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El documento habla sobre la cuestión social en Chile. Explica que la cuestión social surgió como consecuencia de la revolución industrial y los cambios sociales que trajo, como la migración al campo a la ciudad y nuevas formas de producción. También menciona que el estado chileno respondió de manera ineficiente a este problema. Finalmente, resume tres corrientes de pensamiento sobre cómo abordar la cuestión social en Chile.
El documento habla sobre la cuestión social en Chile. Explica que la cuestión social surgió como consecuencia de la revolución industrial y los cambios sociales que trajo, como la migración al campo a la ciudad y nuevas formas de producción. También menciona que el estado chileno respondió de manera ineficiente a este problema. Finalmente, resume tres corrientes de pensamiento sobre cómo abordar la cuestión social en Chile.
El documento habla sobre la cuestión social en Chile. Explica que la cuestión social surgió como consecuencia de la revolución industrial y los cambios sociales que trajo, como la migración al campo a la ciudad y nuevas formas de producción. También menciona que el estado chileno respondió de manera ineficiente a este problema. Finalmente, resume tres corrientes de pensamiento sobre cómo abordar la cuestión social en Chile.
“Sociedad Industrial, degeneración de la naturaleza humana y la cuestión social”
Profesor Pablo Martínez.
Kevin Inostroza B. 16 de Enero, 2019 Se entenderá por Cuestión Social al conjunto de consecuencias negativas con raíz en lo social problematizadas que surgieron como producto de la Revolución Industrial y los cambios que este proceso acarreó en las relaciones entre un “Yo” y un “Otro”, tanto a nivel estructural como en la vida cotidiana en sociedad. Dichas consecuencias están causadas por fallas en el proyecto/proceso de homogeneizar y hacer “progresar” la sociedad, puesto que como resultado se obtuvo una sociedad extremadamente desigual, patológicamente dependiente y con varias deficiencias críticas en cuanto a bienestar social se refiere. Contextualizando, la Cuestión Social aparece luego de la implementación del Régimen Industrial, el cual tiene por objetivo volver todas las estructuras sociales existentes en estructuras sociales “modernas”, esto vía una serie de procesos “revolucionarios” respecto a las diversas tecnologías de producción: las Revoluciones Industriales (Para este ensayo se hace referencia principalmente a la primera, iniciada a fines del siglo XVIII y la segunda, iniciada entre 1850 y 1870) en donde sus impactos fueron haciéndose progresivamente visibles tanto en ámbitos de beneficios como contras. Esta “Revolución por el Progreso” implicó una serie de cambios sobre los métodos de producción y trajo consigo la modificación de paradigmas en la vida en sociedad. Paulatinamente las diversas subjetividades padecieron la actualización del mundo, de uno progresivamente llenado por máquinas (Y de forma tardía lentamente remplazado por las mismas), el cambio de una producción manual a una producción mecanizada y en masa. La Revolución Industrial como hecho social juega un papel clave en las dinámicas sociales ya que derivó no sólo en una migración de masas humanas, desde zonas rurales a zonas urbanas, sino que trajo consigo la aparición de otros nuevos fenómenos sociales como la “Fábrica”, la “Hora Pico” y las nuevas condiciones extremas de “Hacinamiento”, la “Medicalización” de la “Locura”, la “Máquina”, la “Escuela Moderna”, etc. Esto también implicó cambios políticos, económicos y un cambio de percepción de la realidad y de sentido de existencia, puesto que supone la modernización del mundo social en donde se producirían subjetividades de forma masiva de la misma forma como se produciría mercancía en fábricas, si es que si no, una producción en masa de capital social y capital humano (Evidenciando como objetivo primordial el producir un gran ejercito obediente de trabajo). Es así que con la consolidación de la “Escuela Moderna" en conjunto de la implementación de tecnologías tales como la “Pedagogía”, nuevas formas de organización escolar y disciplinas como la “Educación Básica” es que esta pasa a ser una herramienta fundamental para el orden y control de la nueva y creciente