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Revisión bibliográfica sobre la influencia de la ética en el éxito de las organizaciones

La ética

La palabra ética proviene del griego ethos, que significa costumbre, la definición
nominativa de la ética por tanto sería ciencia de las costumbres. La ética busca estudiar la
bondad o maldad de los actos humanos, sin interesarse en otros aspectos o enfoques. Por lo
tanto, podemos determinar que su objeto material de estudio son los actos humanos y su
objeto formal es la bondad o maldad de dichos actos.

La ética es una ciencia, y para entrar en la comprensión de la ética como ciencia habría
primero que definir en qué consiste la ciencia. Entonces para acercarnos a la ética como
ciencia tendríamos que decir que la ciencia es un esquema formal de organización porque
establece un modelo de la realidad y nos puede decir cómo se va a comportar dicha
realidad. La ética como ciencia se llena de validez al usar el método científico, que es el
encargado de corroborar por todos los medios posibles la adecuación del modelo con la
realidad.

La ética actualmente es un componente esencial para el funcionamiento y éxito de los


negocios. El éxito de las organizaciones tiene que ver, por supuesto, con la calidad de su
gestión, de la calidad de los productos y servicios que ofrece, de su personal, en fin, de los
diversos y complejos elementos y procesos de sus sistemas internos. Sin embargo, también
es determinante la calidad del entorno donde se inserta la empresa.

Lugares de alta calidad, con una sociedad culta, organizada, solidaria, con elevados niveles
de confianza, y que cuenta con un sector público eficaz, honesto, que establece reglas claras
y las cumple, que tienen procedimiento sencillos y trasparentes, seguramente son proclives
a contar con organizaciones exitosas. En cambio, en lugares con graves déficit de capital
social y gobiernos corrompidos, la creación de empresas exitosas es más difícil.

La ética en los negocios parece ser al menos una de las más significativas evidencias
puestas de manifiesto en diversos estudios, entre los cuales destacan los dos libros
publicados por J.C.Collins: “Empresas que perduran” y “Empresas que sobresalen”. En el
primero de ellos los autores (Collins y Porras,1996) analizan un grupo de empresas que
alcanzaron grandes realizaciones a lo largo de mucho tiempo, de manera sostenida y se
convirtieron de pequeñas o modestas organizaciones en enormes complejos trasnacionales.

La ética profesional es condición de posibilidad y realización de la justicia y bien social y a


nivel personal posee para la vinculación a los proyectos de vida, tiene un doble propósito:
utilizar en la actividad profesional principios y criterios de la ética básica y aporta al mismo
tiempo principios o criterios específicos. Su objetivo es proporcionar los elementos que se
requieren para estructurar un proceder ético habitual en el ejercicio profesional sin
interesarle de manera particular resolver casos específicos, sino diseñar los valores,
principios y procedimientos que los afectados podrán tener en cuenta en los diferentes
casos. Para cumplir ese objetivo la ética profesional, se nutre de dos fuentes: ética de las
profesiones y criterios profesionales que aportan las distintas disciplinas científicas.

¿Qué es la ética de la empresa?

La Encyclopedia of Applied Ethics define la ética de la empresa como: «el estudio de lo


que es éticamente permisible y de lo que es positivamente virtuoso, a la vista de la
actividad de los negocios. Ésta es un intento no sólo de sacar conclusiones, sino
también de entender lo que subyace a ellas».

Esta es una definición bastante general, contiene partes que son importantes para
destacar: por un lado su demanda no sólo a lo éticamente permisible, sino también a lo
positivamente virtuoso; y por otro, la exigencia de su fundamentación.

