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Desarrollar la autonomia

personal
JUAN DONCEL CORDOBA
21/09/2011

El nuevo currículo de las competencias básicas establece que los escolares


deben desarrollar las capacidades y aprender las destrezas y habilidades
relativas a la competencia en autonomía e iniciativa personal que les
permitan madurar como personas libres y responsables, así como tomar
decisiones y comportarse adecuadamente en función de su nivel de
desarrollo personal y del contexto familiar, escolar o social en el que se
desenvuelven.

El desarrollo de la autonomía personal implica la adquisición y maduración


de las capacidades personales básicas, entre las que destacan: el
autoconcepto, la autoestima, la autopercepción, el autocontrol emocional, la
expresión adecuada de la contrariedad y los sentimientos, la empatía, la
perseverancia, el respeto a los demás, el conocimiento de sí mismo, la toma
reflexiva de decisiones y la responsabilidad ante decisiones y conductas
personales.

Las capacidades y las destrezas de autonomía se desarrollan y aprenden


desde el nacimiento y en el entorno familiar.

El desarrollo emocional y la afectividad se adquieren y maduran durante la


niñez, a través de las interacciones con la madre, con los familiares y en el
contexto social en el que el niño o la niña interactúan.

La educación y el desarrollo de las destrezas y habilidades de autonomía


personal, de expresión de emociones y sentimientos y de empatía son
funciones familiares, pues son los padres los que las desarrollan, a través de
las relaciones paternas, de la educación familiar y del ejemplo que los niños
y niñas reciben de los adultos con los que se relacionan en el contexto
sociofamiliar.

Cuando los niños y las niñas se escolarizan en la Educación Infantil poseen


un desarrollo emocional, afectivo y sentimental, adquirido en el medio
familiar, que condicionará sus aprendizajes escolares y la maduración en sus
procesos de autonomía e iniciativa personal en el entorno escolar. En la
educación básica, los docentes continuarán el desarrollo de la autonomía y
la iniciativa personal a través del currículo, de las experiencias escolares y
de las relaciones sociales que los niños y adolescentes establecen en el
centro educativo y que ponen en práctica las destrezas y habilidades de
autonomía.

Para el desarrollo y la educación de las capacidades, las habilidades y


destrezas de esta competencia, los padres, las familias y los docentes deben
consensuar estrategias de acción conjunta, dado que el desarrollo de la
personalidad no puede realizarse unilateralmente sino de forma coordinada
y sinérgica entre la escuela y la familia.

La publicación de las Guías de derechos y responsabilidades de las familias


andaluzas en la educación , por parte de la Consejería de Educación, viene a
completar el desarrollo de la autonomía personal establecido en el currículo
de las competencias básicas.
Estas guías indican a los padres las directrices para el desarrollo de la
autonomía de sus hijos, los consejos que deben darles en relación con su
comportamiento en el centro educativo y las formas de relación de las
familias con los tutores, los docentes y la escuela.

Las guías inciden en que la formación de la personalidad de los niños y


adolescentes andaluces es una labor sinérgica de padres, familias y docentes,
en la que las familias desempeñan el papel fundamental, pues las emociones,
el carácter y los sentimientos son competencias básicas de la educación
familiar.

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