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1. LA LÍRICA.
1.1. El nacimiento de la lírica latina y el fin de la República.
1.2. Los neotéricos o poetae novi .
1.2.1. Gaius Valerius Catulus.
1.3. La lírica en tiempos de Augusto.
1. 3. 1. Quintus Horatius Flaccus.
2. LA ELEGÍA
2.1. Sus orígenes y su introducción en Roma.
2.2. Autores.
2.2.1. Ovidio.
1. LA LÍRICA.
1.1. El nacimiento de la lírica latina y el fin de la República.
El nacimiento de la lírica se ve influido por una serie de circunstancias:
A) CIRCUNSTANCIAS HISTÓRICAS: La lírica nace en Roma en el s. I. a.C. en
circunstancias sociopolíticas que la condicionaron fundamentalmente:
Como consecuencia de la reforma militar de Mario, desde principios de siglo vive
Roma un ambiente de guerras civiles, ya que cada general cuenta con un ejército fiel y
pretende conseguir con él el poder del estado. En consecuencia se producen continuos
enfrentamientos entre los generales ambiciosos, que culminarán con la guerra entre César
y Pompeyo y la instauración del Imperio y fin del régimen republicano.
Otro motivo de enfrentamientos es la rivalidad de los dos grandes “partidos”
políticos que había en Roma, populares y optimates. El derramamiento de sangre está a la
orden del día, ya que uno y otro cometen toda clase de atropellos para conseguir votos y
los generales ambiciosos se apoyan en estos votos para instaurar así sus dictaduras,
como la popular de Mario y la senatorial de Sila, que produjeron períodos de terror por la
depuración de sus contrarios. Se crea así un clima de odio civil que provoca una
radicalización de las posturas políticas cada vez más encarnizada y violenta y a la que
sólo pondrá fin el advenimiento del Imperio de Augusto, que anuló por las armas toda
oposición e implantó la paz.
B) INDIVIDUALISMO: Este clima de inestabilidad y crisis es sin embargo el que dio el siglo
de oro a las letras latinas, encabezadas por Lucrecio, César, Cicerón, Salustio, Catulo, etc.
Efectivamente la rivalidad política por una parte estimulaba apasionadamente el empeño de las
personalidades con vocación política por hacer valer sus ideas en una lucha ardiente de
temperamentos y doctrinas. Pero por otra parte la corrupción y violencia reinantes provocan la
inhibición de muchos, que se desentienden de la política y se refugian en un individualismo
exacerbado, en que se rinde culto apasionado al sentimiento personal, que se convierte en el
núcleo de su poesía, dando así nacimiento a la lírica. Hasta este momento en Roma
predominantemente se había cultivado la poesía de tema nacional, épica, o bien con fines
instructivos o satíricos, didáctica y sátira, pero ahora los poetas dejan de lado todo sentimiento
patriótico, porque se sienten impotentes ante la dramática situación nacional: no pueden cantar a
una patria desgarrada por las luchas intestinas y devorada por el crimen. Ninguno de los dos
bandos les atrae, porque ambos están corrompidos por igual. Se han pasado los tiempos de
Ennio en que Roma unida luchaba contra el enemigo exterior: ahora es una pugna fratricida que
les espanta y de la que quieren olvidarse, refugiándose en su propio yo, y así surge la lírica.
C) POESÍA ELITISTA PARA CÍRCULOS CULTOS: Los poetas líricos no se dirigen a la
masa del pueblo, sino a los círculos aristocráticos de refinados gustos helenizantes, que
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conocían a la perfección la técnica estilística por su formación retórica, y esto impuso a la lírica
desde el principio un nivel técnico muy alto. Pero también condicionó su contenido, porque esta
élite vive en un ambiente mundano y frívolo de culto al placer y al lujo, donde no tiene cabida lo
vulgar, pero ha perdido por otra parte la fe en la religión y vive en la más absoluta amoralidad, y
ello se refleja en la poesía, que cultiva sin ningún pudor los temas más escabrosos. La pérdida
de la fe en la religión y el racionalismo superficial imperante producen en la mayoría un
escepticismo y una gran desorientación, por haber entrado en crisis los valores tradicionales y no
haberse buscado honesta y seriamente otros nuevos mediante una reflexión profunda, sino
dejándose los espíritus arrastrar por la comodidad.
La superficialidad así lo invade todo y la mayoría de los poetas escriben sobre bagatelas
sin verdadero sentimiento, pero con gran perfección estilística. Es una poesía llena de erudición
y tecnicismos, con brillantes juegos de palabras y recursos ingeniosos, pero hueca y sin emoción
lírica auténtica. Este movimiento poético recibe el nombre griego de los neotéricos o el de su
traducción latina poetae novi, por su culto a la novedad.
