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Fiesta de la Exaltación de

la Santa Cruz
14 de Setiembre

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La Iglesia en este día celebra la veneración a las reliquias de la


cruz de Cristo en Jerusalén, tras ser recuperada de manos de
los persas por el emperador Heráclito. Según manifiesta la
historia, al recuperar el precioso madero, el emperador quiso
cargar una cruz, como había hecho Cristo a través de la ciudad,
pero tan pronto puso el madero al hombro e intentó entrar a un
recinto sagrado, no pudo hacerlo y quedó paralizado. El
patriarca Zacarías que iba a su lado le indicó que todo aquel
esplendor imperial iba en desacuerdo con el aspecto humilde y
doloroso de Cristo cuando iba cargando la cruz por las calles de
Jerusalén. Entonces el emperador se despojó de su atuendo
imperial, y con simples vestiduras, avanzó sin dificultad seguido
por todo el pueblo hasta dejar la cruz en el sitio donde antes era
venerada. Los fragmentos de la santa Cruz se encontraban en el
cofre de plata dentro del cual se los habían llevado los persas, y
cuando el patriarca y los clérigos abrieron el cofre, todos los
fieles veneraron las reliquias con mucho fervor, incluso, su
produjeron muchos milagros.

Evidencias de la
Crucifixión
por: Frank L. López

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 La cruz, como objeto religioso


 La cruz, como instrumento de muerte
 Evidencias Internas
 Evidencias Externas
 Encubrimiento de la verdad

En muchas de las ilustraciones de la literatura antigua de la


Sociedad Watch Tower, fue usado el emblema de la cruz, como
también por muchos años formó parte de la portada de su
revista oficial, La Atalaya. ¿ Por qué este cambio tan radical ?
ver: |doc.1||doc.2|Con esta innovación "La Sociedad", le da
énfasis a su singularidad con relación a la cristiandad. Además
de crear una barrera psicológica en la mente de los 'testigos'.
Les ha afirmado en sus mentes otra aversión al cristianismo. Sí
un testigo de Jehová intentará visitar una Iglesia Cristiana
prácticamente el 'testigo' se sentiría sucio, traidor a la
organización y a Dios al pisar un lugar donde se encuentra tal
emblema "pagano".

I- La Cruz, como objeto religioso

Históricamente es una verdad innegable que el uso de la cruz se


remonta a mucho tiempo antes del cristianismo, por pueblos
gentiles, ajenos a la revelación de Dios. La cruz era adorada
como símbolo religioso en Babilonia mucho antes de la era
cristiana. Era un símbolo místico TAU de los caldeos. Su forma
(T) por la primera letra de Tammuz. El libro La Cruz en
Tradición, Historia y Arte e Historia, por William Wood Swymour
dice: Con respecto a Egipto:«Aquí hallamos, en su forma
intacta a través de miles de años y por medio de los jeroglíficos
más sagrados, a la cruz en diversas formas, pero en especial la
conocida como "la cruz de Egipto" o cruz de Tau, en su forma de
T, frecuentemente con un círculo o redondel sobre ella. Aunque
este símbolo místico no era peculiar en esta nación, sí era un
objeto de reverencia en Caldea, Fenicia, México y todas las otras
naciones antiguas de ambos hemisferios.» (p.2, 3). Con
respecto a China: «La cruz era reconocida como uno de los
objetos más antiguos; es representada en sus pagodas, pintada
sobre las lámparas usadas para iluminar los más sagrados sitios
de sus templos.»(p. 13). Con respecto a Oriente: «Veneraban
el símbolo del crucifijo siglos antes de que el Señor se hiciera
presente en la tierra.» (p. 10) En el libro, Historia de la
Conquista de México por William H. Prescott, de cuando llegaron
por primera vez los Españoles a México, el autor dice: «No podía
ocultar su sorpresa al ver la cruz, el símbolo sagrado de su
propia fe erigida como objeto de adoración en los templos de
Anahuac. Los españoles no comprendían que la cruz era un
símbolo de adoración de gran antigüedad y era usado por
muchas naciones paganas en las cuales la luz de la cristiandad
no había brillado.» En el libro, Babilonia Misterio Religioso, por
Ralph Woodrow, p. 81 «A través de los siglos fue usada como
un símbolo religioso hasta los días del pagano Imperio romano.
En el año 46 antes de Cristo, monedas romanas muestran a
Júpiter portando un largo cetro que terminaba en una cruz». Se
podría decir más, pero estas son unas pocas referencias como
muestra, en el uso religioso. Pero veamos ahora su uso como
instrumento de muerte.

II- La Cruz, como instrumento de muerte.

