Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
1. Encuentros . 2. Teatro . 3. Docentes. I. Chapato, María Elsa, comp. II. Dimatteo, María Cristina,
comp. III. Bertoldi, María Marcela, comp.
CDD 378
www.unicorniosalud.org.ar
Introducción
Presentamos una reflexión sobre el lugar que ocupa el taller de Teatro dentro de la
propuesta de la ONG Unicornio, dispositivo terapéutico para niños en edad escolar
integrado por Psicólogos y artistas. Esta ONG en la actualidad cuenta con sedes en la
ciudad de Mar del Plata, Tandil y Balcarce. Cabe acotar que los talleres de Teatro de las tres
sedes están a cargo de egresados de la Facultad de Arte de la UNCPBA.
El proceso de corrimiento del Estado tutelar como protagonista principal de la vida pública
que comenzó en los años ´90, con la consiguiente desarticulación del entramado social,
multiplicó y diversificó el tipo de demandas sociales. Ante la falta de respuesta de las
instituciones habituales y frente a la magnitud de las necesidades emergentes, el escenario
social se pobló paulatinamente de nuevos agentes operando en la esfera pública.
1
Luego de la crisis Argentina del 2001 el denominado Tercer Sector y las Organizaciones de
la Sociedad Civil (comúnmente llamadas ONGs) ocuparon un rol social protagónico.
Entre las numerosas grietas sociales que se profundizaron, cobró visibilidad una infancia
segregada por las instituciones tradicionales, hecho que demandó la invención de espacios
de acogida de problemáticas que se presentaban con una complejidad singular.
2
Lo singular de esta propuesta, que adaptamos a nuestra ONG, es la importancia de un
dispositivo que incorpora los talleres creativos en su esencia, donde lo terapéutico reside en
el entramado de miradas y acciones que se proponen en su conjunto, en su particular
configuración y no determinada actividad aislada. Los talleres de plástica, música, inventos,
cine y teatro son coordinados por artistas y proporcionan un ambiente seguro para la
expresión y la producción significante por medio del Arte. En ellos no se interpretan
conductas, son espacios que marcan una temporalidad, proponen nuevos modos de lazo
social,convocan el deseo y garantizan la permanencia de un espacio en el cual la creación
puede ocupar su sitio.
Además de los talleres en los que participan los niños, en el dispositivo de Unicornio se
ponen en juego la dimensión institucional escolar y el atravesamiento familiar y
sociocultural de lo subjetivo. Para ello se proponen reuniones grupales de padres
coordinadas por psicólogos, que se realizan semanalmente en simultáneo con la actividad
grupal de los niños y otro espacio mensual con los equipos de orientación escolar.
El Teatro inserto en el devenir del dispositivo de Unicornio aporta lo suyo a esta generación
de condiciones subjetivas para restituir al niño -en una posición más favorable- a los
circuitos sociales y familiares que no pudieron alojarlo adecuadamente o, inclusive,
acompañar en la invención de nuevos espacios para el desarrollo de ese niño en particular.
Se trabaja con grupos pequeños y la coordinación de cada taller está a cargo de un artista
con el acompañamiento, y participación activa, de un psicólogo.
Es difícil explicar si el Teatro se enseña, la experiencia nos ha ido aportando nuevas ideas
con respecto a qué pasa cuando el Teatro se mete en los cuerpos de las personas, así como
qué se va transformando en el cuerpo del coordinador a partir de estas experiencias teatrales
grupales, sobre todo cuando se trata de niños.
En estos tiempos, nadie discute que hacer Teatro “hace bien”. Gente a cualquier edad, con
distintos intereses y diferentes modos de pensar se agrupa alrededor del juego teatral y
juega; logra mirar al otro y entra, así, en contacto con sus propias emociones.
3
Desde la experiencia de coordinación de talleres de Teatro en la particular configuración
que propone Unicornio, observamos una resignificación de la propia formación, una mirada
diferente que permite repensar y reflexionar el abordaje en el trabajo con niños. Porque en
este caso, el Teatro aparece como un vehículo para que las emociones afloren; lo teatral
como un canal artístico para que los chicos retomen el juego y se comuniquen
expresivamente en medio de realidades difíciles.
Así como los niños juegan naturalmente, de repente, también, dejan de jugar. Perder la
naturaleza del juego es una característica de los chicos/as que asisten a Unicornio. Y ahí
radica el desafío de quienes trabajamos allí. Identificar por qué se genera esto y fomentar
la aparición de lo lúdico nuevamente.
Ningún taller de Teatro en estos contextos tiene como objetivo que los niños sean actores.
Los talleres de Teatro deben/deberían aspirar al trabajo en grupo, a despertar la
imaginación, fomentar el vínculo entre compañeros, encontrar diversión, favorecer el juego
espontáneo, el respeto por los integrantes y por ciertas pautas de convivencia grupal.
Generando, así, las condiciones para poner en circulación con otros el deseo de relatar algo
propio desde el Arte.
Cada uno de los que formamos parte del equipo interdisciplinario de Unicornio ponemos
acento en las mismas cosas. Percibir. Atender. Rescatar. Escuchar y mirar. Qué es y cómo
ponen en palabras estos niños sus necesidades, de qué modo se relacionan, qué vínculos
generan entre sí y con nosotros, qué capacidad de imaginar tienen, qué actividades eligen,
que momentos disfrutan, qué de todo lo que se les ofrece los transforma.
4
Pero, entender, bucear, investigar y alertar sobre el por qué del no juego resulta el trabajo
más ricoy desafiante en Unicornio.
Desde el lugar del coordinador, se proponen que imaginen lugares, personas y problemas
que los conduzcan por lugares simbólicos que no habitan cotidianamente. Empezar a
conocer qué les hace reír nos da pistas sobre sus propias historias: sobre sus deseos
escondidos, acallados y violentados.
Acompañamos el trabajo terapéutico que realizan las madres y padres con los psicólogos,
trabajando con sus hijos en actividades que despierten su deseo y les permitan ser mirados
desde lugares diversos y positivos. Los chicos necesitan de palabras amables, cariñosas y
esperanzadoras. Necesitan que la comparación no exista, que cada uno tenga su lugar, se lo
respete como tal y se lo valore.
No se trata de una tarea fácil. Semana a semana las cosas cambian para todos, pero cuando
se trabaja con niños con su infancia atravesada por el abuso, el abandono, la violencia y el
desamor es más difícil. Por eso cada encuentro es diferente y sorpresivo. Como
coordinadores de los espacios artísticos, la autocritica se convierte en una necesidad
fundamental. Poner en jaque nuestras propuestas, analizarlas y reformularlas semanalmente
nos permite captar por donde seguir o qué dejar de hacer. Qué es lo funciona y qué hay que
volver a plantear.
Bibliografía:
5
Tizio, H. (2003) Reinventar el vínculo educativo: Aportaciones de la Pedagogía