Sólo las grandes figuras se libran de la banalidad reinante y se entregan a la composición
de una poesía sincera, de auténticos sentimientos personales y lírica por tanto, como Catulo, o
bien tratan de buscar nuevas doctrinas morales que sustituyan a la antigua religión en la que
nadie cree ya, a la luz de la razón, como hizo el gran poeta Lucrecio, que escribió un gran poema
didáctico, De rerum natura, en hermosos hexámetros ardientemente apasionados para divulgar
las doctrinas de Epicuro sobre la búsqueda de la felicidad auténtica por la virtud, desterrando el
miedo a los dioses y a la muerte, porque el hombre bueno no tiene nada que temer de Dios.
Como modelos ya no se sigue a los poetas tradicionales latinos, considerados rústicos y
torpes, sino a los eruditos poetas griegos alejandrinos, que habían conseguido prodigiosos
avances estilísticos aunque adolecían de exceso de erudición y de falta de autenticidad por
hacer una poesía sin sincero sentimiento. De ellos se tomó:
a) una preocupación formal obsesionante, que sólo en Catulo se equilibra con un fondo
igualmente válido, mientras en los demás el contenido es banal.
b) se toman también los metros y estrofas griegas.
c) se abandona el cultivo de grandes poemas y se prefiere la obra breve, cuidadísima,
llena de erudición y helenismos.
d) se introduce el gusto por todo lo exótico y brillante, tomándose mitos y leyendas
orientales, llenos de colorido y magia.
e) los autores alejandrinos más imitados son Calímaco, Apolonio de Rodas, Teócrito de
Siracusa y Arato.
y el entusiasmo desbordados (V, Lesbia mia, vivamos,nos amemos... dame un beso, y mil, y
luego ciento...) y la ternura y jugueteo amoroso (II, Passer, deliciae meae puellae) , a la
desesperación y el desengaño (LXXXV, La odio y la quiero; VIII, Triste Catulo, deja de hacer el
tonto y lo que ves perdido, perdido sea) , incluso al escarnio de la amada (LXXII, Ahora te he
conocido; conque, aunque más y más ardo, más barata y vil eres tú para mí).
CARACTERÍSTICAS:
1. Introdujo numerosos metros y estrofas griegas, sobre todo de Safo, a quien admiraba
mucho e imita con frecuencia.
2. Sus poemas suelen reflejar su amor por Lesbia en todos los momentos: ternura, pasión,
celos, ruptura, etc. Otros tocan el tema de la amistad y no faltan los poemas sarcásticos
dirigidos contra sus enemigos.
3. Hay también algunos poemas largos sobre mitología, como las bodas de Tetis y Peleo , y
de tema oriental, Atis.
4. Su obra se caracteriza por una vehemencia arrebatadora, con un fuego que le devora y le
da un calor y una vida muy intensos: sus poemas amorosos pasan de la ternura más
dulce a la furia más horrible de los celos, siempre con una intensidad sin igual, que
convierte a su poesía en un modelo de autenticidad lírica. No hay nada fingido, su
sentimiento es siempre sincero y lo plasma con un vigor que nos estremece. En sus
poemas de invectiva, su ironía alcanza una rabia también intensísima, produciendo un
violento sarcasmo. En cambio los poemas largos son más eruditos y fríos, aunque de gran
belleza.
5. Catulo era un apasionado que odiaba con la misma intensidad con que amaba y que ha
sabido plasmar en sus versos magistralmente los dos extremos de su pasión: así en el
amor su ternura llega hasta la locura, pero los celos le llevan a la más rabiosa
desesperación. Siente el más dulce cariño por sus amigos, en cambio ataca con furia a
sus enemigos. En él no hay término medio.
ESTILO:
1. Sus procedimientos formales cambian radicalmente según la clase de poema: los
amorosos son elegantes y delicados, en cambio en la invectiva es violento hasta la
descortesía y en cambio los largos alejandrinos son eruditos y llenos de palabras
extrañas. A todos estos matices se ajusta su lengua y su metro con la estructura de la
frase.
2. Su estilo se caracteriza por su sensibilidad y vigor con una sencillez llena de grandeza.
Es la combinación suprema del sentimiento latino con la perfección formal griega,
produciendo un equilibrio clásico admirable.
3. Modifica su lengua según el género: los poemas largos mitológicos son cuidadísimos,
helenizantes, plagados de palabras cultas y compuestos y con una construcción amplia
y solemne. En cambio, los breves están llenos de términos familiares. Sus palabras
coloquiales y sus cariñosos diminutivos le dan una naturalidad y una gracia afectuosa
llena de vida.
Su estilo en resumen se puede definir como de una elegancia sencilla y vigorosa, sin nada
que rompa la más perfecta naturalidad.
