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Armas químicas y Biológicas

1. Introducción
2. Un poco de historia
3. Cronología Histórica del Siglo XX
4. Armas químicas
5. Ácido cianhídrico
6. Gas mostaza-Sarín-Soman-Tabún-Vx
7. Terror futuro
8. Las armas biológicas en la historia.
9. Alerta
10. Armas biológicas

11. Protocolos y Convenciones Internacionales

12. Ántrax

13. Ebola

14. Micotoxinas

15. Peste

16. Tularemia

17. Salmonella

18. Viruela

19. Ricina

20. Armas nucleares

Introducción
La invención de cada nueva arma química es siempre recibida con protestas al ser estas menos humanas o
menos leales que las precedentes. aunque luego, el hombre siempre se ha adaptado y aceptado los estragos
de militares y civiles como consecuencias de las guerras conducidas con armas que ya se consideran
“tradicionales” como si se tratara de males inevitables.
El uso de armas especiales como las atómicas, biológicas o químicas ha siempre provocado la indignación y
protestas a nivel mundial y las diferentes opiniones de la opinión pública debe ser buscada en el hecho que las
armas “científicas” tienen mayor potencia y efectos que las convencionales: un bombardeo con bombas al
NAPALM tiene consecuencias mucho más espantosas que las de un bombardeo con bombas convencionales ;
un bombardeo con armas bacteriológicas puede llevar la muerte, en horas, a territorios tan extensos como la
provincia de Buenos Aires.
Las razones más profundas de las protestas contra las armas atómicas, biológicas y químicas reside en el
hecho que por primera vez en la historia de las guerras, este nuevo tipo de armas puede mostrar sus efectos
en escala verdaderamente global: pocos kilogramos de agentes químicos tóxicos o de cultivos biológicos
arrojados accidentalmente o por voluntad de un enemigo, en un lago o en un río, pueden provocar la muerte de
todos los seres vivos de una superficie de centenares o miles de kilómetros cuadrados. Difundiéndose en el
agua o en el suelo, la muerte no conoce más los límites y puede volverse contra quien de las nuevas armas ha
hecho uso.
No obstante este acechante peligro, las grandes potencias han acumulado en el pasado y continúan hoy, a
fabricar y acumular en los arsenales militares armas nucleares, biológicas y químicas en grado de exterminar
un numero de individuos muchas veces mayor a la de los actuales habitantes de la Tierra. El único freno a su
uso parece estar constituido por el temor a la reacción del enemigo que también posee un arsenal formado por
armas similares.
Por armas químicas se entienden los agentes tales como las bombas al napalm (incendiarias). La
mayor parte de los agresivos químicos, sin embargo, esta constituida por agentes tóxicos,
paralizantes, irritantes, nerviosos, es decir los llamados gases de guerra: Se trata, en realidad, de
sustancias químicas en forma gaseosa, líquida o sólida que actúan, a través de mecanismos mas o
menos complejos, a menudo en forma de vapor; de allí el nombre genérico de gases.
Los agresivos químicos conocidos son numerosos y muchos otros probablemente son secretos, generalmente
formados por sustancias químicas relativamente sencillas, poco costosas, fácilmente dispersables en el agua o
en la atmósfera, activas en concentraciones muy bajas, todos estos elementos muy favorables desde el punto
de vista del empleo bélico y terribles en sus efectos a gran escala.
Otros agentes no actúan sobre el hombre, combatiente o civil, pero si en el ambiente, sitio donde el enemigo
se mueve, entre estos deben se encuentran los defoliantes y los herbicidas químicos, sustancias utilizadas en
las guerras sobretodo de los últimos años. Se trata de sustancias normalmente empleada en agricultura, en
cantidades controladas, para la destrucción de vegetales indeseables y que en la guerra se proponen, por
ejemplo, de destruir cosechas de forma tal de eliminar los recursos alimentarios de militares y civiles, o bien de
destruir las hojas de los bosques o selvas para impedir que el enemigo pueda esconderse La crueldad del
hambre provocada por la destrucción química de las cosechas se refleja sobre todo sobre los más débiles o
menos responsables del odio general: los niños y ancianos.
Finalmente las armas bacteriológicas están constituidas por bacterias, virus o toxinas, con las cuales
es posible provocar epidemias o intoxicaciones a gran escala. Existe una gran variedad de los mismos,
desde el virus de la gripe, que puede difundir en filas enemigas fiebre, y cansancio por varios días a los
agentes responsables de la lepra, poliomielitis, viruela, etc.
Con el pasar del tiempo las armas químicas y bacteriológicas han ido siempre perfeccionándose y por el aporte
de continuas investigaciones conducidas en laboratorios secretos por los “científicos de la muerte” han llegado
a un grado de peligrosidad sin precedentes, tanto que en éstos últimos años algunos de estos “productos” han
escapado al control y han mostrado lo que podrían hacer si usados en guerra.
Es indispensable llegar a la eliminación de armas no convencionales y ello sucederá solo si la opinión pública
adquiere un profundo conocimiento de las mismas y de su peligrosidad.
El único signo de esperanza esta constituido por las apelaciones cada vez mas frecuentes por parte de los
hombres de buena voluntad y de las organizaciones internacionales para la eliminación total del uso de armas
químicas y bacteriológicas que vuelven todavía mas deshumana la ya deshumana locura que es la guerra.

Un poco de historia
Desde tiempos remotos el hombre ha utilizado humos, gases, vapores, nieblas artificiales para molestar al
enemigo e inducirlo a la rendición o al abandono de los sitios por ellos ocupados, de forma tal de poderlos
atacar a campo abierto.
Los verdaderos inventores de la guerra química fueron los cazadores que empleando el humo producido por
ramas verdes e hierbas húmedas obligaban a los animales salvajes a abandonar sus cuevas. Esto fue
seguramente adoptado también en ataques contra otros hombres. Para volver más eficaces estos humos
fueron agregando sobre las hogueras sustancias distintas como por ejemplo resinas vegetales, grasas
animales etc. Antes del año 1000 los Asirios habían aprendido a excavar pequeños pozos y usaban el petróleo
que se acumulaba en ellos para extraer sustancias que luego empleaban en las construcciones y e también
para calafatear los cascos de sus naves.-
Los primeros daños verdaderos en las vías respiratorias se produjeron cuando comenzó a ser empleado óxido
sulfúrico , el cual que era obtenido por la simple combustión al aire libre de polvo de azufre. Sus vapores eran
empleados tanto por defensores como por atacantes, pero no existiendo dispositivos para lanzar el gas en la
dirección querida, era casi siempre el viento quien establecía quien iba a ser la víctima.
La prioridad en el empleo de los gases venenosos ha sido recientemente revindicada por los chinos, quienes
aseguran que en el siglo II a.C provocaban la ceguera de sus enemigos soplando nubes de pimiento en polvo
y los primeros en experimentar durante las guerras de los llamados” vasos fétidos”, globos de terracota que al
romperse dejaban libres vapores irritantes.
Los primeros ejemplos históricamente probados del empleo de sustancias irrespirables se remontan a la
Guerra del Peloponeso, entre Esparta y Atenas en el año 431 a.C que duró 27 años. En el Libro II, capítulo 77
de la Guerra del Peloponeso de Tucidides se relata que los acres vapores de azufre impedían a los defensores
atenienses acercarse a las defensas.
Eneas, celebre estratega griego del siglo IV a.C suministra la fórmula para preparar mezclas incendiarias, la
cual es quizás la mas antigua que ha llegado hasta nuestros días.
Arriano, el historiador de Alejandro Magno en su escrito Expediciones de Alejandro – Libro II narra que en el
año 332 a.C durante el sitio de la ciudad fenicia de Tiro, los asediados recurrieron en varias oportunidades al
empleo de humos de azufre para defender las muralla, asimismo describiendo el mismo sitio Quinto Curcio
Rufo refiere que los Fenicios lograron incendiar una torre y otras construcciones defensivas de los macedonios
construidas cerca de los muelles empujando hacia las mismas una embarcación llena de azufre y bitumen en
llamas.
También en la historia romana es frecuente la mención de guerras libradas con la ayuda empleo de sustancias
productoras de humos irritantes. Durante el asedio de la ciudad corintia de Ambracia en el año 189 a.C los
sitiadores excavaron una galería por debajo de las murallas para entrar a la ciudad a retaguardia de los
sitiados, los cuales habían hecho algo similar. Por casualidad ambos túneles se encontraron desarrollándose
grandes combates. Los sitiados tuvieron entonces una nueva idea: llenaron un recipiente de terracota con
plumas , incendiándolo. El humo nauseabundo producido obligó a los romanos a retirarse.
Plutarco cuenta que durante la campaña de España contra la actual Guadalajara, en el año 81 a.C. el cónsul
romano ordenó preparar un cordón formada por una mezcla de tierra muy fina, cal viva y azufre. La misma fue
movida por medio de caballos al galope de modo tal que la nube tóxica transportada por el viento logró que los
enemigos enceguecidos y con accesos incontenibles de tos se rindieran.
En los libros redactados por Sexto Julio Frontino (alrededor del año 90 d.C) se mencionan acciones tales
como el introducir nubes de abejas en los túneles, lanzar contra las naves enemigas recipientes llenos de
serpientes venenosas, dejar libres fieras hambrientas contra los sitiados, lanzar dentro de las murallas carroña
de animales en descomposición, etc.
Sesto Giunio Africano hace referencia que en el siglo III d.C los ejércitos en guerra comenzaron a intoxicar la
atmósfera con azufre, nitratos, sulfuro de antimonio y asfalto y los pozos de agua empleando vitriolo verde.
En el mismo período los griegos comenzaron a agregar arsénico y petróleo a sus mezclas inflamables
obteniendo sustancias que quemaban más largamente y que desarrollaban una mayor cantidad de vapores.
Con este objeto usaban realgar ( bisulfuro de arsénico) fácil de encontrar en la naturaleza.
El arma más tremenda durante el primer milenio después de Cristo fue el “fuego griego” formado por una
mezcla de nafta, azufre, cal viva y salnitro que revelaba eficacia incendiaria muy superior a otras mezclas
similares conocidas en aquellos tiempos, aunque no se sabe con precisión quien fue el primero en utilizarla.
La mezcla incendiaria era lanzada en pequeñas botellas de terracota sin tapón que eran prendidas antes de
ser lanzadas por medio de hondas contra las filas enemigas. Otra forma era incendiar la punta de las flechas
con la punta revestida con estopa impregnada en este líquido. En muchos casos se robaban caballos
enemigos, se cargaban los mismos con sustancias impregnadas en estas sustancias, se encendían las
mismas al tiempo que se soltaban los caballos, que galopaban hacia sus campamentos con las consecuencias
imaginables. La presencia de fuego griego en las batallas navales era casi siempre determinante: quien
lograba lanzarlo primero, con mayor precisión y en mayor cantidad, tenía mayores probabilidades de ganar.
Hacia fines del primer milenio los árabes lograron conocer la fórmula del mismo y con la ayuda de sus
alquimistas comenzaron a variar la composición para aumentar su poder destructivo. En su composición
comenzaron a aparecer sustancias tale como la esencia de trementina, el alcanfor, el óxido arsenioso, y el
ácido nítrico (estas dos últimas sustancias obtenidas por el árabe Geber en el 750 a.C) . En los tratados árabes
del siglo XI aparecen dos tipos de fuegos diferentes: los que solo servían a incendiar naves y fortificaciones y
aquellos que desprendían durante un largo tiempo vapores venenosos. Durante las Cruzadas los caballeros
cristianos estuvieron expuestos a la acción de las mismas, a menudo los proyectiles incendiarios eran lanzados
mediante un cohete que los cristianos llamaron “sarasina”.
En 1275 el alquimista árabe Hassan El Rammah escribió el “Tratado sobre la guerra” en el que describió los
efectos de gases venenosos obtenidos por la combustión de sustancias que contenían opio y arsénico. Siglos
después (XV y XVI) el mismo empleo fue aconsejado por alquimistas alemanes, los cuales elaboraron un gran
numero de fórmulas para obtener vapores aún más perniciosos para ser utilizados contra los turcos y los
infieles
Durante la guerra que libró la Serenísima (Venecia) contra el Duque de Ferrara en 1482 a instancia del técnico
del arsenal veneciano Alvise de Venecia fueron empleadas durante el sitio de la ciudad, bombardas inventadas
por el capaces de lanzar bolas de metal que explotaban a su llegada para liberar humos venenosos que
causaban la inmediata muerte de los presentes.
También Leonardo interesado con estos insólitos sistemas de guerra , sugirió su uso para eliminar o disminuir
al enemigo, pero no se limitó a estudiar las modalidades de empleo sino que fue el primero en sugerir sistemas
válidos de protección y de defensa.
En 1640 cuando los turcos invadieron Europa, el químico alemán John Rudolf Glauber invitó a su gobierno a
preparar bombas lacrimógenas irritantes a base de esencia de trementina y ácido nítrico, aunque la ejecución
del proyecto fracasó por no poderlo llevar a la práctica al no disponerse de la tecnología y de los conocimientos
químicos necesarios para la realización práctica.
En la segunda mitad del siglo XVII muchos jefes de estado y comandantes militares invitaron a sus científicos a
elaborar sustancias venenosas o irritantes
En 1670 G.W. Leibniz, el conocido filósofo y matemático alemán señalo a su gobierno que con el empleo de
sustancias arsenicales era posible producir abundantes humos irritantes y suministró consejos prácticos para
liberar nubes de humos irritantes o cortinas fumógenas tan densas como para esconder los movimientos de las
propias tropas al enemigo y es justamente esta la estrategia empleada por Carlos Xii de Suecia en 1701
durante la campaña contra los sajones para maniobrar su ejército sin que el enemigo se percatara de sus
movimientos
Pero no todos los jefes de estado estaban dispuestos a usar estos métodos suministrados por la química.
Muchos los retenían contrarios al espíritu de caballería tradicional, otros a los principios humanitarios. Luis XIV
de Francia , por ejemplo, cuando el medico Dupré, en 1640, le expuso un método parar producir un líquido que
además de ser asfixiante provocaba quemaduras ordenó la destrucción de todo documento relativos al mismo
y le prohibió , bajo pena de muerte, la continuación de sus experimentos.
Si bien Napoleón se negó al empleo de proyectiles de artillería llenos de ácido cianhídrico e hizo detener a un
químico inglés que le había propuesto el de modo tal que no pudiera ofrecerlo a sus adversarios, se supone
que durante las últimas campañas napoleónica fueron empleadas, con fines experimentales, bombas que
contenían sustancias arsenicales puesto que por mucho tiempo los animales que pastaban sobre esos campos
de batallas morían presentando síntomas de envenenamiento con arsénico.
En 1865 los técnicos franceses probaron en un recinto llenos de perros. En la localidad de Chalons, un nuevo
proyectil de obús que estallaba expandiendo vapores venenosos que causaron la muerte de numerosos
animales. Durante el experimento estaba presente Napoleón III el cual muy impresionado por lo que veía
consideró que el uso de sustancias venenosas era una acto de barbarie haciendo suspender los experimentos.
Es interesante remarcar que a pesar de las declaraciones humanitarias oficiales casi todos los gobiernos
continuaron con la investigación de productos químicos en busca de un arma eficaz y segura.
Durante las siguientes décadas las condiciones generales cambiaron rápidamente. La química, luego de un
largo período de incubación en el laboratorio, estaba lista para suministrar productos de gran importancia para
el progreso. Muchas de estas sustancias si bien preparadas para ser empleadas con finalidades no bélicas,
revelaron pronto sus propiedades tóxicas mucho mas letales de las que hasta entonces eran empleadas como
venenos. El fosgeno, por ejemplo, que hizo su siniestra aparición en los campos de batalla de la primera guerra
mundial, había sido descubierto por Davy en 1812, el cuál lo había obtenido mientras observaba la acción de la
luz sobre una mezcla de cloro y óxido de carbono,
Entre 1870 y 1880 éste gas fue producido en grandes cantidades en Inglaterra y en Alemania en cuanto era
empleado en la producción de colores, especialmente los escarlatas ácidos sólidos empleados en Inglaterra
para teñir los tejidos de algodón. Algunos accidentes mortales en las fábricas mostraron que el fosgeno era uno
de las sustancias más tóxicas producida por el hombre.
Muy peligrosa también resultó el sulfuro de dicloroetileno (Yprite) obtenida en forma casual por el químico
inglés Guthrie en 1860 el cual era vesicante.
Los Estados Mayores de las principales potencias se interesaron en la nueva descubrimiento y muchos luego
de haber constatado la imposibilidad de destruir totalmente los refugios construidos con la nueva tecnología del
cemento armado comenzaron a considerar con interés la posibilidad de empleo de gases con mayores
densidades que la del aire capaces de penetrar en los sitios invulnerables a los proyectiles
El espectro de la guerra química comenzaba a perfilarse en toda su inmensa gravedad. La propuesta de
prohibir tales sustancias inmediatamente encontró las necesarias adhesiones y es así como en el mes de Julio
de 1899 las principales potencias se reúnen en La Haya para la Conferencia Internacional de Paz

Cronología Histórica del Siglo XX


1899 Veinticinco países firman la Conferencia de la Haya que en una de sus cláusulas expresa que los
estados firmantes se comprometen en no usar proyectiles cuyo único objetivo sea la de liberar gases
asfixiantes o venenosos.
1905 Guerra ruso-japonesa : las naves japonesas disparan contra las rusas granadas cargadas con gases
venenosos
1907 Segunda Convención de La Haya (18 Octubre 1907) Se renueva la prohibición de armas químicas y la
utilización de aviones en la guerra. Cinco de las potencias que luego tomaran parte en la 1° Guerra
mundial no firmaron.
1914 – 18 Primera guerra mundial: se utilizan armas químicas: gases asfixiantes tales como cloro, bromo,
perclorometilmercaptano, cloruro de carbonilo (fosgeno), ésteres cianofórmicos (Zyklon), etc., gases
vesicantes tales como fenilcloroarsina (PD), di(2-cloroetil) sulfuro (mostaza) etilbromoarsina,
etildicloroarsina (dick) entre otros, y gases lacrimógenos como bromoacetona, cloroacetona, gases
invalidantes tales como acroleína (papite), ácido cianhídrico, bromuro de cianógeno, bromoacetato
de etilo y muchos otros mas. .
1925 . Protocolo de Ginebra: se prohíbe el uso de armas químicas y biológicas en la guerra
1936 En Alemania se descubre el gas neurotóxico tabún
1932 – 1945 Se emplean armas químicas : mostaza y sulfuro de cloroetileno en Etiopía. Los ingleses
experimentan con el Bacillus Anthracis diseminándolo en la isla de Gruinard, aún contaminada.,
principalmente peste. En 1944 los aliados ponen a punto un arma bacteriológica (aparentemente
botulina) capaz de aniquilar la vida humana en una zona determinada pero dejando intacta las
instalaciones
Uso de bombas al fósforo blanco u constituidas por otros metales incendiarios son lanzadas por los
aliados en 1943 sobre Alemania.
Los EUA comienzan a usar Napalm arrojándolo sobre Tokio convirtiendo la ciudad en un enorme
horno crematorio. Luego, meses mas tarde es usado en Okinawa.
1937-1944 Guerra chino-japonesa. Japón emplea armas biológicas contra China. Son empleadas también
armas químicas: el gas vesicante mostaza y los gases invalidantes difenilcloroarsina (CN) y
difenilcianoarsina (Clark II)
1942 Proyecto Maniatan. Objetivo: la primera arma nuclear
1945: Estados Unidos lanza las primeras bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki
1949 La URSS experimenta con su primera arma nuclear
1952 Radio Corea anuncia que el ejército americano ha empleado armas bacteriológicas. Si bien las fuentes
oficiales desmienten el hecho, hasta ahora se desconoce la verdad.
1960 Francia prueba su primera arma nuclear
1962 Cuba: la crisis de los mísiles pone al mundo al borde de una guerra nuclear
1963 Los Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Soviética firman el Tratado que proscribe las pruebas
nucleares en la superficie
1964 Guerra de Vietnam: los portavoces militares americanos admiten sin reticencias el uso de defoliantes
conocidos como agentes “naranja” (2,4,5-T), “púrpura”, “blanco” y “azul”.
1964 China prueba su primera arma nuclear
1967 El 5 de Enero des ese año la localidad de Kitaf (Yemen) es atacado con gases nerviosos
1968 59 países firman el tratado de No Proliferación Nuclear (NPT) uniéndose a USA, RU y URSS
1972 USA, URSS y mas de100 países firman la Convención de Armas Biológicas USA y URSS firman el
Tratado sobre Mísiles Antibalísticos (ABM)
1974 India, país no firmante del NPT prueba si primera arma nuclear
1979 En la Unión Soviética, esporas de ántrax, liberadas accidentalmente, provocan la muerte de al menos
68 personas.
1980 Se erradica oficialmente la viruela
1983 – 88 Son utilizadas numerosas armas químicas en la guerra Irán – Irak; mueren miles de personas
1988 Irak mata a 5.000 kurdos con gas mostaza y otros productos químicos
1991 La ONU ordena a Irak destruir todas sus armas y tecnología relacionada con ella
La URSS se disuelve, USA inicia un programa de ayuda de no proliferación de la extinta Unión
Soviética
1992 USA anuncia una moratoria en pruebas nucleares
1993 Se inicia la firma de la Convención de Armas Químicas. (El jefe de la Agencia Rusa de Municiones ha
manifestado que tanto los Estados Unidos como Rusia están retrasados varios años para poder
alcanzar la fecha límite del 2007, impuesta por la convención para destruir reservas químicas.,Solo
en Rusia hay 40 mil toneladas de agentes químicos)
1995 Miembros de una secta religiosa libera gas sarín en el metro de Tokio.
1996 Todas las armas nucleares de Bielorrusia, Kazajsrán y Ucrania son transferidas a Rusia
1998 Pakistán prueba su primera arma nuclear
2001 Al Qaeda ataca el Word Trade Center y el Pentágono
2002 USA se retira del tratado ABM y lanza un sistema de defensa con mísiles
2003 Usa y RU invaden Irak. El conflicto está actualmente en curso.
Países con posesión de armas químicas conocida1: Estados Unidos, Rusia, Libia,,Egipto, Siria, Irak, Corea
del Norte, India

1
National Geographic- Noviembre 2002.pg.18-19.
Países con probable posesión de armas químicas: Israel, China, Irán Grupos terroristas
Países con posesión de armas bacteriológicas conocida: Irak
Países con probable posesión de armas bacteriológicas: Rusia, Israel, China, Irán, Grupos terroristas
Países con posesión de armas nucleares conocida: Estados Unidos, Rusia, Israel, Pakistán, India, China
Países con probable posesión de armas nucleares: Corea del Norte, grupos terroristas

