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DISPOSICIONES RELATIVAS AL DERECHO AGRARIO DE 1911 A 1917

INTRODUCCION

Las instituciones agrarias comenzaron a surgir en el periodo de 1911 a 1917, respondiendo


a la gran necesidad del movimiento armado de esa época, mediante planes y pactos es que
se fue delineando este movimiento armado que inició Madero, en la lucha por el poder tras
las elecciones presidenciales de 1910. Madero inicia después de la reelección de Porfirio
Díaz, La Revolución Mexicana con el Plan de San Luis. Y en este plan comienza a exponer
las condiciones sociales de los mexicanos, donde defiende los ideales de libertad y justicia,
y por medio de este plan Madero es cuando declara nulas las elecciones Presidenciales y
comienza un movimiento político social muy importante en México. Pero desgraciadamente
madero no cumplió los postulados revolucionarios incluidos en el plan de San Luis. Se hace
el Plan de Texcoco cuando triunfa Madero y se sigue sin cumplir y dar prioridad a los tema
agrarios. Todo esto siempre el que se llevaba la peor parte, el títere de todos, el campesino,
el medio rural.

1.1 LA POLITICA AGRARIA DE MADERO


“En la práctica, el presidente Madero incumplió los postulados revolucionarios incluidos en
la proclama del Plan de San Luis, entre otros lo referente a restituir a sus antiguos
poseedores los terrenos de que se les despojó, por lo que diversas formas de inconformidad
surgieron ante lo que se consideró la traición de Madero a los ideales revolucionarios. Esta
situación provocó una lucha de grupos por el poder y en otros casos, como el de Zapata, por
el cumplimiento de los anhelos de justicia y libertad.”1

“Durante los últimos años del Gobierno del Presidente Porfirio Díaz Mori, la sociedad ya
venía exigiendo un gobierno electo demócratamente. La entrevista Díaz-Creelman celebrada
en 10908, marcó el comienzo de la lucha política por la Presidencia de la República.

Después del proceso electoral de 1910, Francisco Ignacio Madero demandó la nulidad de
las elecciones en las que Porfirio Díaz se proclamó nuevamente Presidente de la República
para el siguiente periodo Presidencial y promulgó el Plan de San Luis, el 5 de octubre de
1910. Para el propósito que nos anima se debe destacar que ya desde el Plan de San Luis
en su art.3, tercer párrafo, se estipuló la necesidad de que las tierras despojadas fueran
devueltas a sus legítimos poseedores, por lo mismo, estimamos que este fue el primer
pronunciamiento político agrario desde la edad temprana de la Revolución Mexicana.

Francisco I. Madero, en el Plan de San Luis, pronunciamiento político con el cual se da


banderazo de salida para el comienzo de las actividades políticas de la Revolución
Mexicana, avanzó la idea de la restitución de las tierras a los antiguos poseedores, los
campesinos, a quienes les habían despojado.”2

1.2 PLAN DE TEXCOCO


Al triunfo del maderismo, Andrés Molina Enríquez es uno de los que se adhiere a la lucha,
en 1911, porque no se le da la prioridad al problema de la tierra. Lanza entonces el Plan de
Texcoco, que si bien parecía dirigido al gobierno interino de León de la Barra, en realidad
era la expresión de inconformidad por el incumplimiento de algunos planteamientos del Plan
de San Luis enarbolado por Madero.

Desde su trinchera, Molina Enríquez luchó por el fraccionamiento de los grandes latifundios,
por la desaparición del cargo de jefe político y por el mejoramiento de los salarios.

El Plan de Texcoco es el documento antecesor del Plan de Ayala, elaborado el 23 de agosto


de 1911, donde se plantea la necesidad de una reforma agraria a fondo”.1
1.3 PANORAMA DE LAS LEGISLACIONES AGRARIAS DE MÉXICO EN EL PERIODO
POSREVOLUCIONARIO “Las disposiciones constitucionales del periodo posrevolucionario
surgieron diversas leyes reglamentarias, tales como la Ley de Ejidos de 1920, la Ley de
Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas de 1927, la Ley Agraria del 6 de Enero de
1915, la cual creó, entre otras instituciones, la Comisión Nacional Agraria y estableció las
figuras jurídicas de la restitución y dotación de tierras y aguas, como un medio de equilibrio
en la distribución territorial.

Posteriormente se promulgaron los códigos agrarios de 1934, 1940 y 1942, así como la Ley
Federal de Reforma Agraria en 1971, regulaciones que establecían diversas normatividades
proteccionistas en cuanto a la prescripción, la venta y la asociación, entre otras figuras,
respecto de la propiedad social.

