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SUMARIO
l. DEF1NICION ETlMOLOGICA
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50 MÁXIMO' CARVAJAL CONTRERAS
3. INDIA
(no por el gravamen mismo, sino por los abusos que la recaudación
producía) .12
Como consecuencia de lo expuesto, posteriormente el "portoríum"
fue cobrado por funcionarios imperiales, que tenían la obligación de
rendir cuentas de su gestión al emperador y recibían como recom-
pensa por su labor, un tanto por ciento del total de la cantidad que
enteraban. Finalmente el impuesto fue percibido directamente por
el Poder Público.
El contrabando era un hecho usual dentro del sistema romano.
Era común que los mercaderes pusieran la túnica blanca -la "prae-
texta"- y la "bulla" a los esclavos para que con estos distintivos de
los hombres libres cruzaran las aduanas sin pagar el portorium.
11. ARABIA
Hemos dicho que la corriente histórica que tiene mayor aceptación
es la que afirma que el vocablo "Aduana", proviene de la lengua
árabe." En consecuencia desde su aparición en el foro histórico de
la humanidad, los árabes crearon un importante sistema que les per-
mitía controlar la entrada y salida de mercancías de su territorio.
El establecimiento de "La Casa Donde se Cobran los Impues-
tos"; o "El Libro de Cuentas" donde se asentaban las recaudaciones;
o "El Registro" a que se sometían las mercancías, nos da una clara
idea del desarrollo que tuvo esta materia en ese pueblo.
Además, crearon un impuesto ad-hoc que gravaba el movimiento
de importación y exportación, denominado "Almojarifazgo" que
venía de "Almojarife" y éste del vocablo "Al-Morxi]" (inspector)."
La misma palabra, se afirma, deriva del verbo "Xereje", "ver O des=-
cubrir con cuidado una cosa"."
Es importante destacar que su política aduanera se basó en una
tendencia Iíscalísta o sea, en considerar los ingresos aduaneros con
Un exclusivo carácter financiero.
12. ESPAJilA
Bajo la dominación Romana el territorio que ocupa la Península
Ibérica fue organizado, en materia aduanera, a semejanza del "Te-
loríum" romano; gravándose la importación con un impuesto deno-
minado "Quincuagésima" siendo percibido por los "Cuestores". La
dureza en su percepción hizo que Lucio Metelo suprimiera las adua-
nas hispano-romanas; habiendo sido Augusto quien las restableció, en-
comendando las funciones administrativas al "Vicario" quien se encar-
gaba de recaudar el tributo aduanero y destinarlo al fisco romano.
l~ Cfr. Margarita Lomclí Cerezo. OP/lS cit, págs. 13 y 14.
" Diccionario de la Lengua Española. Opus cii.; pág. 26.
" Gran Sopena, Opus cu., pág. 288.
1lI Cfr. Fabián de Fonseca y Carlos Urrutía, Historia General de la Real.Haclen-
da, pág. 9.
DERECHO ADUANERO 55
otras tierras, las cuales las hacían pasar como frutas y mercancías
de la misma tierra. La sanci6n a la infracci6n era el comiso de las
mercancías y frutas?'
Además de los monopolios y estancos a que estaba sujeta la ca-
lonia de la Nueva España, se impusieron diversos y complicados
impuestos, de los cuales don Pablo Macedo 22 dice que los princi-
pales eran:
DERECHO DE AVERÍA O HAVERÍA. Se empez6 a recaudar desde 1526.
Creado para cubrir los haberes y demás gastos que causaban los bu-
ques de la armada que escoltaban a las flotas, esto por cuenta de los
dueños de las mercancías, cubriéndolos por .partes iguales. Consistía
en lID principio, en un tanto por ciento del valor del oro, plata, candi-
les y géneros que salían o entraban a la Nueva España, consistiendo
en medio por ciento; pero al correr de los años se hizo más oneroso
llegando hasta un catorce por ciento, teniendo que haberse reglamen-
tado en 1644 por la Ley 46 Título 9 Libro 9 de la Recopilaci6n de
Indias, estipulándose que no pasara del doce por ciento.
DERECHO DE ALMIRANTAZGO. Se estableció en favor al cargo de
Almirante de Indias, dado a Crist6bal Col6n y a sus descendientes,
este derecho se equiparaba al de Ahnirante mayor de Castilla; con-
sistía en el pago que hacían los buques tanto en la carga como en la
descarga de mercancías, pagando un marco o cinco reales por cada
cien toneladas. En 1547 se le dejó de pagar a los descendientes del
Almirante de Indias, asignándoles una renta de diez y siete mil du-
cados, que todavía en la mitad del siglo XIX se les pagaba. con cargo
a las cajas de La Habana, Puerto Rico y Manila. No obstante el de-
recho se siguió cobrando.