La segunda definición tomada, es la presentada por J. Mª Lozano: «la ética empresarialse


puede entender como una reflexión ética sobre el sistema económico, sobre las
empresas y las organizaciones y sobre las actuaciones de los individuos en sus roles
profesionales y sus funciones institucionales».
Lo primero que cabe destacar en esta definición es la centralidad de la reflexión
ética; es decir, la esencia de la ética empresarial se encuentra en pensar sobre
cuestiones de justicia y bien en el ámbito de la empresa y los negocios. Lo segundo
a destacar es su ámbito global de reflexión. La ética empresarial tiene que reflexionar sobre
el sistema económico (nivel macro), el comportamiento de las organizaciones (nivel meso),
y el comportamiento de las personas (nivel micro). La tercera y última característica
de esta definición es su requerimiento a la evaluación ética de los agentes en su
específico rol profesional o institucional. Es decir, hay que conocer las peculiaridades del
contexto organizativo y profesional, y evaluar éticamente las decisiones y acciones dentro
de ese marco de referencia.

Una tercera definición que es especial y adecuada, es la presentada por Adela Cortina.
Su definición recoge de forma precisa la dimensión ética, social y organizacional del
tema además de aportar ya una perspectiva ética concreta: “La ética de la empresa
consistiría en el descubrimiento y la aplicación de los valores y normas compartidos
por una sociedad pluralista —valores que componen una ética cívica— al ámbito
peculiar de la empresa, lo cual requiere entenderla según un modelo comunitario, pero
siempre empapado de pos convencionalismo.

La ética en las organizaciones y el desarrollo local

El éxito de las organizaciones tiene que ver con la calidad de su gestión, de la calidad de los
productos y servicios que ofrece, de su personal, en fin, de los diversos y complejos
elementos y procesos de sus sistemas internos. Sin embargo también es determinante la
calidad del entorno donde se inserta la empresa. Lugares de alta calidad, con una sociedad
culta, organizada, solidaria, con elevados niveles de confianza, y que cuenta con un sector
público eficaz, honesto, que establece reglas claras y las cumple, que tienen procedimiento
sencillos y trasparentes, seguramente son proclives a contar con organizaciones exitosas.
En cambio, en lugares con graves déficit de capital social y gobiernos corrompidos, la
creación de empresas exitosas es más difícil.

La ética y el éxito empresarial

La ética en los negocios parece ser un buen negocio, al menos es una de las evidencias más
significativas puestas en diversos estudios, entre los cuales destacan los dos libros
publicados por J.C. Collins: “Empresas que perduran” y “Empresas que sobresalen”. En el
primero de ellos los autores (Collins y Porras,1996) analizan un grupo de empresas que
alcanzaron grandes realizaciones a lo largo de mucho tiempo, de manera sostenida y se
convirtieron de pequeñas modestas organizaciones en enormes complejos trasnacionales.
No es una sola variable la que explica el proceso de crecimiento y de permanencia que han
vivido esas corporaciones, pero entre las más importante es que esas empresas más allá de
los beneficios buscan agregar valor a la sociedad con productos o servicios de alta calidad.
Son empresas que se preocupan por satisfacer necesidades de manera adecuada,
garantizando una oferta cabal, bien hecha y además que sus procesos de producción sean a
su vez bien realizados, en buenas relaciones con sus entornos. Por ello las empresas que
perduran declaran una visión y una misión que va mucho más allá de los meros beneficios
monetarios, preocupándose por crear toda una filosofía propia que además de incorporar la
orientación de la empresa hacia unos fines desafiantes, le incorpora unos valores de orden
ético que guía y orienta su comportamiento, tanto internamente como en sus relaciones con
los distintos clientes y comunidades donde se desempeñan. Más tarde Collins (2007) dirigió
una investigación sobre un grupo más pequeño de las empresas que perduran, pero
limitándose a aquellas que consiguieron resultados realmente extraordinarios, como, por
ejemplo, rendimientos siete veces superiores al mercado bursátil general y el doble de un
índice compuesto de las mayores compañías del mundo. Son las empresas que además de
perdurar, sobresalen.
La ética y el éxito de los lugares

