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PRÓLOGO
La traducción proteiforme
1La novela gótica, analizada por Joëlle Prungnaud (1994) es uno de estos casos. Sin embargo, la novela
gótica no dio lugar a la translación de estructuras editoriales ni de modelos institucionales como en el
caso de la ciencia ficción.
1
literatura en francés, el término resulta forzado y su función es, por un lado, establecer
una ruptura con respecto a los textos franceses capaces de alterar la especificidad de la
llamada ciencia ficción y de sumergirla, por asimilación, en un todo más vasto, y, por
otro lado, marcar el origen norteamericano del género.
La (no-)traducción del anglo-americano Science Fiction no era absolutamente
necesaria, más aún si se la compara con las designaciones de esta literatura en otras dos
lenguas europeas: si el español, al igual que el francés, optó por la sintaxis americana
(ciencia ficción), el italiano prefirió "fantascienza"2. No traducir Science Fiction es un
signo de cierta relación entre la "cultura" francesa y la "cultura" norteamericana.
Analizar esta relación resulta interesante no sólo para el espacio cultural francés sino
también para los demás países europeos –y para los países no europeos–. Está claro que
la CF norteamericana se difundió ampliamente, en varios países de Europa, a través de
Francia, que, desde ciertos puntos de vista, y objetivamente, encabezó la penetración de
la cultura norteamericana en ese continente. Considerar el caso francés significa
estudiar la génesis de un fenómeno que crecerá velozmente en toda Europa, a partir de
1950, y crear las condiciones de un estudio de la importación de la literatura
norteamericana en los otros países europeos, en una situación de "policismo".
Los fenómenos de "policismo" en traducción fueron abordados por Dionÿz Durisin3,
y en particular el caso de la "traducción de traducción", o "traducción de segunda
mano", en la que la traducción en lengua B' desempeña el papel de "podstrotchnik",
palabra por palabra, que podrá servir de guía al traductor en lengua A –y aun de
substituto al original B4. Estos fenómenos de "policismo" y de mediación traductora no
son en absoluto excepcionales; basta con pensar en la traducción de la Biblia hecha por
la American Bible Society a más de 2000 lenguas (al menos para uno de los libros)5, en
las traducciones de las literaturas escritas en lenguas poco comunes o poco conocidas,
de las literaturas en lenguas consideradas "difíciles" por los occidentales (tales como el
japonés6). Todos estos fenómenos obedecen a la geopolítica de la traducción y
responden a un análisis sociológico comparable al que pretendemos realizar.
Sería razonable reflexionar sobre la geopolítica mundial de los movimientos de
traducción, gracias a la cual se podría tener una idea de las hegemonías y de las
dominaciones simbólicas que ciertas sociedades ejercen sobre otras. Evidentemente, ver
"hacia dónde" están orientadas las actividades de traducción es un fenómeno
importante: en general, las obras pertenecientes a sociedades dotadas de fuerte
legitimidad –obras fuente– son traducidas a lenguas habladas en sociedades de menor
legitimidad –sociedades meta–. Convendría, de todos modos, introducir un parámetro
2 Sería interesante estudiar en qué medida el término italiano elegido representa posturas socio-estéticas
diferentes de las que rigen los espacios culturales franceses y españoles en el momento de su
implantación.
3 Cf. "Artistic Translation in the Interliterary Process" (1991). Según el autor, "[...] under conditions of
specific interliterary associations, translation of translation is a very frequent phenomenon and this, in
particular, in relations between the more and the less differentiated literatures, in cases when a certain
literature performs a mediatory function in relation to another literature" (p. 125).
4 Por lengua A, entendemos la lengua "materna" del traductor; es la lengua meta. La lengua B es la
lengua del texto original (fuente) y la lengua B' es la lengua mediadora de la traducción en lengua A.
