jerusalén, como
consecuencia de la cual se dispersan todos los discípulos (a excepción de los apóstoles), y
mientras algunas personas piadosas se encargan de recoger el cadáver de Esteban y llorar
su muerte, aparece Saulo en escena:
Aquel día se desencadenó una gran persecución contra la iglesia de
Jerusalén; y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de
Judea y Samaría. A Esteban lo enterraron unos hombres piadosos, e
hicieron gran duelo por él. Saulo, por su parte, se ensañaba contra la
Iglesia, entraba en las casas, apresaba a hombres y mujeres, y los metía en
la cárcel. (He 8,3).
Salta en seguida a la vista la incongruencia narrativa del texto lucano. Primero
dice que “todos, excepto los apóstoles” se habían ido de Jerusalén, dispersándose por las
regiones vecinas de Judea y Samaría, y luego aparece Pablo encontrando todavía en
Jerusalén a hombres y mujeres a los que meter en la cárcel. Podría pensarse que detiene
a los judeocristianos próximos al círculo de los “apóstoles”, a los llamados “hermanos de
Judea”. Pero en el esquema historiográfico lucano estos permanecen en Jerusalén sin ser
molestados, unidos primero al grupo de los apóstoles y luego a Santiago, el hermano del
Señor (He 11,1-2; 21,18). No son ellos, por tanto, el objetivo de la acción perseguidora de
Pablo, sino los judeocristianos de lengua y cultura griegas, los helenistas cuya cabeza
era Esteban3. Analizaremos el relato de la muerte de Esteban más adelante, cuando
tratemos el tema de a quién persigue Pablo.
Esta incongruencia narrativa se explica teniendo en cuenta que el autor presenta la
historia de Pablo perseguidor siguiendo un esquema narrativo de círculos
concéntricos. Lucas sitúa el papel decisivo de Pablo dentro del marco más amplio de
la persecución contra el sector helenista de la iglesia de Jerusalén. En un primer
momento, Pablo va en busca de los cristianos, tanto individuos como grupos, a sus
casas (cf. He 8,3). En un segundo momento, el mismo Pablo pide autorización para
extender su acción inquisitorial más allá de la ciudad de Jerusalén (cf. He 9,1-2).
Entrelazado con este relato progresivo de la persecución a la iglesia de Jerusalén, se
desarrolla también el de la dispersión de los discípulos helenistas, que abandonan la
ciudad y recorren el país difundiendo “la palabra de Dios” por las regiones de Judea
y Samaría (He 8,1c.4)

EN LOS RELATOS DE SU ENCUENTRO CON JESÚS


RESUCITADO EN EL CAMINO DE DAMASCO
Esta imagen de Pablo perseguidor se retoma y amplía en los tres relatos de su
encuentro con Jesús en el camino de Damasco. En estos relatos juega un papel notable el
cliché literario de la “conversión”. Por la eficaz iniciativa de Dios, el violento
perseguidor de los discípulos de Jesús se convierte en testigo suyo ante los judíos y los
pueblos lejanos. A partir de ese momento pasa al campo de los que son perseguidos y están

3
Cf. R.FABRIS, Pablo. El apóstol de las gentes, 67.
5
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

amenazados de muerte por su fe en Jesucristo. Pablo, el “perseguidor” de los discípulos


de Jesús, se convierte en el “perseguido” por los judíos.
1. Primer relato: He 9,1-2
Entre tanto, Saulo, que seguía amenazando de muerte a los discípulos del
Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de
Damasco, con el fin de llevar encadenados a Jerusalén a cuantos seguidores
de este camino, hombres y mujeres, encontrara (He 9,1-2)
Este primer relato traza un cuadro de la acción represiva de Pablo en Jerusalén en
términos aún más violentos que los de la primera información (cf. He 8,3). La acción
devastadora de Pablo, que se extiende desde Jerusalén hasta las sinagogas de Damasco,
sirve de contrapunto a la intervención de Dios, que lo transforma en “instrumento elegido”
para llevar el nombre de Jesús “a los paganos, a los reyes y a los israelitas” (He 9,15).
Pablo el perseguidor de los fieles de la doctrina de Cristo, tendrá a su vez que “padecer”
por su nombre (He 9,16).
2. Segundo relato, ante los judíos de Jerusalén: He 22,4-5.
Yo perseguía a muerte este camino, encadenando y encarcelando a hombres
y mujeres. Y de ello pueden dar testimonio el mismo sumo sacerdote y todos
los miembros del consejo. Después de recibir de ellos mismos cartas para los
hermanos, me dirigía a Damasco, con ánimo de traer a Jerusalén
encadenados a los creyentes que allí hubiera, para que fueran castigados.
(He 22,4-5)
Este discurso es puesto en boca de Pablo en forma de “apología” ante los judíos
de Jerusalén. La acción perseguidora de Pablo contra el “nuevo camino” tiene como fin
su destrucción total, aunque en realidad se hable de detenciones de sus seguidores y de las
medidas de castigo previstas en las comunidades judías contra los disidentes.
Pablo confirma esta actividad cuando añade lo que le sucedió un día orando en el
templo de Jerusalén. Refiriéndose a los judíos de Jerusalén, dice Pablo:
Ellos saben que yo era el que encadenaba y azotaba en la sinagoga a los que
creían en ti. Y cuando se derramaba la sangre de Esteban, tu testigo, yo
mismo estaba allí, aprobándolo y guardando la ropa de los que lo mataban
(He 22,19-20)

3. Tercer relato, ante el rey Agripa: He 26,10-11


Yo encarcelé a muchos de sus discípulos en virtud de los poderes recibidos de
los jefes de los sacerdotes y, cuando se les quitaba la vida, daba mi
aprobación. Recorrí muchas veces todas
las sinagoga, obligándoles a renegar de
LA EDAD PARA DICTAR SENTENCIAS su fe a fuerza de torturas. Mi furor
EN QUMRÁN contra ellos llegó a tal extremo, que los
perseguí hasta en las ciudades
Según el Escrito de Damasco (CD 10,4-8), extranjeras (He 26,10-11)
en los esenios los diez elegidos “jueces de la
comunidad” debían tener una edad entre En este relato, Pablo no sólo
veinticinco y sesenta años, y ser “bien ins- obtiene la autorización de los jefes judíos
truidos en el libro HHGW y en los funda- para encarcelar a los discípulos de Jesús,
mentos de la comunidad”. Según el añadido sino que participa incluso como
a la regla de la secta, 1 Qsa 1,12ss, la edad
de veinticinco años era la condición “para
miembro activo en sus procesos de
ocupar un puesto” entre los miembros más condena. Aquí se atribuye a Pablo una
importantes de la comunidad, y la de trein- función decisiva en supremos órganos
ta años “para actuar en un proceso y dictar judiciales judíos, presuponiendo al mismo
sentencias...”. Esta edad debía haberla al- tiempo – probablemente contra la realidad
canzado Pablo en ese tiempo. histórica – que los tribunales de Jerusalén
(M HENGEL, Il Paolo precristiano, 161)
6
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

pudieran pronunciar y ejecutar sentencias de muerte.4

¿A QUÉ TIPO DE PERSECUCIÓN SE REFIERE?


¿En qué consistía esta “persecución”, y este intento de “aniquilar”? ¿Qué sentido
hay que dar a estos dos verbos?
De las 45 veces que aparece el verbo διώκειν en el NT, 21 es en las cartas de Pablo.
11 veces el verbo se refiere a la “persecución” sufrida por el mismo Pablo o por los
cristianos de sus iglesias. Sólo 1 vez aparece la palabra compuesta ε̉κδιώκειν referida
a la persecución de los judíos contra Pablo (1 Ts 2,15). El sustantivo διωγµός,
“persecución”, se utiliza en los escritos de Pablo 5 veces (10 veces en todo el NT).
En cuanto al verbo πορθέιν, Pablo lo usa dos veces cuando refiere su actividad
persecutoria en la que “intentaba destruir” la comunidad o la nueva fe: en Ga 1,13
(el texto analizado) y en Ga 1,22-23, en la información recibida por terceros, las
“iglesias de Judea”, que decían no conocer a Pablo personalmente: “sólo habían
oído que nuestro antiguo perseguidor ahora anuncia la fe que antes intentaba
destruir (ε̉πόρθει) y alababan a Dios por mi causa”. Lucas usa el mismo verbo en He
9,21: cuando Pablo después de su vocación comienza en las sinagogas de Damasco a
anunciar que Jesús es el Hijo de Dios, “todos los que lo oían estaban fuera de sí y
decían: ¿No es éste el que en Jerusalén aniquilaba (‛ο πορθήσας, participio aoristo
de πορθέιν) a los que invocaban este nombre”. El verbo πορθέιν suena bastante duro,
e indica un modo de proceder más bien violento5. El verbo indica la idea de
violencia física o moral contra personas.

El verbo διώκειν junto con πορθέιν


LOS CUARENTA LATIGAZOS MENOS significan juntos algo más que una áspera
UNO discusión polémica. Que no se llegase a la
La lapidación y los “cuarenta latigazos me- ejecución de la pena de muerte se puede
nos uno” se refieren a los castigos corporales suponer sólo sobre la base de la situación
previstos en el derecho bíblico y sinagogal. jurídica de la Judea después del 6 d.C., que
No se excluye que en ciertos casos pudieran dejaba la pena capital sólo bajo la
provocar graves lesiones físicas e incluso la
muerte de quienes los sufrían. Por eso la jurisdicción del prefecto romano. Pero como
normativa bíblica ordena que el juez contro- veremos a propósito del relato de la muerte
le las flagelaciones con el fin de que no se de Esteban (cf. He 7,57-60), eran posibles
rebasen los cuarenta golpes, “para que no casos de linchamiento por parte de un
sufra un castigo demasiado duro y se sienta grupo “por celo a la ley”. En efecto, el κατὰ
humillado ante vosotros” (Dt 25,2-3). La ζη̃λος (cf. Flp 3,6) y el πορθέω, que aparece
interpretación de la “Mishná”, en el tratado
dos veces (Ga 1,13.23) están íntimamente
“Makkot” (=castigos), en el que habla de la
flagelación, prescribe quedarse por precau- unidos. Del “celo por la ley”, siguiendo el
ción en treinta y nueve golpes (Makkot 3,10; modelo de Pinjás (cf. 1 Mac 2,24-26; Nm
cf. también FLAVIO JOSEFO, Ant. 4,8,21.

