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Garrido, Juan Manuel. El de vista que reconoce las limitaciones y


imperativo de la humanidad. La fun- los peligros de hablar de una idea uni-
damentación estética de los derechos versal de humanidad.
en Kant. Santiago de Chile: Orjikh El texto se mueve alrededor de
Editores, 2012. 91 pp. las siguientes preguntas: ¿cómo es la
dimensión de la existencia particular-
Del respeto a la urgencia de la mirada mente humana y cómo se explica que a
partir de ella se pueda experimentar la
El imperativo de la humanidad. La moralidad misma?, y ¿qué nociones de
fundamentación estética de los derechos urgencia y de apremio moral acompa-
humanos en Kant es un ensayo del año ñan esta experiencia de la moralidad?
2000, escrito en el momento del juicio Las respuestas a estas interrogaciones,
a Pinochet por el caso “Caravana de a su vez, permiten, en primer lugar,
la muerte”,1 pero publicado reciente- cuestionar hasta qué punto esta nueva
mente. En él, el filósofo chileno Juan visión de la moralidad es una respues-
Manuel Garrido, al preguntarse por ta a las críticas de formalismo que se
el deber de dar respuesta a este tipo de le hacen a la filosofía moral kantiana.
acontecimientos “inhumanos” y por lo En segundo lugar, obligan a indagar
que significa, entonces, actuar en nom- por la posibilidad de refutar las lectu-
bre de la “humanidad”, propone una ras que, apoyándose en la afirmación
lectura novedosa de la formulación del kantiana según la cual el único prin-
imperativo categórico kantiano con cipio de determinación de la voluntad
base en las herramientas filosóficas que es el cumplimiento de un “mandato”,
plantea la idea de humanidad que apa- terminan por justificar actos de lesa
rece en algunos lugares de la Crítica del humanidad como los del torturador
Juicio. La de Garrido es una propuesta chileno Osvaldo Romo o como los de
que encuentra en la estética kantiana Adolf Eichmann. Finalmente, invitan a
una dimensión de la existencia par- ver hasta qué punto y de qué manera la
ticularmente humana, que permite propuesta de lectura que se hace en este
entender el imperativo y, con él, los texto aporta a la fundamentación de
derechos humanos y la tortura como la los derechos humanos, y en qué sentido
peor de sus violaciones, desde un punto hablar de una fundamentación de estos
ayuda a su comprensión y enriquece el
1 Se conoce como “Caravana de la muerte” debate contemporáneo al respecto.
al recorrido que emprendió en 1973 una
delegación militar por diversas provin-
Estas preguntas se vuelven más re-
cias de Chile bajo el mando del entonces levantes aun si tenemos en cuenta que
general Augusto Pinochet. Los militares Garrido se mueve en una tradición de
secuestraron, dieron muerte y desapare-
pensamiento apoyada en algunos pen-
cieron a decenas de opositores políticos
del golpe militar. sadores franceses contemporáneos,

ideas y valores · vol. lxii · suplemento n.o 1 • 2013 • issn 0120-0062 (impreso) 2011-3668 (en línea) • bogotá, colombia
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para la cual hablar de sujeto, de fun- mente determinar las condiciones de