DERECHO DE ALMOJARIFAZGO O PORTAZGO. Regulado, como ya se
mencion6, desde el Código de las Partidas, se percibía en España y
Nueva España y no sólo a la salida sino también a la entrada de las
mercaderías. Empez6 a percibirse en Veracruz, por real instrucci6n
de 12 de octubre de 1522; 23 consistiendo en un siete y medio por
ciento de todas las mercancías que venían de España. Pero en 1566
se aument6 la cuota unificándose en la forma siguiente: de España a
Nueva España al salir de Sevilla, cinco por ciento del valor de las
Afirma que: "el daño que padece España con el presente mé-
todo de hacer el comercio de sus Indias, no necesita de más prue-
ba, que reflexionar cada uno lo poco que saca de una posesión de
ese tamaño" agregando, "cargar aquel comercio de tantos derechos
y embarazos, que los géneros de España lleguen a América con el
exceso de 100 a 200 por ciento de su valor, es lo mismo que prohibir
el comercio a los naturales, y abrirlo a todas las demás naciones del
mundo que no podemos excluir".
Más adelante afirma que: "las ventajas del comercio libre son
infinitas; pudiendo comerciar libremente e ir a Indias todo el que
quiera, irán sin duda muchos, se abaratarán los géneros, se lleva-
rán mercancías para toda clase de compradores y todos gustos, de
que se seguirá el gran consumo, que proporcionando ocupación a los
vasallos, fomentará la industria y enriquecerá la nación; ésta es una
cadena de causas y efectos precisos, que no pueden fallar". Además
sigue diciendo, "la moderación del flete convidará a llevar los gé-
neros más baratos y groseros para las gentes del común, se llevarán
también comestibles de diferentes especies; con eso estarán más ba-
ratos en los puertos de América que en las ciudades de España,
donde hay excesivos impuestos sobre los abastos". Agregando que:
"muchas cosas de Indias, útiles para Europa y de España para las
Indias, que hasta ahora por lo subido de los fletes y derechos, su
mucho volumen y poco valor, apenas eran objeto de comercio, lo serán
en adelante y de mucha utilidad".
Por lo que hace al monopolio de los puertos de Cádiz y Sevilla,
el .autor que comentamos se inclina por destruirlo en cuanto al oo-
mercio de exportación se refiere, dejándolo subsistente para la ím-
portación.
Creemos que las ideas de Bernardo Ward fueron definitivas en
la época en que se dictaron, ya que en febrero de 1765, Carlos II!
convocó a una reunión en la que se llegaron a las siguientes con-
clusiones:
Apertura de los puertos de Barcelona, Tortesa, Alicante, Cartage-
na, Málaga, Vigo, Xijón, Santander, Laredo, Bilbao y San Sebastián
para el comercio con América. Abolición del sistema de flotas.
Apertura de 35 puertos americanos al comercio con España. Impo-
sición de un impuesto ad-valorem en sustitución del de palmeo y
tonelada."
En mayo de 1774 se abolió la prohibición que existía para que
las colonias pudieran comerciar entre sí.
30 Cfr. Carlos J. Sierra y Rogelio Martínez Vera. Historia y Legislación Adua·
nera de M meo. Capítulo I.
DERECHO ADUANERO 63
31 Cfr. lb/d.
64 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS
A) Normas Arancelarias
El conocimiento de las aduanas desde la Independencia hasta la Re-
volución debe de ser buscado en el estudio de los principales orde-
namientos aduanales que se han dictado, investigación ardua y harto
difícil agravada por la razón que expone Daniel Cossío ViIlegas al
decir "que el estndio en sí ofrece un buen número de limitaciones
especialmente porque rara ha sido la ocasión en que las leyes que
han establecido aranceles y ordenanzas generales de aduanas. han
sido acompañadas de exposiciones de motivos en las que expliquen
cuál era la meta a la que se pretendía llegar"."" No obstante estos
se Manuel Dublán y José Maria Lozano. Leglslacl6n Mexicana. Tomo IX, pág. lOO.