5 Cf. Eugene Nida (1994), p. 193. En el campo literario, Jacques Brenner (1982) consigna que "[...]
Parisot había traducido Kafka no a partir del texto original sino de la versión inglesa" (p. 268). En un
pequeño artículo en homenaje a Antoine Berman, Yves Gambier (1994) aborda las posibilidades de la
traducción en sus "retours" y sus "détours".
6 Es notorio el hecho de que las traducciones francesas de los libros de Mishima fueron realizadas a partir
de la traducción norteamericana, a pedido del mismo Mishima.
2
capaz de diferenciar la traducción de la adaptación. Es evidente que los textos
traducidos nunca pueden tratarse sociológicamente de igual modo que los textos
adaptados. Existe un ejemplo patente en el tratamiento de las obras de Louisa May
Alcott en francés. Luego de que en un principio Little Women (1868-1869) fuera
"traducida libremente del inglés por Mme Rémy", con la autorización de la autora, y
publicada en Lausana en 1872, bajo el título de Petites femmes, el editor de Julio Verne,
Pierre-Jules Hetzel, especializado en literatura juvenil, se hizo cargo de la obra. La
"Biblioteca de Educación y de Recreación" publica en 1880 Les Quatre filles du Dr
March [sic] "según L. M. Alcott, por P.-J. Stahl".7 A partir de esa fecha, se asiste a una
apropiación de Little Women por los editores y los traductores, con idas y vueltas con
respecto al reconocimiento de L. M. Alcott como única autora8. El caso es interesante
por muchos aspectos, especialmente por las marcas de americaneidad conservadas o no
en las adaptaciones. Estas marcas, traducidas o no, deben relacionarse con la imagen
que la sociedad meta se forja de la sociedad fuente. Aquellas adaptaciones en las que el
origen del texto resulta indiferente no deben tratarse como traducciones que sí indican
ese origen en forma clara y –con mayor razón– lo proclaman. La relación con el texto
extranjero es en principio de dos órdenes, según se trate de una adaptación o de una
traducción. No obstante, podría suceder que una adaptación no se oriente hacia una
eliminación de las marcas de origen del texto sino, al contrario, hacia una
sobredeterminación de esas marcas en el texto meta. Todo lo cual tiende a probar que,
en ningún caso –y en particular en el de un socioanálisis bourdieusiano– se puede pasar
por alto un análisis comparativo del texto meta con el texto fuente, incluso cuando se
está frente a una adaptación.
Podríamos preguntarnos si el estudio de la traducción de la CF en la Francia de
posguerra puede aclarar el fenómeno de la "SF" (science fiction). La CF fue objeto de
análisis profundos sobre todo desde 1950, en numerosos países, especialmente en
Estados Unidos, el primero en proponer cursos universitarios sobre el tema, en los años
1960. Todo lo que atañe al campo de la CF propiamente dicho, a su semiótica, a su
poética, a su sociología, fue cuidadosamente analizado, como lo demuestra la
bibliografía en el Anexo. Lo menos conocido es, precisamente, el efecto traducción de
la CF norteamericana en la sociedades occidentales. Este estudio puede aclarar de otra
manera todo lo relativo a este género literario.
Se sabe que la traducción es una práctica paradójica por su estatuto, desde el
momento en que es generalizada9 e invisible10. Toda actividad cultural donde interviene
la lengua está –en un estadio u otro de su práctica y de su desarrollo– sumergida en la
3
problemática de la traducción stricto sensu, es decir de la traducción interlingual. Se
comprende, pues, que los teóricos y los historiadores de la traducción insistan en la
importancia que tiene la traducción en los intercambios artísticos, literarios, científicos,
técnicos internacionales, en el aporte de la traducción en la innovación que permite la
traducción de las producciones culturales más allá de las "fronteras" lingüísticas11. Esta
insistencia es muy útil, si se tiene en cuenta, precisamente, la "invisibilidad" del factor
traducción en los intercambios. Pero no basta con afirmar que la traducción borra
fronteras nacionales, hace circular las ideas más allá de las lenguas, pone lo propio en
presencia del extranjero, es factor de innovación y de creatividad. Es necesario analizar
no sólo los factores determinantes de las traducciones para mostrar con toda claridad las
transformaciones que padecen necesariamente, dentro del proceso de traducción, y a
través de este proceso, las producciones de una cultura (cultura fuente), importadas a
otra cultura (cultura meta), en un momento de su historia, sino también las posiciones
de poder asumidas por las traducciones y sus agentes en sus áreas específicas. De este
modo, podrán descubrirse los desafíos sociales que representan las traducciones en las
sociedades en las que se producen y se difunden (sociedades meta).
