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EL MISTERIO DE CRISTO
1. CRISTOLOGÍA BÍBLICA
El AT como horizonte de comprensión de Jesús de Nazaret y de la cristología.
- Cristo es judío, vive del A T, y acude a la Escritura para fundamentar su obra y su persona.
- El Dios que Cristo anuncia es el Dios del AT (el Dios de Israel).
- Los cristianos leen el acontecimiento de Cristo a la luz de las SE: “según las Escrituras”.
- El AT, es preparación para el acontecimiento Cristo. El AT, dice: ¿qué? y ¿cómo es Cristo?; el NT, dice:
¿quién es Cristo?
- El AT, presenta la expectativa del Mesías en tres cauces: M. Profeta (Moisés, Elías, Jeremías y el siervo
de Isaías); M. Rey (Isaías, Miqueas y Jeremías) y M. Sacerdote (Zacarías, Ageo y Ezequiel).
- Otras figuras: El mensajero de Yahvé, la sabiduría divina personificada y el Hijo del hombre.
Extensión:
El recurso al AT en cristología está justificado por el mismo Jesús, que se ha referido muchas veces a la
Escritura para hablar de su persona: “El Espíritu del Señor esta sobre mi…Hoy se cumple esta Escritura
que acabáis de oír”. (Lc 4, 16-21). El pasaje nos presenta a Jesús como exegeta de la Escritura. Jesús
mismo recurrió explícitamente a la Escritura para interpretar su persona y obra. Jesús utilizo los títulos
veterotestamentarios “Hijo de David”, “Siervo del Señor” e “hijo del hombre”. Incluso después de la
pascua continúa referencia a la Escritura como base para el entendimiento verdadero de la realidad de
Jesucristo. Una característica importante de la interpretación que Jesús da a la Escritura en relación con
su persona y con su acontecimiento es la “superación” de los esquemas veterotestamentarios a través de
su novedad: el mesías político se convierte en Mesías espiritual y trascendente, el siervo de Yahvé es el
hijo obediente que se ofrece voluntariamente a la pasión, el hijo del hombre glorioso de Daniel se
convierte en el Hijo del hombre que sufre y resucita, la múltiple tradición de la Sabiduría se convierte en
la sabiduría en persona. Tb la primitiva comunidad cristiana ha tenido que recurrir a la Escritura en su
conjunto.
H ay que excluir una interpretación exclusivamente “davídica” del AT, que vincule de manera inmediata
la salvación cristiana a la historia de Israel por medio de la circuncisión y la plena participación en la
comunidad cultural y jurídica del mismo pueblo israelita.
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nueva alianza, los libros del AT, incorporados a la predicación evangélica, alcanzan y muestran su
plenitud der sentido en el NT, y a su vez lo iluminan y lo explican.
La cristología del NT
Mateo: El título cristológico prevalente es el de “Señor”. Toda la vivencia terrena de Jesús e mirada a la
luz de su exaltación pascual. La clave interpretativa de Mt parece ser el cumplimiento de las Escrituras
en Jesús de Nazareth, y por eso es el Salvador prometido. La genealogía inicial pretende afirmar que él
es el verdadero Mesías esperado. Tb otorga relieve a la relación de Jesús con el Padre. Jesús es
presentado como descendiente de la estirpe de David pero tb engendrado del Espíritu de Dios. Mt coloca
al Hijo al mismo nivel del Padre.
Marcos: Intenta motivar la realidad de “Jesús Cristo, Hijo de Dios”. Tres títulos más importantes de
Jesús: Cristo, Hijo del hombre, Hijo (de Dios). Titulo fundamental: Hijo de Dios. Toda la vida de Jesús
esta iluminada por este titulo. Es significativa la escena de la teofanía del bautismo, en donde la
precisión “el predilecto” unida a “Hijo mío” transforma esta relación en filiación única: “Tu eres mi hijo
predilecto, en ti me he complacido”.
Otra característica de Mc es el secreto mesiánico. El secreto quiere expresar la idea de que el misterio de
Jesús sólo puede ser comprendido por quien tiene fe y sigue su vida hasta la cruz. Los demás no pueden
comprenderlo. Por eso el secreto continúa hasta la resurrección.
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Lucas: Cristo es el “centro del tiempo” y de la historia de la salvación. Con Jesús la historia de la
salvación alcanza su madurez suprema y total. El representa el nuevo nacimiento. Con Juan el Bautista
termina el AT. Este nuevo comienzo del NT se realiza en el nacimiento virginal de Jesús de María por
obra del ES, que interrumpe una genealogía puramente carnal. Se subraya la plena humanidad como la
plena filiación divina desde su nacimiento terreno. Con esta luz se interpretan los títulos “hijo de Dios”,
“Hijo del Altísimo”, “Cristo”, “Salvador”. Se destaca la sugestiva dimensión de la misericordia de
Dios.
Juan: Presenta a Cristo desde su preexistencia, pero, afirma fuertemente la realidad de la Encarnación.
Es vencedor de Satanás. Títulos: Cristo, Hijo del Hombre, Profeta, Rey de Israel. Enfoque desde una
cristología descendente.
La encarnación es el centro de interés de Juan, pero hay una realidad prexistente, la que se encarna: es el
Verbo. Pensar en Jxto como Hijo de Dios supone que hubo una vida previa en el seno de la Trinidad que
trasciende los límites de la existencia histórica del hombre Jesús.
Juan habla del Logos: Logos no como realidad histórica de Jesús, sino en la prexistencia. Logos es la
Palabra del Padre. La teología del Logos subyace en todo el Evangelio. Es la palabra proferida, ad extra;
pero tb es la Palabra inmanente a Dios, que existe desde siempre en Dios.
Jesús va a ser el Verbo que se hace carne. La carne no es contraposición al Espíritu, como en Pablo.
Dios es el Padre de nuestro Señor Jesucristo: El Evangelio gira en torno a esa afirmación.
Corpus paulino: Partiendo de la experiencia del resucitado, del kerigma de a comunidad cristiana
primitiva y de las fórmulas del AT, Pablo elabora su reflexión cristológica que, más que un verdadero y
propio desarrollo, contiene 3 niveles sucesivos de profundización. Su cristología es soteriológica. El
primer nivel: arcaico (1 y 2 Tes y 2da parte de 1Cor) está centrado en la parusía y en la resurrección de
Jesús, como primicia de la nuestra. El segundo nivel (Rom, Gal, 1 y 2 Cor) tiene su centro en la eficacia
actual de la resurrección y de la muerte de Cristo, como nuevo principio religioso. Esto, en antítesis con
el judaísmo, porque Cristo ha puesto fin a la economía de la Ley; y en antítesis con la filosofía griega. El
tercer nivel (Ef, Flp, Col) ofrece una visión cristológica mas completa, el centro está en la idea del
“misterio”. Este está centrado en la persona de Cristo, que unifica la comunidad de los hombres, judíos y
paganos. Títulos cristológicos más importantes: Cristo y Señor.
Docetas: Negaban la realidad de la Encarnación, la humanidad de Cristo sería una apariencia. Esto nace
de una concepción pesimista de la carne como de todo el mundo material.
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Extensión:
Del griego dokesis, “apariencia”. No es propiamente una secta particular, consiste mas bien en la
tendencia a disminuir la realdad humana de Jesús, afirmando que su cuerpo es aparente, celeste,
angélico, espiritual, y negando las acciones indignas de su divinidad, como por ejemplo: el sufrimiento.
Los verdaderos docetas fueron gnósticos valentinianos. Los combate Juan, Ireneo y Tertuliano.
Gnósticos: Eran una serie de sectas que tenían en común la pretensión de ofrecer a sus fieles un
conocimiento (gnosis) superior al del judaísmo y el cristianismo, tomando de estos muchas doctrinas o
prácticas. Estas herejías tenían en común dos cosas: 1. Dualismo radical entre el mundo espiritual y el
mundo carnal. 2. Pretendida revelación de una serie de emanaciones que a partir del Dios bueno y del
Dios malo, habrían producido el mundo actual. Representantes: Valentín, Carpócrates, etc.