ARMAS QUÍMICAS
Art.1 Obligaciones Generales
1. Cada Estado Parte en la presente Convención se compromete, cualesquiera que sean las circunstancias, a:
a) No desarrollar, producir, adquirir de otro modo, almacenar o conservar armas químicas ni a transferir
esas armas a nadie, directa o indirectamente;
b) No emplear armas químicas;
c) No iniciar preparativos militares para el empleo de armas químicas;
d) No ayudar, alentar o inducir de cualquier manera a nadie a que realice cualquier actividad prohibida a
los Estados Partes por la presente Convención.
2. Cada Estado Parte se compromete a destruir las armas químicas de que tenga propiedad o posesión o que
se encuentren en cualquier lugar bajo su jurisdicción o control, de conformidad con las disposiciones de la
presente Convención.
3. Cada Estado Parte se compromete a destruir todas las armas químicas que haya abandonado en el territorio
de otro Estado Parte, de conformidad con las disposiciones de la presente Convención.
4. Cada Estado Parte se compromete a destruir toda instalación de producción de armas químicas de que
tenga propiedad o posesión o que se encuentre en cualquier lugar bajo su jurisdicción o control, de
conformidad con las disposiciones de la presente Convención.
5. Cada Estado Parte se compromete a no emplear agentes de represión de disturbios como método de
guerra.
Artículo IV ;Armas Químicas
1. Las disposiciones del presente artículo y los procedimientos detallados para su ejecución se aplicarán a
todas y cada una de las armas químicas de que tenga propiedad o posesión un Estado Parte o que se
encuentren en cualquier lugar bajo su jurisdicción o control, excepto las antiguas armas químicas y las armas
químicas abandonadas a las que se aplica la sección B de la Parte IV del Anexo sobre verificación.
2. En el Anexo sobre verificación se enuncian procedimientos detallados para la ejecución del presente
artículo.
3. Todos los lugares en los que se almacenen o destruyan las armas químicas especificadas en el párrafo 1
serán objeto de verificación sistemática mediante inspección in situ y vigilancia con instrumentos in situ, de
conformidad con la sección A de la Parte IV del Anexo sobre verificación.
4. Cada Estado Parte, inmediatamente después de que haya presentado la declaración prevista en el apartado
a) del párrafo 1 del artículo III, facilitará el acceso a las armas químicas especificadas en el párrafo 1 a los
efectos de la verificación sistemática de la declaración mediante inspección in situ. A partir de ese momento,
ningún Estado Parte retirará ninguna de esas armas, excepto para su transporte a una instalación de
destrucción de armas químicas. Cada Estado Parte facilitará el acceso a esas armas químicas a los efectos de
una verificación sistemática in situ.
5. Cada Estado Parte facilitará el acceso a toda instalación de destrucción de armas químicas y a sus zonas de
almacenamiento de que tenga propiedad o posesión o que se encuentren en cualquier lugar bajo su
jurisdicción o control, a los efectos de una verificación sistemática mediante inspección in situ y vigilancia con
instrumentos in situ.
6. Cada Estado Parte destruirá todas las armas químicas especificadas en el párrafo 1 de conformidad con el
Anexo sobre verificación y ateniéndose al ritmo y secuencia de destrucción convenidos (denominados en lo
sucesivo "orden de destrucción"). Esa destrucción comenzará dos años después, a más tardar, de la entrada
en vigor de la presente Convención para el Estado Parte, y terminará 10 años después, a más tardar, de la
entrada en vigor de la presente Convención. Nada impedirá que un Estado Parte destruya esas armas
químicas a un ritmo más rápido.
7. Cada Estado Parte:
a) Presentará planes detallados para la destrucción de las armas químicas especificadas en el párrafo 1,
60 días antes, a más tardar, del comienzo de cada período anual de destrucción, de conformidad con
el párrafo 29 de la sección A de la parte IV del Anexo sobre verificación; los planes detallados
abarcarán todas las existencias que hayan de destruirse en el siguiente período anual de destrucción;
b) Presentará anualmente declaraciones sobre la ejecución de sus planes para la destrucción de las
armas químicas especificadas en el párrafo 1, 60 días después, a más tardar, del final de cada período
anual de destrucción, y
c) Certificará, 30 días después, a más tardar, de la conclusión del proceso de destrucción, que se han
destruido todas las armas químicas especificadas en el párrafo 1.
8. Si un Estado ratifica la presente Convención o se adhiere a ella después de transcurrido el período de 10
años establecido para la destrucción en el párrafo 6, destruirá las armas químicas especificadas en el
párrafo 1 lo antes posible. El Consejo Ejecutivo determinará el orden de destrucción y el procedimiento de
verificación estricta para ese Estado Parte.
9. Toda arma química que descubra un Estado Parte tras la declaración inicial de las armas químicas será
comunicada, desactivada y destruida de conformidad con la Sección A de la parte IV del Anexo sobre
verificación.
10. Cada Estado Parte, en sus operaciones de transporte, toma de muestras, almacenamiento y destrucción
de armas químicas, asignará la más alta prioridad a garantizar la seguridad de las personas y la protección
del medio ambiente. Cada Estado Parte realizará las operaciones de transporte, toma de muestras,
almacenamiento y destrucción de armas químicas de conformidad con sus normas nacionales de
seguridad y emisiones.
11. Todo Estado Parte en cuyo territorio haya armas químicas de que tenga propiedad o posesión otro Estado o
que se encuentren en cualquier lugar bajo la jurisdicción o control de otro Estado se esforzará al máximo
para que se retiren esas armas de su territorio un año después, a más tardar, de la entrada en vigor para él
de la presente Convención. Si esas armas no son retiradas en el plazo de un año, el Estado Parte podrá
pedir a la Organización y a los demás Estados Partes que le presten asistencia en la destrucción de esas
armas.
12. Cada Estado Parte se compromete a cooperar con los demás Estados Partes que soliciten información o
asistencia de manera bilateral o por conducto de la Secretaria Técnica en relación con los métodos y
tecnologías para la destrucción eficiente de las armas químicas en condiciones de seguridad.
13. Al realizar las actividades de verificación con arreglo al presente artículo y a la sección A de la parte IV del
Anexo sobre verificación, la Organización estudiará medidas para evitar una duplicación innecesaria de los
acuerdos bilaterales o multilaterales sobre la verificación del almacenamiento de armas químicas y su
destrucción concertados entre los Estados Partes.
A tal efecto, el Consejo Ejecutivo decidirá que se limite la verificación a las medidas complementarias de las
adoptadas en virtud de esos acuerdos bilaterales o multilaterales, si considera que:
a) Las disposiciones de esos acuerdos relativas a la verificación son compatibles con las disposiciones
relativas a la verificación contenidas en el presente artículo y la sección A de la parte IV del Anexo
sobre verificación;
b) La ejecución de tales acuerdos supone una garantía suficiente de cumplimiento de las disposiciones
pertinentes de la presente Convención; y
c) Las partes en los acuerdos bilaterales o multilaterales mantienen a la Organización plenamente
informada de sus actividades de verificación.
14.Si el Consejo Ejecutivo adopta una decisión con arreglo a lo dispuesto en el párrafo 13, la Organización
tendrá el derecho de vigilar la ejecución del acuerdo bilateral o multilateral.
15. Nada de lo dispuesto en los párrafos 13 y 14 afectará a la obligación de un Estado Parte de presentar
declaraciones de conformidad con el artículo III, el presente artículo y la sección A de la parte IV del Anexo
sobre verificación.
16. Cada Estado Parte sufragará los costos de la destrucción de las armas químicas que esté obligado a
destruir. También sufragará los costos de la verificación del almacenamiento y la destrucción de esas
armas químicas, a menos que el Consejo Ejecutivo decida otra cosa. Si el Consejo Ejecutivo decide limitar
las medidas de verificación de la Organización con arreglo al párrafo 13, los costos de la verificación y
vigilancia complementarias que realice la Organización serán satisfechos de conformidad con la escala de
cuotas de las Naciones Unidas, según lo previsto en el párrafo 7 del artículo VIII.
17. Las disposiciones del presente artículo y las disposiciones pertinentes de la parte IV del Anexo sobre
verificación no se aplicarán, a discreción de un Estado Parte, a las armas químicas enterradas en su
territorio antes del 1° de enero de 1977 y que permanezcan enterradas o que hayan sido vertidas al mar
antes del 1° de enero de 1985.
Artículo V :Instalaciones de Producción de Armas Químicas
1. Las disposiciones del presente artículo y los procedimientos detallados para su ejecución se aplicarán a
todas y cada una de las instalaciones de producción de armas químicas de que tenga propiedad o
posesión un Estado Parte o que se encuentren en cualquier lugar bajo su jurisdicción o control.
2. En el Anexo sobre verificación se enuncian procedimientos detallados para la ejecución del presente
artículo.
3. Todas las instalaciones de producción de armas químicas especificadas en el párrafo 1 serán objeto de
verificación sistemática mediante inspección in situ y vigilancia con instrumentos in situ, de conformidad
con la parte y del Anexo sobre verificación.
4. Cada Estado Parte cesará inmediatamente todas las actividades en las instalaciones de producción de
armas químicas especificadas en el párrafo 1, excepto las actividades necesarias para la clausura.
5. Ningún Estado Parte construirá nuevas instalaciones de producción de armas químicas ni modificará
ninguna de las instalaciones existentes a los fines de producción de armas químicas o para cualquier otra
actividad prohibida por la presente Convención.
6. Cada Estado Parte, inmediatamente después de que haya presentado la declaración prevista en el apartado
c) del párrafo 1 del artículo III, facilitará acceso a las instalaciones de producción de armas químicas
especificadas en el párrafo 1 a los efectos de la verificación sistemática de la declaración mediante
inspección in situ.
7. Cada Estado Parte:
a) Clausurará, 90 días después, a más tardar, de la entrada en vigor para él de la presente Convención,
todas las instalaciones de producción de armas químicas especificadas en el párrafo 1, de conformidad
con la parte V del Anexo sobre verificación, y notificará esa clausura, y
b) Facilitará acceso a las instalaciones de producción de armas químicas especificadas en el párrafo 1,
después de su clausura, a los efectos de la verificación sistemática mediante inspección in situ y
vigilancia con instrumentos in situ, a fin de asegurar que la instalación permanezca clausurada y sea
destruida ulteriormente.
8. Cada Estado Parte destruirá todas las instalaciones de producción de armas químicas especificadas en el
párrafo 1 y las instalaciones y equipo conexos de conformidad con el Anexo sobre verificación y
ateniéndose al ritmo y secuencia de destrucción convenidos (denominados en lo sucesivo "orden de
destrucción"). Esa destrucción comenzará un año después, a más tardar, de la entrada en vigor de la
presente Convención para el Estado Parte y terminará 10 años después, a más tardar, de la entrada en
vigor de la presente Convención. Nada impedirá que un Estado Parte destruya esas instalaciones a un
ritmo más rápido.
9. Cada Estado Parte:
a) Presentará planes detallados para la destrucción de las instalaciones de destrucción de armas
químicas especificadas en el párrafo 1, 180 días antes, a más tardar, del comienzo de la destrucción
de cada instalación;
b) Presentará anualmente declaraciones sobre la ejecución de sus planes para la destrucción de todas
las instalaciones de producción de armas químicas especificadas en el párrafo 1, 90 días después, a
más tardar, del final de cada período anual de destrucción, y
c) Certificará, 30 días después, a más tardar, de la conclusión del proceso de destrucción, que se han
destruido todas las instalaciones de destrucción de armas químicas especificadas en el párrafo 1.
10. Si un Estado ratifica la presente Convención o se adhiere a ella después de transcurrido el período de 10
años establecido para la destrucción en el párrafo 8, destruirá las instalaciones de producción de armas
químicas especificadas en el párrafo 1 lo antes posible. El Consejo Ejecutivo determinará el orden de
destrucción y el procedimiento de verificación estricta para ese Estado Parte.
11. Cada Estado Parte, durante la destrucción de las instalaciones de producción de armas químicas, asignará
la más alta prioridad a garantizar la seguridad de las personas y la protección del medio ambiente. Cada
Estado Parte destruirá las instalaciones de producción de armas químicas de conformidad con sus normas
nacionales de seguridad y emisiones.
12. Las instalaciones de producción de armas químicas especificadas en el párrafo 1 podrán ser reconvertidas
provisionalmente para la destrucción de armas químicas de conformidad con los párrafos 18 a 25 de la
parte V del Anexo sobre verificación. Esas instalaciones reconvertidas deberán ser destruidas tan pronto
como dejen de ser utilizadas para la destrucción de armas químicas, y en cualquier caso, 10 años
después, a más tardar, de la entrada en vigor de la presente Convención.
13. En casos excepcionales de imperiosa necesidad un Estado Parte podrá pedir permiso a fin de utilizar una
instalación de producción de armas químicas especificada en el párrafo 1 para fines no prohibidos por la
presente Convención. Previa recomendación del Consejo Ejecutivo, la Conferencia de los Estados Partes
decidirá si aprueba o no la petición y establecerá las condiciones a que supedita su aprobación, de
conformidad con la sección D de la parte V del Anexo sobre verificación.
14. La instalación de producción de armas químicas se convertirá de tal manera que la instalación convertida
no pueda reconvertirse en una instalación de producción de armas químicas con mayor facilidad que
cualquier otra instalación utilizada para fines industriales, agrícolas, de investigación, médicos,
farmacéuticos u otros fines pacíficos en que no intervengan sustancias químicas enumeradas en la Lista 1.
15. Todas las instalaciones convertidas serán objeto de verificación sistemática mediante inspección in situ y
vigilancia con instrumentos in situ, de conformidad con la sección D de la parte V del Anexo sobre
verificación.
16. Al realizar las actividades de verificación con arreglo al presente artículo y la parte V del Anexo sobre
verificación, la Organización estudiará medidas para evitar una duplicación innecesaria de los acuerdos
bilaterales o multilaterales sobre la verificación de las instalaciones de producción de armas químicas y su
destrucción concertados entre los Estados Partes.
A tal efecto, el Consejo Ejecutivo decidirá que se limite la verificación a las medidas complementarias de las
adoptadas en virtud de esos acuerdos bilaterales o multilaterales, si considera que:
a) Las disposiciones de esos acuerdos relativas a la verificación son compatibles con las disposiciones
relativas a la verificación contenidas en el presente artículo y la parte V del Anexo sobre verificación;
b) La ejecución de tales acuerdos supone una garantía suficiente de cumplimiento de las disposiciones
pertinentes de la presente Convención, y
c) Las partes en los acuerdos bilaterales o multilaterales mantienen a la Organización plenamente
informada de sus actividades de verificación.
17. Si el Consejo Ejecutivo adopta una decisión con arreglo a lo dispuesto en el párrafo 16, la Organización
tendrá el derecho de vigilar la ejecución del acuerdo bilateral o multilateral.
18. Nada de lo dispuesto en los párrafos 16 y 17 afectará a la obligación de un Estado Parte de presentar
declaraciones de conformidad con el artículo III, el presente artículo y la parte V del Anexo sobre
verificación.
19. Cada Estado Parte sufragará los costos de la destrucción de las instalaciones de producción de las armas
químicas que esté obligado a destruir. También sufragará los costos de la verificación con arreglo al
presente artículo, a menos que el Consejo Ejecutivo decida otra cosa. Si el Consejo Ejecutivo decide
limitar las medidas de verificación de la Organización con arreglo al párrafo 16, los costos de la
verificación y vigilancia complementarias que realice la Organización serán satisfechos de conformidad
con la escala de cuotas de las Naciones Unidas, según lo previsto en el párrafo 7 del artículo VIII.
Artículo X : Asistencia y Protección contra las Armas Químicas
1. A los efectos del presente artículo, se entiende por "asistencia" la coordinación y prestación a los Estados
Partes de protección contra las armas químicas, incluido, entre otras cosas, lo siguiente: equipo de
detección y sistemas de alarma, equipo de protección, equipo de descontaminación y descontaminantes,
antídotos y tratamientos médicos y asesoramiento respecto de cualquiera de esas medidas de protección.
2. Ninguna disposición de la presente Convención podrá interpretarse de forma que menoscabe el derecho de
cualquier Estado Parte a realizar investigaciones sobre los medios de protección contra las armas
químicas, o a desarrollar, producir, adquirir, transferir o emplear dichos medios para fines no prohibidos por
la presente Convención.
3. Todos los Estados Partes se comprometen a facilitar el intercambio más amplio posible de equipo,
materiales e información científica y tecnológica sobre los medios de protección contra las armas químicas
y tendrán derecho a participar en tal intercambio.
4. A los efectos de incrementar la transparencia de los programas nacionales relacionados con fines de
protección, cada Estado Parte proporcionará anualmente a la Secretaria Técnica información sobre su
programa, con arreglo a los procedimientos que examine y apruebe la Conferencia de conformidad con el
apartado i) del párrafo 21 del artículo VIII.
5. La Secretaría Técnica establecerá, 180 días después, a más tardar, de la entrada en vigor de la presente
Convención, y mantendrá a disposición de cualquier Estado Parte que lo solicite un banco de datos que
contenga información libremente disponible sobre los distintos medios de protección contra las armas
químicas, así como la información que puedan facilitar los Estados Partes.
La Secretaria Técnica, de acuerdo con los recursos de que disponga y previa solicitud de un Estado Parte,
prestará también asesoramiento técnico y ayudará a ese Estado a determinar la manera en que pueden
aplicarse sus programas para el desarrollo y la mejora de una capacidad de protección contra las armas
químicas.
6. Ninguna disposición de la presente Convención podrá interpretarse de forma que menoscabe el derecho de
los Estados Partes a solicitar y proporcionar asistencia en el plano bilateral y a concertar con otros Estados
Partes acuerdos individuales relativos a la prestación de asistencia en casos de emergencia.
7. Todo Estado Parte se compromete a prestar asistencia por conducto de la Organización y, con tal fin, a optar
por una o más de las medidas siguientes:
a) Contribuir al fondo voluntario para la prestación de asistencia que ha de establecer la Conferencia en su
primer periodo de sesiones;
b) Concertar, de ser posible 180 días después, a más tardar, de la entrada en vigor para él de la presente
Convención, acuerdos con la Organización sobre la prestación, previa petición, de asistencia;
c) Declarar, 180 días después, a más tardar, de la entrada en vigor para él de la presente Convención, el
tipo de asistencia que podría proporcionar en respuesta a un llamamiento de la Organización. No obstante,
si un Estado Parte no puede ulteriormente proporcionar la asistencia prevista en su declaración, seguirá
obligado a proporcionar asistencia de conformidad con el presente párrafo.
8. Todo Estado Parte tiene derecho a solicitar y, con sujeción a los procedimientos establecidos en los párrafos
9, 10 y 11, recibir asistencia y protección contra el empleo o la amenaza del empleo de armas químicas si
considera que:
a) Se han empleado contra él armas químicas;
b) Se han empleado contra él agentes de represión de disturbios como método de guerra; o
c) Está amenazado por acciones o actividades de cualquier Estado prohibidas a los Estados Partes en
virtud del artículo 1.
9. La solicitud, corroborada con la información pertinente, será presentada al Director General, quien la
transmitirá inmediatamente al Consejo Ejecutivo y a todos los Estados Partes. El Director General
transmitirá inmediatamente la solicitud de los Estados Partes que se hayan declarado voluntarios, de
conformidad con los apartados b) y c) del párrafo 7, para enviar asistencia de emergencia en caso de
empleo de armas químicas o de agentes de represión de disturbios como método de guerra, o asistencia
humanitaria en caso de amenaza grave de empleo de armas químicas o de amenaza grave de empleo de
agentes de represión de disturbios como método de guerra, al Estado Parte interesado, 12 horas después,
a más tardar, de haber recibido la solicitud. El Director General iniciará una investigación, 24 horas
después, a más tardar, del recibo de la solicitud, con el fin de establecer el fundamento de ulteriores
medidas. Completará la investigación dentro de un plazo de 72 horas y presentará un informe al Consejo
Ejecutivo. Si se necesita un plazo adicional para completar la investigación, se presentará un informe
provisional dentro del plazo indicado. El plazo adicional requerido para la investigación no excederá de 72
horas. Podrá, no obstante, ser prorrogado por períodos análogos. Los informes al término de cada plazo
adicional serán presentados al Consejo Ejecutivo. La investigación establecerá, según corresponda y de
conformidad con la solicitud y la información que la acompañe, los hechos pertinentes relativos a la
solicitud, así como las modalidades y el alcance de la asistencia y la protección complementaria que se
necesiten.
10. El Consejo Ejecutivo se reunirá 24 horas después, a más tardar, de haber recibido un informe de la
investigación para examinar la situación y adoptará, dentro de las 24 horas siguientes, una decisión por
mayoría simple sobre la conveniencia de impartir instrucciones a la Secretaria Técnica para que preste
asistencia complementaria. La Secretaría Técnica comunicará inmediatamente a todos los Estados Panes
y a las organizaciones internacionales competentes el informe de la investigación y la decisión adoptada
por el Consejo Ejecutivo. Cuando así lo decida el Consejo Ejecutivo, el Director General proporcionará
asistencia inmediata. Con tal fin, podrá cooperar con el Estado Parte solicitante, con otros Estados Panes y
con las organizaciones internacionales competentes. Los Estados Panes desplegarán los máximos
esfuerzos posibles para proporcionar asistencia.
11. Cuando la información resultante de la investigación en curso o de otras fuentes fidedignas aporte pruebas
suficientes de que el empleo de armas químicas ha causado víctimas y de que se impone la adopción de
medidas inmediatas, el Director General lo notificará a todos los Estados Partes y adoptará medidas
urgentes de asistencia utilizando los recursos que la Conferencia haya puesto a su disposición para tales
eventualidades. El Director General mantendrá informado al Consejo Ejecutivo de las medidas que adopte
con arreglo a lo dispuesto en el presente párrafo.
ÁCIDO CIANHÍDRICO
El ácido cianhídrico, también denominado metanonitrilo, formonitrilo y ácido prúsico, es un líquido
volátil, de olor a almendras amargas y muy venenoso cuyas víctimas pueden fallecer a los pocos
minutos de entrar en contacto con él. Su fórmula molecular contiene un átomo de carbono, uno de nitrógeno
y uno de hidrógeno, HCN. Se obtiene por reacción del metano o de cualquier otro hidrocarburo con
amoniaco a 1400°C. En estado gaseoso, se utiliza para la eliminación de roedores e insectos, en la obtención
de acrilatos, adiponitrilos, cianuros, colorantes, gomas, plásticos y gases de guerra. Es muy inflamable y en
estado de vapor forma mezclas explosivas con el aire. Si el cuerpo lo absorbe por inhalación, ingestión,
a través de la piel o los ojos, inhibe la respiración celular.
El cianuro tiene gran afinidad por el Fe en estado férrico (+++). Después de absorbido reacciona
rápidamente con el Fe trivalente de la citocromo P 450 mitocondrial, y de este modo inhibe la
respiración celular. Así el cianuro bloquea eficientemente la producción de ATP y entre otras anormalidades
metabólicas pueden ocurrir acidosis láctica y la disminución en la utilización de O2 por parte de la célula, es
decir la hipoxia citotóxica. Las manifestaciones clínicas e histopatológicas del SNC se deben a la inhibición en
la utilización el O2. El mecanismo exacto no está definido pero se debería a la inhibición de enzimas
antioxidantes como las catalasas, la glutatión dehidrogenasa, la glutatión reductasa o la superóxido dismutasa.
No hay un signo patognomónico de la intoxicacióncon ácido cianhídrico. El olor a almendras no se presenta
siempre y cuando se presenta no es detectable en el 40% de los casos. El tiempo de aparición de los síntomas
es rápido (10 a 15 minutos) con las formas gaseosas e inorgánicas, generalmente minutos y si la exposición es
a sustancias orgánicas cianogenéticas pueden demorar horas porque deben metabolizarse. Los signos y
síntomas del SNC son típicos y progresivos: la hipoxia incluye cefaleas, agitación, confusión, convulsiones,
letargia, coma y muerte. Puede ocurrir edema pulmonar cardiogénico y no cardiogénico y trastornos
gastrointestinales (no frecuentes): dolor abdominal, náuseas y vómitos. Las manifestaciones cutáneas son
variables: tradicionalmente se describe un color rojo cereza de la piel debido al incremento de la saturación del
Hb con O2 en sangre venosa debido a la disminución en la utilización del O2 en los tejidos. La sangre en
arterias y venas es del mismo color. Se ha descripto también la cianosis. Si hay recuperación del cuadro
agudo quedan secuelas como cambios de la personalidad, déficit de la memoria y síndromes extrapiramidales.
Fuentes:
- Cianuro de hidrógeno o ácido cianhídrico (HCN) se usa como fumigantes para barcos y edificios, y para
esterilizar la tierra ( 2 aspiraciones pueden ocasionar la muerte) La combustión de plásticos nitrogenados y
poliuretanos pueden liberar ácido cianhídrico.
- Sales de cianuro: son utilizadas para limpiar, endurecer y refinar metales, también en la recuperación del oro
en los minerales (uso en joyerías) También son utilizadas en la galvanoplastia y galvanostegia También para
reactivos fotográficos
- Muchas plantas tienen glucósidos cianogenéticos como la amigdalina que liberan cianuro al ser ingeridos (ej.
carozos de ciruelas, damasco, durazno, almendras amargas mandioca amarga, laurel cerezo y semillas de
lino) Dosis letal: 5 a 25 semillas para un niño implica peligro solamente si se destruye la cápsula.
-Químicos cianogénicos (aquellas sustancias que en uno de sus pasos metabólicos se metabolizan a cianuro)
como el acetonitrilo ( es un solvente de uso industrial , también de uso en productos cosméticos de removedor
de uñas esculpidas) , el acrilonitrilo utilizado en la producción de hules plásticos, sintéticos y adhesivos. El
nitroprusiato utilizado en las síntesis químicas y como hipotensor también forma parte de este grupo.

