Вы находитесь на странице: 1из 3

LA ÉTICA DE JESUS

El mundo judío al que vino Jesús fue uno caracterizado por el legalismo. Las leyes
minuciosas, los códigos y la tradición de los rabíes sustituyeron a las enseñanzas
de la Ley, de los profetas y de la poesía. Jesús hizo énfasis en los principios
básicos de la relación entre Dios y el ser humano. Las enseñanzas de Jesús
contienen elementos que enfocan el fin de fines, característica de una ética
teleológica, pero a la vez hace hincapié en los medios aceptables para alcanzar
estos fines, este es un asunto importante en los sistemas deontológicos.

Jesús tomó los diez mandamientos que tienen que ver con responsabilidades
hacia el prójimo e hizo un enfoque en las actitudes internas que producían el
homicidio, el adulterio, la mentira y el robo. Jesús supo que si podemos controlar
las raíces del comportamiento malo, entonces no tendremos que tratar con
personas que han violado estos mandamientos.

La posibilidad de vivir una vida ajustada a la ética de Jesús descansaba en el


reino de Dios. Es decir, que gracias a que el reino de Dios había venido a este
mundo y había sido inaugurado por el ministerio de Cristo en la tierra, entonces las
personas tenían la posibilidad de vivir la vida según la ética de Jesús.

El amor y la justicia que Jesús demandaba de sus discípulos solo podía vivirse
sometiéndose al gobierno de Dios en la vida del discípulo. Esta ética, vista así,
tenía una dimensión presente, pero también una futura. En la parusía de Cristo
recién se completará el reino de Dios y en ese momento la ética de Cristo podrá
ser cumplida cabalmente. Sin embargo, eso no disminuye la responsabilidad del
creyente de buscar la santidad en la vida presente.

Otra característica de la ética de Jesús es su tratamiento de algunos temas


especiales como la ley, las mujeres, el pecado, la buena vida y la política. En
todos estos aspectos Jesús fue revolucionario, ya sea que haya dado enseñanzas
explicitas al respecto (como con la ley), o ya sea que haya dado enseñanzas
tácitas a través de sus actitudes y comportamiento (como con las mujeres y su
lugar en la sociedad).

Es interesante notar como Jesús aplicaba su ética a los temas importantes y


particulares de la vida. No solo se quedaba en mandamientos o principios
generales, sino que a través de las circunstancias y los ejemplos, Jesús aplicaba
sus principios a los temas importantes. Podemos aprender mucho de esto para
aplicar esos mismos principios a los temas de interés de hoy.

La ética de Jesús tiene un marcado énfasis en las actitudes internas, es decir, se


busca una justicia del corazón. A diferencia del legalismo, la ética de Jesús se
centraba en las actitudes y el mundo interno de la persona como la raíz de toda
conducta, sea esta ética o no.

Asimismo, el notable el énfasis que hace Jesús de la vida ética con la experiencia
espiritual enmarcada en una relación personal del creyente con él mismo. Es decir,
que para Jesús, la experiencia religiosa y el nuevo nacimiento son requisitos
indispensables que capacitan al creyente para poder vivir la ética del reino.

LA ÉTICA DE PABLO

Pablo es un fiel creyente que la experiencia personal con Jesucristo, la cual puede
transformar la vida de cualquier ser humano, de forma radical. Hay que entender,
que esto se debe a la experiencia personal del mismo apóstol Pablo, cuando se
enfrento con Jesucristo en el camino hacia Damasco. Por tal motivo, la ética moral
del aposto Pablo es Cristo-céntrica. Pablo interpreta la moral desde la perspectiva
de su unión mística con Jesús, a quien reconoce como el modelo e inspiración
para vivir una vida moralmente buena.
Ya que el apóstol Pablo al ser Cristo-céntrico en su moralidad, siempre pone al
Señor primero en todas sus acciones, y en sus escritos. El apóstol Pablo, le
exhorta a la congregación, que debe primero tener en cuenta la presencia de
Jesucristo, en su próxima reunión, para presentar este asunto ante la
congregación en pleno, y así de esta forma el poder expulsar de la congregación
al culpable del acto inmoral. La preocupación mayor del apóstol Pablo, en este
asunto de moralidad, tiene que ver con la Iglesia en pleno. Ya que la conducta de
este hombre, que al no ser censurada por los dirigentes de la iglesia, y hacerse de
la vista larga; cree en sí un libertinaje, ya que muchos van a tratar de imitar la
conducta de este hombre. O es que, sí hacen cosas que están fuera de la
moralidad, cualquier otro miembro de la congregación, consientes o no, se lo
sacaría en cara, que el por qué se le permitió a este hombre, sí poderlo hacer. Al
estar la iglesia ignorando esa conducta, como dice un dicho popular de mi pueblo:
El que calla, otorga, haciendo como aceptable esa conducta ante todos y
permitiendo la misma con igual derecho a toda la congregación.

La conducta de este hombre, ponía en peligro, la moral de la iglesia y la convertía


a la larga, en otro templo más de las deidades que existían en esa ciudad. Ya que
esto era la conducta normal, de lo que hacían los griegos antes de hacerse
cristianos, en sus templos. Cuando la congregación no trata de corregir a este
hombre, demuestra que no lo amaba. Era y es tanto hoy día, responsabilidad de la
iglesia en no ser tolerantes, cuando hay falta de moral, por uno de los miembros
de la congregación. El ignorar el asunto lo que demuestra es la falta de amor.
Tenemos que corregir, educar, orientar a nuestros hermanos, sobre estos asuntos,
siempre con un carácter de amor, como Cristo lo haría, informándoles en el error
en que se encuentran. Repito, de permitir esta falta de moral por falta de amor a
su prójimo, las consecuencias son desastrosas.

Вам также может понравиться