Extensión:
Los gnósticos (Gnosis: conocimiento, los fundadores de las sectas gnósticas tenían conocimientos
ocultos) constituyen un fenómeno muy articulado, en el que convergen influjos orientales y
especulaciones cosmológicas de matriz cristiana, judía y pagana. Los elementos centrales de los temas
gnósticos son el mito caída-redención y el dualismo muy acentuado que desprecia la materia y clasifica
a los hombres en distintas categorías (espirituales, psíquicos e ílicos). Grupo más importante:
valentinianos. Usan un mismo termino trinitario y cristológico de manera equivoca.
Son ante todo pastores, pero, sus enseñanzas poseen elementos de fe normativos por ser colaboradores
cercanos y sucesores de los Apóstoles. Cristología soteriológica: Clemente Romano (Cristo es mediador,
maestro y guía) e Ignacio de Antioquia (Antidocetismo, realismo de la Encarnación).
Clemente Romano: Acentúa el carácter mediador de Cristo. Toda relación del hombre con Dios pasa por
Cristo. Cristología soteriológica. “Paideia”: Cristo es el Maestro. El cristiano es un niño que necesita
aprender ante Cristo. Cristo es el prototipo de toda la vida cristiana.
Ignacio de Antioquia: Lucha contra las herejías cristológicas (docetismo judaizante). Afirma el realismo
de la Encarnación. Encarnación relacionada con el misterio Pascual, con la Cruz. Cristo es verdadero
Dios y verdadero hombre. Cristología y soteriología hermanadas.
P. Apologistas: Defensa contra los ataques de la filosofía y el judaísmo. S.Justino: Dialogo con Trifón,
Apologías 1 y 2, Contra Celso. Ideas: El Logos da sentido al mundo y existencia de semina verbi.
San Justino: Cristo es el cumplimiento de lo anunciado en el AT. Armonía entre pensamiento platónico
y cristianismo. El logos da el sentido lógico al mundo. Sin Cristo el mundo es ilógico. Logos
spermatikoi: semillas del Verbo: el Verbo existe en la mente de los hombres aun antes de la encarnación
de Jxto. El mundo llega a su plenitud por la encarnación. Esa plenitud es la salvación.
Extensión:
Tiene profundas intuiciones cristológicas, su doctrina va contra el gnosticismo. Intenta conectar
encarnación verdadera con salvación verdadera: “caro cardo salutis”: “lo que no es asumido, no es
salvado”. La carne asumida por el Verbo es la causa de la salvación del hombre.
La encarnación nos da el verdadero conocimiento.
El Hijo de Dios se hizo hombre para que recibamos la inmortalidad. ¿Cómo el Logos podía merecer
algo en favor nuestro? Haciéndose hombre. En cuanto hombre salva a la humanidad. “Así como por un
hombre vino la muerte, por un hombre vino la vida”. La palabra se hizo carne también para merecer.
Doctrina de recapitulación (anakefalaiosis): la idea es paulina. Jesús es la cabeza del cuerpo. Todo se
unifica desde Cristo, porque Cristo es el perno (cardo) en torno al cual toda va sostenida. El Verbo
existe desde el principio, por eso por Él fueron creadas todas las cosas.
Admirable intercambio: doctrina ireniana. El Verbo de Dios se ha hecho hombre para que el hombre sea
divinizado (theosis): divinización. No es panteísmo, sino es disolución del hombre en Dios, sino que es
unidad en la distinción.
Extensión:
Cristología descendente: sin llegar a herejía da más importancia a la divinidad que a la humanidad. Lo
importante es la unidad, por tanto, van a afirmar más una naturaleza: la divina. Esto no es bien visto, el
riesgo es el monofisismo.
La encarnación tiene lugar en vistas a la salvación del mundo: participación del hombre a la vida divina.
Con el conocimiento nos hacemos concordes con el Logos, el hombre es imagen del Logos por eso el
hombre es racional: mientras más racional es más semejante al Logos que es razón.
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También es importante la muerte del Señor: lo ve como principio de la incorruptibilidad.
Orígenes:
Primer teólogo sistemático. Configura la teología como saber científico.
Acentúa marcadamente la divinidad. Su cristología aparece sobre todo en “Contra Celso”: Cristo es
vere Deus, vero Homo.
Tiene una cristología soteriológica. Jesús le muestra al hombre el camino de su verdadera salvación
La naturaleza humana se torna divina no sólo en Jesús sino en todos los que creen en Él. Esta
encarnación procede de la entera libertad de Dios. La encarnación no es necesaria, siempre será un acto
libre, gratuito de Dios. Esta encarnación es verdadera y total: el Logos no sólo asumió apariencia
humana ni tan sólo un cuerpo humano, sino todo lo que le pertenece al hombre, alma incluida. Mediante
el alma humana el Logos se une al cuerpo de Jesús.
Extensión:
Arrio fue in presbítero de Alejandría (256-336). Nace en Libia. Estudió en Alejandría bajo el cuidado de
Luciano (simpatizante de Marción), por tanto influencia herética. La herejía arriana ponen en riesgo la
paz del Imperio. La herejía afirma que el Verbo no es Dios en sentido estricto. No es igual al Padre, es
una herejía trinitaria. El Verbo es una criatura excelente, la mejor, pero no es eterna, sino sólo imagen
del Único eterno. Absolutiza la humanidad de Jesús cogiendo expresiones de Ireneo y deformándolas.
Afirma que Dios es uno por tanto es imposible que el Verbo sea Dios, porque sino habrían dos dioses.
Fundamento bíblico:
Prov. 8,22: esta sabiduría (Verbo) en el principio fue creada
Jn. 16,28: Jesucristo dice: “salí del Padre y vine al mundo”. Arrio dice que Cristo quiso decir: fui creado
de la nada. No podemos admitir un Dios principal y un Dios secundario. Dios es un ser por esencia
ingénito (no ser creado). Sólo el Padre es ingénito, el Hijo no; por tanto, el Hijo es inferior al Padre. El
Hijo ha sido creado por Dios en el tiempo y luego se ha transformado en el instrumento del que Dios se
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sirvió para crear el mundo (demiurgo). El Hijo es inferior al Padre en naturaleza, autoridad y gloria.
Acepta que Iglesia llame Dios a Cristo, pero no es Dios. Es criatura perfecta, pero no eterna.
Arrio es combatido por Alejandro:
Arrio Alejandro
Verbo por naturaleza está sometida a mutación física Verbo en su naturaleza no está sometida
y moral ni a mutación ni a sufrimiento
La doctrina de san Atanasio: El Verbo es hijo por naturaleza, es imagen perfecta del Padre, coexiste
con el Padre desde la eternidad, es creador de todo y no es creado. El Verbo se hizo carne, en todo igual
al hombre menos en el pecado. Utiliza indistintamente los términos Homoousios (igual naturaleza)y
homoiousios(semejante naturaleza).
Extensión:
Obras cristológicas: “Discurso acerca de la Encarnación del Verbo” y “Carta sobre los decretos de
Nicea”.Uno de los Padres que relaciona mas estrechamente cristología y soteriología. Para él, el Verbo
es la Imagen perfecta del Padre. El hombre, desde la creación fue hecho a imagen del Verbo, y ese ser
imagen del Verbo hacía del hombre un ser incorruptible. El hombre perdió la incorruptibilidad porque
con el pecado se perdió la imagen del Verbo. El hombre no podía recuperar la incorruptibilidad por si
misma, porque eso es un don de Dios. Se necesitaba la intercesión del Verbo, por ser Él la semilla de
incorruptibilidad.
La Encarnación no es una exigencia de la justicia divina, sino que es gracia. El Verbo asume la
incorruptibilidad para vencerla desde dentro. Gracias a la encarnación del verbo los hombres volveros a
la incorruptibilidad, porque el verbo participo de nuestra naturaleza humana y por su presencia en la
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humanidad la redime y la transforma. El hijo va realizando su salvación de diversos modos. Por
ejemplo:
1. Por la creación. El riesgo del ser humano es no trascender al creador, quedándose en las criaturas. Por
eso el verbo quiso hacerse carne creatura, para que viéndole a El podamos conocer al Padre.
2. Por la encarnación: El verbo se adapta a la condición de verbo sensible y nos muestra como trascender y
no quedarnos en lo sensorial.
3. El verbo se hace carne para redimirnos de la muerte: El verbo hecho carne puede morir como nosotros y
a partir de su muerte el hombre adquiere una dimensión. Toda la encarnación tiene un sentido
soteriológico. Para Atanasio no hay redención sin resurrección. La resurrección es signo de victoria
sobre la muerte. No hay redención sin encarnación.