GAS MOSTAZA
El “gas mostaza” no es realmente un gas, sino un líquido irritante que hierve a alta temperatura, el
cual debido a su baja tensión superficial produce vapores, los que, por su alta toxicidad, basta con que
exista una muy baja concentración en el aire para causar quemaduras y/o ampollas en la piel e incluso
causarles la muerte. Esta arma química se prepara haciendo reaccionar etileno con cloruro de azufre.
Fue esta la más poderosa arma química usada en la primera Guerra Mundial. Empleado por primera vez en
julio de 1917 por los alemanes en la batalla de Ypres, Bélgica, causó terribles daños a las tropas francesas.

SARÍN
Características Generales:
Apariencia y color: líquido incoloro sin aroma en estado puro.
Métodos de absorción: contacto con la piel y/o inhalación rápida.
Rango de acción (en miligramos): 1.700(piel).
Efectos: escurrimiento de la nariz, pupilas contraídas, opresión en el pecho, visión borrosa, náuseas,
vómito, convulsiones, perdida de control de funciones corporales, parálisis respiratoria.
Tratamiento : retirar a la victima del área contaminada, quitarle la ropa; lavar la piel con agua jabonosa,
mantener vías respiratorias y circulación, proporcionar oxigeno si presenta convulsiones o no respira, buscar
tratamiento con antídoto especifico y cuidados médicos.

SOMAN
 El Soman es un agente químico, utilizado en la guerra como un agente nervioso.
 El Soman fue inicialmente desarrollado como un insecticida en Alemania en 1944.
 Soman es un líquido claro, incoloro, insípido con un leve olor a alcanfor o a fruta podrida.
Puede pasar a fase vapor si es calentado.
 Es posible que el soman y otros agentes neurotóxicos fueran usados como armas químicas durante el
conflicto Irán-Irak en los años 1980.
 Soman no se encuentra naturalmente en el ambiente.
 Si el somán es liberado en el ambiente la exposición al agente puede producirse por contacto
ocular, contacto cutáneo, inhalación o ingesta.
 Como el agente se mezcla fácilmente con el agua la exposición podría producirse al tomar agua o al
emplear para aseo personal el agua contaminada.
 De la misma forma si los alimentos entraron en contacto con la sustancia, la exposición puede ser el
resultado de la ingesta de alimentos contaminados.
 La ropa de una persona puede liberar soman durante aproximadamente 30 minutos después del
contacto con el vapor, esto puede conducir a la exposición de otras personas
 Los vapores de somán son mas densos que el aire razón por la cual se concentran en los lugares
bajos..
 El grado de intoxicación depende no solamente de la concentración a la que se ha estado expuesto
sino también al tiempo de exposición y a la ruta (contacto, inhalación o ingesta)
 Los síntomas aparecen segundos después de la exposición a la forma de vapor de soman, y después
de unos minutos hasta 18 horas después de la exposición a la forma líquida.
 Por su volatilidad alta, soman es una amenaza inmediata pero efímera y no dura un largo rato en el
ambiente.
 Como soman es más volátil que el agente neurotóxico VX permanecerá sobre superficies
expuestas durante un período más corto de tiempo comparado con este.
Síntomas
 La gente expuesta por inhalación, ingestión, o absorción por piel a una baja o moderada
concentración de soman puede experimentar algunos o todos los síntomas que a continuación
se detallan. dentro de segundos a las horas de exposición:
o Aumento de la secreción nasal
o Ojos llorosos
o Pupilas dilatadas
o Dolor de ojos
o Visión borrosa
o Sudoración excesiva
o Tos
o Sensación de opresión en el pecho
o Respiración rápida
o Diarrea
o Turbación
o Somnolencia
o Debilidad
o Dolor de cabeza
o Náusea, vómitos, y\o dolor abdominal
o Taquicardia o bradicardia
 Incluso una gota diminuta del agente nervioso sobre la piel puede causar sudor y tirantez del músculo
donde el agente tocó la piel.
 La exposición a una dosis grande de soman por cualquier ruta puede terminar en estos efectos de
salud adicionales:
o Pérdida de conocimiento
o Convulsiones
o Parálisis
o Paro respiratorio que a menudo provoca muerte
La gente expuesta a bajas dosis por lo general se recupera completamente. La gente expuesta en forma
severa es poco probable que sobreviva. A diferencia de algunos pesticidas organofosforados, los agentes
nerviosos no han sido asociados con problemas neurológicos que duren más de 1 a 2 semanas después de la
exposición.
Si la gente piensa que podrían haber sido expuestos, ellos deberían quitar su ropa.

TABÚN
Apariencia y color: líquido incoloro a café ámbar; ligero aroma a frutas.
Métodos de absorción: contacto con la piel y/o Inhalación.
Rango de acción: rápida (en minutos) .dosis mortal (en miligramos; 400 (inhalado); 1000(piel)
Efectos: escurrimiento de la nariz, pupilas contraídas, opresión en el pecho, visión borrosa, nauseas
vómito, convulsiones, perdida de control de funciones corporales, parálisis respiratoria.
Tratamiento: retirar a la victima del área contaminada, quitarle la ropa; lavar la piel con agua jabonosa,
mantener vías respiratorias y circulación, proporcionar oxigeno si presenta convulsiones o no respira,
buscar tratamiento con antídoto especifico y cuidados médicos.

VX
Generalidades
Compuesto altamente tóxico tanto en sus formas líquida y como en vapor. Ataca el sistema nervioso central.
Métodos de absorción: puede causar la muerte minutos después de la exposición. Entra en el cuerpo
por inhalación, ingestión, o contacto (a través de los ojos y la piel)
Síntomas: en general incluyen congestión nasal, ojos acuosos, babeo y transpiración excesiva,
dificultades respiratorias, visión disminuida... etc.
ANTIDOTO: El tratamiento inmediato es la descontaminación sacando la ropa y rociando los ojos y la piel con
agua.
La gente expuesta a dosis bajas o moderadas por lo general se recupera completamente. La gente expuesta
con severidad es poco probable que sobreviva. La recuperación de quién se exponga a soman es posible con
el tratamiento, pero los antídotos disponibles deben ser usados rápidamente para que sean eficaces. Por lo
tanto, la mejor cosa que se puede hacer es evitar la exposición:
o Abandone el área donde el Vx fue liberado y póngase al aire fresco. Movilícese a un área
donde el aire fresco está disponible y siendo esto sumamente eficaz para reducir la posibilidad de muerte
a la exposición al Vx en forma de vapor.
o Si la liberación del Vx ocurriera al aire libre, aléjese del área donde fue liberado. Diríjase a los
sitios más altos porque el VX es más pesado que el aire y se concentrará en las áreas de mas bajas.
o Si la liberación del Vx ocurriera en el interior, salga al exterior.
o Si piensa que podría haber estado expuesto, debe quitarse la ropa, y bañarse rápidamente.
Consiga asistencia médica.
El tratamiento consiste en quitarse los restos de Vx del cuerpo cuanto antes y proporcionar asistencia médica
de apoyo. Los antídotos están disponibles. Ellos son más útiles si son suministrados lo mas rápidamente
posible .
 El VX es un agente de guerra humano químico secreto como agente neurotóxico. Estos son los más
tóxicos agentes químicos de guerra conocidos. Los efectos tóxicos y el modo como actúan son
similares a la de los pesticidas organofosforados, sin embargo,los agentes nerviosos son mucho
más potentes que los pesticidas organofosforados.
 El VX fue desarrollado en el Reino Unido a principios de 1950.
 El VX es inodoro e insípido.
 El VX es un líquido aceitoso de color ámbar que se evapora en forma muy lenta.
 Es posible que el VX u otros agentes neurotóxicos fueran usado en la guerra química durante la
Guerra de Irán-Irak en los años 1980.
 Al ser elaborado sinteticamente, el VX no se encuentra naturalmente en el ambiente.
 La liberación de VX en el aire, hace que la gente pueda quedar expuesta por contacto con la piel,
contacto de ojos, o inhalación (aspirandolo en forma de niebla).
 Aunque VX no se mezcle facilmente con el agua como otros agentes nerviosos, este podría ser
liberado en el agua, lo que causaria exposición por ingesta del agua contaminada..
 La contaminación de allimentos con VX produciria la exposición de la gente que utilice dicho alimento.
 La ropa de una persona puede liberar VX durante aproximadamente 30 minutos después del contacto
lo e puede conducir a la exposición de otra gente.
Como trabaja el Vx
 El grado de envenenamiento causado por la sustancia depende del grado de exposición, del tiempo y
forma de la misma.
 Los síntomas pueden aparecer en segundos si la exposición ocurrió a la sustancia en forma de vapor,
y desde minutos hasta un máximo de 18 horas si la exposición fue al VX en su forma líquida.
 El VX es el más potente de todos los agentes neurotóxicos. Comparado con el gas sarin el VX se
considera mucho más tóxico si la intoxicación es resultado del contacto por via cutanea y algo más
tóxico si ocurre por la inhalación.
 Como VX se evapora lentamente puede ser una amenaza a largo plazo así como una amenaza a corto
plazo. Las superficies contaminadas con VX por lo tanto deberían ser consideradas un riesgo a
largo plazo.
Síntomas de la exposición al Vx
 Como es inodoro no puede saberse si se ha estado expuesto al Vx..
 La gente expuesta a una dosis baja o moderada de VX por inhalación, ingesta, o absorción por piel
puede experimentar algunos o todos los síntomas luego de la exposición:
o Ojos llorosos
o Aumento de la secreción nasal
o Pupilas dilatadas
o Dolor de ojos
o Visión Nublada
o Excesiva sudoración
o Tos
o Sensación de opresión en el pecho
o Respiración rápida
o Diarrea
o Turbación
o Somnolencia
o Debilidad
o Dolor de cabeza
o Náusea, vómitos, y\o dolor abdominal
o Taquicardia o bradicardia
 Incluso gota diminuta de agente neurotóxico sobre la piel puede causar sudor y contracción muscular
donde el agente tocó la piel.
 La exposición a una dosis grandes de VX por cualquier ruta puede terminar en estos efectos de salud
adicionales:
o Pérdida de conocimiento
o Convulsiones
o Parálisis
o Paro respiratorio que conduce a muerte

TERROR FUTURO
A fines del mes pasado, el presidente norteamericano, Bill Clinton, pidió a su administración el refuerzo de las
medidas de defensa nacional contra los gérmenes y la creación de una reserva nacional de vacunas,
antibióticos y antídotos para tratar a las víctimas, de un posible ataque terrorista con armas químicas o
biológicas. La decisión se conoció después de que el diario The New York Times publicara una extensa
investigación que revelaba el macabro plan de la secta japonesa Verdad Suprema: atentar nueve veces con
gérmenes mortales en diferentes zonas de Japón. La secta es la misma que mató a 12 personas e intoxicó a
otras miles en 1995, mediante un ataque con gas Sarín al subterráneo de Tokio

LAS ARMAS BIOLÓGICAS EN LA HISTORIA.


La guerra biológica no data del siglo XX. El armamento bacteriológico, según las investigaciones que circulan
en Internet, ha sido efectivo en el combate durante siglos. Provocar enfermedades naturales es una de las
mejores formas de debilitar al adversario. Por ejemplo, tirando cadáveres a las fuentes de agua. Se dice que
durante la guerra civil estadounidense, a mediados del siglo pasado, los soldados confederados del sur
mataban a los caballos y a otros animales de granja para que los cuerpos en descomposición contaminaran los
lagos y ríos. La Guerra Fría incluyó denuncias mutuas de uno y otro lado sobre amenazas bacteriológicas. En
1951, los coreanos acusaron a Washington de arrojar plagas sobre los campos de cultivo de su país en plena
guerra. Aunque nunca fue probado, algunos archivos históricos indican que entre fines de los años setenta y
principios de los ochenta, la ex Unión Soviética utilizó armas biológicas en Laos, Camboya y Afganistán 2 . En
1991, un microbiólogo iraquí que escapó del país tras la guerra del golfo Pérsico aseguró en una entrevista con
un diario británico que en 1983 el gobierno de Bagdad ya estaba ensayando la guerra con agentes biológicos.
"Había botulismo, salmonella y ántrax -aseguró-. Algunos amigos me dijeron, incluso, que se había descubierto
la vía para hacer al ántrax mucho más nocivo. Yo lo que sé es que experimentaron con clostridium botulinum
tipo C (la fuente del botulismo)." Irak firmó en 1972 la Convención de Armas Biológicas, a la que adhieren hoy
118 países, bajo el lema "Nunca desarrollar, producir, acumular, adquirir o retener armas biológicas". Pero los
inspectores de las Naciones Unidas no han podido hasta ahora concluir con el pleno desarme de los
almacenes de armas de destrucción masiva que, dicen, oculta Saddam Hussein

ALERTA
Desde su aparición a mediados del siglo XIV, la peste bubónica -enfermedad que transmiten las ratas-
mató a 25 millones de europeos. Un solo gramo de ántrax distribuido "apropiadamente" sería suficiente
para matar hoy a unas 90 millones de personas. La toxina del botulismo, que se calcula cientos de
miles de veces más mortífera que los gases nerviosos como el sarín, puede matar por lo menos 60
millones de personas, según algunos autores3.

EFECTO DOMINO: Tras la noticia de un posible atentado perpetrado por Saddam Hussein contra Gran
Bretaña, reconocida por el primer ministro, Tony Blair, se produjo una cadena de terror. Canadá puso en estado
de alerta a todas sus fuerzas en los puestos fronterizos y el Departamento de Defensa norteamericano pidió
autorización al organismo que controla alimentos y sustancias químicas para distribuir, en caso de una
emergencia terrorista, vacunas de eficacia no comprobada. La secretaria de Justicia estadounidense, Janet
Reno, y el director del FBI, Louis J. Freeh, reconocieron que las ciudades y pueblos de los Estados Unidos son
vulnerables al terrorismo químico y biológico4
ADVERTENCIA: Dos meses antes de las declaraciones públicas de Reno y Freeh, mientras Washington,
Bagdad y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas negociaban por la nueva crisis del desarme de Irak,
fueron detenidos en el estado de Nevada, Estados Unidos, miembros de un grupo racista nazi que poseía
ántrax. El grupo, autobautizado Nación Aria, pretendía -supuestamente- atacar a Nueva York con la agresiva
bacteria.
ALERTA 2
El bioterrorismo, que hace uso de los agentes biológicos de la naturaleza para convertirlos en armas letales,
fue en el pasado tema de literatura de ficción. Hoy, sin embargo, el temor que despierta está latente en los
gobiernos de muchos países, que ya consideran la posibilidad de ser desbordados en su capacidad de
prevención y asistencia médica posterior ante un eventual ataque terrorista.
Los virus mas amenazadores son el ántrax y la toxina del botulismo. LOS MAS LETALES Los virus más
amenazadores, coinciden los especialistas, son el ántrax y la toxina del botulismo. El primero es una bacteria
-con esporas en forma de bastoncitos- que vive en la tierra. Los seres humanos se infectan mediante el
contacto físico o la inhalación de sus esporas, que producen una toxina que puede ser fatal. El período
de incubación es de 1 a 6 días, con síntomas de fiebre muy alta, fatiga y tos hasta que se produce la
muerte. El ántrax se previene con vacuna y se lo puede tratar a tiempo con antibióticos, incluyendo la
penicilina. El problema es que es relativamente fácil utilizarlo como arma y diseminarlo. "La vacunación
contra el ántrax es una segura y prudente medida de protección", afirmó el secretario de Defensa
estadounidense, William Cohen 5.
La toxina del botulismo es una bacteria que se desarrolla en la ausencia de oxígeno. Sólo un mil
millonésimo de gramo (el tamaño de una partícula de polvo) afecta los músculos de la respiración y
provoca una lenta asfixia. Sus síntomas son aturdimiento, sequedad de garganta y visión borrosa. Se
contagia por inhalación; por eso se lo previene usando máscaras de gas o ropa protectora. La

2
www.cdsar.af.mil/battle/chp8.html
3
www.csis-scrs.gc.ca/eng/miscdcs/purve.html
4
search.washingtonpost.com/wp-srv/ WAPO/ 19980423/ V000646-042398-idx.html
5
www.nbc.medorg/anthraxinfo/Anthraxinfo3.html).
enfermedad se desarrolla entre las 24 y las 72 horas después de producido el contacto. Se puede tratar
con una antitoxina inyectable, incluso ante una dosis mortal 67
OBJETIVOS
La mayor parte de los especialistas asegura que los ataques a sectores más pequeños son más factibles para
los terroristas. Cuanto más pequeño es el blanco, más probabilidades tiene el agresor de salirse con la suya,
especialmente si la población reside o trabaja dentro de un edificio cerrado con un aire acondicionado central.
Son consideradas las armas de destruccion masiva de los paises pobres. FACILES, BARATAS
Las armas biológicas son tentadoras para los grupos terroristas por varias razones:
 Son fáciles de traficar.
 Son baratas (se estima que para empezar puede necesitarse menos de un millón de dólares,
pero la toxina del botulismo puede producirse por apenas 400 dólares).
 Es muy difícil ubicar a los que las usen en un eventual ataque.
 Son una vía ideal para causar pánico social.
 Muchos especialistas las consideran como "el arma de destrucción masiva de los países
pobres".
 No pueden ser captadas por los detectores de metales en los aeropuertos, por los rayos X o
por perros entrenados, como sí pueden descubrirse las armas de fuego, las granadas y los
explosivos plásticos.
o A diferencia de las armas químicas, necesitan sólo de su simiente para reproducir el
agente en gran cantidad. Una simple cervecería puede producir armas de
destrucción masiva que provocan enfermedades tales como ántrax, criptocosis,
cólera, brucelosis y tifoideas. Si la organización es lo suficientemente sofisticada,
puede elaborar los virus que causan la viruela, el tifus y la fiebre amarilla.
 Las instrucciones para hacerlo libremente se encuentran en bibliotecas, libros y hasta
revistas. Y por qué no, en Internet. Con mínima experiencia y cierta capacidad financiera, un
grupo puede lograr por sí mismo una devastadora arma de destrucción masiva.

COMO FUNCIONAN:
Los especialistas aseguran que si un grupo terrorista contamina las aguas, los efectos de los virus pueden
inhibirse con bastante velocidad. Si se contaminan alimentos, en cambio, el riesgo de una infección masiva
es mayor. No hay certeza sobre la efectividad de los aerosoles como arma biológica porque, una vez
dispersados, los agentes que contienen deben sobrevivir en el aire demasiado tiempo para poder infectar.

QUE SON LAS ARMAS BIOLÓGICAS


Se trata de armas hechas con agentes infecciosos -como bacterias y virus- que provocan
enfermedades humanas o plagas en los cultivos y en el ganado. Algunos de los agentes que se
prestan al uso como armas biológicas son los microorganismos vivientes, como las bacterias o los
virus y las toxinas producidas por los propios microorganismos, plantas y animales. Algunos
autores consideran a las toxinas como agentes químicos; sin embargo, en 1972 fueron incluidas dentro del
listado de la Convención de Armas Biológicas.

PAISES OBSERVADOS
A pesar de creer que la principal amenaza biológica en la actualidad es la de los grupos terroristas, más que
las de los poderes nacionales, la inteligencia estadounidense tiene una extensa lista de naciones
sospechadas de poseer o fabricar armamento bacteriológico:

* Bulgaria * India * Pakistán


* China * Israel * Rumania
* Corea del Norte * Irán * Rusia
* Cuba * Irak * Sudáfrica
* Egipto * Libia * Taiwán

Estados Unidos reconoce su vulnerabilidad frente a este terrorismo

6
www.nbc.medorg/anthraxinfo/Anthraxinfo3.htm
7
www.cnn.com/ SPECIALS/ 1998/ iraq/ 9802/ weapons.effects/ index.html
ALERTA TOTAL Desaparecido el fantasma de una guerra nuclear entre las potencias, los conflictos
ideológicos dejaron paso a los enfrentamientos de carácter nacionalista, étnico y religioso.
En medio de la controversia que provoca el pasaje del arsenal de las viejas potencias al mercado negro,
empieza a circular otro fantasma, el de los agentes biológicos capaces de producir desastres, que se pueden
hoy conseguir mediante el robo, la compra o a través de un "gobierno amigo".
Teniendo en cuenta que los servicios de inteligencia deberían detectar lo difícilmente detectable y, una vez
ocurrido el ataque, operar junto a los servicios médicos, ¿qué ocurriría si se arrojara una sola toxina de
botulinum, considerada 3 millones de veces más potente que el gas sarín, aquel que mató a 12 personas y
dejó miles de intoxicados en el atentado efectuado en un subterráneo de Tokio por una secta religiosa? ¿Si
Estados Unidos reconoció su vulnerabilidad frente a este tipo de terrorismo, qué puede ocurrir con la Argentina,
que sufrió dos sorpresivos atentados en 1992 y 1994, sin poder prevenirlos?

