Вы находитесь на странице: 1из 78

CAPITULO SEGUNDO

SfNTESIS HISTóRICA DEL DERECHO ADUANERO

SUMARIO

1. Definición etimológica.-2. Las aduanas en la antigüe-


dad.-3.India.-4. China.-S. Egipto.-6. 5iria.-7. Babilo-
nia.- 8. Fenicia.-9. Grecia.-lO. Roma.-ll. Arabia.-
12. España.-13. México.-14. Etapa Colonial.-IS. Etapa
independiente.-16. Etapa revolucionaría.-17. Bibliografía.

l. DEF1NICION ETlMOLOGICA

La evolución histórica del Derecho Aduanero debe de partir de la


definición etimológica del vocablo aduana.
La mayoría de los investigadores que han profundizado sobre este
tema coinciden en afirmar que su origen es arábigo. Unos autores
manifiestan que proviene de la palabra "Dioanum" que significa. "La
casa donde se recogen los derechos"; de allí empezó a llamársele
"Dioana", luego "Duand' y por último "Aduand'.l
Otros del término <'Adayuán" que quiere decir: "Libro 'de
cuentas"?
Juan Palomar de Miguel afirma que deriva del árabe "Ad-diwá-
001" que significa "El Registro".'
Pedro Gual VillaIbi de la voz árabe Addiván, que era la casa
donde se reunían los administradores de las finanzas para la percep-
ción de los derechos e impuestos.' .,.
Existen otros estudiosos que la hacen provenir del griego, "Soxá"
que significa "Recaudación". Unos pocos del italiano "Duxana" o sea:
1 Joaquín Escriche. Dlccronario Razonado ele Legislaci6n fJ Iurísprudenoía, pá-
gina 98.
2: Gran Sopean, Diccionario EncfclotWdico. Tomo 1, pág. 172. Diccionario de la
Lengua Española de la Real Academia de la Lengua, pág. 26.
• Juan Palomar de Miguel. Diccionario para lur/ala.!, pág. 52.
3 bis Pedro Cual Villalbi. Teoría y técnica de la poütica aduanera y de los
tratados de comercio. pág. 69.

49
50 MÁXIMO' CARVAJAL CONTRERAS

REI derecho de entrada pagado par las mercancías al dux de Vene-


cite. También se dice que deriva del francés antiguo "Docena' o
"Douana" que quiere decir: "Derecho conw tributo o arance!".'
Como se podrá observar, cualquier concepto etimol6gico que se
seleccione lleva implícita la connotaci6n de lo que es la actividad
que regula el Derecho Aduanero.

2. LAS ADUANAS EN LA ANTIGüEDAD

La función aduanera nace de la actividad del comercio interna-


cional.
Es posible que solamente en los albores de la humanidad, cuan-
do el hombre satisfacía y colmaba sus necesidades con el autoabas-
tecímíento, el comercio no existía; pero en la medida en que los seres
humanos se fueron percatando de la existencia de otros conglome-
rados, el aumento de sus necesidades de consumo y la producción
de nuevos artículos, el comercio empezó a desempeñar una de las
actividades primordiales del género humano.
El comercio exterior en la actualidad juega un papel de primera'
magnitud en el desarrollo econ6mico de los países, siendo de vital
importancia para la supervivencia de la humanidad. Ya sea en su
forma más elemental, el trueque, un "do ut des" simple" o hasta como
dice Ricardo Torres Gaytán al afirmar que "se halla presente en
todos los aspectos de la vida, ya sea en el comercio de la fuerza
del trabajo (salario), del dinero (tipo de interés), del comercio dc
mercancías (precio), o del comercio de divisas (tipo de cambio).'
En sus orígenes, el comercio es una ocupación accesoria que se
realizaba por campesinos o artesanos para darle salida a sus pro-
ductos excedentes, al correr el tiempo surge el comercio ambulante
y la venta al detalle, lo que origina la formaci6n de comunidades
tribales o grupos de personas ~ue empezaban a dedicarse en forma
exclusiva a esta actividad.

3. INDIA

En la India el comercio lo efectuaba una casta, los "Vaysías". Es en


este pueblo, donde surgen las primeras ideas de que las mercancías
pagaran un tributo por su introducción o extracci6n a (o de) un dé-

" Guillenno Cabañelas. Diccionario de Derecho U81Jal~ Tomo 1, pág. 125.


, Enctclopedia Jurídica Omeba. Tomo XV, pág. 14.
• Ricardo Torres Caytán. Teoría del Comercio lntemaci<mal, pág. 10.
DERECHO ADUANERO 51
terminado territorio, creándose en los pasos fronterizos un lugar
ad-hoc, para su recaudación, siendo el ejército el que se encargaba
de su cobro o percepción.
4. CHINA
Tres productos son esencialmente los que se exportaban de
China hacia otras regiones: Seda, sal y herramientas de hierro,
Las Aduanas se encontraban situadas sobre las rutas comercia-
les siendo la más importante la llamada "de la seda".
Por esta "ruta de la seda» se transportaban las sederias desde
China al Imperio Romano; comenzaba en la ciudad de Xían , se in-
ternaba por el corredor de Can-Su y al llegar al paso de la puerta
de Jade se dividía en dos: Septentrional y meridional, la primera
llegada a Rusia y la segunda a Roma pasando por Kash gar,
Samarcanda, Bagdad,Damasco, Estarnbul e Italia.
5. EGIPTO
Es sabido que en las caravanas y barcos del Faraón se realizaba el
comercio de importación y exportación. Se introducían maderas,
marfiles, metales, lanas, aceite de oliva, vinos, resinas, plata, mirra,
especies, tintes. Se extraían oro, textiles, lino, trigo, cerámica,
papiros, perfumes. Se percibían tributos por la importación y ex,
portación, tránsito, circulación de paso -"derecho de puertas"> y
de muelle en los puertos. Ejemplos de Aduanas son: Elefantina y
Kerma; conocieron también las aduanas interiores.
6. SIRIA
Los vestigios encontrados en el Karum (mercado) fuera de la
Ciudad de Kanesh, demuestra que Siria tenía un fuerte comercio a
distancia principalmente de tejidos de lana y estaño (annakum).
Al salir las mercancias de Asur pagaban un impuesto de 1/120
dcl valor de las mercancías al funcionario de aduanas llamado
LIMMU. A la entrada a Kanesh se pagaba en 2/65 sobre el valor de
la mercancía al soberano local.
7. BABILONIA
El comercio exterior tuvo una especial importancia en este pueblo. El
C6digo de Hammurabi recogió fielmente la vida jurídica, económica
y social de los Babilonios. Gracias a este monumento juridico sabe-
mos que el comercio que se realizaba a través del caudaloso do
Eufrates, pagaba un tributo por las mercancías que se introducían.
El pago consistía en la décima parte de los productos importa-
dos, en tráfico fluvial o a través de caravanas en tráfico terrestre
que realizaban los mercaderes llamados DAMQARUM.7
7Secretaria de Haciendo ') Crédito Públice¿ Capacitación, pág. 2.
Cfr. Código de Hammurabl. Cárdenas Editor y distribuidor. pág. 66.
52 MÁXIMo CARVAJAL CONTRERAS
8. FENICIA
Conocida hist6ricamente la trascendencia que tuvo para el comercio
internacional la actividad del pueblo fenicio, el hecho de que sus
naves transportaran mercancías de todos los pueblos conocidos en
esa época; la creaci6n de sus colonias que fueron auténticos centros
de comercio y depósito de mercancías; la aplicaci6n de todo un sis-
tema de privilegios que se otorgaban en forma recíproca a sus colo-
nías, nos da una clara idea de que aplicaban el proteccionismo y
algunas otras teoría de comercio exterior.
Por otra parte, esa actividad comercial de los Fenicios, contríbu-
y6 a la reacción de los otros pueblos, que no podían competir con
ellos, para que crearan un sistema impositivo que gravara la entrada
o salida de mercancias a su territorio. Por lo tanto, en forma indi-
recta este pueblo contribuyó al desarrollo histórico del Derecho
Aduanero.
9. GRECIA
La Admínístración de las Aduanas en Atenas fue encomendada a los
"Decastologos", quienes se encargaban de recabar el tributo de ca-
rácter aduanero denominado "Emporium'; t¡.11t6p.ov (Emporio), que
era el lugar donde concurrían para el comercio gentes de diversas
naciones; 8 o "Imperium" (la potestad que tiene la Ciudad-Estado
para imponer un tributo a las mercancías que se traían de otros lu-
gares o que se enviaban al exterior). Él impuesto se cobraba a la
entrada de las mercancías a los puertos griegos y su cuota impositiva
consistía en la quincuagésima parte del precio de la mercancia, o sea
un dos por ciento de su valor; esta cuota podía variar hasta un diez
por ciento según las necesidades del erario. Se tenían establecidos
también derechos de exportaci6n, de circulaci6n y de tránsito de las
mercancías.
Los griegos se sirvieron de sus aduanas para establecer un meca-
nismo de restricción al cambio internacional de productos, además
de favorecer a sus. ciudades o colonias de la competencia de los
artículos de otros países. Utilizaron medidas proteccionistas para evi-
tar la exportaci6n de cereales y eludir el acaparamiento de los granos,
para así prevenir las crisis sociales que podría traer consigo la falta.
de estos productos agrícolas. La inspecci6n de estas medidas protec-
cionistas y antímonopólícas se encomendó a los inspectores denomi-
nados "Sytofilacos". u
10. ROMA
Las Aduanas en Roma se atribuyen al cuarto Rey Anca Marcia,
quien las estableció en el Puerto de Ostia, inmediatamente después
de haberlo conquistado, para aprovechar las ventajas comerciales que
• Dlccionarlo de la Lengua Española de la Real Aeademia de la Lengua, pág. 502. '
u Enciclopedia Internacional de las G/eneJOs Sociales. Vol. 11. páK. 524.
DERECHO ADUANERO 53
con este puerto se obtenían para la navegación por el río Tíber. Se
afírma que en este lugar se reglamentó el tributo que gravaría el co-
mercio de importación y exportación y que en homenaje a este puerto
se le denominó "Portorium" (de portum-puerta ),
Según Margarita Lomelí Cerezo, él "Portorium" tenía un triple
aspecto: "de impuesto aduanar', porque se exigía a la entrada o sa-
lida del imperio o de las provincias que lo componían, "de peaje"
o tasa establecida por el paso de ciertos camínos o puentes; y de
"alcabala" o derecho exigido por una ciudad sobre las mercancías
que se introducían a ella." Los romanos no establecieron esta dis-
tinción; pero en cambio, había dos portorium: el marítimo y el te-
rrestre.
Roma a través del sistema llamado 'Tekmium' que proviene del
griego 'rEA."""" (Tekmion) que era la: Oficina Pública donde se pa-
gaban los tributos," organizó la recaudación de su impuesto adua-
nal, variando su tarifa según la región aduanera de que se tratara;
así por ejemplo, las mercancías procedentes del Asia Menor pagaban
un dos por ciento de su valor al ser importadas, en cambio las de
Sícilia su tasa impositiva era del cinco por ciento sobre su ad-valorem.
La historia de las aduanas en Roma está llena de modificaciones.
Fueron abolidas durante el Consulado, habiendo sido restablecidas
por Emilio Lepido con la finalidad de obtener ingresos extraordi-
narios que sufragaran los gastos de las guerras. Pompeyo para tener
la simpatía de la plebe las suprimió; siendo Julio César quien las
restableciera de nuevo pero incluyéndolas ahora en el sistema de la
Hacienda Romana, aprovechando en favor del fisco los ingresos pro-
cedentes por el movimiento de las mercancías de comercio exterior.
En la época imperial la organización del "Telonium" fue arren-
dada, a un tanto alzado, en pública subasta, por un período de cinco
años alos "Publicanos". Éstos tenían a sus órdenes a los "Portüores",
quienes se encargaban del reconocimiento de las mercancías con la
finalidad de comprobar la exactitud de los datos declarados por el
importador.
Por ser el impuesto aduanero de los clasificados como indirectos
y estar arrendado a los "Publicanos", se le consideraba como un im-
puesto dentro de la categoría de los llamados "V ectigaf'.
El lucro que los "Publíeanos" impusieron a la percepción del tri.
buto y la" dureza que ejercían en su cobro, trajeron como consecuen-
cia un sentimiento de repulsa generalizado en contra del sistema
aduanero; esto trajo como consecuencia que en la época de la RC'
pública se aboliera el sistema. La frase de Cicerón, refleja este
malestar, cuando afirmó: "Non portori onus, sed portitorum in¡uriae"
io Margarita . Lomelí Cerezo. El Poder Sancionador de III Administración Pública
en Materia Fiscal, pág. 13.
11 Diccionario de la Lenguc Espaiíoía. Opus cit., pág. 1156.
54 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

(no por el gravamen mismo, sino por los abusos que la recaudación
producía) .12
Como consecuencia de lo expuesto, posteriormente el "portoríum"
fue cobrado por funcionarios imperiales, que tenían la obligación de
rendir cuentas de su gestión al emperador y recibían como recom-
pensa por su labor, un tanto por ciento del total de la cantidad que
enteraban. Finalmente el impuesto fue percibido directamente por
el Poder Público.
El contrabando era un hecho usual dentro del sistema romano.
Era común que los mercaderes pusieran la túnica blanca -la "prae-
texta"- y la "bulla" a los esclavos para que con estos distintivos de
los hombres libres cruzaran las aduanas sin pagar el portorium.
11. ARABIA
Hemos dicho que la corriente histórica que tiene mayor aceptación
es la que afirma que el vocablo "Aduana", proviene de la lengua
árabe." En consecuencia desde su aparición en el foro histórico de
la humanidad, los árabes crearon un importante sistema que les per-
mitía controlar la entrada y salida de mercancías de su territorio.
El establecimiento de "La Casa Donde se Cobran los Impues-
tos"; o "El Libro de Cuentas" donde se asentaban las recaudaciones;
o "El Registro" a que se sometían las mercancías, nos da una clara
idea del desarrollo que tuvo esta materia en ese pueblo.
Además, crearon un impuesto ad-hoc que gravaba el movimiento
de importación y exportación, denominado "Almojarifazgo" que
venía de "Almojarife" y éste del vocablo "Al-Morxi]" (inspector)."
La misma palabra, se afirma, deriva del verbo "Xereje", "ver O des=-
cubrir con cuidado una cosa"."
Es importante destacar que su política aduanera se basó en una
tendencia Iíscalísta o sea, en considerar los ingresos aduaneros con
Un exclusivo carácter financiero.
12. ESPAJilA
Bajo la dominación Romana el territorio que ocupa la Península
Ibérica fue organizado, en materia aduanera, a semejanza del "Te-
loríum" romano; gravándose la importación con un impuesto deno-
minado "Quincuagésima" siendo percibido por los "Cuestores". La
dureza en su percepción hizo que Lucio Metelo suprimiera las adua-
nas hispano-romanas; habiendo sido Augusto quien las restableció, en-
comendando las funciones administrativas al "Vicario" quien se encar-
gaba de recaudar el tributo aduanero y destinarlo al fisco romano.
l~ Cfr. Margarita Lomclí Cerezo. OP/lS cit, págs. 13 y 14.
" Diccionario de la Lengua Española. Opus cii.; pág. 26.
" Gran Sopena, Opus cu., pág. 288.
1lI Cfr. Fabián de Fonseca y Carlos Urrutía, Historia General de la Real.Haclen-
da, pág. 9.
DERECHO ADUANERO 55

Con la caída del imperio romano y el desmembramiento de él,


el sistema aduanero existente en España fue destruido, y si bien es
cierto que los Visigodos dietaron algunas disposiciones de carácter
fiscal para asegurar el ingreso de su renta en beneficio del erario
real; no es sino hasta la invasi6n de los árabes a España, cuando se
vuelve a conformar en este pueblo toda una organizaci6n de carácter
aduanero. Sin embargo, persistieron los derechos de aduanas de la
época romana.
La política aduanera establecida por los árabes se basa en una
tendencia fiscal, pues considera al producto obtenido de sus aduanas
como un recurso para su sistema financiero. El impuesto de carác-
ter aduanero que introdujeron los árabes a' España fue el "Almeja-
rífazgo" el cual gravaba, con diferentes porcentajes que iban desde
un tres por ciento hasta un quince por ciento del valor de las mer-
cancías, a su introducci6n o extracci6n.
Según la Enciclopedia Española de Derecho y Administraci6n "el
almojarifazgo es el derecho que en lo antiguo se cobraba en los puer-
tos por la íntroducci6no extracci6n de mercaderías nacionales o ex-
tranjeras, destinadas ya al consumo propio, ya al extraño"."
Originalmente existieron dos tipos de almojarifazgo, el denomina-
do mayor, que se percibía por la ímportacíón de mercancías del ex-
tranjero y el almojarifazgo menor, que se aplicaba a las operaciones
del comercio interior y a la circulaci6n de las mercancías de un
puerto a otro del reino. Después del descubrimiento de América
se implant6 un almojarifazgomayor llamado de Indias y que era el
derecho que pagaban las mercancías que se importaban de aquellas
posesiones y se exportaban con destino a las mismas.
En la parte cristiana de España que no quedó sometida a los
árabes, existía también un sistema aduanero en el cual las aduanas
de carácter terrestre eran denominadas "Puertos Secos" y las adua-
nas marítimas "Puertos Mojadas"; en estos puertos se percibía un
derecho de carácter aduanero llamado "Portazgo". Seestableci6 desde
el siglo XII otro derecho de carácter aduanero denominado "Diezmo
de Mar" que era un derecho de puerto impuesto a las mercancías
por su introducci6n.
En el Código de las siete partidas, monumental obra jurídica es-
pañola de Alfonso X "el sabio" se reglamenta a través de una serie
de disposiciones la materia aduanera. En la Ley Quinta del Título
Séptimo de la Quinta Partida, se establece que el "portazgo" será
causado por todas las mercancías que se introduzcan o se saquen del
reino; síendo su tasa del doce por ciento ad-valorem. En caso de en-
16 Lorenzo Arrazolo, et al., -Enciclopedia Española de Derecho y Administraci6n.
o Nuevo Teatro Untversal de la Legislación de "$paila e Indias, Tomo I1, pág. 547.
56 MÁXIMO CARVAJAL CONTIIERAS

cubrimiento se confiscarían las mercancías en favor del fisco real.


La Ley Sexta del mismo Título, ya sancionaba a los "desencaminados",
es decir, a los que se les sorprendiera fuera "de los caminos por los
que deberían transitar las mercancías que causan el portazgo.
El mismo monarca concedió en el año de 1281 lo que se deno-
mina "el privilegio de mercaderes", régimen que libera a las transac-
ciones mercantiles, habilitando los puertos de mar y tierra para reali-
zar las operaciones comerciales y autorizando el comercio libre de los
productos extranjeros. Este privilegio incluyó además, franquicias
aduaneras para los productos destinados a uso personal de los comer-
ciantes; facultándolos para exportar mercancías sin pagar derechos,
esto por un valor equivalente al importe del impuesto que hubieran
satisfecho por la importación de sus mercancías.
Desde 1301 se ordenó que el registro de las mercancías se prac-
ticara en el mismo recinto donde estaba la aduana.
Durante toda esta etapa existe la práctica para el funcionamien-
to de las aduanas de otorgarlas bajo el régimen de "arriendo en su
administración".
Los reyes católicos reglamentaron las condiciones del arrenda-
miento de las aduanas y fijaron las facultades de los "asentístas",
quienes practicaban el reconocimiento de las mercancías juntamen-
te con el "fiel" y establecían "guardas" en las zonas aduaneras para
vigilar el movimiento del comercio y la circulación de las mercan-
cías, señalándose, además, el "procedimiento para resolver las contro-
versias entre comerciantes y arrendatarios. El sistema de arrenda-
miento finaliza en 1750, pasando a ser administradas directamente
por la Corona.
is. M¡;;XICO
El desarrollo histórico en nuestro país tiene su origen en las dis-
posiciones que se dictaron por España a raíz del descubrimiento de
América.
Con fines pedagógicos, vamos a subdividir en tres etapas el desa-
rrollo mencionado, ya que pensamos como Polibio que: "el origen
de las leyes y de la verdad política debe buscarse tan sólo en la his-
toria; en ésta .resíden. los preliminares de aquéllas","
Las etapas que en forma cronológica señalaremos son las siguien-
tes: Etapa colonial, Etapa independiente y Etapa revolucionaria.
14" ETAPA COLONIAL
Con motivo del descubrimiento de nuevo mundo, los reyes católi-
cos, Fernando e Isabel, obtuvieron del papa Alejandro VI, las llamadas
Bulas Alejandrinas. La primera denominada "Eximiae Devotions
17 Polibio. Historia de Roma, Tomo VI, pág. 120.
DERECHO ADUANERO 57
Sinceritas" suscrita el 3 de mayo de 1493, les concede, a dichos re-
yes, los mismos privilegios que ya se había'} concedido por otros
Papas a Portugal por su descubrimiento en Africa y Guinea.
La segunda bula llamada "InterCatera Divinae Majestatis
Beneplácita" firmada el4 de mayo de 1493, fijaba una línea meridia-
na que pasaba a 100 leguas de las islas Azores, yendo de Norte a Sur,
de tal forma, que lo que quedaba al Occidente de esa línea sería
considerado español y lo que estuviera al Oriente Portugués.
La bula eoncedía a España "todas aquellas íslas y tierras encon-
tradas y que se encuentran descubiertas y por descubrír con todos
sus domíníos, ciudades y fortalezas, lugares, derechos y jurisdicciones
y con todas sus pertenencias"." Se prohibía a cualquier persona,
aun a las imperiales y regias, a comerciar o especular sin licencia
especial de los soberanos españoles en la zona delimítada ímponíén-
dose como sanción la excomunión.
En virtud de que la bula suscitó discusiones acerca de su lega-
lidad, no obstante que se argumentaron diversos antecedentes en
donde se habían repartido islas desde el siglo XI, así como la donación
de Constantino, la doctrina "ornni-insular" y el tributo simbólico
"denarios petri", hubo la necesidad de aclararla el 26 de septiem-
bre de 1493 por la tercera bula Alejandrina intitulada "Dudum
Quidcm Omnes et Singulas", ratificada en 1503 por Julio II en
"Examiae Devotioriis"!". Para evitar fricciones España y Portugal fir-
maron. el 7 de junio de 1494, el Tratado de Tordesillas, documen to
donde se ratificaban las bulas alejandrinas y se aumentaba la línea
original a 360 leguas de la isla San Antón, la más occidental del
grupo que forman las islas Cabo Verde.
Los documentos señalados son, el sustento legal que marcó la
politica comercial de España con sus colonias y el derecho exclusi-
vo sobre estas posesiones.
Es importante señalar que el sistema económico que prevalecía
en esa época, era el llamado Mercantilismo y al cual su principal crí-
tico en España, el padre Mariana, lo definía como el atesoramiento
por parte del Estado de metales precíosos, creyendo que el país más
poderoso era el que tenía más oro y plata acumulado. Esta concep-
ción fue invalidada por los efectos desastrosos de los precíos, de la
inundación de los metales preciosos; debido a que la cantidad de
dinero en circulación aumentó más rápidamente que la producción.
Para contrarrestar estos efectos, España dictó una serie de medidas

'8 Enciclopedia Historia de Molxico, Tomo V, pág. 939.