Contexto histórico: Preponderancia de la Escuela de Alejandría con influencia platónica. Surge la gran
herejía de Arrio, que empieza a enseñar que el Verbo nos es Dios, no es consubstancial al Padre, sino
una criatura perfecta. Alejandro, Obispo de Alejandría combate a Arrio. En un Sínodo de Obispos
africanos se busca precisar la recta doctrina y se excomulga a Arrio, que luego será apoyado por Eusebio
de Nicomedia y Eusebio de Cesarea. Con el edicto de Milán, la fe cristiana es religión oficial, en este
contexto se expande la herejía arriana. El emperador convoca al Concilio: 300 Obispos orientales y
Osio, Obispo del emperador, y los delegados papales, Vito y Vicente.
Extensión:
Homousios: Padre e Hijo son iguales en substancia, tienen la misma naturaleza, son el mismo y único
Dios. A algunos obispos no les gustaba este término (sonaba a sabelianismo: modos). Un sínodo de
Antioquía condenó a Pablo de Samosata por ser sabeliano, y él decía que el Padre e Hijo eran
homousios, y con éste término defendía su herejía. Los Obispos, por lo tanto, firman por compromiso
pero luego no lo van a usar. L a recepción de nicena no fue buena.
Hypostasis (persona): Que sea condenado el que dice que el hijo ha sido engendrado por otra persona
distinta al Padre.
El término homoiousios (semejante) busco remplazar el término tan polémico de homousios. Eso no era
correcto porque traía confusión: que se interpretase como hijo inferior al Padre.
Generación: Nicea señala que le hijo es engendrado o generado por el padre. Nicea fue un concilio ante
todo trinitario. Lo importante fue aclarar la relación entre padre e hijo. Es una generación única, porque
el hijo no procede del Espíritu Santo, sino solo del Padre. Pero también es el unigénito: El único
engendrado de ese modo por el Padre. El Espíritu Santo no es engendrado como lo es el hijo.
No se puede aplicar a la generación eterna y divina del Hijo a la significación de la generación humana.
Dios es naturaleza simple no compuesta; por eso se trata de una generación espiritual, no material. Eso
quiere expresar “Luz de Luz”: el fuego procede de otro fuego sin disminuir el otro fuego. Quiere
explicar o análogo que es el término “engendrado”. La generación no le afecta al Padre, el Padre no
disminuye.
El apolinarismo: El Verbo ocupa el lugar del alma humana de Cristo; Mya Phisis, como única
naturaleza de Cristo. Niega la humanidad de Cristo por asegurar la absoluta santidad ontológica y moral
del Verbo que es el único principio de decisión y de acción. Vacía la obra de la Redención.
Extensión:
La preocupación de fondo de Apolinar de Laodicea fue afirmar la unidad de Jesucristo. Cristo tiene que
ser uno, porque todo lo perfecto es Uno. Tambien tiene que ser absolutamente Santo, sino no sería el
Verbo de Dios. ¿Cómo preservar la unidad de Cristo? Para que haya absoluta unidad, el Verbo asume
solo 1 cuerpo humano, o mejor: una naturaleza humana sin alma racional, porque si tuviera alma
racional peligra la unidad y la santidad. El cuerpo humano es un instrumento inerte del Verbo. El alma
es el principio humano de autodecisión, ¿que pasaría si Cristo tuviese un alma? Que esa alma humana se
haría independiente del Verbo.
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La voluntad del verbo en cuanto divina es perfecta. El verbo, por ser Dios quiere ser siempre el bien. La
voluntad humana es incapaz de querer siempre le bien. Si el verbo tuviera alma racional humana, el vero
tendría pasiones, y por tanto podría pecar, por lo cual no sería santo porque es hombre. Apolinar
entonces le quita el alma a Jesucristo. Cristo seria entonces cuerpo y verbo.
Esto es una aberración porque lo genuino del ser humano es el alma racional. Si le quieto Cristo el alma
racional, no estoy afirmando que es hombre.
Apolinar empieza a hablar de la MIA PHYSIS (una naturaleza). En Cristo hay una única naturaleza.
Cristo es un compuesto unitario de divinidad y humana, y el único principio de decisión y acción es el
logos divino. Esto es muy peligroso porque yo debo considerar que Cristo vere Deus y vere Homo.
Apolinar termina afirmando que Cristo no es ni Dios ni hombre, No es Dios porque tiene cuerpo
humano, no es hombre porque le falta el alma humana. Pero en todo caso, es más Dios que hombre,
porque el pneuma (espíritu) conservara su preminencia. Para Apolinar toda acción vital de Cristo
depende del logos. Llama physis a la potencia que da vida a Cristo. Esa potencia es la única naturaleza
encarnada: MA PHYSIS, MIA OUSIA, MIA HIPOSTASIS, MIA PROSOPON.
Contexto histórico: Mitad del S. IV, aparece Apolinar, Obispo de Laodicea que lleva al extremo la
cristología del Logos Sarx, comprometiendo la humanidad de Cristo, que no habría asumido lo más
genuino del hombre: el alma. La Iglesia Antioquena reacciona afirmando el Logos antropos. Y en
Oriente reaccionan: Epifanio, Gregorio de Nisa y Gregorio Nacianzo.
Doctrina: - Preexistencia del Verbo y afirmación de su origen divino y humano: humanidad completa.
- Explicitación de la fe en el misterio pascual.
- Soberanía de Cristo y modo en que vendrá.
- Usa en símbolo bautismal como medio antiherético. Liturgia lugar teológico.
- Términos: Homoousios /Una ousia (naturaleza) y tres Hypostasis (personas).
Extensión:
Nicea enfrentó un problema: El ataque a la divinidad del verbo, y afirma que el verbo es consubstancial
al Padre. Constantinopla va a defender la humanidad(contra apolinar). Es el concilio que termino de
afirmar la fe cristológica. Completa la fe de nicena: símbolo niceno-constantinopolitano.
Para confirmar la verdadera fe de Nicea, para responder a las herejías post nicenas, sobretdo la
apolinarista y la macedoniana, y tambien para nombrar un obispo ortodoxo para la ciudad imperial, el
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emperador Teodosio el Grande convocó en el año 381 en Constantinopla un Concilio sólo para los
obispos orientales. Entre los casi 150 participantes había teólogos eminentes como Gregorio de
Nacianzo, Gregorio de Niza, Cirilo de Jerusalén. No nos han llegado las actas. Las noticias que
tenemosnos llegan por los escritos de los historiadores. Teodoreto transmite una carta de los obispos
dirigida al Papa Damaso y a los obispos occidentales, en la que se ofrece una síntesis de los
acontecimientos y de las verdades de fe definidas contra los herejes. Sobre nuestro tema reafirman: “no
aceptamos…la asunción de una carne sin alma, sin inteligencia, imperfecta, puesto que sabemos que el
Verbo Dios, perfecto antes de todos los siglos, se ha hecho perfecto hombre en los últimos tiempos por
nuestra salvación”. En esta misma carta se llama “ecuménico” al sínodo celebrado en Constantinopla en
el 381. El concilio de Calcedonia extenderá a toda la Iglesia, oriental y occidental, el carácter ecuménico
del concilio de Constantinopla del 381. En el 382 se destruye todas las obras de Apolinar, pero los
discípulos salvaron las obras y las pasaron por obras del Papa Julio I o de Atanasio. Esto se descubre
recién 200 años después.
Problemáticas:
Posición de Nestorio: En Cristo hay dos sujetos: Logos y hombre, unidos por conjunción, se niega a la
Theotokos. Hay dos naturalezas(= 2 personas). Afirma la identidad antropológica de Cristo y cierta
comunicación de idiomas. Niega la MyaPhisis de Cirilo por considerarla apolinarista.