ARMAS BIOLÓGICAS
La historia de las armas de la humanidad, que probablemente se inició con el hacha de sílex, no terminó con el
descubrimiento de la bomba atómica y la puesta en escena de los misiles intercontinentales. Gracias a la
ingeniería genética, en los laboratorios militares secretos se cuece hoy una nueva generación de armas
biológicas que puede superar las fantasías de todos los genios de la ciencia ficción.
Ya en la antigüedad, los militares estuvieron fascinados por el poder de las armas biológicas. En la época
clásica y durante la dominación romana, los ejércitos tenían especialistas en envenenar las fuentes de agua
potable de las que se abastecían las ciudades, e incluso en algunas ocasiones se llegaron a introducir en
ciudades asediadas vasijas conteniendo humores de enfermos de cólera, peste o lepra, con la esperanza de
que la epidemia acabase con las fuerzas de los defensores. Este procedimiento militar volvió a ponerse de
moda durante los siglos XVIII y XIX, en que los colonos europeos aniquilaron a poblaciones enteras de nativos
de los otros continentes, de forma voluntaria o involuntaria, al introducir la sífilis, la gripe, la viruela o el tifus,
armas más efectivas que el acero o la pólvora.
Tras el uso intensivo de las armas químicas durante la Primera Guerra Mundial, durante la Segunda también
se hicieron algunos intentos de emplear armas biológicas. Se sabe que el ejército británico lanzó como prueba
gran cantidad de esporas del bacilo del ántrax sobre una pequeña isla escocesa, habitualmente desierta,
llamada Gruinard. El éxito fue tal que todavía en 1979 los soldados del ejército británico tenían que hollar el
suelo de la isla con trajes protectores, a fin de evitar la peligrosa infección del bazo que produce el ántrax y que
generalmente lleva a la muerte.
Entre 1940 y 1944, los japoneses fueron mucho más lejos en la aplicación de armas biológicas. Por primera
vez en la historia se bombardearon, en la campaña contra Corea y Manchuria, once ciudades chinas con
bombas que contenían material contaminado por peste y tifus. La cifra de muertos que produjeron estas armas
biológicas entre la población civil nunca ha sido evaluada. En campos de concentración de prisioneros de
guerra, los japoneses inyectaron a tres mil prisioneros chinos, mongoles, británicos, americanos y coreanos,
soluciones con principios activos de diversas enfermedades epidémicas; como mínimo unos mil prisioneros
fallecieron en estos experimentos.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en los años 50 y 60, el Gobierno de los Estados Unidos instaló en el estado
de Maryland un complejo de laboratorios militares conocido como Fuerte Detrick. En sus mejores días llegaron
a trabajar en él un millar de científicos dedicados a la investigación de armas biológicas. Y en 1970 Nixon
declaró que el gobierno iba a renunciar a desarrollar armas biológicas con fines ofensivos. Dos años después,
en abril de 1972, se firmaba simultáneamente en Londres, Moscú y Washington el Acuerdo Internacional sobre
Armas Biológicas, que prohibía el desarrollo, fabricación y almacenamiento de armas biológicas con fines
bélicos. Hasta la fecha, aparte de Estados Unidos, Gran Bretaña y la ex URSS, han firmado dicho acuerdo casi
130 estados de todo el mundo. De esta forma, a principios de la pasada década parecía que la humanidad iba
a verse libre de este tipo de armamento.
De hecho, los gobiernos estadounidense y soviético renunciaron a seguir financiando estos proyectos porque
los expertos señalaron que, en relación con las armas atómicas y químicas, las armas biológicas no eran
suficientemente operativas. Dichas armas continuaban teniendo el problema, que ya sufrían en la antigüedad,
de que podían volverse contra los mismos agresores, lo que implicaba todo un programa de vacunas para los
ejércitos que las empleasen; además, en su manipulación existían también graves riesgos.
La era de la ingeniería genética.
Los militares no podían imaginarse que solo un año después de la firma del mencionado tratado, iba a ocurrir
un acontecimiento que revalorizaría las armas biológicas. En 1973, en la Universidad de Stanford en California,
los biólogos Stanley Cohen y Herbert Boyer consiguieron transferir por primera vez genes ajenos al material
hereditario de determinadas bacterias.
Este gran salto sobre los mecanismos de seguridad que protegen la materia hereditaria en las especies
vivientes vino a reanimar la moribunda investigación en torno a las armas biológicas. Los microorganismos
patógenos que antes eran difíciles de obtener y cuyo manejo exigía enormes precauciones podían desde ese
momento ser diseñados de nuevo, adaptándolos a las necesidades militares. Con las nuevas técnicas de
recombinación genética se abría para los expertos militares del Pentágono un abanico de posibilidades
inimaginable dos años antes. Este renovado interés por las armas biológicas recombinadas por medio de la
ingeniería genética se demuestra examinando las cifras del presupuesto estadounidense de los años 80.
Desde 1980 a 1987, el Pentágono incrementa sus inversiones en investigación y producción de armas
biológicas y químicas en un 554% con respecto a años anteriores, invirtiendo nada menos que 1.440 millones
de dólares en estos proyectos. A la investigación de armas biológicas se destinan en 1986 casi 90 millones de
dólares, mientras el número de proyectos de manipulación genética financiados por el Ministerio de Defensa
estadounidense ha pasado de 0 en 1980 a más de 200 en el presente año.
Las instalaciones de Fuerte Detrick fueron remozadas a principios de los ochenta y vuelven a acoger
científicos. En diversos laboratorios construidos bajo la máxima seguridad, investigadores del USAMRIID
(Instituto Médico del Ejército de los Estados Unidos para el estudio de Enfermedades Infecciosas) estudian el
efecto de los virus de Lasa, Ébola o Chikungunya, o de virus de la viruela, fiebre amarilla, encefalitis equina,
gripe, enfermedad de Marburg y la fiebre del Rift. De gran interés militar en Fuerte Detrick son también las
bacterias del ántrax, el botulismo, la brucelosis, la peste, el tifus y las esporas de tétanos, así como otras veinte
clases de toxinas tales como los venenos de serpientes, setas, escorpiones y algas.
Curiosamente, la investigación y producción de armas biológicas a través de la ingeniería genética ni tan
siquiera viola las reglas del tratado internacional de prohibición de armas biológicas firmado en 1972. Según tal
acuerdo, se tolera la producción de determinadas cantidades de armas biológicas con fines estrictamente
defensivos. Y aquí empieza la ambivalencia del acuerdo, puesto que en ningún otro sector militar como en el
de la guerra biológica es tan difícil marcar la diferencia exacta entre qué es ofensivo y qué defensivo: el estado
potencialmente agresor con este tipo de armas debe empezar necesariamente por elaborar toda una serie de
vacunas a fin de inmunizar sus propias fuerzas; es decir, un ataque en este campo presupone prepararse
antes para la defensa, crear nuevas vacunas. Mientras que la creación de gérmenes patógenos recombinados
genéticamente puede lograrse en algunos meses, elaborar las vacunas pertinentes -caso de que existiesen-
requiere una tarea de años.
Los horrores de estas armas.
Una pregunta se impone: ¿cómo serían estas armas? ¿cuáles son sus efectos?. Científicos que han trabajado
en proyectos militares de este tipo, como el catedrático de biología molecular Doctor Michael Breindl, de la
Universidad de San Diego, afirman lo siguiente: «Existen planes, por ejemplo, para recombinar genéticamente
una bacteria de la flora intestinal inofensiva, la Escherichia coli, obteniendo un arma terrible. Para empezar, a
través de genes de resistencia se le podría hacer inmune a la acción de los antibióticos; luego podría elevarse
su resistencia contra los ácidos intestinales a fin de asegurar su libre circulación por todo el aparato digestivo,
además se le podrían implantar genes de toxinas procedentes de otros organismos, como una toxina neural u
otras que detuviesen la acción coagulante de la sangre. Finalmente, se le podría insertar un gen del tipo
«invasor», que permitiría a la bacteria penetrar desde la pared del intestino en los tejidos interiores y las células
del organismo. La bacteria así recombinada podría escaparse de la acción de defensa del organismo y verter
sus toxinas directamente en los tejidos celulares».
Lo triste de toda esta explicación es que la mayoría de los procesos de laboratorio que describe el Doctor
Breindl no son ciencia ficción, pues ya se han conseguido realizar o son de práctica corriente en el mundo de la
ingeniería genética.
Por lo que se conoce actualmente, los técnicos estadounidenses que trabajan para el estamento militar han
conseguido secuenciar y clonificar los genes de diversos venenos biológicos. Ya se conocen las estructuras
genéticas del ántrax, el botulismo, el cólera, la difteria, el tétanos y la toxina del veneno de determinadas
serpientes. El conocimiento de las secuencias genéticas significa que en cualquier momento los científicos
pueden producir de forma rápida, sencilla y barata enormes cantidades de estos venenos. En el proyecto
USAMRIID de Fuerte Detrick se han empezado a insertar genes del veneno de serpiente en el DNA de
colibacterias de tipo E. Por supuesto que la posición oficial ante estos experimentos es que se realizan con
fines estrictamente médicos, en aras de obtener nuevas vacunas. Algunos militares han llevado la ironía hasta
el extremo de afirmar que estos experimentos también se hacen pensando en la salud de los países del Tercer
Mundo: «En países donde anualmente mueren 40.000 personas por mordedura de serpiente -argumentan los
generales- nuestras vacunas y nuestros experimentos sobre la toxina del veneno de cobra pueden ser de gran
utilidad».
En Fuerte Detrick también se está trabajando en la obtención sintética de sustancias venenosas, como por
ejemplo el veneno de un hongo llamado tricoteceno, asimismo conocido como «lluvia amarilla», un veneno
trescientas veces más activo que los gases químicos convencionales que atacan al sistema nervioso central.
Se tiene además conocimiento de que el Pentágono se ha gastado 1,3 millones de dólares en secuenciar el
gen que codifica a la enzima acetilcolinesterasa. Esta enzima es fundamental para regular la acción de los
neurotransmisores de determinadas funciones cerebrales. Según informes del Instituto de Investigación para la
Paz de Estocolmo, estos conocimientos pueden posibilitar la producción de toxinas especializadas en atacar
ciertos centros nerviosos. Según la mayoría de los expertos, las toxinas son las armas biológicas
recombinadas genéticamente que más posibilidades tienen de ser empleadas en un conflicto que exigiese la
aplicación de este tipo de armas. Su producción por métodos de ingeniería genética es fácil y de muy bajos
costos.
Aquí también debe destacarse la gran manejabilidad de dichas armas y sus facilidades de producción, lo que
hace que su almacenamiento sea obsoleto. Expertos europeos y norteamericanos coinciden en indicar que un
Estado que desee producir armas biológicas recombinadas por la tecnología genética solo necesitaría una
instalación frigorífica con unas 200 probetas llenas de material y cultivos originales, más la infraestructura de
un laboratorio farmacéutico convencional. El resto de las operaciones, es decir el transporte, llenar con los
virus las cámaras huecas de las bombas, los aerosoles, etc., se podrían realizar con la misma infraestructura
militar existente para las armas químicas.
En cuanto a su aplicación directa, los militares piensan que el aerosol es el mejor vehículo para expandir las
armas biológicas entre la población y los ejércitos enemigos. El sistema de aerosol permite proyectar virus y
bacterias manipulados genéticamente en grandes nubes hacia áreas determinadas. Desde 1984, el ejército de
Estados Unidos trata de crear en Dugway (Utah) una gigantesca instalación para la dispersión de armas
biológicas a través de aerosoles; el presupuesto se cifra en 2.300 millones de dólares.
En lo que respecta a los efectos de estas armas sobre las personas, nos encontramos con la problemática de
siempre cuando se valoran los resultados de la ingeniería genética: ignorancia absoluta. No obstante, es muy
probable que estas armas multipliquen varias veces los horrores y el poder mortífero que siempre han poseído
las armas biológicas convencionales. Sabemos, por ejemplo, que bastan unos pocos cultivos para poder
infectar a una población de millones de personas con ántrax, fiebre amarilla o peste, enfermedades de alta
mortalidad; sin embargo, la mayoría de estas enfermedades epidémicas son bien conocidas, por lo que el
estado agredido podría, dentro de ciertos límites, organizar actividades terapéuticas contra la epidemia. Eso
sería casi imposible si los virus y bacterias agresores se hallan recombinados genéticamente, ya que la
experiencia de la medicina oficial con esos seres manipulados es nula.

VIRUS Y BACTERIAS CON LOS QUE SE EXPERIMENTA MILITARMENTE.


Factor de Mortalidad (sin
Tipo de microbio. Enfermedad.
contagio. tratamiento).
Encefalitis
Virus. bajo. baja.
venezolana.
Encefalitis equina
Virus. bajo. alta (60%).
oriental.
Enfermedad de
Virus. alto. alta.
Margburg.
Virus. Fiebre amarilla. bajo. alta (40%).
Virus. Fiebre Chikungunya. bajo. muy baja.
Virus. Fiebre Dengue. bajo. muy baja.
Virus. Fiebre del Rift. pobre. alta.
Virus. Gripe. muy alto. baja.
Virus. Viruela. muy alto. alta.
Bacterias. Ántrax. bajo. casi siempre mortal.
Bacterias. Brucelosis. cero. intermedia (25%).
Bacterias. Cólera. alto. alta (85%).
Enfermedad del
Bacterias. cero. alta.
legionario.
Bacterias. Muermo. cero. casi siempre mortal.
Bacterias. Peste pulmonar. alto. casi siempre mortal.
Bacterias. Tifus. alto. baja (10%).
Bacterias. Tularemia. bajo. intermedia.

Otros riesgos de las armas biológicas.


Por supuesto que los militares y políticos afirman que dichas armas jamás se emplearán con fines ofensivos y
que se investigan y producen para mantener la paz. Pero independientemente del cinismo -consciente o
inconsciente- que implican estas afirmaciones, la mera investigación en esta área puede implicar graves
riesgos para la población que habite en las cercanías de los laboratorios y el transporte de las armas puede
comportar graves riesgos.
Sobre este tema existe un desgraciado precedente que sucedió en la ciudad de Birmingham. El catedrático de
virología de la Universidad de Birmingham, Henry Bedson, tenía instalado un laboratorio semiprivado en el
primer piso de una antigua edificación en donde también existían otras instalaciones pertenecientes a la
Universidad. En 1978 se hallaba trabajando él con otros asistentes en su laboratorio con cultivos del virus de la
viruela. A las pocas semanas de haber manipulado los virus, se dio sorprendentemente en la misma ciudad un
caso grave de viruela en una chica joven: Janet Parker. Casualmente, la muchacha fue internada en el hospital
donde trabajaba el profesor Bedson y a éste se le heló la sangre cuando supo que Janet trabajaba como
fotógrafa para el Instituto Anatómico de la Facultad de Medicina de la ciudad, ya que el Instituto se hallaba
precisamente sobre su laboratorio. El 11 de septiembre de 1978 moría Janet Parker víctima de la viruela, pero
un par de días antes el Doctor Bedson se había suicidado seccionándose la garganta con unas tijeras de
césped. Técnicos de la Universidad que semanas después reconstruyeron el contagio de Janet Parker,
llegaron a la conclusión de que los virus habían subido al piso superior a través de un respiradero de reducidas
dimensiones, adyacente a la habitación donde trabajaba Janet. También indicaron que el laboratorio del Doctor
Bedson no cumplía al cien por cien las líneas de seguridad marcadas por la OMS.
El caso Parker-Bedson es una muestra de los riesgos potenciales para la población que conlleva la
investigación con microorganismos; en especial en Europa, donde en varios países los Ministerios de Defensa
han encargado proyectos de investigación de ingeniería genética a laboratorios y equipos investigadores
pertenecientes a las Universidades. Aunque en los laboratorios en donde se realiza manipulación genética de
microorganismos, las medidas de seguridad se rigen por las directrices de Asilomar que son mucho más
estrictas que las de los laboratorios convencionales (el contar con circuitos de reciclado de agua y aire propios
y de compuertas de descontaminación en sus comunicaciones en el exterior), en los últimos años la mayoría
de los laboratorios, tanto privados como estatales, en donde se practica la ingeniería genética han empezado a
apartarse de estas severas reglas. En la actualidad se llevan a cabo en empresas multinacionales numerosos
experimentos de manipulación genética en laboratorios semiconvencionales. En cuanto a los riesgos del
transporte o de un sabotaje mencionaremos brevemente que en septiembre de 1981 desaparecieron de Fuerte
Detrick 2,3 litros del virus Chikungunya, cantidad suficiente para infectar a toda la humanidad con fiebres
tropicales. Hasta hoy el Pentágono no ha podido averiguar dónde fue a parar tan peligrosa arma.

El futuro de las armas biológicas


Como acabamos de comprobar, las técnicas de ingeniería genética no solo están al servicio de fines altruistas,
de carácter médico o económico-social, sino que al mismo tiempo se emplean con fines totalmente militares,
pues no en vano se trata de una tecnología capaz de aniquilar a millones de seres humanos en un corto
espacio de tiempo. La posibilidad -atractiva para los militares- de crear un germen que actúe solo contra
determinadas poblaciones, poseyendo al mismo tiempo una vacuna que haga inmune al agresor a sus efectos
se está convirtiendo en realidad en la era de la ingeniería genética.
Existe un interesante paralelismo entre las armas biológicas recombinadas genéticamente y la energía nuclear
en cuanto a fines bélicos se refiere. Ambas armas tienen un efecto aniquilador parecido, pues, en algunos
casos las armas biológicas pueden tener un radio de acción letal todavía más amplio que las radiaciones
ionizantes de origen nuclear, tanto las armas atómicas como las biológicas «contaminan» durante decenios los
territorios donde son aplicadas, y ambos sistemas conllevan un alto riesgo de manipulación y de producción.
Sin embargo, en algunos aspectos las armas biológicas pueden ser para los militares y políticos más atractivas
que las atómicas: no destruyen la infraestructura del país conquistado, solo -al estilo de la bomba de
neutrones- aniquilan a la población humana; y si además el país agresor se halla en posesión de una vacuna
efectiva contra la epidemia, su población y su ejército pueden ocupar sin grandes problemas el territorio
conquistado a pesar de la contaminación biológica. Por todas estas razones creemos que en los próximos
decenios proliferarán los proyectos y centros dedicados a la investigación de armas biológicas en todo el
mundo