19 Guillermo Floris Margadant. Introducción a la Historia del Derecho Mexicano,
pág. 54.
58 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

que perjudicaron a la Nueva España, prohibiendo a sus colonias el


comercio con otros países y entre ellas mismas, creando con ello, un
monopolio comercial exclusivo entre colonias y España. Prohibió el
establecimiento de industrias, creó un sistema de flotas y realizó una
irracional explotación minera.
Dentro de los primeros documentos de contenido aduanal que re-
gularon a las colonias, se encuentra la cédula real del. mes de mayo
de 1497, obra de los Reyes Católicos denominada Carta de Burgos en
la que declaraba libre de pago del impuesto del almojarífazgo, a las
personas y frailes que vinieran a poblar las tierras recientemente des-
cubiertas, de los objetos de su pertenencia que trajeran consigo. Esta
desgravación aduanera era motivada para incentivar la colonización
en América.
Posteriormente con las Cédulas Reales del 15 de mavo de 1509,
14 de septiembre de 1519, 27 de abril de 1531 y 7 d¿ agosto de
1535, la Corona Española reglamentó el comercio de la metrópoli
con sus colonias. Estas medidas como dice Miguel Lerdo de Teja"
da: "fueron marcadas con el espíritu mezquino que dominaba en
aquella época, pues además de restricciones que contenían respecto
del modo en que había de hacerse el comercio con las colonias tras-
atlánticas y de las personas que únicamente podían tomar parte en
él, limitaban la facultad de hacerlo directamente a las ciudades de
Sevilla: y Cádíz para lo cual se estableció en la primera, la gran casa
de Contratación de Indias y en la segunda, un juez dependiente de
aquella oficina principal con el objeto de hacer allí IQs registros y
evitar todo fraude"."
Correlativa a la disposición que otorgaba el monopolio a los puer-
tos de Sevilla y Cádiz como los únicos por donde se podía comerciar
y embarcar mercancías y personas, era la que solamente por Vera-
cruz se tenía el "privilegio" de comerciar con España, y Acapulco
con las Filipinas.
Las primeras disposiciones para Nueva España que contienen ins-
trucciones para combatir el contrabando, fueron las pragmáticas de
1525 y de octubre de 1532; en la primera se ordenaba que se em-
bargaran los navíos ingleses, portugueses o de cualquier otro país,
que llegasen al nuestro con mercaderías, sin importar si eran pro-
piedad de los súbditos o naturales; la segunda disposición ordenaba
que se vigilara la defraudación del derecho del almojarífazgo y otros
derechos que se ocasionaban al venderse mercancías y frutas de

20 Miguel Lerdo de Tejada. Comercio Exterior de México desde la Conquista


hasta hOlJ, pág. 6.
DERECHO ADUANERO 59

otras tierras, las cuales las hacían pasar como frutas y mercancías
de la misma tierra. La sanci6n a la infracci6n era el comiso de las
mercancías y frutas?'
Además de los monopolios y estancos a que estaba sujeta la ca-
lonia de la Nueva España, se impusieron diversos y complicados
impuestos, de los cuales don Pablo Macedo 22 dice que los princi-
pales eran:
DERECHO DE AVERÍA O HAVERÍA. Se empez6 a recaudar desde 1526.
Creado para cubrir los haberes y demás gastos que causaban los bu-
ques de la armada que escoltaban a las flotas, esto por cuenta de los
dueños de las mercancías, cubriéndolos por .partes iguales. Consistía
en lID principio, en un tanto por ciento del valor del oro, plata, candi-
les y géneros que salían o entraban a la Nueva España, consistiendo
en medio por ciento; pero al correr de los años se hizo más oneroso
llegando hasta un catorce por ciento, teniendo que haberse reglamen-
tado en 1644 por la Ley 46 Título 9 Libro 9 de la Recopilaci6n de
Indias, estipulándose que no pasara del doce por ciento.
DERECHO DE ALMIRANTAZGO. Se estableció en favor al cargo de
Almirante de Indias, dado a Crist6bal Col6n y a sus descendientes,
este derecho se equiparaba al de Ahnirante mayor de Castilla; con-
sistía en el pago que hacían los buques tanto en la carga como en la
descarga de mercancías, pagando un marco o cinco reales por cada
cien toneladas. En 1547 se le dejó de pagar a los descendientes del
Almirante de Indias, asignándoles una renta de diez y siete mil du-
cados, que todavía en la mitad del siglo XIX se les pagaba. con cargo
a las cajas de La Habana, Puerto Rico y Manila. No obstante el de-
recho se siguió cobrando.
DERECHO DE ALMOJARIFAZGO O PORTAZGO. Regulado, como ya se
mencion6, desde el Código de las Partidas, se percibía en España y
Nueva España y no sólo a la salida sino también a la entrada de las
mercaderías. Empez6 a percibirse en Veracruz, por real instrucci6n
de 12 de octubre de 1522; 23 consistiendo en un siete y medio por
ciento de todas las mercancías que venían de España. Pero en 1566
se aument6 la cuota unificándose en la forma siguiente: de España a
Nueva España al salir de Sevilla, cinco por ciento del valor de las

21 Cfr. Luis Chávcz Orozco. Advertencia en la Obra. El Contrabando y el Co-


mercio Exterior de la Nueva España, pág. XXVI.
22 Pablo Macedo. Evoluci6n Mercantil, pág. 27 y siguientes.
2.1 Manuel Dublán. Derecho Fiscal. pág. 36.
60 MÁXIMO CARVAJAL CONTREIIAS

mercancías y los vinos el diez por ciento; al llegar a Nueva España,


veinte por ciento los vinos y diez por ciento los demás efectos; a la
inversa; al salir de Nueva España se pagaban cinco por ciento y
otro tanto al llegar a España sobre el valor de las cosas. En la aduana
de Acapulco habilitada por el comercio con las Filipinas, este dere-
cho llegó a ser de un treinta y tres y medio por ciento.
DERECHO DE TONELAJE. Creado en 1608 en favor de la Universi-
dad o Cofradía de Navegantes o Mareantes de Sevilla, no siendo
igual para todos los buques; siendo variables según fuera la impor-
tancia del puerto americano a donde se dirigía. Don Miguel Lerdo
de Tejada nos dice que: "este impuesto consistió en un principio en
real y medio de plata por cada tonelada y la media anata que sobre
ésta se estableció. En 1632, se agravó de tal manera, que las mercan-
cías que venían a Veracruz pagaban por tonelada, según este im-
puesto: 1406 reales el Vellón de Palmeo, los abarrotes, los enjuques
y 671 reales las frutas"."
DERECHO DE ALcABALA. Por corrupción "al que vala", es decir,
"algo que valga"; o del hebreo "Cava!" que quiere decir "Recibir";
o del latín "Cabella" impuesto sobre las ventas; o del árabe "Alga-
bala" que viene del verbo "gabbal" que significa "recibir". Impuesto
que gravaba la circulación de las mercancías." Era entonces una por-
ción del precio de la cosa vendida que se pagaba al fisco. Fue implan-
tada en España por Alfonso XI, en el año 1342 para sostener el sitio
de la ciudad de Aljecíra en contra de los moros. El derecho de al-
cabala tenía tres clases: "la fija", que pagaban los vecinos por las
transacciones locales; "del viento" la que pagaban los mercaderes
forasteros por las operaciones que realizaban en los mercados loca-
les; y de "altamar" que se pagaba en los puertos secos y mojados por
la venta de artículos extranjeros." La última forma es la que reviste
características de tipo aduanal y en este sentido la utilizamos.
En Nueva España fue establecida en 1573 y consistía en el pago
de un seis por ciento del valor de las mercancías en su venta de pri-
mera mano. Pero tal fue su abuso que la colonia llegó a dividirse
en 80 suelos alcabalatorios, causando en cada uno de ellos la venta
nueva alcabala, por lo que el comercio de México pidió se aboliera
y establecieran las Aduanas Interiores.
Además de estos gravámenes don Miguel Lerdo de Tejada," dice
24Miguel Lerdo de Tejada. Opus cit., pág. 8.
Juan Escrichc. Opus ois., pág. 117.
25 Espesa Cnlpo. E-ndclopedia Universal Ilustrada, Tomo IV, pág. 208.
26 Manuel Yéñea Ruíz. El Problema Fiscal en las distintas Etapas de Nuestra
Organización Poíítioa. Tomo 1, pág. 15.
27 Miguel Lerdo de Teíeda. Opus cit., pág. 15.
DERECHO ADUANERO 61

que existía desde 1162 el derecho de anclaje, el cual pagaban las


embarcaciones mayores, siendo la cuota de 10 pesos 6 reales a la en-
trada de la nave a Veracruz yel impuesto de 6 al millar que se cobra-
ba sobre el valor de las mercancías internadas a México, el cual era
recaudado por el Consulado de México desde 1562.
Con la finalidad de evitar que los buques que hacían el comer-
cio entre la Metrópoli y la Nueva España desembarcaran subrepticia-
mente mercancías en otros lugares diferentes a los autorizados y
también protegerlos 'de los corsarios y piratas que asolaban los mares,
se empezó con la costumbre de enviarlos en flota para que se auxilia-
ran y vigilaran mutuamente. Esta costumbre en 1564 se volvió obli-
gatoria por la Ordenanza dictada por la Casa de Contratación de
Sevilla, la cual ordenó que no saliera ninguna nave si no era en flota,
autorizando dos anualmente, una para Nueva España y otra para Es-
paña. La desobediencia de tal Instrucción era sancionada con la pér-
dida de la embarcación y sus cargamentos. Este sistema es el que
históricamente se conoce como "el Sistema de Flotas" de tan nefastas
consecuencias para nuestro país."
Esta situación prevaleció hasta mediados del siglo XVIll la que
se modificó con la terminación del reinado en España, de la casa
de Austria y la llegada de los Borbones.
Carlos III de Borbón, manifestó un verdadero interés en reme-
diar la situación del comercio de España con sus colonias y disfru-
tar auténticamente de los beneficios que las posesiones de ultramar
deberían de dar a la corona.
Don Luis Chávez Orozco nos señala que el proyecto económico
que escribió en 1762 don Bernardo Ward, Ministro de la Real Junta
de Comercio y Moneda "es una pintura magistral de la desesperada
situación de la Península'T"
Consideramos de importancia hacer algunas transcripciones de
dicha obra por lo que a continuación insertaremos algunos párrafos
de la misma:
Propone Ward "una serie de ·métodos para mejorar el sistema de
comunicaciones de la Península, aumentar la población, fomentar la
agricultura, impulsar la industria, difundir el comercio, y en gene-
ral' para derribar todas las trabas que se oponían al resurgimiento
económico de la Nación, siendo uno de los medios más adecua-
dos para conseguir estos propósitos la reforma del sistema comercial
Americano".

28 Manuel Yáñez Ruiz. Opus cit., pág. 87.


29 Loo Chávez Oroeco. Opus ce., pág. XXX Y siguientes.
62 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

Afirma que: "el daño que padece España con el presente mé-
todo de hacer el comercio de sus Indias, no necesita de más prue-
ba, que reflexionar cada uno lo poco que saca de una posesión de
ese tamaño" agregando, "cargar aquel comercio de tantos derechos
y embarazos, que los géneros de España lleguen a América con el
exceso de 100 a 200 por ciento de su valor, es lo mismo que prohibir
el comercio a los naturales, y abrirlo a todas las demás naciones del
mundo que no podemos excluir".
Más adelante afirma que: "las ventajas del comercio libre son
infinitas; pudiendo comerciar libremente e ir a Indias todo el que
quiera, irán sin duda muchos, se abaratarán los géneros, se lleva-
rán mercancías para toda clase de compradores y todos gustos, de
que se seguirá el gran consumo, que proporcionando ocupación a los
vasallos, fomentará la industria y enriquecerá la nación; ésta es una
cadena de causas y efectos precisos, que no pueden fallar". Además
sigue diciendo, "la moderación del flete convidará a llevar los gé-
neros más baratos y groseros para las gentes del común, se llevarán
también comestibles de diferentes especies; con eso estarán más ba-
ratos en los puertos de América que en las ciudades de España,
donde hay excesivos impuestos sobre los abastos". Agregando que:
"muchas cosas de Indias, útiles para Europa y de España para las
Indias, que hasta ahora por lo subido de los fletes y derechos, su
mucho volumen y poco valor, apenas eran objeto de comercio, lo serán
en adelante y de mucha utilidad".
Por lo que hace al monopolio de los puertos de Cádiz y Sevilla,
el .autor que comentamos se inclina por destruirlo en cuanto al oo-
mercio de exportación se refiere, dejándolo subsistente para la ím-
portación.
Creemos que las ideas de Bernardo Ward fueron definitivas en
la época en que se dictaron, ya que en febrero de 1765, Carlos II!
convocó a una reunión en la que se llegaron a las siguientes con-
clusiones:
Apertura de los puertos de Barcelona, Tortesa, Alicante, Cartage-
na, Málaga, Vigo, Xijón, Santander, Laredo, Bilbao y San Sebastián
para el comercio con América. Abolición del sistema de flotas.
Apertura de 35 puertos americanos al comercio con España. Impo-
sición de un impuesto ad-valorem en sustitución del de palmeo y
tonelada."
En mayo de 1774 se abolió la prohibición que existía para que
las colonias pudieran comerciar entre sí.
30 Cfr. Carlos J. Sierra y Rogelio Martínez Vera. Historia y Legislación Adua·
nera de M meo. Capítulo I.
DERECHO ADUANERO 63

Estos antecedentes que hemos señalado son la génesis de lo que


en 1778, el 12 de octubre, sena la célebre "Ordenanza o Pragmá-
tica del Comercio Libre".
Con la Ordenanza del Comercio Libre se obtienen beneficios
para el comercio, pues no sólo hizo desaparecer el ridículo sistema
de las flotas o convoyes, sino que destruyó el monopolio que por
tantos años habían disfrutado Cádíz y Sevilla, concediendo poder
comercial directamente con las colonias, a los puertos de Málaga, Al-
meira, Cartagena, Alicante, Alfagues de Tortosa, Barcelona, Santan-
der, Xijón, Coruña y los de Palma de Mallorca y Santa Cruz de
Tenerífe, en las Canarias.
Además del rompimiento de ese monopolio redujo o suprimió los
impuestos existentes en las colonias, verbigracia el impuesto de avena
se red lijo a un medio por ciento y sólo sobre la plata y el oro. El
derecho de almirantazgo se suprimió habiéndose restablecido fuerte-
mente en 1807. Se declaró libertad por diez años de toda imposi-
ción de derechos a la salida de España y del almojarifazgo a la
entrada de América de las manufacturas de lana, algodón, lino y cá-
ñamo con la condición que fueran fabricadas en la Península o en
las islas de Mallorca y Canarias. La seda sola o con mezcla de oro
y plata en vez de pagar 80 maravadíes pagaba 34 por cada libra
castellana de 16 onzas. Concedió así mismo libertad de derechos al
acero, alambre de cobre y latón, almagre, azufre, bermellón, birretos
de seda, café, carnes y pescados, cerraduras, cedazos, cervezas, cho-
colate, lacre, ladrillos, plomo, pólvora, sal, sidra, sombreros, vi-
drios, zapatos, etc."
En cuanto a la navegación, estipulaba como aliciente que los due-
ños de navíos y embarcaciones de construcción española que se carga-
sen completamente de frutos o de productos, gozaran en precio, de
la rebaja de una tercera parte de todos los derechos que adeudaren,
además, de las exenciones que se habían concedido y varios géneros
de España.
Si bien es cierto que esta ordenanza trajo consigo reducción de
impuestos y supresión de otros, rompimiento de monopolios y estan-
cos, facilidades a la navegación y al comercio en general; cierto es
que lo único que buscó fue intensificar la importación en América
de Sil" productos elaborados y la exportación de productos tropi-
cales .y metales preciosos provenientes de sus colonias. No obstante
los beneficios que consignaba la pragmática del comercio libre, éstos
no fueron aplicados en la Nueva España sino hasta febrero de 1789,

31 Cfr. lb/d.
64 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

en la que se dictaron las instrucciones necesarias para que la regla-


mentación se aplicara al comercio novohispano.
La etapa colonial del comercio exterior de nuestro país refleja
lacras y atavismos que actnalmente pesan aún en la conciencia de
nuestro país.
La imposición de un sistema comercial bilateral entre la colonia
y su metrópoli; la exportación de materias primas y metales precio-
sos; la importación de productos elaborados, manufactnras, alimentos,
vinos, herramientas y utensilios (los datos de Lerdo de Tejada son
reveladores; lo exportado era más de 17 millones y lo importado casi
8 millones en los últimos añoS),32
La prohibición a establecer una planta industrial por el egoísmo
de que nuestras industrias compitieran con las ya establecidas en
España.
El absurdo sistema de flotas, el monopolio de algunos puertos,
la negativa de comerciar con otros países e incluso la ridícula prohibi-
ción de comerciar las colonias entre sí, el florecimiento del ilícito
de contrabando y en ver en este hecho, no un acto contrario a de-
recho, sino un acto necesario para sobrevivir.
Estos son algunos ejemplos de cómo influyó en la formación na-
cional los tres siglos de colonialismo.

15. ETAPA INDEPENDIENTE

Subdividiremos el estndio en dos partes: Normas Arancelarias y Nor-


mas Sustantivas:

A) Normas Arancelarias
El conocimiento de las aduanas desde la Independencia hasta la Re-
volución debe de ser buscado en el estudio de los principales orde-
namientos aduanales que se han dictado, investigación ardua y harto
difícil agravada por la razón que expone Daniel Cossío ViIlegas al
decir "que el estndio en sí ofrece un buen número de limitaciones
especialmente porque rara ha sido la ocasión en que las leyes que
han establecido aranceles y ordenanzas generales de aduanas. han
sido acompañadas de exposiciones de motivos en las que expliquen
cuál era la meta a la que se pretendía llegar"."" No obstante estos

O" Miguel Lerdo de Tejada. 0 _ cit., pág. 17.


M Daniel Cossío Villegas. Historia de la Política Aduanal en MéXico. Vol. IU,
pág. 8.
DERECHo 'ADUANERO 65

argumentos, trataremos de lograr en forma exhaustiva el objeto que


nos hemos propuesto, de dar una idea más o menos clara de cómo
ha evolucionado la materia aduanal. .
La interrogante que don Pablo Macedo en su obra plantea nos
da una idea exacta de la situación que prevalecía en México al
consumarse la Independencia "¿Qué hizo México al independizarse?
¿Otorgó la libertad, abrió los anchos y fecundos cauces de la COm-
petencia, mostró el debido respeto al derecho individual? No, por
cierto, aunque el comercio se declaró libre y los puertos se abrie-
ron a los buques de todas las naciones, se implantó desde el primer
momento el régimen de las prohibiciones declarando vedada la im-
portación de lo que producíamos o suponíamos poder producir"." Y
en verdad el primer arancel de México, publicado por la Soberana
Junta Provisional Gubernamental el 15 de diciembre de 1821' deno-
minado "Arancel General Interino para el Gobierno de las Aduanas
Marítimas en el Comercio Libre del Imperio", traía una lista de
productos prohibidos entre los que principalmente se encontraban:
el tabaco en rama, el algodón en rama, cera labrada, pastas de fi-
deos, galones, encajes, puntillos, blondas de solo metal o con mez-
cla de él, de lentejuela o canutillo de pelar, galones de solo seda,
algodón hilado número 60 o que no entren menos de 60 madejas
en libra, cinta de algodón blanco o en colores; respecto a los ali-
mentos se seguía con la restricción que ya existía. Era así como
México emprendía su vida independiente con un arancel Clue prohibía
lo que suponíamos producir, peto que podíamos producir, la falta de
toda industria era completa, la agricultura atrasadisima y la minería
considerada un juego de azar explotada durante siglos.
Cierto es que este arancel trajo una lista de objetos que se po-
dían importar libres de impuestos, por lo que don Miguel Lerdo de
Tejada lo ha calificado "sin disputa como la más liberal de cuantos
han existido en México", dichos objetos eran el azogue, instrumentos
para la ciencia, máquinas para la agricultura, la minería y las artes,
los libros impresos con prohibición de los contrarios a la religión
y buenas costumbres, las estampas sueltas o en cuadernos de prín-
cipio de cultura, escultura y arquitectura, los diseños para las es-
cuelas, la música escrita impresa, el lino en rama ratrillado y sin
ratrillar, animales vivos y plantas exóticas. También tenía una lista
de artículos que se podían importar cubriendo el impuesto de im-
portación para lo cual seguía el sistema de aforo, es decir, se toma-
ba como base el valor de la mercancía fijada en el arancel o el que

... Pablo Macedo. Opus cit., pág. 14.


66 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

fijaran los empleados respecto de los efectos no comprendidos en- la


tarifa, cobrándose como único derecho el de un dos por ciento del
aforo que debería pagarse dentro de los 90 días siguientes a la im-
portación. Dentro de estos artículos estaban todas las drogas, yerbas,
raíces y otros géneros medicinales, tintas y colores, artefactos, mue-
bles y otros utensilios, sólo de madera, hueso, marfil, etc., manufac-
tura de cristal o vidrio; piedra, porcelana, loza o barro, metales en
bruto y labrados, metales de oro y plata, maderas comunes, finas y
preciosas.
A los cuantos meses el arancel era ya considerado sumamente li-
beral por lo que el 20 de mayo de 1824 el Soberano Congreso de-
cretó la prohibición de importar nuevos artículos como: comestibles
(harina, azúcar, arroz, café, frutas verdes, trigo, maíz, centeno, ce-
bada, habas, garbanza, lenteja, jamón, tocino), licores, lino, algo-
dón, lana, ropa hecha, ladrillos y tejas, manufactura de barro, me-
tales, oro y plata labrada, maderas y zapatos.
Como se podrá analizar de la exposición presentada de los dos
primeros aranceles del México independiente, las prohibiciones es-
taban fuertemente ligadas en la conciencia nacional, como una ne-
fasta herencia que la prolongada dominación española nos había
dejado. El sistema de prohibición era utilizado como un ínstrumen-
to de política comercial, considerándolo como un factor de estímulo
insuperable para el desarrollo industrial, se intentaba aplicar el pro-
teccionismo en su grado crucial, el prohibicionismo: ¿Con qué ob-
jeto? si como en todo acierto dice don Pablo Macedo "se inten-
taba proteger a un pueblo que no tenía máquinas, que apenas conocía
los más elementales y rudos instrumentos de trabajo, que reducido a
ejercer una primitiva industria manual, estaba literahnente desnudo
y sin hipérbole se moría de hambre; y para conseguir dicho fin, para
ser feliz a ese pueblo se prohibía, so pena de confiscación, traer del
extranjero los artículos de primera necesidad que él no producía"."
Pero no pararon allí las cosas, con ese falso criterio de pretender
desarrollar a un país pobre, sin industria y sin capitales por el único
medio de prohibir, se publicó un nuevo Arancel el 16 de noviembre
de 1827, en el que a cambio de señalar como artículos libres, los
animales exóticos vivos y disecados, los carruajes de transportes de
nueva invención, las casas de madera, el tafetán inglés, mapas geo-
gráficos, libros. impresos, medallas chicas, prismas de cristal, se aumen-
taba a 54 fracciones los artículos prohibidos, algunos tan genéricos
como la ropa hecha, exterior o interior, tabaco en rama y labrado,
trigo y toda cIase de semillas y zapatos de todas clases.
3:5 Pablo Mncedo. Opus cii., pág. 16.
DERECHO ADUANERO

Contenía 4 innovaciones importantes:


