Вы находитесь на странице: 1из 8

1

L ÍRICA Y E LEGÍA ROMANAS

1. LA LÍRICA.
1.1. El nacimiento de la lírica latina y el fin de la República.
1.2. Los neotéricos o poetae novi .
1.2.1. Gaius Valerius Catulus.
1.3. La lírica en tiempos de Augusto.
1. 3. 1. Quintus Horatius Flaccus.
2. LA ELEGÍA
2.1. Sus orígenes y su introducción en Roma.
2.2. Autores.
2.2.1. Ovidio.

1. LA LÍRICA.
1.1. El nacimiento de la lírica latina y el fin de la República.
El nacimiento de la lírica se ve influido por una serie de circunstancias:
A) CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS: La lírica nace en Roma en el s. I. a.C. en
circunstancias sociopolíticas que la condicionaron fundamentalmente:
 Como consecuencia de la reforma militar de Mario, desde principios de siglo vive
Roma un ambiente de guerras civiles, ya que cada general cuenta con un ejército fiel y
pretende conseguir con él el poder del estado. En consecuencia se producen continuos
enfrentamientos entre los generales ambiciosos, que culminarán con la guerra entre César
y Pompeyo y la instauración del Imperio y fin del régimen republicano.
 Otro motivo de enfrentamientos es la rivalidad de los dos grandes “partidos”
políticos que había en Roma, populares y optimates. El derramamiento de sangre está a la
orden del día, ya que uno y otro cometen toda clase de atropellos para conseguir votos y
los generales ambiciosos se apoyan en estos votos para instaurar así sus dictaduras,
como la popular de Mario y la senatorial de Sila, que produjeron períodos de terror por la
depuración de sus contrarios. Se crea así un clima de odio civil que provoca una
radicalización de las posturas políticas cada vez más encarnizada y violenta y a la que
sólo pondrá fin el advenimiento del Imperio de Augusto, que anuló por las armas toda
oposición e implantó la paz.
B) INDIVIDUALISMO: Este clima de inestabilidad y crisis es sin embargo el que dio el siglo
de oro a las letras latinas, encabezadas por Lucrecio, César, Cicerón, Salustio, Catulo, etc.
Efectivamente la rivalidad política por una parte estimulaba apasionadamente el empeño de las
personalidades con vocación política por hacer valer sus ideas en una lucha ardiente de
temperamentos y doctrinas. Pero por otra parte la corrupción y violencia reinantes provocan la
inhibición de muchos, que se desentienden de la política y se refugian en un individualismo
exacerbado, en que se rinde culto apasionado al sentimiento personal, que se convierte en el
núcleo de su poesía, dando así nacimiento a la lírica. Hasta este momento en Roma
predominantemente se había cultivado la poesía de tema nacional, épica, o bien con fines
instructivos o satíricos, didáctica y sátira, pero ahora los poetas dejan de lado todo sentimiento
patriótico, porque se sienten impotentes ante la dramática situación nacional: no pueden cantar a
una patria desgarrada por las luchas intestinas y devorada por el crimen. Ninguno de los dos
bandos les atrae, porque ambos están corrompidos por igual. Se han pasado los tiempos de
Ennio en que Roma unida luchaba contra el enemigo exterior: ahora es una pugna fratricida que
les espanta y de la que quieren olvidarse, refugiándose en su propio yo, y así surge la lírica.
C) POESÍA ELITISTA PARA CÍRCULOS CULTOS: Los poetas líricos no se dirigen a la
masa del pueblo, sino a los círculos aristocráticos de refinados gustos helenizantes, que
2

conocían a la perfección la técnica estilística por su formación retórica, y esto impuso a la lírica
desde el principio un nivel técnico muy alto. Pero también condicionó su contenido, porque esta
élite vive en un ambiente mundano y frívolo de culto al placer y al lujo, donde no tiene cabida lo
vulgar, pero ha perdido por otra parte la fe en la religión y vive en la más absoluta amoralidad, y
ello se refleja en la poesía, que cultiva sin ningún pudor los temas más escabrosos. La pérdida
de la fe en la religión y el racionalismo superficial imperante producen en la mayoría un
escepticismo y una gran desorientación, por haber entrado en crisis los valores tradicionales y no
haberse buscado honesta y seriamente otros nuevos mediante una reflexión profunda, sino
dejándose los espíritus arrastrar por la comodidad.

