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Todos salen de sus tumbas de igual estatura que cuando en ellas fueran depositados.

Adán,
que se encuentra entre la multitud resucitado, es de soberbia altura y formas majestuosas, de
porte poco inferior al del Hijo de Dios. Presenta un contraste notable con los hombres de las
generaciones posteriores; en este respecto se nota la gran degeneración de la raza humana.
Pero todos se levantan con la lozanía y el vigor de eterna juventud… Todas las imperfecciones
y deformidades quedan en la tumba. Reintegrados en su derecho al árbol de la vida, en el
desde tanto tiempo perdido Edén, los redimidos crecerán hasta alcanzar la estatura perfecta
de la raza humana en su gloria primitiva…

“Cuando se da la bienvenida a los redimidos en la ciudad de Dios, un grito triunfante de


admiración llena los aires. Los dos Adanes están a punto de encontrarse. El Hijo de Dios está
en pie con los brazos extendidos para recibir al padre de nuestra raza -al ser que creó, que
pecó contra su Hacedor, y por cuyo pecado el Salvador lleva las señales de la crucifixión. Al
distinguir Adán las cruentas señales de los clavos, no se echa en los brazos de su Señor, sino
que se prosterna humildemente a sus pies, exclamando: "¡Digno, digno es el Cordero que fue
inmolado!" El Salvador lo levanta con ternura, y le invita a contemplar nuevamente la morada
edénica de la cual ha estado desterrado por tanto tiempo…

“Presencian esta reunión los ángeles que lloraron por la caída de Adán y se regocijaron cuando
Jesús, una vez resucitado, ascendió al cielo después de haber abierto el sepulcro para todos
aquellos que creyesen en su nombre. Ahora contemplan el cumplimiento de la obra de
redención y unen sus voces al cántico de alabanza” (El Conflicto de los Siglos, págs. 702, 703,
705, 706).

El propósito de apocalipsis

Manifestar Asus siervos las cosas que deben suceder pronto

En apocalipsis hay tres paralelismos

Las iglesias

Los siete sellos

Las siete trompetas

Cual es el propósito de estos pararelismo

Tiene como propósito mostrar el tiempo en el que la iglesia vivirá en la historia de este mundo
.

Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que
habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el
testimonio que tenían.
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Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y
verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la
tierra?
11Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen
todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de
sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos
como ellos.
12Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran
terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se
volvió toda como sangre;

y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja
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caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.

Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo


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monte y toda isla se removió de su lugar.

Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los
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poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y


entre las peñas de los montes;
16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y
escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y
de la ira del Cordero;

porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse


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en pie?

Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos


de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no
soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún
árbol.
2Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el
sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes
se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar,
3diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta
que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.
Cuando el

[107] verdugo, a punto de prender la hoguera, se puso detrás de él, el

mártir exclamó: “Ven por delante, sin vacilar. Prende la hoguera en


mi presencia. Si yo hubiera tenido miedo, no estaría aquí”. “Os echarán en

una hoguera—le decían—, y os reducirán a cenizas como lo hicieron

con Juan Hus”. Él contestaba: “Aun cuando encendiesen un fuego

que se extendiera desde Worms hasta Wittenberg, y se elevara hasta

el cielo, lo atravesaría en nombre del Señor; compareceré ante ellos,

entraré en la boca de ese Behemoth, romperé sus dientes, y confesaré

a nuestro Señor Jesucristo

Vi cuatro ángeles que habían de hacer una labor en la tierra y andaban en vías de realizarla.
Jesús estaba revestido de sus vestiduras sacerdotales. Miró compasivamente al pueblo
remanente, y alzando las manos exclamó con voz de profunda piedad: “Mi sangre, Padre, mi
sangre, mi sangre, mi sangre.” Entonces vi que de Dios, sentado en el gran trono blanco, salía
una luz en extremo refulgente que derramaba sus rayos sobre Jesús. Después vi un ángel
comisionado por Jesús para ir rápidamente a los cuatro ángeles que tenían determinada labor
que cumplir en la tierra, y tremolando algo en su mano, clamó en alta voz: “¡Deteneos!
¡Deteneos! ¡Deteneos! hasta que los siervos de Dios estén sellados en la frente.”1TS 100.1

Le pregunté a mi ángel acompañante el significado de lo que oía y qué iban a hacer los cuatro
ángeles. Me respondió que Dios era quien refrenaba todas las potestades del mundo y que
encargaba a sus ángeles de todo lo relativo a la tierra; que los cuatro ángeles tenían poder de
Dios para retener los cuatro vientos, y que estaban ya a punto de soltarlos, pero mientras
aflojaban las manos y cuando los cuatro vientos iban a soplar, los misericordiosos ojos de Jesús
vieron al pueblo remanente todavía sin sellar y alzando las manos hacia su Padre intercedió
con él, recordándole que había derramado su sangre por ellos. En consecuencia se le mandó a
otro ángel que fuera velozmente a decir a los cuatro que retuvieran los vientos hasta que los
siervos de Dios fuesen sellados en la frente con el sello del Dios vivo.

Cual es el sello del Dios vivo

Es la observancia del sábado

De compone de 2

El espíritu santo

No entristescais al espíritu santo con el cual fuiste sellado para el Dia de la redención

Y la otra es el carácter de Dios reflejado en tu corazón mediante la observancia de sus


mandamientos incluyendo el sábado

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