Evolución o desarrollo de la palabra STAUROS. La palabra griega


primaria para cruz es « STAUROS ». Los antiguos persas,
fenicios, griegos y hebreos usaban un palo vertical para ejecutar
a los condenados este procedimiento de empalar fue costumbre
ellos por mucho tiempo. Los romanos y griegos le agregaron el
palo horizontal o el patíbulo. Es decir primitivamente denotaba
un palo o estaca derecha pero posteriormente, mucho antes del
nacimiento de Jesús de Nazaret, los romanos le añadieron un
palo horizontal (patibulum) para mayor suplicio de los
condenados. La palabra griega «STAUROS»puede significar
igualmente "palo" o "cruz", según piases y épocas. El estudio de
las costumbres romanas de la época indica que Jesús murió en
una cruz. De ningún modo pudo ser empalado, pues esta forma
de cruz no era usada por los romanos de la época. Como
ejemplo ilustrativo, podemos ver el uso y evolución de otras
palabras. Muchos objetos y cosas han evolucionado o
desarrollado en el aspecto exterior pero han conservado sus
nombres originales. Los carros o coches antiguos, originalmente
era tirados por caballos, estaban hechos de grandes ruedas de
madera y hierro, y corrían a una velocidad lenta. Pero su
función principal era el transporte de personas y carga. Hoy día
el aspecto exterior de los carros o coches, es completamente
diferente, además ya no es llevado por caballos sino por
potentes motores, sus ruedas son de caucho y corren a altas
velocidades, etc. pero su función principal o objetivo continua
siendo el mismo el transporte de personas y carga. De esta
forma sucede con muchas cosas. Con la palabra «STAUROS» no
ha sucedido algo diferente, el stauros para los antiguos persas,
fenicios y hebreos había variado en su forma exterior, pero
mantenía su propósito principal, es decir, el de ejecutar a los
condenados. El Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado por Samuel
Vila y Santiago Escuain dice bajo el encabezamiento,
CRUCIFIXION, p. 222: «Pena capital ejecutada mediante la
fijación del reo a una cruz. Se ataba las manos y los pies o, de
manera más cruel, se usaban clavos, traspasando manos y pies.
Numerosas naciones de la antigüedad practicaban la crucifixión
o un suplicio análogo. Primitivamente se empleaba un solo
madero (de empalizada o de fortificación), o un palo aguzado en
su parte superior. Bien conocido por los asirios, persas,
cartaginenses y egipcios. Los israelitas sabían bien lo que era
«colgar [a alguien] de un madero» (Num. 25:4; Josué 8:29; 2
Samuel 21:9). Los griegos y romanos modificaron a su tiempo
el primitivo madero, añadiéndole un madero transversal
(patibulum). Es de ellos que los judíos aprendieron la crucifixión
propiamente dicha.» La Enciclopedia francesa Larousse du
XXme. Siècle dice sobre la cruz: «Este género de suplicio,
desconocido entre los hebreos, fue introducido en Palestina
cuando ésta fue convertida en provincia romana; y se aplicaba
frecuentemente a los ladrones y malhechores que no poseían la
calidad de ciudadanos romanos. Entre los antiguos romanos, los
criminales y los esclavos eran atados a una horca o palo
vertical; más tarde, se le agrego un madero transversal, y se
fijaba al condenado con clavos o bien se lo ligaban con
cuerdas.» El Nuevo Diccionario Internacional de la Teología del
Nuevo Testamento dice la siguiente explicación: "...La
crucifixión romana fue así: El condenado tuvo que arrastrar su
propio stauros (el patíbulo - Juan 19:17) al lugar del castigo
donde el otro stauros estaba hundido en la tierra. Los brazos de
la víctima eran extendidos en el patíbulo que él llevó al lugar y
un clavo era metido en cada mano [...] La viga transversal (el
patíbulo) era levantada, con el cuerpo sujeto, a la viga vertical y
era sujeto con un clavo largo. Finalmente, los pies del
condenado eran clavados a la viga vertical." (New International
Dictionary of New Testament Theology, Vol. I, p.39) El uso de la
cruz como instrumento de muerte es tan antiguo como pagano.
El libro «Las Dos Babilonias» por Alexander Hislop, p. 199 dice
al respecto: «La cruz fue usada en tiempos pasados como medio
de castigo por crímenes notorios en Egipto, Asiria, Persia,
Palestina, Cartagena, Grecia y Roma ... ». En el Nuevo
Testamento se usan dos palabras griegas para referirse a la
cruz, son «stauros» como hemos dicho y «xulon», que denota la
materia (madera ó madero) sin determinar su forma o figura. El
Imperio Romano, al igual que en muchos otros pueblos, había
establecido la crucifixión como medio de castigo y muerte por
crímenes notorios. Durante tiempo del ministerio de Jesús, este
medio de muerte estaba establecido en todo el Imperio
Romano, incluyendo la Palestina como parte de este imperio.
Evidentemente Jesucristo murió en una cruz pagana, pues era el
sistema de dar muerte establecido por los romanos en
palestinas. Pero a partir de su crucifixión, muerte y resurrección
la cruz dejo de ser un símbolo pagano para los cristianos,
convirtiéndose en un símbolo o emblema cristiano. Si se
examinan detenidamente las costumbres de los pueblos,
observaremos que casi todo tiene un origen pagano, como los
nombres de los días de la semana, los meses del año |ver
origen pagano del calendario|, hasta la corbata es de origen
pagano |ver artículo «El origen de la corbata»|. Hay un principio
en las Escrituras el cual enseña que lo que realmente tiene
valor, es la motivación. Al cristiano nada le es prohibido en sí, si
lo hace por fe, más «todo lo que no proviene de fe, es pecado»
(I Corintios 10: 19-32; Romanos 14). Pero además, el apóstol
Pablo dijo: «Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de
nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado
a mí, y yo al mundo» Gálatas 6:14 «A predicar el evangelio; no
con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de
Cristo. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se
pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder
de Dios» I Corintios 1:17, 18 El verdadero cristiano no adoran la
cruz, si no al crucificado. Se usa la cruz en los techos de las
Iglesias, en los púlpitos, y otros muchos lugares, pero no es
objeto de nuestra adoración, solamente es un símbolo del
cristianismo. Como puede ser símbolo el logo de una
organización para su organización (como el caso de la Torre
para la Sociedad Watchtower). Nuestra fe cristiana esta basada
en el crucificado y en lo que realizó Él en la cruz . Y por medio
de esta fe en Él y su obra conocemos el pleno perdón de
nuestros pecados. El "Nuevo Diccionario Bíblico" por J.D.
Douglas y N. Hillyer p.327, editorial Certeza, comenta al
respecto: «El interés que demuestran los escritores
neotestamentarios en la cruz no es ni arqueológico no histórico,
sino cristológico. Les interesa el significado eterno, cósmico,
soteriológico de lo que ocurrió, una vez y para siempre, en la
muerte de Jesucristo, el Hijo de Dios, en la cruz. Desde el punto
de vista teológico, la palabra "cruz" se utilizó como descripción
sumaria del evangelio de salvación, de que Jesús "murió por
nuestros pecados". De modo que la "predicación del evangelio"
es "la palabra de la cruz", la "predicación de Cristo crucificado"
(1 Co. 1:17ss). Por ello el apóstol se gloría "en la cruz de
nuestro Señor Jesucristo", y habla de sufrir persecución "a
causa de la cruz de Cristo". Resulta claro que la palabra "cruz"
representa aquí el anuncio completo y jubiloso de nuestra
redención por medio de la muerte expiatoria de Jesucristo.»
Como dice un viejo himno cristiano:
Herido, triste, a Jesús mostrole mi dolor;
perdido, errante, vi su luz, bendíjome en su amor.
En la cruz, en la cruz, do primero vi la luz
y las manchas de mi alma yo lavé;
Fue allí por fe do vi a Jesús
y siempre feliz con Él seré.
Sobre una cruz mi buen Jesús su sangre derramó;
por este pobre pecador, a quien así salvó,
venció a la muerte con poder y el Padre le exaltó;
confiar en Él es mi placer. Morir no temo yo.
Aunque Él se fue conmigo está el gran Consolador;
por Él entrada tengo ya al Reino del Señor.
Vivir en Cristo me da paz; con Él habitaré;
ya suyo soy, y de hoy en más a nadie temeré.

III- Evidencias Internas

Por evidencia interna, me refiero a la prueba o el testimonio de


las Escrituras, en este caso el Nuevo Testamento. Hay dos
textos concretos y definitivos que son de claridad meridiana. El
primero es Juan 20:24,25 «Pero Tomás, uno de los doce,
llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le
dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les
dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere
mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su
costado, no creeré.» Juan 20:24, 25 (Versión Reina - Valera)
«Pero Tomás, uno de los doce, que se llamaba El Gemelo, no
estaba con ellos cuando vino Jesús. Por consiguiente los otros
discípulos le decían: "¡Hemos visto al Señor!" Mas él les dijo: "A
menos que vea en sus manos la impresión de los clavos y meta
mi dedo en la impresión de los clavos y meta mi mano en su
costado, de ninguna manera creeré."» Juan 20:24, 25
(Traducción del Nuevo Mundo). El texto en cuestión es bien
claro incluso en la traducción de la Biblia de la Sociedad
Watchtower, manosy clavosen plural, para esto se requirió un
clavo para cada mano. Tomás había sido uno de los testigos
oculares de la crucifixión de Jesús, el lo había visto en la cruz
con un clavo en cada mano, y para creer el pedía ver su cuerpo
con esta señal. La única posición que se requiere para esto (un
clavo en cada mano), es que haya sido crucificado, y no
empalado. A continuación muestro una de las clásicas
ilustraciones que la SWT hace en su literatura de la crucifixión
de Jesús, podemos observar que lo dibujan incorrectamente con
un clavo atravesando las dos manos, y eso no es lo que
declaran las Escrituras. (Tomado del libro "El Conocimiento que
LLeva a la Vida Eterna" ed. 1995, p. 67) En segundo texto en
cuestión Mateo 27:37, dice al respecto: «Y pusieron sobre su
cabeza su causa escrita: Este es Jesús, El Rey de los judíos.»
(Mateo 27:37) Para que esto hubiera podido haber sucedido, se
necesitaba espacio suficiente para poner un letrero, visible a
todos. El letrero estaba sobre su cabeza y no sobre sus manos
como pretende la Sociedad. Y entre su cabeza y manos
indiscutiblemente no había tal espacio. Para que el letrero
pudiera estar sobre su cabeza como indica el texto bíblico, era
necesario, que sus brazos estuvieran extendido en forma de " T
".