La superficialidad así lo invade todo y la mayoría de los poetas escriben sobre bagatelas
sin verdadero sentimiento, pero con gran perfección estilística. Es una poesía llena de erudición
y tecnicismos, con brillantes juegos de palabras y recursos ingeniosos, pero hueca y sin emoción
lírica auténtica. Este movimiento poético recibe el nombre griego de los neotéricos o el de su
traducción latina poetae novi, por su culto a la novedad.
Sólo las grandes figuras se libran de la banalidad reinante y se entregan a la composición
de una poesía sincera, de auténticos sentimientos personales y lírica por tanto, como Catulo, o
bien tratan de buscar nuevas doctrinas morales que sustituyan a la antigua religión en la que
nadie cree ya, a la luz de la razón, como hizo el gran poeta Lucrecio, que escribió un gran poema
didáctico, De rerum natura, en hermosos hexámetros ardientemente apasionados para divulgar
las doctrinas de Epicuro sobre la búsqueda de la felicidad auténtica por la virtud, desterrando el
miedo a los dioses y a la muerte, porque el hombre bueno no tiene nada que temer de Dios.
Como modelos ya no se sigue a los poetas tradicionales latinos, considerados rústicos y
torpes, sino a los eruditos poetas griegos alejandrinos, que habían conseguido prodigiosos
avances estilísticos aunque adolecían de exceso de erudición y de falta de autenticidad por
hacer una poesía sin sincero sentimiento. De ellos se tomó:
a) una preocupación formal obsesionante, que sólo en Catulo se equilibra con un fondo
igualmente válido, mientras en los demás el contenido es banal.
b) se toman también los metros y estrofas griegas.
c) se abandona el cultivo de grandes poemas y se prefiere la obra breve, cuidadísima,
llena de erudición y helenismos.
d) se introduce el gusto por todo lo exótico y brillante, tomándose mitos y leyendas
orientales, llenos de colorido y magia.
e) los autores alejandrinos más imitados son Calímaco, Apolonio de Rodas, Teócrito de
Siracusa y Arato.

1.2. Los neotéricos o poetae novi.


No constituyen una escuela, sino un grupo de poetas a los que Cicerón llamó (con
cierto desprecio) Poetae Novi. Representan una generación: su infancia o juventud coincide
con la dictadura de Sila y la muerte de la mayoría ocurre entre los años 48-31 a. C. Se constituye
como grupo en tiempos de César y este hecho ha de vincularse con la llegada a Roma de
poetas, filósofos y hombres de letras, procedentes de diferentes regiones de Oriente, con las que
Roma, a raíz de las conquistas de Pompeyo, había intensificado su relación.
Como poetas, les une el rechazo de la poesía romana anterior, tanto en su forma
como en su espíritu de gravitas. Sus modelos griegos son los poetas alejandrinos. Frente a
los largos poemas épicos optan por poemas breves, muy elaborados, de gran perfección
formal y de gran erudición.
Se trata, pues, de una concepción de la poesía como arte por el arte: los grandes temas
se destierran, aparecen otros temas más individuales o exóticos, en algunos casos, pretexto
para el ejercicio del arte literario.
3

Abandonan el hexámetro dactílico en favor de la polimetría (usan con gran exquisitez


diversos metros de tradición poética griega: eólicos, troqueos, yambos, galiambos...)
Su carácter innovador en materia literaria, por cuanto que pretenden romper con la
tradición representada por Ennio, no se corresponde con su posición política: fueron enemigos
de toda innovación.
Todos los poetas neotéricos procedían de la Galia Cisalpina y, entre ellos, hay que
destacar a Valerio Catón, maestro de los neotéricos, a Licinio Calvo, a Helvio Cinna y, sobre
todo, a Valerio Catulo, el único del que se han conservado sus poesías y considerado por los
antiguos como creador de la lírica amorosa latina.

1. 2. 1. GAIUS VALERIUS CATULUS (84-54 a.C.).