En la vigencia de estos códigos, la protección de la propiedad social tenía determinadas


características; algunas de éstas continúan en vigor, pero otras cayeron en desuso en
algunos periodos y en otros fueron retomadas. Como ejemplo tenemos el art. 140 del Código
Agrario de 1934, el cual establecía que los derechos agrarios individuales eran
imprescriptibles, mientras que el artículo 128del Código Agrario de 1940 disponía la
prescripción sobre los derechos agrarios a favor del poseedor quieto y pacífico que tuviera
dos años de posesión en la unidad parcelaria; en la Ley Federal de la Reforma Agraria, dicho
concepto se redefinió como paso al juicio privativo de derechos agrarios y nuevas
adjudicaciones.

1.4 DISPOSICIONES AGRARIAS DE 1920 A 1934


La ley del 6 de enero de 1915 siguió vigente hasta el decreto que la abrogó, del 9 de enero
de 1933, publicado en el Diario Oficial de la Federación del 10 de enero del mismo año,
aunque en este periodo se expidieron diversas disposiciones entre ellas:

Ley de ejidos de 1920

Ley de dotaciones y restituciones de tierras y aguas del 23 de abril de 1927

Decreto que reforma el art. 10 de la ley del 6 de enero de 1915

Códigos agrarios de 1934, 1940 y 1942

Código agrario del 23 de septiembre de 1940


Código agrario del 30 de diciembre de 1942”1

CAPITULO VIII
LA CONSTITUCIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, DEL 5 DE
FEBRERO DE 1917.

INTRODUCCIÓN

El derecho agrario se encuentra dentro del contexto jurídico desde 1917 de la Constitución,
llamada también nuestra Carta magna como un derecho de la persona para poder gozar de
los beneficios del reparto agrario. Hubo debates del parlamento del Constituyente de
Querétaro.

Nace al mundo un 5 de febrero de 1917 la primera Constitución social, cuyo artículo 27


consagra el derecho de propiedad social rural.

En este apartado se exponen los motivos que hacen al Derecho como una parte fundamental
e importante en la vida de los individuos que vivimos en sociedad. Más que ver al derecho
como una imposición del Estado en nuestra vida diaria es imprescindible que lo hagamos
como aquella herramienta complementaria de nuestra actividad y es que no basta
realicemos ciertas conductas que nos obligue o nos generen derechos ya que por sí solas
estas nos producirían efectos o bien el sentido en que resultaran estaría fuera del contexto
de nuestros intereses y la pregunta es ¿qué hacer si en la celebración de un acto alguno no
cumple con lo que le corresponde? y si alguien me causa un daño ¿cómo hago para que lo
repare? Estas cuestiones y muchas más hacen necesaria la existencia del Derecho en
nuestra vida diaria y le revisten de importancia.
El objetivo de esta unidad será dar a conocer la importancia que tiene el derecho en nuestra
sociedad, y que el alumno o el lector tengan el conocimiento básico necesario para entender
la esencia del derecho en lo sucesivo, es decir de dónde viene y hacia dónde va la tendencia
jurídica de las diversas sociedades.

1.1 CONCEPTO ROMANO DE PROPIEDAD “Desde la época de los romanos, se había


considerado que el derecho de propiedad constaba de tres beneficios: el jusutendio usus,
facultad de servirse de una cosa y de aprovecharse de los servicios que rinda, además de
sus frutos: el jusfruendi o fructus, derecho sobre frutos o productos; y el jusfruendi o
fructus, derechos sobre frutos o productos; y el jusabutendi o abuso, el poder de disponer
hasta la consumación o destrucción de la cosa o su enajenación; la persona que reunía los
tres beneficios tenía sobre su cosa, un poder absoluto.
A través de muchas centurias, desde el primitivo derecho romano, casi hasta principios de
este siglo, muy pocas variantes sufrió el citado concepto de propiedad, y esta historia podía
sintetizarse en: la suspensión de diferencias entre ciudadanos romanos y extranjeros; luego
durante la época feudal, el derecho de propiedad implico el imperio y el dominio, y el
propietario de la tierra gobernó así sobre sus vasallos; después, durante la revolución
francesa de 1789, en la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, se señaló
que toda sociedad debían parar y reconocer los derechos naturales del hombre que son la
propiedad y la libertad del primer término, derechos que el hombre trae consigo desde su
nacimiento y que de estado solo reconoce, pero que no los crea; esto explica el concepto
individualista del código de Napoleón que reafirmo los atributos romanos de la propiedad y
protegió sus intereses personales.

Así nos explicamos el problema agrario tratara de resolverse en el México independiente


anterior a 1917, siempre a través de la colonización de terrenos baldíos, del respeto del
derecho de propiedad de los latifundistas, de la desaparición de las comunidades agrarias y
la privación de su personalidad jurídica para tener tierras, de la conversión de los comuneros
en propietarios individuales, etc.; y que fueron inútiles las precursoras voces de los que
pedían la explotación de tierras y su reparto gratuito a los campesinos desposeídos y pobres,
como la de Ponciano Arriaga, Emiliano Zapata y Luis Cabrera. El diputado constituyente,
Heriberto Jara diría que: “La formación de las constituciones no ha sido otra cosa sino el
resultado de la experiencia, el resultado de los deseos, el resultado de los anhelos del
pueblo, condensado de eso que se ha dado en llamar Constitución”.