damento e, incluso, de humanidad, es posibilidad de nuestro actuar moral.
problemático. De este modo, este cor- Tradicionalmente esto se lee como si
to ensayo no asume como dada una a partir de una definición de la acción
concepción de humanidad, sino que moral pudiéramos definir el principio
parte de una pregunta que, a juicio de del hombre como existencia que po-
Garrido, ha sido ignorada y reprimida see un fin en sí misma. Sin embargo,
tanto por los estudios críticos sobre esto no es suficiente “para fundamen-
Kant como por el sentido común: ¿qué tar la realidad práctica del imperativo
es el hombre que puede sentir apre- categórico” (24). Paradójicamente, la
mio frente a situaciones en las que la realidad práctica del imperativo ca-
“humanidad” es puesta en entredicho tegórico no tiene que ver, a juicio de
por sus propios actos?, y, en términos Garrido, con dotar de contenido la de-
kantianos, ¿qué es el hombre que pue- finición del deber, sino con pensar la
de estar obligado por el imperativo forma, el carácter imperativo de la ley
categórico? Estas cuestiones suponen, moral: el apremio como la forma de la
además, la idea de que “el imperativo relación entre el sujeto y la legalidad
categórico de la humanidad ya no sirve pura. Y es en esa medida que se pien-
para fundar ningún respeto verdadero sa el ser humano como condición de
por la humanidad” (14). Pensar en la posibilidad de este apremio: la posibi-
segunda formulación del imperativo, lidad específicamente humana de estar
aquella según la cual “debemos actuar obligados y del darse de la ley siempre
de tal manera que nos valgamos de la como imperativo. De este modo, de lo
humanidad, tanto en nosotros mismos que se trata es de pensar cómo se nos
como en los demás, siempre como fin presenta a los seres humanos el hecho
y nunca únicamente como medio”, de que estamos obligados.
recuerda al sentido común la expe- Estar obligado es actuar por respe-
riencia, que ha sido de alguna manera to a la ley, es desear la universalidad y
cotidiana en países como Chile, de lo la necesidad de la acción determina-
inhumano en el ser humano. das por el querer puro. Sin embargo,
La investigación que se inicia con advierte Garrido, el respeto, al ser
las anteriores preguntas se extiende definido como un sentimiento moral,
a lo largo de los primeros cinco capí- no puede ser considerado únicamente
tulos. La indagación por la naturaleza como un efecto de la ley moral o como
humana, aunque tiene que ver con pen- causa de la acción moral. Este debe ser
sar el ser humano como condición pensado también como afecto, como
de posibilidad, como fundamentación aquello que, “en cuanto móvil [de la
del imperativo categórico, no tiene acción moral], efectúa (o mejor dicho,
que ver con la necesidad de un saber debe efectuar) en el ánimo” (KpV, Ak.
teórico al respecto o con la necesidad V 72). Dicho de otro modo, mientras el
de una antropología kantiana. En la deber expresa la efectividad causal de
Fundamentación de la metafísica de la ley moral sobre el sujeto, el respeto
las costumbres (G), Kant busca única- corresponde al apremio de la voluntad,

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expresa el “puro sentimiento de la inte- caracterizado como el sentimiento de


rrupción del sentimiento” (36, énfasis la interrupción del sentimiento.
añadido). Esto trae consigo el siguiente Como hace notar Garrido, en la
problema: “como afecto, el sentimien- Crítica del Juicio (KU) se hace difícil
to moral solo puede ser descrito como sostener que la relación que Kant esta-
efecto de la ley sobre nuestra sensibili- blece entre el sentimiento estético de lo
dad, sobrepasando así los límites de la sublime y el respeto como sentimiento
experiencia; y a la inversa: como efec- moral se trate siempre o simplemen-
to de la ley, el sentimiento moral solo te de una analogía. El sentimiento de
puede ser descrito como afecto de la lo sublime termina por confundirse
sensibilidad, en los límites de la expe- con el respeto por nuestra propia hu-
riencia pero sin poder echar mano de manidad, por la idea impresentable
la idea de moralidad” (40). Según esto, (¿sublime?, se pregunta Garrido) de
al menos desde lo dicho por Kant en la humanidad. Así pues, pareciera que el
Fundamentación de la metafísica de las fundamento del sentimiento de lo su-
costumbres y en la Crítica de la razón blime fuera, entonces, moral y que el
práctica, no es posible pensar el apre- respeto a la ley pudiera dar cuenta del
mio moral únicamente como afecto. sentimiento estético de lo sublime. No
Es en este punto donde comienza la obstante, no se trata de cualquier forma
parte propositiva del ensayo y donde racional de moralidad. Al preguntarse
se puede apreciar con mayor claridad por el estatuto del sentimiento moral
el desplazamiento de la pregunta que en la Analítica de lo sublime, Garrido
hace Garrido. A partir de este proble- parte de una lectura de la primera edi-
ma, resulta necesario replantear los ción de la KU, en la que se precisa que el
términos en los que tradicionalmente sentimiento moral es un “sentimiento
se ha entendido la filosofía práctica moral en el hombre” (KU, Ak. V 265-
kantiana. El pensador chileno propo- 266). A juicio de Garrido, este último
ne entonces que, en lugar de pensar de texto le asigna al ser humano un lugar
qué manera la estructura de la afec- distinto y más específico que el que le
tividad que caracteriza al respeto se es asignado por las otras críticas: el ser
puede conformar con la idea de mo- humano definido por la experiencia
ralidad, nos preguntemos “qué tipo de estética no es únicamente un ente ra-
moralidad es posible pensar a partir cional o un ente animal, sino que es la
de la afectividad” (41). O bien, refor- ocurrencia simultánea de animalidad y
mulándolo en los términos en los que racionalidad en la experiencia estética.
se mencionaba anteriormente, qué cla- Por lo tanto, la estimación estética es el
se de humanidad es posible pensar acontecimiento de la humanidad.
a partir de la destinación efectiva/ A partir de lo anterior, el texto nos
afectiva del imperativo. Este desplaza- lleva a concluir que el sentimiento
miento conduce a Garrido a estudiar moral en el ser humano es una deter-
el sentimiento estético de lo sublime, minación positiva de la afectividad que
lo que nos lleva al terreno de la tercera fundamenta lo sublime. No obstante,
Crítica, pues allí también el respeto es esta caracterización no parece escla-