De entre todos los neotéricos, el único que escapó a la banalidad reinante en el


movimiento y a su superficialidad y snobismo fue Catulo, que supo unir una forma de alto nivel
estilístico a un fondo sincero y apasionado, lleno de auténtico lirismo, consiguiendo así el
equilibrio entre contenido y expresión que le ha convertido en un modelo de clasicismo.
Nació en Verona al norte de Italia en el seno de una familia aristocrática. Muy joven vino a
Roma a completar su educación, pero se entregó a una vida de disipación que le produjo la
muerte a temprana edad. Un hecho determinante en su vida y obra poética será su amor por
Clodia (a la que alude con el pseudónimo de Lesbia, en honor de la poetisa griega Safo), mujer
casada y de origen noble; relación que pasará por diferentes fases: del arrebato y gozo de la
pasión al tormento del rechazo o a la melancolía del recuerdo o a la humillación de fugaces
reconciliaciones. Esta mujer encendió su pasión y luego lo abandonó. Catulo nos narra en sus
poemas los altibajos de su vehemente amor.
 OBRA: Nos han sido transmitidos de él 116 poemas, la mayoría muy breves. Unos son
epigramas escritos en metros yámbicos y otros están en dísticos elegíacos. En ellos se
concentra todo cuanto caracteriza a los neotéricos: poesía erótica, experiencias amicales,
descripciones de la naturaleza, sátira política y privada, epitalamios... Su obra se divide en dos
grandes grupos:
- poemas líricos y epigramas, más personales, inspirados en líricos griegos antiguos
como Safo o Arquíloco, y relacionados con su vida, su amor, sus amistades, sus odios. Su vena
satírica le llevó a componer epigramas hirientes y mordaces contra César y Pompeyo. Otros
poemas suyos describen su pasión por Lesbia y los vaivenes de su relación. Algunos son
simples cartas de circunstancias, sobre todo, de condolencia.
- poemas narrativos de contenido mitológico, donde hace alarde de erudición, se
muestra como poeta doctus. Su fuente es la poesía alejandrina y, en especial, Calímaco. Entre
éstos figuran:
* Attis, descripción mitológica del delirio orgiástico de los sacerdotes de Cibeles, la diosa-madre
frigia
* La cabellera de Berenice , plagio del poeta Calímaco, que imaginó la transformación en cometa
de la cabellera de esta reina de Egipto.
* Las bodas de Tetis y Peleo , su poema más extenso (408 versos). En este epitalamio o poema
nupcial, se narra la leyenda de Teseo, dentro de la que destaca el episodio del abandono de
Ariadna. Constituye un prototipo de amor desgraciado. El lamento de Ariadna influirá en la
manera en cómo Virgilio describirá el dolor de la reina Dido, abandonada por Eneas.
Catulo es el precursor de la elegía erótica subjetiva, que es creación original de la
literatura romana. Es, por tanto, el precursor de Horacio y de los elegíacos de la época de
Augusto. Sus poemas más personales describen su único y profundo amor por Lesbia. A la
declaración de amor (LI, ille mi par esse deo videtur), en que hace una exhaustiva descripción de
los síntomas del amor, le siguen otros poemas en que da rienda suelta a su pasión: de la alegría
4

y el entusiasmo desbordados (V, Lesbia mia, vivamos,nos amemos... dame un beso, y mil, y
luego ciento...) y la ternura y jugueteo amoroso (II, Passer, deliciae meae puellae) , a la
desesperación y el desengaño (LXXXV, La odio y la quiero; VIII, Triste Catulo, deja de hacer el
tonto y lo que ves perdido, perdido sea) , incluso al escarnio de la amada (LXXII, Ahora te he
conocido; conque, aunque más y más ardo, más barata y vil eres tú para mí).
 CARACTERÍSTICAS:
1. Introdujo numerosos metros y estrofas griegas, sobre todo de Safo, a quien admiraba
mucho e imita con frecuencia.
2. Sus poemas suelen reflejar su amor por Lesbia en todos los momentos: ternura, pasión,
celos, ruptura, etc. Otros tocan el tema de la amistad y no faltan los poemas sarcásticos
dirigidos contra sus enemigos.
3. Hay también algunos poemas largos sobre mitología, como las bodas de Tetis y Peleo , y
de tema oriental, Atis.
4. Su obra se caracteriza por una vehemencia arrebatadora, con un fuego que le devora y le
da un calor y una vida muy intensos: sus poemas amorosos pasan de la ternura más
dulce a la furia más horrible de los celos, siempre con una intensidad sin igual, que
convierte a su poesía en un modelo de autenticidad lírica. No hay nada fingido, su
sentimiento es siempre sincero y lo plasma con un vigor que nos estremece. En sus
poemas de invectiva, su ironía alcanza una rabia también intensísima, produciendo un
violento sarcasmo. En cambio los poemas largos son más eruditos y fríos, aunque de gran
belleza.
5. Catulo era un apasionado que odiaba con la misma intensidad con que amaba y que ha
sabido plasmar en sus versos magistralmente los dos extremos de su pasión: así en el
amor su ternura llega hasta la locura, pero los celos le llevan a la más rabiosa
desesperación. Siente el más dulce cariño por sus amigos, en cambio ataca con furia a
sus enemigos. En él no hay término medio.