1.2 TEORIAS SOBRE PROPIEDAD QUE SE DISCUTIERON EN EL CONSTITUYENTE


DE 1917
Desde fines de noviembre de 1916, en Querétaro se iniciaron las discusiones para proponer,
discutir y aprobar, la nueva constitución política, de los Estados Unidos Mexicanos; el periodo
fijado para terminar los debates se había señalado para el 1 de febrero de 1917, pues el día
5 del mismo mes y año, debía iniciar su vigencia en la citado constitución. Muchos temas se
debatieron en aquellos azarosos días y estos transcurrían ya cercanos al final del término
señalado, sin que el problema de la tierra se discutiera; fue hasta el lunes 29 de enero de
1917 cuando se presentó el proyecto del Artículo 27 constitucional, firmado por Pastor
Rouaix, José N. Macías, E. A. Enríquez y otros diputados , proyecto que se discutiría tan
apasionada, como sumariamente, pues el Articulo 27 se aprobó el 30 de enero a las 3.30 de
la madrugada, y al hacerlo consideraba “que la ley constitucional, fuente y origen de todas
las demás que habrán de dictarse, no eluda como lo hizo la de 1857, las cuestiones de
propiedad por miedo a las consecuencias”.

La ley del 6 de enero de 1915 tuvo un carácter provisional, y era la fin y al cabo, una ley
secundaria, por eso el diputado, Magallón considero que ese “Congreso constituyente no
terminara debidamente su obra, si no diera cima a la labor relativa de poner al poner la base
para asegurar de manera definitiva la cuestión Agraria en la República Mexicana.

Por su parte el diputado Bojorquez señalo al iniciarse la discusión del Articulo 27 que “en
estos momentos se ha iniciado el debate más importante de ese Congreso... ha sido una
magnífica idea la de la Comisión al sostener como precepto constitucional el Decreto del 6
de enero de 1915. en mi concepto el Decreto del 6 de enero de 1915 fue uno de los que
trajeron mayor contingente al seno de la Revolución.

El Artículo 27 constitucional desde que se discutió en 1917, se proyectó teniendo en cuenta


todas las doctrinas que aun actualmente ocupan la atención de juristas y políticos; por eso
resulta anacrónico pretender reconsiderarlo nuevamente frente a esas mismas doctrinas. En
efecto, debe deducirse que los legisladores constituyentes estaban al día en las varias
corrientes doctrinas que podrían influir para decidir sobre el concepto de propiedad que debía
consagrarse en la constitución; y así se comprueba, cuando al discutirse previamente los
artículos 95, 96 y 97 relativos a la forma de integrarse al Poder Judicial, el diputado Hilario
Medina dijo que “El Diputado, señores, puede sostener ante aquellos a quienes pide el voto,
que en el Parlamento sostendrá la idea socialista, la idea democrática, la idea comunista,
etc., puede sostener las ideas que estime que son las más aceptadas al pueblo a quien
ofrece”, lo cual nos indica claramente que entre los legisladores había claridad de conceptos
y actualidad en el conocimiento de las diversas doctrinas que sostenían.

Por eso no son extrañas las diversas proposiciones que pretendieron hacerse. Podríamos
localizar en un primer grupo, quienes manifestaron que “El estudio del Artículo 27 del
proyecto de la Constitución como derecho natural”. O porque de ser así “fuerza será convenir
en que la propiedad es un derecho natural, supuesto que la apropiación de las cosas para
sacar de ellas los elementos necesarios para la conservación de la vida, es indispensable...
como consecuencia de lo expuesto, la Comisión después de consagrar la propiedad como
garantía individual, poniéndola a cubierto de toda expropiación que no esté fundada en la
utilidad pública, ha fijado las restricciones a que está sujeto ese Derecho

Más bien dentro de esta corriente se reconocen las necesidades y exigencias del pueblo,
pues más adelante el citado diputado acepto la admisión del derecho de propiedad cuando
señalo que “ yo pediría a la comisión que reformara este inciso diciendo: que la nación es la
única dueña de los terrenos de la república, de las tierras, aguas y bosques, pero que de
aquí en adelante ella se reserva el derecho de vender y que las propiedades adquiridas por
medio de despojos, por medio de infamias, deben desaparecer de nuestra constitución , y
que en lo sucesivo, todo el que quiera adquirir un pedazo de terreno, deberá adquirirlo
conforme a las bases que establezcamos aquí.

