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Junto a este punto de observación, se observa otra zona donde por socavación del río que
discurre más abajo, se ha ido perdiendo parte del sostenimiento que actuaba directamente
sobre el talud inferior de la vía. De esta forma, se genera un deslizamiento rotacional que
afecta directamente a la vía rompiéndola en forma medía luna.
Para la protección de la vía ante el movimiento rotacional del terreno del talud
interno se plantea la construcción de un muro de contención de concreto reforzado
en el propio talud interno de la vía. La cimentación propuesta es profunda mediante
pilotes haciendo estos mismo también la función de pantalla discontinua. El muro
debe tener una longitud de 50 metros y una altura de 4 metros. La profundidad de
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los pilotes debe ser tal que llegue a empotarse en la roca existente bajo la unidad G
(Gravas y bolos), por tanto se estima una profundidad de 20 metros.
Protección frente a socavación y contención del pie del talud externo mediante la
realización de un muro de gaviones protegiendo la quebrada.
La cimentación del muro se ha propuesto mediante pilotes tipo caissons los cuales tienen
una doble función: por un lado deben ser la cimentación del propio muro de contención y
recoger sus cargas; y por otro lado deben proporcionar la resistencia al corte necesaria para
aumentar el factor de seguridad al deslizamiento de la superficie inestable. Esta resistencia
a cortante se ha obtenido, mediante los cálculos de estabilidad, que debe ser al menos de
300 kN/m.
La resistencia al corte se debe combinar con el resto de solicitaciones procedentes del muro
de contención para el diseño estructural de los pilotes.
De esta manera, el muro tendrá una altura aproximada de 4,00 metros y una longitud
aproximada de 50,00 metros la cual debe cubrir la zona afectada por la inestabilidad. La
profundidad de los pilotes debe ser de al menos 20,00 metros para quedar suficientemente
empotrados en el macizo rocoso.
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Figura 1.- Esquema tipológico de la solución propuesta.
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muros es totalmente permeable por lo que se permitirá el paso del agua de escorrentía
pero se retendrá el material arrastrado.
El muro tendrá una altura aproximada de 2,00 metros sobre la rasante del terreno y una
longitud suficiente que abarque toda la zona afectada por el proceso de arrastre de
material, estimada en unos 40 metros. La cimentación del mismo será superficial
recomendando que el arranque del mismo esté a 1,50 m de profundidad respecto la rasante
de la carretera. La tensión admisible del terreno en el apoyo de la cimentación se estima en
2,0 kg/cm2.