 ESTILO:
1. Sus procedimientos formales cambian radicalmente según la clase de poema: los
amorosos son elegantes y delicados, en cambio en la invectiva es violento hasta la
descortesía y en cambio los largos alejandrinos son eruditos y llenos de palabras
extrañas. A todos estos matices se ajusta su lengua y su metro con la estructura de la
frase.
2. Su estilo se caracteriza por su sensibilidad y vigor con una sencillez llena de grandeza.
Es la combinación suprema del sentimiento latino con la perfección formal griega,
produciendo un equilibrio clásico admirable.
3. Modifica su lengua según el género: los poemas largos mitológicos son cuidadísimos,
helenizantes, plagados de palabras cultas y compuestos y con una construcción amplia
y solemne. En cambio, los breves están llenos de términos familiares. Sus palabras
coloquiales y sus cariñosos diminutivos le dan una naturalidad y una gracia afectuosa
llena de vida.
Su estilo en resumen se puede definir como de una elegancia sencilla y vigorosa, sin nada
que rompa la más perfecta naturalidad.

 VERSIFICACIÓN: es flexible y variada, habiendo adaptado al latín con gran perfección


los metros griegos, lo que prueba una gran destreza y talento. Fue el precursor de Horacio, que
culminó su obra de adaptación de la métrica griega al latín. También influyó mucho en Virgilio,
que aprendió en él los recursos alejandrinos y se valió de su delicada labor en la formación de la
lengua lírica latina, que podemos decir que Catulo y Lucrecio iniciaron y Virgilio, Horacio y Ovidio
llevaron a sus grado máximo de perfección.
5

2. LA LÍRICA EN ÉPOCA DE AUGUSTO.

A) CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS: con el fin de la República y el advenimiento del


Imperio, la situación sociopolítica cambia radicalmente y esto condiciona profundamente a la
literatura. Frente a la época crítica de Catulo, en un clima de guerra civil y violencia, el Imperio se
caracteriza por la paz y la reconstrucción nacional. Augusto pide a todos los intelectuales y
artistas que colaboren con él en la tarea del engrandecimiento de Roma y divulguen sus ideales
entre el pueblo. Por ello el poeta deja de ser individualista y trata de enaltecer en sus obras el
espíritu nacional. Se convierte así en “profeta” o portador de la divinidad del “príncipe” ante la
plebe y para ella escribe, procurando ser entendido por la masa. La poesía deja así de ser
elitista, para ser patrimonio de todo el pueblo, por lo que sus temas no son tan egocéntricos, sino
de interés común, predominando el tema patriótico, aunque también tienen cabida los
sentimientos personales
B) POETAS DEL CÍRCULO DE MECENAS: Los poetas en esta época viven protegidos
bajo el mecenazgo de grandes señores, favoritos del príncipe, de los que el más conocido fue
Mecenas, a cuyo círculo pertenecieron Virgilio y Horacio.

2. 1. QUINTUS HORATIUS FLACCUS (65-8-a.C.).