4
M.HENGEL observa: “Incluso parece olvidarse el suave consejo de Gamaliel (He 5,34ss), maestro de Pablo
(He 22,31). Es evidente que Lucas, para acrecentar la dramaticidad del relato, exagera un poco, cosa
que hace también en otros casos. La actividad persecutoria del decimotercer testigo viene descrita en
términos crudos, para que el futuro misionero cristiano brillase más luminoso sobre ese fondo oscuro”
(Il Paolo precristiano, 159-160).
5
W. BAUER – K. UND B. ALAND, WNT6, lo traduce por “vertilgen, vernichten, zerstören”, “destruir,
exterminar, aniquilar”. En la LXX aparece sólo en 4 Mac 4,23; 11,4; en SIMMACO, además de Dt 2,34; Jr
34 (41),22; 37 (44),8 como traducción del hebreo lqd. Referido a la destrucción de Jerusalén, en FLAVIO
JOSEFO Ant. 10,135; en Bell. 4,534 significa la extorsión bajo amenaza impuesta a las poblaciones y a las
ciudades de Idumea por Simón bar Jora. También en el Apocalipsis de Baruc griego 1,1, y más veces en
la Sibila judía.
7
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

25), formaba parte el actuar espontáneamente yendo más allá de las ordinarias vías
judiciales.
En general, el vocabulario de la persecución en los escritos de Pablo y en el NT
muestra que la mayoría de los casos se trata de insultos verbales, ultrajes y amenazas,
que pueden concretarse en golpes, puñetazos, bofetones, empujones6. A veces pueden
remitirse a una acción penal, como la lapidación y los “cuarenta latigazos menos uno”.
Según R. FABRIS “En este tipo de castigos, previstos en la disciplina sinagogal, es en los
que piensa el autor de los Hechos cuando dice que Pablo hacía encarcelar y golpear en
las sinagogas a los que se declaraban creyentes en Jesucristo (He 22,19; 26,1)7

2. ¿A quién persigue Pablo?

Para responder a esta cuestión procederemos como de costumbre: compararemos


las informaciones de Hechos de los apóstoles, y las más fragmentarias de las cartas
paulinas.

INFORMACIONES DE HECHOS DE LOS APÓSTOLES


Como hemos señalado antes, el cuadro lucano de la persecución de Pablo no es
enteramente coherente. Según el autor de He, el joven Saulo, que participa de modo más o
menos directo en la lapidación de Esteban, dirige su furia perseguidora contra la Iglesia
de Jerusalén. Se trata, evidentemente, de los que pertenecen al grupo de Esteban,
porque los demás, los judeocristianos de lengua hebreo-aramea, permanecen sin ser
molestados junto a los apóstoles.
JUDIOS DE LENGUA GRIEGA Y DE LENGUA HEBREA
En el pasaje de He 6,1-7, “helenistas”, según Fitzmyer, designaría a “los judíos de
Jerusalén que rezaban y leían las Escrituras en griego”, oriundos de Jerusalén o de la
diáspora, mientras que “hebreos” eran “los judíos que podían hablar griego, pero que
rezaban y leían en arameo o hebreo”8. No es correcto, por tanto, decir que los
“helenistas” eran exclusivamente “judíos procedentes de la diáspora” que hablaban
griego; en muchos osarios encontrados en Jerusalén encontramos inscripciones
griegas, lo que revela que muchos judíos del siglo I a.C. y 1 d.C. usaban el griego.
Los “siete” tienen nombres griegos, pero ésta no es razón suficiente para adscribirlos
a los “hebreos” o a los “helenistas”, puesto que entre los mismos judíos de Jerusalén
es frecuente el uso de nombres griegos

El autor de He atribuye a la persecución de Pablo la fuga y dispersión de los


cristianos helenistas. De hecho, Pablo forma parte en Jerusalén de los judíos helenistas

6
Mt 5,10-12; 1 Cor 4,12; 1 Ts 2,15; en los He la terminología de la “persecución” está ligada exclusivamente
a la acción represiva de Pablo contra los discípulos de Jesús: He 7,52; 9,4-5; 22,4.7-8; 26,11.14-15.
7
R. FABRIS, Pablo, el apóstol de las gentes, 76. En la nota a pie, comenta FABRIS: “Al mismo tipo de castigos
se refieren los textos de los evangelios cuando dicen que los discípulos de Jesús serán entregados a los
tribunales y flagelados en las sinagogas, Mt 10,18; 23,34; cf. Lc 11,49; 21,12; Jn 16,2; sólo los textos de
Mt 23,34 y Lc 11,49 hablan de “ejecución” e incluso de “crucifixión” de los discípulos de Jesús en las
sinagogas; son expresión de una “ampliación” de la persecución con el fin de asimilar la suerte de los
discípulos de Jesús, muerto en la cruz”.
8
FITZMYER, Hechos I, 473.
8
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

procedentes de la diáspora, que se encuentran en la sinagoga de los “libertos”, lugar de


referencia de los judíos de Cilicia y de Asia (cf. He 6,9). De este ambiente es del que
procede la oposición a Esteban. Se puede imaginar por ello que la represión de que Pablo
es inspirador y protagonista va dirigida contra los judíos helenistas que se han adherido al
movimiento cristiano.
En un segundo momento, la actividad perseguidora de Pablo se extiende fuera de
Jerusalén, a las sinagogas de otras ciudades extranjeras (cf. He 26,12). Para ello pide al
sumo sacerdote, presidente del sanedrín de Jerusalén cartas de presentación para las
sinagogas de Damasco con el fin de obtener una autorización para detener a hombres y
mujeres seguidores de la doctrina cristiana y conducirlos a Jerusalén (cf. He 9,2).
Este último detalle presenta numerosos problemas de carácter histórico y jurídico:
1. ¿Por qué elige Pablo precisamente las sinagogas de Damasco? Lucas no nos
había hablado antes de comunidades cristianas en Damasco.
2. ¿Qué papel tiene Pablo en la persecución? ¿Es un comisario especial, delegado
del Sanedrín?
3. ¿Con qué derecho el sumo sacerdote, en calidad de presidente del tribunal
supremo de Jerusalén, en Judea, interviene en las sinagogas de Damasco,
pertenecientes a Siria? Judea forma parte de la provincia romana imperial,
dependiente del legado imperial de Siria, que reside en Antioquía. ¿Podía pedir
este legado imperial la extradición de los judíos residentes en Damasco para ser
juzgados en Jerusalén?

EN LAS CARTAS PAULINAS


Pablo en sus cartas no nombra ningún lugar particular; supone que los Gálatas ya
están informados sobre estas cuestiones. Ellos ya conocían, como muestra el η̉κούσατε
(“habéis oído”) al principio de su relato autobiográfico (Ga 1,13), toda su historia anterior:
dicho de otra forma, están mejor informados que nosotros. Probablemente fueron
informados por las dos partes: el mismo Pablo y los judaizantes que se habían infiltrado
entre ellos.
Cuando Pablo revive su pasado perseguidor, dice que ha perseguido a la “Iglesia
de Dios”, o simplemente “la Iglesia” (cf. 1 Cor 15,9; Ga 1,13; Flp 3,6). Si nos atenemos a
lo que dice la carta a los Gálatas, Pablo se limitó a lo que en Ga 1,22 llama “las iglesias de
Cristo que están en Judea”. En estas comunidades se dice, en efecto, en relación con la
figura y la actividad de Pablo: “El que antes nos perseguía, ahora anuncia la fe que
trataba de destruir” (Ga 1,23). Según esta declaración, el campo de acción de Pablo
perseguidor se limitaba originariamente a la Iglesia de Jerusalén o de Judea. De esta
forma parece que hay que entender la expresión paulina “Iglesia de Dios”9 .
La expresión “Comunidad – Iglesia de Dios” designa al pueblo de Dios que se
congrega al final de los tiempos, que aguarda la venida definitiva de Dios.
Encontramos el mismo concepto en Qumrán (1QM 4,10: qehal el). También la
comunidad de Qumrán vive aguardando el final10. Es más probable que en Pablo esta

9
La expresión en plural “Iglesias de Dios” designa en el epistolario paulino a las comunidades cristianas de
esa región. Ellas son, en efecto, el punto de referencia histórico e ideal para las iglesias paulinas fundadas
en las ciudades de Grecia y Asia (1 Ts 2,14; 1 Cor 11,16)
10
Cf. J. GNILKA, Pablo de Tarso. Apóstol y testigo, 38.
9
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

expresión se reserve para la comunidad madre de Jerusalén o de Judea, la comunidad


cristiana más primitiva, más que una comunidad marginal.