La traducción sigue siendo un punto ciego del análisis científico de los textos. Para
comprobarlo, basta con consultar la planificación de un curso de literatura extranjera –
cualquiera sea la lengua en cuestión–. Basados en la lectura analítica de los textos, estos
cursos sólo son posibles si los textos están traducidos12. Cuando se trata de obras de la
propia cultura, nos sorprendemos ante las alteraciones con respecto al original que
quedan de relieve al leer la obra traducida13. Las distorsiones de traducción imponen al
texto connotaciones y denotaciones a veces muy alejadas de las de la obra original14. La
cuestión de saber en qué consisten estas distorsiones y a qué obedecen ocupa
tradicionalmente el centro de los análisis de traducción15. Sin embargo, no todo está
"distorsionado" en la traducción. Parte del "sentido" del texto de la cultura fuente pasa a
la cultura meta. ¿Qué sentido? Nos parece importante integrar los criterios de
disponibilidad de los materiales lingüísticos (provenientes de la estilística comparada),
de la aceptabilidad social (provenientes del análisis del discurso) en un marco teórico
envolvente, capaz de ofrecer un modelo de los rasgos pertinentes de la cultura fuente y
de la cultura meta, de los agentes de traducción (no sólo de los traductores) y de la
11 Cf. Jean Delisle y Judith Woodsworth, directores de Les Traducteurs dans l´histoire /1995). Versión
inglesa: Translators Though History (1995).
12 No se pede pensar en otra solución. El caso de que un lector políglota acceda satisfactoriamente a
cuatro, cinco o seis literaturas extranjeras en la lengua original, es excepcional, y en todo caso limitado,
si se piensa en la cantidad de lenguas en que se producen obras literarias en el mundo moderno.
13 Y no se trata sólo de un efecto de recepción, observable en el caso de textos que, en francés, se leerían
en un país francófono distinto del país en que fue producido. La que juega de manera determinante es la
componente propia de la traduccuón.
14 Se puede pensar en el caso de las traducciones quebequenses de Chéjov y de Brecht analizadas por
Annie Brisset (1990). En La Bonne âme de Se-Tchouan (Brecht), por ejemplo, el personaje de Wang de
la región de Se-Tchouan está identificado al quebequense de "notre Belle Province", explotado desde la
conquista inglesa (ver especialmente pp. 292-294). Oponiéndose a sus convicciones internacionalistas, el
traductor quebequense hace de esta pieza de Brecht una obra de emancipación nacional.
15 Eugene Nida fue uno de los primeros teóricos de la traducción en en abordar científicamente este
aspecto, apoyándose en categorías de la antropología cultural norteamericana. Ver en particular
"Linguistics and Ethnology in Translation Problems" (1945), donde distingue cinco tipos de problemas
de traducción: los que están ligados a (1) la ecología, (2) la cultura material, (3) la cultura social (4) la
cultura religiosa y (5) la cultura lingüística (p. 196). Gideon Toury (1995), por su parte, también aborda
los problemas de la traducción en función de los hechos de cultura, pero también como especialista en
semiótica, es decir, intentando determinar leyes y normas de la comunicación interlingual.
4
demanda social. Todas estas cuestiones forman parte de nuestras preocupaciones e
intentaremos encontrarles respuesta abordando la teoría de Pierre Bourdieu.