población urbana, para la imposición sistemática de “verdades”. Toda subjetividad urbana joven dispuesta a integrarse al “Mundo Moderno” debía ser recluida en dicha institución, concebida como un espacio cerrado, socializador, y por tanto, normalizador. Es tanto así que la Escuela se instala en las sociedades modernas como una estructura que pretende producir cuerpos dóciles a través de un sistema educativo de amplio alcance: Dulcificar costumbres, apartar a los menores de las fábricas, evitar que vagabundearan por las calles, y ajustar ritmos de vida al cumplimiento de horarios. Más tarde veremos que en cierta medida, y a modo casi irónico, fue la implementación de esta institución y en consecuencia de la alfabetización de las masas, que la crítica social se fue dando y promoviendo a través de la imprenta en el “Bajo Pueblo”, la colectivización del conocimiento y la gestación insurgente de movimientos sociales, la producción y reproducción organizada de saberes contrarios a la norma. Se da paso así a la visibilización de la problemática denominada como “Cuestión Social”, manifestando errores de diseño en la maquinaria social; Problemática aún irresuelta y que ha devenido en una “Nueva Cuestión Social” en la actualidad. Esto debido a que la clase dominante históricamente ha respondido de forma ineficiente, cegada por intereses muy distintos al bienestar común. Una escasez de empatía, de valoración y de reconocimiento por parte de un “Yo” a un “Otro” de cualquier naturaleza, sea este humano, otra especie o, incluso, con el mismo entorno/habitad. Es más, queda claro que el paradigma instalado en la clase dominante les indica que aquellos problemas son reflejo de una población bárbara y que debe ser controlada. Luego, esta clase se interesará exhaustivamente de forma histórica en organizar conjuntos humanos mediante la norma, con objetivo de someterles y conducirles con la menor resistencia posible, a fin de maximizar la fuerza de sus cuerpos en términos económicos de eficiencia y productividad, y minimizar la fuerza de los mismos en términos políticos de obediencia (Foucault, 2000). Haciendo del humano y su subjetividad un producto dócil con un fin específico que se le será asignado eventualmente y, al mismo tiempo, un bien de capital, conceptualizando el “sujeto” como un “objeto”, generando una “deshumanización” en masa mediante la inserción obligatoria de dicho sujeto/objeto de sociedad en las instituciones sociales, y encausando la sociedad industrial hacia la gran falla del proyecto moderno. Identificar, aislar, controlar, corregir, ocultar e incluso erradicar aquél sujeto/elemento que no se ajustase a la norma, y que por su subversión resulte amenazante a la normalidad, ideario moderno, a alcanzar el tan deseado “progreso” de la sociedad. La clase dominante se encarga entonces, mediante la ingeniería social, de instaurar en las urbes diversas instituciones cuya misma misión anteriormente mencionada se aplique al mayor conjunto de capital humano posible. Se estipula entonces que dicha idea de controlar, identificar, aislar y corregir a fin de maximizar la producción y ganancias se ejecutará mediante instituciones destinadas a la reclusión, la producción y, si fuera necesario, corrección sistemática: la Escuela, la Fábrica, la Cárcel y el Manicomio/Hospital (Foucault, 2000). Por eso no es de extrañar que es durante esta etapa, la modernidad, en donde se fundan para el caso de Chile, de entre muchas más, las siguientes instituciones: La “Cárcel Penitenciaria de Santiago”, la “Casa de Orates”, la “FAMAE” (Fábricas y Maestranzas del Ejército de Chile), el “Manicomio de Concepción”, las mineras de carbón en la región de Lota y Coronel, la “Escuela de Preceptores de Santiago” (“Escuela Normal” encargada de la formación de maestros de escuelas, sementando las bases para los inicios de la instrucción primaria en Chile), etc. De esta forma es como en la planeación social y el diseño urbano también se hizo evidente esta idea de importante análisis para el presente ensayo, puesto que debido al desigual progreso de la urbe los “servicios urbanos” se convierten en elementos de diferenciación. De una u otra forma se da paso a la legitimación del centralismo. Se tornaron privilegios limitados a puntos centrales, volviéndose