Primera. Permitía que la mitad de los derechos se pagaran a los
90 días y la otra a los 180.
Segunda. Autorizaba a los Estados a que nombrasen interven-
tares a fin de que vigilaran la aplicación y el cobro de los derechos.
Tercera. Se establecía el sistema específico, o sea, las mercancías
pagarían atendiendo a su número, peso y medida según las cuotas fi-
jadas en una tarifa especial incorporada a la Ley; y ya no pagarían
por su valor, conservándose el sistema de aforo para los casos no
especificados, debiendo de ser efectuado por el administrador de la
aduana, el interventor o interventores de los Estados y un perito
designado por el interesado. Los derechos consistían en un 40% del
precio así determinado.
. Cuarta. Se estableció que las mercancías introducidas por Yu-
catán, Chiapas y las Californias sólo adeudaran tres quintas partes
de las cantidades que el arancel marcaba (primer antecedente de des-
gravación para una zona, lo que posteriormente serán las Zonas Li-
bres). Igualmente las mercancías que viniesen en buques nacionales
se les deduciría la sexta parte.
Se prohibía bajo pena de comiso la exportación de oro y plata
en pasta, monumentos y antigüedades mexicanas y la semilla de la
cochinilla así como la piedra y polvillo.
El 11 de marzo de 1837 se expide un nuevo arancel el cual no
modifica ni en la forma ni en el sistema al de 1827, en este arancel
se incluyen nuevas prohibiciones como son los artículos de. labran-
za fundidos de fierro, cobre labrado en piezas ordinarias, carey y
concha, los de barro, sebo en bruto o labrado, ropa exterior e interior
hecha para mujer y hombre. Rebajaba en un diez por ciento los
derechos de importación respecto a las cuotas estipuladas en el ante-
rior arancel, además fijaba a razón de doce reales por cada tonelada
el derecho de tonelaje, se prohibe el comercio de cabotaje y de es-
cala en los puertos de la República a los buques extranjeros, excepto
cuando terminada su descarga pasaran a los puertos habilitados.
El 30 de abril de 1842 bajo el régimen centralista de don An-
tonio López de Santa Anna se decretó el primer arancel en que se
expresan los propósitos que persigue el Gobierno al expedirlo, afir-
mando por boca del Ministro de Hacienda, señor Trigueros: "Que el
importante objeto de fomentar la prosperidad nacional en una de
sus principales ramas, cual es el comercio, ha visto la necesidad ur-
gente marcada por la opinión pública, de reformar el arancel ma-
rítimo expedido el 11 de marzo de 1837, conservando de él cuantas
disposiciones ha manifestado la experiencia ser de positiva utilidad,
68 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

y consultando, así mismo, en fomento de los intereses de la indus-


tria mexicana, cuya protección es uno de mis primeros cuidados en
uso de la facultad". 36
Este arancel derog6 algunas de las prohibiciones, como la de los
paños' de lana ordinarios, camisas y calzoncillos de punto de algo-
d6n, botones, lana y seda, chales, gorras, sombreros, jamones y toda
cIase de salchichas, oropel y pañolones. Adiciona la lista de los ar-
tículos libres de derechos con las colecciones minerol6gicas y .geo-
gráficas, diseños y modelos de bultos, de maquinarias, edificios, monu-
mentos y embarcaciones, palos mayores para arboladura de buques
y trapos de lino y pedacería.
A manera de incipientes notas explicativas definía lo que debe-
ría de entenderse por máquinas y aparatos. Se redujo el impuesto
a un 36% dividido de la manera siguiente: 25% por concepto de im-
portacíón, 1% adicional; 5% por consumo en el puerto y el 5% por
consumo en el interior. Los licores pagarían un 5% más.
No había transcurrido más que unos cuantos meses cuando se
expidió una ley que prohibía bajo pena de comiso importar toda
clase de coches y carruajes, monturas, sombreros, pianos, muñecas,
manufacturas de oro, plata y cobre, artefactos de hierro y acero,
así como objetos de hojalata, zinc; aumentando a 145 los objetos que
esta ley prohibía.
Como la baja de los derechos de importaci6n del arancel de 1842
no produjo los resultados esperados, se elevaron a un 30% los de-
rechos do¡ importación, 1% adicional; 5% de consumo en el puerto;
5% de consumo en el interior y 2% de avería, haciendo un total de
un 43%. Este arancel como el anterior fue precedido por una expo-
sición de lineamientos y fines que perseguía.
Poco tiempo después, el 27 de agosto de 1845, se autoriz6 al
Gobierno para formular un nuevo arancel el cual se expidió el 4
de octubre del mismo año, conservando las prohibiciones existentes,
manteniendo los mismos efectos que entraban libremente y sin va-
riar las cuotas establecidas, en una palabra dejaba las cosas en el
mismo estado en que se encontraban. Sólo en materia de sanciones,
agregaba a la pena de comiso ya impuesta, la de una multa de cien
a mil pesos o en su defecto pena corporal. Para la importaci6n de
géneros y efectos prohibidos establecía una multa igual al valor de las
mercancías prohibidas, amén del decomiso de los objetos.
No es sino hasta el mes de enero de 1853 cuando se hacen di-
versas reformas al arancel vigente, consistente .en rebajar los dere-

se Manuel Dublán y José Maria Lozano. Leglslacl6n Mexicana. Tomo IX, pág. lOO.
DERECHO ADUANERO 69

chos impuestos a los lienzos y. tejidos de algod6n blanco y a colores,


al algodón en rama, hilaza, carretes y algunos víveres como: la sal.
el azúcar, la harina y la manteca.
El primero de junio de 1853, se expide el Arancel General de
Aduanas Marítimas y Fronterizas, en el cual se derogaron las prohíbí-
dones que hacía el de 1845 respecto a: el algod6n en rama, hilos
y tejidos ordinarios de esta materia, jabones de tocador, juguetes
que valieran más de cuatro reales, maderas de construcción, hilazas
de algod6n de colores y también las blancas y trigueñas, aunque
estas últimas no podían importarse sino pasado dieciséis meses de la
publicaci6n de este arancel. Su tarifa se componía de II secciones
con 475 fracciones o designaciones de mercancías no expresadas y
a las que se les aplicaba la que tuviera más analogía; las que no
estuvieran en este caso, se aforaban de acuerdo con el precio de plaza
pagando un 20% sobre el del aforo.
Este arancel continu6 con la junta que había establecido la dis-
posición de 1845 denominada "Junta de Aranceles" la cual se ana-
lizará con mayor detenimiento en la parte que hemos denominado
Disposiciones Sustantivas.
Como se habrá observado el prohíbícíonísmo fue la pauta que
marcaron todos los aranceles expedidos hasta esta fecha. Sin lugar
a duda el proteccionismo es un sistema político fiscal que bien apli-
cado es de resultados favorables a la economía nacional, de lo con-
trario las consecuencias que trae son nefastas; y más si se eleva a
su grado máximo como es el prohibicionismo, ya que al tratar de
proteger lo que en un país no existe ni se produce, prohibiendo la
ímportacíón de los productos destinados precisamente a la creaci6n
de sus fuentes de riqueza, se desvirtua su principio protector, ya
que no deja que se constituya, precisamente lo que se trata de pro-
teger. Así nuestro país trató de proteger con prohibiciones, a las in-
dustrias, sin darse cuenta que éstas no existían, a la agricultura
prohibiéndole exactamente lo que necesitaba como eran los útiles e
instrumentos de labranza.
El 31 de enero de 1856 se expide el nuevo arancel denominado
.Ordenanza General de Aduanas Marítimas y Fronterizas de la Re-
públíca.:" los cambios que se operan en él son importantísimos, ya
que los artículos que se podían importar libres de derecho aumentó
a 34; y por su estudio se demuestra la existencia de un criterio orien-
tado a dar estímulo a la introducci6n de productos que en forma
directa beneficiarían y fomentarían la industria, la agriéultura yIos
transportes; se permiti6 la libre importaci6n de implementos agríco-
"' Manuel Dublén y José Modo Lozano. Legislac16/l. Me:tIcana. Tomo VII, pág. 42.
70 MÁXIMo CARVAJAL CONTRERAS

las, tales como rejas sueltas, coches y carros para los caminos de
tierra. Asimismo se podía importar libre de impuesto, las máquinas
de vapor, locomotoras, el fierro labrado y forjado para rieles de
ferrocarríl. Se reduce el número de prohibiciones a sólo 18 articulos,
con lo que se demuestra un intento de liberalizar el comercio. Entre
los articulos prohibidos podemos señalar: el azúcar, arroz, café, harí-
na de trigo, manteca (estos dos últimos productos se podían ímpor-
tar por Acapulco, Yucatán, Tampico y Matamoros), aguardiente de
caña, zapatos, libros, rebozos, tabaco labrado y en rama.
Se agrupan en la tarifa de importación por vez primera, los aro
tículos en orden alfabético; con 524 número de orden o productos
clasificados, estableciéndose cinco capítulos: Fibras para la obten-
ción de ropa. Productos alimenticios. Productos cotidianos. Drogas,
productos medicinales o químicos. Y efectos no indispensables.
Los derechos establecidos eran el ad-valorem que se percibía sobre
valor factura o aforo; y el de cuota fija. Los derechos se podían
pagar en dos plazos: uno a los 40 días y la otra mitad a los 80 días,
que se contaban al concluirse la descarga del buque.
Aún cuando es liberal, contiene un amplio sentido proteccionís-
ta, sin necesidad de recurrir a la prohibición pues establecía cinco
derechos adicionales.
1. Derecho Municipal: Consistía en un real por bulto de una a
ocho arrobas de peso, cuyo producto se destinaba a los fondos muni-
cipales de los puertos.
2. Derecho de Mejoras Materiales: Consistia en una quinta parte
del total del derecho de importación.
3. Derecho de Internación: Era una décima parte de la cuota
total a que ascendieran los derechos de importación.
4. Derecho de Contrarregistro: Se aplicaba una quinta parte del
total de los derechos de importación, que se pagaba en el lugar al
que finalmente se destinaban las mercancías.
5. Derecho de Amortización de la Deuda Pública Liquidada y
Consolidada: Consistía en una cuarta parte del total de los derechos
de importación; pagándose en bonos de la deuda pública.
Los buques pagaban los derechos siguientes: tonelaje, pilotaje,
anclaje y faro a la entrada y salida. Se prohibía que cualquier auto-
ridad general local o municipal impusiera otros derechos. Contaba
la ordenanza con una tabla de relación para medidas y otra para
cambio de moneda.
Con la promulgación de la Constitución de 1857, se imponen los
principios liberales en todas las materias y en todos los órdenes de
DERECHO ADUANERO 71

la vida nacional. Se declara la libertad de trabajo y de comercio.


Se faculta al Poder Legislativo para que sea el único que pueda
expedir aranceles, se prohibe a los estados gravar directa o indirec-
tamente el tránsito de personas o cosas que atraviesen su territorio,
se prohibe asimismo, gravar la entrada y salida de mercancías nacio-
nal o extranjera y se ordena que no se creen aduanas locales. Se
faculta a que sea la Federación la única en gravar las mercancías
que se importen, exporten o transiten por el territorio nacional.
Desgraciadamente la guerra de los tres años, la intervención fran-
cesa, las guerras ulteriores y la dictadura hicieron que ·durante la
segunda mitad del siglo XIX los principios liberales de la Constítu-
ci6n de 1857 fueran casi letra muerta.
El 1Q de enero de 1872 se dicta un nuevo arancel, obra del
Ministro de Hacienda don Matias Romero, bajo el régimen del Pre-
sidente Juárez. En la circular con que la Secretaria de Hacienda acom-
pañ6 al nuevo arancel se marcaban las ventajas que el Ejecutivo
creía obtener.
l. Refundir en una sola cuota los diversos derechos que con di-
ferentes nombres pagaban las mercancías extranjeras a su importa-
ción, debiéndose hacer una reducci6n sobre las cuotas actuales.
II. Establecer el derecho de importaci6n por regla general con
cuota fija, tomando como base el valor de la factura o aforo.
III. Aumentar la tarifa con muchos artículos no considerados
en la ordenanza vigente, a fin de evitar las diversas cotizaciones que
se hacen en las diferentes aduanas de esos productos. El número de
efectos clasificados en la vigente tarifa es de 525 y en el nuevo aran-
cel será de 775.
IV. Abolir las prohibiciones.
V. Ensanchar en todo lo posible la lista de mercancías libres.
En el arancel vigente el número de mercancías libres es de 34, mien-
tras en el nuevo es de 73.
VI. Abolir las restricciones onerosas para el tránsito en la Re-
pública de mercancías extranjeras que hayan pagado su derecho de
importaci6n.
VII. Establecer derechos uniforrnessobre las mercancías extran-
jeras.
VIII. Conceder a los buques nacionales exenci6n del derecho de
faro; y cobrarlo a los extranjeros en los puertos en que exista.
IX. El derecho del práctico s610 se pagará por quien lo solicite.
X. Conceder las franquicias posibles al comercio extranjero, fa-
cilitando la exportaci6n de los productos nacionales y abriendo nues-
tras costas al comercio de exportación,
72 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

xr. Autorizar la exportación de metales preciosos en pasta.


XII. Autorizar el tránsito de mercancía extranjera por territorio
nacional.
XIII. Simplificar todas las operaciones aduaneras en provecho
del comercio de importación.
XIV. Adoptar el Sistema Métrico Decimal.
XV. Recopilar en un solo cuerpo todas las disposiciones conexas
y similares.
Las mercancias pagaban conforme al vigente arancel los siguien-
tes derechos: de Importación, de Mejoras Materiales, de Ferrocarril,
de Internación, de Contrarregistro, Derecho Municipal de un peso
por bulto de ocho arrobas en sustitución de peaje, de Exportación
sobre metales preciosos, de Consumo sobre el algodón y sobre el
tabaco. Con el nuevo arancel todos esos derechos estaban reunidos
en uno solo, que era más reducido que el conjunto de los otros.
Las disposiciones de los años subsecuentes a la promulgación del
arancel de 1872, se concretaron a reglamentario e interpretar la tarifa.
El 8 de noviembre de 1880 se pone en vigor otro arancel, el cual
viene a ser una codificación de la legislación. aduanal, pues refun-
de en un solo cuerpo todas las disposiciones arancelarias expedidas
desde 1872. Aumentaba a 894 los artículos clasificados. Tenía COmo
novedad la implantación de dos sistemas para el cobro de las mer-
canelas. El específico y el ad-valorem. Decretaba la libre impor-
tación de toda clase de maquinaria, máquinas y aparatos para im-
pulsar la agricultura, la industria, la minería, las ciencias y las artes;
con sus partes sueltas y sus piezas de refacción.
Con la ordenanza de aduanas del 24 de enero de 1885, se deroga
la de 1880, habiéndose reducido considerablemente la lista de los
artículos libres de dereCho de importación, desapareciendo 42 frac-
ciones, quedando reducido a 21 los artículos libres. Casi todas las
cuotas fueron gravadas más onerosamente por este arancel. El sis-
tema de aforo fue absolutamente abolido, habiéndose establecido
exclusivamente para el cobro del impuesto el específico, tomando
como única base el peso de las mercancías, pudiendo ser neto o bruto.
Contaba el arancel con 696 fracciones, pero debido a que la no-
menclatura no podía ser completa se ocurrió al sistema. de asimila-
ción (que aún en la actualidad subsiste); y para tal efecto se hizo
un vocabulario que se adjuntó a la tarifa. Complicó los documentos
aduanales y obligó a los importadores no sólo a declarar sus mer-
canelas con pesos, sino a ·que literalmente transcribieran las fraccio-
nes de la tarifa que juzgaran aplicables, declarando que cualquier
error o equivocación era considerada como un intento de defraudar
el interés fiscal.
DERECHO ADUANERO 73

Le sucedió la de 1887 que corrigió varios defectos de la anterior,


disminuyó a 539 el número de fracciones, aumentó abundantemen-
te los articulos libres, como el alambre para telégrafo y teléfono,
alambre de cobre para luz eléctrica, alambre de púas para cercas,
y numerosos productos químicos. Aumentó el vocabulario adjunto y
rebajó algunas cuotas. Restableció el pago de derechos por tonelaje,
aforo, anclaje y practicaje.
Esta ordenanza fue a su vez, modificada por la de 1891, la que
ya clasificaba a las mercancías según su materia en:
Materia animal, vegetal, mineral; tejidos y sus manufacturas;
productos químicos y farmacéuticos, bebidas espirituosas, fermen-
tadas y naturales; papel y sus aplicaciones; máquinas y aparatos;
vehículos, armas, explosivos y diversos.
Se elevó el número de fracciones a 921 y a su vocabulario se
agregaron 304 notas explicativas.
Además del impuesto de importación, las mercancías extranjeras
deberían de pagar un dos por ciento que se destinaba en parte
a resarcir el costo de las obras emprendidas en los puertos, el uno y
medio que se destinaba a los municipios, puertos o ciudades fron-
terizas y el siete por ciento del timbre.

B) N ornws sustantivll8
En las páginas anteriores hemos analizado los aspectos arancelarios
de las disposiciones dictadas en la etapa independiente, en virtud de
que en esta época las disposiciones legales contenían tanto las nor-
mas arancelarias como las disposiciones sustantivas. A continuación
señalaremos estas últimas normas y aprovecharemos para apuntar la
estructura de cada ordenamiento legal v comentar los aspectos más
sobresalientes.
"El Arancel General Interino" de diciembre de 1821;8 primero
del México independiente, estaba estructurando en 5 capítulos, un
arancel general formando la nomenclatura, dividido en seis clases
que clasificaban a los géneros y por último las inStrucciones para
cargar mercancías de exportación con 12 articulos.
El capítulo primero contaba con 11 artículos; el capítulo se-
gundo, 9 artículos; el capítulo tercero, 9 artículos; el capítulo cuarto,
11 artículos y el capítulo quinto, 24 artículos.
El arancel regla para todos los puertos del imperio mexicano y
cualquier buque sin importar su nacionalidad, sería admitido suje-
tándose al pago de los derechos y a las reglas que dictara el arancel.
38 Manuel Dublán y José María Lozano. Legislacúín Mexicana. Tomo J, pág. 567.
74 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

Los buques deberían de pagar el derecho de tonelaje, anclaje y de


tránsito o permanencia, aunque llegaran en libre práctica o estuvie-
ran en cuarentena.
Se permitía que los géneros de reciente invención que no figura-
ran en el arancel, pagarían el aforo fijado por la vista previo cono-
cimiento del administrador y de acuerdo al que tuviera la mercancía
con la que mantuviera mayor analogía o semejanza.
El sistema de pesas y medidas que se seguía era el de Burgos es-
tablecido en todo el imperio.
El documento q~e era exigido para que se descargaran las mer-
cancías, era el manifiesto redactado en castellano O francés, que por
triplicado debería presentarse, expresando todos los géneros, los cua-
les deberían de ser descargados en un término preciso de 48 horas,
así como el nombre del capitán del buque, su tonelaje, puerto de
procedencia y día de salida.
Se establece por dísposíeíón legal que el resguardo imponga vi-
gilancia a bordo para que no se extraigan mercancías en forma
subrepticia. Las mercancías que no estuvieren comprendidas en el
manifiesto caerían irremisiblemente en la pena de comiso; y del
producto de su venta, una vez deducidos los "Derechos Nacionales"
y las costas, se aplicaría un quince por ciento al juez, cuarenta por
ciento al aprehensor y el resto a favor de la Hacienda Pública. Cuando
existiera denunciante después de deducir los "Derechos Nacionales"
y las costas, un diez por ciento al juez, un veinticinco por ciento al
aprehensor y el remanente para el denunciante.
Los porcentajes destinados a los aprehensores se dividían en el
número que éstos fueran y en una parte más para el administrador
de la aduana.
Los comísos que se hicieran por reconocimiento de los vistas, el
setenta y cinco por ciento correspondería al vista y el veinticinco
por ciento al administrador.
También era motivo de comiso cuando los géneros manifestados
resultaran diferentes en su especie o fueran suplantados. En este
arancel se permitía que el despacho se realizara en los muelles cuan-
do era oneroso transportar las mercancías a los almacenes.
El administrador de la aduana tenía facultad para nombrar al
vista que practicara el reconocimiento y decretara el adeudo de
las mercancías. En caso de mercancia averiada se permitía hacer la
graduación y rebaja en los. derechos por los daños que tuvieran los
géneros.
Los administradores teman la obligación de remitir a la Direc-
ción General de la Renta cada fin de mes, un estado circunstancia-
do de todos los cargamentos de importación y exportaci6n, in-
DERECHO ADUANERO 75
formando de los derechos devengados, el destino que se les haya dado
y la existencia que les queda para el mes ulterior.
El movimiento de exportación se inicia cuando el capitán de un
buque solicitaba instrucción al administrador de la aduana en la
que manifestaba: su nombre, el de su buque, su tonelaje y puerto
de destino. Los comerciantes que deseaban exportar presentaban una
factura de los bultos en la que mencionaban cantidad y calidad de
ellos, nombre del buque, capitán y destino. El administrador desig-
naba a los vistas para que clasificaran y cobraran los derechos C(}-
rrespondientes, una vez realizado el pago se ordenaba el embarque
haciéndose una confrontación por los vistas y el resguardo, comisio-
nados en el muelle antes de que subieran a bordo las mercancías.
El artículo 30 de este arancel establecía una especie de recurso
para los afectados por equivocaciones en la clasificación arancelaria
de las mercancías, el cual se sustanciaba ante el intendente de la
aduana, quien oyendo al administrador acordaba, de ser procedente,
el reintegro de lo pagado indebidamente por la equivocaci6n.
Cuando existiera exceso de la mercancía se caía en la pena de
comiso. Una vez concluidas las formalidades, se formulaba el regis-
tro con lo cual podía navegar el buque.
El sistema de represalias que se empezó a utilizar, a partir del
4 de septiembre de 1823 fue el de decomiso de las mercancías no
declaradas en el manifiesto general que debería de presentarse res-
pecto de todas las mercancías que llegaban al país o cuya introduc-
ción estuviera prohibida o estacada, así como el exceso que se
encontrase; o bien la que circulase de una a otra provincia sin la do-
cumentación debida de la aduana de su procedencia. El decomiso
se aplicaba judicialmente, participando de su producto, una vez cu-
biertos los derechos, el juez que conocla el asunto y los aprehensores
o el denunciante si lo había.
"El arancel para las Aduanas Marítimas y de Frontera de la Re-
pública Mexicana", del 16 de noviembre de 1827 abrogó al anterior.
Se estructura en 5 capítulos, con 41 artículos."
El capítulo primero. fijó las "bases"; el capítulo segundo se de-
nominaba "exención de derechos en todo o en parte"; el capítulo
tercero contenía las "prohibiciones"; el capítulo cuarto trató "de la
distribución"; y el capítulo quinto se refirió a la "nomenclatura y
clasificación de artículos y asignación de cuotas". Este último capí-
tulo dividió a las mercancías en 9 clases.
El arancel señaló que los puertos habilitados de la República po-
dían admitir buques de cualquier nación, que no estuviera en guerra
.. Manuel Dublán y José Maria Lozano. Legislación Mexicano. Tomo 11. pág. 160.
76 MÁXIMo CARVAJAL CONTIIERAS

con los Estados Unidos Mexicanos; abolió el derecho de anclaje, su-


primió el derecho de avería y todos los demás que con diversos títu-
los se 'pagaban a la Federación y señaló en 17 reales el de tone-
laje, cediendo 2 al Estado en que estuviera establecido el puerto.
Se prohibía que los buques extranjeros hicieran el comercio de escala
y el de cabotaje.
Se mantuvo la disposición de entregar por triplicado el manifies-
to de carga que condujeran los buques, afirmándose que la entrega
sería en el acto de fondear el buque. Cuando un género, fruto o
efecto constaba en el manifiesto debería de pagarse su derecho es-
tablecido en el arancel, aunque no constase su importación.
Se continuó con la pena de comiso para las mercancías no com-
prendidas en el manifiesto o toda suplantación en su calidad y can-
tidad de ellas,
En caso de connivencia la sanción para el empleado aduanal,
además de las penas en que incurría, era la de destitución del em-
pleo. En caso de omisión a! cumplimiento del arancel se castigaba
por primera vez al empleado con suspensión en sueldos y funciones,
hasta por tres meses y en caso de reincidencia con destitución.
En este arancel ya se habla por primera vez de las aduanas
fronterizas.
El 11 de marzo de 1837 se expide un nuevo arancel denomina-
do "Arancel General de Aduanas Marítimas y Fronterizas", com-
puesto por 8 capítulos."
En el capítulo primero "se sentaron las bases del arancel"; el
capítulo segundo "trataba de los artículos exentos de pagos de dere-
chos de importación"; en el capítulo tercero "se incluyeron los gé-
neros prohibidos"; el capítulo cuarto "se refería a la nomenclatura,
clasificación de efectos y asignación de cuotas"; el quinto capí-
tulo "era para la exportación de mercancías"; el capítulo sexto "re-
glamentaba el comíso'jel capítulo séptimo "la distribución de multas"
y el capítulo octavo "el procedimiento judicial que determinaba el
comiso".
Se habilitaron para el comercio exterior los puertos siguientes:
Sísal, Campeche, Tabasco, Veracruz, Santa A.1Ja de Tamaulipas y Ma-
tamoros, en el Seno Mexicano. Acapulco y San Bias, en el Mar del
Sur. Guaimas, en el Golfo de California. Monterey, en el Mar de la
Alta California.
Se continuó con el cobro por tonelada para los buques que arri-
baran a los puertos, pero disminuido a 12 reales. Así como la dis-
posición sobre el manifiesto de carga pero abora certificado, firma-
40 Manuel Dnblán y José Maria Lozano. Legis/acl6n Mexicana, Tomo I1I, pág. 303.
DERECHO AllUANERO

do y sellado' por- el, cónsul- O' vicecónsul mexicano establecido en. el _


puerto de procedencia del buque y a falta de estos funcionarios, por
el jefe de la aduana o bien, por el cónsul o vicecónsul de nación
amiga. Se castigaría con una multa de $500.00 al capitán o al con-
signatario cuando al manifiesto le faltara comprender todas las mer-
cancías, sus marcas y número, en lugar de la pena de comiso del
arancel anterior.
Además del manifiesto se empezó a exigir la presentación de la
factura comercial por triplicado, la cual seria firmada por el repre-
sentante, y por alguno de los funcionarios que señalamos deberian de
visar el manifiesto. También se exigía para los casos de pasajeros
y sus efectos personales, un manifiesto que contuviera estos datos.
De igual manera, deberían de manifestarse los efectos de rancho que
trajera la embarcación. En caso de infracción se castigaba con una
multa de $200.00; para el caso de sobrantes de alimentos, la pena era
el cornisa de éstos.
Se inició con la práctica de cerrar y sellar los compartimientos y
en caso de fractura de dichos sellos, la autoridad judicial podría de-
terminar que se había cometido el delito de robo con fractura.
Después de 12 horas que el buque hubiera fondeado en el puerto
sin que se presentara la documentación requerida, el buque entra-
ba en sospecha de fraude y podría ordenarse su descarga inmediata.
Las mercancías aunque fueran exentas de pago de derechos de
importación deberian de ajustarse a todos los requisitos legales, pero
en caso de que llegasen a un puerto nacional sin su documentación
correspondiente pagarían corno multa solamente la cantidad de $50.00.
En el supuesto de que existiese consignatario que reclamara los
efectos, se ordenaría su venta y del producto de ella se pagaría la mul-
ta, que en este caso seria dé $100.00.
Este arancel aumentó considerablemente los articulos prohibidos,
estableciéndose como pena la de comiso para el 'caso de su intro-
ducción .
. En el procedimiento judicial en que se sustanciara el juicio de
comiso, deberia ser dictada su sentencia en un plazo de 24 horas
.contadas a partir de la presentación de la denuncia. En los juicios
en que el valor de las mercancías no excediera de $500.00, la sen-
tencia era inapelable. Para los juicios qué fueran mayor de $500.00,
pero menor de $2,000.00 se estableció una tercera instancia.
En 1842, el 30 de abril se publica el "Arancel General de Adua-
nas Marítimas y Fronterizas", el cual contaba con una exposición
de motivos, estando dividido en 13 secciones y 159 artículos."
., Manuel Dublán y José Maria Lozano. Leglslaci6n Mexicano, Tomo IV, pág. 160.
78 MÁXIMO CARVAJAL CONTREIIAS

