Вы находитесь на странице: 1из 3

Consumo de marihuana y compromiso en regiones cerebrales tanto en

adultos como adolescentes. Influencia sobre trastornos depresivos y


ansiosos.
Según diversos estudios, los adolescentes que consumen cannabis tienen
mayor riesgo de padecer depresión en los primeros años de la adultez. El
desarrollo neurofisiológico disminuye fuertemente a los 18 años de edad, pero
dicen que se expande a menor ritmo hasta los 25 años.
Los mecanismos que involucran el consumo aún no son concluyentes en los
estudios. No han logrado profundizar. Principalmente por el estudio clínico de la
marihuana en animales y la no experimentación con humanos. Los estudios
clínicos informan una relación entre el consumo puberal y adolescente y la
aparición de síntomas depresivos en la adultez. El mecanismo es la alteración
del desarrollo neurofisiológico (corteza frontal y sistema límbico) aunque no se
ha podido profundizar.
El consumo de marihuana en la adolescencia es generalizado. En Estados
Unidos, el 7% de los estudiantes del último año fuman marihuana todos los días.
Un consumo alarmante, ya que en materia de intentos de suicidio, la cantidad de
consumidores que atenta contra su vida es 3.5 veces mayor (350%). El consumo
más riesgoso es el consumo evasivo como paliativo de la angustia adolescente.
No se ha podido demostrar que el cannabis tenga vínculo directo con la
ansiedad, pero sí indirecto. En los consumidores víctimas de un estado
emocional bajo -no necesariamente a nivel patológico- se potenciaría el aumento
de la ansiedad que acarrea el sentimiento de desmotivación parcial. Actuaría de
la misma forma en la que la depresión produce alteraciones neurofisiológicas
que concluyen en trastornos de ansiedad. El prescindir de la marihuana en ese
contexto podría traer síntomas que algunos científicos llaman de abstinencia
(algunos, ya que existe mucha controversia).
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales IV, en
cuanto a criterios de adicción, está aprobado como sustancia adictiva. Es una
droga que desencadena dependencia emocional y abstinencia del mismo tipo.
No se ha podido demostrar que cause abstinencia física a menos que el
consumo sea casi diario. A estos consumidores se los llama consumidores
crónicos y suele ser gente sumida en previos problemas mentales.
El motivo de la dependencia sería la liberación de dopamina que está asociado
al placer tanto psíquico como corporal. El núcleo responsable de los patrones de
consumo sería el núcleo accumbens ya que forma parte de los sistemas de
gratificación y recompensa. Controla el deseo de comer y de cualquier tipo de
consumo. Esta estimulación genera la apetencia de drogas. Para que no haya
ningún tipo de abstinencia, el consumo debe de ser lo más infrecuente posible.
Donde hay apego emocional con la marihuana, hay un consumo que
replantearse. El apego emocional con la droga es un estadio fronterizo al
consumo problemático, que llevaría al descuido de otros aspectos de la vida del
sujeto.
Los síntomas de la abstinencia psíquica son depresión, ansiedad, pérdida de
apetito e irritabilidad. Según el tiempo que se lleve como consumidor estos
síntomas durarán de semanas a meses.
La iniciación en la marihuana no está tan fuertemente contraindicada en
personas mayores de 25 años. Pero entonces ¿Por qué es tan peligroso el
consumo de THC en los adolescentes?
Los adolescentes son uno de los grupos más vulnerables ante el consumo de
estupefacientes. Es esencial conocer y entender por qué este sector es más
propenso al consumo, así como los graves riesgos y secuelas que conlleva, para
ayudar en la elaboración de estrategias para prevenir el consumo y concientizar
a la población.
Según el estudio Abuso de drogas en adolescentes y jóvenes y vulnerabilidad
