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TRABAJO FINAL B
Una vez que tomamos conciencia de esto, podemos elegir la mejor manera de
responder ante estos tipos de situaciones, la mejor opción de comportamiento
al momento, para nuestro propio bienestar y el confort de los demás,
ayudándonos a la consecución de una vida plena.
“Las capacidades socioemocionales en la escuela, un nuevo reto para la educación”
Salazar, Patricia del Valle – DNI: 37279794
Mi desafío es, además, que todos los docentes de una escuela puedan tener
en cuenta como las emociones influyen en el aprendizaje y que es importante
que puedan informarse al respecto y puedan dedicar simplemente 10 o 15
minutos de su clase para implementar yoga o escucha profunda para que sus
alumnos se sientan importantes y sientan que hay empatía por parte de sus
profesores. Estos tipos de recursos proporcionan un espacio para conectarnos
con nuestra interioridad, para explorar el significado del propósito y sentido de
nuestra vida.
La dinámica que use fue “fortalezas 360”, donde junto a mi familia (hermanos y
sobrinos) pegábamos retazos de cartulina en las paredes del cuarto con
distintas fortalezas según nuestro parecer de lo que cada uno era portador, y
viendo además, en que situaciones las poníamos en práctica.
Es por eso que cada día debemos preguntar a las personas con las que
compartimos nuestra vida diaria respecto a nuestras fortalezas. En mi caso, yo
lo hago todos los días con mi madre y hermanos.
Paso 3: intervención/herramienta
Ayudar a que los alumnos puedan reconocer cada una de sus fortalezas de
carácter, ya que estas determinan como piensan, sienten, y como se
comportan en la vida.
En cuanto al impacto con las relaciones cabe destacar que con estas nuevas
herramientas se logra propiciar un ambiente mas sano, enriquecedor y propicio
para cualquier tipo de aprendizaje.
Como docentes poder ser capaz de tener empatía con las personas que nos
rodean (alumnos, padres, cuerpo docente, etc), a tener conciencia de nuestras
emociones y sus consecuencias, tener la capacidad de controlar dichas
emociones para enfrentar de modo eficaz los acontecimientos y situaciones, a
veces critica, de la tarea educativa y ser capaz de motivarse a sí mismo y
superar los numerosos retos que plantea la profesión de educar a otras
personas.
Bibliografía