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recer completamente la oscuridad del suya y que le revela el fin de su existen-


sentimiento moral ni la del tipo de mo- cia. Así pues, concluye Garrido, no se
ralidad que fundamenta el sentimiento trata de que el ideal de belleza esté con-
de lo sublime. De hecho, en este punto dicionado por una idea de humanidad,
Garrido se centra únicamente en la di- sino que es en el acontecimiento de lo
mensión estética de este sentimiento. bello en donde nace la humanidad.
La definición de ser humano de la que La figura humana no es una imagen
hablábamos más arriba es tomada de ni un esquema que pueda ser determi-
la condición desinteresada del juicio nado o usado como medida de otras
de gusto en la “Analítica de lo bello”. imágenes que surjan en la existencia a
De esta manera, la pregunta por la for- partir de ideas de la razón o del enten-
ma de moralidad que se presenta en dimiento. La figura humana se refiere
el “sentimiento moral en el hombre” al proceso de formación de lo bello. Es
se formula desde el sentimiento de el origen de las imágenes presentadas
lo bello. Garrido nos recuerda que, al por la imaginación, es la “forma de la
hacer un juicio sobre la belleza de un formación” de la imagen y la forma-
objeto, el sujeto debe, además de com- ción misma. En palabras de Garrido:
prender lo bello en la presentación del “La figura humana es el fondo confu-
objeto, representarse la posibilidad de so, impresentable e irrepresentable, a
la existencia bella para asignarle una partir del cual se presenta toda imagen:
finalidad –aunque sea indetermina- es la presentación impresentable de la
ble–, un “concepto a priori especial” o presentación misma, que no puede ser
un ideal que sirva de máxima subjeti- a su vez una imagen más entre otras”
va a la facultad de juzgar y que no esté (70). Por eso, la figura humana es aque-
condicionado por alguna idea práctica llo que llama a la contemplación, que
o algún concepto del entendimiento. apremia a mirar las formas bellas: es,
No obstante, esta “representación” del pues, la “fuerza formadora” de todas
ideal de lo bello es además una exigen- las formas libres de la imaginación y
cia: lo bello le plantea al sujeto la tarea de su posibilidad de expresión, que
(¿el imperativo? se pregunta Garrido) solo se produce con ocasión de una
de la contemplación, de la compren- presentación.
sión de un fenómeno cuyas reglas de Para concluir, Garrido hace una
inteligibilidad no le son dadas. En lectura de la libertad desde la estética
la experiencia de lo bello el sujeto se de la presentación, lo que le permite
descubre interpelado por y capaz de comprender la relación entre seres hu-
responder a una dimensión que no manos distintos. Desde este punto de
puede determinar y que excede todas vista, la experiencia de la libertad no
sus capacidades. Se descubre –y se podrá ser entendida en el sentido de
produce– como ser humano en la con- una práctica de la libertad, como en
templación en cuanto que genera, por la Crítica de la razón pura, ni como la
el libre juego de la imaginación, el ideal legalidad de la voluntad. Como lo su-
de belleza, la figura (Gestalt) humana. giere el autor, la experiencia del deber
Descubre, además, la exigencia que es se constituye por la alteridad de la ley,