La sección primera, trataba "las exenciones de derecho en todo


o en parte"; la sección segunda, "prohibiciones"; la sección terce-
ra, "derechos conforme a precios de factura"; la sección. cuarta, "de-
rechos impuestos sobre precios fijados y cuyo 25% figura en la siguien-
te nomenclatura"; la sección quinta, "formalidades respectivas al
cargamento de buques en país extranjero"; la sección sexta, "del
arribo de los buques, a los puertos de la República"; la sección
séptima, "de la descarga de los buques"; la sección octava, "del des-
pacho de las mercancías", la sección novena, "de la exportación"; la
sección décima, "otros casos en que se incurra en pena"; la sección
undécima, "la distribución de los comisas"; la sección duodécima,
"procedimientos en los juicios de comiso"; la sección tredécima, "ar-
ticulo adíéíonal",
Este arancel habilitó además de los puertos ya existentes el de
Mazatlán en el Mar del Sur.
Contenía una lista de 15 articulas libres de todo derecho, así
como 51 articules prohibidos.
Se establece en el artículo 13 un recurso para el particular, es-
pecie de inconformidad, para el caso de que en el momento del
reconocimiento de las mercancías que debieran pagar por el valor
de la factura, se advirtiera presuntamente, que estos valores estaban
disminuidos; podría el administrador, el contador y el vista aduanaJ
reunidos en junta, aumentar el valor de la factura incrementándola
a lo que se hubiera considerado disminuido. Si el tanto no fuese
mayor del 20% y el interesado se inconformara, se nombrarla un
perito por cada una de las partes para que en el término perentorio
de tres días decidieran la inconformidad. En caso de que los dos
peritos no estuviesen de acuerdo, se nombrarla un perito tercero en
díscordía, Si el valor hubiera sido disminuido más del 20% pero sin
excederse del 25% y hubiese sido comprobado por la aduana y los
peritos, se cobraba no sólo el tanto por ciento que fuera, sino un 10%
más sobre la factura como una especie de sanción. Si la disminu-
ción del valor fuese de más del 25% la aduana se quedaba con
las mercancías pagando por ellas el precio consignado en la factura,
más un 15% de los gastos al interesado.
Respecto a la certificación de las facturas además de las perso-
nas que señalaba el arancel de 1837, se amplió a que en caso de no
existir las mencionadas, podrían certificarlas dos comerciantes de CO-
nocida reputación que residieran en el puerto de embarque.
Cuando las facturas no cumplieran con los requisitos que exigía
este arancel, el administrador de la aduana, el contador y el vista
que formaban lo que se denominó la "junta de funcionarios", ím-
DERECHO ADUANERO 79

pondrían de acuerdo al artículo 23, las multas que se señalan en


dicho precepto.
Esta misma "junta de funcionarios" aplicaba las militas en que
incurria el capitán de los buques, cuando no cumpliera con las oblí-
gaciones que le imponía el artículo 2:l del arancel.
Este arancel estableció el decomiso del buque y todo lo que le
pertenecía, como sanci6n para el caso de que faltara totalmente el ma-
nifiesto en sus tres ejemplares.
Contenía, por primera vez, disposiciones acerca de materiales con-
siderados como inflamables, los cuales por su riesgo deberían de ser
despachados siempre en el muelle.
También reglament6 las horas legales para la carga y descarga de
los buques, siendo éstas desde que nace el sol hasta que se ponga.
Los efectos que fueran embarcados o descargados fuera de esta hora
incurrirían en la pena de comiso y los capitanes, sobrecargos, patro-
nes y demás c6mplices tendrían una multa de $100.00 a $1,000.00
o la pena de un mes a un año de prísíón,
Los plazos para el pago del adeudo de los derechos lo di vídíó en
tres partes iguales, la primera debería de ser pagada a los 90 días,
la segunda a los 140 días y la tercera a los 180 días, contados a
partir del día siguiente en que se iniciara la descarga del buque.
Dispuso el arancel que todas las prevenciones y reglas dictadas
para las aduanas marítimas deberían de observarse en las aduanas
fronterizas prohibiendo que los carros o atajos en que se conduzcan
las mercancías pagarían algún derecho en sustitución del de tonelada.
Respecto al juicio de comiso que debería de realizarse ante la
autoridad judicial, éste sería en público y en forma verbal, debién-
dose dictar la sentencia dentro de los tres días hábiles a partir de
que se apersonara al juicio la parte legítima o se le declarara en
rebeldía. En caso de que se promovieran pruebas y éstas por causas
de la dístancia no pudieran verificarse oportunamente, el juez podría
prorrogar el término por los días en- que fuera indispensable.
Se continu6 con la primera y segunda instancia y solamente se
reservó la tercera instancia cuando el valor de las mercancías de-
comisadas excedieran de $2,ÓOO.oo y además que la primera y segun-
da instancia no hubieran sido iguales en su resolución.
Se ordenó que cuando del comiso de las mercancías resultase al-
gún incidente criminal que diera lugar a alguna otra pena, el juez
seguiría este juicio por cuerda separada. Manteniéndose desde esta
época la separaci6n de ambos procedimientos y la instrucción de que
los incidentes penales no influirían en la conclusi6n del procedimien-
to administrativo.
Se facult6 a que el Presidente de la República con su Consejo
80 MÁXIMO CARVAJAL coNTRERAS

de Ministros resolvieran en definitiva las dudas que se suscitaran en


la aplicación del arancel.
En todos los demás aspectos este arancel seguía los lineamien-
tos del anterior.
El arancel de 1842 fue sustituido por el que se expidió el 26 de
septiembre de 1843.'2 Este arancel era igual con las siguientes di-
ferencias. Su estructura conten1a solamente 12 secciones y 157 ar-
tlculos.
Aumentaron 3 puertos más en el Seno Mexicano: Matagorda,
Velasco y Galveston. Elevó a 58 los artlculos prohibidos. Asimismo,
los derechos ya no se pagarían conforme a precio de factura sino
por el aforo que se practicara, aumentándose éste de un 25% a un
3O%.Aboli.s el cobro de los derechos por valor y por factura debién-
dose de pagar el porcentaje que apareciera en la tarifa.
El 4 de octubre de 1845 se promulga un nuevo arancel denomi-
nado "Arancel General de Aduanas Marítimas y Fronterizas"."
Su estructura era igual a los aranceles de 1842 y 1843 pero con
174 artículos, cambiando la denominación y reglamentación de la
sección décima tercera, la que se llamó "Junta de aranceles para
consultar sobre las dudas que ocurran en su observancia".
En este arancel se aumentan en el Seno Mexicano, el puerto de
Tampico y en el Mar del Sur, el puerto de San Blás como habili-
tados al comercio exterior y se afirma que Matagorda, Velasco y
Galveston se abrirán al comercio exterior cuando vuelvan a la obe-
diencia del gobierno, ya que estos tres puertos estaban en la zona de
beligerancia por la guerra con los Estados Unidos de Norteaméríca.
Los articulas que declaró libres este arancel eran 19 y los prohibi-
dos 62.
Sobre los materiales peligrosos en SU manejo incluyó los corro-
sivos, la pólvora, la fosforita y los ácidos sulfúricos o nítricos, orde-
nando que estos productos deberían enviarse en bultos separados para
su identificación y pronto despacho.
Se prohibió, con multa de $50.00 a $200.00, realizar enmiendas,
borraduras o poner interlíneas en la factura. Si fuera preciso hacer
alguna alteración en ella, ésta debería de asentarse al pie y antes
de la certificación consular.
Para el caso de que se decomisara mercancía porque no hubiese
consignatario que la reclamara, el administrador con intervención
de un tribunal mercantil y del cónsul de la nación exportadora de
las mercancías, 'procedería a venderla en subasta pública al mejor
postor.
•2 Manuel Dublán y José María Lozano. Leglslacl6n Mexicana, Tomo IV, pág. 574.
ea Manuel Dublán y José Maria Lozano. Leglslaci6n Me.tIcana, Tomo V, pág. 40.
DERECHO ADUANERO 81

En caso de no existir cónsul, el tribunal mercantil designaba a


algunas personas de' la nación a la que pertenecía el buque, en caso
de que no hubieran dichas personas se designarían a dos comercian-
tes del mejor crédito para que ejercieran las funciones de cónsul.
Del producto de la venta de estas mercancías se pagarian los
derechos que causaran y en caso de existir remanentes, éstos se en-
tregaban al tribunal, mercantil, para que los tuviera en depósito y
a disposición de los interesados.
Cuando las mercancías hubiesen sido despachadas no procedía
la devolución de derechos por ningún pretexto ni motivo, excepto el
del error material de cuenta o pago en las, operaciones aritméticas.
En relación a la disposición de los oomisos, el arancel que ca-
mentamos introdujo varias diferencias en relación a los anteriores.
Del 100% del producto a distribuir, se deducirla el 50% del valor de
los derechos que hubieran pagado las mercancías si se hubieran in-
troducido legalmente. En las mercancías prohibidas o estancadas no
se deduciría nada.
Cuando no existiera reo que pagara las costas en el juicio, se de-
ducirían éstas en la forma siguiente: si el valor del comiso pasara
de $1,000.00, 5% de su valor; si pasara de $3,000.00, 5% de los prime-
ros $1,000.00 y 4% del exceso; cuando fuese mayor de $3,000.00, el
3% del valor. En caso de que existiera reo a quien cargársele las
costas judiciales, no se harían las deducciones que hemos señalado;
cuando los efectos eran de los catalogados como estancados, las cos-
tas judiciales no incidirían sobre el valor del comiso en ningún caso.
Una vez hechas las deducciones anteriormente señaladas, se 'le car-
gaba a este producto un 2% más al remanente, el que se aplicaba
para hospitales de caridad o de los departamentos o lugares de be-
neficencia.
El valor del remanente una vez hechas las deducciones se di-
vidía en tres partes iguales: una para el denunciante, otra para el
aprehensor y la última parte se repartía entre el administrador, con-
tador o interventor y comandante de celadores. En caso de no exis-
tir denunciante su parte se aplicaría a los aprehensores. En todas
las aprehensiones que hicieran los vistas al realizar el despacho, ten-
dría la categoría de aprehensor el administrador' de la aduana.
No podrían tener parte en el comiso los que denunciaran los efec-
tos de su propiedad o de su consignación.
En el procedimiento de los juicios de comiso, el juez que cono-
ciera en primera instancia podría ser recusado sin expresión de causa,
una vez por cada parte; lo cual lo inhabilitaba para seguir conoeíen-
82 MÁXIMO CARVAJAL CON'TRERAS

do de dicho asunto sin que pudiera este recurso repetirse en la


misma instancia.
La gran innovación que contuvo este arancel fue el estableci-
miento de la "junta de aranceles", la junta se formaba por cuatro
empleados de hacienda que a principio de cada año nombraba el
gobierno de entre los que se significaran por su mayor capacidad
e instrucción; por dos comerciantes de notoria probidad y conoci-
miento que designara la Junta de Fomento; por uua persona que
nombraría la Secretaría General de Industrias. Por cada propieta-
rio debería de nombrarse un suplente.
Cada miembro de la junta la presidiría por riguroso tumo men-
sualmente; tendría además un secretario quien no votaría en las deli-
beraciones. Los funcionarios así designados durarían en funciones un
año, pudiendo ser reelectos.
Esta junta era competente para conocer de los siguientes asun-
tos: Cuando se reincidía en la pena de comiso, pero ésta fuera por
razones de ignorancia o equivocación involuntaria que no llevase
malicia. Cuando la aplicación de las disposiciones legales fuera du-
dosa. Si se cuestionara el derecho o impuesto que correspondería a
una mercancía que se importara o se exportara. Cuando alguna mer-
cancía se cuestiouara por ser su importación o exportación prohibi-
da. Si una mercancía estuviera o no exenta del pago de derechos y
esta situación se cuestionara. Y, por último, cuando se suscitaran dis-
crepancias sobre la manera de ajustar los derechos, por la clase o la
medida de extensión o precios de las mercancías, O bien, porque
fueran mercancías novedosas.
No se sometían al conocimiento de esta junta los problemas de-
rivados de la aplicación de alguua multa que como pena se aplicara
cuando ésta no excediera de $50.00.
Las decisiones se tomaban por mayoría absoluta de votos de los
integrantes y se sometía su dictamen a la consideración del Presi-
dente de la República por conducto del Ministerio de Hacienda.
El Presidente de la República tomaría la decisión fiual, siendo
su valor únicamente para cada caso en particular no pudiendo apli-
carse a ningún otro aunque pareciera idéntico. Estas decisiones no
formarían precedentes en las relaciones diplomáticas ni en las sen-
tencias judiciales a menos que, el gobierno adoptara o consignara por
decreto alguna de estas determinaciones.
Para establecer el quórum de esta junta se requería la presen-
cia de por lo menos cinco personas y de éstas, dos deberían ser
nombradas por corporaciones y tres por el gobierno.
Las resoluciones de los asuntos que se le consultaren, deberían
DERECHO ADUANERO 83

de ser dictadas en un plazo que no rebasara los 15 días hábiles; salvo


el caso en que se requiriera una mayor instrucción y hubiese necesi-
dad de prorrogar el plazo fijado.
Cuando un interesado manifestara su deseo de hacer valer este
recurso, las mercancías quedarían en riguroso depósito en la aduana
hasta en tanto no se resolvieran en definitiva; en caso de que fuera
necesario se remitirían muestras de las mercancías para su análisis.
El arancel contenía un precepto en el cual se prorrogaba su en-
trada en vigor al 19 de febrero de 1846, pero dejando en libertad
a los interesados para que se aplicara cuando fuera benéfico para
ellos el arancel, desde el momento en que se recibiera en la aduana.
Al arancel de 1845 lo sustituye el "Arancel General de Aduanas
Marítimas y Fronterizas", publicado el 19 de junio de 1853."
Este arancel contenía solamente 159 artículos y 23 secciones que
eran iguales a las del arancel anterior.
Como innovaciones contenía la inclusión en el Océano Pacifico,
del puerto de Manzanillo. Como habilitados al comercio exterior ya
no aparecieron lógicamente, los del litoral texano y de la Alta Ca-
lifornia por la segregación de más de la mitad del territorio que su-
frió nuestro país.
Por primera vez se da una relación de las aduanas fronterizas. En
la frontera norte: Matamoros, Presidio del Norte, Paso del Norte;
en la frontera sur: Comitán y Tuxtla Chico. De igual manera se
daba una lista de puertos habilitados para el comercio de cabotaje:
En el Golfo Mexicano; Isla del Carmen, CoatzacoaIcos, Alvarado,
Tecolutla, Tuxpan, Santecomapan, Soto la Marina; en la Costa Orien-
tal de Yucatán: Bacalar, en el Océano Pacifico: Tonalá, en el Golfo
de California: San José del Cabo, La Paz, Navachiste y A1tata.
21 productos eran considerados libres y 53 prohibidos.
Por lo que hace a los asuntos que no conocería la junta de aran-
celes, agregaron las discrepancias que pudieran existir y que no
excedieran de $100.00 de diferencia, en este caso el administrador
fallaría sin apelación.
Como iniciación de su vigencia, el arancel determinó que a partir
de su publicación, seis meses después en relación a los buques que
procedieran de Europa o de las costas de América en el Atlántico
o vinieran de alguno de los puertos del Pacífico; de cuatro meses
para los buques que vinieran de Europa para los puertos del Seno
Mexicano y de dos meses para los que se dirigieran a los puertos

.. Manuel Dublán y José Maria Lozano. Legislaoión Me:ticana, Tomo VI. pág. 463.
84 lIlÁXIMO CARVAJAL CONTllERAS

del continente e islas de América, a los de la República situados en


la costa del mismo .océano que los de su procedencia.
Salvo estas diferencias el arancel como ya lo dijimos, era entera-
mente igual al anterior.
El arancel que hemos analizado anteriormente fue sustituido por
la "Ordenanza General de Aduanas Marítimas y Fronterizas de la
República Mexicana"" del 31 de enero de 1856.
Esta ordenanza, primera que se dicta en la etapa independiente,
estaba formada por 35 artículos y contenía por primera vez tres mo-
delos o ejemplares de documentos. El primero, era sobre la rela-
ción de equipajes de los pasajeros; el segundo, el manifiesto general
de mercancías; y el tercero, la factura de los efectos.
El artículo primero contenía los puertos y aduanas fronterizas
-habílítados para el comercio exterior, de su lectura se desprende que
en la frontera norte del país se habilita la Aduana de Mier, Mon-
terrey-Laredo, Camargo y Piedras Negras.
En la frontera sur en vez de Comitán y Tuxtla Chico; Tonalá y
Zapaluta.
Desaparecieron como puertos para cabotaje: Soto la Marina, Ba-
calar, Tonalá y Santa María.
En la misma fecha y por. otro decreto independiente al de esta
ordenanza, los puertos de Coatzacoalcos y Ventosa se abrieron al
comercio internacional.
Estableci6 que por diferentes aduanas fronterizas del norte y del
sur, así como las aduanas marítimas de Tampico, Yucatán, Acapul-
co y La Paz, se permitiera la importación de víveres para el con-
sumo de la poblaci6n fronteriza con una desgravaci6n de derechos.
Por lo que hace a la instrucción de recabar la visa consular en el
manifiesto si no existiera en el puerto el cónsul o vicecónsul mexi-
cano, se enviaría esta documentación al puerto o punto más cercano
donde sí existieran estos funcionarios, es decir, s610 se permitía la
visaci6n consular por funcionarios mexicanos.
Dividi6 en tres tipos de infracciones las violaciones a la ordenan-
za. La primera, el contrabando; la segunda, el fraude y la tercera,
las faltas de observaci6n de la propia ordenanza.
Como casos de contrabando estableci6: la introducci6n clandes-
tina de mercancías por puntos que no están habilitados para-el co-
mercio exterior. La introducción de mercancías por puertos o fron-
teras sin la documentación exigida o en horas inhábiles. La descarga
o transporte de mercancías sin conocimiento previo de las autorida-

.. Manuel Dublén y José Maria Lozano. Leglslacl6n Mencana, Tomo VIII,. pAgo 42.
DERECHO ADUANERO 85

des aduaneras y sin las formalidades establecidas. La introducción de


mercancías sin el documento que acredite haber sido importada le-
gahnente. La exportación clandestina de dinero, metales y produc-
tos del país, que estuvieran expresamente prohibidos o que deban
pagar derechos. La importación o circulación de moneda falsa de
cualquier cuño. La suplantación en cantidad o calidad de mercan-
cías. La disminución en el peso o medida de las mercancías, siem-
pre y cuando de esto resultare que se cobraran menos derechos.
Como casos de fraude tipificó: la adición que los capitanes o
consignatarios hicieran en los manifiestos o facturas, estando de
acuerdo con los empleados aduanales, con la finalidad de suplan-
tar en cantidad y calidad las mercancías. El desembarque o embar-
que de efectos que deben pagar derechos y que en connivencia o por
descuido de los empleados se realice en horas inhábiles al señalado
para el despacho de aduanas. La connivencia con los empleados para
dejar de reconocer bultos o por la suplantación en cantidad, peso,
medida o calidad de las mercancías. La utilización de documentos
que sirvan para amparar la internación de otras mercancías.
Como faltas de observancia señaló: la omisión del recibo del cón-
sul mexicano en que constara haberse entregado la copia del mani-
fiesto y facturas. El no expresar en el manifiesto el número de piezas
con letra y número. Las tachaduras o enmendaduras en los documen-
tos aduaneros. La falta de especificación en las medidas y pesos, se-
gún el país de que procedan los efectos. Las ambigüedades entre
el manifiesto y la factura de manera que no se comprendan clara-
mente los datos. La rotura de sellos que se pongan en las escotillas
o mamparas de los buques. La falta de 'presentación del manifiesto
por parte del capitán en el momento' de la visita de inspección de las
autoridades aduaneras. La falta de presentación de la lista de pasa-
jeros, equipajes y sobrantes de rancho.
Las penas que se impusieron para sancionar el contrabando fue
la confiscación y pérdida absoluta de las mercancías y las embar-
caciones, carros y acémilas en que se conduzcan. Si las mercancías
fueran prohibidas, además se exigiría una multa del 5 al 25% del
valor de los mismos efectos. Para las personas que conducieran las
mercancías sufrirían además, diez años de prisión y su nombre se
publicaría en todos los periódicos. Si se comprobara que alguna casa
comercial establecida en la República favoreciera al contrabando se
publicaría también su nombre en los periódicos, se nulificaría su' fir-
ma para todos los asuntos y transacciones con la Hacienda Pública
y no se le admitiría en ningún acto oficial o mercantil. En algunos
casos también se imponía el pago de dobles derechos de importación
86 MÁXIMo CARVAJAL CONTRERAS

y triples de internación. La suplantación de cantidad o calidad de las


mercancías, su disminución en peso o medida, daba lugar a una mul-
ta de tres tantos de los derechos.
Las penas que se impusieron a los defraudadores y a sus cómpli-
ces consistían en la pérdida de las mercancías que se hayan adiciona-
do fraudulentamente en los documentos, pago de multa de $200.00
a $3,000.00. Los empleados cómplices eran destituidos inmediatamen-
te de su empleo y publicado su nombre en todos los periódicos.
En el caso de que el fraude consistiera en el desembarque o em-
barque de efectos con conocimiento de empleados y en horas inhábi-
les, la sanción consistía en la pérdida de los efectos adicionados, en
una multa de $500.00 a $3,000.00 y los empleados cómplices serían
cesados y juzgados por los tribunales competentes por el delito de
abuso de confianza. También se aplicaban como sanciones el pago
de triples derechos de importación, internación y consumo,
Las sanciones por las faltas de observancia a la ordenanza se cas-
tigaban con multas que podían ser: en el caso de la falta de recibo
del cónsul mexicano hasta de $1,000.00 y en todas las demás situa-
ciones con multa que no excediera de $200.00.
Se establecieron dos vías para la aplicación de los juicios, una
ante la autoridad judicial y otra ante la autoridad administrativa. En
el juicio administrativo existían 3 instancias: la primera, ante el ad-
ministrador de la aduana; la segunda, ante la Junta de Aranceles y
la tercera, que sería definitiva ante la Junta de Crédito Público.
Los interesados podían optar en el momento mismo en que ocu-
rriera la infracción de contrabando, fraude o faltas por cualquiera
de las dos vías señaladas, la judicial o administrativa, pero una vez
seleccionada una de ellas no podía variarse a la otra. El juicio admi-
nistrativo era gratuito en cambio el judicial estaba gravado con las
costas establecidas.
Las reglas que fijó para la dístríbucíón de multas fueron las si-
guientes: al denunciante, una tercera parte de la multa una vez que
se hubiera deducido el importe de los derechos y si hubiera costas
por los gastos judiciales. Las dos terceras partes restantes formaban
un fondo que a fin de año, si la Junta de Crédito Público determi-
naba y el gobierno lo aprobaba, se distribuía en la parte que se cre-
yera conveniente como una remuneración que premiara a los em-
pleados del ramo aduanero.
Se estableció que las horas normales de labores de las oficinas
aduaneras, serían de 7 horas diarias y ya no de sol a sol, como lo
habían señalado las disposiciones anteriores,
Esta ordenanza estuvo en vigor hasta 1872 en que un nuevo aran-
DERECHO ADUANERO 87

cel fue publicado el 19 de enero de ese año, denominado "Arancel


General de Aduanas Marítimas y Fronterizas"," el cual contenía: la
exposición de motivos y 112 artículos distribuidos en 25 capítulos.
El capítulo primero trató sobre "el tráfico en general"; el capítu-
lo segundo, "del tráfico de altura para los buques extranjeros"; el
capítulo tercero, "del tráfico de altura. para los buques nacionales";
el capítulo cuarto, "del tráfico de cabotaje"; el capítulo quinto, "abo-
liciones de prohibiciones"; el capítulo sexto, "exención de derechos";
el capítulo séptimo, "derecho de importación (tarifa)"; el capítulo
octavo, "del aforo de las mercancías"; el capítulo noveno, "del car-
gamento de buques en país extranjero, su llegada a los puertos de
la República"; el capítulo décimo, "del arribo de buques a los puer-
tos de la República, conduciendo mercancías"; el capítulo décimo
primero, "de la salida de buques extranjeros que no conduzcan mer-
cancías"; el capítulo décimo segundo, "del arribo general de buques
a puertos de la República"; el capítulo décimo tercero, "de renun-
cia de consignación de mercancías"; el capítulo décimo cuarto, "del
despacho de mercancías"; el capítulo décimo quinto, "del ajuste y
pagos de derechos"; el capítulo décimo sexto, "del tránsito de efec-
tos extranjeros por el territorio de la República"; el capítulo décimo
séptimo, "de la exportación"; el capítulo décimo octavo, "de los pa-
sajeros y sus equipajes"; el capítulo décimo noveno, "de la interna-
ción"; el capítulo vigésimo, "del contrabando y sus penas"; el capítulo
vigésimo primero, "del fraude y sus penas"; el capítulo vigésimo se-
gundo, "de las inversiones, de los valores, de las confiscaciones y
multas"; el capitulo vigésimo tercero, "del timbre"; el capítulo vigé-
simo cuarto, "de la zona libre"; el capítulo vigésimo quinto, "de las
prevenciones generales".
A este arancel y por primera vez en la historia de nuestro país,
le acompañó en el mismo acto dé su publicación un reglamento de-
nominado "De Aduanas Marítimas y Fronterizas", el cual estaba di-
vidido en 19 capítulos y 213 artículos.
Una de las razones de la duplicidad de ordenamientos legales
fue la de separar la tramitación aduanera del funcionamiento propio
de las aduanas.
Los tráficos son precisados con mayor claridad, estableciéndose
que el de cabotaje sólo podría ser realizado por embarcaciones de
bandera nacional.
Abolió todas las prohibiciones existentes para importar mercan-
cías extranjeras a nuestro país, con la finalidad de abatir el contra-