Contemporáneo y amigo de Virgilio, perteneció como él al círculo de Mecenas y fue


también poeta favorito del príncipe. Nació en la Abulia, al sur de Italia, hijo de un liberto, cuya
única obsesión era proporcionar a su hijo una buena educación. Por eso fue llevado a Roma y
luego a Atenas. Se sintió atraído por la poesía y filosofía, especialmente por el epicureísmo, que
le proporcionó siempre la máxima de la moderación sin exceso para conseguir la felicidad.
Horacio poseía un espíritu delicado, muy bien dotado del don de la observación: nada se
le oculta a su perspicacia, y todo desfila por su obra tratado con una amable ironía o simpatía,
sin desagradar nunca. Tiene la virtud de la discreción. Su agudeza psicológica, su inspiración y
su espontaneidad mundana le permitieron hacer una poesía llena de encanto, con una
sensibilidad artística sin arrebatadoras emociones, pero desbordante de delicadeza e ingenio.
Le domina una minuciosa inquietud por el perfecto equilibrio, su gusto exquisito y nadie
ha logrado en latín una expresión tan refinada, aunque Virgilio le supere en profundidad y Catulo
en intensidad.

 OBRA: su obra lírica se divide en:


* Epodos o yambos: 17 poemas cortos escritos casi todos en dísticos yámbicos. En la lírica
griega este metro servía de cauce a la invectiva política y personal. En Horacio no hay virulencia
en el ataque personal y las pocas personas, objeto de su escarnio, apenas tienen relevancia
política (el poetastro Mevio, el usurero Alfio ...). Se deja notar la influencia del griego Arquíloco.
Los gramáticos dieron a la colección el nombre de epodos, porque en la mayoría de las
composiciones un verso más breve ( epodo) sigue a otro más largo. Destaca entre sus epodos
aquel famoso que comienza Beatus ille qui procul negotiis (Dichoso aquel que lejos de sus
preocupaciones), motivo que fue recogido por algunos poetas del Renacimiento español.
* Odas o Carmina (canciones): son 4 libros; los tres primeros publicados en el 23 y casi diez
años después el cuarto. Horacio recrea en sus Odas la lírica griega antigua, a poetas como Safo,
Píndaro y Anacreonte. Pero la poesía de su tiempo no es la de los siglos VII y VI a. C., no es
poesía para ser cantada, sino para la recitación y la lectura. Únicamente el Carmen Saeculare,
entroncado con la tradición de himnos cultuales, se hizo, por encargo expreso de Augusto, para
la declamación de un doble coro de muchachas y muchachos.
Horacio cuando designa su poesía lírica como Aeolium carmen, se refiere a la
versificación eólica: emplea, sobre todo, la estrofa alcaica o sáfica, que ya había introducido
6

Catulo. Pero será Alceo y no Safo, entre los poetas eólicos, la fuente de la que tomará sus
temas, y beberá especialmente de poetas jonios como Anacreonte o Píndaro. Muchas de sus
odas, no obstante, carecen de un determinado modelo griego: son creaciones libres dentro de un
estilo personal.
Muchas de sus Odas están dedicadas a grandes personajes: Tiberio, Agripa, Augusto...
Se alió con Augusto en la medida en que sus intenciones religiosas y morales se adecuaban a su
sentido moderado de la religiosidad y la moralidad.
Horacio vio en sus Odas la cima de su arte poético, pero no tuvieron la aceptación
esperada entre el público.

 CARACTERÍSTICAS:

1. La intención de Horacio fue componer una obra lírica en latín con toda la variedad del
lirismo griego, tomando principalmente como modelos a los poetas arcaicos griegos Alceo,
Safo, Anacreonte y Píndaro, de quienes tomó los metros y las estrofas, completando la
labor iniciada por Catulo. Fijó su ritmo con mayor rigor y se impuso el obtener del latín
efectos admirables con las formas más sobrias posibles, absteniéndose severamente de
los adornos catulianos, llegando así en la lírica al sobrio clasicismo que Virgilio había dado
a la épica.
2. Todos los temas se prestan en él al lirismo y nos encontramos en sus poemas
composiciones mitológicas, personales, reflexiones filosóficas, paisajes, amistad, amor,
sátira y sobre todo temas familiares y patrióticos. Muchas de su odas son invitaciones a
sus amigos a practicar la moral epicúrea, renunciando al lujo y ambición y disfrutando una
vida tranquila y sencilla, llena de pequeños placeres, sin preocupaciones ni sobresaltos
(aurea mediocritas).
3. El tono es casi siempre benévolo y cortés, manifestando un espíritu amante del arte, muy
sensible a las formas, reflejos, colores e impresiones sensoriales en general, sin otra
emoción que la estética. Está lleno de alusiones cultas a la mitología y literatura griegas,
pero sin afán de erudición, con una sencilla elegancia.
4. Algunos poemas son más extensos y, a imitación de Píndaro, tienen una gran libertad de
desarrollo, pasando de unos temas a otros con transiciones inesperadas, pero midiendo
sus efectos con gran sabiduría, sin que se pierda nunca la unidad esencial, en una
especie de sinfonía maravillosa en que se trasciende el momento presente para elevarse
a las más altas consideraciones mitológicas, religiosas y nacionales.
5. Especial atención merecen sus cantos patrióticos, en apoyo de la política religioso-moral
de Augusto, que él impregna de su buen sentido y moderación. Están escritos con
erudición, dignidad, gravedad y solemnidad, aunque sin pasión, con gran perfección
artística, pero sin fervor, porque no se deja arrastrar nunca por sus sentimientos.

 ESTILO:

1. Como todas las figuras destacadas de este Siglo de Oro, es un modelo de clasicismo,
pero dotado de una mesura totalmente helénica. Es la expresión de un temperamento
artístico fino, sensual, delicado y lleno de equilibrio, que no se deja arrebatar por ninguna
pasión, sino que contiene todo ímpetu sentimental para conseguir la belleza suprema.
2. Es sin embargo un poeta sincero y auténtico, sólo que domina sus impulsos por su deseo
imperioso de perfección formal, a la que sacrifica sus emociones.
3. Sus dotes más admirables son la fantasía y penetración psicológica, condimentadas con
una gracia exquisita, que hace que su lectura proporcione el más agradable placer.
7

4. Su trabajo fue minuciosamente escrupuloso y muy consciente, aspirando a la sobriedad y


plenitud, en lo que fue insuperable maestro. Tiene buen gusto, sutileza y sensibilidad,
debido a su precisión, variedad y delicadeza.

 LENGUA:
Se caracteriza por su dignidad amable, empleando en todo momento palabras apropiadas,
genuinamente latinas, aunque aderezadas de préstamos griegos o arcaísmos, para crear una
atmósfera de erudición o antigüedad siempre armoniosa con el conjunto. Su lengua es
siempre sobria y su expresión sencilla y natural, como en todos los clásicos. Sus frases
avanzan ligeras y fáciles, sin dar impresión de elaboración, porque sabe darle un tono de
sencilla naturalidad a todo lo que toca.

 Los tópicos de Horacio:


Las Odas son el vehículo para exponer sus pensamientos y sentimientos sobre aspectos
muy diversos de la vida. En breves pinceladas resume sus ideales: aurea mediocritas (la dorada
medianía), carpe diem (aprovecha el momento), tempus fugit (el tiempo huye- la fugacidad de la
vida). Una vida sin destacar ni por unas cosas ni por otras; es decir, renuncia a todo tipo de
ambición; es consciente de la fugacidad de la vida, huye de los tumultos, de las masas para
centrarse en el yo. Muchos le vieron como la persona que se aísla en el campo, que pretende
vivir y dejar vivir. El amor para Horacio es un sentimiento secundario.
Todas estas ideas se enuncian a través de tópicos o fórmulas que se han ido repitiendo
a través de las distintas etapas literarias. Éstos son algunos de los más importantes:
* Carpe diem (“aprovecha el momento”): se relaciona con el paso del tiempo, la llegada de la
muerte y vivir el presente.
* Fortuna mutabilis (“la Fortuna o la suerte cambia”): se relaciona con la idea de conocerse bien y
fiarse de uno mismo, sin confiar en la suerte cambiante.
* Ubi sunt? ( “¿Dónde están ahora?”): se relaciona con el hecho de que la muerte llega y todo lo
iguala, sólo el recuerdo del pasado permanece.
* Beatus ille (“Feliz aquél que...”): se relaciona con el aprecio de la vida tranquila, frente a la
agitación de la vida mundana y de sus preocupaciones.
* Tempus fugit (“El tiempo huye”): se relaciona con la fugacidad de la vida, el rápido paso de los
años y como llega inevitablemente la muerte.
* Aurea mediocritas (“La dulce medianía” o “el término medio”): esta idea tiene que ver con el
aprecio y satisfacción por lo sencillo, lo cotidiano, lo que se posee... frente a lo puramente
material e insustancial y las riquezas. Es preferible disfrutar de una posición mediana pero sin
sobresaltos a una elevada pero llena de peligros e incertidumbres.