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por aquello que obliga al ente racional plo, los derechos humanos. Dado que la
finito. En este sentido, el respeto por la figura humana no es efecto de una idea
ley, aquello que nos determina como de humanidad, no fundamenta la dig-
libres, “podría ser definido como la re- nidad de la persona entendida como la
lación con la alteridad originaria de la elevación de esta última por encima de
ley” (78). Esta, es una alteridad que no todo lo demás. Garrido insiste en que
se presenta y que permanece indeter- la dignidad debe entenderse en un sen-
minada y, por lo tanto, no es distinta de tido muy específico: la dignidad del ser
la presentación constitutiva de la expe- humano es la exigencia de la mirada,
riencia estética misma. de la tarea de la contemplación. De esta
La alteridad de la ley es la alteri- manera, lo “inhumano” no tiene que
dad del hecho de la libertad y no de la ver con una negación de la idea que nos
“causalidad por libertad” de la primera hacemos de humanidad, que puede no
Crítica. La libertad en su factualidad es ser universal, sino con un ocultamien-
el hecho que funda la presentación; lo to de la presencia, con una negación
que se presenta es la “libre y propia lle- de la posibilidad de contemplación y,
gada a la presencia” de aquello que no en este sentido, con la desaparición de
está determinado para llegar a ella. De la posibilidad de la humanidad del ser
ahí que “el otro solo se present[e] en el humano.2 En palabras de Garrido: “[l]o
hecho de la libertad de la presentación, inhumano es actuar conforme a la idea
en su factualidad y/o su alteridad” y que de humanidad que creemos conocer sin
la humanidad sea lo que se “presente en tener que mirar, conforme a la ley que
la llegada a la presencia” (80). Así pues, creemos presente inequívocamente en
la libertad que está en juego es el acon- la conciencia; es tener la certidumbre
tecimiento de lo bello o la formación de qué está bien y qué está mal” (88).
de las formas que interpelan al sujeto Por eso, la inhumanidad está al acecho
y le exigen la contemplación. Es en este de cualquiera.
sentido que “la libertad de la que se tra- El imperativo de la humanidad es
ta es la libertad de la figura humana” un texto que redefine la noción de ur-
(80, énfasis agregado), la libertad según gencia con base en una relectura del
la cual el ser humano se descubre a sí imperativo categórico kantiano y de
mismo y al mundo antes de cualquier lo que puede significar la idea de hu-
determinación existencial. manidad que se erige como máxima
En este sentido, “[e]l imperativo de dignidad, que se presupone y asume
la humanidad nos apremia a mirar […] en todo juicio sobre los “derechos hu-
Este imperativo lo dicta solo la pre-
sentación que, presentándose, figura 2 La tortura, por ejemplo, es la negación
al mismo tiempo la (impresentable) directa de esta exigencia al desfigu-
figura humana de toda presentación” rar a la figura humana: el torturador
(84, énfasis agregado). Esta visión del se rehúsa a contemplar la necesidad
apremiante de mirada que es el tortu-
imperativo tiene consecuencias im-
rado y se rehúsa así a ser humano. No
portantes para pensar la dignidad de la obstante, para Garrido, lo inhumano
persona en la que se basan, por ejem- no solo surge en este caso.

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manos”. Nos recuerda constantemente de. Así, la investigación de Garrido y su


que, en el mundo en el que vivimos hoy, insistencia en la urgencia de la mirada
estamos sujetos a la necesidad imperio- ponen también de presente la posibili-
sa e indelegable de actuar. Sin embargo, dad, e incluso tal vez la necesidad, de
el texto también es lo suficientemente pensar en instancias históricas concre-
cuidadoso y nos recuerda enfáticamen- tas desde la filosofía.
te que una instancia imperativa no es
necesariamente una instancia pres- María Juliana Rojas Berrío
criptiva. La pregunta que este texto Universidad de los Andes - Colombia
nos obliga a hacernos es cómo actuar mj.rojas68@uniandes.edu.co

y, en ese sentido, es una pregunta que


Ángela María Duarte Pardo
obliga a volver a Kant, en cuanto que el
Universidad de los Andes - Colombia
“cómo” es siempre vacío de contenido,
am.duarte198@uniandes.edu.co
indica solamente una disposición, una
actitud más abierta e indeterminada
frente a los otros que aparecen ante
nosotros. Es, entonces, una pregunta
por la naturaleza misma del hacer y del
pensar, por la naturaleza del mandato
que pretendemos obedecer, por cómo
es posible que exista esta instancia.
Es de esta forma que este texto
contribuye al debate sobre los “fun-
damentos” de los derechos humanos:
proponiéndonos una idea de funda-
mento menos fija y más amplia y a la
cual podemos apelar desde distintas
condiciones históricas, pues se llena de
contenido únicamente en el momen-
to en el que otro ser humano se nos
presenta con toda su dignidad. Una
presentación que, por ser siempre nue-
va y extraordinaria, exige en cada caso
una respuesta distinta y singular. De
este modo, la propuesta de Garrido, es
tanto ética como política. El imperativo
de la humanidad remite a un “deber”
ineludible, un deber que, de alguna ma-
nera, no es una opción sino que tiene
que vérselas con una insistencia que ya
está ahí, que está ahí siempre que mira-
mos a otro ser humano y frente a la cual
cualquier elección llega demasiado tar-

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