¿DAMASCO O JERUSALÉN? A PROPÓSITO DE Ga 1,22


En Ga 1,18-22 Pablo relata su vuelta a Jerusalén tres años después de que Dios le
“revelara” a su Hijo Jesús, y refiere que “las iglesias cristianas de Judea no me conocían
aún personalmente”. Este comentario de Pablo ha hecho pensar a algunos estudiosos que
el dato de la persecución de Pablo a los cristianos en Jerusalén, tal como nos viene de
Hechos, no es histórico. Así, Bornkamm:
Hay argumentos de peso que actúan contra la manera de ver los Hechos,
según la cual Pablo habría perseguido ya en Jerusalén a la primitiva
comunidad, que todavía se atenía a la ley, y por consiguiente, no había sido
acusada de hostilidad a la ley. También habla inequívocamente contra la
descripción lucana la información de Gal 1,22, en la cual el apóstol afirma
que era un desconocido para las comunidades de Judea – por consiguiente,
ante todo para la de Jerusalén -; sólo más tarde, cuando el rival de otro
tiempo se convirtió en el triunfante misionero de Siria y Cilicia, comenzó él
a ser noticia. Esto en un hombre que, ya en Jerusalén durante la
persecución de los cristianos, ha de haber desempeñado el papel decisivo
que Lucas le atribuye (Hech 22,4 ss), resulta absolutamente inimaginable.
Por esto es tan difícil suponer que Pablo estuvo ya presente en la lapidación
de Esteban (Hech 7,58; 8,1); todo hace pensar que esta noticia está
manipulada por Lucas. El propio Pablo no habla en ninguna parte de esa
supuesta participación suya en la persecución que tuvo lugar en
Jerusalén.11
BORNKAMM sitúa en Damasco, y no en Jerusalén, el lugar de la persecución de
Pablo, y de su posterior “conversión”.
Discutible resulta también la visión que nos ofrecen los Hechos del proceder
de Pablo en Damasco. Que él, investido de plenos poderes por el sumo
sacerdote, fuese allá para detener a los cristianos y llevarles a rastras a
comparecer ante el tribunal de Jerusalén, es insostenible, por la sencilla
razón de que el sanedrín, o tribunal supremo, jamás poseyó, bajo la
administración romana, semejante jurisdicción, que iba mucho más allá de
las fronteras de Judea. Por esto tenemos que admitir que el fariseo Pablo
actuaba dentro de los márgenes del poder coercitivo concedido a las
comunidades sinagogales (flagelación, destierro, excomunión). Como se
confirma también por el copioso testimonio de otras fuentes, es aquí, en
este terreno y dentro de su propia circunscripción, donde se desarrolla ante
todo la lucha en pro y en contra de Cristo... Es probable que tuviese que
presentarse en la sinagoga de Damasco primero como juez, más tarde como
testigo de su propio sufrimiento.12
Y más adelante, explicando cómo tuvo lugar el cambio de vida o “conversión” en
Pablo, afirma:
Si miramos hacia atrás, se nos impone de una forma demasiado evidente, si
cabe, la pregunta sobre lo que el cambio de vida de Pablo planteó y lo que
resolvió. A esta pregunta sólo puede contestarse muy escuetamente de una
forma positiva aduciendo que, a raíz de las discusiones tenidas en Damasco
con los cristianos helenísticos, que al comienzo él había odiado y
perseguido, se le hizo al apóstol súbitamente claro que era verdad aquel
Jesús que él hasta entonces había considerado como el destructor de los
sagrados principios de la fe judía, y qué significaba para él y para el mundo
su misión y su muerte. Tenemos derecho a suponer que esta pregunta,

11
G. BORNKAMM, Pablo de Tarso, 47-48.
12
Id.
10
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

suscitada por la fe y el testimonio de los discípulos, pesó sobre él y le trabajó


por dentro13
En resumen, la tesis de G. BORNKAMM a favor de una persecución en Damasco y
no en Jerusalén se fundamenta en:
1. El testimonio de Ga 1,22: “las iglesias cristianas de Judea no me conocían
personalmente”.
2. Es imposible que Pablo fuera a Damasco con cartas del sumo sacerdote, puesto
Damasco estaba fuera de las fronteras de Judea, y allí no tenía poderes el
sanedrín.
3. La convesión de Pablo tuvo lugar en Damasco, discutiendo con los
judeocristianos helenistas a los que perseguía.
Pablo y Jerusalén en Gálatas
El argumento de G. BORNKAMM basándose en la noticia de Ga 1,22 para afirmar
que Pablo no persiguió a la Iglesia de Jerusalén, a pesar de que se ha esgrimido una y otra
vez, en realidad es débil. Pablo dice “Judea”, no “Jerusalén”. En Pablo, como en Lucas,
“Judea” designa, según la denominación propia en el ámbito helenístico-romano, la
Palestina judía entera, el país de los judíos. Por tanto, incluye Galilea y Samaría. Pablo
no tenía por qué ser conocido en todo el país de los judíos, ni siquiera en Jerusalén.
Además, en Ga 1,23 reconoce que entre las mismas iglesias de Judea, se dice
que “quien antes nos perseguía, ahora anuncia la fe que intentaba destruir”. Por tanto,
estas mismas iglesias reconocen que han sido blanco de su actividad persecutoria.
Tampoco es de extrañar que en Gálatas Pablo no hable casi nada de Jerusalén.
Según M. HENGEL, Pablo evita hablar de Jerusalén en esta carta porque sus adversarios
en Galacia le echan en cara su relación con Jerusalén para deslegitimarlo:
Es comprensible que en Ga 1 él mencione Jerusalén sólo donde sea
absolutamente necesario. [Los judaizantes infiltrados en Galacia] han
presentado una relación más estrecha de Pablo con Jerusalén, quizá
basándose en su pasado precristiano. Contra ellos Pablo debe defenderse y
se limita a su estancia en la ciudad santa posterior a la conversión. Ni Lucas
ni Pablo proporcionan a este respecto relatos desapasionados: aun diciendo
la verdad, Pablo no dice necesariamente “toda la verdad”, sino que puede
callarse elementos esenciales.14

13
G. BORNKAMM, Pablo de Tarso, 56-57.
14
M. HENGEL, Il Paolo precristiano, 172. El subrayado es nuestro.
11
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

Según el mismo M. HENGEL, el


DAMASCO Y LA TIERRA DE ISRAEL EN testimonio lucano contra Damasco como
LA EXÉGESIS RABÍNICA
lugar de persecución merece credibilidad.
En textos rabínicos, Damasco pertenece a No hay ningún motivo que haya
los confines de “’ereş Isra’el”, la “tierra de llevado a Lucas a falsear la noticia de
Israel”, y sobre todo en los tiempos mesiáni-
una persecución en Jerusalén. ¿Qué
cos formará parte de ella. R. Aquiba explica
sobre el año sabático: “Todo lo que corres- mejor efecto escénico para presentar al
ponde y está permitido en el país, lo está perseguidor converso ante sus lectores
también en Siria” (Sheb. 6,2; tSheb 4,12). que una conversión en Damasco, en el
Hay ciertas prescripciones halakikas que mismo lugar de su actividad
están vigentes en Siria como en Israel. persecutoria? Si Damasco hubiera sido el
Además, en base a la propuesta de la pro- verdadero lugar de la persecución, Lucas
mesa a Abraham de Gn 15,18-21, se espe-
raba una extensión de las fronteras de la
no habría dudado en decírnoslo.
tierra de Israel, que debía comprender tam- El Sanedrín y Damasco
bién Arabia y Damasco, que según 2 Sam
8,6 pertenecía al reino de David. Por ejem-
plo, en la exégesis rabínica de Zac 9,1 “Orá-
culo, La palabra del Señor reposa sobre elSegún el dato ofrecido por Lucas, el
país de Adrac. Damasco es su lugar de des-“celoso por la ley” Pablo se hace enviar
canso”. Esto testimonia “que Jerusalén se a Damasco porque los helenistas
extenderá hacia Damasco”; porque se ha expulsados con la persecución continúan
dicho: “y Damasco es su lugar de descanso”,
allí su actividad proselitista. Es posible,
y “su lugar de descanso” no es otro que Je-
sin embargo, que algunos helenistas se
rusalén; porque se ha dicho: “Este es mi
lugar de descanso para siempre (Sal hubieran establecido antes allí,
132,14)”. llevados por esperanzas mesiánicas15.
Damasco estaba más ligada a la tierra
santa que Antioquía, por ejemplo. Es posible, por tanto, que en los mismos comienzos,
algunos discípulos de Jesús partiendo de Galilea hayan venido a Damsaco: para los
“helenistas” expulsados de Jerusalén sería un motivo añadido para ir a Damasco. Pablo en
la misma carta a los Gálatas menciona su relación con Damasco: “luego volví a Damasco”
(Ga 1,17)
Según Flavio Josefo, en Damasco existe en el siglo I una colonia judía numerosa y
viva, de 15.000 a 20.000 personas16. Llega incluso a decir a propósito de las mujeres
damascenas que “salvo unas pocas, todas habían abrazado la religión judía”.
Sobre el asunto de la competencia del sumo sacerdote en las sinagogas de
Damasco, hay que reconocer que se tiene noticia de un par de casos en el siglo I a.C. en
que se reconoce a la autoridad religiosa o política de Jerusalén el derecho a la extradición
de judíos residentes en ciudades de la diáspora17. De todas formas, el dato de Lucas hay
que tomarlo con precaución; hay una tendencia en Lucas a exagerar e introducir con la
mayor frecuencia posible a la máxima autoridad judía. En el caso de la persecución
jerosolimitana, no es de hecho necesario que hubiera tenido parte el sumo sacerdote.
El pudo haber aprobado el modo de proceder contra la nueva secta mesiánica mal vista
también por él. Es suficiente que Saulo – Pablo hubiera sido enviado a Damasco por una

15
M. HENGEL, Il Paolo precristiano, 176.
16
Bell, 2,20,2
17
(cf. 1 Mac 15,20; F JOSEFO, Bell., 1,24,2)
12
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

DAMASCO Y QUMRÁN sinagoga (o más sinagogas) helenistas de


Basándose en el texto de Am 5,26-27, en el Jerusalén, quizá con una carta de
que se habla del exilio “más allá de Damas- recomendación del sumo sacerdote.18.
co”, los miembros de la comunidad esenia de
Qumrán se consideran los “exiliados en la
De todo el examen crítico de las
tierra de Damasco”, o los convertidos, para fuentes, nos puede servir el siguiente
entrar en el “nuevo pacto” de que hablan los resumen que nos ofrece R. FABRIS:
profetas Jeremías y Ezequiel. (Cf. Docu- En el ambiente judeohelenístico
mento de Damasco, CD 6,5.19; 7,19; 8,21; de Jerusalén Pablo se hace promotor de
20,12). Basándose en estos textos de Qum- la acción represiva contra los judíos de
este mismo ambiente que se han
rán, S. Sabugal ha lanzado la hipótesis, no
adherido al movimiento cristiano. Al
aceptada, de que cuando en la historia de huir estos de Jerusalén, trata de
Pablo se habla de Damasco, hay que enten- perseguirlos a otras ciudades, sobre
derlo como una referencia a la comunidad y todo en la región de Siria, y con este fin
localidad de Qumran (S. Sabugal, Análisis obtiene cartas de presentación para las
exegético sobre la conversión de san Pablo. autoridades de las sinagogas de
El problema teológico e histórico, Barcelona, Damasco, donde hay una comunidad
1976.). Es sorprendente que en el discurso judía numerosa y vivaz. En tal hipótesis
de Esteban, en el que cita Am 5,26, “Da- no hay necesidad de acudir a la petición
masco” es sustituido por “Babilonia” de extradición, porque se trata
simplemente de aplicar contra los
judeocristianos disidentes el castigo
previsto por la disciplina sinagogal, a saber, la flagelación. A esta pena
sinagogal, el mismo Pablo, siendo ya cristiano, se verá sometido al menos
tres veces, y de ella hablan también los textos evangélicos a propósito de los
discípulos de Jesús flagelados en las sinagogas19

3. ¿Por qué persigue Pablo a la comunidad


judeo – helenística de Jerusalén?