familiar, elaborado por la Unodc, la revisión y metaanálisis de más de 100
investigaciones -que utilizaron imágenes cerebrales para explorar los efectos
del uso de la marihuana en la estructura y funcionamiento del cerebro- sugiere
que el uso crónico de marihuana generaría graves estragos. Los resultados
lograron demostrar que el consumo recurrente de marihuana estuvo asociado a
déficits neuropsicológicos generalizados en diversos ámbitos del
funcionamiento, y se encontraron mayores déficits en usuarios más persistentes.
Lo más grave determinado por el estudio fue el establecimiento de que las
condiciones neuropsicológicas observadas en los usuarios de cannabis no eran
reversibles siquiera en años posteriores de descontinuar su uso.
Si queremos profundizar en la investigación debemos recurrir a técnicas de
imagen, como: resonancia magnética estructural, estudios de morfología
basados en voxels, imágenes con tensor de difusión y anisotropía funcional.
Fueron estudiados 48 adultos fumadores de marihuana en la Universidad de
Texas, en Dallas. Los fumadores crónicos de la droga en cuestión tienen un
volumen cerebral menor debido a la reducción de la corteza orbitofrontal. Las
mediciones de su coeficiente intelectual dieron valores más bajos. En Santiago
de Chile, investigadores estudiaron diferencias entre 40 estudiantes de
secundaria consumidores y 40 no consumidores. Los criterios de inclusión eran
el consumo ni mayor ni menor a 4 veces el último mes y consumo habitual hace
aproximadamente 18 meses. Se encontró compromiso coincidente con
neuroimágenes y pruebas neuropsicológicas afectando aprendizaje en el grupo
consumidor. Se mostró hipoperfusión en diversas regiones: subgenual bilateral
(hemisferio izquierdo > derecho), frontal bilateral, giro cingulado anterior y área
de Brodman 36, que proyecta sobre el hipocampo. Numerosas pero consistentes
alteraciones neuropsicológicas fueron detectadas en los dominios de atención,
concentración, jerarquización, integración visoespacial, retención inmediata y
memoria visual.
Lizola F, Lucía. 30/6 2019
Coloquio Neurofisiología. Carrera de Psicología. Facultad de Cs. de la
Educación. Universidad Nacional del Comahue.
Bibliografía general
CARDINALE, D. (2007). “Corteza Cerebral: áreas de asociación. Cognición y
memoria”, en Neurociencia aplicada. Sus fundamentos. Buenos Aires: Editorial
Médica Panamericana.
CARLSON, M. y Col (2005). “Drogas y conducta”, en Fundamentos de
Psicología
Fisiológica”. 2º Edición. Ed. Mc. Graw- Hill.
KANDEL, E. y Col. (1997) “Neurociencia y Conducta”. Capítulo I Cerebro y
Conducta. Ed. Prentice Hall.
PINEL, J. (2001) Conducción neuronal y transmisión sináptica, en
Biopsicología.
4º edición. Ed. Prentice Hall.
PURVES, D. y Col (2004). “Cognición”, en Invitación a la Neurociencia. Buenos
Aires: Editorial Médica Panamericana.
https://www.redaccionmedica.com/secciones/psiquiatria/los-adolescentes-que-
consumen-cannabis-tienen-mas-riesgo-de-depresion-1818
https://consumer.healthday.com/espanol/public-health-information-
30/marijuana-news-759/vinculan-el-uso-de-marihuana-en-la-adolescencia-con-
depresi-oacute-n-e-intentos-de-suicidio-posteriores-742765.html
https://consumer.healthday.com/espanol/public-health-information-
30/marijuana-news-759/vinculan-el-uso-de-marihuana-en-la-adolescencia-con-
depresi-oacute-n-e-intentos-de-suicidio-posteriores-742765.html
https://www.medigraphic.com/pdfs/imss/im-2016/im165l.pdf
Abuso de drogas en adolescentes y jóvenes y vulnerabilidad familiar 2013.
Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC)
Link.
https://www.unodc.org/documents/peruandecuador/Publicaciones/Publicacio
nes2014/LIBRO_ADOLESCENTES_SPAs_UNODC-CEDRO.pdf

Вам также может понравиться