Este estudio de sociología bourdieusiana de la traducción es sin duda el primero en
su género. Sin embargo, el pensamiento de Pierre Bourdieu es objeto de creciente
interés desde hace unos años, y no es raro que se cite a este autor, incluso en
traductología (teoría e historia). En este primer ensayo, hemos intentado abordar
seriamente el conjunto de su teoría social y especialmente en la forma que adquiere
cuando se trata de las producciones simbólicas (artes y letras), antes que extraer
elementos que, aunque pertinentes, podrían llevar a suavizar su teoría. Nos ha parecido
que el desafío último de este estudio era no tanto "mejorar" las teorías existentes en
traductología sino más bien elaborar una sociología general de la traducción que, a
través y más allá de la ciencia ficción, haría resurgir la lógica transnacional de la
emergencia y de la práctica de los poderes simbólicos en los espacios culturales
nacionales.
5
INTRODUCCIÓN
PROBLEMÁTICA GLOBAL
Hacia una sociología de la traducción
1 Podrán encontrarse síntesis parciales recientes sobre todo en el número de TTR "Orientations
européennes en traductologie", dirigido por Yves Gambier (1995), así como también en "La
traduction dans les pays germanophones: état actuel de la recherche", Nadja Grbic y Michaela Wolf
(1996).
2 Cf. Paul Kussmaul y Sonja Tirkonnen-Condit (1995). Es evidente que los investigadores de estos
países no trabajan exclusivamente sobre estos temas. Pensamos, por ejemplo, en la teoría del skopos,
particularmente representada por los investigadores alemanes (ver cita nº 1).
3 Cf. José Lambert y Hendrik van Gorp (1985) y, para una exposición más reciente, José Lambert
(1995), pp. 105-152; contiene bibliografía bien completa sobre la teoría del polisistema.
4 Michael Cronin (1996), Translating Ireland, Translation, Languages, Culture. Cork, Cork
University Press.
5 Siguiendo a Roger Bell (1987), Basil Hatim e Ian Mason (1990) retoman esta distinción defendida
por el lingüista H. G. Widdowson (Explorations in Applied Linguistics. Oxford, Oxford University
Press, 1979).
6
dan preeminencia al proceso6. Por el contrario, André Lefevere realizó toda su obra
bajo el signo de la traducción literaria como "producto"7, en un marco socio-
histórico, junto a otras prácticas de manipulación de los textos (reescritura,
publicación en antologías, crítica, etc.). A esta distinción binaria, entre "proceso" y
"producto", se agrega un tercer término: los estudios de traducción basados en la
"función8". G. Toury integra estos tres elementos dentro de la perspectiva
descriptiva-explicativa de los DTS (Descriptive Translation Studies):
6 "La óptica que sostiene este libro [Discourse and the Translator] es la de la traducción encarada
como proceso [process], que implica la negociación del sentido entre los productores y los receptores
de los textos" (1990, p. 3; nuestra trad.).
7 Ver especialmente André Lefevere (1992), y su artículo, entre muchos otros, "Translation and
Comparative Literature: The Search for the Center" (1991).
8 Cf. G.Toury (1995), pp. 12-14.
9 Ver Jean-René Ladmiral (1986)
10 Cf. Pour la poétique II (1973), sobre todo la segunda parte, "Poétique de la traduction".
7
de percepción y de apreciación, y excluyen otras clasificaciones posibles. Ninguna
clasificación carece de riesgos: veremos, por ejemplo, que al acordar demasiada
importancia a las transformaciones de los textos traducidos según las normas de la
cultura meta, se ocultan, en la traducción, determinantes de la cultura fuente.
Los traductólogos son agentes que luchan para imponer las clasificaciones
teóricas de la disciplina y por ende la problemática legítima en el campo de la
traductología. ¿Cuál es la posición del sociólogo de la traducción en estas
condiciones?