TESTIMONIO DE HECHOS DE LOS APÓSTOLES


El relato de los Hechos de los Apóstoles, aunque es bastante detallado en cuanto a
los tiempos, lugares y circunstancias de la persecución anticristiana de Pablo, sin embargo
no aclara las razones de ese comportamiento. Pero, dada la conexión que Lucas establece
entre la acción persecutoria de Pablo y la muerte de Esteban, podemos pensar que en
el origen estén las mismas razones que llevan a Pablo a perseguir a los cristianos sean las
mismas que llevaron a la muerte a Esteban.
EL RELATO DE LA MUERTE DE ESTEBAN
EL PROCESO DE ESTEBAN Y EL PROCESO DE JESÚS
El relato de la muerte de Esteban está construido a semejanza de la muerte de Jesús.
No podía ser de otro modo para Lucas, para quien el verdadero discípulo es el que da
testimonio de Jesús incluso en la forma de morir. Jesús y Esteban son arrestados
como consecuencia de un motín popular; ambos son acusados de hablar contra el
templo (cf. Mc 14,55-58); ambos oran por sus verdugos y se dirigen a Dios en el

18
Cf. M. HENGEL, Il Paolo precristiano, 177
19
R. FABRIS, Pablo, el apóstol de las gentes,82.
13
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

momento de su muerte (Lc 23,34-46; He 7,59-60: Esteban se dirige a “Jesús”, donde


Jesús se había referido a su Padre).
Los apóstoles sufren dos procesos parecidos ante el sanedrín (cf. He 4,1-22; 5,27-41)
¿EJECUCIÓN O LINCHAMIENTO?
Lucas dice que Esteban ha sido acusado delante del sanedrín por miembros de la
sinagoga de los libertos (cf. He 6,12), pero luego cuenta su muerte violenta como una
especie de linchamiento (cf. He 7,58) más que como la ejecución de una condena del
tribunal supremo hebreo. El mismo Pablo está a punto de sufrir un linchamiento
parecido (cf. He 21,30-31). Las posteriores referencias de Lucas a la muerte de
Esteban oscilan entre el esquema del linchamiento y el de la ejecución de una
condena a muerte dictada por un tribunal judío; al mismo tiempo, cada vez más se
acentúa la participación de Pablo en la muerte de Esteban (cf. He 8,1a; 22,20; 26,10).

LOS PERSEGUIDORES DE ESTEBAN


Esteban encuentra la oposición más dura en los judíos de la “sinagoga llamada de
los Libertos, de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia” (He 6,9). Son algunos judíos de este
ambiente los que levantan al pueblo contra Esteban, lo capturan y lo llevan ante el sandrín.
La acusación que hacen contra él, que Lucas se apresura a atribuir a “testigos
falsos” (He 6,11.13; cf. Mt 26,60; Mc 14,56-59), se apoya principalmente en dos puntos:
1. Moisés: “Hemos oído a éste blasfemar contra Moisés y contra Dios” (He 6,11)
2. El Templo y la Ley. “Este hombre no cesa de hablar contra el templo y contra la
ley” (He 6,13)
3. Su actitud se remonta a Jesús: “Le hemos oído decir que ese Jesús Nazareno
destruirá este lugar santo y cambiará las costumbres que nos transmitió Moisés”
(He 6,14).
El discurso que Esteban pronuncia delante del sanedrín (He 7,2-53) es un repaso
de la historia bíblica encaminada a refutar los dos cargos que presentan contra él.
EL DISCURSO DE ESTEBAN (He 7,2-53)
Según R. FABRIS, Esteban, en su largo discurso, el más largo de todo el libro,
demuestra que el pueblo de Israel, a pesar de haber recibido por medio de Moisés la
ley de Dios, de hecho no la ha observado. Y por lo que respecta al lugar santo,
Esteban, basándose en los textos de los profetas, prueba que, aunque Salomón le
construyera un templo a Dios, “el Altísimo no habita en obras hechas por manos de
hombres” (He 7,47.53). Pero lo que al final hace que se desencadene la reacción
violenta de los miembros del sanedrín es la visión de Esteban y su profesión de fe en
Jesús, juez glorioso. Ve, en efecto la gloria de Dios y a Jesús de pie, y declara: “Veo
los cielos abiertos y al hijo del hombre de pie a la derecha de Dios” (He 7,55-56).
Todos los presentes se escandalizan sobre Esteban, lo arrastran fuera de la ciudad y se
ponen a lapidarlo20.
MARTIN HENGEL, sin embargo, piensa que: “El discurso de Esteban no es
propiamente adecuado para responder a la acusación, ni motiva suficientemente la
reacción tumultuosa de la ilustre corte. Sólo con dificultad se puede relacionar con
Esteban, del que en el fondo no sabemos prácticamente nada. La lengua es lucana,
aunque presumiblemente se ha usado aquí una tradición más antigua, proveniente
del antiguo grupo de los helenistas”21 “El discurso de Esteban, que en el estilo se
diferencia notablemente de los otros discursos compuestos por Lucas mismo sobre la

20
Cf. R. FABRIS, Pablo, el apóstol de las gentes, 83.
21
M. HENGEL, Il Paolo precristiano, 164.
14
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

base de tradiciones más antiguas, constituye a


mi parecer un resto de una predicación judeo
–cristiana helenística proveniente de un
tiempo más antiguo, al que Lucas dio
estilísticamente un nuevo lustre”22

Esta reconstrucción lucana de la


dramática historia de Esteban representa
un caso ejemplar del enfrentamiento
entre los judeocristianos helenistas y las
autoridades judías, identificadas aquí con
UNA INSCRIPCIÓN DEL TEMPLO DE
el sanedrín.
HERODES EL INTENTO DE
FLAVIO JOSEFO refiere que: LINCHAMIENTO DE PABLO EN
“Atravesando el patio exterior hacia el se- He 21
gundo patio del templo, éste se encontraba
rodeado de una balaustrada de piedra, de En su último encuentro con
tres codos de alto, y con una decoración Santiago y los presbíteros de Jerusalén,
exquisita; en ella, y a intervalos regulares, Pablo recibe el aviso de que corre el riesgo
había inscripciones avisando, unas en grie- de ser víctima de una violenta reacción por
go, y otras en caracteres latinos, de la ley de parte de los miles de judíos que han
purificación, según la cual no se permitía a
abrazado la fe cristiana y “siguen siendo
ningún extranjero (α̉λλόφιλον) entrar en el
recinto santo, como se llamaba a este se- fieles observantes de la ley ζηλωταὶ του̃
gundo recinto del templo” (Bell., V, 193- νόµου” (He 21,20). Han oído decir que
194). “induces a los judíos que viven entre
“Prohibía la entrada de un extranjero
paganos a que dejen la ley de Moisés, que
(α̉λλοεθνη̃) bajo pena de muerte” (Ant., XV, no circunciden a sus hijos y que no sigan
417) las tradiciones” (He 21,21).
Una de estas inscripciones fue encontrada Para disipar estas habladurías
en 1871 por M. CLERMONT-GANNEAU, y sugieren a Pablo que acompañe a cuatro
actualmente se encuentra en Estambul. La judeocristianos que tiene que cumplir un
imagen superior reproduce esta inscripción,
voto y realice con ellos los ritos de
en cuyo texto se lee:
µηθένα α̉λλογενη̃ ει̉σπο- purificación, haciéndose cargo de los
ρεύεσθαι ε̉ντὸς του̃ πε- gastos de los sacrificios prescritos. Pero al
ρὶ τὸ ‘ιερὸν τρυψάκτου καὶ término de los siete días rituales, al ver los
περιβόλου. ‘ός δ ̉ ά̉ν λη- judíos de Asia a Pablo en el templo,
φθη̃ ‘εαυτω̃ ά̉ιτιος έ̉σ- sublevan a la gente diciendo: “Israelitas,
ται διὰ τὸ ε̉ξακολου-
θει̃ν θάνατον. ayudadnos: este es el hombre que va
enseñando por todas partes y a todos
“Ningún extranjero debe entrar en el interior de la
contra el pueblo, contra la ley, contra este
balaustrada y del recinto alrededor del área del
templo. Quien sea atrapado será responsable de su lugar” (He 21,28). Han visto poco antes a
propia muerte” Pablo en compañía de Trófimo de Efeso,
Se encontró un fragmento de una segunda inscrip-
un étnico-cristiano de Asia, y sospechan
ción, casi idéntica a ésta, al exterior de la Puerta de que lo han introducido en el atrio del
san Esteban, y publicada en 1938 templo reservado a los judíos.
La acusación por parte de los judíos

22
M. HENGEL, Il Paolo precristiano, 187.
15
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

de haber profanado el templo, así como la de ir en contra de la ley, vuelve a aparecer en


las audiencias del proceso posterior contra Pablo en Cesarea.
LA LEY Y EL TEMPLO
Estos dos sucesos paralelos, el de Pablo y el de Esteban, reconstruidos ambos por
Lucas, son representativos del conflicto existente entre los cristianos helenistas y el
judaísmo en Jerusalén. De aquí podemos deducir las razones que movieron a Pablo a
perseguir a los judeocristianos helenistas. La acusación de “apostasía de la ley de Moisés”
que es lanzada contra Pablo en los ambientes judeocristianos integristas de Jerusalén,
podría resumir muy bien lo que habría sido su propia reacción cuando era un ζηλωτη̃ς de la
Ley.
La cuestión del “lugar santo”, es decir, del templo, se sitúa dentro del ámbito
del debate más amplio en torno a la identidad hebrea. La santidad y el
papel del santuario de Jerusalén están en el centro del enfrentamiento entre
los judíos observantes y los que querían abrirse al mundo religioso y
cultural del helenismo. En el ambiente de Jerusalén la cuestión del templo se
complica por el control de la institución sagrada, símbolo de la religión y la
nación judías. Pero en última instancia, la identidad espiritual de los judíos
está definida por la observancia de la ley, que es la que regula también la
institución del templo.23
En la raíz del debate en torno a la ley y al templo está la fe de los que reconocen a
Jesús como Mesías y Señor.24 Pero el terreno del enfrentamiento que desencadena la
persecución es el de la observancia de la ley y el papel de las instituciones judías. En
cuanto judeocristianos, con sus propias posiciones ante la ley y el templo, representan una
amenaza para la integridad del judaísmo y, por ello, son perseguidos y castigados de
acuerdo con las normas que regulan la vida comunitaria judía.