Una tercera corriente se manifestó a través de la misma comisión redactora, pues creyeron
que le derecho de propiedad debía compaginarse al trabajo de la tierra, cuando manifestaron
que sería pueril buscar las solución del problema agrario convirtiendo en terratenientes a
todos los mexicanos, lo único que puede hacerse, es facilitar las condiciones para que
puedan llegar a su propiedad todos los que tengan voluntad y actitud para hacerlo. Pero en
donde no cabe lugar a dudas, de que campeaba en la comisión y en todo el congreso
constituyente la idea de consagrar el derecho de propiedad con una función social, es en la
parte del proyecto, aprobado sin discusión, que dijo desde ese texto original, que “la nación
tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privadas modalidades que dicte
el interés público; así como el de regular el aprovechamiento de los elementos naturales
susceptibles de aprovechamiento, para hacer una distribución equitativa de la riqueza
publica y cuidar de su conservación. La estructuración de este concepto base del artículo 27
constitucional, a cuya luz e intención tendrá que interpretarse dicho precepto y estructura las
leyes secundarias, poco a poco se impondrá aun contra las confusiones de la propia
comisión redactora que deseaba resolver el problema agrario al exterminar los latifundios,
respetando los derechos de los dueños, por medio de expropiación.” 1

1.3 CONSTITUCION DE 1917 Y SU CAPITULO AGRARIO


“En muy buena medida en toda la historia de México y en especial en los grandes
acontecimientos nacionales, ha estado presente el renglón agrario, a grado tal que en el
congreso constituyente de la cual emano nuestra Constitución uno de los grandes debates
legislativos, que se significaron fue precisamente el relativo al campo, rubro que finalmente
quedó plasmado en el artículo 27 constitucional cuya filosofía, juntamente con la
contemplada en otros numerales, hiso posible que fuera, en la Constitución Mexicana, donde
se consagraran por primera vez en los derechos sociales, en la historia constitucional del
mundo. Así, el 5 de febrero de 1917 se publicó en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, cuyo artículo 27, recogiendo en buena medida el pensamiento agrario
de las diversas corrientes revolucionarias y basándose en la Ley Agraria, del 6 de enero de
1915, estableció las bases y lineamientos que regularía el proceso de reforma agraria, la
cual ha pasado por varias etapas y con diversos toques distintivos en su contextura y larga
trayectoria centenaria. Con la promulgación de la constitución política de 1917 dio inicio
pues, la transformación social de México. Así, hoy en el contenido del artículo 27
constitucional se describen las riquezas del suelo, del subsuelo, de las aguas y de los mares;
que la nación puede ceder a los particulares el derecho de propiedades de la tierra y de la
explotación del subsuelo, pero también del derecho de expropiación que puede ejercer; de
la organización social de la propiedad de la tierra, pero también compatibilizado con el
cuidado del medio ambiente, entre otras importantes líneas normativas.”1
1 Chávez Padrón, Martha, El Derecho Agrario en México, ed. Porrúa, México 2012, p289
1.4 CONCEPTO DE PROPIEDAD CON FUNCION SOCIAL

En todas las opiniones expuestas en el constituyente de 1917 se notó, que aunque


inspiradas en doctrinas originariamente diversas, todas ellas tendrían y coincidían en darle
al concepto de propiedad una función social, en hacer que el propietario ya no lo fuera solo
para sí, en ejercicio de un derecho exclusivamente individual, si no el que lo fuere también
para su sociedad, manteniendo en constante explotación la tierra, y en que era necesario
que aunque se consagrara el derecho de propiedad, este se sujetara a las modalidades
que dictaran el interés público y estuviera originalmente en manos del estado. Surgió así
un nuevo concepto dinámico de propiedad, con función social, sujeto a las modalidades
que fuere dictando el interés público como garantía individual para el pequeño propietario;
ya no lo fuera solo para si en ejercicio de un derecho exclusivamente individual, sino en que
lo fuera también para su sociedad, manteniendo en constante explotación la tierra, y en que
era necesario que aunque se consagrara el derecho de propiedad este se sujetara a las
modalidades que dictara el interés público y estuviera originalmente en manos del Estado.

Surgió así un nuevo concepto dinámico de propiedad, con función social, sujeto a las
modalidades que fuera dictando el interés público como garantía individual para el pequeño
propietario; pero también como garantía social para los núcleos de población que tuvieran
tierras o que no las tuvieran en cantidad suficiente; el concepto de justicia se modificó al
establecerse legalmente la posibilidad de expropiar los latifundios gratuitamente entre los
campesinos , apareciendo el moderno concepto de justicia social distributiva; con todo ello,
los conceptos jurídicos, ramas fundamentales del derecho y subramas del mismo, se verán
modificados, pues el nuevo concepto de propiedad con sentido y dinamismo social supera
al caduco concepto rígido romanista, la justicia y las garantías individualistas se ven
forzadas a hacerles un lugar y equilibrarse con la justicia social y las garantías sociales; y
junto a las tradicionales ramas del Derecho Público Privado se colocó el Derecho Social
amparando a los núcleos de población campesinos desvalidos, desde la propia Constitución
y apareció, asimismo la nueva subrama del Derecho Agrario..