Protocolos y Convenciones Internacionales


La prohibición de armas biológicas
En el Protocolo de Ginebra de 1925 se prohíbe el empleo, en la guerra, de armas biológicas (bacteriológicas).
En este instrumento se reconoce que " el empleo, en la guerra, de gases asfixiantes, tóxicos o similares, así
como de todos los líquidos, materias o procedimientos análogos, ha sido, con razón condenado por la opinión
general del mundo civilizado" y que su empleo ha sido prohibido "en los tratados de que son Partes la mayoría
de las Potencias del mundo". Se señala, más adelante, que "las Altas Partes Contratantes, en tanto que no son
ya Partes en tratados que prohíben ese empleo, reconocen esta prohibición, aceptan extender esta prohibición
de empleo a los medios de guerra bacteriológicos y convienen en considerarse obligadas entre sí según los
términos de esta declaración" [las cursivas son nuestras]. Sin embargo, algunos signatarios del Protocolo de
Ginebra expresaron reservas mediante las cuales, efectivamente, se reservaban el derecho de tomar
represalias en la misma medida, en caso de que se utilizaran armas biológicas contra ellos. Durante los últimos
años, varios Estados han retirado sus reservas [18]; el Reino Unido, por ejemplo, retiró en 1991 su reserva con
respecto al Protoloco de 1925 [19].
En 1972, se abrió a la firma la Convención sobre la prohibición del desarrollo, de la producción y del
almacenamiento de armas bacteriológicas (biológicas) y toxínicas y sobre su destrucción; y, en 1975, entró en
vigor [20]. No se incluyen en ella disposiciones para la verificación de su cumplimiento. La prohibición básica
consta en el artículo I:
"Cada Estado Parte en la presente Convención se compromete a no desarrollar, producir, almacenar o de otra
forma adquirir o retener, nunca ni en ninguna circunstancia:
1. Agentes microbianos u otros agentes biológicos, o toxinas, sea cual fuere su origen o modo de producción,
de tipos y en cantidades que no estén justificados para fines profilácticos, de protección u otros fines pacíficos;
2. Armas, equipos o vectores destinados a utilizar esos agentes o toxinas con fines hostiles o en conflictos
armados".
En la Convención de Examen se prevé la celebración de conferencias cada cinco años aproximadamente, en
las cuales los Estados Partes evalúan el funcionamiento de la Convención, teniendo en cuenta todos los
nuevos adelantos científicos y tecnológicos relacionados con ésta; esas Conferencias de Examen se han
celebrado en 1980, 1986 y 1991 y, más recientemente, de noviembre a diciembre de 1996. En sus
declaraciones finales, esas conferencias reafirman la prohibición básica estipulada en la Convención y
confirman que todos los adelantos en microbiología, biotecnología e ingeniería genética están incluidos en la
Convención; de esa forma se refuerza la norma internacional por la que se prohíben las armas biológicas.
Análisis crítico de la Convención sobre las armas biológicas
El 10 de abril de 1972, la Convención sobre la prohibición del desarrollo, de la producción y del
almacenamiento de armas bacteriológicas (biológicas) y toxínicas y sobre su destrucción quedó abierta para la
firma. Entró en vigor el 26 de marzo de 1975, después de que 22 Gobiernos signatarios depositaran los
instrumentos de ratificación, entre ellos los de la Unión Soviética, del Reino Unido y de los Estados Unidos, que
fueron nombrados depositarios. En 1 de enero de 1997, eran 140 los Estados que se habían adherido a la
Convención, incluidos todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Alcance de las obligaciones
En la Convención se prohíbe desarrollar, producir, almacenar o, de otra forma, adquirir o retener agentes
microbianos u otros agentes biológicos, o toxinas así como armas, equipos o vectores destinados a utilizar
esos agentes o toxinas con fines hostiles o en conflictos armados (artículo I).
En la Convención no se definen los elementos prohibidos ni los objetivos a los que se refieren las
prohibiciones. Sin embargo, hay una definición oficial de los agentes biológicos formulada por la OMS. En el
más arriba mencionado informe de 1970, la OMS describe los agentes biológicos como los que dependen,
para surtir efectos, de la multiplicación dentro del organismo que constituye el blanco y que son preparados
con fines bélicos para causar enfermedades o la muerte de seres humanos, animales o plantas; pueden ser
transmisibles o no transmisibles. Las toxinas son productos venenosos de los organismos; a diferencia de los
agentes biológicos, son inanimadas e incapaces de reproducirse por sí mismas. LaConvención se aplica a
todas las toxinas naturales o producidas artificialmente, "sea cual fuere su origen o modo de producción"
(artículo I). Por lo tanto, se incluyen las toxinas producidas biológicamente, así como las que se producen por
síntesis química. Como las toxinas son productos químicos por naturaleza, su inclusión en la Convención era
un paso hacia la proyectada prohibición de las armas químicas.
Desde que se firmó la Convención, no han surgido controversias entre las Partes con respecto a la definición
de los agentes biológicos o las toxinas, pero la falta de una definición de los términos "armas, equipo o
vectores" ha sido objeto de controversia. Al ratificar la Convención, Suiza se reservó el derecho de decidir por
sí misma qué elementos quedaban incluidos en la definición de armas, equipo o vectores destinados a utilizar
agentes biológicos o toxinas. Los Estados Unidos presentaron una objeción a esa reserva, argumentando que
no sería conveniente que los Estados se reserven unilateralmente el derecho de tomar decisiones de esa
índole. En su opinión, los elementos prohibidos son aquellos cuyo diseño indica que su empleo no podría ser
sino el especificado en la Convención, o los destinados al empleo especificado . Sin embargo, son pocos los
vectores, armas o equipos que se avienen con esos criterios.
En virtud de la Convención, no es absoluta la prohibición de desarrollar, producir, almacenar o, de otra forma,
adquirir o retener agentes biológicos o toxinas. Se aplica sólo a los tipos y cantidades que no se justifiquen
para fines profilácticos, de protección u otros fines pacíficos. Por ello, es posible que continúe la retención, la
producción o la adquisición, por otros medios, de ciertas cantidades de agentes biológicos y toxinas, y puedan
realizarse ensayos en laboratorios e incluso sobre el terreno. De conformidad con las aclaraciones formuladas
en el transcurso de las negociaciones, el término "profiláctico" incluye actividades médicas, tales como
diagnósticos, terapia e inmunización, mientras que el término "protección" se refiere a la fabricación de
máscaras y vestimentas protectoras, sistemas de filtración de aire y agua, mecanismos de detección y alerta,
así como equipos de descontaminación; no debe interpretarse en el sentido de que se permita la posesión de
agentes biológicos y toxinas para defensa, represalia o disuasión . La expresión "otros fines pacíficos" sigue
siendo poco clara. Puede suponerse que incluye la experimentación científica.
La Convención no contiene disposiciones que restrinjan las actividades de investigación biológica. Una de las
razones de esa omisión podría ser el hecho de que resulta difícil distinguir la investigación destinada a
desarrollar agentes para fines civiles de la investigación para fines militares, defensivos u ofensivos. Además,
en el ámbito de la biología, es difícil trazar una línea divisoria entre la investigación y el desarrollo; un país
puede desarrollar agentes de guerra en instalaciones normales de investigación. Dichos agentes, una vez
desarrollados, pueden producirse rápidamente en cantidades considerables. Esta circunstancia y la
autorización expresa para iniciar la producción (con fines pacíficos) de agentes biológicos y toxinas que
podrían utilizarse en una guerra generan el riesgo de que puedan eludirse las disposiciones de la Convención.
La determinación de que el desarrollo, la producción, el almacenamiento o la retención de agentes biológicos o
toxinas debe justificarse no tiene suficiente peso. No existen normas ni criterios convenidos en cuanto a las
cantidades de agentes o toxinas que podrían necesitar los distintos Estados para los diferentes fines
reconocidos en la Convención. Las Partes ni siquiera están obligadas a declarar los tipos o las cantidades de
agentes o toxinas que poseen, ni el uso que de ellas hacen. El sistema de contabilidad de materiales, que es
útil en la verificación de ciertas medidas de control de armamentos, no es viable en el caso de los agentes
biológicos o toxínicos. De modo que no resulta claro qué cantidad de una determinada sustancia prohibida
almacenada por un determinado país sería una violación de la Convención. El secreto en torno a las
actividades de investigación biológica y, en especial, la realización de preparativos defensivos, que en ciertas
etapas no pueden distinguirse de preparativos ofensivos, podrían originar suspicacias que conducirían a la
presentación de denuncias por violaciones de la Convención.
En virtud de otro artículo de la Convención, no se podrá traspasar ninguno de los agentes, toxinas, armas,
equipos o vectores mencionados "a nadie", es decir, a ningún Estado, grupo de Estados u organizaciones
internacionales ni a grupos de la población de una país ni a particulares. Se prohíbe, asimismo, ayudar, alentar
o inducir a la adquisición de las armas prohibidas (artículo III). Parece difícil conciliar esas cláusulas de no
proliferación con el compromiso de las partes de participar en el "más amplio intercambio posible" de agentes
biológicos y toxinas, así como de equipo para la elaboración, el empleo o la producción de dichos agentes y
toxinas con fines pacíficos (artículo X), ya que todos esos materiales, tecnologías y conocimientos técnicos
tienen doble finalidad y, en consecuencia, amplias posibilidades de aplicación. Con objeto de reducir el riesgo
de utilización indebida, un foro no oficial de países industrializados, conocido como el Grupo de Australia (país
que tomó la iniciativa de convocarlo) decidió aplicar ciertas restricciones a las transferencias de artículos
relacionados con la Convención. Muchos países consideran las disposiciones de control adoptadas por el
Grupo como complementarias de la Convención, porque se puede impedir una exportación si hay una especial
preocupación en cuanto a su posible desviación hacia fines bélicos. Otros países consideran que esas
disposiciones son discriminatorias, porque afectan principalmente a los países en desarrollo. Estos países
quieren que el Grupo de Australia se desintegre y tratan de lograr que todas las restricciones para la
exportación que puedan convenirse entre todas las partes se incluyan en un documento de verificación
jurídicamente vinculante.
Las partes en la Convención se han comprometido a cooperar para el mayor desarrollo y la mejor aplicación de
los descubrimientos científicos en el ámbito de la biología por lo que atañe a la prevención de enfermedades o
a otros fines pacíficos (artículo X). Sin embargo, como la Convención es esencialmente un tratado de desarme,
difícilmente puede servir de instrumento eficaz para dicha cooperación. Los participantes en la más reciente
Conferencia de Examen de la Convención reconocieron la existencia de una brecha cada vez mayor entre los
países en desarrollo y los desarrollados en materia de biotecnología, ingeniería genética, microbiología y otros
ámbitos conexos.
La característica más sobresaliente de la Convención es la obligación que tienen las partes de desarmarse:
destruir o desviar hacia fines pacíficos todos los agentes, toxinas, armas, equipos y vectores (artículo II). La
Convención es el primer tratado en que se estipula la prohibición de una categoría completa de armas.
Ladestrucción o la desviación prevista se llevaría a cabo en un plazo de nueve meses a partir de la entrada en
vigor de la Convención; se entiende que, para los Estados que adhieran a la Convención después de su
entrada en vigor, la destrucción o la desviación tiene lugar en el momento de su adhesión. Durante las
operaciones de destrucción, deberían tomarse todas las medidas de precaución necesarias para proteger a las
"poblaciones" (esto es, no sólo a la población del país que realiza esas operaciones), así como al medio
ambiente en general. Estados Unidos fue el único Estado que anunció que su reserva de agentes biológicos y
toxínicos y todas las municiones conexas habían sido destruidas, salvo algunas pequeñas cantidades
destinadas a investigaciones de laboratorio con fines defensivos. Además, informó que las antiguas
instalaciones destinadas a la guerra biológica habían sido transformadas en centros de investigación médica.
Ningún otro Estado ha hecho un anuncio de esa índole. El Reino Unido declaró que no disponía de reservas de
armas biológicas. La Unión Soviética señaló que no poseía ninguno de los agentes biológicos ni toxínicos,
armas, equipo o vectores prohibidos en la Convención; pero esa declaración resultó ser falsa .
Relación con el Protocolo de Ginebra de 1925
En la Convención no se prohíbe expresamente el empleo de armas biológicas o toxínicas. Se estipula
únicamente que las obligaciones asumidas en virtud del Protocolo de Ginebra de 1925, en el que se prohíbe
dicho uso, mantienen su validez (artículo VIII). Sin embargo, los adherentes a la Convención no son
necesariamente Partes en el Protocolo de Ginebra. Además, en la Convención se estipula que ninguna
disposición podrá interpretarse de forma que en modo alguno limite las obligaciones contraídas por cualquier
Estado en virtud del Protocolo de Ginebra, o les reste fuerza. Esto implica que las reservas al Protocolo, que
forman parte de las obligaciones contraídas por las Partes, siguen existiendo. En la medida en que las
reservas se refieran al derecho de emplear las armas prohibidas contra Estados que no sean Partes o como
represalia contra una Parte que viole el Protocolo, serán incompatibles con la obligación de las Partes en la
Convención de no adquirir "nunca ni en ninguna circunstancia" armas biológicas (artículo I). Asimismo, son
contrarias a la decisión de los Estados Partes de excluir "completamente" la posibilidad de que los agentes
biológicos y las toxinas se utilicen como armas (noveno párrafo del preámbulo). Por esa razón, China, al
adherirse a la Convención en 1984, declaró que la falta de una prohibición explícita en cuanto al empleo de
armas biológicas es una deficiencia que debe remediarse "oportunamente". De hecho, a lo largo de los años,
varios Estados han retirado sus reservas al Protocolo de Ginebra, sea con respecto a las armas biológicas
únicamente sea respecto a las armas biológicas y químicas. Han reconocido así que, como la retención y la
producción de armas biológicas están prohibidas, también debería estarlo, por inferencia, su empleo, ya que
éste presupone posesión.
No obstante, en 1996 Irán propuso que la Convención (su título y el artículo I) sean modificados, a fin de que la
prohibición del empleo sea explícita y no implícita. La modificación que presente un Estado Parte entrará en
vigor para cada Estado que la acepte al ser aceptadas por una mayoría de los Estados Partes en la
Convención (artículo XI). Sin embargo, varios Estados se oponen a la propuesta de Irán, porque temen el
riesgo de que otras disposiciones de la Convención sean también objeto derenegociación. Algunos temen que
los Estados que no aceptan la modificación propuesta por Irán podrían permitir el empleo de armas biológicas
en ciertas circunstancias, y dado que el empleo sólo sería posible después de haber sido infringida la
Convención, se pondría en tela de juicio el carácter absoluto de sus prohibiciones. Lo que parece menos
objetable que una modificación es una declaración solemne de entendimiento formulada por todas las Partes,
en el sentido de que el empleo de agentes microbianos u otros agentes biológicos o toxinas, en cualquier
circunstancia que no sea compatible con los fines profilácticos, de protección u otros fines pacíficos, sería una
violación de la Convención.

ÁNTRAX
Generalidades
 El ántrax es una enfermedad bacteriana que puede infectar a todos los animales de sangre caliente
incluyendo el hombre.
 El ántrax es principalmente una enfermedad ocupacional. Se identifica de vez en cuando en individuos que
han sido expuestos a animales muertos ó productos de animales tales como lanas y pelo importados de
otros países. La infección es muy rara en animales en los Estados Unidos.
 Las bacterias del ántrax pueden vivir en el suelo por muchos años. El hombre puede infectarse con el
ántrax inhalando partículas contaminadas del suelo o manejando las lanas o el pelo de animales enfermos.
La infección en los intestinos puede ocurrir comiendo la carne poco cocinada de animales enfermos.
 Los síntomas varían dependiendo del tipo de exposición. Con la exposición de la piel, una lesión como
quemadura aparece, la cual eventualmente forma un centro negro. Hinchazón de las glándulas linfáticas
cerca de la lesión puede ocurrir. Con la exposición respiratoria, los síntomas pueden semejarse a la gripe
común y pueden progresar a problemas de respiración severos e incluso a la muerte.
 Los síntomas aparecen generalmente en un plazo de 7 días.
 Un segundo ataque con esta enfermedad es raro.
 Ciertos antibioticos pueden utilizarse para tratar el ántrax.
 De no ser tratada. la enfermedad puede ser fatal.
 La vacuna del ántrax está disponible para la gente en lo militar ó en ocupaciones de riesgo elevado.
Agente etiológico:
El ántrax es una enfermedad infecciosa aguda causada por Bacillus anthracis, una bacteria Gram
positiva, aerobia formadora de endoesporas, encapsulada, que puede cultivarse en medio ordinario. La
célula vegetativa es grande (1-8 µm en longitud, 1-1.5 µm en anchura). el tamaño de la Espora es
aproximadamente 1 µm. Las esporas crecen rápidamente en todos los medios de cultivo ordinarios de
laboratorio a 37°C. Su morfología celular y colonial permite su identificación por un microbiólogo
experimentado, aunque pocos microbiólogos fuera de la comunidad veterinaria han visto colonias del
ántrax mas que en libros de texto.

Los tres factores de virulencia son: la toxina del edema, la toxina letal y un antígeno capsular.

Etimología: Anthracis deriva de la palabra griega para carbón, anthrakis, porque la enfermedad causa lesiones
superficiales negras como el carbón.
El ántrax es considerado un agente que puede ser usado en una guerra biológica.

En condiciones adversas esta bacteria se transforma en espora, aumentando considerablemente su


resistencia a medios ambientes hostiles. La mayoría de las esporas se destruyen con aplicación de cal,
idealmente a pH 12.6-13.2, por eso a los animales infectados muertos se los entierra profundamente y se los
recubre con cal viva. Para garantizar la destrucción de las esporas de ántrax, se deben calentar los alimentos a
150ºC por lo menos durante 3 horas. Los suelos alcalinos son propicios para mantener las esporas. La
fase activa de la bacteria es destruida rápidamente a 60ºC por 30 minutos.
Patogenicidad:
No se reconocieron las propiedades toxicas de B. anthracis hasta 1954. Anteriormente, debido al tremendo
número de bacterias observado en sangre de animales infectados (>109 bacteria/ml), se suponía que la muerte
era debida a la obstrucción capilar.
Pero experimentalmente se demostró que sólo aproximadamente 3 millones de células/ml son necesarias para
causar la muerte del animal. Además, el plasma de células de animales infectados tiene una toxina que causa
los síntomas del ántrax cuando es inyectada en los conejos normales. De estas observaciones se deduce que
una exotoxina juega un papel importante en la patogénicidad del ántrax.
Cepas: Hay dos variantes coloniales Liso (S) a Áspero (R) que están relacionadas con la habilidad de formar la
cápsula. Las variantes de R son relativamente avirulentas.
La cápsula no es toxica, actúa como protección contra la fagocitosis, y juega su papel más importante durante
el establecimiento de la infección, y un papel menos significante en las fases terminales de la enfermedad que
es mediada por la toxina del ántrax.
Un componente de la toxina del ántrax tiene un modo de acción letal no descubierto en este momento. La
muerte es aparentemente debida a la falta de oxigeno, shock secundario, permeabilidad vascular aumentada,
fallo respiratorio y fallo cardíaco. La muerte en humanos y en animales experimentales frecuentemente ocurre
de repente e inesperadamente.
Distribución:
El ántrax es una infección humana poco frecuente y esporádica en la mayoría de países industrializados. Es
principalmente un riesgo profesional de obreros que procesan pelo o hueso, de veterinarios y agricultores. El
ántrax humano es endémico en regiones agrícolas del mundo donde el ántrax en animales es común; éstos
incluyen países en Sur y Centroamérica, Europa del sur y oriental, Asia y África. El ántrax es considerado un
agente potencial en bioterrorismo y guerra biológica y, como tal, podría presentarse epidemiológicamente en
circunstancias raras.
Formas clínicas del ántrax humano:
El ántrax humano tiene tres formas clínicas: cutánea, por inhalación, y gastrointestinal.
El ántrax cutáneo resulta de la introducción de la espora a través de la piel; el ántrax de la inhalación es a
través del tracto respiratorio, y el ántrax gastrointestinal por ingestión.
En el cutáneo primero se produce picor superficial en la zona donde se produce la penetración, seguido por
una lesión que se vuelve papular, después vesicular y en 2-6 días desarrolla un chancro negro deprimido. El
chancro normalmente se rodea por un edema de moderado a severo y muy extenso, a veces con vesículas
secundarias pequeñas.
Las infecciones no tratadas pueden extenderse a los nodos de la linfa regionales y al torrente sanguíneo con
una septicemia aplastante. El ántrax cutáneo no tratado tiene una proporción de muertes entre el 5% y el 20%,
pero con terapia antibiótica eficaz, ocurren pocas muertes.
Los síntomas iniciales del ántrax por inhalación son apacibles y no específicos y pueden incluir fiebre,
malestar y tos apacible o dolor del pecho; los síntomas agudos de dolor respiratorio, fiebre y shock aparecen
en 3-5 días, produciéndose la muerte rápidamente después de esto.
El ántrax intestinal es raro y más difícil reconocer.
La confirmación de laboratorio se hace por aislamiento de B. anthracis de la sangre, lesiones superficiales, o
las secreciones respiratorias mediante tinción con azul de metileno (M'Fadyean), o por cultivo o inoculación en
ratones, o conejos. Se puede realizar la identificación rápida del organismo por immunodiagnóstico, ELISA y
PCR.

Síntomas
Los síntomas de la enfermedad dependen de la forma en la que se contrajo, pero normalmente los síntomas se
presentan dentro de los primeros 7 días.
Cutáneo: La mayoría (casi 95%) de las infecciones de ántrax ocurren cuando la bacteria entra en una lesión o
abrasión en la piel, como por ejemplo cuando se toca lana, pieles, cuero u otros productos de pelo de animales
infectados (especialmente pelo de chivos). La infección de piel empieza como una protuberancia similar a la de
un piquete insecto pero que en 1 a 2 días se convierte en una bolsa llena de líquido y después en una úlcera
sin dolor, usualmente de 1 a 3 cm. de diámetro, con una característica área negra y necrótica (en el proceso de
morir) en el centro. Las glándulas linfáticas en el área adyacente se pueden hinchar. Aproximadamente un
20% de los casos que no reciben tratamiento médico contra el ántrax cutáneo provocarán la muerte. La muerte
es poco común si se recibe una terapia antimicrobiana apropiada.
La imagen muestra la escara negra rodeada de áreas erosionadas e intenso edema. Estas lesiones son
indoloras. Las áreas de "piel seca" representan áreas de edema en resolución. Las lesiones
continúan su progresión a pesar de tratamiento antibiótico. El ántrax cutáneo es autolimitado y
las lesiones se resuelven sin cicatriz. Alrededor de un 20% de casos no tratados pueden
progresar a formas sistémicas.
Inhalación: Los síntomas al principio pueden confundirse con los de un catarro común. Después
de varios días, los síntomas pueden empeorar y convertirse en problemas graves de respiración
y shock. El ántrax de inhalación generalmente es fatal.
Intestinal: La forma intestinal del ántrax puede ser el resultado de haber consumido carne
contaminada y escasamente cocida y los síntomas incluyen inflamación severa del tracto
intestinal. Los primeros síntomas de nauseas, pérdida de apetito, vómito, y fiebre son seguidos
por dolor abdominal, vómito de sangre, y diarrea grave. En 25% a 60% de los casos de ántrax
intestinal el resultado final es la muerte.

Historia:
Su descubridor fue Robert Koch, médico y bacteriólogo alemán quien en 1876 demostró por primera vez que
un microorganismo vivo era el agente causante de una enfermedad infecciosa conocida como ántrax o
carbunco. Kock fue Director del Instituto Imperial de enfermedades infecciosas de Berlín, es considerado uno
de los fundadores de la moderna bacteriología. Desarrolló varios métodos de investigación. En 1882 descubrió
el bacilo de la tuberculosis (bacilo de Koch) y logró cultivarlo fuera del organismo humano. En 1883 descubrió
el vibrón colérico, agente causante del cólera, y más tarde el agente causante y el método de transmisión de la
fiebre recurrente africana. Premio Nobel de medicina en 1905 por sus investigaciones sobre la tuberculosis.
Fotos del B. Anthracis