IV- Evidencias Externas

Por evidencia externa me refiero, al testimonio de la arqueología


y otros documentos corroborativos. El "Nuevo Diccionario
Bíblico" por J.D. Douglas y N. Hillyer editorial Certeza, dice bajo
el encabezamiento CRUZ, CRUCIFIXIÓN, páginas 326 y 327:
«En el verano de 1968 un equipo arqueológico dirigido por V.
Tzaferis descubrió cuatro tumbas judaicas en Givatha-Mivtar
(Ras el-Masaref), cerca de Jerusalén, en las que se encontró un
osario que contenía los únicos huesos existentes de un hombre
(joven) que fue crucificado, y que datan probablemente de entre
el 7 y el 66 d.C., [.] Los brazos (no las manos) del joven fueron
clavados al patibulum, la viga transversal lo que podría indicar
que en Lc. 24:39; Jn. 20:20, 25, 27 debería traducirse "brazos"
[.] Un clavo de hierro (que todavía permanece en su lugar)
atravesaba ambos talones, con el pie derecho encima del
izquierdo. Un fragmento indica que la cruz era de madera de
olivo. Ambas piernas habían sido quebradas, presumiblemente
por un fuerte golpe, como lo que se hizo con los dos que
murieron con Jesús en Juan. 19:32». La página 326 muestra el
siguiente gráfico y texto: «Dibujo que indica la posición del
cuerpo durante la crucifixión, basado en el esqueleto encontrado
cerca de Jerusalén». En el "Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado",
por Samuel Vila y Santiago Escuain, y también en la
"Enciclopedia Ilustrada de la Historia de la Iglesia" por Samuel
Vila y Darío A. Santa María, ambos del editorial CLIE, muestran,
un dibujo y una inscripción, hallado en 1856 en una pared de las
habitaciones usadas por guardias romanos en las ruinas de los
palacios imperiales. Es una representación de la crucifixión, a
modo de sátira de los soldados romanos contra un colega
cristiano. De la Cruz en forma de "T" pende un asno. Enfrente
está un hombre con los brazos abiertos que contempla la cruz.
Una inscripción griega dice "Alexamenos venera a su Dios ".
Esto era lo que los paganos pensaban de la religión cristiana en
el siglo II. En la Literatura Universal los clásicos griegos
interpretaban la palabra «stauros» como la cruz que conocemos
hoy. Eugenio Danyans exégeta y estudioso de la Biblia y erudito
del idioma griego comenta en su libro «Proceso a la "biblia" de
los Testigos de Jehová» pag.229: «Luciano de Samosata, casi
contemporáneo con el apóstol Juan, es el principal clásico griego
del siglo II de nuestra era. Una de sus primeras obras (escrita
hacia el año 140) es El Juicio de las Vocales, en cuyo párrafo 12
se haya la palabra "stauros" y "xulon", con los valores
respectivos de "cruz" y "madero", según la traducción de sus
Obras completas hechas por D. Cristóbal Vidal y F. Delgado,
catedráticos de Lengua Griega en la universidad de Sevilla
(publicada en Madrid en 1901) y es como sigue: «12.- Así
injuria a los hombres (la letra T) en cuanto a las palabras; y de
hecho, ¡cómo los ultraja! lamentándose los hombres, deploran
su desgracia y maldicen a Cadmo por haber introducido la Tau
en el Gremio de las letras. Dicen que los tiranos la tomaron por
modelo e imitaron su FORMA para labrar bajo el mismo tipo los
maderos y crucificar en ellos a los hombres; y que de esta
máquina infame proviene su nombre infame. Yo creo que no
puede imponérsele en justicia otra pena menor que condenarla
al suplicio de sí misma, para que en su propia FIGURA expíe su
delito, YA QUE LA CRUZ SE FORMO POR ELLA y por ella también
la llamaron así los hombres» (en griego clásico: «s-TAU'ros»)
Uno de los Primeros Apologistas del segundo siglo, Justino nació
en año 100 en Nablus, antes Siquen en Samaria y murió
decapitado en el 165 como uno de los primeros Mártires del
cristianismo. Se hizo cristiano en el año 132. Los Primeros
apologistas defendieron el cristianismo y explicaron a los
romanos y judíos cuales eran las creencias y practicas de los
cristianos. De la primera de Justino Mártir presentamos un
fragmento: Los Demonios no imitaron La Cruz «Sin embargo,
los demonios no representaron cualquiera de esos dioses
místicos e hijo de Júpiter como siendo crucificados. La razón es
que ellos no entendieron las profecías acerca de crucifixión de
Cristo, porque que estas profecías se presentaron
simbólicamente. Aún, cuando fue predicho por los profetas, la
cruz es ahora el símbolo el más grande del poder de Dios y
gobierno. De hecho, todos nosotros podemos observar que la
forma de la cruz es esencial a nuestros asuntos rutinarios de la
vida. Por ejemplo, usted utiliza la cruz cada vez que usted
navega [en un velero]a través del mar, el mástil y travesaño
forma una cruz. El arado del granjero es de esta misma forma,
como es la mayor parte de las herramientas usadas por
mecánicos y trabajadores. Además, mira la forma del cuerpo
humano y cómo difiere de que de los animales irracionales.
Diferimos de los animales en el hecho que nosotros nos
paramos erguidos. Y cuando nuestros brazos se extienden
formamos la figura de la cruz. Finalmente, miren sus propias
banderas y los estándares militares. Estos también tienen la
forma de una cruz».

[Traducción al español, del original redactado en inglés


contemporáneo (paráfrasis) por Marcus Dods, D.D. de su libro
We Don't Speak Great Things - We Live Them!, editado por
Scroll Publishing] Nota: Para una traducción en inglés clasico
literal visite el WEB- PAGE http://ccel.wheaton.edu/fathers/ANF-
01/just/justap1index.html (Y diríjase al Capitulo LV.- "Simbols
of the Cross").