¿El éxito de los lugares está vinculado a su conducta ética? ¿El entorno ético impacta el
desempeño de las organizaciones, y en particular de las empresas? Es evidente que existen
lugares exitosos. Lugares que exhiben una elevada calidad en sus condiciones ambientales,
comunitarias, en sus servicios y su gente goza de altos niveles de vida. En cambio los hay
pobres y atrasados, donde son pésimas las condiciones del ambiente y sus habitantes sufren
las dificultades de una vida difícil, llena de penurias, rodeadas de basura y azotadas por la
delincuencia. El estudio de las causas de estas diferencias entre sociedades prósperas y
sociedades pobres ha ocupado a numerosos especialistas y llenado muchas páginas. La
mayoría de las explicaciones tienen que ver con el grado de desarrollo institucional, la
virtud del “capital social”, de la calidad de su educación, del estado de derecho, los niveles
de corrupción en la función pública (y privada), el espíritu emprendedor de su gente, Un
enfoque muy creativo e interesante lo presenta el filósofo español José Antonio Marina en
un libro titulado: “La inteligencia fracasada: teoría y práctica de la estupidez”. Afirma
Marina que “Una sociedad inteligente elige bien su sistema de valores, concede prestigio a
los mejores, sabe admirar, mantiene una comunicación no sesgada, se empeña en
comprender, es crítica pero animosa, favorece la innovación, fomenta buenos estilos
afectivos, desprecia la zafiedad, estimula la autonomía comprometida”. (Marina, 2004) En
cambio “las sociedades estúpidas son aquellas en que las creencias vigentes, los modos de
resolver los conflictos, los sistemas de evaluación y los modos de vida, disminuyen las
posibilidades de las inteligencias privadas”. Una sociedad embrutecida o encanallada,
resentida o envidiosa o fanática o frívola es una sociedad estúpida, porque causa mucho
mal a sus individuos e impide que la inteligencia se despliegue. Igualmente dificulta la
competitividad de sus empresas y el buen funcionamiento de sus organizaciones. Robert
Putnam (Putnam, 1997) decía en su famoso estudio comparativo entre la Italia del norte y la
del sur que existen sociedades “malditas” para referirse a aquellas donde existe un grave
déficit de “capital social”, entendido este como la red de organizaciones solidarias, el clima
de confianza, el Estado de Derecho y una cultura positiva, estimulante. Al estudiar las
comunidades del norte describió una sociedad virtuosa, con alto grado de autónoma,
solidaria y emprendedora. En cambio al sur de ese país encontró una sociedad que tiende a
ser dependiente de otro para la solución de sus problemas, donde predomina la
desconfianza y la rivalidad. No es extraño entonces que las empresas más eficientes y de
alcance mundial de Italia sean precisamente las del norte.

Muchas comunidades fracasadas lograron superar con éxito su situación y hoy exhiben
orgullosas su nueva situación. Irlanda es un caso patético de una sociedad fracasada, llena
de prejuicios y de fanatismos, que un día tomó la decisión de ser más inteligente, y hoy es
una de los países más exitosos del mundo. La educación es la mejor arma contra la
estupidez, aunque no garantiza su curación. Formar ciudadanía, estimular la creatividad y la
innovación, promover el espíritu emprendedor, hace que se muevan las reservas positivas
de la sociedad. También las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones
ayudan mucho, al abrir la sociedad al mundo, que la gente vea que existen otras realidades,
distintas a la suya. Unas serán mejores, otras peores, aprender a saber la diferencia, y
apreciarla, con el fin de estimular los cambios. Las sociedades inteligentes exitosas no son
sociedades perfectas, ni sus integrantes son superiores (cuando se creen superiores
comienzan a fracasar). Solo son sociedades que han aprendido a tejer relaciones de
solidaridad, hacer bien las cosas, ser honestos, resolver adecuadamente los conflictos y
tenerse confianza. Son gente común y corriente que conversan en positivo, se organizan y
tejen relaciones. Las sociedades estúpidas a lo mejor se creen perfectas, o mejores, sin
embargo son un fracaso. Su gente es normal, pero tienen conversaciones negativas, son
desorganizados y no se relacionan. Son deshonestos. Mientras no cambien están
condenadas al fracaso. Y condenan al fracaso a sus organizaciones y a las empresas.