DERECHO ADUANERO 69
las, tales como rejas sueltas, coches y carros para los caminos de
tierra. Asimismo se podía importar libre de impuesto, las máquinas
de vapor, locomotoras, el fierro labrado y forjado para rieles de
ferrocarríl. Se reduce el número de prohibiciones a sólo 18 articulos,
con lo que se demuestra un intento de liberalizar el comercio. Entre
los articulos prohibidos podemos señalar: el azúcar, arroz, café, harí-
na de trigo, manteca (estos dos últimos productos se podían ímpor-
tar por Acapulco, Yucatán, Tampico y Matamoros), aguardiente de
caña, zapatos, libros, rebozos, tabaco labrado y en rama.
Se agrupan en la tarifa de importación por vez primera, los aro
tículos en orden alfabético; con 524 número de orden o productos
clasificados, estableciéndose cinco capítulos: Fibras para la obten-
ción de ropa. Productos alimenticios. Productos cotidianos. Drogas,
productos medicinales o químicos. Y efectos no indispensables.
Los derechos establecidos eran el ad-valorem que se percibía sobre
valor factura o aforo; y el de cuota fija. Los derechos se podían
pagar en dos plazos: uno a los 40 días y la otra mitad a los 80 días,
que se contaban al concluirse la descarga del buque.
Aún cuando es liberal, contiene un amplio sentido proteccionís-
ta, sin necesidad de recurrir a la prohibición pues establecía cinco
derechos adicionales.
1. Derecho Municipal: Consistía en un real por bulto de una a
ocho arrobas de peso, cuyo producto se destinaba a los fondos muni-
cipales de los puertos.
2. Derecho de Mejoras Materiales: Consistia en una quinta parte
del total del derecho de importación.
3. Derecho de Internación: Era una décima parte de la cuota
total a que ascendieran los derechos de importación.
4. Derecho de Contrarregistro: Se aplicaba una quinta parte del
total de los derechos de importación, que se pagaba en el lugar al
que finalmente se destinaban las mercancías.
5. Derecho de Amortización de la Deuda Pública Liquidada y
Consolidada: Consistía en una cuarta parte del total de los derechos
de importación; pagándose en bonos de la deuda pública.
Los buques pagaban los derechos siguientes: tonelaje, pilotaje,
anclaje y faro a la entrada y salida. Se prohibía que cualquier auto-
ridad general local o municipal impusiera otros derechos. Contaba
la ordenanza con una tabla de relación para medidas y otra para
cambio de moneda.
Con la promulgación de la Constitución de 1857, se imponen los
principios liberales en todas las materias y en todos los órdenes de
DERECHO ADUANERO 71
B) N ornws sustantivll8
En las páginas anteriores hemos analizado los aspectos arancelarios
de las disposiciones dictadas en la etapa independiente, en virtud de
que en esta época las disposiciones legales contenían tanto las nor-
mas arancelarias como las disposiciones sustantivas. A continuación
señalaremos estas últimas normas y aprovecharemos para apuntar la
estructura de cada ordenamiento legal v comentar los aspectos más
sobresalientes.
"El Arancel General Interino" de diciembre de 1821;8 primero
del México independiente, estaba estructurando en 5 capítulos, un
arancel general formando la nomenclatura, dividido en seis clases
que clasificaban a los géneros y por último las inStrucciones para
cargar mercancías de exportación con 12 articulos.
El capítulo primero contaba con 11 artículos; el capítulo se-
gundo, 9 artículos; el capítulo tercero, 9 artículos; el capítulo cuarto,
11 artículos y el capítulo quinto, 24 artículos.
El arancel regla para todos los puertos del imperio mexicano y
cualquier buque sin importar su nacionalidad, sería admitido suje-
tándose al pago de los derechos y a las reglas que dictara el arancel.
38 Manuel Dublán y José María Lozano. Legislacúín Mexicana. Tomo J, pág. 567.
74 MÁXIMO CARVAJAL CONTRERAS
.. Manuel Dublán y José Maria Lozano. Legislaoión Me:ticana, Tomo VI. pág. 463.
84 lIlÁXIMO CARVAJAL CONTllERAS
.. Manuel Dublén y José Maria Lozano. Leglslacl6n Mencana, Tomo VIII,. pAgo 42.
DERECHO ADUANERO 85
con 705 artículos, así como 54 modelos y una tabla que demuestra
la equivalencia de las diversas monedas extranjeras.
