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El siglo XVI es el siglo del Renacimiento, movimiento que puso fin a la Edad Media y
despertó en Occidente un vivo entusiasmo por el estudio e imitación de la antigüedad
clásica griega y romana, una fuerte nostalgia por aquella edad de oro en que se había
originado su cultura.
Los mismos vicios que quinientos años antes, en el siglo XI, habían hecho necesaria la
reforma del papa Gregorio VII -el nicolaísmo, la simonía, la avaricia y la corrupción de las
costumbres-, se habían extendido de nuevo por el clero. Sin embargo, la situación era
más grave en el siglo XVI que en el siglo XI. En tiempos de Gregorio VII la corrupción
había afectado a los miembros, o sea, al clero de los diversos países; pero por lo menos
en Roma, la cabeza, es decir, el papado, estaba sana. En el siglo XVI, por el contrario, la
fuente del mal estaba en Roma misma. La vida de Alejandro VI Borgia había sido un
continuo escándalo; se había visto a Julio II con el casco en la cabeza mandando sus
ejércitos, León X no se había ocupado más que de las bellas artes y de las bellas letras.
Todos buscaban aumentar lo más posible sus ingresos o rentas, sea para enriquecer a
sus familias, sea para satisfacer sus inclinaciones al lujo y el papel asumido como
protectores de artistas y escritores.
De todas las fuentes de ingresos de que disponían los papas, una de las principales y
más importantes era el derecho a decidir quiénes iban a ocupar los cargos eclesiásticos
en Alemania, en esa época conocida como Sacro Imperio Romano, donde la Iglesia era
dueña de la tercera parte de los bienes raíces. Estos cargos se daban o bien a los
favoritos de los papas, o bien al que ofrecía más dinero, cualquiera que fuese el origen del
comprador. "Para beneficios eclesiásticos importantes se nombraba a extranjeros que no
sabían una palabra de alemán, y a cocineros que no sabían ni aún leer", según quejas de
la época. Tal clero tenía por fuerza que ser despreciado por sus costumbres, envidiado
por ser extranjero, u odiado porque presionaba a los fieles para hacer desembolsos en
beneficio suyo. Según la palabra de un contemporáneo, "el rebaño estaba cansado de un
pastor que no pensaba más que en ordeñar sus ovejas".
Revolución francesa
La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de
violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras
naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido
como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer
Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado
de Napoleón Bonaparte en 1799.
Definición.
Orígenes
La libertad y la propiedad son cosas tan valiosas e inherentes a los individuos que no hay
ninguna autoridad que pueda eliminarlos legítimamente bajo ningún concepto.
El gobierno tiene que ser representativo de la voluntad popular y rendir cuentas al pueblo de
sus actuaciones ya que deben ir encaminadas a la búsqueda del bienestar general.
El poder y las facultades de las autoridades deben de estar limitadas de manera que se
salvaguarden los derechos individuales y se garanticen ciertas libertades tales como las de
palabra, asociación, credo religioso, compra-venta de propiedades, etc) .
Evolución y desarrollo del liberalismo
En el siglo XVIII las ideas expuestas anteriormente serán recogidas, divulgadas y
enriquecidas ampliamente por los filósofos “Ilustrados Franceses, especialmente
por Montesquieu(el espíritu de las leyes) y por Voltaire(cartas inglesas), de manera
que estas ideas “liberales” aparecerán como una oposición frontal a las
monarquías absolutistas que a excepción de Inglaterra dominaban toda Europa y
serán el instrumento fundamental que utilizará la burguesía europea para acceder al
poder político y social y consolidar su dominio económico en el viejo continente.
Así, puede decirse que, frente a la soberanía real, al poder absoluto del rey y los
privilegios de los estamentos sociales superiores, el liberalismo opone la soberanía
nacional(entendida como el poder del que es poseedor el conjunto de ciudadanos
de un país), el poder compartido entre el rey y las Cortes y la igualdad ante la ley de
todos los ciudadanos de un país. Frente a la subordinación y la servidumbre de los
no privilegiados en el Antiguo Régimen, el liberalismo defendía la libertad y los
derechos individuales de todos los ciudadanos.