Importancia de la ética empresarial

La ética es la disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral
y el comportamiento humano. La ética empresarial es, pues, la rama de la ética que se
ocupa de atender las cuestiones morales en la actividad empresarial.

La ética empresarial es algo de suma importancia en todas las empresas porque es


indispensable para que su éxito sea completo. Una empresa no puede solamente vender
para generar ganancias, sin ocuparse de los valores y los principios éticos, porque la falta
de ética empresarial la llevará, tarde o temprano, al fracaso.

La conducta y los valores de los directores de una empresa es un factor muy importante
para que se desarrolle un ambiente ético en la misma pues son los directores y
principalmente el Director General quien a través de su comportamiento y valores éticos
permean en sus empleados y en la organización la cultura ética en la empresa. Por medio de
estrategias, apoyadas por los directivos, el personal se sentirá motivado para adoptar
actitudes éticamente correctas.

Adicionalmente, en aquellas empresas donde las políticas y procedimientos buscan


solamente alcanzar ciertos objetivos económicos, los empleados dejan, con frecuencia, a un
lado los principios éticos. Cuando no hay nada más importante que cumplir con las metas
comerciales surgen, invariablemente, conflictos internos con el personal, por la falta de
identificación, lo que, desde luego, afecta de manera directa el crecimiento y el éxito de la
organización. En las empresas donde se respetan los principios éticos, todo el mundo sabe
que el logro de sus objetivos no justifica el uso de cualquier medio.

Para crecer y subsistir, las organizaciones necesitan tener la cohesión de ciertos valores y
normas que sean compartidos por sus integrantes. Virtudes como la honestidad, la
responsabilidad, la lealtad y el respeto, no son sólo valores éticos, sino que tienen un valor
económico palpable porque ayudan a la empresa a alcanzar sus objetivos y a que la
sociedad tenga más confianza en sus productos o servicios.

Este ambiente de confianza favorece también el acceso a los mercados de capital, porque
los inversionistas siempre quieren financiar a organizaciones confiables, cuyos dirigentes y
colaboradores manden un mensaje de cultura ética en todo lo que hacen.

Políticas de ética empresarial


Debilidades
Entre las debilidades más relevantes a la hora de implantar políticas de ética empresarial,
hay que destacar las siguientes:

 La necesidad de un mínimo tamaño crítico de la organización, una vez que ha


superado los primeros estadios de desarrollo marcados por la supervivencia.

 Toda política de ética empresarial necesita fondos para desarrollarse. Aunque lo


ideal es que sean fondos propios de la organización, con la realización de
ampliaciones blancas del capital social de la empresa (ampliaciones con cargo a
reservas, ya sea legal, estatutaria o voluntaria), también es factible la aplicación de
préstamos ad hoc para actividades solidarias. Préstamos que, a su vez, aumentan el
riesgo lo que constituye una debilidad para la organización.

 Para poder aplicar políticas de ética empresarial el capital intelectual que


trabaja en la organización ha de tener interiorizada tanto la misión, como
la visión y los valores de la mis- ma. Sin esta interiorización no se dará el
efecto difusión, tanto hacia el interior como hacia el exterior, que es
necesario para maximizar el impacto de la política ética.
 Existe la tendencia a que únicamente las gran- des corporaciones son las
que se ven más incentivadas para realizar políticas de ética empresarial,
no así las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) ni las microempresas.
Como resultado, el impacto de dichas políticas es limitado, al estar basado
el tejido productivo y comercial de los países en PyMEs y microempresas,
muchas de ellas familiares.