lujos para la periferia, esto aplica tanto dentro como fuera del desarrollo de las nacientes metrópolis. En el centro la renovación de la arquitectura, el iluminado público y el cuerpo de serenos pululaba mientras que la despreocupación hacia la periferia aumentaba conforme aumentaba el distanciamiento de dicha zona. Por lo general tanto Manicomios como Cárceles eran situados en la periferia. Así como en el resto de países en los cuáles se implementó el régimen industrial, en Chile muchos elementos se conjugaron para transformar problemas “aislados” y “cotidianos” de la sociedad Chilena en una Cuestión Social. El contexto económico capitalista ya consolidado, una naciente industrialización del país comandada por una ambiciosa burguesía industrial y un desmedido proceso de urbanización intensificó las ya malas condiciones de la clase proletaria, considerándose esto para este ensayo como un fallo en la ingeniería social y políticas públicas aplicadas. En otras palabras, una clase dirigente ineficiente y sorda ante el malestar de una clase explotada, que eventualmente dejó de estar dispuesta a quedarse esperando que un Estado compuesto por un grupo minoritario implementara, siquiera ofreciera, alguna solución. El pueblo chileno que recibió la modernidad enfrentó diversos problemas, tales como la pobreza, la mortalidad infantil, el analfabetismo, el alcoholismo, la prostitución y propagación de enfermedades de transmisión sexual, epidemias, y huelgas, siendo la periferia y el sector popular los más afectados. De esta forma, luego de la problematización y visibilización de las nefastas consecuencias resultantes de la “Revolución Industrial” y mediante diversas subjetividades disidentes (movimientos sociales) fue que la cuestión social se volvió un problema transversal a nivel de país. Mediante un estudio histórico se pueden identificar 3 corrientes, que serán detalladas a continuación: Primera corriente: La primera tendencia se originó en el interior del clero, el mundo Conservador-Católico, viendo la Cuestión Social como resultante de una crisis moral que desvirtuó el rol dirigente y protector de la élite. Esta línea de pensamiento social cristiano es legitimada por la iglesia en 1891 con la promulgación de la Encíclica Rerum Novarum, en donde se trataba la “Cuestión Social” no solo como un problema material, sino que también como uno espiritual, y que debía ser corregido a partir de las leyes de la moral y de la religión. Basados principalmente en la premisa de que, según el buen vivir cristiano, le correspondería a los ricos el cuidado y bienestar de los más desvalidos, y en donde se les acusa de una falta de responsabilidad en cuanto a la educación y justicia por parte de la clase dominante. En la “Proclama Revolucionaria” de 1811, un texto adelantado a la promulgación del Rerum Novarum, se puede distinguir de forma más detallada el pensamiento de esta primera corriente. Es en este texto del Padre Franciscano Fray Antonio Orihuela de Concepción en donde ya podemos apreciar una incipiente consciencia de clase, haciendo denuncia pública de un dominio Oligárquico y aliado a la Clase Burguesa, desinteresado en la Clase Proletaria. Es con este manifiesto donde se empiezan a emitir juicios abiertos contra dicha clase dominante. Esta proclama iba dirigida principalmente a las clases sometidas y explotadas, un reproche al “Bajo Pueblo” por su mansedumbre y blandura, haciendo un llamado a las clases populares de Chile a levantarse contra la opresión, atacando así a la burocracia opresora española y a la ceguera de la élite criolla dirigente quienes, según Orihuela (1811), eran los culpables de las desgracias del pueblo puesto que les identificaba como sujetos que debido a su posición privilegiada, por lo general en importantes cargos políticos y sociales, dejaron de lado el bienestar común, aumentando la desigualdad social y los problemas de las clases más desfavorecidas. Es este texto el primer documento de la historia Chilena, conocido hasta ahora, en que se incita a la Revuelta Social, y que en consecuencia logró que a los pocos días los patriotas se juntaran para pedir Cabildo Abierto, reuniéndose así el 5 de septiembre de 1811, y consiguiendo una junta provincial de gobierno autónoma y con ello la