El gobierno o el monarca debe tener limitada su autoridad mediante una norma suprema o
constitución a la que aquellos deben supeditarse(imperio de la Ley)
La constitución debe reconocer y el gobierno garantizar el respeto a una serie de derechos y
libertades individuales, entre las que destacan la libertad de expresión, asociación y la libertad
de prensa, que se entiende como fundamental para controlar la acción del gobierno y
configurar una opinión pública independiente.
El poder del Estado debe estar separado en tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial,
independientes y controlados entre sí (teoría de la división de poderes).
El derecho de legislar corresponde al parlamento, que se configura como el órgano
representante de la Nación.
La acción política se lleva a cabo a través de los partidos políticos que encauzan los intereses y
las opiniones de los ciudadanos.
Por otro lado, a partir de la mitad del siglo XIX, en la época de las Restauraciones
absolutistas, tras las primeras oleadas revolucionarias liberales, el pensamiento
liberal se bifurcó en dos corrientes:
Los partidarios de una interpretación radical del liberalismo, que creían en un gobierno
popular, basado en un régimen de mayorías, que defendía el sufragio universal y entroncaba
con el Jacobinismo. A esta corriente se le llamo liberalismo democrático.
Los partidarios un tipo de gobierno representativo tan sólo de las minorías ilustradas y
económicamente solventes(gran burguesía), que optaban por un sufragio censitario y estaban
enraizados en la tradición Girondina. Recibieron el nombre de liberalismo doctrinario
De las dos corrientes, la que acabaría imponiéndose en toda Europa, a partir de la
segunda mitad del siglo XIX será la segunda, defendida por la gran burguesía
conservadora.
2. EL NACIONALISMO
El NACIONALISMO
Definición.
La consolidación de las Revoluciones Liberales: 1830 y 1848. Suiza, Bélgica, Polonia, Irlanda,
Francia. Los avances del liberalismo en Inglaterra. Las unificaciones de Italia y Alemania. El
establecimiento definitivo de la burguesía en el poder. La implantación del liberalismo
doctrinario en Europa occidental como sistema político predominante.
Antecedentes: La revolución Francesa.
A pesar del fracaso de esta primera oleada, puede considerarse que a partir de los
intentos revolucionarios de 1820, las ideas liberales y nacionalistas van
extendiéndose y cobrando cada vez mayor fuerza en el continente europeo y como
ya hemos indicado en las colonias Latinoamericanas.
Un mes más tarde estalló la revolución nacional en Bélgica, que acabó a finales de
ese mismo año con su independencia frente a Holanda y la elección por parte del
parlamento belga, de un monarca constitucional: Leopoldo de Sajonia. Los polacos
también intentaron una revolución de índole similar, pero la insurrección fue
aplastada por los rusos. En Irlanda la mayoría católica obtuvo un importante triunfo
al arrancar el “Acta de Emancipación” de la Iglesia Católica frente a la Iglesia de
Inglaterra, Esto fue el primer jalón en la lucha por la independencia irlandesa.
El liberalismo siguió avanzando en otros países: así en Inglaterra el Acta de
Reforma, aprobada en 1832, permitía la aplicación del derecho de sufragio a los
empresarios y a las nuevas ciudades industriales, como Manchester y Liverpool, en
detrimento de los burgos podridos y los intereses de la vieja nobleza terrateniente.
1830 es el punto de arranque de dos procesos paralelos que van a marcar la vida
política y las relaciones internacionales de la Europa del S.XIX: las unificaciones de
Italia y Alemania.
El derecho al voto sólo corresponderá a la minoría adinerada, a través del llamado voto
censitario.
Se establecerá una restricción de las libertades políticas, tales como la prohibición de huelgas,
de sindicatos y de otras formas de lucha y asociación obreras.
La vida política será protagonizada generalmente por dos partidos: el conservador,
representante de la vieja aristocracia terrateniente, y el liberal que incluye a los miembros de
la gran burguesía. El resto de las formaciones políticas o no existen, o son ilegales o
marginadas. (Esta terminología será adoptada, principalmente a partir de Inglaterra).