VI- Encubrimiento de la verdad, por la SWT

Los líderes de la Watchtower, no ha sido honestos al presentar


información sobre este tema a sus seguidores, ha ocultado
deliberadamente todos estos hechos, además de mentir
presentado una información falseada y fuera de su contexto,
veamos. En el apéndice de La Traducción Interlineal de las
Escritura Griegas, edición 1969 (en Inglés), publicada por la
SWT, en las páginas 1155, 1156. El Cuerpo Gobernante plantea
que Justus Lipsius erudito Católico del siglo XVI, en su libro «De
Cruce Liber Primus» dijo que Jesús no fue clavado en una cruz,
ellos declaran con relación al libro de Lipsius: «No hay prueba
de lo contrario. Nosotros presentamos con esto una copia
fotográfica de su ilustración de la página 647, columna 2, de su
libro De Cruce Liber Primus. Esta es la manera en la cual Jesús
fue empalado.» Ciertamente en la pagina 647 no hace mención
de Jesucristo, más bien habla de la forma en que fueron
empalados (en estacas o postes) los criminales por pueblos de
la antigüedad como comenté anteriormente. Sin embargo, en la
pagina 661 (14 páginas mas adelante) hay impresos que
muestran a un hombre colgando en una cruz. Y esta vez Justus
Lipsius si nombra al Señor Jesucristo. Este libro se encuentra
disponible en el "Department of Special Collection (The Berlin
Collection), The Joseph Regenstein Library, The University of
Chicago" 1100 E. 57th Street, Chicago, Illinois 60637. teléfono
(312) 962-8705. La Universidad de Chicago tiene en su Web
Page el curriculum de Justus Lipsius en:
http://www.lib.uchicago.edu/LibInfo/Libraries/SpCl/
ExhibitionCatalogues/BerlinCollection/classica.html (Y diríjase al
número 41) Aquí presento una traducción parcial en Español de
la pagina 661, del libro de Lipsius (Escrita originalmente en
Latín): «Yo no se si se debe hacer referencia a las palabras de
Inocencio respecto a este tema: 'En la cruz del Señor había
cuatro piezas de madera. La viga perpendicular, el travesaño, el
tronco de un árbol (pedazo de madera) puesto por debajo, y el
título (inscripción) puesto por encima'. "También nos relata
(este recuento por) Ireneo: La propia construcción de la cruz
tiene cinco extremos, dos verticales y dos horizontales, y una en
el medio donde la persona prendida con clavos era apoyada".
"Ellos dividen la cruz la cruz en cinco extremos (Tertuliano les
llama 'puntos'), los cuatro que se conocen (familiares) y se
extienden hacia afuera; y el quinto el cual ellos colocan a mitad
de la cruz, en donde la viga transversal corta y cruza la viga
fija. Con esto en consideración, hay cinco extremos; y este
poste (corte, no obstante) hace tres cada uno. En cuanto a lo
que dicen acerca de ser cargado y apoyado es cierto. El cuerpo
se reclina en el tablón como si fuese sostenido por detrás. San
Agustín escribe en este sentido (con ese significado): 'la viga
vertical de la cruz que asciende del terreno en el cual el cuerpo
estaba enganchado.' ¿Tiene al cuerpo entero? Claro está que
solamente los pies estaban al fondo: pero él entiende o bien
"adjunto" o "apoyado", y no sé si él escribió 'apoyado'. No
obstante, he oído que en dibujos y esculturas antiguas indicios
de éste tablón son evidentes: Yo no lo rechazaría
precipitadamente, indudablemente no de la cruz de Cristo; pero
de otros lo haría con más osadía. ¿Pues qué trazas (hacer
entender) hay en las antiguas Escrituras?

He traducido éstos pasajes lo más correctamente posible y a mi


mejor entender
Marie Tseng- asistente Docente
Universidad del Sur de California 10-3-76

Nota: La traducción original de este documento es del latín al


inglés. Yo, Ali Casielles, traductora oficial, he traducido el texto
anterior del inglés al castellano. 2-9-91. De acuerdo a la
investigación de Justus Lipsius , Jesús no fue clavado en un
poste vertical sino en una cruz, él documenta su pesquisas
citando de los Padres de la Iglesia Primitiva. La Sociedad
Watchtower miente intencionalmente acerca de la investigación
de Justus Lipsius. Evidentemente la Sociedad no es consecuente
con sus propias normas, tal parece que son normas para otros
pero no desean aplicárselas a ellos mismos. En el libro
"Capacitado para ser Ministros" dijeron: «Ejerza mucho cuidado
para ser exactos en todas las declaraciones que usted haga. Use
la evidencia honradamente. Al citar a otros, no tuerza el
significado de un escritor u orador ni use citas parciales para dar
un pensamiento diferente del que la persona propuso. Cuando
haga referencias a las escrituras o a cualquier otra autoridad,
sea preciso.» (Capacitado para ser Ministros, ed. 1958, pag.
200). Ahora bien, después de esto la Sociedad declara en otros
de sus libros: «Al saber estas cosas, ¿qué hará usted? Es obvio
que el Dios verdadero, el mismo que es "el Dios de verdad" y
que odia las mentiras, no mirará con favor a personas que se
apegan a organizaciones que enseñan falsedad. Y, en realidad,
¿quisiera usted estar asociado con una religión que no hubiera
sido honrada con usted?» (¿Es Esta Vida Todo Cuanto Hay? Ed.
1974, pag. 46). Más Jesús dijo: «Porque por tus palabras serás
justificado, y por tus palabras serás condenado» Mateo 12:37
¿Por qué la cruz?
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"Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre"


(Mt 24,30). La cruz es el símbolo del cristiano, que nos enseña
cuál es nuestra auténtica vocación como seres humanos.

Hoy parecemos asistir a la desaparición progresiva del símbolo


de la cruz. Desaparece de las casas de los vivos y de las tumbas
de los muertos, y desaparece sobre todo del corazón de muchos
hombres y mujeres a quienes molesta contemplar a un hombre
clavado en la cruz. Esto no nos debe extrañar, pues ya desde el
inicio del cristianismo San Pablo hablaba de falsos hermanos
que querían abolir la cruz: "Porque son muchos y ahora os lo
digo con lágrimas, que son enemigos de la cruz de Cristo" (Flp
3, 18).

Unos afirman que es un símbolo maldito; otros que no hubo tal


cruz, sino que era un palo; para muchos el Cristo de la cruz es
un Cristo impotente; hay quien enseña que Cristo no murió en
la cruz. La cruz es símbolo de humillación, derrota y muerte
para todos aquellos que ignoran el poder de Cristo para cambiar
la humillación en exaltación, la derrota en victoria, la muerte en
vida y la cruz en camino hacia la luz.

Jesús, sabiendo el rechazo que iba producir la predicación de la


cruz, "comenzó a manifestar a sus discípulos que Él debía ir a
Jerusalén y sufrir mucho... ser matado y resucitar al tercer día.
Pedro le tomó aparte y se puso a reprenderle: '¡Lejos de ti,
Señor, de ningún modo te sucederá eso!' Pero Él dijo a Pedro:
¡Quítate de mi vista, Satanás!¡...porque tus pensamientos no
son de Dios, sino de los hombres!" (Mt 16, 21-23).
Pedro ignoraba el poder de Cristo y no tenía fe en la
resurrección, por eso quiso apartarlo del camino que lleva a la
cruz, pero Cristo le enseña que el que se opone a la cruz se
pone de lado de Satanás.

Satanás el orgulloso y soberbio odia la cruz porque Jesucristo,


humilde y obediente, lo venció en ella "humillándose a sí mismo,
obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz", y así
transformo la cruz en victoria: "...por lo cual Dios le ensalzó y le
dio un nombre que está sobre todo nombre" (Flp 2, 8-9).

Algunas personas, para confundirnos, nos preguntan: ¿Adorarías


tú el cuchillo con que mataron a tu padre?

¡Por supuesto que no!

1º. Porque mi padre no tiene poder para convertir un símbolo de


derrota en símbolo de victoria; pero Cristo sí tiene poder. ¿O tú
no crees en el poder de la sangre de Cristo? Si la tierra que pisó
Jesús es Tierra Santa, la cruz bañada con la sangre de Cristo,
con más razón, es Santa Cruz.

2º. No fue la cruz la que mató a Jesús sino nuestros pecados.


"Él ha sido herido por nuestras rebeldías y molido por nuestros
pecados, el castigo que nos devuelve la paz calló sobre Él y por
sus llagas hemos sido curados". (Is 53, 5). ¿Cómo puede ser la
cruz signo maldito, si nos cura y nos devuelve la paz?
3º. La historia de Jesús no termina en la muerte. Cuando
recordamos la cruz de Cristo, nuestra fe y esperanza se centran
en el resucitado. Por eso para San Pablo la cruz era motivo de
gloria (Gál 6, 14).