B. anthracis fue la primera bacteria que se describió como causante de una enfermedad. En 1877 Robert Koch
demostró que esta bacteria podía ser aislada de un animal enfermo, cultivada posteriormente, y más tarde al
ser inoculada en un individuo sano este contraía la enfermedad (el ántrax). Los pasos de este método son
conocidos como los postulados de Koch y siguen siendo validos hoy en día.
Vacuna
Existe ya una vacuna aprobada contra el ántrax para usarse en los seres humanos. Se estima que la vacuna
es eficaz en 93% de los casos para la protección contra ántrax.
La vacuna contra el ántrax es fabricada y distribuida por BioPort Corporation, Lansing, Michigan. La
vacuna es una vacuna filtrada para eliminar las células, lo que significa que en la preparación no se usa
bacteria viva ni muerta. El producto final no contiene más de 2.4 mg de hidróxido de aluminio. Las
vacunas de ántrax para animales no deben ser usadas en seres humanos.
El Comité de Consultoría Sobre las Prácticas de Inmunización ha recomendado la vacunación de ántrax para
los siguientes grupos:
 Las personas que trabajan directamente con el organismo en el laboratorio.
 Las personas que trabajan con pieles de animales importadas en áreas en las que las medidas de
seguridad e higiene no son suficientes para prevenir la exposición a las esporas de ántrax.
 Las personas en áreas con altos incidentes de ántrax que tocan los productos animales que podrían estar
infectados.
 El personal militar enviado a las áreas con alto riesgo de exposición al organismo (cuando se usa como
arma en guerra biológica).
 Las mujeres embarazadas sólo deben vacunarse si es absolutamente necesario.
La inmunización consiste de tres inyecciones subcutáneas dadas cada dos semanas, seguidas por tres
inyecciones subcutáneas adicionales dadas a 6, 12, y 18 meses. Después, se recomienda la aplicación de
inyecciones de refuerzo cada año.
Se presentan reacciones locales leves 30% de los vacunados y consisten en poco dolor y enrojecimiento en el
lugar de inyección. Las reacciones locales graves son poco frecuentes y consisten en una hinchazón extrema
del antebrazo además de la reacción local. Las reacciones del sistema ocurren en menos de 0.2% de los
vacunados. Vacunas compuestas del bacilo muerto y/o los antígenos capsulares no producen inmunidad. La
cadena externa de B. anthracis produce cantidades subletales de la toxina que induce la formación del
anticuerpo proteccionista.
La vacuna del ántrax para humanos que se usa en EE.UU. es una preparación del antígeno proteccionista
recuperada del filtrado de un cultivo avirulento. El producto final contiene no más de 2.4 mg de hidróxido de
aluminio
Actualmente la vacuna del ántrax se fabrica y es distribuida por BioPort Corporation, Lansing, Michigan, bajo
contrato con el departamento de Defensa, y se producen sólo cantidades pequeñas disponibles para individuos
que están expuestos al ántrax en su ambiente de trabajo
La vacuna está indicada para individuos que entran contacto en el lugar de trabajo con pieles de animales
importadas, deshuese, carne, lana, pelo animal (sobre todo el pelo de la cabra) y cerdas; y para individuos
comprometidos en diagnóstico o actividades de investigación que pueden entrar en contacto con esporas del
ántrax, como veterinarios, empleados de laboratorios y a el personal militar destinado a áreas con alto riesgo a
la exposición al organismo (como cuando se usa como una arma de guerra biológica).
Susceptibilidad :
Existe una variación considerable en la susceptibilidad genética al ántrax entre las especies animales. Los
animales resistentes entran en dos grupos: (1) resistente al establecimiento de ántrax pero sensible a la toxina
y (2) resistente a la toxina pero susceptible al establecimiento de enfermedad.
Los animales que sobreviven al ántrax adquirido naturalmente son inmunes a la reinfección. Segundos ataques
son sumamente raros. La inmunidad permanente al ántrax parece requerir anticuerpos a la toxina y al
polipéptido capsular, pero la importancia relativa de los dos tipos de anticuerpos parece variar ampliamente en
animales diferentes.
Reacciones adversas en el ser humano:
En ocasiones puede producir náuseas, diarreas, vómitos, dispepsia. Alteraciones del SNC: vértigo, cefaleas,
cansancio, insomnio, temblor; en muy raras ocasiones sudoración, convulsiones, estados de ansiedad.
Reacciones de hipersensibilidad, erupciones cutáneas, prurito, fiebre medicamentosa. Reacciones
anafilactoides: edemas facial, vascular y laríngeo. En estos casos se suspenderá en forma inmediata el
tratamiento. Pueden aparecer aumentos transitorios en las enzimas hepáticas, sobre todo en pacientes con
lesión hepática previa. Trastornos de la fórmula sanguínea: muy raramente eosinofilia, trombocitosis,
leucocitosis, anemia, dolores musculares, tenosinovitis, fotosensibilidad.
La vacuna sólo debe administrarse a los individuos saludables de 18 a 65 años de edad. No se sabe si la
vacuna del ántrax puede causar daño fetal, y no deben vacunarse mujeres embarazadas. La inmunización
consiste en tres inyecciones hipodérmicas cada dos semanas, seguidas por tres inyecciones hipodérmicas
adicionales cada 6, 12, y 18 meses. Se exigen inyecciones de recuerdo anuales de la vacuna para mantener la
inmunidad. Y genera una inmunidad cercana al 93%.
Ántrax y guerra biológica
Las esporas del ántrax son al parecer una de las mejores opciones como armas para la guerra biológica ya
que pueden producirse fácilmente y ser guardadas en seco y permanecer almacenadas de forma viable
durante décadas, se dispersan fácilmente por el aire y pueden ser inhaladas por tropas indefensas,
permaneciendo en tierra durante muchos años.
Irak, Rusia y otras diez naciones tienen capacidad para cargar esporas de B.anthracis en las armas.
Las fuerzas militares de EEUU han sido han vacunadas recientemente contra el ántrax debido a la
preocupación sobre la perspectiva del uso de esporas del ántrax.
En un Manual de la Armada americana en la Medicina Operacional y Apoyo de la Flota. (U.S. Navy Manual on
Operational Medicine and Fleet Support) se dan una serie de recomendaciones en caso de usarse el B.
Anthracis como arma biológica.
Se pensaba anteriormente que el Ántrax inhalado era casi 100% fatal a pesar del tratamiento antibiótico,
particularmente si el tratamiento se empieza después de aparecer los síntomas. Un reciente estudio del
Ejército obtuvo un tratamiento exitoso en monos con terapia antibiótica tras la exposición a las esporas del
Ántrax. La terapia antibiótica se empezó un día después de la exposición. Este estudio implica que la terapia
antibiótica puede ser útil en BW si se comienza poco después de realizado el ataque.
Peligros de un ataque con anthrax
Una bomba atómica de 12.5 kilotones que explotara encima de una ciudad podría causar 80.000
muertes, sólo 100 kilogramos de esporas del ántrax podrían matar entre uno y tres millón de personas.
Después de la Segunda Guerra mundial el desarrollo de armas biológicas asumió una prioridad relativamente
baja. Pero los recientes adelantos en biotecnología han hecho posible la producción más eficaz de virus
destructivos y bacterias.
Los desarrollos de este tipo significan que la amenaza de armas biológicas es muy real en el mundo después
de la guerra fría.
Las armas biológicas podrían causar un gran conflicto, ya que son relativamente baratas además, su uso no
esta siendo controlado actualmente por procedimientos de confirmación internacionales como aquellos que
aplican, por ejemplo, a las armas nucleares.
Este hecho quedó patente espantosamente en 1991 durante la Guerra del Golfo cuando Saddam Hussain
preparó un programa ofensivo que usaba las esporas del ántrax y la toxina del botulinum que podrían usarse
contra las Fuerzas Aliadas.
Pero existe una manera segura para asegurar que estas armas terribles nunca se usen de nuevo. Siguiendo la
tercera conferencia de la Convención de Armas Biológica de 1991, expertos gubernamentales dieron un
mandato para desarrollar un protocolo de la confirmación legal llegando a un acuerdo que aplicaría cada uno
de los 133 estados de que participaron en la Convención.
Defensas contra las Armas Biológicas:
(lo siguiente esta tomado de las indicaciones dadas por el FBI ante un ataque con ántrax)
Respirador o máscara de gas: Los filtros, normalmente están hechos de carbono activado, deben bloquear
partículas más grande que una micra. También es aconsejable proteger contra el contacto con heridas abiertas.
Escudos protectores: Mejor en un cuarto cerrado, aislado con plástico o algún otro material del impermeable y
ventilación con aire filtrado.
Desinfección: Los desinfectantes tradicionales como formaldehído son eficaces para superficies.
Vacunación: Debe ser para el agente específico. Algunos agentes requieren varias inoculaciones encima de un
periodo extendido antes de inmunidad se confiere. Para muchos agentes, ninguna vacuna está disponible.
Antibióticos: Eficaz contra algunos pero no todos los agentes bacterianos (y no eficaz contra los virus). Para
algunas bacterias susceptibles, la terapia antibiótica debe empezar después de unas horas de exposición,
antes de aparecer los síntomas
Sistemas de descubrimiento: Unidades de campo rudimentarias. actualmente disponibles para algunos
agentes específicos.
A.M.S.
EBOLA
Las fiebres hemorrágicas son conocidas en Africa desde mucho antes de que ese continente fuera llamado "la
tumba del hombre blanco," una expresión que, al ser usada para referirse a una región con altas tasas de
muertes prematuras, revela mucho sobre el valor diferencial de las vidas humanas. El Ebola mismo ha sido
aislado por completo hace apenas 2 décadas . Su aparición en huéspedes humanos ha sido en ocasiones
insidiosa, pero la mayoría de las veces se manifiesta en forma de erupciones explosivas. Para justificar
recientes epidemias es innecesario postular un cambio de la virulencia de filovirus a través de mutación. El
Instituto de Medicina incluye un solo "factor que facilita la emergencia" de los filovirus: "Monos infectados con
el virus que han sido transportados desde países en vía de desarrollo por avión".
Otros factores pueden ser identificados con facilidad. Al igual que con muchas otras enfermedades infecciosas,
la distribución de las epidemias de Ebola se relaciona con las redes regionales de comercio y otros
sistemas sociales en proceso de cambio. Y, como ocurre con la mayoría de las enfermedades
infecciosas, las explosiones de Ebola afectan, aparte de los investigadores, a ciertos grupos (pobres, o
trabajadores del servicio de salud que atienden a los pobres), pero no a otros grupos que se
encuentran físicamente cerca. Tal es el caso, por ejemplo, de la epidemia de 1976 en Zaire, que afectó a 318
personas. Aunque se especulaba que se propagaba por vía respiratoria, esto no ha sido demostrado como la
causa de los casos en humanos. La mayoría de los expertos pensó que los casos se podían atribuir a falta de
precauciones de contacto, así como a la esterilización inadecuada de las jeringuillas y de otros instrumentos
médicos. De hecho, cuando se tomaron esas medidas el brote fue controlado . Vista más de cerca, esa
explicación indica que Ebola no emerge al azar. En el Zaire de Mobutu, la posibilidad de tener contacto con
jeringuillas no esterilizadas tiene una proporción inversa al estatus social. Las elites locales y los sectores de la
comunidad expatriada que tienen acceso a servicios médicos de alta calidad (o sea, las comunidades
europeas y americanas, y no los refugiados de Ruanda) tienen pocas probabilidades de contagiarse con esta
enfermedad.
Los cambios vinculados a la percepción pública de la enfermedad están igualmente relacionados con el
contexto social. El surgimiento de Ebola ha sido también un asunto de nuestra conciencia. Los medios de
comunicación modernos, incluyendo medios impresos y transmisiones radiofónicas y televisivas, han tenido un
papel importante en la construcción de Ebola—el cual, según las estadísticas, ha sido un actor secundario en
la larga lista de infecciones mortales de Zaire—como una EIE. A través de CNN y otras estaciones de
televisión, la ciudad de Kikwit se convirtió, aunque brevemente, en un término común en partes de Europa y
Norteamérica. Periodistas y novelistas escribieron bestsellers sobre pequeñas pero horripilantes plagas, que a
su vez se convirtieron en cine lucrativo. Así, de modo simbólico y proverbial, Ebola se propagó como un fuego
incontrolable — un peligro potencialmente ilimitado. Emergió.
La enfermedad de Ebola (sus mecanismos de acción no se conocen, pero es muy similar a otros
filovirus, como el Marburg) es una enfermedad infecciosa producida por un virus de la familia
Filoviridae que ocasiona un grave cuadro denominado fiebre hemorrágica por Ebola. El virus (hasta
ahora se han podido identificarse cuatro tipos: Sudán, Reston, Zaire y Costa de Marfil) es una agente
responsable de epidemias catastróficas, aunque por fortuna autolimitadas y circunscriptas.
Este tipo de enfermedad, aparentemente se transmitiría de persona a persona por vía parenteral al
tener contacto con agujas infectadas y no esterilizadas utilizadas en enfermos portadores de este virus.
También se produce al estar en contacto con fluidos corporales de dichas personas. No se tiene
conocimiento de cómo se inicia el brote de la enfermedad, ya que se desconoce cuál es el reservorio
natural del virus. Muchos piensan que se origina cuando una persona está en contacto con algún
animal infectado y posteriormente contagia a otras personas.
Las infecciones del virus Ebola fueron reconocidas por primera vez en 1976, cuando los brotes simultáneos
pero separados de la enfermedad humana causados por dos subtipos distintos del virus, entraron en erupción
en el norte de Zaire y Sudán meridional, los cuales produjeron cientos de muertes. El subtipo del virus Ebola en
Zaire, tuvo una tasa de fatalidad más alta.
Antes del brote de 1995, la última epidemia identificada del virus Ebola en África oriental ocurrió en 1979,
cuando el subtipo Sudán infectó a 34 personas. A fines de 1989, en Reston, Virginia, un nuevo virus Ebola
infectó a una colonia de macacos que habían sido importados de las Filipinas. Este virus, distinto a los
africanos de Ebola, denominado virus de Reston, fue mostrado por los investigadores en el CDC por ser
antigenéticamente y genéticamente distinto de la familia de Ebola africanos. A pesar de su alta toxicidad para
los primates, aparentemente no causaría enfermedad en seres humanos. Varias personas que manejaron los
animales infectados desarrollaron anticuerpos contra el virus Ebola pero no mostraron signos de enfermedad.
En 1992, se produjo una repetición del episodio de Reston, ocurrido en Siena, Italia, cuando los macacos
recibieron el mismo exportador filipino. No se encontró ninguna evidencia de infección humana. El virus nuevo
de Ebola aislado recientemente en un paciente en Côte d'Ivoire (Costa de Marfil), se ha mostrado distinto
genéticamente de los anteriores y es la primera evidencia del virus Ebola en África occidental.
El Ebola por diferentes motivos puede ser un arma bactereológia:
 Es altamente mortal  Los brotes pequeños pueden terminar
 Los síntomas se diferencian entre los en una epidemia
pacientes  Es de almacenado fácil y peligroso por
 Se contagia de persona a persona un período largo
MICOTOXINAS
Las micotoxinas son metabolitos secundarios tóxicos producidos por hongos capaces de crecer en
gran variedad de sustratos y bajo las más diversas condiciones ambientales, contaminando con
frecuencia alimentos, en especial los de origen vegetal. Se han identificado como agentes etiológicos
de micotoxicosis en el hombre y en los animales: las aflatoxinas, la zearalenona, la ocratoxina y los
tricotecenos.
Los humanos están expuestos a las micotoxinas por consumo de alimentos contaminados. El
consumo de alimentos eventualmente contaminados con micotoxinas da como resultado una
intoxicación aguda en la población humana, que se manifiesta por vómito, dolor abdominal, edema
pulmonar, infiltración grasa y necrosis del hígado. El consumo de micotoxinas en forma crónica se
asocia con cáncer hepático, daño renal y efectos comparables al dietilestilbestro
Principales Micotoxinas
Los géneros más importantes productores de micotoxinas son Aspergillus, Fusarium y
Penicillium.
Aflatoxinas son las más importantes. Afectan fundamentalmente al hígado. Es muy
cancerígena. Los típicos productores son Aspergillus flavus, Aspergillus parasiticus y Aspergillus
nomius. Son de los años ’60. Es la única reglamentada de todas. Las 5 están legisladas.
Ocratoxina A à la próxima que será determinada máxima porque se estudia mucho ahora. Es
nefrotóxica, cancerígena y muy termorresistente. La población humana sana tiene un nivel en suero
relativamente alto. Están consumiendo pequeñas cantidades de esta toxina y se van acumulando.
Además, se detecta a niveles muy bajos.
Zearalenona, Tricotecon y Fumorisinas à producidas por Fusarium. La Zearalenona sobretodo
da problemas de estrógenos. Se debe mirar lo que es consumido en este momento que puede no ser
lo que ha producido la lesión. Su origen es el maíz que se usa en la formulación de muchos piensos.
Las micotoxinas se pueden todavía diferenciar de diferentes formas para estudiarlas.
Detección de presencia de micotoxinas en diferentes sustratos (mejorar técnicas, determinar
incidencia...).
Detección de cepas toxigénicas.
Detección de toxicidad.
Establecer límites.
Cuándo se desarrollan las micotoxinas?
- La producción de forrajes conservados requiere de una adecuada implementación de las técnicas de
cultivo, recolección y almacenamiento. Un manejo inadecuado puede dar lugar a la aparición de
toxinas producidas por hongos, cuyas especies más peligrosas pueden afectar en forma grave a los
animales y al hombre. Estos hongos incluyen especies de Aspergillus flavus, Alternaria, Fusarium,
Claviceps y otros hongos endofíticos que son potencialmente productores de micotoxinas (aflatoxinas,
tritotecenos, zearalenona, fumonisinas, moniliformina, ácido tenuazónico, alternariol, alcaloides del
ergot, etc.).
Son múltiples los factores que intervienen en el proceso de proliferación fúngica y de la contaminación
con micotoxinas de los forrajes conservados. Los principales que se pueden citar son:
 el tipo de suelo,
 la susceptibilidad del cultivo,
 la madurez de los granos en el momento de la cosecha,
 la temperatura y la humedad,
 los daños mecánicos o los producidos por insectos y/o pájaros,
 y el tipo de almacenamiento.
Básicamente, y más allá del estadio de la cadena alimentaria que se esté analizando se puede
presentar el problema de la contaminación de la siguiente manera: hongos filamentosos tales como
Aspergillus, Fusarium, Penicillium, bajo condiciones ambientales favorables, colonizarán sintomática o
asintomáticamente un sustrato dado (maíz, sorgo, alfalfa, etc.) pudiendo conducir esta interacción a la
producción de micotoxinas.
Sólo algunos hongos tienen capacidad de producir micotoxinas, y las generan cuando no cuentan con
los nutrientes adecuados por lo que necesitan competir por los mismos con las bacterias y otros
hongos.
Las condiciones que hacen probable su producción son:
Tamaño muy pequeño de los hongos y se pueden dispersar por el aire muy fácilmente y establecerse
en muchos sustratos.
Pueden crecer en muchos sustratos diferentes. Interesan los que intervienen en la alimentación
humana y animal.
El hongo se debe poder multiplicar en el sustrato. En la mayoría de los sustratos alimentarios están
los nutrientes. Sólo varía la temperatura y humedad adecuada.
Este proceso se suele producir durante el almacenamiento del sustrato. Muchas micotoxinas se
forman en el campo.
Si no se consumen alimentos con micotoxinas, esta probabilidad no afecta. Los animales pueden ser
un medio de transmisión de micotoxinas al hombre porque muchas se acumulan en los órganos y
músculos de los animales.

PESTE
Descripción en lenguaje coloquial:
La peste es una de esas enfermedades de la que todo mundo ha oído hablar, sobre todo porque en
siglos pasados dió cuenta de poblaciones enteras. Es por esto que se considera una historia del
pasado, que quedó enterrada para siempre. Sin embargo, la realidad y el registro de casos de peste
son una evidencia de su reaparición en el panorama mundial.
La peste es una enfermedad transmitida al humano por las pulgas, por exposición directa con tejidos
infectados y gotitas de esputo en aerosol. La enfermedad se caracteriza por fiebre, escalofríos,
cefalea, malestar, postración y leucositosis que se manifiestan en una o más de las siguientes formas
clínicas principales:
Es causada por un cocobacilo gram negativo perteneciente a la familia de las Enterobacterias. El
microorganismo puede mantenerse viable durante semanas en aguas, harinas y granos húmedos, y
es destruido por la luz solar en pocas horas; se diferencia de la Yersinia enterocolítica porque la
Yersinia pestis es inmóvil a temperatura ambiente.
Se trata de una zoonosis (enfermedad que afecta particularmente a los animales, y que puede ser
transmisible al hombre) de la que aún se producen brotes en regiones donde las condiciones de la
vivienda y de higiene son deficientes. La OMS informa de la existencia de 1000 a 3000 casos de
peste al año en el mundo. En la actualidad existen focos permanentes en zonas montañosas y
desérticas de Brasil y EEUU. La peste sigue activa también en algunas zonas de África, Asia,
Sudamérica, En las zonas endémicas de peste la mayoría de los casos afectan a la población
indígena. La peste afecta por igual a hombres y mujeres.
El reservorio natural de la enfermedad incluye roedores salvajes, conejos y liebres, carnívoros
salvajes y gatos domésticos.
La peste es una enfermedad conocida por la humanidad desde la antigüedad. La primera pandemia
(propagación de una enfermedad infecciosa a casi todos los habitantes de una región, a veces se usa
como propagación a toda la humanidad) conocida se inició en el antiguo Egipto y se estima que
produjo una mortalidad del 50 al 60% de la población de Africa del Norte, Europa, Asia Central y del
Sur. La segunda pandemia tuvo lugar en 1346, fue conocida como “Muerte Negra” o “Gran
Pestilencia” y se estima que fue responsable de la muerte de una cuarta parte de la población
europea y tuvo grandes repercusiones políticas, culturales y religiosas. En 1855 tuvo lugar la tercera
pandemia que se inicio en China y posteriormente fue diseminada por ratas que iban en los barcos
hacia California y puertos de Sudamérica, Africa y Asia.
Durante la primera mitad del siglo XX la India sufrió una gran epidemia (desarrollo de una enfermedad
o de un fenómeno patológico que afecta simultáneamente a numerosas personas en un territorio mas
o menos extenso y sometido a influencias idénticas e inhabituales) que causó la muerte a más de diez
millones de personas. En las décadas de 1960 y 1970 la peste se localizó principalmente en Vietnam.
En EEUU la última epidemia humana ocurrió en Los Angeles en 1924 – 1925.
Además Yersinia pestis se puede considerar una de las primeras armas bacteriológicas usadas por la
humanidad, en el año 1346, tras sitiar la ciudad de Kaffa durante tres años, los tártaros lanzaron a la
ciudad sus víctimas de peste, provocando una epidemia en semanas. La peste urbana transmitida por
ratas pudo ser controlada en la mayoría de las ciudades afectadas, pero la infección se transmitió a
roedores silvestres, lo que posibilitó que perdurará en áreas rurales.
La bacteria causante de la peste fue identificada, en 1894, por André Yersin.
La Peste hoy:
Al contrario de lo que hasta hace poco se creía, la peste está lejos de haber sido erradicada. Aunque
se conoce el agente causal, su reserva y su modo de transmisión, y pese a la disponibilidad de los
antibióticos capaces de tratar la enfermedad, entre 1978 y 1992 se notificaron a la OMS unos 15,000
casos y 1,500 fallecimientos. Además, el numero de casos tiende a aumentar estos últimos años en
varios países. En vista de que las epidemias de peste evolucionan por brotes sucesivos separados
por períodos de "silencio", el origen de este aumento puede ser la simple coincidencia de varios
brotes simultáneos. Cada brote epidémico se debería a la superposición de varios factores:
temperatura y pluviometría, aumento de las poblaciones de roedores en contacto con el hombre,
mayor sensibilidad de estos animales al agente de la peste, factores humanos cono la tala de
bosques, incendios, colonización de nuevos territorios, migraciones de poblaciones y relajamiento de
la vigilancia epidemológica.
Los casos más recientes:
En diversos países están presentes focos permanentes, generalmente en regiones montañosas o
desérticas donde la población humana es escasa, pero donde la de los roedores puede ser bastante
importante.
Algunas naciones, como Brasil y Estados Unidos, notifican casos de peste casi cada año. En otras, la
peste se presenta en forma de epidemias esporádicas separadas por períodos de silencio que a
veces duran varios años. Los últimos casos de peste se remontan a 1920 en París ( un centenar de
casos, de ellos 34 fallecimientos) y a 1945 en Córcega (13 casos, de ellos 10 fallecimientos).
Aprender de la experiencia
Una pululación de pulgas y ratas en el distrito de Beed (en Bombay) alteró a las autoridades sanitarias
indias el 6 de agosto de 1994. Se trataba de un aumento real del numero de roedores visibles, ya que
estos animales tienden a salir de sus escondrijos cuando mueren de peste, lo mismo que con las
pulgas, que tienen que buscar un nuevo huésped cuando muere aquel en el que vivían. Un primer
caso sospechoso de peste bubónica hizo que se adoptasen las medidas de lucha antivectorial
(insecticidas y raticidas) y tratamientos antibióticos.
Este episodio se había extinguido cuando, el 19 de septiembre, estalló una peste pulmonar en la
ciudad de Surat (estado de Gudjarat) al norte de Bombay que causó 452 casos, de ellos 51 mortales
en menos de una semana. La población, al huir de la ciudad, permitió que esta temible forma
pulmonar se dispersase. De hecho, el 9 de octubre, se habían señalado en 14 estados un total de
6,344 casos sospechosos y 55 fallecimientos.
El recurso de tratamientos curativos (estreptomicina, cloramfenicol) y profilácticos (sulfamidas,
tetraciclinas) eficaces, unido a las medidas de desinfección y luego de desratización, permitió
controlar la epidemia hacia el final del mes de octubre.
De acuerdo con los comunicados de las autoridades sanitarias indias, el origen de la enfermedad
ofrecía dudas: no se sabía si se trataba de una infección por hantavirus, leptospirosis, meliodosis o
tularemia. Efectivamente, todas estas enfermedades infecciosas son transmitidas por roedores
salvajes y presentan síntomas comunes con la peste. Esta polémica se debía también a que ninguna
epidemia de peste había asolado a India en los últimos 30 años, a la baja mortalidad observada, a las
características epidemiológicas a veces atípicas de la epidemia y, el punto más conflictivo, al hecho de
que no se había aislado el bacilo de la peste en los enfermos; sin embargo, el diagnóstico de peste se
basó en varios otros criterios: una pululación de pulgas y de ratas, seguida de la aparición brusca de
tumefacciones ganglionares dolorosas típicas de los bubones de la peste, la existencia de pequeños
bacilos al examinar directamente las extracciones, y la presencia de anticuerpos dirigidos contra la
cápsula de Yersinia pestis en la sangre de los pacientes. Todo esto sucedía, además, en una región
correspondiente a un antiguo foco de peste.
De hecho, según los expertos de la OMS que acudieron al lugar, la epidemia de Maharashtra era muy
probablemente de peste bubónica. De la misma forma, realmente hubo peste pulmonar en Surat pero,
a causa del pánico, cualquier infección pulmonar se habría atribuido demasiado apresuradamente a
esta infección.
Este episodio nos enseña al menos dos cosas. La primera es que la simple evocación de la peste
todavía basta en nuestros días para provocar movimientos de pánico. La segunda es que la peste
probablemente no desaparecerá en un futuro próximo. Es utópico pensar en exterminar a todos los
roedores que constituyen la reserva de esta enfermedad, tanto más debido a que estos animales
viven con frecuencia en madrigueras profundas y en zonas de difícil acceso. Además, aunque se
destruyese a la casi totalidad de roedores (por el hombre o por la misma peste), el bacilo tiene la
capacidad de sobrevivir en las madrigueras de los animales muertos de peste y de infectar a roedores
sanos que recolonizan las madrigueras vacías. Por lo tanto, no se puede excluir que un día u otro, por
los medios modernos de transporte, una rata infectada o un enfermo en periodo de incubación
aporten de nuevo la peste en nuestros países. Pero esto no tiene por qué provocar reflejos de pánico.
La peste es una enfermedad de relativo fácil control.
Formas Clínicas
Se distinguen las siguientes formas clínicas:
1-) peste bubónica, es la forma más frecuente, por lo general, se transmite a los seres humanos a
través de la picadura de la pulga oriental de la rata, Xenopsylla Cheopis, por ello las personas y
los animales que viven o visitan lugares donde recientemente han muerto roedores corren el
riesgo de contraer la enfermedad por las picaduras de las pulgas.
La pulga introduce miles de bacilos en la piel, que emigran a través de los vasos linfáticos hasta
los ganglios linfáticos regionales, donde se multiplican causando la destrucción y necrosis (muerte
de un tejido) de la estructura ganglionar.
La peste no se transmite de persona a persona salvo que exista contacto físico con los bubones
supurantes. Las personas pueden infectarse también al tener contacto con animales infectados,
roedores, conejos, carnívoros salvajes, perros y gatos, cuando las bacterias infectadas penetran
en su organismo a través de la piel.
Tras un periodo de incubación de entre dos a ocho días, aparece bruscamente un cuadro de
fiebre, cefalea (dolores de cabeza), escalofríos y astenia (debilitación del estado general).
Después de algunas horas o días los pacientes notan la presencia del bubón, que es una
adenopatía dolorosa al tacto, de 1 a 10 cm. de diámetro, que se localiza generalmente en las
regiones inguinal, axilar o en el cuello y que en ocasiones pueden supurar.
La palpación de la adenopatía (inflamaciones de los ganglios) produce un dolor muy intenso y por
debajo de la piel se palpa una masa firme y no fluctuante. Con frecuencia se acompaña de
hepatoesplenomegalia (hígado y bazo anormalmente grandes) dolorosa.
Debe sospecharse la existencia de peste bubónica cuando una persona tiene síntomas tales como
adenopatía, fiebre, escalofríos, cefalea y agotamiento extremo con antecedentes de posible
contacto con roedores, conejos o pulgas afectadas.
Sin tratamiento especifico tiene una mortalidad del 50 al 60% en el transcurso de dos a cuatro
días, por la aparición de diferentes complicaciones: lesiones purulentas, necróticas y
hemorrágicas en diversos órganos y shock (caída grave de la presión arterial, que hace peligrar la
vida) con una marcada hipotensión arterial, otras complicaciones de la peste bubónica son peste
septicémica, coagulación intravascular diseminada y meningitis (inflamación de las meninges,
membranas que envuelven la médula espinal y el cerebro) que es una complicación rara; la
faringitis (inflamación de la faringe) de la peste que se presenta tras inhalación o ingestión de los
bacilos y se suele acompañar de adenopatía cervical. También existe una forma mas leve de
peste bubónica que se presenta como un cuadro predominantemente gastrointestinal.
2-) peste neumónica, es la forma más grave y menos frecuente de peste, se produce por la inhalación
de bacilos de Yersinia Pestis. Se denomina peste neumónica primaria cuando los bacilos son
inhalados directamente y peste neumónica secundaria cuando la infección pulmonar ocurre por
diseminación hematógena en pacientes con peste septicémica. Se puede contagiar de persona a
persona mediante la inhalación de las gotitas expulsadas al toser.
En la actualidad, la neumonía por inhalación primaria es rara pero puede desarrollarse después
de la exposición a un paciente con peste que padezca tos.