ESQUEMAS DEL TEMA
La unidad alemana
La unidad italiana
La unidad alemana.
Tras los intentos frustrados de unificar el territorio alemán por parte del liberalismo
nacionalista, será el canciller Bismarck, el que bajo una óptica autoritaria y prusiana
activó el proceso unificador. En 1863, un conflicto sucesorio le sirvió de excusa
para intervenir y anexionarse los ducados daneses de Schleswig y Holstein. Un
nuevo conflicto, esta vez con Austria(principal enemigo de la unidad alemana), le
lleva a declararle la guerra y derrotarla fulminantemente en 1866. Todavía quedaban
por eliminar los recelos que despertaba esta posición unionista agresiva en
algunos estados alemanes del Sur: Baviera, Baden y Wüttenberg.
Perosobretodo Bismarck tenía que doblegar los deseos e intereses de la Francia de
Luis Napoleón Bonaparte, que venía practicando una política intervencionista y de
arbitraje dentro y fuera de Europa. En 1870 una controversia suscitada en torno al
problema sucesorio español, dio a Bismarck la oportunidad de declarar la guerra a
Francia. La victoria total prusiana favoreció la culminación del proceso unificador
de Alemania: en 1871 Guillermo II creaba el segundo Reich, dotándole de una
Constitución federal y un sistema parlamentario, que eso si arrogaba fuertes
prerrogativas para la Corona y el gobierno, limitando en gran medida el poder del
Parlamento.
La unidad Italiana.
En la segunda mitad del siglo XIX el programa político del liberalismo europeo se
había impuesto casi totalmente en Europa Occidental y Central, aunque ya se le
hacían críticas desde los sectores más radicales del liberalismo(demócratas) que
propugnaban la realización efectiva del principio de soberanía del pueblo y
criticaban los modelos liberales existentes, que bajo el nombre de Estados de
Derecho y del constitucionalismo, escondían la hegemonía política de las capas
altas de la burguesía y de las viejas clases propietarias. Pero además otros
planteamientos políticos exteriores al sistema vendrán a poner en crisis el modelo
existente. Por un lado el socialismo, defendido por los sectores obreros, planteaba
una crítica global al sistema y a la dominación de la burguesía. Después del fracaso
de la comuna de París y de la Primera Internacional, los sectores obreros se
agruparon en partidos nacionales, de carácter más o menos revolucionario o
reformista, respaldados por los sindicatos obreros y coordinados en la Segunda
Internacional. El desarrollo de estas fuerzas y su creciente actividad política
atemorizó a la burguesía, que se hizo desde entonces más conservadora, en su
mayoría. De todas formas el frente liberal se dividió a su vez entre los partidarios de
mantener el sistema oligárquico tal como estaba y los que, desde entonces, optaron
por ponerse al frente de un movimiento democratizador del Estado. Por si esto
fuera poco, otro factor contribuyó a agravar esta quiebra interna y a engrandecer
la crisis del liberalismo a finales de Siglo: el nuevo nacionalismo agresivo.
De esta forma podemos decir que el liberalismo a finales del siglo XIX, estaba
escindido en diversos grupos divergentes, algunos de los cuales defendían
doctrinas de no-intervencionismo (laissez faire) mientras otros se aliaban con los
sectores más conservadores, defendiendo el proteccionismo y el Imperialismo, y un
tercer grupo abogaba por una solución intermedia(liberales reformistas).
Por tanto a finales del siglo pasado, con el liberalismo debilitado y dividido en
varios frentes y el auge de movimientos antiliberales como el nacionalismo
agresivo y el socialismo, la situación política e ideológica varió respecto a años
anteriores, derivando en una serie de conflictos y tensiones entre grupos sociales y
entre países que acabaron desarrollándose plenamente durante la Primera Guerra
mundial. Después de ésta, mientras el liberalismo más democrático se imponía en
las naciones de Europa occidental, el Socialismo llegaba al poder en la Rusia
zarista, que se convertiría en una unión de repúblicas socialistas soviéticas(CCCP),
mientras que los nacionalismos agresivos, más desarrollados y con el nombre de
fascismos van adquiriendo el predominio en Alemania e Italia.