destitución de los Diputados de ese entonces. Segunda corriente: Una segunda corriente se puede identificar, de corte Laico y Liberal, vinculada al Partido Radical. Para esta corriente la Cuestión Social fue el resultado de un conflicto de clases, una falla a nivel estructural de la sociedad, afectada por el mal desarrollo económico (Mala distribución de Capitales), la explotación laboral y el abandono del estado hacia el sector popular. Esta corriente apunta hacia el rol del estado y le acusa de falta de responsabilidad en cuanto a políticas públicas destinadas a una legislación social que incentivara y asegurara el progreso y desarrollo de todos los sectores. Augusto Orrego Luco, psiquiatra y político con postura laica y liberal, divisaba en “La Cuestión Social” (Artículos publicados en 1884 en el diario “La Patria” de Valparaíso) algunos de los principales problemas sociales causantes del deprimente estado de la clase oprimida; Menciona Orrego que la alta tasa de mortalidad infantil y emigración descontrolada, tanto de las zonas rurales a zonas urbanas, como de Chile hacía fuera del país es un problema que solo ocurre en sociedades decadentes, a su vez denuncia un problema de organización económica y social. Los bajos salarios, argumenta, generaron una deficiente distribución de la riqueza, y por tanto, generaron una desigualdad tal que se hacía visible en la urbe, ahogando las clases bajas en la miseria y la mansedumbre servil (Orrego, 1884). Tercera corriente: La tercera corriente es de corte Socialista, proveniente del sector proletario; Los “más afectados”, la clase trabajadora. Esta tendencia manifiesta que la Cuestión Social es consecuencia directa de la propia existencia de un Estado Liberal y de un sistema de producción Capitalista. Se hace necesaria una reacción por parte del sector proletario, en donde la acción y el poder popular darían paso a la solución de dicha Cuestión Social. El “Despertar de los trabajadores” diario que circuló entre 1912 y 1926, fundado por Luis Emilio Recabarren y a quien se le considera padre del movimiento obrero chileno revolucionario izquierdista, sirvió como medio propagandístico del socialismo y por lo demás, como medio para hacer denuncia directa de la explotación vivida por el proletariado y hacer un llamado a la organización y movimiento social. En “Ricos y Pobres” (Una conferencia dictada la noche del 3 de septiembre de 1910) se hace denuncia clara del desigual progreso y la inexistente llegada de la modernidad a la “última clase”, qué seguía viviendo tal cual vivía en 1810 (Recabarren, 1971). Se hace denuncia de la educación y se le califica de deficiente y enfocada al aprendizaje de la obediencia más que a generar nuevos conocimientos. La clase dominante había logrado en las subjetividades populares que apreciaran, casi como un favor, el hecho de entregarles herramientas para vender su conciencia (Recabarren, 1971). Recabarren ve la pobreza como la prueba más clara del ineficiente progreso y de un desastre social moral. Afirma también que la aparición de la cárcel y su imperfecto sistema contribuyó a los problemas sociales en cuanto que esta se volvió una escuela práctica y profesional para el estudio del crimen y del vicio. Estas 3 líneas confluyen en que era de máxima prioridad resolver dicha falla en la maquinaria social, que se iría agravando cada vez más hasta volverse una preocupación de índole política estatal. La Sociedad Industrial, degeneración de la naturaleza humana y la cuestión social: Como anteriormente se mencionó, se identifica la aparición de las siguientes instituciones: “Fábrica, Cárcel, Escuela y Manicomio” como herramientas para traer orden social, pero al mismo tiempo, limitar la libertad humana. Estas instituciones cumplen con un objetivo social común: “Normalizar”, producir e imponer una verdad por sobre las demás, estandarizar la población, reconducirla y reeducarla de forma sistemática. Estas poseen estructuras y lógicas operacionales similares a fin de encadenar al humano a una red de normas y restricciones: Estructura autoritaria y jerarquizada, encierros prolongados, códigos de vestimenta y conducta, énfasis en el orden y el silencio, circulación en fila, horarios pre establecidos (Para empezar a producir, comer, pasear, distraerse, terminar