Este nuevo concepto de propiedad tiene mucho de antecedentes en la antigua forma azteca
de tendencia de la tierra, en donde el calpulli se otorgaba solo al vecino de un barrio , jefe
de familia, que lo trabajara personalmente, en forma constante, pues de lo contrario se le
revocaba dicha tenencia de la tierra, en donde el calpulli se otorgaba solo al vecino de un
barrio, jefe de familia, que lo trabajara personalmente, en forma constante, pues de lo
contrario se le revocaba dicha tenencia; es una forma mediante la cual se mantiene la
propiedad con una función social, concepto que lógicamente implica el dominio originario
en manos del Estado y la facultad necesaria para vigilar, cuidar y distribuir equitativamente
los elementos naturales susceptibles de apropiación.

A la luz de la historia afina sus perfiles propios nuestro singular concepto de propiedad, nos
abre un camino por donde transitar seguros en medio de contiendas y nos coloca como
sucesores y continuadores de una doctrina indiscutiblemente nuestra, por aborigen, que
aflora a la conciencia nacional y se consagra en las Ley Fundamental, por voluntad y acción
del mismo pueblo.
1.5 ASPECTOS FUNDAMENTALES DEL ARTÍCULO 27 CONSTITUCIONAL
El nuevo concepto de propiedad con función social, sujeta a las modalidades que dicte el
interés público, hizo posible que en 1917 la Nación recuperara definitivamente y reafirmara
su propiedad originaria no solo como un derecho, sino acaso más como una obligación de
conservar y de regular el adecuado uso de los recursos naturales, obligando a que éste
estableciera las formas jurídicas para evitar el acaparamiento e inmoderado o indolente
aprovechamiento de las tierras; así se hace posible la redistribución de la tierra rustica,
acatando el viejo ideal de Morelos, de que ésta estuviera en manos de muchos, en
pequeñas parcelas, que cultivaran personalmente; en consecuencia, el latifundio se
proscribió y la mediana propiedad se limitaron, y se vio sujeta a una vida transitoria, las
extensiones de propiedad y del ejido; la afectación de las tierras por causa de utilidad social
se fundó y éstas se empezaron a repartirse gratuitamente a los núcleos de la población
necesitados que no tenían tierras o que no las tenían en cantidad suficiente. Este sistema
duró vigente hasta 1992.

El artículo 27 constitucional rigió así, con su mismo concepto de propiedad, que es uno solo
con modalidades y no varios conceptos, tanto a la pequeña propiedad, como al ejido; tanto
a la propiedad rural, como a la propiedad urbana. De esta manera del Artículo 27
constitucional derivan:

I. - Las propiedades particulares, que se rigen por los Códigos Civiles de cada Entidad
Federativa.

II. - La propiedad de la Nación.

III. - La propiedad social de las comunidades agrarias y de los ejidos”.2

CAPITULO IX

EL EJIDO EN EL NUEVO MARCO LEGAL

INTRODUCCIÓN

En este apartado del ejido, institución centenaria en el país actual que inició hace más de
trece siglos en los reinos, ahora españoles, trasladado por las leyes de Indias desde 1523,
en su devenir histórico, posee hoy más del 54% del territorio nacional: esto es 105.9
millones de hectáreas, una superficie mayor que la de toda América central; de Guatemala
a Panamá y también mayor a la de Francia, el mayor territorio nacional de Europa de
Occidente.

Desgraciadamente al adentrarse en el estudio de los ejidos en México se llega a la muy


triste realidad conociendo datos para dar vergüenza y más como mexicanos; más del 51%
de los ejidatarios del país no tiene ni siquiera la mitad de un salario mínimo de ganancia,
les llegan según los gobiernos de cualquier color que estén en el poder, miles de millones
de pesos en apoyos con los que en solamente teoría deberían de cubrir sus necesidades
básicas como comer, vestir, de habitación, salud y educación por no nombrar más, que ni
siquiera se puede llegar a pensar se puedan lograr. ¿Qué es lo que sucede en los ejidos
mexicanos?

Es cuestión de las malas políticas públicas de inversión en el campo y su comercialización,


al mal funcionamiento de las dependencias y el mal o nefasto manejo de las leyes agrarias
para no lograr la justicia rural, y estos ejidatarios ya no siembran al no creer en sus
gobernantes y prefieren irse a los Estados Unidos a buscar mejor suerte, porque en sus
ejidos, no encuentran absolutamente nada.

La realidad también nos dice que la gente del medio agrario no puede colarse en los créditos
institucionales ni el financiamiento agrario, y esto es porque los ejidatarios no son
propietarios explícitamente de sus tierras, por lo tanto, no tiene las garantías para poder
solventar esos créditos.

Ojalá que tu como estudiante de derecho pienses y tomes conciencia en esta nueva era de
jóvenes que aún creen en el país, en las leyes y que estas leyes en el ejido son para logra
así armonía en la nación. Es tu obligación y derecho hacerlo posible.