Amenazas
Las amenazas más sobresalientes para implantar políticas de ética empresarial tenemos
las siguientes:

 Es especialmente difícil lograr unos elevados niveles de transparencia en


entornos corruptos o altamente politizados. Como resultado, se hace
necesario separar los intereses políticos de los económicos dentro de las
organizaciones, para así garantizar un nivel de transparencia en la
adopción de medidas que beneficia, en especial los clientes, y lograr así la
mejora de la imagen corporativa.

 Al buscar sus propios intereses, la existencia de intereses tanto de las oligarquías


como de accionistas institucionales pueden desviar los objetivos de la organización.

 El éxito conseguido con las políticas de ética empresarial puede llevar a que sean
imita- das por el resto de competidores, lo que elimina la ventaja competitiva
obtenida por la organización que inició dicho proceso.

 Si no se produce de forma simultánea una política de transparencia y de lucha


contra la corrupción, los beneficios conseguidos con políticas de ética empresarial se
verán contrarrestados. De hecho, conseguir una buena imagen, es una política de
esfuerzo diario, mientras que se puede muy rápidamente dicho prestigio.

Fortalezas
Como fortalezas tras la correcta aplicación de políticas de ética empresarial se destacan las
siguientes:

 Las organizaciones éticas son las que mejor compiten de forma sostenible en el
mercado al verse reconocidas por los clientes, tanto actuales como futuros.

 La ética corporativa sienta las bases para una mejora de la imagen y marca
corporativas, lo que atrae a nuevos clientes y al mejor capital intelectual existente
en el mercado.
 La reputación corporativa y las políticas de buen gobierno favorecen la creación
de valor dentro de la empresa, lo que favorece principalmente a los accionistas y
da garantía de estabilidad a medio y largo plazo principalmente a socios y
proveedores.

 El éxito conseguido con la aplicación de ética empresarial facilita el crecimiento


a la empresa y permite, a medio plazo, iniciar con la puesta en marcha de grupos
empresariales.
 La puesta en marcha de políticas de ética empresarial mejora el ambiente laboral
en la empresa, lo que redunda en un incremento de la productividad marginal
del trabajo. Esto beneficia especialmente a la corporación.

Oportunidades
Las oportunidades para el diseño y la puesta en marcha de políticas de ética
empresarial se destacan las siguientes:

 El éxito en el diseño y la puesta en marcha de políticas empresariales


basadas en la ética lleva hacia un aumento en la calidad y el
incremento de la cantidad y calidad de clientes y socios.

 La mejora del EBITDA (Earnings before Interest, Taxes, Depreciation


and Amortization), lo que fortalece a la empresa en el sector, permite a
la organización alcanzar posiciones de liderazgo, es un instrumento para
aumentar las reservas y la capitalización bursátil, siempre que cotice en
bolsa de valores. Todo ello lleva hacia una mayor sostenibilidad
corporativa a medio y largo plazo.

 La atracción del mejor capital intelectual existente en el mercado, lo


que crea un efecto retroalimentado a medida que dicho capital va
cumpliendo con los objetivos establecidos por la organización.

 Se fortalece la relación entre los profesionales con mayor experiencia


laboral (On-the- job learning) (Ben-Porath, 1967; Heckman, 1976;
Rosen, 1976) y aquellos que la tienen limitada o nula. De esta manera
se produce en las organizaciones un efecto continuo de enseñanza-
aprendizaje dentro del capital intelectual que trabaja en ella (Lucas,
2009). Un proceso dinámico que se ve favorecido cuando se han
aplicado políticas de ética empresarial.

Ética y valores empresariales


Cada vez más empresas están reconociendo la importancia de incorporar prácticas éticas en
su gestión empresarial, ya que son consideradas como un elemento significativo dentro de
la toma de decisiones y para la mejora continua de una organización.

Es fundamental que en las empresas dominen ciertos lineamientos basados en principios y


valores éticos, que fomenten la transparencia en los procesos internos de la organización y
que contribuyan al desarrollo de sus empleados, para que laboren con honradez y
responsabilidad.

Muchas empresas desarrollan un código de ética para crear un ambiente laboral basado en
la honestidad, en el respeto y la tolerancia.