de producir), reducción general de libertades y pérdida de la autonomía de los sujetos. Este estilo de sujeción masivo conlleva la degradación del ser humano, y una falta de respeto hacia la verdadera naturaleza humana. En consecuencia, el estrechamiento progresivo de la esfera de libertad y el confinamiento a un espacio mínimo, casi inexistente, de la autonomía y la voluntad individual vuelve a las y los sujetos híper-dependientes, cada vez menos capaces de guiarse por ellos mismos, y por tanto, de generar soluciones ante las dificultades que se les presentasen (Esta degeneración de la naturaleza humana llega a tal extremo que las personas se volvieron totalmente dependientes de una voluntad paternalista superior, desprovistas de la capacidad de concebir un mundo sin aquella voluntad externa que les diga qué deben hacer en determinado momento; La aberración es tal que las y los individuos encuentran necesaria la existencia de, por ejemplo, “el estado”, el “jefe”, el “maestro”; La figura del “pastor” que guía a su “rebaño” se hace obligatoria y un requisito para la funcionalidad de la vida cotidiana). Todo esto desemboca inevitablemente en variados tipos de problemas a diferente escala social, desde el individuo hacia las estructuras sociales más complejas, como si de una bola de nieve se tratase. La realización de la libertad (Y, por tanto, la más pura demostración de su naturaleza) y autonomía del individuo solo puede darse en un contexto social donde impere la justicia, la autoconciencia, la autoregulación y la sana relación de un “Yo” con un “Otro”. La reciprocidad en las relaciones sociales es incompatible con un sistema en donde exista una clase dominante y una clase sometida. La restricción de libertades (Entiéndase el control social de forma arbitraria, sometido a las voluntades e intereses de las clases dominantes, tal cual opera en las sociedades industriales, las sociedades de control, las sociedades de vigilancia, las sociedades de cansancio y/o las sociedades “eficientes” y/o “desarrolladas”) es necesaria e inevitable en la sociedad moderna porque la regulación de los componentes individuales por parte de organizaciones mayores es requisito para la operatividad “eficaz” de las sociedades tecnológicas e industriales, y dado que las diversas subjetividades producidas dentro de este tipo de sociedades se encuentran sometidas a una voluntad dominante desinteresada en la justicia o equilibrio, subordinadas a una voluntad interesada en la obtención y acumulación indiscriminada, negligente y hasta patológica de capitales lograr el bienestar humano con la humanidad, con otras especies y con el entorno/habitad no es viable, siendo incluso incompatible. Esto implica el eventual, pero inminente, colapso de la maqueta social ya sea por una catástrofe socio-cultural, ya sea por una catástrofe ecológica (Kaczynski, 1995). La cuestión social implica la visibilización de una problemática con raíz en lo social irresuelta y permanente mientras el humano esté sometido al régimen industrial: La sociedad industrial implica una producción en masa de subjetivades alienadas e interdependientes, incapaces de traer solución efectiva a sus problemas, muchas veces, incapaces siquiera de divisar de forma autónoma dichos problemas. El Régimen Industrial implica una fé en el “progreso” y en la tecnología que condenó a la humanidad a la degeneración de la naturaleza de la misma y, por tanto, de sus sociedades, situación que pareciera agravarse conforme pasa el tiempo; La solución definitiva de todo problema acusado por los pensadores de la “Cuestión Social” requiere de una alteración radical; Cambios extremos que sacrifiquen los “beneficios” de la tecnología en favor de la libertad, la autonomía y el bienestar común. REFERENCIAS:
Foucault, M. (2000). Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión. México: Siglo Veintiuno
Kaczynski, T. (1995). Industrial Society and its Future. New York Times. Orihuela, A. (1811). Proclama revolucionaria del padre franciscano Fray Antonio Orihuela. Recuperado de: https://es.wikisource.org/ Orrego, A. (1884). La cuestión social. Santiago, Chile: Imprenta Barcelona. Recabarren, L. (1971). El pensamiento de Luis Emilio Recabarrren, tomo 1. Santiago, Chile: Austral.