8
constituido y cierta posición ya instituida o posible en la división del trabajo de
producción cultural [...]" (Bourdieu, 1984, p. 210). El traductor es el agente
privilegiado por quien pasan la lógica objetiva del sistema de prácticas, de
disposiciones y de estructuras permanentes y generales que operan en toda
traducción. Pero dista mucho de ser el único en la empresa de traducción. Por ser una
producción cultural, la traducción sólo encuentra su eficacia social dentro de la lógica
de un mercado, es decir cuando la decisión de traducir y el producto resultante se
encuentran legitimados por la respuesta del público y por las diferentes instancias de
ratificación, repercusión crítica, eventualmente premios y distinciones. En la empresa
de traducción intervienen, pues, los mismos agentes que en las otras producciones
culturales, además de los agentes que hacen circular los géneros y los discursos más
allá de las fronteras lingüísticas y nacionales.
De aquí en adelante, a partir de la traducción de la ciencia ficción, género
literario sentido como de aparición reciente, trataremos de co-pensar el "modelo
genérico" y su modo de inserción en la sociedad, y de determinar la manera en que la
traducción transforma y aclimata ese modelo de origen extranjero. Es indudable que
tal programa no sería rechazado por los defensores de los estudios culturales, por los
polisistémicos ni por los sociocríticos. No obstante, nos parece difícil llevarlo a cabo
con los medios que éstos nos brindan porque falta una componente teórica central:
una sociología de las producciones simbólicas11. Para concretar el programa que nos
hemos trazado, recurriremos a la teoría de Pierre Bourdieu, que nos parece hoy la
más apta para dar cuenta de las problemáticas sociales de las producciones
simbólicas. Pierre Bourdieu no construyó su teoría para la traducción. Lo prueba el
hecho de que en sus escritos no enunció jamás restricción alguna de carácter
metodológico ni consideró que la traducción exigía un estudio a parte. De todos
modos, interpretamos su intervención en Traduire l'Europe12 como el signo de un
interés real por la traducción. El presente estudio puede, pues, considerarse como un
intento para leer su teoría pensando en la traducción.
11 Existen otras "sociologías de la traducción". Por ejemplo, Michel Callon (1986) concibe la
traducción como un proceso que, en el contexto de sus investigaciones sobre la aclimatación de las
vieiras Saint-Jacques japonesas en la bahía de Saint-Brieuc, "lleva a todos los actores implicados, por
medio de metamorfosis y de transformaciones variadas, a pasar por los tres investigadores y por sus
programas de estudio y desarrollo" (p. 204); los actores implicados son los "pescadores, las vieiras y
la comunidad científica", todos los cuales son "traducidos" por los investigadores. La noción de
traducción se utiliza aquí como "repertorio" para dar cuenta de procesos de desplazamientos y de
transformaciones de hechos naturales y de hechos culturales. Esta concepción no tiene en cuenta la
especificidad discursiva de los sistemas semióticos ni su autonomía relativa instituida bajo la forma
de campos, lo que constituye un obstáculo infranqueable para el análisis de los fenómenos de
traducción en materia de producciones simbólicas.
12 Traduire l'Europe (dirigido por Françoise Barret-Ducrocq, 1992) es, por lo que sabemos, el único
contexto en el que Pierre Bourdieu se expresa sobre traducción. Habla brevemente de la traducción de
sus obras al inglés, en presencia de uno de sus traductores, Richard Nice. Por otra parte, retoma una
idea que ya ha enunciado sobre la traducción de Heidegger en francés: "[...] los filósofos franceses
leyeron [Heidegger] de manera deshistorizada, porque no sentían el contexto político de las palabras
más insignificantes de su léxico [...]" (p. 202).
9
Así es cómo, inspirándonos en los trabajos de Pierre Bourdieu13, podemos decir
que los textos extranjeros traducidos y colocados en el mercado entran en la lógica de
los bienes culturales. En la economía liberal occidental (con variaciones locales entre
el ultra-liberalismo y el liberalismo matizado de dirigismo de Estado), la que regula
la producción, la difusión y el consumo de los bienes culturales es la ley del mercado,
de la libre competencia y del "laisser-faire". El editor, sometido a la libre
competencia, "busca imponer" en el campo un nuevo productor y un nuevo producto,
vectores de un nuevo sistema de gustos, y capaces de originar un reacomodamiento
de las jerarquías de gustos vigentes en el campo.
