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Lo primero que el hombre notaba era el voluptoso cuerpo de la muchacha, con unas curvas
tentadoras que se dibujaban a través de su vestido semitransparente. Al acercarse un poco más, el
hombre aprovechaba la altura de su montura para apreciar la exquisitez de sus pechos a través de
un pronunciado escote. Era entonces cuando la hermosa mujer volteaba su cara y revelaba un
precioso rostro ovalado, casi angélical, con grandes ojos y una boca muy seductora.
El hombre, totalmente idiotizado por la mujer, no podía negarse cuando de sus labios rojos emanaba
una voz que arrullaba como sirena, que le pedía de favor que la llevara al pueblo más cercano. El
jinete montaba entonces a la jóven en su caballo, algunas veces ofreciéndole la delantera de la
montura y otras la llevaban a la polca (detrás de ellos).
Si el hombre contemplaba lujuriosamente a la jóven, ésta lo castigaría tras un breve recorrido. Los
pensamientos lascivos del homber transformarían a la hermosa muchacha en un espantoso
espectro, que voltearía la cabeza para verlo directamente a los ojos mientras éste veía horrorizado
cómo el rostro de la mujer se transformaba en una calavera de caballo con la carne podrida, ojos de
fuego, un hocico cavernoso lleno de enormes dientes afilados y un aliento putrefacto.
La Segua se aferraba entonces al hombre y le daba una mordida en la mejilla para marcarlo como
un adultero o lujurioso. Luego, daba un desgarrador grito para espantar al caballo y que este saliera
a todo galope sin que nada ni nadie pudiera detenerlo. El lomo del caballo se convierte en el campo
de juego donde kilómetro tras kilómetro la Segua atormentaba al hombre teniendo cuidado de no
matarlo inmediatamente.
Aunque la mayoría de relatos terminaban con la muerte del hombre,
algunas versiones hablan de unos cuantos sobrevivientes que quedaron
marcados para siempre. Algunos se volvieron locos, mientras que otros
cambiaron para bien.
EL CADEJO
LEYENDA DE EL SOMBRERÓN
El Sombrerón es una de las leyendas más populares de Guatemala. Se trata de un personaje
legendario de la tradición oral guatemalteca también conocido como el Tzitzimite, el Tzipitío o el
Duende. Se lo describe como un enano o un hombrecito de muy corta estatura (aproximadamente
medio metro de alto) que lleva un enorme sombrero con el que esconde la mirada y sus sucias
intenciones. En el hombro lleva una guitarra endemoniada con la que da serenata y enamora a las
mujeres bellas de ojos grandes y pelo largo que tienen la mala suerte de llamar su atención.
LEYENDA DE LA SIGUANABA
Es un ser mitológico en forma de mujer fantasma que oculta su rostro pero revela un hermoso
cuerpo desnudo o semidesnudo. Se les presenta a los hombres infieles, a quienes enamora para
luego atraerlos a un barranco y robar sus almas.
Cuando los hombres se acercan, la fantasmagórica mujer les muestra su rostro, que resulta ser el
de un caballo (o la de una calavera de caballo en algunas variantes), por lo que termina
enfermándolos, enloqueciéndolos o matándolos del susto y robándoles sus almas.
Leyenda de la Llorona
La leyenda de la Llorona es una de esas historias
que nadie sabe donde se origina. En cualquier
rincón de Guatemala hay una versión de la mujer
fantasma que vaga por las calles de la Ciudad
mientras llama a llantos a sus hijos perdidos. En
este artículo te contaremos algunas de las
versiones guatemaltecas de la Llorona.
La leyenda de la Llorona es una de esas historias
que nadie sabe donde se origina. En cualquier
rincón de Guatemala hay una versión de la mujer
fantasma que vaga por las calles de la Ciudad
mientras llama a llantos a sus hijos perdidos.
Se dice que es más probable toparse con la Llorona en las ciudades y pueblos donde hay agua cerca,
ya sea de ríos, lagos o en localidades costeras.
Sus lastimeros gritos asustan al más valiente y paralizan al pavoroso, y se dice que cuando se escucha
cerca es que está lejos, pero si la escuchas lejos es que está cerca. También se dice que el secreto
para que la Llorona no se lleve tu alma es usar la ropa interior al revés.
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