46 Manuel Dublán y José María'Lozano. Legislllcfón Mexicana, Tomo XII, pág. 3.


88 MÁxIMo CARVAJAL CONTRERAs

bando y facilitar la introducción de artículos que no se producían


en la República.
Como se desprende de la lectura de los capítulos, se incluyó uno
especial para los pasajeros y sus equipajes, habiendo ampliado con-
siderablemente la lista de artículos que se podían introducir libres
de gravámenes. Se impuso la obligación a los administradores de im-
primir una lista o catálogo de mercancías que como "franquicia de
pasajero" podían internarse, en idioma español, francés-y alemán, para
que tuviera el más amplio conocinúento dentro de los pasajeros.
Por lo que hace al reglamento, en éste se establecieron los puertos
habilitados al comercio exterior, las aduanas fronterizas y los puer-
tos de cabotaje.
Los puertos que podían recibir mercancías de comercio exterior
fueron en el Golfo de México: Campeche, Coatzacoalcos, Fronte-
ra, Isla del Carmen, Matamoros, Progreso, Tampico, Tuxpan y Ve-
racruz. En el Océano Pacífico: Acapulco, Guaimas, La Paz, Maza-
tlán, Manzanillo, Puerto Angel, Salina Cruz, San Bias, Soconusco y
Tonalá.
Como aduanas fronterizas del norte, señaló: Altar, Babispe, Ca-
margo, Frontera, Monterrey-Laredo, Mier, Magdalena, Matamoros,
Ojinaga, Paso del Norte, Piedras Negras y Reynosa. Aduanas fronte-
rizas del sur: Zapaluta.
Los puertos de cabotaje en el Golfo de México fueron: Alvarado,
Dos Bocas, Soto la Marina, Santacomapan y Tecolutla.
En el Océano Pacífico: Altata, Bacorehuis, Cabo San Lucas, Mu-
legé, Navachiste, Navidad, Puerto Escondido, Tecoanapa, Bahía de
Banderas, Yavaros y Zihuatanejo.
Las sanciones que fijó el arancel fue la pena de confiscación de
todas las mercancías, embarcaciones, carros y acémilas en que se
condujeran los efectos objeto de contrabando, además de la pena
de dobles derechos. La omisión de un bulto en el manifiesto gene-
ral se castigaba con triples derechos. La internación de mercancías
sin el documento que acreditara su legal importación, se equiparaba
al contrabando y se sancionaba con confiscación y triples derechos.
Hace la clasificación de contrabando y fraude como infracciones
aduaneras, tipificando al fraude como la colusión de los empleados
de la aduana y capitanes de buques con los infractores, la pena con-
sistía en multa de $200.00 a $3,000.00 pesos, dobles derechos y consig-
nación al juez de los empleados, consignatarios de las mercancías y
al capitán del buque que resultase en connivencia.
Se conservan las dos vías señaladas en la ordenanza anterior
así como la elección de una de ellas por el infractor, suprimiéndose
DERECHO ADUANERO 89
en. el juicio administrativo una instancia, quedando solamente dos;
la primera ante el administrador de la aduana y la segunda ante la
Secretaría de Hacienda. En caso de no localizarse al dueño o con-
ductor de las mercancías aprehendidas, debía seguirse la vía judicial.
Un nuevo arancel entraría en vigor el 8 de noviembre de 1880
denominado "Arancel General de Aduanas Marítimas y Fronteri-
zas:," sustituyó al de 1872. Se encontraba estructurado en 26 capí-
tulos con 113 artículos.
La estructura era similar a la del arancel anterior, pero incluyó
el estudio de un capítulo de las zonas libres. Asimismo, incluyó en el
tráfico de cabotaje: el de buceo y de pesca.
Se estipuló que los derechos que causaran las mercancías debe-
rían de pagarse en forma inmediata y con dinero en efectivo.
Se previó en este arancel la expedición de un reglamento, el cual
nunca llegó a materializarse.
Destaca en forma muy particular el control aduanero sobre_el
buceo yla pesca, para lo cual se dividió el litoral de la Baja Cali-
fornia en 4 secciones, para que en ellas pudiera bucearse fundamen-
talmente la concha y la perla, prohibiéndose la extracción de la
concha de cría. Por lo que hace a la pesca, se permitió que cualquier
buque tendría libertad de pesca en los litorales, de nuestro país,
siempre y cuando se sujetaran a las disposiciones reglamentarias del
arancel.
Salvo estas novedades, el arancel en los lineamientos generales
era similar al que había abrogado.
El 25 de marzo de 1884 se expide la ley para regular "el tráfico
y despacho de mercancías que conduzcan los Ferrocarriles Naciona-
les de la República~.'· Esta disposición da nacimiento en nuestro
país a lo que son las aduanas interiores o de despacho. Fueron las
primeras aduanas de este tipo: la de Ciudad Victoria, Monterrey,
Saltillo, Chihuahua y Ciudad de México.
Una nueva disposición legal vendría a sustituir a la de 1880 y fue
la publicada el 24 de enero de 1885 que se llamó "Ordenanza Ge-
neral de Aduanas Marítimas y Fronterizas", 4' la .cual contenía 15
capítulos y anexo venía la tarifa general de derechos así como el vo-
cabulario para la aplicación de la tarifa.

41 Manuel Dublán y José Maria Lozano. Legislación Mexicana, Tomo XIV,


pág. 558.
•• Carlos J. Sierra y RogeUo Martines Vera. Opw cit., pág. 195.
•• Manuel Dublán y jcsé Maria Lozano. Legislación MB%lcana, Tomo XVII,
pág. 116.
90 MÁXIMO CARVAJAL CQNTRERAS

Esta ordenanza no introdujo aspectos novedosos en la legislación


aduanera, además de que su vigencia fue efímera.
El 1Q de marzo de 1887 se expide la "Ordenanza General de
Aduanas Marítimas y Fronterízas'U" la cual estaba formada por 17
capítulos con 450 articulos y 2 anexos. En el primero se establecía
la tarifa de los derechos y en el segundo el vocabulario y su apli-
cación.
En el capítulo primero, "se establecieron las condiciones genera-
les para el comercio en la República". En el capítulo segundo, "de
la carga de buques en- el extranjero", En el capitulo tercero, "obli-
gaciones de los capitanes de buques extranjeros y sus eonsígnata-
riosen las aduanas mexicanas". En el capítulo cuarto, "despacho
de efectos extranjeros". En el capítulo quinto, "obligaciones de los
capitanes de buques extranjeros, pasajeros y avería". En el capí-
tulo sexto, "ajuste y pago de derechos aduanales", En el capítulo
séptimo, "de otras operaciones de mar en las aduanas marítimas".
En el capítulo octavo, "reexportación de mercancías extranjeras". En
el capítulo noveno, "internación de mercancías procedentes de puer-
tos de altura". En el capítulo décimo, "internación de mercancías
extranjeras para su despacho en los lugares interiores de la Repú-
blica". En el capítulo décimo primero, "tránsito internacional de
efectos extranjeros por el territorio de la República". En el capítulo
décimo segundo, "almacenes de depósito de mercancías extranje-
ras". En el capítulo décimo tercero, "tráfico general de mercancías
extranjeras en la zona libré'. En el capítulo décimo cuarto, "del
timbre". En el capítulo décimo quinto, "de la infracción de la ley
y de las penas". En el capítulo décimo sexto, "remate de las mercan-
cías en las aduanas". En el capítulo décimo séptimo, "prevenciones
especiales para las aduanas de la República".
La ordenanza precisó los momentos en que empezarían las opera-
ciones de importación y exportación, así como en qué momento re-
girían las disposiciones legales para la determinación del pago de
derechos y aplicación de sanciones. De igual manera, sujeto a las dis-
posiciones legales, no sólo a las mercancías y a sus medios de con-
ducción; sino también a quienes se encargaran de custodiarlas; a los
consignatarios, capitanes, sobrecargos y tripulantes. Se sigue regla-
mentando el tránsito por territorio nacional pero además, se creó la
figura del depósito para las mercancías de importación y se empezó
a reglamentar la operación aduanera conocida como transbordo.

. 00 Manuel Dublán y José María Lozano. Legislación Mo:ricana, Tomo xvnI,


pág. 556.
DERECHO ADUANERO 91

Se fijaron regIas diferentes en cuanto al cobro de derechos en


función a la transportación de las mercancías; si esta conducción era
efectuada 'por barcos de matricula extranjera; pagarian la totalidad
de la cuota establecida en la tarifa, en cambio si la importación se
efectuaba en embarcaciones de matricula nacional, tendrian una re-
ducción en el pago de los derechos.
Del producto de los derechos, se destinó el 1.25% de éstos, como
apoyo a los municipios en los que estuviese establecida la aduana, ya
fuese maritima o fronteriza..
Continúa esta ordenanza con una serie de disposiciones que fa-
cultaba al Ejecutivo Federal para: poder determinar sanciones y
derechos cuando fuesen mercancías que se importaran para la pres-
tación de un servicio público de la Federación o de las Secretarias
de Estado. Cuando se trataran de armamentos de guerra y municio-
nes que se destinaran a los Estados de la Federación, siempre y
cuando éstas previamente fuesen solicitadas al Ejecutivo Federal
por el Gobierno de la entidad. En casos especiales, autorizar ei des-
pacho de mercancías en diferente aduana a la que vinieran consig-
nadas, cuando existieran circunstancias que asi lo exígíesen, Resolver
en caso de controversia y juicio de peritos, los asuntos que le llega-
sen. Interpretar los articulos de la tarifa a fin de hacer uniforme
su aplicación en toda la República. Podria reformar el vocabulario
anexo a la tarifa, estas publicaciones deberian de hacerse por medio
de decreto. Por último, tenia facultades el Presidente de la Repú-
blica para prohibir temporalmente la importación y tránsito de efec-
tos de guerra.
Se incluye nuevamente la tabla de equivalencias del peso mexi-
cano en relación con las monedas extranjeras.
De acuerdo a la ordenanza, la zona libre establecida era la de
20 kilómetros paralela a la linea fronteriza y abarcaba los Estados
de Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua, Sonora y Territorio de Baja
California. Las mercancías importadas a estas zonas gozarian de las
concesiones ya establecidas pero ordenó que para su introducción
deberian de ampararse con la factura correspondiente y formular un
pedimento de importación.
En el capitulo de infracciones, éstas se dividieron en: delitos,
contravenciones y faltas.
Como delitos figuraron el contrabando y la defraudación realiza-
da en connivencia con alguno de los empleados públicos. Tipificó
para los empleados públicos como delitos; el cohecho, el peculado
y la concusión.
Como contravenciones: la defraudación pero sin connivencia de
92 MÁxIMO CARVAJAL CONTRERAS

empleados, suplantando en calidad, cantidad o ambas cosas, las mer-


cancías que legalmente manifestadas deberían de pagar mayores
derechos; la omisión o inexactitud en el cumplimiento de los requi-
sitos legales y que sirvieran para el cobro de los derechos de im-
portación o exportaci6n. Para los empleados públicos la contraven-
ci6n consistía en las omisiones que causaran pérdidas al erario.
Como falta señaló: la omisi6n o inexactitud de los requisitos pero
que no fueran esenciales ni sirvieran como base para el cobro de los
derechos. Para los empleados públicos las faltas, fueron las omisio-
nes que no implican pérdidas para el erario.
Por lo que hace al delito de contrabando, éste se cometía cuan-
do se importaran o exportaran mercancías sujetas al pago de dere-
chos fiscales, sin que se hiciera ese pago y sin el consentimiento o
intervenci6n de las autoridades aduaneras. Se calific6 al contraban-
do cuando se hacía clandestinamente o bien, cuando se hiciera uso
de violencia.
Los delitos fueron castigados con pena corporal y multas. Las con-
travenciones y faltas con multas, suspensi6n o destituci6n del em-
pleo cuando se tratara de servidores públicos.
Se señaló para el caso de contrabando que se incurriría en comiso
y las mercancías pasarían a favor del fisco en vía de indemnizaci6n
por daños y perjuicios. Las mercancías deberían venderse en subasta
pública.
Se hizo una más clara distinci6n entre el procedimiento admi-
nistrativo y el judicial, facultándose a la autoridad administrativa,
para que fuera la única que declarara haberse cometido una ínfrac-
ci6n en contra de las disposiciones aduaneras.
Como se señaló anteriormente, una innovaci6n de esta ordenanza
fue la creaci6n de los Almacenes Generales de Dep6sito de Mercan-
cías; dichos almacenes podrían ser propiedad de la Federaci6n o
concesionados a particulares; en estos aImacenes las mercancías po-
dían permanecer por un plazo hasta de seis meses y pasado este
tiempo sus propietarios contaban con quince días para extraerlas.
Mientras permanecían en depósito no se pagaban los derechos a la
importaci6n.
La ordenanza de 1887 fue sustituida por una nueva que se de-
nomin6 "Ordenanza General de Aduanas Marítimas y Fronterizas"
que se publicó el 12 de junio de 1891.01
La estructura de este documento está formada por 23 capítulos

51 Ordeñanza General de Aduanas Marítimas ti Fronterizas. Edición Oficial Nue-


va Edícíón, México, abril de 1899.
DERECHO ADUANERO 93

con 705 artículos, así como 54 modelos y una tabla que demuestra
la equivalencia de las diversas monedas extranjeras.
Los capítulos son los siguientes: capítulo primero, "de las con-
diciones generales para el comercio con la República Mexicana";
capítulo segundo, "de la carga de buques en el extranjero"; capí-
tulo tercero, "obligaciones de los capitanes de buques extranjeros
y sus consignatarios en las aduanas mexicanas"; capítulo cuarto,
"de las adiciones y rectificaciones a los manifiestos"; capítulo quin.
to, "despacho de efectos extranjeros, cotización por analogía, juicio
de peritos, muestras, equipajes de pasajeros y avería"; capítulo sexto,
"ajuste y pago de los derechos aduanales", capítulo séptimo, "de
otras operaciones de mar en las aduanas marítimas"; capítulo octavo,
"del cabotaje"; capítulo noveno, "de la exportación en general";
capítulo décimo, "tránsito de mercancías nacionales o nacionalizadas a
través de territorios extranjeros"; capítulo décimo primero, "retorno
de mercancías nacionales procedentes del extranjero"; capítulo décimo
segundo, "internación de mercancías extranjeras procedentes de los
puertos de altura"; capitulo décimo tercero, "internación de mercan-
cías extranjeras para su reconocimiento en lugares interiores de la
República"; capítulo décimo cuarto, "tránsito internacional de efectos
extranjeros por el territorio de la República"; capítulo décimo quinto,
"almacenes de depósitos de mercancías extranjeras"; capitulo décimo
sexto, "aduanas fronterizas"; capítulo décimo séptimo, "del timbre";
capítulo décimo octavo, "de la infracción de la ley y de las penas"; ca-
pítulo décimo noveno, "de los juicios"; capítulo vigésimo, "remate de
mercancías"; capítulo vigésimo primero, "inversión de las multas im-
puestas por infracciones de esta ley"; capítulo vigésimo segundo, "de
la zona libre"; capítulo vigésimo tercero, "prevenciones generales".
Esta ordenanza contenía las operaciones legales que podían practi-
carse con las mercancías, siendo éstas: la importación, la exportación,
la reexportación, el tránsito y el depósito.
En relación a las certificaciones consulares permitió que los ma-
nifiestos y las facturas pudieran enviarse por correo, cuando en el
lugar en que se embarcaran las' mercancías no hubiese funcionario
mexicano que pudiese certificarlas. El sistema que siguió fue el que
los capitanes de los buques formularan tres ejemplares de los maní-
fiestos de carga, de los cuales dos ponían en la oficina de correos
del lugar bajo pliegos certificados, dirigiendo uno a la Secretaría de
Hacienda en México y el otro ejemplar al administrador de la aduana
del puerto de su destino; el tercer ejemplar así como los recibos en
donde constara que se había enviado los otros dos, se presentarían
en la aduana en el momento de descargar las mercancías.
94 MÁXIMO CARVAJAL CONTllERAS

La falta del manifiesto, según esta ordenanza se sancionaba con


una multa que no excediera de $500.00. Los documentos deberían
estar escritos en castellano o en el idioma de la nacionalidad del
buque o del puerto de donde partieran.
Contiene la obligación de formular factura de los efectos que
se enviaran a la República Mexicana, debiéndose señalar los pesos
brutos, netos o legales que contengan las mercancías. Las facturas
debían de venir visadas consularmente, en el supuesto que no existie-
ra funcionario mexicano que las visara se seguiría el procedimiento
va descrito.
. La sanción por falta de la factura se castigaba con el cobro de
dobles derechos que causaran las mercancías. Las facturas deberían
de estar redactadas en castellano, pero se permitía la presentación de
ellas en algún otro idioma conocido.
Esta ordenanza trajo consigo todo un capítulo que reglamentó la
función del Servicio Consular Mexicano, en relación a sus activída-
des de comercio exterior; incluyó la Tarifa de los Derechos Consulares
que causarían los actos O certificaciones que se hicieran.
Se reglamentó lo que en la actualidad se conocen como "Serví- .
cios Extraordinarios", es decir, que la ordenanza que comentamos
facultó a los administradores para que autorizaran la descarga de mer-
cancías de noche o en dias festivos.
Se estableció por vez primera, que las mercancías respondieran
directamente al fisco por el pago de sus derechos y penas pecunia-
rias en que podían incurrir los consignatarios.
Se permitía la tramitación de los actos por apoderados, los cuales
podían acreditar su personalidad con carta poder.
La falta de bultos a la descarga es considerada como infracción
y se imponía una multa al capitán que no excediera de $50.00 por
bulto.
Se permitió el reconocimiento previo de las mercancías a fin de
que los consignatarios pudieran presentar sus pedimentos con todos
y cada uno de los requisitos exigidos por la ley.
En caso de que los interesados no concurríeran o activaran el pro-
cedimiento de importación, las mercancías causarían un "derecho de
guarda", el cual se cobraba de acuerdo al tiempo de demora en re-
tirarse las mercancías del recinto fiscal.
Se reglamentó la asimilación o establecimiento de cuotas por ana-
logía, cuando se presentase a despacho una mercancía que no estuvie-
ra determinada en la tarifa, siendo en este caso la aduana quien
fijaría la cuota que debieran de pagar estas mercancías. En caso de
inconformidad del interesado respecto a la cotización de estas mer-
DERECHO ADUANERO 95

cancías se nombrarían tres peritos en la Ciudad de México, dentro


de la relación de cien peritos que la Secretaria de Hacienda a tra-
vés del Ayuntamiento de la Ciudad de México le hubiese solicitado
en el mes de julio para que sirvieran como peritos oficiales.
Se estableció para los casos de inconformidad en la clasificación
de las mercancías el juicio de peritos, el cual tenia por objeto resolver
las controversias en la clasificación de las mercancías.
Se empezaron a reglamentar las secciones aduaneras de despa-
cho, las cuales estarían bajo la jurisdicción de la aduana más próxi-
ma, de altura o de frontera. Estas secciones aduaneras hadan las veces
de aduanas de cabotaje pudiendo en consecuencia, despachar o reci-
bir efectos nacionales o nacionalizados que se conduzcan de un punto
a otro de la República.
Se estableció como zona de inspección y vigilancia la de 40 ki-
lómetros paralela a los litorales y a las lineas divisorias internaciona-
les. En estas zonas las mercancías deberían de transitar al amparo
de documentos que comprobaran su legal internación. La falta de
dichos documentos daba lugar a la aprehensión de los efectos y a
considerarlos como contrabando.
En cuanto a la internación de mercancías para su despacho en
aduanas interiores, se estableció que esto solamente seria permitido
cuando la aduana interior, estuviera unida por linea férrea con el
puerto o aduana fronteriza de entrada de las mercancías.
En cuanto a los almacenes de depósito de mercandas, prohibió
que se almacenaran mercancías explosivas, corrosivas e inflamables.
El plazo que determinó para el depósito de mercancías fue el de
seis meses y de un mes para los efectos de fácil descomposición.
El capitulo 17 denominado del timbre, fue derogado por la Ley
del 12 de mayo de 1896, por lo que no haremos ningún comentario a
este respecto.
Continuó con la clasificación de infracciones en: delitos, contra-
venciones y faltas. Incluyó como delitos: el contrabando, el cohecho,
el peculado, la concusión, la alteración de documentos oficiales, la fal-
sificación de documentos oficiales, el quebrantamiento doloso de sellos
o candados fiscales, la desobediencia y resistencia de particulares y
la omisión culpable.
Como contravenciones señaló: la defraudación sin connivencia con
los empleados. La omisión de los requisitos señalados como especiales
para las operaciones relativas al cobro de derechos de importación o
exportación. La infracción de los preceptos que la ordenanza estable-
da para evitar dudas y para la mayor seguridad de los intereses fís-
96 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

cales, siempre que la pena que deba imponerse sea la de dobles de-
rechos o pérdida de las mercancías,
Como faltas se estipularon: la omisión o inexactitud de los requi-
sitos en los documentos aduanales o que no sean básicos para el cobro
de los derechos del fisco. La infracción de los preceptos para evitar
dudas y para mayor seguridad de los intereses fiscales, siempre que
la pena que se impusiera no consistiera en el pago de dobles dere-
chos ni en la pérdida de mercancías. También eran faltas las omi-
siones de los empleados en el cumplimiento de sus deberes, pero
que no se ocasionaran pérdidas para el erario en la percepción de los
derechos.
El contrabando se tipificó como el delito que se comete o in-
tente cometerse al importar o exportar mercancías, aun cuando sean
de las que no causan derechos, eludiendo la intervención de las auto-
ridades fiscales ya sea porque se practique por lugares no sujetos a
vigilancia, o se haga clandestinamente, o bien porque se realice con
violencia. Se consideraba además como contrabando, la importación
de material de guerra cuando esté prohibido por el Ejecutivo Fede-
ral. Cuando se importen mercancías de nación que esté en guerra
con México. La que se efectuara por puertos o lugares sustraídos a
la obediencia del gobierno. La importación de moneda falsa de
cualquíer cuño. La internación de mercancías sin que se haya cum-
plido previamente con los requisitos legales y por último, la que
se realice con documentos falsos O alterados.
Sobre el cohecho estipuló que era el delito que cometían los em-
pleados coludiéndose con los causantes de derechos para eludir en
.todo o en parte el pago de éstos.
Tipificó el peculado, como el delito que cometen los empleados
de Hacienda distrayendo de su objetivo para uso privado, los fondos
o valores de cualquier género pertenecientes al fisco.
Por concusión, estableció la ordenanza, que era el delito que
cometen los empleados de Hacienda que, en ejercicio de sus fun-
ciones, exijan dolosamente de los causantes mayor cantidad que la
que legítimamente deben causar.
Por alteración de documentos oficiales se entendió cualquier va-
riación que se haga en un documento oficial después de concluido
y firmado, si esto cambiara su sentido sobre alguna circunstancia o
punto sustancial.
La falsificación de documentos oficiales consistía en la comple-
ta suplantación de esos documentos, haciéndolos aparentar como ex-
pedidos por los funcionarios legitirnamente autorizados para ello.
El delito de quebrantamiento de sellos o candados fiscales, se
DERECHO ADUANERO 97

realizaba por las personas que dolosamente alteren, levanten o des-


truyan los que hubiesen sido puestos en escotillas, mamparas, furgo-
nes o bultos para evitar operaciones clandestinas.
Como delito de desobediencia o resistencia de particulares, el que
cometa el capitán de los buques o quien haga sus veces, cuando no
exhiba el cuaderno de bitácora, los conocimientos de embarque y los
demás documentos que tenga la obligación de conservar a bordo y
les sean solicitados por el administrador de la aduana.
El delito de omisión culpable, para cuando los empleados públi-
cos por descuido o ineptitud hagan mal uso de su encargo y que
por esta razón ocasionen pérdidas para el erario. La omisión culpable
podría ser grave o leve.
Las contravenciones se dividieron en dos clases: defraudación por
suplantación artificiosa y defraudación por suplantación simple.
Las penas aplicables a los delitos, contravenciones y faltas fue-
ron las siguientes:
Pérdidas de los efectos objeto del contrabando y de las embarca-
ciones, carros, acémilas, armas o cualquier otro instrumento aplicados
exclusivamente a la perpetración del delito. Extrañamiento. Aperci-
bimiento. Multa, arresto mayor. Reclusión en establecimiento de
corrección penal. Prisión ordinaria. Pago de dobles derechos. Sus-
pensión de empleo o sueldo. Destitución de empleo, cargo o comi-
sión. Inhabilitación para toda clase de empleos, cargos, comisiones
y honores del gobierno.
Facultó en forma exclusiva a la Secretaría de Hacienda a través
de los administradores de aduanas, para declarar en lo administra-
tivo la comisión de los delitos de contrabando, quebrantamiento dolo--
so de sellos o candados fiscales, desobediencia y resistencia de par-
ticulares, omisión culpable, contravenciones o faltas.
Les correspondía igualmente a los administradores la imposición
de las sanciones económicas.
Correspondía exclusivamente a los tribunales federales, la impo-
sición de las penas corporales para el castigo de los delitos, así como
el conocimiento de todo juicio que ante ellos promuevan los par-
ticulares contra decisiones administrativas.
Esta ordenanza establecía, por primera vez, en los casos de denun-
cia de algún contrabando, que el nombre del denunciante, si así se
pedía, éste se conservaría en secreto.
Faculta la ordenanza a la Secretaría de Hacienda para disminuir
en casos especiales y cuando lo estimen en justicia las penas que
establecía y aun para indultar a los que cometieron alguna infracción.
98 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

Con el estudio de esta ordenanza damos por concluida la etapa


del México independiente, para entrar en el estudio de las dispo-
siciones que se dictaron a partir del trj,mfo de la Revolución Me-
xicana.
El periodo que comprende de 1891 a 1917 fecha en que se pro-
mulga una nueva Constitución para la República Mexicana, la ma-
teria aduanera no tuvo significativas disposiciones legales, si acaso,
como hecho notorio podremos afirmar que en el año de 1900 se pu-
blicó la ley que creó a la Dirección General de Aduanas."