Extensión:
Nestorio llegó a ser patriarca de Constantinopla en el 428. Criticó la conciencia de fe que la Iglesiatenía
en relación con María, a la que invocaba con el título de Theotokos. En una carta dirigida en el 429 al
Papa Celestino, Nestorio deploraba el hecho de que los arrianos y los apolinaristas habían llamado a
María “madre de Dios, mientras que los santos y eminentes padres del concilio de Nicea no habían
dicho nada más sobre la santa Virgen. Sólo habían dicho que nuestro Señor Jesucristo se ha hecho carne
por obra del Espíritu Santo y de la Virgen María”. Añadía: “no hablo ya de las Escrituras, que por todas
partes, por medio de los ángeles y los apóstoles, nos hablan de la Virgen como Madre de Cristo. Pero
nunca como Madre de Dios, del Logos”. Estas afirmaciones están ratificadas en la carta que Nestorio
dirige a Cirilo, en la que escribe: “En toda la SE, cuando se recuerda la economía del Señor, se nos dice
que el nacimiento y la pasión no son de la divinidad, sino de la humanidad de Cristo; por tanto, si
queremos ser exactos en los adjetivos, la santa Virgen debe llamarse Madre de Cristo, y no Madre de
Dios”.
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No es fácil presentar hoy el pensamiento cristológico de Nestorio, debido a la escasez de escritos
llegados, por la interpretación divergente de los teólogos, por la intervención del concilio ecuménico de
Constantinopla II en el 553, que anatemiza al que acuse al concilio de Efeso de haber condenado a
Nestorio “sin suficiente juicio y discusión”. La investigación histórica actual no considera fiable el
“modelo convencional” de la doctrina de Nestorio tal como la presentan sus adversarios y sobretodo
Cirilo de Alejandría. Según este esquema, la cristología de Nestorio se basara en las sgtes tesis:
Nestorio siempre negó el fundamento de estas acusaciones. Él estaba preocupado por salvaguardar la
integridad de la naturaleza humana.
Por otra parte, Nestorio afirmó la distinción de las propiedades de las naturalezas y su unidad,
rechazando la acusación de predicar dos Cristos. Presentó la unidad de las dos naturalezas en Cristo con
el término synapheia (“conjunción”). Hablaba también de “unión por complacencia”, pero no con
sentido adopcionista, sino para subrayar la voluntariedad del Logos en la unión con su naturaleza
humana.
(nota del cuaderno: Esta unión por conjunción y unión por complacencia no hacen justicia a una unión
real. Da la impresión de dos seres en uno, yuxtapuestos).
Para expresar la distinción y al mismo tiempo la unidad de la divinidad con la humanidad en Cristo,
adoptó el lenguaje típico de la escuela antioquena: hombre asumido por el Logos, en quien el Logos
habita como en un templo.
Con esta perspectiva, Nestorio no podía aceptar la fórmula ciriliana de la mía physis. La consideraba
insuficiente y expuesta al error apolinarista. A pesar de todo, afirmaba la unidad ontológica de la
persona de Cristo, que se manifestaba externamente en un solo prósopon (término que en ese momento
indicaba substancialmente la apariencia externa indivisa), en donde confluían las dos naturalezas.
Nestorio acepta también una cierta communicatio idiomata, que antes había rechazado en la rpta. a la
2da carta a Cirilo.
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humana es completa pero permanece como instrumento pasivo. El Verbo es siempre el verdadero y
único protagonista. Es inconcebible para él una humanidad que tenga cierto coprotagonismo.
- Una consecuencia directa de esta perfecta unidad es la doctrina ciriliana de la communicatio
idiomatum, es decir, la posibilidad de poder atribuir a la persona divina propiedades o características
(idiomata) tanto humanas como divinas. Permaneciendo las dos naturalezas distintas y sin confusión, en
virtud de la unión puede predicarse de la persona divina lo que es de la humanidad y lo que es de la
divinidad. En su 2da carta a Nestorio, Cirilo explica por qué tomando como base la “communicatio
idiomatum” puede hablarse correctamente de María como theotokos: “por eso, (los santos padres) han
tenido la valentía de definir a la santa Virgen como Madre de Dios, no porque la naturaleza del Logos,
es decir, su divinidad, haya comenzado a existir en la santa Virgen, sino que decimos que el Logos ha
sido engendrado según la carne porque ha sido engendrado de ella el santo cuerpo animado
racionalmente, que está unido a él según la hipóstasis”.
(nota del cuaderno: la communicatio idiomata es la doctrina que Cirilo propone y que permite atribuir a
la persona divina (Única persona en Cristo) las propiedades (idiomata) y características tanto de la
naturaleza divina cuanto de la naturaleza humana. Por eso puedo decir Madre de Dios, porque le
nacimiento se lo puedo atribuir a la única persona. Puedo decir del Verbo cualquier propiedad, sea de la
naturaleza divina o de la humana.
- La síntesis de la cristología ciriliana está contenida en la fórmula “una sola naturaleza de Dios Logos
encarnada”, que Cirilo consideraba de Atanasio, pero que en realidad está tomada de la carta de
Apolinar a Juan. La fórmula significa que en el único sujeto que es el Logos encarnado subsisten de
manera íntegra e inconfusa las características de la humanidad y de la divinidad. Dice Cirilo en la 2da
carta a Nestorio: “Con eso afirmamos que son diferentes las naturalezas que se han unido en verdadera
unidad, pero de ambas ha resultado un solo Cristo e Hijo, no porque a causa de la unidad haya sido
eliminada la diferencia de las naturalezas, sino más bien porque divinidad y humanidad, reunidas en
unión inefable e inaudita, han producido para nosotros al solo Señor y Cristo e Hijo.
(Nota del cuaderno: Para Cirilo “mia physis de Dios logos encarnada” quiere decir que el único sujeto es
el Logos encarnado que subsiste de manera íntegra e inconfusa, y en él se dan las características de la
divinidad y la humanidad)
Contexto histórico: Se realiza a petición de Nestorio. No hay documento oficial, sólo la 2da carta de
Cirilo a Nestorio. Convocado por Teodosio II y Valentiniano III. Objeto: restaurar la paz, movida por la
lucha entre Cirilo y Nestorio. El concilio no tiene sólo valor mariológico sino cristológico.
Extensión:
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En el concilio de Éfeso no hay definición dogmática. El Concilio fue pedido por Nestorio (no había
voluntad herética). Teodosio II convoca a Concilio con Valentiniano III. La idea era restaurar la paz
amenazada por la herejía. Ambiente dividido entre Cirilo y Nestorio.
Rechazo por parte de Nestorio de atribuirle al Verbo de Dios los eventos de la vida humana. El
problema más serio era sobre la “theotokos”: María no puede ser Madre de Dios, tan solo Madre de
Cristo (madre del hombre). Nestorio también acepta 2 sujetos en Jesús.
Se encuentran dos conceptos de “persona”: Cirilo parece que piensa en “persona” como sujeto de
atribución, pero dice “naturaleza”. Hay ambigüedad terminológica. Nestorio habla de dos naturalezas: la
divina (en la que Cristo es Dios), la humana (en la que Cristo es hombre). Está prácticamente
confundiendo naturaleza por persona.
El Papa celestino delega a 2 obispos y al presbítero Felipe. Se inicia el Concilio sin que hayan llegado
aún apoyos de Nestorio. Cirilo igual inicia el Concilio. Nestorio no asistió por razones obvias.
Pedro, presbítero deAlejandría, presenta la disputa. Se lee el Credo de Nicea. Posteriormente se lee la
2da carta de Nestorio a Cirilo, leída con mala intención. La idea que postulan es ver si lo que Nestorio
dice en su carta es contrario al credo de Nicea. Se declara que n hay conformidad, que doctrina de
Nestorio es antinicena y por tanto debe condenarse.
Cirilo, después de esta declaración, dice que Nestorio niega la unión d Dios con la humanidad, contra la
fe de la Iglesia (lo cual en verdad no era así). Luego anatematiza la carta y toda la doctrina y la persona
misma de Nestorio es herética.
Se lee la carta de Celestino a Nestorio. Luego otra de Cirilo a Nestorio. Sentencia: Nestorio depuesto de
la dignidad episcopal (expulsión del estado clerical) y de su puesto. No estaba presentes todos y ni
siquiera el acusado, para su defensa.
El concilio de Éfeso usa como formulación doctrinal la 2da carta de Cirilo a Nestorio y hace la
proclamación solemne de María como Theotokos, como consecuencia de la unión verdadera de la
naturaleza divina y la naturaleza humana en la persona del Verbo. Éfeso legitima la cristología unitaria
de Cirilo (mia physis), que afirma la unión de las dos naturalezas según la hipostasis.
Cuatro días despues llega el Patriarca Juan de Antioquía. Convocó reunión de obispos anticirilianos y
protestan contra las irregularidades. Dice: este concilio no ha discernido bien porque en la fórmula de
Cirilo hay apolinarismo. Entonces ellos condenan a Cirilo y l deponen de la dignidad episcopal.