Nos enseña quiénes somos

La cruz, con sus dos maderos, nos enseña quiénes somos y cuál
es nuestra dignidad: el madero horizontal nos muestra el
sentido de nuestro caminar, al que Jesucristo se ha unido
haciéndose igual a nosotros en todo, excepto en el pecado.
¡Somos hermanos del Señor Jesús, hijos de un mismo Padre en
el Espíritu! El madero que soportó los brazos abiertos del Señor
nos enseña a amar a nuestros hermanos como a nosotros
mismos. Y el madero vertical nos enseña cuál es nuestro destino
eterno. No tenemos morada acá en la tierra, caminamos hacia
la vida eterna. Todos tenemos un mismo origen: la Trinidad que
nos ha creado por amor. Y un destino común: el cielo, la vida
eterna. La cruz nos enseña cuál es nuestra real identidad.

Nos recuerda el Amor Divino

"Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que
todo el que crea en Él no perezca sino que tenga vida eterna".
(Jn 3, 16). Pero ¿cómo lo entregó? ¿No fue acaso en la cruz? La
cruz es el recuerdo de tanto amor del Padre hacia nosotros y del
amor mayor de Cristo, quien dio la vida por sus amigos (Jn 15,
13). El demonio odia la cruz, porque nos recuerda el amor
infinito de Jesús. Lee: Gálatas 2, 20.

Signo de nuestra reconciliación

La cruz es signo de reconciliación con Dios, con nosotros


mismos, con los humanos y con todo el orden de la creación en
medio de un mundo marcado por la ruptura y la falta de
comunión.

La señal del cristiano

Cristo, tiene muchos falsos seguidores que lo buscan sólo por


sus milagros. Pero Él no se deja engañar, (Jn 6, 64); por eso
advirtió: "El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí"
(Mt 7, 13).

Objeción: La Biblia dice: "Maldito el que cuelga del madero...".

Respuesta: Los malditos que merecíamos la cruz por nuestros


pecados éramos nosotros, pero Cristo, el Bendito, al bañar con
su sangre la cruz, la convirtió en camino de salvación.

El ver la cruz con fe nos salva

Jesús dijo: "como Moisés levantó a la serpiente en el desierto,


así tiene que ser levantado (en la cruz) el Hijo del hombre, para
que todo el que crea en Él tenga vida eterna" (Jn 3, 14-15). Al
ver la serpiente, los heridos de veneno mortal quedaban
curados. Al ver al crucificado, el centurión pagano se hizo
creyente; Juan, el apóstol que lo vio, se convirtió en testigo.
Lee: Juan 19, 35-37.

Fuerza de Dios

"Porque la predicación de la cruz es locura para los que se


pierden... pero es fuerza de Dios para los que se salvan" (1 Cor
1, 18), como el centurión que reconoció el poder de Cristo
crucificado. Él ve la cruz y confiesa un trono; ve una corona de
espinas y reconoce a un rey; ve a un hombre clavado de pies y
manos e invoca a un salvador. Por eso el Señor resucitado no
borró de su cuerpo las llagas de la cruz, sino las mostró como
señal de su victoria. Lee: Juan 20, 24-29.

Síntesis del Evangelio

San Pablo resumía el Evangelio como la predicación de la cruz


(1 Cor 1,17-18). Por eso el Santo Padre y los grandes
misioneros han predicado el Evangelio con el crucifijo en la
mano: "Así mientras los judíos piden milagros y los griegos
buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado:
escándalo para los judíos (porque para ellos era un símbolo
maldito) necedad para los gentiles (porque para ellos era señal
de fracaso), mas para los llamados un Cristo fuerza de Dios y
sabiduría de Dios" (1Cor 23-24).
Hoy hay muchos católicos que, como los discípulos de Emaús,
se van de la Iglesia porque creen que la cruz es derrota. A todos
ellos Jesús les sale al encuentro y les dice: ¿No era necesario
que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria? Lee:
Lucas 24, 25-26. La cruz es pues el camino a la gloria, el
camino a la luz. El que rechaza la cruz no sigue a Jesús. Lee:
Mateo 16, 24

Nuestra razón, dirá Juan Pablo II, nunca va a poder vaciar el


misterio de amor que la cruz representa, pero la cruz sí nos
puede dar la respuesta última que todos los seres humanos
buscamos: «No es la sabiduría de las palabras, sino la Palabra
de la Sabiduría lo que San Pablo pone como criterio de verdad, y
a la vez, de salvación» (JP II, Fides et ratio, 23).

¿Por qué adorar la cruz?


¿Por qué entre los ritos del Viernes Santo está el de la adoración de la
Cruz? ¿No se configura como un acto de idolatría?

Por: P. Lic. José Antonio Marcone, V.E. | Fuente: apologetica.org

Un amigo me hizo las siguientes preguntas: “Dado que la adoración es un acto


específico que la creatura dirige sólo a la divinidad, ¿por qué entre los ritos del
Viernes Santo está el de la adoración de la Cruz? ¿No se configura como un acto
de idolatría? Entonces, ¿porqué usar esta terminología, que aparece como
blasfema, contra el clarísimo primer mandamiento de la Biblia? ¿Porqué usar esta
terminología que podría desviar a aquella parte del pueblo de Dios que no tiene
instrumentos culturales suficientes para comprender que no se trata, en definitiva,
de un culto dirigido a un objeto de madera? ¿Cómo nació este uso en la Iglesia
Católica? ¿A qué época se remonta? Cada vez que participo en la celebración del
Viernes Santo siempre afloran de nuevo estas preguntas. Mentalmente las
resuelvo siempre diciéndome que se trata de un acto de veneración”. Para
responder estos interrogantes he escrito este pequeño artículo.

1. ¿Qué entendemos por ‘adoración’?

Quiero, ante todo, aclarar la terminología. La palabra adoración es genérica.


Deriva del latín ad-orare, cuyo primer sentido es elevar una súplica. Después
significa tener veneración por alguien, y de aquí, adorar. Ahora bien, como sucede
con toda cosa genérica, requiere la especificación. Cuando la veneración se dirige
a Aquel que tiene la excelencia absoluta, es decir, a Dios esta adoración se llama
adoración de latría.

Por otro lado, Dios comunica su excelencia a algunas creaturas, aunque no según
igualdad con Él, sino según cierta participación. Por eso veneramos a Dios con una
veneración particular que llamamos latría, y a ciertas excelentes creaturas con otra
veneración que llamamos dulía. Pero es necesario estar muy atentos, porque el
honor y la reverencia son debidos solamente a la creatura racional. Por lo tanto, la
dulía corresponde solamente a la creatura racional.

En consecuencia, en sentido estricto, tenemos una adoración de latría que es sólo


para Dios y una adoración de dulía, para las creaturas. Vemos entonces que el
sentido vulgar de la palabra adoración (que coincide con el último sentido de la
palabra latina) se identifica con aquello que hemos llamado, con Santo Tomás de
Aquino, ‘adoración de latría’.

2. ¿Debemos adorar la cruz de Jesús con adoración de latría?