16. ETAPA REVOLUCIONARIA

Debido a la crisis que trajo consigo la Revolución, y a la transfor-


mación que le impuso al país, los años en que la misma duró y aun
los que le siguieron, hicieron casi imposible que se aplicara una
adecuada política de comercio exterior. México siguió en materia
de exportación dependiendo casi exclusivamente de sus productos
minerales, los cuales aún en la tercera década de este siglo repre-
sentaban un 77.29> del monto total de la exportación distribuyéndose
el resto entre materias primas y productos vegetales.
Ya triunfante la Revolución, el Primer Jefe del Ejército Constí-
tucionalista publica el 5 de julio de 1916, la nueva tarifa de aran-
celes que aceptaba por buena la clasificación de la anterior y en ella
no se hace declaración más que de un producto prohibido, el opio.
Los alimentos si eran indispensables por su escasez estaban exentos
de derecho, los vestidos si no eran lujosos tenían una rebaja de 10%,
se declaraban libres de todo impuesto las embarcaciones, los carros
y coches para vías férreas, las herramientas de mano y otros artícu-
los necesarios para la industria, la agricultura y la educación. En
cambio se empezó a gravar fuertemente los artículos de lujo. Se re-
dactaron en el vocabulario 285 notas explicativas y se agruparon en
717 las fracciones arancelarias. Esta tarifa marcó el inicio de la entra-
da franca de maquinaria a nuestro país."
Al promulgarse la Constitución de 1917, se le asignó a la Fe-
deración y al Congreso .de la Unión, facultades privativas para regu-
lar el comercio exterior, encomiable labor del legislador ya que deja
en la esfera federal materia tan importante como es la regulación
del comercio exterior, a través de los impuestos de importación y
exportación los cuales no pueden ni deben quedar en la esfera esta-
&2 Ley publicado en el Diario Oficial de la Federación el 19 de febrero de 1900.
na Elíbe Durán Rojas. La Regla XIV de la Tarifa del Impuesto General de Im-
portaci6n, pág. 32.
DERECHO ADUANERO 99

tal, pues las autoridades locales están desconectadas y carecen de


visión de conjunto de la economía financiera del país, necesaria para
definir la política de protección O de libre cambio que convenga
seguir. Es así como en el' articulo 73 fracción IX se le daba faculta-
des al Congreso para "expedir aranceles sobre el comercio extranjero
y para impedir que en el comercio de Estado a Estado se establez-
can restricciones". Y el articulo 117 en la fracción V, afirmaba que
los Estados no podrán "prohibir ni gravar directa ni indirectamen-
te la entrada a su territorio, ni la salida de él, a ninguna mercancía
nacional o extranjera"; y enla fracción VI "gravar la circulación ni
el consumo de efectos nacionales o extranjeros, con impuestos o
derechos cuya exención se efectúe por aduanas locales, requiera ins-
pección O registro de bultos ti exija documentación que acompañe la
mercancía". Agregándose en la fracción I del artículo 118... "ni
imponer contribuciones o derechos sobre importaciones o exporta-
ciones". Tales eran los principios que consagraba nuestra carta Mag-
na. y aun más adelante en el artículo 131 del mismo cuerpo de
leyes concedía como facultad privativa de la Federación gravar las
mercancías que se importen o exporten, o que pasen de tránsito por
el territorio nacional, así romo reglamentar en todo tiempo y aun
prohibir por motivo de seguridad o de policía, la circulación en el
interior de la República., de toda clase de efectos, cualesquiera que
sea su procedencia ... ","
Respecto a la cuestión arancelaria, México romo país poco desa-
rrollado que inicia la producción de sus artículos manufacturados
que adquiría con anterioridad en el mercado mundial, principia su
producción en desventaja con los países altamente industrializados.
Por lo que tiene que recurrir en mayor o menor extensión a que los
impuestos de importación no sólo procuren recursos fiscales, sino
también en los casos necesarios. sean barreras protectoras de la na-
ciente industria, de la competencia exterior. Para que los impues-
tos protectores sean eficaces, es necesario que dentro del país exista
ya, aunque sea en forma incipiente, la industria que se trata de pro-
teger. De no existir, es contraproducente y entonces lo que es ne-
cesario hacer es todo lo contrario, reducir las cuotas y declarar exen-
ciones de impuestos de los productos que se necesitan para la for-
mación de la industria, ya que los importadores ron el aliciente de
cuotas bajas. o no gravadas introducirán las máquinas, maquinarias
y equipos necesarios para la instalación de las industrias.
54 Constitución Polltica de los Estados Unidos Mexicanos. Texto Original. Re-
producción del Sindicato. de la Secretaría de Hacienda y Ctédlto Público. México,
1970. .
100 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

La legislación aduanal, estaba desde 1891 abandonada, si bien


es cierto que se habían dado un sinnúmero de disposiciones, éstas
habían sido dictadas en momentos de crisis y para salvar situacio-
nes momentáneas, además, precisamente esa diversidad de ordena-
miento hacia más compleja y anárquica la legislación aduanal por
Jo que era imperante que se efectuara una revisión completa y se
le reformara, poniéndola acorde con las transformaciones y evolu-
ciones que se habían operado en el país en los años que siguieron
a la Revolución.
Humberto Olivo Amorós dice que la primera reglamentación de
las funciones del agente aduanal fue la del 15 de febrero de 1918,
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 20 del mismo
mes yaño. 66
Fue así como el 18 de abril de 1928 se dictó una nueva ley
aduanera, la cual por decreto del 15 de agosto publicado en el Diario
Oficial del 27 del mismo mes y año, dispuso que su vigencia se
iniciara el 31 de diciembre de ese año. La ley en mención nunca
entró en vigor.
El I? de enero de 1930 se publicó una Nueva Ley Aduanera
que vino a derogar a la Ordenanza General de Aduanas de 1891
y a la ley expedida el 18 de abril de 1928.
La ley que comentamos tiene 18 títulos y 764 artículos, su ob-
jetivo fundamental era el de proporcionar al comercio mayores faci-
lidades para sus operaciones en las aduanas, por medio de la sim-
plificación de los procedimientos y trámites exigidos. Se suprimíó la
certificación y visa consular de la factura, se disminuyeron los hono-
rarios que por servicios extraordinarios percibía el personal aduanero.
La falta de factura comercial fue sancionada con una multa más
benévola que la que se venia aplicando. Por primera vez en el texto
-de una ley aduanera se incluye la intervención de los agentes adua-
nales definiéndolos como "los individuos a quienes el Ejecutivo Fe-
deral por conducto de la Dirección General de Aduanas, autoriza
mediante la patente respectiva para ocuparse habitual y profesio-
nalmente, y siempre por cuenta ajena, en la gestión de las opera-
ciones de que trata la ley"."
Esta ley regula también lo relativo al tráfico marítimo en sus tres
formas, las importaciones y exportaciones, las reexportaciones, los
transbordos, los almacenamientos de mercancías, el tráfico terrestre,
el tránsito internacional y como punto novedoso incluía el tráfico
aéreo al cual le dedicó un capítulo exclusivo. Reglamentó el tráfico
66 Humberto Olivo Amorós. El Agente Aduana! en México, págs. 24 y 25.
00 Diario OficWl de la Federacíón, 1ti de enero de 1930.
DERECHO ADUANERO 101
postal; las operaciones temporales; la guarda y 'custodia de las mer-
canelas en los almacenes generales de depósito; las aduanas inte-
riores; las facultades y obligaciones de la Dirección General de
Aduanas; y en el capítulo final las ínfracciones y sus sanciones.
El 19 de agosto de 1935, se expide una nueva ley aduanal, con 18
títulos, 435 artículos y un reglamento publicado en el mes de diciem-
bre. La ley regula el tráfico de mercancías, pudiendo ser; marítimo,
terrestre, aéreo y postal. Regula asimismo, las operaciones temporales,
el tránsito internacional, depósito fiscal, los perímetros libres, las ope-
raciones que pueden practicar las secciones aduaneras y la Direc-
ción General de Aduanas."
Esta ley en cuanto a infracciones y sanciones sigue los linea-
mientos generales de la anterior, con las salvedades siguientes: se
deja de tomar en cuenta para la clasificación de la infracción de con-
trabando, el lugar por donde se introduzca la mercancía, sea un
lugar hábil o inhábil para el tráfico internacional. Se hace mención
al contrabando de mercancía prohibida, sancionándolo con prisión
de 10 días a 6 años y multa de $20.00 a $1,000.00 pesos, más deco-
miso de la mercancía.
Faculta a la autoridad administrativa, para que pueda dictar las
medidas que sean necesarias para el aseguramiento del interés fiscal,
inclusive puede ordenar el secuestro de mercancías. Faculta a los
administradores para que puedan aplicar multas a los testigos O pre-
suntos responsables de una infracción, cuando no OCUlTan a desaho-
gar su información, así COmo para girar exhortos a otras oficinas
aduaneras.
Esta ley ya no habla de derechos sencillos y adicionales cama
la anterior, sino que denomina más correctamente, a los primeros,
impuestos y a los segundos, multas.
Esta ley estuvo vigente hasta principios de abril de 1952, en que
entró en vigor el Código Aduanero." En virtud de que este códi-
go es el antecedente inmediato de la actual legislación aduanera
se ha creído conveniente profundizar en su estudio, ya que innume-
rables figuras jurídicas, terminología y disposiciones han sido adop-
tadas por la ley de 1982 y su reglamento.
El Código Aduanero abrogado estipulaba que el comercio in-
ternacional se realizara a través de las aduanas marítimas, fronte-
rizas, interiores y aeropuertos internacionales y se encuentra abier-
to a todos los países del mundo para realizar esta actividad; con
01 Diario Oficial d. la Federación, 31 do agosto d. 1935,
ee Código Aduanero de los Estados Unidos Mf1'Xf.canos. Editorial. Información
Aduanera de México, S. A. México.
102 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

excepcion de los siguientes casos: guerra internacional, exigencias


de Salubridad Pública y sustracción de la obediencia del Gobierno
Federal.
Asimismo, nuestros mercados se encuentran abiertos a los pro-
ductos extranjeros, sujetos éstos a los requisitos especiales o prohibi-
ciones que establece nuestra legislación.
Las mercancías, desde el momento en que cruzan la línea divi-
soria, penetran en aguas territoriales o en el espacio aéreo mexica-
no, quedan sujetas a las disposiciones del Código Aduanero y de las
tarifas que regulan el comercio internacional.
El Código Aduanero establece una excepción a este principio
y es el que se refiere a las naves militares, marítimas o aéreas y
las dedicadas a los servicios oficiales de los gobiernos extranjeros, las
cuales no están sujetas a las disposiciones del mencionado código.
Con las mercancías pueden practicarse las siguientes operaciones
aduaneras:
I. Importación: definitiva, temporal y especial.
n. Exportación: definitiva, temporal y especial.
In. Tránsito internacional: por territorio nacional y por el ex-
tranjero; y
IV. Transbordo: Directo e indirecto.
A continuación definiremos cada una de las operaciones adua-
neras señaladas:
l. Importación definitiva: es el arribo de mercancías extranjeras
destinadas a su consumo o uso dentro del país;
n. Importación temporal: es la introducción de mercancías ex-
tranjeras destinadas a permanecer en el país por tiempo limitado;
Hl, Importación especial: es el retorno al país de las mercan-
cías nacionales o nacionalizadas que se hubieren exportado en de-
finitiva;
IV. Exportación definitiva: es el envío de mercancías naciona-
les o nacionalizadas para uso o consumo en el exterior;
V. Exportación temporal: es la salida de mercancías nacionales
o nacionalizadas que vayan a permanecer en el extranjero por tiem-
po limitado;
VI. Exportación especial: es el retorno al exterior de mercan-
cías extranjeras que, habiéndose importado, no estén nacionalizadas;
VII. Tránsito por territorio nacional: es el paso de mercancías
extranjeras a través del país; .
VnI. Tránsito por territorio extranjero: es la salida de mercan-
DERECHO ADUANERO 103

cías nacionales o nacionalizadas para ser reíntroducídas a la Repú-


blica atravesando territorio extranjero; y
IX. Transbordo: es el traslado de mercancías de un vehículo de
transporte a otro o al mismo vehículo en distinto viaje.
Clasificaba las mercancías en: nacionales, nacionalizadas y ex-
tranjeras.
Nacionales. Las que se produzcan en el país o se manufacturen
en el mismo con materias primas nacionales o nacionalizadas.
Nacionalizadas. Las que siendo extranjeras han satisfecho todos
los requisitos y pagado sus impuestos de importación.
Extranjeras. Son aquellas que por su origen provengan del ex-
tranjero y no se hayan nacionalizado.
Las mercancias responden directa y preferentemente ante el fisco
por el importe de sus impuestos y derechos, así como de las multas
y gastos a que dieran lugar, por lo que se autoriza a las autorida-
des fiscales a retener, perseguir o secuestrarIas cuando no hayan
cumplido con las-percepciones indicadas anteriormente.
De las operaciones que se practiquen con las mercancías, las
más importantes son la importación y la exportación.
La importación de mercancías comienza, al entrar la nave con-
ductora en aguas territoriales o al cruzar los vehículos que la trans-
portan la línea divisoria, o las aeronaves el espacio aéreo mexicano
y concluye cuando se ha terminado la tramitación fiscal, quedando
las mercancías a la disposición de los interesados.
La exportación principia en el momento en que las mercancías
son presentadas para su despacho en las oficinas aduanales y con-
cluye con la salida de las mismas del territorio nacional.
El Código Aduanero, en su, artículo 11 establecía las reglas que
servirían para aplicar las cuotas, precios oficiales, tipos de cambio,
recargos, restricciones, requisitos especiales y prohibiciones; a la im-
portación en tráfico marítimo, regirán las que estén establecidas en
el momento de fondear las mercancías; en tráfico terrestre, las de la
fecha en que las mercancías crucen la línea divisoria internacional;
en tráfico aéreo, las vigentes en el momento en que la nave toque el
primer aeropuerto nacional y en tráfico postal, se atenderá a las
que estén vigentes según sea el medio de transporte en que se reali-
ce, pudiendo ser marítimo, terrestre o aéreo.
Para las mercancías que se importen de una zona o perímetro
libre, se aplicarán las que rijan en la fecha en que se realice la cla-
sificación arancelaria de las mercancías que se internen al resto del
país; de igual manera, las que son destinadas a las plantas de mon-
104 ){ÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

taje se aplicarán las vigentes en el momento de su clasífícación aran-


celaria.
Por lo que hace a la exportaci6n, regirán las de la fecha de pre-
sentaci6n de las mercancías a las oficinas aduaneras.
Si se trata de aplicar estas reglas a las mercancías detenidas o
secuestradas con motivo de la Infracción de contrabando, serán las
que estén vigentes en el momento de la aprehensi6n de las mercan-
cías o en el momento de que sea descubierta la infracci6n o bien,
cuando la fecha pueda ser determinada se estará a lo ordenado por
las disposiciones relativas a los diferentes tráficos en que se efec-
túen las operaciones de importaci6n o exportaci6n.
La legislaci6n aduanal establecía una zona de inspecci6n y vigi-
lancia de 200 kil6metros, paralela a lo largo de la línea divisoria;
de las zonas y perímetros libres así como todo el perímetro que
abarquen los aeropuertos, en las cuales las mercancías deberán de
transitar al amparo de los siguientes documentos:
a) Pedimento o documento aduanero que acredite la legal ím-
portaci6n al país de las mercancías nacionalizadas;
b) Las nacionales similares a las extranjeras con el documento
expedido por un establecimiento comercial inscríto en el Registro
Federal de Causantes;
e) Los comestibles, ropa u otra clase de artículos en cantidades
limitadas y que sean para el uso o consumo de sus propietarios, con
simple nota de venta expedida por establecimiento comercial;
.d) Los vehículos con el tarjet6n del Registro Federal de Auto-
m6viles.
La carencia de los documentos mencionados, será motivo de una
presunción, juris tantum, de que ha habido una infracci6n de con-
trabando, por lo tanto las mercancías serán aprehendidas y consig-
nadas a la autoridad aduanera competente para la averiguación y
los resultados que de ellas se deriven.
La tramitaci6n fiscal a que estaban sujetas las mercancías, se
denomina, en los términos del artículo 16 del Código Aduanero,
"despacho". El "despacho", se divide en 2 fases:
. La primera, comprende todos aquellos actos o trámites que se
relacionan COIl la funci6n del porteador o conductores de las mercan-
cías, por ejemplo:
a) La presentaci6n de éstas a los empleados aduaneros de servi-
cio en las garitas, cuando se trate de tráfico terrestre.
b) La formulaci6n del manifiesto de carga y su certificaci6n
DERECHO ADUANERO 105

consular a que está obligado el capitán de la nave que reciba en el


extranjero mercancías con destino a cualquier puerto mexicano.
e) La obligación que tienen los pilotos de naves aéreas, respec-
to a la carga que conducen, etc.
La segunda, abarca aquellos aetos en los que intervienen los re-
mitentes, consignatarios o los destinatarios de las propias mercancías.
El principal aeto que se realiza en esta segunda fase del despacho
es, sin lugar a dudas, el "reconocimiento aduanero" que tiene por ob-
jeto examinar las mercancías para establecer su correcta clasificación
arancelaria y determinar el impuesto que les corresponda.
El despacho de las mercancías debe de hacerse en el orden ero-
nol6gico en que son presentadas, pero tienen prioridad los equipa-
jes, menajes de casa, materiales explosivos, inflamables, frutas fres-
cas, plantas, animales vivos y en general, aquellas mercancías suscep-
tibles de sufrir perjuicio con la demora o que sean perecederas.
Para el despacho y' toda clase de trámites y gestiones relaciona-
dos con las mercancías, tendrán personalidad:
1. El destinatario en importación y el remitente en exportación.
El destinatario, en tráfico marítimo, sólo podrá retirar las mercan-
cías del dominio fiscal, cuando tenga la conformidad del consigna.
tario asentada en el conocimiento de embarque correspondiente.
2. Los consignatarios siguientes: al designado con ese carácter
en un conocimiento nominativo de embarque marítimo; al que pre.
sente un conocimiento de embarque marltimo expedido al portador;
al embarcador de mercancías cuyo conocimiento de embarque marí-
timo está expedido a la orden y al último endosatarlo de los cono-
cimientos marltimos de embarque nominativo o a la orden.
3. A los agentes aduanales.
4. A los consignatarios desIgnados en las facturas comerciales
en tráfico terrestre y en las relacíenes de importación a perímetros
o zonas libres.
5. A los capitanes de buques por las mercancías que no cons-
ten en el manifiesto o los bultos sobrantes que existan a la des-
carga.
6. A las empresas de express y de transportes aéreos por las
mercancías que conduzcan.
7. A las plantas de montaje autorizadas por las mercancías que
importen.
.
8. A los. destinatarios de piezas de correspondencia
gan mercancías.
.
que conten-
106 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