Los capítulos son los siguientes: capítulo primero, "de las con-
diciones generales para el comercio con la República Mexicana";
capítulo segundo, "de la carga de buques en el extranjero"; capí-
tulo tercero, "obligaciones de los capitanes de buques extranjeros
y sus consignatarios en las aduanas mexicanas"; capítulo cuarto,
"de las adiciones y rectificaciones a los manifiestos"; capítulo quin.
to, "despacho de efectos extranjeros, cotización por analogía, juicio
de peritos, muestras, equipajes de pasajeros y avería"; capítulo sexto,
"ajuste y pago de los derechos aduanales", capítulo séptimo, "de
otras operaciones de mar en las aduanas marítimas"; capítulo octavo,
"del cabotaje"; capítulo noveno, "de la exportación en general";
capítulo décimo, "tránsito de mercancías nacionales o nacionalizadas a
través de territorios extranjeros"; capítulo décimo primero, "retorno
de mercancías nacionales procedentes del extranjero"; capítulo décimo
segundo, "internación de mercancías extranjeras procedentes de los
puertos de altura"; capitulo décimo tercero, "internación de mercan-
cías extranjeras para su reconocimiento en lugares interiores de la
República"; capítulo décimo cuarto, "tránsito internacional de efectos
extranjeros por el territorio de la República"; capítulo décimo quinto,
"almacenes de depósitos de mercancías extranjeras"; capitulo décimo
sexto, "aduanas fronterizas"; capítulo décimo séptimo, "del timbre";
capítulo décimo octavo, "de la infracción de la ley y de las penas"; ca-
pítulo décimo noveno, "de los juicios"; capítulo vigésimo, "remate de
mercancías"; capítulo vigésimo primero, "inversión de las multas im-
puestas por infracciones de esta ley"; capítulo vigésimo segundo, "de
la zona libre"; capítulo vigésimo tercero, "prevenciones generales".
Esta ordenanza contenía las operaciones legales que podían practi-
carse con las mercancías, siendo éstas: la importación, la exportación,
la reexportación, el tránsito y el depósito.
En relación a las certificaciones consulares permitió que los ma-
nifiestos y las facturas pudieran enviarse por correo, cuando en el
lugar en que se embarcaran las' mercancías no hubiese funcionario
mexicano que pudiese certificarlas. El sistema que siguió fue el que
los capitanes de los buques formularan tres ejemplares de los maní-
fiestos de carga, de los cuales dos ponían en la oficina de correos
del lugar bajo pliegos certificados, dirigiendo uno a la Secretaría de
Hacienda en México y el otro ejemplar al administrador de la aduana
del puerto de su destino; el tercer ejemplar así como los recibos en
donde constara que se había enviado los otros dos, se presentarían
en la aduana en el momento de descargar las mercancías.
94 MÁXIMO CARVAJAL CONTllERAS
cales, siempre que la pena que deba imponerse sea la de dobles de-
rechos o pérdida de las mercancías,
Como faltas se estipularon: la omisión o inexactitud de los requi-
sitos en los documentos aduanales o que no sean básicos para el cobro
de los derechos del fisco. La infracción de los preceptos para evitar
dudas y para mayor seguridad de los intereses fiscales, siempre que
la pena que se impusiera no consistiera en el pago de dobles dere-
chos ni en la pérdida de mercancías. También eran faltas las omi-
siones de los empleados en el cumplimiento de sus deberes, pero
que no se ocasionaran pérdidas para el erario en la percepción de los
derechos.
El contrabando se tipificó como el delito que se comete o in-
tente cometerse al importar o exportar mercancías, aun cuando sean
de las que no causan derechos, eludiendo la intervención de las auto-
ridades fiscales ya sea porque se practique por lugares no sujetos a
vigilancia, o se haga clandestinamente, o bien porque se realice con
violencia. Se consideraba además como contrabando, la importación
de material de guerra cuando esté prohibido por el Ejecutivo Fede-
ral. Cuando se importen mercancías de nación que esté en guerra
con México. La que se efectuara por puertos o lugares sustraídos a
la obediencia del gobierno. La importación de moneda falsa de
cualquíer cuño. La internación de mercancías sin que se haya cum-
plido previamente con los requisitos legales y por último, la que
se realice con documentos falsos O alterados.
Sobre el cohecho estipuló que era el delito que cometían los em-
pleados coludiéndose con los causantes de derechos para eludir en
.todo o en parte el pago de éstos.
Tipificó el peculado, como el delito que cometen los empleados
de Hacienda distrayendo de su objetivo para uso privado, los fondos
o valores de cualquier género pertenecientes al fisco.
Por concusión, estableció la ordenanza, que era el delito que
cometen los empleados de Hacienda que, en ejercicio de sus fun-
ciones, exijan dolosamente de los causantes mayor cantidad que la
que legítimamente deben causar.