TESTIMONIO DE LAS CARTAS PAULINAS


En las cartas paulinas encontramos dos testimonios sobre las razones de la
persecución contra la “Iglesia de Dios”:
- Filipenses 3,6a: “Por celo fui perseguidor de la Iglesia” (κατὰ ζη̃λος διώκων
τὴν ε̉κκλησίαν). En esta frase el término ζη̃λος es el que determina y califica el
papel de Pablo como perseguidor de la Iglesia.
- Gálatas 1,13-14: “Conocéis mi conducta anterior dentro del judaísmo: con qué
crueldad perseguía y trataba de aniquilar a la Iglesia de Dios, καθ ̉ ‛υπερβολὴν
ε̉δίωκων τὴν ε̉κκλησίαν του̃ θεου̃ καὶ ε̉πόρθουν α̉υτήν”. El “celo” vuelve a
aparecer en el v. 14: “me esforzaba en el judaísmo más que muchos de mi

23
R. FABRIS, Pablo, el apóstol de las gentes,, 84-85.
24
A Jesús mismo hace remontar Lucas la actitud de Esteban, representante de los cristianos helenistas. Y la
muerte de Esteban es provocada por su profesión de fe en Jesús, el hijo del hombre protagonista del juicio
de Dios. En el primer y tercer sumario de la actividad perseguidora de Pablo antes de su conversión,
Lucas introduce como motivo de la persecución una alusión a la fe en Jesús. En el primero se habla de la
detención de hombres y mujeres “seguidores del Señor” o de la “doctrina de Cristo” (He 9,2). En el
tercer relato autobiográfico de Pablo, éste dice ante Agripa que en otro tiempo consideró deber suyo
“obrar enérgicamente contra el nombre de Jesús Nazareno. Recorrí las sinagogas y, a fuerza de torturas,
los obligaba a blasfemar” (He 26,11). En este contexto, la blasfemia arrancada a los cristianos con la
tortura consiste en renegar de Jesús como Cristo y Señor; algo semejante dice PLINIO en la carta que envía
a Trajano a propósito de los cristianos que son detenidos y obligados a maledicere Christo: PLINIO, Ep.,
10,96,5.
16
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

generación, como celoso partidario (ζηλωτὴς) de las tradiciones de los


antepasados”.
Es precisamente en este compromiso radical y extremado de Pablo en “el
judaísmo”, definido por el término ζηλωτὴς, donde hay que buscar las razones de
persecución de Pablo contra la Iglesia de Dios. Además, este dato que procede de las
cartas auténticas de Pablo encuentra una convergencia en el testimonio procedente de
Hechos de los Apóstoles.

CONVERGENCIA CON HECHOS DE LOS APÓSTOLES


Esta imagen de Pablo ζηλωτὴς que aparece en las cartas auténticas de Pablo, puesta
en relación con su pasado como judío perseguidor de la Iglesia de Dios, encuentra
una correspondencia singular con el retrato de Pablo propuesto por Lucas en Hechos
de los apóstoles. Al hablar en su defensa ante los judíos de Jerusalén, Pablo se
presenta como un judío formado en las normas más rígidas de la ley, y emplea el
mismo término que aparece en las cartas: ζηλωτὴς: “Yo soy un varón judío, nacido
en Tarso de Cilicia, crecido en esta ciudad, a los pies de Gamaliel, educado en el
respeto a nuestra ley patria, celoso de Dios (ζηλωτὴς ‘υπάρχων του̃ θεου̃) como sois
hoy todos vosotros” (He 22,3). También Santiago y su grupo califican a los
judeocristianos de Jerusalén como “ζηλωταὶ de la ley”

Esta convergencia entre las dos fuentes biográficas del Pablo militante judío como
ζηλωτὴς nos invita a considerar este elemento como el motivo desencadenante de su
actividad persecutoria de los judeocristianos.

EL “ZELOTISMO” DE PABLO
El “zelotismo” de Pablo, derivado de su ambiente familiar y sobre todo de su
formación dentro de la corriente farisea, se inserta dentro de una tradición que tiene sus
orígenes en el nacimiento del “judaísmo”. El primer libro de los Macabeos narra la historia
de Matatías, padre de los opositores macabeos a los judíos filohelenistas y de los
luchadores contra el dominio de los Seléucidas en Jerusalén y en Judea.
El gesto que da origen a la lucha armada tiene lugar en Modín. Cuando llega el
mensajero del rey Antíoco IV Epífanes, ordenando sacrificar en el altar pagano,
Matatías no sólo rechaza la invitación a ser el primero en realizar el rito en obediencia
a las disposiciones reales, sino que a la vista de todos mata a un judío que se dispone
a sacrificar en el altar y al mismo mensajero del rey (1 Mac 2,15-25)

Matatías actúa así porque “su celo por la ley fue semejante al de Fineés contra
Zimrí, hijo de Salú” (1 Mac 2,26). Más tarde Matatías hará una llamada a la rebelión con
esta consigna: “El que tenga celo por la ley y quiera mantener la alianza que me siga” (1
Mac 2,27). La referencia a Fineés/Pinjás, de estirpe sacerdotal como Matatías, da
fundamento bíblico al celo combatiente de los macabeos.
FINEÉS/PINJÁS Y ELÍAS
Este personaje, Fineés (en la Biblia griega) o Pinjás (en la Biblia hebrea), nieto de
Aarón, se presenta en Nm 25 como ejemplo de “celo por el Señor”, porque ha
matado de una lanzada, mientras yacían juntos, a un judío y una madianita. Este
episodio tiene relación con la idolatría con Baal Fegor. El relato termina con el
siguiente elogio de Finés puesto en boca del Señor: “Finés ... ha apartado mi cólera
de los israelitas, pues ha estado movido por mi mismo celo en medio de ellos. Por
eso no he aniquilado yo en mi furor a los israelitas” (Nm 25,11).
Otro modelo de “zelotismo” bíblico es Elías. En el torrente Quishón, junto al
Carmelo, degüella a 450 profetas de Baal (cf. 1 Re 18). Este hecho provoca la
reacción de la reina Jezabel, que trata de matar al profeta. Elías huye (cf. 1 Re 19) y

17
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

se refugia en el desierto, y camina hasta el Horeb. Allí se le manifiesta el Señor, y


Elías se consuela con él diciendo: “Me he abrasado en celo por el Señor
todopoderoso, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han destruido tus
altares, han pasado a espada tus profetas. He quedado yo solo, y me buscan para
quitarme la vida” (1 Re 19,10). Elías aparecerá en la tradición bíblica posterior
como el modelo de los enviados por Dios para restablecer la fidelidad de los hijos de
Israel (Sir 48,10; Mal 3,23-24).

La lucha armada de los macabeos no va dirigida sólo contra los dominadores


extranjeros, sino sobre todo contra los judíos que favorecen lo que ellos consideran
“apostasía”, que es el abandono práctico de la tradición religiosa judía, que se concreta en
la observancia de la ley. La “apostasía” en la práctica es la disolución de la identidad judía.
La reacción frente a esta amenaza es el ζη̃λος por la ley, que viene a identificarse
con la defensa de la identidad étnico-religiosa judía que Pablo llama ̉Ιουδαϊσµός.

4. Llamado a anunciar el evangelio

La imagen de Pablo “caído del caballo”, repetida una y otra vez en las
representaciones pictóricas de la época moderna y fomentada por la tradición popular,
forma parte del patrimonio cultural común de todos los ambientes cristianos25. La fiesta
litúrgica de la Conversión de san Pablo, que se celebra el 25 de enero, constituye una
confirmación autorizada del esquema hagiográfico tradicional26.
EL ACONTECIMIENTO EN HECHOS DE LOS APÓSTOLES
Esta imagen tradicional de Pablo “convertido” procede de las páginas de los
Hechos de los apóstoles, en donde en tres ocasiones se cuenta la repentina transformación
de Saulo de violento perseguidor de la Iglesia en apóstol de Jesucristo en el camino de
Damasco.
- He 9,1-19: el acontecimiento es narrado en el lugar del discurso narrativo que
le corresponde.
- He 22,3-21: ante los judíos en el Templo de Jerusalén.
- He 26,2-19: ante el rey Agripa y Festo.
Estos relatos están compuestos por el autor de Hechos de los apóstoles siguiendo
dos modelos literarios:
1. El modelo bíblico de revelación de Dios.
2. El modelo propiamente lucano de conversión.