9. A las personas que en tráfico terrestre y por cuenta propia,


gestionen operaciones temporales o de tránsito por territorio nacional.
10. A los remitentes de mercancías al exterior o en tránsito por
te-rritorio extranjero.
11. A las personas que presenten para su despacho, mercancías
que traigan o lleven consigo.
Se entiende por destinatario: al interesado directo en importa-
ción ya sea que actúe por sí o a través de agente aduanal o apo-
derado. Al que adquiera mercancías directamente de casa extran-
jera, sin domicilio en el país. A la persona a quien vengan dirigidas
piezas de correspondencia que contengan mercancías. Al que apa-
rezca con ese carácter en el manifiesto de tráfico aéreo. La calidad
de destinatario se comprobará con la factura comercial, a falta de
ésta, COn documentos y correspondencia.
Entendemos por remitente: al que del extranjero remite mercan-
cías a la República y el que las envía al exterior o en tránsito por
territorio extranjero, ya sea que actúe personalmente o a través de
agente aduanal o apoderado. Se comprueba la calidad de remitente
con la factura comercial o con documentos y correspondencia.
Los interesados pueden libremente gestionar el despacho de sus
mercancías, o también, a través de los servicios de un agente adua-
nal o bien, por medio de un apoderado que tendrá la representación
ante una sola aduana y por un ejercicio fiscal. Los poderes serán
especiales, si se refieren a una sola operación o generales, si abar-
can dos o más.
Para ser apoderado es necesario que éstos reúnan dos de los
requisitos que el Código Aduanero exige para los agentes aduana-
les: ser ciudadano mexicano por nacimiento y aprobar los exáme-
nes de conocimiento y aplicación, que sobre el Código Aduanero y
las tarifas de importación y exportación se les hagan en la Ciudad
de México, Distrito Federal.
Son sujetos de los impuestos por las operaciones aduaneras que
realicen: la Federación, los Estados, el Departamento del Distrito
Federal, los municipios, los organismos públicos descentralizados, aun
cuando en sus leyes orgánicas tengan una disposición en contrario,
las instituciones y asociaciones de beneficencia privada y las siguien-
tes personas físicas o morales:
a) El destinatario en importación.
b) El remitente en exportación.
e) La persona que promueva la íntemación de mercancías que
provengan de zonas o perímetros libres.
DERECHO ADUANERO 107
d) Cualquier persona que realice alguna de, las operaciones que
marca el Código Aduanero.
Tienen responsabilidad solidaria de las faltas, omisiones, sancio-
nes y pago de los impuestos, 'los consignatarios y destinatarios de
las mercancías, los agentes aduanales y los apoderados.
Sobre las mercancías, se constituyó una responsabilidad objetiva
frente al fisco, en virtud de que aquéllas responden en forma direc-
ta y preferente por el importe de sus impuestos, derechos, multas
y gastos ante éste.
Los tráficos que regulaba el abrogado código eran:maritimo,
terrestre, aéreo y postal.
El' tráfico marítimo se realizaba en tres formas diferentes: de al-
tura, cabotaje y mixto.
Entendemos por tráfico de altura, el transporte de mercancías
extranjeras y el de nacionales o nacionalizadas que retoman a nues-
tro país o se remitan con destino al extranjero para transitar por él,
La simple navegación entre un puerto nacional y un extranjero o
viceversa, se considera también tráfico de altura.
El tráfico de cabotaje, es el transporte de mercancías naciona-
les o nacionalizadas o bien, la navegación entre dos puertos del país
situados en el mismo litoral.
Tráfico mixto, es en el que se puede realizar simultáneamente, el
de altura y el de cabotaje, ya sea por la mercancía que se trans-
porta o por la navegación que se realiza. La navegación entre dos
puertos de nuestro país, pero situados en diferentes litorales o si es
en el mismo litoral pero el barco hizo escala en un puerto extran-
jero, se considera como tráfico mixto,
Las mercancías en el tráfico de altura, deberán de presentarse
para su importación, con los siguientes documentos redactados en
idioma castellano: manifiesto certificado consularmente y por trípli-
cado para cada uno de los puertos a que la carga venga destinada;
relación por triplicado, para cada puerto de destino, de las mercan-
cías que contengan materias explosivas, inflamables o corrosivas;
lista por duplicado de los pasajeros que se transporten para cada
puerto mexicano, en la que se expresará la cantidad y clase de bultos
que constituya el equipaje del pasajero.
Inmediatamente después del arribo de las naves y éstas decla-
radas "a libre práctica", las autoridades aduaneras practicarán visi-
ta de fondeo para establecer vigilancia a bordo, sellar los departa-
mentos de la nave en los que se efectúe o pueda efectuarse venta
108 MÁXIMo CARVAJAL OONTRERAS

de artículos y recibir de) capitán del barco los documentos a que


se ha hecho mención en el párrafo anterior.
Por lo que hace a la exportación en -el tráfico de altura, la sa-
lida se inicia con la apertura del registro del buque, debiéndose
presentar por triplicado un manifiesto que comprenda la carga que
se haya tomado con destino al extranjero.
El despacho aduanero quedará sujeto a los siguientes requisitos:
1. El capitán del buque que vaya a salir, deberá de presentar
una solicitud por duplicado, pidiendo a la aduana la expedición de
un certificado de solvencia en el que deberá de anotarse la clase,
nacionalidad y nombre del buque, así como el puerto extranjero a
que se dirija.
2. Para expedir el certificado, es necesario que la nave haya
terminado sus operaciones en el puerto y no tenga ningún adeudo
fiscal o haya otorgado garantía por las prestaciones pendientes. Com-
probado lo anterior, por duplicado se extenderá el mencionado cer-
tificado de solvencia.
La exportación en el tráfico de altura, se. realizará con los si-
guientes requisitos: ante la aduana donde se efectúe el tráfico, de-
berán de haberse cubierto los impuestos a la exportación, la aduana
expedirá el documento de exportación para agregarse al manifiesto
de salida. .
El tráfico de cabotaje, se regirá según disposición expresa del
Código Aduanero, por las disposiciones de la Ley de Vías Genera-
les de Comunicación, y la transportación de mercanclas y equipaje,
se llevará a cabo sin intervención aduanera y sólo estarán sujetas a
vigilancia para evitar que puedan mezclarse mercanclas que corres-
pondan a otro tráfico.
El tráfico mixto, por lo que se refiere a la importación o expor-
tación, se seguirá por las disposiciones relativas al tráfico de altura,
si las mercancías que se pretenden importar o exportar caen dentro
de este supuesto o a las de tráfico de cabotaje en las mismas condi-
ciones apuntadas.
El tráfico terrestre se efectuará por los lugares donde exista adua-
na, las cuales señalarán en sus reglamentos interiores, los lugares,
vados, pasos, puentes y vías férreas, por las cuales podrá efectuarse
dicho tráfico; así como las horas hábiles para la realización de este
tráfico.
Para la importación de mercanclas de tráfico terrestre, deberán
éstas de entrar acompañadas del original de la factura comercial.
Las naves que realizan el tráfico aéreo ínternacíonal, deberán de
DERECHO ADUANERO 109
aterrizar y despegar de aeropuertos declarados por el Ejecutivo Fe-
deral, con el carácter de internacionales.
En el reglamento interior de la aduana, se marcará el tiempo
hábil para el tráfico.
Las autoridades aduaneras, practicarán visita de inspección a las
naves que en el tráfico aéreo internacional aterricen y despeguen.
En esta visita el piloto entregará la documentación que ampare las
mercancías que la nave conduzca. Dicha documentación se deno-
minará manifiesto, el cual no requiere de certificación consular,
debiendo estar redactado en idioma español y presentarse por tri-
plicado, conteniendo los nombres de los destinatarios de! las mer-
cancías.
Para la exportación de las mercancías, el piloto de la .nave que
vaya a conducirlas al extranjero, deberá formular un manifiesto con
las mismas características apuntadas para el manifiesto de impor-
tación.
La importación y exportación en este tráfico, se realiza con la
sola presentación de las mercancías a los empleados de servicio en
los aeropuertos internacionales. El vista de servicio efectuará la cla-
sificación arancelaria y expedirá un volante para cada bulto o bul-
tos destinados ~ una misma persona; cobrando los impuestos o dere-
chos que causen.
En el tráfico postal, las mercancías de importación y exportación,
quedan confiadas a la custodia del correo pero bajo la jurisdicción
de las aduanas. Es obligación ineludible de las oficinas postales,
presentar a la autoridad aduanera las mercancfas que reciban para
que se efectúe su registro y clasificación arancelatia.
La abertura de las valijas procedentes del extranjero, se hará
en presencia de un interventor designado por. el jefe de la aduana
y la recaudación de los impuestos que se causen será hecha por las
oficinas de correos, no debiendo entregarse las mercancías a sus
destinatarios mientras no estén cubiertas todas las percepciones y
requisitos especiales a que estén sujetas las mercancías; el reco-
nocimiento aduanero será efectuado por los vistas que se designen
para tal efecto, el cual clasificará en un documento aduanero deno-
minado "boleta".
Para la exportación de mercancías por tráfico postal, los inte-
resados las entregarán a las oficinas postales con el objeto de que
éstas las presenten a los empleados aduanales para que se realice
el reconocimiento aduanero y se expida la boleta de liquidación.
Efectuado lo anteriormente citado, podrán reexpedirse los bultos re-
cibidos después de cubrirse las prestaciones fiscales causadas y en
110 MÁXIMO· CARVAJAL CONTRERAS

su caso exigir el cumplimiento de los requisitos especiales que deben


de satisfacerse.
En el reconocimiento aduanero se dan las reglas para la toma
oficial de muestras y su remisión a la Dirección General de Aduanas,
así como la formulación de pedimentos para el despacho de mer-
cancías. Se regula el recurso de controversia arancelaria y su forma
de tramitación.
Se dietan disposiciones relacionadas con las franquicias de pasa-
jeros y menajes de casa de repatriados e inmigrantes.
Por lo que hace a las infracciones, el Código Aduanero abroga-
do, las define como toda violación que se comete a algún precepto
del Código consistente en hacer lo que se prohibe o en omitir lo que
se ordena.
El Código, sin hacer una clasificación, contenía dos tipos de in-
fracciones; simples o derivadas de la tramitación aduanal, además,
de otras complejas que podían constituir un delito. Las primeras se
encontraban dispersas en todo el artículado del Código Aduanero,
las sanciones a estas infracciones estaban contenidas en el artículo
628. Por lo que hace a las segundas, podemos encontrar cuatro de
este tipo de infracciones: el contrabando regulado en el artículo 570
y siguientes; la tenencia ilegal de mercancía regulada en el artículo
553 bis; el comercio ilícito en la fracción segunda del mismo artículo y
la inexacta clasificación arancelaria que se desprende de los ar-
tículos 208 y 212.
El Cádigo reglamentaba en un capítulo especial a los agentes
aduanales, definiendo esta figura, señalando los requisitos que eran
necesarios para obtener una patente aduanal, los derechos y obliga-
ciones de los agentes aduanales y los casos en que procedía la sus-
pensión o cancelación de la patente aduana!. Asimismo, el procedi-
miento necesario para obtener la patente.
En algunos otros títulos se reglamentaban las operaciones tem-
porales, el tránsito internacional, el depósito fiscal, las aduanas inte-
riores, los perímetros y zonas libres, las facultades de la Dirección
General de Aduanas y por último, las exenciones.
Cuando abordemos el estudio de la actual legislación y su regla-
mentación, podremos comparar la similitud, en algunos casos esen-
ciales, entre el presente ordenamiento y las disposiciones vigentes.
A partir de la expedición de la primera ley aduanal, se han dic-
tado principaímente ocho tarifas arancelanas de importación las que
han marcado la política arancelaria a seguir. Dadas las circunstan-
cias de evidente desventaja por la que atraviesan los paises poco
desarrollados, por la iniciación de producción de sus artículos elabo-
DERECHO ADUANERO 111
rados que anteriormente tenían que obtener de los mercados extran-
jeros, ha sido una de las causas por la cual los aranceles han dejado
de ser considerados primordialmente, como fuentes de recursos fi-
nancieros para convertirse en obstáculos legales que protegen la na-
ciente industria de la competencia del exterior; por lo que las nuevas
tarifas arancelarias fueron coadyuvantes del comercio exterior. Es así
como podemos afirmar que los aranceles de importación fueron y son,
instrumentos reguladores de la economía.
La primera tarifa expedida el mes de (.. nero de 1930,'"' tenía las
siguientes características: las secciones de la tarifa están divididas si-
guiendo un orden igual al de los reinos de la naturaleza: animal,
vegetal, mineral; al contrario de las otras tarifas que se habían expe-
dido anteriormente, en las que se partía de los comestibles, las mer-
cancías, los abarrotes, los textiles y por último los objetos no espe-
cificados. Las secciones de la nueva tarifa se subdividían en grandes
grupos, en subgrupos y éstos en partidas; siguiendo el sistema deci-
mal. De tal manera que cada grupo corresponde a un grupo deter-
minado, con lo que se facilita en la tarifa hallar la fracción corres-
pondiente sin incurrir en errores accidentales. La claridad y mejor
clasificación, trae aparejada mejor recaudación.
Le sucedió a la tarifa de 1930, la del 13 de noviembre de 1947.60
Seguía como la anterior apegada al método de clasificación decimal
y sus diez números clasificadores son los siguientes:
a) Del clasificador "(f'. Está destinado a connotar que existe una
situación especial para determinadas mercancías comprendidas en los
números clasificadores restantes. Estas mercancías son las sujetas a
otros impuestos distintos a los de importación o bien existe prohibi-
ción para importarlas, o están sujetas a permiso para poder ser
importadas. Este número "O" no crea clasificaciones arancelarias y se
limita a registrar bajo las divisiones del "01" al "09" los efectos clasi-
ficados en los grupos del 1 al 9 con indicaciones de la disposición
que deba observarse y de la índole de la misma.
b) De los clasificados del 1 al ~. Están destinados a clasifica-
ción general de la mercancía independientemente de la situación es-
pecial que rija para algunas de ellas. La numeración progresiva se
caracteriza por emplear cinco guarismos, excepto en el clasificador
"O" en que se usan seis, .adoptando cinco solamente en los casos que
se refieren á disposiciones generales. .
Hace una clasificación de materias y objetos a los cuales no con.
.. Diario Oficial de la Federaci6n. Diciembre 2 de 1929.
.. Diario Oficial de la Federaci6n. Diciembre 14 de 1947.
112 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

sidera como tales y en consecuencia no podrán ser gravadas entre


éstas, el agua potable ya sea que su introducción al país se haga
mediante entubaciones o recipientes, los cadáveres en sus ataúdes o
cenizas de cadáveres, las piezas postales como: cartas, tarjetas, pu-
blicaciones, periódicos, etc.
Como innovación importante trae la de que el impuesto se pa-
gaba en dos formas: por el valor de la mercancía (ad-valorem) pero
de acuerdo con los precios oficiales.que se establecían o bien, con el
valor de la factura si éste era más alto que el oficial; y el especifico
aplicándose por unidad, metro, litro. Con el primer impuesto se tra-
taba de crear un elemento automático de ajuste del impuesto al valor
de los efectos gravados; y con el segundo de obtener y asegurar un
rendimiento fiscal mínimo.
Las facturas comerciales que amparan las mercancías objeto de
importación, deberían consignar el. valor de las mismas en el mercado
del lugar de compra.
En la presente tarifa el cuadro clasificador quedó de la manera
siguiente:
Capítulo O. Efectos sujetos a otros impuestos, autorizaciones o
prohibiciones.
Capítulo 1. Materias animales.
Capítulo 2. Materias vegetales.
Capítulo 8. Materias minerales.
Capítulo 4. Hilados y tejidos.
Capdolo 5. Manufacturas de tejidos.
Capítulo 6. Productos de la industria química.
Capítulo 7. Productos de diversas industrias.
Capítulo 8. Máquinas, aparatos e instrumentos para la agricul-
tura, la industria, la minería y las artes; sus partes sueltas y piezas
de refacción.
Capítulo 9. Máquinas, aparatos e instrumentos para otros usos
y los vehículos.
La tarifa de 1947 fue derogada por la del 27 de diciembre de
1955.61 En esta tarifa se aprovecharon para su integración, además
de la rica experiencia acumulada, la información de organismos in-
ternacionales como el de la C.U.CJ. (Clasificación Uniforme de Co-
mercio Internacional), y el de la N.A.U.C.A. (Nomenclatura Aran-
celada Uniforme para los Países de Centro América).
Las reglas generales de esta tarifa son las siguientes: para clasi-
ficar una mercancía se considera el estado natural de las cosas como
lo primero, ya sea el material básico al que pertenece un producto,
o al reino natural al que corresponde. Se atiende a los productos por
., Dian'o Oficial ele la F cdcraci6fl, Enero 20, de 1956.
DERECHO -ADUANERO 113
su grado de elaboraci6n, desde los presentados por su grado natural
hasta los más elaborados, con arreglo al origen o naturaleza de las
materias primas. Se toma en cuenta el uso de las mercancías. La tari-
fa está estructurada en secciones, capítulos, grupos, partidas y frac-
ciones; O· sea que se parte de lo más genérico a lo especifico, reser-
vándose una fracci6n, la última, a lo que no está comprendido en el
capitulo, denominándola "Los demás".
En esta tarifa son 7 los dígitos que se usan en vez de 5 como en
la anterior. Junto a la nomenclatura incluida dentro de la tarifa, se
encuentran las notas _explicativas.
El cuadro clasificador es el siguiente:
Sección O. Comestibles.
Sección 1. Bebidas y tabacos.
Sección 2. Materiales crudos, excepto combustibles minerales.
Sección 3. Combustibles, lubricantes, minerales y energía eléc-
trica.
Sección 4. Materias grasas, excepto lubricantes.
Sección 5. Productos quirnicos.
Sección 6. Artículos manufacturados clasificados principalmente
por la materia.
Sección 7. Maquinaria, máquinas, herramientas. Material eléctri-
co y transportes.
Sección 8. Artículos manufacturados diversos.
Sección 9. Armas, municiones, valores y otros.
La tarifa de 1956 fue abrogada por la del 26 de noviembre de
1964.'12 Esta tarifa adopt6 la Nomenclatura Aduanera del Consejo de
Bruselas en su estructura, conteniendo 5 reglas generales y 16 reglas
complementarias para su aplicaci6n.
La tarifa de 1964 fue derogada por la de enero de 1975, la cual
sigue exactamente la misma estructura que la anterior, teniendo como
únicas diferencias la eliminación de la cuota especifica, reducci6n de
fracciones arancelarias; disminuy6 a 4 reglas las generales y a 12
reglas las complementarias.
La nomenclatura de 1975 ha sido abrogada por la de 1988 vi-
gente a partir del primero de julio dél mismo año. La que a su vez
se ha abrogado por la publicada el 18 de Diciembre de 1995 y en
vigor a partir del primero de Enero de 1996, ésta ha sido abrogada
por la nueva tarifa de importación y exportación publicada en cl
Diario Oficial de la Federación el18 de enero de 2002, para entrar en
vigor el primero de abril del mismo año. Esta nomenclatura será obje-
to de análisis en el capítulo cuarto de este libro.
6t Diario Oficial de la Federación de los días lO, 12, 1.5, 14, 17 Y 18 de noviembre de
1964.
114 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

Por lo que hace a las tarifas del Impuesto General de Exporta-


ción durante esta etapa revolucionaria, se han dictado principal-
mente seis.
La primera que entr6 en vigor en 1947," estaba formada de la
siguiente manera: .
1. Su estructura. Esta se pretendi6 ajustar aunque no del todo,
como veremos más adelante, al sistema de clasificaci6n decimal, pues
iba del 1 al 9. Por ahora, basta decir que el "O" se destin6 para in-
dicar por separado en la tarifa, una situaci6n especial para ciertas mer-
cancías; y los dígitos del 1 al 9, se les utilizó en la clasificaci6n aran-
celaria propiamente dicha.
La cantidad de dígitos que numeraban a las fracciones llegaban
hasta 4, sin contar claro está al clasificador "O", el primer dígito seña-
laba el cuadro clasificador; el segundo, el grupo; el tercero, la clase;
y, el cuarto, la fracci6n propiamente dicha.
2. Critl11'ÍO de clasificacián. La tarifa clasificaba a los efectos
preferentemente por su naturaleza: animal, vegetal o mineral; este
criterio se complementaba en cierto modo por otros de producci6n
y grado de elaboraci6n; pero éstos eran bastante limitados en sus
alcances y efectos, principalmente desde el punto de vista económi-
co, pues en ese criterio, la clasificaci6n naturalista está muy lejos de
relacionarse estrechamente con uno de carácter econ6mico. El pre-
dominio de ese criterio de clasífícación, limitaba seriamente la ex-
tensión y efetos de los criterios de producci6n y grado de elabo-
ración,
3. La clasificaci6n propiamente dicha. Dentro de esa estrnctura
y criterios clasificadores, se agruparon las mercancías en un cuadro
clasificador general, que bien se puede dividir en dos grandes partes.
La primera, marcada con el número "O", antepuesto a los demás
números, indicaba que las mercancías a que se referían las fraccio-
nes agrupadas bajo ese clasificador, estaban sujetas en su exportaci6n
al cumplimiento de ciertos requisitos. Ese número "O" se limitaba a
registrar bajo las divisiones del 01 al 09 las mercancías clasificadas
en los grupos del 1 al 9, con indicación de la disposici6n que debía
aplicarse al caso e índole de ella; es decir, ese clasificador "O" no
creaba clasificación arancelaria alguna.
Ahí estaban también incluidas las mercancías no determinadas
arancelariamente para distinguirlas de las, clasificadas, se les agru-
p6 de acuerdo con las disposiciones que las regulasen bajo el· nú-
mero "00", puesto del modo indicado arriba. Asímismo, dentro de
es Diario Oficial de la Federación. Noviembre 27 de 1947.
DERECHO ADUANERO 115

ese clasificador, pero mediante el número "000", se agrupaban las


mercancías enviadas por vía postal; causaban recargos; y, así tam-
bién se señalaba la causación de los derechos de carga y descarga.
La segunda parte del cuadro clasificador general, se referla a la
clasificación arancelaria propiamente dicha. :E:sta se determinó me-
diante los dígitos del 1 al 9, independientemente de la situación
especial que rigiese para algunas mercancias. El primer dlgito de
los guarismos del 1 al 9, se aplicaba a cada uno de los nueve cuadros
clasificadores de la tarifa; a estos dígitos se agregaban otros del O
al 9 para distinguir los grupos; a este guarismo se agregaban otros
números del O al 9, para indicar la fracción relativa a la mercancia.
De lo anterior se deduce que la estructura era muy estrecha
y siendo la clasificación decimal con la exclusión mencionada y
sin tomar en cuenta las limitaciones de grupo, dicha tarifa, empl~!\;
das y agotadas legalmente todas sus posibilidades de desglose aran-
celarios lineales, apenas si hubiera podido contener unas 9,000 frac-
ciones. El marco era tan estrecho y, por lo mismo, tan-reducído el
campo de aplicación que salvo subterfugios administrativos, ninguna
partida podrla contener más de 10 fracciones, un grupo 10 partidas,
un cuadro clasificador 10 grupos y el cuadro general clasificador se
componía en rigor de 9 rubros, de modo tal que hubiera sido violen-
tar esa estructura si se hubieran incluido de modo especifico o indi-
vidual más mercancias de las que permitía esa estructura; esto obliga-
ba a que en la mayor parte de los casos las fracciones fueran genéricas
o que se recurriera a otros procedimientos para que contuvieran mer-
canelas pertenecientes al mismo género, grupo o especie.
4. Reglas de aplicaci6n. Éstas eran en número de 12 y se refe-
rían respectivamente a: la estructura de la tarifa; determinación de
los pesos neto, legal y bruto; los envases; la clasificación de los ar-
tefactos de dos o más materias; definición de artefactos, artículos y
manufacturas; definición de cuero y piel; mercanelas empacadas en
un mismo bulto; efectos gravados por su peso; tolerancia de los limi-
tes de peso o en los de porcentaje de determinadas substancias y en
las medidas señaladas para la clasificación de esas mercancias; mer-
cancia cuya exportación estaba sujeta a requisitos especiales; deter-
minación del valor de las mercanelas para el cobro de la cuota ad-
valorem; y, por último, que cuando los efectos se enviaban por vía
postal no se debla expedir boleta aduanal.
5. La tabla de la tarifa. Esta estaba compuesta de 4 columnas,
la primera de ellas se destinaba al número de la fracción; la segunda
a la nomenclatura; la tercera a la unidad arancelaria y la cuarta a
las cuotas.
116 MÁXIMo CAlIVAJAL CONTllEllAS

6. Vocabulario. A éste, que debería ser una simple relación alfabé-


tica de las mercancías, prácticamente se le daba fuerza legal de acuer-
do, por un lado, con la regla número 1, fracción VI, y por otro con
el artículo 221 del Código Aduanero, ya que por la primera se decía:
"toda mercancía comprendida en el vocabulario de la tarifa causa-
rá la cuota correspondiente a la fracción que tenga señalada"; y por
el segundo, se ordena en su primer párrafo, lo siguiente: "toda mer-
cancía que no esté comprendida en las tarifas de importación o de
exportación y sus vocabularios, se considerará de asimilación y se cla-
sificará arancelariamente por analogía tomando en cuenta su mate-
ria, uso, propiedades u otras características que determinen su seme-
janza con alguna mercancía que tenga fracción señalada en dichas
tarifas".
Esto era un arma de dos filos, podría servir para agilizar las ex-
portaciones pero también para estorbarlas, con la circunstancia que
una política restrictiva de cierta clase de exportaciones podría ser
burlada.
7. La circular que fiíaba los precios oficiales. En dicha circular
se citaban todas y cada una de las fracciones de la tarifa que tenían
fijado un precio oficial. De este modo, cuando ese precio se modificaba
o se fijaba uno por primera vez, se debía expedir otra circular que
contuviera esa exhaustiva relación de fracciones con precios oficiales.
Para resolver este problema se institucionalizó la circular origínal,
y, las modificaciones, se incluían mediante el procedimiento de hojas
sustituibles.
8. Llamadas especiales. La nomenclatura de las fracciones de la
tarifa a veces contenían llamadas especiales para indicar que estaban
exentas de la cuota adicional del 25$ ad-oolorem. y para que se con-
sultara las disposiciones conexas aludidas dentro del texto de las frac-
ciones. Además, a nivel del primero o segundo guarismo de los cuadros
clasificadores particulares, aparecían notas relativas a las disposicio-
nes legales que deberían consultarse en relación a los clasificadores
o a las fracciones en concreto. .."
La segunda tarifa de exportación vigente a partir de 1958," adop-
tó la estructura y criterios de la clasificación de la CUCI y la NAUCA,
tamizadas a través de la Tarifa del Impuesto General de Importa-
ción y de la experiencia nacional, pública y privada; perseguía ex-
presamente los siguientes objetivos: ajustar la estructura de la tari-
fa a las características de nuestra economía, así como el desarrollo
del comercio internacional; dar un nuevo ordenamiento a las frac-

<. Diario Ofic/lll de la Federocló". Diciembre 31 de 1957.