Llegan los delegados romanos que confirman la decisión tomada contra Nestorio.
Fórmula de unión (433): Es un acuerdo entre Cirilo y Juan de Antioquía, es como el credo de Éfeso. Es
importante porque hace concordar los elementos de las dos escuelas: Esc. De Alejandría= Unidad del
sujeto Cristo, Henosis(unión real) en lugar de Synapheia (unión por conjunción); atribución de la
Encarnación al Logos, Maternidad divina de María. Esc. De Antioquía=Afirmación de las dos
naturalezas unidas en un solo Prosopon.
14
Extensión:
En el año 433. Para algunos este es el credo de Éfeso. Toma los elementos esenciales de la
cristologíaalejandrina y de la antioquena.
De la cristología alejandrina:
- Unidad de sujeto en Cristo: Un solo señor Jesucristo (contra Apolinar). En la cristología unitaria se usa
el término: HENOSIS (unión sustancial), que es más fuerte que SYNAPHEIA (Unión mas física,
conjunción).
- Encarnación del Logos
- Maternidad divina de maría, aceptando la communicatio idiomatum. NO es maternidad de la Trinidad,
María no engendra la persona divina del Verbo.
De la cristología antioquena:
- Se afirma las dos naturalezas y su unión en un solo prosophon (persona).
La formula hace concordar las 2 escuelas. Busca una forma unitaria de expresar la fe, valida para ambas
escuelas: fe eclesial.
Pero el lenguaje teológico aun era ambiguo, porque recién se fue creando. Constantinopla había
distinguido entre HYPOSTASIS (persona) y OUSIA (naturaleza). Pero Éfeso habla de HYPOSTASIS y
PHYSIS como iguales.
La comunicación de idiomas es uno de los más grandes logros, para aceptar como consecuencia que
María es la Madre de Dios.
El monofisismo: Eutiques afirma la doctrina de la Mya Phisis al punto que niega la humanidad de
Cristo. Cristo no es plenamente hombre. Había dos naturalezas antes de la unión y luego solo una
después de la unión. Es una mezcla de las naturalezas, no una unión.
15
El Concilio de Calcedonia (451):
Contexto histórico: Se trasladó a Calcedonia para que asista el emp. Marciano. Buscaba mostrar la
continuidad con el Conc. De Nicea. Fin: obtener la paz amenazada por la herejía de Eutiques. Masiva
participación oriental y de tres delegados papales. Los delegados imperiales exigen una fórmula de fe y
los Padres conciliares rechazan este pedido, pero, ante la insistencia, se prepara una fórmula de fe.
La clave de la definición es el modo en que se expone la conciliación entre unidad y dualidad en Cristo,
con cuatro términos muy concretos, que recogen las dos líneas imperantes en toda la cristología anterior
al concilio. Las dos naturalezas se unen en Cristo con cuatro características concretas:
- INCONFUSE: en la unión, no se ha confundido las naturalezas entre sí; de lo contrario, Dios no sería
perfecto Dios y perfecto Hombre.
- INMUTABILITER: ninguna ha perdido sus atributos; la unión se ha hecho en la persona, no en las
naturalezas. Es decir, la Encarnación no ha sido una metamorfosis o mezcla.
- INDIVISE: las naturalezas no son compartimentos separados: Cristo tiene un sólo yo, porque no está
compuesto de dos naturalezas yuxtapuestas.
- INSEPARABILITER: nunca se separan, ni se pueden separar.
2da parte:
Contexto histórico:
Doctrina:
Anatematismos:
1. Si alguno no confiesa una sola naturaleza o sustancia del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y una
sola virtud y potestad, Trinidad consustancial, una sola divinidad, adorada en tres hipóstasis o personas;
ese tal sea anatema.
2. Si alguno no confiesa que hay dos nacimientos del Dios Verbo, uno del Padre … otro … cuando … se
encarnó de la santa gloriosa madre de Dios y siempre Virgen María …
3. Si alguno dice uno es el Verbo de Dios que hizo milagros y otro el Cristo que padeció …
4. Si alguno dice que la unión de Dios Verbo con el hombre se hizo según gracia o según operación, o
según igualdad de honor, o según autoridad … mas no confiesa que la unión de Dios Verbo con la carne
animada de alma racional e inteligente se hizo según composición o según hipóstasis …
5. Si alguno toma la única hipóstasis de nuestro Señor Jesucristo en el sentido de que implicara la
significación de muchas hipóstasis … pero no confiesa que el Verbo de Dios se unió a la carne según
hipóstasis y por eso es una sola la hipóstasis de Él, o sea, una sola persona …
6. Si alguno llama a la santa gloriosa siempre Virgen María madre de Dios, en sentido figurado y no en
sentido propio, o por relación … o la llama madre de un hombre o madre de Cristo, como si Cristo no
fuera Dios …
7. Si alguno, al decir “en dos naturalezas”, no confiesa que uno solo Señor nuestro Jesucristo es conocido
como en divinidad y humanidad, para indicar con ello la diferencia de las naturalezas de las que sin
confusión se hizo la inefable unión …
8. Si alguno, confesando que la unión se hizo de dos naturalezas: divinidad y humanidad, o hablando de
una sola naturaleza de Dios Verbo hecha carne, no lo toma en el sentido en que lo enseñaron los santos
padres, de que de la naturaleza divina y de la humana, después de hecha la unión según la hipóstasis,
resultó un solo Cristo …
9. Si alguno dice que Cristo es adorado en dos naturalezas, de donde se introducen dos adoraciones, una
propia de Dios Verbo y otra propia del hombre…
10. Si alguno no confiesa que nuestro Señor Jesucristo, que fue crucificado en la carne, es Dios verdadero y
Señor de la gloria y uno de la santa Trinidad …
11. Si alguno no anatemiza a Arrio, Eunomio, Macedonio, Apolinar, Nestorio, Eutiques y Orígenes …
12. Si alguno defiende al impío Teodoro de Mopsuestia, que dijo que uno es el Dios Verbo y otro Cristo …
13. Si alguno defiende los impíos escritos de Teodoreto contra la verdadera fe y contra el concilio de Éfeso,
y san Cirilo y sus doce anatematismos …
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14. Si alguno defiende la carta que se dice haber escrito Ibas al persa Mares, en que se niega que Dios
Verbo … se hiciera hombre, y dice que de ella nació un puro hombre, al que llama Templo, de suerte
que uno es el Dios Verbo, otro el hombre …
5.3 El monotelismo y monoenergismo
En una hora dramática para el Imperio de Oriente, el emperador Heraclio, en una lucha desesperada
contra los persas y los árabes, trató de asegurar la fidelidad de los monofisitas de Egipto y Siria,
mediante un último intento de conciliación religiosa. El dogma de Calcedonia, al afirmar la integridad
de las dos naturalezas en Cristo, implicaba la existencia en Él de una doble voluntad. Pero el patriarca de
Constantinopla, Sergio, pensó que, sin negar la doctrina calcedonense de las dos naturalezas, podía
admitirse, sobre la base de la unión hipostática, que en Cristo no existió más que un solo modo de obrar,
una sola “energía” humano-divina (monoenergismo) e incluso que Cristo no tuvo más que una sola
voluntad (monotelismo). Sergio pensaba que esta fórmula podía satisfacer a todos, a los católicos,
porque mantenía la doctrina de las dos naturalezas definida en Calcedonia, y a los monofisitas, porque
esa única energía y voluntad simbolizaba la perfecta unidad de Cristo que ellos postulaban.
Esta herejía fue combatida en Oriente por San Máximo Confesor y el Papa Agatón preparó la labor del
VI concilio ecuménico: III de Constantinopla, que completó el Símbolo de Calcedonia con una
profesión de fe explícita en las dos energías y las dos voluntades en Cristo.
Contexto histórico:
Doctrina:
3Cfr. DH 550 ss
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El hijo de León III, Constantino V (741-775), después de conocer el argumento de Juan Damasceno,
sentó también cátedra de teólogo. Constantino negaba que una imagen adecuada de Cristo pudiera
representar su naturaleza divina. Sólo la Eucaristía era, según él, verdadera imagen de Cristo.
Finalmente congregó un concilio general reunido el 10 de febrero de 754 en Hiereia, palacio imperial.