25
La escena de la vida de Pablo más representada es la de su conversión, y en ella se suele resaltar la figura de
Pablo caído por tierra y cegado por una luz resplandeciente, con el caballo al fondo: cf. las obras de G.
Bellini en Pésaro, de Miguel Angel en la capilla paulina del Vaticano, de Caravaggio en Santa Maria del
Popolo (Roma), de Rubens en Berlín y Munich, etc.
26
Esta celebración litúrgica se estableció en el siglo VIII en Italia y en la Galia, con ocasión del traslado de
unas reliquias del Apóstol, y en el siglo X se fijó en el calendario romano el 25 de enero.
18
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

EL ACONTECIMIENTO EN LAS CARTAS PAULINAS


Pablo da un testimonio personal de su experiencia de encuentro con Jesús
resucitado en dos tipos de textos:
1. Textos, sobre todo encabezamientos de las cartas, en los que alude a la
“llamada” o envío por parte de Dios: Rm 1,1; 1 Cor 1,1: “Pablo, apóstol
elegido”; o también “Pablo, apóstol no por disposición humana, ni por
intervención de hombre alguno, sino por designio de Jesucristo y de Dios
Padre que lo resucitó de entre los muertos...” (Ga 1,1).
2. Textos en los que se alude a la experiencia:
a) Gálatas 1,15-17: “Pero cuando Dios, que me eligió desde el seno de
mi madre y me llamó por pura benevolencia, tuvo a bien revelarme a
su Hijo y hacerme su mensajero entre los paganos,... “
b) 2 textos en 1 Corintios: “¿No soy yo libre? ¿No soy apóstol? ¿Es que
no he visto yo a Jesús, nuestro Señor?” (1 Cor 9,1); “Después de todos
se me apareció a mí, como si de un hijo nacido a destiempo se tratara”
(1 Cor 15,8)
c) Filipenses 3,12: “Yo mismo he sido conquistado por Cristo”.

En todos estos textos, procedentes de los escritos auténticos de Pablo, encontramos


los siguientes elementos:
1. Pablo no habla nunca de “conversión”, sino de “llamada”.
2. Remite a estas experiencia cada vez que tiene que legitimarse como apóstol o
justificar su misión entre los paganos.
3. Reproduce, por tanto, un esquema literario y responde a una intención
apologética.

CUESTIONES QUE SUSCITAN ESTOS TEXTOS


La variedad de textos, y su diferente naturaleza, nos invitan a plantearnos las
siguientes cuestiones:
1. ¿Es posible descubrir la “realidad histórica” de la experiencia de Pablo, el
“convertido” o “llamado” por Dios?
2. ¿En qué consistió la experiencia de Damasco? ¿En una “visión de Jesús
resucitado” semejante a la de los otros discípulos históricos de Jesús? ¿O es
una “visión interna” asimilable a otras experiencias místicas o extáticas de que
hablan tanto Pablo en sus cartas como el autor de Hechos?
3. ¿Qué relación existe entre esta experiencia de Pablo y el “evangelio de
Jesucristo” que anuncia?
Para responderlas tendremos que analizar cuidadosamente el valor de estos
testimonios.

19
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

TESTIMONIO DE LOS RELATOS DE HECHOS DE LOS


APÓSTOLES
La trama narrativa de los 3 relatos de Hechos de los apóstoles sobre el
acontecimiento de Damasco discurre a lo largo de 4 momentos:
1. Presentación de la figura de Pablo y su acción persecutoria.
2. Acontecimiento central: experiencia del encuentro con Jesús en el camino de
Damasco.
3. Segunda visión del Señor a Ananías, un judeocristiano de Damasco, para que
acoja a Pablo.
4. Bautismo de Pablo en Damasco.
Someteremos estos textos a un doble tipo de análisis:
1. ANÁLISIS NARRATIVO: tenemos tres relatos de un mismo acontecimiento.
Tendremos que explicar la función de estos tres relatos recurriendo a los
recursos narrativos de la “analepsis” y la “repetición”
2. ANALISIS LITERARIO: tendremos que buscar los “modelos literarios” en
los que se inspira Lucas para componer sus relatos: el modelo literario de
“revelación de Dios a profetas y patriarcas”, tomado del Antiguo
Testamento, y el modelo de “conversión”, típicamente lucano.
ANÁLISIS NARRATIVO
En los tres relatos de Lucas encontramos los siguientes recursos narrativos:
1. Analepsis o “flash–back” : En He 22 y He 26 el hilo narrativo da marcha
atrás. Es el mismo Pablo el que cuenta en primera persona lo que le sucedió
según He 9.
2. Relato repetitivo: Se llama así al relato que cuenta x veces lo que se produjo
una sola vez.
Encontramos relatos repetitivos allí donde al autor le interesa destacar la importancia
de un acontecimiento. Así, por ejemplo, la narración de la salida de Egipto y el paso
del desierto se narra varias veces a lo largo de los libros de Ex a Dt.

Pero la redundancia narrativa no produce su efecto solamente mediante la


repetición; también lo produce mediante la diferencia, porque repetir no es calcar.27 De
una versión a otra los acontecimientos del camino de Damasco experimentan
modificaciones:
1. Hay una tendencia a una progresiva concentración sobre el encuentro
Pablo—Jesús. De He 9 a He 26 los detalles de la experiencia de Pablo se van
borrando progresivamente (su ceguera, su bautismo), los personajes
secundarios desaparecen (Ananías, Bernabé), de forma que en el capítulo 26 no
deja ya más que Pablo y Jesús cara a cara.

27
D. MARGUERAT—Y. BOURQUIN, Cómo leer los relatos bíblicos. Iniciación al análisis narrativo (Sal
Terrae; Santander 2000) 162. Analizan las tres narraciones de la conversión de Pablo como ejemplo de
relato repetitivo.
20
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

2. Hay una variación del punto de vista. Aunque se refiere al mismo


acontecimiento, el narrador cambia de óptica:
- En He 9 pone de relieve la importancia de las mediaciones que fueron
necesarias en la conversión de Saulo (los compañeros de viaje, Ananías,
Bernabé)
- En He 22, la conversión sirve para demostrar la continuidad
fundamental existente entre el pasado judío de Pablo y su fe en Cristo
(Pablo destaca su pasado “a los pies de Gamaliel”; Ananías es un
“hombre piadoso según la ley”; Ananías presenta a quien ha llamado a
Pablo como “el Dios de nuestros antepasados”; Pablo completa su
relato con otra aparición de Jesús en el templo)
- En He 26, la conversión concreta la acción del Resucitado en la vida de
Pablo, con objeto de establecer la conexión entre la fe nueva y la fe
farisaica en la resurrección: cf. He 26,8: ¿Os parece increíble que Dios
resucite a los muertos?”

ANÁLISIS LITERARIO
1. MODELO LITERARIO DE REVELACIÓN DE DIOS A PROFETAS Y
PATRIARCAS
En los tres relatos Lucas usa estos cuatro elementos, que reciben un tratamiento
libre según la óptica de cada uno: la luz, la voz, los acompañantes, y la ceguera de Pablo.
Podemos apreciar las semejanzas y diferencias de un relato a otro en la siguiente tabla:

LA LUZ LA VOZ LOS ACOM- LA CEGUERA


PAÑANTES DE PABLO
Hechos 9 “De repente lo “Saulo, Saulo, ¿por “Se quedan ató- “Aunque tenía los
envolvió una luz del qué me persigues?... nitos, oyendo la voz ojos abiertos no
cielo” Soy Jesús, a quien pero sin ver a veía nada” Sus
tú persigues. Entra nadie” (He 9,7) compañeros lo
en la ciudad y te llevan a Damasco,
dirán lo que tienes donde está “tres
que hacer” días sin ver y sin
comer ni beber”
(He 9,9)
Hechos 22 Se resalta la luz, con Más o menos como “Los que estaban Relaciona la cegue-
la mención del en He 9 conmigo vieron la ra con la visión:
“mediodía” luz, pero no oyeron “Como no veía
la voz del que me nada, debido a
hablaba” (He 22,9) aquel gran res-
plandor...” (He
22,11)
Hechos 26 Se resalta todavía Precisa que la voz Todos, tanto Pablo No se menciona la
más: “Al mediodía se le dirige “en como sus com- ceguera, por lo que
vi en el camino... hebreo”. Añade en pañeros, fueron en- no es necesario que
una luz venida del forma de proverbio: vueltos por la luz y Pablo sea llevado
cielo, más brillante “Duro es para ti todos cayeron al por sus compañeros,
que la del sol, que dar coces contra el suelo, pero sólo ni la intervención de
me envolvió a mí y aguijón” (He Pablo oyó la voz. Ananías.

21
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

a los que iban 26,14). Jesús le


conmigo” (He constituye “minis-
26,13) tro y testigo”

Estos elementos son frecuentes en los RELATOS DE REVELACIÓN DE DIOS


A PATRIARCAS Y PROFETAS: voz, caer rostro en tierra28, acompañantes. Podemos
comparar los relatos de la conversión de Pablo en Hechos con:
- Ezequiel 1,28 (también 43,3; 44,4): Ezequiel, después de la visión de la gloria
del Señor junto al río Quebar, en el país de los caldeos, describe su reacción:
A su vista yo caí rostro en tierra y oí una voz que me hablaba
- Daniel 10,7.9 (también Dn 8,17-18): el autor pone en boca de Daniel su
reacción y la de sus compañeros al ver en las orillas del río Tigris a un ser
divino:
Sólo yo, Daniel, contemplé la visión: los hombres que se encontraban
conmigo no veían nada, pero un gran terror les invadió y huyeron a
esconderse. (...) Oí entonces el rumor de sus palabras y, al sentirlo, perdí el
sentido y caí de bruces, rostro en tierra.
El protagonista principal participa en la visión de forma más fuerte que los
acompañantes; éstos son espectadores, pero no destinatarios de la visión. Sirven de
comparsa, dan credibilidad. Los relatos de Hechos sobre la conversión de Pablo, sin
embargo, guardan sus diferencias respecto de las VISIONES APOCALÍPTICAS. En
los relatos de Hechos no se describe la visión, sino que solamente se menciona el “gran
resplandor”. La importancia pasa de la visión a la “voz”. Este detalle emparenta los
relatos de Hechos con los DIÁLOGOS DE REVELACIÓN A LOS PATRIARCAS. La
voz repite el nombre de Saulo29, que es llamado dos veces por su nombre hebreo (ša´ul)
transcrito al griego: Σαούλ, Σαούλ. Jesús se identifica con los perseguidos. Pablo se ve
obligado a cambiar; no puede resistir eficazmente a quien le empuja en otra dirección.