Pero ¿podemos decir que el editor "busca imponer" un nuevo productor y un
nuevo producto? En efecto, la inversión de los agentes en la lucha por ocupar la
mejor posición posible en un campo no se opera siguiendo la estrategia deliberada,
sino adecuándose al juego que se juega en el campo (lo que Bourdieu llama la illusio,
adhesión al juego y sentido del juego) y que, en el momento, crea el campo. Bourdieu
lo expresa como nadie podría hacerlo en Leçon sur la leçon (1982):
13 Los conceptos teóricos elaborados por Pierre Bourdieu, a mediados de los años 1960, se formulan
diversamente de libro en libro y según los objetos de estudio. En el campo de las producciones
artísticas, nos referiremos mínimamente a las siguientes obras (la reformulación más reciente se
encuentra en Méditations pascaliennes, 1997): capital simbólico y mercado de los bienes simbólicos
(1971, pp. 49-126; 1997, pp. 283-288), habitus (1979, pp.189-195; 1997, pp. 170-175 y 256-259),
campo (1992, pp. 32-326, 1997, pp. 119-123), illusio (1992, pp. 455-458; 1997, pp. 162-164).
10
para su eficacia, es decir, condiciones idénticas o análogas a
aquellas de las que él es el producto. (1987, pp. 127-128).
14 Para despejar cualquier equívoco, tengamos en cuenta que sólo empleamos el concepto de géneros
literarios en el sentido de configuraciones socioestéticas dotadas de una poética y de potencialidades
discursivas propias que pueden darse o no en una época y en una sociedad dadas.
11
canónicos, "dominados", que, en nuestras sociedades, y por razones ideológicas, se
mantienen fuera del ámbito letrado15.
La sociología bourdieusiana aplicada a la traducción es una de las que permiten
analizar mejor el fenómeno de la traducción en todos sus estados, antes y después del
texto traducido tanto como en la práctica de la traducción. Con sus conceptos de
campo, agente, habitus, illusio tal como él los define, Bourdieu aclara qué es lo que
da origen a las producciones simbólicas en nuestras sociedades, evitando el escollo
del pensamiento maniqueo16:
12
ciencia ficción, "Le Rayon Fantastique", de Hachette-Gallimard, publican los textos
que él traduce o adapta, lo que contribuyó, desde 1951, a crear este nuevo
movimiento que examinaremos en detalle.
El capítulo VI presenta un análisis semiótico de algunas novelas traducidas por
diferentes traductores y publicadas en "Le Rayon Fantastique", realizado desde el
doble punto de vista de la especificidad del género y de la pertenencia de los relatos
a la cultura anglo-sajona (y no sólo norteamericana). En el capítulo siguiente
analizamos las dos novelas traducidas por Boris Vian del autor norteamericano
Alfred E. van Vogt, The World of Null-A y The Pawns of Null-A. El capítulo VII está
dedicado a las traducciones-adaptaciones de la revista Galaxie (primera serie), que
encierran rasgos muy significativos ligados a la asimilación de la onomástica
extranjera, tradicionalmente intacta en las traducciones.
Una vez analizados en detalle los rasgos traductores de la importación de la
ciencia ficción norteamericana, tanto desde el ángulo sociosemiótico interno como
desde el de la sociología de la institución, estaremos en condiciones de precisar las
problemáticas sociales de la traducción de este género en el momento de su
aparición en el espacio cultural francés. Terminaremos este ensayo realizando una
vuelta reflexiva a la posición que hemos asumido en el presente estudio y en el
campo traductológico que emerge ahora, a fines de los años 1990.
13