No sabemos si fueron invitados los papas y los patriarcas occidentales, pero, en todo caso, no estuvieron
representados, lo que fue un argumento capital en 787 contra la ecumenicidad del concilio. La
presidencia fue ocupada por el metropolita Teodoro de Tarso, uno de los primeros defensores del
iconoclasmo. El número de participantes, 338, fue sorprendentemente alto. Las sesiones se prolongaron
hasta el 8 de agosto. El concilio no sufrió presión alguna por parte del emperador, ni se la coartó la
libertad en las deliberaciones.4
Contexto histórico:
Doctrina:
4Cfr. HISTORIA DE LA IGLESIA: EDAD MEDIA, José Sánchez Herrero. Sapientia Fidei. P. 96 ss
5Cfr. DH 600 ss
19
c) Sobre las imágenes, la humanidad de Cristo y la tradición eclesiástica
Nosotros recibimos las sagradas imágenes; nosotros sometemos al anatema a los que no piensan así…
Si alguno no confiesa a Cristo nuestro Dios circunscrito según la humanidad, sea anatema.
Si alguno no admite que las narraciones evangélicas sean traducidas a imágenes, sea anatema.
Si alguno no honra estas imágenes, hechas en el nombre del Señor y de sus santos, sea anatema.
Si alguno rechaza toda tradición eclesiástica, escrita o no escrita, sea anatema.
Es Jesús mismo quien nos hace la pregunta: ¿quién dice la gente que soy yo? Cristo nos da a entender
suficientemente quién es, pero no se espera que lo proclame. Su mesianismo no es un mesianismo
humano ni de triunfos políticos. Por otro lado, su condición es demasiado alta para ser comprendida.
Sólo cuando esté en medio del parlamento de su pueblo, y está ya condenado en la intención de sus
acusadores, cuando ya nadie pueda proclamarlo rey y se le pregunte claramente si es el Hijo de Dios, lo
dirá claramente, “tú lo has dicho”, soy el Hijo del hombre, Mesías trascendente.
Su dignidad está unida al cumplimiento de su misión de morir en la cruz. Si sus milagros no le sirvieron
de nada, la afirmación de su identidad divina le conducirá a la cruz. Es como si su gloria sobrehumana
estuviera inevitablemente unida a la cruz. Hay que ver esto de manera más detallada:
A. Cristología implícita
a) Jesús y el Reino
La predicación sobre el reino era su mensaje central, la salvación definitiva de Dios como Padre que ha
llegado a todo hombre. Pero lo inaudito es que Jesús en persona se identifique con el reino.
Jesús tiene la clara conciencia de que, con su persona, llega el reino. No vacila en identificar la causa del
reino de Dios con la suya propia: dejarlo todo por el reino de Dios es dejarlo todo por “causa de mi
nombre”. Con su llegada, predicación y milagros ha llegado definitivamente el reino: “Decidle a Juan:
los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son curados, los muertos resucitan, los pobres son
evangelizados” (Mt. 11,5 Lc. 7, 22-23).
De tal modo tiene Jesús conciencia de que él es el reino, que la salvación y el perdón de los pecados los
confiere a nombre propio (Mc. 2,10).
b) Centro de su mensaje
La conciencia que tiene Jesucristo de ser en persona el reino queda todavía más clara cuando él mismo
se coloca como centro de su propio mensaje. El centro de su mensaje es él mismo en persona.
B. Jesús, el Mesías
a) Mesianismo real
b) Mesianismo profético
El mesianismo real, vislumbrado por los profetas, volverá a aparecer pocos siglos antes de la llegada de
Cristo, principalmente en la literatura apócrifa apocalíptica de marcado carácter nacionalista y sin la
creciente espiritualización que presenta en los últimos profetas.
La desaparición de la monarquía en tiempos del exilio, aparece en Israel una nueva corriente mesiánica:
la profecía. Una vez que ha desaparecido el monarca, la figura de Israel es el profeta.
En el llamado libro de la consolación de Israel (Is. 40-45) y que se dirige a los israelitas que se
encuentran en el exilio babilónico, aparece la figura misteriosa del Siervo de Yahvé.
c) Mesianismo sacerdotal
Tras el exilio, el mesianismo recobra un nuevo matiz, el sacerdotal. Ha tenido lugar la restauración del
templo y ha cobrado relieve la figura del sacerdote. El pueblo en Jerusalén ve el plan de vida proyectado
por Ezequiel: en el centro, el altar; en torno al altar, el templo, y, circundando al templo, la ciudad de
Jerusalén. El templo, por estar lleno de la gloria de Yahvé, es el centro del reino.
En este tiempo, el personaje del sacerdote tiene un relieve central. Por ello no es de extrañar que el
Mesías sea anunciado bajo el aspecto sacerdotal.
- Reticencia de Jesús: escaso uso que hace Jesús del título de Cristo o Mesías. Cuando el pueblo quiere
proclamarlo rey en cuanto ven la multiplicación de los panes, él se retira solo al desierto. Cuando a Jesús
21
le preguntan si es él el Mesías, responde que sí pero no del modo como vosotros pensáis. Ante la
pregunta del Bautista (Mt. 11, 2-6), responde diciendo que sí, pero añade “dichoso el que no se
escandalice de mí”.
- Lo mismo ocurre con el título Hijo de David. Jesús no lo aplica nunca espontáneamente, aunque
tampoco lo niega cuando se lo atribuyen.
Jesús a lo largo de su vida pública, se designó a sí mismo como “Hijo del hombre” y de esta manera
enlaza con la profecía de Daniel. Jesús como Hijo del hombre aparece dotado de poder y de gloria. Pero
hay una diferencia: mientras, en Daniel, el Hijo del hombre ejercerá el poder en un tiempo futuro, Cristo
como Hijo del hombre habla de un poder ya presente en el tiempo actual. En efecto, el Hijo del hombre
tiene poder de perdonar los pecados y es dueño del sábado. Sin embargo, la diferencia mayor es que
Jesús une la función del Hijo del hombre con la del Siervo de Yahvé: “Porque el Hijo del hombre no ha
venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos”.
C. El Hijo de Dios
Jesús, no es que busque su gloria al revelarse como Hijo; es que, al revelar la gloria del Padre,
inevitablemente revela la suya propia.
Es sobre todo en el evangelio de Juan donde Jesús se presenta como el Hijo en un sentido único y
trascendente. La relación única entre el Padre y el Hijo la presenta Jesús mediante un conocimiento
mutuo único, un amor recíproco también exclusivo, mediante la unidad de ambos en la acción que hace
que los dos sean una sola cosa. De este modo, quien honra al Padre honra al Hijo y quien ve al Hijo ve
igualmente al Padre “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre sino por mí…”
Jesús se presenta también como el Hijo único: Mt. 11, 25-30 / Mc. 13,32 / Mc. 12, 1-12
Afirmar que en Cristo existen dos naturalezas perfectas, la divina y la humana y, en consecuencia, dos
operaciones, una divina y otra humana, implica, como es obvio, afirmar que existen en Cristo dos modos
de conocer: uno divino y otro humano, el cual se encuentra en la base de sus elecciones humanas libres
y, en consecuencia, de su capacidad para merecernos la salvación.
1. La ciencia divina: El acto de conocer del Verbo en cuanto Verbo es común a las Tres Divinas Personas,
como es común todo lo que existe en la Trinidad fuera de la relationis oppositio. Se trata de la ciencia
increada.
2)Jesús tiene ciencia infusa(conocimiento propio de los ángeles). Objeción: El Verbo ha asumido la
naturaleza humana, no la angélica; es una contradicción aceptar que posea un conocimiento que no
corresponda a la naturaleza asumida.
Ninguna de estas respuestas puede ser aceptada totalmente. Son insuficientes y no revelan la conciencia
dogmática sobre Jesucristo, ni la fe de la Escritura.
Soluciones:
Visión Inmediata: Es el conocimiento humano que el Verbo tiene de ser Hijo de Dios. Jesús manifiesta
claramente que tiene una conciencia de ser el Hijo de Dios, esa relación personal con el Padre implica
en Jesús una visión intuitiva e inmediata del Padre. La visión inmediata en Jesús se va desarrollando y
se va aclarando cada vez más su conciencia de Hijo; es diferente a la visión beatífica, esta no admite
desarrollo. No existe afirmación magisterial de la visión beatífica( el Santo Oficio no tenía tal potestad),
es mejor hablar del conocimiento inmediato que Jesús tenía de ser Hijo de Dios.
