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Proemios del digesto de la concepción del digesto
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De concepciones digestorum
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queremos que toda entera sea nuestra, ¿qué podría la antigüedad abro-
gar en nuestras leyes? Y en tanto queremos que todos estos textos, una
vez restablecidos, tengan fuerza de ley, que si, aun cuando hubieran
sido transcritos de diferente manera en los antiguos, aparecieren, sin
embargo, con sentido contrario en su inserción, no se impute ninguna
falta a lo escrito, sino que esto se atribuya a elección nuestra.
§ 8.— Así, pues, no encuentre para sí lugar en ninguna de las par-
tes del mencionado Código ninguna antinomia (que así, con una voz
griega, se decía por los antiguos), sino que haya una sola concordancia
y una consecuencia, no quedando nadie en desacuerdo.
§ 9.— Mas también queremos, según se ha dicho, desterrar de tal
compilación toda repetición, y no permitimos que de nuevo se inclu-
yan del antiguo derecho las decisiones contenidas en las sacratísimas
constituciones. que en nuestro Código recopilamos, pues la sanción de
las constituciones imperiales basta para su autoridad, a no ser que acaso
esto fuese necesario, ya para la división, ya para su complemento, o ya
para la mejor investigación y ello, sin embargo, muy raras veces, para
que de la repetición de este defecto no nazca algo espinoso en tal prado.
§ 10.— Y de ninguna manera os permitimos que si algunas leyes
contenidas en los antiguos libros cayeron ya en desuso, las pongáis,
pues queremos que obtengan fuerza de tales tan sólo aquellas que o el
uso frecuentísimo en los juicios practicó o la costumbre inmemorial de
esta excelsa urbe conirmó, conforme lo escrito por Salvio Juliano, lo
cual indica que todas las ciudades deben seguir la costumbre de Roma,
que es cabeza del orbe de la tierra, y no ella la de las otras ciudades.
Más por Roma ha de entenderse, no solamente la antigua, sino tam-
bién nuestra regia (Constantinopla), la cual, mediante la protección de
Dios, ha sido fundada con mejores augurios.
§ 11.— Por tanto, mandamos, que todo se rija por estos dos códigos:
uno, de las constituciones, otro, del derecho extractado y compilado en
el futuro Código, salvo si alguna otra cosa se promulgare por nosotros en
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§ 14.— Haec igitur omnia Deo placido facere tua prudentia una
cum aliis facundissimis viris studeat, et tam subtili quam78 celerrimo
ini tradere, ut codex consummatus et in quinquaginta libros diges-
tus nobis oferatur in maximam et aeternam rei memoriam, Deique
omnipotentis prudentiae argumentum79, nostrique80 imperii vestrique
ministerii gloriam. Data octavo decimo Kalendas Ianuarias81, Lampa-
dio et Oreste viris clarissimis Conss. [530].
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