9.1CONCEPTO “La palabra ejido proviene del vocablo latino exitus, que significa “salida”.
Al consumarse la Conquista en lo que hoy es nuestro territorio nacional, recibían este
nombre las tierras que se encontraban a la salida de los pueblos españoles que se iban
fundando. Durante la Colonia se crearon pueblos indígenas a los que se les dotó de
ejidos, tierras que se fueron perdiendo en virtud de las leyes de colonización, o bien ante
la obligatoriedad que impuso la ley de Desamortización de que las tierras o ejidos de los
pueblos fueran fraccionados y adjudicados a sus miembros. El ejido resurgió a propuesta
de Luis Cabrera, quien, en su célebre discurso del 3 de diciembre d e1912, planteó la
necesidad de reconstituir los ejidos.

9.2 DEFINICIÓN Y PATRIMONIO


El ejido puede definirse como una sociedad de interés social, con personalidad jurídica y
patrimonio propio, integrado por el conjunto de tierras, aguas y bosques y, en general, por
todos los recursos naturales que lo constituyen. Su finalidad es el mejoramiento de la vida
campesina mediante el uso y la explotación lícita, integral y respetuosa del medio ambiente
y de las tierras de su propiedad que hubieren sido entregadas por dotación o se hayan
adquirido mediante cualquier otro título. (Art. 9° de la).

9.3 DIFERENCIA ENTRE EJIDO Y COMUNIDAD


La diferencia entre el ejido y la comunidad estriba en que ésta presupone una existencia
previa del carácter comunal (la supervivencia del pueblo al que se le hubiere privado de sus
tierras), anterior a su reconocimiento como tal, a través de una restitución, jurisdicción
voluntaria o de la resolución correspondiente, si dicha vía se controvierte. Por su parte, el
ejido surge a la vida jurídica mediante el procedimiento de dotación, ampliación o creación
de nuevos centros de población ejidal, conforme a la derogada Ley Federal de la Reforma
Agraria y en la actualidad en términos del art. 90 de la Ley Agraria.

9.4 OBJETO

Estriba en considerar el ejido como una empresa social, puesto que lleva como fin la
satisfacción de las necesidades del núcleo de la población, a la vez que se busca una
redituabilidad del terreno ejidal mediante formas de unidades productivas; por ello, se
otorga a los núcleos agrarios y a los sujetos individuales agrarios la protección legal sobre
sus tierras, al mismo tiempo que se brinda seguridad jurídica en las relaciones con terceros,
por medio de las formas asociativas permitidas por la ley.

9.5 PROTECCION DE LA PROPIEDAD SOCIAL


El espíritu de diversas legislaciones agrarias ha dado distintas modalidades a la tenencia
de la tierra. En nuestro país se impuso el principio de cultivo directo de la tierra, proceso
que culminó con el decreto del 6 de enero de 1992, el cual, si bien permite la libre asociación
y disposición sobre las tierras ejidales, aplica ciertos candados legales para proteger la
propiedad social.

Así, desde la Ley del 6 de enero de 1915, pasando por legislaciones como la ley de ejidos
del 28 de diciembre de 1920, el Decreto del 22 de noviembre de 1921, el Reglamento
Agrario del 10 de Abril de 1922, la Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas
del 23 de abril de 1927, los Códigos de 1934, 1940 y 1942, y la Ley Federal de Reforma
Agraria de 1971, se han establecido diversas protecciones legales a la propiedad social.

9.6 REGLAMENTO INTERNO


En su acepción genérica, el reglamento es la colección ordenada de reglas o preceptos que
una autoridad competente (o una persona moral) da para la ejecución de una ley o para el
régimen de una corporación, una dependencia o un servicio, o para cualquier actividad.

El reglamento interno es el conjunto de reglas organizativas al interior del ejido y tiene como
fin establecer las bases generales para la organización económica y social del mismo, así
como los requisitos para admitir nuevos ejidatarios, las normas para el aprovechamiento de
las tierras de uso común y los demás aspectos que los ejidatarios consideren pertinentes o
que conforme a la ley deban ser incluidos. (Art. 10 de la).

El reglamento es un complemento muy importante del desarrollo rural, ya que en él pueden


establecerse los mecanismos para la realización de la asociación productiva; es decir,
mediante el reglamento los ejidatarios podrán adoptar mecanismos alternos de tipo jurídico
que protejan los intereses de los más desamparados, a la vez que les permitan establecer
la forma de explotación más adecuada a sus suelos, así como las reglas con las cuales
deberán participar las personas físicas o morales interesadas en el esfuerzo productivo
asociado.
9.7 CONSTITUCIÓN DE NUEVOS EJIDOS
La Ley Agraria en su art. 90 establece los requisitos necesarios para la constitución de un
ejido:

I. - Un grupo mínimo de veinte personas que participen en su constitución.

II. - Que cada individuo aporte una superficie d tierra.

III. - Que el núcleo cuente con un proyecto de reglamento interno y que éste se sujete
a lo dispuesto por la Ley Agraria.