Ciencia infusa: Jesús la poseía, pero, no como los ángeles, sino al modo en que la poseían los profetas.
Esta ciencia le permite conocer todo lo referente a su misión y se da a partir de su relación con el Padre.
Conocimiento experimental: Jesús tenía un conocimiento experimental y ordinario como cualquier ser
humano. Admitir el realismo de la Encarnación, es admitir que Jesús no podía conocerlo todo
(nesciencia).
Existe en Cristo una doble voluntad: la voluntad divina y la voluntad humana, correspondientes a las dos
naturalezas -la divina y la humana- que se encuentran perfectas en Cristo( III Constantinopla). Nuestro
Señor ora en el Huerto diciendo: No se cumpla mi voluntad, sino la tuya (Mt 26,39). En estas palabras
pone de relieve no sólo que tiene una voluntad humana distinta de la del Padre, sino que esta voluntad
tiene una tendencia que es contraria al cumplimiento del mandato recibido y, en consecuencia, que, para
cumplir la voluntad del Padre debe vencer la resistencia de su voluntad humana. En la voluntad
humana de Cristo existe un aspecto llamado Voluntas ut natura, consistente en la inclinación que la
voluntad tiene por su propia naturaleza para elegir lo que es bueno y lo que es malo a la naturaleza del
sujeto. En cambio, la Voluntas ut ratio significa el querer en cuanto elección dirigida por la razón, y, en
este sentido, la voluntad puede elegir incluso lo que es contrario al sujeto si esto es conveniente a una
razón superior.
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La libertad humana de Cristo: Es de fe que Cristo tuvo libertad humana y libre albedrío. En efecto, la
libertad pertenece a la integridad de la naturaleza humana, pues a la existencia de inteligencia y de la
voluntad sigue necesariamente la capacidad de elegir. La existencia de libertad humana en Cristo y de su
capacidad de elegir no sólo se encuentra implícita en aquellos lugares en los que se afirma que Jesús es
hombre perfecto, sino también en aquellos otros en los que se dice que Cristo obedeció a su Padre o que
mereció por nosotros (cfr. Fil 2, 5-11; Jn 5, 30). En efecto, sin auténtica libertad es imposible obedecer y
merecer.
Principales razones: 1)Las personas son las que responden de las acciones realizadas a través de su
propia naturaleza; si Cristo hubiese cometido pecado, sería la Persona del Verbo la que habría pecado a
través de su naturaleza humana; 2) La santidad infinita de Cristo es incompatible con cualquier sombra
de pecado; 3) Finalmente, su misión de Redentor —es la argumentación que hemos visto usada por el
Concilio de Efeso—, era contraria a que Cristo cometiese pecado. El es el sacerdote santo que no
necesita ofrecer víctimas y sacrificios por sí mismo, sino sólo por sus hermanos, y no hubiese sido
modelo perfecto si hubiese habido pecado en El8.
Las tentaciones de Cristo: En razón de la unión hipostática, Cristo era esencialmente impecable.
También en razón de la unión hipostática y de su carencia de pecado, Cristo careció del fomes peccati,
es decir, del desorden introducido en el hombre por el pecado original9. En consecuencia, Cristo no
experimentó la tentación ab intrínseco, desde dentro. Esto no quiere decir que no hubiese en el alma y
en la carne de Cristo apetencia de lo que era bueno para ellas y rechazo de lo que les era nocivo, o que
Cristo no tuviese las pasiones humanas. Decir que Cristo no padeció el desorden de la concupiscencia
no equivale a decir que no tuvo sensibilidad. Al contrario, se encuentra adornado de una sensibilidad
exquisita, como se muestra en sus reacciones, en su predicación, en sus parábolas. Jesús siente hambre y
le apetece el comer; tiene sed y sueño, y siente la apetencia de saciarlos; se indigna con ira santa;
experimenta el gozo de la amistad; llora con auténtico dolor de hombre; siente miedo y angustia ante la
muerte (cfrMt 26, 37-38). Su naturaleza humana, santa y rectamente ordenada, rechaza lo que le hace
daño, como son los tormentos y la muerte, sin que ese rechazo sea desordenado, sino todo lo contrario.
7. La misión de Cristo
Cristo Salvador:
a) En los Sinópticos: lo encontramos dos veces en el mismo pórtico de su vida. Los ángeles dicen a los
pastores: “Os ha nacido hoy un salvador, que es el Cristo Señor, en la ciudad de David” (Lc. 2,11). La
idea está dada en la interpretación del nombre puesto al niño: “Dará a luz un hijo a quien pondrás por
nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt. 1,21).
b) En San Juan los samaritanos dicen de Jesús: “Éste es verdaderamente el Salvador del mundo” (4,42).
c) Sólo dos veces lo encontramos en las cartas paulinas. Una con sentido escatológico en Flp. 3,20 y otra
referido a la Iglesia en Ef. 5,23. En Hch. 13, 23 revela que en la Iglesia primitiva de los años 30-60 el
título es raro, pese a que en los LXX es utilizado para designar a Dios.
d) Como contraste aparece con frecuencia en las cartas Pastorales y Católicas, que lo usan siete veces
aplicado a Dios y diez a Jesús.
La Redención:
La Redención tiene dos efectos complementarios, distintos entre sí, frutos de una misma causa (la obra
de Cristo): Nuestra liberación y nuestra divinización; el modo en que se ha realizado esto es la
Redención, que consiste en liberar al cautivo pagando un precio (re-d-emere: re-comprar). No sólo
hemos sido redimidos sino también divinizados, al asumir nuestra naturaleza humana, Cristo nos ha
hecho capaces de participar de su naturaleza divina.
La liberación: *del pecado: la victoria del Señor sobre el pecado es total. Esta liberación significa
también que el hombre puede -con la gracia de Dios- vencer en sí mismo el poder del pecado. *del
poder del diablo: en la medida en que el hombre es esclavo del pecado, se encuentra también bajo el
dominio del demonio, no porque tenga un derecho sobre el pecador, sino porque tiene un mayor influjo
10Baste recordar esta escena: Pedro intenta disuadir a Jesús de que se entregue a su Pasión, y
Jesús contesta: Apártate de mí Satanás; tú me sirves de escándalo, porque no sientes las cosas
de Dios, sino las de los hombres (Mt 16, 23).
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sobre él. La llegada del reino de Dios implica la destrucción del poder tiránico del demonio. *de la pena
por el pecado: por satisfacción sobreabundante. *de la muerte: la muerte y todo lo que de dolor y
frustración se sintetiza en ella, es pena del pecado (Rom 5,12), la liberación del pecado, comporta, pues,
la liberación de la muerte. La victoria de Cristo sobre el dolor y sobre la muerte comporta también el
haberlos cambiado de signo: su negatividad se convierte en positividad. *de la ley: Jesucristo no vino a
destruir la ley, sino a darle cumplimiento (Mt 5,17); pero también habla de su sangre como sangre de
una nueva alianza (Lc 22,20), y como un nuevo Moisés pronuncia palabras que llevan la Ley Antigua a
su última perfección, una perfección que trasciende al mismo tiempo que le da plenitud.
La reconciliación con Dios, satisfaciendo por la ofensa inferida, por medio del sacrificio gratísimo a
Dios y mereciendo la salvación y todos los bienes de la gracia y de la gloria, es decir nuestra
divinización (theopoiesis) cfr. 2P 1,4.
La relación de todo miembro de la Iglesia con Cristo, que puede tener muchos aspectos y
manifestaciones, en su raíz, es una unión espiritual. “Esta unión de Cristo con el hombre, es en sí misma
un misterio, del que nace el hombre nuevo llamado a participar en la vida de Dios, creado nuevamente
en Cristo, en la plenitud de la gracia y verdad”11 El hombre nuevo, llamado a participar de la vida de
Dios, nace de la unión con Cristo, porque el principio de la vida nueva es la gracia, y ésta es en el
hombre una participación de la gracia que llena plenamente el alma humana de Cristo: su gracia capital.
San Juan, después de presentarnos a Cristo como Aquel que está lleno de gracia y de verdad (Jn. 1,14),
añade: de su plenitud, hemos recibido todos, gracia sobre gracia (Jn. 1,16). La gracia, que constituye al
hombre en hijo de Dios, como hombre nuevo, no sólo nos viene por Cristo, sino que también nos viene
de Cristo.