Algunos de los valores éticos que se implementan son:

 Lealtad.
 Compromiso.
 Calidad.
 Solidaridad.
 Justicia.
 Integridad.
 Legalidad.
 Responsabilidad social.
 Sustentabilidad.

Una cultura empresarial fuerte genera ciertos beneficios, tales como:

 Marca patrones para la toma de decisiones.


 Permite atender las necesidades de los empleados.
 Hace que se respeten los derechos del personal.
 Evita la discriminación al interior de la empresa.
 Aumenta la motivación y satisfacción de los trabajadores.
 Se reducen los conflictos de intereses entre los colaboradores.
 Genera igualdad de oportunidades.
 Protege la confidencialidad de la información.
 Se incrementa la productividad en la empresa.
 Se establecen relaciones de largo plazo con los proveedores y los clientes.
 Beneficia la reputación de la empresa y favorece sus ventas.
 Se evitan malas prácticas y se reducen o impiden casos de fraudes.

Es muy importante que las empresas comuniquen de forma clara y precisa a sus empleados
los códigos de ética que desean aplicar dado su valor estratégico y que definan las acciones
a seguir para éste propósito. La empresa debe predicar con el ejemplo.

Los valores éticos de una empresa la definen y la distinguen de otras. Una empresa es
fuerte por su ética interna.

Un negocio que no se rija por principios y valores éticos corre el riesgo de perder la
confianza de sus socios, de los accionistas, de sus colaboradores y de sus clientes, además
de que puede tener un impacto negativo directo en sus ventas y en la imagen de la marca en
el mercado.

¿Es posible aplicar una ética a las actitudes gerenciales de tal forma que estas generen
una clima de confianza en la organización y al mismo tiempo garantizan la
estabilidad, productividad y conservación de activos en la misma?

Códigos éticos.

La experiencia nos daría una respuesta positiva y los códigos de ética serían unos de los
primeros pasos para lograr la aplicación de una ética que produzca un aumento de
confianza y causen estabilidad y productividad a las organizaciones.

Los código éticos, como declaración donde se recogen principios corporativos y éticos,
normas de conducta, códigos de prácticas o filosofía de la compañía que puede afectar a la
responsabilidad con empleados, accionistas, consumidores, al entorno o a cualquier otro
aspecto de la sociedad externo a la compañía (Melrose- Woodman y Kvendal, 1976), son
documentos imprescindibles para establecer y guiar el comportamiento responsable de la
organización. Estos códigos parecen constituir una señal claramente visible de que una
organización es consciente de la necesidad de un comportamiento ético y requiere un
compromiso con tal comportamiento por parte de su fuerza de trabajo. Los códigos de ética
pueden entenderse como manuales procedimentales de conductas adecuadas, que rigen las
conductas morales en materia profesional y organizacional y que se han aplicado desde
tiempos milenarios.

Los códigos de ética profesionales fortalecen una cultura ética y de servicio, permiten un
dialogo reflexivo y solidario entre los miembros de una organización, ayudan a priorizar
principios y valores que se dirijan a la humanización de los recursos existentes, influyen en
la planificación y gestión de operaciones y en los procesos de mejoramiento institucional,
conservando el marco legal que la rige y sirven para que la función de los servidores se
maneje por las normas de derecho a través de sus acciones.

Estos códigos, como se mencionó anteriormente, no son algo nuevo de aplicar en las
organizaciones. Su uso y aplicación se han convertido en una herramienta fundamental para
moldear y limitar las actitudes del personal de la empresa.

 Regular la conducta por las normas contenidos en este, así como las legales y
 normas morales.
 Controlar las relaciones con el público en general, realzan la responsabilidad sobre
la toma de decisiones y las acciones.
 Promover la honestidad para resolver problemas.
 Mejorar las relaciones laborales.
 Lograr el desarrollo de los individuos por medio de capacitación.
 Crear compromiso ante la sociedad.
Referencias

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Editorial Galac. Venezuela.

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