IV. - Que tanto la aportación de tierras como el reglamento interno consten en escritura
pública y se solicite la inscripción de su testimonio en el Registro Agrario Nacional.

Establece además, como prohibición, la aportación de tierras en fraude de acreedores, bajo


pena de declararse nula.

Con esta disposición legal se trata de evitar que los propietarios de tierras constituyan ejidos
en los cuales se busque incumplir con las obligaciones crediticias en perjuicio de sus
acreedores, ya que de constituirse un ejido con tierras aportadas en fraude de acreedores,
éstos podrán ejercitar la acción correspondiente (similar a la acción pauliana) a efecto de
retrotraer las cosas al estado que antes guardaban.

9.8 MODOS DE EXTINCIÓN


La Ley Agraria dispone como formas de terminar el régimen ejidal el que no existan las
condiciones para su permanencia, o bien, cuando proceda su liquidación.

9.8.1POR QUE NO EXISTAN LAS CONDICIONES PARA SU PERMANENCIA

Establece el artículo 23, fracción XII, como facultad de la asamblea general de ejidatarios,
la terminación del régimen ejidal, cuando previo dictamen de la Procuraduría Agraria, se
determine que ya no existen las condiciones para su permanencia.

Ello, obviamente, se dará cuando no exista el objeto o motivo por el que fue creado, es
decir, cuando el ejido carezca ya de tierras para el sustento de sus miembros, sea por
desincorporación de éstas del régimen ejidal o por aportación a sociedades o expropiación
por causa de utilidad pública.

9.8.2POR LIQUIDACIÓN

El art. 29 de la Ley Agraria dispone que cuando la asamblea resuelva terminar el régimen
ejidal, el acuerdo respectivo se publicará en el Diario Oficial de la Federación y en el
periódico de mayor circulación de la localidad en que se ubique el ejido. Lo anterior, previa
liquidación de las obligaciones subsistentes del ejido. Una vez asignadas las tierras ejidales,
se otorgará el pleno dominio de sus miembros, de acuerdo con los derechos que les
correspondan; se exceptúan de ello los bosques o las selvas tropicales.
La superficie asignada por este concepto a cada ejidatario no podrá rebasar los límites
señalados a la pequeña propiedad.

Si después de la asignación hubiera excedentes de tierra o se tratare de bosques o selvas


tropicales, pasarán a ser propiedad de la nación.

Los órganos de dirección y representación ejidal comunal son:

La asamblea;

El comisariado ejidal, y

El consejo de vigilancia

La asamblea es el órgano supremo del ejido o la comunidad es la asamblea. Ésta,


genéricamente, es un órgano integrado por personas con un fin común, el cual no funciona
en forma permanente, sino sólo cuando se convoca y sus miembros se reúnen para
deliberar y votar los asuntos correspondientes.

La asamblea en materia agraria, es una reunión temporal de los miembros integrantes de


un mismo núcleo agrario, celebrada para deliberar y votar los asuntos para los cuales fueron
convocados conforme a los procedimientos señalados por la Ley Agraria.

Los artículos de la Ley Agraria que regulan lo relacionado con la asamblea son el 11 y del
22 al 31 de dicho ordenamiento. Los asuntos de la exclusiva competencia de la asamblea
son los que señalan las 15 fracciones del artículo 23 de la Ley Agraria.

En cuanto a periodicidad de la asamblea, la Ley Agraria dispone que deberá reunirse por
lo menos una vez cada seis meses, o con mayor frecuencia cuando así lo determine el
propio núcleo a través de su reglamento o su costumbre.

La convocatoria deberá expedirla el comisariado ejidal o comunal, o el consejo de vigilancia,


ya sea a iniciativa propia o a solicitud de al menos 20 ejidatarios o 20% o más del total de
ejidatarios que integren el núcleo.

Para la validez de la asamblea, la Ley Agraria realiza una distinción respecto a los asuntos
para los cuales es convocada, dependiendo de si se encuadran o no las fracciones VII a
XIV de su art. 23, ya que para los asuntos comprendidos en estas fracciones se requiere
de mayor formalidad.

9.9 EL COMISARIADO
El comisariado ejidal es el órgano encargado de la ejecución de los acuerdos de la
asamblea, así como de la representación y gestión administrativa del ejido.