Santo Tomás se hace esta misma pregunta[1]. Nos referimos a la misma cruz de
Jesús, aquella en la cual fue clavado. Esta es la respuesta: la adoración de latría
solamente debe ser dirigida a Dios. La dulía (proviene de la palabra griega doûlos
que significa siervo) debe ser dirigida solamente a las creaturas racionales. Pero a
las creaturas materiales (‘insensibles’, dice Santo Tomás) podemos presentarle
honor y obsequio en razón de la naturaleza racional. Esto podemos hacerlo de dos
modos: el primer modo es en cuanto la creatura insensible representa a la
naturaleza racional; el segundo es en cuanto la creatura insensible está unida a la
naturaleza racional.

“De ambos modos debe ser venerada por nosotros la cruz de Jesús –dice Santo
Tomás. Del primer modo, en cuanto representa para nosotros la figura de Cristo
extendido sobre la cruz. Del segundo modo, a causa del contacto que tuvo la cruz
con los miembros de Cristo y porque fue bañada con su sangre. Por lo tanto –
continúa diciendo Santo Tomás- de ambos modos la cruz es adorada con la misma
adoración que recibe Cristo, es decir, adoración de latría”.

Debemos estar atentos a aquello que dice Santo Tomás. No damos a la cruz
(objeto de madera) el culto de latría en cuanto objeto de madera sino en cuanto
representa a Cristo y en cuanto estuvo en contacto con su cuerpo y con su sangre,
es decir, en razón de Cristo. Esto quiere decir que la adoración de latría va dirigida
a Cristo y no a un pedazo de madera. Dice el P. Fuentes respecto a esto:
“Evidentemente el concepto clave es aquí la distinción, dentro de la adoración de
latría (...), entre latría absoluta y latría relativa: latría absoluta es la que se da a
una cosa en sí misma (por ejemplo, a Dios, a Jesucristo, etc.); latría relativa es la
que se da a una cosa no por sí misma sino en orden a lo que es representado por
ella (las imágenes). Por tanto, si bien la cruz no es adorada con culto de latría
absoluta, sí lo es con el de latría relativa”[2].

Ahora bien, ¿qué sucede con las cruces que nosotros tenemos ahora? Estas cruces
son imitaciones de la ‘vera cruz’ de Jesús, cruces hechas de piedra, de madera o
metal. La respuesta a esta pregunta pienso que aclarará un poco más nuestro
tema.

3. ¿Debemos adorar las imágenes de Cristo con adoración de latría?

Partimos del punto que estas cruces de las cuales hablamos no son otra cosa que
imágenes de Jesús, es decir, tratan de representar pictóricamente al Dios
encarnado, al Verbo hecho hombre. Exponemos la doctrina de Santo Tomás
respecto a la actitud que nosotros debemos tener hacia las imágenes pictóricas de
Cristo.

Podemos considerar las imágenes en general en dos sentidos. Primero, en cuanto


es una cierta cosa, hecha con un material determinado. Segundo, en cuanto es
imagen de una realidad, la cual se configura como ejemplar o modelo de dicha
imagen. En el primer sentido, esto es, en cuanto es una cosa cualquiera, a las
imágenes de Cristo (y también a las cruces hechas actualmente; por ejemplo, de
madera esculpida o pintada), no se les debe dar ninguna reverencia, porque
solamente debemos dar reverencia a la creatura racional. Por lo tanto, a las
imágenes de Cristo (y también a las de los santos), tomadas en este primer
sentido, no debe brindárseles ni adoración de latría, ni dulía, ni siquiera
veneración.

En el segundo sentido la cosa es diferente. Porque cuando yo me dirijo a una


imagen en cuanto representa otra realidad y me la recuerda, no me estoy
dirigiendo a la imagen misma sino a la realidad que representa. Es en este sentido
que nosotros presentamos honor y obsequio a las imágenes de Cristo (y a las
cruces). Por eso, en este sentido, damos a las imágenes de Cristo la misma
reverencia y veneración que damos a la persona de Cristo. Y dado que a Cristo lo
adoramos con adoración de latría, en consecuencia a su imagen debemos adorarla
también con adoración de latría. Para ser más exactos digamos que también a las
imágenes de Cristo las adoramos con latría relativa. Esto lo dice San Juan
Damasceno bellamente: “Imaginis honor ad prototypum pervenit”, esto es, “el
honor dado a una imagen se dirige y llega hasta el prototipo”.

Resumiendo: adoramos las imágenes de Cristo y las cruces en cuanto son


símbolos de una realidad ulterior y divina. Por eso dice el Libro Ceremonial de los
Obispos: “Entre las imágenes sagradas, la figura de la cruz ‘preciosa y vivificante’
ocupa el primer lugar, porque es el símbolo de todo el misterio pascual. Ninguna
imagen más estimada ni más antigua para el pueblo cristiano. Por la Santa Cruz se
representa la pasión de Cristo y su triunfo sobre la muerte, y al mismo tiempo
anuncia la segunda y gloriosa venida, según la enseñanza de los Santos Padres”
(n. 1011).

4. Respuesta puntual a las preguntas

Podemos ahora responder puntualmente a las preguntas puestas al principio de


este pequeño artículo.

1) “Dado que la adoración es un acto específico que la creatura dirige sólo a la


divinidad, ¿porqué entre los ritos del Viernes Santo está el de la adoración de la
Cruz?”Porque la Iglesia quiere que, a través de la cruz, que representa a Cristo y
estuvo en contacto con Él, adoremos al que es hombre y Dios. Ella es el “símbolo
por antonomasia de la pasión de Jesucristo” y “representa al mismo Jesucristo en
el acto de su inmolación. Por eso debe ser adorada con una acto de adoración de
‘latría relativa’ en cuanto imagen de Cristo y por razón del contacto que con Él
tuvo”[3].

2) “¿No se configura como un acto de idolatría?” No, porque el culto de latría no va


dirigido al pedazo de madera sino a Cristo.

3) “Entonces, ¿porqué usar esta terminología, que aparece como blasfema, contra
el clarísimo primer mandamiento de la Biblia?” Esta terminología, teológicamente
hablando, es correctísima. Se puede decir con toda propiedad ‘adoración de la
cruz’ porque se puede dar culto de latría relativa a un objeto insensible en razón
de Cristo, que es Dios.

Respecto al problema bíblico es verdad que el primer mandamiento dice: “No te


harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que
hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te
postrarás ante ellas ni les darás culto” (Éx.20,4-5). Pero en realidad “ese precepto
no prohíbe hacer alguna escultura o imagen, sino que prohíbe hacerlas para ser
adoradas. Por eso se agrega inmediatamente: ‘No te postrarás ante ellas ni les
darás culto’ (Éx.20,5). Y dado que el movimiento de adoración que se dirige a la
imagen es el mismo que va dirigido y termina en la cosa, al prohibir la adoración
de las imágenes lo que se prohíbe es la adoración de la cosa, semejanza de la cual
es la imagen. Por lo tanto debe entenderse que ese precepto prohíbe la fabricación
y la adoración de las imágenes que los gentiles hacían para adorar a sus dioses, es
decir, a los demonios. Por eso, en el mismo paso de la Escritura, antes se dice: ‘No
habrá para ti otros dioses delante de mi’ (Éx.20,3)”[4]. Esto que acabamos de
decir queda confirmado por el mismo Yahveh cuando manda a Moisés hacer la
escultura de dos ángeles para que adornen el arca de la Alianza: “Harás dos
querubines de oro macizo; los pondrás en los dos extremos del propiciatorio”
(Éx.25,18). Si la prohibición fuese de hacer imágenes en absoluto, el primero en
quebrantar dicha prohibición hubiese sido el mismo Dios. El mismo Dios, según
vemos en este texto, manda hacer dos esculturas para ser veneradas.