Clínicamente se caracteriza por tener un curso muy rápido, con fiebre, linfadenopatías, y un
cuadro de bronconeumonía (infección bronquial y pulmonar) caracterizado por tos, dolor torácico y
a menudo hemoptisis (expectoración de sangre). Al principio el esputo suele ser mucoso pero en
el transcurso de los días se vuelve purulento. La forma primaria puede ir acompañada de
síntomas gastrointestinales. Los estudios radiográficos demuestran focos de bronconeumonía.
Sin el tratamiento adecuado los pacientes pueden morir en un plazo de 48 a 72 horas.
3-) peste septicémica, cursa con afectación general sin presencia de bubones. Se denomina peste
septicémica primaria cuando no aparece bubón y las bacterias se diseminan a través de la sangre
a diversas partes del cuerpo. La peste septicémica secundaria generalmente se presenta como
una complicación de la peste bubónica.
La peste septicémica suele tener un periodo de incubación de dos a siete días.
Pueden existir necrosis de vasos pequeños y lesiones cutáneas de color púrpura, en etapas
tardías de la enfermedad aparecen gangrena de dedos y nariz.
Sin tratamiento el paciente puede evolucionar a shock endotóxico o coagulación intravascular
diseminada. La tasa de mortalidad es 3 veces mayor que la asociada a la peste bubónica debido
al retraso en el diagnóstico y tratamiento.
4-) peste pulmonar: Otra forma clínica frecuente de la peste, debida al mismo bacilo, es la peste
pulmonar, aun más temible que la precedente. Un apestado, en un estado muy evolucionado de la
enfermedad, alberga el bacilo en sus pulmones, y cuando tose, emite aerosoles ricos en bacilos
que pueden ser inhalados por otros sujetos. En este caso, la transmisión interhumana directa ya
no necesita pulgas. El tiempo de incubación es generalmente muy corto ( a veces algunas
horas).En un principio, la enfermedad se puede parecer a una infección respiratoria trivial. Muy
bruscamente aparece fiebre de 40-41°, dificultad respiratoria, tos, dolores torácicos, hemoptisis y
alteración profunda del estado general. En ausencia de tratamiento antibiótico, la muerte
sobreviene casi sistemáticamente en pocas horas.
Diagnóstico
El diagnóstico de sospecha, en cualquiera de sus formas es clínico, debiendo descartar peste, en todo
paciente febril con antecedentes de exposición a roedores u otros mamíferos en un área endémica.
El diagnóstico de confirmación se realiza mediante el aislamiento de Yersinia en sangre, exudado de
bubón, liquido cefalorraquídeo o esputo.
Para ello se pueden realizar diferentes pruebas: frotis y cultivos, test de anticuerpos fluorescentes,
serología, título de anticuerpos. Debe tenerse en cuenta que debido a la proliferación lenta del
microorganismo a temperaturas de incubación normales los sistemas automatizados pueden emitir
falsos diagnósticos negativos.
Tratamiento
El primer paso del tratamiento consiste en hospitalizar y aislar al paciente que presuntamente haya
contraído la peste.
Se emplea tratamiento sintomático y de sostén, fundamentalmente la reposición con líquidos, para
estabilizar a los pacientes. El tratamiento antibiótico debe iniciarse lo antes posible, con
estreptomicina como antibiótico de elección. La gentamicina, y tetraciclina son útiles cuando no se
dispone de estreptomicina; el cloramfenicol debe administrarse en los casos de meningitis y de
hipotensión pronunciada.
Los bubones remiten sin necesidad de tratamiento local, pero durante la primera semana de
tratamiento pueden volverse fluctuantes y aumentar de tamaño y puede ser necesaria su incisión y
drenaje.
En caso de epidemia de peste se deberán administrar antibióticos por vía parenteral y aislar 48 horas,
a aquellos que presenten fiebre o tos de corta evolución. Los antibióticos preferidos como profilaxis en
caso de epidemia de peste son las tetraciclinas o las sulfamidas.
Se debe evaluar con sumo cuidado a todos aquellos pacientes que hayan estado en estrecho
contacto con un paciente infectado de peste, especialmente si se trata de peste neumónica.
Profilaxis
La profilaxis (prevención) en áreas endémicas se basa en evitar la picadura adoptando medidas de
protección contra roedores y pulgas. El control ambiental disminuye el riesgo de que las personas
sean picadas por pulgas de roedores y otros animales infectados. Para prevenir los brotes de peste
hay que adoptar medidas sanitarias para disminuir la población de ratas y otros roedores.
La vacuna contra la peste tiene un uso muy limitado. Debe vacunarse el personal de laboratorio que
trabaje con la bacteria y aquellas personas que por su trabajo manipulen o tengan un contacto
estrecho con animales infectados, así como aquellos que viajen a zonas endémicas.
Todos los casos posibles de peste, sin esperar la confirmación, deben ser comunicados al servicio de
Salud Pública y a la OMS.
La peste no tratada se asocia con una tasa de mortalidad superior al cincuenta por ciento y puede
evolucionar a una enfermedad mortal por shock séptico. Desde la aparición de la estreptomicina, en
1948, se la tasa de mortalidad se ha reducido amenos del cinco por ciento. La mayoría de los
pacientes mejora rápidamente y la fiebre remite en unos tres díaEl agente causal de la peste es un
pequeño bacilo capaz de invadir los órganos y la sangre del huésped. El hombre se contamina por
contacto con roedores salvajes o peridomésticos a través de pulgas infectadas. Desarrolla, entonces,
la llamada peste bubónica, que se caracteriza por malestar general, fiebre alta, dolores de cabeza,
alteraciones nerviosas (postración o agitación), y un signo muy característico: el bubón. Se trata de
una tumefacción extremadamente dolorosa correspondiente a la multiplicación del bacilo de la peste a
nivel del ganglio linfático más próximo al punto de la picadura, la mayoría de las veces en la ingle o en
la axila. A partir de este ganglio, el bacilo se difunde por el organismo, invade el hígado, el bazo, los
pulmones y provoca una septicemia generalmente mortal en ausencia de un tratamiento adecuado y
precoz a base de antibióticos (estreptomicina, cloramfenicol, tetraciclinas). También se puede producir
la transmisión interhumana de la peste bubónica ya que el hombre puede ser portador de un vector de
la peste: la pulga Pulex irritans.

TULAREMIA
La Francisella Tularensis, es organismo que causa la turalemia, es una de las bacterias patógenas
más infecciosas conocidas en el mundo, solo se requiere la inhalación de 10 organismos para causar
la enfermedad.
La Francisella Tularensis es un organismo que no forma esporas, capaz de sobrevivir por semanas en
bajas temperaturas en agua, suelo húmedo, etc. Este organismo se ha dividido en dos subespecies:
Francisella Tularensis biovar del turalensis (tipo A); que es el biovar más común en Norteamérica y
puede ser altamente virulento en seres humanos y animales.
Francisella Tularensis biovar Palaearctica (tipo B); que es relativamente no virulento y la principal
causa de Tularemia humana en Asia y Europa.
El porcentaje de mortalidad en afecciones de Tularemia de tipo A varia entre el 5 y 15%, pero en
casos donde se carece de tratamiento con antibióticos el porcentaje aumenta notablemente a una
cifra entre el 30 y 60%. A pesar de estos índices no se ha documentado la transmisión directa entre
seres humanos.
Se considera a la Tularemia un arma biológica potencial peligrosa, debido a su contagiosidad
extrema, la facilida de la difusión, y la capacidad substancial de causar enfermedad y muerte. Su
mayor efecto se produce cuando se utilza en forma de aerosol.
Durante la II Guerra Mundial, el potencial de Francisella Tularensis como arma biológica fue estudiado
por el ejército Japonés así como por EE.UU y sus aliados.

SALMONELLA
La Salmonella es un microorganismo asociado a las vacaciones de verano. Cuando llega el calor, en
los medios de comunicación se publican numerosos casos con un denominador común: la presencia
de este microorganismo. Pero ¿qué es la Salmonella?, ¿es tan peligrosa como se dice?, ¿se puede
prevenir? ¿se puede eliminar?
La Salmonella una bacteria no es demasiado resistente a las condiciones ambientales, tales como luz
solar, desecación, concentraciones elevadas de sal o calor. Sin embargo es responsable de casi la
mitad de los casos de infecciones de origen alimentario que se diagnostican en los hospitales
españoles. Y esta situación se vive de forma similar en los países de nuestro entorno.
El origen del problema radica en que este microorganismo se adapta muy bien a los animales y las
personas. El intestino puede colonizarlo, es decir dar lugar a una infección; o bien, puede llegar a un
equilibrio con otros microorganismos intestinales donde sobrevivirá y se multiplicará en los restos de
alimentos que van a ir pasando por el tubo digestivo. Si se produce la infección, aparecen una serie
de síntomas indicativos del proceso. En primer lugar, durante el período de incubación comprendido
entre 24 y 48 horas, la persona afectada sufre vómitos, diarrea y fiebre elevada que puede superar los
40º C. La diarrea presenta un color verde esmeralda debido a que no se metabolizan los ácidos
biliares.
Tanto las personas enfermas, como los animales y personas que tienen Salmonella en su intestino,
son portadores durante unos meses e incluso años. La consecuencia es que la materia fecal de los
portadores tendrá una elevada concentración del microorganismo patógeno. Por ello, el mejor sistema
de prevención es acentuar las medidas de higiene personal. Lavarse las manos de forma intensa con
abundante agua y jabón tras la utilización del aseo, así como antes y después de manipular alimentos
frescos.
Cuando la Salmonella llega a los alimentos, puede multiplicarse a una velocidad muy elevada en
cualquier alimento fresco. Su número puede duplicarse cada 15 o 20 minutos si la temperatura es
elevada, es decir superior a 20º C. Es por ello que si los alimentos no se refrigeran rápidamente (los
frigoríficos domésticos suelen estar a temperaturas inferiores a 8º C) el microorganismo se
multiplicará, con el consiguiente riesgo para los consumidores. El producto más implicado en este
problema es la salsa tipo mayonesa elaborada con huevo fresco. El huevo puede llevar Salmonella en
su cáscara, ya que las gallinas, al igual que otros animales o incluso el hombre, son portadoras. Si la
cáscara está contaminada, la bacteria puede pasar al producto tras cascar el huevo y contaminar los
productos que se elaboren con él.
En consecuencia, el control en estos casos se fundamenta en las medidas de prevención de la
contaminación, en la higiene personal y en las manipulaciones adecuadas de los productos. Ahora
bien, la erradicación es tremendamente difícil. El microorganismo está tan adaptado al reino animal
que lo vamos a encontrar a muchos niveles. En cualquier caso, hay que apelar al sentido de
responsabilidad de los manipuladores de los alimentos y de las personas que en sus casas elaboran
alimentos, ya que la mayor parte de los casos clínicos tiene su origen en el hogar. Esto nos indica que
hay que extremar también las condiciones higiénicas en el ámbito doméstico, incrementando las
acciones de información y formación de los consumidores

VIRUELA
La viruela es una enfermedad viral infecciosa muy grave; de cada 100 personas que la
contraen 30 mueren, pero se sabe que en algunas poblaciones la mortalidad ha llegado a ser
del 90%. Los sobrevivientes pueden quedar ciegos o con la vista nublada, y con horribles cicatrices
que les recordarán la terrible enfermedad el resto de sus días. Gracias a una campaña muy intensa
de vacunación a nivel mundial, ya no se han reportado nuevos casos desde 1978. El último caso
mortal del que se tiene noticia ocurrió ese año, en uno de los cinco laboratorios de alta seguridad que
tenían muestras del virus. En 1980 la Organización Mundial de la Salud declaró que la viruela era la
primera enfermedad humana completamente erradicada de la faz de la Tierra. Sin embargo, existen
todavía dos muestras del letal virus en dos laboratorios de alta seguridad. Uno de ellos se encuentra
en las instalaciones Vector, en Novosibirsk, Rusia y el otro en el Centro de Control de Enfermedades
(CDC) en Atlanta, Estados Unidos. Supuestamente estas muestras tenían que haberse destruido en
junio de 1999; sin embargo, tanto Rusia como los Estados Unidos cambiaron de opinión a última hora
y se negaron a hacerlo. La decisión de ambos países obedece a que cada uno sospecha que el otro
tiene almacenado este virus en cantidad suficiente para utilizarlo como arma biológica. También se
teme que los rusos hayan facilitado muestras de viruela a Corea del Norte. En pocas palabras, se han
conservado estas muestras exclusivamente por su potencialidad bélica.
Utilizar la viruela como arma causaría estragos en la población, puesto que al ser considerada una
enfermedad erradicada, los esquemas de vacunación ya no la contemplan. Es muy probable que hoy
en día todos los menores de 20 años no estén vacunados. Lo que es peor, ya no hay quien produzca
esta vacuna a escala industrial, ni existe en almacén en cantidades suficientes como para enfrentar
un brote por pequeño que sea. Para apreciar la magnitud del problema, basta mencionar que en 1947
aparecieron en Nueva York ocho casos de viruela; a fin de detener la incipiente epidemia fue
necesario aplicar seis millones de vacunas en una semana. Si el problema se presentara hoy, no
habría manera de enfrentarlo. Afortunadamente, conseguir el virus de la viruela es extremadamente
difícil, por lo que provocar con éste una epidemia queda prácticamente fuera del alcance de los
grupos terroristas, a menos que estén apoyados por un gobierno que cuente con el virus.

RICINA
Se trata de una sustancia que puede ser fatal si es inhalada, ingerida o -más peligrosamente-
inyectada.
Antonio Delgado, profesor de farmacología química de la Universidad de Barcelona, explicó a la BBC:
"Se trata de una proteína que tiene unas características distintas de lo que se utiliza como
purgante, el aceite de ricino. Son los restos del procesamiento de la semilla durante la
producción del aceite y se purifican a partir de procesos químicos".
La ricina daña los órganos, y una combinación de insuficiencia pulmonar, hepática, renal e
inmunológica puede provocar la muerte, a pesar de que es posible recuperarse tras la exposición a la
toxina.
¿Cómo entra en el organismo?
Puede inhalarse en forma de aerosol, o ser inyectada o ingerida.
Se ha probado que la ingesta de unas pocas semillas es mortal.
¿Cuán potente es?
Una pequeña cantidad de ricina es suficiente para causar la muerte.
Setenta microgramos -el equivalente al peso de un solo grano de sal- alcanzan para matar a un
adulto.
Cada gramo de ricina es 6.000 veces más venenoso que el cianuro. Un gramo puede matar a miles
de personas.
Sin embargo, el experto en terrorismo Paul Wilkinson dijo a la BBC que no es posible causar un gran
número de víctimas simplemente esparciendo la sustancia en el aire.
Actualmente no existe un antídoto, si bien los científicos están trabajando en una vacuna.
Si alguien resulta afectado, los médicos sólo pueden tratar los síntomas.
Los primeros síntomas dependen de cómo la persona ha sido expuesta a la ricina, pero suelen ser
fiebre, malestares estomacales y tos.
Si alguien inhala el veneno, puede sufrir un serio daño pulmonar y, eventualmente, un paro cardíaco.
Si la ricina entra al aparato digestivo, causa irritación intestinal, gastroenteritis, diarrea con sangre y
vómitos. "Sus efectos son parecidos a los de enfermedades conocidas como el cólera", añade el
profesor Antonio Delgado.
También es posible que afecte el sistema nervioso central y provoque convulsiones.
Estos efectos se vuelven evidentes 24 horas después de que la persona fue expuesta a la sustancia
tóxica. Y pueden pasar días hasta que aparecen los problemas más serios.
¿Ha sido utilizada alguna vez?
Rastros de ricina fueron hallados en las cuevas de Afganistán.
La toxina también fue usada para asesinar al disidente búlgaro Georgi Markov, valiéndose de un
paraguas preparado para inyectarle una píldora con 450 microgramos de ricina en la pierna. El hecho
ocurrió en el puente de Waterloo, Londres, en 1978.
El profesor Delgado apunta: "Figura en la lista del gobierno británico de potenciales agentes
bioterroristas como una sustancia de amenaza moderada. No es un compuesto fácil de obtener.
Requiere bastante elaboración y no cualquier grupo puede disponer de él en cantidades apreciables".
¿Tiene la ricina algún efecto positivo?
Se está investigando si es útil para combatir el cáncer, ya que puede matar células con facilidad.
Su posible uso como arma
Preocupa a los expertos el posible uso de la ricina como arma de destrucción masiva
Con las mismas herramientas con las que monitorea la evolución de otras armas, los Estados Unidos
investigan la ricina, el veneno que acaban de encontrar en Londres en manos de supuestos
terroristas.
El gobierno norteamericano determinó que la ricina no es un veneno apropiado para matar en gran
escala pero, de todos modos, el FBI emitió una advertencia sobre los peligros de la ricina. De hecho,
los expertos creen que la toxina representa una creciente amenaza terrorista porque es fácil de
producir y de almacenar, aunque difícil de emplear si el objetivo es la destrucción masiva. Sin
embargo, sus posibilidades preocupan a los expertos, que sostienen que el fácil acceso a ella la
convierte en una candidata ideal a los ojos de los neófitos amantes del caos químico y/o biológico.
“Emplean tecnología precaria”, opinó Jonathan Tucker, un experto en armas no convencionales que
trabaja para el Instituto de Estudios Internacionales de Monterrey, Estados Unidos, en referencia a los
métodos desplegados por los siete sospechosos de terrorismo arrestados la semana pasada en
Londres, Inglaterra, con ricina en su poder. Aunque las autoridades británicas sólo encontraron
pequeñas cantidades del veneno en un departamento, se cree que hay un gran depósito en alguna
parte y, con esa quimera, las fuerzas de seguridad planean otras detenciones.
La ricina proviene de las semillas de ricino, que se cultivan desde hace siglos en muchas partes del
mundo. Los antiguos egipcios utilizaban la planta por el alto poder lubricante de su aceite, por sus
efectos laxantes y por los efectos tóxicos de su semilla, que eran más que conocidos. A fines del siglo
XIX, un grupo de biólogos logró extraer la proteína tóxica de la planta de ricino, cuyo nombre científico
es Ricinis communis, y la bautizó ricina. Poco después, el ejército de los EE.UU. empezó a evaluar a
la ricina como un arma, según consta en un texto militar titulado “Aspectos médicos del arsenal
químico y biológico”.
Con ayuda de los ingleses, durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército norteamericano fabricó una
bomba de ricina que, al parecer, nunca fue utilizada en combate. Después de la guerra, los militares
estadounidenses siguieron estudiando la toxina hasta que, en 1969, el presidente Nixon canceló las
investigaciones. Desde el principio, las perspectivas de la ricina como arma de destrucción masiva
fueron ambiguas porque aunque no hay tratamiento ni vacuna que pueda contrarrestar sus efectos
letales, es mil veces menos venenosa que, por ejemplo, la toxina botulina.
Como es sólida, es más difícil de diseminar que los venenos líquidos, que pueden ser rociados. Y, a
diferencia de otros agentes nerviosos que tienden a ser sustancias químicas simples, la ricina es una
proteína grande de difícil absorción. Su inoculación por vía oral también es complicada, ya que para
ser inhalada, debe ser administrada en forma de polvo y su trituración es muy peligrosa. La ricina
llamó por primera vez la atención pública en 1978, cuando la inteligencia búlgara usó un paraguas
modificado para disparar un proyectil de ricina al disidente Georgi Markov.
En aquella oportunidad, los agentes búlgaros perforaron un pequeño proyectil del tamaño de la
cabeza de un alfiler que contenía 500 microgramos de ricina. Markov murió después de tres días, tras
sufrir 72 horas de fiebre y vómitos. La planta de ricina se cultiva en muchas partes del mundo, y entre
los usos legítimos de su semilla se la emplea para fabricar aceite de ricino, un famoso laxante casero,
aunque también se usa como fluido para frenos de autos, en tinturas para teñir el pelo y como
ingrediente base de jabones y cosméticos naturales.
En 1998, el autor del libro sobre armas no convencionales “Muerte silenciosa” dio a sus lectores una
receta con ricina. Poco después, en varias publicaciones gráficas de los muchos grupos de extrema
derecha que abundan en los EE.UU. empezaron a aparecer anuncios de venta de kits mortales
basados en el uso de ricina. En 1991, un grupo de activistas antigubernamentales que operaba en el
estado de Minnesota adquirió uno de ellos a fin de matar a varios funcionarios públicos, transacción
que concluyó con el arresto y la condena de cuatro personas.
En octubre de 1995, los inspectores de las Naciones Unidas, que ya buscaban armas de destrucción
masiva en Irak, informaron que Bagdad tenía por lo menos un proyecto sobre el uso militar de la
ricina. “Las pruebas realizadas fueron un fracaso”, sentenciaron entonces los inspectores, quienes
agregaron que Irak había abandonado las investigaciones con la toxina. Sin embargo, en 1997,
descubrieron nuevas evidencias al respecto. “Durante una inspección sorpresiva, descubrimos un
informe completo sobre un trabajo en curso”, dijo Terence Taylor, el inspector que descubrió el
documento.
Cuando, en 1998, los inspectores finalmente se marcharon de Irak, las fuerzas norteamericanas y
británicas bombardearon la planta de ricina de Bagdad, la capital iraquí. Pero, en un informe de
septiembre, el gobierno británico acusó al régimen de Saddam Hussein de haber reconstruido la
planta en Al Fallujah, por lo que “Irak está en condiciones de producir ricina con fines militares”. Por
eso, el mes pasado, los inspectores de las Naciones Unidas visitaron el complejo de Al Fallujah. Y
aunque tenían expectativas, no anunciaron que en la planta se procesaba ricina ni ninguna otra
sustancia peligrosa.
Taylor, que dirige la oficina que el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, con sede en
Londres, tiene en Washington, dijo que “muy probablemente no se detectará ricina en suelo iraquí”.
En cuanto a los sospechosos de terrorismo detenidos en Inglaterra, el doctor Tucker del Instituto de
Monterrey, advirtió sobre el peligro de ensayar conexiones ideológicas y/o políticas entre “esta gente”,
Irak y los experimentos con ricina supuestamente realizados por Al Qaeda en la frontera entre Irak e
Irán. “Es demasiado pronto para hacer especulaciones”, dijo el experto.
© The New York Times