La participación de la gracia de Cristo comporta nuestra unión con Él, mediante su presencia en
nosotros.
La identificación con Jesús, alcanzará su plenitud sólo al final de los tiempos, cuando nuestro Señor
vuelva como Juez universal, y transfigurará nuestro cuerpo en un cuerpo glorioso como el suyo. La
Historia Sagrada no acaba con el Nuevo Testamento; aún hay un misterio de Cristo que esperamos: la
Parusía.
7.2 Los misterios de la vida de Cristo. Encarnación. Vida oculta. Ministerio público. El misterio
pascual.
Vida oculta: Jesús compartió durante la mayor parte de su vida la condición de la inmensa mayoría de
los hombres: vida cotidiana de trabajo manual, de vida religiosa en comunidad. La Escritura nos dice,
que todo este tiempo vivió sometido a sus padres, así es la imagen temporal de su obediencia filial al
11Redemptor hominis n. 18
26
Padre. El único suceso que rompe el silencio de los Evangelios es el hallazgo de Jesús en el templo(Lc
2,41-52), en ello Jesús deja entrever el misterio de su consagración total a una misión derivada de su
filiación divina.
El misterio pascual: La muerte de Cristo era la meta prevista que consumaba su acción redentora. La
iniciativa es del Padre, Cristo es la donación de Dios a la humanidad, Cristo es donado, enviado con una
misión concreta: hacer la voluntad del Padre: morir en la Cruz, que es la consumación (Gloria) de la
existencia terrena de Jesús, en ella, como sacerdote y víctima, consuma el sacrificio redentor. La muerte
de Cristo sucedió verdaderamente, así es predicado por los Apóstoles desde el primer momento.
Es muerte por separación del alma y del cuerpo: Es la manera de morir propia de la naturaleza humana,
lo cual muestra, una vez más, la realidad de la naturaleza asumida. Pero alma y cuerpo permanecen
unidos a la divinidad, por la indisolubilidad de la unión hipostática En la separación alma-cuerpo no se
ve afectada la persona del verbo, sino sólo su naturaleza humana. El cuerpo, que fue sepultado, no sufrió
corrupción y su alma descendió a los infiernos: mostrando verdaderamente la muerte de Cristo, su
soberanía sobre la vida y la muerte, liberando a los justos.
La resurrección de Cristo es el fundamento de toda la fe cristiana (1 Cor 15,17). Resucitó uniendo, por
su propia virtud, el alma al cuerpo. Su cuerpo tiene características de cuerpo glorioso. En los actos que
nos narra el Evangelio se ve que es un cuerpo humano verdadero, el mismo que murió (llagas);
informado por un alma con funciones nutritivas, sensitivas e intelectivas; y unido a la naturaleza divina
(milagro de la pesca, Ascensión).
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7.3 Los “tría munera” de Cristo
Redención es aquella economía sobrenatural según la cual Cristo, cabeza nuestra, en nuestro lugar
ofrece a Dios por nosotros un sacrificio perfecto y una reparación adecuada a la ofensa inferida por los
pecados de la humanidad. Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres. Esta mediación se
hace posible por la unión hipostática, que le sitúa entre los extremos, porque tiene algo en común con
ambos (divinidad, humanidad) y algo que le diferencia. En la mediación de Jesús puede también
distinguirse los llamados triamunera Christi: se trata de las funciones pastoral (o real), profética (o
magisterial), y sacerdotal. Estas tres funciones no son independientes, sino que, por el contrario, son
manifestaciones o, mejor dicho, frutos de una misma raíz: la Encarnación. En cada acción y en cada
palabra, Cristo ejerce su Magisterio, su Sacerdocio y su Realeza.
1.Profeta y maestro: Se ve en los relatos evangélicos como Cristo enseña y profetiza. De manera
excelsa: por su ciencia (Io. 3,11), autoridad (Mt. 17,5; Mc. 16,15), modo de enseñar (Lc. 24,32); es
único Maestro (Mt. 23,10). El Evangelio le llama Maestro más de 50 veces.
Cristo como Profeta anuncia el Evangelio, la Buena Nueva, del Reino de Dios (cfr Mc 1, 15). Jesús es,
pues, Profeta. Enviado por el Padre para llevar a los hombres la Palabra de Dios; la autoridad de su
predicación es, por eso divina: el mismo Padre ordena escuchar la palabra de Jesús (Mt 17, 5). Y como
Maestro enseña la verdad por propia autoridad: "yo os digo". El mismo es la verdad que por sus palabras
y obras (Verba et Gesta) lleva al culmen la Revelación, la confirma con milagros y habla de los que ve y
conoce: la esencia misma de Dios.
2. Cristo es Rey: La fe de la Iglesia afirma de Cristo que está sentado a la derecha del Padre, desde allí
ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, y añade que su reino no tendrá fin12, repitiendo así la
expresión del anuncio hecho a María: El será llamado Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono
de David, su padre; y reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin (Lc 1, 32-33).
Esta potestad regia corresponde a Cristo por diversos "títulos": a) Por la unión hipostática, pues al ser
Hijo de Dios por naturaleza, por El todo fue hecho (Cf Col 1,15), incluso los ángeles deben adorarle y
obedecerle. b) Por título de "conquista", pues con su sacrificio realizó un acto de reparación de valor
infinito, librando la humanidad de la esclavitud del pecado, del demonio y de la muerte. c) Por la
plenitud de su Gracia, de la que todos hemos recibido.
Cristo ejerce su función de Rey en la instauración de su reino con las acciones propias del Señor:
reuniendo a su pueblo y estableciendo las leyes del Reino, del que se declara Juez supremo. Esa
soberanía es universal: se extiende a todos los hombres, a todos los lugares y a todas las cosas.
La mediación de Cristo es una mediación sacerdotal. No es idéntico el contenido de estos dos términos:
mediación y sacerdocio, pues aunque todo sacerdote es mediador, no todo mediador es sacerdote. En
Cristo la razón de su ser de mediador es la misma de su ser de sacerdote: la gracia de unión. Su
mediación está fundada en sus funciones sacerdotales respecto del sacrificio y de la oración, siendo
como una propiedad que dimana del mismo ser sacerdotal. El misterio de la muerte y resurrección del
Señor constituye la clave de su mediación. Es en su calidad de Gran Sacerdote de la Nueva Alianza
como Cristo está sentado a la derecha del Padre, es decir, ejerce la potestad regia; de igual forma es su
Sacerdocio lo que da tono característico a su munuspropheticum. La totalidad del misterio y de la obra
de Cristo es sacerdotal, porque El es substancialmente sacerdote, como es substancialmente ungido y
santo en virtud de la unión hipostática. Y es también substancialmente mediador. El constitutivo formal
del sacerdocio de Cristo es la unión hipostática, pues lo es de la función mediadora de la que forma parte
la sacerdotal (STH. III, 22,1).
La Carta a los Hebreos señala dos características en el sacerdocio de Cristo: vocación divina (ninguno se
toma para sí este honor, sino el que es llamado por Dios, como Aarón, 5, 4, Hijo mío eres tú, hoy te he
engendrado 5, 5) y consagración o constitución (tomado de entre los hombres, es constituido, 5, 1;).Se
suele considerar que la unción sacerdotal de Cristo, su consagración, no es otra cosa que la misma unión
hipostática, por la que la Humanidad de Cristo es constituida verdaderamente en mediación entre Dios y
los hombres.
Jesucristo, sacerdote y víctima: Una de las razones en que se apoya la afirmación del sacerdocio de
Cristo es el carácter sacrificial que tuvo su muerte (Heb 2, 14-18; 5, 7-9; 7, 26-28; 9, 11-28; 10, 11-18).
Este sacrificio, al mismo tiempo, viene descrito como muy superior a todos los sacrificios antiguos, que
eran sólo su figura y que recibían su valor precisamente de su ordenación a él. El valor de este sacrificio
es superior a todos no sólo por el sacerdote que lo ofrece, sino por la víctima ofrecida —de valor
infinito—, y también por la perfección con que se unen en un mismo sujeto el sacerdote que ofrece y la
víctima ofrecida. En efecto, ofrecer el sacrificio es el acto propio del sacerdocio.
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