Además hay que tener en cuenta que en el Antiguo Testamento esta prohibición de
hacer y adorar imágenes adquiría un sentido especial porque el verdadero Dios se
había revelado como un ser espiritual e incorpóreo y, por lo tanto, no era posible
hacer alguna imagen corporal que expresara adecuadamente a ese Dios
incorpóreo. “Pero dado que en el Nuevo Testamento Dios se hizo hombre, puede
ser adorado en su imagen corporal”[5]. Por lo tanto, vemos que ni en el acto de
adoración de la cruz ni en la terminología usada para expresarlo hay algo que se
oponga a la revelación del Antiguo o del Nuevo Testamento. Al contrario, el Nuevo
Testamento, al revelarnos la encarnación de Dios, nos autoriza a adorarlo en su
imagen corporal.

4) “¿Porqué usar esta terminología que podría desviar a aquella parte del pueblo
de Dios que no tiene instrumentos culturales suficientes para comprender que no
se trata, en definitiva, de un culto dirigido a un objeto de madera?” El problema no
es la terminología que, como dijimos, es correcta. Tanto la terminología como el
tema en sí mismo podría explicarse de tal manera que todos lo entiendan, aún
aquellos que tienen menos ‘instrumentos culturales’. Hay muchos misterios en
nuestra religión que no son fáciles de entender en el primer intento. Necesitan una
explicación llena de ciencia y caridad, es decir, con la capacidad de adaptarse a las
condiciones del oyente. Esa es la tarea de los pastores. Precisamente, uno de los
problemas más graves de nuestro tiempo, como ya lo hacía notar el Papa Pablo
VI[6], es el dramático alejamiento y posterior ruptura entre Evangelio y cultura.
Por eso hace falta afrontar una evangelización profunda, que llegue hasta los
fundamentos culturales de las distintas sociedades.

5) “¿Cómo nació este uso en la Iglesia Católica? ¿A qué época se


remonta?” Pienso, junto con Santo Tomás, que este uso nació de los mismos
apóstoles. Lo que Santo Tomás dice respecto a las imágenes de Cristo se puede
aplicar, y con mayor razón, a la cruz misma de Cristo. Dice este santo: “Los
Apóstoles, por el familiar instinto del Espíritu Santo, transmitieron ciertas cosas a
las iglesias para que sean conservadas que no dejaron en sus escritos, sino que las
han entregado a la sucesión de los fieles para que sean ordenadas como precepto
de la Iglesia. Por eso dice San Pablo: ‘Manteneos firmes y conservad las
tradiciones en las cuales fuisteis instruidos, sea por medio de nuestra viva voz (es
decir, oralmente), sea por medio de nuestra carta (es decir, transmitido por
escrito)’ (2Tes.2,15). Y entre estas tradiciones recibidas oralmente está la de la
adoración de la imagen de Cristo. De hecho se dice que San Lucas evangelista
(que fue compañero de los apóstoles) pintó una imagen de Cristo, que se
encuentra en Roma”[7].

Sin duda que ya las primeras comunidades cristianas adoraban la cruz, como es
testigo aquel antiquísimo cántico que se dirige a la cruz como si fuese una persona
y le atribuye poder para dar la salvación: O Crux, ave, spes unica. Hoc passionis
tempore, auge piis iustitiam, reisque dona veniam. “Ave, oh Cruz, esperanza
única. En este tiempo de pasión aumenta la justicia de los santos y a los culpables
dales el perdón”. Los Santos Padres de los primeros siglos, como San Agustín y
San Juan Damasceno, hablan del rito de la adoración de la cruz como algo ya
consolidado en la Iglesia.

En el siglo IV Santa Elena, la madre del emperador Constantino, impulsada por


esta devoción a la cruz de Cristo, se empeña en buscarla y la encuentra. Sin duda
que este hallazgo de la ‘vera cruz’ habrá estimulado muchísimo la devoción a ella.

 Notas

[1] S. TOMÁS DE AQUINO, Suma Teológica, III Parte, cuestión 25, artículo 4.

[2] FUENTES, M. A., El teólogo responde, Ediciones del Verbo Encarnado, San
Rafael, 2001, p. 169.
[3] FUENTES, M. A., ibidem.

[4] S. TOMÁS DE AQUINO, idem, III, c. 25, a. 3, respuesta 1.

[5] “Sed quia in Novo Testamento Deus factus est homo, potest in sua imagine
corporali adorari” (S. TOMÁS DE AQUINO, ibidem).

[6] Cf. Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, n. 20.

[7] S. TOMÁS DE AQUINO, idem, III, c. 25, a. 3, respuesta 4.

¿Qué significa las letras JHS?


Jesús, Hombre, Salvador

Por: P. Jose Luis Quijano | Fuente: Catholic.net

Este símbolo IHS o JHS es muy famoso y se usa en multitud de lugares.

Su significado es muy sencillo: es la abreviatura del nombre de Jesús.

Hoy es precisamente el Dulce Nombre de Jesús, pues a los 8 días de


nacer San José y la Virgen, como judíos piadosos y observantes de la
Ley que eran lo llevaron al templo para circuncidarlo y le pusieron el
nombre que el arcángel San Gabriel había dicho a María: A los ocho días
circuncidaron al niño y le pusieron por nombre Jesús, el mismo nombre
que el ángel había dicho a María antes de que estuviera encinta

J: Jesús
H: Hombre
S: Salvador

Significa Joshua (En español se traduce como Jesús y significa Salvador)


por eso "jesus hombre salvador"

En el hebreo no se escribían las vocales, así como el de Dios es YHVH y


significa Yahvé (En español se traduce como "Yo soy".
8 errores que los católicos debemos evitar
como a la peste
Respuestas apoyadas en las Sagradas Escrituras
Por: Angelo Stagnaro | Fuente: NCRegister.com // ACIprensa.com

Teniendo en cuenta la complejidad de la teología católica acerca de la naturaleza


de Dios, la siguiente lista, apoyada en las Sagradas Escrituras y el Magisterio de
la Iglesia, contiene respuestas a 8 mentiras recurrentes que están al acecho de los
católicos en el mundo actual.
1. Cristo es insuficiente
No existen nuevas revelaciones y el canon bíblico está cerrado. Hay demasiadas
personas que quieren "aumentar" las enseñanzas de Cristo sosteniendo que,
como las Sagradas Escrituras fueron "escritas hace mucho tiempo", estas
deberían ser "actualizadas".
Psíquicos y charlatanes de todo tipo difunden sus supuestas "habilidades
proféticas" que al parecer, van en contra de lo que sabemos de Dios. Nada más
lejos de la verdad.
Si estas personas están en lo correcto, ¿por qué el Espíritu Santo le da a cada
uno diferentes mensajes? Cristo y su Iglesia no necesitan nada de simples
humanos. El mensaje de Cristo es válido y auténtico ayer, hoy y siempre como
afirma la cita de Hebreos 13,8.
2. Puede haber nuevas revelaciones del plan de salvación
No hay y nunca podrán existir nuevas revelaciones que se añadan a la economía
de la salvación. Algunas revelaciones privadas están aprobadas por la piedad
popular (por ejemplo, Sagrado Corazón, Lourdes, la Divina Misericordia) y otras
no.