Catulo. Pero será Alceo y no Safo, entre los poetas eólicos, la fuente de la que tomará sus
temas, y beberá especialmente de poetas jonios como Anacreonte o Píndaro. Muchas de sus
odas, no obstante, carecen de un determinado modelo griego: son creaciones libres dentro de un
estilo personal.
Muchas de sus Odas están dedicadas a grandes personajes: Tiberio, Agripa, Augusto...
Se alió con Augusto en la medida en que sus intenciones religiosas y morales se adecuaban a su
sentido moderado de la religiosidad y la moralidad.
Horacio vio en sus Odas la cima de su arte poético, pero no tuvieron la aceptación
esperada entre el público.
CARACTERÍSTICAS:
1. La intención de Horacio fue componer una obra lírica en latín con toda la variedad del
lirismo griego, tomando principalmente como modelos a los poetas arcaicos griegos Alceo,
Safo, Anacreonte y Píndaro, de quienes tomó los metros y las estrofas, completando la
labor iniciada por Catulo. Fijó su ritmo con mayor rigor y se impuso el obtener del latín
efectos admirables con las formas más sobrias posibles, absteniéndose severamente de
los adornos catulianos, llegando así en la lírica al sobrio clasicismo que Virgilio había dado
a la épica.
2. Todos los temas se prestan en él al lirismo y nos encontramos en sus poemas
composiciones mitológicas, personales, reflexiones filosóficas, paisajes, amistad, amor,
sátira y sobre todo temas familiares y patrióticos. Muchas de su odas son invitaciones a
sus amigos a practicar la moral epicúrea, renunciando al lujo y ambición y disfrutando una
vida tranquila y sencilla, llena de pequeños placeres, sin preocupaciones ni sobresaltos
(aurea mediocritas).
3. El tono es casi siempre benévolo y cortés, manifestando un espíritu amante del arte, muy
sensible a las formas, reflejos, colores e impresiones sensoriales en general, sin otra
emoción que la estética. Está lleno de alusiones cultas a la mitología y literatura griegas,
pero sin afán de erudición, con una sencilla elegancia.
4. Algunos poemas son más extensos y, a imitación de Píndaro, tienen una gran libertad de
desarrollo, pasando de unos temas a otros con transiciones inesperadas, pero midiendo
sus efectos con gran sabiduría, sin que se pierda nunca la unidad esencial, en una
especie de sinfonía maravillosa en que se trasciende el momento presente para elevarse
a las más altas consideraciones mitológicas, religiosas y nacionales.
5. Especial atención merecen sus cantos patrióticos, en apoyo de la política religioso-moral
de Augusto, que él impregna de su buen sentido y moderación. Están escritos con
erudición, dignidad, gravedad y solemnidad, aunque sin pasión, con gran perfección
artística, pero sin fervor, porque no se deja arrastrar nunca por sus sentimientos.
ESTILO:
1. Como todas las figuras destacadas de este Siglo de Oro, es un modelo de clasicismo,
pero dotado de una mesura totalmente helénica. Es la expresión de un temperamento
artístico fino, sensual, delicado y lleno de equilibrio, que no se deja arrebatar por ninguna
pasión, sino que contiene todo ímpetu sentimental para conseguir la belleza suprema.
2. Es sin embargo un poeta sincero y auténtico, sólo que domina sus impulsos por su deseo
imperioso de perfección formal, a la que sacrifica sus emociones.
3. Sus dotes más admirables son la fantasía y penetración psicológica, condimentadas con
una gracia exquisita, que hace que su lectura proporcione el más agradable placer.
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LENGUA:
Se caracteriza por su dignidad amable, empleando en todo momento palabras apropiadas,
genuinamente latinas, aunque aderezadas de préstamos griegos o arcaísmos, para crear una
atmósfera de erudición o antigüedad siempre armoniosa con el conjunto. Su lengua es
siempre sobria y su expresión sencilla y natural, como en todos los clásicos. Sus frases
avanzan ligeras y fáciles, sin dar impresión de elaboración, porque sabe darle un tono de
sencilla naturalidad a todo lo que toca.
2. LA ELEGÍA.
2.1. Sus orígenes y su introducción en Roma.
poesía amorosa subjetiva. Conecta, pues, más con el epigrama helenístico en el que la
vivencia erótica desempeñaba un papel importante. Puede conjeturarse que la elegía
romana arrancó del epigrama erótico, pero recogió otros elementos afines tomados de
la poesía bucólica, de la elegía objetiva.
2.2. Autores.
Los más importantes son Cornelio Galo, su creador, Tibulo (influido por Catulo),
Sulpicia, Propercio (de más hondo pathos) y especialmente Ovidio.