Por alteración de documentos oficiales se entendió cualquier va-
riación que se haga en un documento oficial después de concluido
y firmado, si esto cambiara su sentido sobre alguna circunstancia o
punto sustancial.
La falsificación de documentos oficiales consistía en la comple-
ta suplantación de esos documentos, haciéndolos aparentar como ex-
pedidos por los funcionarios legitirnamente autorizados para ello.
El delito de quebrantamiento de sellos o candados fiscales, se
DERECHO ADUANERO 97
se asientan otra vez los números del "00" al 99, separados por otro
guión, para integrar las fracciones, mismas que especifican, concre-
tizan, connotan la clasificación que define las mercancías y el impues-
to ilP)icable a la misma.
2. Criterio de clasificaci6n de las mercancías. Como criterio bá-
sico de clasificación, se adoptó preferentemente el criterio del uso
a que se destinan las mercancías, lo cual se observa claramente en
las secciones O, 1, 3, 5, 7 Y 8. Este criterio se complementó con los
de origen, naturaleza del objeto -predominante en la tarifa que se de-
rogaba- y grado de elaboración; y los que permiten agrupar aque-
llas, mercancías que tienen diversos usos, como son los productos
crudos y materias primas sin elaborar o semielaboradas. A estos cri-
terios obedeció el agrupamiento de las secciones 2, 4 Y 6.
3. Reglas de la tarifa. Las reglas de la tarifa son 2. Sin em-
bargo, cada regla se subdivide en apartados, incisos y subincisos.
. La primera regla, se denomina "Estructura de la tarifa", misma
que se divide en los siguientes apartados:
De la nomenclatura y sus claves; régimen de la nomenclatura;
del impuesto; del valor de las mercancías; del precio oficial; abrevia-
turas, régimen de calificación; desglose de las mercancías compren-
didas en fracciones residuales, en aquellas que clasifiquen conjuntos
que de separarse o efectos cuyo movimiento interesa conocer de in-
mediato; fuerza legal de las expresiones "de todas clases" y de "cual-
quier clase"; de las notas explicativas; del índice alfabético de la
tarifa; y del apéndice de las disposiciones conexas con la tarifa. Como
se ve, la primera regla se divide en diez apartados.
La segunda regla, denominada "Aplicación de la tarifa", tiene
los siguientes apartados:
De los pesos: neto, legal y bruto; de los envases; de los prefijos
antepuestos en las denominaciones de las sales y productos quími-
cos; efectos gravados con límites de peso o composición; de los efectos
'clasificados por la materia de que están hechos; de las mercancías
empacadas en un mismo bulto; estructuras de máquinas, aparatos,
instrumentos y vehículos y sus partes sueltas; de la identificación de
las mercancías; y efectos desarmados.
Esta segunda regla, como se ha observado, tiene nueve apartados.
4. La tabla de la tarifa. Está compuesta de siete columnas; la
primera, corresponde al número de la fracción; aparte de la sección,
del capítulo, grupo y partida; la segunda, contiene el texto de la
fracción, con la indicación entre paréntesis de la reforma que se hubie-
se llevado a cabo; la tercera, se refiere a la unidad arancelaria; la
cuarta y quinta, mencionan las cuotas: especifica y ad-oalorem, res-
DERECHO ADUANERO 119
por lo que toca a estos fines, sino también por lo que hace a la téc-
nica fiscal; y, de este modo, a la par de la evolución de la política y
técnica fiscal, actualmente el fin fiscal ha quedado relegado a un pla-
no completamente secundario, a pesar del monto de los ingresos que
la aplicación de la tarifa aún proporciona al Fisco Federal, pues los
fines extrafiscales han ido cobrando mayor impulso cada vez al grado
tal, que ya de un modo u otro, expresa o tácitamente, dominan a la
tarifa; es decir, ésta es hoy un instrumento de intervención estatal al
servicio de la economía nacional.
La tercera tarifa del Impuesto General de Exportación entró en
vigor en 1975, sigue los lineamientos de la nomenclatura del Consejo
de Cooperación Aduanera de Bruselas.
La cuarta tarifa es la de 1988, ésta toma como base la estructura
del Sistema Armonizado.
La quinta nomenclatura es la publicada el 19 de Diciembre de
1995, siendo abrogada por la de importación y exportación, publi-
cada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de cnero de 2002;
la séptima y última fue publicada el 18 de junio de 2007; la cual será
analizada en el cuarto capítulo.
17. BIBLIOGRAFtA