La clave es si van de acuerdo a las revelaciones originales de Cristo en las


Sagradas Escrituras. La gente se coloca en una situación precaria cuando se
atreven a juzgar no sólo la Biblia, sino a Dios mismo y Su Iglesia, negando así la
Tradición y el magisterio.
3. Jesús nunca asegura ser Dios en la Biblia
Cristo se refiere a sí mismo como Dios aproximadamente 50 veces en las
Sagradas Escrituras.
Asimismo, los Evangelios muestran las reacciones de quienes se oponían a Jesús
tras afirmar ser Dios o igual a Dios (por ejemplo en Marcos 14: 61-62).
Si Jesús nunca afirmó a Dios ¿por qué algunas personas se molestaron tanto con
Él hace 2000 años hasta el punto de crucificarlo? Cristo fue condenado a muerte
porque lo consideraban blasfemo al referirse a sí mismo como Dios.
4. Todos somos hijos de Dios y por lo tanto, Él debe amar todo lo
que somos
Sí. Dios nos hizo a todos. Dios nos ama a todos. Todos somos Sus hijos. Sin
embargo, Él nos llama hacia Sí mismo en un espíritu de amor y arrepentimiento,
pero no todo el mundo está listo y dispuesto a hacer ese tipo de compromiso.
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No se puede decir que somos Sus hijos y al mismo tiempo negarnos a reconocer
nuestra relación con nuestro Padre Celestial. (1 Juan 3:10, Rm 8,15, Efesios 2: 1-
16).
Dios es misericordioso, pero no todos nosotros queremos ser perdonados, o
incluso, pensamos que no hemos hecho nada que deba ser perdonado (1 Juan 1:
8).
5. Todos adoramos al mismo Dios
Solo existe un Dios único y verdadero porque Él mismo lo afirmó (Deu 4:39, Isaías
43:11, 45: 5), sin embargo, no todo el mundo lo reconoce. Debe también señalarse
que ninguna deidad pagana ha hecho una afirmación así.
A pesar de que suena políticamente correcto que todas las personas adoran al
mismo Dios, es teológica, histórica y antropológicamente incorrecto. Fuera de la
tradición judeocristiana, las deidades son impotentes, celosas, caprichosas,
comedidas, hedonistas, egoístas, tremendamente emocionales y tiene una débil
preocupación por los asuntos humanos.
El Dios judeocristiano es el amor mismo. Ninguna otra religión describe su deidad
de esta manera.
6. Todas las religiones son iguales
Esta creencia está conectada el punto anterior, y por lo tanto, es incorrecta.
Algunas religiones son violentamente la antítesis de todas las demás expresiones
religiosas. Algunos requieren el sacrificio humano, conductas inmorales a la que
se consideran virtudes o proponen “textos sagrados” que son ilógicos y
contradictorios. Es imposible sugerir que todas las religiones son iguales.
Cristo nos dice que Él es el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14: 6). El Dios
judeocristiano se presentó a su pueblo y les enseña porque los ama (Hechos
4:12). Ninguna otra religión hace tales afirmaciones. La salvación solo viene de
Cristo y no de Mahoma, Buda o Joseph Smith. El culto le pertenece por derecho
solo a Yahvé, que es el gran YO SOY (Ap 4:11).
Existen diferencias irreductibles entre el cristianismo y el judaísmo como la
encarnación, la pasión y resurrección. Podemos extender esta lista de
incompatibilidades al considerar las religiones paganas. Sin embargo, muchas
demandas éticas a través de las religiones pueden ser iguales o al menos
compatibles. Esta no es una extraña coincidencia, por el contrario, si el único Dios
está llamando a toda la humanidad, entonces Su marca será dejada sobre varias
respuestas a la llamada.
7. Dios usa a los hombres como "ratones de laboratorio"
Dios es omnisciente y sabe lo que vamos a hacer. Ama nuestra existencia y no
nos trata como si fuéramos “ratones de laboratorio”.
Dios es amor (1 Juan 4: 8, 16) y por lo tanto nunca podría torturarnos para ver "lo
que haríamos”. La tentación se encuentra dentro de nosotros mismos y es
decisión nuestra seguir la ley de Dios o rechazarla (Dt 30:19).
8. La Eucaristía es un mero símbolo
Esta es una perniciosa herejía y es bastante frecuente. ¿Por qué el pan y el vino
son ofrecidos en el altar por un sacerdote como Cuerpo y Sangre de Cristo?
Porque Jesús lo dice (Lucas 16).
De hecho, lo reveló a las personas que lo acompañaban en la sinagoga de
Cafarnaúm y un buen número hizo una rabieta. Jesús preguntó a sus discípulos si
también querían dejarlo por hacer tal afirmación, y Pedro respondió: "Señor, ¿a
quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Juan 6:68).
Aparte de lo que Jesús dijo, debe considerarse cómo los primeros cristianos
trataban a la Eucaristía. Para Pablo, es una celebración con la que se anuncia y
actualiza la muerte del Señor hasta su regreso (1 Cor 11:26).
"El que, por lo tanto, coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo
del cuerpo y la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y
coma así el pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe sin discernir el
cuerpo, come y bebe su propia condenación"(1 Cor 11: 27-29).
La Didajé o enseñanza de los dóce apóstoles refleja este sentimiento: "No
permitan que coman o beban de su Eucaristía, a excepción de los bautizados en
el nombre del Señor, porque el Señor ha hablado de esto: 'No den lo que es santo
a los perros'" (Didajé 9: 5).
Versión en castellano publicada en ACIprensa
Traducido y adaptado por Diego López Marina.
Originalmente publicado en National Catholic Register.

El 3 de mayo, en muchos países del mundo se conmemora “la


Cruz de mayo”. Esta tradición popular tiene sus orígenes desde
muy antiguo en Jerusalén y se sigue festejando en varios
pueblos de habla hispana.

La también llamada “Fiesta de las cruces” se celebra en


ciudades de España, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala,
México, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago, Argentina, Colombia
y Venezuela. En muchos de estos lugares adornan las cruces
con coloridas flores, se realizan procesiones, bailes o se venera
el madero en los cerros o lugares visibles para toda la población.

Se dice que por el siglo IV el pagano Constantino tenía que


enfrentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio. La
noche anterior al suceso tuvo un sueño en la que vio una cruz
luminosa en los aires y escuchó una voz que le dijo: "Con este
signo vencerás".

Al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas


de los batallones y exclamó: "Confío en Cristo en quien cree mi
madre Elena". La victoria fue total, Constantino llegó a ser
emperador y dio libertad a los cristianos.

Santa Elena, madre del emperador, pidió permiso a su hijo y fue


a Jerusalén a buscar la Santa Cruz en la que Cristo murió.
Después de muchas excavaciones encontró tres cruces y no
sabían cómo distinguir cuál era del Señor.

Es así que llevaron a una mujer agonizante, quien al tocar la


primera cruz se agravó más con su enfermedad. En la segunda
cruz, la enferma se mantuvo igual, pero al tocar el tercer
madero, recuperó la salud.

Santa Elena, junto al Obispo y los fieles, llevaron esta cruz en


procesión por las calles de Jerusalén. En el camino había una
mujer viuda que llevaba a enterrar a su hijo, por lo que
acercaron la Cruz al fallecido y éste resucitó.

Por varios siglos se ha celebrado en Jerusalén y muchos pueblos


del mundo el 3 de mayo como la fiesta de la invención o
hallazgo de la Santa Cruz. En toda la Iglesia Católica la
celebración litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz se festeja
el 14 de septiembre.

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