2. ESQUEMA DE CONVERSIÓN LUCANO


En los relatos de la conversión de Hechos encontramos también algunos elementos
de un modelo narrativo típicamente lucano: el relato de “conversión”, que encontramos
también en la historia de la conversión de Cornelio (He 10). Por medio de una doble
revelación, Dios hace que Pedro y Cornelio se encuentren en Cesarea. Pedro desempeña en
este relato el papel de mediador (como Ananías en los relatos de la conversión de Pablo)
que anuncia el evangelio a Cornelio y lo recibe en la Iglesia mediante el bautismo.
El modelo lucano de conversión consta de los siguientes elementos:
1. Parte de la iniciativa de Dios.
2. Prevé el anuncio de la Palabra, que es acogida con fe.
3. Don del Espíritu Santo
4. Sello del bautismo.
Por medio de una visión del Señor, Ananías, un cristiano de Damasco, es
preparado para recibir a Pablo. Recibe la orden de ir “a la casa de Judas, en la calle

28
“Caer rostro en tierra” es la reacción del hombre ante la visión del Dios vivo. Cf. también Gn 18,3; Mt
17,6; Ap 1,17.
29
La repetición del nombre responde al esquema de los diálogos de revelación a los patriarcas bíblicos:
Abrahán, Jacob, Moisés,
22
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

Recta” y preguntar allí por “un tal Saulo de Tarso” (He 9,11). Esta experiencia de
revelación por parte de Ananías se entralaza con la experiencia simultánea de Pablo. El
Señor informa a Ananías sobre la experiencia de Pablo: “Está allí en oración y ha tenido
una visión: un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las manos para devolverle la
vista” (He 9,12). Ananías manifiesta su perplejidad ante la transformación de Pablo. Por
medio de esta objeción, que forma parte del MODELO LITERARIO DE
REVELACIONES DE UN ENCARGO30, el autor tiene oportunidad de subrayar el
cambio radical que ha experimentado Pablo.

TESTIMONIO DE LAS CARTAS PAULINAS


LA “LLAMADA” EN EL ENCABEZAMIENTO DE LAS CARTAS
En los encabezamientos de algunas de sus cartas auténticas Pablo destaca la
llamada de Dios, que está en la base de su ser apóstol de pleno derecho, con autorización
para proclamar el evangelio de Jesucristo a los paganos. En las siguientes, Pablo se
considera “apóstol por elección” (κλητὸς α̉πόστολος):
- Romanos 1,1: “Pablo, siervo de Cristo Jesús, elegido como apóstol y
destinado a proclamar el evangelio de Dios...”: κλητὸς α̉πόστολος
α̉φωρισµένος ει̉ς ευ̉αγγέλιον θεου̃. Pablo se siente investido (α̉φωρισµένος) de
la misión y tarea del apostolado, encargado de proclamar la “buena noticia” de
la salvación de Dios a favor de todos los seres humanos, en virtud de la libre y
gratuita iniciativa de Dios.
- 1 Corintios 1,1: “Pablo, llamado por voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo
Jesús”: Παυ̃λος κλητὸς α̉πόστολος Χριστου̃ ̉Ιησου̃ διὰ θελήµατος θεου̃31. La
idea de la “llamada” por parte de Dios es inseparable de su papel de apóstol y
enviado de Jesucristo. La “decisión” o “beneplácito” (θέληµα) de Dios de
llamarlo está en el origen de su condición de enviado y proclamador del
evangelio.
Por tanto, en estas fórmulas de encabezamiento en las que Pablo usa el título
de “apóstol por elección” (κλητὸς α̉πόστολος) se presupone la “llamada” por parte de
Dios.

TESTIMONIO DE GÁLATAS

En el capítulo 1 de la carta a los Gálatas encontramos un testimonio múltiple sobre


cómo Pablo entendió su “llamada”.

30
Cf. misión de Moisés (Ex 3,11; 4,1.10.13); Gedeón (Jc 6,15); Jeremías (Jr 1,6); Zacarías (Lc 1,18); María
(Lc 1,34); Pedro (5,8).
31
En 2 Cor 1,1 aparece una fórmula parecida, sin hacer mención de la llamada con el participio aoristo pasivo
κλητὸς: “Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios” Παυ̃λος α̉πόστολος Χριστου̃ ̉Ιησου̃ διὰ
θελήµατος θεου̃. La misma expresión aparecerá en Ef 1,1 y Col 1,1

23
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

1. A esa experiencia de la “llamada” remite Pablo cuando se ve obligado a


defender sus derechos de apóstol:
Ga 1,1: Pablo, apóstol no por disposición humana ni por intervención de
hombre (ου̉κ α̉π ̉ α̉νθρώπων ου̉δὲ δι ̉ α̉νθρώπου) sino por designio de
Jesucristo y de Dios Padre (α̉λλὰ διὰ ̉Ιησου̃ Χριστου̃ καὶ θεου̃ πατρὸς)
2. Hay una relación indisociable entre el evangelio de Jesucristo y su papel de
apóstol. Del mismo modo que él es apóstol únicamente por libre y soberana
iniciativa de Dios, también el evangelio de Jesucristo le ha sido comunicado
sin mediación humana, sino por revelación directa de Jesucristo.

Ga 1,11-12: Os aseguro que el evangelio predicado por mí no es producto


humano; pues no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por
revelación de Jesucristo (δι ̉ α̉ποκαλύψεως ̀ ̉Ιησου̃ Χριστου̃).
3. Sobre el pasado judío de Pablo, sin apego alguno al movimiento mesiánico de
Jesús, destaca la iniciativa de Dios. Pablo lo presenta recurriendo al lenguaje de
la “llamada” según el MODELO DE LA VOCACIÓN O INVESTIDURA
DE LOS PROFETAS BÍBLICOS. El texto en cuestión es Ga 1,15-17:

Pero cuando [Dios]32, que me separó desde el seno de mi madre y me llamó


por pura benevolencia, tuvo a bien revelarme a su Hijo y para que lo
anunciara entre los paganos, inmediatamente, sin consultar a hombre
alguno y sin subir a Jerusalén para ver a quienes eran apóstoles antes que
yo, me dirigí a Arabia, y después otra vez a Damasco.

En este texto tan


denso, Pablo se refiere al
acontecimiento de su
llamada de pasada para
defenderse de las
acusaciones de sus
oponentes sobre su
independencia de
Jerusalén. La referencia a
la “llamada” está
contenida en una
subordinada temporal
(“cuando Dios....”). La
estructura sintáctica de la
oración nos puede ayudar

32
La tercera edición del Greek New Testament mantiene la lectura ‘ο θεός, que está presente en S A D Ψ,
manuscritos bizantinos, recensiones de la Peshita, de la copta, etiópica, eslava, georgiana y varios padres,
pero falta en códices muy autorizados: p46 B F G recensiones de la Ítala, la Vulgata, y varios padres. Por
ello el Comité que confeccionó el Greek New Testament prefirió incluirla en el texto, entre paréntesis
cuadrados. Los que votaron en contra sostienen que “la lectura ‘ο θεός tiene todas las apariencias de ser
una glosa de un escriba para hacer explícito el sujeto implícito de ευ̉δόκησεν, y, por el contrario, no hay
ninguna buena razón para suponer que estas palabras hubieran sido borradas si hubieran estado en el
original (la suposición que hubieran sido omitidas accidentalmente es improbable a la vista de la
diversidad de testimonios que apoyan el texto breve)” (B.M. METZGER, A Textual Commentary on the
Greek New Testament (Stuttgart 1971) 590.
24
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

a apreciar mejor cómo están dispuestos los elementos:


El texto se sitúa a unos veinte años vista de los acontecimientos que evoca. Pablo
ha tenido ocasión no sólo de reflexionar sobre el significado que ha tenido ese
acontecimiento en su vida, sino también de buscar en la tradición bíblica la formulación
adecuada para hablar de ello. ¿Cuáles son los elementos de esta formulación que Pablo ha
encontrado para hablar de ese acontecimiento en la tradición bíblica, y cuáles han sido las
modificaciones que él introduce en ese esquema?
1. Pablo encuentra material en los textos bíblicos que recogen la LLAMADA DE
LOS PROFETAS POR PARTE DE DIOS. La primera parte de esta
confesión de Pablo está calcada de dos textos:
- Isaías 49,1: “El Señor me ha llamado desde el vientre de mi madre, desde
el seno ha pronunciado mi nombre”. Pertenece al segundo cántico del
Siervo de Yahvé. El Siervo se ve investido por Yahvé desde el seno de su
madre, no sólo para liberar de las cárceles a los supervivientes de Israel,
sino también para ser “luz de las naciones” y llevar su salvación hasta los
confines de la tierra.
- Jeremías 1,5: “Antes de formarte en el vientre de tu madre te conocí, antes
que salieras del seno te consagré”.
2. La novedad en la formulación de Pablo está en la palabra Χάρις –“me llamó
por su gracia” - , que pone en primer plano el motivo de la iniciativa radical
de Dios. Por su amor benigno y gratuito, por pura benevolencia, Dios ha
elegido y ha llamado a Pablo.
3. La iniciativa de Dios se concreta en una experiencia de revelación: “quiso...
revelar en mí a su Hijo” (ευ̉δόκησεν . . . α̉ποκαλύψαι).