DERECHO ADUANERO 117

ciones de la tarifa; propiciar el desglose de fracciones genencas y


cuando así se requiriese, asimilar varias de ellas en una sola; esta-
blecer las bases para una mayor comparabilidad entre las dos tarifas
que regulan la imposición a nuestro comercio exterior; imprimir a
la tarifa con todo ello, la amplitud y versatilidad indispensable para
contener todos los renglones de nuestras exportaciones y su posible
incremento, cuando las actividades económicas del país se amplia-
sen hacia un número mayor de ramas productivas.
Que siendo la exportación un elemento de gran significación en
el pago de las importaciones de materias primas y bienes de capital
requeridos por nuestro proceso de industrialización, la tarifa coadyu-
vase a llevar a cabo la política comercial en materia de exportación,
cuyos objetivos principales han sido aumentar el volumen exportado,
diversificar los productos exportables así como los mercados y estimu-
lar la exportación de productos elaborados frente a la exportación de
materias primas o semíelaboradas.
En atención a tales fines, la política fiscal se orientó en el sentido
de utilizar el impuesto de exportación como un medio más para fo-
mentar y encauzar "el desarrollo económico, no sólo desde el punto
de vista del destino productivo de los recursos que arbitra el estado,
sino por la inversión que se logre a través de su manejo para promo-
ver la diversificación de las exportaciones, logra una mejor distri-
bución del ingreso nacional, coadyuvar al éxito sobre el control de
los precios y el abastecimiento interno, fomentar la industrialización
de las materias primas nacionales y proteger los recursos exhaustí-
bIes de la nación".
- l. Estructura. Esa estructura consiste en la agrupación del uni-
verso de bienes exportables en 10 secciones numeradas del O al 9
bajo los rubros respectivos de: comestibles; bebidas y tabaco; com-
bustibles y lubricantes minerales; materiales, grasas, excepto lubrican-
tes; productos químicos; artículos manufacturados, clasificados prin-
cipalmente según el material; maquinaria, máquinas, herramientas;
material eléctrico y transportes; artículos manufacturados diversos; y,
armas, municiones, valores y otros.
A las secciones les corresponden los dígitos del "P" al 9; estos
dígitos son seguidos por otros, también del "O" al 9 y señalan los
capítulos; al guarismo asignado a los capítulos, se añaden otra vez
los números del "O" al 9 para formar los grupos en que se puede
dividir cada capítulo, a su vez, las partidas se indican por los guaris-
mos del "00" al 99, separados por un guión de las tres cifras que los
anteceden con lo que se cierra la clave que permite formar los 10'
cuadros clasificadores. A continuación de estas cinco primeras cifras,
118

se asientan otra vez los números del "00" al 99, separados por otro
guión, para integrar las fracciones, mismas que especifican, concre-
tizan, connotan la clasificación que define las mercancías y el impues-
to ilP)icable a la misma.
2. Criterio de clasificaci6n de las mercancías. Como criterio bá-
sico de clasificación, se adoptó preferentemente el criterio del uso
a que se destinan las mercancías, lo cual se observa claramente en
las secciones O, 1, 3, 5, 7 Y 8. Este criterio se complementó con los
de origen, naturaleza del objeto -predominante en la tarifa que se de-
rogaba- y grado de elaboración; y los que permiten agrupar aque-
llas, mercancías que tienen diversos usos, como son los productos
crudos y materias primas sin elaborar o semielaboradas. A estos cri-
terios obedeció el agrupamiento de las secciones 2, 4 Y 6.
3. Reglas de la tarifa. Las reglas de la tarifa son 2. Sin em-
bargo, cada regla se subdivide en apartados, incisos y subincisos.
. La primera regla, se denomina "Estructura de la tarifa", misma
que se divide en los siguientes apartados:
De la nomenclatura y sus claves; régimen de la nomenclatura;
del impuesto; del valor de las mercancías; del precio oficial; abrevia-
turas, régimen de calificación; desglose de las mercancías compren-
didas en fracciones residuales, en aquellas que clasifiquen conjuntos
que de separarse o efectos cuyo movimiento interesa conocer de in-
mediato; fuerza legal de las expresiones "de todas clases" y de "cual-
quier clase"; de las notas explicativas; del índice alfabético de la
tarifa; y del apéndice de las disposiciones conexas con la tarifa. Como
se ve, la primera regla se divide en diez apartados.
La segunda regla, denominada "Aplicación de la tarifa", tiene
los siguientes apartados:
De los pesos: neto, legal y bruto; de los envases; de los prefijos
antepuestos en las denominaciones de las sales y productos quími-
cos; efectos gravados con límites de peso o composición; de los efectos
'clasificados por la materia de que están hechos; de las mercancías
empacadas en un mismo bulto; estructuras de máquinas, aparatos,
instrumentos y vehículos y sus partes sueltas; de la identificación de
las mercancías; y efectos desarmados.
Esta segunda regla, como se ha observado, tiene nueve apartados.
4. La tabla de la tarifa. Está compuesta de siete columnas; la
primera, corresponde al número de la fracción; aparte de la sección,
del capítulo, grupo y partida; la segunda, contiene el texto de la
fracción, con la indicación entre paréntesis de la reforma que se hubie-
se llevado a cabo; la tercera, se refiere a la unidad arancelaria; la
cuarta y quinta, mencionan las cuotas: especifica y ad-oalorem, res-
DERECHO ADUANERO 119

pectivamente; la sexta, corresponde al precio oficial; y, finalmente


la séptima, alude a las disposiciones especiales mediante la cita del
numeral correspondiente.
5. De la nomenclatura. La estructura de la tarifa y la nomencla-
tura de las fracciones se hallan intimamente relacionadas puesto
que, el texto se refiere a la mercancía que, de acuerdo con el crite-
rio de clasíñcacíón aludido más arriba, le corresponde estar dentro
de una partida correcta de un grupo, que a su vez está contenido
en un capitulo y una sección determinados; además, como se dijo
más arriba, a las fracciones corresponden los últimos guarismos de
izquierda a derecha. Estos guarismos como también se dijo en el
lugar aludido van del "00" al 99. Las fracciones marcadas con los
guarismos anteriores al 90, generalmente son fracciones cuya nomen-
clatura es de carácter especifico; es decir, se refieren a una mercan-
cía en particular o grupo de ellas, identificables aduaneramente de
modo casi univoco, las fracciones marcadas con el guarismo 90 en
adelante; generalmente corresponden a nomenclaturas de carácter
genérico; es decir, agrupan a un determinado o indeterminado univer-
so de mercancías.
De este modo, pues, se tiene en la tarifa dos tipos de fraccio-
nes, las especificas y las genéricas. Desde luego no siempre la no-
menclatura de las especificas es tan singular como parecemos indi-
car; muchas de ellas contienen no sólo cierto grado de generalidad
sino que a veces son verdaderamente genéricas pero además am-
biguas, no obstante estar dentro de los límites que hemos señalado
para las fracciones especificas. Este error de técnica fiscal cuando no
causa perjuicio de ninguna indole, permanece sin corrección algu-
na, máxime cuando a través de fracciones con ese error se canali-
zan exportaciones no controladas de productos ya elaborados.
Aparte de lo anterior, existe otra particularidad en el texto o no-
menclatura de las fracciones relacionadas con una política y técnica
fiscal no siempre ortodoxa que, persiguiendo distintas finalidades sin
conexión directa entre si, ha :instalado en ciertas fracciones de la
tarifa, un trato fiscal discriminatorio o simplemente ha prohibido
la exportación de determinados bienes, en función del cumplimiento
o incumplimiento de ciertos requisitos especiales que se mencionan
expresa o tácitamente dentro del texto de las fracciones aludidas.
6. Unidad arancelaria. La unidad arancelaria es la medida que
sirve de base para la aplicación de las cuotas: específíca y ad-
valorem; en relación a un bien o valor determinado, sea este último
resultado de factura u 'otro documento comercial o de un precio
oficial. Sin embargo, la desgravación total de una fracción. de nín-
120 MÁXIMO CARVAJAL CONTRlffiAS

guna manera justifica la ausencia de unidad arancelaria, pues ésta


sirve, además, para el registro estadístico de las exportaciones.
7. Las cuotas. Más arriba se aludió al hecho de que la tarifa con-
tiene dos tipos de cuotas: una, de carácter específico y otra, de ca-
rácter ad-valorem. Ahora bien, estos dos tipos de cuotas no siempre
coexisten; la mayor parte de las fracciones gravadas, se hallan su-
jetas solamente a la cuota ad-valorem, les siguen las que están gra-
vadas con ambas cuotas y, en último lugar se encuentran las grava-
das solamente con cuotas específicas.
8. Precio oiicial. La Secretaria de Hacienda y Crédito Público
tiene la obligación de fijar a través de la Comisión de Precios de
Exportación y oyendo a la Comisión de Aranceles, los precios oficia-
les de las diversas mercancías de exportación para los efectos de la
aplicación de la cuota ad-valorem. En rigor, esos precios constituyen
la base mínima para la liquidación de la tasa ad-valorem.
Esa obligación de fijar precios oficiales para las diversas mercan-
cías de exportación, sólo es comprensible en el caso de que las mis-
mas soporten un gravamen a la exportación, concretamente, una cuota
de carácter ad-valorem. Además, no sólo obedece a cuestiones de
carácter fiscal la fijación del precio oficial, como es tratar de evitar
la evasión fiscal y asegurar un mínimo de ingresos, sino también a
una necesidad de certeza jurídica en relación al trato fiscal, pues
de acuerdo con las cuotas y el precio oficial de la fracción en cues-
tión, los particulares saben de antemano cuál es el trato fiscal mínimo
O máximo, según el caso a que estarán sujetas las mercancías que
exportan y por lo mismo, estarán en situación de determinar la con-
veniencia o inconveniencia de efectuar la exportación al comparar
sus costos con las cotizaciones del exterior o precio de compra que se
les haya ofrecido; y, asimismo, puede ser utilizado para alcanzar fines
extra fiscales con una mayor agilidad, eficacia y oportunidad en el
manejo de las cuotas o arancel.
Dicho precio oficial en la exportación, representa generalmente en
todos los casos, ya sea que se tome como base para determinarlo,
datos nacionales o datos extranjeros o la combinación de ambos,
el precio libre, a bordo frontera nacional de la mercancía que am-
para la nomenclatura de la fracción arancelaria que lo consigna.
Una vez aprobado un precio oficial, a la cotización que sirvió
de base para fijarlo, se le siguen sus variaciones hasta el momento en
que la cotización registre una alteración ignal al 10%, cuando menos,
en sentido positivo o negativo, pues eso será causa para fijar un
nuevo precio oficial.
Como el precio oficial es de observancia general y abstracto, se
DERECHO ADUANERO 121

establece el deber de que se publique en el Diario Oficial de la


Federación para ser obligatorio.
El precio oficial entrará en vigor en la fecha en que para cada
caso señale la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, lo que se
podría interpretar como que se le faculta para aplicarlo retroactiva-
mente en beneficio de los particulares.
Por último cabe señalar que el precio oficial no es más que un
valor mínimo, un indicador, pues es en definitiva el exportador quien
al declarar el valor comercial de las mercandas que exporta, fija de
modo invariable el otro elemento que falta para el trato fiscal o sea,
el valor que se tomará como base de aplicación de la tasa ad-valorem
que grava la mercancía,
Las disposiciones conexas de la tarifa, se refieren a diferentes
normas jurídicas, de diversa índole y naturaleza, materia y jerarqufa,
tanto en relación a la tarifa c.tada como entre sí, mencionadas ex-
presamente dentro del cuerpo legal en cuestión, que se encuentran
estrechamente vinculadas con éste, ya porque constituyan, indebida-
mente, reglas de aplicación del mismo, ya porque establezcan re-
quisitos sine qua non de la aplicación de dicha tarifa, ya porque
reduzcan O exoneren del impuesto que ésta regula O de otros im-
puestos estatuidos por otras leyes, o ya porque sirvan en general,
de medio de control económico o fiscal.
De la observancia de esas normas depende, en muchas ocasio-
nes, la existencia del acto de exportación con referencia a determi-
nados bienes. Así como el modo, tiempo y lugar de ejecución de
tal acto; y de ellas se desprenden las distintas atribuciones de las
diversas dependencias del Ejecutivo y sus relaciones entre sí, respec-
to de dicho acto de exportación.
Como se advierte, esas disposiciones conexas, directa o indirecta-
mente tienen que ver con el fomento y diversificación de las expor-
taciones con la clase y tipo de éstas, con el establecimiento; cum-
plimiento de normas sanitarias, fitopecuarias y de otro orden, así
como de calidad y de salubridad en general.
En el inciso e) del apartado X de la regla primera, del artículo 2
de la Tarifa del Impuesto General de Exportación se alude al Apén-
dice de Disposiciones Conexas de la tarifa en los siguientes términos:
"Las leyes, decretos y demás disposiciones mencionadas, se regis-
tran en ese apéndice bajo numeración progresiva a fin de citarlas
en las fracciones correspondientes, cuando éstas mencionen mercan-
das determinadas tanto en el texto de la fracción como en el de
la disposición aplicable",
"Cuando esta última sea de carácter general, su consulta se faci-
122 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAs

lita mediante el índice de materias que se acompaña al apéndice",


No se puede ser más concreto pero tampoco más ambiguo, en
relaci6n a las disposiciones conexas de la citada tarifa. Nada se dice
respecto a la naturaleza y alcance de esas disposiciones contenidas
en el apéndice de la tarifa y relaci6n legal que guardan con ésta. Y
todo esto aunque parezca que carece de importancia, la tiene y mu-
cha como se verá más adelante.
Desde luego, la obligatoriedad de las normas conexas se deriva
de ellas mismas, independientemente de que tal cosa se estableciera
en la tarifa. Su observancia no queda al arbitrio de los particulares
o de las autoridades administradoras del impuesto o que intervienen
en las operaciones aduanales. Habiéndose cumplido con ellas, la aplí-
caci6n de la tarifa o de cualquier otra ley relacionada con la exporta-
cíón es imperativa. No se trata de que esas disposiciones tengan un
rango superior a la tarifa; es un caso de prelación,
Como es natural, lo anterior se refleja en el acto de exportaci6n
y por ende en el valor de las exportaciones, máxime cuando la mayor
parte de éstas sufren los efectos de esas disposiciones.
9. Fracciones dentro de cuyo texto se establece o se alude a un
requisito especial. En funci6n del cumplimiento o no de esos requi-
sitos contenidos en el texto de ciertas fracciones de la tarifa, se ha
instalado un trato fiscal díscrimínatorio, mismo que puede hacer in-
costeable la exportación, y, en algunos casos especiales se llega a
la prohibici6n simple y llana de exportar el bien que, por diversas
razones, no se quiere que forme parte de nuestro comercio exterior.
Al revisar en forma somera esos requisitos se encuentra que los
mismos persiguen, entre otras finalidades, las siguientes:
Conservar el monopolio natural, se piensa que respecto a la exis-
tencia bíológíca en el territorio nacional de ciertos vegetales de la
familia de las cactáceas, agaves y de ciertas flores COmO las orquí-
deas y otras plantas, mismas que en atenci6n a la finalidad aludida,
solamente se pueden exportar mediante permiso de la Secretaria de
Agricultura y Canadería, cuando no se cumple este requisito se prohi-
be la exportaci6n.
En ciertos casos se persigue instalar un ·trato fiscal equitativo,
con el objeto de equiparar a: las empresas productoras de los mismos
bienes, tal es el caso de las empresas mineras dedicadas a la explo-
tación del plomo y del zinc, según estén cerca O lejos de ras vías de
comunicaci6n; con ese impuesto discriminatorio se trata de equipa-
rar costos. En la misma actividad minera, a. veces se persigue con-
trolar la producci6n atribuyendo a ciertas empresas la facultad de
exportar con un menor gravamen que otras empresas, en virtud
DERECHO ADUANERO 123
de reunir el requisito de tener plantas concentradoras dc minerales;
tal es el caso del manganeso.
La miel de abeja constituye un asunto especial, por la finalidad
perseguida. Así, cuando esa miel se exporta en barco de matrícula
nacional o en barco extranjero pero con cuya línea las navieras na-
cionales tienen un acuerdo, se cubre un menor gravamen de expor-
tación que cuando se transporta simplemente en barcos extranjeros
o que no- forman parte de la misma conferencia marítima a que
pertenecen las líneas nacionales. Con ello se trata de fomentar el
desarrollo de la marina mercante nacional.
También, es de aludirse a fracciones con requisitos que al mismo
tiempo persiguen diversas finalidades respecto de un mismo bien o
artículo; tal es el caso de la langosta, chicle, cera de candeIilla,
aceite esencial de limón y garbanzo. En los 4 primeros casos, aparte
de tratar de canalizar la exportación a través de un sólo conducto,
para defender a los productores y exportadores nacionales, unificar
la oferta nacional en el exterior y obtener así un mejor precio, tam-
bién se persigue garantizar a la institución de crédito que intervie-
ne en el financiamiento de la exportación y que efectúa gastos por
mercadeo y otros, la recuperación de los créditos otorgados. Cabe
hacer la aclaración que por lo que hace al aceite esencial de limón
no se persigue. este último objetivo; sólo el primero; y por lo que
toca al garbanzo se trata, además, de uniformar la calidad del gar-
banzo de exportación.
Con esos mismos requisitos también se trata de que antes que
todo se abastezca el mercado nacional; de ese modo sólo se expor-
tarán los excedentes. Al mismo tiempo y en atención a fines fiscales
exclusivamente, se puede perseguir el control de la fabricación de
otros o de los mismos bienes. En este caso se encuentran las mieles
incristalizables, el alcohol y azúcar mascabado o refinada.
Existen otros requisitos que se refieren al fomento o estímulo del
desarrollo de ciertas actividades industriales, tales como la fabrica-
ción de envases, de parastícidas, del aprovechamiento industrial de
los desperdicios forestales provenientes de la explotación de los bos-
ques, la explotación racional y conservación de éstos, propiciar la
incorporación del mayor valor agregado en ciertos productos agro-
pecuarios, tales como la fresa y otros.
Dentro de esos mismos requisitos, también se deben mencionar
aquellos que se establecen con el fin de prestigiar los productos na-
cionales; tales son el requisito del contraste y del cumplimiento de
las normas de calidad. El primero se observa fundamentalmente
en los artículos artesanales elaborados con plata; y el otro, que com-
124 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

prendería a todas nuestras ramas industriales, solamente alcanza a


un corto y disperso número de ellas dentro de la tarifa, con la cir-
cunstancia de que actualmente la exígencia del cumplimiento de
esas normas de calidad y funcionamiento ya no es operante a nivel
aduanal; en virtud de que fue derogada la ley que establecía la
certificación de la carencia de normalización para la exportación
de los productos manufacturados y la actual ya no hace referencia
a obligación aduanal alguna respecto a la exportación de artículos
manufacturados que estén o no normalizados.
En este mismo sentido, se deben mencionar los requisitos que
tienden a que se incorpore mayor valor agregado en ciertos objetos
y artefactos artesanales elaborados con metales preciosos y otros
metales y en donde juega papel importante, el valor de la mano de
obra, incorporado el peso de las mercancías, la clase de artículo
de que se trata y el contraste en artículos de plata.
También mediante dichos requisitos, se le da debida interven-
ción al Banco de México, de acuerdo con la ley que lo creó, en la
exportación de los metales preciosos, en la exportación de objetos
y artefactos elaborados con los mismos, ya que dicho banco es la
autoridad monetaria del país y el encargado legal de administrar
la reserva metálica del mismo. Por ello, el Banco de México debe
velar porque esa reserva metálica no se menoscabe ni en su volu-
men ni en su valor. Para cumplir con esas obligaciones, se le ha
facultado para regular el mercado interno de la plata Y el oro y
controlar la exportación de los mismos, mediante la expedición de
permisos.
Esto mismo se observa en el caso de las monedas de oro, nacío-
nales y extranjeras; y de las monedas nacionales de plata u otros
metales o liga de los mismos, de curso legal o no. Por lo que hace
a las monedas de oro nacionales o extranjeras, su exportación mercan-
til se encuentra prohibida; y por lo que toca a las demás, se prohibe
en el caso de que no se cuente con el permiso de esa institución de
crédito; esto se explica, en virtud de que en ocasiones algunas mo-
nedas tienen mayor valor como metal que como moneda propiamen-
te dicho; en consecuencia, no es conveniente su exportación pues
con ello se permitiría la especulación con nuestra propia moneda,
obtener una garantía indebida con ella, con la circunstancia de que
se le daría un uso distinto a su función monetaria en virtud de lo
cual, en ciertos tipos de moneda, el Banco de Méxíco prácticamente
otorga un subsidio.
Exísten fracciones que tienden a conservar y acrecentar nuestro
acervo cultural. Para dichas fracciones se exigen ciertos requisitos o
DEIlECHO ADUANERO 125

simplemente se prohibe la exportación de aquellos bienes que se


considera integran nuestro patrimonio cultural, que se estima cons-
tituido por objetos artísticos de diversa índole y clase, antigüeda-
des, monedas, impresos y manuscritos, objetos de interés histórico,
arqueológico, arquitectónico, etnográfico; colecciones y ejemplares
de museos y para estudio, tales como las minerológicas, botánicas,
fósiles de toda índole y otras; esculturas, pinturas, dibujos y obras
en alto o bajo relieve, artísticos y libros, para todo lo cual se re-
quiere permiso para exportar ya de la Secretaría de Educación Pú-
blica, ya del Archivo General de la Nación o ya de la Universidad
Nacional Autónoma de México.
También se persigue con estos requisitos especiales, contenidos
en el texto de fracciones, el cumplimiento de obligaciones interna-
cionales contraídas por nuestro país, como ejemplo, la persecución y
combate del tráfico de drogas, enervantes o estupefacientes, que Mé-
xico realiza no sólo en cumplimiento de dicho convenio internacional
sino tarobién para preservar y conservar la salud de sus habitantes.
10. lndice alfabético. De acuerdo con el artículo segundo de la
ley que estableció la tarifa del Impuesto General de Exportación,
el índice alfabético forma parte de la misma, lo que a su vez forma
parte de las reglas para la aplicación y estructuración de la tarifa.
Ambos ordenamientos deben concordar en fracción, texto y tiempo,
y con las especificaciones del cuerpo esencial de la tarifa; por ello
cuando la modificación de la tarifa importe también una modifica-
ción del índice, esta última se debe realizar para que concuerden
ambas partes del mismo instrumento legal.
Esta modificación no se puede realizar si el Ejecutivo Federal no
la ordena expresamente, dado que ni con fundamento en la Ley de
Ingresos ni en el Código Fiscal de la Federación ni en parte alguna
de la tarifa y del decreto relativo al índice, se otorga esa facultad
a la Secretaria de Hacienda por sí y ante si. Esta debe proceder a la
modificación, previa orden expresa del ejecutivo, con fundamento en
facultades otorgadas por el Congreso de la Unión, pues en este caso
no se trata de reglamentar sino de modificar una ley tributaria.
Por otra parte, cabe agregar que el índice alfabético no desem-
peña el papel de base de interpretación del artículo primero de la
tarifa en vigor, como acontecía con la derogada, y con ello su papel
se contrae exclusivamente a lo que indica su nombre o sea, índice
alfabético.
11. De los fines de la tarifa. El impulso a la exportación en un
principio persiguió casi exclusivamente fines fiscales; pero en el
transcurso de 52 años, tal política ha ido evolucionando no solamente
126 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS

por lo que toca a estos fines, sino también por lo que hace a la téc-
nica fiscal; y, de este modo, a la par de la evolución de la política y
técnica fiscal, actualmente el fin fiscal ha quedado relegado a un pla-
no completamente secundario, a pesar del monto de los ingresos que
la aplicación de la tarifa aún proporciona al Fisco Federal, pues los
fines extrafiscales han ido cobrando mayor impulso cada vez al grado
tal, que ya de un modo u otro, expresa o tácitamente, dominan a la
tarifa; es decir, ésta es hoy un instrumento de intervención estatal al
servicio de la economía nacional.
La tercera tarifa del Impuesto General de Exportación entró en
vigor en 1975, sigue los lineamientos de la nomenclatura del Consejo
de Cooperación Aduanera de Bruselas.
La cuarta tarifa es la de 1988, ésta toma como base la estructura
del Sistema Armonizado.
La quinta nomenclatura es la publicada el 19 de Diciembre de
1995, siendo abrogada por la de importación y exportación, publi-
cada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de cnero de 2002;
la séptima y última fue publicada el 18 de junio de 2007; la cual será
analizada en el cuarto capítulo.

17. BIBLIOGRAFtA

AGUILAR, S. A. DE EDICIONES. Enciclopedia Internacional de las Ciencias


Sociales. Volumen II, Edición Española, Madrid, España, 1974.
ARnAzOI..o, Lorenzo, et al. Enciclopedia Española de Derecho y Adminis-
tración, o Nuevo Teatro Universal de la Legislación de España e In-
dias. Tomo 1. Imprenta de F. Andrés y Cía., Madrid, España, 1855.
CABAÑELAS, Guillermo. Diccionario de Derecho Usual. Tomo 1. Ediciones
Arayú, Editorial De Palma, Buenos Aires, Argentina, 1954.
Cossfo VILLEGAS, Daniel. Historia de la Política Aduanal en México. Vo-
lumen III, Edición del Centro Mexicano de Estudios Económicos, Mé-
xico, 1930.
CHÁVEZ OROZCO, Luis. El Contrabando y el Comercio Exterior de la Nue-
va España. Publicaciones del Banco Nacional de Comercio Exterior.
México, 1967.
DE FONSECA, Fabián y Carlos URRUTIA. Historia General de la Real Hacienda
Escrita. México, 1845-1953.
DuBLÁN, Manuel y José María LozANO. Legislación Mexicana. Diversos
Tomos. Edición Oficial. México, 1878.
DUBLÁN, Mannel. Derecho Fiscal. Reproducción facsimilar de la Edición
de 1865. Edición Textos Universitarios, S. A. México, 1975.
DURÁN ROJAS, Elibe. La Regla XIV de la Tarifa del Impuesto General de
Importación. Facultad de Derecho. U.N.A.M. Tesis Profesional. Méxi-
co, 1965.
ENCICI.oPEDIA JURÍDICA. OMEBA. Editorial Bibliográfica. Buenos Aires, Ar-
gentina, 1954. Tomo XV.

Вам также может понравиться