Biotecnología contra 'bioterrorismo' ALICIA RIVERA, Madrid ( 08-09-99)


Desde que en el siglo XVIII el general británico Geoffrey Amherst inaugurara la guerra biológica al
entregar a una tribu de indios americanos mantas infectadas deliberadamente con viruela, los planes
de armas biológicas o químicas siguen la misma estrategia básica: contaminar al enemigo -o al blanco
de una acción terrorista- con un agente patógeno que normalmente se propaga silenciosamente, a
menudo con un periodo de latencia más o menos prolongado que permite a quien perpetra el ataque
esconderse, y causar decenas, centenares, miles o millones de bajas. Los países desarrollados están
actualizando, con la ayuda de la biotecnología y la genética modernas, sus líneas de defensa frente a
esta amenaza barajada por los expertos.
Nuevas vacunas, nuevos métodos de identificación de los patógenos (incluida la secuenciación de
genomas de los organismos con más probabilidad de ser utilizados como armas), nuevos
diagnósticos, terapias y fármacos son las líneas principales de la biodefensa. "Unos pocos kilos de
ántrax pueden matar a tanta gente como una bomba atómica del tamaño de la de Hiroshima", afirma
David Siegrist, del Instituto de Estudios Políticos Potomac, en un número especial de la revista del
prestigioso Centro de Control de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, dedicado a la guerra
biológica y al bioterrorismo .
Armas nucleares
I. La negativa opuesta por la Corte a ciertos argumentos sobre la ilegalidad del empleo de las armas
nucleares
Entre los argumentos opuestos a la licitud del empleo de armas nucleares, la Corte descartó los basados
en la prohibición de emplear armas químicas o tóxicas. La Corte constata, efectivamente, que la
Convención del 13 de enero de 1993 por la que se prohíben las armas químicas fue negociada y aprobada
"en su propio contexto y por sus propias razones". Recuerda que, durante las negociaciones anteriores a
la aprobación de ese instrumento, nunca se trató el asunto de las armas nucleares y que, por lo tanto,
sería abusivo buscar en ella la fuente de una prohibición de la amenaza o del empleo de las armas
nucleares.
Este razonamiento es correcto, ya que refleja la realidad. En cambio, hay más escepticismo cuando la
Corte dice que el artículo 23 a) del Reglamento de La Haya de 1907 (por el que se prohíbe el empleo de
veneno o armas envenenadas) y el Protocolo de Ginebra de 1925 (por el que se prohíbe el empleo de
gases asfixiantes, tóxicos o similares y de medios bacteriológicos) no son aplicables a las armas
nucleares. Porque en esos textos no se define lo que ha de entenderse por "armas envenenadas" y por
""materias o procedimientos análogos" (Protocolo de 1925); además, según la Corte, la práctica de los
Estados demuestra que "esos términos han sido entendidos en su sentido ordinario de que se aplican a las
armas cuyo efecto primero, si no exclusivo, es envenenar o asfixiar", y no de que se aplican a las armas
nucleares.
Nos dejan perplejos los dos aspectos de la objeción: se contradice la afirmación de que la "práctica" de los
Estados excluye las armas nucleares del ámbito de aplicación del Protocolo de Ginebra de 1925 y del
artículo 23 a) del Reglamento de la Haya de 3907 en la resolución 1653 (XVI) de 1961, en la que la
Asamblea General de la ONU declara -aunque en términos muy generales- que el empleo de las armas
nucleares entra en el ámbito, entre otros, de los Convenios de La Haya de 1899 y de 1907, así como del
Protocolo de Ginebra de 1925. En todas las resoluciones ulteriores (en 1972 y, varias veces desde 1978)
en que la Asamblea General condena el recurso a las armas nucleares, recuerda la resolución 1653. Si
existe, pues, una "práctica" que afirma la aplicabilidad de esos instrumentos al empleo de las armas
nucleares.
La afirmación de que en esos textos solo se prohíben las armas cuyo "efecto primero, si no exclusivo, es
envenenar o asfixiar" (el subrayado es nuestro) no se funda en elemento preciso alguno.
Al contrario, por una parte, los trabajos preparatorios del Protocolo de Ginebra no confirman, en absoluto,
esta interpretación restrictiva, puesto que nada se menciona al respecto; por otra, se comprueba que, si en
la Declaración de La Haya del 29 de julio de 1899 se prohibe efectivamente "el empleo de gases cuya
única finalidad sea propagar gases asfixiantes o deletéreos" (el subrayado es nuestro), muy
significativamente esta fórmula no consta en el Protocolo de Ginebra. Ahora bien, si recordamos que en
éste se prohíben no solo los "gases asfixiantes, tóxicos o similares", sino también "todos los líquidos,
materias o procedimientos análogos" (el subrayado es nuestro), nos damos cuenta de hasta qué punto la
letra y el espíritu de ese texto contradicen la estricta interpretación de la Corte de que solo se refiere a las
armas cuyo "efecto primero, si no exclusivo es envenenar o asfixiar" (el subrayado es nuestro).
Además, la Corte no es coherente con sus propias comprobaciones: tras observar correctamente que "se
considera particular el fenómeno de la radiación de las armas nucleares" (el subrayado es nuestro), ¿cómo
puede luego olvidar que esa radiación, especifica únicamente a las armas nucleares, solo afecta a la
materia viva, definición que es aplicable a las armas químicas ?
Sostener que las armas nucleares no son equiparadas con las armas químicas porque también producen
explosión y calor ¡significa que basta añadir explosivos a un arma química para que deje de ser química o
también, añadir efectos legales a los efectos ilegales de un arma para que ésta deje de ser ilegal!
A los Estados que apoyan esta tesis, las Islas Salomón respondieron:
"The logic of this approach is, to say the least, disconcerting; he who does more cannot do less; the greater
the destruction the more likely the legality of the weapon. The absurdity of the conclusion is matched only
by the absurdity of the reasoning "
Casi al unísono, el juez Weeramantry, en su posición disidente, comprueba que el razonamiento de la
Corte significa que "if an act involves both legal and illegal consequences, the former justify or excuse the
latter".
El razonamiento de la Corte da lugar también a debate, si se compara con la prohibición del empleo de
"armas envenenadas" (Reglamento de La Haya, artículo 23 a).
En primer lugar. no se sabe en qué se basa la Corte para decir que el artículo 23 a) se limita a las armas
cuyo efecto "primero o exclusivo" es envenenar; ¿en la práctica (supra, párr. 7)?; ¿pero, en cuál? La Corte
nada menciona al respecto.
De hecho, no figura en lugar alguno que las armas envenenadas son solo las que liberan veneno sin otro
efecto dañino para la víctima, a no ser que se conciba un proyectil envenenado que hiera a la víctima y
que, sin embargo, logre, por algún proceso telecinético, inocularle el veneno... Dudamos que los autores
del Reglamento de La Haya imaginaran pautas o modos de acción que, en aquella época, habrían sido
considerados más bien como ciencia ficción.
Ahora bien, los efectos del arma nuclear resultantes de la radiactividad inicial e inducida son análogos a
los del veneno, como reconocieron los círculos científicos y los Estados mismos, cuando definieron el
arma nuclear como
"toda arma que contiene o que está concebida para contener o utilizar un combustible nuclear o isótopos
radiactivos y que, por explosión u otra transformación nuclear no controlada o por radiactividad del
combustible nuclear o de los isótopos radiactivos, es capaz de destrucción masiva, daños generalizados o
envenenamientos masivos" (el subrayado es nuestro).
Dicho de otro modo, incluso silos efectos principales del arma nuclear son efectos de explosión y de calor,
no por ello deja de producir los consiguientes efectos de envenenamiento; está, pues, prohibida en virtud
del artículo 23 a) del Reglamento de La Haya como una flecha o una bala venenosa que, a pesar de su
efecto principal de herir el cuerpo de la víctima, no deja de liberar veneno, lo que hace que este prohibida.
La Corte descarta también la condenación del empleo de armas nucleares por las resoluciones de la
Asamblea General, ya que éstas fueron aprobadas "con un número considerable de votos en contra y de
abstenciones"; así, aunque "sean la clara manifestación de una inquietud profunda con respecto al
problema de las armas nucleares, no establecen aún la existencia de una opinio juris por lo que atañe a la
ilicitud del empleo de esas armas ".
Esta conclusión es también muy dudosa. En primer lugar, no se tiene en cuenta el acuerdo particular que
representan las resoluciones de la Asamblea General para los Estados que las han votado y admiten así,
al menos por lo que a ellas concierne, una opinio juris. Luego, parece dar por sentado que en las normas
clásicas del derecho internacional humanitario enunciadas en esas resoluciones no se prohíbe el empleo
de las armas nucleares, puesto que cierto número de Estados se opone: dicho de otro modo, a pesar de
que la mayoría de los Estados sostiene esta tesis y ello, especialmente, a causa de las "tensiones que
persisten entre, por una parte, una opinio juris naciente y, por otra, una adhesión aún fuerte a la práctica de
la disuasión ".
Se hace, pues, prevalecer una opinión minoritaria que limita el alcance de las normas antiguas sobre la
opinión mayoritaria que da a esas normas el alcance que les corresponde, de conformidad con los mismos
textos; y ello en nombre de una práctica controvertida, que es la disuasión. Es tanto menos convincente
cuanto que la Corte se contradice luego, cuando afirma que el derecho internacional humanitario rige y...
¡prohíbe el empleo de las armas nucleares (más adelante, II)! Ahora bien, ¿qué es el derecho humanitario
sino esas normas mencionadas en las resoluciones, a las que la Corte niega todo efecto?
En conclusión, se comprueba que no tiene justificación lógica la negativa de la Corte a equiparar las armas
nucleares con las armas químicas o envenenadas. Dígase lo mismo de su negativa a tener en cuenta las
resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, aunque solo sea como acuerdo limitado a
los Estados que las han aceptado.
II. La ignorancia de la Corte sobre la ilegalidad de ciertos empleos de armas nucleares
Sin embargo, la Corte concluye que, en principio, el empleo de armas nucleares es ilegal, tras comprobar
particularmente que:
- esas armas son "potencialmente de índole catastrófica", ya que su "poder destructor no puede detenerse
ni en el espacio ni en el tiempo. Esas armas tienen el poder de destruir toda civilización, así como el
ecosistema de todo el planeta ";
- por sus radiaciones, esas armas tienen efectos nocivos para el medio ambiente y las generaciones
futuras: "La radiación ionizante puede atentar contra el medio ambiente, la cadena alimentaria y el
ecosistema marino en el futuro, y provocar taras y enfermedades en las generaciones futuras ";
- aunque hay armas nucleares tácticas suficientemente precisas para limitar los riesgos de escalada ,
hasta la fecha, ningún Estado ha podido demostrar que un "empleo limitado no conducirá a una escalada
tendente a un recurso generalizado a las armas nucleares de gran potencia";
- la novedad de las armas nucleares no excluye que el derecho internacional humanitario sea aplicable a
éstas, como reconocieron el Reino Unido, Estados Unidos y la Federación de Rusia ;
- la cláusula de Martens confirma la aplicabilidad del derecho internacional humanitario a las armas
nucleares ;
- la neutralidad se aplica "a todos los conflictos armados internacionales cualquiera que sea el tipo de arma
utilizada ";
- queda prohibido el empleo de "los métodos y medios de hacer la guerra que no permitan distinguir entre
objetivos civiles y objetivos militares, o que tengan como efecto causar sufrimientos inútiles a los
combatientes". Ahora bien, "habida cuenta de las características únicas de las armas nucleares (...), el
empleo de esas armas no se aviene con el cumplimiento de tales exigencias".
Así pues, aunque la Corte llegue a una conclusión, en el párrafo 105 E de su opinión, que se aviene con la
tesis de la ilicitud del empleo de las armas nucleares, se palía inmediatamente ese resultado observando
que:
- "no ha de perderse de vista el derecho fundamental de todo Estado a la supervivencia y, por lo tanto, el
derecho a recurrir a la legítima defensa, de conformidad con el artículo 51 de la Carta (...)";
- "una considerable parte de la comunidad internacional" ha aceptado la política de disuasión ;
- cuando se aprobaron los tratados de Tlatelolco y de Rarotonga, los Estados que tenían armas nucleares
se reservaron el derecho de recurrir a esas armas en caso de ser agredidos por un Estado con la ayuda de
una potencia nuclear ;
- esos Estados hicieron declaraciones análogas durante la prorrogación del Tratado sobre la no
proliferación de armas nucleares (TNP) .
Teniendo en cuenta esta práctica, la Corte llega a la conclusión:
"Habida cuenta del actual estado del derecho internacional, así como de los elementos de hecho de que
dispone, la Corte no puede llegar, sin embargo. a la conclusión definitiva de que la amenaza o el empleo
de armas nucleares es lícito o ilícito en una circunstancia extrema de legítima defensa, en la que esté en
juego la supervivencia misma de un Estado."
Por 7 votos contra 7, gracias al voto preponderante del presidente, esta sorprendente conclusión del
párrafo 105 E de la opinión da -y dará- mucho que hablar. Nos limitaremos a las observaciones siguientes:
1°) Los considerandos en los que se basa principalmente la Corte (más arriba, párr. 13) se refieren a la
práctica de las Potencias nucleares por lo que atañe a la disuasión. Ahora bien, en esos considerandos se
mezclan dos problemas: el de la posesión de armas nucleares y el de su empleo o de la amenaza de su
empleo; aunque la comunidad internacional parezca resignada, en cierta medida, a aceptar la práctica de
la disuasión. no por ello ha llegado a utilizar esas armas. Asimismo, aunque las Potencias nucleares se
hayan reservado públicamente el derecho a emplear las armas nucleares en ciertos casos hipotéticos, no
se puede deducir que la mayoría de los demás Estados haya aceptado ese derecho, puesto que éstos no
han cesado de afirmar en las resoluciones de la Asamblea General de la ONU, que ese empleo es ilícito.
Por supuesto, la Corte no dedujo de esos hechos que son lícitos la amenaza o el empleo de armas
nucleares, pero se ha de lamentar, de todas maneras, que los invoque para llegar a la conclusión de que
no sabe si, en un caso de legítima defensa, en que esté en peligro la supervivencia del Estado, serían aún
ilícitos el empleo o la amenaza del empleo de armas nucleares.
2°) Es tanto más de lamentar esta afirmación de ignorancia cuanto que se fundamenta, además, en el
reconocimiento del derecho de legítima defensa. Ahora bien, si se afirma que un caso de legítima defensa,
por más extremado que sea, podría justificar el empleo de armas nucleares, la Corte está haciendo una
peligrosa amalgama entre jus ad bellum y jus in bello: sugiere que el respeto del segundo podría estar
supeditado a una norma del primero. Así, la Corte pone en tela de juicio uno de los principios básicos del
derecho de los conflictos armados: el de igualdad de los beligerantes ante el derecho de la guerra. Un
resultado tan contrario a la esencia del derecho internacional humanitario conlleva las causas de su
invalidez.
3°) Habida cuenta de ciertos considerandos, el segundo apartado del párrafo 105 está plagado de
contradicciones: efectivamente, tras haber comprobado que el empleo de armas nucleares puede causar
el aniquilamiento de la humanidad, ¿cómo puede la Corte luego preguntarse si la supervivencia de un
Estado agredido podría justificar el empleo de un arma que pueda causar la destrucción de quien la
emplea? Si el recurso al arma nuclear debe causar la desaparición de toda vida sobre el planeta, y si se
supone que e! derecho internacional dimana de la voluntad de los Estados, sería extraño imaginar que los
Estados hayan admitido una norma que conlleva su suicidio, incluido el del Estado que quiera protegerse .
Lo absurdo del resultado induce a responder negativamente a la cuestión planteada por la Corte: incluso
en un caso extremo de legítima defensa, no se puede justificar el empleo de armas nucleares.
4°) Suponiendo que no sea exactamente lo que la Corte quiso decir, y que esté dispuesta a considerar,
desde la perspectiva de la legítima defensa, que un empleo mínimo del arma nuclear (entonces, tendría
que haberlo especificado), o que un empleo que no afecte a la supervivencia de la humanidad como tal,
por más limitado que sea, no impediría que las radiaciones y las precipitaciones radiactivas afecten al
territorio de muchos otros Estados, tal como lo reconoció, ¿se puede pensar, una vez más, racionalmente
que la mayoría de los Estados de la comunidad internacional ha aceptado que, para garantizar la
supervivencia de uno de ellos, se atente contra su integridad territorial, la salud de sus habitantes, el
respeto de su medio ambiente y el respeto de su neutralidad? Responder afirmativamente significaría decir
que los Estados han admitido que se atente gravemente contra su soberanía y, si fuera así, se sabría.
Ahora bien, ningún Estado ha dicho jamás que está dispuesto a aceptar los daños resultantes de la
utilización de armas nucleares por otro Estado y, como las restricciones a la soberanía no se suponen, es
inútil buscar la huella de una aceptación cualquiera del empleo de armas nucleares en cierta resignación
de los Estados por lo que respecta a la disuasión .
5°) Por primera vez en su historia, la Corte pretende no conocer el contenido de la norma en una hipótesis
de hecho particular. Como observaron varios jueces, se trata de un non liquet, o si se prefiere de una
¡"incapacidad de opinión"! Ahora bien, como tal, la opinión no debería tener alcance alguno. En primer
lugar, porque se basa en considerandos cuya índole impugnable acabamos de recordar (más arriba, 1° y
2°). Después, porque la Corte, como dice ella misma, es un órgano judicial y, como tal "solo se pronuncia
basándose en el derecho [49] o, como afirma en esta Opinión consultiva "expresa el derecho existente (...),
aunque expresando y aplicando el derecho la Corte deba necesariamente precisar el alcance y, a veces,
comprobar la evolución ".
En otros términos, la Corte desempeña su función judicial cuando comprueba que tal comportamiento es
lícito o ilícito, pero no la desempeña cuando declara ignorar el estado del derecho en tal o cual hipótesis.
In casu, la Corte afirma, primeramente, con claridad la ilicitud de la amenaza del empleo o del empleo de
armas nucleares (apartado 1 del párr. 105 E); luego, añade que no sabe si hay normas en la hipótesis
particular de la legítima defensa de un Estado cuya supervivencia está en juego (apartado 2 del párr. 105
E). Puesto que la Corte no logra determinar el alcance de la norma prohibitiva en la hipótesis considerada,
a pesar del poder que reconoce tener de administrar justicia (véase cita, más arriba), podemos concluir
lógicamente que la única norma segura es la ilicitud general del empleo y de la amenaza del empleo del
arma nuclear. La Corte "expresa el derecho" en el primer apartado, mientras que en el segundo dice no
conocer ese derecho: entonces ese apartado no tiene alcance alguno...
Por lo demás, la afirmación de la ilicitud de principio no es únicamente de los 7 jueces que votaron a favor
del párrafo 105 E; también la comparten 3 jueces disidentes que, por su parte. consideran que el empleo y
la amenaza del empleo de armas nucleares son siempre ilícito. Si descartamos el dictamen disidente del
juez Oda, que no se pronuncia ni en un sentido ni en otro (considera solamente que la Corte tendría que
haberse negado a responder a la solicitud de opinión consultiva, habida cuenta, entre otras razones, de la
índole demasiado política y demasiado general de la cuestión planteada, se comprueba que de 13 jueces
10 reconocen la ilicitud del principio del empleo o de la amenaza del empleo de armas nucleares, !Ese es
el derecho! La "ignorancia" pretendida de 7 jueces, en cuanto a la legalidad o a la ilegalidad del empleo o
de la amenaza del empleo de armas nucleares para hacer frente a una agresión que ponga en peligro la
supervivencia misma del Estado, no es un discurso jurídico. En un examen, cuando un estudiante
responde que ignora el contenido de tal o cual norma, reconoce su ignorancia, pero no por ello expresa el
derecho. El único derecho es el que se afirma como tal. Todo lo demás es solo estado de ánimo y
literatura...
Por todas esas razones, pensamos que el apartado 2 del párrafo 105 E de la opinión de la Corte no quita
ni pone nada por lo que respecta a la ilicitud general enunciada en el apartado 1. Revela sencillamente el
desconcierto, "el caso de conciencia" -como escribe el presidente Bedjaoui [53]- de la Corte ante las
consecuencias políticas considerables que puede presentar una opinión más resuelta. Un desconcierto
que recuerda el de Hamlet ante la existencia, pero que, como en el caso del personaje de Shakespeare,
es pura filosofía y no derecho.
Tras un primer momento de decepción, el especialista en derecho internacional humanitario podría, pues,
contentarse con esa opinión consultiva, que, por lo demás, contiene muchas otras buenas cosas en el
plano de ese derecho. Por ejemplo, si la Corte no se pronuncia acerca de la índole de jus cogens del
derecho humanitario, dado que no se lo solicitaron, reconoce implícitamente esa calidad a las normas
fundamentales del Reglamento de La Haya y de los Convenios de Ginebra de 1949, puesto que las califica
de "principios intransgredibles del derecho internacional consuetudinario.

Joaquin Czikk
joaquinczikk@hotmail.com
Escuela Superior de Comercio
“Carlos Pellegrini”

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