Lo integran un presidente, un secretario y un tesorero, con sus respectivos suplentes. Si el


reglamento interno no dispone la forma y extensión de sus funciones de cada miembro del
comisariado; si nada dispone, se entenderá que sus integrantes funcionarán conjuntamente
y no en forma separada o individual, criterio que también ha sido definido por el Tercer
Tribunal Colegiado del Segundo Circuito.
Por ello la representación del comisariado ante una autoridad jurisdiccional deberá
efectuarse de manera conjunta por los tres integrantes, ya que de faltar uno de ellos; se
tendrá al núcleo agrario como que no compareció ante la autoridad respectiva; o de lo
contrario, si la autoridad no realiza el emplazamiento o una notificación personal con los
tres integrantes, el acto es ilícito y procede su reposición. Se ha pronunciado al respecto el
Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito.

Por otra parte, ante la actuación judicial no requiere el comisariado un mandato especial
por otra parte de la asamblea para actuar en algún procedimiento jurisdiccional, dado su
carácter implícito de representante legal de núcleo agrario respectivo. Así lo afirmo el
Tribunal Colegiado del Vigésimo Segundo Circuito.

También es de resaltar que el comisariado contara, en su caso, con las comisiones y los
secretarios auxiliares que señale el reglamento interno.

Las facultades y obligaciones del comisariado ejidal son las siguientes:

I. Representar al núcleo de población ejidal y administrar los bienes comunes del


ejido, en los términos que fije la asamblea, con las facultades de un apoderado
general para actos de administración, pleitos y cobranzas.
II. Procurar que se respeten estrictamente los derechos de los ejidatarios;
III. Convocar a la asamblea en los términos de la ley, así como cumplir los acuerdos
que dicten las mismas;
IV. Dar cuenta a la asamblea en los términos de la ley, así como cumplir los
acuerdos que dicten las mismas.
V. Las demás que señalen la ley y el reglamento interno del ejido.

9.10 EL CONSEJO DE VIGILANCIA


Se constituye por un presidente y dos secretarios, con sus respectivos suplentes. Si el
reglamento no dispone nada en cuanto a su función, se entenderá que sus integrantes lo
harán conjuntamente.

1. Vigilar que los actos del comisariado se ajusten a los preceptos de la ley y a
lo dispuesto por el reglamento interno o a la asamblea;
2. Revisar las cuentas y operaciones del comisariado a fin de darlas a conocer
a la asamblea y denunciar ante esta las irregularidades en que haya
incurrido el comisariado;
3. Convocar a asamblea cuando no lo haga el comisariado
4. Las demás que señalen la ley y el reglamento interno del ejido.

Ahora bien, conforme al art.39 de la Ley Agraria los integrantes de los comisariados y de
los consejos de vigilancia duraran en sus funciones tres años. En adelante, no podrán ser
electos para ningún cargo dentro del ejido, sino hasta que haya transcurrido un lapso igual
a aquel en que estuvieron en ejercicio.

Si al término del periodo para el que haya sido electo el comisariado ejidal no se han
celebrado elecciones, sus miembros propietarios serán automáticamente sustituidos por
suplentes. El consejo de vigilancia deberá convocar a elecciones en un plazo no mayor de
60 días contados a partir de la fecha en que concluyan las funciones de los miembros
propietarios. Al respecto del Tercer Tribunal Colegiado del Octavo Circuito.

9.11 REMOCION

En lo que concierne a la remoción de los miembros del comisariado y del consejo de


vigilancia, el art. 40 de la Ley Agraria precisa que podrá ser acordada por voto secreto en
cualquier momento por la asamblea que al efecto se reúna que sea convocada por la
Procuraduría Agraria a partir de la solicitud de por lo menos 25% de los ejidatarios del
núcleo.

9.12 INCAPACIDAD PARA ADQUISISION DE TIERRAS Y DERECHOS


El art. 34 de la Ley Agraria establece que los miembros del comisariado ejidal en funciones
estarán incapacitados por adquirir tierras u otros derechos ejidales excepto por herencia.

Este articulo resulta oscuro respecto a la asignación de derechos y tierras dentro del
procedimiento de delimitación de las tierras ejidales, ya sea que se lleve a través del
Programa de certificación de derecho ejidales y titulación de solares o bien en forma
independiente, puesto que al delimitarse y asignarse derechos sobre tierras de uso común
o bien en la asignación de parcelas, surge la siguiente pregunta: ¿los integrantes del
comisariado ejidal se quedarán sin la correspondiente adjudicación?

Al respecto, consideramos que los derechos correspondientes deberán ser adjudicados en


proporción igual que a cualquier otro ejidatario, y si existe, conforme a la fracc. III del art.
56 de la Ley Agraria, algún derecho a una superficie superior a razón de las aportaciones
materiales, de trabajo y financieras, deberá justificarse plena y debidamente este hecho, ya
que existen casos como el de la ignorancia de sus miembros, la presidenta del comisariado
se las arregló para que la asamblea aprobara una distribución inequitativa de parcelas con
superficies de más de tres mil hectáreas a favor de una minoría, entre las que se encontraba
ella misma, mientras que la media superficie del resto de los integrantes fue de 30
hectáreas, con excepción de 50 ejidatarios a quienes no se les entregó superficie cuando

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