2. LA ELEGÍA.
2.1. Sus orígenes y su introducción en Roma.

La elegía romana en tiempos de Augusto se ciñe temáticamente a la esfera privada del


otium. Entronca con la elegía griega, pero casi únicamente por la forma métrica, el dístico
elegíaco (combinación de hexámetro y pentámetro dactílico). Entre los griegos la elegía daba
cabida a una gran variedad de temas: arengas guerreras (Calino), temas políticos (Solón),
expresión de sentimientos amorosos tratados desde un punto de vista objetivo y erudito
(Calímaco)
Los romanos tomaron de los elegíacos griegos no pocos temas: el contraste entre la
muerte y el amor, entre el goce y el sufrimiento de la vida, las narraciones eróticas extraídas de
la mitología (así en Las Metamorfosis o en las Heroidas de Ovidio). Pero, lo que individualiza la
elegía romana de la griega es que es cauce de expresión de la vida personal del poeta, es
8

poesía amorosa subjetiva. Conecta, pues, más con el epigrama helenístico en el que la
vivencia erótica desempeñaba un papel importante. Puede conjeturarse que la elegía
romana arrancó del epigrama erótico, pero recogió otros elementos afines tomados de
la poesía bucólica, de la elegía objetiva.

2.2. Autores.

Los más importantes son Cornelio Galo, su creador, Tibulo (influido por Catulo),
Sulpicia, Propercio (de más hondo pathos) y especialmente Ovidio.

2.2.1. Ovidio (43 a.C.- 17 d. C.).

Procede de una rica familia ecuestre. Estudió retórica y completa su formación en


Atenas. Se dedicó a la carrera política por complacer a su padre. Aunque Mesala intentó atraerlo
a su círculo, Ovidio, económicamente independiente, no quiso pertenecer a él. El año 8 d. C.
sufrió exilio a Tomos (Mar Negro). Las causas de su destierro no están claras (ël mismo habla de
carmen et error: el poema puede referirse a su Ars amatoria y el error a alguna desaveniencia
con Augusto). Si bien fue una experiencia personal penosa, resultó muy fructífera en su actividad
literaria: en el exilio escribe Tristia, Pontica, y reelabora sus Fastos. Suplica repetidas veces en
sus poemas la clemencia de Augusto que nunca llegó, pues Ovidio morirá un año después que
aquél.
Sus obras elegíacas son:
* Amores: colección de elegías eróticas semejantes a las de Tibulo y Propercio. Consta de tres
libros dedicados a Corina, su amada, a la que describe de manera muy general, por lo que
resulta difícil saber si se trata de una mujer determinada. Es una especie de novela de amor, en
ella rara vez expresa con sinceridad sus sentimientos.
* Heroidas: 21 cartas de amor de figuras mitológicas femeninas a sus maridos o amantes
ausentes (por ejemplo, Briseida a Aquiles, Fedra a Hipólito, Ariadna a Teseo... Están inspiradas
en los ejercicios prácticos de gramática y retórica.
* Tristia: Son cartas poéticas en las que no nombra a los destinatarios, según él mismo afirma,
para no comprometerlos. A pesar de que muchos poemas empalman con la gran tradición
elegíaca (p.e. la estremecedora despedida de Roma), la mayoría fatigan por su tono
quejumbroso y deprimen por la autohumillación en su desdicha. Especial interés tiene el
dedicado a su autobiografía (4, 10), que como sello poético debía cerrar la colección.
* Ponticae: Abundan las lisonjas al emperador y a su familia con el objetivo de lograr su perdón, y
también van dirigidas a su mujer, familiares e influyentes amigos para que le sea levantada la
pena de exilio.

Вам также может понравиться