El estudio de los términos α̉ποκαλύπτω/α̉ποκάλυψις arroja los siguientes resultados:

Frecuencia del Frecuencia del


término α̉ποκαλύπτω término α̉ποκάλυψις
Mateo 4 0
Lucas 5 0
Juan 1 0
Pablo 9 10
Efesios 1 2
2 Tesalonicenses 3 1
1 Pedro 3 3
Apocalipsis 0 1
TOTAL 26 18

En Pablo aparece fundamentalmente con los siguientes usos:


a) La manifestación del designio salvífico de Dios o su juicio final: Rm
1,17.18; 2,5; 8,18.19; 16,25; 1 Cor 1,7; 2,10; 3,13; Ga 3,23.
b) Las experiencias carismáticas: 1 Cor 14,6.26.30; 2 Cor 12,1.7.
Esta misma expresión aparece en la misma carta a los Gálatas a pocas líneas de
distancia. La primera vez Pablo dice que su evangelio, el que él anuncia, no
25
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

depende de ningún hombre. Lo remite explícitamente a la “revelación de


Jesucristo” (Ga 1,12). La repetición de la terminología “apocalíptica” en la frase
autobiográfica de Pablo en Ga 1,16 da a entender que la “revelación de Jesucristo”
consiste en el hecho de que Dios le haya revelado “a su Hijo” a Pablo.
4. Esta revelación divina de Jesucristo tiene como objetivo directo e inmediato
anunciar el evangelio a los paganos. Esta revelación funda su papel como
apóstol, y por eso, después de esta revelación, no tiene necesidad de ir a
Jerusalén a pedir ningún permiso ni autorización a los que eran “apóstoles”
antes que él. Prueba de ello es que inmediatamente parte para la región de
Arabia (cf. Ga 1,17), que se extiende al sur de la ciudad de Damasco y está
habitada por paganos. Sólo en un segundo momento volverá a Damasco.

TESTIMONIO DE 1 CORINTIOS

Encontramos una confirmación de la “llamada” en dos textos de esta carta:


1. 1 Corintios 15: otro texto más distante y formal, incorporado a un documento
procedente probablemente de la tradición.

Pablo se ve obligado a recordar el evangelio transmitido a los cristianos de Corinto,


porque hay quienes ponen en duda el destino de salvación de los muertos, ya que
niegan la resurrección corporal. Pablo recuerda entonces que el evangelio es una
fuerza de salvación siempre que se acoja y mantenga en su integridad; de lo contrario,
éste y la fe que en él se funda resultan ineficaces. Remite pues, al esquema del
anuncio que hizo por primera vez en Corinto, a comienzos de los años 50 d.C. Se
trata de un esquema que él mismo ha recibido de otros y que todos están de acuerdo
en proponer como fundamento de la fe común. El “guión” de este evangelio
tradicional comprende cuatro afirmaciones: “Que Cristo murió por nuestros pecados,
según las Escrituras; que fue sepultado y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y que se apareció (ώ̉φθη) a Cefas y luego a los doce” (1 Cor 15,3-5)

Al llegar aquí, Pablo amplía la serie de los primeros destinatarios de las apariciones
de Cristo resucitado para poder incluir también su propia experiencia:
“Se apareció también a más de quinientos hermanos de una vez (...) Luego se apareció a
Santiago, después a todos los apóstoles; y después de todos, como a uno que nace antes
de tiempo, también se me apareció a mí (ώ̉φθη κα̉µοί). Porque yo soy el menor de los
apóstoles, indigno de ser llamado apóstol, por haber perseguido a la Iglesia de Dios. Pero
por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia de Dios no ha sido estéril en mí; pues he
trabajado más que los demás; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1 Cor 15,6-
10)
2. 1 Corintios 9: Unos capítulos antes se refiere al hecho de que él es “apóstol”
de pleno derecho:
¿No soy yo libre? ¿No soy apóstol? ¿Es que no he visto yo a Jesús, nuestro
Señor? (ου̉χὶ ̉Ιησου̃ν τὸν κύριον ‘ηµω̃ν ‘εώρακα;) (1 Cor 9,1)

En estos dos importantes textos encontramos los siguientes elementos:


1. Pablo recurre al lenguaje de la experiencia visual, con diversas formas del
verbo “ver” ‘οράω:

26
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

- En 1 Cor 9,1 usa el perfecto activo ‘εώρακα, “he visto”, que subraya el
efecto permanente de “ver”.
- En 1 Cor 15,8 usa el pasivo aoristo ώ̉φθη, “apareció”, “se dejó ver”, que
centra la atención en el hecho mismo de la experiencia visual.
En ambas formulaciones se advierte un modo de decir tomado de la “tradición”, del
código lingüístico de la Biblia griega, donde el verbo “ver” en forma activa y
pasiva se usa para hablar de las manifestaciones de Dios a los patriarcas y
profetas. En la tradición evangélica se usa también para hablar de las
“apariciones” de Jesús resucitado a los testigos elegidos. Dada esta ascendencia
tradicional paulina, no sorprende que en el texto paulino falte absolutamente toda
información sobre el “cómo” de la experiencia, los detalles y circunstancias de la
experiencia visual de Cristo, el Señor.

2. En 1 Cor 15 se distribuyen los destinatarios de la “visión” en tres grupos:


a) Cefas y los “doce”.
b) Los “quinientos hermanos”, es decir, miembros de la comunidad.
c) Santiago, al que se asocian todos los “apóstoles”.
La mención de esta categoría prepara la autopresentación de Pablo, que se coloca
entre los “apóstoles”, pero en una posición distinta tanto de los “doce” como de
la de los otros “apóstoles” como colectivo. Su experiencia se sitúa en la serie de las
apariciones individuales de Cefas y Santiago. Pero se distingue de ellas por una
razón que Pablo subraya con el fin de hacer resaltar la “gracia de Dios”. No es sólo
la última de las apariciones de Cristo resucitado, sino que además es una aparición
destinada a alguien que se compara con “uno que nace antes de tiempo”, con
un “aborto” . La metáfora del “aborto” remite a la situación de un nacimiento
frustrado, sin la necesaria gestación previa. Del mismo modo que un “aborto” no es
un ser humano “completo”, así Pablo tampoco merece llamarse “apóstol”. Así
subraya la radical gratuidad de la experiencia de la aparición de Cristo resucitado,
que lo ha constituido “apóstol”.

TESTIMONIO DE FILIPENSES (Flp 3,5-12) “Yo mismo fui


alcanzado por Cristo Jesús
Es un texto polémico, en el que Pablo toma posición frente a los misioneros
judeocristianos, “malos obreros”. Pablo presenta también su encuentro con Cristo en
términos de contraposición con su pasado judío.
Podemos destacar los siguientes elementos:
1. Pablo cuatro motivos de orgullo (“circuncidado al octavo día; soy del linaje de
Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo, hijo de hebreos”) y tres notas que
atestiguan su integridad religiosa y su compromiso ético con el judaísmo (“por
lo que se refiere a la ley, fariseo; por celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a
la justicia que viene del cumplimiento de la ley, irreprochable”). Pablo no tiene
ningún complejo de culpa respecto de su pasado judío comprometido y militante.
Aquella realidad, que para algunos todavía es motivo de orgullo, simplemente no
existe ya.

27
3. DE PERSEGUIDOR A APÓSTOL DE JESUCRISTO

2. Pablo recurre a términos del código lingüístico comercial: lo que antes era
“ventaja” ahora es “daño” y “pérdida”:
Todo lo que entonces tuve por ventaja, lo juzgo ahora daño por Cristo; más
aún, todo lo tengo por pérdida ante el sublime conocimiento de Cristo Jesús,
mi Señor, por quien he sacrificado todas las cosas, y las tengo por basura
con tal de ganar a Cristo y encontrarme con él
(Flp 3,7-8)

Pablo, sin embargo, no habla de la naturaleza del acontecimiento que cambió su vida.
Pone el acento más bien en su experiencia de Jesucristo que define ahora su identidad
y el nuevo criterio de valoración ético—religioso. Para Pablo, esta nueva relación con
Dios fundada en la fe en Cristo se llama “justicia que viene de Dios” (ε̉κ θεου̃
δικαιοσύνη). Este es el punto de llegada de un itinerario que se inició con su pasado
judío, y que desemboca en lo que él llama “ conocimiento de Jesucristo” (γνω̃σις
Χριστου̃ ̉Ιησου̃). En Pablo este camino no es un proceso de maduración, ni una crisis
de conciencia, sino un giro repentino que ha hecho cambiar la dirección de su vida.

3. Pablo mismo recurre a la imagen del atleta que es arrebatado por una fuerza
repentina y se lanza a la carrera. Jesucristo ha sido esa fuerza.

Frente a los que alardean de que ya han llegado a la meta, es decir, a la plena
conformidad con Cristo resucitado, Pablo dice: “No quiero decir con esto que haya
alcanzado ya la perfección, sino que corro tras ella con la pretensión de darle
alcance, por cuanto yo mismo fui alcanzado por Cristo Jesús” (Flp 3,12). A partir del
momento en que “fue alcanzado por Cristo” toda su vida cambia. Todos los criterios,
todos los parámetros que orientan su vida, cambian radicalmente. El pasado, el
presente y el futuro se reinterpretan en esta nueva orientación; Pablo recurre otra vez
a la imagen de la carrera atlética para hablar de ello: “Olvidando lo que queda atrás,
me lanzo en persecución de lo que está por delante; corro hacia la meta, hacia la
vocación celeste de Dios en Cristo Jesús” (Flp 3,13b-14)

Si por “conversión” se entiende esta nueva orientación religiosa radical de la vida


de Pablo, se puede aplicar entonces a su experiencia de Damasco. En el puesto de la Ley
está ahora la persona de Jesucristo.

¿EN QUÉ CONSISTE EL ACONTECIMIENTO DE


DAMASCO?

Deberemos distinguir entre la “narración del acontecimiento” y el “acontecimiento


en sí mismo”. La narración del acontecimiento, examinada a nivel lingüístico, encaja
perfectamente con las formas literarias de “visiones y revelaciones de Dios”, sobre todo
con las elaboradas en la literatura de corte apocalíptico. En cuanto al “acontecimiento en sí
mismo” en tanto en cuanto afecta a la realidad divina, ésta no es accesible a la
investigación histórica en cuanto tal, porque la experiencia “mística” o relacionada con lo
“misterioso” queda a nivel interno. Pero sí son observables las consecuencias que esa
experiencia “mística” ha dejado en el sujeto, y por ello sí es susceptible de verificabilidad y
falsabilidad. Podemos verificar la credibilidad que nos merece el sujeto que relata esta
experiencia atendiendo a las circunstancias en que se produce, y otros datos. En el caso de
Pablo, el acontecimiento de Damasco fue el suceso originario y fontal de su inmensa labor
evangelizadora, y del cambio radical que experimentó en su vida.

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